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Entrevista a Marco Antonio Ávila, ministro de Educación de Chile: “Los rankings estresan al sistema educativo”

Por Gustavo Veiga

Marco Antonio Ávila es un profesor de castellano que conduce el Ministerio de Educación chileno desde el 11 de marzo pasado. En su lenguaje se detecta al docente que hay en él. Tiene una larga trayectoria pedagógica que lo respalda pese a su juventud. Con 44 años, nació en la primera etapa de la dictadura de Augusto Pinochet, obtuvo un Magíster en Innovación y Educación y se desempeñó en aulas de escuelas con serios problemas de vulnerabilidad. Pasó por Buenos Aires para asistir a la III Reunión de ministros de su área en la CELAC. De una entrevista que le concedió a PáginaI12 en el hotel donde estuvo alojado, se desprende el rumbo educativo que le dará a su cartera.

– ¿Cuál era el estado de la educación pública en su país cuando llegaron al gobierno con el presidente Gabriel Boric?

– Quisiera señalar que la educación pública en Chile es alrededor del 35 por ciento y el resto una educación particular subvencionada, financiada por el Estado también. El escenario con que nos encontramos hoy es bastante similar en todo el sistema por la cantidad de tiempo que los alumnos estuvieron afuera de las aulas a propósito del confinamiento por la Covid. Los profesores volvieron muy agotados, con mucho cansancio y probablemente porque en los dos años anteriores trabajaron intensamente de forma telemática. Eso hizo que repensáramos las formas en que se hace pedagogía a través de la pantalla y yo diría que además – y en eso hay una responsabilidad del gobierno anterior – porque no se preparó el aterrizaje de estos estudiantes y no se pensó un ingreso gradual, un número de horas acotado como se hace con el jardín de infantes, con la orientación de trabajar cuestiones de carácter socio-emocional o preguntarles a los chicos cómo habían vuelto, que les pasó en su experiencia durante la pandemia, si perdieron un familiar, elementos que no fueron considerados. Las clases volvieron el 2 de marzo y nosotros asumimos el gobierno el 11. Por lo tanto era muy difícil poder revertir cualquier medida.

– Por ejemplo, ¿cuál?

– Nos encontramos con un sistema que está de alguna manera altamente estresado. Y el segundo componente importante y que no es solo responsabilidad del gobierno anterior, sino una cuestión histórica: el deterioro de la infraestructura escolar en Chile. Que debe haberse agudizado por la falta de mantenimiento de los colegios durante estos dos años. Eso en algunos estudiantes es una causal de reivindicación y molestia, de paralización.

– ¿Y su gobierno qué empezó a hacer para revertir lo que describió?

– Nosotros creemos que hoy se deben entregar apoyos al sistema educativo. Hemos hecho una asignación de recursos para reparar infraestructura en cuestiones menores de habitabilidad. Diseñamos una política de apoyo a los profesoras y profesoras para trabajar temas de carácter socio-emocional y algunas herramientas para la recuperación de la lectoescritura, especialmente en niveles de la educación básica o primaria.

-¿Se apunta a modificar esa matriz de mayor oferta educativa que pasa por el sector privado y no por el público?

– Chile tiene una larga tradición mixta en donde probablemente algunas de las situaciones de privilegio podrían haberse dado antes de la ley de Inclusión, que es una ley muy importante de la presidenta Bachelet en su segundo gobierno. Eso cambió radicalmente, por lo tanto toda esta provisión que recibe recursos del Estado tiene prohibición de discriminar o de hacer procesos selectivos. Hoy día, ese 35 por ciento esperamos que siga creciendo y en ningún caso pensando en el deterioro de la educación privada, sino convirtiéndola en una oferta atractiva, valorada por las familias y que nos permita ir incorporándola por todo el país.

– ¿Hacia dónde va conceptualmente en materia educativa este gobierno que apenas lleva tres meses?

– Es parte central del programa del presidente Boric y de las tareas que a mí me tocan, impulsar el desarrollo de la educación pública y eso tiene un proceso de traspaso. La dictadura lo que hizo fue retirarle la educación al estado nacional y colocarla en los municipios que son gobiernos locales. Y lo que se está haciendo con la educación actual es sacársela a los municipios. Un ejercicio gradual porque hoy solo tenemos once servicios locales que es un modelo que se usa en muchos lugares, el de los distritos escolares, muy parecido a lo que hay en Canadá y otros países. Hoy tenemos solo 11 distritos escolares y de acá a 2027 vamos a instalar 70 distritos escolares.

– Usted mencionó en alguna entrevista que hay mucha presión sobre el sistema educativo y que había que descomprimirlo. ¿A qué se refería?

– El sistema educativo chileno tiene muchas cosas positivas que nosotros valoramos enormemente pero una de las más negativas y que está relacionada con un tipo de paradigma específico, se transformó en un sistema, como una cultura de la auditoría… digamos. Se está permanentemente demandando a la escuela y por ende al docente, y eso está muy en la línea de los enfoques de efectividad escolar que hay muchas veces en Estados Unidos donde existen mediciones estandarizadas, categorización de escuelas…

– ¿Qué sería una medición estandarizada, para que se entienda?

