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Perú: Ministerio de Educación modifica Currículo Nacional

América del Sur/Perú/8 Abril 2017/Fuente: peru21

Minedu señaló a Perú21 que los anexos serán publicados en el trascurso del día, luego que se notó su ausencia en la norma legal.

La normativa ministerial también señala que se modifica los Programas Curriculares de Educación Inicial, Primaria y Secundaria para que se adecuen a la Currícula Nacional.

 En el documento se señala que el Minedu deberá publicar los cambios —que se encuentra en los anexos— en su portal web y no en la norma legal. Perú21 se comunicó con el Minedu y este sostuvo que los anexos serán publicados en el trascurso del día.

De acuerdo al Minedu, el Currículo Nacional de la Educación Básica es un documento que muestra la visión de la educación que se quiere para los estudiantes y contiene los aprendizajes y las orientaciones para su formación.

Así, el Currículo ha sido denominado como una de las columnas básicas de la educación, pues es clave para indicar hacia qué aprendizajes deben orientarse los esfuerzos del Estado

Se debe recordar que la ministra de Educación, Marilú Martens, indicó que se ha replanteado el uso de “mejores términos” en el Currículo Nacional para que así se logre finalizar con la polémica por el término igualdad de género.

Fuente:http://peru21.pe/actualidad/ministerio-educacion-modifica-curriculo-nacional-2273355

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Sordos en México: sin educación ni trabajo

América del Norte/México/8 Abril  2017/Fuente: El siglo de durango

LA FALTA DE ESCUELAS ESPECIALES PARA LOS MÁS DE 2 MILLONES DE MEXICANOS SORDOS TIENE REPERCUSIONES EN SU DESARROLLO LABORAL

«Con las manos hablamos y con los ojos escuchamos», es la frase que se lee en los carteles pegados dentro de la Fundación Nacional para Sordos María Sosa (Funapas); una casa acondicionada para educar a más de 40 niños con discapacidad auditiva.

Sofía, Alex, Janet, Uriel y Luis cursan el tercer grado de secundaria. Sentados en pupitres, que fueron donados por otras escuelas públicas, prestan atención a cada movimiento de las manos de la profesora Magali Méndez. En el país existen 2.4 millones de mexicanos sordos, de los cuales, 84 mil 957 son menores de 14 años. De estos, sólo 64 %, es decir 54 mil 372, asiste a la escuela, según datos de la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica 2014.

Otros de los sectores de la población más rezagada son los jóvenes sordos de entre 15 y 29 años. De los 124 mil 554 con esta discapacidad, 28 %, es decir 34 mil 875, no tuvieron ningún tipo de educación. Para los 597 mil 566 sordos en edad adulta, que tienen entre 30 y 59 años, el contexto no es tan diferente. El 14 % nunca fue a la escuela y dos terceras partes (400 mil 369) sólo estudió hasta nivel básico -primaria o secundaria-.

Organizaciones como Funapas buscan acabar con estas cifras que representan un atraso educativo. «Estamos haciendo el trabajo que el gobierno debería hacer, pero que no logra», explica Genoveva Rivera, directora de la institución. A pesar de que muchos de los sordos que llegan a Funapas tienen su certificado de primaria o secundaria, expedido por la SEP, hay un alto porcentaje que tiene rezagos en temas como sumar, comprensión de lectura y con muy poco conocimiento de historia, asegura Rivera.

En uno de sus salones, que alguna vez fueron habitaciones de una casa, los niños a cargo de la profesora Méndez comienzan a gesticular a ritmo con el movimiento de sus manos. Cada una de las señas completa los nombres de los reyes prehispánicos. Aquí los profesores enseñan mediante la lengua de señas mexicanas.

«Lo único que necesitan es la comunicación. A partir de ahí, ellos se pueden desarrollar como cualquier otro niño. En las escuelas se debe hablar su lenguaje. Lo importante es que se difunda más la lengua de señas. Así es como se les prepara para el futuro», afirma la directora.

La falta de lugares especiales en donde se les transmitan los conocimientos mediante lenguaje de señas repercute en el desarrollo profesional de estos mexicanos. Únicamente tres de cada 10 jóvenes sordos, es decir 41 mil 103, obtienen recursos para vivir mediante un trabajo fijo. El 67 % (83 mil 451) tienen que buscar ingresos por otros medios como programas de gobierno, pensiones, renta de inmuebles o cualquier otra labor. En los adultos la situación es similar. La mitad, es decir 304 mil 758, no cuentan con recursos económicos propios.

