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España: Profesores advierten a los políticos que la falta de acuerdo provoca inestabilidad en el sistema educativo

España/01 septiembre 2016/Fuente: La Informacion

La Federación de Sindicatos Independientes de Enseñanza (FSIE), mayoritaria en el ámbito de la educación concertada y privada, ha advertido este miércoles 31 de agosto a los partidos políticos de que la falta de acuerdo para la formación de Gobierno provoca inestabilidad en el sistema educativo.

En un comunicado, les pide que se pongan a trabajar «con urgencia» en un pacto educativo y al Ministerio de Educación y conserjerías de Educación de las comunidades autónomas que realicen «todos los esfuerzos necesarios» para que el curso escolar se desarrolle con «normalidad».

Con temas «tan esenciales sobre la mesa» como es, a su juicio, la implantación de las evaluaciones finales de 4º de ESO y 2º de Bachillerato de la LOMCE y teniendo en cuenta la negativa de algunas autonomías a su aplicación, FSIE cree «necesario» que la clase política se ponga a trabajar para lograr un consenso «que pueda abrir un espacio de diálogo».

También advierte de que cualquier cambio que afecte al sistema educativo «debe contar con un elevado consenso» para lograr que tenga una vigencia prolongada en el tiempo, «con independencia de quien ocupe el gobierno nacional o autonómico en cada momento».

Fuente: http://noticias.lainformacion.com/educacion/Profesores-advierten-politicos-inestabilidad-educativo_0_949405456.html

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La lucha por la Hegemonía Educativa en México. Una lectura

Por: Mauro Jarquín

Desde la promulgación de la —así nombrada— Reforma Educativa a principios de 2013, el Gobierno Federal no ha desistido en insistir que el tema educativo en México no debe ser objeto de politización, que la Reforma es parte de un proyecto de desarrollo nacional, y que sus lineamientos se acotan a la estricta necesidad de mejorar la educación pública mexicana, haciendo de la calidad educativa su mayor estandarte.

No obstante, las declaraciones del Gobierno Federal han chocado de frente una y otra vez con la realidad. Lo que al principio se había presentado como parte de un proyecto de desarrollo nacional —por cierto, construido a partir de un acuerdo oligárquico llamado Pacto por México— rápidamente se evidenció como la muestra más transparente de un proceso de larga data. Nos referimos al largo camino en la lucha por la hegemonía educativa en México, la cual, si bien se ha constituido en los últimos 25 años, se ha agudizado en los meses recientes. (Importante leer nota al pie).

Comprender la especificidad del conflicto educativo actual, requiere que nos remontemos hacia fines de los años 80, momento clave en la constitución del desarrollo educativo en nuestro país.
En consonancia con el ambiente político en materia educativa que durante los 80 y principios de 90 predominó en América Latina, distintos grupos de la derecha empresarial y la nueva élite tecnocrática coincidieron en generar una crítica constante al sistema educativo nacional, heredero de los ideales posrevolucionarios. Los principales cuestionamientos residieron, entre otros, en la incapacidad de la política educativa para hacer frente a las necesidades de modernización, apertura comercial y competencia, propias de la globalización.

Estas críticas no encontraron oídos sordos en el Gobierno Federal, ya que en estricto sentido, se encontraban en consonancia con los objetivos de impulsar a la economía nacional en el proceso de integración económica mundial. Lo anterior se cristalizaría en el Programa para la Modernización Educativa 1988-1994 , que sería la punta de lanza del Acuerdo Nacional para la Modernización de Educación Básica de 1992, eje rector de la política educativa del salinismo. Es en este contexto, en el cual, hacia 1989, se presenta el momento constitutivo de la política educativa y la política de la educación en México, en el cual confluyeron tres elementos:

1) Consolidación del proyecto neoliberal en nuestro país, iniciado formalmente durante el sexenio de Miguel de la Madrid.
2) Acercamiento institucional en materia educativa entre el Gobierno Federal y las organizaciones empresariales de élite, específicamente la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX).
3) Fortalecimiento político y periodo de movilización política por parte del magisterio disidente, —aglutinado principalmente en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE)— huelga nacional de abril a mayo de 1989, en busca de la democratización del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). Este proceso desembocaría en la reafirmación del control corporativo en el SNTE debido al arribo de Elba Esther Gordillo a su dirigencia, con el beneplácito del Gobierno Federal.

Los acontecimientos mencionados son centrales a la hora de abordar la problemática actual en materia educativa. Lo anterior se debe a que en este momento político se generarían, si bien de forma seminal, las dos principales tendencias que —a nuestra interpretación— han configurado la lucha por la hegemonía en materia educativa en nuestro país, una en un sentido de violento avance y la otra de resistencia. Esto es, por un lado, la tendencia que llamaremos neoliberal-tecnocrática, y por otro la popular-posrevolucionaria.

La primera tendencia se constituye a finales de los años 80, a raíz del favorable posicionamiento de ciertos burócratas con estudios en universidades privadas o posgrados en el extranjero, en el Gobierno Federal. Generalmente críticos a las líneas políticas del populismo cardenista y el priísmo posrevolucionarios, preferían optar por la teoría económica de la Escuela de Chicago, y adscribirse a la derecha política. La crisis de la deuda de principios de los años 80’s permitió que instancias internacionales favorecieran la consolidación política de estos grupos en importantes puestos de dirección político-administrativa . Gran parte de estos tecnócratas, seguidores de Gary Becker, se sumaron a las ya mencionadas críticas neo-liberales y neo-conservadoras sobre los sistemas escolares de finales del siglo XX en América Latina, vinculados al liberalismo pedagógico, y en el caso de México, a una herencia posrevolucionaria de equidad y universalización.

