Page 74 of 751
1 72 73 74 75 76 751

Nuevo curso, ¿con qué política educativa?

Por: Jaume Martínez Bonafé

¿Será el nuevo curso una reproducción del anterior como lo fue el anterior reproducción del anterior? Ya me dirán ustedes si no sería una buena gimnasia empezar el curso con algo más de trabajo ideológico.

Los últimos años, largos, muy largos, los pasamos cuestionando las políticas educativas de la derecha, por injustas, ineficaces, burocratizantes, descaradamente favorecedoras del negocio de la educación. He visto inventar innovaciones con una ignorancia supina del saber acumulado por la investigación y la reflexión de muchos maestros y muchas maestras, vendiendo acreditaciones como quien vende chucherías en el quiosco. Y se ha mirado a la infancia como un objeto que moldear según determinados intereses y culturas y no como un sujeto de derechos para los que la educación debería ser la garantía de un crecimiento emancipador.

No olvido aquel intento de creación de un estatuto jurídico superior para el maestro, estúpida forma de reivindicar su autoridad, acompañada por la recuperación de la tarima. Como no olvido los múltiples informes que vienen denunciando los estereotipos eurocéntricos, sexistas, heteropatriarcales, antiecológicos en el contenido de los libros de texto, mientras los gobiernos –progresistas o no progresistas– los regalan sin ningún miramiento, es decir, despreciando esos informes. Y no se sabe de ningún consejero de Educación que se haya reunido con los editores del libro de texto para negociar que la compra estará relacionada con la mejora de la calidad del producto.

No olvido tampoco las protestas que inundaron las calles de verde en muchas ciudades, una auténtica marea frente a los múltiples recortes en la educación pública. Llegaron también aquellos representantes políticos a actuar en una subcomisión para pactar políticas educativas manejando conceptos como universalidad para enmascarar privatización y mantenimiento del statu quo. Y así les fue. En un siglo, un país y una escuela donde la ciencia y el laicismo deberían gobernar el curriculum, cerramos el curso un año más con la doctrina y los dogmas de la fe católica dentro de las aulas. Y finalmente, se convocaron oposiciones en algunas comunidades autónomas para contratar a miles de maestros y maestras que tendrán en sus manos la responsabilidad de la educación a las futuras generaciones durante las próximas décadas, y los criterios para el diseño de las pruebas, la selección de tribunales y baremos de evaluación son más de lo mismo, con el pecado añadido en el caso del País Valenciano, que quien tiene la responsabilidad de esa gestión es un gobierno autonómico considerado progresista. Perverso ejemplo de laxitud conceptual y de desimplicación de quien tiene la responsabilidad de la política.

¿Será el nuevo curso una reproducción del anterior como lo fue el anterior reproducción del anterior? Pues si así pintara la cosa habría que hacer lo posible por evitarlo. Y me parece que hay dos conceptos que están en la base de la respuesta y el cuestionamiento político de la continuidad. El primero tiene que ver con el movimiento social y el segundo con la hegemonía. Me parece que el saludable y potente proceso social que articuló y unificó múltiples actores comprometidos con la acción colectiva de defensa de la escuela pública, perfectamente simbolizados en las camisetas verdes, no debería tener esas camisetas guardadas en el armario, pues el conflicto político que ha venido poniendo a la escuela pública sobre las cuerdas no ha desparecido. Lo público, en general, y la escuela pública, en particular, siguen amenazados por la lógica neoliberal de la individualización y el sálvese quien pueda. El movimiento social que encabezó la reivindicación de la dignificación de la educación pública tiene todavía mucha tarea hasta hacer realidad ese cambio personal, cultural y político en la escuela.

