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Mindfulness para niños y adolescentes: los beneficios de la meditación

Por: Observatorio FAROS Sant Joan de Déu

¿Qué es el mindfulness?

Mindfulness, o lo que vendría a ser «atención plena», es una técnica de origen budista, popularizada en occidente por Jon Kabat-Zinn, basada en una práctica de meditación terapéutica que ayuda a reducir el estrés. Es una práctica que comienza prestando atención a la respiración para centrarse en el aquí y ahora, y no en lo que podría haber sido o en lo que podría ser. El objetivo final es crear suficiente distancia respecto a pensamientos y emociones, para observarlos sin reaccionar inmediatamente.

En los últimos años esta técnica se ha convertido en una forma de tratar a los niños y adolescentes con TDAH o con síntomas como la ansiedad, los trastornos del espectro autista, la depresión o el estrés, con un alto grado de éxito.

Saltzman también llevó a cabo un estudio en colaboración con investigadores de la Universidad de Stanford, en el que demostró que después de 8 semanas de entrenamiento de la mente, había documentado una disminución en la ansiedad, y las mejoras en la atención. Los participantes estaban menos emocionalmente reactivos, eran más capaces de gestionar los retos diarios y de elegir su comportamiento.

El mindfulness en niños y adolescentes

Hay testimonios que explican cómo el aprendizaje de esta técnica en sus hijos les ha servido de manera sorprendente. En la escuela los jóvenes se sientan en círculo, cierran los ojos, y silenciosamente van tomando nota de sus propios pensamientos y lo que sucede a su alrededor. En cada sesión se puede abordar un objetivo diferente: ver consciente, la atención en el oído, la respiración consciente, o heartfulness (o el envío de pensamientos buenos para los demás). El objetivo en la escuela era que el aprendizaje de estas técnicas pudiera ayudar a los jóvenes estudiantes a mejorar académicamente en la escuela y sentirse menos estresados.

También se puede practicar en casa. Los niños que aprenden esta técnica también pueden incorporarla en su vida diaria y modificar su comportamiento. Aprenden a hacer una pausa y responder a las situaciones en lugar de reaccionar. Cuenta una madre:

«Cuando mi hija empieza a agobiarse por algo, ella misma es capaz de detenerse, respirar, y cambiar su perspectiva para llegar a una reacción productiva menos emocional y más provechosa»

También ayudan a mejorar las habilidades de comunicación, ya que los niños aprenden a estar presentes para ellos mismos y para los demás.

Los beneficios de la práctica de la atención

Los beneficios de la atención plena son muchos. Diferentes científicos han confirmado sus efectos positivos sobre la salud mental y el bienestar.

La Fundación Hawn dice que en las escuelas donde se ha implementado, el 90% de los niños ha mejorado su capacidad de llevarse bien con otros niños Alrededor del 80% eran más optimistas y habían mejorado el concepto de sí mismos, el autorregulación y la autogestión, tres cuartas partes de los niños mejoraron su capacidad de planificación y organización, y la misma cantidad había tenido un mejor control de los impulsos y menos reactividad.

El mindfulness en la familia

Es posible introducir esta práctica en casa. Lo más conveniente es que los padres también la practiquen. Crear rutinas como tomar el sol unos minutos al día para cerrar los ojos y notar la propia respiración, los propios pensamientos, emociones y sensaciones del propio cuerpo, con un sentimiento de bondad y curiosidad, puede tener un gran impacto en toda la familia.

El propósito de la enseñanza de la «atención» en nuestros hijos es darles habilidades para desarrollar la conciencia de sus experiencias internas y externas, para reconocer sus pensamientos como «sólo pensamientos,» para entender cómo las emociones se manifiestan en sus cuerpos, para reconocer cuando su atención se ha desviado y proporcionar herramientas para el control de los impulsos. No es una panacea, y no se puede pensar que eliminará completamente lo que es el comportamiento normal del niño, con sus rabietas, llantos, gritos y discusiones habituales, pero sí puede ayudar.

Si desea iniciar la práctica de mindfulness en la familia lo más importante es que no lo fuerce. Si tus hijos no están interesados, dejar estar. Si, por el contrario, ellos muestran interés, te damos algunas sugerencias para empezar:

  1. Escuchar la campana. Una manera fácil para que los niños practiquen la atención plena es centrarse en prestar atención a lo que pueden sentir. Puede utilizar un cuenco, una campana, un conjunto de campanas o una aplicación de teléfono que tenga sonidos. Deja que tu hijo se concentre en el sonido hasta que ya no pueda sentir (que suele ser de 30 segundos a un minuto).
  2. La práctica de la respiración con un compañero. Para los niños pequeños, una instrucción como «prestar atención a la respiración» puede ser difícil de seguir. Una opción es que cada niño tome un animal de peluche, y después se estire con su peluche en el vientre. Centrará su atención en el ascenso y caída del animal de peluche a medida que inhala y exhala.
  3. Pasear. Dé un paseo a través de su barrio fijándoos en las cosas que no has visto antes. Destináis un minuto del paseo a estar completamente en silencio y simplemente prestar atención a todos los sonidos que podemos escuchar.
  4. Establecer una práctica de agradecimiento. La gratitud es un componente fundamental de la atención, enseñar a nuestros hijos a apreciar la abundancia en sus vidas, en lugar de centrarse en todos los juguetes y golosinas que ellos anhelan.
  5. Compruebe su informe del tiempo personal. Quedándose quietos como una rana, anímales a «invocar el informe meteorológico que mejor describe sus sentimientos en ese momento.» Soleado, lluvioso, tormentoso, tranquilo, con mucho viento, un tsunami? Esta actividad permite a los niños observar su estado actual sin necesidad de identificarse demasiado con sus emociones. No pueden cambiar el clima exterior, y no pueden cambiar sus emociones o sentimientos, pero pueden cambiar la forma como se relacionan con ellos. Los niños pueden reconocer: «No soy el aguacero, pero noto que está lloviendo. No soy un miedoso, pero me doy cuenta que a veces tengo esta gran sensación de miedo en algún lugar cerca del cuello.»
  6. La práctica consciente de comer. El ejercicio de comer conscientemente una pasa o un trozo de chocolate es un alimento básico de la educación de la atención, y es una gran actividad para los niños.

Estos son algunos ejemplos, pero por encima de todo, recuerde divertirse y hacerlo sencillo. Seguro que en el día a día encontrará muchas oportunidades para añadir a las prácticas de atención plena.

