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Entrevista a José María Usón Presidente de la Asociación de Escuelas de Segunda Oportunidad: Las escuelas de segunda oportunidad somos el coche escoba, pero nuestros jóvenes encuentran una salida”

Entrevista/05 Septiembre 2019/Autor: Víctor Saura/El diario la educación

“Las escuelas de segunda oportunidad somos el coche escoba, pero nuestros jóvenes encuentran una salida”

Las escuelas de segunda oportunidad (E2O) llaman a la puerta del sistema para que se reconozca y extienda su modelo. El presidente de la asociación de E2O advierte que están desbordadas, sobre todo a causa del fenómeno ‘mena’, y pide a los poderes públicos que sigan el ejemplo del Ayuntamiento de Barcelona.

José María Usón es responsable del área de formación de la Fundación Federico Ozanam, de Zaragoza, una de las pioneras en trabajar con jóvenes que han fracasado en la etapa educativa y que no tienen ningún tipo de expectativa laboral. También preside la Asociación española de Escuelas de Segunda Oportunidad (E2O), y como tal pasó por Barcelona a principios de verano para «bendecir» la presentación de la primera E2O del Ayuntamiento de Barcelona, una de las primeras del Estado impulsada por una administración pública. La asociación que preside Usón está formada por 23 instituciones y entidades con este tipo de escuelas, que se distribuyen por ocho comunidades autónomas (País Vasco, Cataluña, Aragón, Madrid, Comunidad Valenciana, Andalucía, Extremadura y Canarias… pronto se puede incorporar una de Castilla y León). La asociación se encarga de acreditar que los candidatos a ser llamado escuela de segunda oportunidad cumplan los principios fundamentales de las E20.

¿Qué hace una escuela de segunda oportunidad?

Las escuelas de segunda oportunidad nos hemos ido conociendo a lo largo de los últimos 25-30 años, hacemos lo mismo pero en diferentes ciudades de España. Lo que intentamos todos es, en primer lugar, el retorno educativo de los jóvenes.

¿Que vuelvan al sistema educativo del que salieron rebotados?

El que abandonó la ESO, por ejemplo en 2º o 3º, posiblemente tiene más o menos accesible un corto recorrido hasta conseguir la secundaria. Y de ahí seguir escalando a lo que podría ser un grado medio. Y para aquellos jóvenes a los que el retorno les sería muy complicado, porque hablamos de chicos y chicas con dificultad de idioma, y con una gran necesidad de llevar ingresos a casa, o porque su fracaso escolar viene de muy atrás y tienen una aversión a todo lo que sea la escuela, entonces puede ser que valoremos que ahí hay dificultades y busquemos otro itinerario.

Aceptan alumnos de 16 a 24 años, pero la realidad de unos y otros no tiene nada que ver. ¿Hay unos que son reinsertados en el sistema educativo y otros en el mercado laboral directamente?

Hasta que no conocemos al joven no sabemos por qué vía vamos a llevarlo. Si vemos que es un chaval que tiene posibilidades de volver al sistema educativo, ese va a ser el principal empeño. Creemos que la vía está en la formación. Una persona con una formación de secundaria o un grado medio siempre optará a un puesto de mayor calidad, con más garantías, mayor continuidad, nivel salarial… o sea que intentamos que sea a través de una formación. Y aquellos que vemos que es complicado, vamos a empezar por la parte profesional, pero en paralelo con matemática, lengua, tecnología y todos los refuerzos que tengan que estar alrededor de su oficio.

¿Entre estos chicos y chicas hay menos fracaso laboral que fracaso escolar?

Aquí hay una máxima importante. La mayoría de los jóvenes que acuden a una escuela de segunda oportunidad vienen de situaciones de extrema vulnerabilidad, y me refiero a temas de vivienda, problemas económicos, temas sociales, de adaptación, problemas familiares, temas de consumos. O trabajamos integralmente o no conseguiremos sacar adelante a estas personas. Si sólo intentamos la vía profesional, mal estamos avanzando: a ese chico o a esa chica le vamos a dejar a mitad del camino. Tenemos que abordar el tema desde un concepto integral, y con procesos personalizados para cada chico o chica. Lo que le puede ser útil a uno no tiene por qué serle útil a otro, porque cada uno parte de un punto diferente y cada uno, además, en su proceso vital tiene unas mochilas que le lastran más que a otros. Explicamos lo mismo a los dos alumnos, pero si yo después voy a una casa donde el deterioro es importante (malos tratos, incapacidad de poder comer de una manera normalizada, o un dormitorio en el que duermen varias personas juntas, etc.) esa persona al día siguiente no va a tener la misma mente preparada y abierta para recibir conocimientos que un chico que comparte una habitación con su hermano y que se encuentra un plato de comida siempre en la mesa. Todas estas cuestiones periféricas es lo que tenemos que trabajar integralmente.

¿Qué diferencia una escuela de segunda oportunidad de una escuela de adultos? 

Conozco mejor la realidad de las escuelas de adultos de Aragón, en las que se trabajan las cuestiones formativas (N2, ESO, preparación para Grado Medio, etc.). No ofrecen ninguna acción en diseño de itinerarios individualizados con el alumnado y acompañamiento en su desarrollo, competencias transversales, orientación personal y laboral, prácticas en empresas, intermediación laboral, tutorías personalizadas, seguimiento social para temas de salud, económicos, familiares, interculturales, etc.

Y ustedes sí, supongo.

Trabajamos tanto las competencias profesionales como muchas competencias transversales que pasan a menudo desapercibidas pero que son fundamentales. Me refiero a la gestión del tiempo y de las emociones, asumir la responsabilidad, la imagen personal, el trabajo en equipo, acatar la autoridad, todas esas cuestiones que también a día de hoy los empresarios valoran casi como más importantes que la especialización en sí.

