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Entrevista a Javier Tourón: «No podemos coartar la curiosidad de los alumnos»

13 abril 2017/Fuente: webdelmaestrocmf

JAVIER TOURÓN: NO PODEMOS COARTAR LA CURIOSIDAD DE LOS ALUMNOS

Recientemente ha sido distinguido con el premio European Talent Support Networking Award por su labor de cooperación en el desarrollo del talento. Es una cualidad codiciada…

Todos podemos tener talento si desarrollamos correctamente nuestras capacidades. Todos los niños y niñas tienen capacidad para ser buenos en algo, si bien es verdad que no todos tenemos el mismo grado de capacidad. Lo importante es atender las necesidades de cada individuo para desarrollar todo su potencial reforzando a aquellos que tengan necesidades especiales.

¿El talento no es algo innato?

En absoluto. La capacidad puede ser innata pero es necesario trabajar, esforzarse y sacar rendimiento de esta cualidad para que haya talento. Cuando no se desarrollan estas capacidades aparece la frustración y el fracaso.

La frustración es un mal que acecha las aulas. ¿Cómo gestionarla?

Lo ideal sería no llegar a ese estado. Detectar altas capacidades (y, por lo tanto, desarrollar talentos) es fácil si queremos hacerlo. El problema es que la escuela no está orientada a ello. Si continuamos como hasta ahora quedarán muchos talentos por desarrollar fomentando así la frustración y el desapego de los niños y niñas que necesitan una atención especial.  A día de hoy cuando a un alumno le cuesta resolver un problema de matemáticas, se detecta su necesidad y se refuerza. Sin embargo nadie se plantea proponer a los alumnos ejercicios complicados a propósito para descubrir si alguno de ellos es capaz de resolverlos por capacidades propias. Sería interesante realizar este tipo de ejercicios.

¿Deberíamos evaluar a todos los alumnos para detectar altas capacidades?

Todos los centros deberían sistematizar pruebas periódicas para evaluar el potencial de todos los alumnos para conocer las necesidades específicas de cada uno. Es algo más complejo que etiquetar a unos y otros, algo que, por cierto, deberíamos desterrar: El objetivo es que el sistema educativo se adapte a los alumnos y no al revés como sucede ahora.

Para desarrollar todos los talentos potenciales la escuela debería…

Darse la vuelta como un calcetín. La competencia debería primar sobre la edad y la estructura de los cursos académicos como la entendemos ahora debería desaparecer. Las escuelas de hoy en día son centros de enseñanza cuando deberían ser de aprendizaje.

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¿Cómo formularía usted este sistema educativo?

Yo creo en los planes personalizados, en el aprendizaje adaptativo. Cada alumno tiene su ritmo y no se puede forzar ni a unos a ir más rápido ni a otros a ir más lento, porque de esta forma fracasan unos y otros. El alumno debe gobernar sobre su aprendizaje porque los profesores no podemos aprender por ellos. El aprendizaje es algo radicalmente personal.

¿Y qué papel le queda al profesor?

El más importante, el de guía. En un centro con aprendizaje adaptativo las paredes de las aulas deberían desaparecer, los niños deberían interrelacionar materias y conocimientos y desarrollar el trabajo en equipo. El profesor se convierte en un mentor que señala el mejor camino para cada alumno estimulando el desarrollo de sus capacidades de forma individual.

¿Cómo participaría el profesor en este aprendizaje?

Enseñando al alumno a encontrar la información que necesita y que quiere conocer, enseñarle a valorarla y a sintetizarla. No podemos coartar la curiosidad de los alumnos como ha sucedido hasta ahora, que hemos estado limitados por los conocimientos ofrecidos por un libro de texto. El profesor debe estimular a cada alumno a desarrollar sus intereses y su capacidad para brillar en el área que él desee.

¿Debemos otorgar entonces un mayor grado de autonomía a nuestros alumnos?

Los niños y niñas deben dominar una serie de competencias básicas, pero a partir de aquí debemos permitir que cada uno tenga su propio itinerario. Los alumnos avanzarán en función de sus propias necesidades. La educación es un proceso de desarrollo personal y hay que habilitar carriles que permitan ir a cada uno a su velocidad.

¿Las TIC pueden ser una buena herramienta para ello?

Las TIC son la clave de esta vuelta de calcetín. A través de ellas se puede trabajar sobre un mismo tema a diferentes ritmos y niveles, es la esencia de la enseñanza adaptativa. Poder proponer a unos alumnos un tipo de trabajo y otro distinto a otros compañeros es la clave de esta adaptación del sistema que no implica en ningún caso separar físicamente a los niños y niñas como sí pasa ahora en muchas aulas de nuestras escuelas. Muchos profesores ya utilizan las TIC en este sentido, pero aún hay profesionales que sencillamente han sustituido el papel por el soporte digital, sin explotar el potencial que tienen las nuevas herramientas.

¿Cómo cree que las plataformas educativas como Tiching pueden ayudar a mejorar la educación?

Son fundamentales para encontrar materiales adecuados a cada niño y a cada necesidad. Es una pieza clave en la enseñanza adaptativa y la personalización del aprendizaje. Además su estructura facilita el trabajo a quien busca material ya que está todo clasificado y valorado por otros profesionales.

Y en cuestión de notas… ¿evaluamos a nuestros alumnos de acuerdo a sus capacidades?

No, porque el sistema está pensado para que todos los alumnos adquieran las mismas competencias al mismo tiempo, lo que implica condenarlos a limitar su desarrollo personal. El rendimiento de las personas debería equipararse a su potencial. Ser el primero de la clase pero estar rindiendo al 10% de tu capacidad es un puro fracaso. Debemos transmitir a nuestros alumnos un mensaje muy claro: nadie es nada, todos estamos en proceso de ser.

Fuente:http://webdelmaestrocmf.com/portal/no-podemos-coartar-la-curiosidad-de-los-alumnos/

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Venezuela rumbo a la batalla virtual

Venezuela/13 abril 2017/Fuente: Ultimas Noticias

El plan de financiamiento que se traduce en la dotación de herramientas para los comunicadores digitales, quienes conformarán la Universidad de las Telecomunicaciones y la Informática (Uneti) “se encuentra en evaluación y será discutido aproximadamente en una semana” con el fin de dar celeridad a la batalla digital.

Informó, Hugbel Roa, Ministro del Poder Popular para Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología (Mppeuct), durante el desarrollo de una reunión con los movimientos de comunicadores digitales del país que se realizó  en la sede del organismo.

Precisó que esta nueva casa de estudios, la cual será inaugurada este 20 de abril por el presidente de la República Nicolás Maduro, tiene como objetivo utilizar las tecnologías para el fortalecimiento del Primer Objetivo Histórico del Plan de la Patria 2013-2019, orientado hacia “la defensa del bien más preciado, como lo es, la independencia nacional”.

Una vez que la Uneti abra sus puertas, se dará inicio al Registro Nacional de Comunicadores Digitales con miras a levantar una base de datos “para saber con cuántos de estos batalladores virtuales cuenta la nación”, indicó Roa, quien designó para esta labor al coordinador nacional de la Misión Robinson Digital, Pablo Guzmán.

América Latina en red contra la canalla mediática

La migración de todos los entes del Estado a la plataforma de software libre, así como la masificación de estrategias comunicacionales que permitan dar la batalla virtual contra la denominada guerra de Quinta Generación, son algunos de los pasos fundamentales para la concreción a futuro de la Plataforma Comunicacional de América Latina “que tendrá como objetivo crear nexos políticos, culturales y sociales entre los pueblos para la defensa del proceso revolucionario que se gesta en el Sur”.