– La medición estandarizada para nosotros se llama SIMCE, el Sistema de Medición de la Calidad de la Educación. Esto provoca un frenesí por sacar buenos resultados porque permite después una categorización. Durante muchos años la prensa hacia rankings y cuando se publicaba esto en el diario de la tarde, salían los mejores y los peores colegios. Las escuelas públicas tenían peores resultados porque no seleccionan y atienden a toda la población, las escuelas subvencionadas muchas veces mejores resultados porque no solo cobraban y además tienen la posibilidad de seleccionar y obviamente las escuelas privadas los resultados superiores. Se daban rendiciones que estresaban al sistema educativo, se estrechaba el currículum donde parece que no hay arte, música ni deporte y solo hay lenguaje y matemática. Después de tres mediciones la escuela puede ser cerrada y eso claramente es muy extraño. Y no puede derivar en que el Estado cierre las escuelas, sino todo lo contrario.

-¿Cómo van a lograr ir hacia la aprobación de una ESI que su país hoy no tiene?

– Chile no tiene una educación sexual integral, lo que tiene es una política de afectividad sexual y género que es antigua y que lo que hizo fue orientar en términos muy generales qué es lo que pueden hacer los establecimientos.

– Hay un tema complejo en Chile que es la situación de los pueblos originarios. ¿Cómo es el acceso a la educación de ese sector de la sociedad?

– Chile tiene una importante tradición de valoración, al menos en el tema educativo, de los pueblos. Siempre ha existido. Y eso se ha ido formalizando en los últimos veinte años, y ha permitido que hoy tengamos diez pueblos reconocidos con toda su cultura. Nosotros en el sistema educativo hemos incorporado educadores tradicionales que tienen una validación desde el Estado para poder impartir clases de lengua y cultura en cada una de esas comunidades.

– El presidente Boric, la ministra Camila Vallejo y usted son emergentes de las luchas estudiantiles y ahora llegaron al gobierno. ¿Qué mensaje tiene para las generaciones que hoy ocupan su lugar en las movilizaciones?

– Nosotros como universitarios teníamos ya molestias de cómo se estaba llevando adelante la vuelta a la democracia y el poco cambio al modelo. Valoro muchísimo lo que hicimos pero creo que se podría haber hecho muchísimo más y desinstalar algunos cimientos del modelo instalado por la dictadura. Hasta que apareció este grupo de jóvenes en 2011, más jóvenes que nosotros y que nos devolvieron la esperanza. Por eso, yo siendo miembro de uno de los partidos del Frente Amplio, Revolución Democrática, creo que la principal enseñanza y el liderazgo del presidente Boric es la capacidad de entender que los momentos de la historia son únicos y que hay que disputar el poder y ganar la capacidad de influir en la vida de las personas. No ganábamos nada si nos quedábamos en la reivindicación callejera y en las marchas, porque debíamos organizarnos, constituir partidos, disputar el poder local para precisamente llegar a disputar el gobierno en algún momento y eso fue lo que hicimos. Por eso hoy la responsabilidad que tenemos es muy grande.

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Colombia: Revelan ranking de las mejores universidades del mundo (también hay colombianas)

América del Sur/Colombia/06-09-2020/Autor(a) y Fuente: www.publimetro.co

Las nueve universidades colombianas que ocupan lugares de prestigio ante el mundo.

Una de las firmas más prestigiosas del mundo Times Higher Education (THE) , reveló el ranking de las mejores universidades del mundo.

El estudio mide cómo las universidades tienen docencia, investigación, citaciones, proyección internacional , que incluye estudiantes y docentes extranjeros, así como alianzas en el exterior.

Las universidades evaluadas fueron 1527, entre las que están nueve instituciones colombianas.

El top 10 de las mejores universidades del mundo según THE son:

1. Oxford (Reino Unido)
2. Stanford (EE.UU.)
3. Harvard (EE.UU.)
4. California Institute of Technology (EE.UU.)
5. MIT (EE.UU.)
6. Cambridge (Reino Unido)
7. Universidad de California, Berkeley (EE.UU.)
8. Yale (EE.UU.)
9. Princeton (EE.UU.)
10. Chicago (EE.UU.)

En el caso de  nuestro país, las nueve universidades que aparecen son:

  1. U. Javeriana
  2. U. de los Andes
  3. U. de Antioquia
  4. U. Del Rosario
  5. Universidad Industrial de Santander
  6. U. Nacional
  7. U. del Norte
  8. U. Pontificia Bolivariana
  9. U. de La Sabana

La Universidad Javeriana ahora ocupa el primer lugar  y movió a la Universidad de los Andes al segundo lugar.

Estas son las únicas dos instituciones que están entre las primeras 1000 instituciones.

En el ranking en general, resaltan las universidades chinas que suben en el ranking y entran a dura competencia.

Fuente e Imagen: https://www.publimetro.co/co/noticias/2020/09/03/revelan-ranking-las-mejores-universidades-del-mundo-tambien-colombianas.html

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Los libros más leídos de CLACSO en acceso abierto

Por: CLACSO. 

