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El no se impuso, ¿Qué sigue?

05 de octubre de 2016 / Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/

Por: José Antonio Gutiérrez

Con una participación de apenas el 37% del electorado, el NO se impuso, con un 50% de los votos, por un breve margen de menos de un 1%. En circunstancias normales, este resultado se vería como un empate técnico[1]. Sin embargo, la derrota política sufrida por los sectores políticos que han respaldado el acuerdo de paz entre el gobierno de Santos y las FARC-EP no puede ser minimizada. La campaña del NO, en estricto rigor, no tenía que ganar para ganar: le hubiera bastado tener un margen de votos lo suficiente amplio como para poner un signo de interrogación y quitar piso de legitimidad a lo acordado en La Habana. En cambio, lograron mucho más que eso, imponiéndose en el conteo final en una jornada electoral cuyos altos niveles de abstención tampoco pueden atribuirse exclusivamente a la lluvia. La falta de entusiasmo en torno a este acuerdo de paz ha sido más que evidente, pese a que todos los medios de comunicación, la llamada “comunidad internacional” y las principales personalidades de la política y la cultura se posicionaron a favor del SI. No es de sorprenderse que el SI haya tendido a imponerse en las zonas de presencia guerrillera o de fuerte intensidad del conflicto, mientras que el NO se tendió a imponer en las zonas alejadas del conflicto[2]. Pero estas son tendencias, no realidades absolutas: en zonas del Caribe, claramente ajenas al conflicto, se impuso el SI y el NO se impuso en municipios fundacionales de las FARC-EP, como ser Chaparral, Rioblanco y Planadas en Tolima.

Ya habíamos dicho, a contravía del triunfalismo reinante entre los partidarios del SI, que resultaba insensato despreciar la fuerza que el NO podía tener entre los votantes[3]. Pese a que en un principio el espectro del NO era feudo exclusivo de los uribistas, sería un error asumir que pertenecen al expresidente todos los votos en contra al acuerdo, o que todos estos votos representen al “guerrerismo”: aunque esos sean los sectores más visibles, hubo sectores que con argumentos jurídicos también se posicionaron en el campo del NO[4]. No creo que muchos de los votantes contra el acuerdo quieran, genuinamente, volver a la guerra o quieran más derramamiento de sangre. Esto es algo que no debe ser obviado. Acá no se debatió la paz y la guerra, aunque así lo quiera ver obstinadamente un determinado sector –se sabía que, fuera cual fuera el resultado del plebiscito, la decisión de las FARC-EP de abandonar la lucha armada no tiene reversa y en ese sentido se habían ya expresado algunos comandantes de esa guerrilla[5]. Quienes rechazaron el acuerdo tal cual fue negociado en La Habana esperan una renegociación.

Desde luego, no ayudó la pobre pedagogía de paz durante el proceso de negociación, en el cual hubo más interés en aislar y desacreditar a la insurgencia que en dar capital político a lo que se venía negociando. Ni tampoco ayudó la campaña de Santos, que invitó al pueblo a tragarse sapos. Al pueblo no le gusta tragarse sapos , aunque a veces tenga que hacerlo contra su voluntad. Pero si se le da la opción, dirá que no. Así de sencillo. Podrá decirse que el mensaje de Santos fue tibio o confuso, pero no podía ser de otra manera: en realidad, tanto él como Uribe son representantes de la oligarquía y sus contradicciones, magnificadas por la prensa, son más de forma que de fondo[6]. En la narrativa post-conflicto que están construyendo –antes de que estemos en el post-conflicto-, el Estado aparece como un padre benevolente que perdona a su hijo rebelde sus desafueros pasados. La cuestión es cuanto están dispuestos a ceder o a perdonar. Un acuerdo que no tocaba el modelo y que no tenía, de manera evidente, capacidad transformadora para la mayoría, no tuvo mayor eco y el debate terminó limitándose a la supuesta impunidad para las FARC-EP.