Fuente: http://faros.hsjdbcn.org/es/articulo/mindfulness-ninos-adolescentes-beneficios-meditacion

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Pequeños tiranos: Niños que dominan a sus padres

Por:

Solemos asociar la infancia con un estado de ingenuidad y sinceridad. Sin embargo, no siempre es así. El hecho de que los niños absorban la información del mundo como si fueran una esponja también significa que pueden aprender a mentir muy rápido y a manipular a los demás para obtener lo que desean.

En la mayoría de los casos no lo hacen de forma consciente, al menos no al inicio. Sin embargo, llega un punto en el que se dan cuenta de que ese comportamiento disruptivo les permite alcanzar ciertas cosas, por lo que este se vuelve cada vez más frecuente, hasta que se convierte en el patrón de comportamiento habitual.

Aún así, lo cierto es que se habla muy poco de los niños que dominan a sus padres, a pesar de que este problema ha cobrado fuerza en los últimos años, fundamentalmente debido a una educación extremadamente permisiva en la que los pequeños crecen sin reglas ni límites claros.

Los niños pueden asumir diferentes estilos para lograr ese control sobre los padres, es importante detectarlos a tiempo para ponerles freno antes de que se convierta en un problema mayor.

1. Acosador desafiante

¿Tu hijo siempre se opone a ti?
¿A menudo intenta ponerte una zancadilla?
¿A veces te asustan sus ataques de ira?
Estos niños muestran una actitud profundamente desafiante ante sus padres. Su principal herramienta es llevarles la contraria en todo. Si les dicen que pueden irse, dirán que prefieren quedarse, y si les pides que se queden, se irán.
Normalmente se trata de niños impulsivos, impacientes y desafiantes que pretenden vivir según sus propias reglas, obviando las normas de los adultos. De hecho, estos niños rechazan los intentos de los padres de ponerle coto a sus conductas disruptivas. Cuando la educación corre a cargo de un solo progenitor, normalmente la madre, estos niños pueden llegar a comportarse de forma muy agresiva, hasta que la situación llega a ser insostenible.
Estos pequeños también adoptan una actitud autosuficiente y, a primera vista, parecen tener una gran autoconfianza, aunque en realidad suele tratarse de una máscara para esconder su miedo e inseguridad. Aún así, disfrutan de llevar la contraria, de generar discusiones y no se muestran dispuestos a dar su brazo a torcer. Para ellos, tener la razón es más importante que respetar a los demás o llevarse bien con los otros.
Buenas y malas noticias
Ser desafiante no es necesariamente un rasgo problemático. Muchos artistas, inventores, diseñadores y pensadores tienen una vena desafiante. Estas personas se oponen a los convencionalismos y precisamente por eso logran desarrollar nuevas perspectivas y formas de pensar, utilizan ese rasgo como una fuerza creativa.
Los niños desafiantes tienen mucha energía que necesita ser enfocada y canalizada para que encuentre una salida positiva. De hecho, si los niños se muestran demasiado complacientes y dóciles, si siempre están de acuerdo con sus padres, significa que no han desarrollado ideas, opiniones y puntos de vista propios, lo cual no es positivo.
Sin embargo, no es menos cierto que encauzar esa energía desafiante suele ser difícil, sobre todo si no se ataja a tiempo ya que los hábitos instaurados son difíciles de romper. Por eso, en algunos casos esa actitud puede causar graves problemas en la familia.

¿Qué le sucede al niño desafiante?
En la base de esa actitud desafiante suele esconderse un niño que, por alguna razón, se siente poco reconocido o incluso infravalorado. Ese niño suele vivir con el temor de que los demás lo olviden, razón por la cual, busca la atención, aunque para ello tenga que recurrir a un comportamiento disruptivo.
Lo curioso es que a menudo los padres no se dan cuenta de lo vulnerable que son estos niños pues son maestros escondiendo sus inseguridades. Sin embargo, en última instancia, esta actitud desafiante es una forma de dependencia ya que, para sentirse completos, estos niños necesitan tener a una persona a quien desafiar. Estos niños solo se sienten fuertes cuando pueden luchar con alguien.
¿Qué ganan los niños desafiantes con esta actitud? El desafío es una barrera protectora contra la inseguridad que generan las relaciones interpersonales, les proporciona una identidad temporal con la que el niño se siente más seguro.

2. Acosador ansioso

¿Tu hijo siempre está nervioso?
¿Necesita que lo reconfortes y tranquilices continuamente?
¿Su discurso está lleno de angustia?
Los niños ansiosos son muy difíciles de manejar ya que lo mismo se aferran a sus padres en busca de apoyo que los rechazan. Por supuesto, es natural que los niños busquen en sus padres la validación de sus emociones, pero el niño ansioso va un paso más allá y llega a ser extremadamente agotador.
Los niños ansiosos no son capaces de calmarse, cuando se sienten amenazados o tienen miedo corren a sus padres en busca de protección. Sin embargo, una vez que ven satisfecha esa necesidad, rechazan esa relación. Ese ciclo de búsqueda/rechazo se repite constantemente, lo cual confunde a los padres.
En realidad, lo que sucede es que estos niños no quieren depender de sus padres, pero no son capaces de romper el cordón umbilical. Normalmente no son tan agresivos como los niños desafiantes, pero eso no significa que la relación sea menos intensa y agotadora desde el punto de vista emocional. En estos casos, los niños dominan a sus padres atándolos al rol de cuidadores eternos, pero les niegan el placer de sentirse retribuidos y amados plenamente.
Buenas y malas noticias
A diferencia de los niños desafiantes, que son extremadamente rebeldes, los niños ansiosos normalmente tienen demasiado miedo como para exponerse a situaciones peligrosas. De hecho, los padres a menudo tienen que motivarlos a salir de su habitación para que pasen tiempo con sus amigos.
Sin embargo, estos niños ansiosos tienen problemas para crecer y, si no se estimula la independencia y autonomía, seguirán siendo niños pequeños durante toda su vida, sufrirán el Síndrome de Peter Pan. El problema es que no están dispuestos a asumir riesgos y prefieren mantenerse en su zona de confort por lo que arrastran a sus padres a ella, limitando también su vida.
¿Qué le sucede al niño ansioso?
En algunos casos esa ansiedad puede ser un rasgo de su personalidad. De hecho, es probable que otras personas de su familia también padezcan ansiedad. Además, se debe tener en cuenta que la ansiedad y el miedo también se “contagian”, lo cual significa que puede ser un reflejo de uno de los padres.
En otros casos esa ansiedad puede estar causada por un evento traumático que el niño haya vivido, o puede deberse a inseguridades que en su momento no fueron debidamente abordadas y superadas. También puede ser el resultado de una educación sobreprotectora, que ha limitado las oportunidades del niño para poner a prueba su fuerza y destrezas, impidiéndole desarrollar la confianza necesaria.
En cualquier caso, eso no significa que el niño deba vivir con esa ansiedad y miedo durante toda su vida, estos problemas se solucionan dándole más responsabilidades y desarrollando su independencia y autonomía.

