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Uruguay: Integrantes de todos los partidos políticos coincidieron en reformar la enseñanza

América del sur/Uruguay/17 Mayo 2018/Fuente: El observador

Eduy21 presentó su Libro abierto con propuestas para la educación y convocó a políticos, empresarios y sindicalistas

A seis años del fracaso del último acuerdo educativo (2012), el movimiento ciudadano Eduy21 sentó las bases para que el sistema político vuelva a mostrarse dispuesto a negociar un nuevo pacto educativo, que se transforme en guía de una reforma educativa.

Este miércoles en el salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo, Eduy21 – liderado por el exsubsecretario de Educación, Fernando Filgueira, el experto en Educación, Renato Opertti y el exdirector de Educación, Juan Pedro Mir, entre otros- presentó el «Libro Abierto: Propuesta para apoyar el cambio educativo», una propuesta integral de transformación educativa, que no está cerrada, sino abierta para discutirse entre los diversos actores políticos y sociales.

La voluntad del movimiento es que el próximo gobierno sea del color político que sea se comprometa a llevar a cabo una reforma educativa. Para ello pretenden discutir y terminar la propuesta en este año que queda antes de las elecciones internas, de forma de alcanzar un acuerdo educativo antes de 2020, que permita llegar al próximo gobierno con una guía acabada y consensuado del cambio. «En 2020 ya queremos empezar a llevar a cabo los cambios. No queremos recién ahí sentarnos a discutir», dijo Filgueira durante el evento.

La propuesta de Eduy21 plantea, entre otras cosas, implementar un marco curricular común desde los cuatro a l7 años, aprobar una nueva ley de Educación -que fortalezca la conducción política del Ministerio de Educación- crear un nuevo estatuto docente – que cambie las condiciones de trabajo de los educadores- y generar un nuevo estatuto de centro educativo, que les otorgue autonomía.

A la presentación de la propuesta de reforma que realizaron Opertti y Filgueira se sumaron las consideraciones de cada uno de los partidos políticos con representación parlamentaria, así como del movimiento sindical y de las cámaras empresariales. El común denominador de estas intervenciones fue la necesidad imperiosa de transformar la educación y la voluntad de sentarse a conversar y trabajar por un acuerdo, más allá de que pudieran existir divergencias y discrepancias con algunas concepciones y puntos de la propuesta del movimiento ciudadano.

Tal fue el caso de Gonzalo Abella, que habló en representación de Unidad Popular. «El marco conceptual del que parte Unidad Popular no es solamente diferente, sino antagónico al que plantea Eduy21», dijo. Sin embargo, manifestó que «aún así hay muchísimo terreno para pensar juntos». Entre otras cosas, cuestionó que en el Libro Abierto no hubiera referencia a la educación rural y que se pensara en el Plan Ceibal como plataforma para llevar a cabo la transformación.

Por su parte, el diputado del Frente Amplio, José Carlos Mahía, expresó que en la hoja de ruta del movimiento ciudadano existen propuestas que están en el programa del actual gobierno, tal como han mencionado algunas de las autoridades educativas. «Si acá estamos es porque no renunciamos a nuestra propuesta ideológica y porque no creemos en propuestas inertes. Estamos dispuestos a conversar», afirmó.

En tanto, Juan José Villanueva, que representó al Partido Colorado, sostuvo que los partidos políticos «tienen que comprometerse en la búsqueda de un acuerdo educativo» y manifestó la voluntad de su partido de trabajar junto a Eduy21. Mucho entusiasmo mostró el representante del Partido de la Gente, Claudio Hornos, quien manifestó que el documento del movimiento es «un excelente análisis y diagnóstico de lo se debe hacer para mejorar el actual estado ruinoso de la educación pública», por lo que afirmó debería convertirse en el acuerdo multipartidario para construir una política de estado en educación.

«Esta es una noche de celebración, de alegría, de resurrección de la esperanza de que puede haber un cambio de fondo en educación», dijo el senador Pablo Mieres, quien representó en el evento al Partido Independiente. El legislador manifestó que suscribe toda la propuesta de Eduy21 y señaló que ahora lo que falta es voluntad política.

Un sentimiento similar mostró Pablo Da Silveira, asesor en materia educativa del Partido Nacional. «Estamos asistiendo a la consolidación de una coalición para un cambio educativo y este es un paso esencial para que el cambio se produzca porque los grandes cambios los producen los estados de opinión pública», expresó.

La presentación se cerró con las palabras del historiador y miembro de Eduy21, Gerardo Caetano, quien afirmó que a diferencia de lo que ocurre en otros países, «el Uruguay (en educación) todavía tiene problemas con solución, pero no tenemos tiempos para perder». Más allá de esto, señaló que el movimiento tiene claro que el camino «no va a ser sencillo».

Las siete metas que se propone Eduy21:

Cobertura y asistencia universal entre los 4 y los 17 años en el sistema educativo formal, acceso universal a los 3 años de edad y cobertura cercana a la universalidad a los 18 años, hacia el año 2022.

Egreso universal de la educación media básica al 2024 y de la educación media superior al 2029, con una meta intermedia de 75% al 2024.

Mejora de los aprendizajes en las pruebas PISA al 2024, que se desagrega en una disminución a menos del 10% de los estudiantes en nivel insuficiente y en un aumento promedio en 25% de los puntajes en matemáticas, lenguaje y ciencias, respecto de la última medición.