¿A qué se refiere?

Muchos empresarios te dicen: “No te preocupes; por mí, si el chico es puntual, es majo y me puedo fiar de él, ya le enseñaré yo; es que lo que hacemos aquí es tan específico que no se aprende en ninguna escuela”.

¿La certificación de los estudios que se imparten en las escuelas de segunda oportunidad sería una de las reivindicaciones de la asociación?

Es que todos los esfuerzos que hagan los jóvenes, por pequeños que sean, tienen que ser certificados, porque de alguna manera ellos necesitan ser conscientes de que esos pasos que van dando son para conseguir metas.

¿Qué titulación pueden dar las E2O?

Impartimos programas oficiales, es decir, que dependen de administraciones públicas y obviamente están financiados por ellas. Hablamos de FP Básica, PCI, Programas de Empleo Autonómico, Escuelas Taller, etc. Estos programas se basan en certificados de profesionalidad, por lo que el alumno que supera todos los módulos formativos obtiene dicho certificado. Tal y como vienen diseñados por el SEPE (Servicio Público de Empleo Estatal), los certificados de profesionalidad tienen duraciones de 200, 300, 400, 500 horas o más, dependiendo de la especialidad. La FP básica y los PCI tienen duraciones de curso escolar, aproximadamente 1.000 horas/curso.

Durante estas 1.000 horas, los alumnos reciben, además de la formación del certificado de profesionalidad, competencias matemáticas, lingüísticas y tecnológicas, esas competencias transversales de las que hemos hablado, realizan actividades culturales (visitas a centros de interés, museos, patrimonio, charlas, etc.) y, por último,  prácticas en empresas.

También impartimos programas propios, organizados y financiados por la entidad, para el alumnado que no puede acceder a programas oficiales por llegar fuera de plazo, no cumplir requisitos (normalmente idioma), no haber plaza… se incorpora a formaciones ocupacionales, no vinculadas a certificados de profesionalidad y en las que igualmente se diseña un itinerario personal y se trabajan las competencias antes mencionadas.

Estuvieron en conversaciones con el Gobierno. ¿Qué le piden y, en general, qué piden a los poderes públicos?

Que nos identifiquen como parte de la comunidad educativa, o sea que se considere que no somos un nicho extraño que está ahí para chicas o chicos extraños, sino que esas chicas y esos chicos con los que estamos trabajando son jóvenes, nada más, que por la razón que sea no han encajado en el sistema ordinario, pero que necesitan una respuesta, y como están allí, y como llevamos más de 30 años trabajando con estos jóvenes y vemos que siguen estando, creemos que tenemos que existir, y dar respuesta desde las escuelas de segunda oportunidad a ese colectivo.

Hablamos de muchos miles de jóvenes en España que están en situación de ir a un recurso como una escuela de segunda oportunidad. Con el Ministerio hemos estado compartiendo este mismo lenguaje.

El porcentaje de abandono escolar en la ESO y la FP de grado medio es muy elevado, de alrededor del 20%…

Sí, aunque varía según la comunidad autónoma. Pero depende de qué barrios ese porcentaje es mucho mayor.

¿Y cuál es el porcentaje de reinserción o de no abandono de las escuelas de segunda oportunidad?

Teniendo en cuenta que somos el coche escoba de muchos de nuestros jóvenes, nosotros no finalizamos un proceso, siempre estamos allí. Los jóvenes tardarán más o menos en conseguir una meta, pero con nosotros la conseguirán. Yo te diría que, salvo algún alumno que abandona porque su familia decide que tiene que ir a trabajar sí o sí, todos los jóvenes encuentran una salida. Y les estamos acompañando en todo su itinerario, incluso aquellos que no encuentran una empresa o un estudio con el que continuar, seguimos teniendo relación meses y años después de que, de alguna manera, haya finalizado este proceso. El acompañamiento existe y creemos que es muy importante ese post, tienen que tener una referencia, alguien a quien acudir, de alguna manera sustituimos esa figura familiar, esa figura de orientador, que para la familia es complicado porque no están al día de todos los recursos que existen y de qué manera ayudar a sus hijos en la decisión de ese itinerario. Estamos allí, somos su referencia.

¿Hay más demanda que plazas ofertadas?

Sí, y más ahora. Con todo el fenómeno de los MENA [menores no acompañados] estamos desbordados. Pero también, evidentemente, hay que darles solución. Son menores de edad, tutelados por las diferentes comunidades, y son las administraciones las que te dicen: «Por favor, tengo a estos 60, 80 o 100, ¿qué puedo hacer con ellos?». Y es un colectivo que viene con unas necesidades altísimas porque, aparte del idioma, viene también de situaciones de máxima vulnerabilidad de sus países de origen, donde no han tenido tampoco la oportunidad de estar en la escuela, han estado abandonados en la calle, o haciendo trabajos desde muy jovencitos sin tener ningún tipo de formación…

Ahí hay un trabajo muy por encima de lo que aquí podemos entender que es un chico que ha nacido en España o ha vivido aquí muchos años y que ha abandonado la ESO por diferentes circunstancias personales. O sea, estamos desbordados, ese es el resumen. Pero antes de la llegada de los MENA ya estábamos desbordados.

¿Esperan que el modelo de Barcelona sea imitado por otros poderes públicos?

Claro, lo deseamos. No tanto porque los recursos estén allí, sino porque los ayuntamientos vean y reconozcan que hay una necesidad importante y que algo hay que hacer, que no podemos quedarnos de brazos cruzados o taparnos los ojos. Tenemos que trabajar todos de la mano y, por qué no, que sea un ayuntamiento quien ponga en marcha un recurso de este tipo. Y además, la idea de Barcelona de que lo gestionen las entidades que tienen la experiencia y un bagaje importante de decenas de años es muy buena.

