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La coeducación en las escuelas o cuando realmente garantizamos la prevención de las violencias de género

Por: Lídia Casanova

Cuando hablamos de hacerlo diferente y conseguir vivir en una sociedad equitativa hablamos de educar con mirada feminista. Porque sin justicia de género, no hay justicia social.

“Hoy, me gustaría pedir que empezamos a soñar un plan para construir un mundo mejor. Un mundo más justo. Y esta es la manera de empezar: debemos educar a nuestras hijas de una manera diferente. Y también tenemos que educar a nuestros hijos de una manera diferente”. La novelista nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie advierte con estas palabras que conseguir vivir en un mundo más igualitario pide hacer las cosas diferentes. ¿Y por qué apostar por iniciar la transformación por las aulas? Hacerlo diferente es una oportunidad de generar cambios con efecto multiplicador en la vida social. Hoy, 25 de noviembre, es día de seguir reivindicando la educación como herramienta para transformar y deconstruir la cultura de la violencia machista.

Cuando hablamos de hacerlo diferente y conseguir vivir en una sociedad equitativa hablamos de educar con mirada feminista. Porque sin justicia de género, no hay justicia social. Conscientes de las reticencias que aún provoca el término feminista en algunos ámbitos, solemos hablar de educar con perspectiva de género. Expresado de una u otra manera, no significa otra cosa que educar de manera no sexista ni androcéntrica. El primer paso para transformarlo: asumir qué parte de nosotros es y sigue siendo machista (o inconscientemente machista).

Se suele ver a las escuelas como instituciones donde, por definición, hay respeto y son equitativas. A menudo escucho que por el simple hecho de haber conseguido una escuela mixta y, así, tener niñas y niños bajo un mismo techo estudiando los mismos contenidos académicos es motivo de igualdad. Por eso me atrevo a afirmar que uno de los fracasos actuales de la educación es mantener la cosmovisión de que, en las escuelas, como conviven niños y niñas, se vive con igualdad. Sabemos que no es así: cuando la escuela no dispone de un proyecto coeducativo de centro y una voluntad para trabajar desde esta óptica, reproduce las desigualdades sociales que observamos fuera de las aulas. La verdadera innovación en las aulas sería la de no reproducir el modelo patriarcal; si la innovación no es coeducadora no es innovación para todos.

Sabemos que sin una conciencia de género presente en los claustros, lo que pasa fuera de las aulas se reproduce.

En la escuela mixta todavía impera la tendencia a pensar que las niñas son frágiles, sensibles y delicadas por naturaleza, los niños más aventureros, mejores en matemáticas y ciencias o más hábiles para los deportes o la competición, por nombrar algunos de los ejemplos que seguimos encontrando.

Las escuelas no se desarrollan impermeables a la sociedad, y la sociedad sigue siendo machista. A menudo, los discursos políticamente correctos en relación a la igualdad ha provocado el hecho de que nadie se quiera reconocer la parte machista. Mi invitación es que realmente miramos el machismo de cara, que dialogamos y que provocamos cambios reales en el acompañamiento a los niños.

Convertirse, con la práctica del día a día, en agentes efectivamente transformadores del escenario de violencias machistas vigente, es una asignatura pendiente para una gran cantidad de centros educativos.

Por suerte (o por voluntad política impregnada del trabajo que venimos aprendiendo de los feminismos) cada vez hay más centros y más municipios que quieren dar el paso de escuelas mixtas en escuelas coeducativas, escuelas que rompen con los estereotipos y expectativas de género y debilitan así la base de las violencias. El motor de estos cambios, en ocasiones, son municipios que incorporan la coeducación como pieza de la estrategia local contra la violencia de género pero, muchas veces, son las familias o el profesorado comprometidos con que su escuela produzca cambios sociales. Es apasionante trabajar a su lado.

Pese a que a menudo pensamos que actuamos de manera justa y equitativa, tal como algunas profesoras nos dicen cuando nos encontramos y compartimos formaciones sobre el tema, hay un acompañamiento para tomar conciencia de que las expectativas del profesorado hacia el alumnado siguen siendo desiguales. Expectativas desiguales y proyecciones desiguales, por ejemplo, en el momento de evaluar o, más adelante, en el momento de orientar sus carreras universitarias y profesionales, y también mucho más atrás.

No puedo dejar de pensar en una profesora embarazada de cinco meses que me cuenta el choque y la dificultad de recibir las críticas del entorno: “¿Por qué demonios no nos puedes decir el sexo del bebé que tienes en la barriga?”. Y le espetan que estas madres que van de modernas “se pasan con todo esto de la igualdad”. El entorno necesita(rá) saber qué demonios es el bebé para poder empezar toda la serie de proyecciones, desde que está en la barriga, y así empezar a pensar en el color de los zapatos que le regalaré, en sí lo llevaré a jugar al fútbol o le regalaré cochecitos o si la dejaré salir y tendré que preocuparme para que vuelva sola en casa, y un largo etcétera. Y seguir construyendo una identidad regida por estereotipos, limitada por creencias que subordinan los atributos considerados propios de la feminidad a los de la masculinidad.

A menudo esta subordinación queda patente en el curriculum escolar. Las emociones, el cuidado de una misma y de las otras, la educación afectivo-sexual, resultan “temario” básico para la calidad de vida de las personas pero, sin embargo, no tienen ningún valor para las autoridades educativas, (porque no lo tiene para los mercados). Así, las cosas atribuidas al mundo tradicionalmente como femenino aún quedan pendientes de revalorizar y equilibrar frente a otras que sí que son valoradas.