El rezago educativo al que se enfrentan muchas veces es el resultado de su paso por escuelas para oyentes o de los Centro de Atención Múltiple (CAM), pertenecientes a la SEP, en donde suelen ser excluidos o aprueban los grados sin que se les exija demostrar sus conocimientos. Una de las desventajas de estos centros es que «como su nombre lo dice, son ‘centros de atención múltiple’ dirigidos a atender a distintas discapacidades. Es decir, un grupo puede tener tanto a niños sordos, como a otros con Síndrome de Down o invidentes», explica Adolfo Villaseñor, director de Centro Clotet, institución educativa para personas sordas.

PROBLEMA ESTRUCTURAL

Juana Torres García, de 44 años, nació en San Luis Potosí y jamás ha escuchado el sonido que produce su nombre. Su familia se mudó a las orillas de la Ciudad de México, en la delegación Cuajimalpa, cuando tenía cuatro años. La razón principal: sus padres buscaban una escuela en la que su hija con discapacidad auditiva pudiera cursar la primaria. «Primero fui a una que estaba por el metro Juanacatlán. Luego al Instituto Nacional de la Comunicación Humana (INCH). Ahí cursé hasta tercer grado», narra mediante los movimientos de sus manos.

A sus 10 años su educación comenzó a truncarse. Ambas escuelas quedaban muy lejos de casa. Esa distancia se traducía en un gasto monetario considerable y en horas que alguno de sus padres dejaba de trabajar para poder llevarla. La necesidad la llevó hasta un CAM en la zona de Observatorio. Ahí obtuvo su certificado de primaria. Pero los recursos económicos se agotaron y no pudo seguir estudiando.

«En lugar de entrar a la secundaria, me inscribieron en unos cursos de costura en los que estuve un tiempo, pero de nuevo se acabó el dinero. Aprendí a sembrar girasoles en pequeñas macetas que mi mamá y yo vendíamos en residencias», relata.

Con una educación muy básica, y a sus casi 15 años, Juana tuvo que empezar a vender calendarios en algunos restaurantes de la colonia Obrera. «Lo único que hacía era ponerlos en las mesas y después pasábamos por el dinero», recuerda. De ahí pasó a vender chicles, plumas, calcomanías y alfileres en los vagones del metro de la Ciudad de México.

Al igual que ella, de los más de 120 mil jóvenes sordos en el país, 59 mil 785 estudiaron hasta nivel básico, de acuerdo con los datos de Inegi. La falta de educación para personas que no escuchan es causa de un problema más grave: pocas oportunidades laborales. Es así que 67 % de esta población joven, es decir 83 mil 451 sordos, no tiene un ingreso económico propio.

Después de pasar más de la mitad de su vida vendiendo diferentes productos en el Metro, en grandes cruceros vehiculares de la capital y en avenidas de ciudades como Puebla e Hidalgo, en diciembre de 2015 Juana se enteró de que el gobierno de la Ciudad de México promovía empleos para personas con discapacidad. «Yo decía ‘no sé leer ni escribir, no sé usar una computadora, ¿cómo me van a aceptar?’. Pero las personas que recibían los papeles me dijeron que aunque sea de intendencia o en archivo, habría algo para mí», cuenta.

A sus más de 40 años, por primera vez entra en la estadística de los más de 292 mil adultos sordos que pueden mantenerse mediante los ingresos de un trabajo fijo. En febrero de 2016, Juana Torres comenzó a trabajar como capturista en la Secretaría del Trabajo de la CDMX. Esta vez tenía seguridad social y prestaciones amparadas por la ley. «Recuerdo que cuando vendía en el metro me cansaba mucho de las piernas, me enfermaba, me mareaba. Ahora puedo estar más con mis hijos», relata Juana.

Aun así, los empleos para personas con discapacidad auditiva son pocos y con responsabilidades de poca categoría, asegura Adolfo Villaseñor. «Hablamos de un problema estructural que viene desde la educación hasta el ámbito profesional. A las personas que no escuchan se les dificulta encontrar un trabajo, más si no pudieron estudiar», afirma el docente.

ACUERDOS IGNORADOS

A pesar de que México cuenta con decretos nacionales e internacionales que garantizan la educación y el trabajo para las personas sordas, éstos no se cumplen a cabalidad. Por ejemplo, la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, proclamada en mayo de 2008 por la ONU, pretende asegurar el goce pleno de los derechos humanos para todas las personas con discapacidad, a través de la accesibilidad al entorno físico, social, a la salud y a la educación.

