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Juego de Nuños

México / 27 de mayo de 2018 / Autor: Alejandro Saldaña Rosas / Fuente: Rompeviento TV

Lo reitero. La educación es un asunto serio.

La educación no es un juego de Nuños.

Del TL de Héctor Díaz Polanco: @diazpol

El magnífico tuit de Héctor Díaz Polanco sintetiza con precisión la “política educativa” (por nombrarla de algún modo) del régimen de Peña Nieto. Articuladas en torno a la “Reforma Educativa” (que ni es reforma ni es educativa), las directrices hacia el sector son un muy mal trazado programa de ajuste laboral que expresa la violencia laboral de Estado en contra de los maestros. La educación es lo último que atiende la tal Reforma Educativa puesto que carece de proyecto pedagógico, de proyecto didáctico, de perspectivas cognitivas, de modelos epistemológicos, de teoría curricular, entre otros puntales básicos para transformar la educación. Se trata, simplemente, de evaluar autoritariamente a los maestros para poder despedirlos. Se trata, luego entonces, de violar el derecho humano al trabajo y el derecho a la libre organización porque la intención de Nuño, encomendada por Peña Nieto, es acabar con la CNTE.

Aurelio Nuño no sabe absolutamente nada de educación, como se puede apreciar en su biografía, pero seguramente conoce muy bien el sistema educativo que dirige (por así decirlo). Lo conoce porque la estructura institucional está atiborrada de funcionarios y asesores que le hacen llegar diagnósticos, informes, reportes, programas, evaluaciones. Inclusive quizás Nuño presuma de conocer a la educación en México porque ha visitado decenas o centenares de escuelas, ha platicado con directores y con padres de familia, con maestros rurales, con profesoras en zonas urbanas, seguramente hasta ha dialogado con niñas y niños, como lo muestran las fotos que suelen acompañar las notas de su oficina de prensa. Vamos, ha llegado al punto de arengar frente a niños y niñas de primaria en contra de López Obrador; por cierto el nombre de la escuela donde el niño Nuño hizo gala de su valentía es simbólico: escuela Carlos Hank González, en Toluca.

Concedamos que Nuño conoce el sistema educativo que encabeza. El problema no es que los informes, las evaluaciones o los reportes tengan deficiencias o sean insuficientes. El problema está en otra parte. El juego de Nuños que hace Aurelio con la educación pone de manifiesto su total y absoluta ceguera de clase. Nuño es fiel representante del gabinete de ciegos de clase de Peña Nieto. El país que pretenden gobernar existe solo en su imaginación. El país real, el México Profundo del que hablaba Guillermo Bonfil, es imposible que lo vean, que lo piensen, que lo sientan.

La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación nació hacia finales de la década de los setenta (1979); más o menos por los mismos años nació Aurelio Nuño (1977, según su ficha biográfica). Son contemporáneos, sin duda, pero una distancia abismal los separa. Es una distancia de clase, de género y de raza.

Nuño es hijo de los privilegios: “buenas familias”, “buenas escuelas”, “buenas relaciones”, “buenos trabajos”. Pertenece al México Imaginario, ese que durante más de 500 años de colonialismo y dominación patriarcal ha negado la civilización mesoamericana y ha tratado de acabar con ella mediante matanzas, discriminación, segregación, imposición de lengua y religión, sometimiento político, subordinación jurídica, exclusión social a través del despojo de tierras o de evaluaciones de “competencias”. Sin ambages ni medias tintas, se expresa con todo cinismo que los “docentes que no se sometan a prueba serán cesados” (http://www.jornada.unam.mx/2015/10/28/politica/015n1pol). Se trata de someter, de sojuzgar, de esclavizar. La misma historia de los últimos 526 años.

Nuño podrá conocer el sistema educativo mexicano (y eso está por verse) pero no tiene la mínima noción del significado que posee el magisterio como vía de inclusión social para miles, millones de personas que viven en condiciones de pobreza. Puede haber leído del tema (lo dudo) pero su condición de clase le ciega para ver que miles de personas, habitantes del México Profundo, durante generaciones han encontrado en la profesión docente la única posibilidad de ampliar sus horizontes de vida, de insertarse socialmente, de lograr prestigio y reconocimiento en sus familias y comunidades, de ganar un salario para alimentar y educar a sus hijos. Esa es la condición de los maestros y las maestras de Oaxaca, de Chiapas, de Tabasco, de Veracruz, de Michoacán, del México Profundo. Si no es el magisterio, solamente existe la migración como posibilidad de construir un proyecto de vida. O el narco, en tiempos más recientes. De esto nada sabe Nuño.

