Entrevista a Pilar Vergara: “Hay un auge de problemas de aprendizaje debidos a problemas de visión por el uso de pantallas”

Entrevista/Autor: Adrian Cordellat/Fuente: El país

‘Tablets’ y teléfonos han ido conquistando poco a poco ámbitos como la educación y el ocio de los niños y niñas, exigiendo a la vista un esfuerzo añadido

Pilar Vergara es una de las ópticas españolas más influyentes en el ámbito de la terapia visual y la optometría comportamental, al que lleva dedicado más de un cuarto de siglo. En 2008 publicó Tanta inteligencia, tan poco rendimiento (Aurum Volatile), que fue el primer libro en español dirigido a padres y educadores sobre la relación entre la visión y los problemas de aprendizaje. Más de una década después, con motivo del lanzamiento de su cuarta edición, la optometrista ha realizado una exhaustiva revisión del libro para incluir en él “la explosión” en el campo científico relacionado con la visión que ha puesto “bases científicas para muchas de las actuaciones que se han ido realizando clínicamente dentro de la optometría comportamental durante las últimas tres décadas”.

En ese tiempo las pantallas han ido conquistando poco a poco ámbitos como la educación y el ocio de los niños y niñas, exigiendo a la visión un esfuerzo añadido para la visión próxima, algo para la que no está genéticamente preparada. No en vano, durante miles de años lo habitual en el ser humano fue el uso de la visión lejana. Las consecuencias de ello, avisa la experta, ya se están viendo, como demuestra el auge en los casos de miopía y de estrés visual entre los pequeños.

PREGUNTA. ¿Por qué algunos niños con una inteligencia normal o por encima de lo normal fracasan en el colegio? Con esa pregunta arranca el prólogo del libro y a mí me gustaría trasladársela de vuelta para ver si puede darme una respuesta breve, entiendo que muy enfocada a la visión.

RESPUESTA. La ciencia ha demostrado que nuestros cerebros son visuales. Entre el 65% y el 70% de la información que entra a nuestro cerebro es visual. Por tanto, si nuestra visión no funciona óptimamente, nuestro cerebro no funciona óptimamente.

Dicho esto, hay diferentes razones por las que un niño puede fracasar académicamente, pero una de las principales razones es cuando los problemas visuales no son diagnosticados adecuadamente en habilidades específicas que son cruciales para el aprendizaje. Los niños que tienen estos problemas tendrán síntomas o comportamientos como perderse al leer, usar el dedo para leer, que se le muevan las palabras en la página, dolor de ojos o dolor de cabeza al finalizar la jornada académica, entre otros.

P. En la pregunta anterior he utilizado a propósito el término visión, porque usted incide en la necesidad de diferenciar entre vista y visión. ¿Cuál es la diferencia entre ambas?

R. La vista es la habilidad de ver claro a seis metros de distancia. La visión es la habilidad para coger, procesar e interpretar de forma eficiente lo que vemos.

P. Así que podemos tener un hijo con buena vista, pero incapaz de procesar e interpretar correctamente aquello que ve.

R. Exacto.

P. Usted ofrece datos (de EE UU) absolutamente llamativos, como que al menos entre el 35 y 40% de los niños con problemas de aprendizaje tienen problemas visuales. A pesar de ello, sin embargo, dice que le asombra que cuando habla de ellos en colegios o gabinetes profesionales le miran como si estuviese diciendo “que en la luna hay vida”. ¿Falta conciencia, tanto a nivel médico como en lo social, de la importancia de la visión en el aprendizaje?

R. No es falta de conciencia, es de entendimiento. Se sigue pensando solo en la vista y, por tanto, o ves claro o no ves, en cuyo caso se concluye que tu visión es buena o mala en función de ese único criterio, así que te ponen gafas para ver más claro si ves borroso y con eso se da por entendido que ya no hay ningún problema visual.

El problema es que vista y visión, como comentábamos antes, no son sinónimos, y un examen visual donde solo se mire la agudeza visual de lejos es un examen incompleto porque no evalúa necesariamente las habilidades visuales y visoperceptivas cruciales para el niño en una clase. Son exámenes no adecuados a nuestras demandas visuales de hoy en día.

