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Zimbabwe: Teachers Colleges to Become Universities

Zimbabwe/26 de Septiembre de 2016/Allafrica

Resumen: «Las reformas en curso» bien pueden ser la señal el propósito permanente por de los dos ministerios de educación. Ambos parecen estar siempre en la solución de problemas de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM) y la revisión curricular, por lo que están transformando respectivamente la educación superior y básica. Por consiguiente, el Ministerio de Educación Secundaria y Superior, Ciencia y Desarrollo de la tecnología ha ido en un engranaje con planes para convertir las escuelas normales y escuelas superiores en  universidades.

«Renovations in progress» may well be the sign to permanently wave above the two education ministries. Both always seem to be in troubleshooting mode.Initiatives of sweeping consequence, Science, Technology, Engineering and Mathematics (STEM) and the curriculum review, are respectively transforming higher and basic education.And now, the Ministry of Higher and Tertiary Education, Science and Technology Development has gone a gear up with plans to convert teachers colleges and polytechnics into universities.

On September 19, the ministry announced that two committees have been put in place to assess the feasibility of the proposal and report back before the end of November.

If the committees file their homework in favour of the transformation, the ministry will get down to the task with «single-minded determination».

It will be the end of an era for state-run colleges which have been in the game for close to a century.

Once started, the ministry will also urge churches to put their teacher training institutions under a similar overhaul.

«Two committees have been put in place to provide a comprehensive policy advisory and consultancy service to the ministry,» Higher and Tertiary Education, Science and Technology Development permanent secretary Dr Machivenyika Mapuranga said on Monday.

«For teachers colleges, a foundation committee will look into the transformation of all teachers colleges into a university of education with Mkoba Teachers College as the main university campus with a special mandate on teacher education.

«For polytechnics, a steering committee will make recommendations into whether polytechnics can be turned into degree-awarding institutions or can be standalone or can be one institution with eight campuses and propose a process for the transformation,» revealed the permanent secretary.

Fuente: http://allafrica.com/stories/201609210480.html

Fuente de la Imagen: https://www.google.co.ve/search?q=Malawi:+First+Lady+Stresses+Importance+of+Educating+Girl-Child&espv=2&biw=1024&bih=623&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwjdtL2T5aDPAhXIKh4KHepDCoUQ_AUIBigB&dpr=1#tbm=isch&q=Zimbabbwe:+Escuelas+Normales+&imgrc=nMm2fiGVqoWgpM%3A

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Entrevista con Álvaro García Linera: “Las transformaciones se dan por oleadas”

Entrevista/30 de agosto de 2016/Fuente: telesur

Son las nueve de la noche. Álvaro García Linera se levantó a las cuatro y media de la mañana porque Evo Morales convocó una reunión de gabinete. Sigue en pie y en movimiento en el estudio de la Facultad de Periodismo de La Plata donde acaba de recibir el Premio Rodolfo Walsh de manos de la decana Florencia Saintout. Y dice: “No es un buen momento para América Latina”.

Acompañado siempre por Carlos Girotti de la Central de Trabajadores Argentinos, el vicepresidente de Bolivia tuvo su tarde y su noche en La Plata el miércoles 24. El jueves cerró en Santiago del Estero el Foro Internacional Horizontes de la Educación en Nuestra América impulsado por la universidad nacional y por el Parlasur a través de la parlamentaria Ana María Corradi, del Frente para la Victoria.

La entrevista de 45 minutos, que puede verse completa en el canal web del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, www.clacso.tv, permite recorrer con García Linera los temas principales de la discusión sudamericana de hoy.

–No es un buen momento en América Latina porque hay una retoma temporal de la derecha –dice el vicepresidente–. La derecha asume el gobierno justamente para recortar costos, para recortar derechos, para reducir la intervención del Estado y para permitir que todos esos recursos fluyan hacía al sector privado nacional o extranjero. La sociedad, de estar consiguiendo condiciones de vida más o menos dignas, ahora retrocede a situaciones de abuso, desempleo y explotación. Pero, a la vez, es un momento exigente porque obliga a que la sociedad, los sectores subalternos, las clases plebeyas, retomen nuevamente la capacidad de organización. Nadie se moviliza perpetuamente. No hay revolución perpetua.

–¿Cómo terminan los períodos de repliegue?

