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Documentación de buenas prácticas del uso de la Guía para docentes de educación indígena, entre los proyectos de la UNESCO y el SNTE, este 2020

América del norte/México/04 Enero 2020/UNESCO

Exposiciones con invitados que acompañen a los estudiantes y los escuchen cantar o leer textos propios; compartir al grupo sus partes favoritas de las lecciones para desarrollar la expresión oral, y recuperar tradiciones culturales y de familia en las lenguas originarias, son algunas de las estrategias que sugiere la Guía para docentes de educación indígena para afianzar el aprendizaje en lenguas maternas. Este 2020, la Oficina en México de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) continuarán la colaboración que permitió, en el 2016, el desarrollo de este instrumento pedagógico que, entre otras cosas, habilita el derecho de los niños indígenas a emplear su propia lengua.

Para ampliar y mejorar el alcance de la Guía para docentes de educación indígena de la UNESCO y el SNTE, se contempla documentar el impacto de las buenas prácticas sugeridas que los docentes de educación indígena han implementado, con el fin de sistematizar la experiencia  y medir el impacto que el material pedagógico ha tenido en el fortalecimiento de habilidades lingüísticas, en el desarrollo de la identidad personal, la identidad comunitaria y el reconocimiento del territorio propio. El trabajo que se emprenderá en el 2020 evaluará también el impacto de la Guía en temas como educación para el desarrollo sostenible, el grado de adopción que ha tenido en Escuelas Normales, incluso el impacto que ha tenido en la elaboración de tesis académicas.

El anuncio de esta nueva fase de colaboración entre la UNESCO y el SNTE se dio durante el Diálogo de experiencias docentes de la enseñanza de las lenguas indígenas que se llevó a cabo el 7 de diciembre como parte de las actividades de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL). En el acto celebrado en el Salón de Profesionales de la Expo Guadalajara participaron la profesora Andrea Martínez Álvarez, de la Sección 17 de Valle de Toluca, hablante Jnatrjo (Mazahua); el profesor Damián Silla Palma, de la Sección 15 de Hidalgo, de lengua Hñähñu (Otomí); Lucina García Cisneros, de la Secretaría de Investigación y Desarrollo Cultural Indígena de la SNTE; y Rosa Wolpert, Oficial de Educación de UNESCO en México.

Los ponentes compartieron con el auditorio las estrategias implementadas a partir de la Guía SNTE-UNESCO para fortalecer el derecho a una educación de calidad (en relación con los derechos lingüísticos), a la libre determinación de los pueblos indígenas, al acceso a la información y al conocimiento, así como a la revitalización de las culturas e identidades de los pueblos indígenas.

Durante el conversatorio celebrado en la FIL Guadalajara se expusieron algunos casos de éxito como los de Sonora e Hidalgo, donde en algunas escuelas ya se practica la expresión oral y escrita en yoreme y hñähñú (otomí) de manera diferenciada de las clases de español y en otros contenidos académicos, así como otras acciones como el desarrollo de prácticas tradicionales junto con la participación de integrantes de la comunidad. Ejemplos como éstos buscará documentar la Oficina en México de la UNESCO en el año 2020.

La educación en lengua materna de las niñas y los niños indígenas

El artículo 30 de la Convención de los Derechos del Niño establece el derecho de los niños indígenas a emplear su propia lengua, por lo que es fundamental que reciban educación en su idioma; en tanto que el artículo 28 del Convenio 169 de la OIT dispone que se enseñe a los niños indígenas a leer y a escribir en su lengua, además del derecho de aprender las lenguas oficiales del país.

Los programas de estudios bilingües e interculturales son un criterio importante para la educación de los niños indígenas, ante lo cual los docentes en escuelas con matrícula indígena deben recibir los apoyos y la formación suficientes que les permita enseñar la lengua materna a sus estudiantes, tomando en cuenta que:

  • la enseñanza de lengua indígena en las escuelas tradicionalmente se ha basado en la traducción de palabras y conceptos del español;
  • los materiales disponibles no corresponden con la lengua o variante de la comunidad;
  • las familias consideran que la lengua indígena se transmite en casa y su uso se restringe a la vida privada comunitaria; y
  • el español se valora para las actividades económicas, por lo que se llega a restringir el uso de la lengua materna a los hijos para evitar la discriminación por su origen étnico.

