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Entrevista a Elena Martín: “La escuela es fundamental, sin ella hay determinados aprendizajes que no se van a producir”

Entrevistas/25 Junio 2020/Autor: Daniel Sánchez Caballero/eldiariolaeducacion.com

atedrática en Psicología Evolutiva de la Educación en la Universidad Autónoma de Madrid, Elena Martín ve en el cierre de las escuelas y las lecciones aprendidas durante estos meses una oportunidad para darle una vuelta al modelo educativo. “Esta pandemia nos da la oportunidad de hacer la innovación que ya sabíamos que teníamos que hacer, solo que ahora lo hemos visto más claro”, reflexiona. Martín cree que no hay que dramatizar excesivamente sobre los meses de clases presenciales perdidos (“casi nada es irreversible en Educación”), pero sí aprovechar, todos, para hacer una reflexión, desde el Ministerio hasta las familias, sobre los procesos de enseñanza-aprendizaje. Una reflexión activa y dirigida, especifica. Si no, no pasará. Hablamos con esta experta sobre cómo ha afectado el confinamiento a los más pequeños y qué lecciones podemos sacar de la situación excepcional que hemos vivido estos meses.

¿Cómo afecta a los más pequeños estar seis meses sin pisar un colegio?

Creo que debemos ser prudentes y saber que no lo sabemos. No se puede hacer afirmaciones categóricas. Hay estudios interesantes y que dicen algunas cosas, por ejemplo, el de Bonal sobre las desigualdades. Bonal explica cómo se ha puesto de manifiesto la desigualdad, de manera que no podemos afirmar que para todos ha supuesto lo mismo. Para unos ha significado más dificultades que para otros en esta etapa. Una dificultad que tiene que ver con el nivel sociocultural en el acceso a trabajar online. Pero no solo eso, la dificultad de seguir las clases es más obvia. El nivel sociocultural de la familia marca diferencias significativas respecto a las horas que han estado conectados, el tipo de extraescolares o no que han mantenido… Es decir, lo que ya sabíamos: no es solo lo socioeconómico, también lo sociocultural (se medía el nivel de estudios de la madre) es una variable que influye muchísimo en el aprovechamiento educativo de los hijos.

¿Es irreversible lo que se ha perdido estos meses?

Más allá de lo que los estudios, ahora más coyunturales, han puesto de manifiesto, desde la psicología del desarrollo se pueden resolver algunas cuestiones. Lo que sabemos es que la plasticidad del aprendizaje del alumnado apunta siempre a que casi nada es irreversible. No ha pasado nada que un alumno no pueda retomar. Es importante señalar esto, porque hay algunos titulares de “La generación de la Covid-19”, como si fueran a estar negativamente marcados. No hay nada irreversible, pero tenemos que saber que si se han producido algunos desfases en aprendizajes concretos deberemos compensarlo. También sabemos que lo que sí ha pasado es que estas circunstancias han puesto de manifiesto que la escuela es fundamental. Es importante destacarlo porque había voces que decían –con datos detrás– que había otros escenarios educativos que estaban empezando a cobrar importancia. Y es cierto, pero eso no niega que sin escuela hay determinados aprendizajes, determinados aspectos del desarrollo que no se van a producir. Uno aprende a hablar fuera de la escuela, pero no a leer y escribir fuera de ella. Y la alfabetización cambia la mente. Hay partes del desarrollo garantizadas por vivir en sociedad, por la crianza, pero también hay determinados aspectos que solo se aprenden porque hay una instrucción intencional y creo que esto se ha puesto de manifiesto ahora. La escuela tiene una función epistémica. Es decir, la escuela coge la realidad y la trae para hacerla objeto de reflexión. En la escuela no se cocina para comer, se cocina porque al cocinar entendemos la química, las cantidades, que necesitamos el comercio… Esta función epistémica en la que no hacemos cosas para resolver problemas sino para entender el mundo y por qué actuamos como actuamos es absolutamente peculiar y es la función que justifica que tengamos que obligar a los alumnos a ir a la escuela, porque es un derecho. De no hacerlo estamos socavando la igualdad de oportunidades. Y eso convierte en deber para la sociedad ofrecer la escuela con igualdad de oportunidades para todos.

Uno aprende a hablar fuera de la escuela, pero no a leer y escribir fuera de ella. Y la alfabetización cambia la mente

¿Qué hemos aprendido a nivel educativo durante el confinamiento?

Además de que la escuela es imprescindible, también hemos aprendido algunas cosas específicas del alumnado. Lo que tenemos que hacer es utilizarlo para dos grandes metas: en unos casos para compensar, pero en otros para aprovechar lo que hemos visto de distinto. Se está destacando en exceso la idea de que hay alumnos vulnerables que necesitan ser compensados. También hemos descubierto que son capaces de aprender de otra manera, hemos descubierto competencias que desconocíamos de ellos, la importancia de lo emocional… Hemos de aprovechar lo aprendido sobre cómo aprenden nuestros alumnos para no volver a enseñarles igual, sino enseñarles mejor.

Hemos aprendido –ya lo sabíamos, pero ahora se ha visto de manifiesto– que los alumnos son distintos y hay que atender a la diversidad. Hemos tenido que hacer tutorías diferenciadas para cada uno. Eso, que parecía imposible y que no lo hacíamos porque teníamos todo el grupo delante, hemos podido comprobar que hay que hacerlo de manera diferenciada. La atención a la diversidad no es solo para alumnos con discapacidad. Todo ser humano es diferente de otro y aprende de manera distinta. Está comprobado, y tiene consecuencias para el futuro esenciales. Hay que reforzar la acción tutorial (los centros lo están haciendo ya), quién necesita que reforcemos y quién está al nivel que queríamos para empezar. Esta atención individualizada es fundamental, y hemos aprendido además que las TIC nos pueden ayudar no para grabar clases, justo para lo contrario: para individualizar la enseñanza.

También hemos descubierto la importancia de lo emocional. Todos los profesores hemos comprobado que lo que les estaba pasando a los alumnos estaba influyendo en su aprendizaje, aunque tampoco hacía falta una pandemia para entender que el estado emocional del alumnado siempre influye en su aprendizaje.

