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Comentarios al Acta del XXII Congreso Nacional de Historia Sobre política científica y ética

Entrevista a: Felipe de J. Pérez Cruz

En el debate sobre la situación de la historia en el país, su investigación y enseñanza acredito que existe un conjunto de problemáticas que debemos atender y resolver. En los últimos años hemos debatido sobre el contenido, organización y trascendencia de los congresos nacionales de Historia, tradición de eventos fundada por Emilio Roig de Leuchsenring desde 1942, que felizmente rescató la Unión Nacional de Historiadores de Cuba (UNHC). Soy de los que considera que estos Congresos deben de repensarse desde la propia tradición democrática y científica forjada por Roig de Leuchsenring, y en tal propósito trabajé con los asociados de la capital en la organización de los congresos de esa provincia en los últimos once años. A la vez he hecho llegar a la dirección de la UNHIC mis criterios y sugerencias en relación a cómo deben realizarse los congresos.

Recién conocí de la publicación del Acta del XXII Congreso Nacional de Historia, realizado en abril pasado, en la hermosa ciudad de Holguín, y con preocupación observo en lo que se lee en el documento y en varias resoluciones, que los posicionamientos inadecuados y las decisiones desacertadas, lejos de resolverse, se acentúan. Entre un número significativo de objeciones, me referiré a las que en mi opinión resultan más significativas en el orden de la política científica y de la ética que nos merecemos.

¿Qué aportó el XXII Congreso?

Un primer hecho que se nota en el Acta es la ausencia de definiciones de aporte. Conozco la calidad de las investigaciones que nutrieron las presentaciones de la delegación habanera al XXII Congreso, y estoy al tanto de los resultados y temas que se trataron en las ponencias de no pocos de los colegas de otras asociaciones provinciales. Hay en el país un crecer significativo en calidad, en definición de resultados de impacto, y sin dudas esta realidad debió caracterizar el hacer en las comisiones de discusión. Sin embargo, lo primero que resulta significativo en el Acta, es la ausencia de una evaluación cualitativa de los resultados historiográficos generales del Congreso. ¿En qué fue importante el XXII Congreso para las ciencias históricas, la historiografía, la arqueología, los estudios de patrimonio, la enseñanza de la Historia? ¿Qué trabajos de los presentados, qué autores y temas marcaron diferencias, nuevos aportes? ¿En qué se avanzó o no, respecto al XXI Congreso? Desafortunadamente el Acta no nos ofrece respuestas concluyentes a estas y otras interrogantes fundamentales.

Sé que el exacto balance autocrítico casi siempre es inalcanzable, porque nadie tiene la última palabra, la verdad y la claridad absoluta. No la tiene una persona, ni un colectivo, ni un Congreso. Siempre quedaran aspectos no suficientemente dilucidados, matices por precisar, se harán valoraciones felices o infelices, pero hay que comprometerse con unos u otros criterios, con unos u otros argumentos, sean estos aportados por uno o por varios autores. La defensa de la cultura e historia del país, necesitan de tales tomas de partido. Un Congreso de Historia debe orientar a los cientistas, a los maestros, a los demás intelectuales y artistas, a los trabajadores, al pueblo. Así lo pensó e hizo Emilio Roig de Leuchsenring.

No basta como se lee en el Acta “encargar al Ejecutivo Nacional de la UNHIC que ponga a disposición del Ministerio de Educación las ponencias presentadas en el Congreso referidas a la personalidad histórica del Comandante en Jefe Fidel Castro y las posibilidades de su utilización en la enseñanza de la Historia de Cuba. El Congreso –si de la tradición fijada por Emilio Roig de Leuchsenring se trata- se reúne para conocer y precisar los aportes, los nuevos conocimientos, no para entregar un grupo de ponencias. En todo caso habría que entregar al MINED, los documentos de consolidación de resultados de investigación, las monografías y artículos que demuestran que lo dicho en las ponencias, constituyen resultados de ciencia, vistos, aprobado y certificado por los órganos académicos correspondientes.

Los Congresos como nos enseñó Roig de Leuchsenring, no pueden pensarse como un desfile de ponencias, cuyo más inmediata consecuencia será la de engordar currículos. El programa científico de los congresos, se consume además en presentaciones adicionales de invitados. Podemos organizar giras de los Premio Nacionales y de otros especialistas, cursos pre y post congreso, y muchas otras actividades de promoción, pero el espacio del Congreso, el tiempo de los delegados debe ser respetado para analizar y discutir sus trabajos, sus puntos de vista, este es el propósito convocado.

La organización de la presentación de los delegados, debe introducir fórmulas más modernas y prepositivas. Todo en atención a que los temas que se acordaron para la agenda del Congreso, sean acotados y significados con los aportes personales y colectivos. Hay que educar y exigir calidad, develar que parece pero no es, dónde está la joya –aunque esté en bruto-, y rechazar el refrito casi siempre vendido en finas y cuidadas formas gramaticales. No puede terminar un Congreso, sin producir resoluciones que planteen lo nuevo, lo avanzado, y también lo polémico. Hoy muy poco de esto se hace. El Acta y los documentos a los que he tenido acceso lo confirman.

Hoy que salvar el Congreso de los discursos “emulativos”. Cuidarnos de los falsos protagonismos. Dar a conocer cuáles son los historiadores y las historiadoras, los colectivos y las instituciones, que marcan la dinámica del debate y la construcción de conocimientos desde los propios resultados presentados y validados.

Nuestro país trabaja por la máxima equidad y en buena y significativa proporción lo ha logrado. Pero aún los acumulados históricos pesan. En la Habana y en tres de las capitales de provincia, se concentran junto con las comunidades culturales y universitarias de mayor tradición en la investigación histórica, los centros académicos más importantes del país, realidades que crean condiciones más ventajosas en esos territorios para la labor de los asociados a la UNHIC. Las diferencias en tradición y aseguramientos, se reflejan en el Congreso Nacional de Historia, donde los colectivos de las referidas provincias prácticamente totalizan el 85% de las ponencias presentadas en los últimos congresos nacionales. No se aprecia en el Acta, que el XXII Congreso haya puesto su atención en buscar fórmulas activas, que permitan una participación realmente nacional, en la perspectiva de lograr que los congresos impacten en todo el territorio y contribuyan a generar nuevos incentivos para el pensamiento, la investigación y el activismo histórico, en aquellas regiones de menor desarrollo relativo. El Acta refleja que lejos de pensar en la masificación de la cultura y la ciencia histórica, desde el propio acto de su debate y construcción dentro del Congreso, asistimos a un fortalecimiento de las tendencias academicistas.

