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Escribiendo la revolución feminista en educación superior

En medio de paros y tomas feministas en universidades de todo el país, hay un factor que ha pasado inadvertido: la escritura colectiva de los mensajes y petitorios de las asambleas de mujeres. En esta columna el lingüista Federico Navarro analiza el fenómeno y destaca que este punto es clave, porque “los petitorios se constituyen como escritos de acción que cambian la realidad”. Esta escritura colectiva ha tenido suficiente fuerza retórica para convencer e instalar ideas. Un ejemplo concreto ocurrió en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile. Ahí, el día de las elecciones de decano, los profesores que debían votar leyeron un cartel que decía “tu voto hoy decide si mañana me siento segura o no”. Según Navarro, ese mensaje fue el último eslabón de una serie discursiva feminista que afectó al candidato inicialmente favorito: “Perdió el favor del claustro de profesores y quedó en último lugar entre tres postulantes”.

Por Federico Navarro

“Sobra decir que no es lo que queremos”. Así comienza uno de los muchos petitorios y comunicados de las asambleas de jóvenes mujeres que están en paro o en toma en más de 50 unidades académicas del sistema de educación superior chileno. Estos petitorios pueden parecer meros registros de las discusiones que se producen en las asambleas, un instrumento más para “decir lo que queremos”. Pero, en realidad, la escritura de estos petitorios impone condiciones, compromisos y cambios en la realidad. Lo que sucedió la semana pasada en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile representa un buen ejemplo: la escritura de la asamblea de mujeres en paro dio vuelta el resultado esperado de la elección de autoridades.

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Cartel en las paredes de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile. Fuente: Federico Navarro

La revolución feminista es cultural, educativa, política, legislativa y lingüística, pero se especifica en temas y ámbitos de interés según cada región y país. En Estados Unidos, el movimiento #metoo relató en primera persona los abusos en ámbitos precarizados, masculinizados y asimétricos como la industria del espectáculo o el periodismo. En Argentina, el movimiento #niunamenos opuso manifestaciones masivas a feminicidios, impulsó el paro feminista frente al estupor de los gremios, predominantemente masculinos, y en la actualidad ha inundado de pañuelos verdes el postergado debate legislativo sobre la despenalización del aborto, que se definirá en los próximos días.

Pañuelazo argentina

“Pañuelazo” verde a favor de la despenalización del aborto, frente al Congreso de Buenos Aires, 19/02/18. Fuente: Página/12

En Chile, la revolución feminista está encarnada en el actor político más importante de la última década: las y los estudiantes de educación media superior y universitaria. Y, para sorpresa de la mayoría, tomó por asalto las casas de altos estudios de todo el país con un reclamo específico, distinto de las protestas previas por educación superior pública, gratuita, inclusiva y de calidad, pero con un mismo interés por aspectos culturales, educativos e institucionales: el fin de la cultura patriarcal abusiva en las aulas chilenas. La protesta cobra visibilidad en forma de manifestaciones de mujeres con los pechos descubiertos y máscaras mexicanas, o de paros y tomas en facultades y universidades.

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Marcha de mujeres en Santiago el 16 de mayo de 2018.

Pero además, de forma más silenciosa e igualmente revolucionaria, el movimiento feminista actúa sobre la realidad a través de la escritura, cambiando al mismo tiempo las formas de comunicación y participación estudiantil en educación superior.

Primero, es una escritura colectiva. Los lectores escandalizados por el supuesto anonimato de comunicados y petitorios no entienden las condiciones particulares de producción textual. Estos petitorios se escriben de forma colaborativa y horizontal. En las asambleas, se planifican de forma oral los principales temas, reclamos y argumentos. Al comienzo son punteos, viñetas, listas. Luego, usando herramientas informáticas y las estigmatizadas redes sociales, se amplían y reformulan fragmentos durante días hasta lograr un texto difícil de refutar.

Puede ser que algunas mujeres lideren temporariamente la elaboración de los textos, pero no quedan huellas de su autoría, porque es el reclamo de un colectivo social. Se aportan evidencias recolectadas en terreno, como los porcentajes escandalosamente bajos de profesoras titulares, decanas o rectoras. Se incluyen crudos relatos de acoso sexual en aulas y congresos, o de insultos y revictimizaciones al momento de denunciar, narrados en primera persona. Los petitorios reconstruyen hechos con precisión legalista, aportando fechas, números de expediente, nombres propios y cronologías que otorgan verosimilitud a las denuncias y convencen a los incrédulos, o al menos los hacen dudar.

En el caso de la asamblea de mujeres de ciencias de la Universidad de Chile, este respaldo empírico y legal se combina con un cuidado por la privacidad de las denunciantes y de los denunciados sobre los que aún no hay evidencias definitivas. El texto resultante esconde un trabajo profundo, complejo y compartido, el secreto de su solidez retórica. Pero hay otro motivo para la escritura colectiva: se dirige a un interlocutor con mayor poder (profesores y funcionarios) y teme posibles represalias individuales.

Segundo, es una escritura dialógica. Se sabe que el lenguaje nunca habla en el vacío; las afirmaciones y declaraciones tienen ecos de lo que se dijo antes, para confirmarlo, negarlo o modificarlo. De esta manera, el lenguaje siempre está en diálogo con las creencias del oyente o lector, con las conversaciones de días anteriores, con las canciones que se escucharon o los libros que se leyeron. Este carácter dialógico del lenguaje puede ser más implícito y pasar desapercibido, como sucede en un ambiente familiar y distendido, o ser más explícito y seguir mecanismos formales de cita y referencia, como ocurre en la universidad.

Los petitorios elaborados por jóvenes mujeres en paro o en toma seleccionan fragmentos de los documentos institucionales, los citan de forma literal, los desarman en sus partes, y discuten sus posiciones y argumentos. Además, se recogen declaraciones y afirmaciones orales de profesores y autoridades, se las recontextualiza, evalúa, analiza y divulga. El discurso asimétrico de los funcionarios es deconstruido en una pugna dialógica y política por la verdad. Se trata de estrategias complejas de citación, supuestamente desconocidas en los pasillos de una Facultad de Ciencias, en las que se cree que se escribe poco y nada, y que no se discuten ni citan fuentes bibliográficas.

FRAGMENTO

Fragmento del “comunicado de contrarrespuesta” de mujeres estudiantes en paro de la Facultad de Ciencias (Universidad de Chile), 29/05/18. Fuente: fotografía de documento proporcionada por el autor.

