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La revalorización docente no pasa por el SNTE ni por la SEP

 Abelardo Carro Nava

La revalorización docente, en los últimos días, ha sido un tema del que se ha venido hablando en demasía. Tal parece que dicho tema ha cobrado singular importancia debido: al paupérrimo incremento salarial que consiguió el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) para este año; a la falta de un plan educativo, por parte de la Secretaría de Educación Pública (SEP), que direccione el quehacer docente; a las evidentes dificultades que ha representado trabajar las diversas actividades escolares a distancia, derivado de la contingencia sanitaria decretada en el mes de marzo; y porque, indiscutiblemente, el papel del docente y de la escuela mexicana, por esta última situación, se ha visto envuelto en una encrucijada que, por más que se diga lo contrario, no encuentra o encontrará una salida que responda a las necesidades y demandas inmediatas.

Así, con este escenario, el pasado 2 de julio tuve la oportunidad de participar en una mesa de análisis denominada “Revalorización docente” que, Erick Juárez, Director Editorial del Portal Educación Futura, condujo con la idea de dialogar sobre este tema. Ahí, de entrada, hice énfasis en que este concepto, el de la “revalorización”, ha estado ligado a un discurso reivindicatorio del docente desde hace mucho tiempo y que, desde luego, ha dejado muy buenos dividendos para políticos y dirigentes sindicales de México. Sin embargo, como bien se sabe, dicho discurso ha sido solo eso, un discurso muy bonito pero, ¿qué es lo que ha pasado con los maestros?, ¿realmente se ha valorado su función?, ¿por qué hablar de una revalorización docente en estos días?, ¿en qué momento y por qué razón se ha dejado de valorar a los docentes?, ¿es, el maestro, el culpable del fracaso educativo?, ¿de qué manera han influido los gobiernos federales, estatales y la propia SEP en esa valoración o desvalorización docente?, ¿qué ha pasado en el sistema educativo durante todos estos años?, ¿qué funciones le ha asignado o atribuido la sociedad, y el propio sistema educativo, al quehacer docente en las últimas décadas? En fin.

Con estas interrogantes consideré que, para hablar de una revalorización docente, teníamos que observar su contraparte, es decir, la desvalorización docente y, para fundamentar lo que desde mi perspectiva ha propiciado dicha desvalorización, puse en la mesa de discusión algunos puntos que se desprenden de algunos hechos recientes:

  1. La participación activa de organizaciones y empresas como “Mexicanos Primero” y Televisa para ese objetivo; la primera, con su documental “De Panzazo” y, la segunda, a través de un periodista que ya no se encuentra entre sus filas pero que, indiscutiblemente, en esos años colaboró a este propósito; Carlos Loret de Mola.
  2. La implementación de la reforma educativa 2013 por el gobierno peñaniestista que, sin duda, fue bien conocida como la mal llamada reforma educativa.
  3. La relación entre la SEP, la Coordinación Nacional del Servicio Profesional Docente (CNSPD) y el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE); relación que trajo consigo una evaluación militarizada y punitiva.
  4. La denostación del magisterio, misma que se hizo evidente con aquella frase que aquel Secretario de Educación soltó a bocajarro: “cualquiera puede ser maestro”.
  5. El apoyo total del SNTE, a través de Juan Díaz de la Torre, a la reforma educativa de 2013; hecho por el cual ese sindicato, en 2017, recibió la cantidad de 1,730 millones de pesos para difundir dicha reforma (Del Valle, 15/05/2017) y del cual ha guardado silencio.
  6. La minimización del papel fundamental de la formación inicial docente a través de las escuelas normales.
  7. El incremento desmedido de labores administrativas a los docentes.

Con estos hechos, decía en esa mesa de análisis, López Obrador, retomó la vieja idea de revalorizar al magisterio. Durante su campaña así lo pronunció y, como bien sabemos, el escenario político fue el óptimo para que éste se erigiera como ganador de la contienda electoral en 2018. ¿Qué pasó después de su triunfo y de la toma de posesión con esta idea? En resumidas cuentas, se aprobó la reforma a la reforma educativa de 2013 y, parcialmente, en las leyes, quedaron sentadas las bases para un “nuevo” proyecto educativo. En consecuencia, ¿realmente la mal llamada reforma educativa cayó o, por el contrario, se mantuvo su esencia en el proyecto lopezobradorista? Ciertamente, de los ordenamientos legales desapareció la afectación laboral hacia los maestros que en la de 2013 estaba presente pero, en los demás procesos, ¿cómo estamos? Bueno, de esto ya dio cuenta Sergio Dustan, quien también participó en esa mesa de análisis, los invito a leerlo (http://www.educacionfutura.org/revalorizacion-docente/).

Ahora bien, a dos años del triunfo en las urnas del actual Presidente de la República, considero, hay muchos pendientes que atender para que deje de existir algo que he llamado la “disonancia discursiva” entre los hechos y, como parece obvio, las palabras. Particularmente, cuando desde las más altas esferas gubernamentales y sindicales se expresan. Por tal motivo, pienso que para que sea una realidad esa revalorización docente se tiene que trabajar en:

  1. Mejoras al salario; esto, con relación a otras profesiones y a las necesidades reales existentes.
  2. Total transparencia en el ingreso y reconocimiento docente; así como en los cambios de adscripción, en cada una de las entidades federativas.
  3. Esquemas de capacitación, actualización y profesionalización para el magisterio, mismos que respondan a las necesidades y demandas actuales. Un asunto que, en el sexenio pasado, se dejó en el olvido porque, si no mal recuerdo, estos esquemas estuvieron ligados al ingreso y desempeño docente.
  4. Mejores condiciones laborales y profesionales para el desarrollo del quehacer docente, lo cual implica, mayores recursos y/o presupuesto para el sector educativo.
  5. Descarga administrativa para desarrollar, desde la pedagogía y la didáctica, el quehacer docente.
  6. Un currículum apegado a la realidad del contexto-alumno.
  7. La construcción de propuestas educativas desde abajo, sin simulaciones, sin foros o encuestas con resultados a modo.
  8. Mejoramiento de la relación maestro-padres de familia.
  9. Autocrítica docente porque, si bien es cierto que los hechos han demostrado que el docente se ha visto afectado con tales decisiones, también es cierto que debe pensarse y analizarse el quehacer docente con la intención de propiciar la reflexión en, sobre y para ese quehacer docente. No todo ha sido bueno, pero tampoco ha sido malo y, en este tema, hace falta trabajar en demasía.