Los objetivos de trabajo del Partido: La más significativa ausencia

Hubiera sido de interés que el XXII Congreso valorara la labor académica desarrollada por la UNHIC, alrededor de los Objetivos de Trabajo del Partido, aprobados en la Primera Conferencia Nacional del Partido, en enero del 2012.

Sin dudas la labor de la academia cubana, no puede ser reducida a las prioridades partidistas por muy estratégicas que estas sean. Más allá de lo importante y urgente para el Partido, siempre habrá un amplio universo de intereses y necesidades a atender. Sin embargo, lo importante y lo urgente en criterio del PCC, reclamaba la atención del XXII Congreso y más: Haber llegado a la reunión científica de Holguín, con un conjunto de resultados de ciencia y propuestas.

Con certeza se ha precisado cómo desde los centros de la propaganda imperialista y anticubana, está en marcha un millonario y bien organizado programa de desmontaje de la historia nacional, pero no interiorizamos suficientemente que el problema fundamental está en que carecemos de una estrategia de construcción de nuestra propia historia. En esta ausencia, la atención tácita a la demanda partidista no es solo un hecho de “procedimiento”, funciona sobre todo como eje orientador para la acción y la labor cienciológica. A falta de otros objetivos que debieran formularse en relación con la Historia, la función directriz la cumple en particular el Objetivo No. 641, aprobado en la citada Primera Conferencia Nacional del Partido.

Trabajar sin eje orientador, nos da por resultado el listado de asuntos inconexos que refleja el Acta del XXII Congreso.

¿Fortalecer la unidad?

El Objetivo No. 64 solicita “fortalecer la unidad”, el Acta nos informa que la prioridad fijada en el XXII Congreso estuvo en “profundizar en las indagaciones sobre el federalismo en diversas regiones y localidades y sus personalidades representativas, asumiendo fundamentos teóricos que permitan conclusiones más acabadas y establecer los puntos comunes existentes”.

¿Ya está agotado el estudio sobre la construcción histórica de unidad revolucionaria? Sin dudas hay abordajes muy enjundiosos sobre la Guerra de los Diez Años, pero tal cualidad escasea en la guerra del 1895, mientras, permanece semi-develado el difícil periodo entre guerras, solo atendido con cierta holgura en las figuras centrales de José Martí, Antonio Maceo y Máximo Gómez. Los avatares de la unidad en la república solo cuenta con el énfasis, no pocas veces de la mano del anticomunismo, sobre el dogmatismo sectario de dirigentes del primer Partido Comunista, como si no hubieran existido múltiples apasionamientos, tan sectarios como dogmáticos en otras organizaciones y figuras históricas. Tal pareciera -según cierta historia “oficial” de la Revolución que aflora con bastante frecuencia-, que Fidel Castro fue siempre considerado un iluminado, atendido y seguido por todos, y que la rebelión trascurrió por unanimidades entre los líderes y combatientes de las distintas organizaciones. El Fidel de las dificultades, frente a incomprensiones, disensos y traiciones, el hombre que reencarnó a José Martí en la tarea gigante de forjar la unidad ideológica y política de todos los patriotas, permanece aún en la sombra por la falta de estudio e introducción de lo hasta ahora develado. La tarea titánica de forjar el Partido único de la Revolución, la conducción del tránsito desde el pluripartidismo revolucionario al nuevo Partido Comunista, sus avatares y retos, no se conocen por las nuevas hornadas de militantes. Ni siquiera por estos días de jubiloso aniversario por sus noventa primaveras, hemos sido capaces de abordar en profundidad esta arista fundamental de nuestro fundador.

La historia real y compleja de la unidad entre los revolucionarios, es un capítulo principal, pero no agota la historia de la unidad nacional: Este temática tienen mucho que decirnos sobre el presente, su valor para la prospectiva es incalculable. Me pregunto cómo pudo faltar esta prioridad en el inventario que hace el Acta del Congreso, más cuando sabemos que el tema estuvo presente o fue referenciado en varias de las ponencias presentadas. Las inconsecuencias que apreciamos nos obligan a preguntarnos también, si el énfasis del Acta por el tema del federalismo y sus figuras, se concibe como parte de las problemáticas de la unidad nacional en tanto objeto de estudio, o en su diferencia responde a intereses particulares, locales o sectoriales.

¿El internacionalismo y los estudios internacionales?

No solo el tema del federalismo aparece colgado, sin asideros en una lógica programática de política científica. Tal situación salta en todo el documento, y gravita sobre otros asuntos tratados con notable superficialidad. En orden de trascendencia no puedo dejar de mencionar el tema del internacionalismo.

El Objetivo No. 64 propone “promover la comprensión” sobre “la tradición patriótica, cultural, solidaria e internacionalista de nuestro pueblo”. El Acta nos informa que la prioridad fijada en el XXII Congreso, estuvo en “ampliar las investigaciones sobre el papel desarrollado por los internacionalistas cubanos contra el nazi fascismo durante la Segunda Guerra Mundial, particularmente su incursión dentro de los ejércitos aliados. ¿Nos preguntamos –y solo referimos el siglo XX-, si ya está agotado el estudio de la participación en la Revolución Mexicana o en defensa de la República Española? ¿Cuándo vamos a dar atención al estudio del internacionalismo en la época de la Revolución: 380 mil cubanos y cubanas pelearon en África, antes y durante las grandes epopeyas de Angola y Etiopía, y cientos, más anónimos aún, lo hicieron en Viet-Nam, en Argentina, Nicaragua, El Salvador, Venezuela, Granada, y en muchos otros escenarios del movimiento antimperialista y de liberación nacional? La gesta boliviana de la guerrilla del Che, que puede parecer “estudiada”, reclama de la mirada desde la historiografía cubana. Ante estos retos, según el Acta que citamos, la UNHIC se propone solo prioriza el estudio de la participación cubana en los ejércitos aliados durante la II Guerra Mundial.