3. Acosador manipulador

¿Tu hijo miente a menudo?
¿Sabe cómo sacarle partido a tus miedos e inseguridades?
¿Te manipula diciendo que se hará daño o amenazándote con contar tus secretos?
Estos niños son muy buenos mentirosos, no dudan en falsear la verdad para evadir sus responsabilidades y lograr sus propósitos. Por otra parte, suelen tener una habilidad especial para descifrar las emociones de los demás y, obviamente, la utilizan a su favor.
Estos pequeños pueden inventar falsas enfermedades para no acudir al colegio y no dudan en usar el amor de los padres o su sentimiento de culpa si pueden sacar algún beneficio. Pueden recurrir a historias muy elaboradas que hacen leva en las emociones, y no dudarán en echar mano a la extorsión y el chantaje cuando las mentiras ya no funcionen.
Los niños manipuladores aprovechan las dudas y ansiedades de los padres para obtener lo que desean. Pueden recurrir a estrategias muy sutiles, como inspirar pena, pero también pueden mostrar su peor cara y llegar a la amenaza si ven peligrar sus planes.
Buenas y malas noticias
Los niños manipuladores tienen una capacidad especial para detectar las emociones de los demás, el problema es que la usan a su favor, sin tener en cuenta las necesidades y deseos de las personas. Sin embargo, bien encauzada, esta habilidad les permitiría desarrollar una gran Inteligencia Emocional, que es fundamental para tener éxito en la vida.
Sin embargo, los padres deben tener cuidado porque si no les ponen coto a tiempo a este tipo de comportamientos, quedarán en manos de sus hijos, les cederán el mando de la relación. Como resultado, estos pequeños pueden llegar a ser muy egocéntricos y demandantes, y nunca se darán por satisfechos.
 
¿Qué le sucede al niño manipulador?

Al contrario de la ansiedad, la manipulación es un comportamiento aprendido. Esto significa que quizá el niño ha aprendido a mentir, engañar y manipular de una persona cercana. En otros casos, el pequeño simplemente se ha percatado de que la manipulación funciona ya que los padres siempre ceden a sus demandas.

No obstante, en la base de estos comportamientos normalmente se encuentra un niño frágil que necesita reafirmarse. El niño manipulador no es más maduro, a pesar de la complejidad de las historias que crea y de cómo sabe halar los hilos de las emociones, sino todo lo contrario, es inmaduro porque es incapaz de asumir las consecuencias de sus acciones o de defender sus puntos de vista con argumentos razonables, por eso se ve obligado a usar la manipulación emocional.

¿La solución? Reglas claras y límites precisos

Un niño que recurre a estas estrategias, no es un niño feliz. Por eso, es importante que los padres sean conscientes de que las reglas y los límites no significan una restricción de la libertad infantil sino que son necesarias para que los niños sepan exactamente que se espera de ellos.

Las reglas y los límites se pueden entender como una especie de puntos cardinales que los niños utilizan para orientar su comportamiento. Cuando no hay normas o son muy laxas, aumentan las probabilidades de que los pequeños desarrollen conductas disruptivas y terminen creando problemas en la familia. La disciplina y el amor no son antónimos, se puede disciplinar con amor.

Fuente: http://www.rinconpsicologia.com/2016/09/pequenos-tiranos-ninos-que-acosan-sus.html

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La discapacidad intelectual y del desarrollo

Por: Bertrand Regader

La discapacidad intelectual y del desarrollo (DIyD) es la condición personal de discapacidad más frecuente en la población y entre el alumnado.

Concepto de discapacidad intelectual

La expresión “discapacidad intelectual y del desarrollo” fue adoptada en junio de 2006, después de haber sido votada por los miembros de la American Association on Intellectual and Development Disabilities (AIDD). Anteriormente era llamada American Association on Mental Retardation (AAMR).

Se han conocido al menos tres denominaciones de este colectivo: “deficiencia mental”, “retraso mental” y “discapacidad intelectual y del desarrollo”.

La AIDD ha modificado la denominación, la definición, el diagnóstico y la clasificación como consecuencia de los avances en las distintas disciplinas implicadas en este tema: medicina, psicología y educación.

Un término que evite la estigmatización

Se cambio el concepto anterior por este nuevo para que se minimizaran las etiquetas o los prejuicios sociales tales como: visiones centradas en el déficit, en el lento y desajustado funcionamiento mental, etc.

El nuevo nombre pretende aprovecharse de una nueva concepción del desarrollo que se nutre de las aportaciones de las teorías socioculturalecológica.

Permite una visión funcional del desarrollo, que remite que una persona puede disponer de distintos contextos y a lo largo del ciclo vital. A su vez, aporta el concepto de discapacidad que se nutre de las aportaciones de la Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la OMS, y que reconoce el origen social de las dificultades que experimenta la persona que sufre DIyD.

Por otro lado, también entiende la discapacidad intelectual como un trastorno del desarrollo que tiene mucho en común con otros problemas del desarrollo que pueden afectar a los niños.

Objetivos de esta monografía

En este artículo intentaremos proporcionar una visión actual de la discapacidad intelectual y del desarrollo basada en el paradigma de apoyos y en una concepción de esta discapacidad como una función de la interacción entre el funcionamiento independiente de la persona y los contextos en los que ésta vive, aprende, trabaja y disfruta; facilitar un marco general y algunos instrumentos para la evaluación del alumnado con DIyD; y ofrecer algunas respuestas para promover su desarrollo.

¿Qué entendemos por discapacidad intelectual y del desarrollo?

Primero de todo, vamos a definir la discapacidad intelectual y las categorías que la constituyen.

¿Qué es la discapacidad intelectual?

Existen cuatro aproximaciones en este campo:

  • Aproximación social: históricamente se definió a estas personas como personas deficientes o retrasadas mentales porque eran incapaces de adaptarse socialmente a su entorno. El énfasis en las dificultades intelectuales no llegó hasta más tarde y durante un tiempo lo que más preocupaba era la conducta social inapropiada.
  • Aproximación clínica: con el auge del modelo clínico se varió el objetivo de definición. Se pasó a centrarse en los síntomas y en las manifestaciones clínicas de los diversos síndromes. Se prestó más atención a los aspecto orgánicos y patológicos de la DI.
  • Aproximación intelectual: a partir del interés por la inteligencia como constructo y por los test de inteligencia, la aproximación a la DI sufre otro cambio. Supone un énfasis en la medida de la inteligencia de estas personas expresadas en términos de cociente intelectual. La consecuencia más importante fue la definición y clasificación de ls personas con DI basándose en las puntuaciones obtenidas en los test de inteligencia.
  • Aproximación intelectual y social: hasta 1959 no se reconoció la importancia de estos dos componentes en la concepción de la DI: el bajo funcionamiento intelectual y las dificultades en la conducta adaptativa, que se han mantenido hasta nuestros días.