Hemos aprendido que un alumno ahora nos parece otro alumno. Hemos descubierto cosas de ellos que el aula tradicional no permitía ver. He oído a muchos docentes sorprenderse por lo bien que se organizaba algún alumno por sí solo. Claro, no se veía porque se le daba todo organizado, pero ahora se ha visto quién podía y quién no. Esta es una idea esencial. Las personas no somos, estamos. Una misma persona puede comportarse de maneras distintas en distintos contextos. Un alumno en una clase de Lengua puede no estar motivado, pero lo ves en un taller de teatro hablar, escribir… Y ahora hemos visto a los alumnos en distintos contextos, que se les ha ocurrido hacer tareas que la escuela nunca plantea, pero que ellos en un contexto más abierto, con su familia o con otros medios de aprendizaje, han aprendido. Necesitamos actividades más abiertas, no tan academicistas, y que alumnos con distintos estilos encuentren espacios para aprender de otras maneras.

También hemos aprendido la importancia de las familias. Un alumno es diverso entre otras cosas por la familia que tiene. No podemos mandarle los mismos deberes. Contaremos con un apoyo que hay que exprimir al máximo y no poner topes al aprendizaje. Hay que saber que el contexto familiar es una fuente de recursos. A veces de ausencia de recursos también, pero tenemos que actuar con cada uno dependiendo de las familias. La familia también nos ha conocido mejor a nosotros, han visto la escuela de manera más descarnada y se han dado cuenta de lo terriblemente aburridas que son algunas de las tareas que se encargan. Puede servir esto para colaborar más con las familias también.

Hemos de aprovechar lo aprendido sobre cómo aprenden nuestros alumnos para no volver a enseñarles igual, sino enseñarles mejor

¿Cómo sacar provecho de estos aprendizajes?

Todas estas cosas no se van a convertir por sí mismas en aprendizajes a no ser que nosotros reflexionemos sobre ellas. Esto tiene una doble función: los docentes deben reflexionar sobre esto para adaptar su enseñanza a una mejor enseñanza. No podemos seguir enseñando igual que antes porque hemos tenido oportunidad de aprender nuevos elementos que siempre han estado en el aprendizaje, aunque no los veíamos. Pero es igualmente importante hacer reflexionar al alumnado sobre lo que ha pasado estos meses con su forma de aprender. Se dice, y yo lo comparto, que la competencia por excelencia que la escuela debe enseñar es “aprender a aprender”. Debemos garantizar que al acabar la etapa obligatoria toda persona va a ser capaz de seguir aprendiendo. Para que alguien pueda aprender a aprender tiene que haber reflexionado sobre qué es aprender y sobre cómo es él o ella como aprendiz. Por eso enseñar a aprender a aprender no es solo que los alumnos aprendan a aprender, también que piensen cómo aprenden. Ahora los alumnos han tenido experiencias reales de aprender de otra manera. La gente dice: “La escuela tiene que hacer aprendizajes con actividades auténticas”. Pues toma autenticidad. Ahora han tenido que aprender con actividades en casa, cosas nuevas. Muchos niños han hecho cosas de música en sus balcones o les han escrito a sus abuelos. Eso es autenticidad. Pero tienen que darse cuenta de que al hacer eso igual han aprendido mejor. Han visto que servía para algo, que los demás les felicitaban… Se han sentido competentes para hacer cosas que antes no hacían. Yo he hablado con padres que me decían que sus hijos no se consideraban grandes estudiantes en la escuela, pero se han leído no sé cuantos libros durante la pandemia o han escrito cosas para sus amigas. La oportunidad ahora es hacer actividades que les lleven a ellos a tomar conciencia de cómo han aprendido, cómo se han sentido al aprender así, cómo se han sentido al ver que lo que en la escuela no les motiva pero en su casa, de otra manera, sí. Esta reflexión es esencial para aprender a aprender. Esto se tiene que programar –los docentes proponemos momentos en septiembre que les permitan, planificada e intencionalmente, reflexionar– .

El problema es que luego los profesores apenas dan para sacar las clases adelante, igual no les da tiempo a dedicar ratos a reflexionar. ¿Crees que se aprovecharán estas enseñanzas?

Lo urgente no debe comerse lo importante. Es comprensible que ahora las urgencias estén en imaginarse al menos cómo va a ser la vuelta desde el punto de vista de la organización de ratios, espacios, calendario… Pero espero y confío –y creo que la ministra es consciente– en que el Ministerio tenga una responsabilidad de crear una línea de discurso. Esta es la tarea desde el punto de vista educativo. Cuando se da dinero para programas de cooperación territorial se puede marcar la finalidad [algo que finalmente no ha pasado con los 2.000 millones de euros del fondos europeos para la Educación]. El Ministerio tendría la responsabilidad de marcar y aunar el discurso a las comunidades, pero luego estas deben seguirlo. La siguiente pieza son los equipos directivos. Yo estoy trabajando con algunos y noto claramente la diferencia entre quién está solo en “voy a usar el gimnasio” –que hay que estar en esto–, y quien además está pensando en aprovechar la ocasión para empezar a trabajar por ámbitos y no por materias, empezar con la docencia compartida, un plan de acción tutorial… Alguien que ha recuperado parte de este discurso. En los planes que se les pide a los centros para comienzo de curso, además de estas medidas sanitarias, ratios, etc. debe haber un proyecto que haga hincapié en las líneas pedagógicas que van a seguir.

Has mencionado las tutorías antes, la oportunidad para darles una vuelta. ¿Son una herramienta a la que se podría sacar más partido, quizá individualizarlas?