Mejora de los aprendizajes en las pruebas TERCE al 2024, que permita disminuir el nivel de insuficiencia en lectura y matemática al 10% en tercero de escuela, entre otras cosas.

Trabajar con el sistema Aristas del Instituto de Evaluación Educativa (Ineed) para tener mediciones nacionales.

Incrementar el tiempo real de educación mediante una extensión del tiempo lectivo formal en calendario (200 días) y en jornada lectiva: al 2030, el 100% de la matrícula de educación básica de 4 a 14 años en tiempo extendido.

Disminuir la extra-edad en educación básica (4 a 14 años) a menos del 10% hacia el año 2024 y uso cada vez más marginal de la repetición.

Para lograr propone trabajar con ciertas herramientas: crear una nueva ley de educación, cambiar el estatuto docente, generar un estatuto de centro educativo e implementar un marco curricular común, entre otras herramientas.

Fuente: https://www.elobservador.com.uy/integrantes-todos-los-partidos-politicos-coincidieron-reformar-la-ensenanza-n1231823

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5 cortometrajes con los que trabajar valores en el aula

17 Mayo 2018/Fuente: El Diario la Educación

El cine, además de parte de la cultura, es una gran herramienta para trabajar valores en el aula. Os proponemos cinco títulos para hablar de amistad, igualdad de género, migración, creatividad e inclusión.

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https://vimeo.com/194276412

Dirigido por Daniel Martínez Lara y Rafa Cano Méndez, este trabajo ganó un premio Goya en 2016 al mejor cortometraje de animación. Desde entonces, puede verse de manera libre en Internet, en los canales de Vimeo y Youtube, donde acumula más de 5 millones de reproducciones. Una popularidad que es del todo merecida: esta pequeña joya de la animación desprende genialidad y belleza. Aúna varios ingredientes que la convierten en una obra brillante: destreza en su ejecución, sensibilidad en la presentación de los personajes y lucidez en su mirada crítica al sistema educativo.

La actualidad educativa está marca da por un debate continuo sobre el concepto de innovación. Se ha puesto sobre la mesa que la escuela actual adolece de creatividad y que los cambios educativos que actualmente se están gestando deben encaminarse hacia un modelo de aula que deje más espacio a la libre creación e imaginación del niño. A través de la historia de Copi, un oficinista que vive en una ciudad gris poblada de anodinos habitantes, y su hijo Paste, un niño alegre y sensible a la música y al arte, se expone de manera clara y comprensible para todos los públicos, en tan sólo ocho minutos, por qué es fundamental y urgente el cambio en esta dirección en los currículos escolares.

Para Martínez Lara “la educación infantil para niños menores de 7 años está excesivamente centrada en el currículum (lectura, escritura e inglés); esos conocimientos son muy importantes, pero quizá a esa edad deberían estar aprendiendo a ser creativos, cómo vivir en grupo y otros valores más necesarios que saber los números en inglés”. El realizador plantea una “reflexión sin querer adoctrinar” no sólo sobre el papel de la escuela, sino también sobre la tarea de los progenitores. “Cuando te conviertes en padre, te planteas si deberías atreverte a no hacer lo que la sociedad impone. Para tu hijo lo realmente necesario es saber que hay alguien al otro lado que le entiende”.

El cazo de Lorenzo

Ser diferente no tiene por qué significar algo negativo. Al contrario, puede ser una fuente de ventajas y oportunidades para crecer. Este mensaje tan positivo se desprende del corto El cazo de Lorenzo (La petite casserole d’Anatole) dirigido en 2014 por el realizador francés Éric Montchaud y basado en el popular libro de Isabelle Carrier del mismo nombre, que ha cosechado premios en festivales internacionales y una nominación a los premios César.

La historia se construye a partir de una metáfora: el pequeño protagonista, Lorenzo, tiene una peculiaridad, siempre carga con un cazo que un día le cayó del cielo sin motivo aparente. Debido a esta característica, Lorenzo tiene que esforzarse mucho más para poder hacer lo que los demás realizan de manera habitual, y además suele ser motivo de burla, lo que le provoca un fuerte malestar. Un día opta por esconderse de todos, pero consigue superar su dolor gracias a la presencia de una persona amiga, que le ayudará a potenciar sus cualidades y le mostrará la manera de vivir con el cazo sin que ello le resulte una gran molestia. Una obra que puede dar pie a debates muy interesantes con los alumnos en los que hablar de cuestiones como la inclusión o la diferencia.

Espace

https://vimeo.com/107788715

“A la hora del recreo los niños de los cursos de Primaria juegan a fútbol en la pista grande y las niñas, a quienes les encanta jugar con los críos pequeños, se quedan en la zona de juegos de Infantil”. Escuché esta afirmación en unas recientes jornadas de puertas abiertas de una escuela de Barcelona. Fue pronunciada de manera inocente, como una jovial anécdota, por una maestra que enseñaba su escuela a las familias de los futuros alumnos de P3, pero podía haber sido pronunciada por cualquier otra maestra o maestro en cualquier otro lugar.