Debería ser tarea de quienes tienen la responsabilidad de una gestión progresista de la educación pública, ayudarnos a pensar de un modo más crítico qué curriculum implementamos, con qué formación desarrollamos la profesión, cómo cualificar y profundizar en los procesos participativos, de qué modo se avanza en la democracia escolar, con qué referentes pedagógicos y políticos ha ido cultivándose el saber de renovación pedagógica, en fin, cómo hacer del cotidiano escolar un campo de reflexión y experimentación de nuevas y mejores posibilidades para facilitar el crecimiento humano con saberes emancipadores. Sin embargo, no parece que esos nuevos conceptos, que esa nueva y nutrida caja de herramientas con las que pensar estrategias de cambio y mejora de la escuela, vayan a venir de esos espacios de la administración educativa. Tal vez se les coma el tiempo la burocracia, tal vez. Es como si la vida de la escuela haya dejado de ser un concepto político y cada cual pueda inventar su momento como mejor le convenga. Por eso hace falta un potente movimiento social que recupere la acción política y pedagógica, el pensamiento político y pedagógico, la creación de conceptos y procedimientos para hacer más pública la escuela pública.

Recuerdo que en el primer gobierno del PSOE un ministro de Educación llamado José María Maravall nos confesaba en una reunión con los Movimientos de Renovación Pedagógica su necesidad de que andáramos por delante, creando una conciencia crítica que facilitase el avance y el cambio pedagógico. Era una lúcida petición de quien sabía que en el territorio de la educación se libra una permanente disputa por la dirección intelectual y moral del sentido de esa educación, y hace falta, entonces, un potente movimiento social que genere otras explicaciones, que busque otras estrategias, que facilite otras comprensiones sobre los que es o no posible. No es una cuestión de coerción, es una cuestión de convencimiento.

En aquel inmenso 8 de marzo del curso pasado una maestra le dijo a otra que anunciaba en el claustro su voluntad de ir a la huelga, que no estaba de acuerdo y que le parecía injusto e insolidario tener que quedarse con los niños y niñas de su clase. Ya me dirán ustedes si no sería una buena gimnasia empezar el curso con algo más de trabajo ideológico. Y no olviden que la ausencia de ideología es la ideología de la derecha.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/10/01/nuevo-curso-con-que-politica-educativa/

Comparte este contenido:

Ángulos de la consulta en educación

Por: Carlos Ornelas

De acuerdo con declaraciones del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, la política educativa de su gobierno se regirá por el respeto absoluto a los maestros; considera que la Reforma Educativa del gobierno de Peña Nieto se encaminó a denigrarlos y a poner el sistema educativo de cabeza. Por ello, convocó a la ciudadanía, en especial a docentes y padres de familia, a una consulta para alcanzar un Acuerdo nacional para una educación con equidad y calidad para el bienestar de todos los mexicanos.

Sin embargo, antes de que la consulta tenga resultados, AMLO ya decretó que cancelará la reforma y en su lugar habrá un nuevo plan. En ocasiones parece que su ángulo es agudo, como cuando dice que sí a la Coordinadora, pero les pide asistencia y puntualidad; mientras otras veces expande su visión y habla de una gran transformación. Esa ambigüedad abre la puerta a todo tipo de posturas. Resumo unas cuantas.

En las barracas de Morena, los diputados y senadores compiten para ver quién está más cerca de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación y responde a sus requerimientos. “No quedará ni una coma”, dijo Mario Delgado. “Vamos a plantear una iniciativa para derogar las nuevas fracciones o párrafos del artículo 3º”, proclamó Martí Batres; eso incluía la desaparición del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación. El tono de la oratoria de los coordinadores de los grupos de Morena es drástico, pero una combinación de factores le puso freno. La crítica de la opinión pública contó, pero quizá más la del futuro secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma Barragán.

Según difundió Raymundo Riva Palacio, en cuanto el senador Batres anunció la iniciativa, Esteban Moctezuma le aplicó las balatas, acaso por instrucciones del mismo Presidente electo. El futuro secretario de Educación Pública también es incierto en su perspectiva, pero ofrece un ángulo conciliador: “Seguirá la evaluación, pero no será punitiva”, “queremos un país armónico, sin violencia, con cultura de paz… con un tejido social digno y justo”. Asegura que el nuevo gobierno pondrá orden donde hay caos porque comienza por la parte sana: La consulta.