La coeducación es la mirada y el sistema en la escuela que ayuda a prevenir de raíz las violencias. Violencias como son las actitudes hostiles y de no reconocimiento a quien no se quiere clasificar en un sistema sexo-género demasiado rígido que sanciona a quien se sale de la norma. La coeducación cuestiona el encontrar normal que en los patios se relegue a las niñas alos laterales. La coeducación se encarga de hacer visibles a las mujeres históricas en las clases de tecnología y de ciencias, para que las niñas se puedan mirar e imaginarse en un futuro. Coeducar es educar en la cultura de los límites y del decir NO. Coeducar es que en las lecturas de la clase de lengua rompan con las representaciones tradicionales que muestran las mujeres como naturalmente responsables del trabajo de cuidados. Coeducar es encontrar importante cuestionar los comentarios y actitudes sexistas que salen en el día a día de las aulas ya sea en forma de bromitas y también insultos.

Coeducar es trascender y superar que los niños sean educados en el aprendizaje de la agresividad y la rudeza y las niñas en la docilidad y la actitud de someterse o ceder a las demandas de los demás. Sin coeducación será imposible asumir actitudes y comportamientos que conduzcan a establecer parejas (cuando hablamos de parejas heterosexuales) y relaciones sociales, entre hombres y mujeres en cualquier ámbito, ya sea en la calle, familiar o al mundo laboral) que no estén atravesada por la desigualdad , el abuso y la violencia.

Como dice Chimamanda Ngozi Adichie y muchas personas de las que estamos en la lucha apasionante y necesaria en la educación para la igualdad y la no discriminación: “Hacerlo diferente es el paso que necesitamos. Solo depende de querer hacerlo diferente”.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2016/11/25/la-coeducacion-en-las-escuelas-o-cuando-realmente-garantizamos-la-prevencion-de-las-violencias-de-genero/

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México: Educación sexual está aún limitada. ONG

América del Norte/México/03 Diciembre  2016/Fuente: El dabate

Urgen a impartirla no solamente desde perspectiva biológica; piden combatir con información el embarazo adolescente

Organizaciones civiles coincidieron en que la educación sexual que se imparte en las escuelas aún es limitada, por lo que debe abarcar un enfoque tanto biológico como sociocultural, a fin de brindar una perspectiva más integral sobre este tema y más información a los menores para reducir el número de embarazos adolescentes y protegerlos ante abusos sexuales.

Nashieli Ramírez, directora de la Ririki, Intervención social, afirmó que la dificultad en cuanto la educación sexual es que prevalece una perspectiva biologicista y se debe avanzar en aspectos como la afectividad, así como en las percepciones que se tienen de hombres y mujeres.

“La educación sexual todavía es limitada, hay una discusión sobre qué tan biologicista es; la sexualidad tiene que ver con una característica de los seres humanos que está presente en nuestra vida y que vamos desarrollando. Somos seres sexuados y en esa lógica tenemos que abordar el tema.

“El problema es que no es solamente algo biológico sino que interviene toda esta conformación: hay afectividad, construcciones de nuestras relaciones sociales que nos van a ir determinando, cómo valoramos nuestro cuerpo, cómo nos percibimos como hombres y mujeres; creo que ahí es donde tenemos que avanzar en las escuelas”, dijo.

Afirmó que la educación sexual es un derecho de los niños y adolescentes que cobra especial relevancia ante el problema de embarazos adolescentes en el país, la sobresexualización de las niñas en los medios de comunicación y el inicio cada vez más temprano de la vida sexual, por lo que al brindarles información se puede proteger de mejor manera a este sector.

La activista destacó que ante la consigna del Frente Nacional por la Familia “no te metas con mis hijos”, la Suprema Corte de Justicia de la Nación mandó el mensaje de “sí me voy a meter con tus hijos” al avalar la obligación del Estado de impartir educación sexual a menores de edad.

“No tendríamos por qué discutir que se impartan estos contenidos. El gran problema es que se ideologiza la educación científica, no tenemos que partir de las creencias”, dijo.

Juan Martín Pérez García, director ejecutivo de la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM), consideró que el planteamiento en el que los padres de familia deben determinar si los menores reciben educación sexual o no es “violatorio a los derechos humanos, a la Constitución y a los tratados internacionales porque significa un trato desigual. Más allá de las familias están la protección de la salud, la garantía del derecho a la salud, del que la educación sexual forma parte”.

Dijo que México es un país “bastante atrasado y conservador” en materia de educación sexual, por lo que los libros de texto deben ser modificados para que reconozcan temas como el respeto al cuerpo, la decisiones sobre el mismo y la diversidad.

“Esto a los niños pequeños les es útil porque les ayuda a entender que el cuerpo debe ser respetado, incluso por sus padres; eso significa que no les peguen, que no los toquen de manera que no les guste”, dijo.