P. En ese sentido precisamente me ha sorprendido cuando comenta que realmente estamos exigiendo a la visión cosas para las que no está preparada. Durante miles de años el ser humano utilizó principalmente la visión lejana (para cazar y huir). Sin embargo, hoy nos pasamos el día usando la visión contraria, la próxima (lectura, deberes, colegio, ordenadores, tabletas, televisión). ¿Qué consecuencias tiene esto para la visión?

R. Te puedo decir que la consecuencia más inmediata que ya se ha visto es el aumento de la miopía. Y otra consecuencia es el auge de los problemas de aprendizaje debidos a problemas de visión por ese exceso de horas en cerca, en una situación en la que el sistema visual no puede permanecer de forma óptima durante tanto tiempo.

P. Es que los niños de hoy, a consecuencia de las nuevas tecnologías, usan aún más si cabe esta visión próxima. ¿Existen algunas pautas o recomendaciones para padres para reducir en lo posible el impacto que estas nuevas tecnologías pueden tener en la visión de sus hijos?

R. La principal es controlar el tiempo que pasan los niños con las pantallas y la edad a la que les ofrecemos esas pantallas. Algunos padres no tienen conciencia de lo perjudicial que puede ser, no solo a nivel visual, sino en muchos otros aspectos, darles las pantallas a los bebes.

P. Para terminar me gustaría hablar sobre el estrés. Dice que en sus 30 años en la profesión ha visto a muchos niños con problemas visuales causados por el estrés. Entre las causas de ese estrés, cita la académica.

R. Es que muchos niños apenas juegan hoy al aire libre. Además de las clases tienen las extraescolares y los deberes. ¡Muchos tienen jornadas laborales tan largas como las de un adulto! Se pasan todo el día mirando de cerca y en dos dimensiones, cuando el sistema visual no está preparado para estar así tantas horas

P. ¿Cómo se manifiesta este estrés en la visión?

R. Aparecen múltiples problemas. A veces en forma de síntomas como dolor de cabeza o de ojos. Otras veces en forma rechazo a la lectura y a las actividades de cerca. Muchos de estos niños son etiquetados como vagos o tontos. Sin embargo, cuando les atiendes encuentras todo tipo de problemas: desde visión doble en cerca, hasta borrosidad intermitente, pasando por fatiga visual.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/06/26/mamas_papas/1561555210_932244.html

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No repetir

Por: David Calderón.

 

Los propósitos clave de todo sistema de educación básica se enmarcan en la triple inclusión: estar, aprender y participar. Es decir, la fuerza y los recursos del Estado, el compromiso y las capacidades de los agentes educativos se orientan a que todas y todos estén incluidos en la escuela, que aprendan lo que quieren y necesitan y que participen activamente de su propio proceso de construcción personal y comunitaria.

Un sistema que reprueba tiende a excluir. La reprobación tiene un severo impacto en la permanencia; los alumnos reprobados tienen una probabilidad mucho más alta que sus compañeros de dejar la escuela.

Ha causado cierto revuelo que en el Diario Oficial de la Federación, el 29 de marzo de este año, se haya publicado el acuerdo número 11/03/19 “por el que se establecen las normas generales para la evaluación del aprendizaje, acreditación, promoción, regularización y certificación de los educandos de la educación básica”. Los acuerdos secretariales son piezas normativas que aterrizan criterios generales que la SEP, como coordinadora de todos los sistemas escolares de la República, marca para el cumplimiento de los objetivos de ley.

En el artículo 11 de dicho acuerdo se establece, en la fracción I, que los grados de la educación preescolar se acreditan (es decir, se da por cumplido el grado y se reconoce la promoción al grado siguiente) sólo con haberse cursado, lo mismo que los grados primero y segundo de primaria, como se indica en la fracción II.

No faltaron los comentarios que consideraran el asunto como una decisión a favor de la laxitud y la irresponsabilidad de la autoridad sobre el logro escolar, o incluso como una novedad que “dañará” el trabajo de las escuelas. Ni una cosa, ni otra.

Está bien documentado que el problema con la reprobación es que no está en el mejor interés de la niñez; tal vez para alguien en la intención, pero la evidencia muestra lo contrario. En todos los grados, pero especialmente en los iniciales, se sientan las bases para poder aprender a lo largo de la vida. Darse por vencidos desde el inicio, en cuanto al esfuerzo de los adultos, es un contrasentido para el derecho a aprender.

