Perú / 23 de septiembre de 2018 / Autor: Redacción / Fuente: ANDINA
Nuevo secretario general de la OEI destacó labor educativa peruana
El país que más ha crecido en el mundo en las pruebas PISA es el Perú porque desarrolla de manera sostenida una política de apoyo a la escuela rural y a la lectura, manifestó el nuevo secretario general de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), Mariano Jabonero.
El funcionario de la OEI manifestó que la institución tiene como tarea poner en valor los trabajos que realizan los países en la región a favor de la educación.
Jabonero mencionó la experiencia del Perú al referirse a la colaboración que hace la OEI a los estados de habla española, incluida la propia España, durante la entrevista que concedió al diario ABC de España.
“El Perú es el país del mundo que más ha crecido en PISA gracias a una política buena y sostenida de apoyo a la escuela rural y programas de lectura, y no se sabe», comentó.
Mencionó que la OEI no solo colabora con ministerios sino también con comunidades como Madrid, Castilla y León (…) y Asturias en España. Los importante es que la OEI ponga en valor el trabajo de toda la región iberoamericana», comentó.
También destacó la experiencia de Portugal, país más avanzado en calidad educativa en toda Europa a pesar de atravesar por una situación económica crítica. Indicó que gracias al impulso que le ha dado al portugués, matemáticas y profesorado, la escuela pública está valorada.
Jabonero reconoció que la región iberoamericana ha avanzado mucho en materia educativa, pero pese a ello sufre cierta “pseudocolonización pedagógica” pues Finlandia, Corea y Singapur siguen siendo sus principales referentes en esa materia.
Señaló que durante su gestión le dará prioridad a la educación infantil (de cero y seis años) y a las competencias científico-tecnológicas, comunicativas, buen manejo de la lengua propia y una extranjera, digitales y no cognitivas como ciudadanía, valores, tolerancia, solidaridad para que accedan a los trabajos del futuro.
Jabonero es licenciado en Filosofía y en Ciencias de la Educación por la Universidad Complutense de Madrid. Trabajó en el Ministerio de Educación de España, asesoró a la Unesco y trabajó con Unicef.
16 de septiembre de 2018 / Autor: EFE / Fuente: 20 Minutos
La mayoría de los países occidentales carecen de leyes específicas que regulen el uso de los teléfonos móviles en los centros educativos, pero muchos Gobiernos debaten ya sobre cómo evitar la distracción que provocan estos aparatos en las aulas.
El Gobierno español anunció este viernes que estudia la posibilidad de prohibir el uso de los celulares en los colegios, siguiendo los pasos de la ley aprobada para este curso en Francia, con el objetivo de disminuir la adicción digital de los estudiantes.
Así se regula el uso de estos terminales por parte de los alumnos en varios países:
Estados Unidos: La mayoría de las escuelas permiten a sus alumnos acudir con sus teléfonos móviles, aunque les obligan a mantenerlos en silencio o dejarlos fuera de clase. Las normas, sin embargo, se han ido relajando y ya hay muchos profesores que los consideran una herramienta educativa más, al permitir el acceso a la información en internet.
China: En el país con más usuarios de móvil del mundo (unos 1.300 millones), no hay en principio leyes nacionales que prohíban la utilización de celulares en centros educativos, por lo que queda en manos de cada centro tomar la decisión, pero en la práctica casi todas las escuelas e institutos aplican estrictas limitaciones. En los últimos años se ha informado de varios casos de «castigos ejemplarizantes» en escuelas e institutos donde si algún alumno era sorprendido usando el celular en clase su aparato era destruido a martillazos o lanzado al agua delante de otros estudiantes en el patio de recreo.
La India: Carece igualmente de una legislación unificada, aunque la tendencia general es permitir a los estudiantes llevarlos a clase pero no utilizarlos. En 2009 Nueva Delhi prohibió el uso de teléfonos móviles a alumnos y enseñantes al entender que su uso es una «causa seria» de distracción, falta de concentración y pueden ser mal utilizados, y desde entonces otros estados numerosos estados como Haryana (norte) y Karnataka (sur) han emitido normas en la misma dirección.
La mayoría de países del Sudeste de Asia y Oceanía no dispone de una regulación específica y deja la decisión de imponer o no restricciones a discreción de cada centro educativo.
Singapur: La mayoría de escuelas impone restricciones a su uso en clase y en algunos casos los profesores han confiscado durante meses el teléfono móvil a alumnos.