–Básicamente, eso es organización. También, horizonte. Una combinación de idea movilizadora con fuerza que convierta esa idea en hecho político, en hecho que influye en el escenario estatal y que puede modificar la correlación de fuerzas a corto y mediano plazo. Lo importante es que esta generación que hoy está de pie vivió los tiempos de la derrota del neoliberalismo, vivió la victoria temporal de los gobiernos progresistas y revolucionarios, y ahora está en este periodo intermedio. Por lo tanto, tiene el conocimiento y tiene la experiencia para retomar la iniciativa. Si no hacemos eso, este periodo de retoma parcial de iniciativa de la derecha puede extenderse y ampliarse a otros países de América Latina. Sin duda, esto significaría una catástrofe. Donde triunfa, la derecha recorta el bienestar. Los gobiernos progresistas fueron gobiernos sociales y, por lo tanto, el retroceso es un retroceso de las conquistas sociales de la población. Pero además hay una ralentización, un congelamiento y en algunos casos un retroceso en términos de la perspectiva de la acción continental. Junto con lo social, el continente ha experimentado en los 10 años que van desde el 2004 al 2014, 2015, el momento más avanzado de integración y de mirada autónoma continental. Esto tiene una importancia extraordinaria. Si no tenemos la capacidad de mirarnos continentalmente, cada país por sí solo en este contexto mundial va ser presa de las intervenciones, de las influencias y de las manipulaciones de los más poderosos del mundo. Es un tema de correlación de fuerzas, no es un tema moral.

–Tomo una frase del mensaje tras la recepción del premio: “La revolución es por oleadas, no por ciclos”. ¿Cuál es la diferencia?

–Cuando tú hablas de ciclo, significa que todo tiene un inicio, una estabilización y un fin. Es algo natural como la ley de la gravedad. Hagas lo que hagas, protestes o te movilices, así será de aquí a 50 años, cuando venga otro ciclo. Esta es una mirada que le arrebata el protagonismo al ser humano, que olvida el papel de la subjetividad colectiva en la construcción de los hechos sociales. Es falsa. Es la misma lógica que el fin de la historia de Fukuyama. Habían desaparecido las clases, todos éramos emprendedores y había que alinearse detrás de lo que ya era la culminación del desarrollo humano. Resulta que no fue así. Aparecieron por todos lados clases sociales, luchas, organizaciones, jóvenes, gente que tomaba las plazas por asalto y después los palacios por asalto. Frente a eso, lo que reivindicamos es la lógica de los flujos, las oleadas, que es un poco la experiencia que uno adquiere en la vida. Las transformaciones se dan por oleadas. La gente se articula, se unifica, crea sentido común, tiene ideas fuerza, se convierte en ser universal, es decir, ser que pelea por todos. Logra derechos, acuerdos, Estado, política. Pero luego pasa a la vida cotidiana. No puede estar en asamblea todos los días. Tienes que ir a ver qué va a pasar con tu hijo, con el crédito de la casa. Viene el reflujo. Pero luego, más pronto que tarde, puede venir otro flujo. ¿Cuándo será ese flujo? No lo sabemos. No está definido por una ley sociológica.

–No está predestinado.

–Entre otras cosas depende de lo que tú puedes hacer hoy en tu barrio, en tu universidad, en tu medio de comunicación, en tu poema o en tu teatro para articular sentido común, para impulsar ideas de lo colectivo o de lo comunitario. Si en algún momento eso, por algo no calculado, se articula con otras iniciativas comunitarias, puede dar lugar a otro flujo. En una semana, en un año, en 10 años. Lo importante es que tú luches y te organices. Si no te alcanza la vida, vendrá el siguiente que se sumará a lo que hiciste, para que él sí pueda ver que viene un flujo. Las revoluciones son así. Entonces, cuando tú miras la historia por flujos y no por ciclos, reivindicas otra vez el papel del sujeto, de la persona, de la subjetividad, que no inventa el mundo como le da la gana, pero que ayuda a construir el mundo. Me gusta la frase de Sartre: “Uno hace al mundo en la misma medida en que el mundo lo hace a uno”.

–¿Cuáles son las claves más importantes de la oleada boliviana, primero fuera del Estado y luego, desde 2006 con Evo Morales como presidente, dentro del Estado?

–La primera clave es que toda victoria política es precedida por una victoria cultural que se trabajó y se labró en los distintos espacios de la opinión pública: medios de comunicación, periódicos, universidades, sindicatos, gremios, barrios. Hubo un sentido común que se fue apoderando de las personas, basado en la idea de soberanía, de igualdad entre pueblos. La gente no se mueve solo porque sufre. Se moviliza cuando sufre y cree que movilizando puede cambiar su sufrimiento. Sin horizonte no hay capacidad de articulación. No es simplemente, como decían algunos compañeros trotskistas, que a condiciones de vida más deplorables la gente se va a rebelar. Eso no es cierto. Muchas veces uno se acostumbra a su dominación y a su pobreza.

–Ésa es la primera lección.

–La segunda es que todo proceso revolucionario tiene que sostenerse y reinventarse en ámbitos de participación democrática de la gente. No es fácil eso, porque la gente se moviliza y luego se repliega. Es fácil que los gobernantes, en ese repliegue, nos asumamos como los demiurgos históricos. Si tú no has incorporado por métodos innovativos en la decisión y en la participación te vas a ver en problemas y te vas a quedar solo en el gobierno. Claro, porque tú los dejaste solo anteriormente. No es una venganza, es el resultado de tu acción. Sin una red corpuscular de participaciones democráticas, el gobierno revolucionario queda sin base y a la deriva.

–¿Tercera clave?

