Mujeres programadoras: el difícil reto de ‘hackear’ los estereotipos

Reseñas/España/03 Enero 2020/El país

Solo uno de cada 10 desarrolladores en España es una mujer. Los expertos achacan la falta de vocación a los sesgos de género y la falta de orientación

Grace Murray Hopper creó el primer lenguaje complejo de ordenador. Margaret Hamilton codificó el software que hizo posible que el hombre llegara a la Luna. Radia Perlman está detrás de uno de los descubrimientos esenciales para el funcionamiento de Internet. Son solo tres de las mujeres programadoras que han marcado la historia de la tecnología. Al igual que ellas, miles de mujeres en todo el mundo que escriben código se han desenvuelto, y se desenvuelven a diario, en un sector totalmente dominado por hombres.

“Si bien el porcentaje de las mujeres nunca ha sido muy alto en los sectores relativos a la informática y programación, a partir de los años 90 empeoró aún más”, afirma Marta Jiménez Castells, doctora en Arquitectura de Computadores y profesora desde hace 25 años en la Universidad Politécnica de Cataluña. En esa década, “el número de mujeres dedicadas a la informática descendió un 50%, coincidiendo con el cambio de nombre que realizó esta carrera de Licenciatura a Ingeniería”: “Esa bajada aún no la hemos recuperado”, añade.

En la actualidad, las mujeres solo representan el 11% del total de desarrolladores a nivel mundial, según el informe Java, web, mobile and PHP salary survey de la consultora Pearson para el ejercicio 2017/2018. En España, la media de mujeres que escriben código se sitúa en el 9,3%, ligeramente por debajo de la media mundial y muy alejada de la cifra, por ejemplo, de Reino Unido, donde las mujeres representan el 54,6% del total.

Sara Ylipoti conoce bien la situación. Es COO de Ride On, una tecnológica del sector de la movilidad, y coordina un equipo de 20 programadores —todos chicos salvo una chica—. Para ella, la ausencia de mujeres en el sector se debe a “la brecha de género y a los estereotipos” y hay que combatirla desde la infancia: “Si no incentivamos a las chicas a dedicarse a la ciencia o a las matemáticas siempre vamos a arrastrar una brecha en el trabajo. Tenemos que empezar por la educación, tanto la que imparten las escuelas como la que transmiten los padres y madres y eso iniciará una reacción en cadena que acabará abarcando a toda la sociedad”.

Las niñas se creen menos capaces que los niños a la hora de alcanzar objetivos que requieran habilidades científicas, según los datos del informe PISA de 2015. Castells es madre de cuatro hijos, tres niñas y un niño: “He podido ver que cuando las mujeres somos niñas nos sentimos atraídas por la informática y la tecnología, pero fácilmente nos alejamos de ese mundo. Por ejemplo, en el colegio los niños rápidamente dominan toda la tecnología, les atrae, saben cómo usarla y presumen de ello. Las niñas, frente a este mayor interés o dominio de la tecnología de los niños, se empiezan a sentir más lejanas a ello, creyendo que es algo que no dominan tanto y se distancian”.

Esta falta de confianza junto a la falta de mujeres referentes afecta, según los expertos, a su orientación profesional y su elección de cursos. Solo una de cada 100 adolescentes en España quiere dedicarse a las tecnologías de la información y la comunicación, según datos del mismo informe.

Formación en informática

Para la profesora, la solución pasa por “impartir la asignatura de informática desde los 10 años y no dejarlo para bachillerato o incluso la universidad”. El objetivo final debería ser “mostrar que la ingeniería informática no es una carrera inalcanzable. Mientras que en la universidad las mujeres forman el colectivo mayoritario, su representación en ingenierías no superó el 25% en 2018, según el estudio El desafío de las vocaciones STEM. “Hasta que no pisamos la universidad, ni los chicos ni las chicas sabemos cómo programar ni cómo crear la tecnología. Hasta ese momento solo la hemos utilizado. En la universidad ya se puede hacer poco dado que las mujeres que han llegado hasta esta etapa de su educación ya han tomado una decisión”, afirma.

Maider Agirrezabal tiene 23 años y estudia ingeniería de telecomunicaciones en la Universidad Politécnica de Cataluña. Pese a que la tecnología le llama la atención desde que era pequeña, hasta que llegó a la universidad no sabía en qué consistía programar. “Al principio lo odiaba, pero poco a poco me fue gustando y vi que, en ingeniería, de un lado o de otro, acabas usando la programación. Es algo necesario y útil, además ayuda a encarar los problemas y a buscar soluciones”, afirma la joven.

Su caso es el claro ejemplo de la falta de información antes de entrar en la universidad acerca de qué salidas tienen determinadas carreras. Pese a la demanda laboral, el número de matriculados en España en carreras técnicas como Ingeniería y Arquitectura ha caído un 28% entre 2010 y 2017, según El desafío de las vocaciones STEM. Los alumnos achacan la falta de vocación a la dificultad académica y la falta de orientación. “Antes de iniciarme en la universidad pensaba que solo estaba relacionada con antenas, telecomunicaciones… pero ahora he visto que la programación está en todo y la aplicación de la tecnología puede resultar muy interesante para las mujeres”.

