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Cuando el colegio es un recuerdo: la dramática realidad del 97% de niños en América Latina y el Caribe

La covid-19 deja a 137 millones de alumnos de la región sin escuela durante más de 170 días, según el informe Educación en Pausa, de Unicef. Con una enorme brecha digital, riesgos de mayor abandono escolar y meses perdidos para los pequeños con discapacidad, la incertidumbre es una constante.

Hoy Joel Young debería estar en la escuela. Tiene 11 años y vive junto a sus seis hermanos y su padre en Little Bay, una pequeña comunidad de pescadores en la costa oeste de Jamaica. A mediados de marzo ―como en gran parte del globo― decretaron el confinamiento en la isla, lo que para este niño se tradujo en el fin del colegio. Desde entonces, no ha vuelto. Llevar la educación a la casa es una tarea casi imposible cuando el esqueleto educativo ya está fuertemente golpeado, internet solo llega al 55% de los hogares y un 34% de las familias ni siquiera tiene un dispositivo desde el que conectarse. Esta es la realidad de Jamaica. Y de Joel.

Con distintos nombres e historias, esta carrera de obstáculos para recibir formación durante la pandemia ha sido la constante de más de 137 millones de estudiantes en América Latina y el Caribe. Así lo detalla el último informe de Unicef Educación en pausa, que alerta de unas pérdidas económicas de 1,2 mil millones de dólares (mil millones de euros) y unas nefastas consecuencias sociales para esta generación de niños que lleva más de 170 días sin clases presenciales. Para ellos, los lunes ya no se parecen en nada a los de antes.

 

Mientras muchas escuelas en África, Asia y Europa están reabriendo gradualmente, en 18 de los 36 países y territorios de la región estudiada en el informe, las puertas de las aulas permanecen completamente cerradas. Y, hasta finales de octubre, solo 13 países ―en su mayoría islas del Caribe con poblaciones estudiantiles muy pequeñas― habían vuelto a la presencialidad absoluta. El 97% de los estudiantes no ha vuelto a las aulas. Kenon King, de 35 años, no quiso esperar el turno de Jamaica, cuyas aulas aún no han reabierto. Es el director de la Escuela Primaria de Little Bay, donde estudia Joel Young, y otros 185 alumnos, cada uno con realidades muy diferentes. Es por ello que el colegio apostó por un sistema mixto para llegar a todos, desde clases virtuales hasta entregas de tareas a domicilio. Para el mensajero de los deberes, “el coronavirus no podía robarles el derecho a la educación”.

Por un lado, Unicef, en alianza con el Ministerio de Educación de Jamaica y el esfuerzo de un equipo de profesores entregados, puso en marcha un proceso de transformación digital en el que capacitaron a 1.200 docentes en técnicas de enseñanza a distancia y lograron impartir las lecciones a través de Google Classroom y llamadas de WhatsApp. Y, por otro, King recoge y entrega las tareas a los 80 alumnos que no tienen internet o un dispositivo desde el que seguir la clase. Una vez por semana, King inicia la ruta subido a su moto con los deberes en una mochila. Con mascarilla, distancia de seguridad y mucha ternura va de puerta en puerta asegurándose de que “sus chicos” siguen estudiando: “No nos podíamos olvidar de ninguno”, cuenta sonriente a través de una videollamada.

Rezo todos los días para que esto pase rápido y Joel pueda seguir estudiando ya desde la escuela. Rezo y rezo para que tenga un futuro

A su lado, Wayne Young, el padre de uno de los beneficiarios del programa le escucha con admiración: “No sé cómo agradecérselo. Nunca dejó de educar a mi hijo”. Young no esconde lo difícil que han sido estos últimos meses para su familia, de ocho miembros. Es pescador y hace unas semanas que su barca se rompió y ya no puede buscar su sustento habitual. “Rezo todos los días para que esto pase rápido y Joel pueda seguir estudiando ya desde la escuela. Rezo y rezo para que tenga un futuro”, cuenta con la preocupación anclada en los ojos. “Cada vez que King toca la puerta, a mi hijo se le cambia la cara”, añade. Alrededor de 42 millones de estudiantes han recibido formación remota en sus casas, apoyados por Unicef, a través de la radio, televisión e Internet, en función de las características y accesos de cada país.