Tercero, es una escritura que acciona sobre la realidad. En una concepción simplista del lenguaje, las palabras serían etiquetas descriptivas de lo real, y la escritura transcripción del pensamiento. Pero en realidad se sabe desde hace varias décadas, e incluso aparece hace miles de años en los relatos míticos del Antiguo Testamento, que las palabras crean realidades, estipulan condiciones e implican compromisos. Es necesario decir “sí, quiero”, “lo juro”, “afirmativo”, “perdón” o “te amo” para que ciertas acciones institucionalizadas existan, y los matrimonios, mandatos, compromisos y vínculos sucedan. En los petitorios feministas elaborados en la universidad, la palabra escrita tiene un peso de acción. Las estudiantes hacen demandas específicas, solicitan el desarrollo de legislación institucionalizada, estipulan plazos perentorios, y se comprometen a acciones de distinto tipo según la reacción de sus lectores. Se identifican necesidades y se reclaman cambios concretos, sofisticados y creativos, que la mayoría de los lectores no imaginaron posibles, como por ejemplo un protocolo de prevención de la violencia contra las mujeres en congresos científicos, un espacio en el que se han registrado múltiples acosos. De esta manera, los petitorios se constituyen como escritos de acción que cambian la realidad.

En el caso de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile, el petitorio también solicitaba que un candidato a decano que muchos consideraban como el seguro ganador de las elecciones, pero señalado por la asamblea de mujeres como uno de los responsables institucionales de no investigar casos de acoso y de desacreditar a las denunciantes, desistiera de su candidatura, como se ve en el fragmento a continuación.

FRAGMENTO2

Fragmento del “comunicado de contrarrespuesta” de mujeres estudiantes en paro de Fac. de Ciencias (Universidad de Chile), 29/05/18. Fuente: fotografía de documento proporcionada por el autor. Se ha borrado el nombre del académico interpelado.

La potencia retórica de los manifiestos y petitorios feministas no solo responde a méritos propios, sino, en muchos casos, a cierta falta de reflejos en la respuesta que brindan los actores interpelados. El discurso de las autoridades institucionales y del cuerpo colegiado de profesores no siempre llega a reconocer la complejidad colectiva, dialógica y de acción a la que debe responder, ni parece comprender el shock cultural y el cambio histórico y generacional del que participa. En un giro espectacular de la relación tradicional de asimetría de poder y saber entre los estudiantes y los profesores, son los primeros (en realidad, las primeras) quienes ofrecen una voz más sofisticada, informada y atrevida. Encarnan así, en paro y fuera del aula, un propósito formativo intencionado por el currículum escolar: estudiantes autónomas, integrales, críticas, interdisciplinarias, comprometidas con los derechos humanos y con su entorno, con uso de tecnologías de la información, que transfieren saberes a nuevas situaciones y comunican a interlocutores diversos. Por eso puede afirmarse que estas protestas letradas también están modificando las formas de comunicación y participación estudiantil en educación superior.

Justamente, esta complejidad de la escritura feminista estudiantil como acción retórica colectiva, fundamentada y dialógica que cambia la realidad debe ponerse en relación con las denominadas “narrativas de la crisis de la escritura”. Como se ha demostrado en otras épocas y regiones, los procesos de apertura del sistema de educación superior a sectores sociales amplios tradicionalmente excluidos, como estudiantes de escuelas vulnerables o primera generación universitaria, traen como consecuencia una “preocupación” de los medios de comunicación -y, por su influencia, de la sociedad en general- por una supuesta degradación de la escritura. “Los niños chilenos no entienden lo que leen”, “las redes sociales hacen que los jóvenes escriban con faltas de ortografía”, “la escuela ya no se ocupa de preparar a los estudiantes” son afirmaciones que se pueden leer en titulares de diarios o ver en programas matinales de televisión. No se trata solamente de una nostalgia romántica por el pasado, sino de una reacción elitista a tiempos de mayor inclusión y, paradójicamente, de muchas más personas que nunca antes en la historia -sobre todo, jóvenes- leyendo y escribiendo.

La escritura feminista es colectiva, fundamentada, dialógica y de acción. Es una compleja y efectiva acción retórica que cambia la realidad, tanto o más que la opción por un lenguaje no sexista, el uso de pañuelos verdes o las manifestaciones con pechos desnudos. Pero la narrativa social que supone, equivocadamente, que existe una crisis de escritura -y de formación, de motivación, de esfuerzo, de participación política, de perseverancia- en los y las jóvenes estudiantes hace que la potencia escrita de la revolución feminista todavía pase desapercibida.

Estas semanas, en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile, la acción feminista, especialmente movilizada a través de documentos escritos, ha tenido efectos concretos sobre la realidad. El pasado 7 de junio, día de las elecciones a decano, cada profesor que asistió a la mesa eleccionaria leyó, colgando de la puerta, el siguiente cartel, último eslabón de una serie discursiva feminista. Como resultado de estas acciones escritas, el candidato interpelado no retiró su candidatura, pero perdió el favor del claustro de profesores y quedó en último lugar entre tres postulantes.

TU VOTO DE HOY

Cartel en la entrada al edificio de ecología de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile, donde se celebraron las elecciones a decano el 07/06/18. Fuente: Federico Navarro.

Como hombre y profesor especializado en asuntos de escritura en educación superior, comparto con humildad estos documentos y reflexiones sobre un movimiento que me interpela, del que no me siento protagonista, pero al que creo que debo aportar desde mi lugar.

Fuente: http://ciperchile.cl/2018/06/13/escribiendo-la-revolucion-feminista-en-educacion-superior/

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Chile: Declaración de académicas por tomas feministas

“No buscamos una universidad más neoliberal con perspectiva de género. Buscamos transformar la educación”

The Clinic

Estamos ante un movimiento de trascendencia histórica. Se levantan en nuestro país, en diversas universidades, asambleas, paros y tomas feministas, configurando formas de acción colectiva que hace pocos años atrás no eran siquiera imaginables y que hoy irrumpen en el escenario público para impugnar los cimientos patriarcales y androcéntricos de las instituciones universitarias.

Este nuevo ciclo de movilizaciones, que se inicia por denuncias de acoso sexual y por la insuficiencia de los protocolos y normativas existentes, abre una inédita posibilidad de poner en cuestión el sistema de educación superior en su conjunto, en tanto la violencia machista y la reproducción de las desigualdades de género denunciadas, están estrechamente imbricadas con el carácter antidemocrático y mercantil de las instituciones educativas.

Sabemos que la violencia de género es grande y compleja y que atraviesa todas las esferas de nuestra vida. Por ello, transformar esta dimensión en las universidades implica transformar estructuralmente la educación, minando las bases del sexismo que reproduce, en las instituciones educativas, la división sexual del trabajo, reforzando la asociación de razón, poder y éxito en el mercado con lo masculino y de emocionalidad, subordinación natural y precarización con lo femenino. En este sentido, no es para nada casual que usemos la frase “casa de estudios” para nombrar las universidades, si vemos cómo estas replican los roles de género, constituyendo así una extensión de la casa heteropatriarcal en la esfera de la educación formal.