Fuente: https://es.unesco.org/news/documentacion-buenas-practicas-del-uso-guia-docentes-educacion-indigena-proyectos-unesco-y-snte

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México: Democratizar el país, la educación y el SNTE

Por: Lev M. Velázquez Barriga*

En 40 años la CNTE se fue consolidando como movimiento magisterial, pedagógico y popular, cuyo proyecto de emancipación se definió en tres grandes horizontes: democratizar el país, la educación y al SNTE. Un balance crítico tiene que poner en el centro los alcances de los fines estratégicos del movimiento a la luz de la realidad actual.

Aunque el primero de julio de 2018 se abrió una puerta para re-vertir el desastre provocado por cuatro décadas de neoliberalismo, lo que se dibuja después de un año es un gobierno de contradicciones internas en el que se funden las vi-siones progresistas con las posiciones de los sectores de la derecha que pugnan por la profundización del neoliberalismo. Las políticas decombate a la corrupción y de austeridad sirven de legitimación a la narrativa de la transformación, pero no trastocan las bases de la desigualdad ni tampoco redistribuyen la riqueza; contrariamente, han agudizado los recortes al sector público, en tanto que priorizan el pago exorbitante de la deuda pública y el financiamiento de los megaproyectos.

En este escenario, la CNTE tiene que recuperar el proyecto antineoliberal que se ha ido construyendo a lo largo de cuatro décadas con las diversas resistencias sociales, para hacer realidad la emergencia de un gobierno plurinacional desde la ciudadanía democrática, los autogobiernos indígenas, así como de las diferentes formas de poder comunal y popular. Para lograrlo, es necesario construir con las otras y los otros actores en lucha, un frente común que dispute la conducción nacional de los movimientos sociales de trabajadores y campesinos; pero también de los que no se estructuran en los esquemas tradicionales de la organización: rebeldías eclesiales, de personas afectadas por la violencia, ambientalistas, indígenas, juveniles, feministas y de las tecnologías digitales, que son el resultado de las opresiones de un mismo capitalismo criminal, armamentista, ecocida, colonial, racista, patriarcal e informático.

En el tema de la reforma educativa, la CNTE ha tenido importantes avances una vez que logró desvincular la evaluación de la permanencia y que se está concretando la basificación masiva de trabajadores de la educación que no tenían estabilidad laboral y de egresados de las escuelas formadoras de docentes que no habían sido contratados desde hace cinco años; sin embargo, no estamos ante la normalidad establecida en el nuevo marco normativo, se trata de un proceso coyuntural para resarcir los daños que fueron causados por la legislación anterior.

Paralelamente, el Estado avanza en varios ejes de la política neoliberal: la instalación del régimen de excepción laboral y de un sistema de carrera meritocrático para la fragmentación del contrato colectivo y la sustitución del derecho social al aumento del salario; el ahorcamiento presupuestal de las escuelas normales y de la formación continua; la entrega de la educación especial a la iniciativa privada, mientras que en el sector estatal se establece la estandarización o la misma educación para todos a la que llaman inclusiva; el impulso a la administración escolar descentralizada que sitúa a las escuelas en el arranque de la competencia por ganar alumnos para tener más ingresos y de otra forma de autonomía de gestión que implica a las familias en el cofinanciamiento; un nuevo pacto de gobernanza que incluye el protagonismo de otros sectores de la ciudadanía corporativa no tan visibles en el gobierno anterior, de modo que la Nueva Escuela Mexicana se va definiendo en el marco de la excelencia con visión empresarial y recogiendo iniciativas como las orquestas infantiles de Fundación Azteca, la formación financiera de la banca y la estrategia de inclusión del Teletón. Una alternativa realmente libertaria sólo podrá construirse con las clases populares, las resistencias antineoliberales y los procesos en marcha de poder popular y comunal; es decir, desde abajo hacia arriba.