En el ámbito federal, la Ley General para la Inclusión de las Personas con Discapacidad, publicada en 2011, señala la promoción del derecho al empleo en igualdad de oportunidades. Pero la realidad en México es diferente a la legislación. «En Conapred desde hace varios años las quejas por discriminación por particulares y por servidores públicos federales en contra de las personas con discapacidad han ocupado el primer y segundo lugar», asegura Marco Antonio Hernández, subdirector de control y seguimiento de ese organismo.

DERECHOS SÍ, CARIDAD NO

La CNDH ha documentado una serie de abusos contra esta población. «Sabemos que hay grandes índices de exclusión y que no se les dan las mismas ventajas», explica Germán Bautista, visitador adjunto de la comisión.

En el país todavía hay una visión de altruismo y caridad hacia las personas que no escuchan, lo cual dificulta que sean asumidas como personas con derechos. «Tenemos que dejar de entender la discapacidad como una patología o como una llamada al altruismo, y comenzar a mirarla como una expresión de la diversidad», añade Mauricio Melgar, analista de la CNDH.

Son casi las 2:00 de la tarde en Funapas. Los alumnos de tercero de secundaria están terminando de repasar los temas de historia. Una luz verde se enciende y se apaga de manera intermitente. Es el aviso de que la clase terminó.

Fuente:https://www.elsiglodedurango.com.mx/noticia/729272.sordos-en-mexico-sin-educacion-ni-trabajo.html

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«Sin educación, Argentina no va a ser competitiva»

América del Sur/Argentina/ 8 Abril 2017/Fuente: .cba24n.com.a

La exministra Susana Decibe advierte que el gobierno “cometió un error” y que “no está de acuerdo con paros salvajes”.

Un “punto de partida equivocado”. Ese es, según la ministra de Educación durante el último período menemista, la gran equivocación en la negociación paritaria entre el Poder Ejecutivo de la Nación y los trabajadores del sector.

La opinión de Susana Decibe apunta directamente a que el gobierno “cometió un error”, por caso, al evitar realizar un llamado a la paritaria nacional. “Las autoridades creyeron que se podía soslayar el tema y no cumplir la ley. En los momentos de mayor crisis, se posibilita el tratamiento de los temas más complejos, pero con responsabilidad y honestidad” le confió al programa Cara y Cruz.

Durante la entrevista con radio Universidad, sostuvo que no está de acuerdo “con los paros tan salvajes”, porque “es muy doloroso” ver a los chicos de escuelas públicas en sus casas y los de las privadas teniendo clase. “No se puede pedir todo junto” indicó, advirtiendo a su vez que “sin educación, el país no va a ser competitivo”.

Fuente:http://www.cba24n.com.ar/content/sin-educacion-argentina-no-va-ser-competitiva

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Educación, base del nuevo Ecuador

América del Sur/Ecuador/8  Abril 2017/Fuente: El Tiempo 

La educación emerge como la herramienta que no solo traslada el legado a las actuales y futuras generaciones, sino que debe inculcar y despertar la curiosidad de saber más, se deben forjar los medios para implementar y posicionar la crítica constructiva.

Es considerada un derecho universal para todos los niños, niñas y adolescentes, tal como se consagra en la Convención sobre los Derechos del Niño de las Naciones Unidas y dado que es el primer instrumento internacional jurídicamente vinculante, todos los estados parte se comprometen en erradicar la ignorancia y el analfabetismo.

En Ecuador, en lo que va de año, el Gobierno ha entregado 91 Unidades Educativas. El presidente sigue cumpliendo su promesa de “hacer una escuela por día” y se tiene previsto que para el 24 de mayo se entreguen 214 más. No es de olvidar que en este momento se están construyendo 47 Unidades del Milenio y 367 Unidades Educativas siglo XXI.

Las Escuelas del Milenio se construyen para garantizar el acceso de la población escolar de la zona rural, excluida hasta ahora de los servicios educativos y son parte integral de la política para mejorar la educación pública. Ecuador es el país que más ha invertido en políticas de educación, pues en relación al porcentaje del Producto Interno Bruto, PIB, el gasto público del país andino, en este sector, es de 2 por ciento.

En los 10 años del gobierno se ha respirado un aire de cambio, un aire que ha impulsado un trabajo tenaz y leal a su pueblo. Se demostró que el avance es posible, la transformación del país está en los modernos servicios públicos que atienden con calidad y calidez y con obras que llegan hasta los territorios más recónditos y los grupos más vulnerables e invisibilizados por gobiernos anteriores. 