Las propuestas pedagógicas del neoliberalismo encontraron su posibilidad de realización a partir del arribo tecnocrático al aparato de Estado, así como del acercamiento de éste con las principales organizaciones empresariales. De esta forma, la derecha empresarial y sus representantes en la burocracia decidieron que el futuro de la educación mexicana tenía que estar enfocado a las necesidades del mercado, la producción y la economía, todo ello ad hoc a la globalización y la incursión de México al primer mundo. A la luz de este proceso, se conformó paulatinamente algo que en otro espacio hemos nombrado el bloque de la reforma, el cual actualmente opera en favor de la Reforma Educativa promulgada hace 3 años. Este bloque, con la cobertura de los mass media, el impulso de la derecha empresarial y las cadenas de mando que operan a su favor en el aparato de Estado, parece estar muy cerca de lograr sus objetivos.

Por su parte, la segunda tendencia se conforma, principalmente, de dos vertientes: la herencia posrevolucionaria de un paradigma educativo que, si bien no iniciado, sí fue impulsado por Cárdenas, cristalizado en las normales rurales aglutinadas en la Federación de Estudiantes Campesinos y Socialistas de México (FECSM), y la disidencia del sindicato oficialista del magisterio, aglutinada en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).

Características generales de esta tendencia son: lucha por los derechos de los pueblos originarios, un nacionalismo de izquierdas que en ocasiones se empapa de discursos socialistas, (marxistas-leninistas, en el caso de la FECSM), la aceptación de los principios posrevolucionarios de la educación en tanto una oportunidad de equidad social y universalización de oportunidades, la particular atención a las necesidades pedagógicas regionales, etc.

Si bien ambas organizaciones no se construyeron en el mismo ambiente, tiempo o razones (la FECSM nace en 1935, y la CNTE en 1979) a lo largo del tiempo sí han generado ciertos elementos comunes de organización, como lo son su negativa hacia la intervención del capital privado en la educación, el intento de construir una educación humanista y colectiva, la búsqueda de un currículum en el cual las necesidades regionales, sobre todo del medio rural se tomen en cuenta, etc. Esto sin contar el vínculo histórico que ambas organizaciones comparten con el movimiento estudiantil, la lucha popular, la democratización de los gobiernos estatales e incluso la lucha armada, específicamente la guerrilla rural.

Ante el empoderamiento cada vez más evidente del neoliberalismo educativo, ambas organizaciones han mantenido programas de lucha que han sido fuertemente cuestionados, principalmente por los mass media comerciales, y por importantes sectores de la población, ya sea de forma inducida o no. Y no es para menos, el bloqueo de carreteras, del cierre de calles, la toma de espacios públicos, etc., han afectado la economía de ciertos sectores sociales, y han molestado a muchos más, de origen social distinto. Sin embargo, la acción política en las calles ha sido el único recurso efectivo que los críticos de la tecnocracia han tenido para hacerse escuchar por las instituciones de Gobierno.

Pero la movilización en las calles no ha sido el único eje de lucha magisterial y popular. La creación de propuestas pedagógicas alternativas, a la sazón irrelevantes para los gobiernos federal y estales, ha fomentado continuos debates en diversas partes del país. El Plan por la Transformación de la Educación en Oaxaca (PTEO) o las propuestas educativas en Chiapas, Guerrero o Michoacán, muestran otra faceta del movimiento.
Ahora bien, ¿en qué radica la dimensión política de todo esto?

La actual pugna por la educación no reside únicamente en qué enseñarle a quienes se educan o de qué forma educar, sino en determinar qué construir socialmente con los conocimientos referidos en el currículo y prácticas docentes en el aula. Esa construcción de determinada forma social va ligada a un ejercicio político, la lucha por la hegemonía en México.

La lucha por la hegemonía social incluye la lucha por el poder político, el poder de Estado así como su materialidad. No obstante, esta lucha no se circunscribe a esa dimensión, conlleva también una disputa por el dominio cultural y del sentido común en sociedad. Y ahí radica la importancia de la escuela en tanto espacio de socialización.

El proyecto neoliberal ha copado la directriz del aparato de Estado a través de sus agentes; la política macroeconómica se ha ajustado a las necesidades del pago de la deuda externa y la disciplina fiscal, en detrimento del gasto público. Los tecnócratas mantienen su fortaleza y la capacidad de coerción física del Estado es un garante de su estabilidad política. Los partidos políticos se han alineado a los intereses de la derecha empresarial y los mismos empresarios de élite son quienes ahora se encuentran en la alta burocracia.

No obstante, no ha logrado construir una dirección política y moral en la sociedad, y ante el descrédito popular del cual son objeto en nuestro país, la educación es un camino posible en el cual fomentar su perspectiva de la vida y —dicho sea de paso— cortar de tajo con aquellas resistencias político-pedagógicas que se encuentren.

A este tenor, propuesta popular, sustentada por la CNTE, FECSM, profesores universitarios, estudiantes y organizaciones sociales, representan esa resistencia que hasta la fecha no ha permitido que el neoliberalismo se haga con la educación pública en México. La discusión sí es por saber qué hacer de la escuela, pero también por saber qué proyecto construir de una nación que día a día muestra estar desintegrándose.
La “Reforma Educativa” es un proyecto de clase, y basta analizar tanto sus presupuestos pedagógicos, de evaluación o de operatividad, para saber que aquello de no politizar la educación, es puro cuento neoliberal.