La lucha contra el patriarcado y contra la reproducción de los roles de género es también una lucha contra la educación de mercado, pues las carreras feminizadas, asociadas a las labores de cuidado, crianza y empatía, son precisamente las más precarizadas, mientras que las carreras típicamente masculinas son las más valoradas socialmente, las más exitosas en el mercado y las que cuentan con mayores recursos. Esto sigue reforzando la reproducción de los roles de género y perpetúa la violencia hacia los cuerpos feminizados. El feminismo, precisamente, invita a impugnar esa reproducción y a entender que no podemos luchar en contra del patriarcado en la educación sin luchar en contra del mercado que refuerza las asimetrías de género y que orienta las instituciones educativas.

Pensar la educación feminista significa pensar la democracia, la libertad y la igualdad. Ideales que no son sinónimo de empoderamiento individual y meritocracia, sustentada en privilegios socioculturales y que tampoco pueden ser procesados mediante la adición cosmética de la “perspectiva de género” en cursos, programas de perfeccionamiento o formación contínua, capacitaciones u otros mecanismos propios de la administración universitaria neoliberal. Una educación feminista significa transformación desde la raíz, abarcando el orden jurídico (cambio de estatutos desde una ordenación feminista), igualdad sustantiva (procedimientos de paridad, igualdad de salarios, etc.), perspectiva teórica feminista para el cuestionamiento general del concepto de educación y de universidad, desde las disciplinas hasta las jerarquías. La educación feminista significa también retomar las históricas banderas de la lucha por la educación pública e insistir en la educación como un derecho social y en la necesidad de financiamiento directo a las universidades públicas, para poder materializar un proyecto educativo transformador y garantizar condiciones de dignidad e igualdad laboral para académicas/os y funcionarias/os, porque el feminismo impugna también la precarización del trabajo.

El feminismo pone en cuestión las jerarquías, los privilegios y las desigualdades, pues precisamente las asimetrías de poder y el carácter estamental en los espacios sociales generan condiciones propicias para el abuso y para su naturalización. En ese sentido, la democratización de las instituciones educativas y el trabajo triestamental son condiciones de posibilidad para llevar adelante la transformación de nuestras universidades desde una perspectiva feminista.

Las movilizaciones estudiantiles que han estallado son una rebelión contra la injusticia que imponen los mandatos del género en el neoliberalismo. Por tanto, la recuperación de la educación pública de la captura del mercado sexista no pasa por tener una universidad más neoliberal con “perspectiva de género”, sino por derribar las bases de la educación mercantil-sexista para construir desde el feminismo una nueva educación pública.

Saludamos y apoyamos con entusiasmo a las estudiantes que han levantado este movimiento y como diputada feminista, profesoras universitarias, escritoras e intelectuales hacemos un llamado a asumir un rol activo en esta movilización, organizándonos, creando espacios de discusión y articulándonos en una alianza feminista amplia, que siente las bases de un nuevo pacto social por una nueva educación pública, democrática y feminista.

Firmantes:

Camila Rojas Valderrama. Diputada Izquierda Autónoma. Frente Amplio.

Beatriz Sánchez. Instituto de Comunicaciones e Imagen. Universidad de Chile.

Faride Zerán Chelech. Universidad de Chile.

Diamela Eltit. Escritora.

Nelly Richard. Crítica Cultural y Ensayista.

Alejandra Castillo. Filósofa feminista. Departamento de Filosofía. Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación.

Daniela López Leiva. Encargada Feminista Diputación Camila Rojas Valderrama.

Pierina Ferretti. Socióloga. Centro de Estudios Culturales Latinoamericanos Universidad de Chile – Fundación Nodo XXI.

Camila Miranda. Directora Fundación Nodo XXI.

Carolina Olmedo Carrasco. Universidad Alberto Hurtado. Directora Fundación Nodo XXI.

Yesenia Alegre Valencia. Socióloga. Universidad Viña del Mar. Red de Académicas Feministas de Valparaíso.

Leticia Arancibia Martinez. Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Red de Académicas Feministas de Valparaíso.

Gloria Caceres Julio. Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Red de Académicas Feministas de Valparaíso.

María Angélica Cruz. Universidad de Valparaíso. Red de Académicas Feministas de Valparaíso.

Mónica Iglesias. Instituto de Sociología. Universidad de Valparaíso. Red de Académicas Feministas de Valparaíso.

Patricia González San Martín. Facultad de Humanidades. Universidad de Playa Ancha. Red de Académicas Feministas de Valparaíso.

Tania de Armas Pedraza. Directora Departamento de Sociología Universidad Playa Ancha. Red de Académicas Feministas de Valparaíso.

Sonia Reyes Herrera. Instituto de Sociología Universidad de Valparaíso. Red de Académicas Feministas de Valparaíso.

Lorena Zuchel Lovera. Departamento de Estudios Humanísticos UTFSM. Red de Académicas Feministas de Valparaíso.

Jeanne Hersant. Departamento de Sociología Universidad de Playa Ancha. Red de Académicas Feministas de Valparaíso.

Alejandra Ramm Santelices. Universidad de Valparaíso. Red de Académicas Feministas de Valparaíso.

Claudia Montero. Instituto de Historia y Ciencias Sociales Universidad de Valparaíso. Red de Académicas Feministas de Valparaíso.

Maribel Ramos Hernández. Departamento de Sociología Universidad de Playa Ancha. Red de Académicas Feministas de Valparaíso.

Marjorie Mardones Leiva. Facultad de Ciencias Sociales. Universidad de Playa Ancha. Red de Académicas Feministas de Valparaíso.

Pamela Soto Vergara. Psicóloga. Universidad Andrés Bello.

Luna Follegati Montenegro. Historiadora. Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación.

Rosario Olivares. Departamento de Filosofía. Universidad Alberto Hurtado.

Carolina Avalos. Facultad de Filosofía y Humanidades. Universidad Austral de Chile.

Lelya Troncoso. Trabajo Social. Universidad de Chile.

Mia Dragnic. Socióloga. Maestra en Estudios de Género. Universidad de Chile.

Caterine Galaz. Trabajo Social. Universidad de Chile.

Hillary Hiner. Escuela de Historia. Universidad Diego Portales.

Laura Albornoz Pollmann. Departamento de Derecho Privado. Universidad de Chile.

Daniela Marzi. Universidad de Valparaíso.