Los foros para dicha consulta tal vez tengan ventajas con todo y la desorganización e improvisación. No obstante, se privilegia la voz de los maestros y sus dirigentes. El Comité Ejecutivo Nacional del SNTE ofrece paz, negociaciones y, pienso, sumisión: Dice en su comunicado del 9 de septiembre que ese Comité “coincide con lo expresado hoy por el próximo secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma Barragán, en que ‘creemos en el poder de escuchar, creemos en el poder del diálogo, creemos que para construir el futuro, todos tenemos que estar incluidos’”.

Como era previsible, la CNTE tiene una meta fija, abrogar la Reforma Educativa y no concede un ápice; su ángulo es puntiagudo. Cumple con su designio de ponerle marcaje a la consulta y no permitir que pasen posturas moderadas.

Organizaciones de la sociedad civil, Mexicanos Primero, en particular, siguen con atención los foros y destacan la escasa o nula participación de los alumnos; su mirada está excluida, a pesar de que serán los primeros afectados por las decisiones que tome el futuro gobierno.

Los otros partidos políticos apenas si dicen pío, aunque una diputada del Partido del Trabajo ya introdujo una iniciativa para derogar los cambios a la Constitución de 2013, que fundamentaron la reforma de este sexenio.

Los organismos intergubernamentales también toman la palestra. La Unesco, la Unicef y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos abogan por mantener los cambios positivos de la Reforma Educativa y alertan de las posibles consecuencias de una acción que devaste lo que se logró.

El gobierno, en particular el secretario Otto Granados Roldán, defiende lo realizado y aconseja continuidad; hay asuntos trascendentes que, en lugar de echarlos para atrás, vale la pena mejorarlos.

Los recodos que se presentan en la consulta son facetas de la contienda por la educación nacional. El próximo gobierno propone un cambio total, pero la estructura del sistema educativo mexicano tiene cimientos —corporativos— sólidos. El gobierno de Peña Nieto removió parte del edificio, pero la cimentación es más profunda de lo que parece.

Me temo que en el próximo gobierno el corporativismo regrese por sus fueros. Espero equivocarme y que AMLO, ya como presidente, no permita que se le pare la cresta.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/angulos-de-la-consulta-en-educacion/

Comparte este contenido:

Vuelta al cole, a vueltas con la educación

Por: Antoni Tort

“Back to school”, “La rentrée scolaire”, “Zurück zur schule”, “Vuelta al cole”… Desde mediados de agosto o antes, los escaparates de las tiendas en las principales calles de las ciudades europeas nos han hablado de la escuela. Unas calles que cada vez se parecen más unas otras, diluyendo los contextos sociales y urbanísticos, específicos, convirtiéndose en una universal y uniforme calle mayor de las franquicias, replicadas aquí y allá.

Son carteles que, durante días, nos han preparado para el inicio de curso: con la pizarra verde o negra y los lápices de colores que continúan con su protagonismo icónico, aunque ya no lo tengan en las aulas actuales. La representación de la escolaridad es añeja, a cierta distancia de los artefactos y gadgets contemporáneos que el alumnado lleva consigo y que el profesorado utiliza. En cualquier caso, los carteles no suponen precisamente una súbita y profunda preocupación para con la educación básica de nuestros niños y nuestras niñas, sino que es una llamada para acrecentar el consumo alrededor de la actividad escolar y una estrategia para repartir el pastel del subsiguiente gasto familiar en moda infantil, material escolar, libros y cuadernos, mochilas y todo tipo de complementos.

Mientras los escaparates hablan, también lo hacen los ministros y ministras del ramo para dar el pistoletazo de salida al nuevo curso. Ahí está el ministro francés de educación, Jean-Michel Blanquer señalando, con una solemnidad como si nadie lo hubiera dicho antes, que la función de la escuela es la formación de la ciudadanía; la ministra Celaá pide paso y comparece en sede parlamentaria para delimitar su programa y los contornos de lo público y lo concertado; o el ministro italiano Buselli, profesor de educación física, preocupado por reducir el peso de las mochilas y por desmantelar las propuestas del gobierno anterior. Entre los eslóganes comerciales y las declaraciones políticas, los niños y las niñas entran en las aulas. A la salida, quizás responderán a las previsibles y repetidas preguntas de algunos reporteros “que han salido a la calle” a pulsar el inicio de curso para el noticiario del día.