Muchos querríamos que educar en la igualdad en la escuela actual significase que afirmaciones como estas, pronunciadas una y otra vez, no nos resultasen inocentes. Querríamos que nos chirriasen. Porque el espacio de juego también educa. Y esto es algo que muchos niños y niñas ya saben. Una de ellas es la protagonista del cortometraje documental Espace (espacio), dirigido por la realizadora francesa Eléonor Gilbert en 2014. La pequeña tiene muy claro que hay un aspecto que en su colegio merece ser mejorado. Con la ayuda de un croquis, nos explica cómo se reparten el espacio y los juegos entre niños y niñas en el patio de recreo, y de qué manera todo ello le va a suponer un problema a diario. A pesar de haberlo intentado varias veces, la niña no va a encontrar solución alguna a este problema, que pasa totalmente desapercibido para los demás; ni los niños ni los adultos parecen sentirse concernidos.

El viaje de Said

https://vimeo.com/16037500

Coke Riobóo, el autor de este corto, trabajaba como músico y técnico teatral hasta que descubrió la animación con una cámara de vídeo Súper 8 que le habían prestado, tras verse obligado, a los treinta años, a permanecer todo un verano en casa encerrado sin dinero porque se había quedado en paro. Empezó grabando bolas de plastilina que perseguían cigarros, y el espíritu gamberro que ya afloraba en esos primeros experimentos le ha acompañado a lo largo de su obra. El viaje de Said, rodado con plastilina sirviéndose de la técnica del stop motion, le hizo merecedor de un Goya en 2007 al mejor cortometraje de animación.

Cuando se aborda el visionado de este cortometraje es importante no perder de vista el sentido del humor que subyace en la obra de Riobóo. Nos habla de inmigración, de historias muy duras que ocurren cada día a ambos lados del Estrecho, de sueños truncados, de vidas jóvenes que caen en la trampa y el engaño, pero lo hace desde una perspectiva muy personal, sacando a relucir un componente kitsch, colorido y un pelín canalla. En aulas tan multiculturales como las actuales, este corto puede ser un buen punto de partida para que los alumnos y alumnas hablen sobre sus propias experiencias migratorias, y si las expectativas que tenían antes de venir se corresponden con las vivencias que luego han experimentado.

El ciervo y la conejita

https://vimeo.com/52744406

¿Qué ocurre cuando nuestros mejores amigos cambian de intereses o inquietudes? ¿Podemos seguir siendo amigos aunque se parezcan menos a nosotros? ¿Una amistad se puede ver enriquecida por la diversidad de puntos de vista y enfoques ante la vida? Cuestiones como estas se plantean en La conejita y el ciervo (Rabbit and deer/ Nyuszi és Öz), un cortometraje que aborda la complejidad de las relaciones humanas de una manera sofisticada, al combinar diversas técnicas de animación como el 2D, el 3D y el stop motion, lo que genera un original envoltorio visual.

El corto relata la historia de una conejita y un ciervo de papel que pasan muy buenos momentos juntos hasta que el ciervo consigue un cuerpo de tres dimensiones, lo que les enfrenta a nuevos dilemas. El autor de este trabajo realizado en 2013 y premiado en festivales de medio mundo, el joven cineasta húngaro Péter Vácz, ha explicado que la obra se inspira en su propia experiencia personal y en concreto en una vieja relación de amistad y pareja que pasó por diversas fases, ya que ambos evolucionaron de maneras distintas.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/alfabetizacionaudiovisualenlasaulas/2018/05/07/5-cortometrajes-con-los-que-trabajar-valores-en-el-aula/

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¿Cómo aplicar la tecnología a la educación? Descubre las ‘start-ups’ más innovadoras

Por: EducaWeb/16-05-2018

Una plataforma web y app que pone en contacto a profesorado y alumnado para impartir y recibir clases particulares, la más premiada en el I Foro de Inversión en Start-ups de Educación

Fomentar el interés por las tecnologías de la información aplicadas a la educación (EdTech ) e impulsar a las empresas emergentes con más potencial innovador en el sector educativo han sido los principales objetivos del I Foro de Inversión en Start-ups de Educación, organizado por el Clúster Edutech, junto a la aceleradora SEKLab y la redMadrid Business Angels Network (MADBan)el pasado 9 de mayo en el Campus de Almagro de la Universidad Camilo José Cela (Madrid).

En este evento sobre emprendimiento, un total de 12 start-ups han presentado sus proyectos ante un jurado formado por más de 30 inversores de referencia a nivel mundial, entre ellos aceleradoras, fondos de inversión, organizaciones y directivos del sector educativo. Estas son: Aim-Solo, Alumn-e, Bonadrone, Dinantia, Educar Disfrutando, Erudit, Minushu, Play2Speak, Ring Teacher, School Mars, TeachApp y Vox Prima.

TeachApp, una plataforma web y app que sirve para poner en contacto profesorado y alumnado para impartir y recibir clases particulares, ha conseguido la mejor valoración por parte del jurado. La empresa emergente ha obtenido dos de los tres premios a los que aspiraba: mejor modelo de negocio y mejor proyecto invertible.

TeachApp ha recibido como premio el acceso directo a la cuarta edición de SEK Lab, que comenzará el próximo mes de octubre, y seis meses de pertenencia al Clúster Edutech, entidad que busca favorecer la competitividad y las oportunidades de negocio de las start-ups.

«Nuestro objetivo es digitalizar y profesionalizar el mundo de las clases particulares ofreciendo un servicio de calidad y que ponga en valor la experiencia de los profesores. Por eso verificamos cada uno de sus perfiles asegurándonos de que será la mejor opción para los alumnos», ha explicado a Educaweb Alejandro de Zuloa, CEO de TeachApp, quien considera el Foro como un escaparate para dar a conocer las innovaciones tecnológicas aplicadas a la educación.