Javiera Arce. Universidad de Valparaíso.

Isabel Piper. Psicología. Universidad de Chile.

Paula Quintana. Instituto de Sociología. Universidad de Valparaíso.

Antonella Marín. Instituto Arcos Viña del Mar.

Paula López. Instituto Arcos Viña del Mar.

Eloid Chabaud. Instituto Arcos Viña del Mar.

Ana Luisa Muñoz. Profesora de Historia e Investigadora.

Claudia Rojas Necuhual. Facultad de Economía y Negocios. Universidad de Chile.

Ana Traverso. Facultad de Filosofía y Humanidades. Universidad Austral de Chile.

Karen Alfaro. Facultad de Filosofía y Humanidades. Universidad Austral de Chile.

Mónica Peña. Facultad de Psicología. Universidad Diego Portales.

Ariadna Biotti Silva. Archivo Central Andrés Bello. Universidad de Chile.

Javiera Carmona Jiménez. Universidad de Playa Ancha.

María José Yaksic. Magíster en Estudios Latinoamericanos. Universidad de Chile.

Ximena Azúa. Facultad de Ciencias Sociales. Universidad de Chile.

Daniela Jara. Instituto de Sociología. Universidad de Valparaíso.

Carolina Benavente Morales. Centro de Investigaciones Artísticas. Universidad de Valparaíso.

Javiera Robles Recaberren. Doctoranda en Historia. UNLP/IIGG-CONICET

Karin Berlien Araos. Departamento de Ingeniería Comercial. Universidad de Valparaíso.

Pamela Jaime Elías. Profesora de Historia.

María Isabel Puerto Perez. Abogada. Docente Universidad de Valparaíso.

Verónica Francés. Arquitecta. Centro de Investigaciones artísticas. Universidad de Valparaíso.

Carolina Andrade Amaral. Encargada Oficina Comunal Diversidades Sexuales y Docente en Violencia de Género. Universidad Andrés Bello.

Sara Avalos Urtubia. Profesora de Historia y Geografía. ONG Contra de Reñaca Alto.

Sandra Rojas Cáceres. Trabajadora Social. Universidad de Viña del Mar y Universidad de las Américas.

Ana Gálvez Comandini. Historiadora. Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación.

Alejandra Zuñiga Fajuri. Escuela de Derecho. Universidad de Valparaíso.

Marcela Díaz Rebolledo. Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales FLACSO Chile.

Sofía San Martín Moreno. Socióloga. Universidad de Playa Ancha.

María Soledad Vargas Carrillo. Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Directora Magister en Comunicaciones.

Lina Marín Moreno. Universidad de Valparaíso.

Nico Mazzucchelli. Trabajadora Social. Académica Universidad de Viña del Mar y Universidad de Valparaíso.

Nicole Cisternas Collao. Socióloga.

Carolina Pinto. Socióloga. Académica Universidad de Viña del Mar.

Claudia Espinoza. Universidad de Valparaíso.

Tamara Ortega Uribe. Socióloga. Universidad de Playa Ancha.

Camila Arriagada B., Unidad de Control de Proyectos Universidad Técnica Federico Santa María

Claudia López, Departamento de Informática y Observatorio de Género en Ciencia e Ingeniería UTFSM.

Paulina Santander Astorga, Departamento de Industrias y Observatorio de Género en Ciencia e Ingeniera UTFSM.

Marianna Oyanedel, Departamento de Estudios Humanísticos UTFSM.

Aldonza Jaques, Departamento de Ingeniería Química y Ambiental UTFSM

Marcela Prado Traverso Facultad de Humanidades, Universidad de Playa Ancha

Francesca Iunissi, Facultad de Ingeniería, Universidad de Playa Ancha

Karen Alfaro, Facultad de Filosofía y Humanides, Universidad Austral de Chile

Ana Traverso, Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad Austral de Chile

Paola Bolados, Instituto de Historia y Ciencias Sociales, Universidad de Valparaíso.

Karina Marambio Guzmán, Escuela de Psicología. Universidad de Valparaíso.

Esperanza Díaz Cabrera, Profesora de Historia, Magíster en Historia.

Verónica Figueroa Huenchu. Instituto de Asuntos Públicos. Universidad de Chile.

Paulina Vergara Saavedra. Instituto de Asuntos Públicos. Universidad de Chile.

http://www.theclinic.cl/2018/05/09/declaracion-destacadas-academicas-tomas-feministas-no-buscamos-una-universidad-mas-neoliberal-perspectiva-genero-buscamos-transformar-la-educacion/

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Renovar al Instituto Pedagógico de Barquisimeto

«… -Vengamos ahora al hombre justo: ¿en qué asunto y ocasión es más capaz de hacer el bien a los amigos y mal a los enemigos? / -A mi entender, luchando contra ellos o con ellos» (Platón en: La República. Ed. Aguilar. Madrid. España. 1968. Libro I, pág. 65).

¿Quiénes serán los amigos o los enemigos del Instituto Pedagógico de Barquisimeto? ¿Dónde estarán? ¿Adentro o afuera? ¿Quiénes son? ¿Personas naturales o jurídicas? ¿El entorno adverso donde esta institución desarrolla sus actividades de docencia, investigación y extensión o la filosofía de gestión son los mayores enemigos y hay que luchar contra ellos: inflación económica, desesperanza aprendida, inmoralidad y corrupción?

II

Así, después de las consabidas vacaciones escolares (y extrañamente sin los famosos «Cursos Intensivos» o «Período Extraordinario de Nivelación y Avance», PAENA 2017, dado que el terrorismo se apoderó de las calles de Venezuela desde abril al 30 de julio, porque «la resistencia» cumplía una faena de locura y muerte), el Instituto Pedagógico de Barquisimeto, va despertando de la modorra y también su pensamiento crítico, ejercido por estudiantes y profesores.

Por eso hemos observado que estamos muy escuálidos, en el sentido más castizo del término o sentido más puro del lenguaje castellano o español: «flaco, macilento, esquelético». Hablando en términos metafóricos, pues, nadie quiere estudiar docencia en estos momentos como no sea idiomas modernos y en particular inglés. Claro, como todo el mundo y en particular la juventud venezolana dizque se quiere ir al exterior a hacer cualquier vaina. Pero también las otras menciones y/o especialidades científica-técnica o humanísticas se han presentado deserciones; de tal suerte que, como nos decía entre risas un estudiante con marcado sarcasmo y humor negro, en ese campus de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Instituto Pedagógico de Barquisimeto (UPEL-IPB), prácticamente son más los empleados, obreros y profesores, además de una inmensa jauría de perros que pululan sin ley hasta por escaleras, pasillos y aulas, que personas en su rol de estudiantes; cruel chiste, sin duda.