Todo ello forma parte de la vida educativa, escolar y social; se relaciona con las aspiraciones de las familias y con la profesionalidad del profesorado. El mercado, las políticas y los medios de comunicación condicionan la educación. Son, como señaló Basil Bernstein, agentes recontextualizadores que influyen, de un modo u otro, en la configuración y evolución de nuestros discursos y de nuestras prácticas pedagógicas. Así pues, la capacidad para construir unos procesos de aprendizaje potentes y fructíferos, también tiene que ver con la capacidad de leer e interpretar cuáles son las fuerzas y los actores que enmarcan dichos procesos educativos, a nivel local y a nivel global. La escuela no es un ámbito aislado sino un lugar interconectado con otros lugares; físicos, virtuales, simbólicos. Una institución en interlocución con otras instituciones y con las redes.

La vuelta a la escuela es una ocasión para repensar, esto es, seguir pensando, acerca de la educación que queremos construir, esto es, que queremos seguir construyendo. Hace unos años, sectores conservadores alimentaron un “back to basics”, un retorno a lo básico, planteado como el deseo de reivindicar un hipotético pasado escolar glorioso y un retorno a un currículum instrumental como si fuera un adn indiscutible, sin atender a contextos sociales. Hoy, desde una perspectiva bien distinta, el eminente profesor Stephen Ball reclama un “back to basics”, como la inevitable necesidad de repensar lo fundamental en educación y el papel de sus instituciones en el siglo XXI. Para debatir sobre quién y cómo interviene en el campo educativo. Para recontextualizar la tarea educativa, para afrontar los cambios. En el arranque de un nuevo curso escolar, y más allá.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/09/27/vuelta-al-cole-a-vueltas-con-la-educacion/

Comparte este contenido:

Libro: Profesión: Profesor en América Latina ¿Por qué se perdió el prestigio docente y cómo recuperarlo? (PDF)

Banco Interamericano de Desarrollo / 16 de septiembre de 2018 / Autor: Elacqua, Gregory; Hincapie, Diana; Vegas, Emiliana; Alfonso, Mariana / Fuente: BID

Este libro examina las políticas públicas que varios países de la región están poniendo en práctica para atraer, preparar y seleccionar docentes efectivos. También analiza la evolución histórica de la profesión docente latinoamericana. Existen dos factores históricos importantes que explican el deterioro de la profesión docente desde mediados del siglo pasado. El primero es la expansión de la cobertura escolar y los cambios en la profesión docente. Y el segundo se origina en las transformaciones del mercado laboral femenino. La conclusión es simple: solo recuperando el prestigio de la profesión docente, y atrayendo y preparando a los mejores candidatos a la docencia se logrará realmente transformar en el largo plazo la profesión y aumentar la efectividad de los maestros de nuestra región.

Link para la descarga:

https://publications.iadb.org/bitstream/handle/11319/8953/Profesion-Profesor-en-America-Latina-Por-que-se-perdio-el-prestigio-docente-y-como-recuperarlo.pdf?sequence=1&isAllowed=y

Fuente de la Reseña:

https://publications.iadb.org/handle/11319/8953

ove/mahv

Comparte este contenido:

Libro: Las políticas educativas después de los ’90 (PDF)

Argentina / 16 de septiembre de 2018 / Autor: Myriam Feldfeber y Nora Gluz [Coordinadoras] / Fuente: CLACSO

Fernanda Saforcada. Pablo Imen. Alejandro Burgos. Lucía Caride. Mariel Karolinski. Myriam Feldfeber. Nora Gluz. Oscar Graizer. María Eugenia Grandoli. [Autores de Capítulo]
…………………………………………………………………………

ISBN 978-987-1891-37-5
CLACSO. Facultad de Filosofía y Letras – UBA .
Buenos Aires.
Febrero de 2018