Si algo nos ha enseñado la pedagogía, desde Comenio y antes hasta el día de hoy, es precisamente que no hay “problemas de aprendizaje” sino limitaciones de la enseñanza y de la convivencia. Todo el aprendizaje es “problema” en el sentido de que para todo ser humano hay reto en el descubrimiento del mundo y de los otros, y exigencia para activar nuestras capacidades y llevar adelante nuestros propósitos; ese reto cobra características específicas según la edad, género, identidad étnica, estado de salud, contexto familiar y social de cada quien. Nos vamos descubriendo, perteneciendo, tomando control de nuestras propias vidas por acercamientos sucesivos, por indagación, por ensayo y error.

Si un alumno es reprobado al inicio de su trayectoria escolar, en lugar de ser apoyado para identificar y superar las barreras al aprendizaje y la participación (BAP, por sus siglas) que enfrenta, el ciclo de exclusión se exacerba. Las BAP no sólo se refieren a condiciones permanentes de discapacidad o de talentos específicos destacados, sino a factores de nutrición, momento emocional y por supuesto a los factores escolares y contextuales de clima de aula, plan de estudios y estrategias homogeneizantes; vamos, las creencias de los adultos sobre lo que pueden esperar de niñas y niños pueden ser las primeras BAP.

La reprobación trajo en otras épocas expulsión; si se la empareja con la repetición, puede tratarse de una expulsión lenta o pospuesta. Pensemos; si como reza el dicho “el principio de la locura es hacer lo mismo y esperar resultados diferentes”, entonces nos engañamos si creemos que, en un caso en el que no fue apropiado el proceso, repetirlo en condiciones casi idénticas es la solución.

La repetición está correlacionada, en sus efectos, con el abandono escolar, en los grados repetidos o con posterioridad. No puede minimizarse el efecto de etiquetación de la sobre-edad o la discriminación por ser señalados, como si fuese sólo un tema de voluntad aprobar o no; la posibilidad de generar culpa o ansiedad es muy alta, cuando lo común es falta de atención específica.

En distintas partes del mundo se ha adoptado esta política, como ocurre en los países escandinavos, Portugal, Francia misma. Así que no es excepcional la medida, y de hecho, tampoco es nueva en México. Justamente un sólido estudio empírico (Leave them kids alone! The positive effect of abolishing grade retention on pupils’ dropout rates: Evidence from a policy change, de Francisco Cabrera del CIDE, detalla los efectos del acuerdo 648 (vigente a partir de agosto de 2012) en el que se abolió la reprobación de primero a tercero de primaria. No tiene desperdicio: se muestra con fuerza que no sólo mejoró la permanencia en grados posteriores, sino que no afectó los resultados de aprendizaje registrados en las pruebas nacionales, con todos los ajustes correspondientes. Es decir, no hay elementos para afirmar que dejar de lado la reprobación “daña” el logro promedio porque los chicos que enfrentan retos más tangibles se queden en los grados siguientes; acaban por “ponerse al paso”.

Desde el enfoque de inclusión, esta normativa apunta a aspectos positivos; es adecuada en tanto y en cuanto efectivamente se impulse que en cada aula se hace el esfuerzo necesario para detectar oportunamente el ritmo de aprendizaje, se establezcan estrategias de detección temprana de barreras al aprendizaje y la participación de cada niña y niño, y se siga un plan para alcanzar las metas correspondientes a lo largo del ciclo. Los profesores agradecerán esta “descarga administrativa” de cálculos y registros, pero debe hacerse la retroalimentación cualitativa a las familias y a los propios alumnos, de forma continua y no “para la boleta”. Esperamos que el acuerdo se complemente con una estrategia deliberada, práctica, accesible para que los ajustes al trabajo grupal e individual no dejen fuera del aprendizaje y de la participación. Qué bueno que puedan estar; ahora, hay que asegurarse que se cumpla su derecho a que aprendan y participen.

Fuente del artículo: http://www.educacionfutura.org/no-repetir/

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Fracaso escolar, una deuda que se acumula

Argentina / 20 de enero de 2019 / Autor: Daniela Leiva Seisdedos / Fuente: INED21

PROBLEMA PERMANENTE

Es un problema de la incapacidad que generan los propios sistemas educativos. Si el problema del fracaso escolar siempre ha existido, eso quiere decir que a unos cuantos les conviene que esto sea unproblema permanente.