El problema con Nuño no es solo su ceguera, sino su criminal arrogancia. La represión en contra de la CNTE es insultante, indignante, canalla. Y evidencia que Nuño y su jefe de la Casa Blanca nada saben acerca de los movimientos sociales: piensan que encarcelando a los líderes, arremetiendo en medios de comunicación en contra de los maestros, golpeando y asesinando van a “vencer”. Su “cálculo político” (por llamarlo de alguna manera) es de tan corto plazo que suponen que doblegada la resistencia a fuerza de detenciones, balas de goma, gases lacrimógenos, salvajes golpizas, amenazas y despidos, lograrán en un par de meses, o de años, imponer su “Reforma Educativa”. No se han percatado que a cada golpe contra un maestro, atizan una indignación más entre la gente: la solidaridad con el magisterio está creciendo. No se han percatado, porque no pueden hacerlo debido a su ceguera de clase, a su petulancia colonialista, que el movimiento magisterial es una de las formas en que en los tiempos actuales se ha organizado la resistencia del México Profundo. Un México que lleva más de 500 años en lucha y no ha sido derrotado. Y puede luchar otros 500 años.

Aurelio Nuño es de la misma estirpe de Pedro de Alvarado, Cristóbal de Oñate y desde luego de Nuño de Guzmán, a quien Fray Bartolomé de las Casas se refería como “el gran tirano”. Los historiadores retratan a Nuño de Guzmán como un hombre sanguinario, cruel, ambicioso, de escasas luces para la política. Más de quinientos años después su tocayo de apellido hace honor a la estirpe. Tragedia de México: no hemos logrado salir del sangriento juego de Nuños.

Fuente del Artículo:

Juego de Nuños

Fuente de la Imagen:

https://contactohoy.com.mx/casi-dos-mil-maestros-en-proceso-de-ser-cesados-aurelio-nuno-mayer/

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Afrocolombianos en el sistema educativo colombiano (Audio)

Colombia / 27 de mayo de 2018 / Autor: Bogotá 98.5 / Fuente: Universidad Nacional de Colombia

A partir de la implementación de la Ley de Cuotas para la educación, mediante programas como el Fondo de Créditos para las Comunidades Negras, la migración de estudiantes afrodescendientes que se integran al sistema educativo ha aumentado considerablemente.

Aun así, acceso no significa equidad ni permanencia; el aspecto que más está afectando esa permanencia tiene su origen en la discriminación cultural y racial, y uno de los aspectos complejos en cuanto al acceso, son las características de los beneficiarios, quienes además deben acceder al sistema mediante créditos de endeudamiento ¿Cómo se piensan estos programas y cómo son recibidos por los estudiantes?

 

 

Fuente: 

http://unradio.unal.edu.co/nc/detalle/cat/un-analisis/article/afrocolombianos-en-el-sistema-educativo-colombiano.html

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Argentina: Una entrevista realizada por presos que están estudiando en exComcar

Argentina/26 de Mayo de 208/Eco Latinoamérica

El comisionado parlamentario para el sistema penitenciario, Petit, fue entrevistado en un taller de periodismo de la Comunidad Educativa.

De las más de 3.000 personas privadas de libertad, menos del 20 por ciento accede a la educación. En esa línea estuvo una de las primeras preguntas que le hicieron al comisionado parlamentario para el sistema penitenciario, Juan Miguel Petit, los presos que están estudiando en la Comunidad Educativa de la Unidad N°4 -ex Comcar- y participan de un taller​ ​de​ ​radio​ ​y​ ​prensa.

En la entrevista «Pico a Pico con Juan Miguel Petit» que publicó el portal Sala de Redacción, el comisionado parlamentario afirmó que la cifra de presos que acceden a la educación «mejoró mucho en comparación a diez años atrás, pero todavía es insuficiente». Para el funcionario, «falta la presencia del sistema educativo adentro de las cárceles» y «para eso hay que mostrar lo que se puede lograr con el estudio».

A su vez, explicó que el presupuesto para este pilar no lo maneja el Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) directamente, sino que «se origina a partir de convenios con el sistema educativo». Para Petit, los recursos «están lejos de ser los necesarios» y «falta un gran recorrido para que haya cupos para todos».

Para que los presos puedan ir a estudiar, los funcionarios deben trasladarlos de los módulos a la Comunidad Educativa. Sin embargo, Petit sostuvo que «de muchos módulos no los sacan» porque no hay personal o porque, simplemente no quieren hacerlo. A veces el personal es el que decide «quién sale y cuando», contó y, añadió que «hay personas que, si no tienen buena voluntad o están desbordadas, no hacen ese puente y se bloquea todo».

«Muchas personas privadas de libertad no desertan de la educación por decisión propia, sino porque no reciben el mismo apoyo que se brinda por trabajar, ¿por qué sucede esto?», preguntó uno de los presos.

«Hay muchas decisiones y voluntades que faltan (…) Hay excusas para no facilitar la educación», respondió Petit.