Éstas, repito, desde mi perspectiva, son algunas de las acciones que pueden emprenderse para que, en los hechos, se haga efectiva la revalorización docente de la que tanto se ha hablado en los últimos días. Ni el SNTE ni la SEP, han dado muestras concretas de lo que tanto vienen hablando porque, si bien es cierto que el discurso se ha perfilado hacia ese reconocimiento que tiene, y ha tenido, la docencia, también es cierto que, en los hechos, las “prácticas” que tanto se ufanó y pregonó el gobierno anterior que habían desaparecido, hoy día existen, no se han ido y, desde luego, esa alianza SNTE-SEP sigue vigente sin que, la mayoría del magisterio, perciba un cambio significativo.

Con negritas:

El día en que participé en este foro, a las 5 de la tarde, el mismo Director Editorial de Educación Futura, Erick Juárez, condujo otra mesa de análisis en la que se habló del sindicalismo magisterial en México; un tema que me pareció harto pertinente e interesante pero en el que, desafortunadamente, se observó la participación activa de un grupo de integrantes del SNTE que, a través de sus comentarios en la transmisión (y posterior a ésta), evidenciaron la falsa democracia que se pregona desde la cúpula sindical; claro está, todos tenemos la fortuna de gozar de una libertad de expresión para, como parece obvio, expresar lo que a nuestro juicio consideremos pertinente, sin embargo, cuando esa libertad se confunde con libertinaje, deja de tener sentido para transformarse en ignorancia, misma que a su vez, se traduce en una defensa absurda de un sindicalismo caduco. ¿Acaso estamos ante un grupo de sindicalistas que le darán vida, a través de las redes sociales, a la vieja “Vanguardia Revolucionaria”? Veamos qué comentarios, es posible que dejen, a partir de la publicación de este artículo.

Referencias:

Del Valle, S. (15/05/2017). Da SEP a SNTE 1,730 millones. Reforma.

Fuente: https://profelandia.com/la-revalorizacion-docente-no-pasa-por-el-snte-ni-por-la-sep/

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El silencio democratizador del SNTE

 Abelardo Carro Nava

Me cuentan los que saben, que no en muy pocas ocasiones, algunas autoridades educativas estatales les hicieron llegar a los profesores, a altas horas de la noche, diversos oficios para que atendieran ciertas indicaciones sobre el trabajo que, derivado de la contingencia sanitaria por el Covid-19, tendrían que realizar de “urgencia”. Ya sea que tuvieran que “subir” evidencias, que tuvieran que entregar reportes, que tuvieran que revisar estadísticas y, más recientemente, reportar sus evaluaciones. Ciertamente, todas estas cuestiones, son parte del “trabajo” que tiene que hacer cualquier docente que se encuentre frente a grupo. Esto no es nuevo, como tampoco lo es, el que la autoridad educativa de cualquier entidad del país, pida de “urgencia”, se atiendan cada una de esas indicaciones porque, de lo contrario, el incumplimiento podría tener consecuencias nada favorables para ese trabajador de la educación.

Esta situación, de alguna u otra manera, se ha visto como “normal” en el Sistema Educativo Mexicano. Vaya, en concreto, se ha normalizado, como también se ha normalizado que los trabajadores de la educación, tengan que realizar su trabajo sin que existan las mejores condiciones laborales para hacerlo. Y, ante ello, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) ha callado.

Y es que, al ser una profesión de estado, el magisterio mexicano está sujeto a lo que el estado, a través del Gobierno Federal y de la Secretaría de Educación Pública (SEP), determine en un momento dado. ¿Cuántas escuelas no cuentan con agua potable o un adecuado drenaje?, ¿cuántas escuelas no tienen luz eléctrica o ventilación adecuada?, ¿cuántas escuelas no cuentan con el mobiliario, mínimo indispensable, para que el proceso de enseñanza y de aprendizaje se desarrolle favorablemente?, ¿cuántas escuelas no cuentan con espacios óptimos que favorezcan los ambientes para el logro de los aprendizajes? Ahora bien, ¿cuántos trabajadores de la educación padecen una enfermedad crónica?, ¿cuántos profesores reciben una adecuada atención médica?, ¿cuántos profesores cuentan, en sus escuelas, con las herramientas e instrumentos mínimos necesarios para el desarrollo de su trabajo?, ¿cuántos de estos profesores no han puesto de su bolsillo para pagar el internet, comprarse una computadora o alguno otro material para que sus alumnos aprendan?, ¿cuántos profesores se han visto afectados en su salud por todo lo que ha generado toda esta contingencia? Y, ante ello, el SNTE ha callado.

Y es que, al ser una profesión de estado, se entiende la existencia de un Sindicato que “defiende” los derechos laborales, sociales, económicos y profesionales de sus miembros (Art. 10, Párrafo I, de los Estatutos del SNTE, 2019). Sin embargo, esto ¿realmente ocurre así? Es decir, ¿el SNTE ha defendido, y defiende, los derechos laborales de sus agremiados?