Los capítulos que componen este libro son resultado de las distintas líneas de investigación del Proyecto UBACyT Los modos de construcción de la política pública en el campo educativo. Regulaciones, actores y procesos. El punto de partida del mismo fue la preocupación por comprender los modos de construcción de la política pública en el campo educativo en el nuevo escenario caracterizado por la asunción de gobiernos surgidos de las luchas sociales contra el neoliberalismo y que, con diferentes énfasis y no pocas contradicciones, buscan generar las condiciones para superar la desigualdad y garantizar los derechos de los ciudadanos, entre ellos el derecho a la educación.
Link para la descarga:
https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/contador/sumar_pdf.php?id_libro=1340
Fuente de la Reseña:
https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?id_libro=1340&pageNum_rs_libros=4&totalRows_rs_libros=1329
ove/mahv
Comparte este contenido:

Colombia: Confían en sus familias, pero no en los políticos: el estudio que busca descifrar a los jóvenes colombianos

América del sur/Colombia/ 13 Septiembre 2018/Fuente: Semana

Next Generation es una investigación que ya se ha hecho en otros lugares del mundo y que se aplicó en Colombia (primer país de América en donde se hace) a propósito de la firma del acuerdo de paz. El estudio revela que los jóvenes quieren participar en la solución de los problemas del país, pero no a través de los espacios políticos tradicionales. Este será uno de los temas de la Cumbre Líderes por la Educación.

Los jóvenes colombianos de hoy confían en sus familias, en sus maestros y en sus amigos, pero poco en la policía, los políticos y el gobierno; quieren participar en las decisiones importantes del país, pero pocos están afiliados a un partido o votan; la tercera parte de ellos ha sufrido alguna vez un hecho traumático (por lo general relacionado con la violencia), y las redes sociales y el internet hacen que ocupen más su tiempo en actividades solitarias que colectivas.

Esta es, en muy resumidas cuentas, la semblanza que hace de los jóvenes colombianos el estudio Next Generation, una investigación que se ha hecho en varias partes del mundo, y que, a propósito de la firma del acuerdo de paz, se hizo en Colombia, primer país del continente en donde se aplica.

“Los criterios para seleccionar en qué países se hace el estudio tienen que ver con el periodo histórico por el que atraviesa. En el Reino Unido, por ejemplo, se hizo después del Brexit. Este es el primer estudio que se hace en América, teniendo en cuenta que en los últimos años Colombia ha atravesado por muchos contextos que hacían que fuera más relevante que nunca saber qué piensan los jóvenes”, afirma Laura Barragán, directora de Educación y Sociedad del British Council, entidad que hizo el estudio, en alianza con las universidades de los Andes y el Rosario.

La investigación incluyó encuestas con 2.582 jóvenes entre 14 y 28 años, en 33 municipios de 5 regiones del país. Pero además, 29 grupos focales, con 162 jóvenes, en los que exponían sus opiniones sobre en qué y en quiénes confían, cuáles son sus sueños, qué les preocupa y en qué ocupan su tiempo.

Uno de los principales aspectos del estudio es que evalúa la confianza que los jóvenes tienen en diferentes aspectos de la sociedad. Mientras que más del 80% dice confiar en su familia y alrededor del 55% en sus maestros, solo el 15% confía en el gobierno y el 9% en los partidos políticos.

“En materia de confianza, es impresionante que el porcentaje que dice confiar en los partidos políticos (9%) está muy cerca del nivel de confianza que hay frente a los grupos al margen de la ley (7%)”, afirma Darío Maldonado, investigador de la Universidad de los Andes, que lideró el estudio.

En general, todo lo relacionado con los políticos ocupa un lugar muy bajo en la preferencia de los jóvenes. Menos del 1% dice estar vinculado a partidos políticos y apenas alrededor del 26% dice votar, aunque reconocen la importancia de participar en los asuntos relevantes para el país.