El seguimiento de la acción tutorial tiene por una parte la exigencia de que cuando se esté en clase enseñando se utilicen unas metodología ajustadas (por ejemplo, si están trabajando en grupos voy pasando para ver qué necesita cada uno). Pero, además de este ajuste durante el proceso de enseñanza-aprendizaje, tenemos horas de acción tutorial. Lo que pasa es que no siempre se utilizan bien. Hay que trabajar esta idea de cómo vamos, cómo aprendemos. Hay centros con tutorías individualizadas, aunque es difícil meterlo en horarios. Además está la idea de montar un PROA en el que luego por la tarde o en los recreos pueda atender de manera más individualizada a alumnos con niveles de aprendizaje distintos… Son espacios de individualización. A veces las familias han venido haciendo este acompañamiento, pero otras no. Hay muchas maneras de individualizar. Estos planes de los que hablamos, desde metodologías más individualizadas a programas más individualizados. La tutoría individual sería maravillosa.

Fuente e imagen tomadas de: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/06/22/la-escuela-es-fundamental-sin-ella-hay-determinados-aprendizajes-que-no-se-van-a-producir/

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Pueblos indígenas, sus vivencias frente al coronavirus/México

América/México/ 24/06/2020/Autor y Fuente: UNAM Global

La pandemia de COVID-19 aumentó las distintas problemáticas que los pueblos indígenas de América Latina han enfrentado históricamente, tales como la desigualdad en sistemas de salud, educación y economía, principalmente.

Así lo manifestaron especialistas de Guatemala, Chile, Colombia y Argentina durante la conferencia Lecciones para los pueblos a partir de la pandemia, organizada por la Red de Comunicación Indígena Internacional (RCCI), Servindi y el programa PUIC de la UNAM. Aquí un resumen de sus participaciones.

Por Comisión Universitaria para la Atención de la Emergencia – UNAM

22 de junio, 2020.- Para Abadio Green Stocel, de la Organización Nacional Indígena de Colombia, la pandemia lleva a reflexionar sobre qué tipo de educación es mejor construir a partir de estos momentos, ya que el sistema educativo que hoy permea en los Estados es racista, machista e individualista.

En su opinión, una transformación educativa podría incorporar conocimientos milenarios y el valor de lo colectivo.

Andrea Ixchíu, periodista y activista de Guatemala, compartió el caso del pueblo de Totonicapán, en donde ella nació y ha vivido. Ahí han encontrado sus propias formas de organización, de distribución de alimentos y de cuidado durante esta pandemia.

Destacó que las autoridades indígenas del lugar colocaron cercos comunitarios propios para evitar contagios y garantizar la propia seguridad de los habitantes del lugar.

También buscaron formas de organizar mercados comunales, estableciendo días específicos para ellos, se ha impulsado la creación de desinfectantes biodegradables y maneras de mantener vivas sus formas sociales de organización, así como el cuidado y la protección de los bosques comunitarios.

José Aylwin Oyarzúnlicenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales en la Universidad de Chile, relató que en su país la pandemia está afectando seriamente a distintos sectores de la sociedad y con particular fuerza a los pueblos indígenas.

“Las 10 comunas más pobres de Santiago de Chile son las que concentran, por un lado, los mayores niveles de contagio y, por otro lado, entre el 10 y el 20% de población indígena, entonces, hay una correlación entre pobreza, desplazamiento e impacto de la  COVID.”

Nilo Cayuqueo, Werken, mensajero actual de la Comunidad Mapuche La Azotea, comentó que en Argentina se vive una política extractivista a través de la cual se promueve la explotación de recursos naturales como petróleo, gas y la minería en comunidades donde viven los pueblos indígenas. “En medio de esa violenta arremetida se produce la llegada del coronavirus.”

Dijo que los pueblos indígenas han tenido que migrar a Buenos Aires; viven en villas de miseria y en estos lugares el virus se propaga por el hacinamiento, la falta de agua y otras condiciones adversas.

“El COVID-19 no se detiene y es impredecible lo que ocurrirá en el futuro, los pueblos originarios y gran parte de la sociedad en Argentina están tomando conciencia contra todo ese tipo de injusticias».

«El pueblo no quiere volver a la normalidad y seguir siendo oprimido, explotado y ninguneado, nos hemos echado a andar para construir una nueva sociedad basada en el equilibrio y armonía con la naturaleza, las distintas culturas y todas las vidas que están en este planeta.” finalizó.

Este material se comparte con autorización de UNAM Global

Fuente e imagen: https://desinformemonos.org/pueblos-indigenas-sus-vivencias-frente-al-coronavirus/

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Bendable: una nueva plataforma de lifelong learning

Por: Paola Estrada Villafuerte

El Instituto Drucker anunció el lanzamiento de Bendable, la nueva plataforma curadora de cursos en línea dirigidos a la comunidad de South Bend, Indiana.

La biblioteca pública del Condado de St. Joseph, Indiana, EE. UU., en conjunto con el Instituto Drucker de la Universidad de Graduados de Claremont, lanzó Bendable, un nuevo sistema de lifelong learning.

Este tipo de aprendizaje promueve la búsqueda del conocimiento de manera efectiva y voluntaria. Se cursa a la par y posteriormente de los grados académicos. Además, están dirigidos a cualquier rango de edad y rama educativa. Esto, con el objetivo de mejorar el “desarrollo personal continuo y motivación del estudiante”, explica Sofía García-Bullé.

Bendable, adopta las mejores características de este sistema educativo y ofrece una plataforma dirigida a los residentes de South Bend que les permite adquirir nuevas habilidades en distintas áreas de aprendizaje, desde codificación o finanzas personales hasta la filmación cinematográfica.

Bendable.

Bendable.

“Las oportunidades económicas cada vez mayores, así como la dignidad, dependen del aprendizaje a lo largo de la vida. Bendable es un sistema que hace que los tipos de aprendizaje más relevantes sean radicalmente accesibles para todos los residentes de una ciudad. A medida que lo lanzamos, nuestro objetivo final es forjar una «ciudad de aprendizaje permanente», haciendo que South Bend sea más resistente frente a una economía que cambia rápidamente, y ahora, COVID-19″. Así menciona Rick Wartzman, jefe del Centro KH Moon del Instituto Drucker. Este instituto planea establecer esta misma plataforma en más de diez ciudades en los próximos cinco años.

“Nuestro objetivo final es forjar una ciudad de aprendizaje permanente”.