Joel Young estudia con el material que le entrega su profesor semanalmente, ya que no tiene internet para acceder al aula virtual. En el vídeo, su historia.UNICEF

“Dejar de ir al colegio es mucho más que no recibir formación académica”, asegura Ruth Custode, especialista de educación en emergencias de la oficina regional de la organización. “Es dejar atrás la socialización, el contacto físico con los profesores y sus compañeros, es, para muchos, no tener un espacio seguro o perder la comida más nutritiva del día… La escuela es mucho más que aprender a leer y escribir”.

Los Ramírez lo saben. Crispin Evenilda, 11 años, e Iker Rufu, de siete, son los únicos hijos de Óscar Ovidio Ramírez que iban al colegio. Hasta hace siete meses, Ramírez tenía asegurada la alimentación de ambos en la Escuela de Tishmutique Olopa, al sur de Guatemala. Desde que la pandemia estalló, este agricultor tuvo que renunciar a la venta ambulante y la bolsa de alimentación que comenzó a recibir por Crispin e Iker se convirtió en el sustento de los diez miembros de la familia. El menor tiene 14 meses. Como ellos, 80 millones de estudiantes de América Latina y el Caribe están perdiendo la comida más saludable del día, según el informe.

Para muchas familias, que la escuela tenga comedor es un aliciente para mandar a sus hijos. Tememos que muchos se desvinculen después de la pandemia

Ramírez lamenta no poder darle a sus hijos una vida más fácil. “Este año se juntó todo. La cosecha fue muy mala a causa del cambio climático y encima no pude vender ni en la calle ni en los negocios. Todo cerró y ahorita estoy muy falto de recursos económicos”, explica incómodo este padre de 42 años a través de una videollamada que realiza con el móvil de su vecino. Los últimos tres meses ha recibido varias entregas de comida con la que espera “ir escapando”. Custode insiste: “La alimentación es otra de las patas principales de la educación: si no estás bien alimentado, no estás sano y no puedes estudiar en tu máximo rendimiento. Además, para muchas familias, que la escuela tenga comedor es un aliciente para mandar a sus hijos. Tememos que muchos se desvinculen después de la pandemia”.

Tres millones de escolares no volverán a las aulas tras la pandemia

La Unesco estima que cerca de 3,1 millones de niños y adolescentes en América Latina y el Caribe no regresará nunca a la escuela tras la pandemia del coronavirus. Los indicadores apuntan, además, que esta región sufrirá uno de los mayores descensos en la matrícula escolar, 1,83%, entre el resto de zonas del globo, ya que el porcentaje de menores que no recibe ningún tipo de formación (ni remota ni presencial) se ha disparado del 4% al 18% en los últimos meses. Según los hallazgos de Unicef, esta cifra escala hasta el 21% en los hogares más pobres de la región.

La familia Alemán-Téllez siguen la terapia virtual de su hija a través de un móvil. En el vídeo, la historia de la pequeña Rouss.UNICEF

El cierre de las escuelas afecta a todos los estudiantes, pero no todos se ven afectados por igual. Los pequeños con discapacidad han sido doblemente impactados por este parón. María Delia Espinoza, especialista en Supervivencia y Desarrollo Infantil de Unicef en Nicaragua, advierte en el estudio de las terribles consecuencias: “Un niño que no continúa con su terapia regular puede retroceder hasta seis meses por cada mes perdido”. Rouss Alemán-Téllez, de dos años, nació con mielomeningocele, una forma de espina bífida que podría impedirle caminar. A principios de año, la pequeña comenzó a moverse e, incluso a caminar, gracias al trabajo de los terapeutas y el empeño de sus padres. El paréntesis por el coronavirus habría sido nefasto. Pero su centro educativo, Los Pipitos, organización socia de Unicef, adaptó los formatos para que pudieran continuar virtualmente 164 terapias de los 787 niños y adolescentes que atienden normalmente. La meta, inciden todos, es llegar a todos.