–Gestión económica. Últimamente he pensado mucho sobre Lenin y la NEP, la Nueva Política Económica. Si los bolcheviques no tenían la capacidad de satisfacer la necesidad de hambre y estabilidad de su revolución, todas las demás experiencias como el comunismo de guerra, la abolición del dinero y la toma de fábricas ultra radical, no significaban nada. El mismo Lenin lo decía: lo único socialista que tenemos es solamente la voluntad de ser socialistas. Es muy fuerte la preocupación que le dedicó Lenin al tema de estabilidad económica, a la relación entre el campesino y el obrero en función de avances en la economía. Cuando uno está afuera del gobierno, valora la organización y el discurso. En el gobierno, si fallas en la gestión económica todo se derrumba, porque va a aparecer la derecha diciéndote: yo sí puedo administrar mejor la economía, yo siempre he administrado, yo tengo empresas para mostrarte de lo que soy capaz. Creo que parte de los problemas que estamos enfrentando los gobiernos progresistas en América Latina es el no haber colocado en el puesto de mando a la economía y haber mantenido en el puesto de mando el discurso y la organización. Si no, se genera el caldo de cultivo de un regreso de fuerzas conservadoras, que sí te van a hablar de que ellos pueden resolver todo. ¡No lo van hacer!

–¿Cómo gestionar la economía cuando hay crisis mundial y bajan los precios de las materias primas?

–Cada país tiene su propia dinámica, pero algo que hemos aprendido nosotros es no confiar plenamente en el mercado externo sino trabajar también tu mercado interno. Hoy la exportación de petróleo, minerales y gas es negativa. Entonces, ¿cómo crece la economía? Porque en paralelo hemos apostado a otras canastas, fundamentalmente al mercado interno. La superación de la extrema pobreza y de la pobreza no solamente es un tema de justicia –tiene que serlo, porque si no para qué estás en el gobierno– sino de dinámica económica. Estás expandiendo la capacidad de gasto de la sociedad y en el caso boliviano -por eso digo que depende de cada país- como la gente gasta entre el 50 y el 55 por ciento de su salario en alimento, lo que estás haciendo es promover la economía campesina, la economía intermedia de servicios del mercado interno. Fue una decisión muy sabia de Evo. En el año 2008 tuvimos precios del petróleo de 130 dólares y en el mismo año precio del petróleo de 30 dólares el barril. De 130 a 30. Fue un golpe muy duro para nosotros, pero Evo viene de una cultura campesina muy previsora. En el campo o el Altiplano, como vienen la sequía o la granizada, no cultivas en extensión. Dejas aquí, cultivas acá, dejas aquí, cultivas acá. Esta lógica muy campesina andina de moverte en varios pisos ecológicos es la que Evo ha aplicado en la gestión de gobierno. Vamos a meterle al gas. Sí, produzcamos más gas, perfecto. ¿Y si falla? Entonces, metámosles a la electricidad, a la agricultura, al litio. Vas diversificando. Eso es lo que ha permitido que ahora nosotros en gestión de gobierno tengamos un crecimiento del 4,2 por ciento hasta el 5 por ciento. Estamos compitiendo con Perú, que tiene una economía de libre mercado absoluta, es un país que está bajo el control del empresariado chileno y extranjero y tiene mar. Nosotros si tuviéramos marcreceríamos un 2 por ciento más. Es decir, nuestro crecimiento podría ser del 6,4 por ciento, según el Banco Mundial. Por los “pisos ecológicos”, una vez que superemos esta etapa de ampliación del consumo de las clases más pobres, ya tienes en funcionamiento otros motores: energía eléctrica, litio e industrialización de la agricultura. Entonces, de este modo, ya puedes pensar en los siguientes 10 o 15 años de un crecimiento que va a estar fluctuando entre el 4 y el 6 por ciento. Con petróleo 100 o con petróleo 25, vas a moverte ahí. Esto ha tenido que ver con la capacidad planificadora y con que sepas manejar la economía al estilo campesino. El Presidente es muy ahorrador, muy previsor. Tiene siempre una reserva, no se arriesga. Somos el país de América Latina que tiene más reservas internacionales en función del su producto interno bruto, el 50 por ciento.

–En todos los países de América Latina se discute el tema de la corrupción. ¿Qué hizo el gobierno boliviano no ya con el discurso ajeno sino con la realidad de la corrupción propia?