Si entendemos que un derecho laboral es un conjunto de normas o reglas cuyo objetivo tiende a regular las obligaciones entre los trabajadores y el patrón se comprende que, en esta regulación, ambas partes tienen derechos y obligaciones, desde luego, sin menoscabo de la protección y beneficio de los trabajadores, en este caso, del colectivo inserto en el ámbito educativo. Es una relación laboral que se constituye a partir de la firma de un contrato y en la que, tanto los derechos como las obligaciones, se establecen en un marco normativo que se conoce como Ley Federal del Trabajo (LFT). De hecho, en el Artículo 2º LFT vigente puede leerse: “Las normas del trabajo tienden a conseguir el equilibrio entre los factores de producción y la justicia social, así como propiciar el trabajo digno o decente en todas las relaciones laborales. Se entiende por trabajo digno o decente aquél en el que se respeta plenamente la dignidad humana del trabajador; no existe discriminación por origen étnico o nacional, género, edad, discapacidad, condición social, condiciones de salud, religión, condición migratoria, opiniones, preferencias sexuales o estado civil; se tiene acceso a la seguridad social y se percibe un salario remunerador; se recibe capacitación continua para el incremento de la productividad con beneficios compartidos, y se cuenta con condiciones óptimas de seguridad e higiene para prevenir riesgos de trabajo. El trabajo digno o decente también incluye el respeto irrestricto a los derechos colectivos de los trabajadores, tales como la libertad de asociación, autonomía, el derecho a huelga y la contratación colectiva” (LFT, 2/07/2019). Por lo que respecta a la jornada de trabajo (por ejemplo), en la misma LFT, en su Capítulo II Jornadas de trabajo, Artículo 61, se señala: “La duración máxima de la jornada será: ocho horas la diurna, siete la nocturna y siete horas y media la mixta” (LFT, 2/07/2019).

Visto lo anterior, y ante el pomposo diálogo que el líder del SNTE lanzó hace unos días en cuanto a que la democratización plena del SNTE ya no tiene reversa porque el SNTE se construye desde abajo (Profelandia, 22/06/2020), me preguntó: ¿será que en el pliego de demandas, al que alude dicho líder, se consideraron todas las exigencias y necesidades de los trabajadores de la educación?, ¿será que en ese pliego de demandas se puntualizó sobre la necesidad de que cada trabajador de la educación cuente con las mejores condiciones laborales para el desarrollo de su trabajo? Si así fue, ¿porqué, desde hace varias décadas, las condiciones laborales en las que se encuentran los trabajadores de la educación siguen siendo, prácticamente, las mismas?, ¿por qué, desde hace varias décadas, se exige una mejora a esas condiciones porque la autoridad educativa sencillamente puede hacer y deshacer lo que se le venga en gana?

Claro, hablar de una democracia (simulada) es fácil; lograr que esa democracia sea efectiva pero, sobre todo, que traiga beneficios para la base trabajadora no es tan sencillo como parece pues, como es obvio, aparentar que todo está bien se ha convertido en un sinsentido para los trabajadores de la educación, pero que si ha traído beneficios para ciertas cúpulas sindicales, como lo fue en su momento, la Subsecretaría de Educación Básica de la SEP. Claro está, con seguridad habrá quién refute mi argumento y está en lo correcto, sin embargo, hablar de una verdadera democracia significa que, cada uno de nosotros, puede expresar lo que, desde su juicio, entendimiento y conocimiento, considere pertinente, pero además, que puede exigir mejores condiciones laborales para los trabajadores de la educación. Creo que, en este sentido, nadie estaría dispuesto a exigir que éstas no se les brindaran. La pregunta es: quién lo ha hecho y cuál es el motivo de ese hecho.

Ojalá pudiera, un organismo externo e independiente, levantar una encuesta mediante la cual, los trabajadores de la educación externaran sus puntos de vista con relación al papel del SNTE en estos días y, muy probablemente, de lo que antaño ocurría. Esta idea, puede arrojar resultados verdaderamente interesantes que me llevarían a confirmar mis dicho o argumentos (o el de cualquier otro trabajador de la educación, investigador o académico) o, por el contrario, a comprender que, en efecto, estoy equivocado.

Sí, como lo afirmó este líder sindical, las decisiones cupulares se acabaron, ¿por qué no expresa el sentir de la base trabajadora, sin simulaciones y encuestas a modo cuyos resultados no comparten todos los agremiados?

En Tamaulipas, desde hace tiempo vengo siguiendo a un Movimiento Magisterial integrado por trabajadores de la educación pertenecientes a la Sección 30 del SNTE y, a través de los cuales, he podido conocer su preocupación y ocupación legítima por la defensa de los trabajadores adheridos a ese movimiento y al sindicato en comento. ¿No sería éste el trabajo que tendría que realizar el líder y su equipo de trabajo para beneficio de sus agremiados?, ¿podría ser ésta la forma de concebir a un SNTE diferente?

Recuerdo que, en el SNTE, hace tiempo surgió la idea de algo que ellos llamaron SNTE JOVEN, ¿alguien se acuerda cuál fue el propósito de esta idea y en qué terminó todo ello?

Bien haría, el Secretario del SNTE, medir sus palabras. Los tiempos en que el discurso transformaban los hechos han cambiado y, como parece obvio, un cambio significativo bien le haría a esta organización sindical. No todo tiene que ser una práctica que corresponda con la 4T o a los distintos gobiernos o… ¿me equivoco?

Referencias:

Redacción Profelandia.com (22/07/2020). Democratización plena del SNTE ya no tiene reversa: Cepeda Salas. Profelandia.com

Recuperado de: https://profelandia.com/democratizacion-plena-del-snte-ya-no-tiene-reversa-cepeda-salas/?fbclid=IwAR1MsRQ0qe0EIhwXiBDeD6yr-WbJyRI_2K7GRgzfsvR3TNOEAQ–7nsrFUM

SNTE. Estatuto.

Recuperado de: https://snte.org.mx/wp-content/uploads/2019/12/Estatuto-SNTE12-Marzo-2019.pdf (Consultado el 23/06/2020)

Cámara de Diputados. Ley Federal del Trabajo.

