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República Dominicana: Barrick y EDUCA firman acuerdos de educación para centros públicos y privados

América Central/República Dominicana/21-06-2020/Autor(a) y Fuente: acento.com.do

Esta iniciativa busca innovar la calidad de la educación de centros públicos y privados.

Barrick Pueblo Viejo (PVDC) y Acción Empresarial por la Educación (EDUCA), suscribieron un acuerdo de colaboración interinstitucional dirigido a formular y ejecutar iniciativas de incidencia, innovación orientadas a mejorar la calidad de la educación de centros públicos y privados, con particular atención en los territorios de interés común.

Mediante este compromiso, ambas entidades se proponen unificar esfuerzos de colaboración para aplicar metodologías innovadoras en los centros apadrinados por la empresa, que aseguren que los estudiantes aprendan, siguiendo, claro está, los preceptos y reglamentos dispuestos por el Ministerio de Educación de la República Dominicana.

La alianza fue sellada entre la señora Juana Barceló, presidente de Barrick Pueblo Viejo, y el señor Samuel Conde, presidente de EDUCA, en un acto que resultó en sí mismo una innovación, dado que fue realizado de forma virtual a en el marco de la nueva normalidad que desenvuelve el país a raíz de la pandemia del Covid-19.

 Samuel A. Conde, presidente de Educa

Samuel A. Conde, presidente de Educa

Samuel A. Conde, presidente de Educa, tras imprimir su firma, reconoció que la educación dominicana vive un momento clave y decisivo para reorientarse definitivamente hacia la calidad de los aprendizajes.

Por su parte, la señora Juana Barceló, presidente de Barrick Pueblo Viejo, señaló que mejorar la calidad de la educación en las comunidades cercanas a sus operaciones representa uno de los objetivos estratégicos de la empresa en la búsqueda de contribuir con el desarrollo sostenible del país.

 Juana Barceló, presidente de Barrick Pueblo Viejo

Juana Barceló, presidente de Barrick Pueblo Viejo

Ambas instituciones, asimismo, se proponen realizar en forma conjunta estudios que faciliten la mejor comprensión de los aprendizajes, promover formación de docentes de todos los niveles de la educación dominicana

Fuente e Imagen: https://acento.com.do/editorial/lo-que-viene-despues-de-la-crisis-del-covid-19-8831489.html

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Black live matter

Por: Elisabeth de Puig

Tal como el coronavirus salió del control de las naciones más avanzadas del planeta la muerte del afroamericano George Floyd ha desatado un estallido de una magnitud insospechada.

De repente, los Estados Unidos parecen hundirse en la violencia extrema; violencia, que al igual que el racismo, ha sido de cierta manera consustancial a su existencia como nación.

Incendios, linchamientos, armas automáticas exhibidas en la calle, declaraciones criminales de dirigentes políticos e histeria racista salieron a relucir en estos últimos días, mientras se manifestaban ampliamente -de manera reconfortante- personas de todos los orígenes y grupos étnicos dispuestos a luchar de manera pacífica en contra de este mismo racismo.

Martin Luther King Jr. decía, en el famoso discurso que pronunció en Washington en 1963, que un siglo después de la declaración de la abolición de la esclavitud los descendientes de esclavos no habían podido acceder a una vida plena.

Señalaba que le habían entregado a la comunidad afroamericana un cheque sin fondos que, un siglo después, esta todavía no había podido cobrar.

A este propósito, es bueno recordar que cuando los norteamericanos realizaron su primer censo en 1790 se consideraba que el negro libre y el negro esclavo representaban las “tres quintas partes de un hombre”. 

Los Estados Unidos de hoy no son los del año 1776, fecha de la Declaración de Independencia que retoma toda una serie de valores y principios provenientes de sus orígenes anglosajones y protestantes, los cuales fueron a su vez incluidos en la constitución norteamericana pocos años después.

Aquella era una declaración de principios democráticos, pero sin resultados garantizados, que no le impedía al nuevo país independiente ser una nación esclavista.

“Sostenemos como evidentes estas verdades: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre estos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad”, reza textualmente la Declaración.

El racismo norteamericano adoptó formas institucionales particulares: esclavitud, códigos de negros, así como prácticas sociales diversas.