Agirrezabal participa en un programa de mentoring en el que trabajadores del sector les orientan y les explican “de una forma muy práctica” qué van a encontrar en el ámbito laboral. “Ahí he podido conocer el hermetismo y la masculinización que existe en este negocio”, explica la joven, que asegura que nunca se ha sentido discriminada durante sus estudios por razón de sexo.

El mundo laboral

Tampoco lo hizo en esa etapa Laura Ribes, desarrolladora (Frontend Developer) en Signaturit, una fintech de Barcelona con 100 empleados. Pero sí después. “Las barreras empiezan cuando entras en el mercado laboral. En las empresas más tradicionales, las reuniones están enfocadas más en el producto y a los desarrolladores en general se nos deja participar poco, pero si eres mujer tu voz tiene todavía menos peso y eso es algo que he sufrido en primera persona”, afirma.

En sus 17 años de experiencia en el sector recuerda alguna situación desagradable: “Hace unos años estaba en un evento en el que todos éramos desarrolladores y, al terminar la ponencia, la persona que tenía al lado se giró y me preguntó en todo despectivo: ‘¿Y tú programas?‘ Este tipo de comentarios cada vez son menos habituales pero hieren la sensibilidad y hacen que en ocasiones sea complicado e incluso desmotivador”.

A los obstáculos para que su trabajo sea reconocido se suman los problemas de conciliación familiar y laboral y la dificultad a la hora de conseguir financiación para sus proyectos. Existe un techo de cristal que impide a las mujeres llegar a los puestos más altos. “Puede existir un factor también determinante que tiene que ver con la equiparación del sueldo entre hombres y mujeres”, afirma Consuelo Castilla. Es presidenta y socia de AdQualis, una compañía dedicada a la búsqueda de talento, y explica que aunque las mujeres que trabajan en el sector tecnológico están sobradamente preparadas, “a la hora de negociar sus salarios siempre están por debajo de los hombres incluso en un sector como el suyo, con sueldos medios elevados”. Para ella, este aspecto influye en su acceso a roles de mayor responsabilidad.

Pese a ser ser partidaria de apostar siempre por el talento con independencia del género, Castilla considera que en el caso del sector tecnológico la brecha es lo bastante considerable “como para que quizás sí tenga sentido aplicar alguna política de cuotas”: “Sería en todo caso una medida de corto plazo. En el medio y largo plazo debe trabajarse en la base del problema para solucionarlo de forma permanente y estructural”.

Las empresas son más eficientes si cuentan con talento diverso. De hecho, tres de cada cuatro empresas que han promovido la presencia de mujeres en cargos directivos han registrado un aumento de sus beneficios del 5% al 20%, según un análisis realizado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Las mujeres, según Castilla, son especialmente buenas a la hora de trabajar en equipo, planificar comunicar y empatizar: “Tanto en el sector tecnológico en general como en el ámbito de la programación en particular, en que suele trabajarse de forma muy individual, estas aptitudes son especialmente bien valoradas por las compañías”.

“Las personas tendemos a estudiar y trabajar en lugares a los que sentimos que pertenecemos. El hecho de que en las empresas tecnológicas no trabajen en ocasiones muchas mujeres hace que muchas no las percibamos como espacios en los que queramos trabajar”, afirma Ylipoti. Pero a la hora de desarrollar un producto, según sostiene, la presencia de mujeres en el equipo es primordial para tener en cuenta la opinión de las mujeres, que son la mitad de la población: “Cualquier producto tecnológico va a tener clientas femeninas y, por lo tanto, en su fase de desarrollo va a enriquecerse con las aportaciones de una mujer programadora o de una mujer directiva”.

Fuente e imagen: https://elpais.com/tecnologia/2019/12/11/actualidad/1576060561_868981.html

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Universidad Nacional de Colombia sufre baja de mujeres matriculadas

Por: El Espectador

Un reciente estudio del centro educativo sobre la prueba de admisión, arrojó una fuerte tendencia hacia la masculinización de los admitidos, o sesgo o discriminación en contra de las mujeres.

Contrariamente a la tendencia nacional e internacional de aumento de la participación de mujeres en el nivel de educación superior, la que en muchos países es de paridad, en un reciente estudio titulado Examen al Examen de Admisión de la Universidad Nacional de Colombia, sobre la prueba de admisión al claustro educativo, se encontró una fuerte tendencia hacia la masculinización de los admitidos, o sesgo o discriminación en contra de las mujeres.