Play2Speak y Bonadrone, han obtenido el segundo y tercer premio, respectivamente, que incluye también seis meses de pertenencia al Clúster Edutech para cada una. Ambas start-ups han sido consideradas como las más innovadoras en educación.

Play2Speak ofrece realidad virtual aplicada para mejorar el aprendizaje de idiomas de forma inmersiva. Mientras queBonadrone tiene como objetivo proporcionar a los profesores kits de drones y plataformas educativas para facilitar la adopción de las habilidades STEM en el aula. Mientras que

Debido al éxito de participación de inversores y startups en este primer foro, que se convirtió en trending topic en la red social Twitter con el hashtag #foroinversionedtech, el Clúster Edutech y SEK Lab han anunciado que organizarán este certamen cada seis meses en Madrid y Barcelona.

*Fuente: https://www.educaweb.com/noticia/2018/05/16/como-aplicar-tecnologia-educacion-descubre-start-ups-mas-innovadoras-18469/

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Evaluaciones, notas y resultados: hacia una escuela-empresa

Por: Anna Torralbo

Las calificaciones no sirven de nada, si el estudiante no entiende en qué aspectos tiene que mejorar y cómo puede hacerlo.

Se terminó el primer trimestre y miles de alumnos y alumnas llegaron a casa con el pertinente informe de notas. A algunos, este documento les dará fuerzas y seguridad a la hora de afrontar el resto de curso. Para otros, sin embargo, este mismo informe podrá significar una decepción: una valoración externa e impuesta que no acaban de entender. Y que un alumno no se sienta identificado o no comprenda el contenido de este informe es algo que debería preocuparnos, o si más no, hacernos reflexionar sobre este instrumento evaluativo y el modo en el que lo utilizamos.

Vayamos por partes porque hay diferentes aspectos que tener en cuenta. Por un lado, cabría hablar de la sobre-evaluación a la que tanto el alumnado como el profesorado estamos expuestos. Un informe cada tres meses, ¿no será demasiado? Hagamos números: desde ese primer día de escuela (a mediados de septiembre) hasta las vacaciones de Navidad, han transcurrido apenas tres meses; entre los cuales, no hay que olvidar, ha habido días festivos. Si tenemos en cuenta que el curso escolar ya se suele iniciar con una evaluación: la llamadaevaluación inicial (aquella que pretende ver en qué nivel se encuentra cada alumno en cada área); y que diseñarla, pasarla, corregirla y evaluarla suele tomar de tres a cuatro semanas, nos encontramos en que el tiempo invertido, desde que sabemos de dónde partimos hasta que hacemos la evaluación trimestral, se reduce todavía más, ¿dos meses?

Expuesto esto, la pregunta que viene es inevitable: ¿Un trimestre es suficiente tiempo para hacer un informe? ¿Hasta qué punto puede dar fe del ciclo de aprendizaje? Estamos ante un debate cada vez más extendido y más apoyado entre la comunidad de profesores, que en pocos años, hemos visto como el tiempo para el aprendizaje se reduce cada vez más en pro de las consecutivas evaluaciones.

Hagamos un supuesto. Pongamos el caso que un profesor/a inicia el curso con un grupo nuevo de alumnos. Es obvio que le llevará un tiempo conocerlos en lo que al ámbito de aprendizaje respecta: detectar sus dificultades y sus puntos fuertes, conocer su entorno familiar y cómo este afecta al aprendizaje, sus hábitos de estudio, etc. Por otro lado, también debe consolidarse la relación entre ellos, esto es, establecer empatía y confianza. Por no olvidar, que también debe crearse un ambiente propicio para el aprendizaje en el aula: ver en qué modo el grupo aprende mejor, de qué manera distribuir el aula, etc. Por otro lado, ellos también deben familiarizarse con este nuevo contexto: compañeros, profesor/a, contenido, ritmos, etc. Así bien, parece difícil que pueda rellenarse un informe concluyente sobre la evolución y los aprendizajes del alumnado en tan solo dos meses.

A todo lo dicho, además, hay que sumarle el hecho de que (quien más quien menos), todos los profesores estamos inmersos en un proceso de renovación/revisión que abarca distintos ámbitos: cambios en la metodología, retos de inclusión cada vez más presentes y exigentes, nuevos contenidos, nuevos materiales, nuevas manera y procedimientos de evaluación, etc. Con todo, lo que acaba ocurriendo es que, apenas has conseguido hacerte una libreta de programación, evaluación y seguimiento adecuada al grupo y a los nuevos retos que te has planteado para el curso; apenas sientes que conoces a tu grupo-clase y comenzáis a entenderos, tienes que sentarte y hacer un informe que marque con una nota hasta qué punto se han adquirido las competencias trabajadas. Este es el momento en el que te das cuenta de que el ciclo del calendario escolar no está en concordancia con el ciclo natural de enseñanza-aprendizaje e incluso de la relación alumnado-profesorado.

El sistema educativo se encuentra en un momento de cambios y de muchos debates que pretenden reajustar los pilares sobre los que se asientan las bases de la educación. Quizás sea por este motivo que nos encontramos ante tantas contradicciones; entre ellas, el hecho de integrar la evaluación continua: aquella que registra no un punto final, sino el proceso y progreso de aprendizaje), la autoevaluación: aquella que implica al alumnado en su propia evaluación y la de los compañeros; y las evaluaciones por parte del Estado y de los gobiernos autonómicos: evaluaciones diagnósticas. ¿En qué quedamos?, nos preguntamos los profesores. ¿Queremos realmente aplicar una evaluación continua y hacer al alumno partícipe del proceso? O bien queremos seguir dando todos estos informes cualitativos juntamente con las pruebas externas, las cuales, por cierto, hay que ensayar previamente para que los alumnos se acostumbren a la tipología de preguntas y planteamientos (¡más pruebas que pasar!).

