América del sur/Uruguay/Noviembre 2020/prensa-latina.cu
Escuelas primarias de Uruguay acortarán desde hoy el distanciamiento físico entre alumnos para aumentar su presencia en aulas, en el protocolo sanitario frente a Covid-19, cuyos casos en el país alcanzaron otra cifra pico.
El presidente del Consejo Directivo Central de Educación (Codicen) Robert Silva informó horas atrás de esta medida, la cual se tomó con base en la recomendación del Grupo Asesor Científico para la pandemia en favor de la asistencia a clase de niños.
Según explicó en lo adelante el distanciamiento de los escolares será de solo un metro y a partir de los seis años de edad obligatorio el uso del nasobuco y en cada centro de enseñanza se tendrá que ajustar el protocolo.
Gremios magisteriales se quejan de la falta de auxiliares de limpieza para garantizar las condiciones indicadas ante lo cual carecen de respuesta de autoridades centrales.
Para los estudiantes del nivel secundario se mantiene un distanciamiento de metro y medio, bajo el criterio científico aquí de escasa morbilidad sintomática y capacidad propagadora infantiles en lo que respecta a la Covid-19.
Mientras el Sistema Nacional de Emergencia reportó 524 casos activos, la cifra más alta conocida desde la confirmación desde la pandemia en Uruguay en marzo, después de detectarse en las últimas horas 60 nuevos infectados, 31 de ellos en Montevideo, uno de los siete departamentos en área amarilla de contagios.
El ministerio de Salud Pública colocó un especial foco en Cerro Largo, fronterizo con Brasil, ya con 60 convalecientes, alrededor de 300 en cuarentena y la expectativa de que aumenten esos números con el surgimiento de diversos brotes que autoridades locales atribuyeron a incumplimientos generalizados de protocolos preventivos.
América del sur/Ecuador/Noviembre 2020/prensa-latina.cu
El Ministerio de Educación de Ecuador informó hoy que 79 escuelas del país recibieron autorización del Comité de Operaciones de Emergencia Nacional para reanudar, progresivamente, la docencia presencial, suspendida por la Covid-19.
Según los datos ofrecidos por la cartera de estado, el retorno se realizará de manera voluntaria, de manera que los padres podrán decidir si prefieren mantener a sus hijos en el régimen de clases virtuales, en aplicación desde marzo pasado, cuando comenzó la propagación de la enfermedad respiratoria por todo el territorio nacional.
Al respecto, la titular de Educación, Montserrat Creamer, recordó que para continuar el aprendizaje a distancia, continúa en vigor el programa Juntos Aprendemos en Casa.
Igualmente, precisó que el regreso a las aulas es paulatino y con alternancia entre la presencialidad y lo virtual, en dependencia de la comunidad donde se ubica el centro estudiantil.
Al momento, los alumnos cuentan con más de dos mil recursos educativos a través de diferentes plataformas como portales digitales, radio y televisión, para recibir las lecciones, señaló.
En esa misma línea, agregó que el Ministerio ha entregado fichas pedagógicas impresas, en 12 lenguas ancestrales y textos escolares.
Sobre el plan de regreso a las aulas, especificó que cada establecimiento debe realizar el Plan Institucional de Continuidad Educativa, con la participación de padres de familia, alumnos, profesores y directivos.
El programa de retorno a las clases presenciales se da en medio de un aumento de casos de Covid-19 en el país y en especial en Pichincha, provincia donde se ubica Quito, capital de la nación.
De acuerdo con estimados de esta jornada del Ministerio de Salud Pública, el acumulado de contagios confirmados de la dolencia llegó hoy a 176 mil 630, de ellos 62 mil 650 en Pichincha y específicamente en Quito, 57 mil 680.
Maestros y trabajadores de la salud marcharon este miércoles 4 de noviembre desde la Maternidad Concepción Palacios hasta la plaza Caracas para exigir salarios justos.
“Nosotros vamos a estar en la calle movilizadas, los gremios de la salud le hemos pedido a la administración de Maduro que nos aumenten los salarios y ha hecho caso omiso. No tenemos equipos de protección para la COVID-19: o nos mata el hambre o nos mata el coronavirus”, sentenció la presidenta del Colegio de Enfermeras del Distrito Capital, Ana Rosario Contreras.
