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Perú: Más de 235 mil profesores recibirán aumento a partir de fin de mes

América del sur/Perú/1 Abril 2017/Fuente: Perú 21

El Ministerio de Educación ha destinado alrededor de 623 millones de soles para incrementar en 15% los sueldos de los maestros.

Más de 235 mil profesores nombrados percibirán un incremento de 15% en sus remuneraciones mensuales a partir de marzo.

Esto forma parte de la Ley de Reforma Magisterial que busca mejorar el salario de los docentes de forma graduada, informó el Ministerio de Educación (Minedu).

Este incremento responde al proceso para elevar a dos mil soles el piso salarial de los profesores de instituciones educativas públicas, lo cual se proyecta a concretarse hasta el 2018.

La aprobación del Decreto Supremo permitió elevar la Remuneración Integra Mensual por hora de trabajo, el cual pasó de S/51.83 a S/59.35 con esta nueva medida.

Para hacer efectiva esta medida, el Minedu ha destinado alrededor de 623 millones de soles, con la finalidad de retener a los mejores profesionales y elevar el nivel de enseñanza en el país.

De esta manera, el aumento elevará el piso salarial de docentes de inicial, primaria y secundaria de 1,555 a 1,780 soles (para profesores con jornadas de trabajo de 30 horas).

Por otra parte, los profesores que ejercen cargos (director, subdirector, entre otros) y tienen una jornada laboral de 40 horas, su salario pasará de 2,043 a 2,374 soles.

Fuente: http://peru21.pe/actualidad/ministerio-educacion-mas-235-mil-profesores-recibiran-aumento-partir-marzo-2275937

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La Reforma a la Educación Superior está muerta (¿vive la reforma?)

Por: José M. Salazar y Peodair Leihy

En esta primera columna escrita por dos académicos de la Universidad de Valparaíso se analiza por qué ha fracasado en su trámite legislativo la Reforma a la Educación Superior, una de las piedras angulares del programa de este gobierno. En momentos en que se espera que el Ministerio de Educación envíe cambios sustantivos al proyecto de ley, las lecciones del actual entrampamiento resultan iluminadoras.

Desde el inicio de su mandato, el gobierno de la Presidenta Bachelet ha apostado por una reforma significativa de la regulación de la educación superior. Luego de años de anuncios, negociaciones y borradores de todo tipo, el país se encuentra casi en punto muerto, aunque no exactamente en la misma situación que heredó su gobierno.

Visto con los ojos del Ministerio de Educación, se ha logrado instalar la política de gratuidad para el pregrado, beneficiando a cientos de miles de estudiantes y familias. Desde la perspectiva de quienes observan críticamente esta política, resulta muy complicado que deba ser negociada en el parlamento anualmente. Tal divergencia se alimenta de la ambigüedad que asumen varias instituciones que se han beneficiado de la gratuidad: adhieren formalmente a los ideales que la inspiran mientras critican en público su contenido.

La posibilidad de avanzar hacia una reforma estructural parece improbable. Hay buenas razones para pensar así. No existe un consenso mínimo –por motivos ideológicos y de diagnóstico– para acordar el conjunto de reglas que gobierne el funcionamiento de la educación superior durante los próximos años. Apostar por un diálogo productivo choca con la realidad de un sector atravesado por la desconfianza, como sugieren los conflictos y rupturas que emergen dentro de foros importantes, como el Consejo de Rectores de Universidades Chilenas (CRUCh) y Vertebral, la organización que reúne a institutos profesionales y centros de formación técnica acreditados.

Si lo anterior no fuera poco, tampoco existen capacidades técnicas instaladas en las instancias gubernativas para forjar una iniciativa legal maciza. Hasta ahora, se aprecia la ausencia de una clara relación de causalidad entre lo que se persigue y las posibilidades que ofrecen las regulaciones propuestas.

Es evidente que el proyecto de reforma yace casi desahuciado en el parlamento. Todavía se apuesta por una estrategia mágica que pueda darle viabilidad, pero casi sin convicción. Los representantes de la soberanía popular, los medios de comunicación y los canales de interacción digital reverberan y amplifican la rica gama de agendas, consignas e intereses –casi siempre inconsistentes– que se ocultan tras los actores que lideran la formación terciaria. Al despuntar el último año de esta administración, tampoco parece existir un liderazgo capaz de articular una conversación político-técnica para convenir unos postulados básicos que enmarquen una agenda de reformas viable.

Es muy probable que los futuros analistas de las políticas sectoriales estudien este proceso fallido con el mayor interés. ¿Cómo fue posible que una sentida y transversal aspiración de cambio terminara de esta forma? Un obvio punto de partida se encuentra en la arquitectura que ha querido darse a la reforma. La introducción de un nuevo régimen de financiamiento, destinado a ampliar responsablemente el subsidio público a las instituciones y los estudiantes, necesitaba un ajuste profundo del marco regulatorio en operación.

La posibilidad de avanzar hacia una reforma estructural parece improbable. No existe un consenso mínimo para acordar el conjunto de reglas que gobierne el funcionamiento de la educación superior durante los próximos años.