Alemania: Tampoco hay unas normas unificadas pero en algunos estados, como Baden-Württenberg (suroeste del país) la legislación descarta la posibilidad de una prohibición generalizada ya que se considera que se trata de un tema que no es competencia de las escuelas. El único estado federado que prohíbe expresamente el uso de teléfonos móviles es Baviera y autoriza a los profesores a decomisarlos el tiempo que sea necesario.
Italia: Está permitido el uso de teléfonos móviles en escuelas e institutos para fines didácticos, si bien recae en los profesores y en el centro educativo la responsabilidad de determinar si permitir a los alumnos tener el móvil en clase.
Bélgica: Las políticas educativas dependen de cada comunidad lingüística, y la decisión de permitir el uso de teléfonos móviles en las aulas corresponde a los centros escolares. Según detalló a Efe una portavoz del Ministerio francófono de Educación, existen varios proyectos piloto en las escuelas valonas encaminados a evaluar los potenciales usos beneficiosos de los dispositivos conectados en las clases, para lo cual incluso se fomenta que los estudiantes lleven sus propios teléfonos móviles.
Rusia: El uso de los teléfonos móviles en los centros educativos tampoco está regulado por ley y la práctica habitual es que cada colegio decide sobre este asunto. Sin embargo, la ministra de Educación rusa, Olga Vasílyeva, se ha pronunciado públicamente a favor de seguir el ejemplo de Francia y prohibir el uso de celulares en los centros de educación Primaria y Secundaria. Preguntado al respecto, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, puso en duda la efectividad de la prohibición, dado que algunos dispositivos pueden ayudar en la educación.
Portugal: Aunque no existe una prohibición como tal, el Estatuto del Alumno de Portugal aprobado en 2012 recoge como deber de los estudiantes no utilizar el teléfono móvil en el aula a menos que su uso esté relacionado con las actividades formativas y cuente con la autorización del profesor. Los alumnos sí tienen libertad para utilizar el móvil durante el recreo o los períodos de descanso.
México: Cada región tiene su propio reglamento de educación pública, por lo que no hay uniformidad en cuanto a la regulación de los teléfonos móviles en las aulas. En Coahuila, por ejemplo, se prohíbe explícitamente el uso de teléfonos celulares, tabletas electrónicas o cámaras fotográficas, con el fin de evitar que estos dispositivos se conviertan en factores de distracción para las actividades escolares.
Argentina: El uso de los teléfonos celulares se regula según cada jurisdicción, aunque hace dos años la provincia de Buenos Aires derogó la resolución que limitaba desde 2006 el uso de equipos móviles y dispositivos tecnológicos en horario escolar. En declaraciones a Efe, Agustina Blanco, directora de Evaluación y Planeamiento del Ministerio de Educación de la provincia de Buenos Aires, explicó que en gran parte de los centros públicos no se regula su uso en adolescentes durante las horas lectivas, por lo que el debate sobre su integración o prohibición continúa, y abogó por «un consumo responsable» para favorecer la educación.
Cuba: No cuenta con una normativa específica sobre el uso de teléfonos celulares en los establecimientos educativos, por lo que es una cuestión que queda en manos de la dirección y profesores de cada centro, que en algunos casos autorizan su empleo para fines docentes e incluso para hacer las veces de calculadora. En el país caribeño de momento no está disponible la tecnología 3G de internet para dispositivos móviles, por lo que los estudiantes no pueden conectarse a la red desde las aulas a través de sus teléfonos o tabletas.
Puerto Rico: En el sistema público de enseñanza está prohibido el uso en las escuelas del celular, tanto por parte del maestro como del alumno durante las clases, así como «reuniones profesionales y adiestramientos» ya que «interrumpe el proceso pedagógico». Fuera del aula, está permitido su uso.
España / 26 de agosto de 2018 / Autor: Olga R. Sanmartin / Fuente: El Mundo
ESPAÑA TRAS UNA DÉCADA DE CRISIS
Cuando los alumnos taiwaneses bajaron su rendimiento en lectura, las autoridades pusieron a docentes en paro a darles clases particulares fuera del horario escolar. Los críos aparcaron las consolas y los móviles para dedicarse a leer toda la tarde y mejoraron sus resultados. En Castilla y León también los colegios públicos llevan tiempo abriendo sus puertas todo el mes de julio para que los estudiantes con asignaturas pendientes puedan aprobar en septiembre. Los que han ido bien durante el año pueden relajarse y pasarse el verano en la piscina. Para el resto no hay otra alternativa que echarle codos, con la supervisión de un profesor.