Fuente: https://elpais.com/planeta-futuro/2020-11-09/cuando-el-colegio-es-un-recuerdo-la-dramatica-realidad-del-97-de-ninos-en-america-latina-y-el-caribe.html

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Colombia: más de 1.800 niños han desertado de colegios públicos por dificultad en virtualidad en Cali

La denuncia la hizo la concejal de la ciudad, Ana Erazo, quien asegura que el aumento en la deserción escolar en Cali se debe a la falta de herramientas tecnológicas, especialmente en zonas vulnerables de la capital del Valle.

El cabildante señaló que son más de 1.800 niños que han desertado de las instituciones educativas oficiales, lo cual sucede en los sectores más vulnerables: el oriente y la ladera, donde los padres tienen que salir a trabajar y por no dejarlos solos en casa estudiando, deciden retirarlos.

“Pero los casos más graves que vemos con la conectividad tienen que ver con los corregimientos, es decir la zona rural, porque por más que se han llevado simcards para que los niños puedan tener acceso, no llega la cobertura de internet”, aseguró Erazo.

De acuerdo con cifras del Sistema de Matrículas (Simat), se calcula una deserción del 1,1%, sin embargo, la cifra se puede consolidar solo hasta finalizar el año lectivo.

El secretario de Educación de Cali, William Rodríguez, señaló que se trabaja en la campaña ‘Cali educa desde casa’, en alianza con Emcali, para la entrega de simcards de internet en sectores vulnerables.

“Con Emcali la alianza hay que mirarla en el corto, mediano y largo plazo. Evidentemente, en el corto plazo es una medida de choque que ha tenido todas las dificultades asociadas a la pandemia, pero también hay que entenderlo en el mediano plazo en tanto que, estamos orientando toda la estrategia para que la red que se está constituyendo hoy, que se está fortaleciendo en su plataforma, tenga mayor conectividad y articulación”, explicó el funcionario.

La concejal Erazo añadió que este tipo de estrategias, además de fortalecer la cobertura en materia digital, deben involucrar a las familias que conocen poco de tecnología.

Fuente: https://www.radionacional.co/noticia/regiones/cali/desercion-escolar-pandemia

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Niños de los países más pobres perdieron varios meses de escolaridad durante la pandemia

Los escolares de países de ingresos más bajos han sido los más afectados del mundo, en comparación con educandos de naciones más ricas.

Estudiantes de niveles escolares de los países de ingresos bajos y medios bajos fueron los más afectados en su educación durante la pandemia del COVID-19, de acuerdo a un informe publicado recientemente por la UNESCO, la UNICEF y el Banco Mundial.

Según dijo Stefania Giannini, Subdirectora General de Educación de la UNESCO, «Lapandemia acrecentará el déficit de financiación de la educación en los países de ingresos bajos y medios. Si se toman las decisiones de inversión correctas ahora, en lugar de esperar, este déficit podría reducirse significativamente».

«En la Reunión Mundial sobre Educación convocada por la UNESCO con Ghana, Noruega y el Reino Unido el 22 de octubre, unos 15 jefes de Estado y de gobierno, cerca de 70 ministros de educación y otros socios para el desarrollo se comprometieron a proteger la financiación de la educación y a actuar para reabrir las escuelas en condiciones de seguridad, apoyar a todos los maestros como trabajadores de primera línea y reducir la brecha digital. Es un compromiso que nos obliga a todos a rendir cuentas», agregó.