Se apostó por avanzar en diferentes líneas de acción, integrándolas en un cambio legal sistemático. Por una parte, se buscó traspasar y fortalecer las potestades de fiscalización sobre las instituciones de educación superior mediante la creación de una superintendencia para monitorear y controlar el uso de los aportes fiscales y proteger de abusos a los estudiantes.

Al mismo tiempo, la revisión del sistema de acreditación se orientó a resolver los problemas de transparencia y legitimidad que ha enfrentado la Comisión Nacional de Acreditación (CNA). Su reemplazo por otra agencia mejor diseñada, quería dejar atrás los defectos y vicios observados en su funcionamiento, además de enfatizar la importancia que tienen los resultados obtenidos por las universidades dentro del proceso de evaluación y objetivizar las decisiones de la nueva agencia para que fueran comparables entre sí.

Como otros en el pasado, es muy probable que estos cambios nunca ocurran, a pesar del consenso –y entusiasmo– que generaron en algún momento. Si, por azar, alguna transformación emerge de este proceso (aún existen expectativas en el plano de la fiscalización y la calidad), es muy probable que se trate de ajustes menores, descontextualizados de una agenda coherente y cuya utilidad sólo podrá ser apreciada en el largo plazo.

Además de fallida, esa estrategia revela una limitada comprensión de lo que una reforma sectorial puede ser, según demuestra la propia experiencia chilena. Quizás el camino más tradicional para concebirla sea, precisamente, un cambio en la legalidad, en las normas generales que condicionan indirectamente la operación de un sector como la educación superior. Tales modificaciones aspiran a tener efectos de largo plazo a medida que apuntan a reconfigurar cómo los sectores se organizan y, especialmente, sus límites. La mayor parte de su eficacia, sin embargo, se juega en el proceso de implementación y depende de la convicción y las agendas de las agencias e instancias gubernamentales a las que se confía su puesta en marcha.

El régimen de Pinochet, por ejemplo, creó un sistema de licenciamiento para las nuevas instituciones privadas que fue sustancialmente alterado por el Consejo Superior de Educación (CSE) a medida que lo aplicaba, ya en democracia, sin mediar cambios estatutarios. La integración del CSE no fue azarosa. En su conformación participaron personas clave que también estuvieron tras la Comisión de Estudio de la Educación Superior (formada en 1990) y que luego pasaron a dirigir la Comisión Nacional de Acreditación de Pregrado (CNAP) (creada en 1999). Sus ideas fueron decisivas –y consistentes– para fijar la orientación que tuvo la implementación de los instrumentos de política a su cargo y que definen mucho del entorno regulatorio que hoy existe en el sector.

Otras reformas se orientan a alterar los flujos de recursos que el Estado pone a disposición de los principales actores sectoriales. El desarrollo del sistema de becas fiscales y la magnitud y flujo de los recursos asignados a los sistemas de crédito solidario y Crédito con Aval del Estado (CAE) han sido claves para la configuración de la educación superior. Tales transformaciones se hicieron sin mediar grandes cambios legislativos: las glosas de la Ley de Presupuesto y la regulación reglamentaria han sido suficientes para mantener estas iniciativas operando sostenidamente –y de manera incremental– por largo tiempo.

El trabajo de las comisiones que  los gobiernos constituyen para explorar el desarrollo de nuevas agendas de política ha tendido a ser poco fructífero y quizás por eso, entre otros motivos, sus recomendaciones permanecen sin implementar.

Las reformas también pueden ser agendas, como lo ha sido el desarrollo del proyecto MECESUP (1998-2016), ejecutado en tres etapas por el Ministerio de Educación, con el apoyo técnico e ideológico del Banco Mundial. Esas agendas definen propósitos, asignan recursos y articulan equipos a cargo de su ejecución. Además de identificar objetivos y metas, las agendas de reforma sirven para experimentar soluciones que luego dan origen a nuevos modelos e instrumentos de política.

El Fondo de Desarrollo Institucional (FDI), por ejemplo, partió como un fondo para el mejoramiento de la infraestructura de las universidades tradicionales, para luego orientarse al mejoramiento de las credenciales de los académicos y terminar focalizándose en diferentes necesidades generadas a partir de la expansión y complejización de ese grupo de instituciones. Al mismo tiempo, permitió ir configurando una nueva herramienta –los convenios de desempeño– para que el Estado transfiera recursos para el desarrollo de capacidades en el sector, que luego ha sido exportado por el Banco Mundial como una práctica exitosa de política pública.

Es llamativo que con tan diversas experiencias reformistas durante las últimas dos décadas, el diseño del gobierno no fuera más rico ni se desplegara en diferentes planos. Algún tipo de cortocircuito en los círculos políticos de la coalición gobernante hizo que todo ese aprendizaje fuera rápidamente olvidado. El costo fue la ausencia de una estrategia reformista más granular y multinivel.

Es posible que los instrumentos de política en operación tampoco hayan contribuido mucho al desarrollo de una agenda de cambios que apunta a reconfigurar las bases estructurales del sistema, aunque hay que tener presente que los objetivos perseguidos no se reflejaron en el conjunto de cambios propuestos, como han revelado varios críticos. Por todo eso, es interesante observar el rol que han jugado expertos y analistas en el debate público para dar contenido a las reformas propuestas. ¿Cuál ha sido su contribución al diseño y desarrollo de estas iniciativas?