–Toda democratización real del Estado siempre va a tener riesgo de procesos de patrimonialización de ese Estado. El Estado siempre funciona como patrimonio de las clases dominantes. Como una prolongación de la familia. Lo consideran como normal: parte de la meritocracia. En Bolivia, cuando uno estudia sociológicamente cómo se distribuían los accesos a los méritos, está claro que estaban definidos en función de tu condición de clase y de tu apellido, pero le llaman meritocracia. La gente se rebela contra eso, se subleva, dice que es indigna esa forma de utilizar lo público en beneficio de lo privado. El neoliberalismo es el paradigma de la patrimonialización del Estado, porque es agarrar lo que es de todos y utilizarlo para tus amigotes. Mejor si es tu cuñado, mejor si es tu esposa que tiene algunos amigos accionistas en el extranjero. Cuando viene la sociedad e irrumpe en el ejercicio del Estado, lo hace en función de proyectos universales, pero luego se vuelve funcionario público. Es el dirigente sindical que se vuelve funcionario, es el compañero militante que luego aparece como ministro o parlamentario. En ese momento sale de su control social y entra en el ámbito estatal. No es normal, pero es altamente probable que busque repetir en ese espacio, al que por primera vez en 20 generaciones alguien de su familia logra llegar, y al estar separado de su control social diga: “nunca más alguien de mi familia va estar donde está y si jalo un poquito, aprovecharé alguito”. Este tipo de razonamiento no es raro que se dé, por eso nosotros sociológicamente lo hemos analizado. Políticamente es catastrófico, porque puede dar lugar a una especie de democratización de la corrupción. Parece ser que es un proceso que acompaña a todas las revoluciones, no me he fijado bien qué pasó en Rusia, no me he fijado bien qué pasó en China o qué pasó en Cuba. Por la experiencia que yo veo en Bolivia y el proceder de la gente, es el campesino, es el dirigente obrero peleador que, acostumbrado a los sacrificios más extremos, de un día para otro se vuelve ministro y de él dependen 500 funcionarios y la definición de 500 millones de dólares en programas. Entonces piensa: “¿Y qué tal si contrato aquí a mi cuñado?”. Así comienza esta micro corrupción. La pregunta es:¿qué haces tú ahí?

–Atribuírselo a la condición humana.

–Sí, a la condición humana y al resarcimiento histórico. Pero no puedes. ¿Por qué? No solamente porque es un hecho delictivo por ley, sino porque te corroe la moral. Y la única fuerza que uno tiene cuando viene de abajo es su fuerza moral. Evo y los sindicatos no tienen dinero, no tienen patrocinio extranjero. Su moral los ha convertido en el núcleo que simboliza una época y una voluntad colectiva de cambio. Entonces, si te vuelves tolerante pierdes tu fuerza moral. Hemos tenido que tomar decisiones muy fuertes que no se han dado en ningún gobierno de América Latina, y mucho menos en gobiernos de derecha. Hemos tenido que meter en la cárcel al jefe del partido, Santos Ramírez. Él era el segundo después de Evo.

–Y presidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales de Bolivia.

–Sí. También hemos tenido que meter a dos ex ministras a la cárcel, dos ex ministras compañeras nuestras de lucha maravillosas, de las cuales estamos seguros que no han tocado un solo centavo, pero fueron permisivas a un mal manejo del dinero. Ellas son incorruptibles, pero permitieron. ¿En qué país de América Latina, durante la gestión de gobierno, ex ministros están en la cárcel? Tenemos un ex alcalde de la segunda ciudad más importante de Bolivia, del Alto, en la cárcel. Si no hacemos eso, corremos el riesgo de perder lo único que tiene un proceso revolucionario, que es su fuerza moral. Ha sido muy doloroso y ha sido un aprendizaje. Hemos encontrado que estaba sucediendo que de parte de los compañeros no había el suficiente control y había esta especie de permisividad basada en que son compañeros nuestros, lo requieren, es poquito dinero, no hago el informe, pero en ese descuido se pone en riesgo tu propia moral. Y si tú no actúas de una manera fuerte, golpeándote a ti mismo  porque es tu propia gente, socialmente pierdes la fuerza moral que te mantiene en pie. Ayer ha salido la última encuesta. Evo –con todo lo que lo han atacado del tema del fondo indígena, de la corrupción con dirigentes indígenas, del tema del supuesto hijo– en ciudades capitales tiene un 54 por ciento de popularidad. El aprendizaje es que, por muy doloroso que sea, debes tener la valentía y la fuerza de poder cortarte tú el dedo infectado o la mano infectada. Si otros te la cortan te van a meter el cuchillo al corazón y de eso no te vas a poder reponer ni en una generación. Si tú por cuidar lo que te pertenece, parte de tu cuerpo, eres permisivo con lo que se está pudriendo en tu cuerpo, otros van a venir a acabarte o la putrefacción va a alcanzar hasta tu propio cuerpo, y ahí estás perdido. Nuestra fuerza nace del hecho moral. Tienes que saberlo cultivar y si no lo cultivas, no lo refrendas y no lo muestras continuamente, la derecha se va a venir con toda esa política moralista que te echa en cara: “Han robado 5 mil dólares, terribles estos indígenas, son unos incapaces, unos ladrones”. Ellos robaban 20, 40 o 100 millones de dólares y nadie decía nada, pero desaparecieron 5 o 100 mil y se desgarran las vestiduras. No importa, es parte de la guerra. Aquí nadie puede levantarte el dedo y decirte te has levantado un dólar, no pueden decir que te has levantado ni medio dólar, ni medio boliviano, ni medio peso argentino. Si eso sucede vas a perder, porque va a venir toda la jauría moralizante de la sociedad para descalificarte. Y si pierdes moralmente, pierdes generacionalmente. La peor derrota de un revolucionario es la derrota moral. Puedes perder elecciones, puedes perder militarmente, puedes perder la vida, pero sigue en pie tu principio y tu credibilidad. Cuando pierdes la moral, ya no te levantas, va a ser otra generación, va a ser otro líder el que va a poder levantarse. Hay que protegerse, Así como en la gestión estatal la economía es lo fundamental, en la preservación de tu liderazgo lo fundamental es tu fuerza moral. Nunca permitas que te debiliten tu fuerza moral porque de eso tampoco te recuperas.