Cada escuela tiene su propio proyecto educativo, eso es cierto, pero nadie se escapa de las exigencias de un sistema educativo que en poco tiempo ha dado un giro repentino y abrupto hacia los resultados, lo cual, a largo plazo, tiene toda la pinta de querer ir hacia la profesionalización de la educación en su aspecto más peyorativo. Escuelas que funcionan como empresas, las cuales, al terminar el año, hacen balance de los resultados académicos (ganancias) a partir de los cuales marcan ya los objetivos y las medidas para el curso siguiente.

Un sistema que categoriza las escuelas según sus resultados, casi podríamos hablar de un paralelismo con Bolsa: La escuela X ha bajado 2,5 puntos sus resultados. Baja la confianza en esta escuela y esto, sin dudarlo, tendrá consecuencias en los inversores (familias que inscriben a sus hijos en la escuela). Las escuelas, al fin, acaban dirigiendo sus esfuerzos a ganarse la confianza de los mejores inversores (familias con buenos ingresos), porque de ello dependerá el capital de que dispongan para hacer frente a la competencia cada vez más agresiva a la que están expuestas las escuelas-empresas actualmente.

¿Cómo podemos conciliar este alud de evaluaciones con el aprendizaje? Porque hay que decir que se hace arduo, y se trabaja bajo mucha presión (tanto para alumnos como profesores), cuando en el horizonte siempre asoman las orejas de las notas finales y de las pruebas diagnósticas. Si queremos que nuestros alumnos se inmiscuyan de lleno en el proceso de aprendizaje: y esto significa que desde que se comienza un tema o proyecto, hasta el momento de evaluar el dominio de las competencias adquiridas, ellos sean plenamente conscientes de en qué punto se encuentran; será necesario disponer de tiempo.

Cada vez somos más los profesionales que consideramos que el informe calificativo trimestral castra un proceso que en el aula tiene un ritmo distinto y que, en muchos casos, también atenta contra la idea, cada vez más consensuada, de que hay que atender a los distintos ritmos de aprendizaje. Hoy por hoy, todavía hay muchos profesores/as que al finalizar el trimestre corren a recoger notas para rellenar el informe, porque durante estos escasos dos meses no han tenido suficiente tiempo para hacerlo (ha habido muchas otras cosas importantes de las que ocuparse). Por este motivo, somos ya bastantes los que abogamos por reducir el número de informes calificativos en pro (si fuera necesario), de un informe que trate aspectos a menudo olvidados como son la adaptación al grupo, al profesorado, a la metodología de trabajo, etc; Un informe que nada tenga que ver con notas, sino con todos aquellos aspectos actitudinales y aptitudinales que hacen posible que, a lo largo del curso, se asuman las competencias trabajadas.

Su hijo ha sacado un bien en matemáticas, pero no sabe en qué ha fallado, o cómo puede hacer para mejorar estos resultados. Las calificaciones no sirven de nada, si el estudiante no entiende en qué aspectos tiene que mejorar y cómo puede hacerlo. Por no mencionar que, cuanto más tiempo hace que soy maestra, menos sentido le veo a las notas, pues, por mucho que nos esmeremos, nunca son objetivas: varían según el profesor/a, la escuela, el pueblo, la comunidad, etc.

Es hora de dedicar tiempo en el aula a pensar sobre los procesos, tiempo para reflexionar sobre qué hemos hecho, cómo lo hemos hecho y cómo podemos mejorarlo. Pero para ello, necesitamos que la sombra del informe trimestral no esté presente desde que iniciamos el curso. Necesitamos poder mirar hacia delante, y en vez de un muro, encontrar una llanura de espacio y de tiempo que nos permita llegar donde queremos llegar sin cojear.

El día en que dejemos de ver alumnos que al terminar el trimestre abren el sobre de los informes como cuando recibíamos las fotografías reveladas del laboratorio (preguntándose cómo habrán salido), significará que algo ha cambiado realmente.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/01/19/evaluaciones-notas-resultados-hacia-una-escuela-empresa/

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Ministro de Educación de Perú asegura inclusión de enfoque de género en currículo escolar

Por: mundo.sputniknews.com/ 16-05-2018

LIMA (Sputnik) — El ministro de Educación de Perú, Daniel Alfaro, sostuvo el lunes ante la comisión de Educación, Juventud y Deporte del Congreso que la inclusión del enfoque de género es un asunto «no negociable» dentro del Currículo Nacional de Educación Básica.

«Lo importante es que esta discusión no le trasmita a la ciudadanía un mensaje equivocado. Nosotros, como Ministerio de Educación, aseguraremos los derechos, deberes e igualdad de oportunidades de hombres y mujeres; y eso no es negociable», expuso Alfaro ante la

comisión.El secretario de Estado comentó que todos los temas que componen el currículo están aprobados, faltando únicamente el relacionado al enfoque de género, que ha sido objeto de una medida cautelar de parte del colectivo civil conservador Padres en Acción.

Esta medida cautelar está aún por resolverse en la Primera Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia de Lima.