La medida, impensable en otros lugares de España, es una de las claves que ha permitido a esta autonomía situarse en el informe PISA por encima de Finlandia y Corea del Sur. Pero no es la única. También influye que la sociedad castellano-leonesa siga considerando la escuela como el principal motor de ascenso social. Al profesor se le respeta y también se le exige, algo que ya no es lo habitual.
Diez años después del comienzo de la crisis, los indicadores internacionales muestran que España -salvo excepciones- se ha instalado en la parálisis educativa. Los alumnos de 10 años son mejores en Lectura, Matemáticas y Ciencias que hace una década, pero siguen por debajo de la media de la OCDE en los informes PIRLSy TIMSS. En PISA los resultados de los estudiantes de 15 años son similares a los que se registraban en 2000 y nuestros chicos llevan, de media, dos cursos académicos de retraso respecto a los de Singapur. Uno de cada tres son repetidores. Un universitario español tiene el mismo nivel que un bachiller holandés. Y existen diferencias abismales entre comunidades autónomas.
«De conformidad con las evidencias internacionales, estamos estancados en la mediocridad, lo cual es una forma de retroceso en un contexto dinámico como el actual, donde las exigencias son cada vez mayores. Quien no avanza retrocede», advierte Francisco López Rupérez, director de la Cátedra de Políticas Educativas de la Universidad Camilo José Cela.
El diagnóstico de los expertos respecto a la educación superior es parecido. Se han producido avances, pero existe un amplio margen de mejora. La crisis impuso unas restricciones que obligaron a subir el precio de las matrículas y provocaron que los alumnos se pusieran las pilas y obtuvieran mejores resultados. Los campus también tuvieron que ingeniárselas para ser más eficientes y sacar dinero de debajo de las piedras y han progresado en rendimiento docente e investigador. El boom mediático de los ránkings ha obligado a los rectores a espabilar. Pero seguimos teniendo muy pocas universidades en el top 100 (aunque nuestras escuelas de negocios sean las mejores del mundo) y toda la comunidad educativa coincide en que el sistema es tan «rígido» que «no nos permite competir» en igualdad de condiciones con otros países.
«Las normas nos han puesto un corsé que nos hace imposible atraer y retener el talento. A nuestros profesores les ofrecen mejores posibilidades en países como Reino Unido que no podemos compensar económicamente. Los recortes no han sido sólo una cuestión de dinero, sino de la posibilidad que crear una estructura, y eso ha hecho mucho daño a la universidad», lamenta Margarita Arboix, rectora de la Universidad Autónoma de Barcelona, que admite que «quizá no estamos sabiendo dar a los jóvenes lo que les puede interesar». El 18% de quienes tienen entre 18 y 24 años no continúa los estudios más allá de la ESO, un porcentaje que duplica la media europea. España es uno de los países con mayor abandono escolar temprano.
«Estamos en un momento histórico desde el punto de vista del conocimiento, porque la revolución digital va a cambiar los modelos de enseñanza, las competencias y las profesiones. Es imposible que la educación siga siendo como hasta ahora. Las universidades se dan cuenta de que no pueden hacer lo que tienen que hacer, con plantillas envejecidas y laboratorios con instalaciones que no se renuevan desde hace años. O gestionamos esto o nos quedamos atrás», manifiesta Francesc Solé, vicepresidente de la Fundación Conocimiento y Desarrollo.
En octubre del año pasado se cumplieron 10 años desde la implantación en España del llamado proceso de Bolonia, un acuerdo entre varios países para facilitar el intercambio de titulados en la UE y adaptar el contenido de los estudios universitarios a las demandas sociales, mejorando su calidad y competitividad con una mayor transparencia. Los grados sustituyeron a las antiguas licenciaturas y se impulsaron los másteres y doctorados. Una década después, la universidad española sólo atrae a un 3% de alumnos extranjeros, sigue sin haber una buena conexión entre lo que estudian los alumnos y lo que reclama el mercado de trabajo y hay más de 80 campus repartidos por España en los que prácticamente se enseña lo mismo. Y de la misma forma.