Como en un cuento de Israel Centeno, «Criaturas de la noche», la UPEL-IPB corre el riesgo de convertirse en un centro de enseñanza cuyo símbolo sea el perro, como si fuera una tardía escuela cínica y donde sólo vayan a estudiar allí sólo por placer, mientras la infraestructura física y la dotación se deteriora cada vez más o es más escasa, hasta llegar al hecho que los profesores de biología y demás ciencias experimentales como física y química piden que los alumnos lleven sus propios recursos de aprendizaje, compren los químicos y toallines, entre otros, para usarlas en el laboratorio. Hasta donde hemos llegado en la antigua universidad asesora del estado venezolano en materia de educación y pedagogía, hoy las asesoras serán otras y éstas se han echado al olvido.

III

Los argumentos en que se sustentan las impresiones anteriores también las discutíamos recientemente con una de nuestras alumnas de Sociología de la Educación en la Sala de Libros Únicos de la Biblioteca Central Andrés Eloy Blanco. Sala que por cierto jamás llevó mejor nombre: Sala de Libros Únicos, porque es la única de funciona por estos días en un horario restringido, de 9am a 11am y de 1pm a 3 y 30pm; porque las demás dependencias de lectura y estudio de la Unidad de Biblioteca de la UPEL-IPB, están cerradas debido a que el sistema de aire acondicionado otra vez está dañado, de tal suerte que no sólo es que allí los empleados sólo cumplen horario, porque ¿qué otras cosas pueden hacer?

Eso no es lo grave, sino que la comunidad estudiantil, razón de ser de esta corporación educativa, no puede usar un servicio educativo tan fundamental, como son los libros. ¿Por qué las autoridades rectorales, decanales y principalmente gubernamentales permiten semejante situación? ¿Dirán que es consecuencia de la indolencia de la dictadura del presidente Nicolás Maduro o que unos cuantos se han robado los pocos recursos del país? Pero los gobernantes dirán que por el bloqueo impuesto por Estado Unidos y su guerra económica no pueden reinstalar los equipos nuevos de aire acondicionado. ¿O será más bien una táctica de la MUD y el gobernador Falcón con fines de crear descontento porque en río revuelto ganancia de pescadores? ¿Esos pescadores son los rectores adscritos a la Asociación Venezolana de Rectores, AVERUV?

Así, mis alumnos ahora del curso: Introducción a la Filosofía, II Semestre, no pudieron consultar el Diccionario de Filosofía de José Ferrater Mora, referencia que es menester revisar a los fines de precisar conceptos de esta disciplina de conocimiento, un déficit que no siempre puede suplir la internet, la biblioteca universal que con su libro de arena pronosticara Jorge Luís Borges.

IV

De toda la cháchara anterior concluimos que cada cual a su modo y según los medios de que dispusiera le iba enviar una carta al Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología, en la persona de su encargado el Lic. Hugbel Roa, en los términos más perentorios y lenguaje más contundente y sencillo, si es que llegara a él estas inquietudes, que no lo creemos porque esa gente en el poder como no oye y da respuesta. Claro, como nosotros en la UPELI-IPB estamos catalogados todos como escuálidos. Pero bueno, tocar no es entrar decían en mi pueblo.

Sr. Ministro como «Vivir es filosofar, y viceversa» según se lee en el libro de Julián Rodríguez (1989, «¿Cómo hacer filosofía? Una experiencia metodológica». Instituto Salesiano de Filosofía y Educación. Caracas. Venezuela), queremos preguntar, ¿cuál su filosofía de gestión respecto a la Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Instituto Pedagógico de Barquisimeto? Acaso piensa eliminar esta experiencia de formación que tanto bien ha hecho a la juventud del país, de lo contrario no se explica uno tanto abandono oficial, vacié.

Sr. ministro, como uno es muy ocioso y «la filosofía no es contemplación pura y lejana de la realidad sino reflexión crítica que se entromete en el movimiento de la vida. El filósofo no escapa de la vida, sino que escudriña la vida misma» (ob cit., p. 15), hemos realizado algunas observaciones y lecturas respecto a la coyuntura actual. Siempre en la perspectiva de hallar respuestas a las preguntas inquietantes como las arriba formuladas y vamos ya concluyendo que para el gobierno bolivariano la UPEL-IPB no constituye prioridad sino las Universidades Politécnicas Territoriales o las universidades llamadas Alma Mater.

Se han visitado tales espacios nuevos de formación académica y leído noticias de prensa y resulta evidente que las políticas públicas en educación y financiamiento económico del Estado venezolano hoy, están direccionadas a favorecer las UPT y Alma Mater en Barquisimeto. ¿son entonces tales universitarias las toñecas del gobierno, así como antes para adecos y copeyanos lo eran las actuales marginadas universidades autónomas y experimentales históricas: UCV; USB; LUZ; UC; ULA; UDO; UPEL; ¿UNET, entre otras, cuyas autoridades siguen siendo adeco-copeyanas? Pero además a cuyos carcamales todos los ministros les tienen miedo, pues, no las conducen a que hagan nuevas elecciones libres de rectores y decanos.

¿Es verdad que el MPPEUCT, permite que mueran de mengua las viejas universidades autónomas y experimentales hasta que un día el mismo edificio nos caiga encima? Aquí en Lara, se siente de continuo que Ud. constantemente u otras autoridades de su despacho viene de visita oficial a la UPTAEB o Alma Mater. Y está bien que así sea. Pero, ¿por qué nunca se pasea por la UPEL-IPB?, ¿Por qué marginaron a su comunidad estudiantil y nunca les entregaron las famosas tabletas o computadoras Canaima?; de tal suerte que estamos abandonados de la asistencia del gobierno, ¿le tendrán miedo las autoridades del MPPEUCT a la jauría de perros de su campus?

Creemos, en síntesis, que la UPEL-IPB requiere ser renovada. Realizar una reingeniería, que llaman ahora, además de valorar en su justa dimensión al talento humano integrado a la institución, bien como estudiantes, docentes, empleados, obreros… Valorar también su infraestructura y hasta su avifauna, que es mucha, incluyendo los perros, iguanas y aves, además de reptiles de un campus que luce abandonado porque el presupuesto asignado no alcanza a veces ni para la pagar la nómina.