Fuente e imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/09/03/las-escuelas-de-segunda-oportunidad-somos-el-coche-escoba-pero-nuestros-jovenes-encuentran-una-salida/

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Vídeo: «Enseñar es un arte»por Ken Robinson

Por: AprendemosJuntos.

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En este vídeo Ken Robinson muestra sus ideas sobre creatividad, innovación y sistema educativo. Un tratado pedagógico desde el particular punto de vista de este pensador británico. Es autor de más de una decena de libros. En su última obra “Tú, tu hijo y la escuela”, reflexiona sobre cómo los padres pueden apoyar a sus hijos durante el recorrido escolar. Ken Robinson es una de las voces pedagógicas más reconocidas a nivel internacional. Su trabajo se centra en la creatividad y la innovación. Es profesor emérito de la Universidad de Warwick, Reino Unido, en la que durante doce años impartió educación artística. Además, ha liderado proyectos nacionales e internacionales sobre creatividad y cultura en Europa, Asia y Estados Unidos. Su famosa conferencia “¿Las escuelas matan la creatividad?”, es la charla educativa más vista en internet. Sus aportes a la educación y las artes le han valido multitud de premios y reconocimientos.

 

Fuente del documento: https://www.youtube.com/watch?v=WP8WSK-6Pj0

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La educación, otro barco que hace agua en Costa Rica

Por: Prensa Latina

Los preocupantes resultados del Séptimo Informe sobre el Estado de la Educación en Costa Rica permiten concluir que esa esfera también hace agua en esta nación centroamericana, otrora exaltada por poseer una de las mejores enseñanzas públicas de la región.
A la ya alarmante situación nacional por el desempleo, el poco crecimiento de la economía, los nuevos impuestos, proyectos de ley antisindicales que tienen enojados a los trabajadores y otras medidas neoliberales, se suma ahora la educación.

Entre los hallazgos del Séptimo Informe del Estado de la Educación destacan que 53 mil niños y adolescentes, entre 12 y 16 años, se encuentran fuera del sistema de enseñanza, el 93 por ciento de las escuelas no tiene el currículo completo y el 60 por ciento de los programas educativos que imparten universidades privadas tiene una década sin actualizarse.

Asimismo, el incremento en 42 mil 383 cupos de la matrícula de secundaria entre 2011 y 2018 no se tradujo en una mayor calidad o mejora de la educación en ese nivel, pues el Informe refleja que solo el 48 por ciento de los alumnos de esa enseñanza entre 15 y 16 años asistía a clases sin rezago, mientras el 23 por ciento estaba fuera del sistema.

El Informe explica lo anterior ‘en gran parte por los problemas del país en cuanto a eficiencia interna y rendimiento desde la educación primaria, lo cual limita el éxito en los ciclos posteriores’ y atribuye el incremento de la matrícula al aporte de las modalidades no tradicionales, dentro de las que sobresalen los Centros Integrados de Educación de Adultos (Cindea), donde la cantidad de estudiantes pasó de 24 mil 485 a 46 mil 404 en esos años.

Sobre este tema, el investigador del Programa del Estado de la Educación Dagoberto Murillo señaló que ‘cuando uno analiza la distribución de la población que debería asistir al tercer ciclo, se da cuenta que un 75 por ciento lo hace en la edad que tiene que hacerlo, pero hay un porcentaje importante de un 16 por ciento que está en primaria, en el segundo ciclo’.

Si vemos de 15 a 16 años, que es la población que debería asistir a la educación diversificada, el problema es aún más grave, porque un 28 por ciento está rezagada en el tercer ciclo (séptimo, octavo y noveno grados) y un 23 por ciento está fuera del sistema, precisó Murillo.

Sobre Cindea, el investigador colocó un asterisco, porque -indicó- son modalidades con problemas para ofrecer una educación de calidad en términos académicos, de recursos humanos, de infraestructura, que limitan las posibilidades en una población a la que más bien deberíamos prestarle mucha atención, porque es la última oportunidad que tienen de incorporarse al sistema educativo y culminar con éxito.

Murillo lo resume en que ‘hay problemas de infraestructura, porque operan en otros centros educativos, no hay suficiente personal docente, ofrecen menos cantidad de lecciones, no hay coordinadores académicos. Aquí hay un tema que debemos de resolver, porque si los vamos a recuperar para romper con ese círculo necesitamos que esa formación sea de calidad’.

El Informe apunta que ‘la calidad de la enseñanza (primaria) en las aulas dista mucho de los parámetros exigidos en las reformas curriculares del MEP (Ministerio de Educación Pública). Ese hecho condiciona los aprendizajes de los alumnos, quienes no consiguen avanzar con bases firmes en los ciclos posteriores de la secundaria y la educación superior’.

En cuanto a la educación universitaria, el Informe no resulta menos pesimista, al sostener que es un motor que lleva una década estancado, esto en términos de la población cubierta y sin actualización alguna en el 60 por ciento de los programas que imparten universidades privadas, que son 53 en total.

La imposibilidad de crecimiento importante del financiamiento público, por la crisis fiscal del país, y las dificultades de la población para pagar universidades privadas, por la reducción en el crecimiento de los ingresos de los hogares, achican las posibilidades de que crezca la cobertura, refiere el Informe.

Por ello, considera que ‘para avanzar es necesario un cambio en la estrategia de regionalización de los servicios de educación superior y en un impulso en la cultura de innovación de la oferta académica. Como el financiamiento no crecerá, se deben identificar las fuentes y establecer una mayor preocupación por la eficiencia económica y la equidad’.