Refirió que ocho de cada 10 abusos sexuales ocurren en lugares de protección como la casa, las escuelas y las iglesias; aseguró que 21% de los matrimonios en el país son de adolescentes con un hombre mayor, y la mitad de los adolescentes que tienen su primer relación sexual lo hacen sin ninguna medida de protección.

fuente:http://www.debate.com.mx/mexico/Educacion-sexual-esta-aun-limitada-ONG-20161127-0014.html

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Ecuador: La educación y el trabajo inquietan al votante joven

América del  Sur/Ecuador/03 Diciembre 2016/Fuente: El comercio

Las proyecciones del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) dan cuenta de que en el 2017 un 33,5% de la población será joven (entre 16 y 29 años). Es decir, estará habilitado para votar. El Presidente puede ser elegido en primera vuelta con al menos el 40% de votos, por lo que ese grupo etario podría pesar en los comicios de febrero. Pablo Romero, docente de teoría política en la Universidad Salesiana y especialista en juventudes, sostiene que hay al menos dos inquietudes fuertes en los jóvenes frente a los comicios: educación y empleo. En el primer caso hay un énfasis en el libre acceso a las universidades públicas, que ahora se rige por los resultados del Examen de Educación Superior y en las críticas a la Secretaría de ese ramo. El segundo tema preocupa por los índices de desempleo en la juventud. En la Encuesta de Empleo del INEC, de septiembre pasado, se registra que el 29,8% de los desempleados corresponde a personas de entre 25 y 34 años, la categoría más joven. Además, según un estudio de la firma Deloitte, realizado en 29 países con 7 700 ‘millennials’ (18-24 años), hay un contraste entre lo que pasa con esta generación en Ecuador y el resto de países participantes. “Dos tercios de los ‘millennials’ manifiestan su deseo de marcharse de sus trabajos para el 2020. Y el 44% para el 2018 (…) Por su parte, en Ecuador no piensan en dejar sus trabajos porque todavía no tienen uno”, es una de las conclusiones del estudio, hecho en marzo. Además, según la encuesta de octubre de Cedatos sobre la situación del país, los jóvenes marcaron entre los principales problemas al empleo, con 27% y la educación, con el 6%. En lo político, en cambio, hay una polarización entre las principales organizaciones de jóvenes. Un sector pugna por la continuidad del Gobierno y otro por un cambio radical. En el último estudio de Cedatos también se consultó a los cerca de 2 200 encuestados ­cómo analizan la situación actual del país. Un 32% de jóvenes, de entre 16 y 25 años, consideró que el Ecuador va por buen camino con la dirección del Gobierno actual, mientras que el 60% consideró que iba por mal camino. La Federación de Estudiantes Universitarios del Ecuador (FEUE) simboliza esas posiciones. Hay dos directivas. Una encabezada por Daniela Oviedo, quien es candidata alterna a la Asamblea Nacional por Alianza País. La otra la lidera Andrés Quishpe, que se reconoce como de oposición. Oviedo cuenta que su FEUE está elaborando un manifiesto de propuestas para los candidatos. Es el Mandato 2035, iniciativa paralela a la Agenda del Gobierno en temas educativos. En este programa, a través de reuniones provinciales y nacionales, delinean un plan sobre trabajo, salud, educación, ambiente, cultura, deporte y participación ciudadana. El documento final será entregado “a los candidatos que lo quieran”, dice Oviedo. Aunque no hay fecha definida. Quishpe, por su lado, explica que sus propuestas están listas. Las principales -relata- son la eliminación del Bachillerato Unificado y un plan de libre acceso a la universidad pública. En el tema de empleo, en cambio, su FEUE busca que se refuercen las pasantías y prácticas preprofesionales, para que sean pagadas y también para que sirvan como la primera experiencia laboral. “Cuando salimos de la universidad nos encontramos con que nos piden un título universitario, corta edad y experiencia laboral, pero con el actual régimen es difícil conseguirlo”, explica el dirigente. En el sector secundario el panorama es parecido. Coexisten la Federación de Estudiantes Secundarios (FESE), de oposición al actual Régimen; y la Asociación Nacional de Estudiantes Secundarios (Andes), afín al Gobierno. Luis Tacuri, titular de Andes, dice que en diciembre entregarán un manifiesto a los candidatos. Empezaron a construir estas propuestas con el aporte del exministro de Educación, Augusto Espinosa (candidato a la Asamblea por AP). La idea es reforzar las políticas de educación del actual Régimen. Romero añade que hay otros sectores de jóvenes que buscan presencia política en las “nuevas sensibilidades”. Por ejemplo, los derechos sexuales, el uso terapéutico del cannabis, el ambientalismo y los derechos de género. En contexto En las elecciones seccionales del 2014, el grupo de jóvenes representó el 30,6% del padrón. La mayoría de candidatos a la Presidencia ha incluido en sus discursos propuestas de educación y empleo para este grupo poblacional.

Fuente: http: //www.elcomercio.com/actualidad/educacion-elecciones2017-votante-joven-ecuador.html

 

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España es país de Europa occidental que menos adapta educación a su economía

Europa/España/01 de diciembre de 2016/Fuente: wradio

España es el país de Europa occidental que menos ha conseguido adaptar el sistema educativo y la gestión de los recursos humanos a las necesidades de su economía, según el Ránking de Talento Mundial 2016 publicado hoy por la escuela suiza de negocios IMD

España es el país de Europa occidental que menos ha conseguido adaptar el sistema educativo y la gestión de los recursos humanos a las necesidades de su economía, según el Ránking de Talento Mundial 2016 publicado hoy por la escuela suiza de negocios IMD.

«El sistema educativo no prepara el tipo de talento que España necesita. Se preparan ingenieros cuando lo que se necesita es personal para el sector de servicios», dijo a Efe el director del centro de competitividad de la IMD, Arturo Bris, al analizar los resultados del ránking.