martin.granovsky@gmail.com

Fuente: http://www.telesurtv.net/bloggers/Entrevista-con-Alvaro-Garcia-Linera-Las-transformaciones-se-dan-por-oleadas-20160828-0003.html

Imagen:www.telesurtv.net/__export/1472430590885/sites/telesur/img/multimedia/2016/08/28/na21fo01.jpg_916636689.jpg

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Libro: Avances y desafíos en políticas públicas educativas

América del Sur/Argentina/14 de Agosto de 2016/Fuente: CLACSO

Avances y desafíos en políticas públicas educativas
Análisis de casos en Argentina, Brasil, Colombia y Paraguay

Nora Gluz. Mariel Karolinski. Inés Rodríguez Moyano. Claudia Talavera. Ivonne Gaona López. Pedro Vítor Gadelha Mendes. Laura Colabella. Patricia Vargas. [Autores de Capítulo]

Colección Becas de Investigación.
ISBN 978-987-722-022-3
CLACSO.
Buenos Aires.

Junio de 2014

En el año 2013 el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales organizó el concurso “Estudios sobre políticas públicas en América Latina y el Caribe. Democracia, ciudadanía y justicia social” con el fin de apoyar el desarrollo de investigaciones que permitan impactar en forma más directa en los ámbitos de intervención social y favorecer el diálogo entre las ciencias sociales y las políticas públicas. En el marco de la misma iniciativa, fue organizado este libro que contiene una selección de artículos elaborados en dicho concurso durante el segundo semestre de 2013. Se espera que los análisis que aquí se presentan dialoguen con los debates y las orientaciones de política en la coyuntura actual, y constituyan aportes para quienes se desempeñan en los ámbitos públicos relacionados con el tema de este libro.

Fuente: http://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=884&pageNum_rs_libros=24&totalRows_rs_libros=1099

 

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El conocimiento y las tecnologías libres como motores de una economía productiva

América del Sur/Venezuela/05 de Agosto de 2016/Autor: Santiago José Roca/Fuente: Aporrea

Desde hace algunos años ha venido tomando fuerza la indagación en torno a las posibilidades que ofrecen el conocimiento y las tecnologías libres para superar las limitaciones estructurales de las economías capitalistas. Sea en Europa o en América Latina, en el contexto de una economía postindustrial o extractivista, los modos organizacionales y las herramientas asociadas con el conocimiento libre se cuentan como alternativas para superar las deficiencias reales de estas economías. No obstante, siempre resulta pertinente realizar algunas precisiones en torno al tema, en particular cuando – como en el caso venezolano – las tecnologías libres podrían ser presentadas conscientemente para contrarrestar los efectos que ha tenido la renta petrolera en la formación histórica de esta sociedad.

Abordaremos este tema en tres puntos. Primero, es necesario reconocer que el concepto de economía del conocimiento se origina en el contexto de sociedades de capitalismo avanzado, y que en razón de las contradicciones que contrae se deben encontrar formas de comprenderlo que aporten en la conceptualización de un modo de desarrollo postcapitalista. En segundo lugar, hacemos una síntesis de las condiciones estructurales de la economía venezolana como economía capitalista de periferia, para justificar la importancia del conocimiento y las tecnologías libres en la transformación del tejido socioproductivo. Por último, recogemos algunos retos que es necesario atender para fomentar iniciativas de incorporación de las tecnologías libres en procesos productivos desde una perspectiva política en contraposición con una perspectiva estrictamente instrumental.

La economía del conocimiento en las sociedades postindustriales

Las economías del conocimiento surgen en medio de un conjunto de transformaciones económicas, sociales y tecnológicas vividas en el mundo industrializado, que tienen como consecuencia que el aporte de los factores intangibles – como el conocimiento – comienza a superar a los tangibles en el total del ingreso generado por una economía. De este modo, la economía del conocimiento es un concepto propio de las sociedades de capitalismo avanzado que implica que, siguiendo la lógica de la producción mercantil propia de la economía industrial, se hace uso intensivo del conocimiento para la producción de capitales, bienes y servicios.