El jefe de Educación de la UNICEF, Robert Jenkins comentó que es «prioritario» dar prioridad a la reapertura de las escuelas y ofrecer las medidas necesarias para recuperar esos cuatro meses perdidos.

Más de dos tercios de los países han reabierto sus sistemas educativos en mayor o menor medida, y las naciones con mejor posición económica o con sistemas educativos más fuertes han podido implementar fácilmente sistemas de educación a distancia por internet. Sin embargo, aquellos cuyas escuelas son totalmente presenciales y que no cuentan con el apoyo de plataformas digitales se han visto más afectados.

Solo 20% de los países de bajos ingresos pudo contabilizar los días de aprendizaje a distancia como días escolares oficiales, rebajando el impacto de las medidas de tele-aprendizaje, en comparación con tres cuartas partes de los países a nivel mundial.

De los 79 países que respondieron preguntas sobre el financiamiento, casi el 20% alertaron que habían tenido que reducir el presupuesto educativo o prevé reducciones en el presupuesto de educación de su país para el ejercicio económico actual o el próximo. Esto se compara con casi el 40% de los países de ingresos bajos y medios bajos.

Más del 50% de los países pobres comunicaron que no disponen de los fondos suficientes para instalar medidas sanitarias en las escuelas par el lavado de manos y el correcto distanciamiento social, lo que pone en riesgo a todo el persona y los educandos en el contexto de la pandemia.

La crisis viene de antes

La pandemia del coronavirus solamente vino a agravar una situación que ya venía de por sí maltrecha. La educación primaria en los países más pobres es ciertamente endeble y la crisis sanitaria solo la empeoró.

Antes de la pandemia, la mitad de los niños de los países de ingresos bajos y medio bajos no podían comprender una frase escrita de nivel básico y al menos 250 millones de niños en el mundo ya estaban sin escolarizar, cifra que podría crecer en al menos 24 millones al final de 2020. Los escolares de hoy en día podrían perder 10 billones de dólares de ingresos durante su vida laboral, lo que equivale al 10% del PIB mundial.

«A pesar de los esfuerzos generalizados, existen grandes diferencias en la capacidad de los países para proporcionar a los niños y jóvenes un aprendizaje eficaz. Y es probable que haya diferencias aún mayores dentro de los países en cuanto a la estimulación educativa que han experimentado los niños y los jóvenes. Antes de la pandemia nos preocupaba la pobreza de aprendizaje y también la desigualdad en las oportunidades de aprendizaje. Ahora, la línea de base del aprendizaje es más baja, pero un aumento en la desigualdad de oportunidades podría ser catastrófico. La tarea de reanimar el proceso de aprendizaje es sumamente urgente», dijo Jaime Saavedra, Director Mundial de Educación del Banco Mundial.

Fuente: https://www.lr21.com.uy/mundo/1437100-educacion-ninos-estudiantes-paises-pobres-escolaridad-escuela-pandemia-coronavirus

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Intersindical RM participará en la manifestación on-line bajo el lema «nuestras vidas importan más que sus beneficios»

Europa/España/06-11-2020/Autor(a) y Fuente: www.tercerainformacion.es

Las plataformas Plan de Choque Social y Marchas de la Dignidad de la Región de Murcia han convocado para el próximo sábado 7 de noviembre una manifestación a través de las redes sociales en protesta por la falta de respuesta a los problemas sociales de la clase trabajadora y los sectores populares de la región.

El próximo sábado 7 de noviembre se llevará a cabo una acción on-line en las redes sociales impulsadas desde las plataformas Plan de Choque Social y Las Marchas de la Dignidad, en las que participa activamente la Intersindical Región Murciana, ante la falta de respuesta a los problemas de la mayoría social y la gestión de la pandemia por parte del gobierno regional de López Miras, al que acusan de beneficiar a sus amigos del juego y a las grandes fortunas de la región, así como llevar a cabo reformas contra el medio ambiente y a favor de las personas que más tienen, además de que se desconoce en qué se ha gastado el dinero que el gobierno del Estado ha dado a la región para paliar los efectos de la pandemia.

