Page 1 of 2
1 2

El autismo y las mujeres: un reto mayor

Por: Sofía García-Bullé

Los niños tienen tres veces más probabilidades de ser diagnosticados oportunamente que las niñas, según los CDC.

El autismo es una condición de la que cada vez se tiene más conciencia, pero de la que falta mucho por saber y estudiar. En artículos anteriores hemos hablado sobre la neurodiversidad, las diferencias cognitivas de infantes con autismo, su experiencia de vida y la necesidad de que las escuelas se actualicen en el trato de estudiantes con neurodivergencias y nuevas herramientas para apoyar su aprendizaje.

De acuerdo con un artículo publicado en The Conversation, esta discapacidad de desarrollo se presenta aproximadamente en 1 de cada 70 personas. De acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), los niños tienen tres veces más oportunidad de ser diagnosticados que las niñas, quienes usualmente son diagnosticadas más tarde y pierden la ocasión de apoyo temprano. La falta de un dictamen oportuno impacta negativamente la evolución cognitiva y social de las niñas.

Las niñas y niños con autismo no diagnosticados sufren desventajas como la confusión en situaciones sociales, dificultad para crear vínculos con pares y procesar la frustración; no tienen las herramientas para entender por qué son más sensibles a algunos estímulos como los ruidos, las luces o las multitudes. Lo anterior puede propiciar experiencias desfavorables que generen síntomas de trastorno de estrés postraumático (TEPT) que continúan hasta la vida adulta.

¿Por qué es más difícil diagnosticar a las niñas?

Para prevenir la llegada de problemas relacionados con el TEPT, el diagnóstico y tratamiento del autismo es fundamental. Que en las niñas sea más difícil detectarlo no es cuestión de discriminación. Más bien, la diferencia en la sintomatología es suficiente para complicar que se descubra de igual manera que con los niños. Los niños con autismo tienen áreas de juego más notoriamente repetidas y limitadas, mientras que las niñas presentan menos patrones repetitivos y son más variadas en sus actividades. Según explica Lisa Jo Rudy, colaboradora y autora especialista de la divulgación sobre el autismo para Verywell Health, las niñas con autismo pueden responder mejor que los niños a la comunicación no verbal, la falta de esta habilidad es un indicador importante para el diagnóstico.

Además de esto, los problemas de comunicación y socialización de los niños varones son más evidentes en su niñez. Las niñas, en muchos casos, pueden cumplir con las demandas sociales de esta etapa y no se topan con las dificultades de integración causadas por el autismo hasta la pubertad e inicio de la adolescencia. Algunos estudios sugieren que las niñas con autismo son más propensas a sufrir ansiedad y depresión que los niños. Esta consecuencia puede ser disminuida tras un diagnóstico.

Un camino hacia la mejora

A solo 20 horas de ser diagnosticadas, 139 mujeres hablaron con el periódico The Guardian sobre su experiencia, calificaron el dictamen médico como una especie de renacimiento, uno que viene con sus propios retos. Antes de tener una conciencia mayor sobre los espectros del autismo y las diferencias de cómo afecta éste a las mujeres, una gran cantidad de ellas podían pasar de 40 a 70 años aproximadamente sin que su condición sea detectada.

“Que te digan que no hay nada inherentemente malo contigo ni con tu cerebro te cambia la vida”, dijo Sophie Meredith, de 31, para The Guardian. Es cierto que una noticia así puede abrir un proceso para la mejora, pero esto depende de los recursos otorgados para tratar el autismo tras el diagnóstico. Este no es un paso final, por el contrario, es el principio.

¿Qué se requiere para asegurar el bienestar de las mujeres con autismo? Como primera medida es necesario mejorar los parámetros de diagnóstico, ampliar los criterios de búsqueda para añadir indicadores específicos del autismo en mujeres, incluir a mujeres con espectro autista en el diseño de las pruebas, ofrecer acompañamiento multidisciplinario, además de vigilar diligentemente la cercana relación entre el autismo femenino, la depresión y la ansiedad. Pero sobre todo, no caer en la noción de que si una mujer no se ve como autista, no es posible que lo sea, si los síntomas del autismo no son tan notorios en las mujeres no quiere decir que no realicen una labor titánica para lidiar con estos e integrarse socialmente, es tiempo de darles mejores herramientas.

Comparte este contenido:

Trastorno del Espectro Autista (TEA) en la educación

Por: Paulette Delgado

 

Las escuelas decepcionan a las familias ya que no reconocen las necesidades de sus hijos con espectro autista ni los apoyan. 

 

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), uno de cada 160 niños tiene un trastorno del espectro autista (TEA). Aunque esto significa que es algo muy común, existe mucha estigmatización, discriminación y violación de los derechos humanos de quien lo padece, especialmente cuando se trata de recibir una buena educación, ya que esto afecta la calidad de aprendizaje y pone en riesgo su independencia.

¿Qué son los Trastornos del Espectro Autista (TEA)?

