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La UAM bajo el embate de TV Azteca

Por: Miguel Ángel Casillas

De manera reiterada TV Azteca ha lanzado sendos reportajes contra la Universidad Autónoma Metropolitana, primero acusando que en la UAM no había clases y luego afirmando que las autoridades universitarias se oponen al regreso a las actividades presenciales. Falseando la realidad y desconociendo el enorme esfuerzo de miles de estudiantes y profesores que mantienen activos los procesos de enseñanza-aprendizaje, la poderosa empresa televisiva ha encomendado a sus principales locutores que encabecen la ofensiva para golpear a la UAM, se han invertido muchos recursos y dispuesto de tiempo en horarios estelares para publicitar las falsedades contra esta prestigiosa institución de educación superior.

Sin ninguna legitimidad se ha propagado una visión negativa sobre la UAM desprestigiándola ante la opinión pública nacional; estos juicios distorsionados afectan a todas las universidades y su defensa es un compromiso ineludible ante los poderes fácticos. La televisora del Ajusco no puede abrogarse la representación de los alumnos ni hablar en su nombre; tampoco tiene ninguna autoridad académica, científica o ligada al mundo del conocimiento que sostenga sus juicios: es una empresa orientada al lucro y a la enajenación de su público. Entonces, cabría preguntarse por los negros intereses que la orientan para golpear insistentemente a esta universidad pública.

Las acciones emprendidas por la UAM durante la pandemia y ahora en su transición hacia el retorno a las actividades presenciales, como las del resto de las instituciones de educación superior en nuestro país, son encomiables. Sin orientaciones claras en cuanto a políticas educativas, muchas veces sin recursos y sin muchas experiencias previas, las universidades migraron al trabajo a distancia conservando activos los procesos académicos, manteniendo con muchos problemas e improvisaciones, si se quiere ver críticamente, el cumplimiento de sus funciones sustantivas. La educación superior no se detuvo, se continuó con la formación de los estudiantes, la titulación de los egresados, las tutorías y asesorías; el trabajo de investigación tampoco se paralizó, muchos laboratorios continuaron abiertos, los seminarios se desarrollaron en la web, la redacción de informes y resultados se volvió más fluida con los documentos compartidos, se amplió la colaboración virtual y se facilitaron los encuentros académicos por videoconferencia, se siguieron publicando las revistas académicas y se continuaron los trabajos de colaboración y vinculación.

Algunas universidades como la UAM, reconociendo que muchos de sus estudiantes son originarios de los sectores populares y que no disponían de condiciones para enfrentar la enseñanza a la distancia, decidieron ofrecer equipo de cómputo y becas para apoyar la educación mixta de sus alumnos.

Por lo demás, los universitarios y sus familias han hecho, durante la pandemia, enormes esfuerzos para continuar activos en sus estudios y su trabajo académico. Muchos tuvieron que adquirir equipo de cómputo o mejorar el que ya tenían, invirtieron en cámaras, micrófonos, audífonos, luces, y por supuesto sus gastos en conectividad se incrementaron. Miles de jóvenes han seguido las clases, estudiado y realizado sus tareas desde sus celulares. Durante la pandemia los profesores tuvieron que habilitar espacios para impartir sus clases desde sus hogares, muchos aprendimos sobre la marcha el uso de las videoconferencias, hubo poca capacitación y las ofertas institucionales fueron insuficientes. Para los profesores no sólo ha sido complicado preparar las nuevas clases, sino que el tiempo de trabajo se amplificó, pues ahora durante las veinticuatro horas del día reciben y responden mensajes de sus estudiantes y colegas; el llenado de informes y reportes de corte burocrático siguió siendo abrumador en plataformas no siempre muy amigables.

Después de más de un año y medio de pandemia el escenario no es claro; todavía no sabemos si habrá nuevas oleadas de contagio ni hay una propuesta clara de la autoridad educativa para orientar una educación híbrida. Como en otros espacios y según las diversas modalidades en cada estado, el retorno a las actividades presenciales ha tenido que ser negociado con los sindicatos en cada institución.

Una de las fortalezas organizacionales que distinguen a la UAM es la fuerte colegialidad con la que se construyen las decisiones. En esa institución todos los órganos colegiados están involucrados en la implementación de su proyecto de educación mixta, para reconocer la diversidad disciplinaria que exige soluciones diferenciadas. Se trata de una organización cohesionada en torno al cumplimiento de su misión y a dar continuidad a su proyecto académico.