En efecto, desde la década anterior ha aumentado la tasa de absorción de aspirantes hombres sobre mujeres, a pesar de porcentajes similares de participación, con algunos puntos de ventaja de mujeres sobre hombres (gráficas 1, 2, 3 ). Actualmente la tasa de absorción es casi el doble en aspirantes hombres que mujeres (12.18 % vs. 6.3 %). El porcentaje de admitidos hombres es de 64.6 % y el de mujeres de 35.5 %En la sede Bogotá , la tasa de absorción en 2015-I fue de 7.25 % para hombres y 3.29 % para mujeres (Gráfico 4). Todos los datos son de la Oficina de Admisiones de la UN, 2014-2015.

El análisis de este sesgo requiere un estudio detallado de los diversos temas, o áreas del saber, que componen el Examen y el desempeño relativo de mujeres en estas diversas áreas del Examen.

Pero en la Universidad Nacional el Examen de Admisión nunca ha sido considerado un ‘objeto’ de estudio interdisciplinario sino el ámbito autorreferido de la psicometría y de los bancos de preguntas. Lo que pone en cuestionamiento el anuncio en El Observatorio, agosto 6: www.universidad.edu.co “Propuesta de la U. Nacional definiría modelo único de admisiones en las universidades oficiales”.

Si el examen de la UN, que nunca ha sido sometido a análisis crítico, ni a comparaciones analíticas con Saber 11 ni con Saber Pro, se aplicara a otras universidades públicas, sería mayor el efecto discriminatorio de género en contra de las mujeres. Otros efectos negativos han sido identificados sobre el aumento de la deserción, el aumento del número de “no-matrículas” en el primer semestre y sobre el rendimiento académico de admitidos a carreras que no corresponden con sus intereses, motivaciones e identidad intelectual. El actual examen de admisión a la UN no considera la opción subjetiva del aspirante (vocación, interés…), sino que distribuye los cupos en orden descendente. Los de mayores puntajes pueden seleccionar su carrera de preferencia, mientras los puntajes relativamente inferiores deben tomar los cupos que existan aun en carreras ajenas a su vocación o interés.

¿Este es el tipo de examen que se desea para las universidades públicas? Urge entonces el debate académico y político sobre el tipo de examen que estas instituciones requieren. Lo que implica la constitución del examen como objeto interdisciplinario y sistemático de investigación. Lo que no sucede en ninguna universidad colombiana.

Es evidente el sesgo en contra de las aspirantes mujeres en el examen de admisión a la UN. Las cifras de admisiones lo demuestran claramente. Hay un descenso continuado en el número de mujeres admitidas en los últimos años, a pesar de que aproximadamente el mismo porcentaje de hombres y mujeres se presentan al examen.

Pero es difícil identificar cuáles son los ítems o contenidos de ese examen responsables de este sesgo de género. Este análisis lo debe realizar la Oficina de Admisiones en un estudio de cada ítem, las respuestas respectivas de aspirantes hombres y mujeres y sus efectos sobre el puntaje final. Ese análisis no se ha realizado hasta ahora. Y que ésta sea la oportunidad para exigir que se realice.

Pueden plantearse algunas hipótesis sobre el desempeño diferencial de aspirantes hombres y mujeres en el examen de admisión a la UN. Si en el nivel medio hay mayor probabilidad de éxito o logros en matemáticas, en los estudiantes hombres, esta ventaja comparativa se traslada a los ítems de matemáticas en dicho examen y los consiguientes menores puntajes en aspirantes mujeres. Hipótesis similar puede plantearse sobre los ítems de ciencias naturales.

Pero este análisis de ítems y temas no se ha realizado debido la carencia de voluntad política de mejorar las probabilidades de ingreso de mujeres a la UN. Este análisis implicaría rediseñar el examen de admisión para eliminar los ítems con mayor sesgo negativo de género e introducir otros tipos de ítems y temas en los que no sea evidente la ventaja comparativa de estudiantes hombres en el nivel medio.

Además, surge el interrogante sobre la racionalidad de un solo examen de admisión para tantas y tan diversas áreas del conocimiento, las que exigen competencias y conocimientos previos muy diferentes entre sí. ¿Cuántos aspirantes altamente competentes para determinadas carreras no logran ingresar a la UN debido al modelo obsoleto y disfuncional de un único examen, una tabula rasa para áreas del conocimiento tan diferentes?

Tomado de: http://mba.americaeconomia.com/articulos/notas/u-nacional-de-colombia-sufre-baja-de-mujeres-matriculadas

Imagen: https://www.google.com/search?q=Universidad+Nacional+de+Colombia+sufre+baja+de+mujeres+matriculadas&espv=2&biw=1366&bih=623&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwi1suDTsIDOAhVHXh4KHTZLALcQ_AUIBigB#tbm=isch&q=+baja+de+mujeres+matriculadas&imgdii=FJD4s0Lhh4YoRM%3A%3BFJD4s0Lhh4YoRM%3A%3BuU_CoaEo9J8vWM%3A&imgrc=FJD4s0Lhh4YoRM%3A

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