«La universidad ha vivido con gran tensión el cambio originado a partir de la mala interpretación de Bolonia», explica José Saturnino Martínez García, profesor de Sociología de la Universidad de La Laguna. «Se modificó la didáctica universitaria desde arriba y a coste cero, con un sistema diseñado para pocos estudiantes a los que se les puede hacer un seguimiento individualizado, pero con muchas titulaciones con aulas de 100 estudiantes. Ha mejorado la permanencia del alumnado, lo que puede ser debido a que se acorta la evaluación o se simplifica en tests y en pequeños trabajos, facilitando así el aprobado. La autonomía de la universidad y del profesorado para diseñar planes de estudios y docencia se ha visto comprometida por un exceso de control externo y de burocracia absurda», añade el autor de La equidad y la educación.
De aquellos primeros años del plan Bolonia han venido males que han quedado en evidencia con los escándalos de los títulos de Cristina Cifuentes y Pablo Casado o los plagios del rector Fernando Suárez. Servidumbres, enchufes, clientelismo, endogamia, dependencia del poder autonómico y un sistema burocrático complejo que, paradójicamente, deja escapar los fallos. La Universidad Rey Juan Carlos se ha convertido en el paradigma de todos estos vicios. La corrupción no es generalizada, pero ha disparado la desafección hacia una institución que, hasta ahora, era tan sagrada como la Judicatura.
Durante la crisis se ha roto, además, ese contrato social por el que los jóvenes creían que, si estudiaban y se esforzaban, podrían llegar a vivir igual o mejor que sus mayores. La tasa de paro juvenil roza el 35%, según la última EPA, y hay todavía más de un millón de ninis. La mitad de los que tienen un máster admite que el título no le sirvió para lograr un empleo, ni para mantenerlo, ni para mejorar en su puesto. De entre los que trabajan, el 27% gana menos de 1.000 euros (los ingresos de algunos profesores no son mucho mayores) y el 30% está empleado en puestos por debajo de su cualificación.
«La generación mejor preparada de la Historia, que más idiomas habla y que mejor se mueve por el mundo es la que tiene más problemas para acceder al mercado laboral», dice Segundo Píriz, rector de la Universidad de Extremadura, que añade: «No podemos seguir haciendo las cosas como hace un siglo».
Todos los expertos coinciden en que el sistema debe acometer un cambio profundo, un proceso de «regeneración educativa» en el que no necesariamente se invierta más, sino mejor, en el que las instituciones educativas tengan una mayor «flexibilidad» y «autonomía» para diseñar sus políticas junto a una mayor rendición de cuentas, sin estar al albur de los vaivenes de la política. Justo lo que no hacemos.
Mientras en Taiwán, Singapur, Finlandia o Portugal las autoridades educativas diseñan planes en sintonía con los nuevos tiempos, aquí seguimos jugando a la yenka de las leyes educativas. El fiasco de la Lomce va a dar paso a una vuelta a la LOE, con un debate nuevamente centrado en la Religión y en la concertada, dos cuestiones que nada tienen que ver con lo estrictamente educativo. La calidad del sistema depende del valor de sus profesores, pero este asunto se elude de forma sistemática porque ningún gobernante quiere meterse en líos. De igual forma se evita la reforma universitaria. Hay muy poca fe en que el nuevo ministro, el astronauta Pedro Duque, vaya a ser capaz de enfrentarse a esas fuerzas paralizadoras que piensan más en conservar su statu quo que en apostar por un modelo productivo en el que la educación sea lo prioritario. Es muy significativo que la educación no aparezca entre las cinco cuestiones de Estado que Sánchezquiere negociar con Casado.
Antonio Cabrales, catedrático en el Departamento de Economía de la University College London, propone, para empezar, poner en marcha «medidas para seleccionar y retener a los mejores en el profesorado, a todos los niveles». Se trataría de «poder contratar a personas de reconocido prestigio españolas y no españolas y también facilitar la movilidad de los docentes entre las distintas universidades», según Píriz.
López Rupérez insiste en alcanzar un pacto que «consiga estabilizar la arquitectura del sistema educativo», junto a una «modernización» en la carrera docente y en el currículo, aunque reconoce que «existe un gran despiste por la ausencia de liderazgo de las instituciones respecto de la innovación, que se hace de forma intuitiva, sin evaluar el impacto». «Hay que reforzar habilidades cognitivas como el sentido crítico, la capacidad de análisis o los hábitos de reflexión. Y desarrollar las habilidades no cognitivas y la educación del carácter a través de saberes clásicos de corte humanístico».