Recuperado de: https://mexico.justia.com/federales/leyes/ley-federal-del-trabajo/gdoc/

(Consultado el 23/06/2020)

Fuente: https://profelandia.com/el-silencio-democratizador-del-snte/

Imagen: philm1310 en Pixabay

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Educación y Posneoliberalismo

Por: Juan Carlos Miranda Arroyo

Cuando hace unas semanas hicimos la pregunta ¿qué va a pasar con los trabajadores de la educación que se encuentran en situación de vulnerabilidad? Esto frente a las condiciones difíciles que se vivirán durante el retorno a las clases presenciales (próximo agosto 2020), las autoridades educativas contestaron que se evaluaría caso por caso y que eso estaría supeditado a un examen médico, una certificación o una prueba sobre la presencia o no de la enfermedad Covid-19.

En los hechos, sin embargo, las autoridades educativas federales y estatales, en términos generales, no tienen disposición ni herramientas administrativas (jurídicas) para dar más licencias médicas o permisos para que las y los docentes, directivos escolares, asesoras y asesores técnicos, así como otras figuras educativas y personal de apoyo a la educación, que tienen antecedentes de enfermedades o situación adversa de salud (como diabetes, cáncer, hipertensión, obesidad, asma u otras enfermedades crónicas), no se incorporen de inmediato a las labores de la “nueva realidad” social y educativa (la noción de “nueva normalidad” no termina por convencerme).

Así, en los hechos, las autoridades educativas dan signos o pistas de retorno, pero hacia la “vieja normalidad”. De esa manera se traza el camino hacia la “regresión burocrática”. No permisos, no concesiones, no autorizaciones, no condescendencias. La lógica administrativa que viene será la de ¡¡¡No más suspensiones de clases, no más interrupciones injustificadas, no más ruptura de la continuidad institucional!!! (Aunque cuando llegan los Juegos Magisteriales, una buena parte de las maestras y los maestros interrumpen clases). Como si las y los trabajadores fueran los responsables de la cuarentena-cincuentena. Por lo tanto, se nos viene la etapa del no, no, no. La palabra favorita de la burocracia. Entonces, la otra pregunta sería: ¿Quedarán en el abandono y sin protección legal e institucional las y los trabajadores de la educación que presenten esos cuadros o síntomas de enfermedades, o que sean mayores de 60 años? ¿Qué cada quien se rasque con sus propias uñas?

El Poder del escritorio

A propósito de lo anterior (y casi como mera coincidencia) la semana pasada me enteré que un organismo público desconcentrado, administrador de la educación básica en un estado de la República (no digo de qué entidad, pero cualquiera puede deducir a cuál me refiero), pidió a sus directivos(as) altos y medios: Directores de área, jefes de departamento, jefes de sector, supervisoras y supervisores escolares y directoras(es) de escuela, el viernes por la noche, que hicieran una relación de nombres y claves presupuestales o claves de plazas magisteriales, de aquellos trabajadores y trabajadoras que estarían en situaciones de vulnerabilidad para identificarlos. ¿Cuál será la política específica a seguir acerca de estos trabajadores?

Aparte de que esa información podrían obtenerla directamente, es decir, desde la dirección de recursos humanos, se nota que el movimiento burocrático es como un “acto reflejo”, porque implica solicitar información de manera absurda, sin sentido. Ello nos indica, además, cómo funciona el poder del escritorio y cómo se justifica la existencia disfuncional de la burocracia dorada. La burocracia que caracteriza a la etapa del “posneoliberalismo”. Así en la educación pública; en los servicios de salud, y en todos, sin excepción, los demás ámbitos del sector público. Por cierto, algunos segmentos de la iniciativa privada, no se quedan atrás en estas regresiones burocráticas (por ej.: los servicios bancarios).

Más allá de la corrupción: la burocratización

Ello muestra, una vez más, que el “cambio de régimen” (que habría de incluir la modificación de los patrones administrativos cerrados y verticalistas), no llegará a su término o no sucederá pronto. No al menos en los próximos cuatro años. Las prácticas institucionales (los hábitos y las costumbres) se comen a las buenas intenciones del presidente López Obrador, de acabar con el régimen “neoliberal” para dar paso al “posneoliberalismo”.

Esta burocracia educativa, en particular, que insiste en solicitar información sin sentido a sus directivos y mandos medios, y que termina por perder la mirada hacia las necesidades apremiantes de sus trabajadores de base; es decir, una burocracia que se define por poner al trámite por delante y a las personas por detrás, es el sello del accionar público del Estado mexicano, hoy. Es la marca de nuestras instituciones nacionales y locales que se encargan de (des)administrar al sistema educativo.

Para finalizar este breve comentario, planteo otra pregunta-reflexión: ¿Qué capacidad financiera tiene el Estado mexicano (a través del ISSSTE) para dar soporte al personal educativo y de apoyo a la educación, ante los escenarios laborales y del derecho a la salud que se presentarán a partir del siguiente ciclo escolar 2020-2021?

Una más ¿Habrá fondos, así mismo, para contratar a personal interino que ocuparía temporalmente los puestos de trabajo de quienes se encuentran en situación vulnerable?

La posición y el papel del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y demás organizaciones gremiales, en ese sentido, y que están para defender los intereses de los trabajadores y las trabajadoras del sector (ello sin afectar el servicio educativo), se pondrá nuevamente a prueba. Y los altos dirigentes gremiales ¿Se quedarán acaso limitados en su actuación como simples “soldados intelectuales” del nuevo régimen?

Ahí está sobre la mesa no sólo el paquete de combatir las nocivas prácticas de la corrupción en las instituciones nacionales y estatales, a partir de la llegada del “posneoliberalismo”, sino también las añejas prácticas burocráticas en general, y en especial, de la educación pública.

jcmqro3@yahoo.com

@jcma23

Fuente: https://profelandia.com/educacion-y-posneoliberalismo/

Imagen: https://www.flickr.com/photos/ansesgob/7297227242/

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La escuela después de la pandemia

Por: Carlos Ornelas

• 1. La visión animada. La dirigencia formal del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, que encabeza Alfonso Cepeda Salas se coloca del lado del gobierno y de la Secretaría de Educación Pública.