Pero más allá de las limitaciones obvias de la campaña oficialista, el triunfo del NO refleja la debilidad de las partes negociadoras de cara a la población . Santos es uno de los presidentes más impopulares de la historia colombiana[7], y dudo mucho que la colección de politiqueros, vividores y oportunistas encabezando el SI –entre ellos personajes como Samper o Gaviria- hayan contribuido a generar confianza en torno al proceso. Esto, sin considerar la profunda crisis institucional que vive el país. Por otra parte, aunque las FARC-EP cuentan con un respaldo profundo y arraigado en ciertas zonas rurales donde han tenido presencia, el rechazo a ellas por parte de las mayorías urbanas es indiscutible. El repudio a las FARC-EP tiende a aumentar mientras más lejos se esté de ellas –resulta curioso, por decir lo menos, que algunas de las personas más viscerales en contra de la guerrilla sea gente que jamás en su vida han conocido a un guerrillero, lo cual demuestra la fuerza de la construcción que mediante la propaganda oficial se ha hecho. Pero sea cual sea el origen de esta percepción, ella es una realidad que no puede ser ignorada. Resultaba clave, para ganar apoyos al proceso de paz, conectar con la población que vive fuera de las zonas rurales de influencia tradicional y llegar una población mayoritariamente urbana o incluso no urbana pero que está inmersa en otras problemáticas y otros procesos , que son afectados indirectamente por la guerra de maneras diferenciadas. ¿Qué significaba el proceso de paz para ellos, en concreto? La izquierda que rodeó al proceso, dividida como está, débil, marginal, desconectada del sentir y pensar de las mayorías populares, más hábil para alienar y señalar a los que piensan diferente que para generar procesos incluyentes, sin suficiente imaginación, con prácticas añejas, acostumbrada a consignas que han tapado su falta de proyecto para ofrecer al conjunto del pueblo, fue incapaz de hacer esta tarea.

El triunfo del NO vuelve a demostrar que el proceso fue visto como un asunto distante para la mayoría de la población, como algo ajeno. De hecho, el proceso de paz fue “vendido” mucho mejor a la comunidad internacional que al propio pueblo colombiano. Santos parecía más interesado en una agenda externa (buscar fondos internacionales para “Paz Colombia”, su anhelado premio Nobel de la paz) que en los resultados de la misma negociación. La alta abstención indica esa falta de conexión con el acuerdo de La Habana, pero es difícil creer que una mayor participación hubiera revertido la tendencia. Tal vez, en este sentido, no resulta tan descabellado, como se ha querido hacer creer, la posición del ELN de convocar un amplio diálogo nacional para superar el conflicto social y armado –recordemos que las negociaciones con esta otra insurgencia están empantanadas, entre otras cosas, por los mecanismos de participación popular, que demandan sean mucho más fuertes que los que existieron en el proceso de La Habana.

Si bien el triunfo del SI no significaba el triunfo del “castro-chavismo”, tampoco el triunfo del NO significa el retorno a la guerra total. Quedan dos caminos por delante frente a este impase: una renegociación de los acuerdos, que implicaría a las dos partes tragarse sus palabras previas de que nada era re-negociable e incluir una participación más amplia incluyendo, entre muchos otros, a sectores del uribismo[8], o la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente, propuesta inicial tanto de las FARC-EP como del uribismo, propuesta que en el actual contexto político podría resultar desastrosa para las fuerzas progresistas . Nada asegura que la nueva Constitución sea más progresista que la del ’91, y todo pareciera indicar que se impondrían fuerzas reaccionarias que dejarían su impronta en la Carta Magna por décadas. Así las cosas, lo más probable es que termine renegociándose condiciones más draconianas para los insurgentes, mientras el ELN toma nota de los acontecimientos.

Después de esta dura derrota, volvemos entonces a la pregunta del millón ¿qué hacer? Responder esta pregunta requiere de un ejercicio de autocrítica profunda por parte de la izquierda: no es suficiente criticar a terceros, sea la lluvia, sea la oligarquía, sean los medios, sea el imperio. Como para variar, los principales medios, sectores oligárquicos y las principales potencias del mundo (incluido EEUU) estuvieron de acuerdo con el SI al plebiscito. Hay también que abandonar la arrogancia de esa izquierda que presupone que cuando los sectores populares no están de acuerdo con ella, es porque son brutos, tienen la cabeza lavada, son irracionales, son guerreristas, pasionales, etc. En vez de vociferar “caverna” o “guerrerismo” hay que aceptar con humildad estos resultados y tratar de entender el mensaje de fondo que se entrega a quienes creen en la posibilidad de construir una sociedad más libre, más justa y más igualitaria.