Fuentes:
1. Sin lugar a dudas, el conflicto político en materia educativa en nuestro país ha estado presente desde la propia conformación de México como una nación independiente. Distintos agentes han participado, tomando un protagonismo periódico. Durante el siglo XIX, la Iglesia católica y sus conflictos con el Estado a favor de la “libertad de enseñanza” fueron claves. Más adelante, a lo largo del siglo XX, otros actores tomaron esa posición. Por ejemplo, el enfrentamiento entre el Gobierno Federal, apoyado por empresarios, frente a grupos organizados del magisterio encabezados por Othón Salazar a finales de los 50, dan cuenta de ello. Esto sin mencionar la creación de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en 1979, y sus continuos conflictos con los tres niveles de gobierno, o los enfrentamientos entre las normales rurales, aglutinadas en la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FECSM), creada en 1935 y los gobiernos federal y estatales, conflictos en los que se cuenta la represión de 1969, con el cierre de casi la mitad de las normales por orden expresa del presidente Díaz Ordaz, a lo cual se suma la desaparición de 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, hace ya 2 años, hecho que ha marcado definitivamente este sexenio.

2. Para un panorama de las discusiones sobre la “modernización educativa”, véase: Espinazo Valle, Víctor, El SNTE ante la modernización educativa y la alternancia política en Baja California disponible en la web en: https://www.colef.mx/fronteranorte/wp-content/uploads/2013/10/8-f17_El_SNTE_ante_modernizacion_educativa_y_alternancia_politica.pdf
3. Véase: Babb Sarah, Los profesionales en el gobierno y el problema de la tecnocracia: el caso de los economistas en México, Disponible en la web en: http://codex.colmex.mx:8991/exlibris/aleph/a18_1/apache_media/FKRI12R6LPMINDNNRSHNAU1GJ5BGRG.pdf
4. Véase: Jarquín, Mauro, Los aliados de Nuño y el futuro de la educación mexicana, Disponible en la web en: http://tmposmodernos.com/los-aliados-de-nuno-y-el-futuro-de-la-educacion-mexicana/
5. Pereyra, Carlos, Filosofía, historia y política, México, FCE,2010, p. 456

Fuente del articulo: https://tmposmodernos.com/la-lucha-por-la-hegemonia-educativa-en-mexico-una-lectura/

Fuente de la imagen: Periodico el metropolitan

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Argentina: CTERA rechaza los agravios del presidente Macri hacia los docentes.

www.ctera.org.ar/31-08-2016/

En un acto que realizó el presidente Mauricio Macri en la ciudad de La Matanza se refirió de manera peyorativa a los docentes, ya que enfatizó que a los maestr@s le resulta fácil realizar paros que brindarles herramientas a los chicos.

Los trabajadores de la educación de Argentina damos muestras todos los días del esfuerzo y el compromiso frente al aula.

Nuestra tarea, a veces en condiciones desfavorables, han posibilitado que millones de niños y jóvenes reciban educación.

En los peores momentos económicos y sociales del país las escuelas no sólo brindaban educación sino que eran verdaderos lugares de contención y afecto.

No es con agravios ni menospreciando a los docentes como se solucionan los graves problemas que los cinco sindicatos nacionales hemos transmitido al Gobierno Nacional.

La educación pública será de calidad si se invierte más, si se ejecutan los presupuestos de las áreas educativas, si se mejoran las condiciones laborales, si se da respuesta a las demandas salariales, si se cumple con el acuerdo paritario de formación, si se continúa con los programas nacionales socioeducativos.

CTERA exhorta al Presidente de la Nación y a sus funcionarios que cesen las ofensas hacia los trabajadores de la educación y que den respuestas urgentes a nuestros justos reclamos.

Estas declaraciones se producen en momentos que el Ministerio de Educación despidió a trabajadores del INFOD – Instituto Nacional de Formación Docente -. CTERA vuelve a reiterar su solidaridad y apoyo a los trabajadores despedidos y reclama su reincorporación.

Buenos Aires, martes 30 de agosto de 2016

Alejo Demichelis                                    Sonia Alesso
Sec. de Prensa                                    Secretaria General

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Política social para la sociedad de igualdad y justicia

Por: Alba Carosio

En la década perdida de fines del siglo XX, se pensó la estrategia de desarrollo en exclusiva dependencia del mercado, de manera que se confió en un crecimiento económico automático, que derramaría el bienestar por efecto goteo hacia las capas más pobres de la población. Sabemos que todo esto fracasó de manera estrepitosa, y los pueblos fueron más pobres que nunca, lo que generó una deuda social incalculable. El “cambio a la izquierda” en América Latina, a partir del siglo XXI, tuvo a Chávez como principal precursor e impulsor con la revolución bolivariana, se propuso el pago de la deuda social acumulada, clausuró para siempre la época de la aplicación dogmática del Consenso de Washington y la fe incondicional en la autorregulación de los mercados.

