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El estudiante del siglo XXI

Por: Eduardo Andere

Estudiar más horas no se traduce en mejores calificaciones para el promedio de los jóvenes de la OCDE, según PISA; excepto para los asiáticos, latinoamericanos y estadounidenses. Los asiáticos entre más estudian más aprenden; los latinoamericanos, entre más estudian aprenden lo mismo, al igual que los estadounidenses, pero los canadienses y los europeos entre más estudian menos aprenden. Tres patrones diferentes. Lo anterior parece indicar que no existe tal cosa como escuela de clase mundial, si lo que entendemos como eso son altos resultados.

Además, los estudiantes de los países miembros de la OCDE, que tienen los peores resultados en PISA son quienes están más satisfechos con su vida, tal es el caso de los mexicanos. Corea del Sur, que es el país cuyos estudiantes muestran el nivel más bajo de “satisfacción con la vida”, tiene uno de los niveles más altos de desempeño en los resultados de PISA desde el año 2000.

Los estudiantes israelitas, que son los que dicen tener mayor motivación de logro (alcanzar una meta), están muy abajo, en los resultados de sus compañeros de otros 34 países de la OCDE. Los finlandeses que tienen el menor nivel de motivación de logro, se han ubicado por 15 años consecutivos, en los mejores niveles de desempeño. Los mexicanos tienen, en relación con el promedio de la OCDE, un nivel alto de motivación de logro, sin embargo, consistentemente, se ubican en el último lugar de PISA entre los países miembros de la OCDE. Una posible interpretación es que “la meta” (“obtener el más alto resultado”, o “ser el mejor estudiante”) responda más a un estímulo externo que a una razón interna de crecimiento. La meta se convierte en una obsesión; y el proceso para lograrla, un sufrimiento. Mucha motivación de logro puede provocar ansiedad excesiva.

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¿Es buena o mala la expectativa de una carrera universitaria para los jóvenes entre 15 y 16 años de edad? Bueno, la respuesta depende de su nacionalidad. No parece ser para neerlandeses, finlandeses, rusos, alemanes, austríacos, franceses, noruegos o suizos que menos del 30% espera terminar un grado universitario. Pero sí parece ser para los coreanos, chipriotas, canadienses, chilenos, griegos, israelitas, japoneses, checos, mexicanos, estadounidenses, colombianos, peruanos y singapurenses donde más del 55% espera completar un grado universitario. ¿Qué sucede? Más desarrollo parece estar negativamente relacionado con expectativa de formación universitaria. ¿Por qué? Por la percepción de movilidad social. Entre más se perciba al grado universitario como palanca de mayor ingreso esperado, mayor expectativa de lograrlo. La gran mayoría de estudiantes que no espera obtener un grado universitario, podría pensar que una formación práctica les otorgará un nivel de bienestar similar o superior al recibido por un título universitario.

¿Qué hacen los estudiantes fuera de la escuela? Una parte importante del día, navegar en internet. Los chilenos, entre 15 y 16 años de edad, son los estudiantes que más tiempo le dedican a la semana y durante el fin de semana a realizar actividades en internet: 195 minutos al día entre semana y 230 minutos al día en el fin de semana. Quienes menos tiempo están en internet, entre los países de la OCDE, son los coreanos: 55 y 107 minutos respectivamente. Los mexicanos le dedican 121 minutos o 136 minutos. El promedio de la OCDE se ubica en 146 y 184 minutos.

¿Es bueno o malo que los niños y jóvenes le dediquen tanto tiempo a internet o a los artilugios digitales? La respuesta no es universal. Depende, primero, de qué tanto tiempo el estar en internet les precluye de otras actividades como jugar, leer, tocar un instrumento, hacer ejercicio o deporte. La evidencia no es contundente y necesitamos más tiempo y estudios longitudinales, pero yo normalmente me alío con los psicólogos del desarrollo infantil que sugieren que el aprendizaje virtual no debe sustituir al aprendizaje obtenido a través de los sentidos. No se puede oler, tocar o palpar  por internet. Uno no puede andar en bicicleta, correr, oler, saltar, nadar por internet. Dicho eso, la revolución digital ayuda, junto con otros fenómenos de la era moderna, a la creación de un nuevo tipo de sociedad que se le ha denominado la sociedad o la economía de la creatividad.