Manifestó Yraida Natera, miembro de las Mesas Técnicas de Telecomunicaciones de Los Teques, estado  Miranda, quien refirió que “con la obtención de esta meta, ya no tendríamos que preocuparnos por las matrices de opinión provenientes de una comunicación globalizada, plegada  a los intereses del imperio norteamericano”.

Fuente:http://www.ultimasnoticias.com.ve/noticias/comunidad/educacion/venezuela-rumbo-la-batalla-virtual/

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Utilizamos solo el 10% del cerebro y otras falsas creencias en educación

Por: Ana Torres Menárguez

Expertos en neurodidáctica desmontan algunas concepciones erróneas relacionadas con el aprendizaje.

En los últimos años la neurodidáctica, que estudia cómo aprende el cerebro, está transformando la educación. El gran avance es que gracias a las máquinas de neuroimagen se puede ver la actividad cerebral mientras se realizan tareas y así detectar cuáles con los métodos de aprendizaje más eficaces. Pero esta revolución conlleva un peligro: la mala interpretación por parte de los educadores de algunos hallazgos científicos. “Se conocen como neuromitos y el problema es que algunos centros educativos están basando sus nuevas pedagogías en estas falsas creencias”, explica Anna Forés, profesora de la facultad de Educación de la Universidad de Barcelona y coautora del libro Neuromitos en educación (Plataforma Editorial).

Forés junto a un grupo de médicos, genetistas, psicológos y pedagogos es la impulsora de los dos másteres en Neurodidáctica de la Universidad Rey Juan Carlos y de la UB, lanzados en los útimos dos años. En 2015 algunos de ellos decidieron investigar los 12 neuromitos más extendidos entre la comunidad educativa y reunirlos en una publicación. “Nuestro objetivo es desmontar esas creencias con datos reales obtenidos en investigaciones neurocientíficas”, cuenta Forés, que cree que la desesperación de los centros por cambiar la forma de enseñanza les lleva a implantar métodos que no están probados.

“La educación necesita aire fresco porque las pedagogías de los últimos cincuenta años ya no funcionan, pero hay que llevar cuidado”, apunta. Estas son tres de las falsas creencias que se recogen en el libro:

– Aprendemos mejor cuando recibimos la información acorde con nuestro estilo de aprendizaje: visual, auditivo o cenestésico (falso). Howard Gardner, psicólogo y profesor de la Universidad de Harvard, revolucionó el mundo de la educación con su teoría de las inteligencias múltiples. Fue el primero en proponer que existen ocho tipos de inteligencias (lingüística, lógico-matemática, cinético-corporal, musical, espacial, naturalista, interpersonal e intrapersonal), independientes entre sí, y que cada persona destaca en el manejo de una o de varias. “Supuso un gran avance porque desde ese momento se dejó de clasificar a los niños como listos o tontos; si no se te dan bien las matemáticas no eres menos inteligente que los demás”, indica Anna Forés.

Sin embargo, más allá de esa teoría, algunos centros educativos, explica Forés, comenzaron a diseñar nuevas metodologías centradas en explotar las habilidades que por naturaleza se nos dan bien: la visual, la auditiva o la cenestésica -relacionada con los movimientos corporales-. “Se dio por hecho que los alumnos visuales aprenden mejor con mapas o vídeos, los auditivos con podcast o debates y que los cenestésicos necesitan manipular objetos”, apunta en el libro Jesús Guillén, profesor de la UB y autor del blog Escuela con cerebro.

Según el estudio Learning styles: concepts and evidences, publicado en 2008 por el investigador de la Universidad de California Harold Pasher, dentro de la “abundante” literatura sobre estilos de aprendizaje solo tres estudios utilizaron un diseño experimental adecuado y de ninguno de ellos se puede deducir que la enseñanza basada en estilos de aprendizaje sea beneficiosa. “El funcionamiento natural del cerebro, que mantiene conectadas diversas regiones en permanente actividad, imposibilita que nos centremos en una única modalidad sensorial”, señalan en el libro.

Una muestra de lo arraigada que está esa creencia en el entorno escolar es una encuesta en la que se preguntó a 932 profesores de Reino Unido, Holanda, Turquía, Grecia y China si creían que las personas aprenden mejor cuando reciben la información en su estilo de aprendizaje preferido. El 95,8% de ellos respondió que sí. “Según las últimas investigaciones en neurociencia sobre la plasticidad cerebral, facilitamos el aprendizaje cuando los materiales curriculares se presentan en múltiples modalidades sensoriales”, apunta Guillén.

– Utilizamos solo el 10% de nuestro cerebro (falso). “La neurociencia ha demostrado que en la realización de tareas utilizamos el 100% de nuestro cerebro”, apuntan en el libro José Ramón Gamo, neuropsicólogo infantil y director del Máster en Neurodidáctica de la Universidad Rey Juan Carlos, y Carme Trinidad, profesora de la Universidad Autónoma de Barcelona. “Tecnologías como la resonancia magnética han aportado luz en cuanto a los niveles de activación cerebral y han demostrado que solo cuando se ha sufrido una lesión cerebral y esta provoca daños graves se observan áreas del cerebro inactivas”, destacan. También se ha demostrado que incluso cuando dormimos todas las partes de nuestro cerebro presentan algún nivel de actividad.

En un intento por identificar el origen de esa creencia (la de que solo utilizamos el 10% de nuestro cerebro) los autores se refieren a la afirmación del profesor de Harvard William James, que a principios del siglo XX defendía que solo usamos una pequeña parte de nuestros recursos mentales y físicos. También a “malas interpretaciones” de algunos estudios neurocientíficos de finales del siglo XIX y principios de XX. Según explican, en uno de ellos se afirmaba que solo el 10% de las neuronas están “encendidas” en determinados momentos y en otro que solo se habían podido mapear un 10% de las funciones cerebrales.

– Escuchar la música de Mozart nos hace más inteligentes y mejora nuestro aprendizaje (falso). Es una experiencia contrastada que la formación musical comporta un mayor rendimiento cognitivo: el aprendizaje de un instrumento desarrolla la audición, la motricidad, la intuición y el razonamiento espaciotemporal. Ahora bien, “de ahí a afirmar que la audición de una pieza de música clásica, y en particular de Mozart, puede hacer que el niño sea más inteligente al aumentar alguna de sus funciones ejecutivas -capacidades relacionadas con la gestión de las emociones, la atención y la memoria que permiten planificar y tomar decisiones adecuadas- y que por ello alcance un mayor dominio de las asignaturas como la lengua y las matemáticas hay una notable diferencia”, explica en el libro Félix Pardo, profesor del Posgrado de Neuroeducación de la Universidad de Barcelona.

La consagración del efecto Mozart pareció llegar con el artículo Musical and spatial task performance, publicado en Nature en 1993 y realizado por investigadores del Centro de Neurobiología del Aprendizaje y la Memoria de la Universidad de California. Tras un experimento de cinco días con estudiantes de secundaria, sugirieron que escuchar a Mozart “organiza la actividad de las neuronas en la corteza cerebral, reforzando los procesos creativos y la concentración”. Sus conclusiones fueron malinterpretadas y simplificadas por políticos estadounidenses y por parte de la comunidad educativa, remarcan en el libro Neuromitos en educación. En 1998 el gobierno del estado de Florida aprobó una ley que emplazaba a las guarderías públicas a escuchar al menos una hora de música clásica al día y ese mismo año diferentes escuelas públicas del país informaron de mejoras en la atención y en el rendimiento académico por el hecho de poner música clásica de fondo en sus clases.