Ya en el siglo XX, el movimiento por los derechos civiles (al igual que la Revolución de Independencia y la Guerra Civil), atentó contra un arraigado sistema ideológico de creencias y prácticas que implicaba al Gobierno Federal.

La ideología racista pasó a ser esencial en las estructuras económicas, políticas y sociales del Estado, así como en los comportamientos de las empresas y de las instituciones privadas de todo tipo, como parte de un sistema orientado a preservar y perpetuar los privilegios y el poder de la élite blanca dominante.

En su biografía “Becoming”, Michelle Obama cuenta la odisea de una niña de un barrio popular del South Side de Chicago, tataranieta de esclavos, que se transforma en la primera primera dama negra de los Estados Unidos, que tuvo -como ella lo cuenta- su corona de espinas.

Es muy palpable en su libro el peso transgeneracional que representa todavía para una afroamericana del siglo XXI, ser descendiente de esclavos.

En Estados Unidos, el negro debe luchar constantemente en contra de las dificultades provocadas por el estatus de inferioridad en que ha sido colocado.

A la vez, como todos los habitantes de su país, quiere fundir su identidad a la de la mayoría blanca en medio de la cual vive y gozar sobre un pie de igualdad del mismo estatuto que considera como su derecho.

Los acontecimientos que todavía se están desarrollando representan la resistencia de los afroamericanos contra la brutalidad sistémica de la policía y debe entenderse como parte de la corrosiva crisis de desigualdad agravada por la pandemia de coronavirus y el estrés permanente al cual está sometida esta comunidad.

Es evidente que, en un contexto como éste, las expresiones salidas de tono de las figuras más representativas del “hegemonismo blanco” estadounidense no ayudan a apaciguar los ánimos. Lejos de ello, los exacerban.

Hay que anotar también que, más allá del hondo significado de las protestas en los propios Estados Unidos, el brutal asesinato por asfixia de George Lloyd ha convocado actos multitudinarios a favor de la igualdad en las más diversas ciudades del mundo.

En nuestro país, que también sufrió la esclavitud, el negro siempre es el otro; mejor dicho, el haitiano, aquí somos “indios” o “morenos”, “descendientes de españoles”. Sin embargo, hay mucha estigmatización hacia las personas “de color”.

La violencia policial va generalmente dirigida a este segmento de la población, en muchas escuelas no se acepta el “pelo crespo”. Se prefiere el desrizado. En el ambiente laboral las limitaciones son reales.

Estamos presos en medio de una red de comportamientos socioculturales que ha sido el producto de un proceso de creación consciente, deliberado y continuo. Rechazamos el negro de manera mucho más subliminal que en los Estados Unidos, sin verdadero odio pero de manera perniciosa.

Fuente: https://acento.com.do/2020/opinion/8827354-black-live-matter/
Imagen: https://cadenaser.com/ser/imagenes/2020/06/07/radio_bilbao/1591533678_121192_1591533818_miniatura_normal.jpg
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República Dominicana: Ministerio de Educación recontratará a más de 7 mil maestros y maestras para que impartan docencia en el año escolar 2020-2021

América Central/República Dominicana/07-06-2020/Autor(a) y Fuente: acento.com.do

El ministro de Educación, Antonio Peña Mirabal, anunció este miércoles la recontratación de 7 mil 337 maestros y maestras que fueron contratados para el año escolar 2019-2020 y esta vez continuarán su labor de enseñanza para el ciclo 2020-2021, lo que garantiza que la comunidad educativa tenga los docentes necesarios para la impartición de las clases.

Dichos educadores iniciarán su labor formativa cuando inicie el próximo año lectivo, situación que dependerá del curso que tome la pandemia del COVID-19 en el país.

La inversión dispuesta por el Ministerio de Educación para esos fines es de RD$150, 412,000 que serán desembolsados mensualmente para cubrir los honorarios de los miles de facilitadores que serán recontratados. Esos profesionales iniciaron sus servicios en septiembre de 2019 y el contrato concluye en el mes en curso.

El ministro de Educación informó este miércoles que contrató alrededor de 7,000 profesores y profesoras que aprobaron en el Concurso de Oposición Docente del pasado año, y fueron distribuidos en diferentes planteles escolares a nivel nacional que los requirieron para las labores del año escolar 2019-2020.