Desde las movilizaciones estudiantiles de 2011, ha sido raro que pase una semana sin que los medios de prensa incluyan notas, comentarios y análisis sobre la reforma en curso y sus posibilidades. Si a eso se suman artículos académicos y publicaciones de distintos grupos de interés, uno puede delinear un amplio y variopinto conjunto de actores tratando de influir activa y persistentemente la acción del gobierno y los partidos políticos. Una parte de ellos son personas que cuentan con formación de posgrado en el ámbito de los estudios en educación superior.

Con pocas excepciones, estos analistas y comentaristas han definido su radio de acción de manera similar: felicitan, rechazan, critican o proponen ajustes a las reformas propuestas. Al enmarcar de esa manera su quehacer, conforman el antiguo principio del legalismo chileno, según el cual el contenido de toda reforma es siempre responsabilidad del Ejecutivo pues las reformas son principalmente un problema de cambio de legislación. Su objetivo, entonces, es influenciar el debate parlamentario, en pos de la aprobación, rechazo o ajuste del régimen propuesto.

Esa lógica facilita la mantención del status quo y contribuye a empobrecer el debate sobre el futuro de las políticas educativas. A pesar de su entrenamiento y experiencia, nuestros expertos locales tienden a escarbar los defectos (o virtudes) inherentes que posee cada diseño propuesto. Esa propensión mueve el debate público y parlamentario hacia una toma de posiciones opuestas, en pos de la aprobación o rechazo de los proyectos de ley que se trate. Al proceder de esa manera, olvidan frecuentemente expandir el catálogo de opciones disponibles ante cada disyuntiva de política pública que se plantea.

Precisamente esa parte de su tarea tiende a quedar en un segundo plano. Muy pocas veces los debates académicos o de políticas sugieren vías de acción, sobre la base del estudio riguroso de las experiencias comparadas o sobre un análisis informado sobre el estado de situación que presenta el caso chileno.

Más bien, tienden a caer en debates de principios –como hemos sido testigos a propósito del carácter público de la educación superior– que no contribuyen a enriquecer la caja de herramientas que alimenta el desarrollo de nuevos instrumentos de política. El trabajo de las comisiones que, de manera esporádica, los gobiernos constituyen para explorar el desarrollo de nuevas agendas de política, ha tendido a ser poco fructífero y quizás por eso, entre otros motivos, sus recomendaciones permanecen sin implementar.

La evidencia es consistente. Los informes del Consejo Asesor Presidencial para la Educación Superior (2008), la Comisión de Trabajo de Análisis del Sistema de Aseguramiento de la Calidad (2012), y la Comisión Asesora Presidencial para la Institucionalidad en Ciencia, Tecnología e Innovación (2013) han sido bastante conservadores.

Ninguno de ellos ha avanzado propuestas que introduzcan nuevas estrategias e instrumentos de política que faciliten la actualización y eficacia del marco en operación. Es probable que incida en ese resultado que tales instancias hayan privilegiado la representación de intereses sectoriales consolidados. Falta en estos y otros documentos de política, una orientación más propositiva que, atenta a nuevos desarrollos en otras latitudes, sea capaz de enriquecer nuestro diálogo sobre la forma en que el Estado contribuye y guía el desarrollo del sector. Lo mismo se repite en el abundante comentario que existe en materia de educación superior.

En una segunda parte de esta columna, buscaremos contribuir a gestar un estado de cosas que permita que la política sectorial avance en una dirección que aumente su incidencia y efectividad en la consolidación de una educación superior masiva y de excelencia.

Fuente: http://ciperchile.cl/2017/03/23/la-reforma-a-la-educacion-superior-esta-muerta-vive-la-reforma/

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Educación necesita una nueva institucionalidad

Centro América/República Dominicana/1 Abril  2017/Fuente: listin diario

El ministro de Educación, Andrés Navarro, consideró ayer que en la actualidad la entidad que dirige no tiene las condiciones para que se aplique una verdadera revolución educativa en el país.

“El Ministerio de Educación que hoy tenemos no sirve para que se aplique una verdadera revolución educativa en el país. Tenemos que crear una nueva institucionalidad en el sistema educativo dominicano, tenemos que transformar el Ministerio de Educación”, manifestó Navarro.

El funcionario habló durante la apertura del taller “Más allá de las pruebas Pisas”, donde el presidente de Acción Empresarial por la Educación (EDUCA), José Mármol, recordó que los resultados de la evaluación que realizaba el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA por sus siglas en inglés), revelaron que de cada 1,000 estudiantes dominicanos solo uno alcanza el nivel de excelencia.

Navarro mencionó los tres pilares que citó el año pasado para mejorar la educación del país, que son la formación de los docentes, la adecuada aplicación del nuevo currículo, mejora de la gestión docente y ambiente escolar; y ayer agregó un cuarto pilar, que es la transformación del Ministerio de Educación. “Hay que desarrollar una cuarta política que es la de la transformación del Ministerio de Educación. Estamos trabajando en nuestra autocrítica y también hay una sociedad civil crítica, que por medio de sus comentarios ayuda a la mejora de la calidad de educación”, precisó.

