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Asturias, a la cola en la clasificación mundial de educación superior

España / www.Ine.es/ 13 de Septiembre de 2017

El ranking «Times Higher Education» valora el impacto de la investigación en España

La Universidad de Oviedo vuelve a cosechar una decepción al situarse en el vagón de cola entre mejores instituciones de enseñanza superior según la clasificación que cada año elabora la publicación británica Times Higher Education (THE). La institución docente asturiana se encuentra entre las posiciones 601 y 800, como ya ocurriera el año pasado, cuando se retrocedió desde la franja de 501-600 del año 2016, cuyos resultados se referían al ejercicio precedente.

«Times Higher Education» está considerada como una de las tres clasificaciones más prestigiosas del mundo, junto a la de Shangai y al World University Rankings. Las universidades que lideran esta tabla son la de Oxford, Cambridge y el Instituto Tecnológico de California por ese orden. Para encontrar una universidad española hay que ir hasta el puesto 140 en que aparece la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona. Por su parte, la Politécnica de Valencia que se sitúa en la posición 501.

Junto a Oxford, Cambridge, y California ocupan el «top ten» mundial elaborado por «Times Higher Education», las universidades de Stanford, Massachusetts Institute of Technology (MIT), Harvard, Princeton, Imperial College de Londres, la Universidad de Chicago y Swiss Federal Institute of Technology Zurich, sin que les acompañe ninguna institución española en posiciones destacadas.

La publicación británica examina cada año más de 50 millones de citas en cerca de 12 millones de trabajos académicos para medir el impacto de la investigación en cada una de las universidades de su lista en la que aparecen un total de 29 universidades españolas, dos más que en la anterior edición.

Impacto investigador

El director editorial de la publicación, Phil Baty, señaló que «el elemento más positivo (para España) es el buen papel de sus universidades en cuanto al impacto investigador. Sabemos que las universidades españolas líderes están produciendo investigaciones que amplían las fronteras del conocimiento y contribuyen al avance de la sociedad», analizó Baty.

Las mejores puntuaciones de la Universidad de Oviedo corresponden a las citas que obtienen sus investigadores así como los ingresos generados para la industria fruto de la I+D+i universitaria.

Fuente:http://www.lne.es/asturias/2017/09/11/asturias-cola-clasificacion-mundial-educacion/2161543.html

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Universidades chinas buscan destacar en ranking internacional

China / 10 de septiembre de 2017 / Autor: Redacción / Fuente: Entorno Inteligente

Un total de 66 centros de estudios superiores de China ya forman parte del Ranking Mundial de Universidades del Times Higher Education , publicada el martes.

De acuerdo con la decimocuarta edición de la lista de las 1000 mejores universidades de 77 países y regiones, dos representantes de la parte continental china figuran por primera vez en las 30 primeras posiciones, además el país cuenta con el mayor número de entradas en su historia.

Auge de las universidades chinas

Instituciones importantes que ascendieron en la lista en comparación con la del año pasado, incluyen la Universidad de Beijing, del peldaño número 29 al 27, igualando a sus pares de Edimburgo y Nueva York. La Universidad de Qinghua subió del 35 al 30 y superó a la Universidad de Melbourne, al Instituto Tecnológico de Georgia y a la Universidad de Múnich. La Universidad de Fudan trepó 39 posiciones para situarse en la ubicación 166.

Este año se incorporaron 6 universidades de Hong Kong de China, 3 en las primeras 100 y dos en las 50. La de Hong Kong continúa siendo la más prestigiosa de la región en el puesto 40.

La parte continental cuenta con 7 centros en este grupo selecto, 3 más en comparación con el año pasado, convirtiéndose en la región más exitosa de Asia en el ranking.

El director editorial de la lista, Phil Baty, subrayó:»Nuestra clasificación muestra que la mejora en la educación superior del gigante asiático es real y crece. Con dos instituciones en los primeros 30 lugares por primera vez en los 13 años de historia del ranking, las mejores universidades chinas forman parte ahora de la élite mundial y adelantan a sus similares de prestigio en Estados Unidos, Reino Unido y Europa»

Especialista en el tema por 20 años, Baty indicó que el avance de la educación superior de Chinaha recibido el impulso de una gran inversión en las áreas de ciencias y tecnología.

«Las universidades chinas destacan en ciencias, tecnología, matemáticas y ciencias biológicas» anotó Baty y agregó que la próxima etapa del país asiático será fortalecer sus programas de artes, humanidades y ciencias sociales. «Creo que artes y humanidades son materias muy importantes para crear un equilibrio y ofrecer la creatividad necesaria para elevar la investigación al siguiente nivel. Este es el reto. Otro consiste quizás en una mayor internacionalización. Las universidades chinas han hecho un buen trabajo en traer de vuelta a académicos chinos de Estados Unidos y Europa para formar centros de prestigio».

Panorama global

A nivel mundial, la Universidad de Oxford se mantuvo como líder, la Universidad de Cambridge subió dos lugares y se posicionó segunda por encima del Instituto Tecnológico de California y la Universidad de Stanford, ambas en la tercera ubicación. En términos de cantidad, Estados Unidos sigue encabezando la lista.

Al anunciar el ranking el martes en la Cumbre Académica Mundial, Baty apuntó que se sorprendió al enterarse que dos universidades británicas ocuparon la primera y segunda posición.

«Las mejores universidades del Reino Unido en Londres, Oxford y Cambridge, han mantenido un buen registro, pero creo que muchas casas de estudios británicas enfrentan desafíos porque no cuentan con los generosos recursos que sus contrapartes chinas tienen ahora?, afirmó.