“Queremos asegurarnos de que no falten maestros en nuestras aulas, tanto para jornadas presenciales como las alternativas digitales que sean necesarias, por lo que esta noticia lleva tranquilidad a la comunidad educativa, en especial a esos docentes que desconocían su suerte en este tema”, precisó Peña Mirabal.

Dichos docentes continuarán sus labores en las regionales en las que fueron asignados: Barahona cuenta con 290; San Juan de la Maguana 106; Azua 924; San Cristóbal 409; San Pedro de Macorís 263; La Vega 500; San Francisco de Macorís 106; Santiago 285; Valverde Mao 191; Santo Domingo II 1,100 y Puerto Plata 400. Mientras, en Higüey 658; Monte Cristi 778; Nagua 222; Santo Domingo III 672; Cotuí 157; Monte Plata 110 y Bahoruco 166 maestros.

El titular del MINERD aclaró que estos maestros obtuvieron las mejores calificaciones en el Concurso de Oposición Docente de 2019 donde más de 50 mil fueron convocados.

Fuente e Imagen: https://acento.com.do/2020/actualidad/8825309-ministerio-de-educacion-recontratara-a-mas-de-7-mil-maestros-y-maestras-para-que-impartan-docencia-en-el-ano-escolar-2020-2021/

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República Dominicana: Talento venezolano puede ser útil para enfrentar la pandemia

Centro América/ República Dominicana/ 02.06.2020/ Fuente: www.elcaribe.com.do.

El 61% de los venezolanos residentes en el país cuenta con estudios superiores

La crisis económica causada por la pandemia que creó el nuevo coronavirus aumenta el desempleo de la población, y afecta con dureza a las comunidades migrantes. Pero, para recuperar la economía se necesita, sobre todo, del talento, la creatividad y los conocimientos de los trabajadores y las trabajadoras.

En República Dominicana, una parte de esos conocimientos y talentos se encuentra en la población migrante y particularmente entre la venezolana. De acuerdo con el estudio “Promoción de medios de vida para población venezolana en República Dominicana”, el 61 % de los venezolanos residentes en el país cuentan con estudios superiores, principalmente en economía, administración, ciencias de la salud; y pedagogía y educación.

En parte, por su formación académica, la mano de obra venezolana no compite, sino que complementa la nacional, según Carmen Moreno, directora de la Oficina de la OIT para América Central, Haití, Panamá y República Dominicana.

Mientras que la directora del Instituto Nacional de Migración, Florinda Rojas, destacó el potencial de ciertos trabajadores venezolanos para ayudar al país a hacer frente a la crisis causada por el covid-19.

“Este documento expone propuestas para la formulación de políticas públicas y/o programas que permitirían identificar a inmigrantes venezolanos calificados e incorporarlos en áreas o actividades en las cuales pudieran aportar sus habilidades y conocimientos para ayudarnos a responder adecuadamente a la crisis de salud que la COVID-19 ha creado”, dijo la funcionaria durante la presentación del informe en un encuentro virtual, donde se enfatizó la necesidad de que los migrantes se incorporen a la economía mediante el trabajo decente y el empleo digno.

Posibles aportes en salud y educación

De acuerdo con el estudio, la formación en ciencias de la salud y particularmente en enfermería podría ayudar a reducir el déficit de enfermeras y enfermeros que existe en el país, si se agilizan los procesos de regularización migratoria.

“República Dominicana tiene apenas 14 de los 23 profesionales de la salud (médicos, enfermeros y parteros) por cada 10,000 habitantes recomendados por la Organización Mundial de la Salud. Esto obedece no a un déficit de médicos sino de profesionales en enfermería. Por lo que se recomienda la creación de programa de flexibilización de procesos migratorios y facilidades en la reválida académica en la práctica de enfermería”, se indica en el estudio realizado por el Instituto Nacional de Migración (INM RD), la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

Además, migrantes venezolanos bilingües, con formación en medicina o enfermería, podrían tener oportunidades de trabajo en el turismo de salud, que, de acuerdo con el documento, se encuentra en expansión. “Los empresarios entrevistados del sector turístico mostraron interés en contratar venezolanos, ya que valoran su formación académica y servicio al cliente, además les permite hacer frente a dos de sus principales retos en materia de gestión humana: la atracción de talento (ya que el personal calificado en su mayoría no es originario de los polos turísticos) y la rotación de personal. En lo relativo a la atracción de talento, los nacionales venezolanos han manifestado no tener inconvenientes en reubicarse cuando se trate de un empleo digno y considere regularización migratoria y además tienden a tener una rotación menor al promedio de mercado”, de acuerdo con el documento.