Reveló que el 80% de los estudiantes están saliendo muy vulnerables y por esa razón aplicarán la política del currículo, que hará una serie de alianzas con otras instituciones para mejorar la educación del país. “No se le puede exigir a los estudiantes tener de competencia del nuevo currículo si el Ministerio de Educación no se construye en un referente de esas competencias”, consideró.

Prueba PISA
El presidente de Educa, José Marmól, manifestó que las evaluaciones que realiza Pisa se hacen a estudiantes de 15 a 16 años cumplidos, independientemente del lugar en el que estén en el sistema educativo. Mármol dijo que para el caso de República Dominicana en el año 2015, los estudiantes en el mejor de los casos, habían recibido apenas dos años del beneficio director del incremento presupuestario iniciado en el segundo semestre del calendario escolar 2012-2013, equivalente al 4% del Producto Interno Bruto (PIB).

ÚLTIMO LUGAR EN CIENCIAS Y MATEMÁTICA
“En ese momento fue que inició la llamada revolución educativa con múltiples acciones, entre las cuales está la jornada escolar extendida, pero no obstante a eso las pruebas dejaron al descubierto la cruda  realidad de ese punto de partida”, precisó Mármol.

Indicó que en las áreas de ciencias y matemáticas el país se ubicó en el último lugar de la lista y en lectoescritura en el grupo de la retaguardia, aunque por encima de países como Argelia, pero a una distancia de un año de escolaridad de Perú, el país más próximo en la región.

Fuente:http://www.listindiario.com/la-republica/2017/03/29/459860/educacion-necesita-una-nueva-institucionalidad

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Estados Unidos: ‘No recluten a estudiantes para deportar a sus compañeros’

Estados Unidos/30 marzo 2017/Fuente: La Opinion

Estudiantes protestan por la presencia de la Patrulla Fronteriza en una feria para ofrecer empleos en CSUN.

Una feria de trabajo en la Universidad Estatal de California, Northridge (CSUN) este miércoles causó indignación entre estudiantes “dreamers” y pro inmigrantes, ya que entre las agencias que buscaban empleados estaba la Patrulla Fronteriza (CBP).

Con pancartas en mano, alrededor de 40 manifestantes protestaron frente al auditorio donde se realizaba el evento para decirles a los representantes de la agencia gubernamental que no eran bienvenidos en su campus y que no regresen la próxima semana cuando está planeada una segunda feria.

“La presidenta Dianne Harrison y administradores (de CSUN) dicen que les importa el bienestar de los estudiantes indocumentados, pero demuestran lo contrario cuando permiten que CBP venga”, dijo Stephanie Pérez, de 21 años y estudiante indocumentada.

“Este asunto está causando mucha ansiedad y problemas de salud mental en nuestra comunidad de estudiantes indocumentados”, aseveró la joven, quien es presidenta de Dreams to be Heard, un grupo de abogacía y apoyo para estudiantes indocumentados en CSUN.

Stephanie Pérez (derecha) y varias decenas de estudiantes de CSUN protestaron afuera del recinto donde se llevaba a cabo la feria de trabajo. (Aurelia Ventura/La Opinion)

La indignación aumentó puesto que la feria de trabajo fue al lado del centro para Dreamers que ofrece apoyo y asesoría a los estudiantes indocumentados.

“Dreamers” en CSUN

En CSUN hay aproximadamente 1,400 estudiantes indocumentados y el Dream Center sirvió alrededor de 300 en el último mes, dijo Rosa Salamanca, tutora en el centro.

“CSUN es la universidad estatal con mayor cantidad de estudiantes indocumentados y no los ayudan a adaptarse porque traen a CBP al lado del centro que debe de ser un lugar seguro para nuestros estudiantes”, dijo Raquel Cetz, de 21 años y estudiante indocumentada.

Gabriel Gutiérrez, director de la facultad de Estudios Chicanos en CSUN, dijo que le envió una carta a Harrison pidiéndole que tome en seria consideración la presencia de los estudiantes indocumentados.

Él considera que algunas de las acciones de Harrison en cuanto a los temas de inmigración son dudosas.

“No recluten a estudiantes para deportar a sus compañeros”, lee este letrero que sostenía una de las manifestantes en CSUN.  (Aurelia Ventura/La Opinion)

“He visto las cartas que la presidenta manda donde dice que tiene mucha empatía por los estudiantes [indocumentados] pero al final pone una frase, ‘con la excepción en asuntos criminales’”, dijo Gutiérrez. “Entonces yo digo que cada vez que pone esa frase toma de regreso todo lo dicho…porque cuando se pone uno a pensar en la administración ahorita, la clasificación del crimen va cambiando. Criminalizan a la gente simplemente por existir”, aseveró.

La feria de empleo no se detuvo

Mientras tanto, dentro de la feria de trabajo, docenas de estudiantes a punto de graduarse y recién graduados visitaban las mesas de posibles empleadores.

Entre ellos estaba Mario Gómez, de 28 años, quien mostró gran interés por las empleos que ofrecían los agentes fronterizos.

Mario Gómez habla con un agente de la Patrulla Fronteriza durante la feria de trabajos en CSUN. (Aurelia Ventura/La Opinión)

“Me dieron mucha información; yo creo que es una buena carrera con muy buenos beneficios”, dijo el joven, quien se graduó de CSUN en el 2015 con una maestría de ciencias políticas.