Padres en Acción, junto a otros colectivos conservadores unidos a la Iglesia Católica y a las iglesias evangélicas, se muestra contrario al enfoque de género pues considera que esconde la llamada «ideología de género».

La «ideología de género», sostienen los sectores conservadores, es un programa nacido de las agrupaciones de la comunidad LGTB (Lesbianas, gays, transexuales, bisexuales) para «atentar» contra la estructura familiar tradicional.

Por otro lado, el ministro aseguró la presencia en el Currículo Nacional de la educación a los niños sobre la época crítica que sufrió Perú por el fenómeno del terrorismo, comprendida entre la década de los años 80 e inicios de los años 90.

«Tenemos que asegurarnos de que nuestros estudiantes la conozcan para que no vuelva a repetirse», expuso el ministro ante la comisión congresal.

El ministro aseguró que en el magisterio nacional no estarán admitidos, por ley, docentes que hayan sido condenados por delitos de terrorismo, apología al terrorismo, narcotráfico y violencia sexual.

*Fuente: https://mundo.sputniknews.com/americalatina/201805151078688651-igualdad-mujeres-lgtb/

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Declaración de académicas por tomas feministas:“No buscamos una universidad más neoliberal con perspectiva de género. Buscamos transformar la educación”

Por: The Clinic/16-05-2018
Estamos ante un movimiento de trascendencia histórica. Se levantan en nuestro país, en diversas universidades, asambleas, paros y tomas feministas, configurando formas de acción colectiva que hace pocos años atrás no eran siquiera imaginables y que hoy irrumpen en el escenario público para impugnar los cimientos patriarcales y androcéntricos de las instituciones universitarias.

Este nuevo ciclo de movilizaciones, que se inicia por denuncias de acoso sexual y por la insuficiencia de los protocolos y normativas existentes, abre una inédita posibilidad de poner en cuestión el sistema de educación superior en su conjunto, en tanto la violencia machista y la reproducción de las desigualdades de género denunciadas, están estrechamente imbricadas con el carácter antidemocrático y mercantil de las instituciones educativas.

Sabemos que la violencia de género es grande y compleja y que atraviesa todas las esferas de nuestra vida. Por ello, transformar esta dimensión en las universidades implica transformar estructuralmente la educación, minando las bases del sexismo que reproduce, en las instituciones educativas, la división sexual del trabajo, reforzando la asociación de razón, poder y éxito en el mercado con lo masculino y de emocionalidad, subordinación natural y precarización con lo femenino. En este sentido, no es para nada casual que usemos la frase “casa de estudios” para nombrar las universidades, si vemos cómo estas replican los roles de género, constituyendo así una extensión de la casa heteropatriarcal en la esfera de la educación formal.

La lucha contra el patriarcado y contra la reproducción de los roles de género es también una lucha contra la educación de mercado, pues las carreras feminizadas, asociadas a las labores de cuidado, crianza y empatía, son precisamente las más precarizadas, mientras que las carreras típicamente masculinas son las más valoradas socialmente, las más exitosas en el mercado y las que cuentan con mayores recursos. Esto sigue reforzando la reproducción de los roles de género y perpetúa la violencia hacia los cuerpos feminizados. El feminismo, precisamente, invita a impugnar esa reproducción y a entender que no podemos luchar en contra del patriarcado en la educación sin luchar en contra del mercado que refuerza las asimetrías de género y que orienta las instituciones educativas.

Pensar la educación feminista significa pensar la democracia, la libertad y la igualdad. Ideales que no son sinónimo de empoderamiento individual y meritocracia, sustentada en privilegios socioculturales y que tampoco pueden ser procesados mediante la adición cosmética de la “perspectiva de género” en cursos, programas de perfeccionamiento o formación contínua, capacitaciones u otros mecanismos propios de la administración universitaria neoliberal. Una educación feminista significa transformación desde la raíz, abarcando el orden jurídico (cambio de estatutos desde una ordenación feminista), igualdad sustantiva (procedimientos de paridad, igualdad de salarios, etc.), perspectiva teórica feminista para el cuestionamiento general del concepto de educación y de universidad, desde las disciplinas hasta las jerarquías. La educación feminista significa también retomar las históricas banderas de la lucha por la educación pública e insistir en la educación como un derecho social y en la necesidad de financiamiento directo a las universidades públicas, para poder materializar un proyecto educativo transformador y garantizar condiciones de dignidad e igualdad laboral para académicas/os y funcionarias/os, porque el feminismo impugna también la precarización del trabajo.

El feminismo pone en cuestión las jerarquías, los privilegios y las desigualdades, pues precisamente las asimetrías de poder y el carácter estamental en los espacios sociales generan condiciones propicias para el abuso y para su naturalización. En ese sentido, la democratización de las instituciones educativas y el trabajo triestamental son condiciones de posibilidad para llevar adelante la transformación de nuestras universidades desde una perspectiva feminista.

Las movilizaciones estudiantiles que han estallado son una rebelión contra la injusticia que imponen los mandatos del género en el neoliberalismo. Por tanto, la recuperación de la educación pública de la captura del mercado sexista no pasa por tener una universidad más neoliberal con “perspectiva de género”, sino por derribar las bases de la educación mercantil-sexista para construir desde el feminismo una nueva educación pública.