La Confederación de Autismo España define los TEA como “un trastorno de origen neurobiológico que afecta a la configuración del sistema nervioso y al funcionamiento cerebral, dando lugar a dificultades en dos áreas principalmente: la comunicación e interacción social y la flexibilidad del pensamiento y de la conducta”. Son un grupo de afecciones diversas que presentan distintas características como cierto grado de dificultad social, la comunicación y procesamiento sensorial, así como patrones atípicos de comportamiento como gran atención a los detalles o reacciones diferentes a las sensaciones.

El diagnóstico de TEA incluye el autismo, el trastorno generalizado del desarrollo no especificado de otra manera (PDD-NOS, por sus siglas en inglés) y el síndrome de Asperger. Antes, todas estas afecciones solían diagnosticarse por separado. Las capacidades para aprender, pensar y resolver problemas de las personas con TEA puede variar, algunos son muy capaces e independientes mientras que otros necesitan constante atención y apoyo en su vida diaria.

Los TEA pueden ser complicados de diagnosticar debido a que los médicos necesitan observar el comportamiento y desarrollo del niño pero pueden presentarse los primeros síntomas desde los primeros años. Incluso, a partir de los 18 meses un médico puede determinar si el infante pertenece al espectro. Este caso es el más óptimo porque permite tratarlo desde temprana edad para mejorar sus posibilidades de ser una persona adulta independiente y capaz.

Ser diagnosticado con algún trastorno del espectro autista en edad adulta es mucho más complejo ya que no existe un procedimiento establecido. Probablemente esa persona ya aprendió a manejar u ocultar sus síntomas, lo cual hará más difícil al especialista poder determinar si padece algún tipo de TEA con sólo observar el comportamiento de la persona, ya que normalmente incluyen preguntas sobre su infancia y desarrollo.

Autismo y la educación: ¿por qué es un reto?

Aunque todos los niños tienen derecho a la educación, muchas veces el sólo hecho de ir a la escuela puede ser un gran reto para aquellos que tienen algún TEA. Para empezar, los niños con espectro autista suelen tener disfunción sensorial, por lo que cosas como luces brillantes, compañeros gritando o el sonido del timbre, pueden ser estímulos abrumadores que desencadenan ansiedad extrema o conductas autistas como agresividad o lastimarse a sí mismos. Además, los alumnos pueden tener dificultades para cambiar entre actividades o temas, lo que complica su capacidad para planear y ejecutar distintas tareas, estudiar para exámenes, entre otras cosas.

En el caso de la lectura y expresión verbal, los niños en el espectro tienen desventaja ya que se espera que cada año escolar aumenten su comprensión y agilidad para hablar, escribir y leer. La expresión verbal y la comprensión son desafíos importantes para ellos, aún más cuando está presente el lenguaje figurativo o expresivo. Su situación es aún más vulnerable cuando presentan pruebas estandarizadas que buscan cierta velocidad y nivel de aprendizaje.

Diversas investigaciones demuestran que los autistas pueden tener problemas con sus habilidades motoras finas y gruesas. Las primeras se refieren a la capacidad de hacer movimientos usando las muñecas y manos, mientras que las segundas se refieren a utilizar músculos grandes de los brazos, piernas y torso.

Incluso, un estudio señala que los niños y niñas con TEA pueden tener seis meses de retraso en la motricidad gruesa en comparación con sus compañeros y un año en la motricidad fina. Aunque se pueden superar, se cree que existen debido a sus desafíos sensoriales y diferencias neurológicas. Esto complica su habilidad para hacer actividades básicas escolares como escribir, dibujar, pintar, patear una pelota, correr, etcétera. Estas limitaciones afectan su vida escolar todos los días.

Otro reto para las niñas y niños con TEA es la comunicación social. La interacción es parte básica de cualquier experiencia educativa, pero para un estudiante con TEA es difícil distinguir cómo comportarse en el salón de clases, el gimnasio o el recreo, así como saber si sus compañeros se están burlando, siendo sarcásticos u honestos. Esto puede causar que se sientan aislados o sean vistos como introvertidos si no participan o se mantienen al día.

El cambio de año también es complicado para ellos ya que las reglas y expectativas son diferentes. Cada maestro tiene reglas distintas dentro del aula así que lo que estaba bien hace un año puede que no esté bien el siguiente, como por ejemplo, hablar sin levantar la mano, lo que termina confundiendo al niño. Lo mismo con las modas, les cuesta reconocer y adaptarse a lo más cool, exponiéndose a burlas por parte de sus compañeros.

Para alguien con TEA la rutina y estructura son fundamentales. Establecer una rutina hace que prosperen y aunque la escuela, por su naturaleza, puede proveer estas rutinas y estructuras, es un entorno en el que también se experimentan muchos cambios. Más allá de un nuevo ciclo escolar con distintos educadores y compañeros, cosas como maestros sustitutos, eventos especiales como las olimpiadas deportivas, días de exámenes estandarizados, vacaciones, etcétera, son desafiantes para las personas con TEA. Además, a veces les toca modificar su rutina para asistir a sesiones de terapia o algún tipo de programa destinado a ayudarlos a mejorar las mismas experiencias que se pierden por asistir.