Gómez dijo que vio al grupo de protestantes afuera, pero él cree que es necesario “poner las emociones al lado” puesto que no esta traicionando a su comunidad latina al buscar un empleo que lo beneficie.

“CBP está para proteger las fronteras y eso es algo bueno”, aseveró Gómez, quien está considerando la carrera. “No necesariamente busco carrera en el cumplimiento de la ley, pero si me atrae la voy a considerar”, añadió.

CSUN, una universidad con una población de alrededor de 40,000 estudiantes, tiene alrededor de 10,000 graduados por año y las ferias de trabajo son importantes, dijo Carmen Ramos Chandler, directora de relaciones públicas con CSUN. “Ahora tenemos alrededor de 55 empleadores y estamos enfocados en trabajos gubernamentales y de organizaciones sin fines de lucro”.

Agentes de oficinas migratorias ofrecen información durante la feria de trabajo en CSUN. (Aurelia Ventura/La Opinion)

Por su parte, Shelley Ruelas-Bischoff, vicepresidenta asociada de la vida estudiantil, dijo que entiende a los estudiantes que protestaron y tienen el derecho de expresar sus preocupaciones, así como su apoyo a alumnos que temen a algunos de sus invitados a la feria.

“En términos de cómo se decide quién llega a la feria de trabajo, la universidad no esta en la posición de negar a estas agencias que participen en la feria de trabajo”, dijo Ruelas-Bischoff. “Y ellos están aquí para ofrecer empleos; no están para hacer cumplir las leyes”, aseveró.

CBP: “no tengan miedo”

Jaime Ruiz, vocero de la Patrulla Fronteriza, dijo que “la visita a Northridge no es nada anormal”.

“Estamos llevando a cabo una campaña nacional de reclutamiento, no solo vamos a universidades sino a muchos lugares. Nuestros oficiales no van a estos eventos con ninguna intención de participar en ningún evento de cumplimiento de la ley”, expresó.

Agregó que ellos contactan a las universidades y éstas aceptan porque “mientras hay estudiantes que no aceptan que haya un oficial federal en el campus también hay quienes dicen que por qué privar la oportunidad de ofrecerles este tipo de empleos”.

“En CBP somos 63,000 empleados. Estamos en campaña de reclutamiento porque tenemos una tasa alta de personas retirándose y necesitamos nuevos elementos que quieren proteger al país”, aseveró Ruiz.

Señaló que son trabajos muy bien pagados, de entre $40,000- 50,000 dólares en el primer año y hasta $90,000 en 4 o 5 años, con excelentes beneficios médicos y vacaciones.

“¿Por qué negar esa oportunidad a estudiantes que están interesados en proteger a su país?”, cuestionó Ruiz.

Agregó que el 35% de los empleados de la agencia son latinos, uno de cada tres.”

“No se asusten, no van a revisar a nadie. La universidad que es un lugar imparcial, justo, para engrandecer a la persona, haría mal en negarnos la entrada. Estaría negándole la oportunidad a sus propios estudiantes de sobresalir”, dijo Ruiz.

Fuente: http://laopinion.com/2017/03/29/no-recluten-a-estudiantes-para-deportar-a-sus-companeros/

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Modelo educativo y opinión pública

29 de marzo de 2017 / Fuente: http://www.excelsior.com.mx

Por: Carlos Ornelas

La contienda entre el gobierno de Enrique Peña Nieto y quienes se oponen a la Reforma Educativa se da en varios planos. En el Legislativo, el presidente —entonces en alianza con el Partido Acción Nacional y el Partido de la Revolución Democrática— ganó una batalla importantísima: enmiendas a la Constitución y dos nuevas leyes. Institucionalizó lo más importante, el servicio profesional docente. 

En el plano de la lucha política, el gobierno fue enrevesado. Por una parte, como diría Maquiavelo, el Presidente actuó como zorro. Puso en prisión a Elba Esther Gordillo y apaciguó —sin dejarlos gozosos, por supuesto— a sus vicarios. En sentido contrario, EPN operó de manera embrollada para bregar con los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación. Les ofreció prebendas y propició su crecimiento.

En la parte programática, el gobierno avanzó con propuestas concretas derivadas del ambiente internacional, planteadas en el Programa Sectorial de Educación 2013-2018. Por ejemplo, Escuela al centro, Autonomía de gestión escolar, Normalidad mínima, que el secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño, popularizó con su actividad mediática.

En el trozo de la ejecución, aun contra la oposición férrea de la CNTE y la desconfianza de docentes de base, la Secretaría de Educación Pública y el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación realizaron concursos para el ingreso a la profesión y la primera evaluación del desempeño docente. No obstante, la rivalidad, aunque exangüe, continúa y puede renacer en alguna coyuntura.

En el plano institucional, el gobierno implantó nuevas dependencias como la Coordinación Nacional del Servicio Profesional Docente y el Sistema de Información y Gestión Educativa; también recentralizó el pago de la nómina y eliminó la participación del SNTE en el sistema de incentivos a los maestros.