 

La política de CLACSO de publicar libros y que los mismos estén en acceso abierto, tiene una gran repercusión. Son más de 1.300 las obras sobre diversas problemáticas de las ciencias sociales y las humanidades que están disponibles en nuestra web.

Para conocimiento de todos, mes a mes publicamos el Ranking de las 10 mayores descargas de los libros de CLACSO.

Esta segunda entrega abarca los 4 últimos meses: de febrero a mayo 2020.


1. David Harvey. Razones para ser anticapitalistas

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2. Boaventura de Sousa Santos. La cruel pedagogía del virus

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3. Franklin Ramírez Gallegos (ed.). Octubre y el derecho a la resistencia. Revuelta popular y neoliberalismo autoritario en Ecuador

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4. Gabriela Merlinsky (comp.). Cartografías del conflicto ambiental en Argentina III

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5.Carlos Pástor, Liisa North, Blanca Rubio y Alberto Acosta (eds.). Concentración económica y poder político en América Latina

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6. Walter Omar Kohan. Paulo Freire más que nunca. Una biografía filosófica

Página 1 / 248

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7. Jesús González Pazos. Medios de comunicación. ¿Al servicio de quién?

Página 1 / 143

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8. Esteban Torres (ed.). Hacia la renovación de la teoría social latinoamericana

Página 1 / 304

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9. Jairo Estrada Álvarez, Carolina Jiménez Martín y José Francisco Puello-Socarrás (eds.). Contra Nuestra América. Estrategias de la derecha en el siglo XXI

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10. Julio César Neffa y Enrique de la Garza Toledo (coords.). Trabajo y crisis de los modelos productivos en América Latina

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Fuente de la reseña: https://www.clacso.org/los-libros-mas-leidos-de-clacso-en-acceso-abierto-2/

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China arrasa en un ranking mundial sobre educación

Asia/ China/ 03.12.2019/ Fuente: elintranews.com.

 

La OCDE difundió el «informe PISA», en el que se destacaron los países asiáticos y Chile y Uruguay en Latinoamérica.

China y otros países asiáticos arrasaron en un ranking global sobre educación, manteniendo los buenos resultados que muestran desde los últimos años. Se trata del “Informe PISA”, que cada trienio la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) publica respecto a la calidad educativa en ciencias, matemáticas y comprensión lectora.

Los resultados de 2018, difundidos recién este 3 de diciembre, dejaron a cuatro ciudades de China (Beijing, Shanghai, Jiangsu y Zhejiang) como las mejor colocadas en el ranking global. La suma de ellas permite que el país chino arrase en los tres ítems evaluados. Luego, se posiciona Singapur, otra ciudad china como Macao, y el territorio de Hong Kong.

El primer país que aparece en el informe y no está ubicado en la zona de Asia oriental es Estonia. Luego están Canadá, Finlandia e Irlanda y posteriormente el ordenamiento vuelve a Asia con Corea del Sur. Estados Unidos, por su parte, es el 13º , aunque tiene una falencia en matemáticas respecto a las ciencias y la comprensión lectora.

En América Latina, Chile obtiene el primer lugar con el puesto 43º a nivel global. Muy cerca se ubica Uruguay (48º), Costa Rica, un lugar después, y México, que está 53º. El triunfo chileno a nivel regional repite lo mostrado en el anterior informe de 2015, aunque su índice aumentó. No obstante, ninguno de ellos logró alcanzar el promedio establecido por la OCDE como parámetro mundial.

Para realizar el informe, se establecieron una serie de ejercicios unificados que en mayo de 2018 se le realizaron a 600.000 alumnos de 15 años en 79 países. Como conclusión, el organismo evaluador lamentó que uno de cada cuatro estudiantes “no pueden completar las más básicas tareas de lectura. Esta situación se ve aún más agravada en los países más pobres, ya que como informó El Intransigente América, la UNESCO estimó que hay 12 millones de chicos que no pueden ir a la escuela primaria.

Fuente de la noticia: https://elintranews.com/mundo/2019/12/03/tifon-kammuri-deja-la-primera-victima-fatal/

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¿Es posible educar sin exámenes?

Por: Enrique Javier Díez Gutiérrez.

Era el primer día de clase. El profesor explicaba al alumnado que durante los próximos cinco años les enseñaría “toda una serie de mentiras muy bien trabadas unas con otras en las que ustedes creerán ciegamente el resto de sus vidas…”. Tras lo cual, mirando a los estudiantes, inquirió: “¿Alguna pregunta?”. Desde la tercera fila, uno de ellos levantó la mano para preguntar: “Sí… ¿Esto entra en el examen?”.