Fuente:http://www.eltiempo.com.ec/noticias/editorial/1/409929/educacion-base-del-nuevo-ecuador

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“Los aprendizajes informales son la mejor oportunidad para el crecimiento” Entrevista a Daniel Wilson

Europa/España/08 Abril 2017/Autor: Pau Rodríguez/Fuente: Diario la Educación

Entrevista a Daniel Wilson, investigador principal de Project Zero, equipo de investigación educativa de la Harvard Graduate School of Economics.

Project Zero, uno de los equipos de investigación más reconocidos de la Harvard Graduate School of Education, es como una atalaya con una vista privilegiada al mundo –literalmente– de la educación. Por encima de todos se encuentra el investigador Daniel Wilson, ocupando una silla donde hasta hace unos años se sentaba Howard Gardner, psicólogo que desarrolló la teoría de las inteligencias múltiples.

Wilson ha participado estos días en el simposio internacional  Barcelona Educació Canvi –impulsado por la Universidad Ramon Llull, la Fundación Jesuitas Educación y el Colegio Montserrat, que congrega docentes de todo el mundo que buscan aprender de los centros educativos innovadores de la capital catalana. El director de Project Zero ha sido el encargado de cerrar las jornadas con una ponencia sobre cómo crear contextos que favorezcan el aprendizaje. En este caso en las escuelas, aunque su búsqueda también se amplía en ámbitos como el laboral.

¿Cuál diría que es el primer paso para crear un ecosistema escolar para que los alumnos aprendan mejor?

No hay una respuesta sencilla, a menudo depende del contexto. Pero diría que hay que empezar por ayudar a los maestros, como profesionales vocacionales que son, a que aprendan. No se trata de darles más trabajo, esta suele ser una mala aproximación. Lo que hay que hacer es implicarlos en el proceso, preguntarles qué es lo que no funciona y qué querrían cambiar. Si queremos que las escuelas tengan una cultura de aprendizaje que tenga que ver con la exploración, la investigación, la construcción de conocimiento, debemos empapar a los maestros de este espíritu. No podemos esperar resultados utilizando fórmulas de control, porque no sería coherente con la filosofía con la que queremos que aprendan los estudiantes.

Primer paso, los maestros.

¡Los adultos! La calidad de los aprendizajes de los alumnos equivale a la de los adultos. Si ellos no participan de una cultura educativa enriquecedora, los estudiantes tampoco lo harán. Un ejemplo es el instituto High Tech High, en California, donde los adultos participan en los procesos de aprendizaje de los chicos y chicas. En este centro, como los maestros que contrataban no tenían suficientes conocimientos para hacer el tipo de clase que hacían, más basada en proyectos, ¡se les ocurrió crear una facultad de educación en el mismo instituto! No sé si este debería ser un modelo global, pero es interesante. Aplican su filosofía educativa al desarrollo profesional. Es el ejemplo más radical que conozco, ahora mismo.

Aquí la formación de los maestros sigue siendo a menudo externa: en las facultades, la administración, en cursos privados…

Es un reto en todo el mundo y en todas las profesiones. Las facultades, las titulaciones, tienen sus razones de ser, pero su debilidad es que muy poco de lo que se aprende allí sirve para el futuro profesional. El departamento de Trabajo de Estados Unidos hizo un gran estudio hace unos veinte años para observar dónde construyen el conocimiento los profesionales: ingenieros, abogados, periodistas… Menos del 20% en las universidades. La gran mayoría es con los compañeros de trabajo, en los intercambios informales, en la práctica diaria, cuando se piden ayuda, cuando comparten ideas… Los aprendizajes informales son la mejor oportunidad para el crecimiento profesional.

¿Qué elementos facilitan este aprendizaje informal? Hablando ahora en otros contextos profesionales, no sólo en escuelas.

Hay dos comportamientos que son cruciales y que son transversales respecto a culturas y contextos. El primero es la seguridad psicológica, un concepto que mide cómo de seguro me siento a la hora de asumir un riesgo, de probar cosas nuevas. Es una variable muy importante para el aprendizaje de los adultos. Yo ahora mismo estoy hablando inglés porque es una entrevista profesional [ríe], pero quizás si estuviéramos tomando una copa de vino probaría con el castellano. La gente debe sentirse segura en este sentido. El otro comportamiento que es un indicador clave de aprendizaje es la búsqueda de ayuda. ¿Si estoy con un alumno y no lo consigo, voy a pedir ayuda a otro profesor? ¿Si estoy preparando una clase y tengo dudas, busco ayuda? Es un factor clave.

¿Y le da la sensación de que es un comportamiento habitual?