Bety expresó su preocupación de que el brexit pueda afectar el resultado de la clasificación. «Tenemos problemas con el brexit y con nuestras relaciones internacionales. El Reino Unido debe evitar aislarse, continuar mirando hacia el exterior y tratar de colaborar con todas las universidades del mundo»

La Universidad Nacional de Singapur se coronó como la mejor en Asia en el puesto 22, en tanto el centro más importante de Japón, la Universidad de Tokio, cayó al número 46, su peor rendimiento en 13 años de la lista. Lo mismo sucedió con 3 de las principales universidades de Corea del Sur.

Baty considera que la tendencia mundial en el campo de la educación superior está cambiando. «Otras naciones de Asia oriental se enfrentan a la creciente competencia de China. Los países asiáticos del este necesitarán esforzarse para ingresar en el grupo a medida que su vecino aumenta en relevancia»

Uno de los sistemas de clasificaciones de universidades más conocidos del mundo, el Times Higher Education empezó a publicar su Ranking Mundial de Universidades cada año en 2004. La tabla cuenta con 13 indicadores de desempeño que abarcan todas las actividades clave de una universidad, entre ellas enseñanza, investigación, transferencia de conocimiento y desarrollo internacional. Las 1000 seleccionadas han sido evaluadas por sus pares académicas a través de una encuesta en la que participaron más de 20 000 expertos de más de 140 países y regiones.

Fuente de la Noticia:

http://www.entornointeligente.com/articulo/77407/Universidades-chinas-buscan-destacar-en-ranking-internacional

Fuente de la Imagen:

Las mujeres copan las universidades chinas

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Canadá es un éxito educativo y las razones son sorprendentes: qué podemos aprender

Por: Hector G. Barnés

Cuando ojeamos los primeros puestos de ‘rankings’ educativos como el de PISA, solemos encontrar entre los consabidos Singapur, Finlandia y otros países orientales un convidado de piedra: Canadá, que destaca no tanto por sus resultados concretos como por su constancia en distintas materias. El ministro de Educación Doug Currie calificó de “trabajo soberbio” al realizado por el sistema educativo de su país a propósito de los resultados de PISA 2015, donde solo fueron superados por Japón, Estonia y Singapur. Tan solo esta última superó a Canadá en lectura.

No es un país que suela aparece en los listados de los países “milagrosos”, a pesar de que, en muchos sentidos –sus alrededor de 36 millones de habitantes se reparten por una gran extensión, su tasa de inmigración per cápita es la más alta en el mundo– tiene aún más mérito. Quizá ello se deba a la dificultad para identificar cuáles son los elementos diferenciales, principalmente por la organización de su sistema educativo, uno de los más descentralizados del mundo y que, por lo tanto, presenta grandes variaciones entre regiones. Como recordaba un reportaje de la ‘BBC’, si fuesen países independientes, Alberta, Columbia Británica y Quebec superarían en ciencia a Hong Kong o Finlandia.

No solo los estudiantes lo hacen bien, sino que es algo independiente de su estatus socioeconómico o de si son nativos o inmigrantes

“Canadá es relativamente un recién llegado a lo alto de los ‘rankings’ internacionales”, explicaba un informe de la OCDE sobre su rendimiento educativo. “Al revés de Japón y Corea, no era un líder claro en las evaluaciones internacionales de los 80 y los 90, y solo fue después de la publicación en 2000 de PISA que se vio convertida en uno de los líderes el grupo”. El veredicto es claro: no solo el país americano obtiene resultados muy altos, sino que la diferencia entre los mejores y peores estudiantes es muy pequeña. En ciencia, por ejemplo, la variación es de apenas un 9%, mientras que en Singapur es del 20. En España se encuentra en el 13%.

“Desde 2000, Canadá se ha convertido en un líder mundial en su estrategia sostenible de reforma del sistema educativo con profesionales”, señala dicho informe. “No solo los estudiantes lo hacen bien, sino que lo hacen independientemente de su estatus socioeconómico, su primer idioma o si son canadienses nativos o inmigrantes recién llegados”. A pesar de los éxitos, hay una curiosa razón que explica por qué no se habla más de ello: ya que este tan solo ha salido a la luz en los últimos 20 años, no hay mucha literatura académica, profesores visitantes ni periodistas que la visiten o se fijen en Canadá como modelo educativo. Y, sin embargo, su peculiar caso nos puede enseñar muchas cosas.

Confiar en las provincias

El sistema educativo canadiense se organiza alrededor de 10 provincias y tres territorios muy diferentes entre sí y que, por lo tanto, tienen su propia historia y sus propias necesidades. El informe de la OCDE considera esta descentralización como el “rasgo más sorprendente” de dicho sistema, ya que es el único país de todo el mundo que no tiene un departamento de Educación como tal, sino que las competencias están transferidas casi por completo a cada una de las provincias, que desde hace 20 años, son quienes aportan el 100% del presupuesto.

Los currículos se desarrollan junto a los profesores, la financiación es equitativa y la selección de docentes, muy exigente

Entre ellas, las más importantes son las de Ontario (dos millones de estudiantes), Québec (un millón), Columbia Británica (610.000) y Alberta (530.000), que suman un 80% de estudiantes, y que por lo general son las que obtienen las mejores calificaciones. Al mismo tiempo, las provincias delegan parte de su responsabilidad en los municipios y, sobre todo, los colegios; las primeras fijan el currículo, las políticas generales y la financiación, pero los segundos contratan a los empleados y eligen a los directores de los centros.

No obstante, a pesar de las diferencias, hay ciertas pautas que se repiten entodas las regiones por asimilación entre ellas, y que matizan estas supuestas diferencias. Hay tres principios que se repiten: el desarrollo de currículos a partir de la consulta con profesores y expertos en las diferentes materias, con distintos niveles de libertad para los profesores; un proceso muy selectivo de elección de los docentes (por lo general, entre el 30% de los mejores de la promoción); y financiación equitativa, que ha conseguido solucionar los problemas de algunas de las regiones y alumnos más pobres otorgando más dinero a los centros que lo necesitan.

