Resumen: Diagnosticar la tuberculosis en personas que tienen VIH ha sido un desafío porque a menudo tienen niveles bajos de bacterias en su sistema. Esto ha sido un serio problema para un país como Sudáfrica donde 454.000 personas están infectadas con tuberculosis cada año, la mitad de las cuales son seropositivas. La editora de Salud y Medicina de Conversation Africa, Candice Bailey, habló con el profesor Bavesh Kana sobre un estudio histórico que proporciona una solución para abordar este problema de diagnóstico.
Diagnosing TB in people who have HIV has been a challenge because they often have low levels of the bacteria in their system. This has been a serious problem for a country like South Africa where 454,000 people are infected with TB each year, half of whom are HIV positive. The Conversation Africa’s Health and Medicine Editor Candice Bailey spoke to Professor Bavesh Kana about a landmark study that provides a solution to tackling this diagnostic problem.
What has the traditional thinking been on TB bacteria and how it grows?
The diagnosis of people infected with the tuberculosis bacteria can show either that they are «active» or «latent» carriers of the disease. People with «active» disease display well known symptoms such as persistent coughing, fever, night sweats and weight loss.
«Latent» infection on the other hand is not associated with any clinical symptoms. People who have latent infection carry a 10% lifetime risk of developing active disease through a process called reactivation. This risk is increased when a person’s immune system is compromised by an HIV-infection or advancing age, for example.
To diagnose TB, one has to identify the bacteria from a sample of sputum. For this, it must be replicated by culturing them in a laboratory. Replicating bacteria are important because they aid the diagnostic process and without them, it’s difficult to diagnose TB.
Traditionally, it was thought that people who had active TB harboured bacteria that were easy to replicate through culturing. The thinking was that people with latent infection had dormant bacteria that could not replicate, which are difficult to culture.
To a great extent, this dogma wasn’t underpinned by extensive experimental evidence. This is mainly because its been difficult to model TB disease in small animals or in a laboratory.
Our research shows that these initial views were somewhat simplistic.
What did your research find?
Our research opens a new door to cracking the very difficult problem of diagnosing people who have low levels of TB bacteria, for example people who are HIV positive.
Our findings challenge the conventional thinking because we discovered that patients with active TB in reality harbour mixtures of both replicating and non-replicating organisms. This finding is significant because it will now be possible to diagnose people who previously would have gone undetected. It’s important to emphasise though, that a single TB diagnostic test will unlikely be enough to diagnose all TB disease profiles.
In our study, we explore the presence of non-replicating bacteria that are unable to grow under standard laboratory conditions. We term these as Differentially Culturable Tubercle Bacteria (DCTB).
We analysed the sputum from TB diseased people who had not started treatment and were able to detect varying combinations of up to five operationally distinct categories of Differentially Culturable Tubercle Bacteria.
We expect that detection of differentially culturable bacteria will now make it possible to diagnose people who have low levels of bacteria, for example older people, children and those who are HIV-positive.
How was the research done?
We approached various clinics in Soweto and identified a cohort of TB patients who had drug sensitive TB disease but had not started extensive TB treatment. Many had HIV.
Their sputum samples were subjected to the standard TB tests which includes laboratory culturing. We also applied a growth stimulating technique to the specimen to see if it could be cultured under different circumstances. We were surprised when we uncovered new populations of bacteria that were not detected using standard laboratory culturing.
We compared the results of the different tests with and without growth stimulatory factors to quantify the proportions of replicating and non-replicating bacteria in each sample. We found that using our specialist growth technique, we could more accurately predict the presence of TB disease.
Why is it significant?
This study has highlighted a previously unknown complexity in the bacterial populations linked to active TB disease. Our research opens new avenues to explore alternate mechanisms for diagnosing and detecting TB bacteria.
More importantly, these findings can be used to develop new ways of understanding how patients respond to treatment. Related to this, is the ability to better assess the efficacy of new TB drugs using the methods employed in our study.