La disputa del sindicalismo oficial y de una parte del magisterio disidente por presentarse como medio de transmisión de la Cuarta Transformación, cogobierno o aliados de las tribus del partido en el poder, roza los límites del neocorporativismo que obliga a la CNTE a reivindicar su autonomía frente al Estado, pero también a reafirmar la naturaleza de su existencia como movimiento social, en cuyo caso democratizar al SNTE no se define a partir del sufragio personal, la transparencia y el respeto a las reglas de elección de su dirigencia, como proclaman las expresiones patronales y neocorporativas que ven al aparato sindical como un fin en sí mismo y a las normas establecidas en la reciente reforma de la Ley Federal del Trabajo como el único medio para la participación sindical.

La democratización del SNTE se hará en la medida en que asuma su papel histórico en la organización de los trabajadores para contribuir al proceso democratizador del país y de la educación, en tanto se convierte en el instrumento de los agremiados y de las familias para hacer contrapeso a las medidas del capital que precarizan la profesión docente, privatizan la escuela pública y cosifican a los alumnos en fuerza de trabajo; sin embargo, justamente ese ha sido el papel histórico que ha desempeñado la CNTE, porque su proyecto emancipador es rebeldía, pedagogía, lucha, propuesta y emancipación en movimiento que no podrá ser diluido en las reglas de la democracia liberal acordadas en el marco del T-MEC ni tampoco en el funcionalismo del aparato sindical.

Twitter: @levmx666

*Doctor en pedagogía crítica.

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2019/12/15/opinion/014a2pol

Imagen: https://twitter.com/cnte_7?lang=es

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México: El SNTE, democratización desde abajo

América del Norte/México/10-11-2019/Autor(a): Lev M. Velázquez Barriga/Fuente: www.jornada.com.mx

Por: Lev M. Velázquez Barriga

Con la renegociación del tratado de libre comercio T-MEC se pactó una reforma laboral para que los sindicatos mexicanos se rigieran bajo los principios de la democracia liberal. Después de los cambios a la Ley Federal del Trabajo, publicados el primero de mayo de 2019, se armonizarían durante los próximos 240 días los estatutos de las organizaciones sindicales, de ahí que el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) enviara al Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje el nuevo reglamento para que las elecciones de las direcciones seccionales en las que se divide el organismo en cada entidad federativa fueran como lo establece la ley: por medio del voto personal, libre, directo y secreto. A partir de enero de 2020, ningún comité seccional a elegir que no cumpla con el nuevo marco normativo tendría interlocución legal con la Federación o con los gobiernos locales.

Si bien es cierto que una demanda histórica, incluso que dio origen a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), ha sido la democratización del sindicato magisterial, el nuevo marco constitucional y estatutario es insuficiente, es necesario que las disidencias magisteriales empujen desde abajo y por sus propias iniciativas procesos efectivos de democracia de bases, para que una coyuntura de esta magnitud no resulte en escenarios indeseables o en letra muerta.

En primer lugar, si no se pone sobre la mesa y en los mismos términos de los comités seccionales la renovación del Comité Ejecutivo Nacional, lo cual implicaría esperar hasta 2024 en que terminaría el periodo de Juan Cepeda, no podemos hablar de un proceso democrático completo, pero sí del riesgo de institucionalizar y neutralizar durante todo el sexenio a las resistencias magisteriales que han sido contrapesos del SNTE, de la reforma educativa empresarial y de las políticas neoliberales.

Los 40 años de lucha de la CNTE no caben en un sindicato, pero el gremio magisterial sí tiene lugar en un movimiento social más amplio, cuyas alianzas, horizontes y dinámicas de lucha son fundamentales para seguir consolidando un polo de actores y organizaciones populares que logren radicalizar hacia la izquierda la dimensión progresista de la Cuarta Transformación (4T) en favor de las clases pobres y de los trabajadores, que detengan la avanzada actual de posicionamientos de la derecha o su regreso recargado al gobierno en 2024, como sucedió en Brasil con el gobierno profascista de Jair Bolsonaro.