Dalton McGuinty fue Primer Ministro de Ontario entre 2003 y 2013. (Reuters/Mark Blinch)
Dalton McGuinty fue Primer Ministro de Ontario entre 2003 y 2013. (Reuters/Mark Blinch)

Uno de los grandes éxitos de la educación canadiense ha sido su capacidad de integrar a los niños inmigrantes. Ya no provienen de Europa, como había ocurrido hasta los años 70, sino de Asia (China o India) y otros países en vía de desarrollo, como Argelia o Colombia. En apenas tres años, estos alumnos alcanzan niveles educativos superiores a la media. Las razones son tres, según el informe: aparte de que muchos de los niños inmigrantes provienen de familias de alto nivel cultural, la forma de integrar a los alumnos, con apoyo fuera del colegio (a veces a través de ONG) las y decisiones políticas para ayudar a los más desfavorecidos, por ejemplo, recibiendo refuerzo lingüístico (como ocurre en la Columbia Británica) son clave.

Los profesores, unidos

El informe destaca una de las características más peculiares del sistema educativo canadiense, y que contradice la popular idea de que los docentes suelen ser elementos de resistencia frente a los cambios promovidos desde la política o por agentes externos. Su caso es más “complejo”, señala elinforme: “Los profesores son un grupo crucial que pueden participar en una agenda de reforma mucho más amplia”. Esto se traduce a través de su organización no solo como asociación de profesionales, como ocurre en otros países, sino como sindicatos con gran influencia en la negociación.

Aunque la misión y el objetivo provenían de arriba, había un claro reconocimiento de que era a nivel de cada colegio donde debían tener lugar los cambios

Es lo que ocurre en Ontario, el caso analizado por la OCDE, donde entre 2003 y 2010 se llevaron a cabo distintas reformas promovidas por el Primer Ministro Dalton McGuinty. Este intentó revertir la tendencia del gobierno conservador antecedente, “extremadamente impopular entre los profesores”, y que había conducido a un abandono en masa de los colegios públicos. Se aprobaron 65 medidas, entre las que se encontraban la reducción del tamaño de las clases (lo que creó 5.000 nuevos puestos de trabajo) y que tenían ante todo dos objetivos: mejorar los niveles de habilidad lingüística y aumentar la cantidad de graduados en secundaria.

Para ello fue de radical importancia el apoyo de los profesores, quienes iban a realizar el esfuerzo en las aulas. Para ello, decidieron “darle menos importancia a la publicación de resultados y centrarse en que los colegios con mayores dificultades recibiesen un apoyo adicional y apoyo externo en lugar de ser castigados o cerradas”. 100 personas (profesores, directores, expertos) formaron parte de la secretaría que se encargó de aplicar las reformas. “Aunque la misión y el objetivo provenían de arriba, había un claro reconocimiento de que era a nivel del colegio donde debían tener lugar los cambios, y que el rol de otros actores en el sistema era el de apoyar el aprendizaje y los cambios que se estaban produciendo en los colegios”.

Los propios canadienses son, no obstante, muy críticos con los resultados obtenidos por su sistema educativo. A raíz de la publicación de los últimos resultados de PISA, hubo quien planteó el problema de que las calificaciones de matemáticas no hubiesen mejorado. A pesar de que los resultados son buenos, lamentaban los canadienses, el progreso no es positivo, y hay ciertas regiones (Manitoba, Saskatchewen o Newfoundland) que obtienen resultados muy inferiores a otras. En todas partes cuecen habas, pero ser capaces de identificar los problemas es uno de los factores decisivos del éxito.

Fuente: https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2017-08-21/canada-exito-educativo_1429440/

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Estados Unidos: Standardized testing is killing education

Estados Unidos/Agosto de 2017/Autora: Victoria Advocate/Fuente: Longview News Journal

Resumen:  Los nuevos resultados de STAAR salieron la semana pasada, pero arrojaron tanta luz sobre las escuelas públicas como el eclipse total de sol del lunes. STAAR significa las Evaluaciones de Preparación Académica del Estado de Texas, pero la gente lo conoce más comúnmente como las pruebas estandarizadas que cambian tanto cada año que se vuelven completamente inútiles. Los padres controlan debidamente los resultados de su escuela, pero la información es tan compleja y cambiante cada año que aquellos sin un doctorado en educación tienen poca idea de lo que significa. Cada sesión de los últimos 40 años, los legisladores han manipulado con las pruebas estandarizadas y han logrado hacer todo el proceso un colosal desperdicio de tiempo y dinero. Texas ha gastado 1.500 millones de dólares en las últimas dos décadas en la máquina de pruebas y ha cometido terribles errores en el camino.

The new STAAR results came out last week, but they shed about as much light on public schools as Monday’s total eclipse of the sun.

STAAR stands for the State of Texas Assessments of Academic Readiness, but people know it more commonly as the standardized tests that change so much every year that they become completely useless.

Parents dutifully check their school’s results, but the information is so complex and shifting each year that those without a doctorate in education have little idea what it all means.

Each session for the past 40 years, legislators have tinkered with standardized testing and have managed to make the entire process a colossal waste of time and money. Texas has spent $1.5 billion in the past two decades on the testing machine and committed terrible blunders along the way.

In 2011, a group of concerned mothers formed Texans Advocating for Meaningful Student Assessments to try to put a stop to the madness. Before this past session started, the group presented a list of recommendations to legislators and examples of serious problems with the existing system. These are just a few of the alarming examples:

In 2015, Lewisville ISD and Arlington ISD had to pay tens of thousands of dollars to prove serious errors in standardized test grading. The next year, 50 Houston superintendents demonstrated similar problems, and parents from Dallas, Houston and Austin sued to have STAAR results thrown out for elementary and middle schools across the state.

