Saltar al contenido principal
Page 1 of 2
1 2

Afrontar la guerra de Ucrania en las aulas

Por: Educación 2.0

La guerra que se está librando en Ucrania ha supuesto un duro golpe para el continente europeo. La proximidad del conflicto y la gran cantidad de información disponible, está provocando que sea uno de los temas habituales de conversación cada día, incluido en las aulas de los centros educativos, donde poco a poco se empiezan a ver caras de niños ucranianos que han tenido que dejar su país por culpa del conflicto.

Segú ACNUR, se estima que ya son más de dos millones y medio de ucranianos los que han abandonado su país. En nuestro país, se estima que viven más de 112.000 ciudadanos ucranianos, por lo que el conflicto también nos golpea muy de cerca, ya no solo a los adultos, sino también a los niños.

Un conflicto ampliamente cubierto a través de los medios de comunicación, pero también a través de las redes sociales, donde las desinformaciones y los bulos campan a sus anchas. Precisamente por ello, en los centros educativos ha surgido la necesidad de redoblar esfuerzos para resolver las dudas y preguntas que pueden surgir entre los más jóvenes.

La mayoría de los niños en nuestras aulas han oído hablar de que hay una guerra en Ucrania. Saben que algo grave está pasando, y además de escucharlo en conversaciones y noticias, muchos de ellos tienen acceso a internet y redes sociales, y pueden estar recibiendo informaciones sin el filtro adecuado a su nivel de madurez”, señala Ana Herrero, Coordinadora de los departamentos de Orientación del grupo Brains International Schools.

Educar en valores y la resolución de conflictos

La labor del profesorado pasa no solo por resolver las dudas que puedan surgir entre los alumnos, sino por dotarles de confianza y seguridad en el proceso de comprensión de esta guerra, para evitar que surjan el miedo y la ansiedad ante el conflicto. Una tarea en la que es necesario:

  • Preguntarles qué saben, qué han oído sobre este conflicto y ayudarles a expresar qué sienten. La expresión emocional es una incorporación relativamente reciente a las aulas, pero su importancia es cada vez mayor. Un bloqueo emocional conlleva a un bloqueo intelectual, por lo que es importante guiar y acompañar a los estudiantes en el proceso de expresión de sus emociones, como una labor de autoconocimiento, pero, sobre todo, como una vía hacia la empatía con los demás.
  • Ayudarles a diferenciar entre los ciudadanos y sus gobernantes. La deshumanización y estereotipación son dos de las primeras consecuencias de un conflicto bélico. Los alumnos han de ser conscientes de cuál es el papel de la ciudadanía en una guerra, generalmente víctima directa del conflicto en ambos bandos, y cuál puede ser nuestro papel activo como ciudadanos en la preservación de la paz y la democracia.
  • Detectar las fake news y fomentar el pensamiento crítico. Los alumnos más mayores, en muchos casos con acceso directo a fuentes de información y redes sociales, han de ser capaces de discernir si la información que reciben son bulos o propaganda. La verificación de fuentes oficiales y el acceso a medios de comunicación contrastados son dos de las herramientas que se han de inculcar entre los estudiantes. Además, el profesorado puede, a través de preguntas, desarrollar este modelo de pensamiento crítico, que les ayude a valorar la información relevante, y poder alcanzar sus propias conclusiones de forma autónoma e independiente.
  • Recalcar la Educación en Valores. Brains, como colegio internacional, apuesta por la riqueza que aporta conocer otras culturas, la mentalidad abierta, la tolerancia y la solidaridad. Estos valores, transversales al método educativo Brains, deben reforzarse en ocasiones como esta, como la única vía para la formación de los ciudadanos del futuro y la creación de sociedades más justas y pacíficas.
  • Valorar la resolución pacífica de conflictos. Es necesario poner en valor competencias como la escucha activa, la comprensión desde la perspectiva del otro, la negociación, la asertividad, buscando siempre soluciones respetuosas, tal y como trabajan en el colegio sus propios conflictos.
  • Poner en marcha propuestas de acción social y solidaria con los refugiados y víctimas del conflicto. Fomentar la solidaridad y tener un rol activo en catástrofes humanitarias como las que producen las guerras es posible. Porque toda ayuda, por pequeña que sea, puede marcar la diferencia en situaciones de conflicto. Además de recogidas de ropa, alimentos y abrigo, la llegada de refugiados a nuestro país requerirá de labores de asistencia y acompañamiento, que además de inestimable ayuda para los afectados, son una valiosa lección para los más pequeños.

“No podemos dejarles en la incertidumbre o el silencio, que puede producir más ansiedad o miedo. Pero es necesario que hagamos un ejercicio de serenidad y de calma, para poder tratar este tema tan doloroso con un tono tranquilizador, fomentando la reflexión, la expresión de sus dudas y sentimientos, y siendo sinceros cuando no sepamos dar respuesta. No podemos mentirles, aunque es conveniente evitar darles excesiva información o sobreexposición al tema”, concluye Ana Herrero.

Fuente de la información e imagen:  https://educacion2.com

Comparte este contenido:

Néstor Romero: «Los niños resuelven antes y mejor los conflictos que los adultos»

Por:

  • Néstor Romero dio vida a Carlos en la película Uno para todos, de la que hablamos hace unos meses. Un niño con una enfermedad grave que se ve aislado en su clase, al haber sido un mal compañero. Hablamos con Romero sobre temas como el acoso escolar, el trabajo en equipo y la resolución de conflictos en las aulas. También de su trabajo en la película.
  • ‘Uno para todos’: un maestro interino entre el compromiso y el abismo

Néstor Romero tiene 14 años y estudia 3º de la ESO en el Instituto Ángel Sanz Briz en el barrio de Casetas, Zaragoza. Disfruta con la clase de biología y la de valores éticos. En su tiempo libre le gusta estar con sus amigos, jugar a videojuegos, escuchar música e ir en bicicleta por la montaña.