Otro reto es que cada maestro tiene distintos niveles de tolerancia y empatía hacia las actitudes que pueden tener las personas que tienen algún TEA. Especialmente si presentan algún comportamiento auto estimulatorio como repetir palabras o frases, mover los dedos o manos, o simplemente moverse de manera inesperada, puede ser entendido por algunos pero detestado por otros docentes. Aunado a eso, si el maestro espera que todos avancen a un ritmo similar, puede que un niño con autismo no cumpla con esas expectativas y se quede atrás.

El riesgo de ser excluidos de la escuela 

Varios estudios, como el que publicó la revista Autism & Developmental Language Impairments (Autismo y trastornos del desarrollo del lenguaje) en el que se entrevistó a madres y padres de niños con TEA, muestra cómo los niños y jóvenes autistas corren el riesgo de ser excluidos de las escuelas. En este artículo explican que el entorno social se vuelve cada vez más complejo a medida que el estudiante pasa de grado, al igual que la exigencia académica. Esto causa dificultades a los estudiantes en el espectro ya que tienen que cambiar su comportamiento, manejar sus emociones, esforzarse por mantener a sus amigos o hacer nuevos y lidiar con entornos sensoriales distintos, resultando en una experiencia abrumadora.

Uno de los problemas que enfrentan las personas con TEA es que se les suele ver como niños “difíciles”, especialmente al momento de incluirlos socialmente con otros niños. Además, muchos maestros reportaron no tener la capacitación necesaria para apoyarlos. En el caso de Inglaterra, por ejemplo, el 60 % de los profesores sentían que no tenían la formación adecuada. En una encuesta realizada por la Sociedad Nacional de Autistas del Reino Unido descubrió que, de los mil padres y madres entrevistados, casi uno de cada cinco informó que su hijo había sido excluido temporalmente mínimo una vez de la escuela y uno de cada 20 de manera permanente.

El estudio “Excluded from school: Autistic students’ experiences of school exclusion and subsequent re-integration into school” publicado en la revista  Autismo y trastornos del desarrollo del lenguaje que se mencionó anteriormente, explica que muchos padres y madres reconocen que sus hijos tienen dificultades para adaptarse a situaciones como el recreo o tiempo de juego ya que no están estructurados. Además, explican que tienen complicaciones para hacer frente al entorno sensorial y de comunicación, especialmente porque se toman todo de manera literal.

Otros familiares expresaron que las escuelas decepcionaron a sus niños ya que no reconocen los retos que estos pasan y no los apoyan. Sienten que hace falta ver sus necesidades, comprender los conocimientos relacionados con tener TEA y que, no hacerlo, les causa angustia y ansiedad a sus hijos con TEA.

Cómo apoyar a un alumno con autismo

Tener un alumno con TEA es un gran desafío por lo que la empresa británica especializada en capacitación, High Speed Training, da siete consejos para apoyarlos:

  1. Establecer una rutina: las personas con espectro autista prosperan con la estructura, por lo que tener una rutina predecible y estable baja su ansiedad. Crear un horario visual es una manera eficaz de hacerlo ya que le dará seguridad y le ayudará a ejercitar su memoria.

  2. Tomar en cuenta su sensibilidad sensorial: las personas con autismo pueden tener reacciones intensas positivas o negativas a la estimulación sensorial, por lo que tener esto en cuenta y tratar de hacer el aula más amigable es esencial en estos casos. Para esto, es necesario observar y aprender cuáles son las sensibilidades individuales del alumno, ya que cada persona con TEA es diferente. Por ejemplo, si cierto sonido le causa angustia, tratar de evitar hacerlo.

  3. Administrar cambios: aunque a veces las alteraciones son inevitables, prever y preparar al niño para los cambios puede aliviar la situación. Por ejemplo, si van a tener una actividad en el patio, llevarlo con días de anticipación o mostrarle y darle fotos para que se familiarice con el espacio antes del cambio. Este tipo de actividades son de gran ayuda ya que le da la oportunidad de mentalizarse, adaptarse y no abrumarse.

  4. Ser claros: algunas personas con TEA tienen dificultades para comunicarse e interpretar lo que otros dicen, es importante ser simples y directos. Se debe tener cuidado con la manera en que se expresa y evitar metáforas, preguntas retóricas u oraciones complicadas.

  5. Integrar sus intereses: aquellas personas dentro del espectro suelen formar intereses muy centrados, por lo que el maestro puede aprovechar sus gustos para impulsarlo a aprender y hacer sus tareas y actividades. Por ejemplo, si le interesan los dinosaurios, incluir imágenes o especies de ellos en los problemas de matemáticas o ejercicios de ortografía puede hacer una gran diferencia en su participación.

  6. Incluir a los padres: los que mejor saben qué tipo de estímulos sensoriales, actitudes y gustos afectan al estudiante con autismo, son sus familiares. El padre, madre o tutor pueden aconsejar al maestro de cosas que funcionaron en casa, por ejemplo, o viceversa, el docente puede dar también consejos de qué actividades hacer o evitar. Hacer esto ayudará a que las familias se sientan más integradas y tranquilas con la educación de su hijo y la capacidad del educador y la escuela.