Education Testing Services, the company that won a $240 million state contract to handle STAAR, uses uncertified graders — people from around the country who have shown no proficiency for writing — to grade students’ writing tests.

Since STAAR replaced the previous alphabet soup of testing, TAKS, four years ago, the testing has been flawed from computer glitches, tests misaligned with curriculum and grading problems.

Basically, the state bureaucracy has bungled this process in almost every way imaginable. The system continues because politicians think they can keep the public stirred up and confused.

About the only thing decades of standardized testing has proved is that more affluent students generally score better than poorer students. What it has failed to do is anything useful, such as to help students at all levels show progress during the school year.

For that, schools always have depended upon good teachers. They are the ones who tailor their lessons to each student and inspire learning.

Sadly, the culture of standardized testing stamps out individual inspiration from both teachers and students. Yes, students should have to pass tests, but the state and federal government doesn’t have to insert itself into the process.

Politicians often talk about the good old days of education and claim schools today are failing. But those over 40 know that schools of the past didn’t have to endure the education bureaucracy.

In the race to create a fast-food model of education, the United States has lost its way. School districts spend exorbitant amounts of money and time on playing the game rather than teaching students.

The solution is so simple it completely eludes lawmakers: Replace high-stakes standardized testing with meaningful student assessments that provide timely and useful feedback to teachers, students and parents. Local school districts who know their students best should handle these assessments.

National tests, such as the ACT and SAT, will remain valuable measurements for high school achievements. At the lower levels, the Iowa Test of Basic Skills and others can remain useful diagnostic tools. But the state and federal governments need to get completely out of the testing business.

Fast-food education is starving the nation’s children. Education expert and author Sir Ken Robinson wisely notes that education is about people, about their need for a balanced and diverse diet of learning.

«Most political strategies start from the top down,» Robinson said in a 2013 TED talk. «The more governments go into command-and-control mode, the more they misunderstand the nature of teaching and learning.»

Fuente: https://www.news-journal.com/news/2017/aug/23/other-voices-standardized-testing-is-killing-educa/

 

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Bolivia: En educación universitaria, vamos peor que en fútbol

Bolivia / www.lostiempos.com / 5 de Julio de 2017

NINGUNA UNIVERSIDAD BOLIVIANA SE UBICA ENTRE LAS MIL MEJOR CLASIFICADAS DEL MUNDO POR LAS CONSULTORAS ACADÉMICAS | SOLAMENTE DOS ROZAN EL PUESTO 3.000. APENAS OCHO INSTITUCIONES DE ESTUDIOS SUPERIORES DE BOLIVIA SE UBICAN ENTRE LAS MEJORES 300 DE LATINOAMÉRICA.

El mundo del siglo XXI es el de las insufribles comparaciones. Estadísticas, procesadores e internet conmueven, por ejemplo, cada nada al fútbol. Y en Bolivia se sufre pues es el deporte más practicado y, según varios expertos, cuenta con gran potencial, pero, sabe regularmente a frustración. Tras 93 años de competencias, en torneos de clubes y selecciones, ostenta escasos cinco títulos internacionales y tres subcampeonatos.

Suman más de 250 las ocasiones en las que nuestros representantes fueron eliminados en las primeras rondas de clasificación. En las tablas de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) la mejor ubicación en el área de selecciones fue 18, en julio de 1994. El peor lugar del seleccionado boliviano ha sido el 115, entre 211, en octubre de 2015. En el ranking de equipos el mejor lugar resultó el 32, sobre 990 clubes, y lo ocupó el club Bolívar el año 2005.

Actualmente la selección ocupa la posición 73; y The Strongest, Wilsterman y Bolívar los puestos 362, 465 y 738, respectivamente. Por ello, futbolistas y técnicos, quienes son exportados con poca frecuencia y rara vez a instituciones importantes, suelen ser criticados por aficionados y periodistas. Basta un par de nuevos tropezones internacionales para que se desate un festival de la discriminación en tribunas, redes sociales y medios de comunicación. Se les cuestiona desde la edad y el origen hasta la falta de disciplina o valor, entre otras cosas aún menos amables.

¿Qué pasaría si en este siglo de las tormentosas comparaciones computarizadas, en un ejercicio similar se evaluase a otras instituciones bolivianas? Hoy existen rankings casi para todas las actividades humanas. Como buena parte de éstas se modelan en las aulas universitarias, pues bien valdría hasta hacer un ejercicio de imaginación con barras incluidas y preguntarnos: ¿y cómo marchan nuestras universidades en las tablas comparativas mundiales y regionales?

CELEBRACIONES POR EL RANKING

La figura no resulta tan ficticia. En diversas partes del mundo, cada vez que las consultoras académicas actualizan sus publicaciones se desata una especie de euforia deportiva.

“La UNAM ‘la rompe’ en este ranking mundial de universidades”, celebraba, por ejemplo, el diario digital Nación 321 en México hace 10 días. Destacaba así que aquella casa de estudios alcanzó el tercer lugar en Latinoamérica, según el ranking de la consultora inglesa Quacquarelli Symonds (QS). El texto cita las 10 universidades mexicanas clasificadas por QS y recuerda que la UNAM estuvo entre las 95 mejores del mundo en 2005.

En Chile, El Dinamo publicaba: “La UC sube 10 puntos en ranking mundial de universidades”. Luego, como quien describe un estilo de juego, el texto detalla las virtudes que le fueron consideradas a esa universidad católica. Finalmente, habla de las 12 instituciones educativas chilenas que forman parte de las 800 mejores del planeta. Es posible hallar publicaciones similares de Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Cuba, Uruguay, Venezuela y Costa Rica, cada vez que se pronuncia el QS.

