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Africa: Impulsar la educación para frenar el matrimonio infantil

www.savethechildren.es

  • 142 millones de niñas, en riesgo de ser casadas forzosamente esta década, cuando se celebra el Día de los Derechos de las Mujeres
  • Níger, el país con mayor tasa de matrimonio infantil del mundo, está promoviendo la educación de las niñas y poniendo en marcha ‘escuelas de maridos’ para acabar con las bodas en la infancia

ZINDER, Níger, 7 de marzo de 2023 – Níger está en una campaña para impulsar la educación de las niñas, y de los esposos, para frenar sus altísimas tasas de matrimonio infantil y de desempleo juvenil, en el país con la tasa de crecimiento poblacional más alta del mundo. Save the Children ha denunciado la relación entre la pobreza y el matrimonio forzoso de niñas en vísperas del Día Internacional de la Mujer.

Las familias en Níger tienen, de media, 7 hijos, según datos de 2020. La infancia se ve como un grupo que aporta riqueza familiar, más manos para trabajar. Esto ha provocado que la población crezca desde los 3,5 millones de habitantes en 1960 hasta los 25 millones, con una media de edad ahora en 14,5 años y con dos de cada cinco nigerinos (40,8%) viviendo bajo el umbral nacional de la pobreza. La mayoría –el 95%- vive en zonas rurales donde la incidencia de la pobreza es mucho más alta. Las regiones de Dosso, Zinder y Maradi son las más afectadas.

MÁS RIESGO DE MATRIMONIO INFANTIL

Para las niñas, estas presiones adicionales han derivado en mayores riesgos de matrimonio infantil, dado que las familias que luchan contra la pobreza ven las dotes como una fuente esencial de ingresos adicionales. Sin embargo, esto las excluye de la escuela y las pone en peligro de partos cuando sus cuerpos son demasiado jóvenes para hacer frente a ello y de problemas de salud mental.

«Sabemos que la pobreza está vinculada a tasas más altas de matrimonio infantil y que Níger se enfrenta a múltiples desafíos, como la crisis alimentaria, la llegada de personas refugiadas de los países vecinos y las consecuencias del cambio climático. Pero podemos hacer más enseñando a las niñas otras formas de ganarse la vida y alentando a los hombres a apoyarlas», señaló Inger Ashing, directora de Save the Children International, en un reciente viaje al país, donde las niñas le transmitieron «cuánto quieren continuar con su educación». «Quieren la oportunidad de tener una vida mejor y no verse atrapadas en un matrimonio sin salida, a menudo con un hombre mucho mayor».

PLANIFICACIÓN FAMILIAR Y ‘ESCUELAS DE MARIDOS’

En Níger, a cerca del 76% de las niñas se las casa antes de los 18 años y al 28%, antes de los 15, según datos de 2012, última estadística que se tiene al respecto. Grupos de derechos de la infancia ya habían notificado avances en la última década, pero ahora les preocupa que los conflictos, la crisis climática y el desplazamiento estén aumentando las cifras nuevamente.

Save the Children está trabajando con las autoridades locales y sus socios para ayudar a educar a las niñas sobre planificación familiar y gestionar ‘escuelas de maridos’ para abordar esta costumbre en Níger, donde la mayoría de la población todavía considera que las familias extensas (con más de 10 hijos) son lo normal. Las autoridades habían puesto como objetivo aumentar el uso de anticonceptivos modernos al 50% para 2020, pero los datos muestran que ese objetivo puede haber sido demasiado ambicioso y no se ha cumplido a pesar de que se observa un cambio en el comportamiento en algunas áreas.

«Estamos viendo muchos cambios de comportamiento. Las mujeres acuden cada vez más al centro de salud y piden tomar la píldora. Están menos avergonzadas y han sensibilizado a sus maridos para tener acceso a su carné de identidad, que es necesario para recoger las píldoras», apunta Abdou Ousmane Kango, de 60 años, miembro activo de una escuela de maridos en el centro de salud integrado de Bandé, en la región de Zinder.

«Las mujeres están aprendiendo los beneficios de la contracepción y estamos viendo que algunas mujeres permanecen con la píldora durante dos o tres años sin quedarse embarazadas», añade. «Un guía religioso también nos apoya para deconstruir la creencia de que es importante tener muchos hijos para perpetuar la religión».

En el centro de salud integrado de Bandé, apoyado por Save the Children, el número de mujeres que usan anticonceptivos se ha multiplicado por ocho en un año, de 144 en enero de 2022 a 1.235 en diciembre del mismo año, debido a la sensibilización ayudada por la escuela para maridos.  Además de tener un impacto en la demografía, estas clases permitieron a las madres jóvenes, que en la mayoría de los casos se casaron alrededor de los 15 años, cuidarse mejor a sí mismas y a sus familias y participar en actividades generadoras de ingresos.