También le gusta hacer deporte. De hecho, de los 6 a los 11 años compitió en gimnasia con la Federación aragonesa, incluso llegó a ganar el campeonato de España en su categoría. Pero los duros ejercicios y los entrenamientos casi cada día de la semana durante tres horas le llevaron a retirarse. Ahora su pasión se centra en la interpretación.

Su primer papel ha sido el de Carlos en Uno para todos, una película que nos habla de bullying, de la importancia de la empatía y del respeto entre compañeros. Pero también, de como un buen maestro deja huella en sus alumnos, y de cómo a veces también, son los alumnos los que marcan a un profesor.

La mayoría de niños y niñas que protagonizan la clase de 6º de la película Uno para todos, nunca habíais hecho nada de teatro o cine antes. ¿Cómo te decidiste a participar en el casting?

En mi caso, no había participado en clases de teatro o de cine antes de la película. Me enteré del casting gracias a mi tía, que lo vio publicado en el colegio. Envié un correo con los requisitos que pedían, y en seguida me llamaron para realizar el casting. Tras varias pruebas, al final me escogieron para realizar el papel de Carlos.

Te escogieron para representar a un niño con un cáncer de linfoma que en su pasado maltrataba a sus compañeros. Tuviste que raparte el pelo, incluso las cejas… un cambio físico importante. Pero ¿cómo te preparaste para interpretar este papel? Y ¿cómo te ayudaron?

Al principio me costó meterme en el papel, puesto que es una situación difícil. Gracias a la ayuda de mi couch en el rodaje Yasmina y de mis compañeros lo logré. El hecho de raparse el pelo y las cejas me ayudó a meterme más en el papel, aunque fue un momento duro, me acostumbré.

A lo largo de la película se ve cómo la relación entre el grupo de la clase tiene una bonita evolución. Los alumnos aprenden a respetarse, a resolver conflictos y entienden que juntos suman mucho más. ¿Cómo fue la convivencia durante el rodaje? ¿Este sentimiento de equipo lo vivisteis también fuera de escena?

La convivencia con mis compañeros fue excelente, poco a poco fuimos formando una piña. Tanto dentro como fuera de escena teníamos una gran complicidad. Esta relación seguimos manteniéndola hoy en día, algo que me alegra.

¿Piensas que en el cole, en casa y en la calle se nos habla y educa lo suficiente sobre el bullying o el maltrato en general para prevenirlo? ¿Has vivido algún caso cerca? ¿Esta película podría ayudar a trabajar el tema en el aula o es más para adultos?

Considero que la educación sobre el bullying no es suficiente. Hay muchísimas personas que sufren bullying y esto debería erradicarse. Nunca me ha tocado, por suerte, vivir un caso de bullying cerca, pero sé que está a la orden del día. Tanto en los colegios como en las casas se debería educar a los niños para que esto no pase. Esta película podría ayudar tanto a adultos como a niños, una película que trata sobre el perdón pero sobre todo enseña el daño que podemos causar al hacer bullying.

En general nos cuesta ser empáticos, ponernos en el lugar de los demás. ¿Dirías que eres un poco más empático después de interpretar a Carlos?

Siempre he sido una persona empática, pero gracias a la película me he dado cuenta que quizás había momentos en los que no lo era suficiente.

En la peli vemos cómo a los alumnos les cuesta abrirse y pedir ayuda pero también le cuesta a su maestro Aleix (David Verdaguer). ¿Por qué crees que nos es tan difícil pedir ayuda a los que tenemos más cerca, incluso a nuestros amigos y/o familia?

A veces no pides ayuda por el simple hecho de no preocupar a los que te rodean. Intentas resolver tus conflictos solo, pero es verdad que a veces necesitas ayuda de los demás sin darte cuenta. Pedir ayuda a las personas que te quieren es la mejor opción aunque creas que no.

Y ya si hablamos de resolución de conflictos que es todo un mundo en política, convivencia social o deporte. ¿Quién dirías que resuelven mejor los conflictos los niños o los adultos? ¿Por qué?

En mi opinión diría que lo resuelven antes y mejor los niños que los adultos. Porque los adultos llevan todo al rencor. Los niños tienen esa ignorancia y rápidamente se olvidan de los problemas.

Al final Uno para todos nos habla de emociones y sentimientos, de la importancia de comunicarnos unos con otros y de respetarnos. ¿Tú qué tal llevas esta parte de expresar tus emociones? En una escena lloras, pero por lo que has comentado en alguna otra entrevista esto de llorar no va mucho contigo.

Suelo expresar las emociones con la mirada. Es verdad que algunos sentimientos me cuesta expresarlos más que otros, como por ejemplo llorar. Solo lloro en situación extremas pero gracias al trabajo que realicé pude hacer las escenas.

Uno de los valores que también enseña la peli es el trabajo en equipo. Justo esta es la clave que hace que el grupo clase vuelva a sentirse unido. ¿En tu día a día y en el instituto te gusta hacer trabajos en grupo o prefieres ir más por libre?

En el caso del instituto, me gusta más hacer los trabajos de manera individual, ya que hacerlos por grupos cuesta más a la hora de organizarse. Pero fuera del instituto siempre te sientes más acompañado haciendo las cosas en grupo.

En la película vemos cómo a menudo un profesor/a nos marca. Más allá de aprender conceptos clave de un currículum, el maestro – profesor acaba siendo un guía, un modelo, una influencia. ¿Tienes algún buen recuerdo de algún profesor que hayas tenido? Y ahora ¿quiénes son tus ídolos, influencia o ejemplos a seguir?

Tengo recuerdos de algunos profesores, que aparte de ser buenos maestros también eran buenas personas que se involucraron mucho en su trabajo. Tengo muchos ídolos, hoy en día tengo de ejemplo algunos actores como David Verdaguer, algún día me gustaría llegar a su nivel.