Bavesh Kana receives funding from: The South African Department of Science and Technology The National Research Foundation The South African Medical Research Council The National Health Laboratory Service The Howard Hughes Medical Institute The Bill and Melinda Gates Foundation The Division of Aids (DAIDS) and the National Institutes of Health (USA) The Centre for Aids Prevention Research in South Africa He is affiliated with: The University of the Witwatersrand The National Health Laboratory Service The Centre for Aids Prevention Research in South Africa
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La desigualdad ha crecido de manera sostenida en Costa Rica los últimos años, lo que le está pasando una cara factura al país, que se ubica en el puesto 66 a nivel mundial y noveno en Latinoamérica y el Caribe en el Índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas, informó hoy una fuente oficial.
«Reducir la desigualdad es un desafío muy grande de Costa Rica para lograr mantener la estabilidad social del país», declaró en una conferencia de prensa la representante auxiliar en Costa Rica del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Kryssia Brade.
Los datos del PNUD indican que en 2010 el ingreso del 20 % más rico de la población de Costa Rica era 16,7 veces más alto que el del 20 % más pobre, pero para 2016 la diferencia llegó a 19 veces.
Ese 20 % de la población más rica acumula el 50,7 % del total de ingresos del país, mientras el 20 % más pobre solo tiene el 3,9 % del dinero.
La economista de PNUD, Gabriela Mata, explicó que Costa Rica pasó de ser uno de los países con menor desigualdad de Latinoamérica a ubicarse en la mitad del listado.
«Costa Rica ya no tiene una posición favorable. Esto puede deberse a factores como que los salarios de los profesionales han tendido a crecer y los de los trabajadores no calificados se han estancado», dijo Mata.
Además, detalló, «el sistema fiscal del país no es muy progresivo porque no revierte la desigualdad».
La ONU presentó este martes en Nueva York el informe sobre el Índice de Desarrollo Humano (IDH), el cual señala que Latinoamérica y el Caribe avanzó en el último año ligeramente con respecto al año anterior y se mantiene no demasiado lejos del de Europa y Asia Central, en 0,756 de un máximo de 1.
Costa Rica es el 66 del mundo y noveno de Latinoamérica y el Caribe con un índice de 0,776, superado en la región por Chile, Argentina, Barbados, Uruguay, Bahamas, Panamá, Antigua y Barbuda, y Trinidad y Tobago.
La representación del PNUD en Costa Rica señaló que pese al lastre de la desigualdad, el país ha mostrado avances significativos en ámbitos como la educación y la salud.
En los últimos 25 años Costa Rica mejoró el IDH 18,8 %, logró aumentar su esperanza de vida en cinco años, subió el promedio de escolaridad en 1,8 años y el ingreso bruto per cápita se duplicó.
Sin embargo, la desigualdad ha sido una piedra en el desarrollo, y no solo en materia económica, sino también en asuntos de género y grupos étnicos como los indígenas y los afrodescendientes.
Mata indicó que las mujeres de Costa Rica tienen en promedio los mismos años de escolaridad y 5 años más de esperanza de vida que los hombres, pero su ingreso per cápita es la mitad que el de ellos.
La tasa de participación de la mujer en la fuerza laboral es del 47 %, inferior al promedio de América Latina que es del 52,8 %.
Otras cifras señaladas por el PNUD son el 20,5 % de hogares pobres, 50.000 niños fuera de sistema educativo, el 70 % de los indígenas tiene al menos una necesidad básica insatisfecha, y las dificultades laborales y educativas que enfrentan los migrantes, refugiados, afrodescendientes y las personas con discapacidad.
«Hay una necesidad de reforzar las políticas universales que son un respaldo al modelo de desarrollo de Costa Rica que ha hecho un esfuerzo por políticas universales de educación, salud y servicios básicos. Es necesario impulsar el empleo decente y reducir la brecha de género», manifestó Kryssia Brade.
En el Instituto España Jesús Milla Selva, de Tegucigalpa, el embajador del Japón en Honduras, Masato Matsui y la representante de la Asociación de Doctores en Medicina de Asia (AMDA), en Honduras, la Rumiko Yamada, suscribieron dos convenios de donación por un monto total de 471, 587.00 (cuatro cientos setenta y un mil quinientos ochenta y siete dólares), equivalente a más de diez millones de lempiras, aproximadamente.
