Por: Sebastián Cortés.
Moisés Wasserman, académico, bioquímico e investigador, tiene claros los desafíos que enfrenta la educación en Colombia.
En entrevista con Guía Académica, de EL TIEMPO Casa Editorial, el gurú de la educación colombiana, habló sobre la brecha que existe entre lo público y lo privado, el futuro de las universidades y las redes sociales, entre otros temas.
¿Qué está pasando con la educación en Colombia?
Hay algo positivo y es que la cobertura ha crecido sustancialmente. En básica es total, en media se acerca a eso y en superior llega a ser un poco más del 50%. El lunar es la preescolar, que no llega al 20% y la psicología moderna coincide en que es crucial para el desarrollo posterior. La superior es de 50%, pero en los países de la Ocde supera al 80%. Es decir la situación ha mejorado, no obstante, falta camino.
En la educación superior hay una gran heterogeneidad en la calidad. Ninguna de nuestras instituciones está entre las mejores 500 del ranking de Shanghái, pero sí hay varias públicas y privadas entre las mejores de la región. Sin embargo, la heterogeneidad nuevamente está en contravía de la equidad. Estudiantes con recursos acceden a buena educación privada, los muy capaces a buena educación pública, pero una buena capa de jóvenes se ve ‘a gatas’ para lograr su objetivo: muchos deben asumir deudas onerosas y que les reducen sus posibilidades posteriores de acceder a posgrados y a construir una vida familiar tranquila.
Lo más grave, en todos los niveles, es la inmensa diferencia en calidad y en facilidades de acceso a la educación entre las regiones urbanas y las rurales, empeorando en la medida en que la región rural esté más alejada de los centros urbanos. Hay problemas de acceso, de maestros y de infraestructura. Todos desfavorecen a los estudiantes rurales.
¿Usamos la metodología de enseñanza adecuada en colegios y universidades?
Hay muchas formas de hacer las cosas bien, y de hacerlas mal. Seguramente hay docenas de metodologías y doctrinas pedagógicas aplicándose en el mundo y no es sencillo decidir cuál es mejor, sobre todo porque los efectos se perciben tardíamente.
Yo diría, sin embargo, que no estamos en la frontera del cambio y de la innovación educativa. Hay colegios y universidades que, como decía antes, son comparables con los mejores de la región, pero tenemos también en esto una gran heterogeneidad, y hay algunos realmente alejados de las tendencias dominantes en el mundo.
¿Cree que las universidades desaparecerán algún día?
Creo que cambiarán, como han venido cambiando de acuerdo con los nuevos retos que se les han presentado en los mil años de su existencia. Lo que pasa es que ahora el cambio es cada vez más rápido. Hay que adaptarse a esta situación y eso significa que hay que cambiar muy rápidamente. Las nuevas tecnologías son a la vez una oportunidad y un reto. Quién sabe si algún día el cambio llegue incluso a que desaparezca la institución formal. De todas formas será reemplazada por otra institución que asuma tareas como laboratorios, talleres prácticos, estudios de campo, y muchos más que no se pueden hacer a distancia ni virtual, ni solitariamente.
¿Qué opinión tiene acerca de la educación virtual?
Creo que es una tecnología muy útil, pero, al menos en el futuro cercano, no reemplaza a la universidad y al maestro. Estudios que han medido su impacto llegan a la conclusión de que de todas formas quien determina la calidad de la enseñanza es el maestro. Quienes piensan que esa tecnología hará mucho más barata a la educación están equivocados, posiblemente la encarecerá. Sí es posible que la haga más cercana a quienes tienen problemas de acceso por vivir en lugares alejados de los centros urbanos.
¿La educación en Colombia debería enfocarse en el emprendimiento, en formar mejores seres humanos o en graduar excelentes profesionales para que se vinculen rápido al mercado laboral?
Sin lugar a dudas debe enfocarse en la formación. Mejores personas incluye también seres humanos con una mejor instrucción, que saben más, que conocen el mundo en el que viven y que lo entienden mejor. En la formación, incluyo la artística, la científica, la matemática, la literaria, la filosófica y, por supuesto, también la moral.
Lo que seguro nos espera en el futuro cercano es una obsolescencia acelerada tanto de los trabajos como de las profesiones. Por tanto una persona bien formada se podrá defender porque tendrá las capacidades para autoeducarse. Una persona formada en un oficio podrá quedar desamparada cuando este desaparezca.
¿Las redes sociales están volviendo más inteligentes o más ignorantes a las nuevas generaciones?
Las redes sociales tienen aspectos positivos y otros que lo son menos. Por un lado tienen una extraordinaria capacidad para informar muy rápidamente sobre lo que pasa. Generan también un potencial democrático en el que la gente puede decir su opinión y ser escuchada aunque no tenga el privilegio de tener acceso a medios, ser político, o comunicador. Pero tiene peligros y son que así como se informa con gran rapidez puede desinformarse igualmente rápido. La formación del futuro tendrá que incluir la del buen criterio para distinguir lo bueno de lo espurio.
¿Cuál es el cambio más urgente que requiere la educación colombiana?
Crecimiento en cobertura donde es aún insuficiente (muy seriamente en preescolar y en superior) y crecimiento de calidad de forma que sea más armónico entre público y privado, entre instituciones de alta calidad y las de menor calidad, y entre urbano y rural. Si la oferta de lo público no es tan buena, o más, que la de lo privado, la educación perpetuará la inequidad en lugar de resolverla.
Fuente de la entrevista: https://www.eltiempo.com/vida/educacion/entrevista-con-moises-wasserman-sobre-la-educacion-en-colombia-375448