Las plataformas han tenido que adaptar la acción convocada de forma presencial, para ese mismo día, ante las medidas de seguridad sanitaria aprobadas por los gobiernos y han manifestado que volverán a la calle próximamente. La acción on-line será a las 17 horas y han elaborado una guía para su realización que está publicada en su web y redes sociales.

Los convocantes denuncian en su manifiesto que en nuestra región la crisis por la pandemia del Covid-19 ha mostrado, por un lado, la debilidad del sistema público de salud para hacer frente a esta situación de extrema gravedad, como también del resto de aspectos públicos como la educación, la protección social, las residencias de mayores, el transporte, etc. Y por otro, la utilización de la pandemia como excusa para imponer políticas que profundizan en las desigualdades y la pobreza, que depredan el medio ambiente y benefician a los amigos del gobierno (PP, Ciudadanos) en Murcia, con el agravante del retroceso social y democrático que supone que sea un gobierno sustentado por el partido fascista.

Y continúan diciendo, nuestra región, por su modelo económico y laboral, tiene uno de los índices de precariedad laboral y de pobreza social más altos de España y de Europa, como ha quedado demostrado en los últimos informes de organizaciones solidarias. La explotación de las personas en el ámbito laboral es especialmente sangrante en nuestra región, con prácticas cercanas al esclavismo. La crisis está suponiendo una oportunidad para las clases ricas y acomodadas. Así, la acumulación de la riqueza por las clases ricas –mucha de ella por medios ilícitos e inmorales- es un hecho escandaloso. Los ricos son cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres.

Por todo ello, exigen, entre otras cuestiones, una sanidad pública y de calidad,  derecho a una vivienda digna,  educación pública y de calidad, un cambio radical de la política ambiental, prestaciones sociales suficientes, una política fiscal redistributiva, acceso universal  y seguro a las comunicaciones de calidad, la igualdad de todos los seres humanos, contra las políticas que discriminan a las mujeres y la violencia machista, contra la manipulación mediática y social y la derogación de las Leyes Mordaza y modificación del Código Penal. 

Enlace al manifiesto

Fuente e Imagen: https://www.tercerainformacion.es/articulo/actualidad/05/11/2020/intersindical-rm-participara-en-la-manifestacion-on-line-bajo-el-lema-nuestras-vidas-importan-mas-que-sus-beneficios/

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¿Cuántos pobres le dejará la pandemia a Colombia y cómo atenderlos?

Cecilia López, exministra y exdirectora de Planeación, asegura que es necesario un plan de choque de emergencia para reactivar el empleo y aumentar los subsidios. Dice que las protestas sociales seguirán hasta que no se atienda a la población más pobre.

Si hay una bomba de tiempo en Colombia que sigue aumentando su potencia y no da espera para desactivar es aquella relacionada con la pobreza.

Este indicador, que es un reflejo de las condiciones sociales con las que viven los ciudadanos, aumentó el año pasado cuando el coronavirus apenas se veía en las primeras planas de los diarios asiáticos y europeos, pero en América Latina estaba lejos de ser la noticia del día a día.

Según datos del DANE, entre 2018 y 2019 la pobreza monetaria pasó de 34,7 a 35,7 por ciento de la población, es decir, uno de cada tres ciudadanos. En plata blanca, esto significa que más de 660.000 personas pasaron a esta condición, que los obliga a vivir con menos de 327.000 pesos al mes.

Si eso se multiplica por cuatro, que es el promedio de personas en una familia colombiana, se tiene que un hogar deja de ser pobre monetariamente si recibe más de 1,3 millones de pesos al mes. La cifra es un promedio nacional, ya que hay ciudades donde el costo de vida es mayor o menor, con lo cual la incidencia de la pobreza varía según donde se habite.