Centrar la mirada en “los ejércitos aliados”, habla de una pluralidad que debe ser precisada. Hay estudios sobre la participación de jóvenes comunistas cubanos en el Ejército Rojo, pero ¿está la presencia cubana agotada con lo ya publicado? ¿Nos referimos en concreto a potenciar el estudio de la participación cubana dentro del Ejército estadounidense?: Sin dudas esta última es una deuda de estudio, y se la debemos a nuestros pueblos –al cubano y al estadounidense-, a su amistad y colaboración.

Asumir la deuda que refiero es tan importante para los dos pueblos, como conocer –no olvida y sacar lecciones- de la colaboración militar y de inteligencia del Gobierno de los Estados Unidos, con la dictadura de Fulgencio Batista, y si en el plano militar internacional se trata, se precisa develar el enfrenamiento de nuestros internacionalistas con los boinas verdes, los marines, la CIA, el terrorismo de Estado, los bandidos de la contra y la metralla “made in USA”, que asesinó en Viet Nam, Bolivia, Nicaragua, Guinea Bissau Angola y Granada a nuestros compatriotas, a cubanos en misión militar, y a maestros, constructores, tecnólogos, diplomáticos y otros trabajadores civiles. Es asumir que el crimen de Barbados contra un avión civil cubano, fue el resultado de la histeria y venganza de Henry Kissinger, por la participación cubana en la derrota del plan de la CIA con Sudáfrica, para impedir en 1975 la independencia de Angola y la victoria del marxista Agostinho Neto y de la guerrilla antimperialista que comandaba.

Si de la URSS se trata, tendríamos que escribir la hermosa historia de la colaboración militar soviética en Cuba, y con Cuba en otras partes del mundo. Relación que junto a la hermandad combativa de los pueblos, fijo no pocos puntos de confrontación política con la dirección soviética. Desencuentros antes y después de la Crisis de Octubre de 1962.

Estos temas de colaboración tienen un parte aguas, que la UNHIC no puede obviar al establecer sus intereses: Sin dudas pueden encontrarse en los Estados Unidos y Rusia, serios proyectos académicos, que estarían interesados en apoyar los estudios sobre la colaboración cubana en la lucha contra el fascismo durante la II Guerra Mundial. Este es un tema que se mueve en el universo historiográfico de ambos países. En su diferencia, salvo excepciones, para estudiar la labor internacionalista cubana y su enfrentamiento con los asesores y oficiales de la CIA y el Pentágono, en el terreno internacional, o la gesta internacionalista soviética vinculada a Cuba; no abundan las contrapartes. Los apoyos financieros tienen que gestionarse fundamentalmente en y dentro del Estado cubano, y este es un campo sobre el que la UNHIC debiera pronunciarse, donde hay que explicar persuadir y convencer a camaradas que no son historiadores y si deciden los esquemas de recursos.

Colocar el Objetivo No. 64 en el punto de mira del XII Congreso, hubiera contribuido además a percatarse de la ausencia de prioridad que se mantiene en los Congresos Nacionales de Historia y en la UNHIC, sobre la Historia de América y Universal, pues incluso las referencias que se hacen en el Acta a los temas internacionales, se dirigen una y otra vez al escenario cubano, y no a la búsqueda de las interacciones particulares y universales de la historia nacional con la historia regional y mundial. Loable propósito este, que esta formulado con precisión en el objetivo partidista.

No solo de política académica se trata

El inventario problémico sobrepasa los temas de política de ciencia. El análisis del Acta del XXII Congreso Nacional de Historia, nos confirma que en la perspectiva de sus organizadores, además de obviarse la promoción y evaluación de los objetivos de trabajo partidistas, ni siquiera se consideró importante para el propio desarrollo del trabajo en el XXII Congreso, la cercanía en tiempo y escenario con el VII Congreso del PCC.

Me cuentan que el VII Congreso del PCC si fue comentario y debate continuo entre los delegados al XXII Congreso Nacional de Historia, imposible que no lo fuera no solo por la inmediatez de la realización del cónclave partidista, sobre todo por la activa y comprometida militancia comunista -con carnet y sin el-, que se aprecia dentro de los miembros de la UNHIC. Ya en las circunstancias, ni el clima de debate nacional que se producía, ni las inquietudes que se intercambiaban en los pasillos del propio XXII Congreso, movieron la reflexión de los directivos hacia una agenda donde tuvieran cabida los objetivos y temas históricos, que la vanguardia revolucionaria cubana acababa de discutir. La agenda del XXII Congreso se mantuvo incólume, tal como había sido “aprobada” meses antes.

La disonancia en la orientación política, se acompañó en el XXII Congreso con otras debilidades. Emilio Roig de Leuchsenring en los Congresos Nacionales de Historia fijaba el nuevo conocimiento y los temas de política en resoluciones, que luego recibían la divulgación apropiada y adquirían un carácter orientador. La UNHIC no había asumido esta importante tradición, hasta que la misma fue retomada por la asociación de la capital en su Congreso Provincial del 2014, que se pronunció por aprobar un grupo de resoluciones sobre varios temas de trascendencia historiográfica, cultural, educacional y política. Pero lejos de apoyo y debate sereno, las resoluciones presentadas por la asociación de La Habana en el XXI Congreso Nacional de Historia -celebrado en Camagüey en el 2014-, concitaron una sostenida resistencia por parte de los directivos de la UNHIC Nacional. La discusión de varias de estas resoluciones fue postergada para el XXII Congreso Nacional, para dar inició un escabroso proceso de consultas. En el Acta queda “resuelto el problema”. A propósito se lee que “a partir de la organización del XXI CNH, el Comité Ejecutivo Nacional aprobó…la no admisión de Resoluciones en paralelo por parte de las filiales en tanto los acuerdos o resoluciones tomados en los CNH deben ser resultados del debate de las ponencias aprobadas por Comisión Nacional de Admisión”. Cerrar, negar, impedir: la tendencia  a la intransigencia burocrática y al dogma prevalecen en este pensar-hacer de los directivos de la UNHIC Nacional. Ni hacen en la certera tradición de Roig de Leuchsenring, ni permiten que otros compañeros en las bases lo hagan.