EDUCACIÓN AL BORDE DEL COLAPSO

El crecimiento anual de su población, de un 3,7%, ejerce una presión adicional en este país sin salida al mar, donde la crisis climática impide que las familias cultiven como solían hacerlo debido a la escasez de lluvias o al aumento de las inundaciones. Hace seis meses, las inundaciones destruyeron cerca de 8.600 casas y 300 hectáreas de cultivos y diezmaron 620 cabezas de ganado. Además, nuevas personas refugiadas llegan cada día a Níger escapando de conflictos en los países vecinos.

Con la tasa actual de crecimiento de la población, se espera que 600.000 niños y niñas más por año vayan al colegio, lo que significaría tener que abrir al menos 12.000 nuevas escuelas al año. En agosto de 2022, 890 escuelas en Níger ya estaban cerradas debido a la inseguridad, dejando a casi 78.000 niños y niñas sin acceso a la educación, de los cuales más de 38.000 eran niñas, según un informe de Naciones Unidas.

Níger está clasificado como uno de los países donde la educación corre un alto riesgo de colapso en un informe reciente de Save the Children que reveló que siete de los 10 países que enfrentan el mayor riesgo de que la educación esté en colapso estaban en África.

Save the Children lleva a cabo programas educativos en todo Níger para permitir que los niños, especialmente las niñas, tengan acceso a una educación de calidad, incluso en zonas de conflicto. En 2022, Save the Children asistió a más de 2.500.000 personas en Níger, incluidos más de 1.680.000 niños y niñas.

https://www.savethechildren.es/notasprensa/impulsar-la-educacion-para-frenar-el-matrimonio-infantil

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ONG señala que los niños en África han perdido acceso a las escuelas por la pandemia y los conflictos armados

La organización Save the Children les pidió a los gobiernos intensificar sus esfuerzos para hacer de las escuelas espacios seguros de aprendizaje.

ANKARA

Los niños en África han perdido el acceso a la educación debido a la pandemia de la COVID-19 y los conflictos armados en diferentes naciones, informó este miércoles 16 de junio la organización Save the Children.

Los niños «están enviando un mensaje claro y urgente a los gobiernos y donantes: ‘Salven nuestra educación y hagan que las escuelas sean seguras'», expresó la organización en un comunicado.

La ONG ha lanzado una campaña denominada 100 Días de Acción justo cuando África conmemora el Día del Niño Africano y el 30 aniversario de la Carta Africana sobre los Derechos y el Bienestar del Niño (ACRWC).

“Incluso antes de que ocurriera el cierre de escuelas por COVID-19, millones de niños en los países africanos afectados por la crisis y el conflicto estaban perdiendo la educación. Los niños de la África subsahariana han perdido, en promedio, 69 días de educación debido al cierre de escuelas y la falta de acceso al aprendizaje a distancia”, destacó Save the Children.

“La COVID-19 me ha afectado de muchas maneras. Pero el mayor problema que tuve durante el cierre de la escuela fue la depresión. No puedes ver a tus amigos, ni ir a la escuela. Estar encerrado en la casa fue muy duro para mí», dijo Yakob, un estudiante etíope de 16 años, citado por la organización.

Otra niña, Fatima, de 15 años, que es miembro del parlamento infantil en Malí, sostuvo que “las autoridades, los legisladores y los donantes necesitan, como primer paso, averiguar qué es lo que realmente falta en las escuelas y luego proporcionar un presupuesto que pueda cubrir las necesidades».

“La educación de los niños en las zonas de conflicto es desastrosa. ¡Imagínense a un niño que va a la escuela y la ve en llamas! Por supuesto que no querrá volver, pensará que no es un lugar seguro. Y lamentablemente, esto existe en nuestro país”, agregó.

En Somalia, donde más de 3 millones de niños no van a la escuela por motivos que incluyen conflictos y crisis relacionadas con el cambio climático, se citó a Farhiya, de 16 años, que afirmó: “Cuando sea mayor, quiero ser médico, pero estoy preocupada por no completar mis estudios debido al cierre de escuelas y la pandemia».

«He visto a niños abandonar la escuela porque han perdido su fuente de ingresos y porque sus familias no pueden pagar las tasas escolares, o porque las niñas se casan durante el cierre de la escuela», mencionó Farhiya.

Eric Hazard, director de Save the Children en África, declaró: “Si bien felicitamos a la Unión Africana por los avances logrados en el cumplimiento de las aspiraciones de la ACRWC, y sabemos que los gobiernos aún están lidiando con la crisis de salud, necesitamos que la educación sea una prioridad en su agenda para un mundo post-COVID. Antes de la COVID-19, los presupuestos de educación en toda la región estaban disminuyendo y los gobiernos no deben dejar de priorizarlo más aún cuando tienen que tomar decisiones difíciles».