El informe sobre el talento analiza 61 países en función de su inversión y desarrollo en educación, su capacidad para atraer el talento extranjero y su capacidad de adaptar el conocimiento de las personas a las necesidades de sus respectivas economías.

En el ránking general, que combina esos tres factores, España se ubica en el puesto 32, lo que significa 7 posiciones por encima del año pasado, siendo el factor de inversión y desarrollo educativo en el que más ha progresado de un año a otro, pasando del puesto 36 al 29.

Bris explicó que la mejora en el posicionamiento de España en ese factor se ha debido sobre todo «al deterioro observado en otros países, más que a un aumento notable de la inversión pública española en educación».

El ámbito en el que España obtiene los peores resultados tiene que ver con la preparación de la fuerza laboral para su sistema productivo, una variable en la que está en el puesto 45.

El académico señaló que en el país «existe poca cultura de proporcionar entrenamiento a los empleados y en general las empresas carecen de una política de gestión del talento».

«Como mucho se hace un curso de inglés o de informática», comentó, y agregó que «el mercado laboral de talento en España está muy segmentado».

De una parte están «los empleados y ejecutivos que abandonan el país porque tienen capacidad de internacionalización, pero no vuelven» y, por la otra, «aquellos que se quedan porque no tienen capacidades adecuadas para salir (a trabajar) en el extranjero».

La consecuencia, sostuvo Bris, es que «el talento en el país se deteriora».

En el tercer indicador del ránking, relacionado con el atractivo que ejerce un país para el talento foráneo, España se ubica en la posición 28 (cinco mejores que en 2015), aunque en la subcategoría de «atraer y retener talento» se posiciona en el puesto 58.

«Esto es grave», opinó Bris, que explicó que entre las razones de ello están «las dificultades que afrontan los ejecutivos que no hablan español» o «la baja motivación de los trabajadores en general».

Un tercer elemento que hace que España no sea suficientemente atractiva para el talento exterior tienen que ver con los bajos salarios, particularmente en los cargos medios y en la comparación europea.

«Mi recomendación es que España se centre en políticas de medio y largo plazo, que fomente la internacionalización del talento con programas para enviar gente fuera con el objetivo de que regresen, y que se invierta más educación».

Esto debe incluir, agregó, la formación en el trabajo, subcategoría en la que España está en el último lugar entre los 61 países evaluados.

«Cuando preguntamos si el entrenamiento de los empleados es una prioridad en las empresas vemos que no existe ni política ni cultura de preparar a los empleados, no hay incentivos a la educación, formaciones continuas, movilidad interna ni educación en idiomas», lamentó Bris. EFE

Fuente: http://www.wradio.com.co/noticias/internacional/espana-es-pais-de-europa-occidental-que-menos-adapta-educacion-a-su-economia/20161129/nota/3316715.aspx

Imagen: www.lavanguardia.com/r/GODO/LV/p3/WebSite/2016/11/29/Recortada/2016-11-24T204827Z_01_TGN115_RTRIDSP_3_FIATCHRYSLER-JOBS_20161124215000-kOLF-U412255440632quB-992×558@LaVanguardia-Web.jpg

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La «revolución» educativa de Macri: ¿volver a alfabetizar por «conciencia fonológica»?

Por Manuel Jerónimo Becerra

Según notas en La Nación y Clarín el Gobierno nacional incentivaría el abandono de los métodos de alfabetización constructivista para volver a la «conciencia fonológica”. ¿Qué hay detrás del debate?

En apenas una semana, el diario La Nación publicó dos artículos con la misma protagonista, María de las Mercedes Miguel –Secretaría de Innovación y Calidad Educativa del Ministerio de Educación de la Nación– anunciando con bombos y platillos el ingreso al sistema educativo de cursos de capacitación para docentes en estrategias enmarcadas en la neurolingüística como paradigma rector de la enseñanza de la lectoescritura en los niveles inicial y primario. Por su parte, el diario Clarín se hizo eco también de esta restauración de “las buenas viejas prácticas pedagógicas que nunca deberían haberse abandonado”. Sin embargo, lo que parece plantearse como un debate pedagógico está en realidad plagado de falacias y aseveraciones taxativas que suenan a mala intención. Es estrictamente necesario separar ese tipo de chicanas del debate pedagógico saludable, constructivo y plural, precisamente para salvar las instancias que permiten pensar una mejor educación.

La paradoja de la burocracia obediente

Uno de los primeros aspectos en los que vale la pena detenerse es la idea de que cambiando un método de enseñanza de la lectoescritura desde el Ministerio de Educación de la Nación los problemas del sistema educativo se solucionan mágicamente. En primer lugar, el Estado nacional no tiene la potestad para cambiar los planes de estudio de los institutos de formación docente (en total, aproximadamente 1300 en todo el país incluyendo los niveles inicial, primario y secundario) ya que, en un sistema educativo federalizado estos establecimientos están bajo la jurisdicción de las provincias. Esto significa que, si bien los planes de estudio deben adecuarse a la normativa emitida por el Instituto Nacional de Formación Docente (Infod) y el Consejo Federal de Educación (CFE), cada proceso de reforma curricular implica un debate al interior de cada instituto –sus actores: docentes, estudiantes, graduados– y la necesidad de consensos, marchas y contramarchas. Reformulando: realizar una readecuación curricular de todos los planes de estudio para imponer sólo la conciencia fonológica como paradigma implicaría un estallido del debate en todos los institutos de formación docente, que no sería resuelto antes que finalice el mandato de, al menos, Mauricio Macri. Así que desde el vamos, se está planteando un debate que se topa con la estructura real del sistema educativo: mucho más expuesto a consensos y tensiones políticas que a volantazos coyunturales de la cúpula ministerial.