Trampas y trucos

Según el Acta “se discutieron” las Resoluciones presentadas por la asociación habanera sobre la resistencia indígena y el título honorífico de Mariana Grajales Cuello como Madre de la Patria, pero no se explica por qué para tales reuniones, no se coordinó la presencia de los autores principales de las propuestas que se iban a “debatir”. En contraste, cada vez que desde los espacios habaneros invitamos para estos dos temas, el debate fue eludido por los directivos y los comisionados nacionales. Todos estaremos de acuerdo en que con diálogo de sordos, exclusiones y procedimientos tramposos, no llegamos a ninguna parte ni en ciencia ni en Revolución: De hecho retrocedemos a la moralidad nauseabunda del mundo burgués.

“Las perchas” como procedimiento de la politiquería burguesa, introducen en un debate congresional de un tema principal, otro que nunca antes se trató, para obligar y/o pasar desapercibida su aprobación dentro del conjunto. Cuando el 28 de febrero de 1901, el senador Orville H. Platt propuso enmendar la Ley de Gastos del Ejército de los Estados Unidos, incluyendo en ésta una cláusula sobre las relaciones con Cuba, nacía la inmoral Enmienda Platt. Hasta hace muy poco con tales procedimientos, la extrema derecha del país del Norte y la mafia terrorista cubano americana, han logrado aprobar las más criminales leyes anticubanas, Y por asombroso que pueda parecer, tan inmoral proceder se permitió en el XXII Congreso. Así se informa en documento de dictamen adjunto al Acta, que en el “proceso” de discusión de la Resolución sobre la resistencia indígena, en una reunión convocada por la dirección nacional de la UNHIC, se apreció coincidencia en torno a varios puntos”, y uno en particular afirma el “peligro ante las manipulaciones que supuestos “grupos de aborígenes cubanos” han promovido como fórmula de legitimación de intereses espurios”.

Ya nos referimos a que los autores de las Resoluciones, no participamos en las citadas reuniones, pero dado el caris de la declaración que se hizo en el dictamen presentado al XXII, resulta imprescindible precisar que tal afirmación no nos pertenece. Debemos declarar lo inadmisible de que este tipo de planteamientos se introduzcan en la UNHIC, y se intenten acreditar, en el debate que personal y colectivamente abrimos. No puede prestarse la UNHIC Nacional para hacer ataques groseros y veladas acusaciones. Menos implicar en tales procederes a las instituciones y colectivos científicos que se listan como participantes en la reunión donde se acredita que el malsano criterio fue tomado como acuerdo. Si hay elementos sobre los puntos de acusación que se enarbolan, quien o quienes los sostengan deben exponerlos de manera clara y pertinente, interpelando directamente a las personas y/o a los grupos que se consideren de intereses espurios, asumiendo no está demás precisarlo, junto con el debate académico, la responsabilidad política y legal de sus denuncias. Eso es lo ético, lo revolucionario.

Hay cómo hacer

Felicito el esfuerzo y la labor que desde Guantánamo condujo el responsable de coordinar el taller, que evaluó la Resolución sobre las invasiones británicas de 1741 y 1762. No hay casualidad en la aparente paradoja: Desde la profundidad del oriente cubano, se coordinó el citado taller realizado en la Habana. Se actuó con eficiencia organizativa, transparencia y camaradería profesional. A diferencia, compañeros que viven y trabajan en la propia capital, fueron incapaces de articular similar tarea para tratar el tema aborigen.

Pienso que la UNHIC, asociación con más de 5 mil profesionales revolucionarios, está en plenitud para hallar soluciones a estos problemas. Hay trabajo, resultados y vergüenza suficiente, para exigir las rectificaciones a los compañeros y compañeras que en el Secretariado Nacional de la Unión encabezan el mal hacer, a los que a sabiendas dejan correr el error, y sobre todo a los confundidos –no pocas veces obnubilados por el culto a las jefaturas- consensan y aprueban. Tenemos por demás Estatutos y un Código de Ética, para dirimir los asuntos de nuestra competencia.

Con tanto que hacer para el bien de la memoria patria, en tiempos que se incrementa la guerra de pensamiento que se nos hace, no podemos permitirnos perder un minuto en querellas de pésima política, traspiés y engañifas. Hay que cortar rápido y por lo sano.

Para que las señaladas y otras insuficiencias no ocurran, con el propósito de acompañar a las asociaciones no gubernamentales en el desarrollo de sus objetos sociales, la Ley de Asociaciones de la República, concibe la fórmula de la responsabilidad institucional, que como órganos de relación, deben tener los institutos estatales. En el caso de la UNHIC, se impone que el Ministerio de Cultura colabore más con la dirección de la Unión, en el propósito de solucionar las causas disparadoras de las situaciones a que hecho referencia. Recomiendo que para ello, la actual dirección ministerial comience por evaluar si los funcionarios que deben cooperarnos están en condiciones de hacerlo.

El Acta del XXII Congreso Nacional de Historia también nos compele a debatir en el orden propiamente académico, pero este sería asunto para otros comentarios. Primero, lo primero: La política y la ética, y sobre todo la ética de la política.

Nota:

1 El Objetivo No. 64, orienta: Perfeccionar la enseñanza y divulgación de la Historia de Cuba y de la localidad en el interés de fortalecer la unidad nacional y promover la comprensión sobre el origen y desarrollo de la nación, la consolidación de un pensamiento propio y la tradición patriótica, cultural, solidaria e internacionalista de nuestro pueblo. Profundizar, además, en la Historia de América y Universal para una mayor comprensión de los procesos que rigen el desarrollo de la humanidad.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=217888

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Película: Maisanta

Resumen: La historia cuenta la vida del joven Pedro Pérez Delgado* quien combatió contra las tiranías que pretendían dominar a la naciente República de Venezuela. Su crecimiento tendrá que ver con una importante transición política y económica del país en la cual se desarrolla intensas historias de amor.