Solé reclama, por su parte, la ayuda de los empresarios para facilitar la empleabilidad de los jóvenes. Un ejemplo son los nuevos «pregrados» que comienzan el curso que viene en la Universidad Autónoma de Barcelona, programas muy específicos de sólo 18 meses de duración que se abren y se cierran en función de las necesidades del mercado laboral y que son diseñados de forma conjunta con los empleadores. La idea es tan revolucionaria como poner a los profesores de la escuela pública a dar clases en julio. «Hay que abrirse a lo que está ocurriendo fuera sin complejos y sin ataduras. Si no somos flexibles otros nos pasarán por delante», avisa Arboix.
Portugal / 5 de agosto de 2018 / Autor: Aula Planeta / Fuente: Aula Planeta
Tras nuestro artículo sobre el sistema educativo de Francia nos queda por analizar el de nuestro otro vecino, Portugal. Si bien, en muchas ocasiones asociamos a nuestro vecino luso peores indicadores (sociales, económicos, políticos), haríamos bien en tomar nota de los educativos ya que Portugal es el único país que ha mejorado en cada informe PISA. Para muestra, el caso de la escuela Carcavelos. Y para mayor detalle, os dejamos con este artículo.
Los resultados PISA
Tal y como decíamos más arriba, Portugal es el único país que ha tenido una mejora continua en las pruebas PISA situándose en todas las pruebas por encima de la media OCDE. En el 2015 en ciencias se situó en el puesto 17 en ciencias (7 puestos por encima de España), en el 18 en comprensión lectora (3 por encima) y en el 22 en matemáticas (también 3 por encima de España). De hecho, si no tuviéramos en cuenta a los alumnos repetidores, sus resultados serían aún mejores.
El sistema
Como curiosidad, el sistema portugués tiene 12 años de escolaridad obligatoria (uno de los más altos de la OCDE), de los 6 a los 18 años. La educación básica tiene tres ciclos (4, 2 y 3 años) y la secundaria consiste en tres años. Si bien, la crisis tuvo efectos en el presupuesto en educación (cayendo al 3,8 % del PIB en 2015), actualmente la inversión en educación está en el 5,1% (la de España es del 4,1%). También, en contraposición con el caso español, la Ley del Sistema Educativo que se promulgó el año 1986 se ha mantenido sin grandes modificaciones en sus ideas esenciales.
El profesorado
Uno de los factores de éxito del sistema portugués es la formación docente. Los docentes portugueses han visto como las condiciones de acceso a la docencia se hacían más estrictas: ahora, tienen una formación inicial de cinco años, prácticum y formación continua obligatoria, refuerzo específico en los currículos de ciencias y formación específica en metodologías de carácter innovador. En primaria pasan más horas con sus alumnos, mientras que secundaria pasan menos horas (siempre en relación con la media de la OCDE).
En el caso de los directores de centro se ha pasado de un modelo de elección mediante el claustro a un modelo con formación específica obligatoria y con una mejor definición de las atribuciones de dirección.
Evaluación de la calidad
Recientemente se han introducido diferentes formas progresivas de evaluación del profesorado. Además, se han establecido evaluaciones externas y autoevaluaciones.
La atención a la igualdad
Parte del éxito de nuestro vecino se debe a los intentos que han llevado a cabo para paliar las desigualdades educativas. La educación pública es mayoritaria (y muy bien considerada) en Portugal con un 82,6% y existe un gran énfasis en la educación democrática y ciudadana (aspecto muy vinculado a la Revolución de los Claveles).
Uno de los programas con mayor éxito es el que se lleva a cabo en los Territorios Educativos de Intervención Prioritaria (un 16%) que busca mejorar los modelos de aprendizaje, paliar el abandono y el absentismo, fomentar la disciplina o facilitar la transición al mercado laboral. Estos territorios son regiones con una mayor desventaja social, mayor necesidad de atención a la diversidad y mayores tasas de abandono. Por último, remarcar que las diferencias entre alumnos inmigrantes y nativos han pasado de 59 a 17 puntos siendo la media de la OCDE de 43.
Combatiendo el fracaso y el abandono escolar
Algunas de las grandes problemáticas del sistema portugués eran la alta tasa de abandono escolar, la baja finalización en la educación terciaria o el alto paro juvenil. Viendo la necesidad de atajar estos problemas desde abajo, en 2012 se puso en marcha el Programa para Combatir el Fracaso y el Abandono Escolar. Este programa se ha centrado en los estudiantes con mayor riesgo gracias a programas individualizados para, posteriormente, vincularlos con la Formación Profesional como alternativa al abandono que, a su vez, ha sido reformulada y ha contado con nuevos programas. En 2008 la tasa de abandono era del 34%, el 2016 era del 14% y, viendo este avance, no parece una locura pronosticar que el objetivo del 10% para el 2020 se podría conseguir. Como último dato, la tasa de abandono en España es del 19%.
