El pasado día 29 de mayo leí una noticia que me produjo una gran preocupación pero a la vez, cierto alivio. La OMS, Organización Mundial de la Salud, ha considerado el síndrome del profesor quemado o burnout como una enfermedad producida por el trabajo.
Según Pablo Gutiérrez del Álamo del Diario de la Educación, hasta ahora estos casos se asociaban con “problemas relacionados con dificultad en el control de la vida”, y no eran reconocidos como enfermedad laboral hasta que no pasaban por un Juzgado.
¿Cuál es la tasa de esta enfermedad en España? Aunque no existen datos oficiales, según Francisco Javier Gómez, responsable de Salud Laboral del Sindicato de Trabajadores, hablaríamos de cerca del 20 %. Este porcentaje corresponde mayoritariamente al profesorado de Educación Secundaria y Bachillerato, y, en menor medida, al de Educación Infantil y Primaria.
¿Cuáles son las principales causas de esta enfermedad? Principalmente, las circunstancias en las que los docentes desarrollan su trabajo, como la falta de organización del centro educativo, la falta de recursos tanto materiales como humanos, más acusada desde el Real Decreto 14/2012, el aumento de las horas lectivas, el aumento de las ratios por aula y el exceso de burocracia.
Con estas circunstancias, no es de extrañar que España siga siendo el segundo país de la Unión Europea, con la tasa más alta de fracaso escolar.
Cerca del 19 % de los jóvenes entre 18 y 24 años han abandonado prematuramente el sistema educativo, habiendo completado solamente el primer ciclo de Secundaria y no habiendo realizado posteriormente ningún tipo de estudio. Si lo equiparásemos con el Area de la Salud, se estarían muriendo el 19% de los pacientes y seguimos sin hacer nada.
Desde mi doble papel como educadora de Disciplina Positiva, por un lado, y como madre de dos hijos por otro, me surgen muchas dudas acerca de si la educación de mis hijos está en buenas manos o simplemente pende de un hilo muy fino y desde luego, de la suerte. Parece que las familias ya hemos asumido este factor como algo que está totalmente fuera de nuestro control. Si a esto le añadimos el discurso de buena parte del profesorado que afirma que muchos padres se implican cada vez menos en la educación de sus hijos, y que esta debería ser una de las principales prioridades del sistema educativo, ya tenemos el caldo del cultivo para el eterno debate sobre el desencuentro entre la familia y la escuela.
Según un estudio realizado por Rafael Feito Alonso, doctor en Sociología, las competencias que la Constitución otorga a las familias en materia de participación, no han sido capaces de romper con las dificultades que tal implicación democrática plantea. En primer lugar, deberíamos ponernos de acuerdo sobre qué entendemos por participación. Feito habla de una participación individual en la que cual los padres acuden básicamente para escuchar al profesor, hablarle sobre su hijo y hacerle alguna propuesta si procede (Libertad de Enseñanza), o una participación que presupone la primera y además incluya desde la elaboración de las normas de convivencia a la aprobación de la programación general anual (Escuela Democrática).
Si tenemos en cuenta que al parecer, la primera opción es la más aceptada por los sectores más conservadores del profesorado y que en la práctica, la participación de las familias en los centros públicos es casi inexistente, resulta muy difícil ser optimista y albergar alguna esperanza de cambio estructural.
Sin embargo, paralelamente a esta realidad, existe otra que afortunadamente crece cada día más por contagio. Y es la de maestros, profesores, directores de centros educativos, responsables de formación del CEP y las familias que apostamos y trabajamos cada día por una escuela democrática donde se fomente el aprendizaje libre y automotivado que estimule la curiosidad y por tanto, el aprendizaje. Si no hay emoción, no hay interés y si no hay interés, no hay aprendizaje. Como afirma Francisco Mora, doctor en Medicina y en Neurociencias, “Solo se puede aprender aquello que se ama”.
Pienso que mientras las familias y el profesorado sigamos manteniendo la mirada hacia otro lado y continuemos dirimiendo responsabilidades, estaremos siendo cómplices de una escuela anacrónica y de la inoperancia de las instituciones educativas.
Un grupo de emprendedores y expertos crea en Barcelona un programa piloto para que la innovación deje de ser un fenómeno minoritario y se extienda a todo el sistema educativo
En esta escuela de Barcelona no hay ni aulas, ni exámenes, ni asignaturas. Tampoco profesores, ni al terminar se consigue un título. Se llama Learnlife y es el nuevo proyecto de innovación educativa que se ha asentado en la ciudad. El resumen suena muy parecido a lo que decenas de centros innovadores están haciendo en todo el mundo, también en España. Excepto que esto no es una escuela y desde aquí se quiere revolucionar por completo la educación en todo el mundo.