Desde el principio, se trató de crear un nuevo contrato social para potenciar la participación popular y superar modelo neoliberal. Mientras que la derecha supone que la mayoría de las desigualdades son naturales y difíciles (o incluso inconvenientes) de erradicar, la izquierda asume que la mayoría de las desigualdades son construidas socialmente, y por ende las ve como producto de situaciones que deben ser modificadas. Las izquierdas están convencidas de que es necesario generar un nivel bastante parejo entre las personas para favorecer la cohesión social y facilitar la construcción del bien común. Un gobierno de derecha hablará de “igualdad sólo ante la ley” y reivindicará las “leyes del mercado” como “mecanismo rector de la vida social”.

En los hechos, es la ley del más fuerte y despiadado. Para ellos, el mecanismo fundamental para distribuir la riqueza es el del “mercado salarial”, sin reconocer que la desigualdad tiene un impacto negativo en el crecimiento económico. La oposición entre derechas e izquierdas en el mundo contemporáneo se traduce en la disputa entre igualdad de oportunidades e igualdad de resultados. La igualdad de oportunidades se limita a abrir oportunidades “para a todos y todas”, negando el hecho de que el aprovechamiento de tales oportunidades depende de la situación social en que cada quien se encuentre.

Se trata de una “igualdad” que en la práctica reproduce las condiciones de desigualdad que caracterizan a las sociedades de clase. Promover la equidad social, es decir la justicia social, significa no sólo reconocer la desigualdad social, sino asumir que un “trato de iguales” a los desiguales sólo profundiza la desigualdad y desde esa perspectiva desarrollar acciones y políticas públicas que tiendan a disminuir las abismales diferencias. En esta lógica, un gobierno de izquierda sería aquel que defiende, crea y materializa derechos sociales. Igualdad de derechos y de condiciones, justicia social, equidad e igualdad sustantiva, reconocimiento de la diversidad o igualdad en la diferencia, son componentes del concepto de igualdad material, que implica un tratamiento preferencial para los grupos oprimidos.

En este momento histórico, el proyecto de restauración conservadora promovido por la derecha latinoamericana se basa en transformar ciertas esferas sociales (por ejemplo, mediante la liberalización económica) y, mantener otras esferas sociales con reproducción de relaciones de discriminación según clase social, etnia y género. Es más, dentro de esta visión social la desigualdad se considera no solamente una característica “natural” constitutiva de todas las sociedades, sino como una situación positiva, porque da lugar a la competencia como motor de la economía.

Definimos las políticas públicas como los proyectos y actividades que un Estado diseña y gestiona a través de un gobierno y una administración pública, con fines de satisfacer las necesidades de una sociedad. Éstas incluyen: a) el diseño de una acción colectiva deliberada, b) el curso que efectivamente toma la acción como resultado de las muchas decisiones e interacciones que comporta y, en consecuencia, c) los hechos reales que la acción colectiva produce Tanto la política como las políticas públicas tienen que ver con el poder social.

Pero mientras la política es un concepto amplio, relativo al poder en general, las políticas públicas corresponden a soluciones específicas de cómo manejar los asuntos públicos. Una política pública es una práctica social y no un evento singular o aislado. Se trata de un proceso integrador de decisiones, acciones e inacciones, acuerdos e instrumentos, adelantado por autoridades públicas con la participación de ciudadanas y ciudadanos, con el objetivo de solucionar o prevenir una situación definida como problemática.

La política pública es parte de un ambiente determinado del cual se nutre y al cual pretende modificar o mantener. Las políticas públicas reflejan no sólo los valores más importantes de una sociedad; también el conflicto entre valores. Ponen de manifiesto a cuál de los muchos diferentes valores, se le asigna la más alta prioridad en una determinada decisión. Vemos entonces con claridad que hay políticas públicas de derechas y políticas públicas de izquierdas, en especial relación con la forma en que tratan la igualdad o desigualdad social. Mientras el capitalismo es un sistema que promueve soluciones individuales de problemas sociales, el socialismo puede caracterizarse como un sistema que desarrolla políticas sociales para el buen vivir individual y colectivo, con el objetivo de lograr sociedades igualitarias y con protección universal.

Otro aspecto, determinante de las políticas públicas es el proceso de participación. Si las políticas públicas no son enmarcadas en un amplio proceso de participación, pueden sesgarse hacia la tecnocracia o hacia un populismo inmediatista. La legitimidad de las acciones que se emprendan en la sociedad derivan de una participación popular real.

El proceso de las políticas públicas, según CEPAL, comprende: 1. Definición de la agenda pública conformada por los problemas fundamentales del país, con la participación de las comunidades. 2. Formulación del plan de gestión, programas, proyectos y acciones. 3. Implementación: ésta depende de qué procesos y personas intervienen en su ejecución. 4. Evaluación de la política pública; proceso que debe ser objetivo. 5. Rendición de cuentas: resultados e impactos de la política pública. La política social es la parte de la política pública que tiene como objetivo intervenir en las consecuencias materiales y morales del desarrollo desigual de las sociedades.

La política social se define como la acción sistemática de la sociedad sobre ella misma a través del Estado, que busca garantizar el ejercicio de los derechos económicos, sociales y culturales de las personas, con el objetivo del buen vivir y la reproducción de la vida. Se pueden clasificar las políticas sociales teniendo en cuenta objetivos de protección y promoción social. Se trata de disminuir las desigualdades sociales, redistribuyendo los escasos recursos en el sentido contrario al del mercado: quienes menos tienen más recibirán de las políticas sociales.