Para solucionar semejante problemática, según impresión de estudiantes la UPEL-IPB requiere de un plan de incentivos para aumentar su matrícula. Por ejemplo, hacer más atractiva la carrera docente, uno de cuyos elementos los constituyen los sueldos y la seguridad social inherente, haciéndola más competitiva. Asignar becas equivalentes al salario mínimo a quienes opten por estudiar pedagogía, hacer efectiva la entrega de computadoras o tabletas a todos sus estudiantes, ofrecer mayor calidad académica, dotación de laboratorios, ampliar y mejorar la bandeja del comedor: desayuno, almuerzo y cena, tener una excelente flota de transporte, realizar campañas de motivación y captación en liceos, colegios y medios de comunicación, realizar una rigurosa asesoría para el discernimiento vocacional.

Igualmente, se requiere una mayor y mejor comunicación entre el MPPEUCT y la UPEL-IPB, tanto con sus autoridades como con su comunidad en general y hacer cumplir en la cláusula 2 de la III Contratación Colectiva de los Trabajadores Universitarios 2017, donde dispone que: «Se asume el compromiso de generar conocimientos para desarrollar soluciones vinculadas al territorio. Articulación con organizaciones del poder popular para el trabajo conjunto. Vincular las universidades al nuevo modelo de economía productiva, misiones y motores productivos».

Sr. ministro, venga a la UPEL-IPB, aquí le espantamos los perros, nos tomamos un café en el único cafetín que queda abierto y nos reunimos en la Sala de Libros Únicos de la Unidad de Biblioteca, que es la única donde sirve el aire acondicionado. ¿Qué tal? ¿Nos acepta el trato , como dice Maluma y felices los cuatro?

Fuente: https://www.aporrea.org/educacion/a253348.html

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Bolivia: Investigación: Talón de Aquiles de las universidades

Bolivia/10 de Julio de 2017/El Día

Académicos y científicos coinciden en que la investigación es una de las debilidades de las universidades bolivianas. En la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno (UAGRM) no hay un solo profesor con ítem exclusivo de docente investigador a tiempo completo, mientras que en las privadas, si se investiga es con recursos propios, piden que el Estado habilite un fondo concursable del cual puedan participar junto a las públicas.

Proyecciones. María Angélica Suárez, titular de la Dirección Universitaria de Investigación (DUI) de la UAGRM, informó que la estatal cuenta con 54 unidades de investigación entre laboratorios, observatorios, museos, hospitales y las 18 facultades de esa casa de estudios superiores, además comentó que cuando asumió existía una ausencia total de niveles de coordinación, “cada laboratorio, instituto y facultad trabajaban por su cuenta”, esta situación derivó en que la poca investigación que se publicaba, no se la hacía a nombre de la UAGRM, sino a título de cada unidad, Suárez atribuye a esta situación que la Gabriel no haya podido mejorar su posición en las listas comparativas de universidades nacionales e internacionales.

“Vamos a desarrollar un Plan de Investigación, Ciencia y Tecnología, donde se contempla las líneas de investigación nacionales e internacionales. Queremos crear un nivel de coordinación con las privadas para hacer de Santa Cruz de la Sierra la capital de la innovación científica y tecnológica”, enfatizó.

Como primer paso, Suárez gestionó una firma de convenio con la Federación de Empresarios Privados de Santa Cruz, la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz y la Cámara Agropecuaria del Oriente. “Proyectamos con los empresarios la instalación de un parque científico y tecnológico en Santa Cruz en 10 años”, mencionó otro de los proyectos.

Suárez apuesta por la integración de las universidades, tanto públicas como privadas, y de la relación con los niveles de gobierno y el empresariado, además de la sociedad.

Cambios. Lo que antes era conocido como Expociencia, este año será presentada como Feria Universitaria Internacional de Ciencias, de la cual participarán 15 universidades del sistema público, 25 privadas y universidades de diez países invitados: España, Portugal, Francia, Ecuador, Perú, Costa Rica, Argentina, Brasil, Alemana y Estados Unidos. El evento se realizará del 8 al 11 de noviembre en los predios de la Expocruz, según reveló la directora de la DUI.

Realidad. Para el científico boliviano Mohammed Mostajo, que dicta clases de posgrado en la Universidad de Harvard (Estados Unidos), la investigación en general es el talón de Aquiles de las universidades latinoamericanas, aunque otros países han tomado cartas en el asunto, mientras que Bolivia se quedó atrás.

“Las universidades (bolivianas) no están haciendo las alianzas necesarias con los centros de investigación, en el exterior, que ya tienen experiencia. Al mismo tiempo, tampoco he visto mucho interés de parte de los catedráticos y de las universidades en publicar en revistas científicas internacionales”, aseveró.

Alberto Careaga, representante del Consejo Internacional de Liderazgo y Bienestar, institución afiliada a la Unesco, manifestó que todas las universidades se han vuelto fábricas de profesionales y no de investigadores. “En las privadas se hacen simulacros de investigación, esa es la realidad, porque representa un gasto para sus visiones empresariales”, apuntó.

Sobre ese punto, Álvaro Puente, pedagogo, discrepó e indicó que hay algunas privadas que sí realizan investigaciones, sin embargo, señaló que en su mayoría éstas son concebidas como instituciones de lucro, “solo les interesa la cantidad de alumnos y cuánto pagan”. Gastón Mejía, coordinador de la Unidad de Investigación de la Universidad Privada de Santa Cruz (UPSA), manifestó que las públicas realizan más del 80 por ciento de las investigaciones, sin embargo, sostiene que el número de publicaciones per cápita son muy bajas en las estatales.

“La mayoría de los docentes universitarios no están motivados para investigar, ese es uno de los problemas”, afirmó. También reveló que la UPSA en los últimos años hizo 30 investigaciones de bajo costo y corta duración con resultados concretos, con proyectos que no superaron la inversión de los dos mil dólares.

El objetivo. Karen Infantas, representante de la Academia Nacional de Ciencias de Bolivia, lamentó que en las universidades no hayan gestores de investigación. Observó que en muchas universidades se miden los resultados y no el impacto. “La investigación debe servir para la transformación de la realidad, publicar está bien, pero hay que ver qué utilidad tiene esa publicación”, afirmó.

El catedrático Adolfo Mercado lamentó el escaso porcentaje de docentes con formación doctoral en las universidades, en especial en la UAGRM.

Para Álvaro Puente, se debe mejorar el nivel con el que llegan los estudiantes a la universidad. “He asistido a defensas de tesis de posgrado y el nivel es deprimente, porque los alumnos no tienen ningún criterio para hacer investigación”, subrayó.

“La investigación tiene que tener como meta avanzar el conocimiento humano. No es una comodidad, es una necesidad. Una universidad debería hacer investigación porque por definición es la función primordial, no por subir su ranking”, aseveró Mohammed Mostajo.