¿Qué deben hacer los padres de familia y los maestros? Tratar al máximo las experiencias reales, la exploración, el contacto humano; limitar y orientar, no prohibir, el uso de los artilugios digitales; convivir con los hijos y estudiantes y acompañarlos en lo importante y en lo trivial, y procurar ambientes adecuados, poderosos y creativos de aprendizaje. DSCN1176¿Cómo? Cordialidad, interacción positiva, lectura, música, deporte, arte, alimentación sana, cooperación y, sobre todo, interés genuino por los intereses y gustos de los niños.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/el-estudiante-del-siglo-xxi/

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Costa Rica en negativo tercer lugar de América en acoso escolar

Centro América/Costa Rica/6 Mayo 2017/Fuente: Prensa Latina

Un 10,9 por ciento de los estudiantes de Costa Rica sufrieron acoso escolar (bullying), lo que ubica hoy a esta nación en el tercer lugar de América en ese negativo índice, solo superada por Canadá y República Dominicana.
Costa Rica muestra un porcentaje superior al promedio de los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, fijado en 8,9 por ciento, según el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA, por sus siglas en inglés).

El informe El bienestar de los estudiantes de PISA 2015 precisa que los 10 países de América con peores porcentajes son Canadá con 12,9 por ciento, seguida de República Dominicana (12,2), Costa Rica (10,9), México (10,1), Estados Unidos (10), Uruguay (9,5), Brasil (9), Chile (7,9), Colombia (7,6) y Peru (6,1).

Sobre el tipo de acoso escolar, PISA 2015 indica que los estudiantes refirieron haber sido marginados a propósito, rieron de él, amenazado por otros, le robaron o destrozaron objetos personales, golpeado o empujado por otros alumnos y otros propagaron rumores desagradables sobre él.

En respuesta al informe, la directora de Vida Estudiantil del Ministerio de Educación Pública de Costa Rica, Lilliana Rojas, señaló que ‘en lugar de verlo como algo negativo, podríamos verlo como algo positivo, en el sentido de que ellos (los educandos) están al tanto de las situaciones, están informados de que es lo que está pasando’.

Sobre la prevención, Rojas sostuvo que la idea es sensibilizar a la comunidad educativa sobre este tipo de situaciones, indicándoles que es desde la parte conceptual y sensibilizando que no podemos permitir eso.

Recordó que el protocolo de actuación de su cartera ante ese flagelo muestra la forma en que se debe intervenir, así como -destacó- las autoridades educativas de los diferentes centros escolares tienen la orden de actuar ante situaciones o sospechas de ‘bullying’, aunque no exista una denuncia formal.

Fuente: http://prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=83012&SEO=costa-rica-en-negativo-tercer-lugar-de-america-en-acoso-escolar

 

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Los 5 países que mejor lo están haciendo en educación

Por: Educacion 3.0

Tanto por los informes PISA como por los diferentes rankings y encuestas que múltiples entidades realizan, todos tenemos más o menos ubicados cuales son los mejores países en educación. Ya sea por sus innovadores sistemas educativos, por el uso de metodologías activas o por la tradición a la hora de enseñar y formar, hoy vamos a descubrir cuáles son algunos de estos países del mundo que mejor lo están haciendo en el terreno educativo, así como en las razones por las que se han convertido en una absoluta referencia de la que tenemos mucho que aprender.

Corea del Sur

De los países asiáticos hay uno que luce con especial fuerza: Corea del Sur es uno de los grandes núcleos de la innovación mundial, y también uno de los países más potentes en lo referente a la educación. Este éxito se basa en el esfuerzo, en el trabajo y en las largas jornadas de estudio, acompañados de un máximo respeto por el profesor y su trabajo, junto con importantes jornadas extraescolares (y por supuesto, de pago) que repercuten en los rankings mundiales. Con algunas críticas, sí, pero también posicionado como uno de los países líderes en la educación del mundo.

Singapur

De Singapur hemos oído mucho en España en los años más recientes, a través del denominado Método Singapur que han llevado la enseñanza de esta materia de una forma muy diferente a como, al menos en este país, siempre hemos llevado a cabo. Partiendo de un enorme esfuerzo realizado a lo largo de décadas, en Singapur han conseguido crear un sistema sólido y que permite a profesores y expertos liderar cómo debe ser la enseñanza.

Finlandia

La educación nórdica tiene entre sus grandes hitos el haber sido una de las grandes punteras de entre los sistemas educativos mundiales. Aprovechamos también para recordar la entrevista que le hicimos a Jari Lavonen, decano de Educación en Finlandia, en la que se plasman algunas ideas clave sobre por qué han tenido —y continúan teniendo— un gran éxito: un sistema completamente gratuito, diseñado para que asistan desde bebés y con algunos de los profesores mejor formados del mundo. Poca estructura y organización que permite a los profesores afrontar el día a día del aula casi ‘en tiempo real’.