En cuanto al contexto de las políticas sociales, es preciso reconocer que América Latina es la región con la mayor inequidad en el mundo, ocasionada con frecuencia por la combinación de factores estructurales en el terreno económico, social y étnico. Y son los pobres quienes tienen más bajo nivel de realización efectiva de derechos. El enfrentamiento de la pobreza, incluye el “empoderamiento de los pobres” y la potenciación de su acumulado social; enmarcados en la necesidad de mirar la pobreza “hacia adentro”, y escuchando “las voces de los pobres”.

En el mundo ha habido varios modelos de política social: 1. El modelo residual, tiene que ver con una concepción de sociedad en la que los mecanismos naturales para la satisfacción de las necesidades se encuentran en el mercado y la familia. Por tanto, la política social sólo debe actuar en aquellos casos donde estos mecanismos no son suficientes; 2. El modelo adquisitivo-ejecutivo parte de una lógica en la que la satisfacción de las necesidades sociales debe darse a partir de los méritos y la capacidad productiva. La política social es un auxiliar de las instituciones económicas, siempre que se promueva el incentivo, el esfuerzo y la recompensa; 3. El modelo institucional-redistributivo, reconoce la existencia de la desigualdad social y la necesidad del apoyo de la sociedad a través de instituciones específicas para aquellas personas que por razones sociales o meramente accidentales no pueden satisfacer sus necesidades básicas; 4. El modelo total, hace referencia a una lógica de política social en la que ésta está enmarcada como el objetivo principal del desarrollo económico. Aunque el principio rector de la política social debe ser el de la universalidad, no se excluye la necesidad de ejercer determinados grados de selectividad en ciertas circunstancias. A este principio deben agregarse el de solidaridad y el de eficiencia, entendida esta última como la necesidad de maximizar resultados sociales con recursos escasos.

En Venezuela, el eje transversal de la política social son los Derechos Humanos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales, generalmente conocidos como DESCA, que se materializan en el derecho a Vivienda, Agua, Salud, Educación, Trabajo, Seguridad Social, Alimentación, Medio Ambiente Saludable, Identidad, No discriminación cultural, Patrimonio Cultural. El que sean efectivos a lo largo de todo el ciclo de vida es una obligación ética, que quedó expresada en el TITULO III de la CRBV, y de manera transversal en la visión garantista de los DDHH, presente a todo lo largo del texto constitucional.

La política social se expresa en dos vertientes: Protección Social y Promoción Social. La intervención del estado para prevenir, mitigar y enfrentar los riesgos define su política de protección social, con la cual se buscan dos objetivos principales: la reducción de la vulnerabilidad de los hogares con ingresos muy bajos y garantizar derechos sociales a lo largo del ciclo de vida con una distribución más equitativa del bienestar. La Protección Social constituye, de esta forma, un mecanismo de redistribución que trata de eliminar los efectos negativos generados por la organización social capitalista, que excluye a una parte importante del pueblo.

La Protección Social se ejerce a través de dos componentes: la seguridad social, apoyo frente a eventos generales o particulares que disminuyen la calidad de vida (catástrofes, enfermedades, vejez, etc.), y la asistencia social, que otorga apoyos en especie o en dinero, a aquellas personas de bajos ingresos. La Promoción Social, por su parte, son acciones para incluir en los beneficios sociales a las personas en situaciones de privación o vulnerabilidad. Implica una transferencia dirigida a un grupo definido y tiene un criterio redistributivo, con solidaridad y equidad, para lograr así la igualdad en el ejercicio de derechos.

Los principios importantes de la Política Social son: A) Cohesión Social: generación de una cultura política compartida, que promueva a la población excluida del ejercicio de sus deberes y derechos, y con miras a identificarse con el proyecto de país e incidir en él; B) Inclusión Social, como prerrequisito y paradigma de participación, articulación de las instituciones públicas de lo social y de ese Estado al que se quiere llegar; C) Participación Social, como componente que garantiza que el ejercicio de lo público no se agote en lo estatal, consolide espacios de expresión ciudadana y propicie la transferencia de decisiones y redistribución del poder desde el Estado; D) Corresponsabilidad: responsabilidad y gobernabilidad compartidas entre ciudadanos y Estado; E) Progresividad, que implica gestionar la Política Social según una racionalidad temporal, estableciendo prioridades en el corto, mediano y largo plazos; F) Intersectorialidad, como espacio de enlace e interrelación política y técnica de las diferentes áreas de la Política Social y las instituciones que la componen; G) Desarrollo Humano Integral, como concepción filosófica y proceso holístico y pluridimensional, que va más allá de la satisfacción de carencias materiales

Las Misiones son políticas sociales, que involucran al poder popular en la organización de esta tarea y en su ejecución. Se han convertido en el símbolo de la acción social del Gobierno Bolivariano, por dos razones fundamentales; la primera tiene que ver con sus características propias. Son programas de atención muy amplios; por lo tanto abarcan a vastos sectores de la población más pobre; la segunda se vincula con el momento sociopolítico en que surgieron, lo que hace que estos programas estén fuertemente identificados y asociados con el proyecto y proceso de consolidación bolivariano.

El Comandante Chávez se refería a ellas como las organizaciones de base que tendrían la responsabilidad de consolidar el proceso bolivariano. Si ustedes se ponen a evaluar la historia de este continente, las misiones sociales venezolanas impulsadas por el Gobierno revolucionario, por el pueblo, no tienen precedente. Por su magnitud, su extensión, su permanencia aquí en Venezuela, se han convertido en política de Estado, como parte del proceso de transformación integral del Estado, de la sociedad, de la economía, de la nación.