Link de Descarga: http://www.aporrea.org/actualidad/n294098.html

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La ONU critica disolución del sindicato de docentes UNE en Ecuador

Ecuador/10 de Octubre de 2016/Entrono Inteligente

Un grupo de expertos en derechos humanos de la ONU condenó hoy 27 de septiembre del 2016 la disolución en Ecuador de la Unión Nacional de Educadores ( UNE ), la asociación de docentes más importante del país.

La UNE, fundada en 1950, fue disuelta por incumplir, según el Gobierno, la normativa vigente para el funcionamiento de las organizaciones sociales .

Según señalan los expertos en un comunicado, la normativa dictada por el Ejecutivo «establece restricciones demasiado amplias a la libertad de expresión y asociación, lo cual permite a las autoridades disolver asociaciones con base a criterios ambiguos».

«Estamos profundamente preocupados por esta legislación que, ciertamente, confiere al Ejecutivo poderes discrecionales para suprimir la voz de la sociedad civil en el país», agrega.

Los expertos subrayan que todas las personas deben gozar del derecho a la libertad de asociación reconocido en el derecho internacional y consagrado en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos , ratificado por Ecuador en marzo de 1969.

«El derecho a la libertad de asociación es un derecho fundamental, al que solo se puede aplicar un cantidad limitada de restricciones», dijo el relator especial de la ONU para la libertad asociación, Maina Kiai.

Kiai subrayó que «el derecho a la libertad de asociación es un principio democrático esencial y necesario para que los activistas tengan un efecto colectivo en la sociedad».

«Con la disolución de la UNE, el sindicato de educadores más importante del país, los educadores ecuatorianos están privados de una herramienta fundamental para hacer que su voz y preocupaciones sean oídas, y que pueda tener afectar negativamente a los defensores de derechos humanos y a la sociedad civil en general», expresó a su vez el relator especial de la ONU sobre la situación de los defensores de los derechos humanos, Michel Forst .

«Los educadores son un sector vital del sistema educativo. Privar a los educadores de uno de sus principales canales para expresar colectivamente sus preocupaciones no solamente afecta su libertad de expresión, sino también el sistema educativo de Ecuador», agregó el relator especial de la ONU para la protección y la promoción del derecho a libertad de opinión y expresión, David Kaye.

«La disolución forzada de una asociación es una de las formas más severas de restricción a la libertad de asociación, que solo puede ser justificada en los casos más excepcionales. Debe estar establecida en la ley, bajo estricto cumplimiento del principio de legalidad, ser proporcional y necesaria en una sociedad democrática «, enfatizó el Kiai.

Los expertos de la ONU alertaron que, dado las recientes actividades llevadas a cabo por la asociación, la disolución probablemente se relacione con su trabajo en derechos humanos.

«De hecho, aparentemente esta decisión es arbitraria, política, y adolece de una conexión lógica con un legítimo interés del Estado», señala el comunicado conjunto.

La disolución ocurre en un contexto de crecientes restricciones impuestas a asociaciones, medios de comunicación y defensores de derechos humanos en Ecuador, recalcaron los expertos.

«Exhortamos a las autoridades ecuatorianas de cancelar el proceso de disolución de la UNE y asegurar el goce de los derechos a la libertad de expresión y asociación en el país», expresaron.

Los expertos ya han expresado sus preocupaciones al Gobierno y solicitado clarificaciones sobre este caso. También han hecho saber su disposición para brindar asistencia técnica a las autoridades sobre este asunto.

Presidente Correa critica el apoyo a la Unión Nacional de Educadores (UNE) Organización Mundial del Trabajo rechaza la disolución de la UNE 12 formularios contra la UNE se han presentado en dos días Policías y fiscales allanaron sedes de la UNE en dos ciudades La ONU critica disolución del sindicato de docentes UNE en Ecuador.

Fuente: http://www.entornointeligente.com/articulo/9004701/La-ONU-critica-disolucion-del-sindicato-de-docentes-UNE-en-Ecuador

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Política, Diplomacia y Relaciones Internacionales en Tiempos de Revolución

América del Sur/Venezuela/Septiembre 2016/Ruben Reinoso/http://www.aporrea.org/

La política en tiempos de revolución comporta, en principio, tres dificultades, por una parte, los tipos de transformaciones necesarios para impulsar los cambios demandados por la sociedad. La naturaleza de las demandas que la sociedad exige a los gobernantes y en tercer lugar el grado de sincronía que estas demandas tienen con las percepciones, valores, conceptos y criterios que tienen los gobernantes.

Esta situación genera una dinámica compleja, porque se ponen en juego dispositivos y mecanismos que chocan con valoraciones y aspiraciones no siempre coincidentes, (aunque los actores de estos procesos estén en teoría de acuerdo). Esto que en sí mismo, no es malo ni bueno, nos obliga a los que ejercemos cargos de gobierno y a los actores sociales a realizar un diálogo que ponga el énfasis, no sólo en las exigencias, sino en su diagnóstico y vías de solución.

En el caso de la actuación de los venezolanos y las venezolanas residentes en el exterior, sean o no diplomáticos, se genera una dificultad adicional, la cual es el impacto generado por la actuación de una minoría en una comunidad nacional que no es la suya. Esto, no es un problema menor, porque en la actuación de los con nacionales en los países extranjeros están presente aspectos que van mas allá de su patrimonio como venezolano.

Por las consideraciones antes expuestas, el legislador fue sabio y prudente al convertir a las relaciones internacionales en un tema de competencia exclusiva del Presidente de la República, en tanto, Jefe de Estado. Ahora bien, en la República Bolivariana de Venezuela tenemos una particularidad y es que el jefe del Estado es, al mismo tiempo, el jefe del gobierno y a pesar de la existencia de la vicepresidencia la figura presidencial sigue teniendo un peso determinante en los asuntos de Estado.