El fracaso escolar es una tragedia en nuestras sociedades; por eso, nunca tienen que estar al margen preguntas como estas:

¿Qué educación queremos?

¿Que modelo educativo debe ser determinante en nuestra sociedad?

Otra premisa que me surge es que el trabajo docente NO es fácil, el problema es que lo pagan como «fácil» y esa también es una de las causas de los fracasos (pero…eso es para otra nota, para otro post).

Antes de seguir, es necesario dar un concepto de fracaso escolar, este es entendido como la ‘dificultad para asimilar e interiorizar los contenidos académicos establecidos por el sistema educativo en función de la edad y desarrollo del niño’. Así, el fracaso genera siempre suspensos, porque es un problema que hace aumentar la desigualdad de los habitantes de los países en que vivimos y del mundo.

En efecto, uno de los más acuciantes problemas del mundo es la falta de educación: la educación mejora la seguridad, mejora la salud, mejora –en definitiva– toda nuestra vida; se hace «más completa».

Por todo lo anterior, no debemos perder de vista que el fracaso escolar no es instantáneo, es un tema permanente de la realidad educativa, es un problema que se vive, se ha vivido o se vivirá en la mayoría de nuestros hogares y del que nos tenemos que ocupar –no preocupar–. En este sentido, hay, sin duda, una paradoja, a saber: la escuela en todos los sistemas educativos de nuestros países es obligatoria, y en este punto nos encontramos, nuevamente, con que el típico caso de «disonancia», como quiera que una cosa es el derecho y otra –bien distinta– los hechos a los que nos enfrentamos, día a día, en nuestras aulas. Hay un divorcio entre la realidad de las aulas y la «realidad de los escritorios».

EL INTERÉS SE GENERA

En la última década de este siglo XXI, se ha observado un notable incremento en la prevalencia en el abandono escolar de nuestros alumnos. Esa es una realidad que nos afecta a todos, pero que no todos «miramos», porque estamos muy ocupados en echarnos la culpas.

Nuestros alumnos están hoy sentados en nuestras aulas, no mañana.

Hoy necesitamos respuestas y acciones para que no siga creciendo exponencialmente el fracaso escolar.

El fracaso escolar genera deserción escolar, incremento de los problemas de aprendizaje, presión en el ambiente académico, baja autoestima. El interés en aprender lo debe –necesariamente– invocar la escuela, ninguno de nosotros nacemos con ganas de aprender física o geografía, el interés se genera.

El fracaso es un proceso paulatino y continuado, no es espontáneo; para Marchesi (2003:25), el fracaso escolar supone: «el conocimiento público de esta valoración lo que puede incrementar sus dificultades y alejar de ella a alumnos y familias que podrían contribuir a su mejora».

En las escuelas, no se retiene a los alumnos porque sí, si esto pasara, no habría abandono como veo todos los días en mi aula. La sinceridad es la incomprendida cuando hablamos de temas centrales como la educación y los temas que formarán la política educativa de nuestro país.

Hay que distinguir cuando un fracaso en los estudios se produce de forma temporal o de forma duradera. El primer caso puede ser superado y, con el paso del tiempo, volver a obtener buenas calificaciones y resultados. En cambio, cuando este fracaso se mantiene durante años, es decir, de forma duradera, el alumno lo acepta como una situación que no puede solucionar y esto se aprecia en los hogares con bajos recursos económicos.

EL NIVEL MÁS CRÍTICO

La secundaria es el nivel más crítico del sistema educativo, el que presenta los desafíos más urgentes. Para que todos los factores de intervención en este problema como los padres, docentes y autoridades, tengamos éxito en nuestra misión de hacer más democrático el conocimiento es necesaria una mayor inversión en personal especializado y medios de todo tipo; así como una corresponsabilidad e implicación de todas las partes y no trabajar en comportamientos estancos:

Nos cuesta trabajar en equipo.

Trabajamos en grupos muy desorganizados.

Muchas veces, con alto grado de vanidad y cierta sabiduría que no poseemos.

