La docencia está en crisis a nivel global. Cada vez son más los profesores que piensan en renunciar debido al estrés, mala paga, falta de respeto y carga laboral excesiva.
Frustrados por los bajos salarios, falta de respeto, fondos insuficientes, estrés, carga laboral excesiva y no sentirse valorados, la mitad de los maestros de escuelas públicas de Estados Unidos han considerado abandonar la profesión. Según un estudio de Phi Delta Kappa (PDK), los principales motivos de la deserción docente son: descontento con el manejo de la disciplina de su escuela (60 %); salario y pocos beneficios (22 %); estrés, agotamiento o presión (19 %); y la percepción de no sentirse respetados y valorados (10 %).
Además, los maestros sienten que tienen mucha presión por cumplir tanto objetivos ajenos a sus clases (como los exámenes estatales), como las expectativas de lo que los padres quieren que sus hijos aprendan. PDK menciona en la encuesta que los padres de familia piensan que las escuelas públicas deberían tener clases de educación cívica y ofrecer estudios bíblicos o meditación como asignaturas optativas. Estas exigencias aumentan las presión de los profesores.
Yahoo encuestó a más de 50 profesores estadounidenses para conocer qué los llevó a renunciar. Uno de ellos comentó que su trabajo dejó de ser enseñar, y se convirtió en impulsar los datos del rendimiento de sus alumnos. El exceso de trabajo también es un factor. “Trabajar 70 horas a la semana durante muchos años ha significado que mi salud y mi vida familiar han sufrido. Salgo antes de que el trabajo me mate”, comentó otro de los encuestados. El sentimiento es compartido, una maestra de español agregó que sus compañeros se sienten abrumados porque enseñar se ha convertido en una carga, “las cosas se han puesto muy mal” concluyó.
Es tanto el agotamiento y decepción en la profesión que, cuando se les preguntó si quisieran que sus hijos se convertirán en profesores, la mayoría de los padres respondieron que no. Joan Richardson, directora de la encuesta realizada por PDK, mencionó que “a medida que la profesión docente se ha vuelto mucho más difícil, hemos visto mucho menos interés por parte del público y de los maestros en alentar a otros a seguirlos en la profesión». Es tanto el agotamiento y la decepción en la profesión que, ellos mismos no quieren que sus hijos se dediquen a la enseñanza.
Según el Departamento de Trabajo de Estados Unidos, 2018 fue el año con más renuncias de maestros en los últimos 17 años (los datos comenzaron a registrarse en 2001). Aproximadamente un millón de trabajadores en educación pública dejaron sus puestos el año pasado. Lo más preocupante es que, si la tendencia persiste, este año los números serán peores.
Pero esta crisis no se limita a Estados Unidos, es un problema que ocurre a nivel global.
La crisis en Reino Unido
En los próximos cinco años, un 40 % de los docentes entrevistados por el Departamento de Educación del Reino Unido respondieron que no se ven trabajando como maestros. De los 8 600 entrevistados, la mayoría culparon la carga excesiva de trabajo y responsabilidad abrumadora como la principal motivo de su retiro.
Además, uno de cada cinco encuestados (cerca de 18 % de la muestra) no se ve enseñando en los próximos dos años. No son los únicos: dos quintas partes de los líderes escolares y personal de apoyo, además de docentes, desean renunciar en los próximos cinco años por razones muy similares a las de los docentes en Estados Unidos: cargas de trabajo fuera de control y responsabilidad excesiva.
Otra encuesta, esta realizada por la Unión Nacional de Educación (NEU), arrojó que 26 % de docentes encuestados con menos de cinco años de experiencia desean renunciar para 2024. ¿El motivo? El 62 % mencionaron como principal razón la carga del trabajo y 40 % el nivel de responsabilidad. En contraste, solo 15 % de los encuestados con menos de años de experiencia planean renunciar en 2024.
La crisis en Australia
Los docentes australianos recién egresados entran al mundo laboral con altas ilusiones, sin embargo, entre 30 % y 50 % abandona la profesión durante los primeros cinco años, según una encuesta de Queensland College of Teachers.