“La crisis hospitalaria esta cobrando vida del sector salud y no hay respuesta. Aquí pueden salir unos aumentos que son una burla para el gremio. Vamos a seguir en la calle. Le decimos a Nicolás que no nos vamos arrodillar”, afirmó.
Contreras indicó que han solicitado en varias ocasiones al gobierno de Nicolás Maduro que se dolaricen los sueldos del sector “pero han hecho caso omiso a esta denuncia”.
«Hago más plata vendiendo tostones que con el salario», dijo una manifestante
«No quiero bono, no quiero Clap la lucha es por salario y dignidad», son algunas de las consignas que corean.
La protesta fue custodiada por funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) que siguieron todo el recorrido. Al llegar a plaza Caracas los esperaba un piquete de la PNB, el cual fue dispersado por los manifestantes que se abrieron paso para seguir la movilización.
En Portuguesa, Lara, Aragua y Cojedes ambos gremios también protestaron por los precarios sueldos y el abandono en medio de la crisis económica que se agudiza con la pandemia del COVID-19, asimismo, exigen un salario de $600 y el pago de las deudas.
#4Nov#Caracas#Protesta "Hago más plata vendiendo tostones que con el salario": Trabajadores de la salud en Venezuela son sometidos a un salario Bs. 400.000 al mes, lo que no alcanza ni para un carton de huevos.pic.twitter.com/uVNdwwc9qV – @sincepto
(Este manifiesto ha sido firmado por 2.750 personas de distintos campos científicos de 44 Estados).
Seamos claros: las pseudociencias matan. Y no solo eso, sino que son practicadas con impunidad gracias a leyes europeas que las protegen.
Matan a miles de personas, con nombres y apellidos. Como Francesco Bonifaz, de 7 años, a quien su médico le dio homeopatía en lugar de antibióticos. Murió en Italia [1]. Como Mario Rodríguez, de 21 años, que fue tratado con vitaminas para su cáncer. Murió en España [2]. Como Jacqueline Alderslade, de 55 años, cuyo homeópata le dijo que dejara su medicación para el asma. Murió en Irlanda [3]. Como Cameron Ayres, de 6 meses, cuyos padres no quisieron darle “medicina científica”. Murió en Inglaterra [4]. Como Victoria Waymouth, de 57 años, a ella le recetaron un medicamento homeopático para tratar sus problemas cardíacos. Murió en Francia [5]. Como Sofía Balyaykina, de 25 años, que tenía un cáncer curable con quimioterapia, pero le recomendaron un “tratamiento alternativo” de picaduras de mosquitos. Murió en Rusia [6]. Como Erling Møllehave, de 71 años, en su caso un acupuntor le atravesó su pecho con una aguja y dañó su pulmón. Murió en Dinamarca [7]. Como Michaela Jakubczyk-Eckert, de 40 años, cuyo terapéuta le recomendó la Nueva Medicina Germánica para tratar su cáncer de pecho. Murió en Alemania [8]. Como Sylvia Millecam, de 45 años, su sanadora de la Nueva Era le prometió curar su cáncer. Murió en los Países Bajos [9].
La directiva europea 2001/83/CE ha permitido —y aún permite— que cientos de miles de ciudadanos europeos sean engañados a diario [10]. Se les ha ofrecido a importantes lobbies la posibilidad de redefinir qué es un medicamento, y ahora venden azúcar a personas enfermas y les hacen creer que puede curarles o mejorar su salud. Esto ha ocasionado muertes, y lo seguirá haciendo, hasta que Europa admita una realidad indiscutible: el conocimiento científico no puede doblegarse ante los intereses económicos de unos cuantos, máxime si eso implica engañar a pacientes y vulnerar sus derechos.