La pandemia nos agarró descobijados. Con todo y que muchas cosas se pudieran haber previsto, de cualquier manera el daño no sería mucho menor. No echo flores a la Secretaría de Educación Pública, pero reconozco que hizo lo que pudo, más con la austeridad republicana —o franciscana— como una guadaña que siega recursos.

Hoy, surgen preguntas en la plaza pública que varios de mis colegas responden con imaginación y con base en su conocimiento experto sobre el sistema escolar y su funcionamiento. Tras revisar posturas en la prensa e internet, sintetizo tres respuestas típicas: una optimista (sin abonar por completo a la exultación que hace la SEP para el regreso a clases), otra descorazonada y, la tercera, con miras al equilibrio.

1. La visión animada. La dirigencia formal del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, que encabeza Alfonso Cepeda Salas, se coloca del lado del gobierno y de la SEP, refrenda sus apuestas y asegura que la “nueva normalidad” abre resquicios para esquemas de trabajo conjunto. También apunta que sus afiliados pondrán todo de su parte para lograr que los niños recuperen el paso, que buscarán la forma de que las escuelas estén sanas y que los alumnos reciban apoyo socioemocional. Calculan que pocos abandonarán sus estudios o que sólo lo harán de forma temporal. Respaldan el dicho de la SEP, que el programa La Escuela es Nuestra acarreará beneficios económicos a las comunidades, en especial a los más pobres.

2. Todo está mal y así seguirá. Maestros, articulistas e investigadores escépticos critican —unos con acritud— lo que hizo la SEP al incurrir en la educación a distancia —y las alianzas con Google, Televisa y Televisión Azteca— como un paliativo a la escuela presencial. Aseguran que los maestros rechazan las apuestas de la SEP; incluso, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación levantó encuestas que dicen que el 78% de los docentes reprueba los programas emergentes y dudan del regreso a clases. Otros previenen que habrá miles de niños, en particular de las clases pobres y zonas marginadas, que ya no regresarán a clases porque los padres temen al contagio —la desconfianza es grande— o bien porque se quedaron sin empleo. La Nueva Escuela Mexicana es y seguirá siendo faramalla.

3. El atisbo ponderado. Una tercera opción persevera en las ideas de participación social. Sus procuradores —en especial de organizaciones de la sociedad civil— piensan que la SEP y las autoridades de los estados no podrán hacer mucho sin el apoyo decidido de padres y sociedad. Saben que habrá deserciones, pero no que sea un asunto fatal, la escuela puede ir a buscar a los niños que se alejen. Proponen medidas nuevas e inéditas para las condiciones de penuria a las que —eso sí de seguro— se enfrentará el sistema escolar.

Los postulantes de la tercera opción presentan innovaciones posibles que reseñaré en otra entrega. Sin embargo, también son dubitativos. La incertidumbre no se anda por las ramas.

Fuente: https://www.excelsior.com.mx/opinion/carlos-ornelas/la-escuela-despues-de-la-pandemia/1389412

Imagen: https://pixabay.com/

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La “transparencia” en la asignación de las plazas en la 4T.

 Abelardo Carro Nava

La contrarreforma educativa que impulsó el Presidente López Obrador dejó en el pasado, un doloroso, humillante y violento episodio que lastimó al magisterio mexicano pues, como sabemos, la mal llamada reforma educativa que el peñanietismo implementó en nuestro país, desvalorizó la función magisterial y, poco o nada, aportó a la mejora de la educación en México.

Claro, en su momento se dijo que habría que recuperar la rectoría de la educación (Reséndiz, 30/08/2017), pero desafortunadamente, nunca se especificó de quién o quiénes habría que recuperarla o, peor aún, si el o los gobiernos anteriores a éste, habían cedido esa rectoría a cambio de ciertos “favores” políticos que propiciaron esa “perdida” de la rectoría educativa del estado. También se dijo que, con las reformas “estructurales”, particularmente, la educativa, los procesos de asignación de plazas tendrían total transparencia, pero desafortunadamente, nunca se demostró que esa asignación gozara de ese ejercicio porque, como también sabemos, en los diferentes estados que conforman la República Mexicana, las listas de prelación, en no muy pocas ocasiones, se “violentaban” y se asignaban las plazas a quienes no correspondía, ya sea porque cierta autoridad educativa se “brincaba” un lugar en dichas listas de prelación, o porque el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) metía la mano en esos procesos.

Mucho había cambiado para que todo siguiera igual, escribía en esos tiempos.

Luego entonces, con la firme promesa de que se acabaría el “huachicoleo educativo” (Reporte Indigo, 3/10/2019) llegó otra administración a la Secretaría de Educación Pública (SEP), desde luego, con los ordenamientos constitucionales en las manos, como la denominada: “Ley General del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros (LGSCMM)” (DOF, 30/09/2019). En ésta, en su título primero puede leerse: “De la Revalorización de las Maestras y Maestros”, una promesa cumplida por quien hoy ocupa la silla presidencial en Palacio Nacional hecha a los maestros; sin embargo, no todo es o ha sido miel sobre hojuelas desde que entró en vigor tal ley; de hecho, hoy día, subsisten varios problemas que se generaron de las leyes que se derivaron de la reforma de 2013 y que, como parece obvio, se han acumulado con los que se están dando en la administración actual; de manera específica, me referiré a los procesos de asignación de plazas para el periodo 2019-2020.

¿Mucho ha cambiado para que todo siga igual?