Esta contribución del gobierno del Japón tiene el propósito de implementar dos proyectos sociales de alta importancia y prioridad; siendo el primero; Proyecto “Mejoramiento de Ambiente Comunitario a través de la Capacitación de Adolescentes y Jóvenes de Tegucigalpa”; y el segundo, es el Proyecto “Mejoramiento de salud reproductiva de los/las adolescentes en los Municipios de El Paraíso y Alauca”, respectivamente.
En su discurso, el embajador expresó que “con la firma de estos dos proyectos, el Japón coopera con más de 11 millones de lempiras”.
“El primer proyecto, va a ayudar a mejorar el ambiente comunitario de los jóvenes en Tegucigalpa. El segundo, va a mejorar la salud reproductiva de los jóvenes en El Paraíso. El espíritu de cooperación del Japón consiste en ayudar a que las comunidades y su gente progresen, invirtiendo en los niños y jóvenes”.
En tanto, Yamada, señaló: “AMDA ha estado en Honduras desde el Huracán Mitch y comenzó a trabajar en el departamento de El Paraíso”.
“El año pasado el equipo de AMDA capacitó 800 jóvenes en temas de autoestima y valores entre otros. Se formaron grupos comunitarios y cada uno de ellos ha ejecutado actividades para desarrollar sus comunidades. AMDA está comprometida para trabajar y beneficiar a la población”.
A través del primer proyecto, se mejorará el ambiente de las comunidades de las colonias Las Palmas, Kennedy y Hato de Enmedio, realizando las actividades comunitarias como campañas de limpieza, ferias de reciclaje, eventos deportivos y culturales entre otras, junto con los grupos comunitarios y jóvenes a ser capacitados.
A través del segundo proyecto, se mejorará la atención en salud sexual y reproductiva para adolescentes por medio de capacitaciones al personal de salud, docente y padres de familia, así como también, actividades dirigidas a adolescentes.
La ejecución de dichos proyectos estará a cargo de la Asociación de Doctores en Medicina de Asia (AMDA), una Organización No Gubernamental (ONG) del Japón, que tras el paso del Huracán Mitch se establece en Honduras para desarrollar diversos proyectos que promueven la educación y la salud de las comunidades de este país.
Las Naciones Unidas estiman que la crisis humanitaria actual es la peor en el mundo desde la Segunda Guerra Mundial, especialmente en Yemen, Somalia, Sudán del Sur y Nigeria, cuatro países en guerra donde 20 millones de personas corren el riesgo de padecer malnutrición y hambruna.
Ante el Consejo de Seguridad, el subsecretario general y jefe de las operaciones humanitarias de la ONU, Stephen O’Brien, hizo un llamado urgente a la movilización, reclamando 4.400 millones de dólares a la comunidad internacional de aquí a julio para “evitar una catástrofe”.
“Naciones Unidas lanza una advertencia, el mundo enfrenta su peor crisis humanitaria desde del final de la Segunda Guerra Mundial, con más de 20 millones de personas confrontadas al hambre y a la inanición en cuatro países», declaró.
“Sin esfuerzos colectivos y coordinados globalmente, la gente simplemente morirá de hambre. Muchos otros sufrirán y morirán de enfermedades. Los niños tendrán retrasos (de desarrollo) y faltarán a la escuela. Los medios de existencia, el futuro y las esperanzas se habrán perdido”, advirtió O’Brien
Actualmente, Yemen es escenario de la “peor crisis humanitaria en el mundo”. Dos tercios de sus 18,8 millones de habitantes necesitan asistencia y más de 7 millones “ignoran de dónde provendrá su próximo alimento”, indicó el responsable, recordando los desplazamientos masivos de la población debido a los combates entre fuerzas gubernamentales y hutíes.
El conflicto deja más de 7.400 muertos y 40.000 heridos desde marzo de 2015, según la ONU.
Los recientes acuerdos entre los dos bandos permitieron el ingreso de una ayuda alimentaria para 4,9 millones de personas los últimos meses.
“Sin embargo, todas las partes del conflicto se niegan arbitrariamente a dar un acceso durable a los trabajadores humanitarios y utilizan la ayuda con fines políticos”, declaró O’Brien.