Modelos teóricos y prácticos sobre la discapacidad intelectual

Modelos con los que se han conceptualizado las personas con discapacidad intelectual y que justificaron unas prácticas profesionales determinadas. Se distinguen tres grandes modelos:

Modelo benéfico-asistencial

A partir de finales del XIX y durante casi la mitad del XX, las personas con discapacidad eran apartadas de la sociedad y confiadas en grandes instituciones asilares benéficas. La atención que recibían era de tipo asistencial y obedecía a la concepción caritativa de la actuación pública. No pensaban que fuera como algo social o rehabilitador.

Modelo rehabilitador-terapéutico

Se extiende en España desde el final de la IIGM, en la década de los 70. Supone la adopción del modelo clínico en el diagnóstico y tratamiento de las personas con DI, y el predominio de la especialización. El modelo coincide con el auge de la aproximación clínica antes mencionada. El diagnóstico del DI se centra en el déficit del individuo y se les clasifica en categorías según su CI. Se considera que el problema está dentro del sujeto y se crean instituciones especializadas según la naturaleza del problema para atenderles.

Modelo educativo

Arranca en nuestro país en la década de los 80. Se caracteriza por la adopción del principio de normalización en todas las etapas de la vida de estas personas. Se empiezan a considerarlas con los mismos derechos que sus semejantes a la educación, a la sanidad, al trabajo y a una vida digna. La educación debe ser impartida a ser posible en los centros ordinarios, el diagnóstico debe priorizar las capacidades de estas personas y centrarse en los apoyos que van a necesitar para responder a las exigencias de los distintos entornos de vida.

Historia sobre la definición del concepto

La AAIDD ha cambiado hasta 10 veces la definición de DI. La última fue en 2002. Se trata de una definición que va más allá de la de 1992 pero mantiene algunas de sus excepciones clave: el hecho de que el retraso mental no se toma como un rasgo absoluto de la persona, sino como la expresión de la interacción entre la persona, con unas limitaciones intelectuales y adaptativas, y el ambiente; y el énfasis en los apoyos.

En la definición de 1992 desaparecen las categorías. Se rechazan explícitamente y se afirma que no se debe clasificar a las persona con retraso mental sobre las base de las categorías tradicionales, sino que hay que pensar en los apoyos que pueden necesitar para incrementar su participación social.

A pesar de esto, la definición de 1992 significaba una mejora importante para las personas con DI, pero no estuvo exenta de críticas:

  • La imprecisión a los efectos de diagnóstico: no permitía establecer claramente quién era o no una persona con retraso mental, quién era elegible para unos servicios determinados.
  • La falta de definiciones operacionales para la investigación.
  • El hecho de que no se consideren suficientemente los aspectos evolutivos de estas personas.
  • La imprecisión e imposibilidad de medir la intensidad del apoyo que estas personas requieren.

Por esto, la AAIDD propone una nueva definición construida a partir de la de 1992. Se crea un sistema de diagnosticar, clasificar y planificar apoyos para las personas con retraso mental.

La definición vigente

La nueva definición de retraso mental que propone AAMR es la siguiente:

“El retraso mental es una discapacidad que se caracteriza por limitaciones significativas tanto en el funcionamiento intelectual como en la conducta adaptativa expresada en las habilidades conceptuales, sociales y prácticas. Esta discapacidad se origina antes de los 18 años.”

  • «El retraso mental es una discapacidad»: una discapacidad es la expresión de limitaciones en el funcionamiento del individuo dentro de un contexto social que le suponen desventajas importantes.
  • «…que se caracteriza por limitaciones significativas tanto en el funcionamiento intelectual»: la inteligencia es una capacidad mental general que incluye el hecho de razonar, planificar, resolver problemas, el pensamiento abstracto, etc. La mejor manera de representarlas es por medio del cociente intelectual, que se sitúa dos desviaciones típicas por debajo de la media.
  • «…como en la conducta adaptativa expresada en las habilidades conceptuales, sociales y prácticas»: la conducta adaptativa es el conjunto de las habilidades conceptuales, sociales y prácticas que la gente aprende para funcionar en la vida diaria.las limitaciones en ésta afectan a la ejecución típica de ellas, aunque no imposibilitan una vida diaria.
  • «Esta capacidad se origina antes de los 18 años»: los 18 años se corresponden con la edad en que en nuestra sociedad los individuos asumen roles de adulto.

Con esta definición se vuelve a incidir en la base cognitiva del problema, pero a partir de un modelo que subraya la competencia social y práctica, que traducen el reconocimiento de la existencia de diversos tipos de inteligencia; un modelo que refleja el hecho de que la esencia del retraso mental está cerca de las dificultades para afrontar la vida diaria, y el hecho de que las limitaciones en la inteligencia social y práctica explican muchos de los problemas que tiene las personas con DI en comunidad y en el trabajo.

Amplia el concepto a otros grupos de población, en particular la generación olvidada: expresión que incluye a las personas con inteligencia límite.

Los aspectos que cambian con esta última definición son:

  • Incluye un criterio de dos desviaciones típicas para la medida de la inteligencia y la conducta adaptativa.
  • Incluye una nueva dimensión: participación, interacción y rol social.
  • Una nueva manera de conceptualizar y medir los apoyos.
  • Desarrolla y amplia el proceso de evaluación de tres pasos.
  • Se favorece una mayor relación entre el sistema de 2002 y otros sistemas de diagnóstico y clasificación como el DSM-IV, el ICD-10 y el ICF.

Al igual que en la de 1992, la definición incorpora las cinco asunciones siguientes:

  1. Las limitaciones en el funcionamiento actual se tienen que considerar dentro del contexto de los entornos comunitarios típicos de sus compañeros de la mis edad y cultura.
  2. Una valoración adecuada tiene que considerar la diversidad cultural y lingüística, y también las diferencias en los factores de comunicación, sensoriales, motrices y de conducta.
  3. Dentro de un mismo individuo, las limitaciones a menudo coexisten con fortalezas.
  4. Un objetivo importante a la hora de describir las limitaciones es desarrollar un perfil de los apoyos necesarios.
  5. Con apoyos personalizados apropiados durante un período sostenido de tiempo, la manera de vivir de las personas con retraso mental generalmente mejorará.