Mozart se colocó en las listas de superventas. Una de las autoras del artículo Musical and spatial task performance manifestó su malestar por el marketing comercial y político en torno a su estudio y recalcó que no existía ninguna evidencia de que la audición de Mozart incrementara el coeficiente de inteligencia.

Investigadores de la facultad de Psicología de la Universidad de Viena analizaron en 2010 40 investigaciones publicadas sobre el efecto Mozart, con cerca de 3.000 participantes, y concluyeron que no se habían encontrado mejoras significativas en las habilidades cognitivas de los expuestos a la música de Mozart, así como ninguna mejora en el coeficiente de inteligencia. «No hay ninguna duda: escuchar a Mozart no te hace más inteligente», zanja Félix Pardo.

Fuente: http://economia.elpais.com/economia/2017/04/07/actualidad/1491560365_856557.html

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Cientos de migrantes vendidos como esclavos en África

África/13 abril 2017/Fuente: notimundo

Cientos de migrantes jóvenes de África son vendidos como esclavos en mercados de Libia por redes de contrabandistas.

Informaron varios testigos y declaraciones de defensores de derechos humanos a la Organización Internacional para las migraciones (OIM).

La OIM detalló que el precio de los migrantes oscila entre 200 y 500 dólares y que en su mayoría proceden de Nigeria, Senegal y Gambia. Además, la organización indicó que el comercio de seres humanos se ha incrementado el último año en Libia.

“Una vez adquirido, se entrega el migrante al comprador y queda bajo su responsabilidad. Muchos de ellos logran escapar, pero otros son sometidos a esclavitud u obligados a realizar trabajos forzosos”, dijo el jefe de la misión de la OIM en Libia, Othman Belbesi.

Belbesi señaló que los hombres son generalmente obligados a trabajar en los sectores de construcción y agricultura, mientras que las mujeres y niñas son esclavas sexuales. Además, indicó que, en algunos casos, los compradores piden a las familias de esas personas que les paguen rescate para su liberación.

Belbesi recordó que, en su ruta hacia Europa, los migrantes se encuentran con numerosos obstáculos, como la captación por redes de contrabandistas, falta de empleo, detenciones arbitrarias y recursos muy limitados.

Fuente: https://www.notimundo.com.mx/mundo/migrantes-vendidos-esclavos-africa/

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Cebollas y Educación.

Por: Juan Manuel Parrado.

La vida en la sociedad está compuesta de capas, de envoltorios que determinan nuestra convivencia, como si de una cebolla se tratara. Y al igual que las cebollas, esas capas pueden ser  profundas y cercanas a la esencia interna, o exteriores y prescindibles pero visualmente llamativas.

Una vez establecida la analogía, vayamos de compras. Hoy tengo intención de comprar una cebolla española. Me da igual que sea una cebolla de la Mancha que una de Fuentes de Ebro, que ni pica ni repite (tampoco pretendo crear un conflicto autonómico). Lo importante es que sea una cebolla de mi tierra, española. Todos compramos la cebolla por el aspecto exterior, aunque nunca estamos seguros de si al quitar las primeras capas nos la vamos a encontrar pocha o podrida, es un riesgo que tendré que asumir.

Antes incluso de salir de casa, me voy encontrando las primeras capas. Los mismos titulares de los informativos matinales me las muestran: “La corrupción escala siete puntos en la lista de preocupación de los españoles», “La justicia investiga si ocho pacientes murieron por los recortes en Cataluña», “Investigado un entrenador de fútbol de Granada por supuesta extorsión sexual a menores”, “Insultos tabernarios en el Congreso”. “Se pide en el Congreso suprimir el delito de enaltecimiento del terrorismo”, “Una mujer mata a su hija de 18 meses y se suicida” o “Brutal pelea de padres en un partido de infantiles”

Un momento, por favor, detengan el mundo. ¿A qué supermercado he ido? ¿De dónde han salido estas cebollas? Ya, ya entiendo lo que pasa. Estos periódicos tienen tendencia a la exageración y el sensacionalismo, prefiero obviar esa capa exterior de la cebolla y pasar a otra capa un poquito más profunda. Mejor salgo a la calle y lo veo por mí mismo.

Nada más arrancar el automóvil y ponerme en marcha, del vehículo que va delante me cae en el parabrisas el papel de una chocolatina que han tirado por la ventanilla. No pasa nada, yo a lo mío. Mientras circulo me cruzo con un conductor con la vista a medio camino entre su móvil y la carretera, otra conductora que habla alegremente con el auricular pegado a la oreja, una camioneta de reparto que invade el carril contrario para evitar una banda sonora para no “dañar” la suspensión, y cinco motocicletas que me sobrepasan en un intento por ver quién corre más de las cinco con el casco menos abrochado.

Tranquilo, yo sigo tranquilo, igual de tranquilo que un peatón que cruza estando el semáforo en rojo y que las dos señoras que no han respetado el ceda el paso de la rotonda. Voy a aparcar y, oh sorpresa, en el aparcamiento público un vehículo ha aparcado justo en medio de dos plazas, totalmente centrado sobre la línea de separación de ambas plazas. Normal, me digo, seguramente no quiere que le rayen el coche, y seguramente no lo ha aparcado en línea porque el coche de delante tenía una bola de remolque (aunque apostaría a que no ha usado nunca un remolque).

Se me están quitando las ganas de comprar nuestras cebollas patrias, pero para no ser injusto con la caprichosa distribución de las capas, decido seguir recabando experiencias para mi compra. Nada más tomar esa vital decisión, el caballero (o tal vez señor) que va delante de mí toma impulso y suelta un desagradable escupitajo en la acera. Bueno, la mucosidad primaveral es impredecible. Seguramente la mujer que está con un cigarro en la mano fumando discreta e impunemente en la puerta del colegio esperando a que salga su retoño, no tiene esos problemas de mucosidad, ni tampoco problemas de respeto a las normas. Menos mal que he quitado la vista a tiempo de su cigarrillo para no pisar un fresco excremento canino (¿se dice así?) que había en medio de la acera.

Justo cuando empiezo a pensar que las cebollas están sobrevaloradas y que tal vez debiera pensar en comprar champiñones, otra señora a lo lejos va con sus dos perritos adorables, defecan en la vía pública, saca una bolsita y recoge los regalos que habían dejado. No puedo dejar pasar esa ocasión, me acerco corriendo hasta ella, y con una emoción y solemnidad totalmente fuera de lugar le tiendo la mano y le expreso mi más sincera enhorabuena por hacer lo que ha hecho. Ella, evidentemente, me mira como si estuviera loco en el pleno convencimiento de que no ha hecho nada extraordinario. Pero no puedo remediarlo, al césar lo que es del césar.

Probablemente debiera seguir escudriñando más capas hasta agotar toda la cebolla, pero creo que he obtenido una evidencia suficiente para mi reflexión y mi decisión de compra.

Al pensar sobre los grandes temas que a todos nos preocupan, como la violencia en todas sus formas, la corrupción, o incluso los delitos más despreciables a menudo desembocamos en un análisis mucho más cercano. En ese análisis llegamos hasta los valores y la educación de la personas, como individuos y como parte de una comunidad. No podemos entender los grandes problemas si antes no entendemos qué es lo que falla en el sistema de valores de las personas, y aquí es donde reside el verdadero problema.