“Lo que más nos llevó a decidirnos a hacer el estudio fue lo que pasó con el plebiscito por la paz. Fue por un lado una aparente apatía y unos niveles de inasistencia a las urnas tremendos, pero también esa reacción de los jóvenes en esos días posteriores a conocerse el resultado. No es que los jóvenes sean apáticos, sino que las maneras tradicionales de participar en política no les son atractivas.Tenemos que encontrar una manera de engancharlos de nuevo con los partidos políticos, con las elecciones, etc.”, afirma Barragán.

“Es ahí donde está el reto para todos. Lo que eso está diciendo es que tenemos que preguntarnos sobre los modos de participación política. Los grupos políticos pueden ser unos, pero hay otros. El reto es cómo logramos canalizar el interés de los jóvenes”, agrega Darwin Cortés, investigador de la Universidad del Rosario, quien señala que el estudio muestra que los jóvenes sí se vinculan a grupos sociales, de voluntariado, ambientalistas, deportivos y culturales, pero no políticos.

El informe también hace un análisis sobre la salud mental de los jóvenes en el país. Recoge las cifras de la Encuesta Nacional de Salud Mental, según las cuales, aproximadamente el 30% de los adolescentes en el país ha estado expuesto a por lo menos una experiencia traumática en su vida, y el 7,2% ha sufrido de algún trastorno mental, incluida depresión, ansiedad, fobia social y consumo de sustancias.

Destaca que el 38% de los jóvenes encuestados reporta haber sido víctima de un acto de delincuencia común, el 8% fue afectado por la violencia de un grupo armado (8%) y el 8% sufrió algún tipo de violencia intrafamiliar.

“Por un lado, hay unos niveles muy altos de exposición a la violencia, y no me refiero específicamente al conflicto. Esa exposición a la violencia, sea de un origen o de otro, va generando dificultades de salud mental. Y esos síntomas emocionales se dan más fuertemente en niveles socioeconómicos bajos”, señala Cortes.

“La salud mental va a ser el problema de salud pública más importante del siglo XXI y no estamos seguros si estamos preparados para afrontarlo. Es importante empezar a distinguir cómo han estado afectados los jóvenes por distintos tipos de violencia. La violencia tradicionalmente ha estado muy identificada con los grupos paramilitares y las Farc, pero ahora estamos ante una situación más atomizada, con muchos factores diferentes”, precisa Maldonado.

Los mayores problemas que los jóvenes perciben en su entorno son el consumo de alcohol y de droga, el embarazo adolescente, la falta de oportunidades de estudio y trabajo y la inseguridad.

Y el uso del tiempo libre, que también evaluó el informe, evidencia una nueva realidad a la que se enfrentan los jóvenes con el internet, los medios audiovisuales y las redes sociales, que en algunos casos pueden llevarlos al aislamiento.

Cuando se les preguntó qué actividad habían realizado en la semana anterior, el 91% contestó que ver televisión o videos, el 88% escuchar música, y el 82% navegar por Internet, mientras que solo el 56% había pasado tiempo con sus amigos, y el 55% había practicado algún deporte o había hecho ejercicio físico.

“Si bien un poco más de la mitad de los jóvenes realiza una actividad física, en realidad predominan las actividades sedentarias y de baja socialización directa. Eso es algo que es importante resaltar y que viene con los cambios tecnológicos que hemos tenido en los últimos años”, explica Cortes.

El estudio, el más completo que se ha hecho recientemente sobre la realidad de los jóvenes del país, será un insumo importante para las decisiones que se tomen en los próximos años en relación con ellos.

“Más allá de las conclusiones, lo que nos arroja esta investigación es la importancia de escuchar a los jóvenes. Siempre somos los adultos los que tomamos decisiones por ellos, y hacer una política pública que realmente los beneficie atraviesa por escucharlos”, concluye Barragán.

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/confian-en-sus-familias-pero-no-en-los-politicos-el-estudio-que-busca-descifrar-a-los-jovenes-colombianos/582730

Comparte este contenido:

La transformación que Duque propone para Ser Pilo Paga

Por: Semana Educación

El gobierno estudia lanzar un programa de becas en las que el Estado ponga una parte y las universidades otra. Del mismo modo, busca fortalecer el presupuesto de las universidades públicas. El objetivo es que más estudiantes puedan acceder a la educación superior.