Las misiones se han venido convirtiendo en el centro, núcleo central de las políticas del Gobierno revolucionario. (Hugo Chávez) Las misiones, que yo considero estratégicas, deben ser una vía, una forma nueva del Estado social, del nuevo Estado. Venimos de un Estado burgués, un Estado que servía a los intereses de la burguesía, y todavía el Estado que hoy tenemos está penetrado por intereses contrarios a la Revolución. Las misiones deben ser un instrumento para acelerar la transformación del Estado burgués en el Estado social de derecho y de justicia. Las misiones deben generar un nuevo espíritu de servicio, donde haya mucho trabajo voluntario, creativo; donde el funcionariado sea distinto, tenga un nuevo espíritu social, socialista. (Hugo Chávez). Las misiones deben ser creadoras del socialismo. Deben ser instrumentos para el injerto en pequeños espacios, en medianos espacios, del modelo socialista. (Hugo Chávez) No permitamos que las misiones caigan en manos de la vieja burocracia y de los viejos métodos, en ningún nivel, todo lo contrario, las misiones deben contagiar de lo nuevo a lo viejo. No permitamos que el viejo Estado burgués, burocratizado, penetre las misiones, y entonces las empiece a paralizar, a triturar, o a convertirlas a lo viejo. Para eso hay que ser muy creativo y estar muy encima de eso. (Hugo Chávez)

La Ley Orgánica de Misiones, Grandes Misiones y Micro-misiones, publicada el 19 de noviembre de 2014 en la Gaceta Oficial N° 6154 Extraordinaria, define la misión como “una política pública destinada a materializar de forma masiva, acelerada y progresiva las condiciones para el efectivo ejercicio y disfrute universal de uno o más derechos sociales de personas o grupos de personas, que conjuga la agilización de los procesos estatales con la participación directa del pueblo en su gestión en favor de la erradicación de la pobreza y la conquista popular de los derechos sociales consagrados en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela”.

Desde 2003, las misiones sociales trajeron una nueva manera de entender las nociones de política social e inclusión social, conmovieron la burocracia del Estado y se construyeron con base en la noción de urgencia para combatir la pobreza y la inequidad. Se apela principalmente a los principios de igualdad y justicia social. Se constituyeron en un factor de potenciación de los sectores populares, ya que han permitido la movilización social, la integración de un grupo significativo de personas. Las misiones expresan un acceso a la política social que tiene un ingrediente emocional, ya que la respuesta a la demanda social se produce por un mecanismo no institucional, que intenta fortalecer o crear un vínculo personal entre los sujetos demandantes y los líderes políticos que ejercen el gobierno y sus seguidores o funcionarios más cercanos.

Las Misiones apelan a la solidaridad en un contexto ético, de lucha por la justicia social, que concibe a las y los Misioneros como “ciudadanos que desde su accionar diario contribuyen al desarrollo de los planes y acciones en favor del cumplimiento de los objetivos de cada Misión desde el ámbito institucional, así como a los grupos y personas sujetos de atención específicos de las Misiones, Grandes Misiones y Micro-misiones, quienes se organizan en los territorios para empoderarse de sus derechos y contribuir a la transformación de la sociedad a través del poder popular”. Todos guiados por una “ética de la responsabilidad solidaria”.

Pensar éticamente es pensar en los demás. La ética en la política tiene que ser un patrimonio permanente de la izquierda, la transparencia absoluta en el manejo de los recursos públicos tiene que ser una regla de oro de parte de los gobiernos de izquierda. Objetivos máximos de las misiones son:

• Acabar con las causas y consecuencias de la pobreza y la exclusión de todo tipo. En este sentido, los ingresos no derivados del trabajo han mostrado ser una herramienta importante. Se trata de que la redistribución vaya impulsando la igualdad y eliminando la reproducción de la desigualdad.

• Combatir contra la desigualdad especialmente reflejada en la infantilización y feminización de la pobreza. • Reducir el déficit de atención social en las zonas populares y hacer cumplir los derechos sociales (salud, educación, alimentación, vivienda, empleo).

• Penetrar las zonas populares de difícil acceso para hacer llegar bienes y servicios a sus poblaciones, con la participación de la propia comunidad organizada.

• Convocar e inducir a que un número mayor de personas se incorpore al proyecto político promovido desde el Estado-gobierno-movimiento político.

• Reconocer el protagonismo de las poblaciones excluidas, haciéndolas visibles en las prioridades y la asignación de los recursos del Estado, sobre la base de una mayor igualdad política y social.

• Prefigurar un nuevo Estado des-burocratizado en cuanto a sus funciones sociales y proceder a desmontar todas las resistencias que haya en sus estructuras.

• Desmercantilizar el acceso al bienestar y buen vivir, de manera tal que las personas no dependan de la posición que ocupen en su grupo familiar, ni en el mercado laboral, ni de su capacidad de compra.

Hay algunos desafíos y urgencias que han aparecido para las políticas sociales, luego de más de 10 años de funcionamiento y de cara al nuevo acoso y cerco por parte de las propuestas de restauración de las derechas. Se requiere una visión estratégica de mediano plazo, que conjugue adecuadamente la dimensión política y la técnica en las políticas públicas. Entre las urgencias más claras están:

• Generar sostenibilidad, apoyada en procesos de corresponsabilidad, en la construcción de una sociedad más justa, solidaria, sostenible y cohesionada.