En este ranking de las 959 mejores universidades del mundo incluso figuran países sufridos como Uganda o Palestina, todos con su respectiva banderita nacional. La única roja, amarilla y verde corresponde a la Universidad de… Ghana, en el puesto 801, por si sirva de algún consuelo. Es decir, ninguna universidad boliviana clasifica en la tabla inglesa de las mejores del planeta. Habrá que esperar que QS amplíe sus mediciones hacia las regiones y a nivel global, como suele hacerlo.

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Sólo ocho universidades bolivianas, de las 55 reconocidas oficialmente, fueron clasificadas por QS
Archivo

MÁS ALLÁ DEL PUESTO 17 MIL

En 2016, por ejemplo, cuando publicó su tabla latinoamericana, seleccionó a las 394 mejores universidades. No permitió un mayor entusiasmo nacional porque entre los 100 primeros puestos no figuró ninguna institución boliviana. La primera de las nuestras en aparecer en el ranking resultó la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), se ubicó en el puesto 108. Fue además la única entre las primeras 170 de la región. El lugar 171 correspondió a la Universidad Católica Boliviana (UCB) y el 181 a la Universidad Mayor de San Simón (UMSS).

Sólo ocho universidades bolivianas, de las 55 reconocidas oficialmente, fueron clasificadas por QS, ninguna se ubicó más abajo del puesto 301. A las citadas se suman la Universidad Privada del Valle (Univalle), Universidad Privada Boliviana (UPB), Tomás Frías de Potosí, Juan Misael Saracho de Tarija, Técnica Oruro y la beniana José Ballivián. QS no señala las ubicaciones de estas universidades en el contexto mundial. Sin embargo, otra de las consultoras académicas, la webometrics del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España (CSIC), publicó dichas posiciones en días recientes.

Este 25 de junio último, la página web de la CSIC invitó indirectamente a la humildad y los súper esfuerzos a la educación superior boliviana. Entre 21 mil universidades del planeta, sólo ocho de las nuestras se encuentran antes del puesto 10.500. Treinta casas superiores de estudio bolivianas se hallan más abajo del puesto 17.000. Y mejor no entrar en detalles sobre las últimas posiciones.

En ese escenario de goleada académica en contra, el honor lo salvan de alguna manera las ya citadas en el ranking QS más dos universidades cruceñas: la Gabriel René Moreno y la Privada de Santa Cruz. En el ranking CSIC sólo la UMSS (puesto 2.994) se ubica entre las 3.000 mejores universidades del planeta. Apenas la UMSA (puesto 3.308) y la UCB (4.184) están entre las 5.000 mejor clasificadas. En síntesis, si se tratara de fútbol, para nuestra educación superior el mayor logro nacional no serían ni campeonatos ni subcampeonatos siquiera muy ocasionales.

Casi nada se exporta pues las consultoras académicas (son cinco activas regularmente) valoran factores como la visibilidad y la actividad de las universidades. Se centran en la medición de aspectos como el impacto, la calidad de los contenidos, los premios alcanzados, el prestigio internacional y el rendimiento académico. Cuentan también el valor de la información, la utilidad de los servicios y la presencia total de páginas alojadas en el dominio web principal. Y claro, consideran especialmente la apertura a crear repositorios institucionales de investigación y la excelencia, con trabajos académicos publicados en prestigiosas revistas internacionales.

LAS LIGAS MAYORES

Si de algo de consuelo adicional sirve, en general, las universidades latinoamericanas no clasifican entre las mejores 100 del mundo. En estos años sólo han entrado en ese grupo la Universidad de Sao Paulo (USP), la Universidad de Buenos Aires (UBA), la UC de Chile y la UNAM. Los primeros 20 puestos constituyen un virtual monopolio de EEUU e Inglaterra más alguna institución suiza o canadiense. Entre los 50 ya se inscriben varias universidades del Asia, especialmente chinas.

Desde hace años permanecen en el podio de los rankings casi inamovibles cuatro celebridades casi míticas: Harvard, Standford y el Massachusetts Institute of Technology (MIT), por EEUU, y la británica Cambridge. Lo propio en Latinoamérica donde se sitúan recurrentemente a la cabeza las cuatro ya mencionadas (USP, UBA, UC y UNAM). Allí la disputa de calidad se centra entre Brasil, Chile, Argentina, México y Colombia.

Por ello, si fuera fútbol, probablemente nos quedaría como mérito mayor eso de “lo importante no es ganar, sino competir”, sin ir más lejos. Las universidades bolivianas todavía no compiten ni en grandes ni en medianas ligas. Algo que, para mayor pesar, incluso no existe un escalón más abajo, en la educación escolar, considerada una de las causales del bajón universitario. En ese nivel, las autoridades bolivianas desde hace más de una década se han negado a aceptar mediciones internacionales de suficiencia y calidad académica.

¿Cómo vamos en educación básica y secundaria? La respuesta constituye un misterio relativo y tardíamente descifrable en las pruebas de ingreso a las universidades. Por ello, así como en el fútbol a los dirigentes, quizás quede la mirada inquiridora en autoridades y empresarios. Seguramente también sea necesario reflexionar constantemente a esas virtuales divisiones infantiles con un: “¡Esfuércense muchachos, que algún día llegaremos a un (ranking) mundial!”.

Y, claro, probablemente habría que pensar y recordar más la próxima vez que surja la intención de lanzar alguna hiriente crítica a nuestros futbolistas. Corren tiempos de tormentosas y generalizadas comparaciones.