El programa  Ser Pilo Paga  podría vivir en pocos días una transformación inesperada. Después del anuncio de la ministra de Educación, María Victoria Angulo, sobre la desfinanciación en que encontró esta iniciativa, se creía que la política de becar a los estudiantes menos favorecidos había llegado a su fin. Sin embargo, el presidente Duque entregó un parte de tranquilidad el pasado sábado. Ese día aseguró que mantendría su promesa de campaña de cumplir con los 40.000 jóvenes que lo conforman y además, entregó algunas puntadas de lo que tiene en mente. «Esos muchachos pueden estar tranquilos que van a terminar sus carreras», dijo.

En el Taller Construyendo País, la reunión que el primer mandatario hace cada semana en las regiones, Duque aseguró que existe una necesidad de aumentar más la cobertura de la educación superior. Con esto, el presidente tocaba el corazón a la principal crítica que tuvo el programa bandera de Juan Manuel Santos. Los más duros cuestionamientos se centraron siempre en que este apenas lograba beneficiar a 10.000 estudiantes por año, una cifra muy lejana de las necesidades del país.

El presidente presentó una fórmula diferente para poder becar a los estudiantes.»La cobertura exige que nosotros podamos incluir más universidades públicas en un programa de gratuidad y decirles a las universidades privadas que también pongan», aseguró. En esas dos vías está marcada la nueva propuesta que se presentará en un mes. La idea más que eliminar el programa es extenderlo a otros estudiantes y cambiar el sistema de negociación con los centros académicos.

El problema central de la continuidad de Ser Pilo Paga, tal y como lo diseñó la exministra Gina Parody, es la financiación. Según dijo la ministra de Educación, María Victoria Angulo, en diferentes entrevistas radiales, se necesitan cerca de 2 billones de pesos para financiar a los 39.990 estudiantes que hacen parte de este. Expertos consultados por SEMANA aseguraron que desde antes ya se sabía que el programa era insostenible. Como los jóvenes podían elegir no solo la carrera, sino también la universidad y la ciudad donde querían estudiar, el resultado fue que el 79 por ciento de los muchachos terminaron en las universidades privadas más costosas del país, en las carreras más caras y se concentraron solo en tres ciudades, Bogotá, Medellín y Cali.

El hecho de que universidades privadas como Los Andes, la Javeriana y la Sabana se quedaran con el mayor número de “pilos”, como se les llama a los jóvenes del programa, hizo que esos recursos que el Estado destinaba para ese fin nunca llegaran a las universidades públicas, y también disminuyó el dinero que estas últimas recibían del Estado. El 50 por ciento del presupuesto de la nación terminó en la bolsa de Ser Pilo Paga.

Un modelo que logre integrar tanto a las universidades públicas como a las privadas será la apuesta del nuevo gobierno. Se están estudiando sistemas como los que existen en otros países, en los que el Estado financia un monto, pero las universidades ponen una contrapartida. Gracias a Ser Pilo Paga algunos centros educativos privados recibieron un número muy alto de estudiantes becados por la Nación. En los primeros años, la Universidad de la Salle, la Javeriana y la Universidad del Norte contaban con más de mil alumnos por año. Mientras Los Andes, por ejemplo, cerca de 600 estudiantes, que representaban la tercera parte de todos los que ingresaban allí. Aunque algunas de estas pusieron ayudas para la manutención de los estudiantes, el grueso de los gastos corría por cuenta del Estado.

Otras universidades fueron más cautas y limitaron el número. Algunos rectores consultados por SEMANA sostuvieron que como no había seguridad de que el programa estuviera financiado por muchos años, decidieron ser prudentes para que luego, en caso de que este se acabara, los presupuestos de las instituciones no se afectaran. Los directivos cuentan que cada año el gobierno los llamaba a preguntarles si era posible que la universidad pusiera una parte, pero que esas ayudas nunca se pudieron concretar. «Estos programas se usan en el mundo, pero en Colombia -a diferencia de lo que sucede en otros países- no tuvieron cofinanciación. Si el Estado estaba pagando 40.000 estudiantes, por lo menos se esperaría que las universidades pusieran el 50 por ciento del valor de la matrícula», explica Julián de Zubiría, rector del colegio Alberto Merani.