Las universidades se están adaptando a los nuevos tiempos. Durante la pandemia lograron dar continuidad a sus responsabilidades académicas y con imaginación mantuvieron las clases, los proyectos de investigación y las actividades de difusión cultural. Aunque hay mucho por revisar en un balance crítico de lo que ha sucedido con la educación superior durante la pandemia, lo cierto es que las universidades han dado un salto cuántico hacia el futuro.

Quizá la intención de los ataques televisivos contra la UAM sea parte de la zarandeada que ha querido dar el titular del ejecutivo a las universidades. A lo mejor las falsedades que se propagan contra la UAM derivan de la simple ignorancia y de la incomprensión de cómo se desarrollan los procesos educativos en la actualidad. En ambos casos es deleznable la crítica infundada y la descalificación por la mentira.

La defensa de la autonomía universitaria no se reduce al campo político, históricamente incluye al campo económico y al religioso; es una lucha permanente contra el oscurantismo y por la libertad. Hoy que la UAM es objeto de un ataque reiterado debe ser defendida desde todas las trincheras, la universidad pública es la reserva crítica de la nación y no será silenciada.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-uam-bajo-el-embate-de-tv-azteca/

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México: Emitirá UAM lista complementaria de aspirantes el 26 de agosto

América del Norte/México/23-08-2020/Autor: José Antonio Román/Fuente: www.jornada.com.mx

Rumbo al inicio del siguiente trimestre escolar 20-Primavera, a iniciarse el 31 de agosto próximo, la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) emitirá el día 26 de este mes una lista complementaria de aspirantes que serán seleccionados a cursar una de sus 82 licenciaturas, tras el proceso de admisión en curso, donde participaron 40 mil 478 aspirantes. La institución oferta en total 6 mil 992 espacios.

Esta casa de estudios todavía trabaja en ponerse al corriente en su calendario escolar, luego de la huelga de tres meses que vivió el año pasado, y una suspensión de casi un mes, debido a la pandemia del Covid-19, en abril pasado.

Incluso, en dicho mes, la institución educativa tomó la determinación de otorgar una “beca en especie” de una tableta con acceso a Internet, para alrededor de 4 mil 500 estudiantes -11 por ciento de su matrícula total- que no contaban con este equipo tecnológico y apoyarlos, de esta manera, a continuar sus estudios a distancia.

Al igual que el anterior, este trimestre iniciará bajo el Proyecto Emergente de Educación Remota (Peer), programa que debió implementar de manera urgente a causa de las medidas de emergencia sanitaria impuestas por la pandemia.

El pasado miércoles 19 fue publicada la lista de admisión del proceso, realizado en línea por primera vez en la historia de la UAM, en un hecho novedoso. La lista complementaria, a publicarse la semana próxima será para ocupar los espacios que dejen los aspirantes que aun cuando aprobaron el examen inicial no concluyan su trámite de inscripción.

Los espacios ofertados se distribuyen de la siguiente manera entre las cinco unidades académicas que tiene la UAM: Azcapotzalco, 2 mil 368; Iztapalapa, mil 247; Xochimilco, 2 mil 706; Cuajimalpa, 432, y Lerma, 239. En total, 6 mil 992.

Actualmente la UAM ofrece 82 programas de licenciatura y 112 de posgrado –de los cuales 38 corresponden a Doctorado, 61 a Maestría y 13 a Especialización– distribuidos en sus cinco unidades académicas: Azcapotzalco, Iztapalapa, Xochimilco, Cuajimalpa y Lerma.

Los planes y programas de estudio están organizados en las divisiones de Ciencias y Artes para el Diseño (CAD); Ciencias Básicas e Ingeniería (CBI); Ciencias Biológicas y de la Salud (CBS); Ciencias de la Comunicación y Diseño (CCD); Ciencias Naturales e Ingeniería (CNI), y Ciencias Sociales y Humanidades (CSH).