En el estudio también se destaca que el sistema educativo dominicano puede beneficiarse de profesionales que fortalecerían el trabajo de los docentes nacionales con prácticas innovadoras para fortalecer el aprendizaje de niños y niñas.

“En Venezuela la educación básica tiene prácticas no existentes en RD, tales como la participación permanente de especialistas en Educación Especial como soporte al docente”, se indica en el informe.

Dificultades para la regularización

Pero la regularización del estatus migratorio es un proceso difícil para la comunidad venezolana en la República Dominicana. El 77 % de los venezolanos encuestados para este estudio se encuentra en una situación migratoria irregular, y obtener residencia dominicana es complejo y costoso. Para solicitar visa de trabajo, los venezolanos deben viajar a su país e iniciar trámites en un consulado dominicano.

“Esto, en el caso de las personas que ya se encuentran en territorio dominicano, incrementa al costo del trámite, el costo del pasaje aéreo, penalidades por estadía tardía e incluso costos para acelerar trámites en Venezuela”, se informa en el reporte.

Además, la República Dominicana puede negar la visa al solicitante, e incluso si se obtiene visa, no hay garantías de que se permitirá el ingreso del migrante.

“No hay garantías de que aun con la visa de trabajo su ingreso al país sea permitido por las autoridades migratorias”, de acuerdo con el estudio.

Por otra parte, tanto la inseguridad que rodea al trámite como el costo de este, que ronda los US$1,221 por persona, desestimula a potenciales empleadores de pagar el proceso a los migrantes.
Tanto el estatus migratorio irregular como las dificultades para obtener documentos pone a la población venezolana en riesgo de sufrir abusos del empresariado.

“Se han documentado casos de empleadores que aprovechan la irregularidad migratoria de los trabajadores venezolanos para incumplir sus obligaciones patronales. Esto a pesar de que el Código de Trabajo Dominicano (Ley 16-92) garantiza la protección de todos los trabajadores en territorio nacional, independientemente de la existencia de un contrato, su nacionalidad o estatus migratorio”, según el estudio.

Por otra parte, aunque muchos venezolanos trabajan por cuenta propia, han mostrado poco interés en desarrollar emprendimientos formales porque “existe una percepción de alto riesgo al iniciar un negocio en República Dominicana sin un socio local, dado el desconocimiento del mercado, pocos contactos de negocios y limitaciones para acceder a financiamiento”, de acuerdo con el informe.

No obstante, el entorno social facilita la integración de los trabajadores venezolanos, ya que hay pocas manifestaciones de discriminación y xenofobia. Según el estudio, esto ocurre porque “las comunidades venezolana y dominicana comparten importantes lazos culturales, lo que ha permitido una fácil adaptación de ambas partes”.

El estudio se hizo a partir de una encuesta en la que se obtuvieron más de 900 respuestas de personas venezolanas o de origen venezolano. Además, se hicieron entrevistas a representantes del Ministerio del Trabajo (MT), el Instituto Nacional de Migración (INM), la Organización Internacional de las Migraciones y de la Fundación de la Comunidad Venezolana en República Dominicana (FUNCOVERD). También se consultaron 18 empresarios y ejecutivos de gestión humana.

Adicionalmente se hicieron grupos focales en Santo Domingo, Santiago y La Altagracia, en los que participación 62 profesionales venezolanos, se informa en el estudio.