Hay que dar un paso atrás y tratar de pensar nuevamente el proyecto de sociedad que se ofrece al conjunto del pueblo, pero también hay que entender que ese proyecto no puede ser sencillamente ofrecido a las masas con la benevolencia paternalista del despotismo ilustrado: todo para el pueblo, pero sin el pueblo. Se requiere que el pueblo, sus mil luchas, organizaciones, expresiones, deseos, ocupen el centro del quehacer político. No se trata solamente de ofrecer una alternativa al pueblo o “venderle” un acuerdo, se trata de construir esa alternativa junto a él. La paz, por sí sola, ya no es el máximo convocante para la sociedad colombiana, así haya quienes la hayan utilizado para re-elegirse o para candidatearse en las próximas elecciones[9]. Toca enfatizar ese componente de “justicia social” que siempre se insistió que era un aspecto crucial de la paz, el cual estuvo apenas tímidamente representado en la paz ofrecida por los acuerdos de La Habana. Es necesario conectar la paz con las condiciones de vida de la mayoría de la población, mayorías que tienen interés en una Colombia mejor, en una Colombia más humana, más participativa, más igualitaria, pero que no se ve reflejada en lo acordado en La Habana o que lo desconocen porque es un proceso distante. Para lograr ser relevantes, toca abandonar la arrogancia y los vicios autoritarios de cierta izquierda, y encontrar la manera de contribuir a que las masas se conviertan en protagonistas de su propia historia y no verlas solamente como un rebaño que se acarrea para implementar decisiones tomadas por las “mentes superiores”. Una tarea formidable pero que requiere un cambio de mentalidad en quienes apuestan por una nueva sociedad. Más allá del plebiscito, el sol volverá a salir, el mundo seguirá girando y los problemas sociales de las mayorías seguirán ahí –mientras esto sea así, hay esperanza para un proyecto transformador que realmente convoque al conjunto del pueblo.

Notas:

[1] Puede consultarse el resultado electoral pormenorizado en la página de la Registraduría http://plebiscito.registraduria.gov.co/99PL/DPLZZZZZZZZ…1.htm

[2] Se pueden revisar los datos en la página de la Registraduría ya mencionada. Mientras el NO se impuso en Caquetá, municipios como Solano, Cartagena de Chairá y San Vicente del Caguán, votaron mayoritariamente por el SI (aunque con un margen estrecho). Lo mismo ocurre en Norte de Santander (donde el NO se impuso en prácticamente todas partes menos el Catatumbo) o en Arauca.

[3] http://anarkismo.net/article/29580

[4] Ver, por ejemplo, el artículo de José Gregorio Hernández Galindo http://www.razonpublica.com/index.php/conflicto-drogas-….html

[5] Ver las declaraciones del comandante fariano Carlos Antonio Lozada http://www.elespectador.com/noticias/paz/farc-sostienen…40303

[6] Sobre este asunto, recomiendo la lectura de Jaime Jiménez entre las similitudes de la campaña oficialista del SI y la del uribismo por el NO http://www.rebelion.org/noticia.php?id=217480&titular=a…-del-

[7] Curiosamente, la falta de legitimidad y popularidad de Samper fue una de las razones por la cual la insurgencia no negoció con él. Hoy se negocia con el igualmente impopular Santos, mientras Samper ha utilizado el proceso de paz y sus contactos con sectores de la izquierda liberal para intentar rehabilitarse.