Recursos. Algunos investigadores de las universidades privadas creen que el Estado debería lanzar un fondo concursable que nos las excluya por ser particulares. Sobre ello, María Angélica Suárez informó sobre una propuesta de fondo para la investigación de 8 millones de bolivianos, con el 1% de los ingresos por el Impuesto Directo a los Hidrocarburos y el 1% de la Coparticipación, además del aporte de la cooperación sueca.

«De ese fondo un 75 por ciento será destinado a financiar proyectos de investigación, un 15 por ciento para la publicación de los trabajos y el resto para la formación de los investigadores», anunció María Angélica Suárez, directora de la DUI.

«En  otros países, desde primaria se construye el aprendizaje en base a la investigación, es por eso que no solo es el talón de Aquiles de las universidades, sino de todo el sistema educativo»

Álvaro Puente
Pedagogo

«Es más preocupante si vemos cuántos centros de investigación tiene la ‘Gabriel’ y cuánto han patentado en estos años. Si un centro de investigación no patenta, se debería repensar su utilidad «

Karen Infantas
Investigadora


Contexto
Pugnas políticas afectan a la academia en la universidad pública

Adolfo Mercado, docente investigador de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno, indica ser una víctima de las pugnas políticas, afirma que estas prácticas dañan la academia. “Me dejaron sin fondos para el laboratorio. Cada facultad tiene su realidad, algunos decanos apoyan la investigación y otros paralizan proyectos. Yo soy una víctima”, sostuvo.

Karen Infantas, representante de la Academia Nacional de Ciencias de Bolivia, lamenta que en las universidades públicas “en el escalafón docente, tener un ser rector o decano, tiene más peso que haber obtenido un doctorado. Cuando se dice vamos a realizar investigación, es más un tema demagógico, más político y no así de cambios estructurales”, sostuvo.

Al respecto, el pedagogo Álvaro Puente lamenta que las cátedras en la UAGRM “se regalan o se comercializan por votos” en época electoral. «La universidad pública boliviana tiene una estructura, con el cogobierno y la autonomía, concebida como permiso para matar», apunta, a tiempo de señalar que  todos los docentes deberían ser investigadores.

Fuente: https://eldia.com.bo/index.php?c=Portada&articulo=Investigacion:-Talon-de-Aquiles-de-las-universidades&cat=1&pla=3&id_articulo=230404

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Transformación universitaria y economía productiva

Por: Roger Lázaro

Sobre la transformación universitaria, se ha planteado una profusa gama de posiciones, expuestas por diversos autores, entre los que destacan Miguel Ángel Pérez Pírela, Víctor Álvarez, Iraida Vargas, Ana Julia Bozo, Luis Damiani, Judith Valencia, María Egilda Castellanos y Rigoberto Lanz, entre otros; opiniones que han sido colocadas en el debate sobre la universidad necesaria para nuestro país, posturas como: la universidad indisciplinaria, productiva, del conocimiento y participación del poder popular, comunidad de intelectuales, incluyente y democrática, «borrón y cuenta nueva», universidad democrática, como espacio emblemático de producción de conocimiento entre las propuestas consideradas, no las únicas por cierto.

La mayoría de las posiciones implícita o explícitamente, si focalizamos algunas de sus variables apuntan hacia el desarrollo de una economía productiva, quizás en algunos casos sin proponérselo o ubicadas en otro contexto, ajeno al actual.

Ahora bien, en una sociedad rentista, como la nuestra, los valores del rentismo han permeado y colonizado el pensamiento académico y político en la educación universitaria nacional, y estos valores deben ser considerados en el proceso de transformación universitaria; por otra parte, en la revolución bolivariana, a pesar de cambios fundamentalmente cuantitativos( creación de universidades, incremento de la matrícula , número y montos de becas, cupos y otros) y algunos cualitativos, ha sido más sencillo, crear nuevas universidades y transformar en universidades politécnicas territoriales a los colegios e institutos universitarios, que transformar los signos y símbolos de la vieja universidad tradicional autónoma y experimental, que ha estado coadyuvando con el rentismo, alejándose del apoyo al desarrollo de una economía productiva.

En momentos en que la caída de los precios del petróleo han llegado a sus niveles más bajos, por causas sobre las cuales no me referiré ahora, la guerra económica se agudiza, empujada por el gran capital y sus aliados locales, la escasez campea, la especulación se hace indetenible y la estanflación nos ahoga, pareciera que al fin se acelera la caída del rentismo y se toma conciencia de la necesidad impostergable de la «industrialización especializada para las exportaciones, donde la ciencia y la industria manufacturera sean motores de la economía, estableciéndose una correlación entre la industria y desarrollo», tal como lo plantea magistralmente el Economista y Ex Ministro de Finanzas, Rodrigo Cabezas, en carta al Presidente Maduro, con la propuesta: «Renovar el Socialismo Venezolano».

Es así como, el proceso real de transformación universitaria debe inscribirse en un período de transición entre una sociedad rentista y la sociedad industrial; en esta sociedad rentista, salvo honrosas excepciones; cada venezolano quiere hacerse rico ya, sin riesgo, con la llamada viveza criolla, razón por lo cual, fue tan acelerado e indetenible el bachaquerismo en esta coyuntura de guerra económica, donde grandes sectores de la población, incluso personas y funcionarios públicos que se definen como chavistas se convirtieron en el eficaz ejercito bachaquero de su verdugo, el gran capital local, regional, nacional y transnacional.

Finalmente recomendar humildemente al nuevo ministro de Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología, aprovechar asertivamente los aspectos cualitativos de avanzada en materia de transformación universitaria, como los Programas Nacionales de Formación y la territorialización, que busca la solución de los problemas del territorio con las potencialidades del mismo, pero ahora, en las postrimerías del rentismo, estos avances deberían enfocarse desde la visión de industrialización, tantas veces planteada y boicoteada por los valores del rentismo.

Por otro lado, plantear la necesidad de la adopción de una teoría y método de planificación tecno político y participativo, capaz de conducir con éxito el proceso de transformación universitaria que coadyuve con el desarrollo de una sociedad industrial para los próximos veinte años; se trata de la Planificación Estratégica Situacional, dado que, a juzgar por los resultados, las teorías y métodos utilizados hasta ahora han sido contrabandos ideológicos, en el marco de esta promiscuidad ideológica, que lejos de ayudar a la transformación universitaria, la detienen. Por ejemplo la mayoría de las instituciones del país, incluyendo las universitarias aplican Planificación Corporativa, y quién dijo que las universidades son corporaciones para estar diagnosticando con el FODA.