En el terreno profesional, no mucho. Porque es un ámbito competitivo y pedir ayuda es señal de debilidad. Cirujanos, abogados… Es raro verlos pedir ayuda. Cuando se ven cambios es cuando se reconfiguran estas relaciones. También les pasa a los maestros. En Reggio Emilia, por ejemplo, no se puede hacer de maestro solo. ¡Simplemente no puedes! Porque se han organizado para que hacer de maestro implique a otros adultos, que documenten, observen y trabajen juntos.

Un sensación de inseguridad que a menudo asalta los maestros a la hora de cambiar su práctica es cómo evaluar. Cómo comprobar que sus alumnos aprenden cuando el examen ya no vale.

Podemos tener muchos más resultados que los que nos provee un examen. El mejor resultado es el ser humano mismo. Si preguntas a Reggio Emilia por las evidencias sobre el aprendizaje de sus alumnos te dirán que hables con los vecinos del pueblo. El examen es un artefacto que representa algo que asumimos que has aprendido. Pero esto no dice mucho de ti como ser humano. Tenemos que cambiar el tema: menos artefactos de asunciones de conocimiento y más calidad de la experiencia como seres humanos. La idea de los exámenes ha sido demasiado dominante.

¿Pero una sociedad, o si lo desea una Administración, bien debe procurar que sus ciudadanos tengan unos conocimientos mínimos más allá de su experiencia humana, no?

¡Claro! No digo que tengamos que acabar con los exámenes ni con los estándares de conocimiento. Si eres una Administración, y tienes que tomar decisiones, es evidente que necesitas información cuantitativa a la hora de hacer políticas educativas, pero lo que decía es que al nivel local –de aula, de maestro– los efectos de las decisiones que son tomadas únicamente sobre cifras son nocivos. Puede socavar el verdadero propósito: crear ciudadanos éticos que participen positivamente en sociedad. Lo que realmente empodera a los alumnos en este sentido es la información sobre su propio aprendizaje. Si el maestro se sienta con ellos, se lo explica, pregunta qué piensan y establece así un diálogo a partir de la evaluación, los alumnos se empoderan.

Usted que ha sido testigo, al menos vía investigación, de tantos procesos de cambios educativos, ¿Hay algún hábito muy difícil de transformar?

Un mito muy predominante en las escuelas es que aprender es un fenómeno de transmisión. Que consiste en que poner información dentro de la cabeza del niño. Hace 50 años que sabemos que esto es sólo una muy pequeña parte de aprender, que es un fenómeno más social, que requiere multiplicidad de lenguajes e inteligencias. Este mito es muy difícil de romper, y aun así el hábito siempre tiende a imponerse.

¿Cómo describiría el momento educativo actual?

Son tiempos apasionantes para aprender. Por un lado, podemos acceder a una cantidad de información sin precedentes. Ser alumno hoy no tiene nada que ver con otras épocas. Mis hijos aprenden a escalar, a hacer aviones de papel, joyas… Todo por internet y en red con otros niños. Es apasionante. Pero también peligroso. El acceso a la información nos sobrepasa, miremos si no la proliferación de las fake news en Estados Unidos. El peligro es apoyarse no sólo en la abundancia de información sino en los desencuentros que puede generar en la sociedad civil. Como educadores, debe ser un momento de despertar. Una llamada moral.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/04/03/los-aprendizajes-informales-son-la-mejor-oportunidad-para-el-crecimiento/

Fuente la imagen: http://images.eldiario.es/fotos/Daniel-Wilson_EDIIMA20170402_0310_4.jpg

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La excelencia académica es de mayoritario origen popular

Por: Xavier Martínez Celorrio 

La llamada “dimensión social” de la educación superior sigue siendo todo un capítulo por innovar y desarrollar entre nuestras universidades.

Existe una realidad poco reconocida y destacada por la estadística oficial y los medios de comunicación: en España, en torno al 60% de los estudiantes de titulaciones terciarias, sean universitarias o de FP Superior, son de primera generación. Es decir, son los primeros en su familia en cursar una titulación terciaria. España (63%) e Italia (72%) presentan las tasas más altas de estudiantes de primera generación en contraste con Japón (24%), Canadá (27%), Suecia (32%) o Alemania (35%), tal y como vemos en el gráfico 1.

