Claves de actuación tras una agresión en el centro

Por: Pablo Gutiérrez del Álamo

El día después de un suceso de violencia escolar es importante poner en marcha mecanismos y espacios de diálogo e información para toda la comunidad educativa. Información clara y suficiente y posicionamiento frente a los comportamientos violentos, claves del proceso.

Hace unos días saltaba a los medios de comunicación un brutal ataque cometido, en esta ocasión, por una niña de 13 años contra un compañero de instituto de 14. Un hecho dramático que ha vuelto a generar especulación, horas de lecturas y llamadas, de conversaciones con expertos sobre cómo podemos evitar que estas cosas pasen, sobre problemas mentales en la adolescencia… un largo etcétera.

Es un problema social, no escolar. Mientras esto no esté claro, solo gana Jesús Vázquez”. Contundente y crítica se muestra Carmen (nombre ficticio) directora de un colegio público andaluz. Está claro que lo sucedido hace unos días en Madrid es algo extraordinario por algunos de sus elementos, pero en cualquier caso, sí hay una situación complicada en muchos colegios e institutos de todo el país.

“La escuela, prosigue Carmen, empieza a ser, lo es, víctima de una sociedad muy enferma. De unos políticos que se ríen de ella y de sus propios planes de igualdad, convivencia, inclusión… papel mojado si no empiezan a financiarlos (porque necesitan recursos, no sólo económicos, que también). La escuela no puede hacerse cargo de todo lo que la gente ensucia”.

Carmen no es optimista con la situación que han de enfrentar miles de docentes a diario pero, eso sí, “lo que yo haría después en mi colegio, al día siguiente, sería pasar el día hablando, escribiendo… con el claustro… y la Inspección y las familias, preguntarnos si realmente nos creemos que la prevención es posible”.

Algo que no difiere de lo que haría Angels Grado, entre otras muchas cosas, presidenta de la Asociación Convives. Defiende que antes de llegar al día siguiente se impone la necesidad de hacer una reunión “de emergencia” con el claustro. Una reunión en la que se acuerde quién va a decir qué. Pero no con la lógica de ocultar nada, sino con la intención de evitar rumores, corrillos de pasillo o que la información circule por grupos de WhatsApp. Evitar que cada persona cuente lo que cree que ocurrió, lo que le han contado. “Una reunión en la que no se esconda la realidad, para explicar lo ocurrido, pero con información y con prudencia“.

Una reunión en la que también debería estar el personal de administración y servicios, conserjes, personal de limpieza. Toda la información debe ponerse sobre la mesa; debe, además, armonizarse. Y con algunas cosas en el punto de mira: “El hecho es intolerable, pero no debe estigmatizarse a las personas”.

“La respuesta tiene que ser conjunta y muy clara: en esta escuela no se toleran estos comportamientos, no te lo vamos a permitir”. Esta sería la primera respuesta de Sara Carbonell, directora del CEIP Luis Vives de Cullera. Una comunidad de aprendizaje que realiza las actuaciones educativas de éxito. “Lo que sabemos que no funciona es dejarlo pasar, trivializarla o justificarla por la edad o el contexto”.

Ana Cobos es la presidenta de COPOE, organización de orientadores y orientadoras. Para ella “no se puede hacer como que no ha pasado nada”, entre otras cosas, porque si no se pone sobre la mesa “los alumnos lo magnifican”. Hay que poner las cosas en su lugar, “ver qué ha ocurrido, que el alumnado también participe”. Desde luego “dejar correr este tipo de asuntos empeora las situaciones”.

Para esta orientadora es clave “decir la verdad, sin exagerar ni quitar importancia. Atajar lo antes posible los rumores y sacar lo positivo que se pueda de la situación para conseguir un aprendizaje”.

“Hay que hacer trabajo con el grupo en general y con las personas implicadas en particular. Luego se habla con cada una y se hace mediación. Que las familias -continúa Cobos- participen ayuda mucho. Cuando no están presentes en el centro, se hace más complicado”.