(Con datos de http://iffhs.de/club-world-ranking-2016/,

http://www.webometrics.info/es/world,

http://www.universia.es/ranking-universidades-mundo/sect/1121699,

https://www.topuniversities.com/university-rankings/world-university-ran… y http://www.shanghairanking.com/es/)

“En este ranking de las 959 mejores universidades del mundo incluso figuran países sufridos como Uganda o Palestina, todos con su respectiva banderita nacional. La única roja, amarilla y verde corresponde a la Universidad de… Ghana, en el puesto 801, por si sirva de algún consuelo”

“En Latinoamérica se sitúan recurrentemente a la cabeza las cuatro ya mencionadas (USP, UBA, UC y la UNAM). Allí la disputa de calidad se centra entre Brasil, Chile, Argentina, México y Colombia ”

“En diversas partes del mundo, cada vez que las consultoras académicas actualizan sus publicaciones se desata una especie de euforia deportiva. “La UNAM ‘la rompe’ en este ranking mundial de universidades”, celebraba, por ejemplo, el diario digital Nación 321”

Fuente:http://www.lostiempos.com/oh/tendencias/20170703/educacion-universitaria-vamos-peor-que-futbol

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Hace falta una gran revolución para cambiar la Universidad

Por: Hugo Ruiz Olazar

El profesor doctor Antonio Cubilla, un estudioso de la educación superior, médico patólogo, analiza con crudeza el estado de la educación superior y alienta la intervención de universidades privadas, como Unasur. En esta entrevista afirma que incluso la Universidad Nacional está en la picota. Sostiene que el movimiento “#UNAnotecalles” se enfocó en la corrupción administrativa pero dejó de lado la cuestión académica.

Los estudiantes en crisis, en rebeldía, reclaman. No aceptan el cierre porque sí de las Universidades privadas. El caso Unasur… 

–Es un fenómeno nuevo. Son universidades que no están acostumbradas a ser controladas. Han actuado muy libremente amparadas en la autonomía universitaria. Se ha abusado de esa libertad que repercute en el nivel educacional. El nivel es bastante precario. Tenemos de 60 a 70% de matrícula en las universidades lucrativas…

–¿Paraguay? 

–Está en 60% aproximadamente. Pero qué pasó. De programas baratos: administrativos, comerciales, humanidades, se volvieron más osados y comenzaron a instalar facultades de alto costo como medicina, que requiere de un hospital; ingeniería, que requiere de laboratorios sin estar preparados para hacerlo. Ahí está la falta de ética de los dueños de estas universidades.

–La realidad es que hay una explosiva demanda. El sector privado da a los jóvenes una posibilidad que el Estado no ofrece. 

–Un aspecto positivo es ese. Es cierto, jóvenes de menores recursos van a esas universidades. Hay una demanda masiva. Paradójicamente, las universidades públicas se convirtieron en centros superiores de élite. El pobre no alcanza a superar la rigurosidad de sus exámenes. Medicina es una carrera difícil de acceder para un estudiante de extracción humilde. Entonces se dan estas paradojas de desequilibrio social en la educación en el Paraguay. Las privadas palian en parte estas necesidades pero de manera impropia…

–¿Cumplen un rol social o no?

–Es cierto, pero también hay una cuestión cultural. El que ingresa se pone como objetivo lograr el máximo título. Al pagar la cuota los padres creen que sus hijos tienen derecho a ser doctores como mínimo, ingenieros, arquitectos, veterinarios. Pero no todo el mundo está calificado para esas carreras, independientemente de su situación económica. El perjudicado final no va a ser el estudiante de clase media o clase alta. Va a ser el pobre que tiene mala formación.

–La cuestión es ¿cerrar y se acabó? Si comenzaron a operar es porque las autoridades habilitaron. 

–Yo estoy de acuerdo en que se debe analizar mientras el Cones (Consejo Nacional de Educación Superior) continúe su trabajo. Yo apoyo el trabajo que viene haciendo. Apoyo el cierre de Universidades que no cumplen con los criterios mínimos.

–Qué sugiere que se haga… 

–En 2005 el MEC me pidió algunas ideas. Yo recomiendo que se haga un ranking de mejor a peor, como en Ecuador. Allá hay un programa que ya tiene 10 años que clasificó las universidades en A, B, C, D y E. Entonces las instituciones responsables evalúan las universidades de acuerdo a estos criterios y luego les ranquean. Se les da tiempo para ir subiendo de categoría. Cuánto más investigación hacen van para arriba. Se les da un plazo de dos a tres años. Si no se adecuan se cierra. Cerrar todas tampoco es la solución. Como dice usted, están cumpliendo una función social.

–Si se cierra, ¿qué opción puede dar el Estado? 

–Tiene que haber un saneamiento. Siempre se sufre en los inicios de los cambios. Necesariamente alguien va a tener que sufrir.

–Usted es muy drástico. 

–Yo soy del criterio de que tiene que cerrarse. Estoy de acuerdo en que hay que darle un tiempo prudencial para que se adecuen. Creo que a esta Universidad Unasur ya se le dio el tiempo. No sé cuál sería la solución, pero si no reune los requisitos…

–Usted no les da una alternativa a los alumnos, que sean acogidos por la UNA por ejemplo… 

–Puede ser una salida razonable, pero no todas las carreras que están en las universidades privadas están en la UNA. El sector privado tiene mucho más diversidad. La UNA no se ha diversificado. Está con sus materias clásicas desde hace 50 años. El Estado debe ofrecer eso como cosa pública, pero tiene que tener también sus exigencias de admisión, sus exámenes de ingreso. A nivel público se trata de hacer en serio las cosas porque no hay lucro de por medio.

–Atrapado en una endogamia, como dice (el padre) Montero Tirado… 

–Absolutamente. La Universidad pública es endogámica tremendamente. Hace falta un recambio. Endogamia es un término genético que tiene que ver con la falta de recambio de genes. Los genes se intercambian y el progreso biológico se basa en el mayor intercambio. Cuando hay menor intercambio de genes entonces se producen los problemas por la falta de recambio. Las enfermedades que están ahí presentes se van a diseminar más rápida y ampliamente cuando hay factores endogámicos.