Es inevitable, debemos motivar a los alumnos por el acceso al conocimiento desde todos los órdenes de la sociedad. La educación es inversión porque si no tomamos a la educación como a una responsabilidad colectiva, es muy difícil solucionar el problema. Como es bien sabido, para universalizar la educación NO sólo es necesario que haya más niños y niñas en las escuelas, se necesita una implicación de todos.

Fuente del Artículo:

https://ined21.com/fracaso-escolar-una-deuda-que-se-acumula/

ove/mahv

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Programación del Portal Otras Voces en Educación del Domingo 20 de enero de 2019: hora tras hora (24×24)

20 de enero de 2019 / Autor: Editores OVE

Recomendamos la lectura del portal Otras Voces en Educación en su edición del día domingo 20 de enero de 2019. Esta selección y programación la realizan investigador@s del GT CLACSO «Reformas y Contrarreformas Educativas», la Red Global/Glocal por la Calidad Educativa, organización miembro de la CLADE y el Observatorio Internacional de Reformas Educativas y Políticas Docentes (OIREPOD) registrado en el IESALC UNESCO.

 

00:00:00 – Cuatro Premios Nobel discuten el futuro de la educación

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/298624

01:00:00 – Programa Pedagogía al Día: Tendencias contemporáneas de la educación, nuevos enfoques y metodologías para el aprendizaje (Audio)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/285273

02:00:00 – Estados Unidos: Una huelga indefinida de maestros en Los Ángeles deja sin clase a más de medio millón de alumnos

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/298642

03:00:00 – 50 citas de Paulo Freire imprescindibles en el mundo educativo (Artículo de Miguel Ángel Ruíz Domínguez)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/281587

04:00:00 – 1184 herramientas web para docentes sin necesidad de registrarnos

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/298659

05:00:00 – Entrevista a Ignacio Calderón. Profesor titular de la Universidad de Málaga.: “Pensar que la mera presencia de todo el alumnado convierte a la escuela en inclusiva es una falacia»

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/298646

06:00:00 – Libro: Didáctica de la Historia en el Siglo XXI (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/298669

07:00:00 – Fracaso escolar, una deuda que se acumula (Artículo de Daniela Leiva Seisdedos)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/298654

08:00:00 – Libro: El planteo socialista en educación: contra las reformas educativas capitalistas (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/298673

09:00:00 – Xavier Aragay: “Uruguay empieza a tener las condiciones para cambiar el ADN de su educación”

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/287838

10:00:00 – Libro: El planteo socialista en educación. Segunda Parte (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/298676

11:00:00 – La Educación, la Evaluación y las inconsistencias de Backhoff (Artículo de Juan Carlos Miranda Arroyo)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/298679

12:00:00 – Chile: Piñera y la educación con signo peso

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/298628

13:00:00 – José Carlos Mariátegui- Serie Maestros de América Latina (Audio)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/289562

14:00:00 – México: OCDE creará con el gobierno de AMLO nuevo proyecto educativo

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/298663

15:00:00 – El bárbaro modelo educativo neoliberal (Artículo de Rafael Silva)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/298500

16:00:00 – Cómo puedes saber si tu hijo sufre ‘bullying’ (Audio)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/288808

17:00:00 – Reflexiones sobre pedagogía crítica: contexto teórico de la transversalidad (Video)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/285245

18:00:00 – Inger Enkvist: Un profesor que no se preocupa de su bienestar tiende a descuidar el de sus alumnos

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/288280

19:00:00 – La OCDE y la educación (Artículo de Enrique del Val Blanco)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/285245

20:00:00 – Educación Inclusiva Latinoamericana (Audio)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/285885

21:00:00 – ¿Cómo será la universidad del futuro? Estas son las iniciativas más innovadoras

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/285281

22:00:00 – “Los artesanos de la enseñanza”. Reseña bibliográfica

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/286653

23:00:00 – Radio Asamblea Nacional de Ecuador: Embarazo adolescente…hablemos de educación sexual (Audio)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/284684

En nuestro portal Otras Voces en Educación (OVE) encontrará noticias, artículos, libros, videos, entrevistas y más sobre el acontecer educativo mundial cada hora.

ove/mahv

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Perú: ¿Cuáles son los beneficios de la tecnología asistencial (TA) en la educación?

América del Sur/Perú/03.09.18/Fuente: noticias.universia.edu.pe.