[8] Como anécdota, el nunca bien ponderado pero casi siempre lúcido William Ospina decía en una polémica columna en las pasadas elecciones presidenciales que, en su infinita capacidad de equivocarse, la izquierda creía que el mal menor era Santos debido a la negociación de paz. En cambio, de manera preclara, Ospina afirmaba: “Yo he abogado 20 años por la paz negociada, pero, con el perdón de las Farc, nada me parece más inverosímil que la paz de Santos. La paz, para que sea verdadera, tiene que ser otra cosa, y ya muchos han advertido que si la paz sólo puede hacerse con el enemigo, una paz sin Uribe es como una mesa de dos patas”. Creo que el resultado del plebiscito y la perspectiva de renegociar con el uribismo, de alguna manera, reivindica la posición de Ospina que en ese momento provocó un voladero de plumas e hizo que se le descalificara con toda clase de epítetos abusivos. Ver su columna http://www.elespectador.com/opinion/de-dos-males-column…95794

[9] Humberto de la Calle ha recibido una dura paliza en sus intentos de ser el candidato de la paz.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=217516

Fotografía: news.vice

Fuente artículo: http://insurgenciamagisterial.com/el-no-se-impuso-que-sigue/

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Reseña de Libro: Paz en Colombia.

Perspectivas, desafíos, opciones

Pablo Gentili. Sara Victoria Alvarado. Eduardo A. Rueda Barrera. [Editores]

Martha Nussbaum. Francisco de Roux. Francisco Cortés Rodas. Diego Herrera Duque. Manuel Humberto Restrepo Domínguez. Susana Villavicencio. María Luisa Rodríguez Peñaranda. Medófilo Medina. Javier Darío Restrepo. María Paula Saffon. Jairo Estrada Álvarez. Carlos Caballero Argáez. Alfredo Molano Bravo. Alejo Vargas Velásquez. Alejandro Castillejo Cuéllar. Álvaro Oviedo Hernández. Carolina Botero Cabrera. José Fernando Flórez. Miguel Galvis. Jaime Pineda Muñoz. Brigitte Baptiste. Olga María Bermúdez Guerrero. Ana Patricia Noguera de Echeverri. Catalina Toro Pérez. Raúl Zibechi. Cristian Camilo Barrera Silva. Antonio Caballero. Victor Manuel Moncayo C.. Óscar Almario García. Héctor León Hernández. Yeison Camilo García. José María Vera. Asociación Jorge Adolfo Freytter Romero. Sara Victoria Alvarado. Eduardo A. Rueda Barrera. [Autores de Capítulo]

Secretaría Ejecutiva.
ISBN 978-987-722-209-8
CLACSO.
Buenos Aires.
Septiembre de 2016

Este libro pretende ser un aporte para analizar las diversas dimensiones sociales, políticas, económicas, culturales, educativas y éticas de los retos que precedieron al acuerdo de paz y que se desplegarán a partir de ahora. Se publica a pocos días del plebiscito del 2 de octubre de 2016, en el que la sociedad colombiana tendrá en sus manos la posibilidad de refrendar este importantísimo acuerdo, abriendo y multiplicando los desafíos y oportunidades que nos permitieron llegar hasta aquí. La lectura de cada una de las contribuciones de este volumen permite no sólo entender que es urgente y necesario votar por el SÍ a los acuerdos de paz, sino también asumir la inmensa complejidad de una coyuntura que necesitará de muchísima imaginación, compromiso y participación democrática.

Fuente: http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/se/20160930124934/Paz_en_Colombia.pdf

Imagen: http://www.clacso.org.ar/clacso/novedades_editoriales/img_tapas/1181_Tapa.jpg

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Colombia: Sector educativo y centrales obreras marcharan por la paz en Cúcuta.

En medio del apoyo al proceso de paz, anuncian, un paro y movilización social el próximo mes.

América del Sur/Colombia/04.10.2016/Autor y Fuente:http://caracol.com.co/

De manera concertada y en apoyo a la refrendación de los acuerdos la dirigencia sindical en Norte de Santander, inicio las acciones por el SI al plebiscito previo a la firma final del acuerdo de paz.

Con una marcha, el comando regional unitario, representado en la Central Unitaria de Trabajadores -CUT , la Confederación General del Trabajo CGT, la Confederación Colombiana de Trabajadores CTC y el magisterio de Norte de Santander ASINORT participaran de la movilización que busca generar un compromiso ciudadano y de pedagogía de los alcances de los acuerdos.

“Estamos con la paz, queremos que al país y a regiones como Norte de Santander afectadas por el accionar violento, llegue la tranquilidad es un momento de cambio y debemos apoyarlo, ojala este mismo proceso se realice con otros actores armados ilegales que aún mantienen un accionar violento en el país.” Aseguro el Presidente de la Central Unitaria de Trabajadores, Cesar García.