En tercer lugar se requiere de la acción informada, consciente y organizada de los docentes democráticos sobre las reglas, los árbitros, las formas, los tiempos y los procesos, para que su participación en la elección de las representaciones sindicales no legitime el reacomodo de las cúpulas del sindicalismo patronal, el posible regreso de grupos que pretenden marear a los maestros sirviendo los viejos cacicazgos en copas nuevas, como las Redes Sociales Progresistas (RSP) y los Maestros por México (MxM), propiedad de la familia de Elba Esther Gordillo Morales.

En cuarto lugar, si no se revierte el proceso de reforma educativa, laboral y administrativa que viene desde el sexenio anterior y que se extendió hasta el gobierno de la 4T, en el que se desdibuja al sindicato de maestros, se normaliza la meritocracia como competencia individual para ascender en la escalera profesional del éxito personal, se disminuye su intervención a la función observadora de la legalidad hecha de manera unilateral por el Estado patrón; frente a todo ello se corre el riesgo de disputar sólo un cascarón vacío. Ante una legislación adversa o incompleta, lo que se requiere para construir un sindicalismo con interlocución para hacer valer las demandas del magisterio, no sólo es respetar la legalidad, buscar la toma de nota o seguir la formalidad de los procesos electivos, aunque sean libres; también se hace necesaria la presencia de una dirección fortalecida con la legitimidad de sus bases, con capacidad para movilizar y mantener viva la organicidad del sindicato.

En quinto lugar, la conquista de la dirección no es la democracia en automático de todos los componentes del gobierno sindical. Los estatutos del SNTE siguen siendo los de un aparato funcional al Estado, su estructura la de una maquinaria burocrática y sus instancias funcionan de modo vertical, cuya lógica es suplantar y no representar a los agremiados. Se tendrá que romper con el votas y te vas de la racionalidad liberal para legitimar la desactivación de la democracia protagónica y colectiva.

Al proceso promovido por la reforma laboral le hará falta el impulso vital y orgánico de la democracia participativa, a través de espacios de representación horizontal, no estáticos sino dinámicos, que se nutran de la presencia contante de las bases en asambleas delegacionales, regionales, plenos y congresos; es decir, una democracia construida de abajo hacia arriba, en donde la dirección sólo es ejecutiva de las decisiones tomadas en colectividad, pero no autónoma ni cupular.

Seguramente la discusión es más profunda y más crítica de lo que aquí escribo, pero es ineludible, sobre todo en este momento en el que están en puerta varios procesos de renovación sindical en los estados.

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2019/11/09/opinion/018a2pol

Imagen: Ronny K en Pixabay

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Los tres pies

Carlos Ornelas

“No le busques tres pies al gato, porque tiene cuatro”, reconvenía la abuela cuando los chamacos preguntábamos.

En menos de una semana aparecieron tres pilotes de la política educativa que, aunque parezcan incongruentes (cosas que se van, otras que regresan), son la marca de la Cuarta Transformación.

Primero, el jueves 17, el secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma, y la presidente de la Junta Directiva de la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu), Etelvina Sandoval, hicieron votos para trabajar juntos por los maestros de México. La nueva institución, formuló Moctezuma: “Tiene por disposición constitucional la autonomía en todos los rubros de su trabajo, pero está diseñada para que trabajemos de manera conjunta”.

Se fue la “evaluación punitiva”, aseguró Sandoval.

Algo anda mal, pienso. Desde diciembre de 2017, el entonces candidato, Andrés Manuel López Obrador, se comprometió a terminar con la autonomía y aun con todo el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación. No lo logró, pero lo transformó en un aparato afín la 4T. La Mejoredu, según la Constitución y su ley reglamentaria, sólo tiene autonomía técnica, ni siquiera administrativa.

Además, las evaluaciones continuarán, sólo se eliminará la de desempeño a los maestros; a menos que la mata siga dando y también se extirpen las pruebas (no nada más la estandarizadas) para el ingreso y la promoción. También, para lo que será la nueva carrera magisterial o pagos por mérito.

Segundo. La conjetura de que habrá formas de echar para atrás la ley no es tan descabellada.