El responsable estimó que hacen falta 2.100 millones de dólares para ayudar a 12 millones de personas y anunció una conferencia a nivel ministerial el 25 de abril en Ginebra, en presencia del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, para recaudar los fondos.
En Sudán del Sur, O’Brien encontró “la situación “peor que nunca” debido a la guerra civil que azota al país desde diciembre de 2013, y consideró que las partes beligerantes son responsables de la hambruna en el país.
Más de 7,5 millones de personas necesitan ayuda humanitaria, es decir 1,4 millones más que el año pasado, en este país con 3,4 millones de desplazados.
En Somalia, más de la mitad de sus 6,2 millones de habitantes requieren asistencia y protección, incluidos 2,9 millones amenazados por la hambruna.
Cerca de un millón de niños menores de cinco años sufrirán este año malnutrición grave, detalló O’Brien.
Somalia está en declive después de casi tres décadas de caos y violencia entre milicias de clanes, bandas criminales y la insurrección de islamistas shebab.
“Lo que vi y escuché durante mi visita a Somalia fue abrumador, las mujeres y los niños caminan semanas para buscar comida y agua”, indicó.
“Perdieron su ganado, sus fuentes de agua potable se secaron y no les queda nada para sobrevivir”.
Entre tanto, el noreste de Nigeria, foco de una insurrección de los islamistas de Boko Haram desde 2009, está golpeado por el calentamiento climático y es víctima de la mala gobernanza.
Más de 10 millones de personas requieren ayuda humanitaria, de las cuales 7,1 millones enfrentan una “grave precariedad alimentaria”, señaló O’Brien.
Durante la conferencia de Oslo sobre Nigeria y su vecino Chad el mes pasado, los donantes anunciaron donaciones por 672 millones de dólares, muy por debajo de los 1.500 millones de dólares solicitados.
Chile / 08 de marzo de 2017 / Fuente: http://www.elciudadano.cl/
Para ver de qué manera se podía mejorar la ‘memoria de trabajo’ y la ‘memoria episódica’, un grupo de ancianos entrenaron con videojuegos diseñados para estimular estas áreas. Los resultados sugieren que el cerebro mantiene ciertos niveles de plasticidad, aun cuando las personas ya están en edades avanzadas.
Dos de las funciones cognitivas que se van deteriorando con el envejecimiento son la memoria de trabajo, que se encarga del almacenamiento y la manipulación mental de la información, y la memoria episódica, que se vincula con el recuerdo de experiencias personales.
Para ver de qué manera se podía mejorar estas funciones, investigadores condujeron un estudio con personas mayores, que consistió en entrenar con videojuegos diseñados para estimular estas áreas. Los resultados se publicaron en Frontiers in Human Neurosciencey sugieren que el cerebro mantiene ciertos niveles de plasticidad aun cuando las personas ya están en edades avanzadas.
Los investigadores de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), en España, querían saber si el entrenamiento con videojuegos puede influir positivamente en las funciones de la memoria episódica y de la memoria de trabajo visoespacial (encargada de la percepción y codificación de la información recibida de forma visual y espacial). Los expertos también tenían como principal objetivo entender si dichas mejoras se mantendrían durante un periodo de tiempo importante.
Para la investigación, los científicos trabajaron con 40 personas mayores de un centro de ancianos de Madrid. La mitad de ellos recibió 15 sesiones de entrenamiento previo con distintos videojuegos de la plataforma Lumosity, diseñados para ejercitar la memoria. Los autores evaluaron a todos los participantes en tres ocasiones: antes entrenamiento, después de este y al cabo de tres meses.
Los resultados mostraron que además de mejorar su habilidad en los videojuegos, los participantes que recibieron el entrenamiento previo obtuvieron mejor puntuación en la mayoría de las tareas que medían funciones cognitivas, lo que se confirmó después de tres meses, cuando este grupo siguió demostrando un mejor nivel de competencias.
“El entrenamiento de personas mayores con videojuegos apropiados puede ser una manera efectiva de mejorar su memoria de trabajo visoespacial”, afirma Soledad Ballesteros, directora del Grupo de Estudios de Envejecimiento y Enfermedades Neurodegenerativas de la UNED y co-autora de la investigación.