*Daniela Mendoza contribuyó con la redacción de esta nota.

https://www.aa.com.tr/es/mundo/ong-señala-que-los-niños-en-áfrica-han-perdido-acceso-a-las-escuelas-por-la-pandemia-y-los-conflictos-armados/2276531

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Alerta por las desigualdades en la Educación Infantil en Andalucía

diariocordoba.com

El sistema de Educación Infantil de 0 a 3 años en Andalucía genera desigualdades entre las provincias y presenta un déficit de calidad, según Save the Children, que reclama usar los fondos europeos para bajar las ratios del alumnado y mejorar la formación del profesorado y las infraestructuras.

La ONG presentó ayer el informe ‘Donde todo empieza’, en el que realiza un análisis de políticas públicas de Educación Infantil en la comunidad, donde la tasa de matriculación de 0 a 3 años es superior a la media estatal (40,9% frente a un 36,4%). Esta expansión no ha sido homogénea en todas las provincias, y existe un desajuste entre la oferta y la demanda que no responde a las necesidades sociales. En este sentido, Huelva lidera la clasificación de matriculaciones en esta franja de edad con hasta 13 puntos por encima de la media, mientras que Cádiz se coloca en el último lugar, con más de 12 puntos por debajo.

El informe constata que el aumento de las matriculaciones en esta franja educativa ha sido consecuencia del incremento de los conciertos con centros de Educación Infantil de gestión privada y no ha ido acompañado de una planificación que se adecúe a las demandas ni a las necesidades sociales. Además, pone de manifiesto las diferencias de calidad existentes entre las escuelas públicas de titularidad de la Junta de Andalucía y los centros adheridos privados, ya que los centros públicos son los que están mejor financiados, tienen mejores infraestructuras y servicios de asistencia.

El director en funciones de Save the Children en Andalucía, Javier Cabrera, aseguró que el actual modelo es «ineficiente» y cree «inadmisible» que haya listas de espera y a la vez plazas sobrantes.

Por eso, se necesita «más planificación y una oferta pública de calidad, al tiempo que advirtió de que los niños menos escolarizados son los que «más necesitan compensar las desigualdades». Aunque Save de Children reconoce los esfuerzos de la Junta, el informe refleja que las familias llegan a asumir de media el 28 % de los costes totales del servicio (la media en la UE esta en el 25%).

https://www.diariocordoba.com/andalucia/2021/10/27/alerta-desigualdades-educacion-infantil-andalucia-58852472.html

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7 de cada 10 niños y niñas están aprendiendo poco o nada

Por: Semana Educación

Una encuesta realizada por Save the Children a cerca de 17 mil familias evidenció que con el cierre de las escuelas los niños se han estancado o incluso han tenido un retroceso en su aprendizaje. ¿Qué hacer?

Si para un profesor no era tarea fácil lograr captar la atención de al menos 25 estudiantes en un salón de clases, adelantar las materias mediante vías tecnológicas o incluso sin supervisión directa del docente se ha convertido en todo un desafío tanto para los colegios como para las familias durante esta pandemia.

Seis meses después del cierre de colegios queda claro que nada reemplaza al profesor y a las clases en las aulas. Así lo evidencia una encuesta realizada por Save the Children a cerca de 17 mil familias de 37 países, la cual evidenció que 7 de cada 10 niños y niñas están aprendiendo poco o nada ahora que no van a la escuela. Esto se debe en gran medida a la falta de acompañamiento: el 36 por ciento de los padres y madres indicaron que no apoyan a sus hijos con el aprendizaje en el hogar.

El 40 por ciento de los niños y las niñas de hogares en situación de pobreza dijo que necesita ayuda con los deberes, pero que no tienen quién se las provea. Esto es incluso más preocupante dado que dos tercios de los padres, madres y cuidadores manifestaron que sus niños y niñas no habían tenido ningún tipo de contacto con sus docentes desde el cierre de las escuelas.

De acuerdo con María Paula Martínez, directora ejecutiva de Save the Children Colombia, esta situación de rezago en el aprendizaje se da por diferentes factores y no solo por la falta de acompañamiento y conectividad, que es la generalidad en las familias encuestadas, sino también por la enorme crisis económica que acarrean las familias en esta coyuntura.

Según el informe, casi el 81 por ciento de los encuestados en la región informó haber perdido más de la mitad de sus ingresos desde que comenzó la pandemia y 66 por ciento perdió su trabajo. Esta situación ha llevado a que los niños, primero, no coman adecuadamente (muchos recibían su alimentación en los colegios) y se incrementen los sentimientos negativos.

La encuesta de Save the Children arroja que casi el 68 por ciento de los encuestados informaron tener barreras para acceder a carne, lácteos y otros alimentos nutritivos. Asimismo, el 67,9 por ciento de niños y niñas informaron un aumento en los sentimientos negativos y casi el 84 por ciento de los padres, madres y cuidadores informaron que su hijo o hija ha expresado sentimientos negativos.