La viñeta se publicó en el primer número de la revista Dinere, de Miguel Brieva. Ediciones Clismón y Doble dosis, 2004., CC BY-NC-SA
La viñeta se publicó en el primer número de la revista Dinere, de Miguel Brieva. Ediciones Clismón y Doble dosis, 2004., CC BY-NC-SA

Esta viñeta, realizada por Miguel Brieva, dibujante y escritor crítico, ácido y punzante, la suelo poner al principio de mis clases, en cada curso académico, para reflexionar sobre un aspecto fundamental y clave del acto educativo y de todo el proceso de aprendizaje y de enseñanza: la importancia que le damos a la evaluación en el proceso de enseñar, pero que acabamos reduciendo a “los exámenes”. Porque, al final, parece que lo que realmente importa es aquello que “entra para el examen”. Tanto para el profesorado, pues es sobre lo que le piden que evalúe, como para el alumnado, pues es sobre lo que es valorado y calificado. Porque de los exámenes dependen las notas. Y de las notas, pasar o no al siguiente curso y, al final, obtener o no la titulación.

Vivir para aprobar

Y más ahora que nunca, con la presión de los organismos económicos internacionales como la OCDE, que insiste reiteradamente en hacer rankings de centros educativos, de regiones y de países para publicar los resultados obtenidos, como si de una liga de fútbol se tratara. Los centros educativos, pero también los países, se ven presionados para situarse en los puestos superiores de ese ranking, ser los que mejores resultados obtienen en esos exámenes estandarizados. Lo hacen presionando a sus colegios para que dediquen buena parte de su tiempo y esfuerzo a conseguir resultados en esos exámenes. El profesorado, a su vez, se ve presionado para exigir a su alumnado que centre su tiempo y esfuerzo en preparar lo que les piden en esos exámenes, para que su respectivo centro se coloque en lo alto del ranking.

Por eso España, en sus últimas reformas educativas, ha incrementado exponencialmente el número de exámenes estandarizados a los que son sometidos los estudiantes ya desde Primaria. De hecho, me cuentan algunas familias que en algunos centros han convertido lo que se denomina “evaluación continua” en exámenes continuados. Y sus hijos e hijas, ya con solo 8 y 9 años, entran en una espiral en la que hay semanas que tienen un examen diario. Me recordaba, de forma irónica, aquel anuncio de los años 70 que proclamaba “todos los días un plátano, por lo menos”, pero en formato examen.

La importancia desmedida que se le está concediendo a este modelo de “examen permanente” puede significar un cambio crucial en los objetivos de la escuela.

Se empieza a poner el acento en medir el rendimiento y los resultados del estudiante en estos exámenes, más que en atender las necesidades del mismo. Y medir el “éxito” también del profesorado y de los centros en función de la adaptación a la conformidad de las demandas exigidas en esas pruebas estandarizadas. El buen docente comienza a ser el que genera buenos resultados, convirtiéndole en un “preparador de exámenes”.

Convertir el deseo de aprender en afán de aprobar

El efecto colateral es que algunos centros empiezan a pensar más en lo que el estudiante pueda hacer para prestigiar la escuela que en lo que la escuela pueda hacer para mejorar al estudiante, por lo que esos centros acaban seleccionando a sus “clientes” (familias motivadas, estudiantes competentes) para que sus estadísticas no se vean afectadas y poder mantener su nivel de competitividad con los otros centros y su imagen de “alto nivel”.

El alumnado con dificultades y diversidad se convierte en un posible “estorbo” que puede hacer descender los resultados del centro y que se procura “derivar” a otros centros.

Los especialistas apuntan que este modelo está haciendo daño al alumnado y empobreciendo la educación, aumentando aún más el ya alto nivel de estrés en las escuelas, con una presión constante por el rendimiento, lo que pone en peligro el bienestar de los estudiantes y de los docentes.

En los datos del informe PISA 2015, sobre cinco preguntas relacionadas con la preocupación por exámenes, notas, etc., se elabora un “índice de ansiedad en relación con el trabajo escolar” en el que España es segunda. Por eso alertan de que esta dinámica supone un riesgo real de matar el placer de aprender, transformando el deseo de aprender en afán de aprobar.

No es de extrañar que el Estudio sobre Conductas Saludables de los Menores Escolarizados de la OMS (HBSC, 2016) muestre que el porcentaje de escolares que afirma que le gusta “mucho” la escuela desciende con la edad, pasando del 54% de los alumnos y el 44% de las alumnas a los once años, al 23 y 20% a los trece y 17 y 13% a los quince.

Debemos reconsiderar esta forma de enfocar y reducir la evaluación a exámenes y pruebas estandarizadas recordando que, como han demostrado reiteradamente especialistas en este campo, los exámenes prueban la memoria puntual, no la inteligencia ni la creatividad, ni contribuyen a su desarrollo. Además, genera un modelo centrado en “repasar” los conocimientos señalados (a menudo, resaltados en negrilla en el libro de texto), que tienden a olvidar una vez pasado el objetivo examinador para el que fueron memorizados, y que convierten el aprendizaje “en un aburrimiento”, según manifiestan los estudiantes.

Otra evaluación es posible y necesaria

La evaluación en el período de educación obligatoria, hasta los 16 años, debe ser fundamentalmente una herramienta de mejora. No se puede reducir la evaluación a exámenes. La evaluación es un proceso integral cuya finalidad es dar información a todos los participantes en el proceso educativo (al alumnado, por supuesto, pero también al profesorado, a la comunidad educativa y a la administración educativa) que les ayude a mejorar esos procesos de enseñanza y aprendizaje.