Recomendaciones

Para facilitar la incorporación de la fuerza de trabajo venezolana a la economía nacional, en el estudio se sugiere:

  • Modificar el proceso de obtención de visa de trabajo, permitiendo cambio de estatus migratorio sin salir del país.
  • Crear portales informativos describiendo: a) proceso de regularización migratoria, b) revalidación académica, c) básicos de leyes laborales dominicanas.
  • Crear una base de datos de programas académicos en universidades venezolanas, de tal modo que se elimine la necesidad de legalización y apostilla de notas.
  • Revisar y mejorar los procesos de reválida académica.
  • Crear un programa especial que permita a los empleadores contratar trabajadores venezolanos por un período de tres meses sin necesidad de un visado de trabajo; finalizado este período el empleador tendrá la certeza de que el desempeño del trabajador justifica la inversión y permitiría la capitalización de los trabajadores para financiar y conseguir los documentos requeridos en Venezuela.

Fuente de la noticia: https://www.elcaribe.com.do/2020/06/01/talento-venezolano-puede-ser-util-para-enfrentar-la-pandemia/#

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¿Qué será la normalización?

Por: Elisabeth de Puig

Esperamos todos la llamada “normalización” y miramos, esperanzados, las tentativas de salida de crisis en los países que nos han precedido en la cuarentena con la conciencia de que cada gobierno ha tenido su gestión nacional de la pandemia dentro de los parámetros de la OMS y que cada país sale del confinamiento según su propia idiosincrasia.

Ayer habló el presidente de una reapertura gradual que, de primera impresión, deja las puertas abiertas a algún nivel de confusión. Si no hemos sido capaces de controlar las medidas de aislamiento social y el toque de queda a cabalidad, ¿qué posibilidad tendremos de controlar la “covidianidad” sin dar pie a un cierto caos?

El encierro en casa ha provocado que una gran parte de la población ha tenido que habituarse a una realidad desconocida. Una situación nueva a la que se le está haciendo frente y a la cual la sociedad dominicana ha respondido de manera diferente según los estratos sociales y las diferentes condiciones de vida.

Este confinamiento ha desencadenado graves preocupaciones sobre el futuro de la economía local y global, a la par de las angustias sanitarias.

Estos temores no se acabarán con la llamada normalización y parte de ellos tienen que ver con el peligro real que seguirá existiendo en ausencia de una vacuna y de remedios efectivos contra el COVID-19.

Al salir a la calle no sabremos si la persona que está cerca está contagiada o si un objeto que estamos agarrando ha estado en contacto con el virus.

En el futuro inmediato por forrados que estemos con lentes, viseras, máscaras y guantes, y aunque guardemos el distanciamiento físico de dos metros, lo que se vislumbra es que encararemos a los demás con algo de paranoia o, por lo menos, con temor y desconfianza.

Esto ha conllevado que en España y Francia se hable en estos días del “síndrome de la cabaña”, que hace que la gente en el momento de la liberalización tenga miedo a hacer contactos con otras personas fuera de la casa, a trabajar fuera del hogar, a relacionarse, etc. y muchos prefieran quedarse encerrados todavía.

Pero cuando hablamos de normalización, lo que más nos debería interpelar es saber hacia dónde nos dirigimos con esta nueva etapa.

¿Será posible volver a la misma vida que teníamos hace dos meses, a una sociedad regida por un capitalismo puro y duro, a un individualismo despiadado y a un modelo neo liberal de sálvese quien pueda, o se vislumbrará la posibilidad de establecer una sociedad que tendrá como ejes la cooperación y la solidaridad de todos con todos, donde no se estigmatice por rumores infundados y no se discrimine por motivos de nacionalidad, religiosos o étnicos?

Como lo señaló el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, al conmemorar el aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial y el nacimiento de las Naciones Unidas, el mundo debe «recordar las enseñanzas de 1945 y, unidos, buscar la forma de acabar con la pandemia y de construir un futuro de paz, seguridad y dignidad para todos».

La crisis del Covid 19 nos recuerda que la atención médica es un derecho humano universal que no podemos desatender como es lo característico en los modelos neo liberales, que los estados deben regular los mercados, y que debemos hacerle frente a la racionalidad económica con un sentido social y ecológico.   

¿En qué mundo queremos vivir cuando todo esto termine? Esa es la pregunta clave. La pandemia nos ha permitido darnos cuenta en tiempo real de nuestra interdependencia planetaria: ricos, pobres, blancos, negros, jóvenes y ancianos, así como de nuestra fragilidad individual y colectiva.