En la encuesta, el 70 por ciento de los entrevistados manifestó haber sufrido pérdidas económicas y no haber recibido ayuda de los gobiernos.

“Necesitamos que se tomen acciones urgentes a favor de la niñez: es necesario asegurar que todos los niños y niñas regresen a la escuela y que accedan a mejores sistemas educativos (…) Los gobiernos deben crear redes de seguridad social y sistemas sólidos de salud y nutrición, especialmente para los hogares más vulnerables”, agregó Martínez.

Si bien el panorama ya es preocupante, hay que agregarle que los niños, además de no aprender, están olvidando lo que ya sabían. Un informe publicado recientemente por el Banco Mundial reveló que la interrupción de clases presenciales por 10 meses, es decir, todo el calendario escolar, puede generar un retroceso en el aprendizaje de hasta un año. Por esta razón, cada vez más expertos piden que sea una prioridad la reapertura de instituciones educativas.

¿Qué sienten los profes?

La encuesta ‘Docencia durante la crisis sanitaria: La mirada de los docentes’ buscó analizar cómo se está adelantando la educación en casa, arrojando una conclusión preocupante: los profesores sienten que los alumnos no están aprendiendo. El 49 por ciento de los encuestados consideró que debido a la pandemia no están logrando que sus estudiantes aprendan lo necesario.

En el estudio participaron 3.176 docentes de colegios públicos y privados de Chile, a quienes se les indagó cómo se están abordando las clases a distancia producto del coronavirus.

En ese sentido, uno de los hallazgos es que solo un 9 por ciento de los profesores consideran que la mayoría de sus estudiantes cuentan con hábitos para estudiar de manera autónoma y el 75 por ciento piensa que sus alumnos y alumnas no poseen las habilidades necesarias para utilizar aplicaciones para estudiar a distancia.

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/7-de-cada-10-ninos-y-ninas-estan-aprendiendo-poco-o-nada/202017/

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Los retos ‘poscovid’ a los que se enfrentan las nuevas generaciones

Noticia/24 septiembre 2020/elpais.com

La educación, la mortalidad infantil por enfermedades prevenibles y la salud mental son algunas de las cuestiones que ya preocupaban sobre la infancia, y tras la irrupción de la covid-19 se han agudizado

¿Qué pasará con los niños que nunca regresarán a la escuela? ¿Cuántos podrían morir por enfermedades prevenibles por no alimentarse bien? ¿Cómo afecta el encierro a la salud mental de los más pequeños? ¿Cómo sobrevivirán las familias más vulnerables a la falta de ingresos? Estas son algunas de las muchas preguntas que sobrevuelan sobre la situación de la infancia y que se plantea la sociedad, en general, y las organizaciones internacionales, en particular, desde que comenzara la pandemia.

Desde la irrupción de la covid-19, a los niños y adolescentes del mundo se les ha calificado como las víctimas «ocultas, invisibles” de esta crisis sanitaria. Si bien el virus SARS-CoV-2 ha resultado, hasta la fecha, una enfermedad con poca incidencia de contagiados y mortalidad entre los más pequeños, son ya muchos los efectos colaterales que han empezado a mostrar cuáles son las consecuencias que sufrirá la infancia. En el último mes, algunas voces y varios informes alertan de que la malnutrición infantil, la falta de ingresos, las enfermedades de salud mental y las desigualdades en educación y género son desafíos fundamentales que hay que afrontar para no condenar a las generaciones futuras.

Educación para todos, sin brecha digital

A principios de marzo el mundo cerró sus escuelas y alrededor de mil millones de estudiantes y jóvenes de todo el planeta se vieron afectados por el brote de la covid-19, según cifras de la Unesco. Ya en agosto, la ONU advertía de la «catástrofe generacional» que supondría no reabrir inmediatamente los colegios. Hoy, seis meses después, al menos 53 países permanecen con sus centros educativos cerrados, y muchos otros han dado por finalizado su año académico. «Incluso antes de la pandemia, millones de niños y jóvenes se estaban perdiendo oportunidades de educación y formación de calidad porque no tenían acceso a Internet. Ahora, la covid-19 ha empeorado la situación”, sostenía la directora ejecutiva de Unicef, Henrietta Fore, en una charla a principios de septiembre organizada por Generation Unlimiteden la que participaron mandatarios de todo el mundo, bajo el auspicio de Naciones Unidas.