La investigadora Marcela Román, quien tuvo a su cargo la coordinación del capítulo referido a esta enseñanza, resaltó que ‘aún la educación superior es un agente de movilidad social, porque eleva muchísimo la posibilidad de empleo y de mejores ingresos’.

Pero, agrega, la mala noticia de ese dato es que la razón para que sea tan alto es que hay pocos padres de familia profesionales, en referencia a aquellas personas que en la década de los 80 del siglo XX tuvieron que ingresar al mercado laboral y prescindir de ir a la universidad por los efectos de las crisis de inicios de esa época.

‘Ahora, dos o tres décadas después y con un radical entorno tecnológico y laboral, son sus hijos los que se enfrentan a la presión de una oferta académica más amplia e inclusiva, pero al mismo tiempo necesitada de reformas de fondo para mejorar en cobertura y calidad’, subrayó Román.

En la portada del Séptimo Informe del Estado de la Educación en Costa Rica (2018), la coordinadora de dicho programa, Isabel Román, asegura que esa herramienta constituye un recurso valioso para comunicar un mensaje clave y provocar una reflexión de fondo sobre la situación actual y futura de la enseñanza en el país.

Tras recordar que 2018 fue un año atípico cuyas secuelas se siguen experimentando hasta el momento, Román asevera que ‘este ambiente ha facilitando la reemergencia de conflictos no resueltos y actitudes defensivas, reclamos y desconfianza entre dichos actores que, de no atenderse pronto, pueden convertirse en caldo de cultivo para situaciones de enfrentamiento recurrentes y perjudicar, de manera irreversible, el proceso educativo en su esencia’.

Revela que las investigaciones que sustentan el Informe brindan información que, en el contexto actual, pueden contribuir a hacer un llamado a un diálogo sereno y constructivo requerido con urgencia, sobre los problemas de fondo existentes en educación.

‘Pero ¿cómo hacer ese llamado? Lo primero es reconocer en qué situación estamos: si bien en los últimos 15 años hemos tenido logros importantes (alta inversión en educación, cambios en la oferta curricular; reducción de brechas de acceso y exclusión educativa, entre otros), también es cierto que el país mantiene bajos resultados en materia de aprendizaje y logro educativo de los estudiantes’, puntualiza.

Román menciona que el Informe documenta una serie de frenos que impiden al país avanzar en la mejora educativa: tensiones entre cobertura y calidad en preescolar; falta de buenos cimientos en primaria; limitada aplicación de la reforma curricular; problemas en la formación inicial docente; complicada gobernanza del MEP y débiles procesos de innovación y regionalización en educación superior.

Frente a este panorama se desprende una conclusión importante: necesitamos cambiar el status quo, dar golpes de timón, porque defender el estado actual de las cosas es hipotecar el futuro, estima la investigadora.

Sin embargo, ‘lejos de ser pesimista la portada brinda a la vez un mensaje esperanzador, por eso también muestra un pájaro construido a partir de una hoja blanca, que simboliza la educación como forma de avance y desarrollo, esa herramienta que históricamente Costa Rica ha elegido para progresar y echar a volar proyectos y sueños en materia de desarrollo humano’, exalta.

Por eso, estima que ‘el ingrediente más importante es tomar conciencia de que es posible reencontrarnos, dejar atrás las discusiones del encierro, alzar el vuelo. Ojalá esta propuesta de portada invite a los actores del sistema educativo nacional, y a todos los lectores del Informe, a generar esos cambios que hoy necesitamos’.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=301595&SEO=la-educacion-otro-barco-que-hace-agua-en-costa-rica

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¿Por qué “deben aprender” eso y no otra cosa? ¿Por qué así y no de otra manera?

Por: Juan Carlos Miranda Arroyo

Debido a que en unos días se iniciará el ciclo escolar 2019-2020 para la Educación Básica en México (Preescolar, Primaria y Secundaria), que por cierto será el primer año lectivo en época de la llamada “Cuarta Transformación” de la vida pública del país; y a propósito del texto publicado la semana pasada en este espacio (“Pensamiento Matemático y Educación Preescolar”, SDP Noticias, 16 de agosto, 2019), en esta ocasión abordaré con una doble pregunta la afirmación que da título a esta columna: ¿Qué y cómo enseñar y aprender en la Educación Básica?

Dada la inminencia de este inicio de clases, es probable que algunas madres y padres de familia, y abuelitos, se pregunten o estén interesados en saber qué aprenden sus hijos e hijas (o nietos) en la escuela, sobre todo en la pública: ¿Por qué “deben aprender” eso y no otra cosa? ¿Por qué así y no de otra manera? Por todo ello, el tema exige acercarnos a los planteamientos generados por la investigación educativa reciente, puesto que implica identificar los criterios que las autoridades educativas establecen como relevantes y pertinentes para definir la selección de los contenidos y métodos educativos, dirigidos a los niños en edad escolar de la Educación Básica (entre los 3 y los 15 años, aproximadamente), a partir de los hallazgos generados por la investigación.

Justamente, uno de los comentarios que recibimos en relación con la columna mencionada y publicada gentilmente por SDP Noticias, específicamente respecto a los resultados obtenidos luego de una evaluación que aplicamos hace unas semanas a un grupo de educadoras, en el campo de formación “Pensamiento Matemático”, indicaba que el instrumento utilizado para llevar a cabo dicha evaluación docente incorporaba elementos de programas educativos no vigentes, aunque otros sí: “… algunos de los aspectos teóricos no se mencionan en el programa de preescolar, me parece que ese fue el motivo del desconocimiento de quienes participaron en la evaluación, sin embargo, hay otros que son la base desde la licenciatura que sí están inmersos.” (1) Otro comentario interesante, que nos enviaron por la red Twitter, de algún modo coincide con la opinión anterior; éste decía así: “Los maestros del nivel básico en general estamos obligados a observar el programa escolar vigente. Lo invito a revisar el campo formativo desarrollo del pensamiento matemático y analizar los aprendizajes esperados…”

Por supuesto que manejamos los planes y programas de la educación básica. De hecho, ésta fue la respuesta que dimos en la citada red social: “El instrumento de evaluación de docentes toma como referentes principales los Programas de Educación Preescolar (PEP) 1992, 2004 y 2011. El programa vigente, 2017, ha sido «aligerado» en comparación con los anteriores. Los docentes pueden, sin embargo, ir más allá de los «mínimos» marcados por el programa vigente.”