En esta búsqueda por las cebollas, ¿qué ha fallado? ¿Por qué he acabado recelando de lo que veo, por qué incluso he llegado a pensar que nos merecemos lo que nos pasa, que nos buscamos nosotros mismos nuestros propios problemas? Ha fallado el proceso de elaboración, preparar la tierra, elegir la semilla regar suficientemente, elegir el abono adecuado y recoger y conservar el producto. La cebolla defectuosa es como es no porque no pueda ser de otra forma, sino porque el sistema que debía garantizar su correcto desarrollo no ha funcionado. Y los valores que hoy vemos por doquier son los que son porque nuestro agricultor no ha hecho su trabajo. Efectivamente, hablo del sistema educativo.

La afirmación de que la educación es esencial en la sociedad no es una afirmación gratuita, ni fruto de una corrección política. Es un hecho. Tenemos los problemas que tenemos porque el sistema educativo falla a todos los niveles. Falla desde el momento en que no existen criterios uniformes que garanticen un desarrollo y una formación homogénea en todo el país, sino que cada región o autonomía tiene su propio sistema. Falla desde el momento en que no se garantiza la independencia ideológica de ese sistema educativo, sino que está a merced del signo político que lo desarrolla. Falla desde el momento en que intenta formar personas con conocimientos, y no personas con capacidades y criterios para desarrollar sus propias competencias. Falla desde el momento que intenta proporcionar peces en vez de enseñar a pescar. Falla desde el momento en que se gestionan mal los recursos del sistema educativo. Falla desde el momento en que no se seleccionan y forman adecuadamente todos los profesionales de la educación. Falla desde el momento en que no se destinan los recursos que son necesarios. Y sobre todo, falla desde el momento en que no existe un acuerdo de todos para hacer las cosas bien.

Y ahora la pregunta más inquietante. Si no conocemos a nadie que piense que la educación no es el elemento más importante para el desarrollo y la supervivencia de nuestra sociedad, si todos pensamos que la educación es la respuesta a la mayoría de nuestros males, ¿POR QUÉ NO EXISTE UN GRAN PACTO PARA LA EDUCACIÓN EN NUESTRO PAÍS?

No hay una respuesta lógica, y las pocas explicaciones que se me ocurren suenan indecentes. El estamento político actual tiene una preocupación mayor que la educación, que no es otra que su propia supervivencia, su propio posicionamiento político e ideológico. Necesitan diferenciarse de su adversario, necesitan mostrar que defienden sus propios ideales y nada, absolutamente nada justifica que sus votantes pudieran pensar que tienen algo en común con sus adversarios. Eso es lo que impide un gran pacto por la educación, sólo eso.

Ante este sinsentido, ¿qué podemos hacer? Debemos exigir, debemos protestar, debemos hacer ver la importancia de lo que estamos manejando. Es frecuente encontrar huelgas convocadas por asociaciones, por sindicatos, por partidos de la oposición… pero suelen incidir en aspectos ideológicos, anecdóticos o incluso demagógicos. Que si abajo los deberes, que si deroguemos una ley educativa porque la hizo un partido que no nos gusta, que si abajo los recortes,… Todas esas protestas son instrumentales, no inciden en el verdadero problema o lo atacan parcialmente. No decimos lo único que de verdad tiene sentido: “señores, es hora de que se sienten, de que consulten a los verdaderos expertos en educación y en que entre todos consensúe por mayoría, o incluso mejor, por unanimidad, un sistema educativo nacional estable y fiable, que no cambie cada legislatura y que garantice la educación de todos los ciudadanos, no sólo del que pueda pagarla”. Como es habitual, nos perdemos en los detalles y olvidamos el objetivo. Me da miedo pensar que eso ocurre como consecuencia lógica de mi análisis, es decir, que nuestra educación recibida no nos ha preparado para mucho más.

O nuestros agricultores (nuestros políticos, por favor, que no se me soliviante nadie) se asocian y crean un gran acuerdo para tener un certificado de calidad para la producción futura de verduras y hortalizas o ya sabemos lo que toca: cultivar nuestro propio huerto en casa o pasarnos a la carne, que tampoco es mala opción. En cualquier caso, ¿quién nos iba a decir que el futuro de nuestros hijos iba a estar en las cebollas?

Fuente:

http://www.ceutaactualidad.com/opinion/juan-manuel-parrado/cebollas-y-educacion/20170407180237040136.html

Imagen:

http://3.bp.blogspot.com/-dly-uouZZXc/Upj5QP3NoKI/AAAAAAABJak/MnqGWvJnQ_w/s1600/Cebolla+%25284%2529.jpg

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Elefantes blancos: La estafa social de las escuelas del milenio

Rosa María Torres

Analizo aquí el modelo de las Unidades Educativas del Milenio (UEM) implementado en el Ecuador durante el gobierno de Rafael Correa (2007-2017). Repaso la polémica generada por los calificativos  «elefantes blancos» y «mamotretos» aplicados respectivamente por el candidato presidencial Lenin Moreno (exvicepresidente de Correa) y el candidato presidencial Paco Moncayo, de la Izquierda Democrática, durante la reciente campaña electoral (febrero-abril 2017). Remito a materiales diversos (documentales, reportajes de visitas, testimonios, artículos) que muestran la validez de esas percepciones. Concluyo afirmando que el modelo UEM es conceptual y operativamente inadecuado como estrategia para avanzar con una educación rural pertinente y de calidad en el Ecuador, sintonizada con los principios del Sumak Kawsay (Buen Vivir), y que ha resultado en un fraude social para la sociedad ecuatoriana, creando una serie de espejismos.

Las Unidades Educativas del Milenio (UEM)
Las Unidades Educativas del Milenio (UEM) han sido un proyecto emblemático de la ‘revolución educativa’ impulsada en el gobierno de Rafael Correa (2007-2017).

Foto: Ministerio de Educación

La UEM se planteó como el nuevo modelo escolar para el Ecuador en el siglo 21. Construcciones nuevas que ofrecerían ‘educación completa’ – inicial, básica y bachillerato – en un solo plantel. En zonas rurales, idealmente, esto evitaría a las familias enviar a sus hijos a la ciudad para continuar la educación secundaria. La UEM abriría sus puertas a la comunidad local, la cual podría aprovechar sus instalaciones. Las UEM serían «el referente de la nueva educación pública en el país y un ejemplo para la región».

El ‘modelo UEM’ se propuso racionalizar las construcciones escolares en el territorio, fusionando a varias escuelas de los alrededores. Esto llevó al cierre de cientos de escuelas pequeñas – comunitarias, unidocentes, interculturales – sobre todo en zonas rurales (el Ministerio de Educación no ha dado a conocer un dato oficial de escuelas cerradas). Se ofreció transporte escolar a quienes viven a más de 3 kilómetros de la escuela.

La descripción de las UEM en el sitio del Ministerio afirma que «el diseño arquitectónico considera características etnográficas de su zona de influencia». Lo cierto es que el diseño es el mismo para todo el país, sin atención a diferencias geográficas, climáticas, sociales o culturales. Hay casos excepcionales en los que la UEM tiene peculiaridades arquitectónicas.

El Plan Decenal de Educación 2006-2015, dentro de la Política 5: Mejoramiento de la infraestructura en escuelas y colegios, propuso: «a) racionalización del recurso físico: cobertura, optimización y mayor utilización de la capacidad instalada; b) calidad de la infraestructura educativa: diseño (funcionalidad y estética), apropiadas tecnologías constructivas, mobiliario y apoyos tecnológicos; y c) infraestructura con identidad acorde a la región y rescatando la tecnología arquitectónica de los diferentes pueblos«. Este último punto se abandonó o nunca se tuvo en cuenta.