Ya tuvimos el caso de la Normal de Tenería y más con los maestros de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero.

“El jefe de la Unidad de Administración y Finanzas de la Secretaría de Educación Pública anunció que solicitará que las plazas fuera del Fondo para la Nómina Educativa y Gasto Operativo se incorporen al Presupuesto de Egresos 2020, según los acuerdos obtenidos por el magisterio disidente de Guerrero, después de encabezar una ‘jornada de lucha’ en Palacio Nacional” (Reforma, 18/10/19). Su dirigente, Arcángel Ramírez Perulero, no cabía de contento.

Si a eso se le juntan las 120 mil plazas regularizadas de las que habló Alfonso Cepeda Salas, más las que llegan a Baja California, Michoacán, Oaxaca y Chiapas por goteo, es posible pensar que ya no habrá evaluación (ni punitiva ni benévola) para los maestros. La Mejoredu sólo evaluará a los alumnos. Sobre ellos irán las pruebas.

El secretario no sabe todavía si se mantendrá Planea, pero México seguirá dentro de las pruebas PISA, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos. Un punto de fricción con los líderes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, aliados del Presidente.

Tercero. El presidente López Obrador hizo un llamado al magisterio (y a los padres de familia también, pero con menos relieve) para que se unan de nuevo, pues ya no hay motivos para la zozobra: “Cumplimos cancelando la mal llamada reforma educativa y tenemos muy buena relación con el magisterio, con maestras con maestros, nunca más va a haber una campaña de desprestigio a los maestros”. Es tiempo de reconciliación, expresó AMLO.

El Presidente sabe que las diferencias entre las facciones del SNTE son profundas, hasta irreconciliables. La CNTE siente —y tal vez con razón— que monta en caballo de hacienda, que el Presidente le concede todo, que su estrategia —que sí es estrategia, bien diseñada y eficaz— de movilización-negociación–movilización le rinde frutos como nunca.

Tal vez sueñe con que esta vez sí se logrará desplazar a “los charros” de la dirigencia nacional del SNTE.

Por ello, pienso, el cuarto pie de ese gato que llamamos política educativa es concentrar de nuevo a los maestros en un órgano corporativo único, rígido y subordinado al poder presidencial, como en los viejos tiempos del preneoliberalismo. Ésta es la coherencia de lo que parece aislado.

Texto publicado originalmente en Excélsior https://www.excelsior.com.mx/opinion/carlos-ornelas/los-tres-pies/1343493

Fuente: http://www.educacionfutura.org/los-tres-pies/

Imagen: https://www.google.com/imgres?imgurl=https%3A%2F%2Fi2.wp.com%2Fwww.ministerioinfantil.com%2Fwp-co.jpg

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Michael Humaña presidente del Sindicato Nacional de Trabajadores de Chile (SNTE) reporta y pide solidaridad mundial (audio)

América de Sur/ Chile/ 22.10.2019

Desde Santiago de Chile Michael Humaña, presidente del Sindicato Nacional de trabajadores de  la educación (SNTE) de chile al culminar la jornada de protestas de hoy 22 de octubre de 2019, informa la situación actual
Además Humaña solicita una rápida campaña de solidaridad con el pueblo, los estudiantes y docentes de chile mediante vidria cortos. Chile necesita las voces solidarias de todo el mundo para romper el cerco mediático.
A continuación el audio de Michael Humaña

 

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El Guasón y el SNTE

Por: Luis Hernández Navarro
El tamaulipeco Héctor Garza González tiene cuatro pasiones en la vida: Dios, la familia, la política y el beisbol. Le gusta preparar carne asada. Se relaja yendo al supermercado para comprar latería. De pequeño rentaba en 10 centavos historietas de Memín Pinguín, Kalimán y El Llanero Solitario.

Pieza de Álvaro Garza Cantú, ex alcalde de Tampico, Garza González fue el candidato de Morena a la gubernatura de Tamaulipas en 2016. Reprobó en las urnas. Apenas y obtuvo 32 mil 183 votos, 2.25 por ciento de la votación total.