Europa se enfrenta a otros problemas de salud pública muy serios. La medicalización excesiva de la población, la generación de bacterias multirresistentes o los problemas de financiación de los sistemas públicos de sanidad ya son demasiado graves como para añadir, además, la presencia de gurús, falsos médicos o incluso médicos titulados que dicen poder curar el cáncer (o cualquier otra enfermedad) manipulando chakras, comiendo azúcar o aplicando “frecuencias cuánticas”. Europa no solo debe detener el fomento de la homeopatía, sino que debe luchar de forma activa por erradicar las estafas de salud pública que implican las más de 150 pseudoterapias presentes en nuestro territorio. La vida de miles de ciudadanos depende de ello. De hecho, según estudios recientes [11], el 25.9% de los europeos han utilizado pseudoterapias en el último año, es decir, 192 millones de pacientes engañados.
Existe la creencia de que hay un conflicto entre la libertad de elección de un tratamiento médico y la eliminación de pseudoterapias, pero no es cierto. Según el artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, toda persona tiene derecho a la asistencia médica. Mentir a los enfermos para venderles productos inservibles que pueden matarlos incumple el derecho de los ciudadanos a recibir información veraz sobre su salud. Así que, aunque un ciudadano tiene derecho a renunciar a un tratamiento médico estando correctamente informado, también es cierto que nadie tiene derecho a mentirle para obtener lucro económico a costa de su vida. Solo en un mundo donde consideráramos que mentir a un enfermo para obtener su dinero fuera ético, podríamos permitir que se siguiera vendiendo homeopatía —o cualquier otra pseudoterapia— a los ciudadanos.
El peligro de las pseudociencias no solo está en la sustitución de tratamientos efectivos por otros engañosos. Además, existe un obvio retraso en la atención terapéutica en todos aquellos enfermos que, ante los primeros signos de una enfermedad, reciben productos falsos en lugar de medicamentos. Muchas veces, cuando llegan a la medicina, ya es demasiado tarde. También, varias de estas prácticas tienen efectos graves por sí mismas y pueden producir daños, e incluso la muerte, debido a sus efectos secundarios.
Muchos pseudoterapeutas argumentan que las prácticas de “la otra medicina” también tienen efectos secundarios, y es verdad. Pero la diferencia es que las pseudoterapias no pueden curar o mejorar una enfermedad, asumiendo el paciente un riesgo a cambio de promesas que, con todo el peso de la evidencia científica, son un engaño. Mentir a un enfermo no es otro tipo de medicina, es mentir a un enfermo.
Cada país tiene que enfrentarse al problema de las pseudoterapias a su modo. Sin embargo, no es admisible que las leyes europeas amparen la tergiversación de la realidad científica para que miles de ciudadanos sean engañados, e incluso mueran.
Así pues, los firmantes de este manifiesto declaran que:
El conocimiento científico es incompatible con los postulados de las pseudoterapias, como el caso de la homeopatía.
Las leyes europeas que protegen y amparan la homeopatía son inadmisibles en una sociedad científico-tecnológica que respeta el derecho de los pacientes a no ser engañados.
La homeopatía es la pseudoterapia más conocida, pero no es la única, ni tampoco la más peligrosa. Otras como la acupuntura, el reiki, la Nueva Medicina Germánica, el biomagnetismo, la iridología, la terapia ortomolecular y un largo etcétera, están ganando terreno y causando víctimas.
Hay que tomar medidas para frenar las pseudoterapias porque no son inocuas y producen miles de afectados.
Europa debe trabajar en la dirección de crear leyes que ayuden a detener este problema.
No es coherente que desde Europa se eleve la preocupación por el fenómeno de la desinformación y a la vez se ampare uno de sus tipos más peligrosos: la desinformación en temas de salud. Por todo ello, las personas que firman este manifiesto animan a los gobiernos de los países a los que pertenecen a poner fin a un problema que utiliza falsamente el nombre de la ciencia y que ya le ha costado la vida a demasiada gente.
Use of complementary and alternative medicine in Europe: Health-related and sociodemographic determinants. Scandinavian Journal of Public Health. Laura M. Kemppainen et al. 2018.
Aunque esta semana se aprobó en segundo debate la ley que busca que los alimentos que impactan de manera negativa la salud de las personas tengan un sello que indique sus componentes, el artículo que buscaba prohibir la publicidad de comida chatarra para los niños se cayó. Este es el panorama.