Pero también hay alumnos y situaciones de las que un profesor aprende mucho. ¿Cuéntame alguna situación vivida con algún maestro o profesor que creas que le haya hecho aprender más a él que a ti?

Sinceramente nunca he vivido una situación en la que el profesor haya aprendido de mi, o eso creo. Pero un gran ejemplo es esta película.

Me consta que después de la experiencia de participar en este rodaje quieres seguir interpretando. ¿Qué estás haciendo ahora al respecto? ¿Tienes nuevos proyectos cerca? Si te dejarán escoger, ¿que profesión prefieres la de maestro o la de actor?

Cuando se acabe la pandemia me gustaría seguir realizando clases de cine. Sigo realizando castings con mi representante y buscando nuevos proyectos. En cuanto a la profesión que elegiría sería la de actor, puesto que es mi sueño a nivel laboral.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2021/03/01/nestor-romero-los-ninos-resuelven-antes-y-mejor-los-conflictos-que-los-adultos/

Comparte este contenido:

Uruguay: Algunos episodios de violencia en escuelas y centros de educación media vuelven a plantear el debate de cómo prevenirlos

América del Sur/Uruguay/educacion.ladiaria.com.uy

Autoridades, técnicos y sindicatos señalan importancia de que conflictos se resuelvan mediante el diálogo.

En las primeras semanas de clase de 2019 se registraron algunos episodios de violencia en centros educativos de varias partes del país que vuelven a abrir el debate sobre cómo abordar estas situaciones. Además de la preocupación por el abordaje de situaciones de violencia física o verbal, desde los distintos consejos desconcentrados de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) se están implementando estrategias para evitar que se llegue a ese punto. De todas formas, desde los sindicatos se reclama por la contratación de más técnicos para equipos multidisciplinarios que trabajen en los centros educativos, y también plantean la importancia del rol de los porteros, que no están presentes en todos los centros.

En general, entre técnicos, autoridades y sindicalistas existe acuerdo en que los episodios de violencia física en los centros educativos son casos aislados y no representativos de lo que sucede cotidianamente en esos espacios. No obstante, los distintos consejos de la ANEP y los sindicatos están preocupados por las agresiones registradas en los últimos tiempos, en algunos casos protagonizadas por estudiantes pero también por sus familias o incluso por actores externos a los centros educativos. Ello genera que los educadores deban estar preparados para abordar este tipo de situaciones y obliga a las autoridades y técnicos de la ANEP a generar mecanismos de rápida atención y de reconstrucción de los vínculos que posibilitan que tenga lugar el acto educativo.

Educación y sociedad

Si bien en el caso de primaria se registró una agresión a una auxiliar de servicio en una escuela de Soriano que tomó estado público hace semanas, al hablar de casos de violencia, la secretaria general de la Federación Uruguaya de Magisterio (FUM), Elbia Pereira, no sólo cuenta los casos que se generan a la interna de la institución, sino que también incluye los que vienen de afuera, como robos y actos de vandalismo de los que también son víctimas algunos locales escolares. Según dijo a la diaria, debe pensarse que la educación no está alejada de la sociedad, en la que se registra “un aumento de violencia en las relaciones interpersonales”. Para Pereira “no hay un único camino de solución”, pero “no basta con decir que con educación se soluciona todo”. Agregó que si bien el sistema educativo tiene “mucho para aportar” en la mejora de la convivencia, no se cuenta con “una varita mágica para solucionar todos los problemas sociales”.

La FUM se ha reunido con varios actores políticos y judiciales para abordar el tema de la violencia, como el fiscal de Corte, Jorge Díaz, el Congreso de Intendentes y hasta el propio presidente de la República, Tabaré Vázquez. Pereira explicó que cada situación debe ser analizada en su contexto, ya que según la escuela y el territorio se pueden necesitar unos u otros dispositivos para atender estos casos. Además, está funcionando una comisión bipartita sobre salud laboral entre la Coordinadora de Sindicatos de Educación de Uruguay y el Consejo Directivo Central de la ANEP, donde se abordan las situaciones de violencia, y se generó un espacio de las mismas características en el Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP).

Pereira entiende que las situaciones de violencia que surgen tienen que ver con “la diferencia, la tolerancia, la empatía”, entre otros. Por lo tanto, sostuvo que es clave que en los centros educativos se apunte a “dirimir las diferencias mediante diálogos”, para lo que también es importante el trabajo con las familias de los niños y con la comunidad. En ese sentido, valoró que la escuela pública uruguaya “tiene historia de trabajo conjunto con las familias” y mencionó el caso de las comisiones de fomento.

Los paros

Ni la FUM ni Fenapes ni AFUTU tienen resuelto que cuando ocurre una agresión a un funcionario se realice un paro automático a nivel nacional, aunque sí alguna de sus filiales, como la Asociación de Maestros de Montevideo. Al respecto, Pereira explicó que esa es la única filial del país que adoptó una resolución de ese tipo y que cuando hay una agresión a un maestro las filiales de cada departamento son las primeras en hacerse presentes en la escuela y, en caso de que se solicite la realización de un paro, la FUM lo analiza. Pereira aclaró que si bien la federación hizo paros “contra la violencia” en general, no lo ha hecho ante situaciones puntuales. En el caso de Fenapes, Slamovitz explicó que se aprobó un protocolo por el cual cuando hay una agresión se interrumpen las clases, se reúne en asamblea el núcleo sindical del liceo, se convoca a la filial departamental y se evalúa la situación. En el caso de que se considere grave, se plantea la posibilidad de hacer paro y se analiza, más allá de que cada filial puede resolver medidas de lucha parciales en algunas zonas. “Sabemos que la medida de paro no va a solucionar, pero es un llamado a la reflexión; entre tanta mano dura y represión, a veces cuesta encontrar un discurso que sea educativo y de prevención”, concluyó.