Se trata, en realidad, de un laboratorio y centro de operaciones que un grupo de emprendedores y expertos en innovación ha abierto en Barcelona para cocinar lo que será el aprendizaje del futuro. Su propósito es de lo más ambicioso: empujar a escuelas y Gobiernos de todo el planeta para que la innovación educativa sea una realidad y no solo un tema con el que rellenar horas de conferencias y páginas de libros. En la próxima década quieren llegar a 100 millones de niños y 100.000 centros educativos. Todo desde este espacio piloto que han creado en Barcelona para mostrar al mundo lo que ya es posible hacer hoy.
Son las 11 de la mañana y un grupo de adolescentes está enfrascado en sus cuadernos y sus portátiles. No hay filas de pupitres ni un profesor dirigiendo el aula. El espacio en el que estudian, amplio y diáfano, era apenas un par de horas antes escenario de una clase de yoga y ahora se ha reconvertido en una zona de recogimiento y concentración. Es la hora de matemáticas, aunque aquí lo llamannumeracy. Sobre uno de los bancos azules, Mila, de 15 años, practica álgebra. “Nunca he entendido las mates bien, estoy intentándolo porque realmente las voy a necesitar en el futuro”, explica. En lugar de llegar a clase y escuchar la lección que toca ese día, ella misma es quien ha decidido que el plan de estudio para hoy es hincarle el diente a las fracciones.
A su lado, un profesor la acompaña a ella y al resto de alumnos. Aunque como en el caso de las matemáticas, ni el profesor se llama profesor ni los alumnos son alumnos. Él es un guía de aprendizaje y ellos, learners o aprendices. Cada uno ha creado su propio plan de estudio para los próximos dos días y trabajan en ello de forma independiente. Con la máxima de que todo lo que aprenden tiene que estar conectado con algo que les interese. En el caso de Mila, que quiere ser bailarina profesional, ha elegido el álgebra porque cree que va a ser útil en general para su vida. Su ejemplo encierra lo que en este laboratorio se está cocinando como el nuevo paradigma de la educación: un aprendizaje que el propio estudiante dirige, con una clara aplicación en la vida real y en el que siempre tiene que haber un propósito concreto.
“El objetivo es ayudar a crear innovación a nivel mundial para que cualquier escuela en el mundo pueda pasar a la acción”, resume Christopher Pommerening, uno de los fundadores del proyecto, del que también es impulsor el experto en innovación educativa Stephen Harris. “Cajas” es la palabra que, de forma recurrente, utiliza para explicar el porqué de Learnlife. La escuela está llena de ellas, dice. Una para las asignaturas. Otra para los grupos divididos por edades. Otra para los exámenes. Otra para los títulos… Una concepción compartimentada que, en su opinión, conduce a la estandarización.
“En 2030, la automatización se habrá comido 800 millones de empleos. Pero al mismo tiempo, todavía promocionamos sistemas educativos estandarizados con exámenes estandarizados. Es la combinación perfecta porque precisamente lo que mejor se puede automatizar es lo que está estandarizado”, argumenta. “Todos los niños que salgan de la escuela en la próxima década con una mente estandarizada se van a encontrar en el callejón sin salida más grande de la historia”.
El reto es, por lo tanto, darle la vuelta a la educación en todo el mundo en apenas una década. “No tenemos más tiempo”, apremia. La idea surgió hace cuatro años, cuando Pommerening y su esposa buscaban guardería para el mayor de sus hijos. Se dieron cuenta de que la educación en su Alemania natal apenas había cambiado desde sus años en el colegio. Al echar un vistazo a su alrededor, detectaron que era un problema común en todos los sistemas educativos. “En los últimos 30 años, el mundo y la sociedad han dado un gran salto hacia delante, pero la educación no. Hay una desconexión cada vez más grande”.
A falta de sistemas innovadores, decidieron buscar escuelas innovadoras. Crearon un grupo de 40 expertos —entre los que figuran, por ejemplo, el psicólogo Alfredo Hernando, la diseñadora Rosan Bosch y el chef Ferran Adrià— y viajaron a más de un centenar de escuelas en 40 países para trazar el mapa de la innovación educativa en el mundo. Tras un año y medio de investigación, llegaron a dos conclusiones. La primera, que había toda una batería de metodologías y escuelas innovadoras ya en marcha, pero desconectadas las unas de las otras. Y la segunda, que en la inmensa mayoría de los centros educativos el principal freno a la innovación es que no hay una idea clara de hacia dónde se quiere llegar con ello.
“Pongamos el ejemplo de las escuelas Montessori”, explica Pommerening. “Son proyectos fantásticos que, sin embargo, solo han llegado a unas 14.000 escuelas en todo el mundo. ¿Por qué? Porque son modelos de aprendizaje ya estructurados. Pero si tú ya tienes tu propio proyecto, muchas veces choca”. ¿El antídoto? Crear una caja de herramientas llena de ingredientes para que cada escuela componga su propia receta innovadora. La clave es ofrecer recursos accesibles y escalables para que la innovación no sea cosa solo de unas cuantas miles de escuelas, sino de los dos millones que hay en el mundo.