Con frecuencia se utiliza el término comida chatarra para referirse a alimentos no saludables. Pero la línea que determina qué es saludable y qué no, muchas veces es difusa. Por eso es importante saber exactamente cuáles alimentos se consideran chatarra y qué se puede hacer cuando ese tipo de comida predomina en nuestra dieta.
Pero, ¿qué es exactamente la comida chatarra? Es la que incluye todos aquellos alimentos que no aportan valor nutricional, pero que sí suman calorías, azúcar, sal y grasa saturada, además de conservantes como las sales de nitro y nitritos.
Sin embargo, esto no es un tema fácil de entender. Por esta razón, el proyecto de Ley 167, también conocida como la Ley de Comida Chatarra, de autoría de la bancada parlamentaria por la salud pública, busca que los productos que impactan de manera negativa la salud de las colombianas y colombianos porten un sello que indique los componentes que pueden causar enfermedades a largo plazo, para que los consumidores, y especialmente los padres, puedan tomar una decisión informada.
Esta iniciativa no es nueva. Desde hace varios años asociaciones de padres como RedPapaz han luchado por sacar adelante esta iniciativa en el Congreso, pero no han tenido éxito. En junio de 2019, tras años de lucha por poner en la agenda legislativa esta ley de etiquetado, el proyecto se hundió sin haber pasado el primer debate.
Hoy la industria de alimentos ultraprocesados y bebidas azucaradas usan la tabla nutricional para mostrarle al consumidor la cantidad de grasas, azúcar, sodio y calorías que contienen sus productos. Sin embargo, para Red PaPaz este etiquetado no es suficiente, ya que el promedio de los colombianos no sabe qué porcentaje es dañino ni cómo funcionan estos nutrientes.
La columna vertebral del proyecto propone exigir a las industrias revelar el contenido real de los productos que consumen, en su mayoría los niños, mediante sellos frontales en los empaques. Es decir, que las industrias informen si el producto ultraprocesado es “alto en azúcares”, “alto en sodio” o “alto en grasas saturadas”.
Más de un año después del naufragio del primer proyecto, la iniciativa por el etiquetado frontal recibió la aprobación de la mayoría de los representantes, con lo que la Ley de Comida Chatarra pasa a tercer debate y queda a dos de volverse ley. Nunca antes el proyecto había llegado tan lejos.
“Siempre es bueno avanzar en la discusión y más cuando es en favor de la salud pública. Debemos ahora en el Senado lograr las mejoras que protejan la salud de las niñas, niños y adolescentes»,fueron las palabras con las que el senador Juan Luis Castro, uno de los ponentes, destacó la aprobación del proyecto.
Sin embargo, tanto Castro como algunos congresista del Partido Verde, como Juanita Goebertus, señalaron que en este debate se modificaron y suprimieron algunos artículos de la versión original del proyecto, como lo es el artículo 9, el cual prohibía la publicidad de comida chatarra para niñas, niños y adolescentes.
La buena noticia es que aprobamos en 2do debate el proyecto de etiquetado frontal para los productos ultra procesados y bebidas azucaradas #LeyComidaChatarra.
La mala es que no regulamos la publicidad dirigida a niños y niñas. Dejé constancia.
En 2010, la Organización Mundial de la Salud emitió un conjunto de recomendaciones sobre la promoción de alimentos y bebidas dirigida a los niños, estableciendo que “la publicidad y otras formas de mercadotecnia de alimentos y bebidas dirigidas a los niños tienen un gran alcance y se centran principalmente en productos ricos en grasas, azúcar o sal. Muchos datos muestran que la publicidad televisiva influye en las preferencias alimenticias y las pautas de consumo de la población infantil. Además, para promocionar esos productos se recurre a una amplia gama de técnicas que consiguen llegar a los niños en las escuelas, las guarderías y los supermercados, a través de la televisión y de Internet, y en muchos otros entornos”.Por esta razón, en el Congreso avanza el paquete de ‘proyectos saludables’, una serie de medidas con las que la bancada parlamentaria por la salud busca generar políticas de promoción de hábitos saludables y prevención de enfermedades. Carolina Piñeros, directora de Red Papaz, explicó que dentro de estas medidas se encuentra la Ley de Escuelas Saludables, la cual busca prohibir la venta de estos productos en las instituciones educativas.
