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Un mapa de la precarización para controlar y gobernar a las maestras y maestros en la 4t

Por: Marcelino Guerra Mendoza, Lucía Rivera Ferreiro, Roberto González Villarreal

Trazar mapas para comprender de dónde venimos, en qué lugar nos encontramos y hacia dónde nos dirigimos, resulta totalmente necesario para entender el territorio en el que actuamos, sentimos y pensamos. Como todo proceso, la precarización del trabajo docente no se da de la noche a la mañana, de manera fortuita, implica un antes, durante y, también, un después.

En este caso, nos referiremos al territorio en el que se desenvuelve la práctica docente actual, un reconocimiento necesario para poder moverlo, cambiarlo, transformarlo, incluso desterritorializarlo para construir nuevos senderos, caminos, tiempos y lugares diferentes orientados por el bien común del magisterio. Esta es la intención de este Cortocircuito.

Primera coordenada

La primera coordenada del mapa tiene que ver con situar la intención de fondo de la reforma educativa 2013: la construcción de un maestro neoliberal para la formación del nuevo capital humano, acorde con la lógica y racionalidad del mercado. La construcción de esta primera coordenada ha transitado por distintas estaciones, veamos cuáles son.

  • La reforma educativa aprobada en 2013, logró profundizar la interiorización de valores como el individualismo y la competitividad, características del sujeto empresario de sí mismo, responsable de sus propios logros, en este caso, para alcanzar los mejores resultados en las evaluaciones y ser reconocido como idóneo, y por ende,  aceptado, social y educativamente. No es que los maestros produzcan bienes para el libre comercio, sino que ellos mismos fueron sus propios bienes, al aceptar y adoptar como suya, la racionalidad neoliberal inherente a la evaluación docente, transitando primero por la pérdida de identidad gremial, y adentrándose en las veredas de la inseguridad, la incertidumbre y la ruptura de la colectividad. para llegar a su reconfiguración.
  • Esta reconfiguración no ocurrió de la noche a la mañana, tampoco surgió de un simple y llano y decreto. Se emplearon distintos medios, uno de ellos la denostación del magisterio, señalándolo como el principal responsable de la baja calidad educativa; estas campañas se impulsaron por diferentes grupos poderosos, mucho antes de la aprobación de la reforma 2013, generando una percepción negativa en la población. Cuando el magisterio comenzó a   protestar contra la reforma, la animadversión social previamente alimentada, se convirtió en un muro de contención, un dique que impidió defender o protestar en contra de la violencia, las agresiones y muertes desatada contra el magisterio nacional, principalmente, contra las fracciones disidentes.
  • En el mapa de la precarización, un elemento fundamental ha sido la serie conceptual calidad-máximo logro de aprendizajes-evaluación docente, así como el establecimiento de la idoneidad como atributo o cualidad a ser demostrada a partir de la evaluación de ingreso, permanencia y promoción. Pasó tiempo para que el magisterio cayera en cuenta del enlace perverso entre estos tres conceptos, aún ahora no son del todo claros. Esto se debió en buena medida, al papel desempeñado por el canon crítico de la reforma 2013, definiéndola como simplemente, laboral, administrativa y punitiva, asegurando que no era educativa porque carecía de modelo pedagógico. Pero sus críticas pronto fueron escuchadas: en 2016 se dio a conocer, en 2017 se publicó en el Diario Oficial, y a partir del ciclo escolar 2018-19, se puso en práctica el Nuevo Modelo Educativo (NME).
  • No fue necesario contar con el NME desde el principio de la reforma, tampoco evaluar al millón de maestros y maestras para sentar las bases de la obediencia irrestricta y seguir al pie de la letra los designios de la autoridad educativa en turno. La percepción en la población de que los maestros eran flojos e irresponsables había ganado terreno, difícilmente iba a salir en su defensa cuando se desataron la violencia y las agresiones físicas contra los maestros. Esta es otra vereda por la transitó la inseguridad e incertidumbre del magisterio, contribuyendo a instalar rápidamente la aceptación, así fuese por la fuerza, de la evaluación; hoy día los propios docentes demandan su aplicación. El canon crítico continúo deshierbando el terreno, facilitándole al gobierno de la 4T la continuidad de la evaluación docente, eliminando únicamente la evaluación de permanencia y aceptando todo lo demás. Se mantuvo así la racionalidad neoliberal, predisponiendo y orientando a los maestros para actuar sobre sí mismos, reforzando la idea de que para sobrevivir hay que competir, asumiendo como norma de conducta cumplir con la evaluación para no ser castigado en el empleo, en la remuneración o en el desarrollo de la carrera docente.
  • Así llegamos al reconocimiento de uno de los principales logros de la racionalidad neoliberal: que los docentes se gobiernen a sí mismos; esta es la gran innovación de la evaluación como tecnología del sí. El gobierno de sí no consiste, por lo tanto, en conducir la vida de uno mismo de forma lineal, rígida y dentro de un marco definido, sino que se logra a través de mostrar que se es capaz de adaptarse a la flexibilidad, de desplegar el esfuerzo individual y la disposición a los cambios y respuestas requeridas de manera eficaz en tiempo y forma, naturalizando el emprendimiento como un atributo cada vez más valorado en la práctica docente. El maestro competente y competitivo se encuentra caracterizado por el proceso mismo de mejora de sí al que se ve conducido, que lo lleva a perfeccionar sin cesar sus resultados y sus rendimientos.
  • En síntesis, la  primera coordenada para comprender cómo se forjó el territorio de la precarización, es que la reforma educativa 2013, además de reconfigurar el sistema educativo, generó un modo de gobernar a maestros, alumnos, directores, supervisores, apoyos técnicos pedagógicos, autoridades y padres de familia sin gobernarlos directamente.  El máximo logro de aprendizajes de los alumnos y la demostración de idoneidad de los maestros mediante las evaluaciones, tiene repercusiones sociales, cultural, políticas y económicas. Las prácticas pedagógicas se han visto cada vez más influidas por la forma mercado, y junto con ello, emergen subjetividades que regulan comportamientos, relaciones e interacciones entre maestros y entre maestros-alumnos, lo importante en educación no es lo que se enseña sino cómo se enseña y ahí se sitúa su largo alcance en el tiempo.

Segunda coordenada

Como siguiente coordenada, tenemos la mal llamada cancelación de la reforma educativa, una promesa incumplida a los maestros por parte del gobierno de la cuarta transformación. r la “mal llamada reforma educativa”.