Aunque reconocen que la paz no será inmediata, esperan un compromiso de las partes negociadoras en los puntos concertados. Para Leonardo Sánchez, vicepresidente de la Cut, el tema social en Colombia es delicado y aunque respaldan el SI, reconocen que la lucha por el bienestar de la población civil continuara en medio del incumplimiento del Gobierno Nacional en materia de inversión socio económica para Norte de Santander y su capital.

“Después del plebiscito estamos programando un paro en todo el país para reclamar lo que nos viene prometiendo de tiempo atrás, la fecha la estaremos dando a conocer a principios del próximo mes…” Dijo el dirigente sindical.

El magisterio, modifico el horario escolar para este jueves en ambas jornadas en las 60 instituciones oficiales de la ciudad para vincular a toda la comunidad educativa en la marcha por la paz que recorrerá las principales calles de Cúcuta.

Fuente: http://caracol.com.co/emisora/2016/09/15/cucuta/1473946853_035574.html

Imagen: http://cr00.epimg.net/emisora/imagenes/2016/09/15/cucuta/1473946853_035574_1473946985_noticia_normal.jpg

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Plebiscito en Colombia: Timochenko dice que las FARC seguirán apostando por la paz

«Las FARC mantienen su voluntad de paz y reiteran su disposición de usar solamente la palabra como arma de construcción hacia el futuro».

Así se pronunció el jefe máximo de las FARC, Rodrigo Londoño, alias ‘Timochenko’, luego de la victoria del ‘No’ en el plebiscito de este domingo en Colombia.

En su primera declaración tras conocerse la victoria del «No», el líder de la guerrilla dijo que «lamentan profundamente que el poder destructivo de los que siembran odio y rencor hayan influido en la opinión de la población colombiana».

«Las FARC-EP mantienen su voluntad de paz y reiteran su disposición de usar solamente la palabra como arma de construcción hacia el futuro», asegura el comunicado.

Boleta del NOImage copyrightMARIO TAMA
Image captionLa opción del No se impuso por un estrecho margen en el plebiscito convocado por el gobierno para refrendar el acuerdo con las FARC.

«Al pueblo colombiano que sueña con la paz, que cuente con nosotros. ¡La paz triunfará!«, concluye el comunicado leído desde La Habana.

Según el corresponsal de BBC Mundo en Colombia Natalio Cosoy, las palabras del máximo líder de las FARC están en consonancia con lo que ya había manifestado el grupo guerrillero: que su voluntad era la de la dejación de armas y su constitución como movimiento político.

En este primer comunicado se percibe que, más allá del resultado del plebiscito, se podrá encontrar una vía para implementar de algún modo lo acordado, afirma nuestro corresponsal.

Desde La Habana

El corto comunicado fue emitido desde La Habana, donde se encuentran varios líderes del grupo guerrillero.

Rodrigo Londoño (Image copyrightAFP
Image captionEl comunicado de las FARC, emitido desde La Habana finaliza con ¡La paz triunfará!»

Cuba fue sede desde 2012 de las negociaciones formales entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC.

Con la derrota en el plebiscito convocado por el gobierno, se abre un gran margen de incertidumbre sobre la suerte del proceso de paz.

Santos y el jefe de las FARC, Rodrigo Londoño («Timochenko») firmaron en la ciudad colombiana de Cartagena el pasado 26 de septiembre un acuerdo de paz con el que esperaban poner fin a un conflicto armado que comenzó en 1964.

Este acuerdo contemplaba la transformación de las FARC en un partido político.

Fuente:

http://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-37537809

Fuente imagen:

https://lh3.googleusercontent.com/gn3XPrH471rUpwfgadWa1NTIdHgS6-FhN1y43JYxiU0Yi09Tlrw-vf7f9QaZhD1h5y66og=s152

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Colombia: Izquierda latinoamericana pronostican triunfo del Sí en plebiscito colombiano

Europa/Asia /África/América del Sur/Noticias/http://www.lainformacion.com/

Un centenar de partidos de izquierda de América Latina, Europa, Asia y África presagiaron el viernes en Quito una amplia victoria del Sí en el plebiscito de este domingo en Colombia, sobre el pacto de paz entre el gobierno y las FARC.