Japón

Fundamentado en la enseñanza tanto de las matemáticas como, sobre todo, del lenguaje japonés, en las tierras niponas han sabido sacarle el máximo partido a la enseñanza más tradicional. Precisamente el idioma tiene mucho que ver, ya que el Ministerio de Educación de Japón requiere que los niños conozcan más de 1000 kanjis al terminal la etapa de Primaria, y más de 2000 en la universidad. El trabajo y el esfuerzo, junto con la vida en una sociedad perfectamente estructurada, organizada y respetuosa, han colocado a Japón como uno de los países con la mejor educación del mundo.

Estonia

Es posible que Estonia, con sus aproximadamente 1,3 millones de habitantes, pase desapercibida a los ojos de cualquier persona, pero la realidad es que cuenta con uno de los mejores sistemas educativos europeos. Precisamente la reducida —en comparación con otros países— población les permite, por ejemplo, crear estándares que unifican la experiencia de la clase, la cual tiene como objetivo que los niños se diviertan en su día a día. También es especialmente reseñable el buen trabajo realizado en lo referente a la introducción de las nuevas tecnologías y las metodologías asociadas a ellas con el objetivo de ofrecer nuevas posibilidades a los profesores.

Consulta la nota original en: Educación 3.0

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¿Por fin un pacto educativo?

Un gran acuerdo sobre la enseñanza debería buscar la estabilidad, dejando a un lado las diferencias partidistas, y tener en cuenta que las familias y el entorno social son elementos esenciales del sistema.

Por: Victoria Camps.

De todos los derechos que un Estado social debe garantizar, el derecho a la educación ha sido el más damnificado por las rivalidades de los distintos grupos políticos. El comienzo fue bueno, con dos leyes (la LODE y la LOGSE) que nos situaron a nivel europeo en muy pocos años. Se sucedieron luego una serie de reformas, hasta cinco leyes más, que han sido motivo reiterado de críticas y querellas entre Administraciones y entre los profesores y la Administración. Son la prueba evidente de que algo tan básico para un país como es la educación no ha dejado de ser instrumentalizado por las luchas partidistas. Hasta la saciedad se ha dicho y repetido que la educación debiera ser una cuestión de Estado.

OTROS ARTÍCULOS DE LA AUTORA

 Ahora parece que nos encontramos en los prolegómenos de lo que sea. El resultado de las últimas elecciones es un Parlamento fragmentado, propicio para los pactos, en el que se han dado los primeros pasos a favor de un pacto por la educación. Aplaudamos la buena voluntad y crucemos los dedos para que el propósito no se tuerza. No puede decirse sin más que nuestro sistema educativo es malo, pero sí que muestra una serie de defectos no menores que deben abordarse con una actitud distinta a la que ha sido habitual hasta ahora. Sin intervencionismos inútiles y con valentía para constatar lo que no funciona. Un pacto por la educación debería proponerse, de entrada, dos cosas: dejar de lado las diferencias partidistas e implicar a toda la sociedad. Debe buscarse la estabilidad educativa que permita avanzar sin sobresaltos y retrocesos. Y hay que partir del supuesto de que el sistema educativo no lo constituyen solo las escuelas, sino también las familias y el entorno cultural. El diagnóstico previo para pactar posibles cambios y formas de proceder en el futuro tiene que ser compartido por los grupos políticos y por las fuerzas sociales que más pueden contribuir a la mejora del sistema en su conjunto.

El giro que debería producirse  es el que va de la cantidad  a la calidad

De la cantidad a la calidad, tal es el giro que debería producirse para que la universalidad de la educación, ya lograda en términos cuantitativos, llegue a ser realmente aprovechada por quienes ahora no la aprovechan, y responda al objetivo de ofrecer una igualdad de oportunidades que amplíe y asegure el nivel cultural de toda la sociedad. La falta de calidad que hoy detectamos se resume en dos puntos: fracaso y abandono. Tanto el fracaso escolar como el abandono del sistema son excesivamente altos si nos comparamos con la media europea. Son demasiados los alumnos que no consiguen la graduación mínima de la ESO y muchos los que abandonan los estudios a los 16 años. Añadamos lo que reflejan los temidos informes PISA: la comprensión lectora y el conocimiento de matemáticas y ciencias de nuestros alumnos no es para sentirse orgullosos de lo que aprenden. Saben, en efecto, muchas cosas que sus abuelos desconocían a su edad, pero tienen grandes lagunas en lo más básico. ¿Fallan los métodos de aprendizaje? ¿Falla la selección del profesorado? ¿Se tiene una idea equivocada de lo que debe ser educar? ¿Se está imponiendo una especie de educación terapéutica, dirigida más a que crezca la autoestima del niño que a enseñarle cosas? ¿Se ha discutido alguna vez cuáles son los conocimientos mínimos que deben mantenerse en el currículo a pesar de los cambios tecnológicos? ¿Hasta cuándo tendremos una formación profesional desprestigiada, poco atractiva y poco coherente con las ofertas de empleo?