La evaluación supone aprender a trabajar con la “pedagogía del error”, donde el error se convierte en una oportunidad de aprendizaje y no en una ocasión para ser sancionado o calificado negativamente. Una oportunidad para explicar cuál ha sido tal error o errores y enseñar alternativas que ayuden a entender los fallos y abrir nuevas formas de abordar los problemas, superando las dificultades detectadas. Solo así la evaluación cumplirá su función básica como herramienta para mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Pero, para ello, para dar feedback al alumnado, para revisar y corregir sus producciones, para preguntar a cada cual cómo planteó y desarrolló la solución al problema o el trabajo realizado, es necesario que un profesor trabaje con grupos pequeños, de no más de 15 o 20 alumnos y alumnas, con quienes pueda personalizar el proceso y enseñar y evaluar realmente de forma continuada. Para eso no se necesitan exámenes en el sentido habitual de la palabra, porque el profesor o la profesora está “examinando” continuamente el proceso que se está realizando y evaluando permanentemente las dificultades y logros que tiene su alumnado en el trabajo cotidiano del aula, además de sus propios aciertos y fallos a la hora de planificar e implementar su labor de enseñanza en el aula.

La evaluación así entendida es parte constitutiva del proceso formativo en las instituciones educativas y una herramienta para reconocer sus avances y dificultades, no solo del alumnado, sino de toda la institución y de la administración educativa responsable, y ayudar a mejorarlos.

Solo desde este enfoque podremos diseñar políticas y estrategias orientadas a mejorar las prácticas pedagógicas con un sentido formativo y no culpabilizador de escuelas, docentes y estudiantes porque, como dice el aforismo pedagógico, “tal como evaluamos, así enseñamos”.

Fuente del artículo: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/17510/es-posible-educar-sin-examenes/

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La desigualdad lastra a España en el ránking de desarrollo de la ONU

Redacción: Onda Cero

España ocupa el puesto 26 del mundo en términos de desarrollo, pero pierde 12 lugares si se tiene en cuenta la desigualdad entre sus ciudadanos, según un informe hecho público hoy por la ONU.

El Índice de Desarrollo Humano (IDH) que elabora anualmente Naciones Unidas sitúa a España como un país con desarrollo «muy alto» a tenor de sus logros en materia de riqueza, salud y educación.

El país pierde un puesto en la lista con respecto a la anterior edición de este estudio y obtiene un IDH de 0,891 sobre un máximo de 1.

Esa cifra coloca a España pareja con otros países de la Unión Europea (UE) como Francia, Eslovenia, la República Checa o Italia.

Según el ránking, el país más desarrollado del mundo sigue siendo Noruega, con una puntuación de 0,953, seguido de Suiza, Australia, Irlanda y Alemania.

Sin embargo, si se tienen en cuenta las desigualdades internas, el número 1 sería para Islandia, mientras que España perdería hasta 12 puestos y pasaría del 26 que ocupa en el ránking general al número 38.

Entre los países de desarrollo muy alto, el único que experimenta una bajada mayor en entre el índice global y el ajustado por desigualdad es Hong Kong, que caería 14 lugares.

Los datos de la ONU apuntan a que España tiene un problema de desigualdad en la educación y, sobre todo, en la riqueza, con brechas mayores que la mayor parte de sus socios europeos.

En el caso educativo, los autores del informe señalan como una posible explicación los niveles de estudios muy distintos que tienen los jóvenes y las personas de edad más avanzada, que en el caso de España representan una parte importante de la población dada la alta esperanza de vida.

Lo que más preocupa, sin embargo, es el problema del desempleo, sobre todo juvenil, según explicó a los periodistas Selim Jahan, el director de la oficina del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) que se encarga del informe.

«Hay un número de gente, un gran número de jóvenes, que no están trabajando ni en educación ni en formación«, destacó, subrayando que de cara al futuro eso puede hacer que «ni contribuyan a la economía ni se beneficien de ella».

«Eso puede llevar a divergencias en ingresos, en participación y en desarrollo humano», añadió.

El problema de la desigualdad, tanto interna como entre países, es uno de los que más destaca a nivel global la organización.

Como ejemplo, el PNUD recuerda que un niño nacido en un país con un índice de desarrollo bajo tiene una esperanza de vida de poco más de 60 años, casi dos décadas menos de la media de los países con desarrollo humano muy alto.

A la cola del ránking aparecen este año cinco países del África subsahariana: Níger, la República Centroafricana, Sudán del Sur, Chad y Burundi.

Fuente: https://www.ondacero.es/noticias/sociedad/desigualdad-lastra-espana-ranking-desarrollo-onu_201809145b9bcc070cf2978203d1c540.html

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¿Ángeles o Demonios? Lo que hay detrás de los Sistemas de Evaluación de la Calidad Educativa

María Magdalena Sarraute Requesens

mariamsarraute@gmail.com

 

Los organismos mundiales de medición y evaluación cada día más se han apoderado de los sistemas educativos globales, desde que vieron la gestión de la educación como un gran negocio. Por esa razón, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) y demás, han desdibujado los sentidos de la educación como horizonte de transformación de los pueblos.