  • En 2018, después de las elecciones, las protestas magisteriales desaparecieron del mapa; maestras y maestros dejaron de luchar, suponiendo quizá que la promesa de cancelación de la reforma 2013 se cumpliría a cabalidad y todos los agravios de que fueron objeto serían resueltos por el nuevo gobierno, después de todo había sido una promesa de campaña reiterada. Parecía que así sería, en diciembre AMLO envió la iniciativa de reforma constitucional al Congreso y para el 15 de mayo, ya había sido aprobada.  El 27 de mayo de 2019, el grito de la dirigencia de la CNTE al salir de una de las tantas reuniones sostenidas con AMLO, se escuchó fuerte y claro: “Ya cayó, ya cayó, la Reforma ya cayó”, gritan líderes de la CNTE en Palacio
  • El gobierno de la 4T logró contener las resistencias y gestionaron las resistencias magisteriales; hoy sabemos que todo fue parte de una estrategia política para hacerle creer  a los maestros que se había cumplido con la cancelación prometida. Ahora sabemos que en realidad  la reforma 2013 no cayó; la promulgada en 2019 sirvió para hacer más tersa e imperceptible la normalización y profundización de la racionalidad neoliberal en educación. Sostenemos que la reforma educativa de la 4T legitima, continúa y profundiza la reforma educativa neoliberal del 2013; en el libro La Continuidad Neoliberal explicamos con detalle por qué.
  • Uno de los efectos de la reforma de la 4T es la normalización de la precariedad -o al menos eso es lo que pretende-, ahora potenciada por la pandemia y la sobreexplotación del trabajo docente a la que ha llevado a los maestros y maestras.
  • La reforma educativa de la cuarta transformación dejó intacto el concepto de calidad entendida como máximo logro de aprendizajes; y por si eso no fuera suficiente, le adicionó el de excelencia. Ésta no es una cuestión menor, considerando el desbrozamiento del territorio de la precarización que ya comentamos en la primera coordenada. Nunca se cortó el dispositivo de la racionalidad neoliberal, como advertimos que era necesario en el texto Cancelar la reforma-educativa en México: un kit para luchar contra la educación neoliberal. Ciertamente, la evaluación de permanencia se eliminó, pero la de ingreso  y promoción siguen haciendo estragos, pero las sentidas protestas y resistencias no son escuchadas. Y quienes se atrevieron a demandar condiciones para presentar el examen de admisión a las normales  en forma presencial, como fue el caso de los normalistas de Mactumatzá,   fueron detenidos y se les siguen procesos penales. Y aunque amplios sectores magisteriales fueron objeto de fuertes agresiones en el pasado inmediato, no se observan las muestras de apoyo que hechos similares detonaron en otros momentos. Estos hechos muestran que la reforma anterior no cayó, pero la actual si calló al magisterio.
  • No se nos olvide que tampoco existieron mayores protestas cuando AMLO anunció que un pro empresario ocuparía el máximo cargo en la SEP. Tampoco sucedió nada con su reemplazo, una excandidata a la gubernatura del Estado de México y exsenadora por Morena, quien en esa calidad lo único que propuso fue incorporar en los planes y programas de estudio, una asignatura de emprendedurismo, máximo valor neoliberal (Delfina, una emprendedora en la SEP). Por si quedaba duda alguna, al llegar a la SEP declaró que no venía a cambiar nada, continuaría lo que Moctezuma Barragán dejó establecido antes y durante la emergencia sanitaria producida por la pandemia de la COVID-19.
  • Sin duda alguna, la emergencia sanitaria agudizó la precariedad docente. Aprende en Casa I y II dieron la pauta para profundizar la sobre explotación de las maestras, pero también arrastró a las familias, principalmente a las madres de familia, en el apoyo y supervisión de las clases remotas; los gastos se incrementaron,  hasta la fecha siguen corriendo a cargo de las familias y maestras la compra de dispositivos, el pago de servicios y la adquisición de los materiales necesarios para desarrollar los programas y asegurar el máximo logro de aprendizajes en los estudiantes., que es al parecer, lo más importante para la SEP.
  • En el caso de las y los maestros, a pesar de estar asumiendo desde hace más de un año los gastos que implica sostener las clases vía remota, cual si fuera una burla y humillación, la SEP y el SNTE pactan un aumento de 3.9% al salario y 1.8% en prestaciones como forma de reconocer el “extraordinario compromiso del magisterio con la educación, en los meses de confinamiento sanitario por la pandemia” y para demostrar “el aprecio y el cariño del pueblo mexicano, en especial de las madres y padres de familia con hijos en edad escolar, pues han constatado que son insustituibles”, dijo Delfina Gómez, titular de la SEP ( SEP y SNTE acuerdan aumento salarial del 3.9% al salario). Siguiendo la misma tónica, anunció a mediados de junio un bono de 720 pesos como “reconocimiento extraordinario a la labor docente ( Docentes recibirán 720 pesos como reconocimiento extraordinario). Año y medio de gastos sin los ingresos necesarios para solventarlos, tampoco parece ser motivo suficiente para que se desaten las protestas y la movilización del magisterio nacional. Gastar lo que no se tiene para cubrir el servicio educativo y conservar el empleo, es una evidencia más de la precariedad docente profundizada y bien aprovechada por la t4 para gobernar el sistema educativo y al magisterio en general. En las actuales circunstancias, este bono raquítico simboliza la sobreexplotación a la que se han visto expuestas principalmente las maestras, quienes se enfrentan a una sobrecarga de trabajo.
  • Finalmente, pero no menos importante: la precariedad docente no se detiene, al contrario, amenaza con profundizarse luego de la imposición de medidas arbitrarias como la extensión del calendario escolar a 200 días para el ciclo 2021-2022; de facto se reducen las vacaciones, el llamado receso escolar desaparece y se agregan capacitaciones, consejos técnicos, valoraciones diagnósticas, más lo que se le ocurra a la SEP en el camino. Esta vez, hay que decirlo, sí hubo reacciones de enojo e indignación por parte de las y los maestros; el video mensaje de la secretaria deslizando que, por instrucciones del Sr, presidente, el magisterio había recibido su salario. Ésta fue la gota que derramó el vaso del desacuerdo y la indignación magisterial, expresados en redes sociales hace unos días. Habrá que ver si se sostiene y hasta dónde llega. Un gobierno que pretende una transformación nacional, no solo incumplió la promesa de cancelar la “mal llamada reforma educativa”; también ha propiciado el maltrato al magisterio que prometió combatir.

Así es como vemos el modo en que se ha ido trazando el territorio de la precarización docente. Una vez que sabemos dónde estamos parados, lo que sigue es discutir hacia dónde queremos dirigir nuestros pensamientos, sentimientos y acciones para no quedarnos en las lamentaciones ni en la aceptación de la precariedad como si fuese nuestro único destino.  En esto, las maestras y comunidades escolares, tiene mucho que decir.