La situación se vuelve aún más crítica si se analiza la pobreza extrema o indigencia, que hoy tiene a 4,6 millones sobreviviendo con apenas 4.500 por día. De igual forma, la situación es compleja si se mira hacia el campo colombiano. En las zonas rurales y centros poblados, el 47 por ciento de los habitantes vive en la pobreza.

En diálogo con SEMANA Noticias, la exministra y exdirectora de Planeación Nacional, Cecilia López, dijo que estos resultados demuestra que el modelo económico implementando en Colombia fracasó y requiere una cirugía de fondo.

Eso sí, antes de pensar en reformas estructurales, es determinante hacerle frente a la crisis económica generada por la pandemia del coronavirus, que podría elevar la pobreza monetaria a casi el 50 por ciento de la población.

Así lo detallan cálculos de Fedesarrollo, que indican que una de cada dos personas podría quedar en esta condición, teniendo en cuenta el duro aumento del desempleo y el desplome en los ingresos de los hogares. Pero también teniendo presente que las cifras de pobreza estaban subestimadas desde hace varios años.

“Unas cuatro millones de personas no estaban siendo contabilizadas como pobres, pero sí lo eran. Por eso, durante 10 años se tomaron decisiones sobre recursos e inversiones basadas en información errónea y, como consecuencia, ni se adoptaron las políticas necesarias, ni se destinaron los recursos que necesitaba la población en condición de pobreza”, explicó Jairo Núñez, investigador del centro de estudios.

¿Cómo se explica, entonces, que la economía creciera el año pasado 3,4 por ciento, pero aumentara la pobreza? Según el DANE, esto responde al deterioro del mercado laboral, que viene afectado al país desde hace cinco años. No obstante, analistas señalan que el problema tiene un mayor calado.

“Si la economía crece y aumentan los pobres, es porque algunos pocos se quedan con los beneficios del crecimiento”, dijo López. En su concepto, los más ricos en Colombia se llevaron ese crecimiento económico, en detrimento de los ingresos de los más pobres, que vieron caer sus ingresos el año pasado.

En su concepto, esta situación amerita que el Gobierno y su equipo económico diseñen una política de reactivación que permita recuperar la economía, pero también hacerle frente a la crisis de la pobreza.

“La única demanda real que puede haber es la de los pobres. Ni el Gobierno ni los gremios han querido entender que hay un problema de demanda. Para eso hay que darles empleo a los pobres o aumentar las transferencias, o las dos cosas”, explica.

A largo plazo, agrega, habrá que replantear la política social del país, de tal modo que haya mejoras en la salud, la educación y el empleo. Si esto no se concreta, concluye, las protestas se seguirán presentando en las principales ciudades de Colombia.

Fuente e imagen:  https://www.semana.com/economia/articulo/cuantos-pobres-le-dejara-la-pandemia-a-colombia-y-como-atenderlos/202028/

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Discriminación v sus consecuencias judiciales

Por: Tahira Vargas García 

Resulta de gran importancia la aprobación de una ley de igualdad y antidiscriminación como la sometida a la cámara de diputados por el congresista Juan Dionicio Rodríguez Restituyo y un conjunto de organizaciones de la sociedad civil.

La existencia de prácticas discriminatorias en nuestro país ha sido normalizada e invisibilizada hasta tal punto que existe la oposición a que se reglamente y se sancione la misma.

En distintos estudios con poblaciones vulnerables (ODH/PNUD/MEPyD 2011) (Vargas/ONUSIDA 2012) (Vargas/ONE 2016) se identifican múltiples prácticas discriminatorias sufridas por muchas personas en silencio y que han provocado su exclusión del ámbito laboral, educativo, social y en varios casos intentos de suicidio.

En la mirada a la deserción escolar (ONE/Vargas 2016) se plasman como una de las causas principales la discriminación vivida por niños, niñas y adolescentes en centros educativos por distintas razones como son: su color de la piel, orientación sexual (LGBTI), pobreza, discapacidad, hijos e hijas de trabajadoras sexuales, migrantes, madres adolescentes o adolescentes activas sexualmente.

