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Reino Unido: Students and lecturers march against Tories’ education bill

Europa/Reino Unido/20 Noviembre 2016/Fuente:TheGuardian /Autor:Rebecca Ratcliffe

Resumen: Los estudiantes y profesores se han manifestado por el centro de Londres para protestar contra los planes del gobierno para un «experimento del mercado ideológicamente dirigido» que abriría la educación superior del Reino Unido a los gustos de la Universidad Trump y dejar a los estudiantes que enfrentan tasas crecientes.

Students and lecturers have marched through central London to protest against government plans for an “ideologically led market experiment” that would open up UK higher education to the likes of Trump University and leave students facing escalating fees.

Waving signs that read “For sale: students’ future” and “Hi Mum, I’m broke”, protesters marched on Saturday from Park Lane in London, calling for a free, quality education.

Earlier this week the government tabled amendments to its controversial higher education and research bill, but failed to address critics’ key concerns relating to private providers and fees.

The bill will introduce a teaching excellence framework that will rank universities by quality, and allow the best-performing institutions to raise their fees in line with inflation.

The proposals will also make it easier for new institutions, including for-profits, to gain a university title – a label that can significantly boost applications from overseas students and that currently takes decades to achieve.

Malia Bouattia, president of the National Union of Students, said the plans would damage quality and leave students in even more debt. “The government is running at pace with a deeply risky ideologically led market experiment in further and higher education, and students and lecturers, who will suffer most as a result, are clear that this can’t be allowed to happen,” she said.

“This week, before the bill has even been properly debated in parliament – let alone passed – universities are already advertising fees above £9,000.”

University staff are joining the march, with Sally Hunt, general secretary of the Universities and College Union, using the demonstration to demand the government offers reassurance to EU staff and students. She is expected to call on Theresa May to “show some humanity, do the decent thing and stop using EU staff and students as pawns in Brexit negotiations”.

Hunt will also warn of the growing problem of casual contracts within universities, following Guardian reports that university teaching is dominated by zero-hours contracts and other forms of precarious work.

She will say: “Staff pay has been held down in recent years, while the gender pay gap has risen and universities have introduced more of the sort of contracts you would associate with Sports Direct. All the while those at the top have continued to enjoy inflation-busting pay rises.”

Fuente de la noticia: https://www.theguardian.com/world/2016/nov/19/students-lecturers-march-tories-education-bill-brexit-eu

Fuente de la imagen:

https://i.guim.co.uk/img/media/b500a38eca39ef666b4b72ab5b0a7c32a230a351/0_113_3500_2100/master/3500.jpg?w=620&q=55&auto=format&usm=12&fit=max&s=a2e737124421e15ff0a904173f2c307

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Gritaron Fuck you!

Blanca Heredia

Millones de estadounidenses, en su inmensa mayoría blancos y relativamente poco educados, alzaron la voz el 8 de noviembre de este año y le dijeron a los apoyadores de Hillary y al mundo entero: ¡jódanse!

Su grito rabioso retumbó en todas partes y puso a temblar al planeta entero.

Pocos días antes, en un pequeño salón de belleza en Washington, DC, viví una experiencia que fue un adelanto de aquel grito de furia colectiva. Una empleada del establecimiento, ciudadana americana de origen mexicano, me dijo que ella iba a votar por Trump. Me quedé patidifusa y le pregunté que por qué. Me respondió, más o menos lo siguiente: “Trump va a ser un golpe muy duro para los americanos, pero si ellos nos quieren joder a nosotros, pues que se jodan ellos también”.

Sirva su dicho más allá de su lógica, digamos, retorcida, como botón de muestra acerca del tipo y magnitud de la desazón y el enojo de muchos de los ciudadanos del país del norte que votaron por Donald Trump para presidente de Estados Unidos.

La rabia, el resentimiento y el rechazo de millones de americanos a los valores más elementales de la convivencia civilizada resultan detestables. Su furia, sin embargo, no debe verse simplemente como una reacción irracional producto de la ignorancia o la pura ideología.

Para muchos millones de americanos, la globalización o, como lo llaman los trumpistas el “globalismo”, ha implicado vivir y vivirse como sujetos cada vez más desprovistos de opciones y de recursos. Han sido largas décadas de declive (objetivo y subjetivo) para muchos habitantes de Estados Unidos, en especial para los blancos con menores niveles de escolaridad. Muchos años de empleos seguros con salarios dignos siendo reemplazados con trabajos cada vez más precarios y mal pagados. Muchos años de pérdidas materiales y horizontes más estrechos, pero también de sentir su identidad y su posición social amenazadas de muerte.