  7. Desarrollar resiliencia: tener un alumno que pertenece al espectro del autismo no es sencillo, por lo que es importante saber cómo mantener una mentalidad positiva en los días difíciles. Construir una relación con el alumno no es algo que sucede de la noche a la mañana, se necesita tiempo y dedicación. Ellos tienen una visión del mundo diferente y hay que tenerles paciencia. Entre más entienda al alumno, más sencillo será distinguir de dónde vienen sus actitudes.

Mejorar el conocimiento de los docentes sobre qué son los Trastornos del Espectro Autista, formarlos en estos temas y hacerlos conscientes de los retos que estos pasan todos los días, respondiendo las necesidades de estos estudiantes es fundamental. Conocer qué necesitan y cómo apoyarlos no sólo previene la exclusión escolar, sino también los ayuda a alcanzar su máximo potencial.

Fuente e imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/trastorno-del-espectro-autista-tea-educacion

Comparte este contenido:

Entrevista a Laura Baptista, ¿cómo vivir la maternidad con la psicología en el mundo del TEA?

Por: SicologiaSinP

Laura Baptista, madre y psicóloga. Un par de tareas que a simple vista pueden parecer sencillas cuando se tienen las habilidades del trato con personas. En contraposición a estas falsas creencias, no siempre se cumple el presupuesto de ser psicóloga en el consultorio y en casa.

Sobre este particular versa la siguiente entrevista. La vida de la madre-psicóloga y todos los retos que enfrentó dentro y fuera de consulta atendiendo a pacientes con Trastorno del Espectro Autista.

A continuación la entrevista

¿Qué significa para la Laura psicóloga clínica y neuropsicóloga el TEA? 

Una condición, de origen multifactorial, que afecta diversas áreas del desarrollo, dificultando la funcionalidad de la persona a nivel social, comunicacional y comportamental.

Entre otras tareas sabemos que realizas un trabajo mancomunado en el tratamiento de personas con autismo. ¿Podrías explicarnos en qué consiste? 

Psicoeducación y sensibilización aplicada a todo el entorno (colegio, trabajo, familia). Este aspecto es muy importante, me resulta la llave principal para obtener una evolución positiva. El conocer la complejidad de esta condición y las diversas formas como puede manifestarse ante tantas posibilidades, nos permite no solo aprender a aceptar como familiares y amigos, las reacciones, pensamientos y actitudes de la persona con TEA, si no que también te da la posibilidad de desarrollar estrategias concretas que le ayuden a minimizar la intensidad del malestar que pueden experimentar ellos en situaciones diversas. Esta parte ayuda a minimizar de igual modo, sobre todo en los familiares, los inevitables sentimientos de culpa y vergüenza que pueden surgir ante la dificultad de no saber lidiar con la condición, por el alto impacto social que aún genera.

Psicoterapia tanto individual como familiar enfocada principalmente en la prevención y abordaje inmediato ante posibles crisis.

El abordaje psicológico forma solo una pequeña parte del gran equipo que debe intervenir en el apoyo a la evolución de esta condición. Me gusta realizar reuniones periódicas con el equipo multidisciplinario que lleva a cabo el seguimiento del caso (neurólogos, nutriólogos, psiquiatras, pedagogos, terapistas de lenguaje, maestros, entre otros, para poder establecer estrategias de abordaje de manera coherente. El TEA no se puede abordar desde una sola causa, ya que es una condición multifactorial.

Neurofeedback, es una terapia complementaria no invasiva que consiste en la estimulación de la plasticidad cerebral, ayudando a regular y prolongar los estados de conciencia; permitiendole hacer mas eficientes sus periodos de atención y disminuir la ansiedad. Al manejar estas dos áreas específicamente, se puede ver una evolución tanto cognitiva como conductual significativa. Por supuesto, no todos los casos pueden utilizar esta herramienta, todo depende del nivel de complejidad de la condición. La edad también es determinativa. No la aplico en niños menores de 6 años.

Llegar a casa luego de una larga y agotadora jornada de trabajo atendiendo a niños con un padecimiento tan particular como el TEA y que tu trabajo no quede ahí en la clínica, sino que tenga continuidad en el hogar. ¿Cuán grande ha sido el reto de ser psicóloga y al mismo tiempo madre de un niño con TEA?

Sin duda este ha sido mi mayor reto…comenzando por aceptar que mi chiquito manejaba esta condición…entender que la vida puede y debe seguir siendo linda para el y que el techo solo lo ponemos nosotros como padres es una tarea difícil. Hay sentimientos muy complejos que se activan en nosotros los padres que nos impiden ver con claridad lo que podemos hacer para apoyarles de manera eficiente. Para mi, entender que yo debo adaptarme a el, mas que el a mi, ha sido de mucha ayuda. Al igual que no tomarme nada de lo que diga o haga personal; como estos chiquitos les cuesta un poquito desarrollar la teoría de la mente, pueden llegar a ser poco empaticos, y esto les lleva a ser extremadamente directos y frontales al expresar su opinión o actuar, haciéndolos parecer indolentes o insensibles… nada puede estar mas lejos de la verdad que esto…y eso toma tiempo entenderlo.