La gestión
Si bien, uno de los puntos flacos del sistema luso es el bajo nivel de autonomía local en relación con la gestión curricular, la evaluación o la asignación de recursos, se está produciendo una evolución hacia la descentralización y un aumento de la autonomía. Como ejemplo, se ha reforzado el poder de decisión de los directores y de los ayuntamientos.
España / 1 de julio de 2018 / Autor: El Cronista Vikingo / Fuente: La Región
España suspende en materia de escalera social debido al paro de larga duración y el fracaso escolar
La movilidad social o socioeconómica se define en Wikipedia, ese socorrido recurso de información, junto a la “universidad” de Youtube, como el conjunto de movimientos o desplazamientos que efectúan los individuos, las familias o los grupos sociales dentro de un determinado sistema socioeconómico”.
En este sentido, el desarrollo del sector educativo y su capacidad de formar a las personas para un mercado laboral cada vez más exigente y a la vez más competitivo, es un factor clave para el buen funcionamiento de la escalera social.
España se sitúa entre los países con menor movilidad de los países miembros estudiados, en una lista que cierra Portugal y en la que, en el otro extremo, el país modelo es Corea del Sur, según el ultimo informe de las OCDE al respeto.
El triunfo de Corea del Sur en la escalera social no es aleatorio, ya que está basado en la importancia de la educación como fuente de todo el desarrollo. Se trata de un país donde los taxistas llevan gratis a los alumnos el día de la selectividad y donde está prohibido hacer ruido al lado de los colegios. Con esas premisas a ese país no le puede ir mal. ¿Se lo imaginan en España? Un país donde nos parecen caros los libros de texto pero después nos gastamos bastante más en fiestas escolares, cumpleaños y demás saraos que plagan las “agendas” de nuestros hijos con nuestra bendición y dinero.
El fracaso del sistema educativo viene de lejos, desde la añorada EGB, los gobiernos han intentado mejorar el sistema sin éxito. La crisis, eso sí, ha agudizado el problema del fracaso escolar y de la vulneralidad ante la pobreza.
España tiene una tasa de fracaso escolar de en torno al 23%, que se une al 20% de abandono escolar, las más alta de Europa y, en cuanto a la pobreza infantil, estamos anclados en un vergonzoso 40%, según el estudio internacional de Unicef del año 2017. A ello debemos sumar el dato de la tasa de paro juvenil que ronda el 46%, eso sí, un 20 % menos que hace dos años.
El binomio pobreza y fracaso escolar es una combinación maldita en este país. Donde el sistema educación gratuito y obligatorio no garantiza que la educación sea equitativa y de calidad.
Aun así la educación, como decía el anuncio de cierta marca “sueca” de muebles, es un acto de todos alrededor de una mesa. El entorno familiar, las conversaciones, los actos, las actividades, en familia, marca los intereses de los hijos y sus deseos educativos.
La educación no es la solución a todo, pero sí puede ser el medio de muchas de ellas. Garantizar un buen acceso a la calidad educativa es una buena inversión para un país, tanto para formar a sus futuros trabajadores, dirigentes, o simplemente es un remedio para el paro.
DESARROLLO COMPETITIVO
El factor más determinante que mueve la economía es la prosperidad, sin lugar a duda, y se consigue con un frente común. En ello se basan los economistas y filósofos políticos, pero a la hora de la verdad lo que mueve el mundo son los hombres y mujeres prácticos, aquellos que libres de influencias ejercen una ciudadanía consciente, aunque determinada indiscutiblemente por los trastornos y conflictos que manda el orden del día. Esos hombres y mujeres deben ser construidos alrededor de una sociedad y una educación excelente para el bien común, siendo capaz de poner al servicio de la sociedad personas competitivas y cualificadas a la vez que educamos a la gente con un alto nivel de civismo que refuerza la interacción social en la sociedad.
El binomio pobreza y fracaso escolar es una combinación maldita también en este país, donde el sistema educativo gratuito y obligatorio no garantiza que la educación sea equitativa y de calidad.