En los últimos días se ha generado una polémica con relación a “la naturaleza del trabajo diplomático en las misiones en el exterior, en tiempos de revolución”. Independientemente de los argumentos que se han esgrimido en este “debate” asociados a la asistencia a los venezolanos en el exterior, la rendición de cuentas y la denominada “Constituyente diplomática”, nos parece que el control y evaluación del trabajo diplomático es potestad de los superiores jerárquicos de la cancillería y la rendición de cuentas en la cancillería tiene una condición especial que no es homologable al resto del poder ejecutivo.

En efecto, cuando un ciudadano venezolano es designado diplomático de la República Bolivariana de Venezuela, es un miembro del poder ejecutivo dependiente del Ministerio del Poder Popular de Relaciones Exteriores, pero, en tanto representante del Estado venezolano, es responsable de relaciones diplomáticas para el poder ejecutivo, judicial, legislativo, electoral y moral. Esto le confiere a su representatividad un rol especial, porque si bien, es un promotor, divulgador y defensor de las tareas y realizaciones del Gobierno Bolivariano, también es un defensor y promulgador, vocero y representante de la actividad legislativa, judicial, moral y electoral del país.

Esta condición particular del trabajo diplomático, obliga a que precisemos muy bien, la relación con los venezolanos que están en el exterior, porque al nosotros desarrollar una diplomacia basada en la soberanía y la independencia nacional, por la vía de los hechos y debido a las agresiones de los países hegemónicos se ha convertido nuestra política exterior en antiimperialista. Y eso delinea, enmarca y contextualiza nuestra política exterior. Por ello, cuando un venezolano en el exterior, insulta, difama y somete al escarnio público a los miembros de nuestro personal diplomático, independientemente, de sus razones y las justezas de las mismas, se esta poniendo “objetivamente” al lado de nuestros adversarios internacionales. Un ejemplo de esto lo constituye el caso de Francia. Cuando hemos desarrollado una política de divulgación y defensa de las decisiones soberanas del Estado Venezolano y por ello, hemos sido sometidos a una campaña de desprestigio en Le Monde, Liberation, Le Figaro por parte de un señor llamado Paulo Paranagua quien ha escrito más de 15 artículos contra el Presidente, en contra de su familia, en contra del gobierno bolivariano, en contra de las últimas giras presidenciales, etc. No hemos visto que los compañeros venezolanos escriban aunque sea una línea para enfrentar esta campaña. Esta conducta aparte de miope, los coloca en la acera del frente a pesar que se autoproclamen revolucionarios. Conductas de este tipo le hacen un flaco servicio al proceso bolivariano y desacreditan y desautorizan a quienes se quieren erigir en catequistas morales de este proceso.

En otro orden de ideas, el personal diplomático tiene prohibido, según el artículo 9 ordinal 4 de la Ley del Servicio Exterior “Revelar aún después de terminada sus funciones, el secreto de los asuntos relacionados con su trabajo”. Ahora bien, esto implica: ¿Qué los funcionarios no pueden rendir cuentas?. No, la rendición de cuentas es una obligación de todos los funcionarios del Estado venezolano, pero, en el caso de las misiones diplomáticas deben establecerse con claridad, los mecanismos de las mismas por la naturaleza de este trabajo.

Otro aspecto de esta polémica es el referido al rol y al status de los diplomáticos. En efecto, la diplomacia en tanto profesión de origen noble, ha tenido un carácter clasista que ha impedido a estos funcionarios consustanciarse con los intereses de los pueblos. Y desde el punto de vista sociológico se desarrollaron prácticas y modales propios de la alta burguesía, por ello, las practicas protocolares y las prebendas de los cargos se convirtieron en la IV República en un fin en sí mismo, lo que hizo que existieran en el país diplomáticos mas pendientes del carro asignado por cancillería, su vestimenta o las recepciones sociales que por el estudio, la producción intelectual y el debate político ideológico.

Cuando compañeros venezolanos comprometidos con este proceso, denuncian a los diplomáticos por tener estilos IV republicanos, deben precisar la naturaleza de esa denuncia porque de lo contrario dejan en estado de indefensión a los diplomáticos y “todos entramos en estado general de sospecha”. Y esa situación convierte a nuestra cancillería en una cancillería reactiva y más pendiente de los asuntos internos que los exteriores.

Para finalizar consideramos que estas denuncias desunen al campo revolucionario y como bien lo ha dicho el Presidente Hugo Chávez ante los ataques del adversario necesitamos UNIDAD, UNIDAD, UNIDAD.

reinosoratjes@gmail.com

Fuente:

http://www.aporrea.org/oposicion/a38837.html

Fuente imagen:

https://lh3.googleusercontent.com/jyi-U4C1dr96dCBja6vYVedrsYCOllzEOQjHmy5qank1sYBG3DrE7dICp0xdF5q1rjyFzA=s85

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¿Por qué un millón de estudiantes no tienen profesor en Turquía?

Turquía/26 de Septiembre de 2016/BBC

Fue uno de los veranos más convulsionados en la historia de Turquía tras el fallido intento de golpe de Estado en julio para derrocar al presidente Recep Tayyip Erdogan.

Después de que el levantamiento fue sofocado llegaron los castigos y decenas de miles de personas fueron arrestadas, desde jueces y empleados públicos hasta maestros y soldados.

Los turcos se preguntaron entonces qué pasaría después. Y este lunes se vio una de las primeras consecuencias.

Los colegios en el país reabrieron por primera vez sus puertas tras el receso de verano y unos 18 millones de estudiantes regresaron a sus salones de clase.

Pero tal como le dijo a la agencia AFP, Huseyin Ozev, presidente del sindicato de maestros de Estambul, hay temores de que el inicio de este año académico sea un «caos» debido a la escasez de profesores.

Y el sindicato asegura que más de un millón de estudiantes se han visto afectados por la purga en todo el país.

Protesta por la suspensión de maestrosImage copyrightREUTERS
Image captionHubo varias protestas en el país tras la suspensión de decenas de miles de maestros.