«Tenemos una oportunidad única para cerrar la brecha digital y hacer que el acceso a Internet sea una realidad para todos los niños y jóvenes, y en todas las escuelas y comunidades», añadía Fore. Un informe reciente de Unicef destacaba que al menos uno de cada tres escolares en todo el mundo no podía acceder al aprendizaje a distancia después del cierre de colegios, lo que puso de manifiesto la falta de acceso a la tecnología digital. Si nos fijamos en África, Unicef estima que al menos la mitad de los niños en edad escolar de la región subsahariana no tienen acceso a Internet. «Invertir recursos en el aprendizaje y la formación digitales de los jóvenes es esencial para construir la cohesión social y reducir las desigualdades insostenibles que bloquean el desarrollo humano y el crecimiento económico», sostenía el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, en el mismo evento en el que, además, las organizaciones se comprometieron a llegar a 3.500 millones de niños y jóvenes con una educación de calidad, incluidas soluciones digitales, para 2030.

Pero la digital no es la única brecha que la covid-19 ha destapado en el mundo educativo. La otra barrera importante y que preocupa a las organizaciones es la de género. La Unesco teme que alrededor de 10 millones de niñas en edad de asistir a la escuela secundaria podrían no volver a la escuela tras la pandemia, lo que supondría un aumento de matrimonios infantiles y explotación laboral, entre otras consecuencias.

«Las niñas de niveles socioeconómicos más bajos corren mayor riesgo de no volver a estudiar. En estas familias, muchas de las cuales subsistían en la economía informal, los ingresos se han reducido o desaparecido por completo, por lo que no pueden afrontar los costes de la educación o dejan a sus hijas a cargo de la casa y la familia, haciendo las tareas domésticas mientras los demás van a trabajar. Esto supondría un retroceso de unos 20 años en los avances hacia la igualdad de género», explica Julia López, directora de comunicación e incidencia política de Plan International en España. La ONG ha lanzado la campaña #GirlsInCrisis con la que planea beneficiar a 20 millones de personas, especialmente niñas y adolescentes, de 52 países y así garantizar el acceso a la educación de forma segura e inclusiva, la protección de la infancia frente a la violencia y la promoción de la inserción laboral de las jóvenes.

A principios de septiembre también se lanzó Reforzar la igualdad: Guía para el regreso de las niñas a la escuela, una iniciativa de Fonds Malala, Plan International, Unesco, Ungei y Unicef, para ayudar a los responsables de los Ministerios de Educación a abordar las dimensiones de género de los cierres de escuelas relacionados con la covid-19. En ella hay información que enfatiza un enfoque basado en “reforzar la igualdad”, a través de medidas con perspectiva de género que transformen los sistemas educativos, den prioridad a la resiliencia, y aborden los principales obstáculos y limitaciones para la educación de las niñas, según explican los socios del Grupo de Referencia de Género de la Coalición Mundial para la Educación covid-19 de la Unesco.

Inseguridad alimentaria y malnutrición infantil

Ubah, de 33 años, posa con cuatro de sus seis hijos en el campo de refugiados de Puntland, Somalia.
Ubah, de 33 años, posa con cuatro de sus seis hijos en el campo de refugiados de Puntland, Somalia. SAID M. ISSE SAVE THE CHILDREN

Casi 20 millones de personas más sufren hambre aguda en el mundo, según anunciaba la semana pasada la Red Mundial Contra las Crisis Alimentarias en la Asamblea anual de la ONU. Y los niños y jóvenes están siendo uno de los grupos más afectados. «La covid-19 es una palanca de empuje para la mortalidad infantil», sostiene David del Campo, director de acción humanitaria y cooperación internacional de Save The Children. La organización humanitaria ha advertido de que 67.000 niños y niñas corren el riesgo de morir de hambre en África subsahariana antes de que acabe el año por el grave impacto de la crisis de la covid-19. Estas cifras, que provienen de un nuevo análisis que la ONG ha realizado con datos publicados en The Lancet, revelan que aproximadamente 426 niños y niñas pueden fallecer cada día si no se toman medidas urgentes.

Save The Children recuerda que en el primer trimestre de 2020 diferentes estudios estimaron que la covid-19 aumentaría la pobreza en África subsahariana un 23% y alerta de que los informes más recientes ya señalan que para el 2030 puede haber 433 millones de personas sufriendo desnutrición en el continente. “La vida fue dura para mí y mi familia, pero trabajé duro y sobrevivimos. El coronavirus ha empeorado la situación porque hay poco trabajo y muy espaciado. Solo comíamos una vez al día, por la mañana. He visto a mis hijos irse a dormir con hambre. El peor sentimiento para una madre es ver que no puede alimentar a sus hijos”, explica Ubah, madre de seis hijos en Puntland (Somalia) a Save The Children, que le provee asistencia alimentaria.

Antes de la pandemia, África subsahariana era una de las regiones del mundo con mayor inseguridad alimentaria y se teme que, si continúan las tendencias actuales, sea el hogar de más de la mitad de las personas que padecen hambre crónica del mundo. “Cada día llegan más niños y niñas a nuestras clínicas con síntomas de desnutrición y esto es solo el principio. Si esperamos hasta que las clínicas estén llenas, será demasiado tarde. La crisis alimentaria podría matar a decenas de miles de niños y niñas si no reciben asistencia humanitaria de inmediato”, explica Ian Vale, director regional de Save The Children en África Oriental y Meridional.