En la misma línea también se le preguntó: «Acerca de las dificultades que se presentan para estudiar y las facilidades que se brindan para trabajar, ¿qué relación existe entre el dinero que mueve el Polo Industrial y el apoyo que recibe la Comunidad Educativa?»

El comisionado parlamentario dijo que «a veces rige una regla muy jorobada en algunas cárceles: como hay pocos lugares de trabajo o estudio, o estudiás o trabajás». Pero para el funcionario hay que intentar tener ambas cosas, y eso «requiere decisión y voluntad».

Este preso entendió que Petit no estaba respondiendo e insistió: «La pregunta fue: ¿qué influencia genera el dinero que mueve el Polo para que la gente no venga más a estudiar?».

«Tú me decís que se fomenta el trabajo porque eso genera plata y se desprecia el estudio. Probablemente haya que cambiar esa mirada, esa visión que sólo está puesta en lo productivo y no en lo educativo», respondió el entrevistado.

Fuente: http://ecos.la/13/Sociedad/2018/05/26/23673/una-entrevista-realizada-por-presos-que-estan-estudiando-en-excomcar/#sidebar

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“El derecho a la educación no es simplemente el derecho a pasar o a sufrir 12 años de escolaridad”. Entrevista a Oscar Jara

Entrevista/24 Mayo 2018/Autor: Pablo Gutiérrez del Álamo/Fuente: El diario la Educación

La educación popular cada vez tienen más la vista puesta en la necesidad de la transformación social desde la formación. Mirada analítica, crítica que busca la mejora social.

Oscar Jara ha dedicado toda su vida docente dentro del campo de la educación popular, de la educación transformadora que está llamada a generar cambios en la sociedad para mejorarla. Durante lago más de una hora habla con emoción sobre la necesidad de una pedagogía más anclada en la realidad del alumnado, que lo que les rodea entre en el aula, para generar curiosidad, interés en investigar, para generar aprendizajes duraderos y formas de hacer a lo largo de la vida. Algo que también debe estar presente en el profesorado, siempre dispuesto a aprender con y de su alumnado, creativo y listo para cambiar sus métodos en función de las necesidades del momento.
Oscar Jara siempre tiene a Paulo Freire en la memoria. Sobre sus postulados comenzó a desarrollar su labor docente alfabetizando adultos en los 70. Hoy, entre otras cosas, preside el CEAAL, el Consejo de Educación Popular de América Latina. Aprovechamos su visita a nuestro país para hablar con él.

¿Qué es la educación popular?

La educación popular en América Latina es un fenómeno sociocultural que existe desde hace muchísimos años y que ha ido cambiando. Tenemos una educación popular, tras las colonias, cuando nacen las repúblicas. Se le llama popular a la instrucción pública. Luego, en el inicio del siglo XX con las experiencias de las universidades populares obreras aparece vinculada a procesos de movilización obrera: dirigida a una educación de clase.

En los años 60-70, con el aporte de Paulo Freire, surge la noción de una educación crítica. Habla de una educación liberadora en dos sentidos: de las cosas que nos atan de forma dominante y para liberar las potencialidades que tenemos. Surge una forma de entender el proceso educativo vinculado a procesos organizativos, con perspectiva transformadora y de liberación.

Durante mucho tiempo se pensaba que esta educación popular se hacía con personas adultas y de manera no formal. Pero a partir de este siglo, tiene la característica de ser problematizadora, crítica, liberadora y busca que las personas seamos protagonistas de los procesos de transformación en nuestra vida. No es una educación para adaptarnos al sistema, a la realidad, sino procesos educativos que desarrollan nuestra capacidad de cambio vinculada a cambios sociales, culturales, de mentalidad.

¿Un ejemplo?

Puedes hacer una educación que sea adaptativa a las condiciones vigentes, con contenidos preelaborados o generar capacidad de aprendizaje, de cuestionamiento, de análisis… en un proceso preescolar con niños y niñas que van trabajando su creatividad, su capacidad relacionarse, de vincularse con el medio, de preguntarse cosas… eso en primaria, secundaria o universidad, poniendo como eje la idea de generar cuestionamiento, pensamiento propio y acción colectiva.

Parece fácil, pero no debe serlo…

Supone muchas veces ir a contramano de un sistema educativo, donde el énfasis está en la enseñanza; en la educación popular el énfasis está en los aprendizajes. El rol del educador o educadora popular no es de transmisor de contenidos, sino de promotor de capacidades de aprendizaje. El educador desarrolla sus condiciones de ser aprendiz. Para dar procesos de aprendizaje tienes que estar abierto a descubrir cosas nuevas.

Va a implicar un proceso de aprendizaje individual y otro colectivo. Aprendemos personalmente, pero en un entorno en el que tenemos la capacidad de generar diálogo de saberes; es la intencionalidad transformadora, por eso la educación popular, como toda educación, es política, pero dirigida a procesos de transformación. También hay una educación que es política dirigida a que no transformes nada, que te adapte.