Abandonan la profesión porque sienten que no tienen tiempo para nada debido a la carga de trabajo además de sufrir de estrés. Muchos dicen que se sienten presionados por cumplir con los requisitos del Programa Nacional de Evaluación – Alfabetización y aritmética (NAPLAN, por sus siglas en inglés) y que temen hablar de su estrés. Pero estos factores también afectan a otras áreas. Los directores también se ven gravemente afectados por el estrés. Las relaciones con los padres es uno de los problema más graves ya que los han llevado a renunciar por intimidación. Incluso, un 44 % de los directores han sido amenazados con el uso de violencia.
La crisis en Chile
Según el investigador Juan Pablo Valenzuela, del Centro de Investigación Avanzada en Educación de la Universidad de Chile (CIAE), cerca del 40 % de los maestros abandonan las aulas en los primeros cinco años (incluyendo a aquellos que enseñan en escuelas privadas).
En su investigación, Valenzuela descubrió que de los profesores que comenzaron a trabajar en el año 2000, el 22 % había abandonado la profesión para 2002. Para 2009, el porcentaje de renuncias se elevó a 56 %. Y estas cifras sólo van en aumento: de los docentes que ingresaron en 2004 el 23 % ya había abandonado las aulas para 2006.De los que entraron en 2007, un tercio renunció para 2009. Esta situación se atribuye a las malas condiciones laborales y el agotamiento emocional.
Las crisis en Venezuela
Venezuela está pasando por una crisis política que ha llevado a una gran inestabilidad en todos los sectores del país. Afectando también a la educación y los docentes venezolanos. Desde 2017, al igual que en Chile, un 40 % de los profesores han abandonado la profesión. Algunos de los motivos incluyen los bajos salarios y pésimo estado de las aulas, además de otras malas condiciones laborales (como la falta de seguridad social, atención médica y seguro funerario).
Los bajos salarios y las malas condiciones laborales han obligado a cerca de un 50 % de maestros a migrar a otros países para poder continuar con la enseñanza, según Raquel Figueroa, de la Unidad Democrática del Sector Educativo. Para remediar la crisis, el gobierno de Venezuela decidió abrir la convocatoria “docentes express” donde, después de cursos con un total de 450 horas, el alumno puede impartir clases, medida polémica que disgustó a muchos maestros.
La crisis en México
A diferencia de los otros países mencionados, en México el problema no es que los maestros están renunciando; es que no habrá suficientes para el año 2023. De acuerdo con datos del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, en 2018, 61 mil 376 docentes se pensionaron o desertaron. De estos, el 50 % daba clases en primaria y 41 % en secundaria. Para 2023, se predice que esta cifra aumente a 160 mil 166 docentes.
Según datos del reporte “Docentes en México” (2015), para el año 2023 las vacantes en nivel primaria serán cerca de 78 mil 823 y de secundaria de 52 mil 180. De ser así, habrá un problema serio de déficit de maestros ya que, según el reporte, los egresados normalistas en los últimos años han sido cerca de 8 o 9 mil.
¿A qué se debe este déficit? La profesión docente está desprestigiada, por lo que muchos estudiantes no quieren ser seguir esa profesión. Una razón es la poca competitividad salarial, ya que los maestros ganan 83 % menos que otras ocupaciones por lo que no es una carrera atractiva para los jóvenes.
Si esta tendencia continúa, será difícil encontrar futuros maestros, afectando directamente a esta y las próximas generaciones ya que no recibirán la mejor educación por posible falta de personal, porque sus profesores están agotados o no tienen el apoyo para llevar a cabo su profesión.
Pero la crisis de la docencia se extiende a todo el mundo y la mayoría busca lo mismo: un salario competitivo, oportunidad de crecimiento personal, mejorar las condiciones laborales, menos exámenes estandarizados, apoyo en tema de salud mental (tanto para los estudiantes como para los mismos maestros), entre otros.
Karin Selchert, una profesora estadounidense que renunció para ser plomera (profesión donde ahora gana el doble), comentó a Yahoo: «la parte triste para mí como educadora es que estoy mirando a las personas que pueden hacer un cambio, y no lo están haciendo […] Esto nos afecta a todos. Si nuestros estudiantes no reciben una buena educación, ¿dónde van a terminar?”