Otra de las consecuencias que afectan directamente a la infancia y que se ha agudizado por la pandemia es la malnutrición infantil. En Brasil, el tercer país con más contagiados del mundo, el 49% de los brasileños ha informado sobre cambios en los hábitos alimentarios, con un aumento considerable del consumo de comida basura, desde que empezó la pandemia. Entre las familias que viven con niños y adolescentes, el impacto fue aún más grande: un 58% dijo haber cambiado su dieta, según datos de la investigación realizada por Unicef titulada Impactos primarios y secundarios de la COVID-19 en niños, niñas y adolescentes.

«Nos enfrentamos a un preocupante escenario de malnutrición. Por un lado, hemos visto un incremento en el consumo de alimentos no saludables, lo que contribuye significativamente al aumento del sobrepeso y las enfermedades crónicas no transmisibles. Por el otro, vemos el aumento de la inseguridad alimentaria y nutricional que puede llevar a la desnutrición y a las deficiencias de micronutrientes. Esta situación afecta principalmente a las poblaciones más vulnerables y tiene efectos a largo plazo. Es esencial actuar inmediatamente para invertir este escenario», asegura Cristina Albuquerque, jefa de salud de Unicef en Brasil.

Ansiedad e incertidumbre ante el futuro

El maltrato infantil durante la cuarentena, la depresión, los abusos y el estrés por el encierro, además de la incertidumbre por el futuro, son algunas de las grandes preocupaciones en relación con los más pequeños. Nueve de cada diez niñas en todo el mundo confiesan tener un nivel alto o medio de ansiedad como consecuencia de la pandemia, según el nuevo estudio de la ONG Plan International, Vidas interrumpidas: el impacto de la COVID-19 en las niñas y las jóvenesLos temores más frecuentes entre las encuestadas, que recoge experiencias de más de 7.000 adolescentes de entre 15 y 19 años de 14 países, son el bienestar de sus familias, que preocupa a un 40%, así como su propia salud, una cuestión que inquieta a un 33%.

La investigación, que se ha llevado a cabo en Estados Unidos, Brasil, Ecuador, Nicaragua, España, Francia, India, Australia, Vietnam, Zambia, Etiopía, Ghana, Egipto y Mozambique, refleja que existe una correlación entre el grado de ansiedad y su nivel socioeconómico: cuanto más bajo es, mayores son los niveles de estrés de las jóvenes. “Este estudio sirve como una llamada de atención para que los gobiernos incluyan un enfoque de género y edad en sus respuestas a la pandemia. Para las niñas y adolescentes, especialmente para las más vulnerables, esta crisis ha supuesto un aumento de la desigualdad y de los riesgos a los que se enfrentaban”, explica Concha López, directora general de Plan International.

El informe evidencia los desafíos y las preocupaciones que están teniendo las niñas y adolescentes debido a la pandemia en los distintos ámbitos de sus vidas, desde su educación hasta su capacidad para independizarse y socializar (*). Todas ellas, alarmas a tener en cuenta para el futuro de las nuevas generaciones.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2020/09/18/planeta_futuro/1600434335_174604.html

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Save the Children reclama 4.200 millones para el sistema educativo

Noticia Global

Falta personal y recursos. Esta es una de las claves que la pandemia ha hecho que mucha gente viera con claridad. Otras ya lo habían hecho y llevaban tiempo denunciando algunas situaciones. Es el caso de Save the Children. La ONG acaba de hacer público un documento en el que repasa la situación que ha dejado a la vista el estado de alarma, como la orilla cuando baja la marea.

El cierre de centros educativos en todo el país y la puesta en marcha de un sistema de enseñanza a distancia (en línea o no) ha supuesto y supone enormes retos y abre, aún más, algunas de las brechas que el sistema educativo presencial podía, cada día, intentar salvar: la falta de recursos materiales de muchos alumnos, la brecha de estudios de las familias, la falta de personal de atención a la diversidad, de orientación, de trabajadores sociales… La lista es larga y no solo afecta a los centros.

Save the Children también se centra en los problemas que provocará la crisis económica que ya muchas familias están padeciendo en relación a la posible o efectiva pérdida de ingresos en estas semanas y en las venideras, así como las condiciones de vida de muchas de ellas. La falta de espacios o el hacinamiento en muchas viviendas, por ejemplo. También, la propia situación de confinamiento, de aislamiento en la que se encuentran muchas niñas y niños en todo el país.

Pero, además de señalar las brechas que se van abriendo, la ONG pone sobre la mesa una completa batería de medidas que cree imprescindibles para recuperar la situación, no solo ahora, también durante los meses de verano y a partir del próximo curso.