Fuente de la información:  https://insurgenciamagisterial.com

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La Continuidad Neoliberal

Por: Juan Carlos Miranda Arroyo

Existen diversas interpretaciones e ideas de coincidencia con el contenido del libro: “La continuidad neoliberal”, de Roberto González Villarreal, Lucía Rivera Ferreiro y Marcelino Guerra Mendoza (Ediciones Navarra, 2020), el cual comentaremos en una mesa de análisis dentro de unos días (1).

En esta ocasión comparto un adelanto de mis comentarios sobre ese interesante texto, escrito por la conocida “banda de los tres”, que también son autores de la columna “Cortocircuito” de Insurgencia Magisterial; investigadores y docentes que trabajan en el doctorado en Política de los Procesos Socioeducativos, de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN, Ajusco).

En este libro: “Se trata de analizar la producción de una reforma constitucional a partir de la problematización de la que surge; de las diversas opciones que se presentaron, de sus particularidades y sus razones; de sus conceptos y medios de acción; de las formas institucionales propuestas y los organismos que se crean o modifican. Se trata, en consecuencia, de la conformación del marco constitucional que cancelaría la reforma del Pacto por México (Guerra Mendoza, 2018).” (p. 13)

Un punto de coincidencia es el hecho de señalar la diferencia entre lo prometido y lo realizado en el proceso de generación de la Reforma Educativa impulsada por el gobierno de la 4T (2018-2019).

De hecho, al respecto he planteado que existen dos momentos en el proceso reformista en cuestión:

√ 1) Los planteamientos de AMLO como candidato a la presidencia (2018), en dos actos importantes realizados en Zacatecas y Oaxaca, cuando habló de un “cambio radical” de la educación en México.

√ 2) Lo expresado por el gobierno federal, meses después, al dar a conocer los términos de las reformas realizadas (o logradas) al texto constitucional, sobre todo al Artículo Tercero, en mayo de 2019.

También encuentro consenso con lo dicho por la y los autores mencionados, en torno a la importancia de realizar una interpretación del reformismo educativo en nuestro país, a partir de las relaciones de poder que se tejen para concretar cada proyecto de reforma (como procedimiento y como escenografía del complejo proceso reformista); así como con la ocupación y tránsito de las formas-estructuras institucionales para concretar la iniciativa del “cambio” educativo (la dinámica de las intencionalidades políticas); y con la pertinencia y necesidad de llevar a cabo un análisis detallado del proceso legislativo, que en sí mismo es una virtud del libro referido.

Una selección parcial de textos

Algunos párrafos que me parecieron significativos para entender la racionalidad del análisis propuesto por la y los autores de este libro, son los siguientes: “En realidad, el proceso de producción de esta reforma constitucional estuvo plagado de dificultades, críticas y contradicciones de todo tipo. Desde cuestiones técnico-jurídicas hasta confrontaciones paradigmáticas entre los funcionarios del Instituto Nacional para la Calidad de la Educación (INEE) y el nuevo gobierno; desde acuerdos con la dirigencia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) hasta largas confrontaciones con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), comentaristas e investigadores.” (p. 12-13)

“Una reforma constitucional es una forma de institucionalización de un dispositivo de gobierno. Ésta es la perspectiva que hemos desarrollado en un conjunto de investigaciones sobre la reforma educativa en México. Se trata de considerarla un momento, una fase de un proceso que se despliega en múltiples direcciones, con diversos medios de acción, en un discurrir agonista, en el que se enfrentan distintas fuerzas sociales, en espacios diferenciados, a partir de problematizaciones histórico-políticas que se manifiestan en diversas iniciativas, programas, acciones, proyectos, cambios institucionales y formas organizativas (González Villarreal, R., Rivera Ferreiro, L., Guerra Mendoza, M, 2017). (p. 13)

La crítica conceptual y metodológica

“No se trata, en consecuencia, del análisis de actores en la política educativa, como en cierta sociología política o los estudios del political decision-making process (Fischer, 2006), sino de la configuración de problematizaciones sociales, en las que se forman fuerzas políticas, que definen objetos de intervención específicos, con objetivos diferenciados y libran batallas puntuales que se traducen institucional, organizativa y/o programáticamente. Las fuerzas se constituyen, no están constituidas, ni actúan de manera homogénea, sino por reparticiones diferenciadas, según sintaxis políticas y dimensiones particulares de deseos, tácticas y estrategias.” (p. 15)

Los ejes de análisis

“…el análisis de la reforma es particularmente sensible a la estructuración del territorio en el que se desenvuelven los conflictos para la producción de la ley, así como a los tiempos que forma, densifica, extiende, surca y/o ralentiza. El tiempo, por ejemplo, está íntimamente relacionado con los procesos decisionales por límites calendáricos: duración de legislaturas, de períodos, de discusión, de análisis, de sanción, llamados, convocatorias; pero también por surcos marcados por la intensidad de las refriegas, por la amplitud de los espacios agonistas, por la cantidad de objetos de intervención; además por la aceleración de los intercambios políticos, entre muchas otras cuestiones. El espacio educativo, por su parte, está en permanente redefinición, alargamiento, concentración, dispersión, por la intervención de problematizaciones históricas, por la ordenación de nuevos objetos educables, por la introducción de nuevas técnicas de regulación, por la pedagogización de otros campos sociales, por la aparición de fuerzas políticas, entre otras cuestiones.” (p. 15)

Otro punto de coincidencia con las ideas contenidas en este libro, es la percepción de ausencia de un proyecto educativo propio, estructurado, de mediano o largo plazo por parte del gobierno de López Obrador: “En ninguno de los casos se establecen propuestas alternativas, a no ser modificaciones puntuales, derogaciones y abrogaciones. Sólo el PT llama a realizar discusiones y consensos en los transitorios; pero nadie relaciona la cancelación con un programa de transición hacia otra reforma educativa y menos hacia un nuevo sistema educativo nacional. No hay ninguna relación entre la cancelación de la reforma y la 4T, a no ser un compromiso de campaña con un magisterio ofendido, dolido y humillado.” (p. 39)

“La Iniciativa (reformista), entonces, ensambla cuestiones estructurales de la 4T, como son las desigualdades sociales, con los problemas de implementación de la reforma educativa precedente; sobre todo, diríase única y exclusivamente, en las afectaciones laborales al magisterio y sus efectos contraproducentes en el aprendizaje escolar.” (p. 45)… “: los problemas planteados en la Iniciativa de reforma a los artículos 3º, 31 y 73 constitucionales, enviada por el presidente Andrés Manuel López Obrador a la Cámara de Diputados, el 12 de diciembre de 2018, son de dos tipos: la lucha contra las desigualdades, una lucha histórica, que da fundamento y destino a la 4T; y los problemas derivados de la implementación de la reforma neoliberal de 2012-2013.” (p. 47)