Así, una economía del conocimiento se caracteriza por «una aceleración sin precedentes del ritmo de creación, acumulación y sin duda también de depreciación del conocimiento» (David y Foray, 2002a, 7). Algunas variables a observar son la creación de abundancia de información, la posibilidad del tratamiento de grandes bases de datos, el aumento en potencia de interrelaciones creativas entre creadores y consumidores, y la posibilidad de desarrollar sistemas de intercambio científico. En este esquema la inversión en conocimientos apunta al aumento del rendimiento de los bienes de capital, del trabajo y de los recursos naturales. El conocimiento tiene el papel de servir al tratamiento de los factores de producción, en función de la recursividad entre la producción y la aplicación de nuevos conocimientos. Las TIC entran en este modelo en cuanto que sostienen el aumento de la productividad, sirven a la formación de nuevas industrias y contribuyen con el cambio organizacional (Steinmueller, 2002, 194-195).

No obstante, el despliegue de una economía del conocimiento presenta sus propias contradicciones. Por ejemplo, los cambios tecnológicos y económicos surgidos en las décadas precedentes pueden tener como resultado que, aunque se amplíen las posibilidades para generar y compartir conocimientos, comienzan a aparecer barreras artificiales para hacer que el conocimiento se convierta en un bien escaso. En consecuencia surge una situación paradójica, dado que si bien es posible transmitir información a altas velocidades y bajo costo, se están creando barreras para impedir el acceso a información que había permanecido bajo el dominio público (UNESCO, 2005).

La tendencia en este sentido representa un proceso de mercantilización del conocimiento, es decir, la creación de barreras jurídicas y económicas para que el conocimiento sea accesible únicamente a través de relaciones establecidas en el mercado, y no a través de formas públicas e institucionales de intercambio. Actualmente existen corrientes que proponen la implantación de derechos de propiedad intelectual sobre el conocimiento científico a través de medidas como las patentes y la protección de la transmisión de datos, por lo cual se evidencia el intento de extender el control privado sobre el conocimiento en detrimento del dominio público (David y Foray, 2002b, 484).

La persistencia de tendencias de cierre del acceso al conocimiento y la incorporación de las nuevas tecnologías en modelos de negocios que responden a una racionalidad monopolista, aspectos comprendidos en la categoría de capitalismo cognitivo (Vercellone, 2004; Vila-Viñas y Barandiaran, 2015), justifican que sea pertinente la búsqueda de modos de incorporar las actividades de producción de saberes en dinámicas que respondan a la lógica de que las actividades económicas pueden generar retornos favorables para la sociedad en general. Ésta sería una perspectiva que apunta a un modelo de desarrollo integral en contraposición con un modelo de desarrollo restringido al interés por el incremento del capital.

Economías del conocimiento en economías de capitalismo periférico

En Venezuela se generó históricamente una cultura científica y productiva cuya dinámica fue configurada por los altibajos del capitalismo rentístico. En contraste, el eje transversal de la política gubernamental de los últimos años ha estado en la conformación de un componente humano que responda a las necesidades de desarrollar el tejido científico, técnico y socioproductivo del país; el cual pudiera convertirse en la base sociocultural de un sistema de ciencia y tecnología afín con el desenvolvimiento del Proyecto constitucional (Roca, 2014a).

La economía del país puede caracterizarse como una economía de capitalismo rentístico, es decir, una economía basada en la renta de la explotación del suelo, lo cual garantiza la participación del Estado en el comercio mundial y le otorga capacidades redistributivas internas, pero en la cual, sin embargo, el impacto de otros factores de producción, tales como el capital y el trabajo, tiene poco peso relativo. De este modo, aparecen distorsiones en el seno del esquema de producción capitalista, como por ejemplo, el divorcio entre aspectos como la inversión y el salario real, y la sustitución de excedentes productivos por la renta (Baptista, 2010, 143-146).

En el caso venezolano, utilizar la renta del suelo para impulsar la formación de fortalezas para el desarrollo endógeno ha sido una de las constantes de la política nacional en ciencia y tecnología (Álvarez, 2009, 206-215). La gestión gubernamental de años recientes se ha propuesto la búsqueda de mecanismos para abandonar la dependencia de la renta petrolera a través de la inversión de la renta en la constitución de redes productivas, con un planteamiento basado en el modelo de desarrollo endógeno y en la superación del sistema de relaciones «capitalistas» para fomentar un sistema de relaciones «socialistas». No obstante, la recuperación del valor del petróleo y su utilización con fines de redistribución social ha permitido que vuelva a emerger la dependencia de la renta en muchos aspectos de la vida nacional.

La debilidad del aparato socioproductivo venezolano repercute en la consolidación del sistema científico-tecnológico, especialmente en su vertiente productiva, dado que las condiciones de los factores de encadenamiento industrial y semi-industrial son precarias. Por lo tanto, resulta pertinente que se plantee la necesidad de fomentar la construcción de una sociedad basada en la generación de conocimiento de una manera que converja con el desarrollo socioproductivo del país.