Con la entrada en vigor de la LGSCMM, quedaron sin efectos los procesos administrativos a los que se refería el artículo 75 de la Ley General del Servicio Profesional Docente (Transitorio Cuarto de la LGSCMM), luego entonces, en esta ley, se establecieron cambios mínimos en los procesos para admisión hecho que, desde luego, causó “harta” polémica porque para muchos profesores, académicos, investigadores y demás actores, en esta LGSCMM, se mantuvo la esencia de la del Servicio Profesional Docente que tanto fue cuestionada por propios y extraños en el pasado y, lo que fue peor, es que en ésta se especificó, en su Capítulo II De la admisión y promoción en educación básica, Sección Primera De la administración de educación básica, Artículo 39., Fracción IV, que: “La Secretaría celebrará un proceso público en el que pondrá a disposición de las autoridades educativas de las entidades federativas y las representaciones sindicales, en una mesa tripartita en cada uno de los estados y la Ciudad de México, para su participación y garantía en el respeto a los derechos de los trabajadores, los resultados de la valoración de los elementos multifactoriales referidos en la fracción V de este artículo, derivada de la convocatoria respectiva”. Lo anterior, además del candado que, de alguna forma dejó atrás, aquello de que cualquiera “podía ser maestro” (Robles, 22/03/2016) dándole prioridad a los egresados de las escuelas normales, Universidad Pedagógica Nacional y Centros de Actualización del Magisterio (Artículo 40, Párrado II de la LGSCMM).

¿Por qué poner a disposición de las representaciones sindicales los resultados de la valoración de los elementos multifactoriales para el ingreso al servicio cuando, en los hechos, los concursantes están recibiendo un dictamen que los avala (o no) para prestar sus servicios profesionales?, ¿acaso por el simple hecho de participar en la convocatoria de admisión ya son considerados trabajadores de la educación y, por tal motivo, la representación sindical ya es efectiva?, ¿por qué el SNTE ha guardado silencio sobre este y otros artículos de la LGSCMM? La respuesta a este último cuestionamiento, creo, la sabemos.

Ahora bien, la LGSCMM establece, en su artículo 39, Fracción 10. “La admisión al servicio público educativo estará sujeta a la disponibilidad de plazas vacantes definitivas, temporales y de nueva creación, así como a las estructuras ocupacionales autorizadas. El número de las vacantes se definirá de conformidad con las necesidades del servicio público educativo y la disponibilidad presupuestal, con base en la planeación que realice el Sistema Educativo Nacional. En todo caso se garantizará la prestación del servicio educativo a las niñas, niños, adolescentes y jóvenes que se encuentren en zona de marginación, pobreza y descomposición social” (LGSCMM, 30/09/2019). Para asegurar la transparencia y disponibilidad de plazas, en el mismo ordenamiento se señala, artículo 14, Fracción I.: “Establecer y coordinar el Sistema Abierto y Transparente de Asignación de Plazas (SATAP) para la ocupación de las vacantes de personal con funciones docente, técnico docente, de asesoría técnica pedagógica, de dirección y supervisión” (LGSCMM, 30/09/2019). Para esto último, se cuenta con un portal para “Consulta Pública de Vacancia (http://www7.uscmm.gob.mx:8080/AsignacionDePlazas/vacancia/#/filtros), así como también, de una serie de lineamientos de operación del SATAP (SEP, 27/03/2020).

No obstante estas cuestiones que, desde mi perspectiva me parecen harto pertinentes, la verdad de las cosas es que una “transparencia” como tal no es del todo cierta. Esto, por dos cuestiones: la primera, porque si usted ingresa al portal que he referido y realiza una consulta (misma que hice antes de cerrar estas líneas) en ciclo escolar 2019-2020 (por ejemplo) sobre las plazas vacantes en la Ciudad de México (por ejemplo) para educación básica, educación primaria, docente (por ejemplo), dicho portal arroja una leyenda: “No se encontró vacancia. No hay vacancia disponible para los filtros seleccionados”; y, la segunda, porque en el documento lineamientos de operación del SATAP, no es claro cuando el “administrador”, puede o no subir, dichas “vacancias”, solo se indica la manera en que podrán ser subidas al sistema. Entiendo pues, porque así lo estipula la LGSCMM, que las autoridades educativas de los estados tienen, en este proceso, una responsabilidad importante; sin embargo, ¿por qué si hay una vacancia disponible por renuncia o defunción, no se registra en el portal al que hago referencia?

Quienes nos encontramos inmersos en el magisterio sabemos que, generalmente, las jubilaciones o permisos prejubilatorios, se realizan en el mes de octubre, sin embargo, también sabemos, que existen renuncias, defunciones o ceses por cuestiones administrativas. ¿Cómo asegurar que las listas de prelación se tomen en cuenta cuando, en los hechos, no existe un portal en el que se encuentre la información de los concursantes a una plaza en el nivel educativo que corresponda?, ¿cómo asegurar que las Secretarías de Educación de los estados reporten todas las vacancias disponibles cuando, en los hechos, esta información es “propiedad” de ellos?, ¿cómo asegurar que, la plaza de quien haya renunciado o haya fallecido, se someta a concurso y/o se asigne a quien corresponde por el lugar obtenido en las listas de prelación de manera inmediata cuando así suceda este o estos hechos? Ciertamente, insisto, cada una de las entidades es responsable de este proceso, pero también, tendría que serlo para la propia Secretaria a través de la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros (USCMM).

Y es que mire usted, en días pasados, el Secretario de Educación, ante diversos cuestionamientos y denuncias que se han hecho a través de las redes sociales, aseguró que los sindicatos magisteriales no tienen participación en la asignación de las plazas docentes, por lo que se creó todo un sistema, que es transparente, en donde no participan los sindicatos (Profelandia.com, 11/06/2020). Sin embargo, días atrás (el 5 de mayo), a pregunta expresa que formuló Azucena Uresti (vía twitter) a dicho Secretario: “¿Qué pasará con los maestros aprobados de admisión 2019-2020 con la letra A? La vigencia es hasta el 31 de mayo de 2020… Muchos quedarán desempleados y no tienen respuestas de la SEP de sus estados”, este funcionario le respondió (por la misma vía): “Al ciclo escolar se inscribieron 141,700 maestros, en el listado A, quedaron 105,11. De estos últimos se contrata aprox. 45%, es decir, 47,300 maestros c/año. Estar en listado A no crea derecho a obtener plaza, está sujeto a la vacancia que se genere durante el ciclo escolar” (https://twitter.com/emoctezumab/status/1257803658286243840)

Al respecto, ciertamente la ley establece que, conforme a las “necesidades del servicio” se asignarán las plazas; sin embargo, la inacabada “transparencia” en la asignación de esas plazas, ha propiciado que el proceso de asignación se cuestione en demasía. Esto porque, derivado de los datos que el mismo Secretario de Educación ofreció puede considerarse, que existieron 47,300 vacancias. ¿Cuántas corresponden a jubilaciones?, ¿cuántas a renuncias?, ¿cuántas a defunciones?, ¿cuántas a ceses?