Es muy temprano para intentar un análisis completo de lo ocurrido el 8 de noviembre. Con todo, a partir de la información disponible hasta el momento, es posible identificar algunos de los elementos centrales detrás del triunfo del candidato republicano. En este texto abordaré solamente dos.

El primer elemento concierne a lo ocurrido con los votantes en términos de ingreso y escolaridad. De acuerdo a las encuestas de salida del NYT, Hillary –al igual que sus antecesores del partido demócrata– consiguió la mayoría (53 por ciento) entre los votantes con ingresos menores a 30 mil dólares anuales. Esa mayoría, sin embargo, fue 10 puntos menor a la de Obama en el 2012 en ese grupo de ingresos. Trump, por su parte, logró 6 puntos porcentuales más que Romney entre esos votantes. Por otra parte, en los grupos de mayores ingresos,se observan las tendencias opuestas: un aumento de entre 3 y 4 puntos para Hillary frente a Obama entre los votantes de mayores ingresos y una caída, aunque ligera, en votantes ricos, de Trump vis a vis a Romney. En resumen, menos votantes pobres y aumento de electores ricos para Hillary frente a Obama y lo opuesto para el caso de Trump en relación al 2012.

Un segundo elemento tiene que ver, como se ha comentado ya con abundancia, con el hecho que Hillary Clinton tuvo un desempeño menos favorable que el de Obama en 2012 entre las minorías afro-americanas y latinas.

Incidieron en estos resultados muchos factores. Algunos de ellos estructurales, otros políticos y culturales, y otros más atribuibles a las campañas, temperamentos y habilidades comunicacionales de los candidatos.

En el plano estructural, destacan tres décadas de pérdidas en ingreso y estatus, en particular para los blancos con menor escolaridad e ingreso.

También el hecho de que la recuperación económica tras la crisis financiera del 2009 tendió a beneficiar muy poco a TODOS los sectores poblacionales menos aventajados social y económicamente.

A nivel político y cultural, dos factores parecen clave. Primero, la retórica antigobierno y antipolítica, así como los procesos de re-distritación promovidos, desde hace tiempo, por el partido republicano.

Segundo, la polarización ideológica extrema y la promoción activa de la política en clave identitaria impulsada por grupos y medios de comunicación de la derecha populista.

En lo que hace, finalmente, a las campañas y personalidades de los candidatos presidenciales, demócrata y republicano, destacan, la incapacidad de Hillary para entusiasmar en número suficiente a los perdedores, materiales y simbólicos, de la globalización, por un lado, y la sorprendente habilidad de Trump para leerlos y movilizar su resentimiento y su furia.

Al terremoto del martes pasado, contribuyeron, en suma, muy diversos factores. En primerísimo término, un sistema electoral que hace posible que la ganadora del voto popular pierda, así como un mayor porcentaje de abstención que el pasado. También y crucialmente, sin embargo, blancos en declive económico furiosos por sentirse privados del lugar social y material que consideran merecen, y minorías en desventaja a quienes Hillary no logró transmitir un proyecto de esperanza.

Fuente del articulo: http://www.educacionfutura.org/gritaron-fuck-you/

Fuente de la imagen: http://www.educacionfutura.org/wp-content/uploads/2016/11/58233e899c6fd.jpg

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Estados Unidos: Plan Trump de libre elección de escuelas enfrenta obstáculos

Estados Unidos/17 noviembre 2016/Autoras: /Fuente: El Nuevo Herald

Los programas de cupones para escuelas en la capital del país y en el estado de Indiana, donde gobernaba el vicepresidente electo Mike Pence, podrían servir como modelo para el plan de Donald Trump de utilizar dinero público para permitir a estudiantes desfavorecidos a asistir a la escuela pública o privada que elijan.

El presidente electo dejó claro durante la campaña que la elección de escuelas sería una de sus prioridades en educación.

En una comparecencia en septiembre en una escuela concertada de Cleveland, prometió reasignar 20.000 millones de dólares en dólares federales para becas a estudiantes con bajos ingresos. Las escuelas concertadas estadounidenses reciben dinero del estado pero operan de forma independiente.

Es una idea que requeriría aprobación del Congreso, que el año pasado aprobó una reforma educativa y es improbable que la modifique en un futuro cercano. Sin embargo, hay formas a menor escala con las que Trump podría cambiar la educación pública en Estados Unidos.

Un primer paso sería pedir al Congreso que restaure el financiamiento al programa de becas D.C. Opportunity, el primer programa de cupones para escuelas privadas financiado por el gobierno federal. La Cámara de Representantes votó a favor de ampliar el financiamiento este año, pero la ley que acompaña a la medida se ha atascado en el Senado.