Sin embargo, en la pugna por la opinión pública que, en una de las acepciones que propone Jürgen Habermas, es la medida de la legitimidad, el gobierno sólo levanta cabeza cuando promueve alguna acción trascendente u organiza una ceremonia ostentosa para hacer un anuncio.

Por ejemplo, la firma del Pacto por México; el acto del 10 de diciembre de 2012, cuando el Presidente avisó que al día siguiente enviaría al Congreso la iniciativa de reforma constitucional; la gala del 25 de febrero de 2013 en el Palacio Nacional, para firmar el decreto de que la reforma era ley vigente; la captura de la señora Gordillo al día siguiente y el mensaje en cadena nacional de EPN para proclamar que nadie estaba por encima de la ley.

Empero, en términos generales, los opositores parecían llevar ventaja. Pusieron en la discusión pública, con éxito inusitado, que la reforma era laboral, no educativa —hasta el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, Enrique Graue, redimió esa idea— y por lapsos tomaron la iniciativa, salvo cuando la Policía Federal desalojó a militantes de la CNTE que habían bloqueado la Autopista del Sol; también cuando los expulsó del Zócalo.

La tendencia en la opinión pública era que la reforma no tocaría las partes sustantivas de la educación: pedagogía, currículo y formación de docentes.

A juzgar por la única encuesta que se ha publicado (ver el artículo de Ulises Beltrán y Alejandro Cruz, en Excélsior, 20 de marzo), el gobierno de Peña Nieto y la SEP recuperan terreno. Con todo y que nada más 41% de los entrevistados declaró conocer el Modelo, la mayoría (61%) expuso su acuerdo con él. En suma, generó expectativas optimistas.

La ceremonia del 13 de marzo en Palacio Nacional para presentar el Modelo Educativo de la Educación Obligatoria rindió frutos. La prensa y los medios —las redes sociales también— todavía se ocuparon del asunto. Los reporteros entrevistaron a expertos, docentes y padres de familia; decenas de editorialistas la comentaron. La emisión del Modelo era una deuda del gobierno con la sociedad; hoy trata de solventarla.

Si las nociones habermasianas son correctas, este hecho otorga credibilidad a la acción gubernamental. Pero no es permanente, la opinión pública es veleidosa y da giros bruscos. Si bien la propaganda intensa por radio y televisión que patrocina la SEP ocasiona que la gente sepa que hay un nuevo Modelo, no implica que todos lo crean.

Una legitimidad consistente sólo provendrá de la coherencia entre los planteamientos y los hechos. ¿Qué tanto podrá hacer este gobierno en menos de dos años? ¿Calará el modelo?

Fuente artículo: http://www.excelsior.com.mx/opinion/carlos-ornelas/2017/03/22/1153398

Foto: http://news.radiocentro.com/files/2015-07/Noticia_EdoOax_20150721_CarlosOrnelas.jpg

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Los costos de no analizar el “Nuevo Modelo Educativo”

Por: Oswualdo Antonio González

El llamado “Nuevo Modelo Educativo” presentado por Peña Nieto-Aurelio Nuño, no puede analizarse separado de la Reforma laboral impulsada desde el 2012 por el “Pacto por México”, hacerlo es un error que el magisterio pagará con creces el próximo ciclo escolar 2017-2018.

No realizar este análisis tendrá implicaciones similares a las ocurridas con la Reforma laboral, es decir, se nos arrebatará “todo” sin que sepamos siquiera qué es lo que está ocurriendo, o bien saliendo con vehemencia a las calles pero sin la claridad de lo que se “pelea” o puede “ganarse” o bien, limitándose a una agenda particular de protección para determinados intereses grupales y territoriales.

El problema con las implicaciones del “Nuevo Modelo Educativo” es que sus afectaciones no serán visibles de forma inmediata y tangible, como en el caso de los derechos laborales.

Lo que perdimos con la Reforma laboral en educación 

Sin ser exhaustivos, planteo en forma de lista algunas de las “cosas” que perdimos como magisterio, algunas aún en proceso de consolidación por las resistencias locales:

  • PERDIMOS el 33.3% del Normalismo, al degradar y denigrar la formación pedagógica especializada de sus egresados y dejarlos en desventaja frente a otros profesionales especializados en determinadas áreas del conocimiento, ya que los exámenes de “ingreso al servicio” priorizan, en una prueba “objetiva” el conocimiento disciplinar general y no el pedagógico-especializado. Los Maestros de las Escuelas Normales, no dimensionaron el impacto de esta decisión gubernamental y ahora sufren con el descenso de la “Matricula”, al punto que la relación maestro-estudiante es ya alarmante, o bien por el costo del estudiante normalista, tomando como referencia los salarios que cobran los maestros de Escuelas Normales. Con las jubilaciones anticipadas, reubicaciones o recontrataciones de los maestros de las escuelas normales se estará perdiendo el otro 33.3% del Normalismo. El último tercio se perderá de manera formal al inicio del ciclo escolar 2017-2018, al reducir la formación inicial de maestros a un simple proceso de “alineamiento” con el planteamiento curricular de la educación básica, con esta acción se vacía pedagógicamente a las Escuelas Normales y las reduce a un largo proceso de “habilitamiento” para la docencia en determinado curriculum.
  • PERDIMOS todos los derechos laborales de los maestros de nuevo ingreso, todos, condenando a las nuevas generaciones de maestros a la precariedad y la indefensión jurídica.
  • PERDIMOS la representación colectiva a través de los Sindicatos, ahora todas las relaciones se establecen de forma directa “trabajador-contratante”.
  • PERDIMOS el “derecho de propuesta”.
  • PERDIMOS la “movilidad” para mejorar la adscripción laboral.
  • PERDIMOS la negociación salarial y de prestaciones a nivel estatal.
  • Por mencionar las más visibles….