“El cerebro de las personas mayores aún conserva plasticidad, pero precisa sesiones periódicas de refuerzo para mantener estos beneficios”, agrega Ballesteros, quien realizó este estudio en el marco de una investigación sobre el declive cognitivo asociado a la edad y las formas de mantener por más tiempo la actividad y la salud mental de las personas mayores.
Centroamérica/Honduras, 27 de enero de 2017. Fuente y Autor:La Tribuna
Cuando parecía que el tabú de la educación sexual para los escolares ya era un asunto superado, nuevamente el tema tiene confrontados a diversos sectores de la sociedad porque unos están a favor y otros en contra.
En los últimos días, la Secretaría de Educación informó que este año, al menos ocho departamentos del país, tendrán los textos “Cuidando mi Salud y mi Vida” en las aulas para que los docentes transmitan esos conocimientos a los niños, porque consideran que son parte del Currículo Nacional Básico (CNB).
En tanto, las organizaciones como los gremios magisteriales y las feministas declararon que apoyan el plan de enseñar la sexualidad a los niños en las escuelas.
Sin embargo, las autoridades de la Conferencia Episcopal de Honduras, la Confraternidad Evangélica de Honduras y la organización Honduras por la Familia, han expresado su desacuerdo para que ese tipo de enseñanza sea impartida a los infantes, sin haber consensuado los materiales con los sectores claves de la sociedad.
La iglesia Católica ha calificado los textos como “educación sexual hedonista”, mientras la iglesia Evangélica señala que en vez de educar “pervierten a nuestra niñez” y la organización Honduras por la Familia considera que “compromete a nuestra idiosincrasia”.
Pese a todos esos calificativos, las autoridades de Educación, afirmaron este miércoles, que el proyecto ya no tiene marcha atrás, porque las guías fueron suficientemente consensuadas con técnicos, padres de familia y personas pertenecientes a las iglesias.
Al respecto, la directora general de Servicios Educativos de la Secretaría de Educación, Lourdes Cartagena, justificó que “la educación de Honduras es laica” y por eso no se detendrán en implementar los textos en los centros educativos.
“Creo que con la iglesia ha habido una confusión porque ellos están reclamando el plan multisectorial y ellos reclaman un logo, pero las recomendaciones que ellos hicieron fueron tomadas en cuenta para implementar las guías”, señaló.
Así, reiteró que “a pesar que nosotros somos laicos, también somos respetuosos de las opiniones y se ha tomado en cuenta la opinión de las iglesias y allí las tenemos plasmadas”.
La funcionaria indicó que todo están listo para que los libros sean distribuidos a nivel nacional y para eso ya prepararon a los docentes que serán encargados de impartir esos conocimientos, al igual que a los padres de familia.
“Tenemos ya más de 23,000 docentes capacitados y obviamente esa es la deuda que tenemos con el país ante las altas tasas de embarazos en adolescentes y tenemos que seguir avanzando”, indicó.
Agregó que las guías ya son parte del CNB y tienen que implementarlas, “porque es un mandato que tenemos y no es algo que queremos o no queremos y es por eso que nosotros continuamos con nuestro proceso”.
El presidente del Colegio de Profesores de Educación Media de Honduras (Copemh), Jaime Rodríguez, manifestó ayer que están de acuerdo en que se implementen las guías de educación sexual, porque ya es una necesidad en el país.
“La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha sido clara que la mejor forma de prevenir los embarazos en adolescentes es justamente hablándole a los jóvenes de la naturaleza en el tema sexual, porque no es a través de ocultarles información que se puede prevenir este problema social en los menores de edad”, señaló.
Así, consideró que “creo que sí es necesario dar a conocer lo que concierne a la sexualidad para que los niños y jóvenes no aprendan lo que se les enseñe en las calles de manera tergiversada y es por eso que hay que dejarse de esas cosas dogmáticas”.
La integrante del Comité de Mujeres por la Paz “Visitación Padilla”, Merly Eguigure, expresó ayer que el sistema educativo público urge de la implementación de las guías sexuales y se declaró en apoyo al proyecto.