“De esta manera se construyó el adversario político, legislativo y conceptualmente poderoso, aunque numéricamente débil. Su fuerza fue estratégica: tuvo que ser considerado para negociar, por eso se concentró en el discurso, en las percepciones, en las referencias; y estableció sus líneas rojas, sus puntos de no retorno, sus límites en la negociación. En otras palabras, en el momento en el que se presenta la iniciativa de reforma constitucional del Bloque Opositor –el Pacto por México reloaded–, la iniciativa para reformar la reforma neoliberal entra en un combate parlamentario de posiciones, en el que las presiones, las fintas, las percepciones, los chantajes, los ataques parciales y los objetivos estratégicos son fundamentales.” (p. 126)

A propósito de lo señalado al final del párrafo anterior, y para entender el fondo del proceso reformista en México, un concepto o una apreciación interesante que proponen la y los autores del libro analizado, es el que se refiere a “El Pacto por México reloaded”. Si bien los términos de la reforma educativa de la 4T se negociaron con un interlocutor-adversario político existente, tangible, (las inercias del “Pacto por México” o “PRIANRD”), lo cierto es que el impulso del proyecto educativo de Peña Nieto (2012-2018), quedó severamente debilitado.

Sin embargo, esa transformación sólo fue superficial: Como fue evidente, a partir de 2019, ya no fue viable imponer, sino negociar los nuevos consensos desde “arriba” (con las élites dirigentes), para dar continuidad a una “reforma educativa estructural” que descansara en los conceptos de calidad (con “excelencia”, con enfoque de derechos y énfasis en la equidad con dignificación humana); en la evaluación de las figuras educativas (docentes, directivos escolares y asesores técnicos, sin efectos en la estabilidad laboral); en la noción de “mejora continua” y un INEE reciclado; y en reglamentar la lógica que piensa los avances educativos en términos, principalmente, de los aprendizajes escolares y su respectiva evaluación estandarizada. Así va, así sigue “La Continuidad Neoliberal”.

Fuente consultada:

(1) Roberto González Villarreal, Lucía Rivera Ferreiro y Marcelino Guerra Mendoza (2020) La Continuidad Neoliberal. La producción de la reforma constitucional en educación: 2018-2019. Ediciones Navarra. Este texto será comentado con Erick Juárez Pineda (EF), Alberto Colín Huizar (UV) y Marcelino Guerra (moderador), el próximo día 8 de julio, 2021, a través de plataformas digitales.


Fuente de la información:  SDPnoticias

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Se pretende iniciar con las clases semipresenciales en siete departamentos Honduras, ¿cuándo sería?

Por: radiohrn.hn

El secretario de Educación, Arnaldo Bueso, informó en el noticiero Prensa del Aire de HRN, que se pretende iniciar , en medio del aumento de casos de covid/19, con el proceso de las clases semipresenciales en siete departamentos de Honduras.

“En siete departamentos del país es donde pretendemos con la reapertura semipresencial de clases, donde haya un buen manejo de la pandemia”, dijo el secretario de Educación.

Bueso aseguró que se pretende comenzar con las clases semipresenciales en los lugares con baja incidencia de los casos de covid, y que el personal administrativo y docentes estén vacunados contra el nuevo virus.

De acuerdo con el funcionario, de 12 mil vacunas asignadas a los docentes, se han aplicado a  10 mil maestros en aquellos lugares donde se pretende comenzar con las clases.

“De las mil vacunas, solo nos queda el departamento de Yoro, para complementar las dosis. Esperamos que esta semana la Secretaría de Salud nos asigne más vacuna para continuar con la jornada”, comentó Bueso.

Al ser interrogado qué cuándo se comenzaría con los programas pilotos de las clases semipresenciales, el secretario de Educación respondió, “el docente que se ha vacunado con las dos dosis podríamos abrir los centros educativos. Sería hasta que los docentes tengan las dos dosis, hace una semana se aplicaron la primera dosis, se podría iniciar a finales de julio”.

Según Bueso, el regreso seguro de clases se estaría registrando en unos 154 centros educativos del país, donde se experimenta una baja en el comportamiento de los casos de covid.

Cabe mencionar que, los centros educativos de Honduras fueron cerrados en marzo del 2020, fecha desde que los niños y adolescentes han recibido sus clases de manera virtual.

Casos covid en Honduras

A la fecha en Honduras se contabilizan un total de 270 mil 020 casos de covid, 7 mil 149 muertes y 93 mil 654 recuperados, según datos del Sistema Nacional de Gestión de Riesgos.

https://www.radiohrn.hn/se-pretende-iniciar-con-las-clases-semipresenciales-en-siete-departamentos-honduras-cuando-seria

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La educación pública en la pandemia o el valor de lo esencial

«Yo no he visto institución tan funcional en la vida como la de la escuela. En antropología se define «Función» como la contribución que hace una institución para el mantenimiento de toda la estructura social. La escuela, esa contribución la hace a la perfección.» (Juan Izuzquiza: Borregos que ladran)

Llega a su fin un extraordinario curso académico, es decir, un curso ajeno a lo ordinario o fuera de lo normal. Sin duda esa fue una de las primeras señales en marzo del año pasado de que algo verdaderamente grave estaba pasando. Cuando por aquel entonces se hizo incontestable que nos estábamos enfrentando a una pandemia ante la evidencia de la incontrolada propagación del SARS-CoV-2, uno de los acontecimientos de entre los muchos que se fueron precipitando y que nos hicieron afrontar ineludiblemente la cruda realidad fue el cierre de los centros educativos. Su funcionamiento es uno de esos elementos de nuestra cotidianeidad que son esenciales para otorgarnos esa sensación de normalidad que se nos olvida de tan naturalmente instalados que nos encontramos en ella, pero que es imprescindible para poder disfrutar de una existencia civilizada, es decir, una existencia en la que se dan las condiciones necesarias para que cada cual pueda plantearse la realización de un proyecto de vida propio con cierto nivel mínimo de confianza o, lo que es lo mismo, conviviendo con un grado de incertidumbre psíquicamente tolerable (no ansiogénico).

Un detalle que sintetiza lo dicho es que a la vuelta de las vacaciones de verano cada año, cuando en los medios de comunicación se habla de «la vuelta al cole» se la presenta como el reinicio irreversible de «la normalidad», o sea, del fin de esa etapa veraniega en la que parece que tácitamente hemos consensuado darnos una tregua, suspender –al menos aparentemente– el frenético flujo de actividades con las que tenemos ocupado nuestro tiempo diario según dicta esta omnímoda cultura del rendimiento.