Por el momento, Learnlife ha abierto una plataforma online, que pretende ser abierta y colaborativa, con los resultados de su investigación. Es un repositorio con 25 metodologías y un catálogo de buenas prácticas con ejemplos concretos de qué se puede hacer ya para innovar en el aula. El problema, como en cualquier debate sobre innovación educativa, es pasar de la teoría a la práctica. “Si solo es una cuestión de hablar, de leer libros o de ver la siguiente TED Talk sobre innovación, es muy bonito pero después no pasa nada. La comunidad educativa necesita hechos”, explica Pommerening.
Y los hechos, en su caso, se han materializado en un espacio de 1.200 metros cuadrados, en pleno Eixample de Barcelona, en el que 40 adolescentes llevan varios meses aprendiendo. Un piloto en el que aplicar ese nuevo paradigma de la educación que huye de lo estandarizado y que pretende demostrar cómo serán las escuelas del futuro, pero a fecha de hoy.
Este primer grupo de aprendices lo componen adolescentes que o bien tenían dificultades por sus altas capacidades o bien venían de casos de fracaso escolar. No se les separa por edades, aunque a la hora de trabajar con ellos sí se les distingue por fases de aprendizaje. La teoría sobre la que se apoya el proyecto es que hay que pasar de la actual estandarización que prima en la educación a un concepto de aprendizaje autodirigido. Sin embargo, en el camino es necesario pasar primero por la fase de la personalización, en la que el debate educativo lleva un tiempo enfrascado, y después por la cocreación, en la que el alumno diseña su camino de aprendizaje con la ayuda de un guía o mentor.
Tres alumnos de Learnlife practican acrobacias.CONSUELO BAUTISTA
Así, en la hora de numeracy, el grupo de alumnos que todavía necesitan ese acompañamiento trabaja en un taller sobre cómo construir una silla. Aprenden sobre volúmenes, pero también sobre finanzas y presupuestos pues tienen que optimizar el uso de materiales y calcular cuánto cobrarían por entregarla. En el mismo espacio, un taller maker en el que lo mismo se puede trabajar manualmente con maderas que con máquinas CNC, Gerard avanza por su cuenta en su proyecto de diseñar su propia impresora 3D. Está a punto de cumplir los 16 años y ya está buscando inversores.
En línea con ese afán por eliminar las cajas en las que se ordena cada pequeño aspecto de la educación, aquí no hay inicio ni fin de curso, sino ciclos de tres meses en los que cada alumno emprende su propia “aventura de aprendizaje”. Todo gira en torno a un proyecto personal que cada joven tiene que definir. El aprendizaje se va construyendo en torno a ese proyecto, aunque de forma equilibrada para que todos lleguen a un mínimo de conocimientos y competencias que Learnlife ha establecido tras examinar los currículums de sistemas educativos de todo el mundo.
En el caso de Gerard, su proyecto personal es diseñar esa impresora 3D. Antes de entrar, él ya tenía clara que esa era una de sus pasiones, pero lo normal es que los chavales lleguen aquí sin tener ni idea de lo que quieren hacer. Ayudarles a descubrirlo es la espina dorsal de este modelo educativo, con el que se pretenden atajar cifras preocupantes, como ese 17,9% de abandono escolar temprano en España o el 80% de estudiantes de Bachillerato que no saben qué hacer con su futuro. “Aquí tenemos niños de 12 años que saben perfectamente dónde van. Si confían en sí mismos, el mundo es una autopista para ellos”, asegura Pommerening.
Cada estudiante decide cuánto tiempo quiere pasar en Learnlife. Una de sus aprendices pasó con ellos seis meses hasta que descubrió lo que quería estudiar en la universidad, mientras que Gerard espera estar allí al menos hasta los 18 y después, “ya decidiré”. Sus padres están preocupados porque no va a recibir un título una vez que termine (aunque algunos alumnos sí se sacan secundaria en paralelo). “El objetivo no es el bachillerato, o la universidad, o algo que te marcas a 10 años”, argumenta Pommerening. “El objetivo es cómo aprendo hoy. Es crear autoconfianza y propósito: es la gran diferencia entre aprender para los demás o para el sistema y aprender para mí”.
Y lo mismo que no se entregan diplomas, tampoco hay exámenes al uso. Se hace una evaluación llamada 360 grados en la que se huye de cualquier aspecto que suene a comparación o competencia. Y se trabaja en fomentar la autorresponsabilidad de cada joven. “Tenemos por ejemplo un listado en el que ellos se autoevalúan del uno al cuatro en 50 competencias numéricas”, explica Adrià Balcázar, uno de los guías de aprendizaje, ingeniero con experiencia docente en un colegio concertado. “Lo más interesante es que se ponen más o menos el mismo valor que les pondríamos cualquiera de los guías”.
Esa filosofía no es fácil de encajar. Sobre todo porque se construye al margen del sistema educativo oficial. En Learnlife utilizan un símil tecnológico para explicar que este piloto va dirigido a los early adopters, ese grupo que se pirra por la última novedad digital. Tampoco es apto para cualquier bolsillo: la matrícula cuesta 800 euros al mes. ¿Cómo puede servir entonces de paradigma para cualquier escuela, pública o privada, sin importar sus recursos? Sus responsables señalan que la base del proyecto no es una única receta de innovación, sino un conjunto de herramientas para que cada centro defina su propia fórmula.