Pero aun en el escenario imposible de que se modificaran todos los planes de estudio del país para impartir una formación exclusiva en conciencia fonológica, resta el trecho –el abismo– que separa esa formación inicial de la práctica diaria. Como hemos explicado en este blog innumerables veces, y como sabe todo docente, las escuelas son espacios –como cualquier agencia estatal, u organización en la que intervienen, literalmente, millones de agentes– muy atravesados por las tradiciones y con tiempos yuxtapuestos. Llenamos registros de asistencia como en 1935 mientras armamos estrategias didácticas con el Age of Empires para explicar la revolución neolítica. Tratamos de innovar pedagógicamente pero copiamos en el pizarrón y dictamos para “disciplinar” a un curso que no se predispone para el trabajo pero sí responde a los estímulos más puramente conductistas de la liturgia educativa. ¿Qué significa esto? Que para que una modificación curricular se transforme en una práctica efectiva requiere un sinfín de capacitaciones, propaganda –en el sentido más perverso del término–, disponibilidad de materiales y, lo que es más difícil de todo, que haya una voluntad alerta, potente y sostenida en el tiempo (y financieramente) del Estado para asegurar la implementación exacta de los deseos de los expertos. Esto, como imaginará el lector, no sucedió jamás, en ningún aula del mundo.

En una oportunidad se le señaló a este blog cierta incomodidad que genera el uso analogías castrenses para referirse al sistema educativo (por ejemplo, cuando nos permitimos “ejército docente” para referirnos a la legión de personas que están a cargo de las aulas todos los días). Esa incomodidad es más pertinente en este caso, ya que los docentes no somos un ejército, precisamente, porque contamos al mismo tiempo con el margen de mediación que nos permite estar al frente de un aula (los soldados obedecen sin chistar a su general, en la escuela se construyen consensos), pero también con el hecho de que los expertos en educación no son los tirapostas del ministerio –más o menos académicos– sino nosotros mismos. Sabemos lo que es un aula, sus condicionantes, sus lógicas más o menos estables, las variables de incertidumbre que intervienen, los márgenes de maniobra. Sabemos leer a los grupos de chicas y chicos, sus comportamientos colectivos e individuales. Sabemos intuir cuando una estrategia didáctica está fallando, y cuándo podemos estar teniendo éxito, y cuándo ese éxito tal vez sea la punta del ovillo de una verdadera innovación. De manera que no sólo la conciencia fonológica no llegaría a las aulas de la forma en que Miguel y Borzone pretenderían, sino que sus archirrivales psicogenéticos tampoco llegaron a las aulas como Miguel y Borzone afirman que llegó. En las aulas reales –ésas que el sentido común circulante, los responsables políticos, y buena parte de la academia parecen desconocer por completo– se desarrollan estrategias mixtas: mezclamos psicogenética con conciencia fonológica, dictados con redacciones de tema libre, stalinismo ortográfico con el foco en lo conceptual, lectura de manuales con registros de debates en casa.

La innovación real, concreta, transformadora del sistema educativo no está en las universidades ni en los ministerios: está en las aulas de inicial, primaria, secundaria y formación docente, y sus diseñadores son agentes anónimos que no tienen ningún reconocimiento más que el afecto y la emancipación agradecida de sus alumnos. Sin dudas, se trata de una minoría de profesionales, pero una minoría profundamente dinámica que sigue trabajando en condiciones de precarización absoluta, ante la desidia y el abandono estatal, viendo cómo se mueren sus alumnos víctimas de la violencia y del consumo. La innovación pedagógica ya pasó, y pasa todos los días, sin que los decisores se enteren. Y nadie, absolutamente nadie en los organismos estatales de diseño de políticas educativas tiene el más mínimo interés en convocar esas experiencias para replicarlas. Tampoco podemos, los docentes, producir teoría sobre esas estrategias mixtas e innovadoras: no cobramos un salario que nos permita investigar, publicar y divulgar nuestros desarrollos, pues los sueldos nos alcanzan para comer, vestirnos, viajar hacinados y, cada tanto, ir al cine o al teatro o a cenar afuera. El resto del tiempo estamos frente al aula.

Sin embargo, los elencos educativos –especialmente los que parten de una mentalidad empresaria– aún fantasean con un ejército de hombres y mujeres de guardapolvo blanco que aguardan órdenes para cumplirlas sumaria y precisamente, y si no se obtienen los resultados esperados vendrá un nuevo intento de volantazo para reparar el error. Sic transit gloria mundi, en un encabalgamiento de paradojas que se perpetúan en el tiempo; pasan los elencos ministeriales, pasan los think tanks, y quedamos los docentes.