Así, fomentando el desarrollo de la fuerza laboral en lugares con ciudadanos necesitados de fuentes de aprendizaje útiles para nuevas oportunidades de trabajo. Pero la plataforma no se enfoca solamente en habilidades para el trabajo. «Muchos de los recursos en Bendable están orientados a aprender para trabajar. Pero otros están orientados a ayudar a las personas a mejorar su vida cotidiana y la de su familia. Y algunos son simplemente divertidos», dijo Sarah Zaner, directora senior de lifelong learning del Instituto Drucker.”

Bendable no produce fuentes de educación en sí, sino que se dedica a seleccionar minuciosamente cursos –tanto presenciales como en línea y en su mayoría gratuitos– para brindar un catálogo definido en cada área. Así, los usuarios pueden seleccionar con una mayor seguridad el tipo de lecciones a las que desean suscribirse. El sistema brinda más de 1000 opciones de recursos de aprendizaje de 18 distintos socios de contenido, entre los que se encuentran Cell-Ed, edX, Ivy Tech, Khan Academy y Venues Parks & Arts, por mencionar algunos.

«Hemos tratado de crear un ecosistema de aprendizaje que tenga amplitud y profundidad reales, sin dejar de asegurarnos de que todo lo que se ofrece se adapte específicamente a las necesidades e intereses de una comunidad en particular», explica Sarah Zaner, directora de lifelong learning del Instituto.

El impulso de esta plataforma, significaría una capacitación significativa para muchos trabajadores de bajos salarios en búsqueda de mejores empleos. Además de la resignificación de comunidades como fuentes de aprendizaje para cualquiera interesado en expandir sus conocimientos. Una cultura de aprendizaje permanente impulsa la resiliencia para una comunidad, una economía y un individuo”, dijo Lex Dennis, de South Bend, director de lifelong learning en Drucker para South Bend Tribune.  Por su parte, Kathy Crimmins, directora de desarrollo cultural de General Stamping Metalworks, dijo que este sistema también podría ser de gran utilidad para aquellas empresas que deseen ofrecer cursos de equivalencia en estudios básicos para sus empleados.

Fuente e Imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/bendable-plataforma-lifelong-learning

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Brasil: Aloizio Mercadante, exministro de Educación: “En más de un año y medio, Bolsonaro deja tierra arrasada en educación”

Redacción: Nodal

Entrevista a Aloizio Mercadante, exministro de Educación, presidente de la Fundación Perseu Abramo y miembro fundador del Grupo de Puebla

El 18 de junio de 2020 el ministro de Educación de Brasil Abraham Weintraub renunció a su cargo 14 meses después de su asunción tras una serie de cuestionamientos, críticas y polémicas que le valieron un entrecruce diplomático con China. Una de sus últimas acciones fue revocar la cuota que incentivaba la inclusión de la población negra, indígena y discapacitada en cursos de formación de posgrado. Esta medida, reconocida en América Latina y el Caribe por la inclusión que significó, fue creada en 2012 durante la presidencia de Dilma Rousseff con Aloizio Mercadante como ministro de Educación.

NODAL dialogó con el exministro y miembro fundador del Grupo de Puebla para conocer en profundidad las consecuencias de la medida adoptada por el gobierno de Jair Bolsonaro.

¿Qué implica la decisión adoptada por Abraham Weintraub antes de su salida del Ministerio de Educación?

El gobierno de Bolsonaro vuelve a demostrar su total falta de compromiso para combatir las históricas desigualdades raciales y la discriminación que afectan al pueblo brasileño. Esta vez, a la luz tenue de su trágica administración en el Ministerio de Educación, Abraham Weintraub revocó una ordenanza que regulaba la creación de Comisiones para alentar la inclusión de negros, indígenas y personas con discapacidad en programas de posgrado (maestría, maestría profesional y doctorado) de instituciones federales de educación superior, respetando su autonomía.

Ni siquiera el éxito inequívoco de la política de cuotas, aprobada durante mi mandato como Ministro de Educación en 2012, precedida por un largo debate en el Congreso Nacional y aprobada por el Tribunal Federal Supremo, pudo convencer al oscurantismo bolsonarista de que las políticas afirmativas son fundamentales para superar nuestro triste pasado de discriminación y exclusión educativa.

¿Cuál era el objetivo de la política fijada durante el gobierno de Dilma Rousseff?

La política de cuotas ataca dos dimensiones fundamentales del problema: la desigualdad social y el racismo, ya que la política prevé un recorte en el ingreso y el acceso, favorecido por los negros y los indígenas, proporcional a sus pesos demográficos de la raza en cada unidad de la federación.

La ordenanza que continuó esta política en la escuela de posgrado, ahora revocada por Bolsonaro, también se firmó en mi administración, en 2016, y se lanzó el 13 de mayo de ese mismo año, como un gesto simbólico de la lucha por la igualdad racial y lucha contra el racismo. Fue la política de cuotas, lograda después de superar la fuerte resistencia de la élite conservadora en el Senado Federal y la prensa, lo que nos permitió aumentar la presencia de negros en un 267% en la educación superior en nuestros gobiernos. En 2018, la primera vez en la historia, el número de estudiantes negros superó al de blancos en las universidades públicas brasileñas.

Sectores conservadores alegaban que la inclusión de negros, indígenas y personas con discapacidad disminuiría la calidad académica. ¿Cuál es el rol del Ministerio de Educación y las universidades públicas respecto a las minorías existentes en Brasil?

Contrariamente a lo que alegan los críticos de las cuotas, la inclusión de negros, indígenas, pobres y, en este caso, también personas con discapacidad no comprometió la calidad. La investigación académica apunta al excelente desempeño de los estudiantes beneficiados por la política de cuotas. La inclusión por cuotas no comprometió la excelencia de los cursos, pero terminó un largo ciclo elitista y abrió nuevas oportunidades para los estudiantes de secundaria públicos, y con esta ordenanza también en el ámbito de la postgrado, quienes nunca tuvieron la oportunidad de ingresar a la enseñanza de educación superior o acceso a cursos de posgrado, que han tenido una expansión extraordinaria en los gobiernos del PT. La fortaleza de la política de cuotas adquiere aún más relevancia cuando observamos que el 35% de los graduados, que participaron en Enade en 2015, fueron los primeros en la familia en recibir un diploma de educación superior, un profundo cambio intergeneracional. Desafortunadamente, esta trayectoria de éxito en nuestras universidades, que también evolucionó en la escuela de posgrado, fue interrumpida por el gobierno de Bolsonaro.