El próximo paso es crear 200 centros de este tipo en todo el mundo —el siguiente en la lista será en Ruanda, el año que viene— que sirvan para conectar toda una red de innovación. Para ello, acaban de conseguir tres millones de euros en una ronda de inversión. En su punto de mira sitúan a los Gobiernos. Ya están en conversaciones con departamentos de educación de varios países y quieren que esta red innovadora dé el empujón final para alcanzar ese punto de no retorno en el que la innovación educativa deje de ser algo minoritario para convertirse en la norma. “Queremos demostrar que esto no es una utopía. Existe, es sostenible, funciona y tiene mucho más sentido que cualquier cosa que estamos viviendo ahora”.
MÁS DE 1.000 CENTROS INTERESADOS
El próximo curso, Learnlife va a empezar a probar los resultados de su investigación con más de 1.000 escuelas de 16 países. Desde hace seis meses, han abierto ya sus puertas a centros educativos y profesores llegados de Nueva Zelanda, Australia, Suecia, Estados Unidos… que quieren saber qué se cuece en sus no-aulas.
Otro de los planes a corto plazo pasa por convertirse en un apéndice de los colegios de Barcelona. Quieren ofrecerles su espacio para que cualquier profesor pueda llevarse a su clase un día entero allí, para probar nuevas metodologías y dinámicas en un entorno que nada tiene que ver con el de un aula convencional.
En la escuela Momo, con un proyecto muy similar para primaria e infantil, ya se han fijado en ellos y han empezado a aplicar algunas de sus prácticas. Su responsable, Marisa Blanco, ha hecho además un doble camino, pues su hija Alejandra, de 12 años, ha comenzado a estudiar en Learnlife. No le da miedo que, al finalizar, no haya ningún título. “No veo que estemos en lucha con el sistema educativo, a nivel de competencias vamos muy de la mano con los currículums oficiales. Decimos cosas muy parecidas, lo diferente es el cómo se lleva a cabo”.
Imagen tomada de: https://ep01.epimg.net/economia/imagenes/2019/06/11/actualidad/1560269031_164897_1560269884_noticia_normal.jpg
Gran revuelo causó la noticia de que Uruguay avanzaba en la eliminación de la repitencia en su sistema educativo. Apoyados en argumentos tanto externos (otros lo hacen) como internos (los que repiten se terminan ‘cayendo’ del sistema), parece haber consenso del otro lado del Río de la Plata para dar lo que sería un paso trascendental en sus políticas educativas. En nuestro país la noticia fue levantada por medios y opinión pública como una señal de alarma, a pesar de que los resultados de las Pruebas Aprender nos indican cada año con contundencia que los repitentes aprenden menos que el conjunto, y que a medida que aumenta la sobreedad, rinden inclusive peor, más lejos de los pretendido. Entonces, ¿frente a qué tipo de noticia o reforma estamos? ¿Es esto una revolución copernicana, una irresponsabilidad guiada por la mala política, o una acción cosmética y no mucho más? ¡¿O acaso es todas esas cosas a la vez?!
La repitencia escolar puede ser interpretada, a mi juicio, tanto como el signo del fracaso de un sistema escolar, como el emergente más patente de un sistema que, equivocadamente, pretende tratar a todos los aprendices de la misma manera. Ambas interpretaciones nos llevan a una valoración negativa del suceso (es mejor que la repitencia no ocurra en ambos casos), pero poseen orígenes marcadamente diferentes. En un caso, el ‘error’ o desvío se produce por mala gestión de los aprendizajes, por las razones que fuere (docentes mal preparados, alumnos que no estudian, familias que no acompañan, currículas oficiales que no estimulan, ministerios que no proveen suficientes fondos, inspectores que entorpecen, directores que no gestionan, infraestructuras edilicias deficitarias), mientras que en el otro caso la repitencia se da no por mala gestión sino por un mal diseño del sistema, esperando que todos aprendan lo mismo, al mismo ritmo, dictado de la misma manera, respondiendo por igual a idénticas consignas.
Ya decía Isaac Asimov en 1988 que ‘…en la actualidad se llama aprendizaje a algo que te fuerzan aprender. Todos son obligados a aprender lo mismo, el mismo día, a la misma velocidad en la clase. Y todas las personas son diferentes: para unos esa metodología va muy rápido, para otros muy lento, para otros en la dirección equivocada…’. Y este razonamiento fue realizado antes de internet (1992), Amazon (1994), Netflix (1997), Google (1998), Wikipedia (2001), Facebook (2004), Spotify (2006), Airbnb (2008), Uber (2009), Instagram (2010), el movimiento de indignados, las criptomonedas, el ciclón de las MOOCs, la viralización de las charlas TED, el IoT, la impresión 3D, la IA, la robótica, el machine learning, la big data, la realidad virtual y la realidad aumentada. O sea, a pesar la brillantez de su diagnóstico y predicción (‘…una vez que tengamos computadoras en cada hogar, cada una de ellas conectada a enormes bibliotecas donde cualquier persona pueda hacer cualquier pregunta y obtener respuestas, obtener material de referencia de algo en lo que esté particularmente interesada en conocer, desde una temprana edad, por más tonto que pueda parecer el asunto para otros, haciéndolo a su propia velocidad, en su propia dirección y a su propio tiempo, entonces todo el mundo disfrutará aprendiendo…’), Asimov se quedó corto, ¡cortísimo!