En este sentido, la virtud de las ventajas que proporciona la abundancia de materias primas dependerá de las acciones para generar y fomentar la apropiación de nuevos conocimientos y tecnologías, en tanto que el desarrollo de una economía productiva requiere que se faciliten maquinarias, equipos, procesos técnicos y medios de gestión que fortalezcan las capacidades productivas. Es en este punto que toman relevancia el conocimiento y las tecnologías libres como ingrediente de cambio en economías de capitalismo periférico, especialmente donde se plantee el interés de cimentar formas de desarrollo postcapitalista.

El aporte de las tecnologías libres a una economía productiva

El conocimiento y las tecnologías libres pueden proporcionar enfoques alternativos para la producción de bienes y servicios en áreas como diseño y manufactura, procesos técnicos y organizacionales, y en aspectos vinculados como la educación y el consumo. En este sentido, pueden contribuir a transformar el conjunto de relaciones que caracterizan el capitalismo rentístico y que afectan las formas de creación de valor social, en temas aparentemente tan dispares como la capacitación técnica, la cultura del trabajo y las formas jurídicas de propiedad. De este modo, temas como la producción distribuida, esquemas de educación y de trabajo abierto y colaborativo, el acceso libre a la información y las formas de construcción y protección de los bienes intangibles, conforman una matriz que pueden contrarrestar a las diversas expresiones de capitalismo dependiente (Vila-Viñas y Barandiaran, 2015).

Por lo tanto, si comprendemos el conocimiento y las tecnologías libres desde una perspectiva meramente instrumental podríamos caer en el error de proporcionar medios organizacionales y técnicos para perpetuar la dependencia económica (Roca, 2014b). Las tecnologías libres deben enfocarse como un medio para estudiar a profundidad los factores involucrados en los procesos de producción y de creación de valor social, con el propósito de motivar el surgimiento y estructuración de encadenamientos productivos y de sus componentes económicos. Evidentemente las tecnologías libres proporcionan ventajas organizacionales, instrumentales y de mercado que no pueden menospreciarse, pero su implementación como factor productivo será resultado de la adopción de acuerdos sociales traducidos en pautas institucionales. Utilizando una analogía podemos decir que si el acceso al conocimiento tecnológico es equivalente a la propiedad social de los medios de producción, las institucionalidad que le precede requerirá algo semejante al sistema de autogobierno de los obreros industriales.

En este sentido, parece prioritario atender tres retos actuales:

  1. Reconocer el conocimiento como un bien público de interés social: lo cual trasciende la publicación de manifiestos y debe traducirse en la adopción de pautas institucionales para integrar dinámicas de conocimiento abierto en prácticas educativas y productivas. En este escenario nos enfrentamos al error de comprender el «conocimiento libre» simplemente como «libre acceso», cuando debemos entenderlo mejor como «propiedad común». Si el problema fuera facilitar acceso libre a publicaciones y programas de computación no tendríamos más que apostar a masificar la copia «ilegal», aunque con ello ayudaríamos a mantener la dependencia con respecto a soluciones «llave en mano». El tema de fondo es que se asuma en términos políticos, jurídicos e institucionales que el saber es un patrimonio intangible común, y que lo que hace que un bien sea «común» no es que sea accesible bajo restricciones mínimas, sino que su creación y conservación se encuentre relacionada con formas de organización asociativas. Por lo tanto, además de acceso libre a la información, se requieren formas de reconocer y proteger la creación y uso del conocimiento de manera que permitan el fortalecimiento de una comunidad política que pueda gestionarlo como un recurso compartido para el desarrollo integral de la sociedad. Es decir, se requieren formas de gobierno compartido de lo común (Ostrom, 2008).
  2. Superar el esquema de oposición entre lo Público y lo Privado: El problema de esta perspectiva dual es que no admite otras opciones, a la vez que enmascara ciertas variables de complejidad social, como por ejemplo la presencia de intereses mercantiles en algunas iniciativas estatales, o la posibilidad de encontrar externalidades sociales positivas en experiencias independientes del Estado. En el contexto del capitalismo rentístico es más dañino limitarse a esta oposición porque la defensa de lo público-administrativo permite encubrir modos rentistas de comprender el acceso al conocimiento que fortalecen el burocratismo y no terminan de abrirle espacio al protagonismo de los productores. Categorías como «comunal» y «propiedad social directa», puestas en contacto con formas convencionales de propiedad privada (cooperativas, pequeñas empresas) y mixta, permiten entrever otra dimensión de relaciones donde el financiamiento y la regulación pública se pone a disposición del esfuerzo productivo. Desde esta perspectiva los productores tienen oportunidad de recurrir a formas de colaboración que pueden convertirse en vehículo de la formación de un tejido socioproductivo basado en la reciprocidad y la complementariedad de las iniciativas particulares (Bauwens, 2005). La esfera de lo público-comunal debe comprenderse entonces como ámbito de otra institucionalidad que permita el diálogo entre la regulación pública, la investigación, la producción, el interés social y la realización de iniciativas productivas en el campo.