Saludamos y apoyamos con entusiasmo a las estudiantes que han levantado este movimiento y como diputada feminista, profesoras universitarias, escritoras e intelectuales hacemos un llamado a asumir un rol activo en esta movilización, organizándonos, creando espacios de discusión y articulándonos en una alianza feminista amplia, que siente las bases de un nuevo pacto social por una nueva educación pública, democrática y feminista.

Firmantes:

Camila Rojas Valderrama. Diputada Izquierda Autónoma. Frente Amplio.

Beatriz Sánchez. Instituto de Comunicaciones e Imagen. Universidad de Chile.

Faride Zerán Chelech. Universidad de Chile.

Diamela Eltit. Escritora.

Nelly Richard. Crítica Cultural y Ensayista.

Alejandra Castillo. Filósofa feminista. Departamento de Filosofía. Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación.

Daniela López Leiva. Encargada Feminista Diputación Camila Rojas Valderrama.

Pierina Ferretti. Socióloga. Centro de Estudios Culturales Latinoamericanos Universidad de Chile – Fundación Nodo XXI.

Camila Miranda. Directora Fundación Nodo XXI.

Carolina Olmedo Carrasco. Universidad Alberto Hurtado. Directora Fundación Nodo XXI.

Yesenia Alegre Valencia. Socióloga. Universidad Viña del Mar. Red de Académicas Feministas de Valparaíso.

Leticia Arancibia Martinez. Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Red de Académicas Feministas de Valparaíso.

Gloria Caceres Julio. Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Red de Académicas Feministas de Valparaíso.

María Angélica Cruz. Universidad de Valparaíso. Red de Académicas Feministas de Valparaíso.

Mónica Iglesias. Instituto de Sociología. Universidad de Valparaíso. Red de Académicas Feministas de Valparaíso.

Patricia González San Martín. Facultad de Humanidades. Universidad de Playa Ancha. Red de Académicas Feministas de Valparaíso.

Tania de Armas Pedraza. Directora Departamento de Sociología Universidad Playa Ancha. Red de Académicas Feministas de Valparaíso.

Sonia Reyes Herrera. Instituto de Sociología Universidad de Valparaíso. Red de Académicas Feministas de Valparaíso.

Lorena Zuchel Lovera. Departamento de Estudios Humanísticos UTFSM. Red de Académicas Feministas de Valparaíso.

Jeanne Hersant. Departamento de Sociología Universidad de Playa Ancha. Red de Académicas Feministas de Valparaíso.

Alejandra Ramm Santelices. Universidad de Valparaíso. Red de Académicas Feministas de Valparaíso.

Claudia Montero. Instituto de Historia y Ciencias Sociales Universidad de Valparaíso. Red de Académicas Feministas de Valparaíso.

Maribel Ramos Hernández. Departamento de Sociología Universidad de Playa Ancha. Red de Académicas Feministas de Valparaíso.

Marjorie Mardones Leiva. Facultad de Ciencias Sociales. Universidad de Playa Ancha. Red de Académicas Feministas de Valparaíso.

Pamela Soto Vergara. Psicóloga. Universidad Andrés Bello.

Luna Follegati Montenegro. Historiadora. Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación.

Rosario Olivares. Departamento de Filosofía. Universidad Alberto Hurtado.

Carolina Avalos. Facultad de Filosofía y Humanidades. Universidad Austral de Chile.

Lelya Troncoso. Trabajo Social. Universidad de Chile.

Mia Dragnic. Socióloga. Maestra en Estudios de Género. Universidad de Chile.

Caterine Galaz. Trabajo Social. Universidad de Chile.

Hillary Hiner. Escuela de Historia. Universidad Diego Portales.

Laura Albornoz Pollmann. Departamento de Derecho Privado. Universidad de Chile.

Daniela Marzi. Universidad de Valparaíso.

Javiera Arce. Universidad de Valparaíso.

Isabel Piper. Psicología. Universidad de Chile.

Paula Quintana. Instituto de Sociología. Universidad de Valparaíso.

Antonella Marín. Instituto Arcos Viña del Mar.

Paula López. Instituto Arcos Viña del Mar.

Eloid Chabaud. Instituto Arcos Viña del Mar.

Ana Luisa Muñoz. Profesora de Historia e Investigadora.

Claudia Rojas Necuhual. Facultad de Economía y Negocios. Universidad de Chile.

Ana Traverso. Facultad de Filosofía y Humanidades. Universidad Austral de Chile.

Karen Alfaro. Facultad de Filosofía y Humanidades. Universidad Austral de Chile.

Mónica Peña. Facultad de Psicología. Universidad Diego Portales.

Ariadna Biotti Silva. Archivo Central Andrés Bello. Universidad de Chile.

Javiera Carmona Jiménez. Universidad de Playa Ancha.

María José Yaksic. Magíster en Estudios Latinoamericanos. Universidad de Chile.

Ximena Azúa. Facultad de Ciencias Sociales. Universidad de Chile.

Daniela Jara. Instituto de Sociología. Universidad de Valparaíso.

Carolina Benavente Morales. Centro de Investigaciones Artísticas. Universidad de Valparaíso.

Javiera Robles Recaberren. Doctoranda en Historia. UNLP/IIGG-CONICET

Karin Berlien Araos. Departamento de Ingeniería Comercial. Universidad de Valparaíso.

Pamela Jaime Elías. Profesora de Historia.

María Isabel Puerto Perez. Abogada. Docente Universidad de Valparaíso.

Verónica Francés. Arquitecta. Centro de Investigaciones artísticas. Universidad de Valparaíso.