El aprendizaje profundo y significativo es una experiencia personal e individual de la que la escuela nunca se ha ocupado, por decisión o imposibilidad, lo mismo da. Este, difícilmente ocurre al mismo ritmo entre chicos de misma edad. Los chicos aprenden cuando quieren, sostiene Sugata Mitra desde tu teoría del aprendizaje mínimamente intervenido, y no cuando otros lo imponen. Dado que la escolaridad siempre ha intentado hacer de la igualación y estandarización una estrategia pedagógica inviolable, en la práctica fue encontrando sus límites. Mas allá de la persistencia en desarrollar exámenes estandarizados que intenten medir en forma homogénea el progreso que chicos y chicas supuestamente iguales van mostrando en sus aprendizajes escolares, como estrategia pedagógica es un grave error, pues estos solo miden un tipo de conducta y disciplina memorística que atiende cuestiones de repetición y no necesariamente de comprensión. Gardner suele recriminarle al sistema educativo que nunca se ha comprometido con el aprendizaje de la comprensión profunda, y que solo se ha conformado con la representación de formas memorísticas de repetición, tratándolos como proxy de aprendizaje.
Analizado desde ese punto de vista, la repetición no necesariamente es algo malo en sí mismo, sino que es malo en relación con un tipo de diseño escolar. En el sistema actual, tanto en nuestro país como en muchos de los sistemas educativos de la región, repetir es un problema, y no aprender todos al mismo ritmo también. Es un intríngulis de que es difícil escaparse, y me pregunto si es posible apuntalar la calidad de los aprendizaje con buena gestión dentro de un sistema que no sea reestructurado en sus fundamentos pedagógicos.
Por lo tanto, debemos preguntarnos es si el sistema escolar actual, dentro del cual se busca que los alumnos no repitan y avancen al mismo ritmo, el ritmo de la cohorte, es algo que deba seguir sosteniéndose.
Si la modificación realizada en el vecino país es solo una acción cosmética realizada con el fin de ‘encubrir’ un indicador clave de un sistema escolar anticuado, entonces es una pésima política y una mala noticia. Si, en cambio, la modificación nos está dando indicios de que el sistema escolar de ese país está comenzando a virar hacia una mirada más centrada en el alumno como un ser individual y no tanto como parte de un lote de personas, entonces merece atención y seguimiento.
La Pedagogía es una ciencia muy compleja y que debe ser vista con cuidado, ya que la pedagogía estudia todo lo relacionado con la educación y la posición de los valores de conocimiento en el ser humano. Derivada de los griegos «Paidon» que significa «Niño» y «Gogos» que quiere decir «Conducir» la palabra Pedagogía nos hace referencia a su visión, evocada netamente a la formación de métodos que garanticen una educación de alto valor.
Cuando se habla de Pedagogía en una institución se esta haciendo un estudio analítico de los procesos de enseñanza que existen, para reforzar o elaborar mejores estrategias que el ayudaran al niño estudiante a absorber la máxima cantidad de conocimiento posible.
La Pedagogía es hoy en día un término mundialmente conocido, ya que las nuevas generaciones y la aplicación de nuevas tecnologías han conducido al ser humano a una constante carrera por aprender más, y la simplificación o remasterización del formato en la enseñanza ha sido una herramienta clave en la evolución en la educación.
La pedagogía establece bases de crecimiento en la educación, el uso de esta filosofía como aplicación ha servido para restaurar mucho el sistema educativo. Gracias a organizaciones como la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, en inglés: United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization) la cual se ha encargado de contribuir a la paz y a la seguridad en el mundo mediante la educación, la ciencia, la cultura y las comunicaciones, se han elaborado importantes estudios y estrategias para llevar a cabo estudios pedagógicos en todo mundo, teniendo énfasis en los países tercermundistas, donde las nuevas culturas de acción y reacción inmediata retraen la educación.
La pedagogía es una ciencia libre a la recepción de otras áreas de estudio, con el propósito de enmarcar resultados y colaborar con la creación de nuevos programas de inclusión educativa que ayuden a los docentes a impartir una mejor enseñanza a los niños, adolescente y estudiantes de todas las edades. Se utilizan materias de Ciencias sociales, historia, y la antropología como referencia para así poder comprender un poco más a la educación mas como una filosofía en amplio crecimiento y no como un sistema.