“Yo dejé la escuela cuando estaba en 6to curso. No volví más. El profesor todos los días me daba cocotazos y me decía maricon. Todos los días mis compañeros se burlaban de mí , me empujaban, se agrupaban para darme golpes. Un día se combinaron y me empujaron desde la escalera y me di un golpe en la cabeza. Nadie hizo nada. Me lo merecía dijo la directora. Me fui y tuve mucho miedo de volver a estudiar. No quería volver a sufrir lo mismo”. (Vargas/ONUSIDA 2012)

Las personas e instituciones ejercen continuamente discriminación y exclusión hacia personas con perfiles diversos sin responsabilizarse del daño y las graves consecuencias en sus vidas.

Sufrir la discriminación en hospitales y centros de salud es parte del dolor y la desesperación de muchas personas viviendo con VIH, en situación de calle, usuarias de drogas, trabajadoras sexuales, personas LGTBI sobre todo mujeres trans y migrantes. Los relatos de burlas, humillaciones, negación a ofrecerle servicios son continuos. Se han dado casos de muerte por falta de atención de personas usuarias de drogas, mujeres trans y en situación de calle en centros hospitalarios. En algunos casos tienden a ser excluidos de estos centros por su apariencia física, su vestimenta o por su condición. (Vargas/ONUSIDA 2012)

Lo mismo ocurre en el sistema de justicia. Cuando una mujer trabajadora sexual, en situación de calle, usuaria de drogas, migrante o mujer trans o va a poner una denuncia por violencia de género no le dan respuestas, se burlan de ellas o simplemente la despachan con un “iremos por allá” o “regrese cuando le vuelva a pegar”, frases frecuentes en fiscalías y cuarteles policiales.

Las practicas discriminatorias deben tener consecuencias y sanciones legales. Nuestra constitución condena la discriminación y la exclusión hacia las personas por ser diferentes en su identidad étnico-racial, sexual, condición social-económica, religión, entre otras. La ausencia de un régimen de consecuencias contra las múltiples prácticas discriminatorias en empresas, comercios, centros educativos, universidades, centros de salud, sistema de justicia y policía nacional ha generado su normalización y con ello la desigualdad y exclusión social.

Resulta de gran importancia la aprobación de una ley de igualdad y antidiscriminación como la sometida a la cámara de diputados por el congresista Juan Dionicio Rodríguez Restituyo y un conjunto de organizaciones de la sociedad civil. De esta manera podemos garantizar el respeto a los derechos de todas las personas independientemente de su perfil o condición en una sociedad que se define constitucionalmente como democrática.

Este artículo fue publicado originalmente en el periódico HOY 

Fuente: https://acento.com.do/opinion/discriminacion-v-sus-consecuencias-judiciales-8873348.html

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Uno de cada seis niños vive en la pobreza extrema y la cifra aumentaría con la pandemia de COVID-19

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el Grupo Banco Mundial publicaron este martes un informe que revela cifras alarmantes de la situación de millones de niños que viven paupérrimamente.

Ya antes de que la pandemia de COVID-19 golpeara las economías de todos los países, uno de cada seis menores de edad, o 356 millones, vivía en condiciones de pobreza extrema.

Según el estudio, dos tercios de esos niños habitan en África subsahariana en hogares que luchan por sobrevivir con un promedio de 1,90 dólares al día o menos por persona, mientras que el sur de Asia aloja a casi una quinta parte de estos chicos.

El análisis muestra que el número de personas que viven en la pobreza extrema disminuyó 29 millones entre 2013 y 2017. Sin embargo, agrega que el avance de los últimos años ha sido “lento y desigual, además de que se encuentra en riesgo” debido al impacto económico de la pandemia.