La primera generación en educación terciaria

El concepto “primera generación” de estudiantes o de graduados superiores no está asumido ni es fácilmente identificable en España, siendo necesario impulsar un mayor reconocimiento. Sufre una acusada invisibilización por parte de las mismas instituciones académicas que no han activado ningún programa compensatorio o reactivador para que la equidad de accesos garantice y se traduzca en una mayor igualdad de resultados. Parece que el discurso político e institucional se contenta con la equidad de accesos cuando debiera también preocuparse por el mayor abandono y peor inserción profesional de los estudiantes de orígenes populares o de familias que nunca se graduaron en los estudios superiores. Aunque este sería un tema para otro artículo que desarrollaremos más adelante.

Gráfico 1. Porcentaje de estudiantes en educación terciaria de primera generación (20 a 34 años)

Fuente: OCDE (2014). Panorama de la educación.

La primera generación tiene mayoría demográfica en aquellos países como España con un retraso histórico acumulado en la escolarización de la generación de los padres, siendo también elevada en los países anglosajones como Inglaterra y Estados Unidos donde predomina una inercia histórica de elitismo universitario. En Italia influyen ambos factores, exclusión educativa histórica de los padres y fuerte elitismo universitario, pasado y presente.

España no tiene un grave problema de desigualdad de acceso a las titulaciones superiores en perspectiva comparada. La brecha que separa la probabilidad de cursar titulaciones terciarias-superiores entre hijos de familias sin un mínimo de bachillerato y familias académicas o universitarias es de 3,9 en favor de éstos últimos. Es alta pero peor está en otros países. Para el mismo parámetro, la ventaja entre los hijos de familias universitarias en Inglaterra es de 6,3 y en Estados Unidos es de 6,8. Es mucho más inequitativa Italia con un diferencial de 9,5 probabilidades más de de cursar titulaciones terciarias-superiores si has nacido en el seno de una familia universitaria que en una que no llega ni al bachillerato.

La tabla 1 incide en la misma evidencia, presentando esta vez los porcentajes de graduación en educación terciaria entre los jóvenes de 25 a 34 años en función del nivel educativo del padre. España presenta un baremo de oportunidades que es mejor que el promedio de la OCDE o que Estados Unidos. Si nos fijamos entre los jóvenes con padres sin bachillerato, en España tienen un 25% de probabilidades de ser titulados en educación terciaria al igual que en Francia, pero por delante de la media de la OCDE (23%) o de Estados Unidos (con sólo un 5%).

Tabla 1. Probabilidad comparada de titulación en educación terciaria entre 25 y 34 años según nivel educativo del padre (2012)

Educación del padre OCDE ESPAÑA FRANCIA SUECIA EEUU
Inferior a secundaria superior   23 %  25 %  25 %  27%  5 %
Secundaria superior (bachillerato)  38 %  46 %  41 %  31%  36 %
Educación terciaria  65 %  67 %  76 %  51%  57 %

Fuente: OCDE (2012). Encuesta sobre las Competencias de los Adultos (PIAAC)

España sí destaca en un alto porcentaje de herencia educativa entre los hijos con padres que ya tienen educación terciaria con un 67%, que es superior a la tasa de herencia presente en Suecia (51%) o Estados Unidos (57%) aunque inferior a la tasa de herencia educativa inter-generacional que se registra en Francia donde el 76% de los hijos con padres con educación terciaria son graduados superiores de segunda generación reproduciendo el mismo nivel educativo del padre.

¿Cuáles son las notas de selectividad por origen educativo familiar?

Pero más allá de capturar el volumen de las primeras generaciones ¿cómo podemos medir la excelencia académica por orígenes sociales? En una reciente investigación con datos de la población adulta de Cataluña entre 25 y 55 años, hemos podido analizar sus notas de selectividad y cruzarlas por el nivel educativo de sus padres. La subpoblación con notas de selectividad se compone de un 19% que tienen padres universitarios, un 28% con padres de estudios secundarios y el restante 53% son hijos de padres sin estudios secundarios.

La distribución de la notas de selectividad por cada origen educativo familiar la podemos consultar en el gráfico 2. Los hijos de padres universitarios duplican la tasa de excelencia (16%) respecto a los hijos de padres con menor nivel educativo (8%) mientras que éstos duplican la tasa de notas bajas de selectividad (30%) sobre los hijos de universitarios. Es una desigualdad cognitiva esperable en términos sociológicos y, por desgracia, persistentes desde que hace 50 años naciera la moderna sociología de la educación.

Gráfico 2. Nota de selectividad universitaria por nivel educativo del padre (Cataluña, 2012: población adulta de 25 a 55 años)

Fuente: Martínez-Celorrio, X i Marín, A. (2016) Crisi, descens social i xarxes de confiança. Fundación Jaume Bofill.