¿Podrías relatarnos brevemente cómo fue el encuentro de tus sentimientos y emociones una vez tu hijo fue diagnosticado con TEA?

Ufff…un mundo de miedo… a pesar de tener toda la teoría clara, me sentí increíblemente perdida…por donde comienzo?…pensé, esto va a ser para toda la vida…no tenía ni idea del hermoso regalo que estaba recibiendo. Él no estaba conmigo en ese momento…iba camino a casa completamente sumergida en dudas y cuestionamientos. Pero cuando llegué a casa y lo vi, todo se me olvidó, y me puse mi mejor sonrisa para iniciar esta gran aventura de aprender a vivir con alguien único y especial. Ya hoy, tenemos casi 9 años… las estereotipias desaparecieron, los tics, las hipersensibilidades son casi nulas, las ideas obsesivas las tomamos con calma, la rigidez del pensamiento la combatimos con anticipación, la ira sigue haciendo de las suyas, pero cada vez duran menos los episodios… mi gordo cuenta chistes, y entiende cuando su mami es sarcástica, tiene amigos, y utilizamos sus “defectos” para reforzar sus “virtudes”. Con el, me quito la camisa de psicólogo y solo me dedico a ser su mamá.

Los niños cuando llegan traen consigo un halo de alegría y energía positiva. ¿De qué manera la psicóloga y madre enfrentó la nueva situación que sobrevino sin ser esperada? ¿Cómo logró Laura (si es que lo logró) separar los roles de psicóloga y madre de un niño con TEA?

Él me lo enseñó… y me lo sigue recordando todos los días… si tuviera que decir en tres palabras las herramientas que mas me han ayudado a lidiar con caer en la sobre protección de ambos roles, escogería “autonomía e independencia”… aprendí a dejar de creer que era yo quien venia a enseñarle cosas, y entendí que era él quien me enseñaría a mí como apoyarle en este camino. No se si esto suene muy ambiguo, pero así tal cual ha sido.

Quizás muchos puedan ver cómo una ventaja el hecho de ser psicóloga para ayudar a su hijo con autismo, más no siempre eso puede ser una herramienta a su favor. ¿Qué hace la madre/psicóloga, cuando en vez de uno tiene dos hijos, uno con TEA y otro sin ninguna condición?

Jaja, en esta casa a todos se nos afloja una tuerca…y nos gusta ser diferentes… favorecemos la diversidad y hemos aprendido a disfrutarla… cuando dejas de juzgar y tratar de ponerle etiquetas a todo, solo te queda disfrutar y contemplar desde el amor. Ojo! con esto no digo que no peleemos o no tengamos diferencias a cada rato…tenemos muchas!, pero aprendimos a aceptar que las diferencias forman parte de nuestra vida y trabajamos con la negociación…buscamos siempre un ganar-ganar.

¿Cuáles han sido las principales experiencias y lecciones aprendidas durante todo este tiempo al lado de tus hijos y pacientes?

Compasión, paciencia, tolerancia, disciplina y amor.

 

Fuente e imagen: https://www.sicologiasinp.com/entrevistas/laura-baptista-como-vivir-la-maternidad-con-la-psicologia-en-el-mundo-del-tea/

Comparte este contenido:

Diez libros ilustrados para entender mejor el autismo (y las capacidades diferentes)

Educar en valores y empatizar con aquellos a quienes (todavía) no comprendemos del todo es posible si sabes cómo.

Por eso, hoy, 2 de abril, Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, te aconsejamos estas diez lecturas.

Hoy, 2 de abril, es el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo. Aprovechamos la efeméride para recomendar diez lecturas –accesibles tanto para niños como para adultos– que nos pueden ayudar a empatizar y ampliar miras en cuanto a la manera que tenemos de relacionarnos con las personas con capacidades diferentes (no sólo con aquellas con un Trastorno del Espectro Autista).

Para darle forma al listado le hemos pedido a Laura Segovia Pintos, psicopedagoga y maestra de Audición y Lenguaje en el colegio de Educación Especial Alenta, que nos eche un cable. El resultado es un listado de títulos que nos va a servir para entender cómo funciona la cabeza de una persona con capacidades diferentes. Como vas a comprobar, todos los textos tiene un denominador común claro: la empatía.

Y recuerda: en la variedad está el gusto.

‘El cazo de Lorenzo’, de Isabelle Carrier

El cazo rojo funciona como símbolo de las dificultades y los obstáculos que tiene que afrontar Lorenzo cada día. También como una parte integrante de su propia personalidad, la que le hace único y especial con todas sus virtudes y todos sus defectos. Sencillo en forma, en fondo propone un mensaje metafórico para hablar de la diversidad intelectual.También del valor de la amistad y de nuestra capacidad para superar retos.

El cuento destaca la importancia del entorno como facilitador para la adquisición de aquellos aprendizajes en los que se tiene más dificultad. De una manera tierna se hace un llamamiento a la atención temprana, a los distintos profesionales que se encuentran en el entorno de los niños que muestran dificultad, a las familias y a la intervención y adecuación. (Editorial Juventud)

‘El cazo de Lorenzo’, de Isabelle Carrier.