El retraso mental se entiende en el marco de un modelo multidimensional que proporciona una manera de describir a la persona por medio de cinco dimensiones que incluyen todos los aspectos del individuo y del mundo donde vive.

El modelo incluye tres elementos clave: la persona, el entorno en el que vive, y los apoyos.

 Estos elementos se representan en el marco de las cinco dimensiones que se proyectan en el funcionamiento diario de la persona a través de los apoyos. Los apoyos tienen un rol mediador en la vida de las personas con discapacidad intelectualI.

Se llega a un concepto más amplio de la DI que comporta entender que la explicación del comportamiento diario de las personas no se agota a partir del efecto de las cinco dimensiones, sino a partir de los apoyos que puedan recibir en sus entornos de vida.

Tendencias que han prevalecido en el campo de la DI

  • Una aproximación a la DI desde una perspectiva ecológica que se centra en la interacción entre la persona y su entorno.
  • La discapacidad se caracteriza por las limitaciones en el funcionamiento, más que por un rasgo permanente de la persona.
  • Se reconoce la multidimensionalidad de la DI.
  • La necesidad de vincular de una manera más firme la evaluación y la intervención.
  • El reconocimiento de que un diagnóstico certero de la DI a menudo requiere, junto con la información disponible de la evaluación, un juicio clínico acertado.

Características y causas de la discapacidad intelectual y del desarrollo

Se encuentran tres características importantes: limitaciones en el funcionamiento intelectual, limitaciones en la conducta adaptativa y necesidad de apoyos.

1. Limitaciones en el funcionamiento intelectual: la inteligencia se refiere a la capacidad del alumno para resolver problemas, prestar atención a la información relevante, pensamiento abstracto, recordar la información importante, generalizar los conocimientos de un escenario a otro, etc.

Generalmente se mide por medio de test estandarizados. Un alumno tiene DI cuando su puntuación se ubica dos desviaciones típicas por debajo de la media.

Las dificultades concretas que presentan las personas con DI

Suelen presentan dificultades en estas tres áreas:

a) Memoria: las personas con DI suelen mostrar limitaciones en su memoria, especialmente la que se conoce como MCP, que tiene que ver con su capacidad para recordar información que debe ser almacenada durante segundos o bien horas, como suele pasar en clase. Es más evidente en los aspectos cognitivos que en los emocionales. Se pueden emplear estrategias para mejorar la capacidad.

b) Generalización: se refiere a la capacidad de transferir conocimientos o comportamientos aprendidos en una situación a otra. (del colegio a casa, por ejemplo).

c) Motivación: la investigación revela que la falta de motivación está asociada a experiencias previas de fracaso. Las dificultades en superar con éxito determinados retos de la vida diaria en casa y en el centro les hace más vulnerables. Si se puede cambiar el signo de sus experiencias, mejorará también la motivación.

d) Limitaciones en la conducta adaptativa: las personas con DI suelen presentar limitaciones en la conducta adaptativa. La conducta adaptativa se refiere a la capacidad de responder a las demandas cambiantes del entorno; las personas aprenden a ajustar/autorregular el comportamiento a las distintas situaciones y contextos de vida según la edad, las expectativas, etc.

Para identificar las habilidades de un alumno en este campo, se suelen explorar las capacidades conceptuales, sociales y las prácticas a través de escalas construidas para ello. A partir de los resultados pueden diseñarse actividades educativas que deben integrarse en el currículo.

La autodeterminación es la expresión más central de las capacidades inherentes a la conducta adaptativa y que resulta de especial relevancia para las personas con DI. Su desarrollo se asocia a una percepción de mayor o menor calidad de vida.

Causas de la discapacidad intelectual

Respecto a las causas existen cuatro categorías:

  1. Biomédicas: factores relacionados con los procesos biológicos, como los trastornos genéticos o la desnutrición.
  2. Sociales: factores relaciones con la calidad de la interacción social y familiar, como la estimulación o la sensibilidad de los padres ante las necesidades del hijo o hija.
  3. Conductuales: factores que remiten a comportamiento que potencialmente pueden causar un trastorno, como accidentes o el consumo de determinadas sustancias.
  4. Educativas: factores que tienen que ver con el acceso a servicios educativos que proporcionen apoyos para promover el desarrollo cognitivo y las habilidades adaptativas.

Hay que tener en cuenta que estos factores pueden combinarse de distintas formas y proporciones.

Discapacidad intelectual y calidad de vida

Una de las cuatro características del paradigma emergente de la discapacidad es el bienestar persona que asocia estrechamente el concepto de calidad de vida.

El reconocimiento de los derechos que tienen las personas con DI lleva implícito el reconocimiento del derecho a una vida de calidad.

A lo largo del tiempo se ha aplicado el concepto de calidad de vida a las personas con DI. Esto implica el acceso a los servicios, la eficacia y la calidad de estos servicios que les permitan disfrutar de las mismas oportunidades que tienen los demás.

El acceso a una vida de calidad comporta reconocer el derecho a la diferencia y la necesidad de que los servicios que se ofrecen sean permeables a sus condiciones particulares.

Las personas con DI tienen unas características determinadas que generan unas necesidades específicas a lo largo de su desarrollo, estas necesidades dibujan el tipo de apoyo que requieren para acceder a los servicios que hagan posible unas condiciones de vida óptimas.

La calidad de vida se define como un concepto que refleja las condiciones de vida deseadas por una persona en relación con su vida en el hogar y en la comunidad; en el trabajo, y en relación con la salud y el bienestar.

La calidad de vida es un fenómeno subjetivo basado en la percepción que tiene una persona de un conjunto de aspectos relativos a su experiencia de vida.

El concepto de calidad de vida

De acuerdo con Schalock y Verdugo, el concepto de calidad de vida (CV) se está utilizando de tres formas distintas:

  • Como un concepto sensibilizador que nos sirve de referencia y de guía desde la perspectiva del individuo, indicándonos qué es importante para él.
  • Como un concepto unificador que provee un marco para conceptualizar, medir y aplicar el constructo de CV.
  • Como un constructo social que se convierte en un principio predominante para promover el bienestar de la persona.

Promoviendo el bienestar en personas con discapacidad intelectual

En el trabajo para promover el bienestar y la calidad de vida de las personas con DI se reconocer la importancia de ocho dimensiones centrales y de unos determinados indicadores:

  • Bienestar emocional: felicidad, concepto de uno mismo, etc.
  • Relaciones interpersonales: intimidad, familia, amistades, etc.
  • Bienestar material: pertenencias, seguridad, trabajo, etc.
  • Desarrollo personal: educación, habilidades, competencias, etc.
  • Bienestar físico: salud, nutrición, etc.
  • Autodeterminación: elecciones, control personal, etc.
  • Inclusión social: aceptación, participación en la comunidad, etc.
  • Derechos: privacidad, libertades, etc.