Breve cronología de las UEM (2008 – 2017)

– sep. 2008: Se inaugura la primera UEM en Zumbahua, provincia de Cotopaxi, en la sierra central. Se hablaba entonces de construir 23 UEM en el país.
– 2012: Se estandariza el modelo arquitectónico.
– 2013: A raíz de su reelección, Correa anuncia que generalizará el modelo UEM a todas las instituciones escolares del país.
– 2013: El Plan de Reordenamiento Territorial de la Oferta Educativa dice que optimizar la infraestructura educativa llevará a mejorar tanto cobertura como calidad. «Con el reordenamiento de la oferta educativa, en el 2017 tendremos 5.189 establecimientos educativos. De 19.000 pasaremos a 5.000», explica el ministro Augusto Espinosa.
– enero 2014: Correa afirma: «Ecuador requiere 5.000 Unidades Educativas del Milenio para atender la demanda», 900 de ellas de nueva construcción.
– 2014: Correa dice que se llegará al 2015 con 100 UEM y al 2017 con 600.
– 15 abril 2016: Hasta este momento (terremoto) se han construido 61 UEM, 53 están en construcción y 212 por construirse.
– 24 sep. 2016: «200 UEM estarán listas en 2017, con capacidad para 1.140 estudiantes por jornada». Correa en Enlace 494.
– 12 nov. 2016: «Esperamos cerrar La Década Ganada con 150 unidades del milenio». Correa en Enlace 500.
– 12 marzo 2017: El ministro Peñafiel asegura que a mayo de 2017 (fin del gobierno de Correa) se llegará con «cerca de 100 UEM». Enlace 515.
– 28 marzo 2017: Se inaugura la UEM número 77, Charles Darwin, en Saquisilí, provincia de Cotopaxi.
– 2 abril 2017: Segunda vuelta electoral entre el candidato oficialista Lenin Moreno y el candidato opositor Guillermo Lasso.

Lo cierto es que hasta enero 2017 se habían construido y estaban funcionando 70 UEM, las cuales llegaban a apenas el 2.4% de los estudiantes del sistema público en el país (86.592 estudiantes de un total de 3.491.923) y había 52 en construcción. En vísperas de la segunda vuelta electoral – 2 abril de 2017 – había 77 UEM en funcionamiento y 47 en construcción.

Según Correa (28 marzo 2017), en 2008 había en el Ecuador 19.000 escuelas y más de 2.6 millones de estudiantes, y gran parte de ellas eran escuelas unidocentes. En la actualidad existen 12.629 establecimientos y más de 3.5 millones de estudiantes.

Las UEM se ubican en zonas pobres y relegadas, a nivel urbano y rural. Trabajan en dos jornadas, matutina y vespertina, a fin de aprovechar al máximo las instalaciones y el equipamiento. Los estudiantes que asisten a la mañana reciben desayuno escolar, los que van a la tarde reciben almuerzo.

Hay UEM mayores y menores. Las mayores tienen 30 aulas (capacidad para 2.280 estudiantes, 1.140 por jornada) y las menores 15 (capacidad para 1.140 estudiantes, 570 por jornada). Todas tienen laboratorio de química, laboratorio informático, internet, laboratorio de idiomas, biblioteca, comedor, y canchas deportivas.

Las primeras UEM costaron entre 1 y 3 millones de dólares. Luego pasaron a convertirse en megaplanteles a un costo de 5 millones de dólares y más. El gobierno invirtió más de 300 millones en las 70 UEM construidas entre 2008 y 2016.

Unidad Siglo XXI. Foto: Agencia Andes

A partir de 2016 se empezó a construir las llamadas Unidades Educativas Siglo XXI, escuelas prefabricadas, a cargo de la empresa china China Railway, instalada en la provincia de Manabí. «Vimos que nos vamos a demorar muchísimo para completar la infraestructra docente requerida», explicó Correa. El contrato prevé construir 200 Unidades Siglo XXI, las cuales tendrán una capacidad para 1.140 estudiantes en dos jornadas. La vida útil de estas escuelas es de 30 años. Se ha reiterado que «tendrán la misma calidad que las Unidades Educativas del Milenio» y que «el costo de cada escuela será de menos de 1 millón de dólares, comparado con los 5 millones que cuestan las UEM». (El gobierno ecuatoriano ahora construirá Escuelas del Siglo XXI, El Comercio, 24 sep. 2016).

Elefantes blancos

A fines de octubre 2016, Lenin Moreno, exvicepresidente de Correa (2007-2012) y candidato oficialista a la presidencia en las elecciones de feb-abril 2017, llamó «elefantes blancos» a las Unidades del Milenio. Lo hizo durante un acto de campaña en el Segundo Encuentro con Concejales Urbanos y Rurales.
«Para que no volvamos a cometer el error de hacer elefantes blancos con el dinero que podríamos haber hecho 10 escuelas. Se ven muy bonitas, el Presidente lo ha dicho. Pero con el dinero que cuesta una escuela del milenio, podríamos haber hecho 10 escuelas». Las declaraciones de Moreno tomaron por sorpresa a todos y suscitaron conmoción nacional. Nadie del gobierno había cuestionado las UEM hasta ese momento.

Pancho Cajas

El primero en reaccionar fue el Ministro de Educación Augusto Espinosa, quien aseguró que las UEM no son ‘elefantes blancos’ sino ‘caballos de Troya contra la pobreza’. Dijo que las declaraciones de Moreno habían sido sacadas de contexto y que el problema del costo se resolvería con las Unidades Siglo XXI. Negó que Moreno hubiese defendido las escuelas pequeñas.

«Escuché las declaraciones de Lenin y él no habla de hacer escuelitas más pequeñas, porque sería terrible volver al pasado. Lo que habla es de que existen alternativas constructivas que sugieren menos costo. Eso son las Unidades Educativas Siglo XXI, que cuestan cinco veces menos que las Escuelas del Milenio». (Escuelas del Milenio: ¿elefantes blancos o caballos de Troya contra la pobreza?, El Comerico, 31 oct. 2016).

Días después (8 nov.), entrevistado por el programa «El Poder de la Palabra» de Ecuador Inmediato, Moreno amplió su posición sobre las UEM. El director del medio empezó preguntándole: «¿Estás asumiendo una posición crítica frente al gobierno para ser candidato contra la ‘revolución ciudadana’?». Moreno respondió: «No. Mira: la crítica es sana, tiene que ser constructiva». A la pregunta «A ver, ¿qué es lo que dijiste de las escuelas del milenio?», Moreno contestó:
“Yo dije exactamente que las Escuelas del Milenio, algunas – como lo ha dicho el Presidente también – tienen demasiado hierro y demasiado cemento, y que tienen cierto tipo de acondicionamientos como ascensores o rampas que prácticamente son innecesarias porque bastaría poner al alumno o al profesor en el piso de abajo.

No me opongo bajo ninguna circunstancia al concepto de escuelas de primer orden, de calidad; profesores preparados, escogidos y seleccionados mediante un sistema de contratación extraordinario y libre; laboratorios de química, de física, de anatomía, laboratorios de internet a los que puede inclusive acceder el público.

Mira la maravilla del concepto de Escuela del Milenio: alumnos bien preparados, alumnos con sus uniformes, con sus útiles, con la alimentación, patios adecuados, baños adecuados y limpios. Ese es el concepto de Escuelas del Milenio y eso es lo que se ha venido cumpliendo.