• Articular la política social con la política económica. «Consolidar el Sistema Nacional de Misiones y Grandes Misiones Socialistas Hugo Chávez, como conjunto integrado de políticas y programas que materializan derechos y garantías del Estado Social de Derecho y de Justicia y sirve de plataforma de organización, articulación y gestión de la política social en los distintos niveles territoriales del país, para dar mayor eficiencia y eficacia a las políticas sociales de la Revolución».(PLAN DE LA PATRIA)

• Lucha contra la cultura del paternalismo rentista, que privilegia la dádiva por encima de la superación personal basada en la solidaridad y el trabajo productivo. “Fortalecer el tejido social de las Misiones, para garantizar la participación del Poder Popular en todas las etapas de planificación, ejecución, seguimiento y control, así como la generación de saldos organizativos de la población beneficiaria”.

• Generar una estructuración de las Misiones, y los elementos de entrada, articulando, comunicando, y unificando donde sea posible la estructura de las Misiones con las estructuras paralelas.

• Eficiencia como criterio en la nueva época. Sin eficiencia el impacto de las políticas es menor al deseado, sin eficiencia la justicia tarda más en implementarse y los impactos de la política redistributiva se reducen.

• La información es un antecedente indispensable de toda participación. Se trata de información básica, abierta y no pre-digerida, a la que se pueda acceder libremente. Para ello conviene institucionalizar una «hoja de ruta» para la gestión del gobierno, que se evalúe y actualice periódicamente. Las decisiones tienen que tomarse en función de las necesidades sociales inmediatas que hay que reconocer y diagnosticar correctamente, y para las que hay que diseñar medidas adecuadas.

• Impulsar la universalidad de las políticas sociales, garantizando su acceso sin condición alguna. Aunque los universos puedan ser acotados por su pertenencia a una población específica, por ejemplo, el apoyo a los adultos mayores, para que sea un derecho social, el acceso tendrá que garantizarse a todos los que cumplan dicha condición. No significa la búsqueda de niveles mínimos de satisfacción de los derechos económicos y sociales básicos, sino el de avanzar hacia un alto grado de homogeneidad en ella.

• Generar confianza social, lo que obliga a la construcción de una comunidad moral; el imperativo de construir una comunidad ideal de comunicación con el fin de asegurar la supervivencia en los condicionamientos históricos reales.

• Eliminación de núcleos duros de pobreza: Niveles de pobreza y desigualdad elevados, que persisten en la región en estrecho vínculo con bajos niveles educativos, situación que afecta de manera muy marcada a las adolescentes latinoamericanas, sobre todo a las de menor educación e ingresos. La maternidad adolescente da lugar a la reproducción intergeneracional de la exclusión y la desigualdad, donde se combina carencia educativa, ausencia de apoyo en el cuidado de los hijos, trayectorias familiares de mayor vulnerabilidad, mayores dificultades para desarrollar actividades que generen ingresos y acceso precario a redes de protección social.

• Desarrollo de sistemas universales de cuidado. Un nuevo pacto social tiene que ver con los recursos y energía que cada sociedad esté dispuesta a emplear para apoyar a las familias en la provisión de cuidado y desarrollo de capacidades. La responsabilidad por el cuidado de niñas, niños, ancianos, personas con capacidades especiales y dependientes en general debe ser compartida, se trata de marchar hacia corresponsabilidad familia-estado-comunidades.

Se entrecruzan las políticas educativas con su responsabilidad por ampliar la cobertura de la educación preescolar y la jornada escolar en la educación pública, promover la permanencia en los estudios de secundaria sobre todo entre los integrantes de sectores socioeconómicos más pobres. Y se trata también de generar mecanismos creativos de cuidado social y comunitario, como parte integrante central de la política social. En resumen, se trata de cambiar las prioridades, colocando en el centro la vida y su cuidado; sin esta práctica de la cultura de vida la humanidad desaparece.

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Urge fortalecer las Industrias Creativas del Perú, mejorando la calidad profesional del artista

www.unesco.org/31-08-2016/

UNESCO PERÚ y APROMAS, cooperación mutua para la protección y promoción de las artes en el Perú.

Las industrias creativas en el Perú tienen un gran potencial basado en su historia e identidad cultural. El aporte de las actividades culturales (privadas y formales, sin incluir al gobierno) contribuyen hasta el 1.58% del PIB Nacional, así se establece en los indicadores de cultura para el desarrollo en el Perú.

Para poder seguir fortaleciendo este rubro, es necesario formar a verdaderos agentes de cambio y transformación social a través de una educación de calidad, más integral y democrática. UNESCO Perú y la Asociación Educativa Promotora de Música, Arte y Sonido – APROMAS reconocen la importancia de que el trabajador de la cultura obtenga las herramientas necesarias para desenvolverse en el medio nacional e internacional, y gracias a ello logre posicionar a los productos culturales como eje de un diálogo generador identidad, consciencia social y motor de acciones para el desarrollo. Es con este fin es que ambas instituciones firmaron esta semana un Convenio Marco de Cooperación Interinstitucional.

Con este documento, se espera realizar acciones conjuntas que fortalezcan las capacidades del sector cultural y artístico del Perú, entre otras colaboraciones, a fin de impulsar proyectos que contribuyan a proteger y valorar la producción cultural del Perú.