Abordaje

Si bien valoró positivamente la existencia de protocolos del CEIP para que los maestros sepan cómo actuar ante esas situaciones de violencia, la secretaria de la FUM entiende que “no todo se soluciona protocolizando”. Fundamentó que “la emergencia, la prevención y otras aristas que tiene este tema muchas veces no pasan por un protocolo” y, por ejemplo, los maestros pueden trabajar con los niños sobre la convivencia utilizando contenidos del programa de Primaria, no sólo a nivel teórico sino también en la práctica.

Ana Novo, coordinadora del Instituto de Formación en Servicio del CEIP, explicó a la diaria que en primaria el programa Escuelas Disfrutables cuenta con equipos en cada departamento del país, integrados por psicólogos y trabajadores sociales. Explicó que estos equipos están preparados para intervenir ante situaciones de violencia pero que, debido a la escasez de recursos humanos no se realizan muchas actividades de prevención. De todas formas, contó que desde el instituto, que apunta a la formación de maestros mientras ejercen, se ofrecen capacitaciones voluntarias para que los docentes sean capaces de identificar situaciones de violencia de las que son víctima los niños. “Se los forma en cómo manejarlas, sobre todo para que se utilice el protocolo que tiene Primaria para la intervención de distintos técnicos en casos de violencia”, contó, y agregó que también se ofrece una formación que apunta a dar herramientas para prevenir situaciones de violencia.

Además, señaló que para este año se proyecta la creación de un área nueva para estas temáticas, que será de “participación, comunicación y construcción de espacios educativos”. Novo dijo que el abordaje será tanto para situaciones dentro del aula como para otros espacios de las escuelas y sus zonas cercanas. Contó que la creación de este espacio surgió principalmente de la demandas de los maestros: “Nos plantean que para aprender matemática, lengua o ciencias naturales hay mucha bibliografía y fueron formados para eso, pero ahora se están desencadenando situaciones diferentes que no saben cómo resolver”.

La coordinadora entendió que si bien muchas veces los elementos que desencadenan las situaciones de violencia vienen desde afuera del centro educativo, los maestros también tienen que preguntarse qué tienen que ver, por ejemplo, con la agresión de un padre. “Algo tengo que ver, no soy un elemento neutral. Tengo que ver cómo recibí a ese padre, cómo lo atendí, cómo le hablé, cómo lo miré, cuánto tiempo dediqué a escucharlo. Tratamos de formar a los maestros en todo eso para poder manejar las situaciones antes de que lleguen a un golpe o un insulto”, explicó.

Con adolescentes

Marcel Slamovitz, presidente de la Federación Nacional de Profesores de Educación Secundaria (Fenapes), entendió que este año únicamente un episodio de violencia en un liceo montevideano ameritó un paro en la capital. Según consideró, el resto de las situaciones “son casos normales que se resuelven educativamente”, y descartó que últimamente exista “un brote de violencia, como plantean los que piden mayor represión en la sociedad”. El dirigente explicó que Fenapes ha discutido el tema y detalló: “Como profesores no tenemos una postura represiva, tenemos un análisis y una reflexión sobre la violencia en la sociedad; las oportunidades no las tiene todo el mundo”.

Slamovitz indicó que la federación concluyó que “en esta sociedad siempre va a existir violencia” y que sus reclamos únicamente apuntan a “paliar la situación”, pero no a “solucionar los verdaderos problemas”, ya que desde los liceos no pueden solucionar fenómenos sociales como el narcotráfico o la marginación. En ese sentido, Fenapes ha reclamado la presencia de equipos interdisciplinarios integrados por trabajadores sociales y psicólogos en todos los liceos. Además, sostienen que es necesario que los locales liceales cuenten con porteros y reivindican “su viejo rol”, el del funcionario “que conoce a los padres y a los estudiantes, que dialoga en situaciones conflictivas”. Según detalló el dirigente, este tipo de medidas permitirían “dar una contención y una ayuda”, porque las situaciones de violencia afectan los procesos de enseñanza y aprendizaje.

Un tanto distinta es la visión de Gabriela Garibaldi, coordinadora del Departamento Integral del Estudiante (DIE) del Consejo de Educación Secundaria (CES), quien entiende que “todo lo que acontece dentro de un centro educativo es educativo”. Ese es el enfoque con el que trabaja el DIE, que cuenta con equipos psicólogos, psicopedagogos, educadores sociales y referentes de participación estudiantil que trabajan en todo el país organizados en regiones. Según contó a la diaria, una de las líneas de trabajo del departamento apunta a la convivencia y a la promoción de “los proyectos saludables que tengan que ver con los intereses y la participación de los estudiantes en los liceos”, además de “promover formas de relacionamiento en los liceos entre jóvenes, entre jóvenes y adultos y entre adultos”.

Prevención y atención

El trabajo del DIE apunta principalmente a la prevención de las situaciones de violencia, pero también se interviene cuando el episodio ya tuvo lugar. Garibaldi contó que para implementar acciones se tiene en cuenta a los estudiantes, pero también a su entorno. “Hacemos de todo, talleres con profes, con gurises. Los referentes regionales trabajan con los equipos liceales para darles voz a los gurises con los recursos que ya hay disponibles”, ilustró. Mencionó que también se realizan instancias de formación para los equipos docentes y de gestión de los liceos, y que desde el año pasado se comenzó a pensar en una forma de participación para acompañar de mejor manera a los referentes afectivos de los estudiantes. Eso hizo que este año estén trabajando en algunos liceos en espacios a los que asisten integrantes de las familias de los adolescentes, que son convocados por los propios estudiantes.