En más de un año y medio de gobierno, Bolsonaro deja una tierra realmente devastada en la educación. Pero estoy seguro de que, después de que la pandemia disminuya, toda esta demanda reprimida contra Bolsonaro saldrá a las calles con toda su fuerza, en un movimiento amplio, plural y democrático contra todo este revés que existe.

Fuente: https://www.nodal.am/2020/06/brasil-aloizio-mercadante-exministro-de-educacion-en-mas-de-un-ano-y-medio-bolsonaro-deja-tierra-arrasada-en-educacion/

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Urge transformar el sistema educativo, “porque la humanidad se está suicidando”: Enrique Dussel

El académico, filósofo, historiador y teólogo Enrique Dussel Ambrosini propuso al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) una transformación en el sistema educativo que contemple el pensamiento crítico, la ecología y la desconolonización de la educación, “porque la humanidad se está suicidando”.

Ante 3 mil 274 sindicalistas de todo el país, enlazados vía internet, Dussel Ambrosini, reconocido a nivel internacional como uno de los fundadores de la Filosofía de la Liberación Latinoamericana, invitó al magisterio a aprovechar las oportunidades generadas por la pandemia de covid-19 para cambiar de fondo la educación de niños y jóvenes, a fin de llevarlos de una habilidad memorística a una creadora.

Ante 3 mil 274 sindicalistas de todo el país, enlazados vía internet, Dussel Ambrosini, reconocido a nivel internacional como uno de los fundadores de la Filosofía de la Liberación Latinoamericana, invitó al magisterio a aprovechar las oportunidades generadas por la pandemia de covid-19 para cambiar de fondo la educación de niños y jóvenes, a fin de llevarlos de una habilidad memorística a una creadora.

La segunda ruta, añadió el especialista, es la necesidad de hacer de la ecología una ciencia principal. “No es la física ni la matemática la ciencia fundamental. La ciencia fundamental hoy, y lo estamos viviendo, es la ciencia que nos permita la sobrevivencia en la tierra, porque la humanidad se está suicidando y hay que empezar a enseñar desde el primer grado que la vida es sagrada y la estamos destruyendo y hay que saberla preservar”.

Dussel aseveró que lo económico y lo tecnológico están destruyendo las condiciones que permiten la reproducción de la vida e impiden la reproducción, porque empiezan a mermar la capacidad de la tierra y la energía para vivir. “La fecha de extinción del Homosapiens está fijada”.

La tercera ruta, añadió, es la conveniencia de terminar con el eurocentrismo en la educación.

“En todos los países latinoamericanos, sean de derecha, de izquierda o de centro, se sigue siendo eurocéntrico. Sería una gran oportunidad para México plantear un nuevo esquema de comprensión histórico, geográfico, matemático, literario, que parta de otra visiñon de la historia y del mundo: cambiar el currículum y descolonizar”.

Se debe aprovechar la oportunidad de cambiar el sistema educativo en sus contenidos, no sólo en cómo se nombra a los maestros o cómo funcionan los poderes, cómo se evalúa, qué enseñan y cómo lo enseñan, explicó.

Al inaugurar el ciclo de conservatorios y seminarios que inició el SNTE para sus dirigentes nacionales y seccionales, el secretario general del SNTE,

Alfonso Cepeda Salas, indició: “El objetivo es fortalecer la capacidad de análisis y reflexión de la dirigencia sindical, en torno a los retos que impondrá a los mexicanos, en particular a los trabajadores de la educación; un nuevo tiempo en la realidad educativa, sindical, laboral, social y económica”.

Durante dos semanas, Cepeda Salas se reunirá de manera virtual con los dirigentes para continuar con los webinarios sobre economía, sociedad, trabajo y sindicalismo.

“Uno de los retos para los educadores, después de la pandemia de covid-19, es generar la capacidad de ayudar desde las escuelas, institutos de ciencia, tecnología, cultura e historia, así como universidades, a formar un hombre nuevo, apto para transformar la realidad y capaz de construir un mundo con igualdad y bienestar. Hemos tenido una lección de lo que tiene que ser la educación en el futuro. Ya nada será igual”, finalizó.

Fuente. https://www.proceso.com.mx/634038/urge-transformar-el-sistema-educativo-porque-la-humanidad-se-esta-suicidando-enrique-dussel

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España: Gobierno y comunidades comprarán medio millón de ordenadores y tabletas para los colegios

Europa/España/18 Junio 2020/elpais.com

Se trata de un programa distinto del fondo de 2.000 millones para la vuelta a las aulas que el Ejecutivo dará a las comunidades, de los que 400 irán a las universidades

La ministra de Educación, Isabel Celaá, ha anunciado este martes un programa específico de 260 millones de euros para la distribución de 500.000 dispositivos electrónicos para cerrar la brecha digital en el sistema educativo. Los ordenadores y tabletas tendrán acceso a Internet y serán entregados a los centros públicos, que serán los dueños de los mismos y a su vez los prestarán a los estudiantes que los necesiten. El objetivo, ha declarado Celaá en la conferencia de prensa posterior al Consejo de Ministros, es que “todo el alumnado tenga el acceso garantizado”, a diferencia de los problemas de desconexión que se han puesto de manifiesto durante este periodo de cierre escolar, en el que prácticamente la única forma de enseñanza ha sido a distancia. El Ejecutivo también ha aprobado, en paralelo, ayudas para las universidades.

El programa de digitalización de las escuelas tiene una dotación total de 260 millones de euros. De ellos, 190 los pondrá el Gobierno, a través de la empresa pública Red.es, y el resto, 70 millones, deberán aportarlo las comunidades que se adhieran. Los territorios podrán utilizar para ello parte del dinero que reciban del fondo de 2.000 millones que el Gobierno se ha aprobado este martes, en una decisión aparte, transferir a las autonomías (y que se distribuirá en función de la población escolar). Los dispositivos electrónicos irán solo a centros públicos porque la práctica totalidad de la partida de Red.es procede de fondos Feder, que según indican fuentes del Ejecutivo solo pueden ir a colegios e institutos de titularidad pública.