Dato:

  • APROMAS, es una asociación civil, creada con el objeto de fortalecer en base a la educación en sus diferentes niveles, al sector cultural y artístico en Perú
  • En el mundo, las industrias creativas representan el 6% del PBI 

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Reflexiones y propuesta sobre los profesores y el derecho a asociación

Por: Fausto Segovia Baus 

La disolución de la UNE –Unión Nacional de Educadores- dispuesta por el gobierno nacional actualiza un tema irresuelto en el Ecuador: el mejoramiento continuo de la calidad de la formación docente, y la inserción de los profesores en la construcción de conocimientos, de cara a un nuevo modelo de escuela y universidad. Reflexiones para soluciones emergentes.

1. La historia se repite. Las noticias sobre la disolución de la UNE comunicada el 18 de agosto pasado –la segunda en su trayectoria- traen a la memoria la historia de este gremio fundado en 1950, sus luchas por mejores salarios, las paralizaciones y ciertos excesos de dirigentes que usaron el gremio para fines políticos partidistas –el extinto Movimiento Popular Democrático-.

2. La educación pública partidizada. Hay que reconocer la importancia de la organización de los maestros, como derecho constitucional y legal, así como sus contribuciones al mejoramiento del sistema educativo. Pero de ahí a crear un contrapoder que genere conflictos, y lo que es más grave presione para que el Ministerio de Educación tome decisiones en favor de la ‘plataforma’ del gremio –con diputados en el Congreso-, hay una gran distancia. La partidización de la educación fue un enorme obstáculo para las reformas educativas –la mayoría inconclusas-, en los últimos veinte años de democracia.

3. Aportes de la UNE. Con el deseo de destacar la presencia objetiva de la UNE en el escenario educativo nacional, es necesario mencionar sus contribuciones: ilustres profesores y profesoras –alineados o no al MPD- dieron lustre a la profesión docente, desde las aulas normalistas, los institutos pedagógicos y las facultades de Ciencias de la Educación. Ignorar sus aportes sería ser inconsecuentes con la realidad. También es justo reconocer sus investigaciones, publicaciones, foros y aportes a la reforma educativa, muchas veces desatendidos por los gobiernos de turno. La participación de la UNE en las consultas nacionales, y en la aprobación de las políticas públicas en educación, a través del referendo, merece mención.

4. Paralizaciones. No obstante lo anterior cabe advertir las innumerables paralizaciones del sistema educativo, de manera especial en la década de los noventa, que perjudicaron a los estudiantes, así como las negativas frecuentes a participar en proyectos de evaluación y mejora de la calidad. Existen investigaciones sobre la incidencia de los paros y huelgas del magisterio. Como resultado de estas acciones, la UNE generó una imagen negativa en la opinión pública y los pedidos insistentes de poner fin al desgobierno en la educación.

5. La revolución ciudadana. Para unos es un mérito; para otros un demérito la denominada ‘recuperación de la rectoría del Ministerio de Educación, que antes vivió ‘secuestrada’ por el MPD’, según el discurso del Gobierno Nacional. La Constitución de Montecristi fijó los fundamentos para la creación de un nuevo sistema educativo, que eliminó progresivamente al contrapoder; creó zonas, distritos y circuitos educativos, y dio un impulso poderoso a las inversiones que superaron a todos los gobiernos anteriores juntos, y se acercó a la norma constitucional del 1.5 del PIB, que mejoró las condiciones de los docentes, con nuevas leyes, reglamentos y estatutos, y se visibilizó la nueva infraestructura y equipamiento escolar, en las diferentes regiones del país. Las razones –sobre todo salariales- que habían ‘justificado’ los paros magisteriales se terminaron. Y el sistema educativo ‘respiró’ de alivio.

6. Y ahora la eliminación de la UNE… El jueves 18 de agosto de 2016, la Unión Nacional de Educadores (UNE) fue notificada con su disolución, cuya personería jurídica fue aprobada mediante acuerdo ministerial N° 624 del 19 de abril de 1950. Antes, en la década de los setenta, había sido eliminada por el general Guillermo Rodríguez Lara, y devuelta su personería en el gobierno democrático de Jaime Roldós Aguilera. Las causas de la disolución de la UNE de 2016, según el referido acuerdo, son formales: el incumplimiento de su propio estatuto, y el no registro de su directiva, según disposición reglamentaria contenida en el Sistema Unificado de Información de las Organizaciones Sociales y Ciudadanas.

7. Equivocada e inoportuna. La disolución de la UNE es una decisión equivocada e inoportuna. Equivocada, porque la Constitución vigente, Art. 96, establece que ‘se reconocen todas las formas de organización, como expresión de la soberanía popular…’ El derecho a la asociación es, por lo tanto, una garantía del sistema democrático, y no es posible infringir esta disposición. Y inoportuna, porque con esta decisión, en período preelectoral, el gobierno ha dado motivos para que se exalten los ánimos y se fortalezcan las movilizaciones con un motivo externo y gratuito. Los candidatos han sido a la calle, y deben estar agradecidos por este ‘aporte’ a las campañas.

8. Propuesta. Es urgente la convocatoria al Consejo Nacional de Educación (CNE), que no se lo ha convocado desde 2011, según el Art. 23 de la Ley Orgánica de Educación Intercultural (LOEI). Esta disposición es obligatoria y no facultativa o voluntaria. También es necesario establecer puentes de diálogo asertivo entre las partes en conflicto, para buscar puntos de acuerdo, con la participación de la sociedad civil.

Este contenido ha sido publicado originalmente por Diario EL COMERCIO en la siguiente dirección:http://www.elcomercio.com/blogs/la-silla-vacia/reflexiones-propuesta-profesores-derecho-asociacion.html. 

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