Garibaldi contó que los liceos también acuden al DIE cuando los episodios de violencia se concretan. En esos momentos tratan de “darle la palabra a todo el mundo” y “acompañar” para que los actores reflexionen y se pregunten “qué les pasó”. Consultada sobre la posibilidad de contar con más técnicos, como se reclama desde Fenapes, Garibaldi señaló que si bien en la actualidad hay psicólogos en todos los liceos de Montevideo, “es materialmente imposible” contar con un psicólogo, un educador y un trabajador social en cada uno de los 304 centros educativos gestionados por el CES en todo el país. “Por eso tenemos equipos regionales que lo que hacen es ir acompañando”, explicó. De todas formas, señaló que no se trata sólo de una cuestión de cantidad de técnicos, sino también del enfoque con el que trabajan. En ese sentido, consideró que en el mundo actual “ya no es pensable la vieja lógica del técnico apartado en una especie de gabinete, que recibe las derivaciones de los educadores y que atiende el problema como si fuera sólo del sujeto que aprende”. Según explicó, desde esa perspectiva se apuntaba a “recauchutar” al estudiante para que después volviera a la clase, pero “esa concepción no nos sirvió ni en los lugares donde teníamos la proporción de técnicos más maravillosa”, ya que “viene de un paradigma de patologización del estudiante” que no comparte.

“Nosotros trabajamos con lo que hay, a veces un trabajador social y un psicólogo, otras un psicólogo y un coordinador pedagógico; a veces hay portero y lo incorporamos al equipo. Obvio que hace falta más, pero con lo que tenemos se puede hacer mucha cosa. El asunto es cómo lo hacemos y desde qué lugar”, señaló. La coordinadora entiende que es clave generar acciones de acompañamiento o acuerdos de abordaje con los funcionarios administrativos o de portería de los centros educativos.

Preocupados

Desde la Asociación de Funcionarios de UTU (AFUTU) han planteado al Consejo de Educación Técnico Profesional (CETP) “la preocupación por el tema de violencia y cómo la mayoría de las veces no es generada en el centro educativo sino en la familia o en el barrio”, explicó a la diaria la secretaria de prensa del sindicato, Lourdes Pintos. En escuelas técnicas de UTU es donde se registró la mayor cantidad de episodios de violencia que cobraron estado público en las primeras semanas de clase. Según señaló Pintos, hubo varias situaciones en centros de San José y en Montevideo, y más recientemente en Paysandú, donde, por ejemplo, funcionarios resultaron heridos al intentar separar peleas entre estudiantes.

En este último caso se valoró que parar y ocupar la escuela técnica era la mejor forma de que la comunidad hablara y reflexionara para buscar soluciones, explicó Pintos. Durante esos días AFUTU realizó asambleas en el centro educativo en las que participaron estudiantes, padres, medios de comunicación y actores políticos y sociales. Pintos detalló que la semana pasada se llevó a cabo una instancia bipartita en la que las autoridades de UTU se comprometieron a encontrar algunas soluciones, como que el centro cuente con una portería. Además, contó que se sugirió el trabajo con los equipos multidisciplinarios con los que UTU cuenta en la región, con mesas de adolescencia que funcionan en el territorio y con proyectos socioeducativos del Ministerio de Desarrollo Social.

La dirigente sindical explicó que AFUTU está intentando poner el tema de la violencia en discusión por medio de todas las formas posibles, ya que son conscientes de que no pueden resolverlo en solitario. “La clave está en pensar juntos con los demás actores sociales, en interrelación con las familias, con otras instituciones como policlínicas de ASSE [Administración de Servicios de Salud del Estado] o la Policía Comunitaria. En cada lugar hay que pensar qué es lo más adecuado”, afirmó. De todas formas, en lo que respecta a las acciones que pueden tomarse desde el sistema educativo, Pintos señaló que desde el sindicato “quieren evitar que los cargos estén ocupados por personas que se sientan solas” y que, en cambio, se sientan “respaldadas para trabajar”. Por lo tanto, entienden que es preferible el trabajo en equipo, pero advierten que no siempre hay condiciones para lograrlo.

Caso a caso

Nilsa Pérez, directora general del CETP-UTU, comparte la idea de que es necesario analizar caso por caso, ya que en cada territorio hay diferentes actores que pueden intervenir para resolver los conflictos. Según dijo a la diaria, muchas veces las situaciones que son denunciadas como hechos de violencia son “‘comunes’ dentro de lo que puede ocurrir normalmente en un centro educativo” al que asisten adolescentes, además de que “hay otros episodios que están atados a las características de la persona que los genera”. De todas formas, la directora señaló que muchas veces los equipos docentes, de dirección y de inspección realizan “acompañamientos varios” con los recursos que tiene la institución y actúan adecuadamente para atender o prevenir situaciones de violencia física.

UTU también cuenta con protocolos para este tipo de situaciones, aunque Pérez advierte que es necesario “usarlos, probarlos y ajustarlos”. Consultada sobre el rol que pueden jugar las porterías, la jerarca definió que principalmente pueden colaborar para resolver problemas que lleguen desde afuera al centro educativo y no tanto cuando el conflicto es protagonizado por actores del centro. “Muchas veces te piden cosas que no son funcionales al problema sobre el que hay que intervenir”, agregó.

“Quien ha trabajado con adolescentes sabe que frente a un pico de ira o una actitud violenta hay que estar al lado, aportarle elementos de reflexión, de análisis, para que controle esa fuerza que lo lleva a un acto violento. Lo mismo con los adultos. Después de que hiciste algo, pensá qué hiciste y por qué, el daño que generaste. Eso también es docencia. Un docente tiene que estar preparado para intervenir en este tipo de situaciones, pero no en forma solitaria; siempre hay un grupo de apoyo externo, reuniones de pares, una cantidad de recursos que hay que utilizar”, concluyó.