La ministra de Educación, Isabel Celaá, este martes tras el Consejo de Ministros. En vídeo, Celaá anuncia la movilización de 260 millones de euros para la digitalización de las aulas. EP | QUALITY

11% del alumnado

Las cifras ofrecidas por Celaá en la conferencia de prensa posterior al Consejo de Ministros supone que cada ordenador o tableta costará, incluyendo la conexión a Internet que lleve aparejado, 520 euros. Su número representa el 9,7% de los 5,5 millones de alumnos de la enseñanza pública preuniversitaria. Pero si se toman solo los estudiantes de Educación Primaria, ESO, Bachillerato y Formación Profesional, que serán sus desinatarios naturales, el porcentaje cubierto con el nuevo programa se eleva al 11,6%.

No existe un censo claro de cuántos alumnos han sufrido la desconexión durante el cierre escolar. Las comunidades autónomas han ofrecido datos difícilmente conciliables, basados en sondeos o en la información que les han proporcionado los centros. Los porcentajes de alumnos desconectados declarados por las comunidades han oscilado, por ejemplo, entre el 2,5% de Castilla-La Mancha, el 2,9% de Andalucía, el 3% de Murcia, el 4,5% de Cataluña y el 10% de Navarra. El Ministerio de Educación ha señalado este martes que, según la edición de 2018 del informe PISA, el 9% de los alumnos no dispone de ningún ordenador en su casa.

La Fundación Cotec, especializada en innovación, advirtió en abril de la gran desigualdad social aparejada a la brecha digital. Si se divide a los hogares con alumnos preuniversitarios en cuatro grupos según su nivel de renta, el 14% de los más pobres no tienen ningún ordenador en casa y el 44% solo uno. En el siguiente grupo dichos porcentejes alcanzan el 4% y el 33% respectivamente. Las diferencias también son pronunciadas en función de la titularidad de la red. “Los centros públicos atienden de manera mayoritaria a los alumnos de entornos socioeconómicos más vulnerables”, señala el documento titulado Covid-19 y Educación, problemas, respuestas y escenarios, escrito por Ainara Zubillaga y Lucas Gortázar.

Padres teletrabajando

Leticia Cardenal, presidenta de la federación de asociaciones de padres mayoritaria en la pública, Ceapa, subraya, además, que en un escenario de confinamiento como el que se ha vivido y puede repetirse, tener un ordenador o incluso dos en un hogar con frecuencia no es una garantía. «Si en una casa viven cuatro o cinco personas y los padres teletrabajan, siguen faltando ordenadores», afirma Cardenal.

Las comunidades han puesto en marcha planes para repartir tabletas y tarjetas de datos para paliar la falta de acceso a la enseñanza online que los hechos demuestran que no han solucionado del todo el problema. Hace dos meses y medio, Kiko Romero, estudiante de segundo de bachillerato en un instituto público de Madrid, contaba en este periódico que estaba siguiendo la docencia a través del móvil, y este martes seguía igual. “No he tenido ordenador ni wifi para preparar la selectividad, lo he estado haciendo todo con el teléfono. Al final te haces a ello, pero es complicado. Ha habido clases en las que te subían la nota por ver vídeos y no he podido verlos, y tampoco he seguido las clases online porque no me llegaban los datos”, dice. Romero ha descartado estudiar Medicina porque no cree que vaya a tener suficiente nota. En las últimas semanas de estado de alarma ha pasado de pensar en hacer Enfermería a decantarse por Psicología.

Paquete para las universidades

El Gobierno ha aprobado también un paquete de 400 millones de ayuda para el comienzo de curso en las 50 universidades públicas españolas (48 imparten grados). De esta forma el Ejecutivo quiere paliar las necesidades de las universidades derivadas de la crisis provocada por la covid-19. Es decir, tal y como se afirmó en el documento de recomendaciones para el próximo curso del Ejecutivo, que se destinen fondos a mejorar las plataformas informáticas, acondicionar los espacios para mantener el metro y medio de separación interpersonal o formar a los profesores sin preparación para impartir las clases a distancia. Estos 400 millones son el 20% del fondo adicional para fines educativos que el Gobierno va a entregar a las comunidades para el inicio del curso, que asciende a 2.000 millones.

Los 400 millones se distribuirán entre las autonomías en función de la población de 17 a 24 años de cada comunidad en 2019, según las cifras del Padrón de 2019. Manuel Ortega, secretario de Universidades de UGT, se felicita de la partida pero cree que el reparto va a haber discusión: “Se van a quejar universidades receptoras de muchos estudiantes de fuera, como pueden ser las de Madrid, Salamanca o Granada, que salen mal paradas”.

Ramón Caballero Klink, de CSIF, también se alegra de la dotación que no esperaba porque al anunciarse los 2.000 milllones para educación nadie precisó que una parte serían para Universidad. Pero, como el secretario de UGT, remarca que el principal problema es la sobrecarga que pueden padecer las plantillas. “Un profesor de Medicina no se puede desdoblar para dar las prácticas si va a haber grupos más pequeños”.

En una nota la conferencia de rectores (CRUE) ha valorado positivamente la dotación, porque les “ayudara a que los procesos de adecuación que tengamos que poner en marcha en nuestros centros se realicen con rapidez y a que el impacto sobre la comunidad universitaria, especialmente sobre el estudiantado más vulnerable, sea mínimo”. Por eso reclaman a las administraciones que agilicen la ejecución y eviten “trámites burocráticos que ralenticen un proceso que debe ponerse en marcha cuanto antes”.