Para plantear estos y otros interrogantes y encauzar bien las respuestas hay que analizar los contextos en que se producen. Dónde hay más fracaso escolar y de dónde salen los alumnos que abandonan tempranamente la formación. Sin duda, de las familias más desfavorecidas. Las estadísticas al respecto son claras y unánimes. Los informes corroboran que el derecho a la educación está garantizado solo formalmente. Todos los niños están escolarizados, en efecto, pero fracasan y abandonan los más vulnerables, los que no disponen de un entorno social favorable al estudio. Uno de los agujeros del sistema educativo es esa deficiencia en la equidad. Hay libertad para escoger escuela, en efecto, pero ¿quién escoge la escuela pública y quién puede preferir la concertada? ¿No hay escuelas públicas convertidas en auténticos guetos de la inmigración? Aunque la libertad para escoger esté garantizada, existen las llamadas “preferencias adaptativas”: no todos pueden de hecho preferir lo que quisieran. Unos límites invisibles eliminan posibilidades para aquellos cuya renta es demasiado baja.

El derecho a la educación es tan fundamental que es el derecho que hace posibles otros derechos. La salud, el trabajo, la cultura, la vivienda son menos accesibles para quienes han tenido que aparcar muchos deseos ante necesidades más perentorias. Nadie pone en duda que las desigualdades económicas y culturales afectan también a los resultados de la educación. Cuando lo único que de verdad crece en nuestro mundo son las desigualdades, un pacto por la educación no puede cerrar los ojos ante esta realidad.

Todos los niños están escolarizados, pero existe una gran falta de equidad entre ellos

Pero la educación no solo fracasa porque no todos llegan a aprovechar lo que formalmente se les ofrece, sino porque tampoco está claro que educar deba ser lo que en realidad se está haciendo bajo ese nombre. La Constitución lo dice: educar ha de consistir en el pleno desarrollo de la personalidad humana. Educar es formar una personalidad moral, nos guste o no la expresión; es formar personas autónomas y responsables, capaces de adquirir criterio y de dar cuenta de lo que hacen. Un objetivo nada fácil que, como afirma el dicho famoso, requiere el compromiso “de la tribu entera”. Si es casi imposible comprometer a toda la sociedad para ver la mejor manera de inculcar esos principios, por lo menos habrá que contar con una complicidad mínima entre la familia y la escuela para que el niño no reciba aquí y allá mensajes contradictorios. No siempre la institución docente ha sabido ganarse la confianza de los padres ni estos cuentan con la de los maestros de sus hijos.

La política, de izquierdas y de derechas, se ha hecho escaso eco de aquella máxima feminista que proclama que “lo privado es político”. En nuestro entorno, las políticas de protección familiar no han formado parte de las prioridades políticas: ni guarderías, ni medidas de conciliación laboral, ni reconocimiento efectivo del trabajo doméstico o de las obligaciones del cuidado. No son fallos menores. Afectan también a las deficiencias educativas.

Será bienvenido un pacto que acierte a analizar y discutir sin miedo qué impide que veamos la educación en España como uno de los logros más conseguidos. No basta que el pacto sea político, el conjunto de agentes sociales y culturales son también corresponsables de que se logre una buena educación.

Fuente: http://elpais.com/elpais/2017/03/21/opinion/1490126436_777177.html

Imagen: http://ep01.epimg.net/elpais/imagenes/2017/03/21/opinion/1490126436_777177_1491837125_miniatura_normal.jpg

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México: Hay un alarmante problema de acoso, según PISA

México/24 de Abril de 2017/Identidad Latina

 