Sin embargo, resulta sorprendente la elevada tasa (46%) de notas modestas de selectividad (de 6 a 6,9) entre los hijos de padres universitarios teniendo en cuenta sus condiciones favorables de partida aportadas por una socialización mayoritaria en escuelas concertadas y con mayores estímulos cognitivos y refuerzos culturales en el seno de sus familias. Más bien, se constata cierto infra-rendimiento puesto que deberían destacar mucho más respecto al resto de orígenes sociales que han tenido que superar mayores adversidades y barreras culturales de partida.

En términos globales y agregados, tan solo el 29 % de las notas altas de selectividad (entre 8 y 10) proceden de universitarios que tenían padres también universitarios. El 71% de la excelencia académica de entrada a la universidad procede de alumnos de primera generación. Más en concreto, el 28% de estos entrantes excelentes tienen padres con estudios secundarios, un 31% tienen padres con estudios básicos y el restante 12% tienen padres que no acabaron ni los estudios primarios. Entre los que obtuvieron notas de notable en la selectividad (de 7 a 7,9) se repite la misma distribución social de procedencia. Hay que recalcar que la muestra la componen adultos entre 25 y 55 años y su nota declarada es retrospectiva.

La invisibilidad de la excelencia académica popular

Conviene recordar que las notas de selectividad son un indicador del rendimiento de entrada a la universidad pero, sobre todo, son un indicador del nivel cognitivo con que finalizan los bachilleratos. Más bien, pone de relieve la función de promoción y de ascensor educativo de la secundaria superior derribando ciertos mitos y leyendas sobre el origen social de la excelencia académica. Bien es cierto que convendría hacer un análisis longitudinal y analizar hasta qué grado su excelencia académica se ha traducido o no en ascenso social. Es otra dimensión para otro futuro artículo.

En conclusión, la equidad de accesos ha hecho aumentar la diversidad en la composición social de nuestras universidades. La mayoría demográfica de las primeras generaciones y sus buenos resultados de acceso, ha hecho democratizar también la antigua concepción elitista de la excelencia académica. A pesar de estos datos sociológicos, persiste en la opinión pública y en el imaginario popular la imagen contraria que sobre-representa la excelencia cognitiva como un atributo exclusivo o propio de los hijos de padre universitario.

Supone todo un desafío superar esta imagen distorsionada de la realidad que va en detrimento del mismo concepto de excelencia como una virtud meritocràtica e individual que debería ser independiente de los orígenes sociales. La excelencia académica es una cualidad ganada y demostrada individualmente, no una cualidad heredada de forma automática, ni mucho menos un don natural de los hijos de familias académicas. Éste último es el concepto aristocrático de excelencia, buen gusto y distinción minoritaria que todavía domina en nuestro marco cognitivo aunque sus antecedentes se remonten a la Ilustración. Nos cuesta aceptar que ese tipo de excelencia erudita, humanista y sensible es más un estereotipo construido y atribuido de excelencia social que ya no se corresponde con la excelencia cognitiva de hoy en día que genera nuestro sistema escolar y superior.

El mayor problema es que ninguna universidad española ni sus equipos rectorales han aplicado programas específicos para potenciar el éxito y garantizar la inserción profesional de la mayoritaria excelencia de origen popular que tienen en sus aulas. El falso igualitarismo de la homogeneidad esconde e invisibiliza a las mayoritarias primeras generaciones sin que reciban políticas más equitativas que apadrinen su talento de origen popular. La llamada “dimensión social” de la educación superior sigue siendo todo un capítulo por innovar y desarrollar entre nuestras universidades. Toda una paradoja. En casa del herrero, cuchillo de palo.

 Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/04/05/la-excelencia-academica-es-de-mayoritario-origen-popular/
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Educación y proximidad: ¿Qué ganamos?

Por: Joan Subirats

Entendiendo que la educación es un bien común esencial y que, como tal, está sufriendo presiones que enfatizan aspectos como la competitividad o el esfuerzo individual, se necesitan alternativas de defensa de lo público. La perspectiva comunitaria es una respuesta, desde la proximidad, que da valor a personas implicadas y comprometidas en la defensa de la educación desde la igualdad y la justicia, con la complicidad de las instituciones como garantes de las dinámicas de cambio.

La crisis del modelo tradicional de organización y financiación de los estados de bienestar y de las políticas públicas que los caracterizaban está suponiendo una renovada presión sobre el gobierno y la gestión de estas políticas. Sobre todo las que más porcentaje del gasto público suponen: sanidad y educación.