Podríamos decir entonces que la pregunta a debatir es: ¿Los docentes deben ser evaluados, para fines formativos, sólo con los contenidos y métodos que marca el programa vigente? ¿O este tipo de evaluación debe partir, en efecto, desde ese referente curricular y considerar además los elementos incorporados durante la práctica docente, a partir del dominio de los programas anteriores?

Un reporte del recientemente “reconvertido” (o legalmente desaparecido) Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, señala lo siguiente refiriéndose al “currículo” o “curriculum escolar”: “…éste va más allá del tratamiento de los contenidos y las formas de apropiarse de ellos. Implica tener claridad sobre las intenciones educativas y la necesidad de articular los saberes fundamentales y la metodología para alcanzarlos. La consideración a esta relación entre contenido y formas de enseñanza impacta necesariamente en otros elementos que recrean el trabajo didáctico, y lleva a tomar decisiones sobre qué conocimientos promueven la asimilación de información o cuáles son fundamentales para desarrollar el pensamiento del alumno. También implica la búsqueda sobre determinadas situaciones educativas que promuevan un tipo de aprendizaje a partir de la enseñanza que se recibe. Seleccionar determinados contenidos y formas de abordarlos lleva implícita una concepción sobre los sujetos de la educación y su intervención en el proceso, y en torno a la valoración sobre el producto o el proceso durante el trabajo pedagógico y el tipo de recursos y los materiales necesarios. Todos estos elementos curriculares adquieren significado en la interacción de los diferentes espacios de intervención educativa, principalmente en el aula, que es donde se establecen y toman sentido las prácticas educativas.” (2)

Al respecto de este interesante debate, retomo las ideas que escribió hace algunos años el psicólogo español César Coll, de la Universidad de Barcelona: “Por una parte, los contenidos reflejan y concretan las intenciones educativas y, a través de ellas, las finalidades de la educación básica y la función o funciones prioritarias que los grupos sociales dominantes o mayoritarios le atribuyen… Por otra parte, si bien es cierto que conviene distinguir cuidadosamente entre los contenidos incluidos en las propuestas curriculares –prescriptivas o no–, los contenidos enseñados y los contenidos que aprenden y se apropian los alumnos, no lo es menos que los primeros orientan, condicionan o determinan en mayor o menor medida, según los casos, lo que finalmente se enseña y se aprende en las aulas… No puede sorprender, en consecuencia, que los intentos de innovación, reforma o mejora de la educación escolar hayan estado siempre asociados, entre otros, a cambios más o menos profundos de los contenidos de enseñanza y aprendizaje. Y no puede sorprendernos que en un momento como el actual, en el que nuestras sociedades se enfrentan a nuevos retos y desafíos, surja otra vez la necesidad de volver a plantearnos estas preguntas sobre los contenidos escolares y revisar las respuestas que les hemos dado en el pasado. En suma, lejos de ser un aspecto secundario o simplemente subsidiario de otros, las decisiones sobre los contenidos escolares y los análisis, las reflexiones y los debates que a menudo les acompañan tienen una entidad propia y merecen una atención diferenciada.” (3)

Una primera conclusión a que nos conduce la exposición de estas ideas y el reinicio del debate, indica que una cosa son los programas educativos dados a conocer a la sociedad por parte de las autoridades educativas, que son generalmente producto de las propuestas que generan los equipos técnicos, junto con los grupos de funcionarios especializados en Educación Básica; que otra cosa es la práctica docente y pedagógica que se lleva a cabo en el aula y demás espacios escolares; y que una tercera cosa diferente es lo que los alumnos aprenden. Por lo tanto, un gran desafío es lograr que estas tres cosas se sintonicen.

Después de reflexionar sobre estos temas, una segunda conclusión es que los criterios normativos para evaluar a los docentes y su práctica (con intereses formativos), sobre todo en la escuela pública, no se agotan con la revisión, recuperación o planteamiento de las formalidades que están plasmadas en el documento vigente, llamado “Plan y Programas”, sino que dichos criterios deberán estar dados o definidos por la riqueza que está implicada en la labor profesional de la docencia, la dirección escolar o la asesoría técnica in situ, es decir, por todo lo que se da, “en movimiento”, en la escuela, tanto en forma individual como colectiva.

Por último, considero que este tipo de debates deja al descubierto algunos de los retos centrales o transversales que tiene frente a sí la normatividad educativa nacional, (que está por cierto en proceso de rediseño), con respecto a los procesos de evaluación formativa de las figuras educativas: docentes, directivos escolares y equipos de asesoría técnica (y que se establecerán, en breve, en la Ley del Sistema de Carrera de las Maestras y los Maestros); es decir, el reto principal estará dado en la definición acerca del qué y del cómo serán evaluadas dichas figuras. Definición que estará en la cancha de las y los legisladores, y de las autoridades educativas federales actuales.

Si las y los legisladores, así como las autoridades educativas federales, deciden que la evaluación formativa de docentes sólo será individual, y no social, es decir que seguirá sin considerar las capacidades y potencialidades del equipo o grupo educativo que trabaja en la escuela, entonces el problema de la parcialidad y la simplificación de las evaluaciones dirigidas a los profesionales de la educación, seguirá sin resolverse.