© Cortesía de Editorial Juventud.

'El cazo de Lorenzo', de Isabelle Carrier.

COMPRAR

‘Elmer’, de David McKee

«(…) Había elefantes jóvenes, elefantes viejos, elefantes gordos, elefantes altos y elefantes flacos. Elefantes así y asá y de cualquier otra forma, todos diferentes, pero todos felices y todos del mismo color… menos Elmer (…)». En la selva no hay otro elefante como Elmer: sus colores vivos lo hacen especial. Ni mejor ni peor, especial. A él no le entusiasma la idea en principio, pero la realidad le acaba diciendo que él es en realidad el miembro más especial de la manada.

Funciona porque hace hincapié en la importancia del refuerzo positivo por parte del entorno; en cómo ensalzando las fortalezas de una persona con capacidades diferentes podemos ayudar a que ésta gane la seguridad que necesita para afrontar sus dificultades. (Beascoa)

‘Elmer’, de David McKee.

© Cortesía de Beascoa.

'Elmer', de David McKee.

COMPRAR

‘Un bicho raro’, de José Morán y Paz Rodero

¿Qué es un bicho raro? Sí, sí, la pregunta va dirigida a ti, lector de GQ: ¿Qué es un bicho raro? Supongo que tu respuesta será diferente a la de quien esto firma, pues el concepto «raro» es tan amplio que no tiene por qué admitir dos lecturas iguales. Este cuento ilustrado reflexiona precisamente sobre el modo en el que juzgamos a los demás (o cómo los demás opinan sobre nuestras peculiaridades) mientras nos invita a aceptarnos como realmente somos sin renunciar a nuestra identidad. (Edelvives)

‘Un bicho raro’, de José Morán y Paz Rodero.

© Cortesía de Edelvives.

'Un bicho raro', de José Morán y Paz Rodero.

COMPRAR

‘María y yo’, de María Gallardo y Miguel Gallardo

El dibujante Miguel Gallardo muestra a través de viñetas la relación cotidiana (y durante las vacaciones) que mantiene con su hija María, una niña con autismo. Imágenes claras para transmitir ideas y situaciones, tal y como Miguel acostumbra a comunicarse con su hija (es el camino más corto para ayudarla a comprender el mundo que le rodea). El libro funciona también como toque de atención ante las dificultades generadas por la falta de adaptación del entorno social. En julio de 2010 se estrenó en cines el largometraje documental María y yo, dirigido por Félix Fernández de Castro. (Astiberri)

‘María y yo’, de María Gallardo y Miguel Gallardo.

© Cortesía de Astiberri.

'María y yo', de María Gallardo y Miguel Gallardo.

COMPRAR

‘María cumple 20 años’, de María Gallardo y Miguel Gallardo

La mirada de María siete años después de la anterior aventura (esta vez con una María veinteañera… con todos los cambios que implica la edad). Como en la primera entrega, los dibujos que ayudan a María a entender el mundo ayudan también al lector a ponerse en la piel de una persona con autismo con lo que esto conlleva en materia emocional o comunicacional o en cuanto al control de las rutinas y el entorno. (Astiberri)

‘María cumple 20 años’, de María Gallardo y Miguel Gallardo.

© Cortesía de Astiberri.

'María cumple 20 años', de María Gallardo y Miguel Gallardo.

COMPRAR

‘Bambú, el koala’, de Almudena Taboada

«Bambú es un koala especial. No sabe o no puede compartir sentimientos. No es sordo, ciego o mudo, pero le cuesta mucho relacionarse con los demás». Adaptado con pictogramas,herramienta que resulta tremendamente útil para trabajar con las emociones con niños que aún no saben leer, este cuento nos acerca a los retos sociales a los que se enfrentan las personas con un TEA (Trastorno del Espectro Autista). De su lectura se extrae asimismo la necesidad de adaptar el entorno a sus necesidades. (Ediciones SM)

‘Bambú, el koala’, de Almudena Taboada.

© Cortesía de Ediciones SM.

'Bambú, el koala', de Almudena Taboada.

COMPRAR

‘Monstruo rosa’, de Olga de Dios

Según su autora, «Monstruo Rosa es un cuento sobre el valor de la diferencia, una historia para entender la diversidad como elemento enriquecedor de nuestra sociedad, un grito de libertad». Premiado con el Premio Apila Primera Impresión, en cuento ha viajado desde España a China pasando por Japón, Corea, Colombia, Brasil, Grecia o Turquía.(Apila Ediciones)

Fuentes de los documentos: https://www.revistagq.com/noticias/cultura/articulos/libros-cuentos-ilustrados-autismo-educacion-especial/34229
Comparte este contenido:

10 Estudios sobre el Autismo (PDF)

Por: bloghemia.com.

 

El autismo es un trastorno infantil que tiene una mayor incidencia en niños que en niñas. Las habilidades de un niño autista pueden ser altas o bajas dependiendo tanto de su nivel de cociente intelectual y de su capacidad de comunicación verbal.El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es un trastorno neurobiológico del desarrollo que se manifiesta durante los tres primeros años de vida y que perdurará a lo largo de toda la vida. Las causas del autismo aún se desconocen, pero existen algunas teorías que pueden explicar la enfermedad.