Lo que digo yo es que, a lo mejor, como se está haciendo ahora, con prefabricados construir dos o tres Escuelas del Milenio con el dinero que se hizo una. Eso, por una parte. Y por otra parte, la necesidad de multiplicar no solo las Escuelas del Milenio sino las escuelas pequeñas. Es importante, porque hacer Escuelas del Milenio por todo el país no lo vamos a poder hacer sino a un muy largo plazo. Mientras tanto debe seguir habiendo escuelas pequeñas, a lo mejor sin los laboratorios de las Escuelas del Milenio, pero debe haber ese tipo de escuelas para que puedan acceder principalmente los sectores más alejados y pauperizados del campesinado ecuatoriano”. Ecuador Inmediato, 8 nov. 2016). La esperada reacción de Correa vino una semana después. Sin mencionar a Moreno, defendió con vehemencia las escuelas del milenio (Enlace 499,  5 nov.).
«Tal vez no se entienden bien los conceptos de la Escuela del Milenio. Es una escuela comunitaria. Por ejemplo, la biblioteca está a la entrada, para que los padres de familia, la comunidad, el barrio, puedan ir a consultar libros. Ahí hay computadoras con internet, banda ancha las 24 horas del día, para que las familias puedan manejar internet, puedan hablar vía Skype con sus familiares si son migrantes en España o Estados Unidos».

“Nunca más la escuelita por aquí, la escuelita por acá, todo incompleto y las grandes víctimas eran nuestros estudiantes. Ahora escuelas bien puestas, para que tengan servicios educativos completos».

“Vendrá un demagogo y dirá: yo voy a hacer escuelas más pequeñas de 50 chicos con todos los servicios. Lo que se ahorra en inversión se va a gastar en costo operativo. No nos dejemos engañar por los mismos de siempre”. (Rafael Correa defiende las escuelas del milenio, El Universo, 6 nov. 2016). Moreno reculó. En el discurso de inauguración del primer centro de capacitación ciudadana de Alianza PAIS en Guayaquil, alabó las UEM como una de las mejores obras del gobierno.
«Como por arte de magia todos vimos surgir escuelas maravillosas, escuelas del milenio de excelente calidad». (Video. Lenin Moreno: “Las escuelas del milenio, una de las mejores obras”, Teleamazonas, 24 nov. 2016).
Posteriormente, a medida que avanzaba la campaña electoral, retomó la crítica. Reafirmó la necesidad de mantener las escuelas del milenio previstas pero a la vez la necesidad de reconsiderar las escuelas comunitarias y asegurar escuelas cercanas a las comunidades.

Correa, por su parte, siguió insistiendo hasta el último día de la campaña, interpelando directamente a los electores. «Hay que seguir sembrando la Patria con estas nuevas escuelas. Eso le deben exigir al próximo gobierno» dijo al inaugurar una nueva UEM y varias Unidades Siglo XXI (28 marzo 2017).

Mamotretos

Poco después de las declaraciones de Moreno, durante la campaña electoral el candidato presidencial Paco Moncayo, de la Izquierda Democrática, llamó ‘mamotretos’ a las escuelas del milenio en una entrevista radial.
«Usted vaya a la Amazonía. Encuentra primero un edificio que rompe la armonía del paisaje. En ese paisaje hermoso de la Amazonía, ve un mamotreto. Y eso implica que han cerrado escuelas alrededor. Esos chicos tienen que ir al mamotreto, en la selva. O sea, se ha administrado desde un absoluto desconocimiento de la realidad nacional». Las declaraciones de Moncayo indignaron a Correa. Candidato a la Presidencia calificó de ‘mamotreto’ a las Unidades Educativas del Milenio tituló el diario gubernamental El Ciudadano (3 dic. 2016).

A esto se había referido Correa el día anterior, en el Enlace 503. «La sombra del pasado en la educación quiere volver. ¡Los ecuatorianos no lo permitirán!», sentenció. La Presidencia de la República y la Secretaría de Comunicación (SECOM) prepararon un video titulado Paco Moncayo quiere volver a la educación del pasado, el cual fue exhibido junto a la alocución presidencial.
“Es hasta torpe, políticamente, lo que está haciendo este señor Paco Moncayo, pero así es la ambición y la presión del MPD que quiere volver a secuestrar nuestra educación”.
(Presidente Correa rechaza declaraciones de Paco Moncayo sobre el sistema educativo, Ecuador Inmediato, 3 dic. 2016) Los insultos a Moncayo inundaron las redes sociales. Aunque quien abrió fuego con la crítica a las UEM fue Moreno, el correísmo y los trolls no se permitieron aplicarle la misma medicina.

Elefantes blancos y mamotretos

Lenin Moreno tiene razón: las UEM son elefantes blancos. Son ciertos los altos costos; la inviabilidad de sembrar UEM en todo el país, según el plan de Correa; el tiempo que eso tomaría; la imposibilidad del modelo escolar único; la necesidad de escuelas pequeñas – satanizadas por Correa y Espinosa – en las comunidades rurales; el problema de las distancias y la accesibilidad; la abundancia de hierro y de cemento; gastos superfluos, como los ascensores.

En un país que lidera hoy la autocensura en América Latina (solo 34% dice que hay libertad para expresarse y criticar, según la encuesta del Latinobarómetro 2016), hay que agradecerle a Lenin por hacer su crítica públicamente. Quien ha osado criticar las UEM, como le sucedió a Moncayo, ha recibido las usuales descalificaciones de Correa (‘mediocres’, ‘sufridores’, ‘odiadores’, ‘tirapiedras’, ‘atrasapueblos’, ‘los mismos de siempre’) y el acoso del troll center en las redes.

Paco Moncayo tiene razón: las UEM son verdaderos mamotretos en muchos lugares, y no solo en la Amazonía. Megaconstrucciones de cemento que contrastan con los paisajes, frondosos o desérticos de la geografía nacional, con la pobreza circundante, con las culturas indígenas, con las múltiples diversidades de este país. Estandarización versus diversidad, cemento versus naturaleza, infraestructura versus pedagogía, desarraigo versus espíritu comunitario.

Diversos materiales y testimonios confirman esas impresiones. Menciono algunos:

» El documental «Se nos fue la alegría», del Contrato Social por la Educación (Quito, 2016) muestra, vívidamente, los efectos e impactos del cierre de escuelas comunitarias en las provincias de Cotopaxi y Chimborazo, en la sierra central. Los sacrificios que deben afrontar las familias y los niños en las zonas rurales para llegar a las UEM. Los madrugones de todos pero sobre todo de los más pequeños. Las largas caminatas para quienes viven más allá de los 3 kilómetrs de la escuela o el transporte precario contratado por los padres de familia, comprometiendo no solo la seguridad de los niños sino, además, el presupuesto familiar. El vaciamiento de las comunidades cuando se les quita la escuela – centro cultural y comunitario por excelencia, producto de muchas luchas – y cuando se van de la comunidad los niños y los adolescentes. La ruptura de la vida y del tejido comunitarios. El sentimiento de pérdida.

» Un reportaje sobre una UEM en la Amazonía escrito por Jaime Giménez y publicado en el diario El País, de España. La Unidad del Milenio descrita es la de Nuevo Rocafuerte, una pequeña localidad a la que solo se puede llegar navegando durante más de seis horas por el río Napo, afluente del Amazonas. El relato muestra la inadecuación y las mil y un dificultades del modelo UEM operando en la Amazonía ecuatoriana. (Colegios para los olvidados del Ecuador, El País, 6 sep. 2016).