Carolina Andrade Amaral. Encargada Oficina Comunal Diversidades Sexuales y Docente en Violencia de Género. Universidad Andrés Bello.

Sara Avalos Urtubia. Profesora de Historia y Geografía. ONG Contra de Reñaca Alto.

Sandra Rojas Cáceres. Trabajadora Social. Universidad de Viña del Mar y Universidad de las Américas.

Ana Gálvez Comandini. Historiadora. Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación.

Alejandra Zuñiga Fajuri. Escuela de Derecho. Universidad de Valparaíso.

Marcela Díaz Rebolledo. Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales FLACSO Chile.

Sofía San Martín Moreno. Socióloga. Universidad de Playa Ancha.

María Soledad Vargas Carrillo. Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Directora Magister en Comunicaciones.

Lina Marín Moreno. Universidad de Valparaíso.

Nico Mazzucchelli. Trabajadora Social. Académica Universidad de Viña del Mar y Universidad de Valparaíso.

Nicole Cisternas Collao. Socióloga.

Carolina Pinto. Socióloga. Académica Universidad de Viña del Mar.

Claudia Espinoza. Universidad de Valparaíso.

Tamara Ortega Uribe. Socióloga. Universidad de Playa Ancha.

Camila Arriagada B., Unidad de Control de Proyectos Universidad Técnica Federico Santa María

Claudia López, Departamento de Informática y Observatorio de Género en Ciencia e Ingeniería UTFSM.

Paulina Santander Astorga, Departamento de Industrias y Observatorio de Género en Ciencia e Ingeniera UTFSM.

Marianna Oyanedel, Departamento de Estudios Humanísticos UTFSM.

Aldonza Jaques, Departamento de Ingeniería Química y Ambiental UTFSM

Marcela Prado Traverso Facultad de Humanidades, Universidad de Playa Ancha

Francesca Iunissi, Facultad de Ingeniería, Universidad de Playa Ancha

Karen Alfaro, Facultad de Filosofía y Humanides, Universidad Austral de Chile

Ana Traverso, Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad Austral de Chile

Paola Bolados, Instituto de Historia y Ciencias Sociales, Universidad de Valparaíso.

Karina Marambio Guzmán, Escuela de Psicología. Universidad de Valparaíso.

Esperanza Díaz Cabrera, Profesora de Historia, Magíster en Historia.

Verónica Figueroa Huenchu. Instituto de Asuntos Públicos. Universidad de Chile.

Paulina Vergara Saavedra. Instituto de Asuntos Públicos. Universidad de Chile.

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México: Sistema educativo impide que jóvenes indígenas o con discapacidad terminen la secundaria

Por:animalpolitico.com/ 16-05-2018

El Conapred plantea el desarrollo de un modelo educativo inclusivo que combata la negación de acceso a la educación por la apariencia física, discapacidad y la falta de espacios accesibles en los centros educativos.

De los 28 mil jóvenes de entre 20 y 24 años hablantes de una lengua indígena, casi ninguno ha logrado concluir la educación secundaria, de acuerdo con un estudio del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

A través de un comunicado, el Conapred detalló que con base en cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), una de cada seis personas afrodescendientes es analfabeta; ello, se traduce en 15.7%, es decir, casi el triple de la tasa nacional que es de 5.5 por ciento.

Estas cifras evidencian, según el Conapred, la necesidad de que la educación en el país sea inclusiva, situación “que garantizaría que tanto las personas como los grupos históricamente discriminados accedan a los espacios educativos”, exponen en el comunicado.

La Conapred plantea que la educación inclusiva impulsa el desarrollo de contenidos académicos específicos para estos grupos, tomando en cuenta que las pruebas y evaluaciones son de manera general en idioma español, lo que repercute en forma negativa para los infantes y jóvenes que solo hablan lengua indígena.

Abundaron que la exclusión no solo se limita a la negación de acceso a la educación por la apariencia física, sino que también ocurre cuando las personas con alguna discapacidad de movilidad se enfrentan a la falta de espacios accesibles en los centros educativos; o bien, cuando quienes tiene ceguera no pueden estudiar ante la carencia de materiales en sistema Braille.

También existen casos en que falta la traducción en Lengua de señas mexicana para quienes viven con discapacidad auditiva, dificulta su desarrollo educativo. Por otro lado, las personas transgénero ven violentado su derecho a la educación ante la negativa de matricularse en una escuela por carecer de documentos que reconozcan su identidad de género.

Todos estos, casos de exclusión y discriminación.

Entre el 2017 y hasta el 31 de marzo, el Conapred registró al menos unas 200 quejas por actos de discriminación en el ámbito educativo, siendo las principales, la discapacidad con 87 casos; la apariencia física con 27 y la salud con 26.

Además, emitió resoluciones de actos de discriminación en el ámbito educativo relacionadas con el origen étnico, apariencia física, discapacidad, embarazo y estado civil.

El organismo recordó que en marzo pasado, con la finalidad de impulsar el cambio cultural en favor de la igualdad, la inclusión y el respeto a los derechos humanos de las personas, se celebró el “Encuentro de Experiencias de Educación Incluyente: Hacia una Educación Antidiscriminatoria”, realizado en Michoacán.

Ello, con la finalidad de cumplir también con los objetivos del Programa Nacional para la Igualdad y la No Discriminación, puntualizó.

*Fuente: https://www.animalpolitico.com/2018/05/conapred-discriminacion-escolar/ 
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