«Depositamos toda nuestra esperanza y auguramos un amplio triunfo del Sí (…) frente a las fuerzas de la muerte y el fanatismo guerrerista», expresaron las organizaciones -varias de ellas en el poder- en una declaración al final del tercer Encuentro Latinoamericano Progresista (ELAP).

El acuerdo de paz entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC pone fin al último conflicto armado en el hemisferio occidental, que dejó un saldo de 260.000 muertos y 6,9 millones de desplazados.

El Sí registra entre 55% y 66% de las adhesiones y el «No» alrededor de 35%, según los últimos sondeos.

La paz en Colombia centró la atención de dirigentes de izquierda en la cita organizada anualmente por el movimiento oficialista ecuatoriano Alianza País.

En su declaración, al cabo de tres días de reuniones, la izquierda latinoamericana enfatizó que el acuerdo contribuye a establecer la paz en el mundo.

Además, exhortó al gobierno colombiano y a la guerrilla del ELN a «recorrer el mismo camino para lograr que la paz sea completa».

El documento también rechazó una supuesta estrategia de la derecha opositora contra gobiernos progresistas de la región, que países como Venezuela y Ecuador denominan el «nuevo Plan Cóndor», en alusión a la coordinación en la década de 1970 entre las dictaduras militares del Cono Sur para exterminar a los opositores de izquierda.

«Nos declaramos en lucha y resistencia incesante e irreductible contra el nuevo Plan Cóndor, los golpes (de Estado) blandos y cualquier otra estrategia injerencista y desestabilizadora que pretendan impulsar las fuerzas de la restauración neoliberal, los poderes transnacionales de la guerra y sus aliados en contra de nuestros pueblos», señaló.

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, denunció el miércoles que como parte de ese plan hay un boicot económico contra Venezuela, se produjo el «golpe parlamentario» para destituir a Dilma Rousseff de la presidencia brasileña y la judicialización de la política en Argentina y Brasil.

En la cita intervinieron los expresidentes Cristina Kirchner (Argentina) y José Mujica (Uruguay), así como la canciller venezolana Delcy Rodríguez.

sp/dg

Fuente:

http://www.lainformacion.com/disturbios-conflictos-y-guerra/guerrilla/Izquierda-latinoamericana-pronostican-plebiscito-colombiano_0_958704144.html

Fuente imagen:

https://lh3.googleusercontent.com/caTOnuGcl0geI8QomYou-IveLa2WI4cK_rQcF537XuZavP59gLuIiM26i60o2XtnR9UjtRc=s85

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Argentina: CLACSO: *seguiremos luchando por la paz y por la vida*

Argentina/03 de Octubre de 2016/CLACSO

Clacso desea manifestar el profundo pesar de sus autoridades y centros miembros por el triunfo del NO en el Plebiscito de Colombia. Con la convicción de que la vida y la paz deben anteponerse a toda forma de violencia, Clacso trabajó junto a sus centros miembros e investigadores/as colombianos/as por el SÍ. Duele ver que no fue suficiente.

Se abrirá ahora un período en el que será preciso un esfuerzo de análisis y de comprensión. Las ciencias sociales deben asumir una responsabilidad ineludible en este sentido, que compromete a los y las cientistas colombianos pero también a todos/as los intelectuales latino-americanos.

Hoy lloramos y nos solidarizamos con nuestros hermanos colombianos.
Mañana estaremos renovando nuestro compromiso con la vida, con la democracia, con la justicia y con la paz. No hay ningún desafío más importante y más urgente para las ciencias sociales latinoamericanas.

Buenos Aires, 2 de octubre de 2016
*Secretaría Ejecutiva
Comité Directivo
CLACSO*

Fuente: http://www.clacso.org.ar/difusion/Colombia_octubre_2016/seguiremos_luchando.html

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Colombia: ¿Se firma la paz y listo? Vea el reto en educación que debe asumir el Gobierno

Colombia/03 de Octubre de 2016/Pulzo

El desafío lo expusieron expertos internacionales al referirse a lo que viene en esta materia para el post-conflicto.

Coincidieron en que la tarea de la educación en Colombia ahora se centra en el territorio rural.