Un tema, el de las familias, en el que también incide Angels Grado. “Hablar con las familias quiere decir hablar con todas. Pero no es necesario hacer una asamblea. Se puede enviar una nota informativa a las familias en la que se explica lo ocurrido y que el centro discernirá y dará una respuesta educativa a la situación”. Independientemente de que se pueda hacer reuniones con aquellas familias que lo soliciten.

Desde comunidades de aprendizaje, será la comisión mixta de convivencia, con representación docente y de las familias, la encargada de que en las asambleas que se realizan (la general, las de delegados y delegados y las de aula) se lance la pregunta “¿por qué ha pasado esto en nuestra escuela?”. “Abrir espacios de diálogo como las asambleas permite -asegura Sara Carbonell- que la clase, el profesorado e incluso las familias, rechacen el comportamiento violento y puedan dar apoyo a la víctima, nos dan la oportunidad de crear contextos tolerancia 0.”

En el caso de las familias del alumnado agresor, lo más probable, cree Grado, es que estén consternadas. Desde su punto de vista es interesante que en la reunión que se tenga con ellas, el docente que sea tutor del grupo pueda estar acompañado, incluso por alguna persona ajena al centro, que en una situación determinada, pueda reconducir la reunión.

Volviendo a Carmen, “el centro educativo, víctima de la desidia de una familia y de la enfermedad de la agresora, solo puede hablar claro, dolerse y comprometerse a intentar o seguir intentando que estas cosas no pasen”.

A partir del día después, claro, los centros pueden encontrarse, como en el caso de Madrid, con la necesidad y la obligación de tomar las medidas pertinentes, más teniendo en cuenta que la menor es inimputable dada su edad. Una difícil tarea con la que lidiar.

Grado es partidaria de la reparación. Para ella el papel del personal docente en estas situaciones es de proteger a niñas y niños como menores que son. Con esta perspectiva “no puede pensarse en eso de que ‘ya vendrá otro que lo arreglará’. Somos parte activa”, insiste. “Es importante que hablen las dos personas, pero mediadas por otras que sepan. Que haya intención de compromiso por las partes. Y que quien medie se sienta capaz de hacerlo. Que sea el tutor con alguien, no tiene por qué hacerlo solo”.

La creación de espacios seguros y de denuncia en los centros es clave para Carbonell. El ellos cada persona puede posicionarse públicamente para rechazar el comportamiento violento y apoyar a la víctima. El objetivo es doble: “Se vacía de atractivo lo violento porque ya no tiene éxito social y por otra parte, la víctima siente una red de apoyo y no se queda sola”.

El mecanismo es que la persona que denuncia el comportamiento pase de ser “chivato” a alguien valiente por afrontar la situación. Para ello ha de sentir el apoyo de todo el centro educativo.

Como explica Grado, también es interesante, y a veces obligatorio, que en estos procesos aparezcan otros roles profesionales, de más allá del centro educativo. “En Cataluña (donde ella trabaja) cada hecho inimputable se deriva a la dirección general de atención a la infancia, por ejemplo”. Carbonell afirma que, además de seguir los postulados de comunidades de aprendizaje, “seguimos los protocolos de intervención” de la Conselleria d’Educació “y facilitamos a las familias y al alumnado los servicios con los que pueden contar para protegerse (como por ejemplo el teléfono contra el acoso, personas a las que se pueden dirigir a parte del tutor: Directora, Jefe de Estudios, Coordinadora de Igualdad, psicóloga del centro)”.

Por supuesto la Inspección juega también un papel importante aquí, más allá de sancionar o vigilar. Puede, por ejemplo, plantear algún tipo de programa de reincorporación al centro de ambas personas, “para no revictimizar a la persona agredida ni estigmatizar a la agresora. Las etiquetas son peligrosas”.

Sea cual fuere el caso, claro queda que compartir la mayor cantidad de información disponible, de la forma más clara posible y con todas las personas que forman parte de la comunidad educativa, desde el personal d administración y servicios, pasando por todas las familias, alumnado y equipo docente, son los pasos imprescindibles. Crear, como dirían en comunidades de aprendizaje, espacios donde sentirse seguros y protegidos para denunciar y donde los comportamientos violentos dejen de resultar atractivos.