Esta resulta particularmente importante para el apoyo de estudiantes con dislexia y ciertos tipos de discapacidad, aunque beneficia a todos los estudiantes por igual

  • La Tecnología Asistencial puede mejorar las condiciones de aprendizaje para todo tipo de estudiantes.
  • Docentes y responsables de centros educativos deben conocer los beneficios de aplicarla en clase.
  • No es necesario contar con complejos dispositivos, basta con algunas aplicaciones básicas para marcar la diferencia.

Existen diferentes discapacidades vinculadas al aprendizaje que pueden manifestarse en los alumnos de diversas formas. Algunas de ellas pueden ser leves y generar pequeños problemas de aprendizaje para el alumno e incluso pasar desapercibidas en ciertas oportunidades; pero otras de ellas pueden identificarse como graves pues afectan la capacidad del alumno para participar en el aula, integrarse a ella y aprender.

La dislexia es un claro ejemplo de las primeras. En España, el 10% de la población tiene dislexia y, de acuerdo a los estudios, el 40% de los estudiantes que abandonan la educación sufre esta alteración de la capacidad para leer o escribir. En Reino Unido hay 10 millones de niños en edad escolar, de los cuales 400.000 poseen dislexia.

Las discapacidades intelectuales, auditivas, motrices y visuales son ejemplo de las segundas. Estas implican mayores dificultades para  introducirse a entornos educativos.

Tradicionalmente, los alumnos con discapacidades han sido marginados de la educación, e incluso alejados de los sistemas de enseñanza. En la era de la tecnología, estos pueden reivindicarse y adoptar un papel activo en el aula, favorecidos por las denominadas Tecnologías de Asistencia (TA).

Fuente de la noticia: http://noticias.universia.edu.pe/educacion/noticia/2018/08/30/1161435/cuales-beneficios-tecnologia-asistencial-ta-educacion.html

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“El fracaso escolar no es una realidad que se produce de modo instantáneo, sino un proceso paulatino y continuado de “desenganche”.”

España / 1 de julio de 2018 / Autor: Alejandro Tiana Ferrer / Fuente: Asociación Educación Abierta

#CalmarEdu nº94. El fracaso escolar es un fracaso social, no individual. Es esencial, y más eficiente, la potenciación de mecanismos compensadores.

El fracaso escolar es un fenómeno que provoca una indudable preocupación social, y es lógico que así suceda. Constatar que tras una larga etapa de escolaridad básica y obligatoria hay un porcentaje notable de jóvenes que no alcanzan los objetivos formativos previamente establecidos puede y debe legítimamente considerarse un fracaso, no solo de ellos mismos, sino también de nuestro sistema educativo. De hecho, buena parte de las discusiones que tienen lugar en torno a este fenómeno se refieren a la medida en que debe considerarse un problema individual, social o del propio sistema educativo.

Quizás convenga señalar antes de seguir adelante que está lejos de existir un acuerdo general acerca de qué debe entenderse por fracaso escolar. La frecuente utilización mediática del término no hace sino agravar los malentendidos en torno al mismo. Con ánimo de clarificación, cabe distinguir tres fenómenos que suelen englobarse bajo esa denominación. El primero consiste en la ausencia de titulación al finalizar la educación básica, circunstancia que cierra muchos caminos posteriores a quienes la sufren, no solamente en el plano académico sino también en el profesional o en las posibilidades de inserción laboral. El segundo, normalmente denominado abandono escolar temprano, representa la salida del sistema educativo por parte de muchos jóvenes sin haber llegado a obtener una titulación postobligatoria, considerada cada vez más en el ámbito internacional el nivel formativo mínimo que debiera tener cualquier ciudadano. El tercero consiste en la obtención de resultados insuficientes en las pruebas de evaluación del rendimiento llevadas a cabo por organismos nacionales o internacionales.

Como puede apreciarse, no solo son distintos esos tres modos de aproximarse al fracaso escolar, sino que también lo son los instrumentos que se utilizan para cuantificarlos y las cifras resultantes. No debe sorprender, en consecuencia, que el debate social y mediático se centre muchas veces en las distintas facetas del fenómeno y en sus cifras respectivas, lo que suele redundar en una mayor confusión y en la ausencia de un diagnóstico compartido capaz de permitir la búsqueda de soluciones realistas. Y es esa ambigüedad la que además impulsa a que las responsabilidades sean prioritariamente atribuidas al individuo, a la sociedad o al sistema educativo.