Aquí les dejamos la colección de libros, para su consulta académica :
Alemania / 9 de junio de 2019 / Autor: Gero Schließ / Fuente: Prensa Libre
Casi sin que profesores y padres se dieran cuenta, YouTube se convirtió en un actor muy importante en la educación. Según un estudio, cerca de la mitad de los jóvenes alemanes usa videos para aprender.
Hasta ahora, YouTube ha sido considerado como un lugar para ver videos musicales o a personas que ofrecen tutoriales de belleza. Pero el video del youtuber Rezo, con el decidor título “La destrucción de la CDU”, dejó muy en claro que YouTube es más que un sitio para la entretención. También es un poderoso instrumento para el debate político.
Casi en paralelo, un sondeo realizado entre 800 estudiantes descubrió algo distinto, casi tan sorprendente como el éxito de Rezo: YouTube se ha convertido en un lugar para el aprendizaje. Casi el 50 por ciento de los estudiantes alemanes consultados usan la plataforma digital como fuente educativa. Los jóvenes valoran especialmente la variedad y la oferta de videos explicativos. O, como dice el estudio encargado por el Consejo para la Educación Cultural, “YouTube se ha convertido en el medio cultural líder entre la juventud”.
YouTube cambió la enseñanza
En la presentación del estudio, realizada en Berlín, el presidente de la Agencia Federal para la Educación Cívica, Thomas Krüger, criticó que no se haya reconocido aún la dimensión pedagógica de la plataforma de videos. “El uso de este medio por parte de los estudiantes es cada vez más importante, pero los padres y los profesores lo subestiman”, dijo Krüger. Este cambio radical ha pasado inadvertido. Podría decirse que una revolución pedagógica ha tenido lugar en el más absoluto silencio.
Según el estudio, los jóvenes usan YouTube sobre todo para repasar aquellas materias que no entendieron bien en la escuela. Además, encuentran mucha información para sus deberes, adquieren conocimientos generales y preparan sus exámenes. También es de destacar que YouTube sirve como fuente de inspiración para las clases de música, arte y teatro.
Por ello no sorprende que, según la encuesta, además del entretenimiento y la diversión, los jóvenes valoren a YouTube como un factor que incentiva la creatividad y facilita el acceso al conocimiento.
Consecuencias para la formación de profesores
Los cambios en los hábitos de aprendizaje deberían tener consecuencias también para la formación de los docentes, dicen los autores del estudio. No se trata solo de que los maestros conozcan YouTube y otros medios similares. Lo importante es incorporar el canal de videos a la pedagogía convencional. A medida que la tendencia propenda hacia el autoaprendizaje, los profesores desempeñarán un rol cada vez más de instructores educativos, dicen los especialistas.
Los profesores deberían también ser aliados a la hora de realizar un análisis crítico de los videos, pues al igual que en las noticias políticas, en los videos educativos no es fácil medir la calidad de la oferta. Por poner un ejemplo simple: si un alumno entiende mal una postura para hacer un acorde en la guitarra, el resultado será que la nota sonará mal y alguien debe estar a su lado para corregirlo. Los alumnos también deberían ser sensibilizados sobre el modelo de negocios que se esconde tras los videos y cómo algunos influencers pasan a depender de las empresas que los auspician.
De todas formas, los expertos ven muchos beneficios en el uso de los videos de YouTube. Si se abren “nuevos caminos” junto a la “educación tradicional”, la calidad de la educación mejorará ostensiblemente. Y teniendo en cuenta los malos resultados que obtiene el sistema educacional alemán en las mediciones nacionales e internacionales, esta ayuda se requiere con urgencia.
Falta de comunicación
Pero sigue en pie la pregunta sobre cómo debería ser llevado a la práctica, para profesores y padres, este nuevo uso de YouTube. Thomas Krüger ve paralelos entre el sistema educativo y los recientes resultados en las elecciones europeas: así como el análisis de las votaciones refleja que falta comunicación entre los partidos tradicionales y las nuevas generaciones, también se repite el fenómeno entre profesores/padres y alumnos. “Hay una cierta incomunicación entre el currículum, los profesores y la vida de los estudiantes”, dice Krüger, quien valora el rol de los tutoriales digitales que ya existen en el sistema educacional, pues han servido como puente entre generaciones.
Una muestra de que las cosas van a otra velocidad en las escuelas la dio el mismo youtuber Rezo, que escribió en su cuenta de Twitter que “en los últimos días me han llegado muchos mensajes de profesores y estudiantes que han visto mi video juntos en la escuela y han montado discusiones sobre él”. Incluso el influencer tiene esperanzas en que la revolución digital que se acerca a las aulas genere cambios. (dz/ers)
El Consejo para la Educación Cultural se ve a sí mismo como una entidad asesora independiente que se preocupa de la calidad de la educación en Alemania. Es una iniciativa de instituciones como la Fundación Bertelsmann, la Fundación Deutsche Bank y la Fundación Robert Bosch.
El estudio “Juventud/YouTube/Educación Cultural. Horizonte 2019” se basa en una encuesta representativa realizada a jóvenes de entre 12 y 19 años sobre el uso de la oferta cultural en sitios culturales digitales.