Servicios y recursos para personas con discapacidad intelectual

Los servicios y los recursos que se ofrecen a la personas con DI a lo largo del ciclo vital tienen que ir dirigidos a satisfacer sus necesidades con el fin de poder responder a las exigencias de los diversos contextos en los que éstas se desarrollan y posibilitar una vida de calidad.

Características que definen un entorno óptimo:

  • Presencia en la comunidad: compartir lugares ordinarios que definen la vida de la comunidad.
  • Elecciones: la experiencia de autonomía, tomar decisiones, autorregulación.
  • Competencia: la oportunidad de aprender y realizar actividades funcionales y significativas.
  • Respeto: la realidad de ser valorado en la comunidad.
  • Participación en la comunidad: la experiencia de formar parte de una red creciente de familiares y amigos.

Acerca de las personas con DI en el contexto educativo: «Alumnos con discapacidad intelectual: evaluación, seguimiento e inclusión»

Referencias bibliográficas:

  • Gilman, C.J., Morreau, L.E. ALSC; Currículum de destrezas adaptativas. Destrezas de la vida personal. Ediciones mensajero.
  • Gilman, C.J., Morreau, L.E. ALSC; Currículum de destrezas adaptativas. Destrezas de vida en el hogar. Ediciones mensajero.
  • Gilman, C.J., Morreau, L.E. ALSC; Currículum de destrezas adaptativas. Destrezas de vida en la comunidad. Ediciones mensajero.
  • Gilman, C.J., Morreau, L.E. ALSC; Currículum de destrezas adaptativas. Destrezas laborales. Ediciones mensajero.
  • FEAPS. Apoyo conductual positivo. Algunas herramientas para afrontar las conductas difíciles.
  • FEAPS. Planificación centrada en la persona. Experiencia de la fundación San Francisco de Borja para personas con discapacidad intelectual.

Fuente: https://psicologiaymente.net/desarrollo/discapacidad-intelectual-desarrollo

 

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Enséñales a los niños cómo pensar, no qué pensar

Por: Jennifer Delgado Suárez

Un maestro sufí tenía la costumbre de contar una parábola al terminar cada lección, pero los alumnos no siempre entendían el mensaje de la misma.
– Maestro – le dijo en tono desafiante uno de sus estudiantes un día -, siempre nos haces un cuento pero nunca nos explicas su significado más profundo.
 – Pido perdón por haber realizado esas acciones – se disculpó el maestro-, permíteme que para reparar mi error, te brinde mi rico durazno.
 – Gracias maestro.
 – Sin embargo, quisiera agradecerte como mereces. ¿Me permites pelarte el durazno?
 – Sí, muchas gracias – se sorprendió el alumno, halagado por el gentil ofrecimiento del maestro.
 – ¿Te gustaría que, ya que tengo el cuchillo en la mano, te lo corte en trozos para que te sea más cómodo?
 – Me encantaría, pero no quisiera abusar de su generosidad, maestro.
 – No es un abuso si yo te lo ofrezco. Sólo deseo complacerte en todo lo que buenamente pueda. Permíteme que también te lo mastique antes de dártelo.
 – ¡No maestro, no me gustaría que hicieras eso! – se quejó sorprendido y contrariado el discípulo.
 
El maestro hizo una pausa, sonrió y le dijo:
 – Si yo les explicara el sentido de cada uno de los cuentos a mis alumnos, sería como darles a comer fruta masticada.
Desgraciadamente, muchos maestros y padres piensan que es mejor darles a los niños las frutas perfectamente cortadas y masticadas. De hecho, la sociedad y las escuelas están estructuradas de tal forma que se enfocan más en la transmisión de conocimientos, de verdades más o menos absolutas, que en enseñarles a los niños a pensar por su cuenta y sacar sus propias conclusiones.
Los padres, educados en este esquema, también lo repiten en casa ya que todos tenemos la tendencia a reproducir con nuestros hijos las pautas educativas que utilizaron con nosotros, aunque no siempre somos conscientes de ello.
Sin embargo, enseñarle a un niño a creer a ciegas en supuestas verdades sin cuestionarlas, enseñarles lo que deben pensar implica arrebatarles una de sus capacidades más valiosas: la capacidad para autodeterminarse.

Educar no es crear sino ayudar a los niños a crearse a sí mismos

La autodeterminación es la garantía de que, elijamos lo que elijamos, seremos nosotros los protagonistas de nuestras vidas. Podremos equivocarnos. De hecho, es muy probable que lo hagamos, pero aprenderemos del error y seguiremos adelante, enriqueciendo nuestro kit de herramientas para la vida.
Desde el punto de vista cognitivo, no existe nada más desafiante que los problemas y los errores ya que estos no solo demandan esfuerzo sino también un proceso de cambio o adaptación. Cuando nos enfrentamos a un problema se ponen en marcha todos nuestros recursos cognitivos y, a menudo, esa solución implica una reorganización del esquema mental.
Por eso, si en vez de darles verdades absolutas a los niños les planteamos desafíos para que piensen, estaremos potenciando la capacidad para observar, reflexionar y tomar decisiones. Si enseñamos a los niños a aceptar sin pensar, esa información no será significativa, no producirá un cambio importante en su cerebro sino que simplemente se almacenará en algún lugar de su memoria, donde poco a poco se irá difuminando.
Al contrario, cuando pensamos para solucionar un problema o intentamos comprender en qué nos equivocamos se produce una reestructuración que da lugar al crecimiento. Cuando los niños se acostumbran a pensar, a cuestionar la realidad y a buscar soluciones por sí mismos, comienzan a confiar en sus capacidades y enfrentan la vida con mayor seguridad y menos miedos.
Los niños deben encontrar su propia manera de hacer las cosas, deben conferirle sentido a su mundo e ir formando su núcleo de valores.

¿Cómo lograrlo?