Y cifra en 4.200 millones de euros las inversiones que el Gobierno y las comunidades autónomas deben poner sobre la mesa para hacerlo. Un dinero que habría que invertir, por ejemplo, en la contratación de más personal de apoyo, de orientación y PTSC para evitar, en buena medida, las dificultades en el seguimiento del curso, en el afrontamiento del próxmo y ante el riesgo de desenganche de mucho alumnado que, fácilmente, podría llenar las estadísticas de abandono y fracaso escolar en un futuro relativamente cercano.

Álvaro Ferrer, técnico de incidencia política y equidad educativa de la ONG tiene claro que «estamos en un momento difícil» económicamente hablando, pero hay que planificar «con lógica a largo plazo». Catalina Perazzo, directora de Sensibilización y Políticas de Infancia en Save the Children es más directa: «La educación necesita un plan Marshall».

Propuestas

Debe haber una potente inversión, «contracíclica», señala Perazzo, que ponga en el centro de la recuperación, también, a la educación con la visión puesta en la equidad. Al menos, así lo cree Andrés Conde, director de Save the Children. «Sin inversión hay un riesgo muy importante de que paguemos cara la brecha de desigualdad educativa que se va a generar en términos de repetición, de trayectorias educativas desiguales, abandono escolar. Tenemos que invertir ahora en recursos», asegura Álvaro Ferrer. Insiste Conde en que el Gobierno debe liberar recursos para que las comunidades autónomas puedan acometer las inversiones.

Entre ellas, la puesta a disposición del alumnado con más dificultades de recursos tecnológicos suficientes, en préstamos, para que puedan hacer frente a una posible vuelta a las aulas en un sistema mixto, presencial y a distancia. A esto, habría que poner dinero sobre la mesa para ofrecer la formación suficiente al personal docente para adecuarse a esta forma de enseñanza ya que la ONG ha detectado, en los centros donde desarrolla su labor en España, una gran escasez de formación pedagógica en el uso de las tecnologías.

También se apuesta por la recuperación de los programas PROA que estuvieron funcionando hasta 2011, con especial foco en el refuerzo inversor en recursos personales y materiales para los centros que escolarizan al alumnado con mayores dificultades socioeconómicas. Que, recuerda Andrés Conde, ya estaba antes infrafinanciado en muchos territorios.

Save the Children defiende, de cara al próximo curso, la puesta en marcha de proyectos curriculares en horario extraescolar para grupos pequeños de alumnos que estén en mayor riesgo de desconexión y futuros fracaso y abandono escolares, retomando también los PROA. También, la urgente revisión de los currículos de las materias para acercarse a un enfoque más competencial, agrupados también por áreas de conocimiento frente a las materiasl encapsuladas.

Y de cara al verano, propone, a expensas de la situación sanitaria en el territorio, la puesta en marcha de una gran cantidad de campamentos de verano, de cuatro o ocinco semanas de duración, con grupos nno mayores de 15 chicas y chicos, en los que deben tratarse contenidos curriculares de manera clara. «Son los criterios que sabemos que funcionan en este tipo de intervenciones», asegura Ferrer.

En este sentido, el técnico de Save the Children, mira hacia programas como Educació 360 en Cataluña que ya desde hace algún tiempo intentan alinear los aprendizajes formales con los informales, el dentro y fuera de la escuela.

Otra de las necesidades que quiere cubrir la organización tiene que ver con el bienestar psicoemocional de la infancia en este confinamiento y después. De ahí su apuesta por refozar los equipos de orientación de los centros, así como la apuesta por la contratación de más PTSC (profesor técnico de servicios a la comunidad) que puedan ayudar al alumnado con más dificultades a no desengancharse de los centros, de su profesorado y del resto de estudiantes.

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Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/05/12/save-the-children-reclama-4-200-millones-para-el-sistema-educativo/

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Italia. Save the Children lanza una campaña para combatir la pobreza educativa

Europa/Italia/14 Mayo 2020/https://www.vaticannews.va/

“Reescribamos el futuro”, es la campaña que ha lanzado Save the Children con la finalidad de ofrecer educación, oportunidades y esperanza a los niños y adolescentes que viven en los entornos más desfavorecidos y así contrarrestar la pérdida del aprendizaje, causado por un cierre prolongado de las escuelas, y recuperar la motivación para estudiar, con el fin de prevenir el abandono escolar.

la Ong que está presente en Italia desde 1998, y que viene actuando con el fin de “promover mejoras significativas en el modo con el cual el mundo se relaciona con los niños y obtener cambios inmediatos y duraderos en sus vidas” – ha lanzado en Italia la campaña titulada “Reescribamos el futuro”, con la finalidad de ofrecer educación, oportunidades y esperanza a los niños y adolescentes que viven en los entornos más desfavorecidos y así contrarrestar la pérdida del aprendizaje, causado por un cierre prolongado de las escuelas a causa de la actual emergencia sanitaria, y recuperar la motivación para estudiar, con el fin de prevenir el abandono escolar.