En España se habla de la necesidad de despolitizar la educación…

Es imposible despolitizar la educación. Ya decir eso es una afirmación política.¿Qué significa la política? Relaciones de poder. Y están presentes en todos los espacios de la vida.

Una educación en la que tienes que someterte a la lógica dominante, donde hay un valor uniforme que es el que se debe aplicar y en el que no se permite la diversidad… todo esos son elementos políticos en los cuales se genera una reproducción de la lógica de poder dominante. Si generas capacidad de cuestionar, de imaginar cosas distintas, generas una capacidad políticamente distinta.

Como educador, si me dicen que hay que despolitizar, no sabría qué hacer,. De hecho, si no hago nada, políticamente estoy dejando que las cosas sigan como están.

El mercado laboral exige una acreditación de los saberes aprendidos. No sé si hay encaje entre la educación popular y estas acreditaciones…

El tema de la acreditación y la relación con el mercado laboral es algo que hay que considerar. El problema está en que vivimos en una sociedad en la que se entiende por educación solamente la acción escolar. Esta está estratificada y dirigida a la formación mediante contenidos preestablecidos; se hace, muchas veces, de manera autoritaria, vertical, unidireccional en donde hay un saber constituido que se transmite y tiene que ser supervisado. Yo lo transmito, el educando lo recibe y debe dar cuenta de si lo aprendió, tal como se lo dijeron. Y ahí viene la acreditación.

El sistema de acreditación termina siendo un proceso de fiscalización sobre el conocimiento preestablecido, con lo que tiene muchos límites, además de que puede ser discriminatorio. Muchas veces los exámenes compulsivos, en vez de ser oportunidades de aprendizaje son creadores de traumas.

Yo no empiezo a interesarme por un tema, a profundizar, a buscar las posibilidades para relacionarlo con mi vida sino para tratar de contestar a las preguntas que me van a hacer y poder salir y luego decir: “Uf, pasé”. La cosa es poder salir de esa lógica, de competencia, donde supuestamente la matriz que nos domina señala que solo quienes cumplen con eso y acreditan son las que tendrán éxito en una sociedad.

En lugar de que sea un proceso de certificación de conocimiento, de saberes útiles, de capacidades de socialización, se convierte en un refuerzo de mi capacidad de dominio sobre una sociedad vertical y estratificada. El sistema de acreditación, en sí mismo, no es que sea negativo. Es la lógica global en la que está integrado.

¿Cómo debería ser en la educación popular?

Supondría pensarlo de otra manera. Pensar el trabajo, la formación laboral y colectiva de otra manera, y pensar en una sociedad que se desarrolla con otros parámetros. Hablamos de cosas que parecen inviables en esta sociedad… Pues eso… esta sociedad no es viable. Los inviables no somos nosotros, es este esquema.

Existen experiencias muy interesantes en donde las evaluaciones las hacemos colectivamente, donde hay otros criterios que no son solo los cognitivos… Y son sistemas en los que no está ausente la disciplina. Ni el respeto.

Muchas veces se ha confundido el respeto o la disciplina con autoritarismo. Puede haber una disciplina colectiva, democratizadora, autocrítica… y podemos tener espacios de socialización democráticos que nos permitan vivir relaciones de otro tipo. Por eso la importancia de un trabajo educativo democrático. Si nos formamos en la lógica de solidaridad, nos chocará mucho vivir en una sociedad en la que esto no ocurre.

Esto lo sufren los alumnos: les hablamos de democracia en un sistema escolar muy jerarquizado. En educación popular se habla de la relación casi de iguales profesor-alumno…

Tenemos que ser diferentes, por eso cuesta. Confundimos autoridad con punición y se piensa que el respeto es obedeciendo y es de un solo lado.

Si cualquier persona le preguntamos cuál es el profesor o la maestra que más le impactó seguramente vamos a encontrar como referencia a alguien que nos trató con mucho respecto, a quien nosotros respetamos y que nos ayudó a descubrir cosas. No tanto a alguien a quien tuvimos que obedecer.

Significa tener un estilo de relación horizontal. No sé si utilizaría que de pares, sí horizontal, donde esta persona educadora tenga disposición de aprendizaje, para aprender con, no solamente para dictar y transferir.

Paulo Freire habla de esto de una manera interesante. Le preguntaron qué le parecía aquello de que el educador no enseña. Freire dice que quien diga que el educador no enseña o es un mentiroso o es un demagogo. Porque el educador tiene una resposabilidad de enseñar, dice él. Pero enseña como parte de un acto mayor: el de aprender. Lo que yo enseño no es lo absoluto, sIno que es parte de un proceso, y por eso, yo como educador tengo que disponerme a aprender. Disponerme a investigar, a preparar, no solo lo que voy a decir, sino alguna pregunta que surja del alumnado y que me obligue a mí y a ellos a investigar. Y convertir una clase en una sesión de descubrimiento, donde yo mismo me coloco como aprendiz. Ahí me gusta la noción de ser desafiador o desafiadora.