Impactos

Pereira señaló que “el impacto que se produce en alguien que es agredido es muy fuerte”, y que en el caso de las escuelas, donde las agresiones son protagonizadas por adultos que muchas veces son padres o madres, muy pocas veces se contempla adecuadamente la situación de los niños, que en algunos casos siguen yendo a la misma escuela. Además, la forma en que estas situaciones son abordadas por los medios de comunicación también incide cuando se busca la recomposición de los vínculos que se rompieron. “Lo mediático hoy es así, lo que impacta es lo que tiene poca permanencia, las noticias son hoy y ahora, y mañana dejan de serlo. Esa inmediatez hace que no analicemos las situaciones con la profundidad necesaria”, señaló Pereira. Por su parte, Garibaldi entiende que los episodios de violencia generan “afectaciones” sobre las que se trabaja para que “no obstaculicen procesos subsiguientes”. En general, señaló que los medios de comunicación “revictimizan” a los protagonistas “cuando se pone nombre y apellido de instituciones, familias, de chiquilines” porque “se los vuelve a hacer pasar por el sufrimiento de lo que pasó”. Al respecto, Pérez señaló que muchas veces los vínculos “se recomponen rápidamente”, lo que puede generar que la violencia se repita, y “eso es lo que tenemos que prevenir, atendiendo los problemas de fondo”.

Fuente: https://educacion.ladiaria.com.uy/articulo/2019/4/algunos-episodios-de-violencia-en-escuelas-y-centros-de-educacion-media-vuelven-a-plantear-el-debate-de-como-prevenirlos/

Comparte este contenido:

El cuidado de las relaciones interpersonales en el aula

Invertir en la construcción de una buena relación interpersonal en el aula es invertir en un mejor aprendizaje, teniendo en cuenta, además, que la construcción de la relación positiva es uno de los elementos fundamentales que deben enseñarse.

Hace unos diez días me llamaron de un instituto con el que sigo manteniendo contacto para ver si podía intervenir en un conflicto que había tenido lugar en una clase de Ciencias Naturales. Mientras el profesor explicaba su materia, unas alumnas molestaron y acosaron a una alumna extranjera, echándole en cara el color de su piel e insultándola gravemente. Al parecer, el profesor pidió silencio y siguió con su explicación. Llamado posteriormente al despacho de la dirección, justificó su comportamiento diciendo que él era profesor de Biología, que esa era su tarea y que, si eso hubiera sucedido en la hora de tutoría del grupo del que es tutor, habría intervenido para cortar el incidente.

La idea de que un docente de secundaria es sólo profesor de una determinada materia es algo muy extendido entre el profesorado. Se trata de una idea que suele reforzarse con la queja de no estar preparados para abordar conflictos como el descrito, ya que nunca han recibido formación específica para ello y que, por tanto, no se le puede exigir nada más. Es curioso que, cuando se les ofrece a estas personas la oportunidad de asistir a formación específica sobre la gestión del aula, suelen decir que no, que no pueden en ese momento, que tal vez más adelante… Por experiencia propia, los cursos sobre los conflictos en el aula y la manera de gestionarlos han sido los que más suspensiones han tenido a lo largo de mi vida profesional.

¿Qué indica esta actitud y este planteamiento? ¿Es posible ser profesor o profesora de una determinada materia, sin tener en cuenta la tarea propiamente educativa, limitándose únicamente a la labor de instrucción? Hay que tener en cuenta que, en numerosas ocasiones, este grupo de compañeros y compañeras lo pasa bastante mal en las clases, las vive desde emociones claramente negativas, desde el enfado, la rabia o la frustración, terminando pronto muy “quemado/a” y buscando una salida a través del concurso de traslados, cuando no abandonando la profesión. O siguiendo en el mismo lugar y haciendo las mismas cosas aunque eso le genere malestar que, inconscientemente, traslada a los demás, sean docentes o estudiantes.

Es importante ayudar a reflexionar a estos compañeros/as y, con una actitud de comprensión que no les juzgue, mostrar la carencia fundamental de su argumentación. Como señala Mª Rosa Marchena: “Las tareas de aprendizaje realizadas en el aula son organizadores de conducta y marcos de socialización y convivencia”. O, dicho de otra forma, que todo lo que planteamos como docentes en el aula tiene una doble cara, la más académica y la más convivencial. Y que, querámoslo o no, la selección de los contenidos que vamos a explicar, las metodologías que vayamos a emplear, la forma en que vamos a evaluar a nuestro alumnado, la forma de organizar la clase, etc. tienen repercusión en la conducta y forma de comportarse de nuestros alumnos y alumnas.

No podemos olvidar que el proceso de enseñanza-aprendizaje tiene lugar conviviendo en un grupo concreto, en el que el tipo de relaciones y su calidad juegan un papel determinante en el proceso educativo y en el resultado final. Es imposible prescindir de las relaciones, es necesario dedicar tiempo a ellas, trabajar el grupo y constituirlo como tal desarrollando los aspectos básicos de comunicación y de gestión de conflictos. Y este trabajo es una parte ineludible del trabajo docente, íntimamente vinculado a la tarea tradicionalmente más académica.

Whittaker señala y define las relaciones interpersonales en el aula como el cimiento que hace posible la construcción del edificio de los aprendizajes, lo que le sirve de fundamento y apoyo. Invertir en la construcción de una buena relación interpersonal en el aula es invertir en un mejor aprendizaje, teniendo en cuenta, además, que la construcción de la relación positiva es uno de los elementos fundamentales que deben enseñarse y que nuestros alumnos/as deben aprender a lo largo de la escolarización.

La importancia de las relaciones y sus consecuencias en el aprendizaje debe ser una de las primeras enseñanzas que debemos transmitir a los nuevos profesionales. Mucho más importante que las condiciones materiales del espacio del aula, la relación interpersonal es imprescindible para crear un buen clima de clase, en el que todos los miembros se sientan emocionalmente a gusto, deseen estar en el grupo y encuentren la motivación necesaria para sus aprendizajes.