Ciertamente era importante volver a la escuela en este curso que apura sus últimos días en el momento que escribo estas líneas. Se dijo el año pasado antes de su inicio que era fundamental, porque no era lo mismo la enseñanza telemática que la presencial. Que impedía que la institución cumpliera con una de sus funciones esenciales en nuestro Estado, el cual no sólo se define constitucionalmente como democrático y de derecho, sino también como social, lo que quiere decir que ha de procurar el cuidado de las condiciones mínimas que permitan el bienestar de sus ciudadanos. Entre esos mínimos se encuentra sin discusión la procura de una educación para todos ellos sin excepción.

No hay derechos sin obligaciones. Si se reconoce el derecho a la educación se está asumiendo una obligación por parte del Gobierno de garantizarla. Como se había constatado que la enseñanza por medios digitales y a distancia durante el confinamiento no cumplía satisfactoriamente con dicha obligación (la así llamada brecha digital acentuaba las injustas desigualdades sociales) era imperativo que los alumnos volvieran a los centros educativos. Lo que –no lo olvidemos– en plena pandemia suponía asumir un importante riesgo.

El verano pasado fue de mucha preocupación para el colectivo de los docentes. Los trabajadores de la sanidad eran los que entonces ya llevaban un largo tiempo en primera línea en la lucha contra la propagación de la COVID-19. Y estaban pagando un alto precio por ello. Todos lo reconocíamos, aunque sin duda no suficientemente. A partir del inicio del curso, tras ese verano, éramos los maestros y profesores los que con un riesgo significativo nos incorporábamos al colectivo de «los esenciales». La vuelta de los jóvenes a las aulas suponía la convivencia durante jornadas de unas seis horas al día de grupos de personas de número considerable en espacios cerrados. Con niños y adolescentes, por muy enmascarados que acudiesen al aula, no cabía seguridad de que su comportamiento se fuese a ajustar responsablemente a las exigencias de prevención que imponía la situación de pandemia.

Mientras que los funcionarios de casi todas las administraciones teletrabajaban y/o se bunkerizaban en sus despachos y oficinas con el fin de protegerse de los posibles contagios, incluso colocando a la puerta de los distintos edificios administrativos guardias jurado que impedían la entrada a todo usuario que no hubiese logrado con mucho trabajo una cita, nosotros, los integrantes del personal docente, teníamos que hacer lo de siempre: encerrarnos en nuestras aulas hora tras hora con clases, en muchos casos, de en torno a treinta alumnos.

Es verdad que se nos dieron unas instrucciones; aquí, en Andalucía, muy poco tiempo antes del comienzo de la actividad lectiva. De los equipos directivos que se encontraban al frente de los centros tuvieron que salir improvisados técnicos de prevención de riesgos para implementar las medidas que debían servir para disminuir la aparición de brotes de contagio. Eso supuso un trabajo monumental con el que se dejó totalmente solo al personal docente a cargo. De él saldría un responsable coordinador Covid, que ha sobrellevado una responsabilidad abrumadora pues ha estado al frente de la supervisión del dispositivo de prevención y control de contagios. Se nos endosó a los claustros de profesores la difícil decisión de cómo organizar la enseñanza para lograr que, sin renunciar a la presencia mayoritaria de los alumnos, no se pusiera en riesgo su salud y la de sus familiares. Nosotros, los docentes, teníamos que afrontar a diario una situación objetivamente de peligro, y solo iba a depender de nosotros, de nuestra precaución y suerte que no nos contagiásemos.

El curso dio comienzo –como es bien sabido– en septiembre: con mascarillas, con ventanas abiertas de par en par, con más limpieza. Dar una clase con mascarilla no es fácil cuando tratas de explicar contenidos académicos a nutridos grupos de chavales cuya atención has de captar, sobre todo cuando hace calor y notas que el sudor resbala por tu boca tras la dichosa tela. Entrar en un aula gélida las mañanas de invierno porque no se pueden cerrar puertas y ventanas para así evitar el efecto mórbido de los aerosoles exige mucho sentido del deber. Llevar adelante la enseñanza presencial cuando tienes que mantener la virtual duplica el trabajo, amén de convertirse en una tarea plagada de obstáculos cuando cuentas con una infraestructura informática obsoleta que no para de dar problemas y que requiere de un mantenimiento del que se encarga un profesor o profesora que, además, tiene que dedicarse a sus clases. Al mismo tiempo hemos sido vigilantes sanitarios de vanguardia tratando de detectar síntomas de contagio, en perpetuo contacto con los enlaces del servicio de salud, corrigiendo continuamente a los jóvenes que podían incurrir en un comportamiento que facilitara la transmisión del virus. En fin, ha sido duro, pero lo hemos hecho funcionar.

Hemos hecho funcionar la escuela, y al hacerla funcionar volvió la normalidad, esa normalidad tan necesaria para que esa esfera de nuestra existencia que parece haberse convertido en la dominante sobre todas la demás, a saber, la economía, echara a andar camino a la senda de recuperación que demanda el actual modelo capitalista en vigencia, y que exige el continuo crecimiento, porque la alternativa implica la ruina para muchos.

Creo que pocas inversiones tienen un efecto multiplicador tan alto en beneficios sociales como la educación. La inversión en educación –que no gasto– es el mejor factor favorecedor de la paz social. En las sociedades multiculturales como la nuestra es más preciso que nunca un espacio en el que se encuentren los integrantes de las nuevas generaciones donde se practique la convivencia de las diferencias culturales y de identidad procurando la corrección de las actitudes que puedan dar lugar a conflicto. La escuela es ese espacio, el único diría yo, en el que los jóvenes aprendices de ciudadanos no tienen más remedio que compartir su tiempo cada día con otros con los que sería difícil que pudiesen coincidir en otros lugares. Este ha sido un cambio notable del que yo he sido testigo en las últimas décadas: el paso de una sociedad como la española, relativamente homogénea desde el punto de vista de la identidad cultural, a una sociedad multicultural (la población extranjera pasó del 2% en 1990, por ejemplo, a casi un 13% en 2019) que puede correr el peligro en la actualidad de acabar fragmentándose y polarizándose más y más por el efecto de la tecnología digital que potencia las burbujas de filtro y las cámaras de eco, lo que facilita al mismo tiempo que prospere la ideología del rechazo al distinto.

Las aulas son hoy por hoy un lugar fundamental en el que aprender la práctica de la convivencia democrática. Todos los centros educativos de la red pública conforman una república del acogimiento cívico, formalmente exenta de factores que incidan en el agravamiento de las diferencias sociales, económicas, étnicas, culturales (la religión incluida), y de los que no hay garantías que estén libres los colegios propiedad de instituciones privadas como la Iglesia Católica o empresas que hacen de un derecho constitucional básico su negocio.