El viceprimer ministro turco, Nurettin Canikli, informó el lunes que en total 27.715 maestros han sido despedidos de la profesión y 9.465 están suspendidos y bajo investigación.

Los despidos y suspensiones forman parte de la purga llevada a cabo por el gobierno contra los supuestos seguidores del clérigo Fetullah Gülen, que el presidente Erdogan responsabiliza del fallido levantamiento.

Contra la educación

Tal como informa el corresponsal de la BBC, Paul Kirby, tras el intento de golpe, el presidente Erdogan prometió «limpiar todas las instituciones estatales», pero la reforma del sistema educativo, en particular, ha sido casi «una misión personal» durante su mandato.

Se sabe que el movimiento del clérigo Gülen, que niega las acusaciones de haber participado en el golpe, tiene vínculos cercanos con el sistema educativo y ha establecido colegios y organizaciones educativas dentro y fuera de Turquía.

Cerca del 75% de los maestros despedidos están acusados de ser seguidores de Gülen y más de 1.000 colegios vinculados al movimiento han sido clausurados y dispersados a otras instituciones educativas.

Fethullah GulenImage copyrightREUTERS
Image caption75% de los maestros suspendidos están acusados de tener vínculos con el clérigo Fetullah Gülen.

Pero la purga no sólo ha sido contra los supuestos seguidores de Gülen. Otros 11.300 maestros están acusados de tener vínculos con el proscrito Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que Turquía califica de organización terrorista, y fueron suspendidos a principios de este mes.

El gobierno asegura que, ya que en Turquía hay unos 850.000 maestros, las suspensiones sólo afectan a menos de 2% de los miembros de la profesión.

Pero desde principios de este año, unos 15.200 funcionarios del Ministerio de Educación han perdido sus empleos y 21.000 profesores de colegios privados perdieron sus licencias.

Regreso al colegio

La agencia AFP informa que el lunes, los estudiantes que llegaron a sus colegios recibieron folletos del Ministerio de Educación en los que se conmemora «el triunfo de la democracia el 15 de julio y en memoria de los mártires», junto con sus libros escolares.

Recep Tayyip ErdoganImage copyrightAP
Image captionEl presidente Recep Tayyip Erdogan tiene la «misión personal» de reformar la educación en Turquía.

Posteriormente, el Ministerio de Educación informó que se mostró a los alumnos dos videos sobre el intento del golpe.

Estos incluían imágenes de Erdogan leyendo el himno nacional junto con imágenes de la noche del golpe, que mostraban tanques y aviones de guerra volando sobre la capital, Ankara.

En el patio escolar los estudiantes observaron un minuto de silencio por las víctimas del levantamiento, que resultó en 270 muertos.

Los líderes sindicales acusan al gobierno de utilizar las leyes de emergencia del Estado para «deshacerse de sus opositores» en las instituciones públicas.

Pero el gobierno insiste en que tomó las medidas necesarias en momentos en que el país enfrenta una situación extraordinaria y asegura que la escasez de maestros se solucionará en octubre ya que tiene planes de reclutar a 20.000 nuevos maestros.

Fuente: http://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-37418361

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Números y educación

Por: Santiago Cardozo

Exaspera un poco ver cómo la reflexión sobre educación ha sido plenamente copada por el “virus” de los números: encuestas, porcentajes, indicadores, gráficas de barra o de torta o de líneas o de lo que sea, esta parece ser la lógica que asume hoy la reflexión sobre la educación; especie de zona dentro de la cual se puede reflexionar sobre lo educativo. Llegados a este punto, es como si la educación se identificara punto por punto con el aparato estadístico que procura “reflejarla”.

¿Por qué este aparato estadístico se ha vuelto la forma misma de la reflexión sobre la educación? ¿Por qué las autoridades educativas se mueven de acuerdo con esta lógica, situándola en el centro del debate y de sus decires, como si lo educativo no fuera más que un estado traducible a porcentajes, indicadores, expresable en intrincadas grillas de medición de la realidad misma? ¿Por qué esta necesidad de lo estadístico? Naturalmente, esta pregunta no apunta a por qué es necesario conocer cuántos alumnos repiten en primaria o en secundaria, cuántos tienen rezago escolar, cómo se correlaciona esto con factores socioeconómicos, etc. La pregunta se dirige hacia la instalación de una lógica, de una manera de concebir la educación y, por consiguiente, de plantear sus problemas y posibles soluciones.

Tal vez esta necesidad y el éxito de lo estadístico en la reflexión educativa no sean otra cosa que el signo más elocuente de la ausencia de reflexión sobre la educación; tal vez exhiban la vacuidad de los discursos de las autoridades educativas que, apoyadas en una masa de información producida por todo tipo de números, hacen pasar su discurso por científico, por un discurso serio y responsable que parte de un acertado diagnóstico de la realidad del sistema educativo uruguayo. Tres axiomas subyacen: 1) lo educativo puede ser medido / expresado en números, 2) los números no mienten y 3) entre el lenguaje y la realidad hay una relación de perfecta transparencia, de total ensamblaje.

Los términos generales de este debate no son nuevos. Clemente Estable, ya en la década del 40, sostenía la existencia de una oposición entre el homo sapiens y el homo economicus (se entenderá que el aparato estadístico es profundamente económico), entre los cuales se establecía una puja por dirigir el rumbo de la educación y de la cultura. Entonces, Estable argumentaba que el homo economicus (quién, si no) le llevaba la delantera al homo sapiens, y lo hacía sobre todo desde el momento en que imponía su lenguaje en las discusiones sobre educación. Decía Estable: “Cuando se habla de preparar para la vida, parecería que la vida es algo que va a sobrevenir… y a sobrevenir como una lucha de un cuerpo entre los cuerpos. Entonces, elhomo economicus toma la delantera al homo sapiens y pretende guiarlo, sin caer en la cuenta de que no hay mejor preparatorio para la vida, para todas las formas de vida humana, que lo que precisamente no es preparatorio, sino esencia espiritual de la vida misma y por tanto, valor en sí: la cultura” (en Carlos Real de Azúa, Antología del ensayo uruguayo contemporáneo, tomo I, 1964, p. 253). “Una lucha de un cuerpo entre los cuerpos”, algo del orden de la economía, del oikos.