Lo que perderemos con la implementación del “Nuevo Modelo Educativo”

Solo mencionaré una cuestión, con la intención de que nos acerquemos de forma colectiva al citado documento, lo analicemos y tomemos decisiones de cara al inicio del ciclo escolar 2017-2018.

  • PERDEREMOS la autoridad académica como maestros y como escuela, ya que en el “Plan” de Peña-Nuño se plantea que sean los maestros quienes comuniquen a los padres de familia todos los cambios y beneficios que trae consigo el “Nuevo Modelo Educativo” para sus hijos y familias. En este sentido el “Nuevo Modelo Educativo” está diseñado como una campaña electoral, es un tejido de “promesas irrealizables”. Junto con la campaña escuela por escuela que llevarán a cabo los maestros “convencidos”, Nuño estará inundando la televisión, la radio, la prensa escrita y redes sociales con spots que promueven las bondades de su “Nuevo Modelo Educativo” y con ello crear la percepción que Nuño y maestros “son uno mismo”.
  • LA FRASE QUE ENGANCHA, como toda campaña, el éxito radica en encontrar la frase que “enganche” y se fije en el “imaginario”. Para esta campaña Nuño y sus asesores han seleccionado tres temas: contra la memorización, las escuelas decidirán una parte del curriculum y la educación emocional.
  • EL PROBLEMA será cuando termine la “campaña” y las escuelas y maestros deban cumplir con lo ofrecido. Los padres de familia no reclamarán a Nuño, lo harán a la escuela y a los maestros. El malestar contra los maestros crecerá, ya que lo que se observará será la incapacidad de los maestros y la desorganización de las escuelas para cumplir con las promesas.
  • DESPUÉS VENDRÁ LA OTRA CAMPAÑA (más agresiva y frontal) y se ubicará durante el segundo semestre del ciclo escolar 2017-2018. Su intención explícita será “defender” el “Nuevo Modelo Educativo”. Formará parte de la estrategia electoral del PRI, quienes utilizarán las escuelas como arenas desde donde se atacará al “candidato” que de ganar promete “tirar” la Reforma educativa y en consecuencia se debe votar por el partido de Peña-Nuño para mantener ésta “excelente educación”.

Lo expuesto anteriormente es solo un ejemplo para llamar la atención de maestros, directivos y autoridades sobre la importancia de analizar el “Nuevo Modelo Educativo” y tomar decisiones respecto de la información que se hará llegar a los padres de familia y así sacar a las escuelas de este juego electoral perverso. No están a discusión las preferencias políticas o electorales de los maestros, lo que está en juego es el presente y futuro de la educación pública.

Debemos fortalecer el Frente de lucha pedagógico, urgen las voces académicas del MMPV, la CNTE, el CEND, de las diversas organizaciones magisteriales regionales, de los Sindicatos progresistas o no, de las Universidades y Centros de investigación, de los analistas, de los Normalistas y de todo aquel interesado o involucrado con la educación pública para imaginar una ruta de acción que blinde a las escuelas de esta estrategia electoral del PRI.

Las primeras reacciones de académicos como Manuel Gil Antón, Alberto Arnaut, Ángel Díaz Barriga, Imanol Ordorika, Claudia Santizo y otra decena de voces, logró mostrar que esta propuesta de la SEP, es demagógica, inviable y vacía pedagógicamente, la urgencia radica ahora en diseñar una ruta de acción alternativa, ya que a pesar de todas las críticas el “Nuevo Modelo Educativo” se aplicará el próximo ciclo escolar.

No basta con los llamados a LUCHAR y RESISTIR es urgente diseñar propuestas alternativas para enfrentar el próximo ciclo escolar. En esta línea, el Portal Insurgencia Magisterial estará diseñando y compartiendo diversos materiales, se necesitan mas manos e imaginaciones para defender pedagógicamente a la educación pública.

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/los-costos-de-no-analizar-el-nuevo-modelo-educativo/

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Macri: maestro de un plan contra la educación pública

Por: María Díaz Reck

En medio de la lucha docente, el Gobierno anunció los resultados del cuestionado Operativo Aprender usándolos como fundamento para proponer un proyecto de ley denominado “Plan Maestro”.

La semana pasada el presidente Mauricio Macri afirmó que los chicos «caen» en la escuela pública. Con este discurso provocador anunció un plan que busca reformar el sistema educativo con 108 metas que se proponen llevar adelante entre los próximos 5 a 10 años.