¿Cómo debe hacer esa figura?

El primer desafío del educador cuando tiene un grupo de personas es saber qué cosas saben, qué quieren saber, qué les motiva, cómo viven, con qué se relacionan, qué imagen tienen de mí… y en el tiempo educativo en el que yo participo, qué desafío me plantea incorporar eso dentro de mi proceso de aprendizaje. Cada vez que voy al aula me tengo que preguntar qué ha pasado desde la anterior sesión. Cada persona tendrá y ahí está el arte de convertir eso en un hecho educativo. Tengo la responsabilidad de desafiarles con una pregunta, haciendo alguna propuesta de trabajo, buscar cosas que no han imaginado y que yo puedo contribuir.

Lanzo una pregunta para ver qué saben, y de la conversación salen temas que yo no sabía. ¿Qué hago? Ahí viene un desafío de creatividad que en última instancia es el arte de la educación. No solo hay una ciencia. También la posibilidad de convertir eso en algo nuevo.

Hay una responsabilidad que tiene el educador y la educadora que le hace ser distinta a la persona que asiste, el educando. Pero no es la responsabilidad de quien sabe todo y lo enseña, si no la de quien sabe algo y también quiere saber lo que saben los demás.

En ese proceso tenemos que ser horizontales. De ahí viene la idea de la innovación pedagógica, de tener esa creatividad para dejar de lado las cosas que tenía pensadas, para adecuarme al proceso. En la medida en que soy coherente con lo que quiero proponer como aprendizaje y donde siento el desafío, ahí tengo que innovar al punto que mis procedimientos preestablecidos los tengo que dejar de lado y me tengo que poner a investigar. Mi tarea se convierte en algo interesante en lugar de una cosa aburrida.

Habrá quien te diga que es muy estresante tener que repensar la profesión a cada momento…

Pero fíjate qué diferencia tener esta otra disposición, el desafío de la aventura, de creación de lo nuevo. Pero tenemos que prepararnos. El problema es que si nos han preparado para que nada más repitamos, sentimos esto como imposible, que nos estresan.

Imagínate qué distinto es para un educador decir,: “Bueno, hoy voy a enseñar estas cuatro cosas y aprendo, anoto lo que voy a decir…”; frente a: “Y sobre este tema, ¿qué aprendizaje podríamos generar? ¿O qué es lo que voy a aprender?”. Nos coloca en una actitud distinta. ¿cómo vincular esto con un currículo preestablecido? Ahí viene la segunda parte, el arte de la transformación. En última instancia, si tenemos una visión holística de la realidad, todos los temas están vinculados. Supongamos que hoy toca, no sé, los artrópodos… qué diferencia habría entre lo que me hizo a mí mi profesor de zoología de aprenderme las clasificaciones (que ni me acuerdo) a que yo empezara a llevar a clase mañana tal insecto y vamos a analizarlo: por qué se llama así y qué otros conocemos, cuáles hay en nuestra casa, cuáles hacen daño… todo tema es susceptible de ser vinculado con algo de la realidad.

Para la educación popular esto es clave, el anclaje con la realidad…

Como punto de partida y de llegada. Podemos tocar cualquier tema. Podríamos partir del botón de la camisa para hablar sobre su material, dónde se produce, por qué se usan y quién usa camisas y quién no, por qué las mujeres usan camisas con botones a la izquierda y los hombres a la derecha, por qué está producido con un hilado, quién inventó los hilos y el algodón, dónde se produce el algodón y cuánto cuesta… podríamos empezar del botón de la camisa e ir hasta la física cuántica, no sé… (risas)…

Una cosa es tener un currículo preestablecido totalmente estructurado y otra, tener elementos que podemos articular, dependiendo del nivel de curiosidad, del grado de aprendizaje del educando… y de sus condiciones. Porque una cosa es que yo tenga 8 años y sea hombre a que sea mujer, a que tenga 45 y sea trabajadora doméstica o sea una persona que está siguiendo un máster porque quiere hacer una especialización. De repente el tema podría ser el mismo, pero la manera de crearlo y trabajarlo podría ser muy diferente.

Destrozar el paquete, convertir los elementos estructurados en oportunidades de búsqueda de aprendizaje, de investigación, de curiosidad, de desarrollo de capacidad cognitiva, de preguntarse cosas…

Vivimos en estos años entre enseñar competencias básicas y las evaluaciones estandarizadas que reducen mucho qué y cómo se enseña…

Hay un problema de incoherencia. Generar la idea de aprendizaje de capacidades a lo largo de la vida es buenísimo como aspiración. Ahora, ¿cuál es la coherencia en un proceso político pedagógico concreto? ¿De qué manera desarrollamos esas capacidades de aprendizaje?