La causa, o causas del autismo están aun por dilucidar. Se nace con autismo. Se ha demostrado, más allá de cualquier duda razonable, que no hay ninguna relación causal entre las actitudes y las actuaciones de los padres y las madres y el desarrollo de los trastornos del espectro autístico.

A continuación, les traemos algunos textos, que los ayudarán a profundizar un poco mas sobre este trastorno:

(Pueden leerlos, haciendo click en los títulos)

# 1 Cómo abordar el trastorno del espectro del Autismo, desde los medios de Comunicación. Confederación Autismo España.

# 2 Trastornos del espectro autista – National Institute of Mental Health

# 3  Autismo infantil – Doctoras María Jesús Vargas Baldares
y Wendy Navas Orozco 

# 4 Autismo – Educación Especial – Mineduc

# 5 Autismo – Neurólogo Francisco J. Rogel-Ortiz

# 6 Modelos de intervención en niños con autismo. Por: Fernando Mulas, Gonzalo Ros-Cervera, María G. Millá, Máximo C. Etchepareborda, Luis Abad y Montserrat Téllez de Meneses

# 7 Manual para padres con niños Autistas. Por Francisco Javier Fernandez

# 8 Trastorno del Espectro Autista – Doctora Maria Fernanda Bonilla y Doctor Roberto Chaskel 

# 9 Señales de alerta de los trastornos del espectro autista por el Psicólogo Carlos Carrascón Carabantes

# 10 El autismo. Historia y clasificaciones. Por Jean Garrabé de Lara

Fuente del documento: https://www.bloghemia.com/2019/04/10-estudios-sobre-el-autismo.html
Comparte este contenido:

“La intervención temprana, intensiva y global mejora el funcionamiento cognitivo, social y de lenguaje”

Educación Abierta

El pasado mes de septiembre tuvimos ocasión de escuchar y conversar con dos psiquiatras expertas en población infanto-juvenil sobre dos de las patologías más comunes entre niños y adolescentes en nuestras aulas: el trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y el trastorno del espectro autista (TEA). La doctora Arantxa Ortiz nos explicó las características de este segundo grupo.

En primer lugar, aseguró que las tasas de prevalencia en EEUU y Europa muestran ahora cifras diez veces más elevadas que hace cincuenta años. No se sabe, argumenta, si este crecimiento se debe a la expansión de los criterios diagnósticos, al aumento de la conciencia sobre el trastorno, a las metodologías de estudio o a un aumento real de la frecuencia del trastorno del espectro autista.

“La intervención temprana, intensiva y global mejora el funcionamiento cognitivo, social y de lenguaje”, afirma. Además, advierte de que “la mejor atención mental es la más cercana físicamente a las necesidades” y por tanto, “sería deseable que hubiera psiquiatras y psicólogos especialistas en población infanto-juvenil en los centros de salud”. Estos deben, además, coordinarse con familia y escuela para alcanzar mejores resultados.

En todo caso, afirma que “el TEA constituye probablemente la desviación cualitativa más radical de la pauta normal de desarrollo humano”. Y sus síntomas muestran alteraciones en el neurodesarrollo así como alteraciones en la comunicación social y específicas del comportamiento (sensoriales, comportamientos o intereses repetitivos y restrictivos). También se asocian al trastorno alteraciones del sueño, dificultades de autocontrol, etc. Hay, en todo caso, diferentes grados de discapacidad, tanto intelectual como en lo referente a los síntomas mencionados.

Algunos de los síntomas comunes en diferente grado tienen que ver con deficiencias sociales por lo que pueden mostrar aislamiento e indiferencia hacia otras personas, ausencia de contactos sociales y espontáneos, escasa comprensión de reglas, etc. Cuando son niños muestran un “abanico pobre de actividades muy poco creativas e imaginativas, ausencia de juego simbólico y abundantes movimientos repetitivos y estereotipias”. Además, tienen déficits específicos tanto en el reconocimiento de las emociones ajenas como en la expresión de las propias.

Todo ello, deviene en la necesidad de ambientes muy estructurados, especialmente en la escuela, donde presentan problemas en la adquisición de habilidades de autonomía, alteraciones cognitivas que afectan a la abstracción, a la función simbólico-representacional, alteraciones en la comunicación y en el lenguaje, en la atención, percepción y memoria. Por ello, “los profesores pueden sentir angustia, frustración e impotencia si no reciben ayudas y orientaciones externas, por parte de expertos que les permitan afrontar con serenidad y eficacia las limitaciones funcionales y las alteraciones de conducta”.

Sin embargo, teniendo en cuenta una serie de criterios metodológicos, los alumnos con TEA pueden avanzar en muchas de estas áreas y desarrollar estrategias de comunicación e interacción social, autonomía y autocontrol. “Pueden tener un interés obsesivo por algo, pueden aprender cualquier cosa si tiene que ver con su área de interés”, afirma. Es conveniente, por tanto, partir de sus intereses, aprovechar rutinas cotidianas y situaciones incidentales para fomentar el aprendizaje, así como diseñar situaciones que desencadenen actos comunicativos (interrupción de rutina, pausa larga, situaciones en las que necesiten ayuda…).