Fuente: http://www.aporrea.org/educacion/a241148.html

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África: South African universities: common problems but no common solutions

África/Enero 2017/Noticias/https://theconversation.com/

 

Students at South Africa’s universities are starting the 2017 academic year with unfinished business: demands dating back to the middle of 2015 that include scrapping tuition fees and decolonising higher education.

These demands are far reaching. Essentially students want universities to change the way they perform their three key functions: teaching, generating new knowledge and contributing to solving social problems. They also want government to support this process of transformation.

So far, the government has treated each demand as distinct from the other. It has focused largely on the fees issue. Its current strategy assumes that this issue can be dealt with most efficiently through centralisation. It’s proposing to create an entity that draws on the expertise of the financial industry and can achieve economies of scale by centralising the application process. This body also streamlines the disbursement of funding and collection processes. It takes these functions away from individual universities.

Such an approach has two consequences. It limits each university’s ability to make its own decisions about how to allocate bursaries, grants and scholarships among the students it admits. This, in turn, may affect curricula and teaching decisions.

It also allows government to leave the other more complicated aspects of transformation to other stakeholders – confident in the knowledge that if things take an unsatisfactory turn, it can pull the purse strings to bring students and university management back into line.

This is a short sighted, unsustainable approach. In reality the financial, institutional and pedagogical aspects of transformation are interlinked and interdependent.

Complex, interlinked issues

Transformation is a complex issue that can only be dealt with holistically. It also costs money. Universities’ teaching and management practices cannot be transformed without taking their financial situations into account.

For example, decolonised education will require revised curricula, new teaching materials and possibly new teaching methods. University managers will have to think through how implementing these new approaches will affect their management, hiring and budgetary decisions. Will their research agendas have to change – and if so, how? What about their management practices?

The way in which students are selected and bursaries, scholarships and loans allocated is another factor to consider in designing and implementing this transformation process. It will influence hiring decisions, teaching assignments and pedagogical choices.

A shared goal

Amid this complexity, two things are clear.

First, all stakeholders have an underlying, shared goal: building a national university system that satisfies two requirements. All qualifying students should have equal access to affordable university education. The system must provide the high quality educational and research services needed to build a more equitable society.

Second, although universities face common problems and should be working towards a common goal, they cannot be expected to conform to a common solution. There is not one correct way to the shared goal. Each university, based on its own circumstances, will have to design and implement its own path to this destination. Its approach to transformation will be influenced by its history under apartheid; its student body’s and staff complement’s racial, class and gender composition; its institutional culture; its existing areas of teaching and research excellence. Other factors are at play too. Each university differs in its relationship with its alumni; its financial capacity; its past efforts at transformation and its strategic vision of its role and responsibilities as a South African university.

An institution’s approach will also be shaped by the manner in which and the extent to which management incorporates all members of the university community – students, academic and support staff, parents and alumni – into planning and implementing its transformation process.

Universities’ engagement with their external actors also matters. For example, universities can share information with each other and learn from each other’s successes and failures. They can also use their existing international networks to learn from universities in other countries that have addressed similar issues. Where appropriate, resources can be pooled and joint efforts launched to raise tuition funds, develop new teaching materials and promote research.

These processes will look different at each of South Africa’s 25 public universities. It is the end goal that’s universal.

Autonomy is crucial

It is in all South Africans’ interests to encourage the government and other external stakeholders to support the construction of an equitable, productive and sustainable national tertiary education system.

However, it is also crucial to ensure that, within this framework, university communities are given – and utilise – the autonomy to design and implement their own customised approaches to transformation. The country’s future success, and that of its young people, may depend on it.

Fuente:

https://theconversation.com/south-african-universities-common-problems-but-no-common-solutions-71819

fuente imagen:

https://lh3.googleusercontent.com/ELjnH9P813onwOMk7TF0jopA1MUwyn3-sWANThIk3zQiI3EiWAbB7adbw1M8nJyED_rnAA=s85

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Venezuela: Instalarán mesas permanentes con intelectuales para impulsar productividad en las universidades

América del Sur/Venezuela/27 de enero de 2017/Fuente: correo del orinoco

El ministro indicó que la finalidad es crear un sentido de pertenencia y una visión acorde a la realidad existente en Venezuela para “consolidar la soberanía económica y buscar soluciones a los problemas que hoy afrontamos”

El ministro del Poder Popular para la Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología, Hugbel Roa, informó este jueves que se instalarán mesas de trabajo permanentes para mejorar la capacidad de las universidades y su aporte a los centros productivos.

Indicó que la finalidad es crear un sentido de pertenencia y una visión acorde a la realidad existente en Venezuela para “consolidar la soberanía económica y buscar soluciones a los problemas que hoy afrontamos”.

Luego de sostener un encuentro con intelectuales en el Hotel Anauco, en Caracas, el ministro acotó que próximamente se irán sumando los rectores a estas mesas de trabajo.

“Estamos realizando mesas de trabajo donde estamos escuchando ideas y evaluando cuál va a ser la participación real y cómo potenciar la participación de la universidad en la lucha en la superación del modelo rentista”, expresó.

Roa exaltó la necesidad de crear conciencia en toda la comunidad estudiantil y entender que la guerra de Cuarta Generación que se cierne contra Venezuela debe afrontarse “juntos como una política de Estado” donde todos se aboquen a superar el sabotaje que tanto daño le ha hecho a la vida social, económica y política del país.

APOYO DE INTELECTUALES

El pedagogo Luis Bonilla apoya la creación de una universidad Popular y Productiva que se ajuste a la realidad del país y aporte soluciones inmediatas y certeras.

En ese sentido, acotó que los intelectuales realizarán jornadas académicas consultivas y exaltarán la importancia de la investigación en las distintas áreas.

“Estamos en un momento histórico de la Revolución Bolivariana y América Latina, (…) hoy las grandes transformaciones de las universidades en el continente se están impulsado desde Venezuela y tenemos el compromiso de repensar qué tipo de universidad necesita el siglo XXI basada en ciencia, tecnología y compromiso con el pueblo”, expresó.

Por su parte, el director del Centro de Educación de Economía de la Universidad Bolivariana de Venezuela, Luis Salas, alabó la disposición del ministro Roa de escuchar a los intelectuales y aseguró que en las universidades deben darse grandes saltos que estén alejados de la rentabilidad y el mercadeo.

Para finalizar, expresó que las universidades beben ser integrales y para eso se deben potenciar las políticas universitarias que han sido exitosa durante la Revolución Bolivariana.

T/Meibert García

Fuente: http://www.correodelorinoco.gob.ve/politica/instalaran-mesas-permanentes-intelectuales-para-impulsar-productividad-universidades/

Imagen: www.correodelorinoco.gob.ve/wp-content/uploads/2017/01/intelectuales-600×336.jpg

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