Suele ser un error muy común entre nosotros/as, los profesionales de la educación, pensar que el clima de clase se construye solo, o que la principal responsabilidad corresponde al alumnado, que son los alumnos y alumnas quienes deben cambiar y modificar su actitud y comportamiento para que los profesionales podemos hacer bien nuestro trabajo. Y, desde este planteamiento, se nos olvida que en el aula todo está relacionado con todo, que lo haga el profesor o profesora va a tener sus consecuencias en la respuesta que nos van a dar nuestros alumnos/as, que si queremos que algo funcione mejor somos nosotros/as los primeros que debemos cambiar y plantear las cosas de otra manera.

En la construcción de una buena relación en el aula juega un papel clave la comunicación. Coincidiendo con el hecho mencionado anteriormente, me llamaron de una cadena de TV para que valorara el caso de una profesora de Córdoba, procesada por, supuestamente, haber insultado gravemente a sus alumnos llamándolos repetidamente “tontos” y “vagos” y otras cosas. ¿Cómo va a ser posible construir una buen relación con el grupo desde este estilo de comunicación?

Aprender a comunicarse, saber cómo conseguir que los alumnos/as nos escuchen y se escuchen entre sí, se abran a nuestros mensajes y a los de los demás, poner en práctica una escucha activa dejando de lado la escucha selectiva, aplicar en la clase los pasos recogidos en la comunicación no violenta (observar sin juzgar, manifestar las emociones, descubrir las necesidades, hacer demandas no exigentes…) son tareas fundamentales en la preparación de todas las personas que nos dedicamos a la educación.

A la vez, es importantísimo plantear conscientemente la forma de transformar y gestionar pacíficamente los conflictos que, de manera ineludible, van a aparecer en las relaciones dentro del aula. Ocasiones como las descritas al principio no se pueden dejar pasar, es preciso prestar atención a ellas, y aprovechar su presencia para abordar los procedimientos que se van a establecer para evitar situaciones como las descritas.

Trabajar por la construcción de unas buenas relaciones interpersonales culmina, también, en la confianza en nuestros alumnos y alumnas, en reconocerles sus múltiples capacidades para la organización y creación del clima de aula y por otorgarles un protagonismo en el día a día de la clase y de la vida del centro. De esta forma les reconocemos como personas y sujetos autónomos, les damos ocasión de ejercer como tales y, trabajando su responsabilidad, les damos la oportunidad de crecer como personas y como ciudadanos y ciudadanas. Merece la pena intentarlo y trabajar por ello, ya que estaremos más a gusto en nuestro trabajo, habremos dejado de lado muchos de los problemas que ahora tenemos en las aulas y, además, seremos muchos más eficaces en nuestro trabajo.

Las relaciones interpersonales son el primer elemento que debemos tener en cuenta, pero hay otras dimensiones muy importantes y, lamentablemente, muchas veces olvidadas o preteridas. Está la consideración de los factores “motores” del alumnado, de sus emociones y motivaciones. Y, a la vez, los factores que podemos denominar “internos” del aula, es decir, la selección de los contenidos del curriculum, la metodología, la forma de evaluar, la organización del aula, las normas y sanciones que empleamos y la forma de dar respuesta a las conductas disruptivas. En todos estos factores la responsabilidad y el cambio no corresponde sólo al alumnado. También los profesores/as tenemos mucho que decir.

Sin duda, nuestro profesor de Ciencias dejó pasar una ocasión de oro para educar en convivencia positiva, debido a una idea errónea de cuál era su labor. Y esto me recuerda a una de las ideas que asumí al poco de empezar a dar clase, tomada de la profesora Juana Mª Sancho, que dio título a uno de sus libros: y es que “para enseñar no es suficiente saber la asignatura”.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/convivenciayeducacionenvalores/2019/03/12/el-cuidado-de-las-relaciones-interpersonales-en-el-aula/

Comparte este contenido:

Niños refugiados de Sudán del Sur llevan la paz a las escuelas en las comunidades del norte de Kenia

Sudán del Sur/9 de Junio de 2018/Europa Press

Los clubes de paz enseñan a los niños lo que es el cariño, el perdón y la resolución pacífica de conflictos

Los moretones eran frecuentes y el intercambio de golpes muy común. A los 13 años, Ayen aprendió a cerrar los puños y a defenderse. Cualquier desacuerdo podía terminar en una pelea. «En una ocasión llegué a pelearme con mi propia hermana en el colegio», cuenta Ayen.

La mayoría de las 180.000 personas que llegaron al campo de refugiados de Kakuma en Kenia, presenciaron escenas brutales antes de abandonar su tierra natal a causa del conflicto en el país. Algunos sienten rencor y otros permanecen distantes entre sí a causa de lo que han experimentado y presenciado en el pasado. Como resultado, algunos de los refugiados se han tomado la justicia por su mano, después de meses o incluso años.

Niños refugiados de Sudán del Sur llevan la paz a las escuelas en las comunidades del norte de Kenia

«Muchas personas procedentes de Sudán del Sur acuden a la escuela, pero tienen miedo del pasado. Los niños llegan aquí después de haber perdido a uno o varios parientes,» dice Peter Par Kuang, director de la escuela principal en Kakuma. «Han presenciado conflictos armados y otros horrores. Les lleva mucho tiempo dejar las hostilidades a un lado y centrarse en su educación», añade.

Ayen afirma que sus cicatrices emocionales motivaban su actitud violenta. A los nueve años de edad, fue separada de sus padres y acogida por su tío en Jartum. «No nos estaba cuidando. No se molestaba en asegurarse de que fuéramos al colegio o de que hiciéramos nuestros deberes en casa,» recuerda Ayen. Durante el tiempo en que estuvo con su tío, éste trató de casar a una de sus hermanas con un hombre mayor. La situación era tan mala que las niñas sabían que debían escapar.