Aun así la educación, como decía el anuncio de cierta marca “sueca” de muebles —repito una vez más—, es un acto de todos alrededor de una mesa. El entorno familiar, las conversaciones, los actos, las actividades en familia marca los intereses de los hijos y sus deseos educativos del presente y el futuro.
Invertir en educación es un medio necesario e imprescindible para un pais en reconstrucción y para su mejora. Un ejemplo: Las recientes imágenes del mundial de futbol que se celebra estos días en Rusia revelan algunas conclusiones. Por ejemplo hemos podido ver a los japonés o los senegaleses, dos países distantes en distancia geográfica, cultural e incluyo étnica, como recogían los residuos dejados en el campo de futbol frente al resto de las aficiones. Ese es un buen ejemplo del civismos educado en cada país. Al final, lo que uno es en la vida es una proyección de los valores en los que se forjó. La educación es uno de ellos, entendida como formación, pero también como actitud. Y, en ese sentido, no siempre nos debemos sentir muy orgullosos de lo que España hace.
Portugal / 1 de febrero de 2018 / Autor: Begoña Íñiguez / Fuente: La Voz de Galicia
«Para nosotros ha sido prioritario establecer un modelo basado en el aprendizaje equilibrado y de excelencia de todas las asignaturas», asegura Tiago Brandão
Ingeniero bioquímico, Tiago Brandão Rodrigues (Paredes de Coura, 1977) es un amante de Galicia, un territorio que conoce muy bien y visita frecuentemente. Chapurrea algunas palabras en gallego, y habla perfectamente castellano tras vivir ocho años en Madrid, donde comenzó su carrera como investigador. Luego fue a universidades de EE.UU. y el Reino Unido. Cuando el primer ministro, Antonio Costa, lo llamó, en el 2015, para ser cabeza de lista para las legislativas, en Viana do Castelo, Brandão Rodrígues dejo su puesto de investigador en Cambrigde y se embarcó en una carrera política que le ha llevado hasta una silenciosa y bien pensada revolución en la educación preescolar, primaria y secundaria pública en su país. «El próximo curso -avanza- todos los alumnos de primaria de las escuelas públicas tendrán los libros de texto gratuitos».
-¿Cómo explica a los españoles, habituados a diferentes modelos, incluso por comunidades, el sistema educativo luso?
-De una manera muy sencilla: Portugal es un país más pequeño, homogéneo y centralizado que España, aunque tenemos dos regiones autónomas (Madeira y Azores). Tenemos un único modelo educativo, válido para todo el país, que se sustenta en la calidad, excelencia, gratuidad y universalidad de la enseñanza pública, que yo defiendo con uñas y dientes. Lo que no quiere decir que no tengan que existir los colegios privados, que hacen una excelente labor en Portugal, y cuyo esfuerzo y calidad valoro.
-En España hay colegios concertados, además de públicos y privados. ¿Existe algo parecido?
-Sí, pero en una cantidad muy reducida. Tenemos los denominados contratos de asociación con algunos centros privados, pero solo para localidades o zonas sin oferta suficiente de plazas en los colegios públicos. Donde existen, no tiene sentido para nosotros estos colegios con contratos de asociación.
-¿Qué cambios están realizando en el sistema educativo luso?
-Para nosotros ha sido prioritario establecer un modelo basado en el aprendizaje equilibrado y de excelencia de todas las asignaturas, no solo de las matemáticas y de la lengua, como ocurría en los sistemas anteriores con las reválidas obligatorias desde 4º de primaria. En muchos centros, los profesores vivían más pendientes de preparar a sus alumnos para esos exámenes y que obtuvieran buena nota que del aprendizaje en sí. Ha sido polémico, pero creo que ha merecido la pena. Seguimos teniendo pruebas indicativas, que no cuentan para la nota del alumno, desde 2º, lo que no supone ningún estrés, ni para los alumnos ni para los profesores. Una de las cosas que más me enorgullece es que hemos reducido drásticamente el abandono escolar precoz en la enseñanza obligatoria, desde el 41 % en el 2002 hasta el 14 % en el 2016. Otro de los cambios ha sido fomentar la autonomía de los centros en su gestión interna, organización, gestión de los gastos del edificio y actividades, aunque en el sistema pedagógico y los contenidos los seguimos centralizando desde Lisboa.
-El sistema de contratación de profesores es bastante diferente al español. ¿Se plantea cambiarlo?