Rearmarse

La pandemia cogió con el pie cambiado a las universidades públicas muy volcadas tradicionalmente en la enseñanza presencial y el ministerio reconoció en sus instrucciones del 10 de junio que la mudanza lectiva al remoto había “interferido en el normal desarrollo de la actividad universitaria”. Por eso, los rectores, los sindicatos y los estudiantes han insistido mucho en la necesidad de rearmarse. “Dicha estrategia implica una mejora del equipamiento informático y redes telemáticas de las universidades, una capacitación del profesorado en el uso de la comunicación digital y una ayuda de la Administración universitaria para la conectividad adecuada del conjunto del estudiantado, de forma que ningún estudiante sea discriminado por la persistencia de la brecha digital”. La CRUE estimó, tras hacer una encuesta, que 36.000 universitarios no tenían dispositivos o conexión para seguir las clases que de un día a otro se mudaron a online.

Si no hay rebrote, la mayoría de las clases magistrales se impartirán online -dependerá del espacio del que disponga cada centro- y la parte de prácticas y seminarios pisando el campus. Castells, profesor en excedencia de la telemática Universitat Oberta de Catalunya, considera que se necesita una “estrategia de digitalización reforzada del sistema universitario”, no solo para la pandemia sino para “flexibilizar las modalidades de enseñanza”. Pero los rectores, una vez pasado el pánico inicial del confinamiento que les llevó a focalizarse en la enseñanza remota, se muestran cada vez más partidarios de la presencialidad que desaira el ministro.

Fuente: https://elpais.com/educacion/2020-06-16/el-gobierno-destina-262-millones-a-la-compra-de-500000-ordenadores-y-tabletas-para-los-colegios.html

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Que nadie se quede atrás: dificultades en los márgenes del sistema

Por: Pablo Gutiérrez del Álamo

La pandemia se ha cebado con quienes más complicado lo tienen en general. Falta de dispositivos, poca conectividad, familias en la cuerda floja o situaciones personales muy duras, se mezclan en los márgenes del sistema educativo, en las sombras de lo «ordinario». Hablamos de aulas de enlace, de centros de inserción laboral o de escuelas de segunda oportunidad.

A las pocas semanas del decreto del estado de alarma pareció que buena parte de la sociedad se diera cuenta de que había una brecha digital importante en el país. La ministra, Isabel Celaá la cifraba, según los datos del INE, en torno al 10 o 12 % del alumnado. Quienes no tenían dispositivos electrónicos que facilitasen o, siquiera, permitiesen la continuidad de la enseñanza a distancia.

Pero este porcentaje es solo una media, no entiende de matices. Y en no pocas ocasiones, puede suponer, en realidad, el 80 o el 90 % de la población de un centro educativo.

La pandemia ha hecho saltar las costuras del sistema. Unas costuras que quedaban tapadas con la educación presencial que, en mayor o menor medida, podía hacer frente de un modo más eficaz a lo que subyace a la brecha digital, que es la social, la económica, la cultural.

Y estas costuras pueden verse más abiertas y rotas precisamente en los márgenes del sistema. Aquello que no es lo ordinario y cotidiano, a veces forma parte de la enseñanza obligatoria; en otros casos, la postobligatoria.

Hemos hablado con dos personas que trabajan en la Comunidad de Madrid. Ninguna quiere que se den demasiados datos identificativos para así evitar posibles problemas con la Administración educativa. Una de estas personas, a la que llamaremos Juan, trabaja en lo que se conoce como un ACE, es decir, un aula de compensación educativa. Están diseñadas para escolarizar a chicas y chicos de 15 años, en sus últimos meses de educación obligatoria.

Son lugares en los que se mezcla la enseñanza de materias troncales, como lengua o matemáticas, adaptadas a sus necesidades y sus conocimientos, junto a otras enseñanzas de ‘taller’, relacionadas con ciclos formativos. Estas también son muy iniciales y pretenden abrir una posible vía para continuar la escolarización en la FP. El perfil del alumnado es variado, pero comparte situaciones familiares, socioeconómicas y educativas complejas. Son las personas que el sistema ordinario centrifuga. Como la Administración está obligada a su permanencia en un centro educativo, van a un ACE.

La otra persona, llamémosla Elvira, trabaja en una UFIL, unidad de formación e inserción laboral. Entre su público se encuentran personas que pueden venir de un ACE, pero no solo. También hay jóvenes mayores de edad, migrantes recién llegados, personas peticionarias de protección internacional, chicas y chicos que no sabían muy bien dónde ir y acabaron en una… Tantas realidades como personas. Hacen también clases de materias troncales y buena parte del resto, talleres: jardinería, fontanería, peluquería, carpintería…

Para salvar la situación han tenido, como casi todo el mundo, que hacer de todo. Utilizar sus teléfonos móviles para comunicarse por WhatsApp con su alumnado, imprimirles las tareas y llevárselas a casa en las semanas de mayor confinamiento (ahora chicas y chicos pueden acercarse al centro para recoger este material)… Han tenido que buscar donaciones particulares para ceder tablets a algún alumno… De la Comunidad de Madrid, nos dice una de estas personas, solo han recibido medidas imprecisas relacionadas, además, con alumnado de bachillerato.

Sin dispositivos, sin cercanía

«Han perdido la cercanía», nos dice Juan. El contacto y la socialización con sus compañeros y con docentes que les escuchan y les atienden. Elvira, dice, cree que este punto, precisamente, es el que ha conseguido que no ocurriese lo que ella temió al principio: que se descolgasen muchos chicos estas semanas atrás. Dice que está sorprendida porque se han mantenido las cifras de continuidad con los estudios.

Casi en la otra punta del país, en Cataluña, está Begonya Gasch. Ella, además de ser vicepresidenta de la Asociación de Escuelas de Segunda Oportunidad (centros privados que realizan una labor muy similar a la de las UFIL de Madrid), es la directora de una de estas escuelas, El Llindar.

A las dificultades habituales de todos los centros educativos, Gasch le añade el hecho de que el trabajo que hacen en El Llindar, y en todos los de la asociación, no está reconocido como una parte del sistema educativo. Se manejan vía subvención por proyectos (ni siquiera es un concierto educativo), de manera que están mirados con lupa cada vez que han de justificar. Han pasado algunas semanas complicadas, de hecho, viendo cómo justificar el trabajo que han estado manteniendo también estas semanas.