Hay que mirar más allá del sistema educativo. Tradicionalmente se piensa que lo que aprendemos en la escuela es fundamental, nos crea la identidad, es donde aprendemos el saber; pero la escuela debería ser de ventanas y puertas abiertas, de manera que todo lo que ocurre a fuera estuviera dentro.

Ahora, buscar la coherencia político pedagógica supone buscar los dispositivos que permitan una pedagogía de la pregunta, de la curiosidad, de la sensibilidad colectiva… y, por lo tanto, tener esos dispositivos pero sabiendo que pueden ser modificados, recreados, de manera que debe haber un margen de creatividad mayor.

No vivimos en un espacio de anarquía absoluta, existe un sistema educativo, no es malo que la mayoría de la gente asista a la escuela. El tema es cómo salimos de él. El derecho a la educación no es simplemente el derecho a pasar o a sufrir 12 años de escolaridad. Supone que yo sea mejor persona por haber pasado por él.

Pero tenemos una sociedad que no nos ayuda a apreneder, que no nos estimula, si no a repetir y a hacer cosas para aislarnos de las personas o para ir por encima de los demás. .

A veces pienso queuna escuela trabsformadora debería dedicar tanto tiempo a la educación de los padres de familias que a la de los chavales…

Pensaba justo en las familias, que a veces son las más reticentes y que presionan más a los docentes para que la educación sea lo más homogénea posible…

Por qué no discutir eso con los padres de familia, qué esperamos. Hay mucho que cambiar. En América Latina hemos hablado mucho sobre la importancia del cambio social; estos no son tan fáciles ni rápidos. El cambio social político, social, cultural, la construcción de una nueva hegemonía supone procesos de aprendizaje históricos más largos que momentos de cambio de gobierno, o de revolución. Esto puede hacernos pensar en dejar las cosas como están. El día que hagamos eso será el día que le demos el triunfo a la ideología dominante, que quiere que nos conformemos y resignemos, y que seamos uno más de ese rebaño.

¿Es más difícil? Lo es. Hay que romper cercas, frenos que tenemos por todos lados, sí, efectivamente, pero digamos que es la apuesta de vida por la cual tiene sentido trabajar en educación, y le da dignidad, sentido, valor a cualquier cosa que hagamos, mucho más que el número de personas graduadas.

¿Cuál es el encaje de la educación popular en un sistema educativo convencional?

Pienso que van a ser procesos que no se van a cerrar. Supondría tener centros educativos en los que la relación administración-profes, profes-profes, profes-alumnos, alumnos-administración vayan geenerando otro tipo de relación. Creo que es posible y exixte.

Segundo: la formación del profesorado no ser vista como algo hecho, sino algo que estamos permanentemente haciendo. Hay que sistematizar las experiencias. No podría dar una respuesta absoluta, pero sí podría decir que en la medida que esas experiencias, a través de narrativas docentes o sistematizaciones involucren gente se podrá ir creando sistemas educativo más adaptados.

Tercero, está el análisis de experiencias de otros países. En costa rica no vamos a hacer lo que hacen en Finlandia, pero podríamos aprender así como que de repente Finlandia podría aprender cosas que hacemos en Costa Rica. El tema es cómo generar procesos de interaprendizaje que nos permitan renovar nuestras teorías pedagógicas y mejorar nuestras capacidades.

Supone una transformación del sistema educativo, empezando a trabajar no por series de grados sino por currículos abiertos, intertemáticos…

Siempre Paulo Freire es una inspiración… Decía que cada vez que sobre una situación concreta logramos crear un contexto teórico, estamos haciendo escuela en su sentido radical. En la medida en que podamos desarrollar una capacidad reflexiva que nos permita descubrir los sentidos y las interrelaciones de ese contexto y sus vínculos, estaremos ante la posibilidad de generar capacidades de aprendizaje racional, emocional, físico, corporal, artístico, imaginativo.

Tú empezaste alfabetizando mujeres en Perú y en el gobierno sandinista de Nicaragua, ¿Está mejor la situación educativa en América Latina?