–El movimiento “UNA no te Calles” hizo echar decanos, las autoridades pidieron perdón, pero se acabó la fiebre…

–Es una pena que haya enfocado solamente el aspecto administrativo y no el académico. Si se hace una evaluación rigurosa hay facultades que pueden correr riesgo de cerrarse. “Una no te Calles” estuvo correcto para señalar la corrupción y se inició un intento de mejoramiento académico, pero quedó truncado. No hubo cambios fundamentales…

–Qué tiene que cambiar en la parte académica…

–Tiene que haber más investigación. El profesor tiene que estar en su cátedra todo el día.

–Pero tampoco hay buena paga. El administrativo gana mejor… 

–Así mismo es. Hubo un intento interesante. Aquel rector anterior, Pedro González, instituyó un dinero para los profesores que hacen investigación. Consiguió 60 rubros en el Parlamento. Creo que eran de 12 millones de guaraníes mensuales. La suma se mantiene igual desde hace 15 años a pesar del tiempo y, lo más notable, de los 60 apenas 20 son investigadores…

–¿El resto fue al bolsillo de los amigos? 

–Fue para los amigos. Nunca fue regulado por el sistema meritocrático. Se requiere de una revolución muy grande para cambiar la Universidad y reconvertirla en una Universidad de investigación. No hay esa voluntad.

–¿Qué pasa si viene un Presidente y dice: “Voy a destinar desde este año el 7% del presupuesto a la educación”? 

–Así como está la UNA no me animaría a darle un presupuesto altísimo hasta que no demuestre una reconversión y un cambio de cultura académica, de la docente a la investigativa. Tiene que haber un cambio cultural, y yo creo que eso pasa por cambio de personas. Si hubieran aceptado nuestras sugerencias hace más de 10 años, hoy la UNA iba a estar con el 70% de investigadores. El cambio tenía que ser gradual.

–El gobierno compartido en la Universidad: rector, decano, docentes, estudiantes y representantes de egresados, ¿no funciona? 

–Este modelo, que es muy latinoamericano, se originó en la revolución de Córdoba en 1918. En esa época se justificaba ampliamente. Hasta ahora se justifica el gobierno paritario.

–Esto mismo que exigieron los estudiantes. –Sí, y yo les apoyé…

–¿Por qué? ¿No está desfasado? 

–La realidad latinoamericana es otra. Estuve cuatro años en el consejo de Medicina. Si no había protestas estudiantiles nada cambiaba. En Paraguay no hay cambios si no hay revoluciones estudiantiles. Entonces me pareció correcto tener más estudiantes y más egresados no profesores dentro del Consejo.

–¿No hay peligro de dictadura estudiantil? –Por mi propia experiencia he comprobado que cuando está más mala la situación, cualquier idea de cambio es buena. No digo que sea un modelo paritario para siempre, pero a lo mejor temporalmente, yo creo que es un instrumento que puede ser interesante para el recambio. El profesor se eterniza. En la Facultad de Medicina había que echarlos a los jefes de cátedra. No querían salir más, era más bien una cuestión de poder.

–Y eso existe todavía…

–Y sí. La UNA está igual. Muy poco ha cambiado. Entonces, si la Universidad madre sigue así, el panorama no es alentador. El problema es más grave que el cierre de la Unasur. Yo no estoy en contra de la Universidad privada. Soy ideológicamente un liberal, pero no este libertinaje que ha ocurrido.

–Pero ¿les sirve el título para el mercado laboral? A un empleador el título no le impresiona…

–Hay muchas quejas a nivel empresarial sobre la calidad de los empleados. Es una realidad que los cargos gerenciales en las grandes empresas, en un alto porcentaje, son acaparados por extranjeros o aquellos privilegiados que han estudiado en los grandes colegios de acá y se especializaron afuera.

–¿Usted tiene sus hijos afuera?

–De cuatro, tengo dos hijos afuera que ya no volvieron. La paga, la calidad de vida y la calidad del trabajo son muy diferentes. Yo mismo estuve a punto de quedarme (en Estados Unidos), pero volvimos un grupo de médicos en esa época. Por supuesto, el shock cultural después de 10 años de estar afuera es tremendo. Pero uno se adapta. Yo tenía mi especialidad, la patología. Volví y comencé de cero. Traje todo mi equipo. Trabajé en el Hospital de Clínicas y en el Instituto del Cáncer. Estuve 20 años en las instituciones públicas.

–¿Por qué volvió? 

–Mi familia no estaba muy adaptada, esa fue la causa principal…

–¿Dónde vivió? 

–En Nueva York. Volví con temor porque allá estaba muy bien. Pero regresé y nunca más busqué volver. Con todas sus imperfecciones, prefiero nuestro país.

Fuente: http://www.abc.com.py/edicion-impresa/politica/hace-falta-una-gran-revolucion-para-cambiar-la-universidad-1598138.html

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El sorprendente éxito de la universidad serbia: por qué gasta tan bien el dinero

Por: Hector G. Barnés

Los aficionados a los ‘rankings’ universitarios saben que los hay de todo tipo. Quizá el Universitas 21 no sea el más conocido, puesto que no trata esa útil herramienta de promoción en clasificar los centros en función del rendimiento o empleabilidad de los alumnos, sino que señala cuáles son las naciones que mejor emplean la inversión económica. Un concepto en el que, tradicionalmente, Reino Unido ha sido la campeona.

Quien haya echado un vistazo a la edición de este año se habrá llevado una sorpresa: en la tabla de naciones ajustada según el producto interior bruto de cada país muestra que Serbia ha escalado a la primera posición, desbancando a los ingleses, que caen al segundo puesto. La antigua república yugoslava es, por lo tanto, el país que mejor emplea su capital económico en conceptos como el impacto de su investigación académica, los niveles de empleabilidad de sus licenciados o el número de matrículas universitarias.