Ecuador / 9 de junio de 2019 / Autor: Redacción / Fuente: El Telégrafo
Ecuador al futuro, ¡El acuerdo es ahora!, fue el programa que se realizó la noche de este lunes 3 de junio, en los estudios de Ecuador TV, donde se trató las necesidades del sector de la Educación con respecto al Acuerdo Nacional por la Educación.
A este encuentro se dieron cita Milton Luna, ministro de Educación; Mario bustos, Confederación del Pueblo Cayambe; Rosalía Arteaga, doctora en Jurisprudencia; Martha Lozano, rectora de la unidad educativa Juan Montalvo y Ernesto Delgado, coordinador Mesa de Derechos Humanos.
El ministro Luna señaló que un problema básico y permanente en el tema educativo, es la situación de la calidad de educación, »Debemos ponernos de acuerdo de consensuar el tema de la calidad en la educación con un enfoque de los derechos humanos, mejorar la pedagogía y trabajar en equipo con una visión de preservar el planeta».
El líder de esta cartera de Estado, dijo que es necesario trazar líneas de acción en la formación docente y el bachillerato y resaltó que las personas no aprenden solamente en el aula, se aprende de la familia, en el espacio público, de los medios de comunicación. »Debemos integrarnos todos los actores de la sociedad para tener un cambio cualitativo en la educación».
Mario Bustos, de la confederación del Pueblo Cayambe, dijo que deberíamos apuntar al tema de la pertinencia cultural. Así señaló que tres de cada 10 niños saben quichua y esto es un resultado muy bajo. »Empezamos un proceso de perspectiva en ser comunitario, en tener la capacidad de poner atención a la situación de los otros. A que el docente no crea que hay que anular al niño, sino entender que el niño puede contribuir».
De su parte, Rosalía Arteaga explicó que se tomaron medidas absurdas en estos últimos 10 años con respecto al tema de educación; así dio el ejemplo del Bachillerato General Unificado, que dijo se adoptó sin ninguna razón »solo porque dijeron que era mejor que el diversificado».
También criticó el acabar con la Educación Técnica, dejar de lado temas como historia e inglés. »Creo que esa herencia grave debe ser corregida con acciones, con temas con calidad de educación».
Arteaga cree que el Ministerio de Educación (MinEduc) debe de dar autonomía a los establecimientos educativos; con ello, podrán innovar en robótica, hacer que los chicos hablen chino o vuelvan al quichua, dijo.
Recuperar el autoestima de los maestros, recuperar la autoridad de los maestros en las aulas de clases, la autoridad de los padres en casa, para ello se necesita modificar el Código de la Niñez y Adolescencia. La capacitación de los docentes y énfasis en los directivos de los establecimientos educativos.
Martha Lozano, rectora de la unidad educativa Juan Montalvo explicó que desde su perspectiva, la educación ecuatoriana carece de calidad y esto refiere a la falta de profesionalización al permitir la Ley de Educación que ingresen perfiles sin preparación docente. »Pueden tener conocimiento, pero les falta la pedagogía, la didáctica no existe y esto es un error no corregido pero necesario para la calidad de educación», advirtió.
Lozano dijo que el Ministerio de Educación puede hacer convenios con las universidades y darles plazos a estos docentes para que se capaciten sin costo ya que la »situación económica del maestro es muy limitante. Con esto lograríamos que el docente asuma con responsabilidad su rol.
Para Ernesto Delgado, coordinador mesa de Derechos Humanos, en el sistema educativo ecuatoriano está ausente el ejercicio de Derechos Humanos. »No es lo mismo considerar al niño y al adolescente como usuario de un servicio, que considerarlo titular de derechos».
Delgado refirió que en el Acuerdo Nacional por la Educación, se ha propuesto que haya una mesa especializada de Derechos Humanos y Educación primero con el mejoramiento de la calidad. Así mencionó cuatro temas fundamentales que está viviendo el sistema educativo ecuatoriano:
-El incremento del embarazo adolescente.
-Violencia tanto en los establecimientos educativos como el internet.
-El relacionado con la movilidad humana, así explicó las migraciones, especialmente con el fenómeno que se está viviendo hoy con el flujo grandes de familias de niños y jóvenes venezolanos que demandan entrar en el sistema educativo ecuatoriano.
-El tema de las discapacidades para hacer frente a la exclusión que existe todavía en el país para los niños y adolescentes que sufren algún tipo de discapacidad o una enfermedad catastrófica.
El coordinador de la mesa de Derechos Humanos detalló que a partir de estos 4 temas claves se va a trabajar desde los ciudadanos con el Ministerio de Educación en diseñar políticas públicas donde el Estado y la Sociedad se corresponsabilizan. Luego estas propuestas de política públicas validarlas en los territorios.