Fuentes consultadas:

(1) Comentario de la Mtra. María del Pilar Guevara (Educadora). Veracruz.

(2) INEE (2019). “Marco referencial y metodológico para la evaluación de contenidos y métodos educativos”. México.

(3) César Coll. (2006). “Lo básico en la educación básica. Reflexiones en torno a la revisión y actualización del currículo de la educación básica”. Revista Electrónica de Investigación Educativa, 8 (1). Consultado el día de mes de año en: http://redie.uabc.mx/vol8no1/contenido-coll.html

Fuente: http://www.educacionfutura.org/por-que-deben-aprender-eso-y-no-otra-cosa-por-que-asi-y-no-de-otra-manera/

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Minedu prepara un nuevo plan de evaluaciones para estudiantes

América del sur/Perú/29 Agosto 2019/El comercio

La viceministra de Gestión pedagógica del Minedu, Patricia Andrade, anuncia nueva estrategia para medir logros de aprendizaje en colegios. Incluirán nuevas áreas

Los resultados de la Evaluación Censal de Estudiantes (ECE) y la Evaluación Muestral de Estudiantes (EME) revelan una caída en alumnos de segundo de primaria. Solo el 37,8% tiene un desempeño satisfactorio en comprensión lectura y el 14,7% en matemáticas. En conversación con este Diario, Patricia Andrade, viceministra de Gestión Educativa del Ministerio de Educación (Minedu) explica las causas de este retroceso y anuncia el replanteo del plan de evaluaciones.

— ¿Qué factores explican el descenso en el desempeño de estudiantes de segundo grado observado en las evaluaciones realizadas por el Minedu?

Hay muchos factores que influyen en el logro del aprendizaje. Unos tienen que ver con el estudiante y su familia, otros están relacionados al desempeño docente y gestión de la escuela, y otros son externos y están asociados al nivel socioeconómico, a condiciones ambientales o a la coyuntura política. Lo que ha ocurrido en este nivel posiblemente es una interrelación de todos, pero con un mayor peso de los externos. La evaluación censal se realizó luego de El Niño costero y la huelga magisterial,que afectaron a los estudiantes y la dinámica escolar.

— ¿Por qué el descenso se registró más en este grado que en otros evaluados?

Afectó más a los niños más pequeños porque recién se están insertando a la escolaridad, tenían apenas un grado previo en el colegio. Tampoco hemos completado la universalización del acceso a la educación inicial que también es un factor vinculado a los aprendizajes. Estas circunstancias colocaron a los niños en una situación de mayor vulnerabilidad frente a factores externos.

— ¿Cómo afectó la actual coyuntura política el aprendizaje de los alumnos?

En dos años y medio hemos tenido más de cinco ministros de Educación y esto trae cambios en los equipos y genera discontinuidad en la gestión. Una de las estrategias que tiene más impacto en los aprendizajes es el acompañamiento pedagógico, pero solo está presente en colegios rurales y de pueblos originarios. También está la discusión en torno a la aprobación del currículo nacional, que es una herramienta que los docentes consultan para programar sus estrategias de aprendizaje.

— ¿Incluirán en futuras pruebas más dimensiones de aprendizaje? Especialistas mencionan que es necesario retirar incentivos para aprobar las pruebas.

Luego de 10 años de evaluaciones censales centradas en razonamiento matemático y comprensión lectora se incluyen otras áreas como ciudadanía, ciencia y tecnología. Hubo un sobredimensionamiento de algunas competencias en desmedro de otras. Nuestra gestión aplica estrategias no solamente focalizadas en el cierre de brechas en determinados aspectos, sino en el desarrollo de la identidad, que los estudiantes se reconozcan como personas valiosas, seguras, para establecer relaciones empáticas con los demás, y generar una sociedad más democrática e inclusiva.

— ¿Cuáles son las principales desventajas del actual sistema?

Toda evaluación estandarizada, sea censal o muestral, puede ser útil cuando se tiene claro cuáles son los usos que se le da. Para fines del sistema, la muestral es más que suficiente, pero también se sabe que los gobiernos regionales y las Ugeles esperan un dato de sus estudiantes, donde están localizadas las escuelas con menores resultados. En esa medida, una censal sí reporta una evaluación precisa.

— ¿Replantearán el actual esquema de evaluación de estudiantes?

Estamos trabajando en un nuevo plan multianual de evaluaciones estandarizadas para estudiantes. Esta herramienta no la habíamos tenido hasta ahora, las decisiones iban de gestión en gestión. Estamos cerrando consultas con diversos expertos, revisando experiencias. Queremos dejar una ruta que señale cuál es el uso que debería tener cada tipo de evaluación.

— ¿Qué aspectos contemplará el nuevo plan?

Lo importante es que las pruebas tengan utilidad, que sean pedagógicas y que no induzcan estas prácticas de entrenamiento que se han venido dando. Tomaremos las medidas necesarias para erradicar prácticas distorsionadas como el entrenamiento para las pruebas o la reducción del currículo a algunos aprendizajes.

Fuente: https://elcomercio.pe/peru/minedu-prepara-nuevo-plan-evaluaciones-estudiantes-noticia-ecpm-669488

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La pedagogía de la ignorancia en México

Por: José Carlos Buenaventura

El mundo está en una grave crisis mundial del aprendizaje como lo señala la ONU.[2] Esto se ve claramente en México cuando en las aulas de clase de educación media superior de las zonas periféricas, y hasta en las principales ciudades, más de la mitad de los jóvenes no sabe leer, escribir o hacer operaciones básicas. Esto sucede incluso en la educación superior cuando en los primeros semestres se les pide resolver simples operaciones matemáticas relativas a las tablas de multiplicar así como un ejercicio de comprensión lectora. Un ejemplo de ello es cuando en un grupo de 40 estudiantes, sólo 6 saben las tablas de multiplicar, lo que representa un 15 por ciento. Alguien podría decir que eso no importa, ya que estamos en la sociedad de la información y del conocimiento y que tenemos instrumentos como las calculadoras, celulares o computadoras, para obtener el resultado buscado.