“Solo así conseguiremos que esas agresiones paren y lleguemos a tener escuelas seguras libres de violencia”, concluye Sara Carbonell.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/05/09/claves-de-actuacion-tras-una-agresion-en-el-centro/

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En Venezuela se diseñará un programa policial para evitar violencia en escuelas

Venezuela/25 marzo 2017/Fuente: El Universal

Durante el desarrollo del plan se instalará un programa de vídeo vigilancia dentro de los centros de educación, principalmente en las escuelas técnicas y las de educación especial.

El Gobierno trabajará en un plan policial y de seguridad para evitar la violencia en los jóvenes, y dentro de las escuelas y los liceos públicos del país, informó este jueves el ministro de Educación, Elías Jaua.

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Las instituciones educativas serán incorporadas a los espacios conocidos como «cuadrantes de paz», del programa social La Gran Misión Justicia Socialista, que consisten en organizaciones de los cuerpos policiales y líderes de la comunidad para diseñar metodologías de trabajo contra la criminalidad reseñó EFE.

«Igualmente la Guardia del Pueblo está diseñando un plan de policía escolar que va a comenzar a implementarse en los próximos meses», dijo el también vicepresidente del Área Social del Gobierno venezolano durante un acto con representantes de escuelas católicas en el país.

El anuncio del ministro coincide con la petición de la subcomisión para la Protección del Niño, Niña y Adolescente de la Asamblea nacional sobre políticas públicas y programas para proteger a los menores que se encuentran en situación de calle.

Criminólogos y expertos en seguridad han expresado preocupación por la situación de los niños y adolescentes luego de la detención de seis niños y adolescentes, con edades que van desde los 6 hasta los 15 años, por el asesinato de dos sargentos del Ejército el pasado sábado.

Fuente: http://www.eluniversal.com/noticias/politica/gobierno-disenara-programa-policial-para-evitar-violencia-escuelas_645117

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Inicia en Honduras conferencia regional sobre prevención y educación

La Conferencia Regional sobre Prevención y Educación inició hoy en Honduras con la participación de delegados de catorce países y un llamado a abordar el tema de manera conjunta entre las naciones e inculcar los valores morales.

La prevención de la violencia en los centros educativos se debe realizar desde un ámbito compartido y de manera conjunta, dijo la subsecretaria hondureña de Seguridad en Prevención, Alejandra Hernández, al inaugurar el evento en un hotel de Tegucigalpa.

Es necesario “generar políticas públicas, programas y proyectos a través de la sociedad civil y organismos de cooperación para hacer cambios sustanciales en conjunto”, subrayó Hernández.

Destacó que Honduras ha “comenzado a disminuir sustancialmente los índices de violencia y de homicidios”, pero reconoció que los desafíos de esta nación en materia de seguridad todavía son grandes.

“Vamos en una ruta correcta pero es una ruta compartida, en la cual todos los actores se vuelven sumamente importantes para darle sostenibilidad”, enfatizó la funcionaria hondureña.

Durante la conferencia, que finalizará el viernes, los representantes de catorce países y de organismos como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Secretaría General del Sistema de la Integración Centroamericana y el Sistema de Naciones Unidas dialogarán sobre la convivencia y seguridad ciudadana.

El empoderamiento comunitario para la prevención; la prevención de la violencia a través del diseño ambiental y los factores de riesgos y protección de la violencia en los centros educativos también serán abordados en el evento.

La coordinadora del Sistema de Naciones Unidas en Honduras, Consuelo Vidal, dijo a Efe que Honduras se enfrenta a los “mismos desafíos” que el resto de los países centroamericanos para prevenir la violencia en los centros educativos.

Agregó que promover los valores morales y cristianos en la familia, las escuelas y comunidades es clave para “potenciar la educación para poder prevenir la violencia”.

En el evento participan delegados de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, Italia, Nicaragua, Panamá, Perú y Uruguay. EFE

Tomado de: http://www.latribuna.hn/2016/06/16/inicia-honduras-conferencia-regional-prevencion-educacion/

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