Manifestaciones, insisto, ha habido en las redes sociales, por ejemplo, de aquellos que participaron y quedaron ubicados en el grupo A. A la fecha, continúan exigiendo un lugar dado que aprobaron el proceso, se encuentran en listas de prelación, pero se desconoce cómo ha sido la asignación de los lugares disponibles y, lo que es peor, es que el tiempo ha fenecido y a la fecha, no en todas las entidades de la República Mexicana se le ha llamado, ya sea para darles una respuesta sobre una posible “prorroga” o bien, para asignarles un lugar dado el proceso de asignación que he referido.

¿Por qué concursar por una plaza y obtenerla si, en los hechos, “no hay” un lugar para los que tuvieron resultados favorables?

¿Algo tiene que pensar la SEP no creen? Por ello es que nuevamente pregunto: ¿mucho ha cambiado para que todo siga igual?

Al tiempo.

Referencias:

DOF. Decreto por el que se expide la Ley General del Sistema para la Carrera de las Maestras y Maestros.

Recuperado de: http://dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5573860&fecha=30/09/2019#:~:text=%22EL%20CONGRESO%20GENERAL%20DE%20LOS,Art%C3%ADculo%20%C3%9Anico.&text=Revalorizar%20a%20las%20maestras%20y,pleno%20respeto%20a%20sus%20derechos.

Redacción Reporte Indigo (3/10/2019). Se acabará con el huachicol educativo: Moctezuma Barragán”. Reporte Indigo.

Recuperado de:

https://www.reporteindigo.com/reporte/se-acabara-con-el-huachicol-educativo-moctezuma-barragan/

 –Reséndiz, Y. (30/08/2017) Rectoría del Estado en materia Educativa, se recupera: Nuño. Excelsior.com

Recuperado de:

https://www.excelsior.com.mx/nacional/2016/03/22/1082282

SEP (27/03/2020). Lineamientos de operación del sistema abierto y transparente de asignación de plazas.

Recuperado de:

http://file-system.uscmm.gob.mx/2020-2021/compilacion/Lineamientos_de_operacion_SATAP.pdf

Redacción Profelandia.com (11/06/2020). Sindicatos magisteriales no participan en la asignación de plazas, asegura Esteban Moctezuma. Profelandia.com

Recuperado de:

https://profelandia.com/sindicatos-magisteriales-no-participan-en-la-asignacion-de-plazas-asegura-esteban-moctezuma/

Fuente: https://profelandia.com/la-transparencia-en-la-asignacion-de-las-plazas-en-la-4t/

Imagen: Vidhyarthi Darpan en Pixabay

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México: Concluye ciclo escolar 2020 con el programa Aprende en Casa

América del Norte/México/07-06-2020/Autor(a) y Fuente: www.jornada.com.mx

El proceso de aprendizaje no se ha detenido en el país, ya que a través del programa Aprende en Casa se atendió a 9 de cada 10 niñas y niños, y 8 de cada 10 maestras y maestros mantuvieron comunicación constante, para continuar con los aprendizajes y cumplir con planes y programas correspondientes al ciclo escolar 2019-2020.

El Secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma Barragán, aseguró que el éxito del programa Aprende en Casa es producto de la unión de todo el sector educativo, de instituciones públicas y privadas, además de la vocación de maestras y maestros, y el compromiso de madres y padres de familia, para poner al centro de todas las acciones a las niñas, niños, adolescentes y jóvenes.

Los contenidos educativos en las 32 entidades federativas a través de 40 canales de televisión abierta como Televisión Educativa, Canal Once Niñas y Niños, TV UNAM, Justicia TV y de empresas como Televisa.

Las clases se transmitieron también en 36 canales del Sistema Estatal de Red de Radiodifusoras y Televisoras Culturales y Educativas de México.

El apoyo y colaboración de la televisión de paga permitió que los programas se transmitan por 48 canales de los sistemas Megacable, TotalPlay, Dish, Axtel, Sky, Izzi y Claro Video.

Para llegar a las comunidades más aisladas del país, y como parte del programa Aprende en Casa, el Consejo Nacional de Fomento Educativo (CONAFE) entregó 300 mil paquetes escolares a sus alumnos.

Se suma también la difusión de más de 300 programas educativos hasta el momento, en 15 lenguas indígenas, a través de 18 radiodifusoras en 15 estados de la república.

En internet, se logró la participación de más de 937 mil docentes, directores y supervisores en la plataforma de Google Classroom.

El éxito del programa Aprende en Casa no sólo es cuantitativo, sino cualitativo. En una encuesta practicada a 19 mil 528 supervisores, el 58 por ciento lo calificaron como bueno y muy bueno.

En una encuesta realizada por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), en donde participaron 55 secciones sindicales de las 32 entidades federativas, es decir, 302 mil 270 docentes, de los cuales el 82 por ciento aseguró que interactúa semanalmente con 9 de cada 10 de sus alumnos, y el 61 por ciento consideró como buenos, muy buenos o excelentes los medios utilizados para el desarrollo de este programa educativo.

En otra encuesta participaron mil 813 niñas, niños, adolescentes y jóvenes de todo el país, de los cuales 82 por ciento, considera que hacer actividades escolares en casa genera una sensación de bienestar.

Fuente e Imagen: https://www.jornada.com.mx/ultimas/sociedad/2020/06/05/concluye-ciclo-escolar-2020-con-el-programa-aprende-en-casa-4246.html

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Educar desde casa: el casi imposible reto en un México desigual

América del Norte/ México/ 28.04.2020/ Fuente: www.telemundohouston.com.