Algunos de los puntos principales del plan son: Garantizar la cobertura universal del nivel inicial desde sala de 3; para 2021 lograr que todos los alumnos del nivel secundario superen el Nivel 1 en lengua, matemática y ciencias en las evaluaciones Aprender; lograr en diez años que disminuya un 70% el abandono escolar en la escuela secundaria; generar sistemas de información y evaluación educativa “integrales y confiables”; crear un nuevo sistema nacional de carrera docente para el 2021; lograr que el 100% de los directivos y supervisores en ejercicio hayan realizado una actualización de formación específica en liderazgo educativo ( esto para el 2021); universalizar el acceso a las tecnologías de la información, logrando el 100% de las escuelas estatales conectadas a Internet para 2021.

Educación inicial

El gobierno nacional no ha difundido el texto completo del proyecto de ley ni de qué manera podrá garantizar algunos de los puntos que aparecen en el plan, como poder garantizar la cobertura universal del nivel inicial desde sala de 3 años.

Este nivel vive constantemente postergado. Se calcula que en la Argentina hay 638 mil niños de entre 3 a 5 años que no van a la escuela. Además, según datos oficiales del 2012 (en plena época kirchnerista), la cobertura escolar para chicos de 2 años alcanza sólo al 40%, la cifra se reduce a 7% para los de 1 año y llega a 3% para los que tienen entre 45 días y un año. Esto genera, desde la primera infancia, desigualdad. Ya que el Estado deja librado al poder adquisitivo de las familias la educación inicial de los más pequeños.

Abandono escolar

Otro punto que aparece en el plan es lograr en diez años que disminuya un 70% el abandono escolar en la escuela secundaria. Aunque ha aumentado la matrícula y la escolarización, eso no significó que se hayan mantenido en la escuela. Un informe de Idesa plantea que la tasa de abandono interanual llega al 15,8%.

A la deserción se agrega los que ni siquiera comienzan la secundaria. Según datos de IIPE-Unesco aún no acceden a la escuela más de 1 cada 10 adolescentes de entre 12 y 17 años. La exclusión sigue afectando a los sectores de menores ingresos: el 13,4% de los adolescentes que aún falta escolarizar son los más pobres de las zonas urbanas y los que viven en parajes rurales aislados. Según el mismo informe, la región más atrasada en nuestro país es Cuyo.

El abandono escolar se produce mayoritariamente en las familias que no cuentan con ingresos económicos para solventar los estudios y muchos adolescentes se insertan en mercado laboral para generar un ingreso extra en la familia debido a la precarización y los bajos salarios de los sostenes de hogar. Un claro ejemplo se da en las yerberas y vitivinícolas que cuentan con el trabajo infantil para seguir amasando riquezas.

Recortan el presupuesto educativo

Lo que no informó Macri es con qué presupuesto van a avanzar en los objetivos propuestos. En el distrito más importante del país, el año pasado el gobierno de Vidal, con el aval del Frente Renovador de Massa y del PJ, redujo el presupuesto para Educación en un 3,2 %. Este recorte implica, por ejemplo, la no construcción de 998 escuelas secundarias o de 1.764 jardines de infantes en toda la Provincia. El presupuesto de 2017 para Educación es el más bajo en 23 años.

Durante los ocho años de gobierno de Daniel Scioli el presupuesto educativo fue cayendo paulatinamente (en 2008 fue del 33,2 % y en 2015 llegó a bajar al 27,8%).Con el gobierno de Vidal vuelve a caer y ese ajuste repercute en las condiciones en las que los casi cuatro millones de niñas y niños estudian en las escuelas públicas bonaerenses.

En CABA también recortaron el presupuesto para educación: De representar el 27,8 % en el 2011 cayó al 22,2 % en el 2015 y al histórico 18,5 % para el 2017.

¿Cómo se podrá garantizar la cobertura universal del nivel inicial desde sala de 3 o reducir el abandono escolar si recortan los presupuestos educativos en las provincias; impidiendo la construcción de escuelas y jardines y destinando migajas al salario docente?

Las y los docentes: convidados de piedra

Otros de los puntos que aparecen en el plan están relacionados con la “evaluación continua de los docentes”. El antecedente de esto es el “Operativo Aprender”, en el cual el Gobierno destinó millones para una evaluación externa y estandarizada. Uno de los objetivos de las “evaluaciones” que proponen es profundizar la precarización laboral de miles de docentes, ya que abre la posibilidad del salario por mérito.

Macri, Vidal, Bullrich y Finocchiaro hablan de educación pero saben muy poco de la escuela pública. Sin embargo, para hablar de números son mandados a hacer y cobran fortunas, varios sueldos docentes, para implementar estas políticas mientras siguen destinando millones para subvencionar la escuela privada.

Son las y los docentes, junto a estudiantes y las familias, quienes conocen a fondo las necesidades y problemas de la educación pública. Por esto, cualquier debate sobre cambios en la educación y la escuela debería empezar por las y los docentes. Macri lanza este plan mientras continúa su ataque a la educación pública y a la docencia que lucha para defenderla.

Estas semanas de lucha demuestran que hay fuerzas para derrotar los ataques. Al mismo tiempo que se redobla la lucha contra los planes de Macri y Vidal, es de primer orden continuar el debate en las escuelas, con el conjunto de la comunidad educativa, sobre cuál es la escuela pública que necesitamos el conjunto de las y los trabajador@s.

Fuente: http://www.laizquierdadiario.com/Macri-maestro-de-un-plan-contra-la-educacion-publica

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