Falacias de diseño

En el artículo de La Nación, como dijimos, se cita a Ana María Borzone, quien fue invitada como “experta” al Ministerio de Educación para aportar sus perspectivas sobre la conciencia fonológica. Las otras “expertas” citadas son Beatriz Diuk y Florencia Salvareza. Esta última aportaría su punto de vista desde el campo de la neurociencia para trabajar con el paradigma de la conciencia fonológica. Este “método” de enseñanza de la lectoescritura, que se utilizaba de forma predominante y oficial en nuestro país hasta la década de los 80, aparece en la nota como contrapuesto a la psicogenética de raíz constructivista piagetiana. Queda establecida desde los artículos en los dos diarios más importantes de la Argentina una batalla pedagógica entre dos “métodos” que se presentan como mutuamente excluyentes, como un Boca-River, como una grieta. Borzone llega a afirmar en Clarín, incluso, que el “método” de la conciencia fonológica está “prohibido” en nuestro país desde la década de los 90. Presa de la ignorancia, de un abuso de imaginación conspirativa, o de lisa y llana mala fe, Borzone omite que en los diseños curriculares –los lineamientos básicos para la enseñanza en cada nivel educativo–, al momento de abordar los primeros pasos de la lectoescritura, se proponen estrategias combinadas –la conciencia fonológica se centra más en el entrenamiento y habituación del sonido de las letras, mientras que la psicogenética aborda la lectoescritura de forma más integral, haciendo más énfasis en los usos sociales del lenguaje y la experiencia de la expresión–. Esta mixtura de paradigmas responde a lo que se afirmaba antes sobre la dinámica del aula: la multiplicidad de factores que inciden en el trabajo educativo cotidiano obliga a echar mano a diferentes estrategias para llevar adelante la tarea. Ningún docente utilizó durante toda su carrera un solo “método”, por más ortodoxa o disruptiva que fuera su práctica. Nobleza obliga, sí debe admitirse una proscripción pedagógica, pero en sentido inverso al que plantea Borzone: en 2015 el PRO intervino en la Escuela de Maestros de CABA para efectivamente cerrar un postítulo en alfabetización, pero centrado en estrategias psicogénicas, justamente el paradigma que Borzone plantea como dominante y monolítico.

¿Cuál puede ser el objetivo de plantear que la conciencia fonológica es un tabú en Argentina, cuando no sólo no lo es, sino que está asumido como parte de las prácticas usuales? Como hipótesis, podríamos plantear que el objetivo es apelar a los discursos nostalgiosos sobre la educación: el clásico “cuando yo iba a la escuela [inserte práctica pedagógica virtuosa que al ser abandonada abrió la puerta a la decadencia y el caos]”. Hemos planteado varias veces que la nostalgia es uno de los recursos preferidos de la derecha pedagógica –tal vez el único que tiene–, y que es un relato de mucha pregnancia en el sentido común. Es probable que eso se deba a que toca las fibras sensibles de la fábula meritocrática que ha llevado a cada individuo a creerse la culminación de un esfuerzo que fue acompañado por una escuela marcial e intransigente que nos obligó a superarnos a nosotros mismos. Y las falacias de ese “esfuerzo” vinculado al sufrimiento y la dificultad le dicen al lego interlocutor: “Esto que sos vos, este humano completo, sólo fue posible gracias a aquellas buenas viejas prácticas”. Los problemas del presente, entonces, son “todos problemas de educación”, y se vinculan directamente con un relajamiento de esa marcialidad e intransigencia, con el “aprobar a todo el mundo”, con el “facilismo”. Y acá se presenta, precisamente, a la psicogenética como parte de un cúmulo de nubes conformadas por un supuesto progresismo pasado de rosca que en su afán de contener terminó en el pandemónium de la permisividad y el cambalache: todo es igual, nada es mejor, lo mismo un burro que un gran profesor. Para la fábula meritocrática, nada mejor que decirle al que se intenta seducir: “Vos sí sos mejor”. Se consiguen así multiplicadores de los discursos que ven en los problemas educativos de hoy las consecuencias de –en este caso– haber aplicado la psicogenética y abandonado la conciencia fonológica: empiria pura. Pero no: no es empiria, es falacia. Los dos enfoques conviven en las aulas, y nunca dejaron de hacerlo. Negarlo es desconocer las aulas reales o tener intereses que están velados a primera vista.

Adicionalmente, las palabras de la referente de la psicogenética que cita el artículo, Mirta Castedo, no suman –tal como están presentadas en el artículo de La Nación– al debate. Más bien, parecen balbuceos de alguien que no puede defender satisfactoriamente su postura. El arte con que se confeccionó la nota de Luciana Vázquez parecería tender a postular los planteos de Borzone y Miguel como los positivos -anclados en datos duros e irrefutables- y los de Castedo como inconsistencias. Sin embargo, el mismo día de la publicación, Castedo realizó un descargo en su perfil de Facebook donde niega algunos de los dichos que se le atribuyen, afirma que otros fueron tergiversados y aporta información relevante al debate –sí– pedagógico, que aparece como sedimento –y no como caudal– de todo este ruido mediático. Es recomendable detenerse en las objeciones que plantea (su perfil es público), pues comienza a descascarar el relato monolítico y definitivo que aparece en el artículo, complejizando sus variables. Y, como hemos dicho tantas veces, el sistema educativo es un universo multidimensional, donde el reemplazo de una pieza no soluciona los problemas generales. La educación en Argentina no es un coche al que se le terminaron las pastillas de freno, entonces hay que reemplazarlas y vuelve a andar bien. Se parece más a un portaaviones a la deriva, todo oxidado y con marineros medio muertos de hambre, con buena parte de las piezas que es necesario reemplazar en espacios del barco medio inaccesibles y muy separadas entre sí.