“Quiero con todo respeto llamar a la iglesia Católica y a cualquier otra iglesia que se metan en sus asuntos, este tema de la educación sexual no es de competencia de la iglesia, porque si bien es cierto como dice el obispo Canales que ellos tienen muchos institutos y hacen negocios de ellos, ahí está bien que no den educación sexual, pero el sistema educativo público urge de una educación sexual”, señaló.
En tanto, añadió que la iglesia Católica se opone a que el Estado promueva guías sexuales en las escuelas públicas para disminuir los embarazos en la adolescencia, “pero aquí todo mundo va a las iglesias y los embarazos se han incrementado y aquí hay que decir zapatero a su zapato”.
Una corriente global promueve más y mejores datos sobre mujeres para avanzar en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Algunos datos no cuentan toda la verdad y otros cuentan, incluso, mentiras. La infravaloración de las mujeres —de sus actividades y prioridades— en cada aspecto de la vida se replica en registros estadísticos y conjuntos de datos de todo el mundo. La mayoría de los datos globales sobre mujeres y niñas son incompletos o responden a prejuicios sobre lo que se supone que les está permitido hacer en cada sociedad. De hecho, faltan datos de calidad sobre aspectos tan elementales como el acceso de las mujeres a un documento nacional de identidad y a los servicios de salud, y sólo un 13% de los países tienen un presupuesto para elaborar estadísticas sobre sus ciudadanas. Ante esta realidad, organizaciones internacionales como la ONU y el Banco Mundial y entidades como la Fundación ONU se han puesto al frente de un movimiento global para promover más y mejores datos sobre la vida de las mujeres. El objetivo: fundar políticas más eficaces para avanzar en la igualdad de género y en los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS) de la ONU hasta 2030.
“Sin igualdad de datos no hay igualdad de género. Sólo si mejoramos los datos sobre mujeres podremos promover realmente la igualdad, aliviar la pobreza y progresar en los ODS”, afirma la directora ejecutiva de Data2X, Emily Courey Pryor, al timón de la iniciativa sobre datos de género de la Fundación ONU. La entidad ha identificado 28 lagunas de datos en cinco aspectos clave del empoderamiento de las mujeres y de las políticas de desarrollo: salud, educación, oportunidades económicas, participación política y seguridad humana. La carencia abarca cuestiones como mortalidad materna y salud de las adolescentes, exclusión del sistema educativo y resultados de aprendizaje.
También falta información esencial sobre propiedad de activos por parte de mujeres; acceso a teléfonos móviles e Internet; registro de votantes, y participación en procesos como negociaciones de acuerdos de paz. Y no se acaba aquí. Según el científico de Datos senior del Banco Mundial Tariq Khokar, menos de un tercio de los países tiene datos sobre trabajo informal y emprendimiento desglosados por sexo. En cuanto a violencia machista, sólo el 41% de los Estados produce datos al respecto, apunta la ONU. Estas informaciones raramente incluyen a mayores de 49 años y a menudo sirven de poco porque no son comparables en el espacio o en el tiempo —no permiten seguir ni la evolución del fenómeno ni confrontar las políticas de diferentes países para ver cuáles son más eficaces.
Malos datos, malas políticas
Estas lagunas están causadas tanto por los datos de mala calidad como por la ausencia de datos. Los malos datos resultan de sesgos en las mediciones que refuerzan los estereotipos de género y distorsionan la realidad, haciendo que las mujeres parezcan más dependientes y menos productivas de lo que son —en África, por ejemplo, las mujeres producen el 70% de los alimentos y representan más del 80% de la economía informal, estima la ONU. “Las políticas elaboradas en base a estos datos inexactos y que tergiversan la realidad no pueden mejorar el bienestar de las mujeres y niñas a las que se dirigen”, explica Pryor. La ausencia de datos se da cuando no se recoge ninguna información sobre facetas cruciales de la vida de las mujeres. A menudo, ello se debe a normas sociales dañinas sobre lo que se permite hacer a las mujeres y a las niñas.