A este respecto, he recogido aquí y allá algunas ideas sueltas que dejo para la reflexión.

Recordemos que, si partimos de los derechos humanos, esto nos ayudará a responder a las prioridades inmediatas mientras desarrollamos, al mismo tiempo, estrategias con visión de futuro.

No es encerrándonos en nuestras ideas preconcebidas que contribuiremos al cambio social, sino abriéndonos y participando con voluntad de servicio.

Coloquemos la solidaridad por encima de la eficiencia, obviando un consumo desenfrenado que, al destruir el planeta, conduce a la pérdida de la humanidad. 

Fuente: https://acento.com.do/2020/opinion/8819108-que-sera-la-normalizacion/

Imagen: Mircea Iancu en Pixabay

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Pequeñas luces en el camino

Por: Elisabeth de Puig

La actual pandemia nos emplaza de manera impostergable a la construcción de una sociedad de deberes y derechos. Para esos fines, la única forma de salvar una sociedad aquejada por males que hoy estallan en nuestra cara es la mejoría sustancial del índice de desarrollo humano, que ha sido dejada de lado por nuestros sucesivos gobiernos. 

Es innegable que la deuda social acumulada a lo largo de décadas pesa de manera abrumadora sobre nuestros hombros, a pesar de todos los sistemas de compensaciones, con el clientelismo imperante de por medio.

Pagamos y pagaremos caro el precio de vivir en una sociedad que funciona a dos o tres velocidades distintas y donde las desigualdades molestan solo cuando se hacen patentes y afectan el bienestar -o la tranquilidad- de los sectores más acomodados.

Nuestros gobiernos, principalmente los del PLD que traían consigo esperanzas de cambios sociales, han fallado lamentablemente en su deber de crear sistemas de atención primaria y de salud eficaces.

Tampoco usaron el 4% para lograr una educación de calidad que permita forjar ciudadanos responsables y críticos, capaces de rechazar el clientelismo, los barrilitos, la compra de votos, prácticas que mantienen sumisa una gran parte de nuestra población.

La educación integral y de calidad hace parte de los derechos humanos y de los derechos de la niñez que incluyen, entre otros, el derecho a la educación, a la recreación, al agua, a la alimentación, así como el derecho a la participación que es la base de esta educación ciudadana de calidad que hace tanta falta hoy en día.

En la Fundación Abriendo Camino, el programa de participación es un eje innovador que permite crear futuros liderazgos y elevar la conciencia de cientos de niños, niñas, adolescentes y de sus familias que se benefician de sus programas educativos y de protección.

El derecho a la participación se ejerce en la Fundación a través de un parlamento que sesiona desde hace varios años de manera regular y lanza propuestas dirigidas tanto a la institución como al sector de Villas Agrícolas.

Gracias al trabajo que se viene realizando, y que ha recibido el apoyo de Save the Children y de la Unión Europea, este importante eje pretende reforzar la idea que el verdadero liderazgo se ejerce a través del servicio y, específicamente, del servicio a la comunidad.

En los tiempos que atravesamos, los niños y niñas que viven en situaciones precarias en un sector vulnerable donde la mayoría de los moradores no respetan la cuarentena y se burlan del toque de queda, habían preparado propuestas para la próxima sesión del Parlamento que quisiera compartir por ser pequeñas luces en el camino.

Dannary, 8 años. “Mi propuesta es de hacer una jornada de prevención de enfermedades virales como coronavirus, dengue y chikunguña. Mis amigos están muy preocupados por el Covid-19 y queremos saber cómo protegernos nosotros mismos. Queremos ayudar a los niños a no entrarse los dedos en la boca, a lavarse bien las manos y tratar de no tocar nada innecesario…”

Ariel, 8 años. “Mi propuesta tiene que ver con el coronavirus. Tenemos que ayudar a las personas de la tercera edad para que no tengan que salir a la calle. Hagamos una red de voluntarios para ayudarles a hacer compras, a buscar medicamentos y llamarlos por teléfono para que no se sientan solos. O sea, ayudarlos con todo lo que tengan que hacer fuera de la casa para que no tengan que exponerse al virus. Necesitamos ser solidarios con las personas que están en más riesgo con este virus”.