 

MÉXICO – Con un cierre de ciclo escolar atípico por la pandemia de COVID-19, México, al igual que países de América Latina y el mundo, busca salvar el año lectivo de unos 30 millones de estudiantes con un programa novedoso de clases a distancia que combina aprendizaje y bienestar.

El plan del gobierno mexicano, impulsado por la Secretaría de Educación Pública (SEP), contempla el regreso a clases el 1 de junio y el cierre de curso el 17 de julio.

Mientras dura el periodo de distanciamiento social, que llevó al cierre de escuelas el 20 de marzo, el programa educativo se centra en una estrategia a distancia para mantener los servicios educativos durante la emergencia.

Bajo este esquema, la SEP transmite clases por televisión abierta desde el 20 de abril y de lunes a viernes el programa «Aprende en casa», que cuenta con diversos horarios para los niveles de preescolar, primaria, secundaria y bachillerato.

Además ha pedido a los maestros entrar en contacto con los padres de familia para dar un seguimiento al aprendizaje de los alumnos, quienes deberán integrar una «carpeta de experiencias» con la que serán evaluados para avanzar al siguiente nivel.

«Vamos a rescatar el ciclo escolar (…) al regresar, vamos a remediar rezagos. Centraremos el eje del esfuerzo en el aprendizaje más que en la evaluación», dijo esta semana el titular de la SEP, Esteban Moctezuma, en la conferencia presidencial diaria.

Las autoridades sanitarias actualizaron la lista de síntomas de la enfermedad, que ya deja más de 200,000 muertos en todo el mundo.

Precisamente emparejar el aprendizaje de los estudiantes mexicanos, un grupo que en este país es tan diverso como desigual, es el reto del Gobierno.

POLÉMICAS CLASES POR TELEVISIÓN

Para el secretario general de la sección 9 del SNTE-CNTE en la Ciudad de México, Pedro Hernández, «aunque el titular de la SEP reconoce que en todas las casas hay un aparato (dijo que 9 de cada 10 alumnos lo tienen) eso no significa que todos los alumnos tengan acceso a los dos canales donde se transmiten las clases».

En entrevista, el representante de los maestros recordó que existen comunidades en el país en los que esos canales solo llega en sistemas de pago.

Para el dirigente magisterial, los contenidos que se ofrecen en televisión «no consideran los ritmos y formas» en la que los maestros planean y desarrollan las actividades en función del contexto y diagnóstico que ellos elaboran.

Además, las clases pelean espacio con la programación de todos los días del resto de los canales, un rival difícil de vencer.

Pero si por televisión es complicado, agregó, ni hablar de clases por internet.

Si bien no dijo ningún nombre, López Obrador indicó que los ataques han provenido de una actriz “muy famosa”, un comediante y un futbolista “que antes me caía bien”.

COMPUTADORAS, TABLET O TELÉFONO

Sobre la educación a través de internet, la sección que representa Hernández elaboró una encuesta del 15 y el 17 de abril entre los maestros de preescolar, primaria y educación especial de Ciudad de México que dejó ver la desigualdad tecnológica de alumnos y maestros.

Según el ejercicio, el 58.2% de los maestros cuenta con una formación digital básica, el 15.9% solo cuenta con su celular para accesos a plataformas digitales y el 1.7% maneja programas de diseño y plataformas digitales.

Mientras que entre los alumnos el 25% cuenta con una computadora en casa y ese mismo porcentaje cuenta con internet en casa o se podría conectar a una plataforma en línea, por ejemplo, mediante el teléfono de sus padres.

Recordó que no es lo mismo una conexión en una ciudad que en una zona rural, ni un niño en una familia que tiene su propia computadora a otro hogar con apenas conexión a internet.

Por ejemplo, dijo que maestros que trabajan en la región de la montaña en el estado de Guerrero, uno de los más pobres, «han contado que en esa zona no hay conexión telefónica».

Hernández consideró que «la diversidad de los estudiantes mexicanos» (de ciudad a zona rurales y de altos a bajos recursos) indica que la estrategia no puede ser única y la preocupación no debe de ser solo «la acreditación del ciclo escolar».

Las pruebas de una compañía contratada por el gobierno federal para distribuir a los gobiernos estatales podrían fallar bajo ciertas condiciones.

Según la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) 2019, el 70.1% de la población mexicana mayor de 6 años accedió a la red en 2019, un porcentaje que se elevó hasta el 76.6% en las ciudades y no pasó del 47.7% en las zonas rurales,

CUMPLIR CON EL CALENDARIO

Para la organización Mexicanos Primero, que trabaja para que el derecho a aprender de todos los menores de edad mexicanos se cumpla, se trata de un «ciclo escolar fuera de lo común».

El presidente de la organización, David Calderón, recordó en entrevista que cuando se anunció el cierre de las escuelas, el 20 de marzo, faltaban todavía 56 jornadas escolares (50 de ellas con clases para los alumnos y 6 administrativas).

Para compensar la jornadas que faltan, Mexicanos Primero consideró que se necesitaría «ocupar al menos todo junio y julio».

Con los ajustes anunciados esta semana el cierre de cursos pasó del 6 al 17 de julio luego de que ante la propagación de la enfermedad, la SEP decretó el 14 de marzo un asueto del 20 de marzo al 20 de abril.

Para Calderón la estrategia a distancia de la SEP «es una solución de compromiso, de emergencia», ya que «nunca se van a poder sustituir totalmente las sesiones presenciales»

«Es una forma para que no se detenga el aprendizaje», dijo Calderón.

Esa visión se separa de la de Hernández, quien recordó los maestros «ya se había trabajado la mayor parte del ciclo» con dos trimestres evaluados de tres.

Hernández explicó en el regreso a clases los maestros tendrán que «trabajar mucho la parte socioemocional de los chicos tras el confinamiento y hacer que se sientan bien porque lo principal es su bienestar».

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