Hoy los países han asumido los sistemas de evaluación como una paradoja estéril, donde la génesis de las contradicciones es nula, ya que se asume como natural la modificación de los sistemas educativos en virtud de encuadrarse en lo establecido por los rankings mundiales de los organismos internacionales de medición.

Esta situación de esterilidad, hace a la cultura dominada por el neoliberalismo, traicione su propia esencia, asumiendo al colonizador, como dominador y padre opresor, convirtiendo ajena a la cultura, que se introduce en la juventud a través de la educación y los medios de comunicación, para convertirlos en hombre y mujeres de masas.

Es por ello, que el conocimiento se reduce a estándares, competencias e instrumentalización del saber, donde el imaginario educativo se convierte en un estudio de mercado, ya que las evaluaciones y reformas son aplicadas con criterios de costo – beneficio, para reducir el costo financiero de la formación del individuo, desplazando así el proyecto pedagógico de los países, dándole prioridad a las necesidades empresariales de las grandes corporaciones y de quienes financian la educación.

En ese sentido, el hecho educativo se ha diseñado desde las corporaciones, quienes se han apropiado del lenguaje técnico “taylorista y toyotista” promovido por la banca multilateral y acogido por las tecnocracias políticas de los ministerios, triada que a nombre de lo técnico no acepta discusión sobre las políticas, reduciendo la deliberación, a anotaciones puntuales en lo legislativo.

De esta forma, la sociedad actual es determinada por esos supuestos expertos que se hacen dueños de la verdad y quienes promueven la no contradicción para que se asuma como borregos la colonización del saber, sin refutar su injerencia en las soberanías nacionales, legitimando lo necesario desde el sentido práctico de la vida y aún peor con el apoyo de Estados, organizaciones, corporaciones e instituciones que tienen intereses particulares en los pueblos. De esta forma, Contreras (2006:64), nos menciona que “la razón instrumental orienta sus decisiones hacia los medios y no hacia los fines”. Por esta razón, es que emergen las llamadas competencias “tecnocráticas” que fragmentan el conocimiento en teórico y práctico, con el fin de que la sociedad se satisfaga bajo soluciones técnicas. Es decir, que, frente a un problema emergido, busquemos una solución técnica y no busquemos la razón que causa la existencia del problema.

Es necesario dejar de mirar la realidad con soluciones instrumentales, ya que ésta hace que se pierda la esencia de una sociedad, convirtiéndose en lo que otros quieren que se convierta. En ese sentido, Contreras (2006), expone, “La ciencia construye una sociedad sin hombres desde el momento en el que no permite un gran debate sobre su evolución y desarrollo. La ciencia pierde su valor contemplativo o su racionalidad pura mediante su tecnificación (…) la tecnocracia es una dictadura dirigida por la voluntad, el consejo y la participación de unos pocos considerados expertos y por ello, capacitados para tomar decisiones sobre el resto de la comunidad” (p.3).

El peligro más acentuado de las transformaciones y modificaciones que se ejecutan en la educación es que no cuentan con una participación popular y protagónica de sobre cómo, cuándo y dónde realizarlos, más bien se le da todo el énfasis a las líneas multilaterales y a las solicitudes que se hacen desde estas instancias en conjunto con una cadena de tecnócratas nacionales que están en posiciones importantes en el sistema educativo y funcionan como el engranaje de ellas para producir paradojas estériles, es decir, una parálisis educativas por su falta de pertinencia e identidad con la necesidades de su nación.

Asimismo, esta parálisis educativa es consecuencia de la brecha entre el discurso político y la realidad educativa, y evidencia las restricciones socioeconómicas del proyecto de construcción de país. Situación que emerge por la incongruencia de los imaginarios colectivos, es decir, el discurso, generado por las élites, ministerios y demás; lo emancipado, es decir, la costumbre, que es vivenciada por el pueblo que transita en una realidad especifica que frecuentemente es desdibujada de las políticas educativas establecidas.

En ese sentido, es que hoy tenemos una cantidad relevante de instrumentos de evaluación de la calidad en el mundo generados por los organismos económicos internacionales que buscan la estandarización de los sistemas educativos, como son:

  • El Sistema Nacional de Evaluación de Resultados de Aprendizaje (SIMCE) de la Agencia de la Calidad Educativa de Chile (1988), que evalúa los logros de aprendizaje en las asignaturas de Lenguaje y Comunicación (Comprensión de Lectura y Escritura); Matemática; Ciencias Naturales; Historia, Geografía y Ciencias Sociales e inglés. Las pruebas se aplican a estudiantes de 2°, 4°, 6°, 8° básico, II y III medio.
  • El Estudio de las Tendencias en Matemáticas y Ciencias (TIMSS) de la Asociación Internacional para la Evaluación del Rendimiento Educativo (IEA) (1995), es una evaluación internacional de conocimientos de matemáticas y ciencias de los estudiantes inscritos en los grados cuarto y octavo de todo el mundo. Compara logros educativos de los estudiantes de las diferentes naciones del mundo.
  • El Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación (LLECE) de la Oficina Regional de Educación de América Latina y el Caribe de la UNESCO (1997), es un estudio que evalúa el desempeño escolar en tercer y sexto grado de escuela primaria en las áreas de Matemática, Lenguaje (lectura y escritura) y, para sexto grado el área de Ciencias Naturales. Su objetivo principal fue aportar información para el debate sobre la calidad de la educación en la región, así como orientar la toma de decisiones en políticas públicas educativas.
  • El Programa Internacional de Evaluación de los Alumnos (PISA) de la OCDE (2000), tiene por objeto evaluar el rendimiento de los aprendizajes en matemática, lectura y ciencias de estudiantes con quince (15) años de edad. Es aplicada cada tres (3) años y principalmente compara rendimientos de estudiantes de los países participantes para el establecimiento de rankings.
  • la Encuesta Internacional sobre Docencia y Aprendizaje (TALIS) de la OCDE (2009), encuesta internacional enfocado al entorno del aprendizaje y a las condiciones de trabajo de los maestros en las escuelas; realiza comparaciones internacionales de los sistemas educativos. Además, pretende la generación de análisis educativos para la generación de políticas.
  • Estudio Internacional sobre Educación Cívica y Ciudadana (ICCS) del Ministerio de Educación de España (2009), su objetivo, es investigar, en una serie de países, en qué medida los jóvenes están preparados, y por tanto dispuestos, a asumir su papel como ciudadanos. Para lograr este objetivo, el estudio evalúa el rendimiento de los alumnos mediante una prueba de comprensión de conceptos y de competencia en lo que respecta al civismo y ciudadanía.
  • La Medición Independiente de Aprendizajes (MIA) del CIESAS – Golfo, la Universidad Veracruzana y organizaciones de la sociedad civil de Veracruz en México (2014), que emerge para generar información sobre el rendimiento de los aprendizajes de lectura y matemáticas en los niños y jóvenes que están en el sistema educativo formal y en los que se encuentran en el hogar. Además, el proceso es acompañado por los integrantes de la comunidad donde se aplica la evaluación.
  • El Plan Nacional para la Evaluación de los Aprendizajes (PLANEA) del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación en México (2015), que tiene como propósito general conocer la medida en que los estudiantes logran el dominio de un conjunto de aprendizajes en lenguaje, comunicación y matemáticas en los diferentes momentos de la educación obligatoria.

Es importante destacar que éstos sistemas de evaluación buscan estandarizar los sistemas educativos mundiales en virtud de lo que solicitan las grandes corporaciones, quienes dirigen actualmente la educación en el mundo. Es por ello, que Gentili (2014), menciona que “la evaluación en sí misma no es ni buena ni mala, depende de cómo se evalúe y qué se evalúe. El Banco Mundial y otras organizaciones como la OCDE han desarrollado mecanismos internacionales de evaluación que son profundamente cuestionables” …

PISA es un verdadero invento de la ingeniería genética del neoliberalismo; en el cual se supone que es posible tomar pruebas en tres áreas del conocimiento, que son las matemáticas, las ciencias y el lenguaje en diferentes países del mundo; y a partir de los resultados de esas pruebas comparar cómo funcionan los sistemas educativos del mundo, haciendo caso omiso a las condiciones históricas de desarrollo de los sistemas educativos.

Es decir, que ahora la OCDE, vino a establecer como el mejor juez quienes somos buenos y malos y que debemos saber para sobrevivir en este mundo. Particularmente, para la implementación de PISA lo que hicieron fue convertir esos saberes en competencias y la empezaron su aplicación sin contar que no cuentan con variables, ni indicadores para la medición de la construcción de ciudadanía, de felicidad, esperanza, entre otros. Todo esto bien pintado de tecnocraticismo sobre el hecho educativo. No podemos permitir trabajar con indicadores que nos traen problemas entre maestros(as), escuelas y países, además, que desconocen nuestras realidades, lo que suceden en las comunidades y en el entorno social de la vida de los sujetos.

Para Torres, C. (2014), lo modelos educativos basados en “testing“, han sido impulsado por el neoliberalismo, con el fin de aplicar exámenes basados en indicadores de múltiples respuestas que en gran medida determinan el futuro de muchos jóvenes y niños del mundo entero sin que los proyectos de desarrollo de los países estén articulados a los fines educativos. Todos los sistemas de evaluación se comportan como un termómetro, midiendo que tan enfermos o no están, con un termómetro único que no sirve para todos.

En ese sentido, la educación está secuestrada por los organismos internacionales y por grupos de empresarios que ven en la educación, un negocio, estableciendo indicadores de calidad para la generación de ranking que desdibujan nuestros sistemas educativos de nuestras realidades, ya que deben ajustarse a los indicadores definidos en los instrumentos para poder ser acreditados entre los mejores en el mundo. Torres, C. (2014), “los rankings no tienen ningún sentido, se hacen con variabilidad, porque los que venden las revistas y los materiales necesitan que se mueva el ranking. Por eso existen estos rankings universitarios»… “No hay un solo ranking en el mundo que mida el multiculturalismo de las universidades.»