Los datos de género incluyen tanto las estadísticas y nuevas fuentes de datos desglosadas por sexo como las que arrojan luz sobre cuestiones que afectan específicamente a las mujeres. Estos datos revelan diferencias injustas en el acceso a oportunidades; ilustran las necesidades, aspiraciones y logros de las mujeres, y ayudan a diseñar políticas y programas de desarrollo y ayuda humanitaria eficaces para que puedan prosperar. Para Pryor, su importancia trasciende la igualdad entre hombres y mujeres: “una visión transversal de género y de derechos humanos es imprescindible para el éxito de otros ODS, desde la educación de calidad hasta el trabajo decente, el crecimiento económico y los ideales de paz, justicia y fortaleza institucional”. El reto es grande, pero las oportunidades que ofrece la nueva Agenda de Desarrollo 2030, también.
Construcción de una presa en Sri Lanka. Los datos de género son clave para avanzar en la inclusión de las mujeres en todas las esferas de la vida económica y social. Lakshman NadarajaBanco Mundial
Proyectos pioneros
La buena noticia es que se puede empezar a cambiar esta situación desde hoy mismo, y con las herramientas y fuentes de datos existentes. Open Data Watch y Data2X han identificado 16 indicadores sobre mujeres relativos a ocho de los 17 ODS —cero pobreza y hambre, salud, educación, igualdad de género, trabajo decente, reducción de desigualdades, así como paz, justicia e instituciones fuertes. Todos se pueden empezar a medir ahora. “Los nuevos indicadores y aquellos para los que ya existen datos son complementarios para medir el progreso en los ODS, pero estos 16 ofrecen la oportunidad de poner en marcha la obtención de datos en la mayoría de países y con un bajo coste”, explica Data2X. Además de promover políticas inclusivas, una finalidad es ofrecer a los ciudadanos y organizaciones de la sociedad civil los datos necesarios para supervisar a los gobernantes.
Para ir más allá de los recursos existentes, Data2X también se ha aliado con organizaciones públicas y privadas para explorar el potencial de las nuevas tecnologías y el big data —la avalancha de datos digitales generados por las personas en su vida cotidiana— con vistas a rellenar las lagunas de datos sobre mujeres a nivel global. Con este objetivo, ha puesto en marcha proyectos piloto pioneros basados en datos geoespaciales, informaciones de tarjetas de crédito y móviles, y redes sociales, respectivamente.
Uno de los proyectos, cuyos primeros resultados se publicarán este 2017, utiliza imágenes de satélite para aumentar la resolución espacial de datos existentes sobre alfabetización de las mujeres, atrofia del crecimiento y acceso a contraceptivos modernos en Kenia, Nigeria, Tanzania, Bangladesh y Haití. “Muchas cuestiones sociales y de salud están correlacionadas con fenómenos geoespaciales, por lo que este tipo de información permite estimar el bienestar en zonas donde no se han realizado sondeos”, avanza la organización. Dicha combinación de fuentes de datos nuevas y tradicionales se puede utilizar para cubrir poblaciones remotas que jamás ha pisado un agente del censo, indica la máxima autoridad de Estadística de la ONU, Stefen Schweinfest, cuya División actúa de secretariado del I Foro Mundial de Datos ONU celebrado entre este 15 y 18 de enero en Cape Town (Sudáfrica) y cuya segunda edición está prevista para la segunda mitad de 2018.
Si un proyecto captura el bienestar de las personas desde el aire, otro lo hace desde las redes sociales. Global Pulse ONU, iniciativa dedicada al aprovechamiento del big data para el desarrollo y la acción humanitaria, ha colaborado con Data2X y la Universidad de Leiden (Países Bajos) para desarrollar una herramienta que permita identificar, de forma automática, el sexo de los usuarios de Twitter. Según explica el científico jefe de Datos de Global Pulse ONU, Miguel Luengo-Oroz, la herramienta infiere el sexo comparando el nombre de usuario con una base de datos de nombres predefinidos. Si quedan dudas, analiza las fotos de perfil con un programa de reconocimiento de caras. Aunque el estudio aún no se ha publicado, Luengo-Oroz avanza que ya se observan unos primeros resultados prometedores, en el sentido de que es posible captar —en tiempo real— cuáles son las preocupaciones de las mujeres en cuestiones como salud y educación. Prioridades que difieren de las de los hombres y que a menudo no están recogidas en ningún otro conjunto de datos.
Retos y oportunidades
Como con todas las innovaciones, hay que utilizar el big data con sentido común.