La escuela pública es el albergue social que a todos acoge dedicado a dar forma al complejo proceso de humanización, porque no hay humanidad en el individuo sin su integración social. A nuestros hijos les da la oportunidad de vivir la experiencia social extramuros de sus familias, porque cada particular familia no es la sociedad. Los expone en una primera ágora, imprescindible sobre todo en comunidades multiculturales como las nuestras. En sus aulas tienen que relacionarse con sus pares diversos con los que tendrán la oportunidad de comunicarse, intercambiarse ideas y creencias, contrastarlas y discutirlas. En este sentido nunca se subrayará suficientemente la importancia del componente laicista en una escuela pública verdaderamente democrática, que garantice el efectivo cumplimiento del derecho de libertad de conciencia.

En el muro exterior de un instituto en el que di clase durante bastantes años se podía leer una pintada que perduró curso tras curso. Rezaba así: «sistema de enseñanza, enseñanza del sistema». Es la condición paradójica de la educación institucionalizada de las sociedades democráticas. Por un lado es una pieza primordial sin la cual sería imposible el mantenimiento del sistema, pues transmite valores y conocimientos asentados como válidos de una generación a la siguiente; por otro lado, se supone que tiene que dotar a las ciudadanas y ciudadanos en formación de ese componente imprescindible para mantener la salud de tales sociedades y que no es otro que el libre pensamiento, la capacidad de contemplar con ojos críticos lo dado, lo recibido en herencia de las sucesivas generaciones a través de la tradición cultural; y aprender a procesar de manera razonable el conflicto, ineludible en sociedades como la nuestra donde se asume la diversidad y la discrepancia ideológica como hechos naturales.

¿Sería practicable nuestro estilo de vida sin los colegios e institutos? En una sociedad del rendimiento que sacraliza el trabajo, para el que parece que es éticamente justificable que no se conciba límite en cuanto al tiempo que se le dedica, la institución educativa contribuye a eso que se llama la conciliación entre la vida familiar y la laboral, que a mi modo de ver, en un modelo de sociedad como el nuestro actual, tiene más de disputa que de conciliación. Podría decirse que criar hijos en estos tiempos tiene mucho de heroicidad. No es de extrañar, pues, que los índices de natalidad en nuestro país, y en Europa en general, estén por los suelos.

No es capítulo menor en el asunto del modelo educativo la cuestión sobre el grado de autoridad y confianza que le otorgamos al maestro. Creo que pocos servidores públicos están tan sujetos a una continua inspección como lo está el docente. Sospechoso de adoctrinar para unos, de indolencia profesional para otros, obligado a dar cuenta permanentemente de las decisiones que toma ante sus alumnos, los padres de estos y la propia administración educativa, el salario emocional que se recibe en el desempeño de este oficio (del económico, mejor no hablar) es ciertamente escaso. No es de extrañar, pues, que entre los trabajos con mayores niveles del síndrome llamado burn out (o desgaste emocional por el desempeño de la profesión) se encuentre el docente.

Con el paso del tiempo y la evolución de la sociedad –sobre todo en lo referente a la situación de la mujer y la complejidad de los modelos de familia– el papel del maestro de educación primaria y del profesor de secundaria se ha ido cargando de responsabilidades que van más allá de su tarea de enseñanza de unos determinados conocimientos académicos. A menudo conducen a que el docente se vea implicado en aspectos emocionales y familiares muy delicados que afectan al alumnado. Es indiscutible que lo puramente académico ha ido perdiendo peso comparado con todo lo que tiene que ver con el bienestar físico y afectivo de los jóvenes. Ahora bien –quede esto claro–, no puede la institución educativa pública asumir como misión la corrección del creciente repertorio de taras sociales de origen extraescolar, máxime cuando colegios e institutos son territorios asediados por las presiones ideológicas de toda laya. Tanto poder no tienen. Lo tienen mucho más el inabarcable universo de las pantallas.

Es verdad que el sistema educativo es demasiado rígido y está sujeto a servidumbres políticas y sociales que le impiden desarrollar todo el potencial que podría si se confiase más en el trabajo docente. Tendría que aligerarse de burocracia y admitir un mayor margen de creatividad, al menos durante las etapas educativas en las que no entra en juego el factor de la competitividad, el cual exige el sometimiento a la evaluación de estándares cuantificables mediante los cuales clasificar a los jóvenes según las carreras académicas y profesionales que podrían cursar. Seguramente este aspecto escapa a las posibilidades de decisión de lo que quiere ser la escuela, pues tiene que ver más con lo que quiere ser la sociedad en la que la institución educativa se halla inserta. Es en ésta donde cabe detectar los talentos de los jóvenes, por lo que debe contar con las condiciones necesarias para que los profesores puedan hacerlo, que estos sepan reconocerlos y que tengan a su disposición los medios necesarios para cultivarlos y sacarles partido. Es esencial para un país que quiera estar vivo y con posibilidades de prosperar.

La educación pública en la pandemia o el valor de lo esencial

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El creador del informe PISA: “La educación en España prepara a los alumnos para un mundo que ya no existe”

Andreas Schleicher, director del área educativa de la OCDE, respalda la reforma del Gobierno y ve “impresionante” cómo la escuela española ha resistido la pandemia

El alemán Andreas Schleicher es el padre del informe PISA, la mayor y más influyente prueba educativa internacional, organizada por la OCDE. PISA mide los conocimientos en matemáticas, ciencias y lectura de los alumnos de 15 años y ofrece una gran radiografía comparada de los sistemas educativos: en 2018 participaron 79 países. La siguiente prueba, aplazada este año por la pandemia, será en la primavera de 2022. Nacido en Hamburgo hace 56 años, titulado en Física y Matemáticas y especializado en estadística, Schleicher continúa coordinando PISA, dirige el área de Educación de la OCDE y sigue de cerca la reforma educativa en España, desde un modelo basado en saber repetir contenidos a otro que aspira a que los alumnos sepan aplicar sus conocimientos. De pelo muy blanco y ojos muy azules, Schleicher responde a la entrevista por videollamada desde París, donde está la sede del organismo.

Pregunta. ¿Qué le parece la reforma educativa española?

Respuesta. La orientación que está adoptando está muy en línea con lo que estamos viendo en muchas partes del mundo. Hoy, la evaluación de los jóvenes no consiste simplemente en pedirles que reproduzcan lo que saben, sino en decirles: ¿puedes darle sentido a lo que sabes?, ¿puedes aplicar tus conocimientos?

P. En España supone un gran cambio desde el actual currículo (el sistema de aprendizaje y evaluación), que suele describirse como enciclopédico, con centenares de ítems muy específicos de cada asignatura que los alumnos deben aprender y los profesores evaluar.

