Innovación y trabajo manual: los ejes del nuevo sistema educativo en China

Redacción: La Tercera

El modelo actual es altamente competitivo y centrado en los exámenes. Por ello, el gobierno de Xi Jinping busca enfocarlo ahora en la actividad física y la educación laboral.

Más de 150 millones de estudiantes están inscritos en el sistema de educación obligatoria chino, según cifras del Ministerio de Educación de ese país. Si se separaran del resto de China, sería el noveno país más grande del mundo, según destaca CNN.

Cuando el Presidente Xi Jinping se reunió con profesores en marzo, habló de la necesidad de educar a una “nueva generación de jóvenes capaces de asumir la misión del rejuvenecimiento nacional”. En ese marco, el Comité Central y el Consejo de Estado del Partido Comunista de China, el principal organismo gubernamental, publicaron el 8 de julio una propuesta de reforma educativa, que tiene como objetivo mejorar la calidad de la educación obligatoria.

El documento oficial apunta a desarrollar un sistema educativo que entregue a los ciudadanos una base moral, intelectual, física y cultural integral. Según la agencia estatal de noticias Xinhua, el conjunto de directrices exige un menor enfoque en los exámenes y una mayor consideración de la educación física. Además, el proyecto incluye planes de estudio y actividades basadas en el arte y el trabajo manual, para impulsar un espíritu de trabajo duro en niños y adolescentes.

La guía también exige a los padres que ejerzan menos presión sobre los niños. “Deben evitar participar ciegamente en una competencia desleal y limitar la sobrecarga de sus hijos con demasiadas actividades extracurriculares”, señala el documento.

El sistema actual pone énfasis en los exámenes, especialmente el “gaokao” y el “zhongkao”, las pruebas de ingreso a la universidad y la escuela secundaria. El plan de Xi no las elimina, pero alienta a los colegios a dejar de usar pruebas y calificaciones para determinar qué estudiantes son aceptados. De esta manera, reducen gran parte de la presión para los alumnos.

Problemas de salud

Esta medida nace como respuesta al diagnóstico del gobierno de que “los estudiantes chinos están sobrecargados de trabajo escolar y no tienen suficiente ejercicio físico, lo que ha dado lugar a problemas de salud como la obesidad y la miopía”, según menciona Xinhua.

Datos del Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades señalan que, en 2017, el 9,6% de los niños chinos entre seis y 17 años tenía sobrepeso y el 6,4% era obeso. Por otra parte, más de la mitad de los niños y adolescentes chinos sufrió de miopía en 2018, según cifras de la Comisión Nacional de Salud. En los niños de seis años, la tasa fue de un 14,5% el año pasado.

Bajo el esquema establecido por el gobierno chino, los profesores deberán enfocarse en “cultivar la capacidad cognitiva y estimular el sentido de innovación”. La guerra comercial entre Washington y Beijing ha hecho que Xi Jinping busque la autosuficiencia en el sector tecnológico, lo que ha generado un replanteamiento de cómo China educa a sus niños. Es por eso que las nuevas directrices también se enfocan en la “educación laboral” y la educación patriótica, ambas alineadas con la visión que tiene Xi para el país. Chen Li, profesor del Centro de Estudios Chinos de la Universidad China de Hong Kong, señala a La Tercera que “uno de los aspectos clave de las recientes iniciativas de reforma es mejorar la educación vocacional de China, creando una combinación más efectiva entre los recursos educativos y la demanda de las industrias de China”.

Mientras algunos elogian el proyecto de ley, otros piensan que las pruebas están demasiado arraigadas en la educación china. Varios académicos dicen que es un problema sistémico y que será difícil cambiarlo. Li asegura que “hay una clara línea de tiempo a largo plazo de las reformas”, y que están basadas en un plan del gobierno hacia 2035, por lo que podrían tardar años en implementarse.

Fuente: https://www.latercera.com/mundo/noticia/innovacion-trabajo-manual-los-ejes-del-nuevo-sistema-educativo-china/747810/

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Trabajo manual y su influencia en la memoria y el estado de ánimo

07 de diciembre de 2016 / Fuente: http://www.isep.es/

Por: Maribí Pereira

En la década de 1950, el neurocirujano Wilder Penfield comprobó que una de las tareas más complejas para nuestro cerebro y que implicaba más áreas del mismo era precisamente el movimiento del pulgar. Años después, la tecnología PET (tomogragía de emisión de protones) ha demostrado que cuando escribimos, tejemos una bufanda o montamos un mueble, activamos varias zonas del cerebro distantes y no solo las relacionadas con el movimiento, sino también con las áreas visuales y auditivas, lo que ayuda a que recordemos y aprendamos mejor lo que estamos haciendo o escuchando. Por ello, fijamos mejor en la memoria aquello que escribimos que lo que tecleamos en el móvil o en un teclado (Romo, 2014). La investigación y formación en neuroeducación o neuroaprendizaje está en auge: comprender nuestro cerebro no solo nos ayuda a nivel psicológico o médico, sino que optimizará nuestros procesos de aprendizaje.