El problema implica que el estudiante, al no aprender esto, no desarrolla parte del pensamiento abstracto y formal (nivel cognitivo fundamental), además de que será mucho más difícil adquirir la llave para entrar al mundo de la ciencia. Los conocimientos básicos que se deberían de garantizar en la educación básica no se están transmitiendo a un alto porcentaje de los estudiantes en las escuelas. No se sabe con exactitud cuántos estudiantes están en esta situación en México, una situación que llamaré de ignorancia o también de un analfabetismo funcional, a pesar de que se haya cursado preescolar, primaria, secundaria y bachillerato. Es nuestra responsabilidad intelectual y política preguntar: ¿cómo hemos llegado a esto? La pálida paradoja contemporánea puede enunciarse así: cuanto más se impulsó el discurso de la calidad educativa (hoy “excelencia”), el máximo logro de aprendizajes, así como el discurso del aprendizaje basado en el estudiante, cuanto menos se ha aprendido realmente en las escuelas.

Los datos que aparecen con mayor exactitud son aquellos que nos señala el INEGI: hay 4, 744, 057 analfabetas en México, así como los datos de estudiantes excluidos de educación superior por no alcanzar los puntajes esperando para tener acceso a la educación superior en instituciones públicas de prestigio como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Instituto Politécnico Nacional (IPN), la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), en donde, año con año, quedan fuera más del 90% de los estudiantes que desean entrar a estudiar alguna de las carreras ofertadas ahí. Por un lado, encontramos que no crece la matrícula de estas instituciones, ya que no se le otorga presupuesto público que haga posible esto, por lo cual se argumenta la necesidad de llevar a cabo procesos de selección a través de exámenes. Por otro lado, podemos formular una hipótesis: un alto porcentaje de estos jóvenes no alcanza la meta ya que sus conocimientos y habilidades conseguidos en niveles anteriores no son adecuados ante el nivel de exigencia de los retos universitarios. Este no-saber, esta ignorancia estructural, nos conduce negativamente a una pedagogía de la ignorancia, esto es, a un proceso continuo de exclusión epistémica que no es exclusivamente responsabilidad individual (de quien “no estudió lo suficiente”), sino que es una responsabilidad fundamentalmente estatal, además de social y colectiva.

Con “pedagogía de la ignorancia” nos referimos, entonces, a un conjunto de mecanismos, prácticas e instituciones que han funcionado básicamente dentro de los marcos del neoliberalismo, doctrina que niega por principio la capacidad política y social de transformación de la realidad, reconociendo en el silencio ideológico que el conocimiento es poder, aunque en el artículo 3° constitucional esté prohibido educar en la ignorancia, es decir, en la incapacidad de lograr acceder a una vida pública realizada plenamente. La pedagogía de la ignorancia transmite reproductiva y mecánicamente el no-saber resolver problemas de diversas índoles en la realidad social de los ciudadanos, esto es, acrecienta la incapacidad de lograr el acceso a niveles más altos de estudio que por último han de contribuir (según ha quedado estipulado en nuestra Carta Magna) no sólo a la prosperidad personal sino sobre todo a la prosperidad colectiva, nacional. Esto no quiere decir que alguien sea un ignorante total, sino que los conocimientos e información que se transmiten no permiten resolver nacionalmente problemas sociales, culturales, económicos, tecnológicos, académicos, religiosos entre tantos otros de cuya resolución adecuada depende realmente nuestra auténtica independencia.

Esta pedagogía de la ignorancia ha funcionado a través de diversos mecanismos de control hacia los docentes y en general sobre la educación pública, lo que ha conducido a un desastre de la educación pública nacional, aunque no se mantengan constantes estos acuerdos, sino que son intermitentes, el problema es que crean en la cotidianidad prácticas en los docentes y en los diferentes actores educativos. Un ejemplo de esos acuerdos fue el 648 de la Secretaría de Educación Pública (SEP) donde los estudiantes de primero y segundo no podrían ser reprobados, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 2012. Nuevamente, para el 29 de marzo 2019 se publica el acuerdo 11/03/19, por el secretario de Educación Esteban Moctezuma, donde vuelve a tomar la misma idea de la no reprobación a los estudiantes de primero y segundo grado de primaria: sólo con asistir pasan. En tercero, cuarto y quinto grado deben tener un promedio mínimo de 6 y haber aprobado sólo 6 de las asignaturas cursadas y en sexto grado se dice que deben tener un promedio mínimo de 6 en todas las asignaturas, sólo que por la carga de trabajo los docentes no han reprobado a muchos estudiantes a lo largo de los años, ni lo harán en un futuro probablemente. Algo muy importante es que ha perdido valor la enseñanza del español y las matemáticas, que como lenguajes permiten conocer el mundo, ya que los estudiantes pueden reprobar estas asignaturas y acreditar otras. Además, que los padres de familia presionan para que sean acreditado su hijo o hija, así tengan que presionar al maestro, al director, ir a las supervisiones o a las direcciones operativas, ellos comprenden que el derecho de su hijo es pasar, más no el conocimiento. Volviendo a la retórica de la reprobación como el chivo expiatorio y responsable de que los estudiantes no aprendieran. Sin embargo, no se profundizaba en las causas de los malos resultados como eran y siguen siendo problemas de aprendizaje a nivel individual, la pobreza, el desempleo de los padres, la alimentación, la discriminación, la violencia estructural que se vive en los diferentes estados de la República o simplemente porque los maestros no pueden dar una atención individualizada y especializada cuando los grupos son mayores de 40 estudiantes, lo que nos lleva  a plantear que se necesitan más profesores y más escuelas que puedan dar más tiempo y atención a los estudiantes, ya que, hoy por hoy, en 60 minutos un maestro puede darle un minuto y medio de atención a cada estudiante; en seis horas 9 minutos; no sobran sino faltan muchos docentes en un país necesitado de una educación digna.