La mayoría de los estudiantes de 15 años se considera feliz, pero el acoso escolar, que afecta a cerca de 1 de cada 5 alumnos, sigue como un problema «alarmante», reveló hoy el denominado informe PISA de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
La directora gerente de la OCDE, la mexicana Gabriela Ramos, presentó los resultados de la primera evaluación sobre el bienestar de los estudiantes del Programa Internacional de Evaluación de los Alumnos (PISA), realizada a adolescentes de 15 años que también pasaron por las pruebas de ciencias, matemáticas y lectura en 2015.
En videoconferencia desde París, Ramos afirmó que, como media, en los 34 países de la OCDE, los alumnos manifestaron un nivel de 7,3 sobre 10 cuando se les preguntó por el grado de satisfacción con la vida.
De acuerdo con la encuesta, que incluyó 72 países y economías, los estudiantes de la República Dominicana (8,5), México (8,3) y Costa Rica (8,2) son los que dijeron ser más felices, mientras que los que registraron una mayor insatisfacción fueron Turquía (6,1), Corea del Sur (6,4) y Hong Kong (6,5).
En general, los varones expresaron estar más contentos con sus vidas que las mujeres; como media en la OCDE, el 29 % de las estudiantes expresaron estar satisfechas, frente al 39 % de los chicos.
Ramos lo atribuye a que las adolescentes sufren un «bombardeo de modelos nocivos en medios de comunicación y redes sociales» que les hace no estar satisfechas de cómo son y tener un mayor nivel de autocrítica respecto a su cuerpo.
El informe destaca que el 18,7 % de los alumnos de 15 años de países de la OCDE sufren acoso escolar en cualquiera de sus formas -burlas, amenazas, agresión física- al menos «unas cuantas veces al mes».
Hong Kong (32,3 %) y Letonia (30,6 %) encabezan el listado de lugares participantes en la encuesta con un mayor nivel de acoso.
«Hay una proporción alarmante de estudiantes que reportan ser víctimas», por lo que es imprescindible fomentar programas «integrales» de prevención contra el acoso escolar que centren sus acciones en alumnos, maestros y familias, afirmó Ramos.
En cuanto a la relación que los docentes tienen con los alumnos, uno de cada cinco estudiantes dijeron haber recibido un trato injusto por parte de sus maestros. Es decir, les trataron con dureza, les ofendieron o ridiculizaron frente a sus compañeros.
La alta funcionaria de la OCDE señaló además que existe una correlación entre los estudiantes que quieren ser los mejores de su clase con los que sufren un mayor nivel de ansiedad.
El 56 % de los jóvenes de los países de la OCDE encuestados manifestaron sufrir ansiedad de cara a los exámenes, aunque se hayan preparado para ellos.
Los sistemas educativos que son de mayor «interés» son aquellos en los que hay un menor nivel de ansiedad y unos mejores resultados, apuntó Ramos.
Estos se caracterizan por ser exigentes, pero a través de unos docentes que demandan resultados a los jóvenes «de una manera mucho más cuidadosa» y consiguen motivarlos, con un amplio abanico de técnicas.
Asimismo, Ramos dijo que se ha detectado que hay un «círculo virtuoso» que hace que, cuando hay conversación entre padres e hijos, se eleva el nivel de desempeño y de satisfacción.
Por otra parte, de media, el 44 % de los adolescentes de 15 años de la OCDE piensan terminar los estudios universitarios.
En Colombia, Corea del Sur, Catar y Estados Unidos más de tres de cada cuatro personas tienen esa expectativa, subraya el informe.
Como herramientas específicas a desarrollar tras los resultados del informe, la directora gerente de la OCDE señaló la importancia de «invertir en la capacitación de los maestros», para que puedan personalizar la enseñanza dependiendo de lo que requiera cada alumno.
También destinar recursos a los sistemas de apoyo para los alumnos que se quedan atrás y examinar la carga de trabajo de docentes -ya que algunas clases presentan un elevado número de estudiantes- y las horas lectivas de los alumnos.
La evaluación PISA 2015 fue completada por 540.000 estudiantes, quienes representaron a unos 29 millones alumnos de 15 años de 72 países y economías.

Fuente: http://identidadlatina.com/alarmante-problema-acoso-segun-pisa/

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OCDE: Acoso escolar y violencia, reflejo de relaciones negativas entre maestros y alumnos.

Por: Educación Futura 

Según la primera evaluación sobre el bienestar de los estudiantes del Programa Internacional de Evaluación de los Alumnos (PISA) de la OCDE, los adolescentes que se sienten parte de una comunidad escolar y disfrutan de una buena relación con sus padres y maestros tienen más probabilidades de tener un buen desempeño académico y de sentirse más satisfechos con su vida.

Students’ Well-Being: PISA 2015 Results analiza por vez primera la motivación de los estudiantes para tener un buen desempeño escolar, sus relaciones con sus compañeros y maestros, su vida en casa y cómo pasan su tiempo fuera de los planteles. Las conclusiones se basan en una encuesta a 540,000 estudiantes de 72 países y economías participantes, que también participaron en la prueba PISA OCDE 2015 sobre ciencias, matemáticas y lectura.