Sin embargo. La 4T le hizo justicia. Conocido en la comedia política de su tierra como El Guasón, por su parecido con el villano de Batman, fue nombrado titular de la Unidad Administrativa de la Secretaría de Educación Pública (SEP), aunque nada hay en su trayectoria que le acredite conocimiento o vocación por la cuestión educativa. Su aspiración era quedarse al frente de la Dirección General de Aduanas de Nuevo Laredo.

Conocido por su prepotencia, soberbia e influyentismo, es, sin embargo, hábil para negociar en lo oscurito. No en balde, en la SEP Garza González ha entablado una inmejorable relación con Alfonso Cepeda Salas, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), especialista también en acordar con las autoridades a trasmano.

Apenas el 5 de octubre, en el Zócalo capitalino, Cepeda y Garza González (a nombre del secretario Esteban Moctezuma) refrendaron públicamente su alianza. Lo hicieron en el evento para celebrar los 75 años del SNTE, ante miles de maestros trasladados de casi todo el país, que aprovecharon –según el cronista Arturo Cano– para pasear y andar de turistas en el centro. Allí El Guasón tomó la palabra.

Hay, dijo desde el templete el titular de la Unidad Administrativa de la SEP, con el inconfundible aroma de la naftalina priísta, quienes se sorprenden de que en la 4T caminemos de la mano con el magisterio. Preguntó, ¿por qué se extrañan de la alianza que tenemos, si nuestras raíces son las mismas que las del magisterio progresista. La alianza –confesó– ha sido permanente. Y añadió: Lo que no entienden es que el magisterio camina al lado del presidente Andrés Manuel López Obrador para darle a la educación nuevo rostro y sentido social.

Encarrerado, a nombre de la 4T, les anunció que el magisterio debe acompañar al gobierno, los queremos al lado, no adelante, ni atrás. El gobierno los quiere a su lado, al lado de las comunidades indígenas, porque se quiere hacer la nueva revolución de las conciencias.

Símbolo de los aires de cambio que soplan en el SNTE, los hoy autonombrados soldados intelectuales de la 4T, entregaron en el evento la medalla al mérito sindical a Liderato Montenegro, señor sindical de horca y cuchillo, cacique gremial de Nayarit, señalado desde hace décadas como acosador sexual.

En el acto, en que el sindicato to­mó el control de todos los accesos al Zócalo, con una oratoria –en la que a decir de Arturo Cano– Ce­peda no encendió ni un cerillo, se anunció que el SNTE apoya al Presidente y la transformación que impulsa. Cepeda, el aliado de la 4T, se hizo formalmente de la dirección del SNTE en noviembre de 2018. El antiguo encargado del gremio designado por el gobierno de Enrique Peña Nieto, Juan Díaz de la Torre, puso pies en polvorosa y se retiró plácidamente, a cambio de garantizar su impunidad, para facilitar la transición sindical al nuevo gobierno.

En la negociación con Díaz, los operadores del obradorismo dejaron de lado un detalle: Cepeda era quien controlaba desde antes el sindicato, sus cuotas sindicales, las relaciones con la autoridad educativa, los congresos gremiales y los golpeadores para someter a la disidencia (cadeneros de los antros de Torreón). De manera que él se niega a convocar a elecciones para renovar la dirección nacional antes de 2024, y se justifica: el acuerdo no se pactó con él sino con Juan.

En reciente entrevista con Salvador García Soto, en el noticiario Noticias de la noche, Cepeda confesó, sin pelos en la lengua, que su periodo terminaba hasta 2024, que el Instituto Nacional Electoral estaba inhabilitado legalmente para organizar unos hipotéticos comicios universales, directos y secretos en el SNTE. Según el dirigente –quiero pecar de indiscreto, acotó–, su grupo de trabajo acordó con la SEP la redacción, la arrastrada del lápiz y cuáles elementos podían quedar en las leyes secundarias de la reforma educativa. Las autoridades –remató– las consensuaron con los 15 compañeros del SNTE.