-Es verdad, es totalmente diferente. En Portugal tenemos una lista de contratación anual de profesores contratados. Por otro lado, el concurso-oposición, para ser funcionario, en Portugal no tiene asociado un examen. Los docentes se pueden inscribir antes del comienzo del curso en diferentes zonas del país, donde más les conviene trabajar. Es verdad que una gran parte de ellos tienen que trasladarse diariamente, aunque dentro del área geográfica donde se han inscrito. Una gran parte de ellos, tras años de servicio, son funcionarios y tienen su plaza en propiedad.
-¿Qué autonomía tienen los centros para decidir las lenguas extranjeras que imparten?
-Solo para la segunda, el inglés es obligatorio desde primaria, como en España. Para la segunda, a partir del 7º año, o 1º de la ESO, los centros pueden elegir según las características de la zona y de sus alumnos entre el francés, el español y el alemán.
-¿A qué se debe el éxito de los portugueses en el aprendizaje de lenguas extranjeras?
-Primero, a nuestra fonética rica y variada. En portugués tenemos 15 vocales entre abiertas y cerradas, lo que nos permite pronunciar bien cualquier lengua. Le debemos mucho a nuestro sistema educativo, a la ausencia de una industria de doblaje tan fuerte como la española. Y a que nos encanta comunicarnos en otras lenguas. En mi casa de Paredes de Coura, desde niño recuerdo a mi padre viendo los programas de la TVG.
-Han hecho cambios en comedores escolares…
-Y no es nada fácil con el programa de reducir grasas y azúcares. Ahora 30 % de los alumnos de centros públicos no pagan nada por su alimentación diaria. El resto abonan 1,5 euros por día, unos 30 al mes. Con esa cantidad que pagan los padres, el ministerio tiene que cubrir gran parte de la alimentación de los niños.
España – Congo – Filipinas – Guatemala / 19 de noviembre de 2017 / Autor: EFE / Fuente: La Vanguardia
Alumnos de catorce países participan con más de 450 salas de estudio en la XV Olimpiada Solidaria de Estudio de la ONG Coopera, con el fin de reunir, al menos, 600.000 euros para contribuir a proyectos de cooperación vinculados a la educación en la República Democrática del Congo, Filipinas y Guatemala.
La coordinadora de esta iniciativa, Almudena de Diego, ha explicado a Efe que se trata de «un proyecto de sensibilización juvenil», en el que por cada hora de estudio que dona un estudiante e más de diez años en una sala solidaria, la Olimpiada, avalada por la Unesco, destina un euro a financiar proyectos de cooperación de carácter educativo en países receptores de ayuda al desarrollo.
«Estoy donde puedo ayudar» es el lema de la Olimpiada de este año, que finalizará el cinco de diciembre próximos, con la participación de estudiantes en Francia, Marruecos, Finlancia, Alemania, Italia, Bélgica, Países Bajos, República Democrática del Congo, Haití, España, Portugal, Luxemburgo, Suiza y Croacia.
En 2016 participaron 66.297 jóvenes en todos los países, 37.061 de ellos en España, que consiguieron reunir 553.845 euros dueante la Olimpiada, cuyo objetivo final no solo tiene que ver con la recaudación de dinero para proyectos solidarios vinculados a educación, sino con la «sensibilización» de los jóvenes en esta materia, ha dicho esta representante de la ONG riojana Coopera.
Ha explicado que se persigue que los estudiantes conozcan «el trabajo de cooperación y de las ONG y las dificultades de acceso a la educación a las que se enfrentan muchos otros niños y jóvenes como ellos solo por haber nacido en otro punto del globo».
El dinero que se recaude en esta edición entre España, Luxemburgo, Portugal y Croacia se destinará al programa de reinserción educativa «Watoto vuelve a la escuela», dirigido a menores víctimas de la guerra en la República Democrática del Congo.
Los jóvenes de Francia, Marruecos, Finlandia, Alemania e Italia estudiarán por un proyecto en Filipinas, que se desarrolla con la asociación local «Camerón» y que ayuda a la reinserción social de jóvenes desfavorecidos y víctimas de abuso sexual y sensibiliza sobre los derechos de los niños.
Lo que recauden las salas de estudio de Bélgica, Países Bajos, Haití, República Democrática del Congo y Suiza se destinará al programa «Ayudar a las jóvenes mayas a volver a la escuela» en los Departamentos de Quetzaltenango y San Marcos (Guatemala).
OtrasVocesenEducacion.org existe gracias al esfuerzo voluntario e independiente de un pequeño grupo de docentes que decidimos soñar con un espacio abierto de intercambio y debate.
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