Unos días que han pasado de manera similiar: maximizar los contactos con chicas y chicos para que nadie se quedase atrás, búsqueda de donaciones para equipar a su alumnado con algunos dispositivos más allá del teléfono móvil. «Trabajamos con (las consejerías de) Educación y Empleo y no hemos recibido indicaciones ni material».

Para Begonya Gasch «se han roto las costuras» pero, a su modo de ver, «no se trata de poner parches, se trata de hacer un traje nuevo». A esto se suma la brecha digital y de conectividad. En El Llindar han dedicado mucho esfuerzo a conocer las necesidades técnicas materiales del alumnado y las familias. Un trabajo que les ha llevado bastante tiempo, porque lo que ella considera como mínimos, no lo son para su alumnado. «Un ordenador, hoy, no es un instrumento de trabajo para muchos de nuestros jóvenes y tenemos que ver qué pasa ahí». Y aunque han conseguido patrocinios empresariales para dar conectividad a 50 de sus alumnos, así como donaciones de equipos informáticos, para ella lo más importante no es esto. «Sin el vínculo, sobre todo con estos chicos que se han desenganchado y que el sistema centrifuga sistemáticamente» no se alcanzan los objetivos, por mucha tecnología que se ponga entre medias.

«Solo tres alumnos tienen conexión a Internet en casa», dice Juan. Esto es lo que les obligó a trabajar con WhatsApp. Para haccerlo, adaptaron algunos materiales «y nos envían fotos de lo que van haciendo». En el ACE en el que trabaja han intentado adaptar el contenido de las materias troncales (de ámbito, se denominan), realizando pequeños proyectos interdisciplinares. Han repasado mucho lo aprendido en los dos primeros trimestres.

Elvira relata situaciones similares: «Chicos que no tienen recursos técnicos, problemas de dispositivos, que comparten el teléfono con sus padres, con problemas de conexión o que no tienen ni casa». Y, si tienes suerte y tienes acceso a tecnología «no tienen suficiente autonomía» como para hacer el trabajo desde casa con normalidad. Ella tiene claro que cuando no hay presencialidad, al menos con cierto alumnado, «se desmoralizan, se decepcionan, se deprimen y abandonan».

Begonya Gasch también destaca esto. «No todo es la conectividad, por muy importante que sea». Si lo es «el vínculo, sobre todo con estos chicos que se han desenganchado y que el sistema centrifuga sistemáticamente». A lo que se suma, comenta, «la poca autonomía». Asegura que el «universo simbólico» de su alumnado en relación a las tecnologías «es muy reducido: con Instagram y WhatsApp tienen suficiente». En El Llindar han hecho clases por Instagram e, incluso, «patios virtuales por el móvil».

También han hecho muchas videollamadas. Asegura Juan que lo emocional ha sido una constante en sus comunicaciones, en ambas direcciones. «Es prioritario para nosotros; el acompañamiento es parte del éxito del ACE».

Curiosamente, o no tanto, el confinamiento y la obligación de comunicarse mediante WhatsApp ha supuesto un mayor acercamiento con las familias del alumnado. «No tener que hablar directamente con el personal del centro ha podido ser una ventaja».

Dónde queda la práctica

Y a las dificultades de llevar el material educativo hasta el alumnado, principalmente de la materias «teóricas», se suma la brecha cuando han de acceder a conocimientos técnicos, manuales. Los que, en buena medida, les abrirían la puerta a seguir estudiando y a conseguir una cierta seguridad en su inserción en el mundo del trabajo.

En algunos casos, como pueden ser los estudios de peluquería o cocina, han conseguido solventar, mal que bien, la situación a base de tutoriales de Internet. Han intentado también dar alguna clase a distancia pero «no es lo mismo», asegura Elvira. «Lo que necesitan es venir», asegura. «Esa es la excusa (de este tipo de centros) y eso es lo que se han perdido».

A la dificultad de llevar las enseñanzas prácticas al entorno de la casa se suma el hecho de que en mayo, por ejemplo, desde la UFIL se hacen visitas a centros de formación profesional para que el alumnado vaya pensando qué hacer cuando le toque salir. Y, comenta Gasch desde El Llindar, también está la pérdida de las prácticas que hacían con empresas dado el confinamiento.

También cree que a pesar de estas dificultades, no ha decaido el número de chicas y chicos que han estado conectados a las «clases» porque, dice, «puede que consideren las tareas como un mecanismo de estar en contacto con gente que les hace caso y les atiende».

Todo un logro teniendo en cuenta que el alumnado que ven cada año tiene unas circunstancias, en general, muy complicadas. A las que, este fin de curso, se ha sumado una buena cantidad de ERTE y las dificultades para conseguir pagar los básicos. De hecho, desde El Llindar, una de las cosas que han estado haciendo, ha sido preparar comidas para sus alumnos. Han duplicado el número de servicios este tiempo.

Próxmo curso

«Prefiero no pensarlo», confiesa Juan. Su centro no puede cumplir con las medidas de distancia social impuestas desde el Ministerio de Sanidad. No tienen espacios suficientes y sí más alumnos de los que cabrían.

Igual está Elvira. Hablamos con ella antes de que las administraciones educativas estatales y autonómicas determinasen que en vez de 2 metros de distancia de seguridad entre alumnos, se bajaría a 1,5. Peor. «El tema de los 2 metros no lo veo, nada. No quiero ni pensarlo», asegura, para decir que se centrará más en terminar el curso de la mejor manera posible. Pero ya no solo por su centro, sino en todas las etapas, especialmente, dice, en primaria. «No hay sitio, ni recursos humanos y los niños son niños. De infantil hasta la adolescencia, son etapas de mucho contacto físico, emocional… no quiero ni pernsarlo».

En El Llindar, cuenta Gasch, que están trabajando una colaboración con la UOC (la universidad a distancia catalana) para crear contenidos y metodologías online de cara a un inicio de curso en el que se pudiera combinar los presencial con lo a distancia.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/06/16/que-nadie-se-quede-atras-dificultades-en-los-margenes-del-sistema

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