Junto con Tailandia, Argentina, Chile, Turquía, Irán y Colombia, es uno de los países TACTICS

Su posición cambia cuando no se tiene en cuenta el PIB del país, ya que desciende hasta el puesto número 39 en rendimiento absoluto. Sin embargo, a diferencia de otros países en una situación emergente similar, tanto el gasto como los logros de Serbia son altos. Es uno de los países clasificados como “TACTICS”, es decir, aquellos que están llamados a convertirse en estrellas en la educación global. Se trata de Tailandia, Argentina, Chile, Turquía, Irán, Colombia… y el país que nos ocupa.

El secreto está en la pasta

¿Qué es lo que distingue a este país, que suele obtener altas puntuaciones en matemáticas en el programa PISA? Como explicaba en un artículo de la publicación universitaria ‘Times Higher Education’ Martina Vukasovic, profesora serbia de Sociología de la Universidad de Gante, la mayor parte del crecimiento universitario se produjo durante los años 90. A partir de 2005, el sistema universitario se expandió por la asimilación al mismo de muchos institutos de post-secundaria.

La visión que ofrece a El Confidencial Jelena Filipovic, jefa del Departamento de Estudios ibéricos de la Universidad de Belgrado, tampoco es precisamente romántica. Como explica, las restricciones económicas que ha vivido la República durante casi tres décadas –Serbia es uno de los países con el PIB más bajo de la región con 36,51 miles de millones en 2016– ha provocado que hayan aprendido a ser “ingeniosos”: “Cuando organizamos conferencias, sabemos cómo pedir y motivar a los colegas para que nos ayuden sin recompensa económica o nos apoyamos en nuestros estudiantes a todos los niveles y les ofrecemos posibilidades para trabajar con nosotros por mérito académico”.

Otro factor importante que explica este sorprendente acceso son las conexiones que el país balcánico mantiene con otras naciones europeas, y que es favorecido por los altos niveles de emigración del país. El informe ‘Higher Education in Serbia’ de la Comisión Europea mostraba la existencia de programas como el Fondo para el Talento Joven o Tempus que promueven la salida de los estudiantes a los países de la Unión Europea. Serbia ha firmado 21 acuerdos bilaterales con países de distintas regiones, la mitad de los cuales forman parte de la UE.

Se nos ha visto arrastrando botellas de agua y ‘snacks’ para los participantes de las conferencias desde un supermercado cercano

Esta extensa red de relaciones con el extranjero es fundamental, en opinión de Filipovic. “Tenemos buenas conexiones por todo el globo, lo que hace posible que podamos publicar investigaciones de gran calidad en nuestras propias revistas, al mismo tiempo que nos permite editar fuera de aquí estudios basados en investigación de vanguardia”. La profesora se refiere a la gran diáspora de la academia serbia” para explicar cómo la presencia de investigadores de dicho país en todo el mundo facilita estos intercambios.

Durante los años 90 se produjo una fuerte ola de emigración de carácter político y económico de trabajadores con un alto nivel de formación: los datos recogidos en el informe ‘Migration in Serbia: a Country Profile 2008’ mostraban que alrededor de 2.298.352 serbios, el 4,9% de la población total, habían emigrado, muchos de ellos jóvenes y con un alto nivel de formación. El documento recordaba que el Plan de Acción Nacional por el Empleo y la Estrategia Nacional por el Empleo había intentado contrarrestar la fuga de cerebros favoreciendo la movilidad geográfica de los trabajadores y solucionar el paro juvenil mejorando los niveles de formación, especialmente de los refugiados.

Rectorado de la Universidad de Belgrado. (CC/Matija)
Rectorado de la Universidad de Belgrado. (CC/Matija)

Más allá de eso, las palabras de Filipovic muestran que lo que desde fuera puede parecer una optimización de recursos que encantaría a aquellos que consideran que el gasto educativo es innecesario, se trata más bien de una fórmula DIY (‘do it yourself’) para sobrevivir a duras penas. No solo por el hecho de que muchas veces, como reconoce, tengan que sustituir los salarios de los colaboradores en proyectos académicos por créditos, sino también porque “se nos ha visto arrastrando grandes cantidades de botellas de agua y ‘snacks’ para los participantes de las conferencias (a veces cientos) desde un supermercado cercano, llevar nuestro propio equipo a las presentaciones, pedir a los restaurantes locales, editoriales y tiendas donaciones, también para publicar libros y monografías…”.

El ‘ranking’ de la rentabilidad

Las palabras de la profesora nos advierten ante los espejismos de la rentabilidad económica, que puede pasar por aprovechar la abundancia de recursos, pero también por estrujar al máximo hasta el último de los céntimos de los que se dispone. También que las estadísticas pueden ser engañosas: la caída de Reino Unido a la segunda posición se debe, como explica Ross Williams, de la Universidad de Melbourne y principal responsable del estudio, al incremento del PIB en Reino Unido.

Esto es llamativo si nos fijamos en cómo cambia el listado si atendemos a la comparación con el PIB o los resultados absolutos. En este último caso, el top es el siguiente:

1 EEUU
2 Suiza
3 Reino Unido
4 Dinamarca
5 Suecia
6 Singapur
7 Canadá
8 Países Bajos
9 Finlandia
10 Australia

Y este es el top cuando se ajusta el PIB:

1 Serbia
2 Reino Unido
3 Sudáfrica
4 Dinamarca
5 Suecia
6 Finlandia
7 Nueva Zelanda
8 Portugal
9 Israel
10 Australia

 

Fuente: http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2017-05-13/exito-universidad-serbia-dinero_1379938/

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