Fedianny Michelle, 12 años. “Mi propuesta responde a la inseguridad que afecta a muchos niños del sector. Propongo que creemos una “Ruta Segura” con adultos de la comunidad que vigilen a los niños cuando pasan entre la escuela, las casas y la Fundación, además de otros lugares concurridos, para que no suframos más acoso por parte de algunos adultos en la calle. Podríamos involucrar a la Red de Adultos Seguros para la creación de la ruta”.

“Tanto adultos, jóvenes, como personas de la tercera edad están en las calles de Villas Agrícolas acosando a niños con sus palabras y gestos. A mí me pasó cruzando la acera del Liceo, a una amiga cruzando la acera de Polyplas, y suele pasar por la acera de la escuela Club Doce Juegos. En mi grupo todos mis compañeros nos desahogamos contando nuestras historias sobre el acoso infantil por parte de los adultos en la calle y en las aceras”.

Orlenny Féliz, 10 años. “Mi propuesta trata del programa República Digital, que no ha llegado a todas las escuelas de esta comunidad. No está en la escuela Club XII Juegos y generalmente (salvo en la Fundación Abriendo Camino), no tenemos la oportunidad de usar ninguna computadora. Tenemos una clase de Informática, pero no hay computadoras y muchos de nosotros tampoco tenemos acceso a una computadora en nuestra casa. Esto nos dificulta hacer las tareas. Además, no estamos aprendiendo una habilidad muy importante en el mundo de hoy”.

“Mi grupo le hace una llamada a República Digital y al Ministerio de Educación para que se expanda el acceso a este programa a todas las escuelas de este país. Mi propuesta es importante porque es un asunto de igualdad de acceso y muchos niños de Villas Agrícolas se están quedando atrás en el uso de la tecnología digital, lo cual va a impedirnos la búsqueda de empleo más tarde”.

Nicole, 9 años. “Estoy preocupada porque en Villas Agrícolas hay varios hoyos en la calle que vienen de construcciones y los motoristas no pueden pasar, matan a animales y ha habido heridos. Uno de estos hoyos está frente a la casa de mi tía, y su colmado ya no vende porque el tránsito por esa calle es difícil y la cerca del hoyo no deja que la gente vea el colmado. El hoyo ya tiene dos años y a veces dura un tiempo sin que nadie trabaje. Es un peligro para los niños de la comunidad. Es importante porque toda la gente que vive por ahí está afectada”.

Wendy, 11 años. “En vista de la problemática explicada por Nicole, propongo crear un Comité de Supervisión de Obras en Villas Agrícolas. Cuando habrá construcciones en el barrio, el comité preguntará por qué están construyendo o haciendo hoyos, cuánto tiempo va a durar y cuál ministerio es responsable. Luego, el comité podrá vigilar que la construcción no tome más que el tiempo necesario. Así, familias y negocios cerca de las construcciones no serán afectados más que lo necesario”.

Educar nuestra niñez para que se sientan comprometidos con su entorno, su barrio, y puedan identificar los males que los afectan es un primer paso hacia un cambio sostenible.

Dar la posibilidad a nuestros niños, niñas y adolescentes de reflexionar, enunciar claramente las problemáticas y llevar sus inquietudes a instancias políticas de decisión es el significado del Derecho a la Participación.

Las respuestas de los niños, niñas y adolescentes de Villas Agrícolas, producto de una labor tesonera y mancomunada, son pequeñas luces en el camino de la creación de ciudadanía. 

Fuente: https://acento.com.do/2020/opinion/8813545-pequenas-luces-en-el-camino/

Imagen:  Yuri_B en Pixabay

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Derechos de la niñez y coronavirus

Por: Elisabeth de Puig

El coronavirus trae cada día su carga de hipótesis y contra hipótesis, de nuevas medidas, de opiniones y contra opiniones, Ivermectin versus Hidroxicloroquina, inmunización o no inmunización, estrategias diversas de lucha. Al final vemos un mundo doblegado por un enemigo invisible, preso dentro de una gigantesca telaraña que provoca situaciones imprevisibles y que, al mismo tiempo, nos desvela nuestras fragilidades individuales y colectivas.