Es por ello, que la escuela desde esta postura neoliberal tiende a reproducir dentro y fuera de ella, en la sociedad, las diferencias y desigualdades sociales, convirtiéndose en un espacio de reproducción y satisfacción del mercado, donde los ciudadanos son formados para el desempeño de determinadas labores que necesitan los grandes consorcios y corporaciones. En ese sentido, no resulta nada extraño que organismo como el Fondo Monetario Internacional, invierta en educación, ya que se dieron cuenta que a través de la pedagogía logran lo que quieren de los pueblos.

En ese orden de ideas, Anderson (2014), expresa “ellos han tenido éxito en el mundo de los negocios, suponen que tiene sentido que una escuela se maneje como un negocio”…“tienen sentido que las escuelas deberían competir entre ellas, los alumnos y docentes, etc., que deben comportarse más y más como un mercado y deberían medir los resultados en una forma cuantitativa como miden sus productos en sus fábricas».

Continua Anderson (2014), mencionando “El problema es que la transferencia de esas ideas del sector de los negocios al sector de la educación requiere una traducción y una reflexión muy intensa” … “el centro de lo que hace un negocio y el centro de lo que hace una escuela son muy diferentes”. En ese sentido, en los negocios los productos no son estudiantes, por ende, no se puede manejar bajo la misma lógica. “En un negocio tiene sentido eliminar la varianza de producto; en educación tenemos que lidiar con la varianza de los estudiantes, que son diferente, no son productos, entonces, lo que funciona en un negocio no necesariamente funciona en una escuela”.

En congruencia con lo anterior, González (2014), expresa, «Estos gobiernos, que nosotros denominamos neoliberales, colocaron en el centro que la escuela pública sólo debe enseñar aquellos elementos que posteriormente van a ocupar los ciudadanos en el campo laboral”. Es por ello, que la educación se ha visto reducida sólo al mundo laboral y no a la construcción de ciudadanía y de seres humano liberados. Por eso, sigue González (2014), “se acuñó a este término de educación para la vida, entendiendo únicamente la vida, como el mundo del trabajo».

En otro sentido, la educación en contextos neoliberales, lleva la intención de que la educación forme personas para un mundo donde la génesis de la historia es el mercado. Es por ello, que Simón Rodríguez, plantearía que este modelo pedagógico apunta a la formación de papagayos, de repetidores de contenido sin capacidad de pensar con cabeza propia. El tamaño del neoliberalismo ha debilitado lamentablemente todas las esferas, todos los espacios públicos -incluida la escuela-, se ha debilitado la importancia de la democratización de la educación, sea rebajando la calidad de los conceptos teóricos y burocratizando, de alguna forma, los sistemas académicos que se han venido encerrado en sí mismos.

La educación, se ha convertido en un negocio manejados por los organismos económicos del mundo, Torres, J. (2014), «donde compite como cualquier otro sistema productivo” … “lo que lo hace más importante, va a ser educar a un nuevo tipo de ciudadanía, donde vemos lo que es el contenido relevante, las materias que van a estar incluidas en el currículo, las más y las menos importantes”.

Las políticas educativas neoliberales, se expresan principalmente en producir procesos de privatización y exclusión del sistema educativo, ya que la inversión realizada no será para todo el mundo, serán para los que tengan mayores oportunidades, los más marginados que se queden en la educación pública para que sean atendidos allí y no pongan en riesgos todo el dinero que está en el negocio.

Por ello, han generado más exclusión y pobreza, ya que marginan a los ciudadanos principalmente de las periferias, los menos favorecidos por el modelo económico, haciendo así, que el modelo educativo sea un total reflejo de la economía establecida.

Por estas razones y a manera de cierre, es que los sistemas de medición de la calidad educativa hoy en día sólo buscan: a) La medición principalmente es de los aprendizajes y los factores asociados solo se enfocan para verificar como inciden en el rendimiento, sólo valora el resultado y no el proceso, b) Están basadas principalmente en el currículo, fragmentado la educación como totalidad, c) Enfatizan que el rendimiento estudiantil se debe a los niveles socioeconómicos de la población, por ende, los resultados se conocen a priori, ya que en la región existe un sistema con poca equidad e igualdad, sobre todo en los más vulnerable d) Sus indicadores, miden es meramente lo cognitivo, es decir, si sabe leer, escribir, sumar, restar, graficar y demás, en ningún momento existen indicadores para la valoración social, humanística y para la construcción de ciudadanía, e) Establecimiento de rankings mundiales para desvalorar a los Estados que hacen contraposición a las intenciones de los organismos internacionales, f) Son estudios que principalmente se quedan en el diagnóstico estandarizado de los sistemas educativos, donde es estática la brecha entre las políticas públicas y los resultados de desigualdades, g) el maestro/a es el principal responsable del fracaso escolar del estudiante, h) No existen un análisis del proceso de enseñanza y aprendizaje, sólo los resultados del rendimiento estudiantil, i) Los resultados se quedan en el conocimiento de las élites, poco bajan a cada escuela de la región y cuando lo hacen, son en forma de normas y reglas que hay que seguir, sin haberlas discutidas previamente y desdibujadas de la realidad del aula.

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