El vínculo entre movimientos corporales y memoria se ha estudiado en gestos aún más simples, como cuando cerramos los puños. Según un estudio realizado por Ruth Propper de la Universidad de Montclair (New Jersey, EEUU), si apretamos el puño derecho durante al menos 90 segundos ayudamos a que nuestra memoria sea más eficiente. Y si apretamos el izquierdo mientras escuchamos o vemos algo, conseguimos recordarlo durante más tiempo (el experimento se hizo con diestros). En este caso, se debe a la activación del lóbulo frontal, el director de orquesta de nuestro cerebro e implicado también en la memoria (Daza, 2014).

Además, según el psicólogo Mihaly Csíkszentmiályi (1975) realizar una actividad manual de forma sostenida y focalizando nuestra atención en ella permite que se desarrolle la fluidez. El flujo también conocido como “la zona” es el estado mental operativo en el cual una persona está completamente inmersa en la actividad que ejecuta. Se caracteriza por un sentimiento de enfocar la energía, de total implicación con la tarea, y de éxito en la realización de la actividad. Esta sensación se experimenta mientras la actividad está en curso.

“Cuando estamos involucrados en algo que requiere creatividad, sentimos que estamos viviendo más plenamente que durante el resto de nuestra vida”. “Sabes que lo que necesitas hacer es posible de lograr, incluso si se trata de algo difícil, así que la sensación de tiempo desaparece. Te olvidas de ti mismo. Te sientes parte de algo mucho mayor” (Csíkszentmiályi, 2004). Nuestro sistema nervioso solo puede procesar cierta cantidad de información a la vez, explica. Ésa es la razón por la que no puedes escuchar y entender a dos personas mientras te hablan al mismo tiempo. Así que cuando alguien empieza a crear, su existencia fuera de esa actividad se “suspende temporalmente”. “No le queda suficiente atención para monitorear cómo se siente su cuerpo, o sus problemas en casa. No siente hambre o cansancio. Su cuerpo desaparece”.

Nuestros cuerpos están en un constante estado de estrés debido a que nuestro cerebro no puede establecer la diferencia entre una reunión con el jefe y un ataque de un oso. Los movimientos repetitivos de tejer, por ejemplo, activan el sistema nervioso parasimpático, lo cual disipa esa respuesta de “lucha o huida” (Schindler, 2007). En su estudio “Las bases neurológicas de la ocupación”, Schindler y la coautora Sharon Gutman afirman que los pacientes podrían aprender a utilizar actividades como dibujar o pintar para de una manera no farmacéutica de regular las emociones fuertes como el enojo o prevenir los pensamientos irracionales. “La fluidez tiene el potencial de ayudar a los pacientes a disipar el caos interno” (Schindler, 2007)

“La dopamina en sí es nuestro antidepresivo natural”, dice Levisay (cp. Wilson, 2014). La idea es no depender de los medicamentos para activar el centro de recompensas. De hecho, hay evidencia de una encuesta que respalda el efecto de la dopamina al hacer manualidades. Según la neuropsicóloga Catherine Carey Levisay “… crear algo, ya sea a través del arte, la música, la cocina, el pactchwork, la costura, los dibujos, la fotografía o la decoración de pasteles nos beneficia de varias maneras” (Wilson, 2014)

En un estudio realizado con más de 3.500 tejedores, publicado en The British Journal of Occupational Therapy, el 81% de los encuestados respondieron que se sentían más felices después de tejer. Más de la mitad informó que se sentían muy felices.  Y la recompensa de las manualidades va más allá de la creación, puesto que al ver el producto final decorando tus paredes o recibiendo los elogios de un ser querido puede ofrecer varios estímulos de la dopamina, que como se indicó, nos hace sentir bien (Wilson, 2014).

Hacer manualidades mejora también la auto eficacia o cómo se siente la persona respecto a desempeñar tareas específicas. Los investigadores han postulado que un fuerte sentido de auto eficacia es clave para la forma en la se abordan nuevos retos y se superan decepciones en la vida. Por otro lado, dicha actividad mejora la memoria y lapso de atención mientras involucra el procesamiento visual-espacial, la creatividad y las habilidades de resolución de problemas (Levisay, cp. Wilson, 2014).

En síntesis, lo que se plantea es que “…mientras más estimulante sea tu ambiente más estarás aumentando la complejidad del cerebro, y así, es más lo que te puedes dar el lujo de perder”. “Estás creando una reserva”, dice Levisay (cp. Wilson, 2014). Y esto debe aplicarse en cualquier entorno de aprendizaje, incluyendo la escuela. Los programas como el Máster en Neuroeducación de ISEP son claves para iniciar este cambio en las aulas y optimizar los procesos de aprendizaje actuales.

Fuente artículo: http://www.isep.es/actualidad-neurociencias/trabajo-manual-y-su-influencia-en-la-memoria-y-el-estado-de-animo/

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