Una serie de experimentos desarrollados en la década de 1970 en la Universidad de Rochester nos brinda alguna pistas. Estos psicólogos trabajaron con diferentes grupos de personas y descubrieron que las recompensas pueden mejorar hasta cierto punto la motivación y la eficacia cuando se trata de tareas repetitivas y aburridas pero pueden llegar a ser contraproducentes cuando se trata de lidiar con problemas que demandan la reflexión y el pensamiento creativo.
Curiosamente, las personas que no recibían premios externos obtenían mejores resultados en la resolución de problemas complejos. De hecho, en algunos casos esas recompensas hacían que las personas buscaran atajos y asumieran comportamientos poco éticos ya que el objetivo dejaba de ser solucionar el problema, para convertirse en obtener la recompensa.
Estos resultados llevaron al psicólogo Edward L. Deci a postular su Teoría de la Autodeterminación, según la cual para motivar a las personas y a los niños a que den lo mejor de sí, no es necesario recurrir a recompensas externas sino tan solo brindar un entorno adecuado que cumpla con estos tres requisitos:
1. Sentir que tenemos cierto grado de competencia, de manera que la tarea no genere una frustración y una ansiedad exageradas.
2. Disfrutar de cierto grado de autonomía, de manera que podamos buscar nuevas soluciones e implementarlas, sintiendo que tenemos el control.
3. Mantener una interacción con los demás, para sentirnos apoyados y conectados.

Por último, os animo a disfrutar de este corto de Pixar, que se refiere precisamente a la importancia de dejar que los niños encuentren su propio camino y no darles respuestas y soluciones predeterminadas.

Fuente: http://www.rinconpsicologia.com/2016/12/ensenales-los-ninos-como-pensar-no-que.html
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¿Cómo mejorar el modelo de intervención del autismo?

Por: Daniel Comin

 

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La teoría del desarrollo del lenguaje de Noam Chomsky

Por: Bertrand Regader

Noam Chomsky (Filadelfia, Estados Unidos, 1928) es uno de los pensadores más reconocidos en la actualidad. Su obra es extensa y multifacética: ha desarrollado teorías, estudios y conocimientos profundos tanto en el ámbito de la lingüística, la psicología del desarrollo, la filosofía y el análisis político.

En el artículo de hoy vamos a resumir los aportes de Chomsky en la psicología del lenguaje. El popular intelectual estadounidense ha sembrado los cimientos de las líneas de investigación actuales en materia de ciencia cognitiva.

El desarrollo del lenguaje: ¿programados para el habla?

Según las investigaciones de Noam Chomsky, los niños nacen con una capacidad innata para el habla. Son capaces de aprender y asimilar estructuras comunicativas y lingüísticas. Gracias a la Teoría de la Gramática Universal, Chomsky propuso un nuevo paradigma en el desarrollo del lenguaje. Según sus postulados, todos los idiomas que usamos los seres humanos tienen unas características comunes en su propia estructura.

A partir de esta evidencia, el profesor Chomsky deduce que la adquisición del lenguaje durante la infancia puede ocurrir gracias a la capacidad que tenemos los seres humanos de reconocer y asimilar la estructura básica del lenguaje, estructura que constituye la raíz esencial de cualquier idioma.

La Gramática Universal

La teoría del desarrollo del lenguaje durante la infancia que enunció Noam Chomsky se fundamenta en un polémico precepto: “El lenguaje humano es el producto de descrifrar un programa determinado por nuestros genes”. Esta postura choca diametralmente con las teorías ambientalistas del desarrollo, que enfatizan el papel de la influencia del entorno sobre el individuo y la capacidad de este para ir adaptándose a los diferentes contextos que le tocan vivir.

Además, Chomsky afirma que los niños poseen la habilidad innata para la comprensión de la gramática del lenguaje, habilidad que van desarrollando a través de sus experiencias y aprendizajes. independientemente de su contexto familiar o cultural. Para designar este artefacto innato para comprender la gramática, Chomsky usa el término de “Gramática Universal”, común en todos los sistemas de lenguaje conocidos hasta la fecha.

Plasticidad para adquirir el lenguaje

Es bien sabido que, durante la infancia, existe un período “crítico” durante los cuales nos es más fácil aprender el lenguaje. Este período de mayor plasticidad cerebral durante el cual somos una esponja para los idiomas va desde el nacimiento hasta la pre-adolescencia.

Chomsky, a través de su revisión del trabajo del lingüista y neurólogo alemán Eric Lenneberg, pone el acento en que los niños pasan por una etapa de lo que él denomina “alerta lingüística”. Durante este período clave, la comprensión y capacidad de aprendizaje de nuevos lenguajes es mayor respecto a otras etapas vitales. En palabras del propio Chomsky, “Todos pasamos por un período madurativo específico en que, gracias a los estímulos externos adecuados, nuestra capacidad para hablar un idioma se desarrollará rápidamente”.

Por tanto, los niños a los que se les enseña varios idiomas durante su infancia y pre-adolescencia, seguramente serán capaces de adquirir correctamente las bases de estos lenguajes. Esto no sucede con personas adultas, puesto que su plasticidad, su capacidad de adquisición de lenguajes ya no se encuentra en tan buena forma.

 ¿Cómo se produce la adquisición del lenguaje?

Según la teoría de Noam Chomsky, el proceso de adquisición del lenguaje solo se produce si el niño deduce las normas implícitas del lenguaje, como por ejemplo las nociones de estructura sintáctica o gramática.

Para que seamos capaces de desarrollar y aprender lenguaje durante la niñez, Chomsky argumentó que todos poseemos un “dispositivo de adquisición del lenguaje” en nuestro cerebro. La hipótesis de la existencia de este dispositivo nos habilitaría a aprender las normas y recurrencias que constituyen el lenguaje. A lo largo de los años, Noam Chomsky fue revisando su teoría e incluyó el análisis de varios principios rectores del lenguaje, en relación con la adquisición del mismo durante la infancia.

Estos principios, como la existencia de gramática y varias reglas sintácticas, son comunes a todos los lenguajes. En cambio, existen otros elementos que varían dependiendo del idioma que estudiemos.

El proceso de aprendizaje y la evolución del lenguaje

Tal como explica Chomsky, el lenguaje humano nos permite expresar infinidad de ideas, informaciones y emociones. En consecuencia, el lenguaje es una construcción social que no para de evolucionar. La sociedad va marcando las pautas sobre las normas y usos comunes del lenguaje, tanto en su versión oral como en la escrita.

De hecho, es muy común que los niños empleen el lenguaje de forma muy particular: mezclando conceptos, inventando palabras, deformando otras, construyendo las frases a su manera… Poco a poco, su cerebro va asimilando las reglas y recurrencias del idioma, cometiendo cada vez menos errores y usando con propiedad el amplio abanico de artefactos que les brinda el lenguaje.

Críticas y polémicas en torno a la teoría de Chomsky

La teoría de la Gramática Universal que formuló Noam Chomsky no cuenta con unanimidad dentro de la comunidad científica y académica. De hecho, es una idea que, aunque tuvo un fuerte impacto en el estudio de la adquisición del lenguaje, se considera superada, y el propio Chomsky ha cambiado de postura en este aspecto. Las corrientes críticas arguyen que, con lka idea de la Gramática Universal, Chomsky cometió un error en sus postulados: la sobregeneralización.