Hoy, esa victoria está más que sellada: se habla de tomar decisiones de “bajo riesgo”, de “territorio”, de “sentido de pertenencia” en las “comunidades educativas”, de “monitorear” los aprendizajes, de “seguimiento” y “desafiliación” de los alumnos (los cuerpos), y la frutilla de la torta, de reciente confección: “seguimiento socio-sanitario pedagógico”. Se trata de todo un vocabulario, una ontología que impone una manera de pensar la educación.

Los discursos sobre la educación hablan el lenguaje de la sociología y de la medicina, y procuran articular un proyecto educativo a partir de los resultados de diferentes estudios, entre los que se incluyen, por ejemplo, investigaciones como la recientemente dada a luz “Trayectorias educativas en la educación media. PISA-L 2009-2014”, llevada a cabo por el Departamento de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales en convenio con el Instituto Nacional de Evaluación Educativa. De esta investigación sólo quiero traer a cuento la Sección 2, en la que aparece una encuesta dedicada a la percepción de los estudiantes acerca de los aportes que la enseñanza media superior les ofreció para su vida (véase “Figura 2: Módulo sobre opiniones y valoraciones respecto a la educación media”, p. 18). Me centraré en las opciones de respuesta a la pregunta 65, que dice: Pensando en tu experiencia en ese centro educativo, ¿en qué medida estás de acuerdo o en desacuerdo con las siguientes afirmaciones?, y ofrece, textualmente:

Mi experiencia en ese centro educativo hizo poco para prepararme para la vida adulta luego del liceo o UTU.

Mi experiencia en ese centro educativo ha sido una pérdida de tiempo.

Mi experiencia en ese centro educativo me dio confianza para tomar decisiones.

Mi experiencia en ese centro educativo me enseñó cosas que podrían ser útiles en mi trabajo.

Mi experiencia en ese centro educativo me preparó bien para seguir estudiando después de terminar el liceo o UTU.

En primer lugar, solemos considerar que eso que llamamos opiniones es de factura personal, no algo que ya viene prefabricado para tildar en la opción que “más se ajuste” a lo que cada estudiante piensa / valora. En segundo lugar, en 65 se presupone que el lenguaje es capaz de dar cuenta de un estado de cosas en cuanto tal, como si la realidad pudiera ser señalada con total transparencia, como si el lenguaje no pusiera en escena una manera prefigurada de interpretar las respuestas y de hacer aceptar la “realidad” que dichas respuestas “describen”: “hizo poco”, “ha sido una pérdida de tiempo”, “me dio confianza para tomar decisiones”, “me enseñó cosas que podrían ser útiles en mi trabajo”.

¿Qué dicen estas opciones de respuestas? Más que decir, instalan como “naturales” las categorías de percepción que proponen a partir de las cuales el propio sistema configura algunos de los discursos sobre la situación educativa actual (¿especie de profecía autocumplida?). Naturalmente, se presupone que los estudiantes que responden la pregunta 65 entienden el sentido de cada opción, así como el hecho de que emisor y receptor coinciden en un punto en el que el lenguaje se borra como lenguaje y se transforma en un etiquetaje del mundo, en un montón de palabras para pegarle a la realidad, como si fuera capaz, mediante ciertas contorsiones hechas por la encuesta, de dar con ese sentimiento o esa opinión más o menos ocultos que poseen los estudiantes y que les permiten reflexionar rápidamente sobre su vínculo con las instituciones educativas.

¿Qué significan, pues, “hizo poco”, “tomar decisiones”, “enseñó cosas”? Una profunda opacidad recorre estas opciones de respuesta; su indefinición parece estar diciendo que ya todos nos movemos sobre un suelo común que ha aceptado estas categorías como constitutivas de la educación. Se da por sentado, como algo que va de suyo, el sentido de estas expresiones, respecto del cual parecería que nos hemos puesto rápidamente de acuerdo sin siquiera habernos percatado de ello.

El problema, entonces, tiene que ver con el modo en que ciertas opciones de respuesta se presentan como categorías “científicas” (a fin de cuentas, están en una investigación universitaria que las legitima) y, sobre todo, con cómo estas categorías de percepción estructuran el campo mismo de lo educativo, sesgando las opiniones y los discursos sobre los problemas que atraviesa la educación uruguaya.

Fuente: http://ladiaria.com.uy/articulo/2016/7/numeros-y-educacion/

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Argentina: Seminario internacional sobre formación docente

Argentina/Septiembre de 2016/Rosario.3

Está organizado por IIPE UNESCO y en esta oportunidad la temática que se abordará será la «Formación docente: conocimiento y políticas».

Los días 8 y 9 de noviembre se realizará el Seminario Internacional 2016, evento que año tras año organiza el IIPE UNESCO Sede Regional Buenos Aires. En esta oportunidad la temática que se abordará será la «Formación docente: conocimiento y políticas».

La participación al evento es libre y gratuita y podrá ser tanto en su modalidad presencial como virtual.

La UNESCO y el IIPE vienen subrayando la prioridad de la temática docente, en cuestiones vinculadas con la formación y su calidad, el desarrollo  profesional, las condiciones que definen la carrera; en fin, en distintos aspectos que deben ser tenidos en cuenta para fomentar el desarrollo de políticas integrales en la materia.

Está dirigido a funcionarios, especialistas, investigadores, profesores, estudiantes de instituciones formadoras y otros actores vinculados a la temática.

Conferencistas confirmados a la fecha: Cristian Cox Donoso (Chile), Monserrat Creamer (Ecuador), Ricardo Cuenca (Perú), Mariano Fernández Enguita (España), Laura Fumagalli (Argentina), Gloria Calvo (Colombia), Sylvia Schmelkes del Valle (México), Emilio Tenti Fanfani (Argentina), Cecilia Veleda (Argentina).

Más info:  Seminario Internacional 2016 sobre formación docente

Fuente: https://www.rosario3.com/noticias/Seminario-internacional-sobre-formacion-docente-20160914-0074.html

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