Las especificidades nacionales juegan un papel de primer rango en la gestión de la crisis del Coronavirus. Se ha debatido ampliamente acerca de la respuesta china y oriental a la pandemia, así como la de los países europeos, diferenciando a los latinos de los nórdicos.

Francia habría encarado de manera reactiva la crisis mientras Alemania lo habría hecho de forma preventiva y proactiva. Estas diferencias ponen en tela de juicio la organización política y los sistemas sanitarios de cada país. 

La pandemia ha tocado las puertas del Caribe y de América Latina con un desfase que permite descubrir algunas pistas en las experiencias vividas por los países que nos han precedido en el infortunio. A pesar de esta ventaja la CEPAL prevé graves estragos en América Latina y el Caribe, al igual que estos se anuncian para África.

En República Dominicana, después de 5 semanas de confinamiento y de un toque de queda que comienza a las 5 de la tarde, se siente una presión a favor de la reanudación de las actividades comerciales.

Fuerza es de darnos cuenta que el instinto natural de conservación no se expresa de la misma manera en todos los sectores de la sociedad. Pagamos y pagaremos muy caro el precio de las grandes desigualdades sociales que nos caracterizan, fruto de años de corrupción, de laxismo institucional, de falta de educación formal, de la pobre educación en ciudadanía y, por ende, de la poca capacidad crítica que mantiene nuestra gente en postración permanente.

Prueba de lo último es la insólita peregrinación que terminó el domingo pasado en la provincia de Puerto Plata y que amontonó centenares de personas con apoyo de la Policía y del 911 en plena cuarentena.

Frente a este cuadro bastante desolador, nuestra población infantil de sectores vulnerables se encuentra más desamparada que nunca. Las suspensiones de clases y el aislamiento físico han implicado que muchos menores deben estar encerrados en sus casas, en contextos en que pueden estar expuestos a situaciones de maltrato o de riesgo.

Las escuelas, ongs, iglesias son como mallas de retención que protegen a la niñez en situación de vulnerabilidad.  Con el aislamiento los niños, niñas y adolescentes enfrentan situaciones de mayor vulneración y desprotección.

La presente crisis de la salud amenaza con convertirse en una crisis mayor de los derechos de los niños, aún más cuando estos no se están respetado a cabalidad como sucede en nuestro país.

La sociedad debe unirse para exigir a las nuevas autoridades electas proteger la salud, que se proporcione agua, saneamiento e higiene a los sectores vulnerables tomando en cuenta que solo el 52.5% de los hogares recibe agua del acueducto dentro de la vivienda y un 23.6% de una llave en el patio según la última encuesta Enhogar 2017.

También se trata de facilitar el aprendizaje de los niños; ayudar a las familias a cubrir sus necesidades y cuidar a sus hijos; proteger a los niños de la violencia, la explotación y el abuso, lo mismo que de proteger a los niños migrantes.

Por la experiencia de anteriores aislamientos, sabemos que los niños y niñas que no van a la escuela durante largos periodos de tiempo tienen menos probabilidades de regresar cuando se reanudan las clases.

El cierre de las escuelas también elimina el acceso a programas de nutrición escolar y, con ello, dispara las tasas de desnutrición y malnutrición. Durante las últimas semanas se ha constatado un aumento considerable de los casos de dengue y malaria.

No nos podemos cegar. Las medidas de confinamiento solo aumentan la fractura social. El imposible acceso a las redes y las malas condiciones de vida van a incrementar la brecha escolar que hay en nuestro país entre las escuelas privadas de las clases altas y medias y las escuelas públicas y privadas de los barrios desfavorecidos, y dentro de estos mismos sectores la brecha entre quienes tienen acceso a internet y quienes no lo tienen.

Estas brechas no cierran con curitas, pero las crisis ofrecen oportunidades para subsanar algunas problemáticas. Cual sea el gobierno que tengamos en el próximo cuatrienio, el plan de recuperación nacional que será necesariamente emprendido tendrá que ver con todos los rubros y asignaturas impostergables como la atención primaria, programas de empleos, fuentes de trabajo, lucha contra la violencia y la inclusión. Se impone un nuevo plan para la niñez dominicana.

Fuente: https://acento.com.do/2020/opinion/8810989-derechos-de-la-ninez-y-coronavirus/

Image:  ludi en Pixabay

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