En educación lo que observamos es una tendencia por parte de los organismos internacionales y los gobiernos de muchos países a modificar los contenidos, aumentando los aspectos vinculados a relacionar excelencia con competitividad y esfuerzo individual. Pero también presiones sobre los formatos de gestión, reforzando las capacidades gerentes de los equipos de dirección, insistiendo en la eficiencia y en el análisis de impactos, buscando situar la comparación y las clasificaciones entre centros como palancas de cambio y de presión sobre el personal académico. Se quiere generalizar una visión de lo público como un espacio burocratizado, rígido, homogeneizador, incapaz de cambiar, ahogado por reglamentos y corsés sindicales. Ante esto se plantea la flexibilidad, adaptabilidad y capacidad de personalización de nuevos tipos de escuela.

¿Qué alternativas desde la defensa de lo público se pueden hacer? No creo que simplemente se pueda responder defendiendo lo que ahora mismo tenemos y que no funciona adecuadamente. Las perspectivas de innovación social que vamos viendo aparecer en algunos centros públicos parten de la fuerte implicación de grupos de padres y madres y de equipos de profesores especialmente motivados, que buscan nuevos formatos educativos y experiencias renovadoras aprovechando los retos y oportunidades que nos plantea el cambio de época que atravesamos. Pero es evidente que esto se da en contextos en que los recursos cognitivos, de tiempo e incluso de capacidad económica son suficientes para plantear este tipo de procesos. La perspectiva comunitaria surge como una alternativa de gobierno del recurso escuela, del valor educación, desde una comunidad de personas implicadas y comprometidas con la defensa de valores de igualdad y justicia, que tienen que ver asimismo con una concepción de lo que es público que no se agota en la estructura estrictamente institucional.

Lo más complicado es imaginar que esto pueda extenderse sin dinámicas en que institucionalmente se juegue a eso. Todo proceso de innovación social del tipo aquí descrito debería implicar un cambio en la articulación de poderes, en las palancas de gobierno de la escuela y de sus programas educativos. El recurso escuela, el recurso y el valor educación debería estar más claramente en manos de la comunidad dispuesta a defenderlos con y desde las instituciones, dispuesta a generar dinámicas de gobernanza del que se considere como bienes comunes esenciales, y sin duda la educación es parte de claro.

Necesitamos un poder institucional menos formalizado y más capaz de adaptarse a las circunstancias de una sociedad crecientemente heterogénea y con más desigualdades internas. Menos rito y delegación. Esta mayor modestia institucional, no implica forzosamente una salida individualista o meramente subsidiaria como la que se plantea por parte de propuestas neoliberales y mercantilizadoras. Podemos encontrar respuestas que al mismo tiempo sean capaces de asegurar protección y emancipación? Entiendo que sólo se podrá hacer desde la proximidad. Desde el territorio, desde el municipio, desde la proximidad podemos imaginar generar espacios que faciliten un mayor protagonismo social y un reforzamiento de la educación pública aprovechando las capacidades institucionales.

Hay que darse cuenta de que las instituciones no son la única palanca de transformación. Pero sí nos aseguran dinámicas de cambio universal que no generen nuevos formatos de desigualdad. Vamos viendo surgir coaliciones democráticas desde abajo que se plantean objetivos básicos de apoyo mutuo, de propiedad común, con sistemas de autogobierno y raíces territoriales profundas, muchas veces en alianza con las instituciones. Son alternativas solidarias, no individualistas. La clave es no entender estas experiencias comunitarias como un mero sustituto para satisfacer de manera autónoma las propias necesidades ante la situación de debilidad o las rigideces de los poderes públicos, sino como un mecanismo de reapropiación de recursos y de redistribución de poderes, reforzando el concepto del que es público. Y esto es posible de hacer desde los espacios territoriales y municipales que vean este escenario como una gran oportunidad de construir alianzas de defensa de los espacios públicos, los espacios comunes.

La política, en su capacidad de gestionar de manera pacífica y consensuada la toma de decisiones que afectan a una comunidad, sufre de manera directa el gran impacto que genera el proceso de cambio de época en la que estamos inmersos. Necesitamos un cambio profundo en la concepción de la democracia. Vinculándola a las dinámicas económicas, ambientales y sociales. Incorporando las potencialidades del nuevo escenario que genera el cambio tecnológico e incorporando a la ciudadanía de manera directa, comunitaria y autónoma a la tarea de organizar las nuevas coordenadas vitales. Y eso nos obliga, evidentemente a hablar, discutir y experimentar nuevas formas de educación, de vida.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/04/04/educacion-y-proximidad-que-ganamos/

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