«Encontramos el número de teléfono de nuestro padre que había regresado a Kenia. Le contamos lo que había sucedido, vino a buscarnos y nos llevó con él. Esto sucedió en 2011. Estábamos muy afectadas por todo lo ocurrido en aquel momento. Nos gustaban las bromas, pero también nos gustaba pelear,» explica Ayen.

Polyne Lokoruka era la profesora de Ayen en aquel entonces. Recuerda lo rápido que Ayen podía explotar, se enfadaba con mucha facilidad. Esta situación era demasiado común entre todos los estudiantes refugiados de su clase. «Nuestras aulas estaban llenas de estudiantes; los niños se sentaban incluso en el suelo. Si el niño equivocado se sentaba al lado de otro, se susurraban amenazas al oído tipo, «cuando salgamos te vas a enterar». «Al llegar el descanso, las amenazas se hacían realidad y acababan pegándose fuera de las clases», dice Polyde.

PERO LAS COSAS EMPEZARON A CAMBIAR

Los profesores se dieron cuenta de que los niños estaban afectados por su pasado y que los proyectos para la consolidación de la paz eran de vital importancia.

A pesar de todo, había resistencia por parte de los niños. Estos no mostraban ningún interés en mejorar sus dotes relativas a la resolución de conflictos. «No queríamos saber nada de lo que estuviera relacionado con la paz, no éramos pacificadores», recuerda Ayen. «Yo solía decir que jamás cambiaría», explica.

Sin embargo, poco a poco, y a través de las actividades del club de la paz, los niños comenzaron a transformarse. El club les enseñó lo que era el cariño, el perdón y la resolución pacífica de conflictos, evitando así la violencia.

Ayen fue una de las primeras en cambiar: «Si no tienes el conocimiento necesario, no eres capaz de resolver el conflicto». Al llegar a Quinto Grado fue elegida como delegada de su clase. «Me di cuenta de que si yo podía cambiar, entonces todos los demás podían hacerlo también. Necesitas aprender a ser honesto, a ser humilde», afirma.

Rápidamente se convirtió en una fiel defensora de la paz dentro de la escuela, dentro de la comunidad de refugiados y dentro de la comunidad de Turkana. Ahora, Ayen lidera un club de la paz apoyado por World Vision. Ayuda a organizar actividades como debates, días de limpieza medioambiental y partidos de fútbol, para promover la amistad y crear un sentimiento de unidad dentro de su comunidad.

«Espero que algún día pueda ir a Sudán del Sur y poner en práctica mis enseñanzas relativas a la paz», afirma hoy, con 18 años de edad.

World Vision está implementando un modelo llamado ‘Empoderando a los niños como constructores de la paz’ y ha creado clubes de la paz en 12 colegios diferentes localizados en Kakuma. Estos clubes tienen 277 pacificadores entrenados para traer paz y armonía a las escuelas y a las comunidades. El proyecto busca ayudar a niños y adolescentes a mejorar sus relaciones y armonizar sus comunidades.

Fuente: http://www.europapress.es/internacional/noticia-ninos-refugiados-sudan-sur-llevan-paz-escuelas-comunidades-norte-kenia-20180604081337.html

 

Comparte este contenido:

Colombia: «La construcción de paz comienza en las escuelas»

03 Diciembre 2017/Fuente:eluniversal /Autor:TANIA FLÓREZ DECHAMPS

La disminución de la violencia en la Escuela Normal Superior Juan Ladrilleros, en Buenaventura (Valle del Cauca), gracias a la mediación de los estudiantes en los conflictos de sus compañeros fue una de las experiencias ganadoras del Premio Iberoamericano de Educación en Derechos Humanos Óscar Arnulfo Romero.

“Estamos entrando en el posconflicto y es la oportunidad para que nuestros estudiantes tengan una mejor cultura ciudadana a partir  de la defensa de los derechos humanos, que es el punto de partida de la sociedad que todos deseamos”, manifestó Lucy Hinojosa Aguirre, sicorientadora de la Escuela Normal Superior Juan Ladrilleros.

Este proyecto fue uno de los que representó a Colombia en la convocatoria de la Organización de Estados Iberoamericanos, con el apoyo de la Fundación SM y el Ministerio de Educación de Colombia, y logró el segundo lugar en la categoría de organizaciones o instituciones oficiales.

“La construcción de la paz comienza en las escuelas a partir de la resolución de conflictos sin usar la violencia”, señaló la ministra de Educación Yaneth Giha durante la entrega de los premios en el santuario San Pedro Claver, en el Centro.

“No pudimos elegir mejor lugar para entregar este premio por toda la relevancia que tiene en Colombia la paz y el posconflicto  (…) nos inspiramos en lo que se está haciendo aquí porque es de mucha importancia para la región y a partir de este premio los países se unen en una red en la que pueden compartir sus experiencias”, puntualizó Paulo Speller, secretario general de la OEI.

Los ganadores

El premio se entregó en dos categorías: en la A, que agrupó las experiencias de instituciones oficiales, el primer lugar fue para Bolivia con un proyecto de enseñanza de los DD.HH.  de la mujer en centros educativos y el segundo lugar, para Colombia por la experiencia de estudiantes como mediadores de conflictos. En la categoría B, que incluía las iniciativas no gubernamentales, ocupó el primer puesto Perú con una experiencia en la formación de niños como líderes en la protección de sus derechos y el segundo lugar lo ocupó El Salvador por la promoción del relevo generacional de la defensa de los D.DH.H.

Los ganadores recibieron 5 mil dólares.

Fuente de la noticia: http://www.eluniversal.com.co/cartagena/la-construccion-de-paz-comienza-en-las-escuelas-267265

Fuente de la imagen:

 http://www.eluniversal.com.co/sites/default/files/styles/630×415/public/201712/ganadores0_0.jpg?

Comparte este contenido:
Page 1 of 2
1 2
OtrasVocesenEducacion.org