Foto: Ministerio de Educación

» Un reportaje sobre una UEM en la provincia de Cotopaxi, en medio indígena, publicado en enero 2017 en la Revista Vistazo, de Guayaquil (Lo que no se enseña en las escuelas del milenio). Se trata de la UEM de Pigua Quindigua. Una obra de 3.7 millones de dólares en un paraje habitado por población indígena, pobre. La UEM es percibida como «un oasis en un desierto», a decir de una mujer de la zona.

» Varios artículos míos referidos a las UEM. Visita a la Unidad Educativa del Milenio Jatun Kuraka en Otavalo en 2009 y Visita a la Unidad Educativa del Milenio en Guano (Chimborazo) en 2016. Infraestructura escolar nueva pero no innovadora analiza la dimensión arquitectónica de las UEM. Adiós a la educación comunitaria y alternativa describe lo que ha venido sucediendo con el cierre de escuelas. El cierre de la escuela Inka Samana destaca el caso de una de las primeras escuelas intervenidas por el Ministerio de Educación, una escuela altamente innovadora en medio indígena. Escuelas pequeñas, escuelas del futuro cuestiona la idea – instalada en este gobierno – de que la escuela pequeña significa atraso y «retorno al pasado». Escuelas multigrado, ¿escuelas de segunda? desmonta la idea de que la escuela multigrado o unidocente es escuela pobre para pobres. «Antes, aquí era Escuela Vieja» narra una visita al programa Escuela Nueva de Colombia, un sistema multigrado de calidad que ha ganado múltiples premios internacionales.

La estafa social del modelo UEM

Desde varios puntos de vista, el modelo UEM ha sido una gran estafa social al pueblo ecuatoriano, especialmente como modelo educativo para las zonas rurales. Antes que una política masiva que incluya a todos, terminó siendo una política altamente discriminadora y elitista. Antes que una política educativa transformadora, sintonizada con la plurinacionalidad, la multiculturalidad y el Buen Vivir, ha sido una política sintonizada con el proyecto modernizador del capitalismo que preconiza Rafael Correa.

El espejismo de la universalización  Las UEM fueron presentadas al país como una política para universalizar una educación pública gratuita y de calidad, especialmente para los sectores y grupos menos favorecidos y más apartados. En los hechos, las UEM han sido una política altamente selectiva. Las 77 UEM construidas durante la década y en funcionamiento hasta la fecha (30 marzo 2017) llegan a una minoría de estudiantes del sistema público (menos del 5%). El gobierno ha reiterado el número de UEM construidas, en cada momento, pero ha evitado decir el número de estudiantes atendidos en éstas; la sociedad, por su lado, no preguntó y ahora se asombra con el «descubrimiento» de la baja cobertura (basta una simple multiplicación del número de UEM y la capacidad de cada una). El modelo UEM ha generado no solo una enorme brecha entre los que tienen acceso a una y los que no, sino enormes expectativas en la población. Todos quieren una UEM.

El espejismo del modelo escolar único para todos  La idea de un modelo escolar único, estandarizado, igual para todos en el territorio nacional, fue justificada en términos de costos y economías de escala, y no fue cuestionado por la sociedad. Las voces de los especialistas nacionales no se hicieron escuchar, fueron tenues o fueron acalladas. Durante la década, la estandarización se impuso en todos los ámbitos de la educación, negando la diversidad y la necesidad de diversificar, antes que homogeneizar, la oferta educativa desde el Estado.

El espejismo de la modernidad y el vanguardismo  Desde el inicio, las UEM fueron planteadas como un modelo ejemplar, de vanguardia, del siglo XXI, no solo a nivel nacional sino latinoamericano e incluso mundial. Correa reiteró que las UEM «no le pedirán favor a ninguna escuela del extranjero» (oct. 2013). «Vienen de otros países a mirar nuestras Unidades del Milenio», «Las Unidades Educativas del Milenio son fabulosas, sirven de ejemplo para la región», dijo en un conversatorio con medios (13 dic. 2016). El ministro de educación Augusto Espinosa, por su parte, afirmaba en 2014 que «Ecuador se va a convertir en referente de lo que es la infraestructura educativa del siglo XXI en América Latina». En verdad, ni el concepto ni el diseño arquitectónico ni los costos hacen de las UEM un modelo atractivo a nivel internacional.

El espejismo de la innovación  La infraestructura de las UEM es nueva y moderna pero no innovadora. Las UEM replican el diseño arquitectónico conocido de la ‘escuela-hospital’ o la ‘escuela-cárcel’ organizada en pabellones, aulas alineadas a lo largo de corredores, dividads por paredes, etc. La organización del aula y el mobiliario escolar también replican el patrón conocido: pupitres individuales, organizados en filas, frente a la pizarra y al profesor. La arquitectura escolar ha avanzando mucho en las últimas décadaa a nivel internacional, con diseños innovadores pensados desde el aprendizaje y desde la necesidad de romper con el modelo pedagógico y la cultura escolar convencionales.

El espejismo de la calidad  La ‘revolución educativa’ puso en el centro y como primera prioridad la infraestructura, desde la educación inicial hasta la superior. Las UEM instalaron la idea de que la infraestructura, por sí misma, asegura calidad en educación. La sociedad ecuatoriana ha sido bombardeada con el mensaje de que el Ecuador cuenta hoy con una educación pública de calidad y hasta de excelencia. En el centro de esa afirmación están la infraestructura y el equipamiento, no la calidad docente, el currículo o la pedagogía. De hecho, las UEM son un proyecto arquitectónico sin proyecto pedagógico. El modelo pedagógico bancario, memorista y enciclopédico, no cambió; la infraestructura por sí misma no cambia la pedagogía. Adicionalmente, la doble jornada adoptada en el modelo UEM (buscando el máximo aprovechamiento de la infraestructura) opera en contra, no a favor, de la calidad de la educación.

El espejismo de los megaplanteles La disyuntiva planteles grandes versus planteles pequeños se ha planteado expresamente en el marco del modelo UEM. El beneficio de la ‘escuela completa’, que  ofrece todos los niveles educativos (desde la educación inicial hasta el término del bachillerato), pone en el tapete el tema del tamaño de la escuela. La escuela pequeña – como se ha visto – pasó a ser considerada sinónimo de atraso y quienes la defienden son considerados defensores del ‘retorno al pasado’. Otro tema vinculado es la heterogeneidad de edades – desde niños pre-escolares hasta jóvenes bachilleres – en el mismo plantel y los problemas de convivencia y gestión que esto trae consigo.

El espejismo de la escuela graduada  Una idea-fuerza detrás de las UEM y del cierre de escuelas comunitarias ha sido aquella que asocia escuela unidocente o multigrado con escuela de pobres para pobres y la escuela graduada como la escuela deseable, ideal. Esto no necesariamente es así. El modelo unidocente/multigrado puede ser un modelo pertinente y de calidad si se concibe como un sistema específico, que requiere políticas, estrategias y recursos también específicos. Esto es lo que revela el programa Escuela Nueva de Colombia y muchos otros programas y experiencias en el mundo. En el Ecuador, en gobiernos anteriores se han hecho intentos por avanzar hacia un modelo uni- o bi-docente de calidad, pero no han prosperado. El gobierno de Correa profundizó el prejuicio contra la escuela unidocente/multigrado en lugar de informarse y aprovecharla como un modelo existente y extendido en zonas rurales en todo el mundo, con potencial para desarrollar un modelo educativo de calidad, no solo en zonas rurales sino también urbanas.