En mi opinión, la responsabilidad del fracaso puede atribuirse en proporciones variables a todos y cada uno de ellos. No cabe duda de que hay personas que son parcialmente responsables de su fracaso escolar, si bien hay que reconocer que en su mayor proporción la responsabilidad recae sobre todo en el entorno social y en el propio sistema educativo. Incluso puede atribuirse parte de la responsabilidad del fracaso, por ejemplo, en el caso del abandono escolar temprano, al sistema productivo, por mostrarse incapaz de demandar una mayor formación a los jóvenes e incitarles a abandonarla en etapas tempranas.

No obstante, conviene señalar que el debate en torno a quién tiene la responsabilidad (y cuánta) en la aparición del fracaso escolar es poco productivo y no suele ayudar a resolverlo. Al contrario, muchas veces tiende a enconar las posiciones. Más provechoso resulta buscar vías de solución a los problemas planteados. Es lo que han hecho diversas personas e instituciones, cuyas aportaciones nos han ayudado a enfocar adecuadamente la cuestión. Y a este respecto no me resisto a recomendar la consulta del informe titulado El fracaso escolar en el estado de las autonomías, elaborado por el Colectivo Lorenzo Luzuriaga y coordinado por Manuel de Puelles (Las Rozas, Wolters Kluwer, 2012), que aborda de manera precisa y rigurosa el fenómeno y propone vías para evitarlo.

Si hay algo que sobresale de la lectura de ese informe, es que tras el fenómeno del fracaso escolar en sus diversas acepciones subyacen factores tanto de carácter exógeno como endógeno al sistema educativo. Si los primeros requieren políticas de largo alcance para abordarlos, los segundos deben ser objeto de atención cercana por parte de los educadores y los responsables del sistema educativo. Es en ellos en los que tenemos que centrar nuestra actuación y nuestras políticas escolares.

A este respecto, hay que insistir en que el fracaso escolar no es una realidad que se produce de modo instantáneo, sino un proceso paulatino y continuado de “desenganche”. Los malos estudiantes suelen comenzar por plantear problemas de aprendizaje o de conducta, continúan repitiendo algún curso y terminan abandonando tras superar la edad de escolarización obligatoria, muchas veces sin haber obtenido la titulación correspondiente.

La práctica alternativa a ese proceso de fracaso anunciado e inevitable, que como muchos países han demostrado resulta mucho más eficaz, consiste en esforzarse por detectar los problemas de aprendizaje, de conducta o de cualquier otro tipo tan pronto como se manifiesten, para actuar de manera específica sobre ellos en cuanto haya ocasión. La detección y la recuperación resultan además tanto más eficaces cuanto más tempranas sean, sin esperar a que los problemas se hayan enquistado. Nuestro sistema educativo ha tenido algunas experiencias positivas de programas orientados en esa dirección, como puede ser el caso de los planes de refuerzo, orientación y apoyo que con el nombre de PROA se pusieron en marcha en 2005. La experiencia de éxito escolar que han vivido muchos de sus beneficiarios, puesta de manifiesto en evaluaciones rigurosas del programa, puede contribuir al cambio paulatino de nuestras prácticas de recuperación, todavía insuficientes, para hacerlas más semejantes a las que se llevan a cabo en otros países que experimentan un valioso progreso educativo. Aunque la solución del problema del fracaso también exigiría introducir cambios en algunos otros aspectos, como los relativos al modelo de titulación al final de la ESO, la extensión de la educación infantil en las edades más tempranas, la concepción menos enciclopedista del currículo o la renovación metodológica de los procesos de enseñanza y aprendizaje, no cabe duda de que hacer más hincapié en la detección temprana, la prevención, el refuerzo y la recuperación debería ayudarnos a minimizar un problema que atenaza a nuestro sistema educativo.

Fuente del Artículo:

«El fracaso escolar no es una realidad que se produce de modo instantáneo, sino un proceso paulatino y continuado de “desenganche”.»

Fuente de la Imagen:

http://maternidadfacil.com/fracaso-escolar/

ove/mahv

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