A muchos estudiantes les preocupan demasiado las clases y los exámenes, lo cual, según revela el análisis, está más relacionado con el nivel de apoyo que sienten de parte de sus maestros y escuelas, y no tanto con la cantidad de horas de estudio ni la frecuencia de los exámenes. En promedio en los países de la OCDE, 59% de los estudiantes informaron que a menudo les preocupa la dificultad de presentar un examen; y 66% señalaron sentirse estresados por las malas calificaciones. Alrededor del 55% de los estudiantes dicen sentir ansiedad ante los exámenes aunque estén bien preparados. En todos los países, las muchachas reportaron sentirse más ansiosas por las clases que los muchachos. La preocupación por las clases, tareas y exámenes se correlaciona negativamente con el desempeño.

Los maestros desempeñan un papel fundamental en la creación de las condiciones de bienestar para los alumnos en las escuelas, por lo cual los gobiernos no deben definir las tareas docentes exclusivamente a través de la cantidad de horas de enseñanza. Los estudiantes más contentos suelen reportar relaciones positivas con sus maestros. Los estudiantes en planteles cuyos niveles de satisfacción con la vida es superior al promedio nacional informaron tener un nivel de apoyo mayor de parte de sus maestros que los alumnos de escuelas cuya satisfacción con la vida es inferior al promedio.

“Estas conclusiones muestran cómo los maestros, las escuelas y los padres pueden influir realmente en el bienestar de los hijos” — señaló Gabriela Ramos, Directora y Sherpa del G20, al presentar el informe en Londres. “Juntos pueden ayudar a los jóvenes a fomentar un sentido de control sobre su futuro y a desarrollar la fuerza de voluntad necesaria para triunfar en la vida. No hay secretos, el desempeño es mejor si los estudiantes se sienten valorados, si se les trata bien, si se les apoya para tener éxito.”

Los padres también pueden hacer la diferencia. Los alumnos cuyos padres informaron “pasar tiempo simplemente hablando con mi hijo”, “hacer la comida principal con mi hijo sentados a la mesa” o “comentar cómo le va en la escuela” tuvieron entre 22% y 39% más probabilidades de reportar niveles altos de satisfacción con su vida. El impacto académico también es importante: los alumnos que pasaban tiempo conversando con sus padres registraron una ventaja de dos tercios de un año escolar en el aprendizaje de ciencias. Incluso después de considerar el nivel socioeconómico, la ventaja siguió siendo de un tercio de un año escolar.

La encuesta reveló que el acoso es un problema importante en las escuelas, pues una proporción importante de estudiantes informaron ser víctimas. En promedio en los países de la OCDE, alrededor del 4% de los estudiantes —aproximadamente uno por clase— informaron que son golpeados o empujados varias veces al mes por lo menos; un porcentaje que varía de 1% a 9.5% entre los países. El acoso es menor en los planteles donde los estudiantes tienen relaciones positivas con sus maestros. Los padres deben participar en la planeación escolar y las respuestas al acoso, y las escuelas deben colaborar con otras instituciones y servicios para instituir programas integrales de prevención y respuesta.

En promedio, en los países de la OCDE, la mayoría de los alumnos de 15 años están contentos con su vida; en una escala de satisfacción con la vida de 0 a 10, los estudiantes reportaron un nivel de 7.3. Pero hay grandes variaciones entre los países: mientras que menos del 4% de los estudiantes de los Países Bajos expresaron no estar satisfechos con su vida,  la proporción fue del 20% en Corea del Sur y Turquía. Las muchachas y alumnos desfavorecidos tienen menos probabilidades que los muchachos y alumnos privilegiados de reportar niveles altos de satisfacción con su vida.

El menor nivel de satisfacción con la vida que reportan las niñas de 15 años en PISA es posiblemente un reflejo de la dura autocrítica de las jóvenes, particularmente en lo que se refiere a la imagen que tiene de sus cuerpos en una edad de gran transformación. PISA 2015 no recopila datos sobre la imagen que los estudiantes tienen de su físico, pero los resultados en materia de hábitos alimenticios revelan que las niñas tienen más probabilidades que los niños de saltarse el desayuno y la cena. El rol de los medios en la promoción de estereotipos de género parece también ser un factor que afecta el bienestar de las niñas y la OCDE está empezando a analizar esta cuestión.