Michel Desmurget, director de investigación en el Instituto Nacional de Salud y la Investigación Médica en Francia, se muestra muy crítico con el abuso de las pantallas por parte de niños y jóvenes, ya que afecta a su desarrollo cerebral. Una cuestión que va unida a la digitalización de la enseñanza, que la considera un ahorro de dinero para no invertir en personal cualificado, además de provocar un aumento de las desigualdades sociales entre los estudiantes.
El último libro de Michel Desmurget, director de investigación en el Instituto Nacional de Salud y la Investigación Médica en Francia, se titula ‘La fábrica de cretinos digitales. El peligro de las pantallas para nuestros hijos’. Y es que Desmurguet considera que el abuso de las pantallas por parte de niños y adolescentes es un problema de salud pública. Cree que hay que agitar las conciencias de los que piensan que si un adolescente se pasa hasta siete horas delante de un ordenador no ocurre nada en su cerebro. En su opinión, este consumo digital tiene un impacto negativo tanto en el desarrollo cerebral como en posibles problemas de obesidad, ansiedad o falta de concentración.
Y si se trata de agitar conciencias, Desmurget no tiene pelos en la lengua: “Nuestros hijos son así, literalmente (e incuestionablemente), cada vez más ‘imbéciles’ (y, no hay desprecio en esta palabra, sólo preocupación por sacudir las conciencias)”.
Pregunta: Su libro se titula ‘La fábrica de cretinos digitales. El peligro de las pantallas para nuestros hijos’. ¿Cuáles son las principales razones con las que sostiene dicha afirmación?
R: Hay dos razones principales. La primera es para agitar el ‘letargo’ periodístico. Me sorprende la imprudencia con la que la mayoría de los medios de comunicación está tratando este tema. Los estudios científicos muestran que nos estamos enfrentando a un gran problema de salud pública. Sin embargo, en contraste con esta realidad perturbadora, el discurso de los medios de comunicación sigue siendo pacíficamente tranquilizador (por no decir entusiasta).
En segundo lugar, las investigaciones realizadas desde hace 50 años (primero en la televisión, luego en los videojuegos y ahora en las redes sociales y los dispositivos móviles) demuestran que el consumo digital actual está devastando los pilares más esenciales de la inteligencia de nuestros hijos: el lenguaje, la concentración, la capacidad de memoria, la creatividad, la cultura (en relación a la serie de conocimientos que nos permiten comprender el mundo). Nuestros hijos son así, literalmente (e incuestionablemente), cada vez más ‘imbéciles’ (y, no hay desprecio en esa palabra, sólo preocupación por sacudir las conciencias).
P: ¿Cuáles cree que son los efectos más perjudiciales del uso de la tecnología entre los más jóvenes? ¿Y los beneficios a destacar?
R: No se trata de llevar a cabo una cruzada tecnofóbica. En muchas áreas, la ‘revolución digital’ ha demostrado ser muy beneficiosa: en la industria, investigación, medicina, comercio… Pero eso no es de lo que estamos hablando aquí. Todos los estudios demuestran que cuando se pone una pantalla de cualquier tipo (televisión, videoconsola, smartphone, tableta…) en las manos de un niño o adolescente, casi siempre son los usos recreativos más debilitantes los que salen ganando. En otras palabras: no se trata de ver cómo las generaciones más jóvenes podrían utilizar correctamente las herramientas digitales que tienen a su disposición, sino más bien analizar cómo las utilizan realmente.
«Los estudios científicos muestran que nos estamos enfrentando a un gran problema de salud pública»
De ese modo, se observa que el consumo recreativo nocivo (lo que ‘cretiniza’) acapara las prácticas digitales que sí son potencialmente beneficiosas. Aún así, tenemos que echar un vistazo a los números. El uso estrictamente recreativo (fuera de la escuela y de los deberes) asciende a un promedio de casi 3 horas diarias entre los niños de 2 años, casi 5 horas entre los de 8 y más de 7 horas entre los adolescentes. Es totalmente extravagante. Estos datos representan casi 30.000 horas durante toda la infancia, es decir, más de 30 años escolares.