»Lograr acuerdos locales para ver concretamente que en los establecimientos se puede llevar adelante una reforma educativa práctica, tangible, en corto plazo, que nos lleve a plantear el plan de Educación 2020-2030». (I)
México / 9 de junio de 2019 / Autor: Betty Zanolli / Fuente: El Sol de México
II. Del porfiriato al diazordacismo
Al inicio 1870, el 72% de las escuelas -sobre todo a nivel superior- tenía financiamiento público, el 65% del cual procedía de los municipios. Sin embargo, las dificultades económicas que estos enfrentaron, pese a los esfuerzos realizados por el entonces ministro de Justicia e Instrucción, Joaquín Baranda -el promotor en 1885 de la Escuela Normal de Profesores y en 1888 de la Ley de Instrucción Obligatoria-, imposibilitaron poder contar con un eficiente sistema educativo nacional.
La llegada de Justo Sierra como subsecretario de Instrucción Pública dará un vuelco al panorama educativo. En 1905 es nombrado ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes y desde allí proyecta un nuevo sistema educativo para transformar a la población “en un pueblo, en una democracia”. Su base: la educación primaria, su cumbre: la universidad y septiembre de 1910: uno de los meses más importantes para la historia de la cultura mexicana, al ser inaugurada el 22 de dicho mes, en el Anfiteatro de la Escuela Nacional Preparatoria (ENP), la Universidad Nacional de México (UNM) con motivo de la celebración del Primer Centenario de la Independencia de México y en cumplimiento al decreto de su Ley Constitutiva promulgado en mayo de dicho año por el presidente Porfirio Díaz. El organismo naciente reuniría a la ENP con las Escuelas Nacionales de Jurisprudencia, Medicina, Ingenieros, Bellas Artes y de Altos Estudios (art. 2º) y su objetivo primordial sería realizar la obra de la educación nacional (art. 1º).
Más tarde, la Carta Magna de 1917 refrendará el carácter libre de la educación estatuido por la Constitución de 1857, elevando además a rango constitucional su gratuidad y laicidad. En 1920 el presidente Adolfo de la Huerta designa Rector de la Universidad a José Vasconcelos, quien desde su seno habrá de proponer la creación de una Secretaría de Instrucción Pública encargada de implementar programas de educación a nivel nacional. Proyecto que se materializará al fundar Álvaro Obregón la Secretaría de Educación Pública y ser nombrado él su titular, desde la que promovería entre 1921 y 1924 la primera gran reforma educativa del siglo XX en nuestro país, en gran parte sustentada en la consolidación de una identidad cultural nacional. Por algo entre sus principales colaboradores contaba con personajes como Jaime Torres Bodet, Adolfo Best, Ezequiel A. Chávez, Pedro Henríquez Ureña, Gabriela Mistral y Julián Carrillo. Una de sus principales tareas: la alfabetización del pueblo mexicano mediante misiones culturales, considerando que todo aquél que supiera leer debería convertirse en maestro. “Cruzada contra la ignorancia” que se convertiría en uno de los ejes educativos para el resto de la centuria.
En 1925 la Normal es transformada en Escuela Nacional de Maestros, convirtiéndose en un prolífico centro profesional académico. Lamentablemente, no tardarán los avatares políticos del país en dejarse sentir. Asesinado Obregón, México está al borde de la guerra civil. Emilio Portes Gil es nombrado presidente substituto y Vasconcelos contiende como aspirante a la presidencia pero no logra su objetivo. En la UNM, por su parte, desde 1927 se incoa un anhelo autonomista que poco a poco ve incrementar su vis política. En 1929 los conflictos entre el rector Antonio Castro Leal y la Confederación de Estudiantes Universitarios son insostenibles. El 22 de mayo Portes Gil propone otorgar la autonomía universitaria y el 10 de julio promulga la Ley Orgánica que dará nacimiento a la Universidad Nacional Autónoma de México.
Meses después, con Lázaro Cárdenas en la presidencia, el marco jurídico educativo constitucional toma por rumbo la vía socialista, algo de lo que ya se hablaba desde los tiempos obregonistas. El nuevo proyecto, anticlerical, antiimperialista y a favor de los desposeídos, se sustentará en la alfabetización indígena y en considerar a la escuela como un proceso de producción nacional a fin de alcanzar una sociedad igualitaria. En 1936 es fundado el Instituto Politécnico Nacional y Cárdenas se promueve el reparto de libros por el Estado entre los alumnos de escuelas urbanas y rurales. Obras como Simiente pretenderán hacer de los maestros promotores de la democracia y de los infantes, futuros agentes de cambio.
A partir del régimen ávilacamachista, la política educativa se “modera” mientras la matrícula escolar se dispara, sin que las oportunidades de acceso a la instrucción puedan crecer en la misma proporción. Será gracias al impulso de Torres Bodet, Martín Luis Guzmán y René Avilés Rojas que, durante el sexenio de Adolfo López Mateos, se elaboren los libros de texto gratuitos que por décadas formarán a generaciones de mexicanos. No obstante, las principales reformas curriculares tendrán lugar entre 1964 y 1970: bachillerato único, normales para la capacitación industrial y agropecuaria y creación del sistema de telesecundaria. Avances educativos del diazordacismo que la tragedia social en que desembocó el movimiento estudiantil de 1968 eclipsó.
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