En todo caso, advierte, no hay respuestas únicas ni criterios de escolarización permanentes, aunque deben evitarse los cambios frecuentes. Dependiendo del grado del trastorno tendrán más oportunidades de aprendizaje en contextos individualizados con adultos expertos. O, en el caso de alumnos TEA con mayores capacidades, pueden aprovechar su integración en centros ordinarios con apoyos y adaptaciones siempre que “se asegure un trabajo de alta calidad por parte del claustro y un apoyo firme a este”.

Fuente: http://educacionabierta.org/la-intervencion-temprana-intensiva-y-global-mejora-el-funcionamiento-cognitivo-social-y-de-lenguaje/

Comparte este contenido:

La estrecha brecha entre el Trastorno Específico del Lenguaje y los TEA

Por: Virginia Román

El Trastorno Específico del Lenguaje (TEL) es una patología del lenguaje muy heterogénea, que varía tanto de una persona a otra como en una misma persona a lo largo de su ciclo vital. Cada persona con TEL manifiesta características clínicas diferentes en función de la edad, del tratamiento recibido, de los estilos educativos familiares, de la escolarización, etc., lo cual hace muy difícil su clasificación e incluso su diagnóstico, llegando a manifestar síntomas de varios trastornos al mismo tiempo, siendo habituales los diagnósticos de Trastorno del Espectro Autista (TEA) y de Trastorno del Desarrollo Intelectual (TDI) en las personas con TEL.

La definición más aceptada lo define como: “una anormal adquisición, comprensión o expresión del lenguaje hablado o escrito que puede implicar a todos, uno o alguno de los componentes -fonológico, morfológico, semántico, sintáctico o pragmático- del sistema lingüístico”. Así bien, las personas con TEL suelen tener problemas de procesamiento del lenguaje o de abstracción de la información significativa para el almacenamiento y recuperación por la memoria a corto plazo.

De esta forma, en sus primeros años de vida, los niños con Trastorno Específico del Lenguaje y los niños con Trastorno del Espectro Autista, presentan una sintomatología similar en cuanto a las alteraciones del lenguaje y de la comunicación. Esto dificulta la tarea del diagnóstico en esos primeros años, siendo frecuente la convivencia de ambos diagnósticos en estos grupos de trastornos.

Si comparamos TEL y TEA, se puede observar que:

  • Los niños con TEA presentan menos conductas de atención conjunta que los niños con Trastorno Específico del Lenguaje.
  • Los niños con TEA usan menos vocalizaciones con intención social, en etapas tempranas del desarrollo del lenguaje, que los niños con TEL.
  • Los niños con TEA no usan gestos convencionales, como saludar con la mano, señalar o negar con la cabeza, al contrario que los TEL.
  • Los niños con TEL compensan la ausencia de lenguaje con otras modalidades de comunicación no verbal, como los gestos.
  • En relación al juego, no existen diferencias en cuanto al juego constructivo entre los niños con TEL y los niños con TEA. Sin embargo, el juego simbólico está alterado en el TEA, al contrario que en los niños con TEL.
  • Los niños con autismo o rasgos de espectro autista, en general, presentan menor riqueza comunicativa y pragmática.
  • Por el contrario, los niños con TEL (receptivo y expresivo) muestran dificultades graves en los componentes formales del lenguaje, frente a los niños con trastorno autista. Aun así, en niños pequeños con autismo, que además presentan TDI, aparecen mayores dificultades en fonología, léxico y morfosintaxis.

Ahora bien, vemos como niños con Trastorno Específico del Lenguaje manifiestan dificultades pragmáticas y, de la misma forma, niños con TEA con dificultades formales del lenguaje, (fonología y sintaxis). Realmente, en la actualidad parece existir un solapamiento entre los perfiles lingüísticos del TEL y del TEA y nos lleva a pensar en la idea de un posible genotipo común y compartido. No obstante, no existe evidencia que aclare unos síntomas bien definidos en cuanto a ambos trastornos por lo que podemos delimitar áreas de fuerzas y debilidades en las diferentes dimensiones del lenguaje dentro de las distintas condiciones clínicas, y de esta forma observar su evolución, clave que nos brindará la realización de un buen diagnóstico.

Virginia Román, es logopeda en Red Cenit Valencia

SI NECESITAS ORIENTACIÓN O AYUDA PARA TU CASO PERSONAL, PUEDES CONSULTARNOS VÍA ONLINE (SECRETARIA@REDCENIT.COM); TELEFÓNICA (96 360 16 16 – 609 759 016); O PRESENCIAL (C/ GUARDIA CIVIL, 23 – VALENCIA).
POSIBILIDAD DE CONSULTA A TRAVÉS DE SKYPE (SOLICÍTANOS INFORMACIÓN SOBRE PRECIOS)

Fuente de la reseña: https://www.redcenit.com/trastorno-especifico-del-lenguaje-y-autismo/

Comparte este contenido:
Page 1 of 2
1 2