P: Usted dice que el desarrollo intelectual de los niños comienza a verse afectado cuando están frente a una pantalla por lo menos 30 minutos al día. ¿Qué es lo que cambia en el cerebro del estudiante? ¿Qué otros efectos causa?
R: Todo lo que hacemos y aprendemos cambia la estructura y la función de nuestro cerebro. Algunas áreas se vuelven más gruesas, otras más delgadas; algunas conexiones se desarrollan y otras se desvanecen. Por ejemplo, el consumo de videojuegos de acción provoca un engrosamiento de ciertas regiones motoras relacionadas con el manejo de los ‘joysticks’. Por el contrario, el uso de pantallas causa retrasos en la maduración dentro de las redes lingüísticas, debido en parte a una disminución del tiempo dedicado a la lectura y a las interacciones intrafamiliares.
Déjeme aclarar que lo digital también es ‘cultura’. Pero hay que admitir que no todas las ‘culturas’ son igualmente efectivas para el desarrollo cerebral. Existe mucha literatura científica que demuestra el impacto negativo del uso recreativo digital en el desarrollo somático (obesidad o problemas cardiovasculares), emocional (ansiedad o agresividad) y cognitivo (lenguaje o falta de concentración). Lo que puede suponer una bajada significativa en el rendimiento académico.
P: El uso de la tecnología en el ámbito escolar está cada vez más normalizado. ¿De qué forma se puede llevar a cabo un uso correcto de los dispositivos?
La pregunta no es cómo, sino por qué. ¿Debería enseñarse a los estudiantes a dominar ciertas herramientas informáticas relacionadas con la búsqueda de información, codificación, seguridad o software? Sin duda. ¿La tecnología digital tiene su lugar en el ámbito pedagógico del docente? Probablemente también, en el sentido de que ciertas herramientas de software, debidamente analizadas y validadas, pueden ser útiles para ciertos aprendizajes (por ejemplo, un software de visualización 3D para geometría o biología).
«El uso de pantallas causa retrasos en la maduración dentro de las redes lingüísticas, debido a una disminución del tiempo dedicado a la lectura y a las interacciones intrafamiliares»
P: ¿De eso se trata cuando hablamos de digitalizar la enseñanza?
En la mayoría de los países occidentales, al docente no se le proporciona herramientas digitales complementarias. Cuando se habla de digitalizar la educación, se trata de ahorrar dinero sustituyendo el tiempo humano cualificado por el tiempo de la máquina.
Por lo tanto, la tecnología digital está emergiendo, no como el progreso pedagógico que se nos describe, sino como una necesidad presupuestaria inevitable. Sin embargo, todos los estudios a gran escala que se encuentran disponibles (incluidos los estudios PISA) muestran, sin la menor ambigüedad, que la digitalización de la enseñanza aumenta las desigualdades sociales y, en general, empeora el rendimiento educativo. En otras palabras, aquí también son los niños menos favorecidos los que pagan por las restricciones económicas que ‘estrangulan’ nuestros sistemas escolares.
P: Debido a la pandemia, los estudiantes de muchas partes del mundo han tenido que realizar las clases via online, ¿Es posible adaptar el modelo educativo actual a un sistema online sin perjudicar a las capacidades de los estudiantes?
Desde un punto de vista práctico, la experiencia sólo ha confirmado lo que ya sabíamos: lo digital es mejor que nada, pero es infinitamente peor que un profesor cualificado y de carne y hueso. En Francia, el Primer Ministro, además, lo ha admitido abiertamente, explicando que la reapertura de las escuelas era «un imperativo de educación y justicia social».
El problema es que se ha comenzado a alzar la voz para alabar esta revolución digital que nos ha salvado del desastre y que, por tanto, debería perpetuarse a día de hoy. Resulta molesto, pero no necesariamente sorprendente si se tiene en cuenta que el objetivo final no es, como se ha señalado anteriormente, la mejora de la atención a los estudiantes, sino la reducción de costes en la educación. Así que para responder a la pregunta con precisión: sí, la transición del modelo educativo actual a un sistema en línea es posible, pero no sin fallos pedagógicos. Esa transición sólo puede hacerse en detrimento de los estudiantes (especialmente los menos favorecidos).