Gerard Robinson, miembro del conservador American Enterprise Institute y que asesoró a la campaña de educación sobre política educativa, describió el programa de Washington D.C. como «un buen sitio para empezar».

El programa, creado en 2004, dio cupones el año pasado a unos 1.200 estudiantes de bajos ingresos. Los cupones cubren hasta 8.452 dólares entre jardín de infancia y 8vo grado, y hasta 12.679 dólares para la escuela secundaria. Entre las más de 40 escuelas participantes hay centros privados como Sidwell Friends, que ha tenido entre sus estudiantes a Chelsea Clinton y Malia y Sasha Obama.

La idea de permitir el empleo de fondos públicos para escuelas concertadas, especializadas o privadas no es nueva. Ya hay mecanismos en estados como Indiana, donde Pence supervisó como gobernador una gran expansión del sistema de cupones. Casi 33.000 estudiantes participaron el año pasado, respecto a los casi 4.000 de 2011-12. Los cupones se conceden en una escala gradual basada en los ingresos y el tamaño de la familia. Para 2015-2016, la media fue de casi 5.500 dólares por cada estudiante de secundaria.

El Tribunal Supremo de Indiana respaldó el programa en 2013, señalando que no viola una cláusula en la constitución del estado contra el financiamiento público de programas religiosos.

A nivel federal, el Congreso valoró permitir que los fondos incluidos en el Título 1 para estudiantes de bajos ingresos pudieran seguir a los estudiantes a la escuela en la que se inscriban, pero la idea terminó por abandonarse en la versión definitiva de la reforma educativa, conocida como «Ley Éxito de todos los estudiantes».

Vic Klatt, director del Penn Hill Group y que ha trabajado en una política federal educativa durante más de dos décadas, dijo que la libre elección de escuelas tiene más posibilidades ahora, pero no será fácil de instaurar.

«Habrá un montón de apoyo para las concertadas. La elección privada al completo será una batalla», dijo Klatt en una mesa redonda esta semana de la Asociación de Escritores Educativos. «Va a depender de cuánto énfasis ponen el presidente y su gente en la elección de escuelas privadas».

Expertos en educación señalan que hay otras maneras de conseguir ese objetivo, como incentivos fiscales por cambiar a los menores de escuelas públicas a privadas o un programa de becas como el «Carrera a la cima» en el que se insta a los estados a adoptar políticas favorables a la libre elección a cambio de fondos.

La competición Carrera a la cima lanzada por el gobierno de Obama dio 4.000 millones de dólares a los estados que se comprometieron a endurecer sus estándares y redirigir las escuelas en problemas. Los estados que adoptaron los estándares en matemáticas y lectura tenían más probabilidades de conseguir fondos.

Trump ha reiterado sus promesas de poner fin a esos estándares comunes, pero fueron adoptados por los estados de forma individual y la nueva ley educativa prohíbe al gobierno federal decir a los estados qué estándares deben adoptar, ya sean los comunes o no.

Al plan de campaña de Trump sobre la libre elección de centros le faltaban detalles. No dijo de dónde saldrían los 20.000 millones de dólares de financiamiento federal ni cómo se repartirían.

«Creo que vamos a ver un cambio en sus palabras, del término elección de escuela a elección paterna», comentó Robinson en una entrevista con Associated Press, añadiendo que hablaba por sí mismo y no por el equipo de transición de Trump. Robinson ha sido mencionado como un posible secretario de Educación en el gobierno de Trump.

Los estudios sobre programas de libre elección como el D.C. Opportunity muestran resultados dispares.

Una evaluación del sistema en la capital mostró que los alumnos tenían una puntuación ligeramente superior en lectura, pero no mejoras significativas en matemáticas. Una revisión posterior de ese estudio, sin embargo, determinó que había restado importancia a los resultados que mostraban que las puntuaciones más altas se concentraban en algunos grupos de estudiantes.

«Yo habría confiado y esperado mejores resultados de los que vimos», dijo Kevin Welner, director del Centro Nacional de Política Educativa en la Universidad de Colorado Boulder.

Algunos líderes educativos expresaron sus dudas sobre que la propuesta de Trump sea bien recibida en todas partes, en un momento de creciente escepticismo sobre grandes expansiones de alternativas como las escuelas concertadas.

Los votantes en Massachusetts y Georgia rechazaron en las urnas medidas que habrían allanado el camino a más escuelas concertadas.

«Creo que habría un número limitado de estados que lo aprovecharía», dijo Kristen Amundson, directora ejecutiva de la Asociación Nacional de Juntas Estatales de Educación. «No es algo que se esté demandando de forma generalizada».

Fuente:http://www.elnuevoherald.com/noticias/estados-unidos/article115077553.html.html#storylink=cpy
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