Business are business

Pues entonces, ¿Cuál es el objetivo de este presunto debate? Debemos retomar el punto inicial. Dos artículos, con escaso tiempo de diferencia entre sí, con dos factores en común: la introducción de actores que vienen a aportar perspectivas “novedosas” para solucionar mágicamente los problemas educativos. Y una protagonista: María de las Mercedes Miguel. Afirmamos ya que modificar los planes de estudio de todo el país para orientarlo exclusivamente hacia la conciencia fonológica es una quimera irrealizable en el corto y en el mediano plazo. Pero el PRO, durante sus 9 años de gestión en la Ciudad de Buenos Aires, tejió alianzas con fundaciones vinculadas a ONG –muchas de ellas derivadas de las iniciativas de responsabilidad social empresaria con pata educativa, que les permite a corporaciones con sede en nuestro país desgravar impuestos–, y que tienen en un creciente ejército –ahí sí– de “voluntarios” sus recursos humanos para tender hacia la innovación pedagógica que, según Esteban Bullrich y el resto de sus cuadros educativos –Miguel entre ellos–, es imposible con los docentes profesionales. Así, las ONG atraen con una propuesta lavada y presuntamente desideologizada a jóvenes profesionales y estudiantes de las clases medias y altas a quienes les picó el bichito del compromiso social, y que terminan siendo la carne de cañón precarizada laboralmente para ir desplazando por goteo a los docentes de su rol. En CABA –el gran laboratorio político del PRO para su proyección nacional–, de hecho, ya se ha tercerizado en estas organizaciones no gubernamentales la Red Comunitaria de Apoyo Escolar: una oferta del Ministerio de Educación local para acompañar las trayectorias escolares en territorio. Si se busca en esa red a profesores particulares, ya no los encontrarán: tal vez sean estudiantes de márketing o relaciones públicas de una universidad privada que están enseñando a dividir y multiplicar.

Las ONG, a su vez, contratan a docentes e investigadores para brindar una mínima capacitación sobre didácticas y pedagogías a sus voluntarios. Y, como para muestra basta un botón, los materiales utilizados por la Red de Apoyo Escolar fueron los del programa DALE (“Derecho a Aprender a Leer y Escribir”) que está a cargo de Beatriz Diuk, estrecha colaboradora de Borzone como se puede advertir en los cuadernillos del programa (el maridaje entre DALE y la Red de Apoyo Escolar terminó en un pedido a la Escuela de Maestros de CABA para recibir a estos voluntarios en el marco de una capacitación con estrategias diferentes a las de DALE, que no habían dado el resultado esperado. Vale recordar que la Escuela de Maestros tiene como función única capacitar a docentes profesionales del sistema educativo público, y no a voluntarios de ONG sin título habilitante).

En síntesis, las “expertas” convocadas para realizar la consulta sobre cuestiones pedagógicas ya tienen en curso asociaciones bien concretas con la gestión de CABA, que resulta ser del mismo signo político que la gestión nacional.

Hipótesis y contexto

Surgen entonces algunas preguntas: ¿Por qué el Ministerio de Educación de la Nación presenta escenarios de renovación pedagógica que, dada la estructura del sistema educativo son irrealizables en el corto y mediano plazo, y su ejecución implicaría una nada desdeñable cantidad de Institutos de Formación Docente en estado asambleario? ¿Por qué insistir con un enfoque de una teoría pedagógica que –como plantea Castedo en su descargo– ni siquiera es el más renovador dentro de ese mismo paradigma? ¿Acaso busca situar un tema en agenda apelando a la nostalgia educativa de un público poco avezado en las sutilezas del campo educativo? ¿Con qué fin? ¿Será el de ampliar las alianzas entre el Estado y los programas a cargo de las “expertas” convocadas, de forma análoga a como parece estar planteada la relación entre el Ministerio de Educación de la Nación y el neuronegociado? ¿Será, en vez de un debate pedagógico, la simple puesta en funcionamiento de un lobby educativo que busca consensos más amplios con mensajes simplificadores? Son cuestionamientos que sería interesante dilucidar.

Por último, es pertinente incluir en este análisis el dato de que Emilia Ferreiro, señalada en el artículo de La Nación como la ideóloga de la psicogenética educativa y sus métodos, visita el país en estos días, en el marco de las Jornadas Internacionales de Escritura y Alfabetización que se realizan en la Universidad Nacional de La Plata. Emilia Ferreiro aplicó sus hipótesis sobre poblaciones vulnerables de diferentes países, y los resultados de sus indagaciones son de dominio público. A partir de ellas es que se trazaron algunas directrices que responden a algunos de sus planteos y que fueron incluidas como partes importantes de las estrategias oficiales de enseñanza de lectoescritura.

Este dato podría también ayudar a comprender por qué justo en el mismo momento en que Ferreiro visita nuestro país sale una nota atacando frontalmente sus postulados generales con tergiversaciones y simplificaciones brutales. ¿Aprovechar la coyuntura para, rebotando en Ferreiro, darle más visibilidad al nuevo-viejo “método” de la conciencia fonológica? Más preguntas. Todas ellas, divorciadas de las aulas reales, donde todos los días los docentes hacemos de nuestro trabajo un cadáver exquisito de verdades e intuiciones lejos de las marquesinas y el glamour de la siempre pasajera alta política.