Rendimiento escolar y satisfacción con la vida

  • La mayoría de los estudiantes de 67 países y economías sienten que pertenecen a una comunidad escolar. Los estudiantes desfavorecidos tuvieron 7.7 puntos porcentuales menos probabilidades que los privilegiados de informar que se sienten parte de la escuela, de forma similar que los estudiantes inmigrantes de primera generación, los cuales tuvieron 4.6 puntos porcentuales menos probabilidades que los estudiantes sin un origen inmigrante.
  • Es más probable que las mujeres reporten que desean sacar calificaciones altas en la escuela y que quieren poder elegir entre las mejores oportunidades cuando egresen. Pero es más probable que los muchachos se describan como ambiciosos y aspiren a ser los mejores, en lo que sea que hagan.
  • En promedio, en los países de la OCDE, el 44% de los estudiantes de 15 años esperan terminar la universidad. En Colombia, Corea del Sur, Qatar y Estados Unidos, más de tres de cada cuatro estudiantes tienen esa expectativa. La política educativa influye en las expectativas de los estudiantes, sobre todo en la manera en la que son asignados a las distintas opciones educativas.

Vida social de los alumnos en la escuela

  • Uno de cada cinco estudiantes informó haber experimentado un trato injusto por parte de sus maestros (son disciplinados con dureza, se sienten ofendidos o ridiculizados frente a los demás) varias veces en un mismo mes.
  • Las muchachas tienen menos probabilidades que los muchachos de ser víctimas de agresiones físicas, pero mayor probabilidad de ser objeto de rumores desagradables.
  • Los alumnos que asisten a planteles donde el acoso es frecuente, de acuerdo con estándares internacionales, obtienen 47 puntos menos en ciencias que los alumnos de planteles donde el acoso es menos habitual. Los estudiantes que informaron estar expuestos al acoso a menudo, también reportaron un menor sentido de pertenencia en la escuela y menos satisfacción con su vida.

Cómo utilizan su tiempo los estudiantes fuera de la escuela

  • En los países de la OCDE, alrededor del 6.6% de los estudiantes no realizan ninguna actividad física moderada o de alto rendimiento fuera de la escuela, y la proporción de estudiantes físicamente inactivos es 1.8 puntos porcentuales mayor entre las muchachas que entre los muchachos. Los estudiantes físicamente activos tienen menos probabilidades que aquellos que no participan en ningún tipo de actividad física fuera del plantel de faltar injustificadamente a clases, sentirse ajenos a la escuela, sentir mucha ansiedad por el trabajo escolar o sufrir acoso frecuente.
  • En promedio en los países de la OCDE, alrededor del 23% de los estudiantes informaron tener un trabajo remunerado y 73% reportaron que trabajan en la casa antes o después de la escuela. Más muchachos que muchachas tienen trabajos remunerados, y menos muchachos que muchachas llevan a cabo tareas domésticas no remuneradas.
  • En promedio en los países de la OCDE, los estudiantes pasan más de dos horas navegando en Internet durante un día laboral normal después de la escuela, y más de tres horas en un día de fin de semana normal. Entre 2012 y 2015, el tiempo dedicado a navegar en Internet fuera de la escuela aumentó alrededor de 40 minutos diarios, tanto en días laborales como en fines de semana.

Recomendaciones de política pública con base en los resultados de PISA:

Para intentar reducir la ansiedad relativa a las tareas escolares en los estudiantes, puede ofrecerse un desarrollo profesional a los profesores para que puedan identificar a los estudiantes que sufren ansiedad y enseñarles cómo aprender de sus errores. Por ejemplo, una manera de promover una actitud positiva hacia los errores es recopilar los errores más comunes que comete la clase en un examen o prueba y dejar a la case que los analice en grupo. Además, los profesores pueden ayudar a los estudiantes a fijarse unos objetivos realistas (pero exigentes), ya que tienen más probabilidades de valorar lo que aprenden y de disfrutar del proceso cuando alcanzan los objetivos marcados. Las estrategias para animar a crearse objetivos y promover una motivación intrínseca hacia el aprendizaje incluyen ofrecer una explicación significativa de las actividades educativas, reconocer los sentimientos los estudiantes hacia las tareas y evitar una presión y un control excesivos. Hacer críticas constructivas sobre los resultados de las pruebas también puede promover la confianza y la motivación intrínseca de los estudiantes.

PISA ha descubierto que una de las principales amenazas al sentimiento de pertenencia de los estudiantes es su percepción de tener relaciones negativas con sus profesores. Para construir unas mejores relaciones alumno-profesor debería formarse a los profesores en métodos de observación básicos, escucha y comunicación intercultural, de modo que puedan tener más en cuenta las necesidades individuales de los alumnos. También debería animarse a los profesores a colaborar con sus colegas e intercambiar información sobre las dificultades, los caracteres y las fortalezas de los estudiantes, con vistas a encontrar juntos la mejor manera de hacer que se sientan parte de la comunidad escolar.