R. El actual currículo en España tiene, digamos, un kilómetro de amplitud y un centímetro de espesor, y creo que no es bueno para los estudiantes. El futuro para España debería pasar por enseñar menos cosas, pero de forma más profunda, generando más compresión. Apilar por ejemplo muchos contenidos de Física y Química por sí solo no va a resultarte de gran ayuda. La cuestión es: ¿puedes pensar como un científico, diseñar un experimento?, ¿entiendes el concepto de causa y efecto? Eso es lo más importante. Y lo mismo sucede con la Historia. Recordar todos los nombres y lugares no te ayuda. La cuestión es: ¿puedes pensar como un historiador, entender cómo ha emergido y evolucionado la narrativa de una sociedad? El mayor éxito de la escuela es dar a los jóvenes estrategias y actitudes para que cada día puedan aprender y puedan también desaprender y reaprender cuando el contexto cambia.

P. En España, una parte de la sociedad teme que la reforma empobrezca la educación de los alumnos.

R. Cambiar el currículo siempre exige mucha valentía. Todos nos ponemos muy ansiosos cuando nuestros hijos dejan de aprender lo que solía ser importante para nosotros. Y nos ponemos todavía más ansiosos cuando empiezan a aprender cosas que ya no entendemos. Es un fenómeno habitual. Pero el mundo a nuestro alrededor está cambiando. Las cosas que eran fáciles de enseñar y evaluar son también fáciles de digitalizar, automatizar y externalizar, y están desapareciendo de nuestro entorno.

P. Una de las críticas al cambio sostiene que perjudicará especialmente a los alumnos de aquellas familias que no tienen la cultura o el dinero necesarios para proporcionarles conocimientos adicionales fuera de la escuela.

R. Hay mucha gente en España que completa titulaciones universitarias avanzadas y tiene dificultades para encontrar un buen trabajo. Y al mismo tiempo, los empleadores españoles dicen que no encuentran a las personas con las habilidades que necesitan. Ese es el problema fundamental. Tienes al sistema educativo preparando para un mundo que ya no existe y no haciéndolo para el mundo que estamos viendo emerger. Es duro para los padres aceptar que el mundo de nuestros hijos es diferente a la imagen que tenemos del nuestro. Pero en eso consiste la educación. En preparar a los estudiantes para su futuro, no para nuestro pasado.

Alumnos de la ESO en el colegio El Espartidero de Zaragoza.

P. Un sector de los docentes también rechaza el nuevo modelo educativo.

R. Es duro, si siempre has enseñado de determinada manera, cambiar tus hábitos, planteamientos y creencias. Creo que es muy importante apoyar bien a los profesores en el cambio. No puedes decir simplemente: cambiamos el currículo, arréglatelas. El sistema debe invertir para ayudarles y prepararlos. De otra manera, los cambios no desarrollan raíces profundas.

P. Algunas autonomías españolas han puesto en marcha el aprendizaje por ámbitos de conocimientos, la mezcla de asignaturas, por ejemplo Lengua e Historia o Matemáticas y Tecnología, para hacer el aprendizaje menos compartimentado y más aplicado. ¿Qué opina?

R. Es muy importante que los estudiantes sean capaces de pensar más allá de los límites de las asignaturas. La innovación hoy no consiste en ser muy, muy bueno en un aspecto muy restringido, sino en ser capaz de conectar los puntos. Así que me parece muy prometedor. Pero es muy difícil hacerlo bien. Si quieres que los estudiantes piensen más allá de los límites de las disciplinas, los profesores tienen que colaborar más allá de esos límites. El profesor de Historia y el de Lengua deben trabajar juntos para implementarlo bien. Es una idea sencilla y buena, pero hacerla bien requiere mucha capacidad.

P. Ha habido una gran diferencia en la duración de los cierres escolares, incluso entre los países desarrollados. En España los colegios se han mantenido siempre abiertos este curso, pero en otros lugares los cierres han durado más de un año. ¿A qué lo atribuye?

R. El caso de España ha sido muy impresionante. Cuando se produjo el cierre escolar el país también fue muy rápido a la hora de establecer una alternativa digital. Las autoridades lo han hecho bien. Las diferencias tienen que ver con la prioridad que da a la educación cada sociedad. ¿Cierras primero los centros comerciales o las escuelas? Suecia nunca cerró las escuelas primarias. Incluso cuando la situación de la pandemia era muy grave lo consideraron una prioridad. También tenían la capacidad. Depende mucho de tener profesores que puedan manejar bien la pandemia en la escuela.

P. ¿Espera que el impacto de la pandemia se refleje en la próxima edición de PISA?

R. Sí. Para los alumnos de entornos desfavorecidos, que no han podido beneficiarse mucho del aprendizaje digital, no tienen mucho apoyo en casa o profesores que se conectaran con ellos me temo que puede ser bastante dramático. Pero dependerá del contexto, es difícil generalizar. Para algunos estudiantes puede haber tenido efectos interesantes al impulsarles a aprender más por su cuenta, desarrollar autodisciplina, utilizar nuevos recursos… Creo que variará dependiendo de la preparación previa de los estudiantes, y que amplificará la desigualdad.

P. En España, los gobiernos autonómicos prevén prescindir de buena parte de los 35.000 docentes incorporados con motivo de la pandemia. La comunidad educativa y el propio Ministerio de Educación piden mantenerlos para mejorar la calidad del sistema. ¿Está de acuerdo?

R. Es difícil. Esa fue una medida en respuesta a una crisis y en algún momento tenemos que reajustar. Y no creo que la calidad de la educación dependa tanto del número de personas. Si yo estuviera en España no solo contrataría a más gente, sino que también invertiría más en su formación, en el entorno en el que los alumnos aprenden… La calidad del aprendizaje tiene más que ver con cómo de bien están preparados los profesores, qué clase de apoyo reciben, cómo de bien colaboran o la relevancia del currículo.

Fuente: https://elpais.com/educacion/2021-06-18/el-creador-del-informe-pisa-la-educacion-espanola-prepara-a-los-alumnos-para-un-mundo-que-ya-no-existe.html

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Argentina: Con hambre no se puede pensar

Por: Izquierda Diario/ Yazmín Muñoz Sad. Agrupación Negra en ATEN

La realidad de la entrega de módulos alimentarios en las escuelas de Neuquén es muy distinta a lo que pintan los discursos del gobernador Omar Gutiérrez

El 14 de mayo el gobernador Omar Gutiérrez anunció una serie de medidas de restricción relacionadas con la situación de colapso sanitario causado por la falta de políticas presupuestarias y sanitarias integrales, frente a la pandemia de Covid.

Entre esas medidas estaba el cierre de las escuelas que habían abierto a la presencialidad en pésimas condiciones un mes antes, obedeciendo los mandatos del ministro nacional de Educación, Nicolás Trotta.