Pryor de Data2X destaca el “tremendo potencial” de esta nueva fuente para rellenar lagunas de datos, pero remarca que debe combinarse con buenos sondeos y métodos clásicos de investigación en ciencias sociales para validar los resultados y corregir desviaciones. El Banco Mundial ha elaborado directrices para mejorar encuestas empresariales y de hogar, al tiempo que ayuda al sector privado a desglosar los datos por sexo y “está incorporando enfoques de big data a sus propias actividades e investigaciones cuando es necesario”, ilustra Khokhar.
Una visión transversal de género y de derechos humanos es imprescindible para el éxito de otros ODS
En el uso de big data, hay otro aspecto crucial a tener en cuenta: la brecha digital entre mujeres y hombres —ellas tienen un acceso menor a teléfonos móviles e Internet, sobre todo en zonas rurales. “Por ello abogamos con tanta fuerza por los conjuntos de datos complementarios”, insiste Pryor. Esto significa que, si en un territorio hay una parte de la población que no utiliza herramientas digitales, este grupo sólo se podrá identificar a través de sondeos clásicos sobre el terreno. “No podemos utilizar big data sin tomar en cuenta los potenciales sesgos basados en quien accede a las herramientas digitales”.
Por este y otros motivos, Data2X se dedica a aunar investigadores y agencias de la ONU para garantizar que las mujeres son incluidas en el ámbito emergente de los datos —y del big data— para el desarrollo. Con esta misma motivación ha participado en el Foro Mundial de Datos de la ONU, en el que 1.000 profesionales de diversos ámbitos —sectores público, privado, académico y de organizaciones sociales— se han dado cita por primera vez en torno al uso de datos para los ODS. Para Pryor, los Objetivos de Desarrollo Sostenible suponen una oportunidad sin precedentes para reformar sistemas de datos deficientes y sesgados y para priorizar los datos de género a nivel global. El Foro también ha supuesto una oportunidad para reivindicar la importancia de estos datos. “La cuestión de los datos de género se suele abordar entre los especialistas de género; esta ha sido una oportunidad para que también se debata entre los profesionales de la estadística y de datos”.
Desigualdad de datos y futuro
Los datos de género no lo tienen fácil. Deben abrirse paso en un mundo en el que sólo 34 países tienen datos accesibles y de alta calidad sobre algo tan importante —y tan elemental— como la causa de muerte de los ciudadanos. Un mundo en el que 120 millones de niñas menores de 20 años han sufrido violencia sexual, según la ONU —un indicador simple, pero contundente, de la valía que se otorga a las mujeres. Por si fuera poco, los datos de género tienen que hacerse hueco en un mundo con un nuevo desequilibrio: la desigualdad de datos.
“Se están abriendo grandes brechas entre los que tienen datos y los que no los tienen. Si no se actúa, se levantará una nueva frontera de desigualdad, dividiendo el mundo entre los que saben y los que no saben”, alerta en un informe el Grupo Asesor de la ONU sobre revolución de datos. Muchas personas están excluidas del nuevo mundo de los datos y la información por barreras lingüísticas, pobreza, falta de educación o de infraestructura tecnológica, aislamiento y discriminación —prosigue el Grupo, que se refiere a la división de las personas entre “ricas o pobres en información”. En todas estas categorías, y dentro de todos los países, los 3.500 millones de mujeres del mundo son uno de los grupos que salen peor parados.
Para avanzar en la inclusión de las mujeres en todos las esferas de la vida económica y social, Pryor de Data2X hace cuatro llamamientos a la acción. Pide que se apoye a los profesionales para que los desglosen por sexo y hagan encuestas sin sesgo. También pide apoyo para los gobernantes comprometidos con invertir en datos de calidad, y llama a explorar el potencial de los datos en manos del sector privado. Finalmente, insta a los ciudadanos y organizaciones de la sociedad civil a reclamar datos de género, y a usarlos para garantizar la rendición de cuentas por parte de sus administraciones. “Medimos lo que valoramos y valoramos lo que medimos. Comprendiendo las necesidades de las mujeres, podemos trabajar juntos para asegurar que —en el espíritu de los ODS— no se las deja atrás”.
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