Urge un plan de recuperación para los niños

El director de Programas de UNICEF afirmó que el número de niños que debe luchar para sobrevivir debería escandalizar a cualquiera.

“Y la escala y la profundidad de las dificultades financieras provocadas por la pandemia solo están destinadas a empeorar las cosas. Los gobiernos necesitan con urgencia un plan de recuperación infantil para evitar que muchos más niños y sus familias alcancen niveles de pobreza que no se habían visto durante muchos, muchos años”, apuntó Sanjay Wijesekera.

Aunque los niños representan cerca de un tercio de la población mundial, son casi a mitad de la población extremadamente pobre. Además, tienen más del doble de probabilidades de ser paupérrimos que los adultos.

Los niños más pequeños son los que están en peor situación: el 20% de ellos es menor de cinco años y vive en hogares extremadamente pobres del mundo en desarrollo, destaca el informe.

“El hecho de que uno de cada seis niños viviera en la pobreza extrema y que el 50% de los pobres extremos del mundo fueran niños antes de la pandemia de COVID-19 es motivo de gran preocupación para todos”, recalcó Carolina Sánchez-Páramo, directora global de la División de Pobreza y Equidad del Banco Mundial.

Agregó que la pobreza extrema priva a cientos de millones de niños de la oportunidad de alcanzar su potencial en términos de desarrollo físico y cognitivo, y amenaza su capacidad para conseguir buenos trabajos en la edad adulta.

“A raíz de la desorganización económica masiva causada por la pandemia, es más crucial que nunca que los gobiernos apoyen a los hogares pobres con niños ahora y reconstruyan su capital humano durante la recuperación”, enfatizó Sánchez-Páramo.

PMA/Isheeta Sumra
La familia de Rani vive por debajo de la línea de la pobreza y depende de un programa alimentario para ayudar a mejorar la nutricón de los niños.

Más niños que adultos pobres

La pobreza extrema entre los niños ha disminuido menos que entre los adultos, y una mayor proporción de los pobres del mundo eran niños en 2017, en comparación con la cifra de 2013.

Todas las regiones del mundo experimentaron distintos niveles de disminución de la pobreza extrema entre los niños, excepto en África subsahariana, que registró un aumento de 64 millones en el número absoluto de pequeños que luchan por sobrevivir con 1,90 dólares al día, de 170 millones en 2013 a 234 millones en 2017.

La pobreza infantil es más frecuente en países frágiles y afectados por conflictos, donde más del 40% de los niños viven en hogares extremadamente pobres, en comparación con el 15% de los niños de otros países. Además, el 70% de los niños en situación de pobreza extrema vive en un hogar donde el jefe de la familia trabaja en el campo.

Medidas de largo plazo

La crisis del COVID-19 seguirá afectando de manera desproporcionada a los niños, las mujeres y las niñas, y amenaza con revertir los avances logrados en materia de igualdad de género, prevé el informe, y señala que hace falta protección social para mejorar los mecanismos de supervivencia de la población pobre y vulnerable tanto en la respuesta inmediata a la pandemia, como en la recuperación a largo plazo.

Los datos del Banco Mundial y UNICEF sugieren que la mayoría de los países han respondido a la crisis ampliando los programas de protección social, en particular las transferencias de efectivo, que brindan una plataforma para inversiones a más largo plazo en capital humano.

Sin embargo, muchas de las respuestas son a corto plazo y no son adecuadas para responder a la magnitud esperada a largo plazo de la recuperación, dice el estudio.

Es más importante que nunca que los gobiernos amplíen y ajusten sus sistemas y programas de protección social para prepararse para futuras crisis, incluidas las innovaciones para la sostenibilidad financiera. También precisan fortalecer los marcos legales e institucionales; proteger el capital humano; ampliar los beneficios para niños y familias a largo plazo; e invertir en políticas favorables a la familia, como la licencia parental remunerada y el cuidado infantil de calidad para todos.

Fuente: https://news.un.org/es/story/2020/10/1482662

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