Los datos también muestran que una gran proporción de los estudiantes dice ser víctima del acoso escolar. El enfoque de los programas anti-acoso más efectivos abarca al conjunto de la escuela e incluye formación para los profesores sobre el comportamiento en estos casos y cómo gestionarlos, cuestionarios anónimos de estudiantes para controlar la presencia de acoso escolar y estrategias para facilitar información y colaborar con los padres. El papel de padres y profesores para prevenir el acoso escolar es especialmente importante: los profesores deben hacer saber a los estudiantes que no tolerarán ningún tipo de acoso, y los padres deben participar en la planificación escolar y las respuestas ante el acoso.

Los resultados de PISA en 18 países cultural y económicamente diversos muestran que los alumnos cuyos padres realizan día a día actividades rutinarias en el hogar, como comer juntos o pasar tiempo «simplemente hablando», no solo sacan mejores notas en PISA, sino que también están más satisfechos con sus vidas. Las escuelas pueden ayudar a los padres a involucrarse más en la educación de sus hijos eliminando las barreras que les impiden participar en los actos escolares y ofreciendo, por ejemplo, canales de comunicación flexibles para los padres trabajadores más ocupados, o sugiriendo maneras en que los padres pueden involucrarse tanto desde su hogar como en la escuela.

Para mejorar el bienestar de los estudiantes, las escuelas también deberían mostrarles los beneficios de llevar una vida activa y saludable, ofreciéndoles educación física y sobre la salud. Una educación física participativa en la escuela puede reducir el número de estudiantes físicamente inactivos fuera de la escuela.

Demasiados estudiantes pasan demasiado tiempo en Internet: el 26% de los estudiantes indicó que pasaba más de seis horas al día en Internet durante el fin de semana y el 16% pasa una cantidad similar de tiempo entre semana. Dado el crecimiento del ciberacoso, Internet puede ser tanto un escenario de hostigamiento como de aprendizaje. Las escuelas necesitan invertir en una educación integral y en un plan de supervisión para ayudar a los estudiantes a obtener los conocimientos, las habilidades y la motivación necesarios para usar Internet de manera segura y responsable.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/acoso-escolar-y-violencia-reflejo-de-relaciones-negativas-entre-maestros-y-alumnos-ocde/

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Australia: OECD education chief Andreas Schleicher: great teachers more important than class size

OECD- PISA – Australia/18 April 2017/By: Kelsey Munro/Source: The Sudney Morning Herald

Australia should move to bigger class sizes if it wants to improve its education system without spending more money, according to the OECD’s top education guru Andreas Schleicher, and he has the data to prove it.

The highest performing countries in the OECD’s PISA tests have classes significantly larger than Australia’s average, he said.

But it’s not the class size that’s the key, he explains – it’s giving teachers less class time so they can focus on high-quality teaching.

The trade-off in a finite education budget for having teachers doing just 12-16 hours of class time a week is that you have to fit more kids into their classes.

The impact of class size on education quality is a highly contested issue within the research, while smaller class sizes tend to be popular with teachers, education unions and parents.

Mr Schleicher’s point is that the key factor is not the size of the class – it’s the quality of teaching strategies. Given the choice between a great teacher and a small class, pick the great teacher.

«Australian teachers have relatively little time for other things than teaching compared with their Asian counterparts,» he told Fairfax Media at an education conference in Dubai.

«If you’re a teacher in Hong Kong, China, Japan, you teach a lot less than Australian teachers, but you actually work more.

«You have a lot more time to engage with students individually, to work with parents, to work on reviewing lessons, analysing lessons, observing practice and so on. So there’s more emphasis on the professional development, particularly for higher order thinking skills.

«Those are very important. And the trade-off is bigger classes. The more popular trade-off is a smaller class, that’s what everybody likes. But if you ask me what is actually going to give better outcomes, Australia should think harder about this.»

According to the latest OECD data, the average class size in Australia for both primary and lower secondary was 24 pupils in 2014, compared with the OECD average of 23.

As policymakers have struggled to deal with Australia’s slipping performance in international benchmark tests like PISA and TIMSS, the perceived quality of teachers has come under fire.

Australia has not been as good at extending its top students, and has become less effective at mitigating socio economic disadvantage in its schools. But the OECD’s research suggests the problem is how our teachers are using their time.

«Australia has many ingredients of success,» Mr Schleicher said, speaking on the sidelines of the Global Education and Skills Forum in Dubai on Saturday, but our policy settings have been focusing on things that are not addressing the source of our achievement gap between students.

The reporter travelled to the Global Education and Skills Forum as a guest of the conference.

Source:

http://www.smh.com.au/national/education/oecd-education-chief-andreas-schleicher-great-teachers-more-important-than-class-size-20170320-gv1sr2.html

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