Curiosa ironía, mientras la derecha más cerril daba gritos histéricos de que la 4T había pactado con la CNTE las leyes secundarias en materia educativa, las autoridades educativas (al margen del Congreso de la Unión) las acordaban con el SNTE. Por lo visto, tal como quedó de manifiesto en el Zócalo el 5 de octubre, los anunciados vientos transformadores en la enseñanza nacional circulan por los viciados corredores del charrismo sindical. Con razón, algo huele a podrido en la nueva legislación educativa.

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Cambio organizacional en el SNTE

Carlos Ornelas 

La Reforma Educativa y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) parecen estar amarrados con una liga indisoluble: son protagonistas de estudios académicos recientes. Acaso no pueda concebirse la reforma de 2013 sin la consigna de “recuperar la rectoría de la educación” en referencia obvia al tipo de dominación corporativa que señoreó en el sector educativo por décadas… y que quizás regrese.

Hace poco, en mi Casa abierta al tiempo, fui jurado en el examen de doctorado en Ciencias Sociales de Luis Fernández Marfil, Reforma educativa y cambio institucional en el sindicato magisterial. Presentó un trabajo de calidad académica sobresaliente. Sé que es imposible hacer honor a una investigación de ese calibre con pocas palabras; sólo destaco su cuantía.

En el título se dibuja el enfoque teórico para el análisis, el neoinstitucionalismo sociológico y, dentro de él, perspectivas diversas que debaten la noción de cambio institucional. Luis Fernández resuelve el asunto, adopta y adapta una que pone el acento en mudanzas incrementales en vez de radicales. Postula que los efectos del marco
institucional, emanado de la reforma y los cambios en el contexto –en su interacción con las reglas formales e informales existentes al interior de las secciones sindicales– es resultado de la tensión entre viejas y nuevas prácticas que chocaron con las normas de la reforma. Éstas fueron generadas
en negociaciones cupulares que el gobierno y las fuerzas del Pacto por México quisieron imponer en corto tiempo.

Sin embargo, las mudanzas normativas, que incluyeron enmiendas en la Constitución y la elaboración de nuevas leyes, acarrearon consecuencias en la organización del SNTE y las relaciones políticas entre sus facciones. Su tesis: la organización sindical reacciona de manera adaptativa a los
cambios y desafíos del entorno institucional en el que se desempeña (factor exógeno), mas las tensiones internas definen porciones del cambio y de la constancia de ciertas relaciones políticas.

Resalta el estudio que hace de la resistencia que ofreció la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación  (CNTE) y los logros que obtuvo, políticos e ideológicos. Esta persistencia en la rebeldía condujo a que al final del gobierno de Enrique Peña Nieto resultara como la ganadora de la contienda sexenal.

Con el fin de comprender la dinámica del cambio institucional y la forma en que las organizaciones magisteriales evolucionan, defienden sus espacios de poder, se relacionan y adaptan a las modificaciones del marco en el que se desempeñan, Fernández Marfil desplegó un aparato de análisis sofisticado y complejo. No obstante, su redacción clara hace que sus argumentos fluyan sin contratiempos.

Uno de los atributos de esta tesis es que de manera brillante –es la palabra apropiada– conjuga la “voz de los actores” con los conceptos originados de su marco teórico. Con todo y que la Reforma Educativa emanó de la cúspide y tuvo un trayecto descendente, consiguió defensores dentro del Sindicato, aunque causó incertidumbre entre los maestros.

El cambio de rumbo en la política nacional a partir del 1 de julio de 2018 confirma puntos que Luis Fernández abordó desde que planteaba sus primeros borradores. El cambio organizacional requiere de tiempo, maduración y acciones consecuentes. El gobierno de Peña Nieto no tuvo ese tiempo y sus actos volubles en su trato con la CNTE echaron por la borda la mayor parte de sus propuestas.

Pero no todas. En el epílogo, Fernández Marfil dibuja la prolongación de viejas tradiciones con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, pero también la supervivencia de atributos de la Reforma Educativa de Peña Nieto. El cambio es pausado, parece decir.

Espero pronto ver trocada su tesis –con la debida actualización– en un libro. Le auguro influencia en la academia.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/cambio-organizacional-en-el-snte/

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