El espejismo de lo comunitario  De las UEM se afirma que están pensadas como espacios abiertos a la comunidad, a ser aprovechados por la comunidad local. En el caso de las UEM la propia noción de «comunidad local» es problemática, una realidad a construir antes que una realidad dada; los estudiantes provienen de diversas comunidades y de diversas instituciones escolares comunitarias. El acercamiento a «la comunidad» y el uso comunitario de las instalaciones está lejos de ser una realidad en muchas UEM. Entretanto, muchas comunidades reales han sido despojadas de sus escuelas y vaciadas de sus niños. Cientos de escuelas comunitarias han sido cerradas en estos años.

El espejismo de la replicabilidad  Un modelo arquitectónico estandarizado y modularizado puede crear el espejismo de ser fácilmente expandible y replicable. En este caso, las UEM cuentan con un diseño arquitectónico común y dos tipologías,  que difieren solo en el tamaño de las instalaciones. No obstante, el modelo UEM no es fácil de replicar, entre otros por sus altos costos (tanto en la versión de cemento como en la versión prefabricada de las Unidades Siglo XXI), producto de la gran holgura económica experimentada por este gobierno en buena parte de la década. Esto plantea serias limitaciones a su generalización como política masiva, tal y como lo muestra la propia experiencia ecuatoriana. Es preciso hacer el ejercicio de imaginar cuál será el futuro de esta primera generación de UEM de aquí a una o dos décadas, si no se asegura un mantenimiento adecuado de la infraestructura y el equipamiento. De hecho, la falta de mantenimiento es uno de los grandes problemas en la historia de la infraestructura escolar en el Ecuador y en toda América Latina.

Fuente del Artículo:

http://otra-educacion.blogspot.com/2017/03/elefantes-blancos-la-estafa-social-de-las-UEM.html

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Indígenas: Condenados por la Escuela Mexicana

Rogelio Javier Alonso Ruiz*

Se dice que un sistema educativo debe estar orientado hacia la promoción de la movilidad social y regido por principios de equidad y justicia. De este modo, el asistir a la escuela debería representar una oportunidad de mejoramiento en cuanto a las oportunidades de desarrollo del individuo. Desafortunadamente, el Sistema Educativo Mexicano actúa a la inversa: en vez de propiciar las condiciones para procurar la movilidad social de quienes atiende, reduce drásticamente las posibilidades de superación de sus estudiantes. Es más, según palabras del Dr. Manuel Gil Antón, la escuela mexicana se especializa en encadenar el origen y el destino de los estudiantes: si los padres de un mexicano no tienen estudios, sus probabilidades de asistir a la preparatorio son del 2%, mientras que si los padres cuentan con estudios de posgrado, la probabilidades aumentan al 93%. Datos tan contundentes como el anterior ponen de manifiesto que la educación mexicana promueve la desigualdad.

En nuestro país, uno de los grupos más desfavorecidos son los indígenas. Desafortunadamente, en México se les asocia, de manera casi automática, con pobreza y discriminación. El Censo de Población y Vivienda 2010, reveló algunas injusticias que sufre la población que habla lengua indígena. En materia laboral, de la población económicamente activa, más del 40% se ocupa en el sector primario, es decir, en el de menor remuneración; 69% recibe menos de dos salarios mínimos por su trabajo (incluso 30% no recibe salario); sólo el 1.8% percibe una jubilación. En cuanto a educación, el 8.9% de los indígenas de 15 a 24 años son analfabetas, por sólo 1.3% de los no indígenas. Por último, en relación a salud, el 42.9% de quienes hablan una lengua indígena no tienen derecho a servicios médicos.

Así pues, es evidente que los indígenas son quienes más necesitan de la educación para superar sus precarias condiciones de vida. Si la equidad fuera un principio rector de nuestro sistema, las escuelas indígenas tendrían que ofrecer  un mejor servicio que las escuelas generales. El propio INEE (2014), ha puesto a la luz rasgos de la escuela mexicana que confirman su naturaleza discriminatoria. Por ejemplo, en cada escuela primaria pública indígena hay, en promedio, 3.5 docentes, es decir, a cada uno le corresponde atender dos grados; en cambio, en las primarias públicas generales, el promedio es de 6.7 profesores. No obstante que la cantidad de maestros tiene que ver con la matrícula escolar, lo cierto es que los alumnos indígenas no tienen la posibilidad de contar con un maestro especialmente para el grado que cursan; asimismo, los profesores de estos planteles enfrentan mayores dificultades pedagógicas al tener que atender simultáneamente a dos o más grados. En suma, una injusticia para los alumnos indígenas.

En cuanto al equipamiento de las escuelas, el 15.8% de las primarias indígenas tienen acceso a una computadora para fines educativos, mientras que la media nacional se sitúa en 39.6%; en el acceso a internet, sólo el 8.3% de las escuelas indígenas cuentan con acceso a internet, por 37% de los planteles del país. Las privaciones de las escuelas indígenas llegan a situaciones increíbles: la mitad de las primarias no cuenta con drenajes, uno de cada cuatro preescolares carece de sanitarios y, además, también una cuarta parte tiene un techo en condiciones precarias. Si algún indígena logra la hazaña de llegar a Educación Media Superior, se encontrará con que es casi imposible encontrar a un docente de este nivel que hable su lengua (0.6%). En un sistema educativo que debería estar regido por la equidad, es decir, darle más a los que menos tienen, es inadmisible que los planteles escolares indígenas sean los que encabezan las carencias en infraestructura, afectando así a la calidad del servicio que ofrecen precisamente a quienes más necesitan de éste.

No es casualidad entonces que Oaxaca y Chiapas, las entidades con mayor número de indígenas, sean también las que tienen mayor número de analfabetas en el país. No es fortuito tampoco que el índice de abandono escolar durante el tránsito educativo ideal de las escuelas primarias indígenas (9.9%) sea el doble que el de las escuelas primarias generales. Tampoco es coincidencia que  de cada 100 alumnos, haya cinco más en educación indígena que en educación general en edad no ideal. Está claro: los indígenas asisten a una escuela que representa un obstáculo para su superación.

Por el bien de los indígenas y muchos otros mexicanos desfavorecidos, el sistema educativo debe ser reorientado en busca de la equidad. Las escuelas indígenas deben funcionar promoviendo la reducción de las brechas sociales entre los mexicanos y no perpetuándolas. Para eso, son necesarias muchas acciones para convertir a estas escuelas en verdaderos centros de superación: capacitación docente, mejoras en infraestructura y aumento de la planta docente de cada escuela, por mencionar algunas. No debemos olvidar también la importancia del mejoramiento de las condiciones socioeconómicas, pues de ellas depende en gran parte el éxito educativo de un alumno.

Fuentes de información:

INEE. Panorama Educativo de México. Indicadores del Sistema Educativo Nacional. 2014. Educación Básica y Media Superior.México: INEE, 2015.

INEGI. Censo de Población y Vivienda 2010. Disponible en www.censo2010.org.mx

GIL ANTÓN, Manuel. “La Reforma Educativa y la Educación que México necesita” (Conferencia). Sonora, 2016.

*  Profesor frente a grupo de Educación Primaria, en la Esc. Prim. Distribuidores Nissan No. 61 T.V. y profesor normalista de la Licenciatura en Educación Primaria del Instituto Superior de Educación Normal del Estado de Colima. Twitter: @proferoger85

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Indígenas: Condenados por la Escuela Mexicana

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