Agradecemos a las compañeras docentes que aportaron información valiosísima para esta publicación y a los que comenten con sus opiniones.

* Publicada originalmente en el blog del autor

Fuente: http://www.laizquierdadiario.com/La-revolucion-educativa-de-Macri-volver-a-alfabetizar-por-conciencia-fonologica

Imagen: www.laizquierdadiario.com/local/cache-vignettes/L653xH368/arton60211-38967.jpg?1479783791

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«Los principales problemas de la Argentina son de educación»

América del Sur/Argentina/Por Daniel Pardo/dpardo@elcordillerano.com.ar

Esteban Bullrich hizo balance del año de gestión. Y contó los desafíos para el próximo año. Aseguró que «el consejo de ministros de educación tiene en sus manos el futuro del país».

El Ministro de Educación, Esteban Bullrich, encabezó la reunión del Consejo Federal de Educación en la ciudad. Y formuló algunas apreciaciones sobre los desafíos de la gestión. «Yo creo que los principales problemas que afrontamos son de educación. El sistema educativo tiene las respuestas a los problemas que estamos enfrentando. El consejo de ministros que se reúne en Bariloche tiene en sus manos el futuro de la Argentina, señaló.

Bullrich destacó, como balance de este año de gestión, que «marcamos un cambio de formas. Lanzamos un plan de inversiones que ya llega a las provincias, por ejemplo. Terminamos el año con deudas pero tenemos mucho por hacer»

El Ministro de Educación reconoció que durante la gestión se generaron obstáculos que no estaban en los planes. «No pensábamos que antes de fin de año Dilma no iba a ser más presidenta de Brasil y la crisis política que se generó. Todo lo que se generó en el mundo que generó una incertidumbre importante y provocó un impacto en el flujo de inversiones. El triunfo de Trump en Estados Unidos, el Brexit en Inglaterra. Eso repercute en el país, también. Más allá de esto, siempre depende de nosotros», analizó.

Existen grandes desafíos en el terreno de la educación. «Somos inmigrantes de la tecnología», aseguró Bullrich a propósito de la fuerte penetración de los avances tecnológicos en la cultura. Y agregó: «Mi hija de dos años sabe usar el celular y no sabe más de cinco palabras. La tecnología debe ser una herramienta, no es un arma, no es una amenaza. Nuestro desafío es darle a los ministros la formación que necesitan para manejar tan bien, o mejor, que los jóvenes».

¿Cuáles son los desafíos para el próximo año? El desafío de Bullrich es despertar un debate nacional respecto al futuro de la educación. «Necesitamos poner en la mesa un proyecto a largo plazo, que trascienda a un presidente, a una gestión. Me gustaría que fuera parte del debate del año próximo. Esa transformación lleva, como mínimo, un ciclo completo de la escuela, 15 años. El objetivos 2030. El largo plazo nos permite planificar y pensar gradualmente los cambios que hacen falta», finalizó.

Fuente: http://elcordillerano.com.ar/index.php/actualidad/item/46060-gennuso-bullrich-y-weretilneck-abrieron-la-asamblea-del-consejo-federal-de-educacion

Imagen: elcordillerano.com.ar/media/k2/items/cache/8d2509f253c918193fde186a5535cef2_L.jpg

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Comisión Europea aumentará ayuda humanitaria para educación de niños en emergencia en 2017

Unión Europea/01 diciembre 2016/Fuente: Hoy los Angeles

La Comisión Europea (CE) anunció hoy que aumentará la cuota de ayuda humanitaria en 2017 para fomentar proyectos de educación a niños en situación de emergencia y afectados por crisis en todo el mundo.

La CE afirmó que la financiación de la educación de los niños que viven en situaciones de conflicto será «una de las principales prioridades» y anunció un aumento para esta partida del 4 % de la ayuda humanitaria del presupuesto comunitario que representa en 2016 al 6 % en 2017.

Con este aumento, la CE se sitúa, según afirma en un comunicado, «muy por encima de la media global», teniendo en cuenta que la educación en situaciones de emergencia es una de las áreas que menos recursos recibe, con menos del 2 % de la financiación humanitaria mundial.

«La educación no es un privilegio, es un derecho. Desde Oriente Medio a África y otras regiones, nuestro deseo es permitir el acceso a educación de calidad en entornos seguros a niños atrapados en situaciones de emergencia», explicó el comisario europeo para la Ayuda Humanitaria y la Gestión de Crisis, Christos Stylianides.

El comisario añadió que, mediante la financiación de la educación, se realiza «una verdadera inversión» en el futuro de los niños y en sus esperanzas de alcanzar una vida mejor y animó a otros donantes a aumentar sus esfuerzos en esta materia a nivel mundial.

Actualmente, 75 millones de niños viven en países envueltos en crisis o desplazados forzosamente y no cuentan con acceso a educación de calidad.

La ayuda de la CE apoyará el acceso a educación formal y no formal, incluyendo formación profesional, actividades recreativas y equipos de psicología. Además, los niños se beneficiarán de material escolar y de la construcción de nuevas instalaciones educativas.

La CE anunció que esta ayuda será canalizada a través de ONG, agencias de la ONU y otras organizaciones internacionales para que lleguen a las zonas más vulnerables.

Fuente: http://www.hoylosangeles.com/noticias/internacional/hoyla-int-ce-aumentara-ayuda-humanitaria-para-educacion-de-ninos-en-emergencia-en-2017-20161130-story.html

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