Los problemas educativos, no son sólo problemas educativos o didácticos, sino problemas sociales en determinados espacios y temporalidades. La salida fácil ha sido no reprobar. Mientras tanto, a los largo de los años nos endulzaban el oído con el discurso políticamente correcto de que cada día iban más personas a la primaria, a la secundaria y hasta al bachillerato, no importa si aprenden, sino que estén allí para ser guardados y controlados por docentes que no pueden cumplir con sus misión histórica que ha sido la enseñanza. Por otro lado, surgió un discurso conservador de los derechos humanos, donde el maestro perdió su figura social de autoridad (de una autoridad sapiencial y moral) y sólo se ha limitado como mero “cuidador” o en el mejor de los casos como “facilitador”, siempre y cuando no estresen ni incomoden a los estudiantes, ya que si esto pasa se violarían sus derechos fundamentales (aunque la contradicción es que tanto padres de familias como estudiantes no conocen estos derechos ni han sido formados en este horizonte).

Una última característica a mencionar es que la pedagogía de la ignorancia es una pedagogía que no toma en cuenta los conocimientos originarios de esta nación. Se relega, se niega o se destruye la enseñanza de las lenguas y culturas originarias de México, diciendo que su desaparición es un proceso natural y evolutivo y que sólo se pueden rescatarlas haciendo registros escritos de sus conocimientos para guardarlos en archivos, bibliotecas y museos o quizás sólo enalteciendo a una de ellas como el náhuatl (cuando en México existen más de 364 variantes lingüísticas en 68 agrupaciones lingüísticas y 11 familias lingüísticas de acuerdo al INALI). Recordemos que de acuerdo al INALI todas las lenguas originarias están en riesgo de desaparición. Se presume un cierto indigenismo, siempre y cuando no estén los indígenas de carne hueso. Esto es sumamente grave, ya que. como señala Noam Chomsky, uno de los sectores sociales nos está enseñando cómo controlar y confrontar el cambio climático, problema que pone en riesgo la vida humana, son precisamente los pueblos originarios de acuerdo con sus conocimientos ancestrales. Sin embargo, mientras siga imperando en la educación mexicana una pedagogía de la ignorancia no se nos permitirá por último la dignidad de nuestra historia, ya que siempre estamos preocupados en resolver los problemas que vienen del Centro económico internacional, que están representado por las naciones extrajeras y por los grandes empresarios nacionales e internacionales. Quizás, precisamente por eso, por estar nuestra mirada siempre orientada al exterior, es que nuestras políticas educativas han sido creadas para seguir manteniendo una dependencia (amarga y estéril para nosotros; dulce y fecunda para otros) que iniciara violentamente, acallando voces y alternativas, hace más de 500 años.

[1] Coordinador del Seminario de Perspectivas Críticas en Educación de México y Latinoamérica, que se realiza en la Facultad de Filosofía y Letras UNAM. Agradezco las sugerencias y correcciones de David Elías Hernández y Jorge Alberto Reyes, integrantes del seminario.

[2]https://www.jornada.com.mx/2019/08/18/sociedad/029n1soc?fbclid=IwAR1tzihy5U4Z_rlLIhnxuFPMLBC2jQl-ywuwt88CmreCIFeAV_3Am7onGSo

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-pedagogia-de-la-ignorancia-en-mexico/

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Desarrollo educativo en China se somete a consultas políticas

Asia/China/29 Agosto 2019/Prensa Latina

El Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (CPPCC) debate hoy el desarrollo educativo del país y presenta sugerencias, cuando restan pocos días para el inicio del curso escolar de otoño.
Esta sesión de tres días de duración del máximo órgano de asesoría política de China, que comenzó ayer, analiza entre otros temas los éxitos y deficiencias de la enseñanza en la nación.

La inauguración estuvo presidida por Wang Yang, miembro del Comité Permanente del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh) y presidente del CPPCC.

En la cita, los asesores políticos chinos destacaron la necesidad acelerar las reformas a la legislación sobre el sistema educativo para modernizar y optimizar ese campo.

Los consultores sugirieron cambios mejorar la accesibilidad de la educación en todos los niveles.

También llamaron a perfeccionar el sistema educativo, sobre todo en las instancias superiores, para que el país pueda formar mayores talentos que contribuyan al desarrollo.

Otro punto importante del análisis fue la educación rural en China y los altos funcionarios demandaron de mayores esfuerzos para impulsar su desarrollo.

Debemos crear proyectos innovadores, aumentar la capacidad de los docentes, potenciar el uso de las nuevas tecnologías e impulsar los intercambios entre las instituciones escolares de las zonas urbanas y aquellas ubicabas en lugares remotos de la geografía china, apuntaron según un comunicado derivado de la reunión.

En febrero pasado, el gobierno del gigante asiático presentó dos planes para modernizar y desarrollar el sistema educativo del país para el año 2035.

De acuerdo con el programa, para lograr ese objetivo se establecieron varios objetivos, entre los que se encuentra lograr una mejor accesibilidad a ‘educación de calidad’ para todos los niveles, garantizar un ‘acceso equitativo’ a los servicios y desarrollar universidades ‘de categoría mundial’.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=301283&SEO=desarrollo-educativo-en-china-se-somete-a-consultas-politicas
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