Además, señalan que las viejas edificaciones de las instituciones educativas, la falta de servicios básicos en ellas, la escasez de maestros en propiedad y con niveles superiores de formación, las altas tasas de deserción escolar, y el cambio las bajas tasas de cobertura y de buenos puntajes en desempeño de los estudiantes son solo una muestra del tamaño de los retos en esta zona.

“Las inversiones en infraestructura de los municipios afectados por el conflicto tienen un rezago histórico. En una encuesta del Ministerio de Educación, realizada en 2014 a 7.168 sedes rurales, encontramos que la infraestructura tiene un promedio de 37 años, 80 % de las sedes no tienen red de gas, 70 % no tienen alcantarillado, 40 % no tienen acueducto, 13 % no tienen energía y 36 % no tienen las suficientes baterías sanitarias”, señaló Víctor Saavedra, viceministro de Educación Preescolar, Básica y Media, durante la XIV Asamblea Anual de la Fundación Empresarios por la Educación (ExE) ‘Los retos en la educación para la Colombia de hoy’.

AFP

Al evento, celebrado en la Universidad Católica de Colombia, asistieron los empresarios más importantes del país, quienes manifestaron su apoyo a los procesos educativos que seguirán después de la firma de los Acuerdos de La Habana y que significan cerrar las brechas de desigualdad (específicamente en el sector rural), propiciar una educación para la ciudadanía y conseguir un proceso de reconciliación.

“Lograr que todos (los estudiantes) permanezcan en la escuela, implica hacer de la educación una oferta verdaderamente atractiva, pertinente e interesante para los estudiantes y sus familias. Esto se hace más urgente hoy, cuando estamos a portas de un momento crucial para la vida de Colombia: la firma de un acuerdo para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera con la guerrilla más vieja del mundo. Esta es una oportunidad para saldar las deudas que tenemos con el campo, y la educación es el eslabón principal en una cadena de transformaciones que el país debe empezar a dar”, señaló Carlos Enrique Cavalier, presidente de Alquería y vicepresidente del Consejo Directivo de la Fundación.

Además, hizo un llamado para que los empresarios mantengan la premisa de que en el capital humano encontrarán las posibilidades para hacer de Colombia un país más equitativo y en paz.

AFP / AFP

Por su parte, la directora de la Fundación, Carolina Meza, enfatizó en que el cambio que se avecina con la firma de los acuerdos da la oportunidad única de construir nación en los lugares más apartados de Colombia, “que no solo han sufrido en carne propia el conflicto, sino el más inhumano abandono de todas las instituciones, entre ellas la educativa”.

“La educación puede ayudar a cambiar los miedos y prejuicios que deja un conflicto largo y complejo como el nuestro, en esperanzas para las nuevas generaciones y herramientas que les permita aportar a la escritura de un nuevo capítulo de la historia”, aseguró.

Gobierno promete infraestructura

Saavedra aseguró que para sacar del rezago a las sedes rurales se harán asignaciones directas a los colegios. Además, los municipios afectados por la violencia contarán con 10.000 millones de pesos para hacer las adecuaciones necesarias y el país dispondrá de un fondo de financiamiento de infraestructura que tendrá recursos de la nación. Finalmente, Colombia tendrá un crédito a 10 años con el BID para seguir haciendo inversiones.

En torno a esto, una de las recomendaciones que dio a Colombia Alan Smith, de la Cátedra Unesco en Pluralismo, Derechos Humanos y Democracia y experto en educación y posconflicto, fue destinar como Gobierno importantes sumas de dinero a la educación porque es el punto de entrada para las transformaciones. Para él, la experiencia en posconflictos muestra que no es conveniente depender de dineros de los donantes, pues ellos solo están los primeros 5 años después de la firma de los acuerdos.

Por su parte, la consultora internacional Claudia Uribe manifestó la necesidad de diseñar una política educativa sobre desplazamiento que incluya las realidades que se están viendo tanto en el sector rural como en el urbano, ya que la mayoría de colombianos en situación de desplazamiento llegan a las zonas marginales de medianas y grandes ciudades.

Fuente: http://www.pulzo.com/economia/educacion-posconflicto-colombia/PP127176

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