El Covid-19 pone en riesgo la educación de niños y jóvenes

Según el informe de esta Institución, hoy en día, en Italia, más de un millón de niños viven en la pobreza absoluta. La emergencia sanitaria debida al Covid-19, ha empeorado las desigualdades y de este modo se va extendiendo rápidamente las fronteras de la pobreza. Desde que empezó la pandemia y se adoptaron drásticas medidas para contener el contagio, entre ellas el cierre de las escuelas, muchos niños se quedaron atrás; sin las herramientas y el apoyo adecuado para acceder a las lecciones virtuales, corriendo el riesgo de engrosar las filas de los llamados NEETs, es decir, de los niños que no estudian ni trabajan. La emergencia sanitaria del coronavirus seguramente pone aún más en peligro el derecho a una vida digna y llena de oportunidades para los jóvenes, así como a la educación, que es la clave para romper la transmisión de la pobreza de una generación a otra.

Una crisis que afecta a los menores y sus familias

La alarma lanzada por Save the Children con ocasión del lanzamiento de esta campaña, incluye la encuesta inédita sobre una muestra de más de 1000 niños de entre 8 y 17 años y sus padres, que incluye el 39,9% del total que se encuentran en condiciones de fragilidad socioeconómica también a causa de la crisis Covid-19. El informe arroja que, alrededor de 1 de cada 5 niños tiene más dificultades para hacer sus deberes que en el pasado y, entre los niños de 8 y 11 años, casi 1 de cada 10 nunca asiste a la enseñanza a distancia o lo hace menos de una vez a la semana. Además, 1 de cada 20 padres teme que sus hijos tengan que repetir el año, a pesar de las disposiciones ministeriales que lo prohíben, o que puedan abandonar la escuela, tasas que entre las familias con mayores dificultades económicas, se elevan a casi 1 de cada 10 y 1 de cada 12, respectivamente.

Una campaña contra la pobreza educativa

Ante esta situación, Save the Children señala que, se debe actuar rápidamente, para proteger a los niños y adolescentes de este riesgo que no sólo implica una privación económica, sino también la pobreza educativa, impidiendo que los talentos y habilidades de los más jóvenes florezcan, ya que en un periodo tan difícil como el que estamos viviendo, no se debe dejar a nadie atrás y cada uno debe comprometerse para que esto no suceda. Por ello, Save the Children lanza la campaña “Reescribamos el Futuro”, para sostener el recorrido educativo de niñas, niños y adolescentes que están viviendo en los entornos más desfavorecidos.

En tal sentido, esta Institución busca contrarrestar inmediatamente la pérdida del aprendizaje, causado por un cierre prolongado de las escuelas – que se ha dado en Italia, como en muchos otros países del mundo – y recuperar la motivación de los jóvenes para estudiar, y así prevenir el abandono escolar. Por ello, la Ong renueva su intención de estar al lado de los niños, niñas y adolescentes, ayudándoles a concluir un año escolar particularmente difícil y a enfrentar fructíferamente un verano lleno de incógnitas, para luego comenzar un nuevo año escolar.

Se necesita una escuela diferente que llegue a todos

En Italia, casi 8,5 millones de estudiantes en septiembre volverán a las aulas, y será necesariamente una escuela diferente, una escuela difusa, capaz de dilatar los tiempos y espacios de la enseñanza. Una escuela que sea punto de referencia para la comunidad educativa, que junto con los servicios sociales y el tercer sector, a partir también de las muchas experiencias hechas en estos años con el Fondo para la lucha contra la pobreza educativa juvenil, se logre alcanzar a los niños que hoy en día son invisibles porque están desconectado, y que puedan interceptar la necesidades de las familias que han caído en la pobreza material y dirigirlas a la red de apoyo del territorio italiano.

Un compromiso colectivo en favor de los niños

En esta difícil tarea educativa en tiempos de coronavirus, las escuelas y las familias no deben ser dejadas solas en el enfrentar estos desafíos. Tiene que ser un compromiso colectivo que vea a todos involucrados – ciudadanos, familias, escuelas, tercer sector, empresas e instituciones – para un reinicio que identifique los derechos de los niños como una brújula para intervenir en el presente y reescribir el futuro. El Gobierno, el Parlamento, las Regiones y los Entes locales se enfrentan a un desafío histórico, que debe ser considerado como una prioridad de la agenda política, dedicando también la necesaria inversión económica, para no dejar atrás a ningún niño como resultado de esta emergencia sanitaria. Por lo tanto, Save the Children pide que se tomen medidas tanto durante el verano como durante el próximo año escolar para combatir la pobreza educativa y el abandono escolar prematuro.

Fuente: https://www.vaticannews.va/es/mundo/news/2020-05/italia-save-the-children-lanza-una-campana-contra-la-pobreza.html

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