Los sectores que más han puesto en duda la teoría de Chomsky rechazan el postulado del dispositivo de adquisición del lenguaje porque, argumentan, no cuenta con ningún tipo de sustento empírico. Otros académicos han criticado la teoría del lingüista estadounidense por su excesivo innatismo, y por tanto por no recoger suficientemente los factores ambientales en la adquisición del lenguaje.

Estas críticas han hecho que, a lo largo de los años, Chomsky revisara y modificara algunos aspectos de sus postulados, a la vez que iba agregando nuevas evidencias y aspectos complementarios a este cuerpo de conocimientos.

Fuente: https://psicologiaymente.net/desarrollo/teoria-desarrollo-lenguaje-noam-chomsky

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Los niños necesitan ser felices, no ser los mejores

Por: Jennifer Delgado Suárez

Vivimos en una sociedad altamente competitiva en la que parece que nada es suficiente y tenemos la sensación de que si no nos ponemos las pilas, nos quedaremos rápidamente atrás, siendo barridos por los nuevos adelantos.
Por eso, no es extraño que en las últimas décadas muchos padres hayan asumido un modelo de educación sustentado en la hiperpaternidad. Se trata de padres que desean que sus hijos estén preparados para la vida, pero no en el sentido más amplio del término sino en el más restringido: quieren que sus hijos tengan los conocimientos y las habilidades necesarias para hacerse de una buena profesión, obtener un buen trabajo y ganar lo suficiente.
Estos padres se han planteado una meta: quieren que sus hijos sean los mejores. Para lograrlo, no dudan en apuntarles en disímiles actividades extraescolares, allanarles el camino hasta límites inverosímiles y, por supuesto, empujarles al éxito a cualquier costo. Y lo peor de todo es que creen que lo hacen «por su bien».
El principal problema de este modelo educativo es que añade una presión innecesaria sobre los pequeños, una presión que termina arrebatándoles su infancia y crea a adultos emocionalmente rotos.

Los peligros de empujar a los niños al éxito

Bajo presión, la mayoría de los niños son obedientes y pueden llegar a alcanzar los resultados que sus padres les piden pero, a la larga, de esta forma solo se consigue limitar su pensamiento autónomo y las habilidades que le pueden conducir al éxito real. Si no le damos espacio y libertad para encontrar su propio camino porque le colmamos de expectativas, el niño no podrá tomar sus propias decisiones, experimentar y desarrollar su identidad.
Por eso, pretender que los niños sean los mejores encierra graves peligros:
– Genera una presión innecesaria que les arrebata su infancia. La infancia es un periodo de aprendizaje, pero también de alegría y diversión. Los niños deben aprender de manera divertida, deben equivocarse, perder el tiempo, dejar volar su imaginación y pasar tiempo con otros niños. Esperar que los niños sean “los mejores” en determinado campo, poniendo sobre ellos expectativas demasiado elevadas, solo hará que sus frágiles rodillas se dobleguen ante el peso de una presión que no necesitan. Esta forma de educar termina arrebatándoles su infancia.
– Provoca una pérdida de la motivación intrínseca y el placer. Cuando los padres se centran más en los resultados que en el esfuerzo, el niño perderá la motivación intrínseca porque comprenderá que cuenta más el resultado que el camino que ha seguido. Por tanto, aumentan las probabilidades de que cometa fraude en el colegio, por ejemplo, ya que no es tan importante lo que aprenda como la nota que consiga. De la misma manera, al centrarse en los resultados, pierde el interés por el camino, y deja de disfrutarlo.
 
– Planta la semilla del miedo al fracaso. El miedo al fracaso es una de las sensaciones más limitantes que podemos experimentar. Y esta sensación está íntimamente vinculada con la concepción que tengamos sobre el éxito. Por tanto, empujar a los niños desde temprano al éxito a menudo solo sirve para plantar en ellos la semilla del miedo al fracaso. Como consecuencia, es probable que estos pequeños no se conviertan en adultos independientes y emprendedores, como quieren sus padres, sino que sean personas que apuesten por lo seguro y acepten la mediocridad solo porque tienen miedo a fracasar.
– Genera una pérdida de autoestima. Muchas de las personas más exitosas, profesionalmente hablando, no son seguras de sí. De hecho, muchas supermodelos, por ejemplo, han confesado que creen que son feas o están gordas, cuando en realidad son iconos de belleza. Esto sucede porque el nivel de perfeccionismo al que siempre han estado sometidas les hace creer que nunca será suficiente y que basta el más mínimo error para que los demás las desprecien. Los niños que crecen con esta idea se convierten en adultos inseguros, con una baja autoestima, que creen que no son lo suficientemente buenos como para ser amados. Como resultado, viven pendientes de las opiniones de los demás.

¿Qué debe saber realmente un niño?

Los niños no necesitan ser los mejores, solo necesitan ser felices. Por eso, solo debes cerciorarte de que tu hijo sepa:
– Que es amado, de forma incondicional y en todo momento, sin importar los errores que cometa.
– Que está a salvo, que le protegerás y apoyarás siempre que puedas.
– Que puede hacer el tonto, perder el tiempo fantaseando y jugar con sus amigos.
– Que puede elegir lo que más le gusta y dedicarse a esa pasión, sin importar de qué se trate. Que puede pasar su tiempo libre haciendo collares de flores o pintando gatos con seis patas si es lo que le apetece, en vez de practicar la fonética o el cálculo.
– Que es una persona especial y maravillosa, al igual que muchas otras personas en el mundo.
– Que merece respeto y que debe respetar los derechos de los demás.

¿Y qué no deben olvidar los padres?

También es fundamental que los padres sepan:

– Que cada niño aprende a su propio ritmo, y que no deben confundir la estimulación que desarrolla con la presión que agobia.
– Que el factor que más influye en el rendimiento académico infantil es que los padres les lean a sus hijos, que les dediquen un rato cada noche para cultivar juntos esa pasión por la lectura, no las escuelas carísimas o los juguetes hípertecnologicos.
– Que el niño que mejores calificaciones saca casi nunca es el pequeño más feliz porque la felicidad no se mide en esos términos.
– Que los niños no necesitan más juguetes sino una vida más sencilla y despreocupada, así como más tiempo con los padres.
– Que los niños merecen la libertad para explorar todo y decidir por ellos mismos que les gusta y les hace felices.
Fuente: http://www.rinconpsicologia.com/2016/04/los-ninos-necesitan-ser-felices-no-ser.html
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