Esa vuelta a la presencialidad en burbujas que podría haber servido para tener un censo real de la situación de los estudiantes y sus familias, en relación con sus condiciones de vida y el acceso a la conectividad; se hizo una vez más sin un plan serio de parte del gobierno y resultó en que cada institución hizo malabares para organizarse y tratar de restablecer el contacto con les niñes y jóvenes.

Durante el 2020 el 70% del estudiantado quedó por fuera de la conectividad. Este año a pesar de la proyección que se hacía y las exigencias planteadas desde las escuelas y la base de los sindicatos, los gobiernos llegaron al pico de la segunda ola de la pandemia sin haber invertido el presupuesto necesario para una respuesta sanitaria y educativa acordes.

No hubo inversión de ningún tipo en salud y mucho menos para garantizar la educación pública y gratuita que pregonan en leyes y tratados. Pero no solo eso, sino que, como dice Fernando Rosso en esta nota, el gobierno del Frente de Todos decidió recortar las prestaciones sociales de $230.469 millones en abril de 2020 a $25.602 millones en el mismo mes de este año, momento que preveían sería el peor de la segunda ola de esta pandemia.

Esto significa que mientras se restringe la posibilidad de circulación y trabajo se recortan las ayudas del estado a las familias que viven con trabajos precarios o que han pasado a engrosar la lista de desocupación. Y esa realidad es la que golpea la puerta de los hospitales y escuelas públicas.

La situación económica de la clase trabajadora empeoró tan brutalmente que unas semanas antes del cierre de la presencialidad ya había estudiantes en los colegios preguntando por algún tipo de ayuda alimentaria para su familia. Una realidad que hace tiempo no se veía y que en principio se empezó a responder, como siempre, con campañas solidarias organizadas entre les trabajadores de las escuelas, colegios y jardines de infantes.

En las escuelas durante el breve lapso de presencialidad tardaron en llegar las partidas para refrigerio que además no aumentaron desde el año anterior y no había ni noticias de la posibilidad de entregar módulos alimentarios.

Sin embargo el gobernador Omar Gutiérrez en su anuncio del 14 de mayo se encargó de recalcar que si bien se interrumpía el ciclo lectivo presencial, las instituciones educativas seguirían abiertas con guardias docentes y de auxiliares de servicio, garantizando la continuidad de partidas de refrigerio y los módulos alimentarios, lo mismo que plantea en la resolución 440 de vuelta a la presencialidad administrada. Un anuncio sin respaldo material que produjo cataratas de mensajes y memes en los grupos de trabajadores de la educación que llegó al desafío de estar presentes el lunes 17 en las escuelas esperando los módulos para entregar a los estudiantes que obviamente no llegaron.

Dos semanas más tarde, cuando desde el gobierno ya se habían suspendido también las guardias en las escuelas y como respuesta a la insistencia de algunas instituciones, aparecieron 30 módulos por institución, sin consultar desde el Consejo Provincial de Educación, o alguna otra oficina del gobierno, cuál es la necesidad real de cada comunidad educativa.

Un ejemplo de esta situación es el cpem 40 de Neuquén capital donde Mauro, preceptor del colegio, relataba que “desde la escuela hicimos un listado con familias que necesitaban bolsones de comida (lo cual el gobierno larga a cuentagotas) y nos sorprendió la cantidad de familias anotadas, lo que nos lleva a pensar cómo las comunidad se apoya en las escuelas ante el vacío y abandono por parte de los gobiernos de turno”.

Luciana, por su cuenta, le decía a La Izquierda Diario: “Este 2021 se vino disfrazado de presencialidad. Y lo peor es que luego de 2 o 3 semanas de estar en las escuelas se vio la gran necesidad que están padeciendo nuestros estudiantes, tanto económicas como sociales. En los primeros encuentros vimos en sus ojos tristeza, miedo. Luego del encierro comenzamos a hacer un relevamiento de familias que necesitaban módulos alimentarios (módulos miserables, pobres, sin carne, sin verduras, sin lácteos) y que «supuestamente» estarían garantizados por el gobierno.

A la hora de hacer el relevamiento, por medio de un mensaje por WhatsApp, detrás de cada respuesta había una historia familiar muy angustiante. Nos decían: “Lo necesitamos; Estoy sin trabajo ; Tengo 5 hijos y no nos alcanza…” Y así se puede seguir enumerando. Obviamente cuando mandaron los módulos, no alcanzaron para todas las familias.

Pero el CPEM 40 es sólo una de las cientos de instituciones escolares con la misma situación, la diferencia quizás es que allí se realizó un relevamiento de la necesidad real y eso arrojó que de un total de alrededor de 500 estudiantes, 116 solicitaron la entrega del módulo alimentario. Pero llegaron 30 y a partir de un reclamo por escrito se logró que aparecieran otros 17 módulos, es decir que a un mes del anuncio del gobernador, no se entregó ni siquiera la mitad de los módulos alimentarios que se necesitan. Y que no se necesitan por única vez ya que el contenido es muy escaso y de bajo nivel nutricional.

Desde las escuelas las trabajadoras de la educación nos preguntamos ¿Qué hace el gobierno con el presupuesto que se ahorra con la virtualidad? ¿Por qué no hay un censo serio para saber las condiciones de vida y estudio de las familias trabajadoras de la provincia? Exigimos saber cuántos son les estudiantes que no pueden acceder a la virtualidad, cuántas de sus familias están sin trabajo, sin vivienda y con necesidades elementales insatisfechas. ¿Por qué como denuncian desde La imaginación al poder en bellas Artes, lasbecas Progresar son negadasa cientos de estudiantes?

Quienes integramos la Agrupación Negra junto al frente Bermellón, estamos impulsando la organización desde las escuelas, con votación de delegados en las jornadas institucionales para imponerle a la conducción TEP (FdT) de aten la convocatoria a espacios democráticos de discusión sobre nuestras condiciones laborales y salariales. Pero también para que nuestro sindicato impulse una campaña en toda la provincia para denunciar estas situaciones en los medios de comunicación, los diarios, radios y otras plataformas, que permitan dejar en claro ante la comunidad que no somos les docentes los responsables de esta situación sino los gobiernos nacional y provincial. Que se usen los recursos del sindicato para que cada habitante de la provincia sepa que no hay un censo serio de parte del MPN, que no hay conectividad y mas del 50% de les estudiantes queda excluido del derecho a la educación pública, que sin vivienda ni trabajo es imposible cuidarse, llevando adelante el “Quedate en casa”. Que aten ponga nuestros recursos en función de denunciar que ni el gobierno nacional ni el provincial garantizan la salud, la educación ni una alimentación digna para les niñes, jóvenes y adolescentes, al revés de la actual política de la conducción de subordinar el sindicato al gobierno nacional y provincial.

https://www.laizquierdadiario.com/Con-hambre-no-se-puede-pensar?

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