Yo creo que hay más oportunidades que hace 30 años. Estoy pensando en educación popular. Hay cuestionamientos que están más presentes en las adminsitraciones. Pero también hay más resistencias. La lógica dominante trata de impedirlo. Estamos en un contexto de mucha más polarización, nos está quedando claro que las alternativas democráticas solo pueden ser posibles desde procesos de cambio. Las clases dominantes en América Latina son cada vez más profundamente antidemocráticas y que bajo formas de dictaduras de hace años, ahora en formas veladas de golpes suaves, bajo apariencia de legalidad democrática se viven relaciones mucho más antidemocráticas. Copiamos los moldes que nos vienen de Europa o EEUU sobre lo que debe ser la formación, la educación. Eso influye en el profesorado. Es un espacio en disputa. ¿Nos vamos a adaptar a eso o vamos a tener capacidad de inspirarnos mutuamente generando un movimiento que gane mayor convencimiento por parte de la gente? Yo estoy más por la segunda.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/05/24/el-derecho-a-la-educacion-no-es-simplemente-el-derecho-a-pasar-o-a-sufrir-12-anos-de-escolaridad/

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“Los alumnos que no compiten tienen una mejor salud mental”. Entrevista a David Johnson

Europa/España/24 Mayo 2018/Autor: Fuente externa: Fuente: Elige educar

El pionero del aprendizaje cooperativo David Johnson cuenta en esta entrevista las razones por las que todas las escuelas deberían implantar esta estrategia.

En los años 60 David Johnson (Indiana, 1940) y su hermano Roger comenzaron una cruzada contra el aprendizaje competitivo e individualista que imperaba en las escuelas de Estados Unidos. Su objetivo era dar la vuelta a la creencia de que solo los más aptos sobreviven y demostrar que el aprendizaje cooperativo era la clave para encajar en la sociedad, encontrar un empleo en el futuro y saber sobreponerse a la ansiedad. Fundaron el Centro de Aprendizaje Cooperativo de la Universidad de Minnesota y desde entonces han publicado más de 100 investigaciones y han formado a más de un millón de profesores de diferentes partes del mundo. Hoy tienen centros formativos en Shanghái, Japón, Noruega o España, donde se enseña una metodología desarrollada por ellos y construida sobre cinco pilares.

Considerados los padres del aprendizaje cooperativo, los hermanos Johnson fueron los primeros en recopilar y contrastar más de 550 estudios publicados sobre el tema desde 1898 para elaborar después sus propias investigaciones, un trabajo por el que han recibido más de una decena de premios, entre ellos el Brock International Prize for Education en 2007, concedido por la Universidad de Oklahoma.

David Johson, profesor de Psicología Educacional en la Universidad de Minnesota, contestó a las preguntas de este diario en el I Congreso de Innovación Educativa celebrado hace dos semanas en Zaragoza y organizado por el Gobierno de Aragón, un foro de dos días al que acudieron 1.400 profesores para intercambiar experiencias sobre las últimas metodologías en el aula.

Pregunta. ¿Qué es el aprendizaje cooperativo y por qué se debería usar en las escuelas?

Respuesta. Mucha gente tiene una idea equivocada. Juntar a personas en la misma habitación, sentarlas en círculo y decirles que son un grupo no quiere decir que vayan a cooperar de forma efectiva. Es necesario que se den cinco elementos esenciales que son los que integran nuestra metodología. El más importante es la interdependencia positiva, que implica que todos los integrantes del grupo perciban que el éxito individual no se dará si no triunfan todos. Si uno falla, todos pierden. La clave es entender que los esfuerzos individuales no serán en beneficio propio, sino del grupo. Este método de trabajo consigue que las personas se preocupen por el éxito de los demás, un elemento básico para la convivencia. Si las escuelas promueven la cultura de ser el número uno, a la vez están animando a esos mismos alumnos a desalentar y obstruir los esfuerzos de los otros. En las competiciones solo ganan unos pocos.

P. Sus estudios han demostrado que la competitividad entre alumnos no mejora los resultados académicos. ¿Por qué sigue instalado ese sistema en las escuelas?

R. A mediados de los sesenta cuando Roger y yo comenzamos a interesarnos por el tema, la competitividad y el individualismo dominaban los sistemas de enseñanza en primaria, secundaria y en la Universidad. Era el llamado darwinismo social, que consiste en aplicar la teoría de la evolución de Darwin al campo educativo: los estudiantes tienen que aprender a sobrevivir en un mundo en el que unos se comen a otros y solo los más aptos sobreviven. En ese momento, el aprendizaje cooperativo era relativamente desconocido e ignorado por los educadores. Afortunadamente, hoy es una de las metodologías escogidas en todos los niveles educativos. Es muy raro encontrar a un profesor que no conozca este tipo de aprendizaje.

P. ¿Cuál es el principal problema que se da en las aulas?

R. Se ignora completamente la interacción entre los estudiantes. Los programas de formación del profesorado destinan la mayor parte del tiempo a enseñar a los docentes a lidiar con los alumnos y les muestran cómo deben reaccionar a los materiales de clase. Sin embargo, la interacción entre los alumnos es esencial y dice mucho de cómo aprenderán o de cuánta autoestima serán capaces de adquirir. No tiene sentido que los estudiantes compitan entre ellos para ver quién saca un sobresaliente y se sitúa por encima de los demás. Ese modelo ha caducado y hasta las empresas tecnológicas como IBM contratan a los que saben trabajar en grupo. A principios de los 2000 una investigación de una consultora señaló que el principal motivo por el que los estadounidenses dejan su trabajo es la falta de habilidades sociales de su jefe. El individualismo ya no vale.