Más allá de los costos el programa sí representó una verdadera revolución social para quienes fueron beneficiarios. Por primera vez, miles de jóvenes de los lugares más apartados del país lograron llegar a universidades de elite que sin la estrategia de Ser Pilo Paga, ni siquiera habrían podido soñar. Con esto, se logró reducir la brecha de inequidad, hubo un valor agregado del intercambio cultural y se aumentaron las probabilidades del 30 al 70 por ciento de que jóvenes de escasos recursos llegaran a universidades como Los Andes. Las historias de jóvenes de veredas, muchas golpeadas por el conflicto armado, entrando a estos centros académicos conmovieron al país.

El rector de la Universidad Icesi de Cali, Francisco Piedrahita, asegura que el programa «no es tan costoso como lo pintan» y que su desempeño no puede verse solo en números presupuestales. Agrega que «dejaron que el programa se difamara cuando era un éxito y que sufriera todo tipo de ataques. Lamentablemente el éxito, como en todo, solo se ve con el tiempo. En unos años se sabrá qué significó llevar a la universidad a estos estudiantes».

Sin embargo, para muchos, entrar a la universidad no debería ser un privilegio de los más pilos, sino de muchos más. Francisco Cajiao, exrector de la Universidad Pedagógica y la Universidad Distrital, le dijo a SEMANA: “A mí también me gustaría que fueran a estudiar a Londres a Nueva York, pero tenemos que ver cuántos jóvenes tenemos y cómo repartimos la plata. El programa no podía basarse únicamente en el mérito”. Cajiao agregó que hoy la cobertura en educación superior en Colombia es solo del 35 por ciento, un porcentaje muy bajo en comparación con otros países de América Latina que tienen coberturas del 50 por ciento o más. Entre estos están Chile que ha logrado una cobertura del 87 por ciento.

Según los expertos consultados, para que el país llegue a una cobertura similar necesitaría abrir al menos 600.000 cupos más. Ese cambio, sin embargo, no sucede de la noche a la mañana. Para que una universidad pueda abrir 1.000 cupos necesita renovar su infraestructura y contratar casi que una nueva planta docente. Victoria Elena González Mantilla, docente investigadora de la Universidad Externado de Colombia, le dijo a SEMANA que celebra la decisión del presidente de fortalecer las universidades públicas. Sin embargo, se pregunta ¿cómo lo va a hacer cuando el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, redujo el presupuesto de esta cartera en 33 por ciento? “Genera preocupación es que terminen por no subsidiar al grupo pequeño de estudiosos, y que por otro lado, tampoco se pueda hacer inversión en la universidad pública por los recortes que ha anunciado el gobierno”, agrega.

En cuanto a la idea que los estudiantes paguen una parte del dinero y que las universidades paguen otra, Dustin Tahisin Gomez, docente investigador de varias universidades y estudiante del doctorado en agrociencias de la Universidad de la Salle, explicó que después de terminar la carrera los jóvenes podrían devolver el 50 por ciento de lo que costó su educación para crear una bolsa de recursos para financiar la matrícula de las generaciones. Según él, también será necesario buscar que el sector privado se involucre realmente con la academia.

Lo que viene en las próximas semanas no será fácil. El gobierno comenzará a estudiar modelos y a formular propuestas. En este momento hay un equipo dedicado a este asunto que comienza por definir un nuevo nombre para ese programa. Se ha hablado de llamarlo «Todos somos pilos», pero la fórmula no convence a algunos que sienten que evoca un poco de espejo retrovisor. Se espera que el borrador se presente después de que los bachilleres presenten sus pruebas de Estado.

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/ivan-duque-programa-de-educacion-reemplazaria-a-ser-pilo-paga/582553

Comparte este contenido:
Page 74 of 751
1 72 73 74 75 76 751