«Cuando se habla de digitalizar la educación, se trata de ahorrar dinero sustituyendo el tiempo humano cualificado por el tiempo de la máquina»
P: Al final de su libro ofrece siete normas esenciales para llevar a cabo con los niños y establece ausencia total de pantallas antes de los 6 años. ¿Cree que es posible en un mundo hiperconectado, tanto en casa como en la escuela?
Por supuesto que es posible, al menos en casa. Según datos de distintos estudios, vemos que entre el 5 y el 10% de las familias mantienen escrupulosamente a sus hijos alejados de la exposición digital ‘recreativa’. Estas familias tienden a ser de los entornos sociales más favorecidos. Sorprendentemente, como han demostrado varios artículos recientes, muchos ejecutivos de las industrias digitales siguen la misma lógica y se centran en proteger a sus hijos de los productos que nos venden.
Poco antes de su muerte, Steve Jobs explicó que era un padre de «baja tecnología» y que sus hijos no tenían una tableta. Un ex editor de Wired estuvo de acuerdo, diciendo que había «visto de primera mano los peligros de la tecnología…. No quiero que eso le pase a mis hijos». Al final, el problema es bastante simple. Cientos de estudios de investigación muestran la peligrosidad de las exposiciones tempranas en términos de habituación y desarrollo. Por el contrario, ningún estudio (¡ninguno!) ha revelado ningún impacto negativo, a corto o largo plazo, en los niños que no usan las pantallas.
Sin embargo, y para finalizar, dos observaciones. En primer lugar, todo el mundo puede obviamente, de vez en cuando, ver dibujos animados en la televisión con sus hijos. En segundo lugar, incluso a edades tempranas, es fundamental explicar al niño la razón de las restricciones (porque interfiere con su sueño, le impide crecer y desarrollar bien su cerebro…). También en esta área, prevenir es mejor que curar.
Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/michel-desmurget-hijos-imbeciles-consumo-digital/
El gobierno de Angola inició hoy una investigación exploratoria sobre la posible contaminación por la Covid-19 de niños y jóvenes que retornaron a clases el pasado lunes.
Según indicó el secretario de estado para Salud Pública, Franco Mufinda, la pesquisa da continuidad a la realizada en días recientes que incluyó a dos mil 844 docentes en la provincia de Luanda, de los cuales 85 resultaron positivos para el contagio por el coronavirus SARS-CoV2, causante de la pandemia.
En el sistema de educación general, el índice de positividad en la muestra seleccionada fue del 2,9 por ciento, mientras que en la enseñanza superior hubo solo 12 casos positivos, equivalentes al 1,8 por ciento, informó.
A esta altura, Angola registra un total de cinco mil 725 infectados por la Covid-19, con 201 muertos, dos mil 598 recuperados y dos mil 926 activos, notificó la multisectorial de respuesta a la pandemia.
Entre los activos, precisó Mufinda, hay 16 enfermos críticos con ventilación mecánica invasiva, 16 graves, 65 moderados, 301 que presentan síntomas leves y dos mil 528 son asintomáticos.
De acuerdo con la ministra de Educación, Luísa Grilo, las evaluaciones sobre el grado de exposición de alumnos y maestros al SARS-CoV2 tendrán lugar de manera periódica como parte de los aseguramientos del curso escolar, cuya reapertura sucederá de manera escalonada.
El objetivo no es examinar al conjunto de los estudiantes y educadores, las muestras escogidas y su seguimiento serán como fotografías sobre la evolución el brote epidémico, con validez para realizar inferencias estadísticas, aclaró Mufinda.
Las clases comenzaron el 5 de octubre para los escolares de sexto, noveno y duodécimo y decimotercer grado, así como para los universitarios.
Se espera que el próximo día 19 retornen a las aulas los demás estudiantes del segundo ciclo de educación secundaria, mientras que los de primaria y el primer ciclo de secundaria empezarán el 26 de este mes, según el calendario oficial.
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