P. ¿Por qué se les considera los padres del aprendizaje cooperativo? ¿Qué han aportado que no hicieran las investigaciones previas?

R. Se nos puede considerar los pioneros del aprendizaje cooperativo de la edad moderna, pero antes de nosotros hubo decenas de autores. El filósofo romano Séneca abogaba por este tipo de aprendizaje con afirmaciones como Qui docet discet, que quiere decir que el que enseña aprende dos veces. En el movimiento por la escuela pública de los Estados Unidos de comienzos del siglo XIX también hubo una fuerte defensa de esta corriente. No es algo nuevo. El hecho de enfrentarse a puntos de vista opuestos genera incertidumbre y conduce a la persona a buscar más información  para conseguir una conclusión más refinada y razonada. Además, nuestros estudios demuestran que el alumno debe reestructurar la información para retenerla en la memoria y una forma de lograrlo es explicar algo en voz alta a un tercero.

P. De sus estudios se desprende que el aprendizaje cooperativo exige más esfuerzo y pese a ello resulta más atractivo para los estudiantes.

R. Los beneficios se pueden dividir en tres grandes grupos: un mayor esfuerzo para el logro, una mejora de las relaciones interpersonales y también de la salud psicológica. El cooperativo es más complejo que el individualista porque el alumno tiene que conectar al mismo tiempo con la tarea que debe realizar y con el grupo. Los miembros del equipo tienen que aprender a liderar, a decantarse por un punto de vista, a comunicar o a manejar los conflictos. Nuestras investigaciones demuestran que trabajan más duro cuando lo hacen en grupo que en solitario. Aumenta la retención de información, tienen mayor capacidad para desarrollar argumentos, mayor motivación para seguir aprendiendo después de clase y mejores estrategias para la resolución de problemas.

P. Parece que los estudiantes que cooperan saben manejar mejor su carácter y tienen mayor resistencia a la ansiedad. ¿Por qué?

R. Cada vez que dos estudiantes trabajan juntos, la relación cambia: se entienden mejor, se aceptan y se apoyan mutuamente tanto en lo académico como en lo personal. Cuando no compiten, mejora su salud mental; ganan autoestima y mejora su habilidad para lidiar con el estrés. El grado de vinculación emocional entre los estudiantes tiene un profundo efecto en su comportamiento en el aula. Cuanto más positiva es esa relación, menores son las tasas de absentismo y de abandono. El sentimiento de responsabilidad sobre el grupo incentiva las ganas de emprender proyectos de mayor dificultad y mejora la motivación y la persistencia para alcanzar una meta conjunta. El grupo se siente unido frente a ataques externos o críticas y crece el compromiso por el crecimiento personal y académico del resto de miembros del equipo. Los niños que requieren tratamiento psicológico suelen tener menos amigos y sus amistades son menos estables a largo plazo. La esencia de la salud psicológica es la habilidad de construir, mantener y modificar las relaciones con los demás para conseguir determinados objetivos. Los que no son capaces de gestionarlo suelen presentar mayores niveles de ansiedad, depresión, frustración y sentimientos de soledad. Son menos productivos y más inefectivos en combatir la adversidad.

Imagen: El país

Fuente: http://www.eligeeducar.cl/los-alumnos-no-compiten-tienen-una-mejor-salud-mental

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Unión Africana promueve educación de paz dentro del continente

África/24 Mayo 2018/Fuente: Prensa Latina

La Unión Africana (UA) desarrolla hoy un taller de capacitación para personal educativo del continente con miras a proporcionales herramientas para fomentar en niños y jóvenes una cultura de tolerancia y paz.

El conocimiento impartido en los centros de enseñanza es clave para formar una generación comprometida y defensora de la estabilidad, de la seguridad, de la convivencia armoniosa en África; sin esos elementos, cualquier estrategia de desarrollo será inútil, refirió la UA a través de un comunicado.

A su vez, el texto reseñó que el sistema educativo es uno de los instrumentos más poderosos para construir una paz sostenible; a través de mecanismos adecuados, los estudiantes pueden desarrollar disposiciones y mentalidades orientadas hacia el diálogo, alejadas de métodos belicistas para resolver diferencias.

Pero también es preciso poner énfasis en la formación de los profesores para lograr esos objetivos, añadió el documento.

La UA cuenta para estas iniciativas con el apoyo de Japón, desde el punto de vista monetario aunque también se incluye la asistencia para formular materiales didácticos, a través de una estrecha colaboración con los Ministerios de Educación, Universidades e Instituciones de Formación de Maestros en los estados miembros.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=180807&SEO=union-africana-promueve-educacion-de-paz-dentro-del-continente
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