Diseñar e implementar cadenas de creación de valor basadas en el conocimiento libre: en una sociedad marcada por el capitalismo dependiente es sobre todo necesario modelar las cadenas que permitan generar nuevos procesos de producción y mayor acceso a bienes y servicios. Esto va en conjunto con el entendimiento de que en una economía del conocimiento la producción origina también la creación de mejores condiciones de generación de conocimientos, por lo que el retorno de las actividades económicas no es sólo financiero sino también social. En Venezuela se han realizado esfuerzos importantes para mejorar el nivel educativo de la población, por lo cual se deben aprovechar las capacidades acumuladas en estos años para dirigirlos hacia la materialización de redes socioproductivas que incorporen tecnologías libres. Este reto abarca los problemas de investigación y desarrollo de alternativas tecnológicas, la formulación de modelos de servicios y el entretejido de cadenas de actores económicos como proveedores, distribuidores y generadores de actividades asociadas que integren tecnologías libres de forma productiva.

La superación del capitalismo rentístico en un entorno de confrontación complejo es una empresa que involucra diferentes aristas del quehacer social. El conocimiento y las tecnologías libres tienen mucho que aportar como motor para el diseño y despliegue de procesos asociados con la generación de capital social e infraestructura necesaria para escalar y diversificar actividades de producción de bienes y servicios. Al mismo tiempo la incorporación del conocimiento libre como concepto presenta la oportunidad de romper con patrones institucionales y culturales afines con el capitalismo rentístico. Por lo tanto, un tema de interés inmediato es investigar sobre los medios para apoyar la creación de unidades productivas que incorporen este concepto como parte de sus actividades de producción. Avanzar en este sentido contribuirá a formar una noción de economía del conocimiento vinculada con una perspectiva de desarrollo endógeno postcapitalista, en contraposición con las alternativas relacionadas con modelos de desarrollo dependiente.

Referencias

Álvarez, V. (2009). Venezuela: ¿Hacia dónde va el modelo productivo?. Caracas: Centro Internacional Miranda.

Baptista, A. (2010). Teoría económica del capitalismo rentístico. (2° ed.). Caracas: Banco Central de Venezuela.

Bauwens, M. (2005). «La economía política de la producción entre iguales». P2P Foundation. Disponible en: https://wiki.p2pfoundation.net/La_econom%C3%ADa_pol%C3%ADtica_de_la_Producci%C3%B3n_entre_iguales

David, P. y Foray, D. (2002a). «Una introducción a la economía y a la sociedad del saber». En Revista Internacional de Ciencias Sociales, (171). UNESCO, 7-28.

David, P. y Foray, D. (2002b). «Fundamentos económicos de la Sociedad del Conocimiento». En Revista Comercio Exterior, 52 (6), 472-490.

Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura – UNESCO (2005). Hacia las sociedades del conocimiento. París, Francia: Sociedad de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.

Ostrom, E. (2008). «El gobierno de los bienes comunes desde el punto de vista de la ciudadanía». En: Helfrich, S. (2008). Genes, bytes y emisiones: Bienes comunes y ciudadanía. México: Ediciones Böll.

Roca, S. (2014a). «Interpretación de las políticas públicas venezolanas en ciencia y tecnología a partir del concepto de «Sociedades del Conocimiento»». Revista Venezolana de Ciencia Política. N° 45. Universidad de Los Andes, Mérida, Venezuela.

Roca, S. (2014b). «¿Pueden las tecnologías libres ayudarnos a superar el rentismo petrolero?». Conocimiento Libre – CENDITEL. Disponible en: http://conocimientolibre.cenditel.gob.ve/2014/01/31/pueden-las-tecnologias-libres-ayudarnos-a-superar-el-rentismo-petrolero/

Steinmueller, W. (2002). «Las economías basadas en el conocimiento y las tecnologías de la información y la comunicación», en: Revista Internacional de Ciencias Sociales. (171). UNESCO; pp. 193-209.

Vercellone, C. (2004) «Las políticas de desarrollo en tiempos del capitalismo cognitivo». En: Capitalismo cognitivo, propiedad intelectual y creación colectiva. Madrid: Traficantes de sueños.

Vila-Viñas, D. & Barandiaran, X.E. (Eds.) (2015). Buen Conocer – FLOK Society. Modelos sostenibles y políticas públicas para una economía social del conocimiento común y abierto en el Ecuador. Quito, Ecuador: IAEN-CIESPAL.

Nota: Centro Nacional de Desarrollo e Investigación en Tecnologías Libres (CENDITEL). Mérida, Venezuela. Fuente: http://conocimientolibre.cenditel.gob.ve/2016/08/01/el-conocimiento-y-las-tecnologias-libres-como-motores-de-una-economia-productiva/

Fuente: http://www.aporrea.org/tecno/a231775.html

Fuente de la imagen:http://www.conatel.gob.ve/fiesta-de-saberes-y-educacion-popular-en-software-libre/

 

 

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