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SEP y UAM: agenda de una remota educación

Por: Hugo Aboites

Hasta los hombres cercanos a Porfirio Díaz entendían el papel que debía jugar una universidad y, por extensión, la educación para un país en emergencia. Al crearse la primera en septiembre de 1910, Justo Sierra la dedicaba al presidente: la Universidad Nacional es vuestra obra, pero también decía que no, no será la Universidad una persona destinada a no separar los ojos del telescopio o del microscopio, aunque en torno a ella una nación se desorganice, no la sorprenderá la toma de Constantinopla, discutiendo sobre la naturaleza de la luz del Tabor ( dgb.gob.mx/libros/ dgb/ 771870_1.pdf pág. 44). En otras palabras, la universidad debía reaccionar con vigor –como centro del conocimiento–, cuando la nación lo requiriera. A Sierra, por conservador, sus propias clarividentes palabras no le sirvieron: no pudo ver el despojo y el encono que unas semanas más tarde, en noviembre, se convertiría en una rebelión armada y nacional que haría renunciar al presidente y cambiaría al país. Hoy, un siglo más tarde, la nación está paralizada, pero la temerosa conducción del sistema educativo y de la universidad pública sólo atinan a tratar de conservar el orden y el control y para que nada cambie; imponen continuar con el programa de estudios, cumplir con el calendario y, con la magia de la tecnología privada y comercial, seguir como si nada pasara.

Sin embargo, sí hay un cambio, pero es de raíz profundamente conservadora: no se abren las puertas y ventanas del país y las instituciones para fortalecer la unidad y participación de todos en torno al quehacer del conocimiento, no se establece una nueva agenda temporal y emergente de qué es lo que hay que investigar y qué conocimientos el que hay que construir con todos para llenar y fortalecer las vidas de niños, niñas, jóvenes, familias, organizaciones, comunidades, barrios y colonias. En China construyeron un hospital en un par de semanas, en México el Conacyt ya fabrica ventiladores, pero en educación se acentúa el conservadurismo y ni siquiera se nos pregunta a las y los maestros si estamos de acuerdo con la ruta de la SEP-Anuies, si tenemos propuestas alternativas (como las que brillantemente proponía ayer aquí mismo la maestra Garduño) , como las que, por las rendijas, surgen de los maestros, con los temas más importantes y los caminos para alcanzar a todos nuestros estudiantes, aun a los más pobres y desprovistos de tecnología. Nada. Y lo mismo dentro de las instituciones. En la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), por ejemplo, en estricta coincidencia con la instrucción desde la SEP y la Anuies, se cita con urgencia a sesión del Colegio Académico –órgano de conducción de la UAM– para aprobar el comienzo de la educación remota y el cambio de calendario. Sin embargo, los estudiantes resisten la prisa burocrática (aunque, dicen, ya nos pusimos de acuerdo los rectores) y demandan tiempo. A pesar de ser los más en la institución (55 mil), los estudiantes son los menos en la conducción de ese órgano (15) y las autoridades (22) tienen el control. Porque, además, los doctores (académicos) (15) la respaldan. De nada valen los argumentos estudiantiles, ni el hecho de que son ellos y ellas quienes más tienen que perder. Y, además de la insensibilidad, son víctimas de burla, de la prisa y de los votos de autoridades y académicos. Pero ya no debería ser así. Si en 1910 el Justo conservador creó la vuestra universidad con un Consejo ( Ibidem, págs. 65-66) que tenía una proporción similar de estudiantes a la que hoy existe en la UAM, en más de un siglo deberíamos haber avanzado mucho más en democracia y respeto para ellos.

Así, aprovechando estructuras conservadoras y obsoletas en la educación e instituciones, la emergencia de salud está sirviendo para acendrar el autoritarismo, aumentar las responsabilidades y cargas sin sentido a maestros y agraviar a los estudiantes. Éstos, o serán excluidos por los requisitos informáticos o quedarán sujetos al ritmo y naturaleza del trabajo que impone una tecnología privada, comercial, excluyente e inadecuada, incluso para una simple discusión, como ocurrió en Colegio: https://www.facebook.com/1279924 685429258/posts/ 2912784315476612/ . Se fortalecen, además, los rasgos de insensibilidad de la autoridad central: no sólo el desdén por la demanda estudiantil, también la negativa a mantenerles el salario a todos los académicos temporales. Y con eso hacen crujir la estructura; a tal punto que, inédito, autoridades menores sólo en jerarquía hoy organizan colecta para apoyar a los académicos sin sueldo. En suma, la educación remota es precisamente eso, lejana y vertical, propiciatoria de un confortable poder central y del olvido de lo que ven estudiantes nuestros. Habla la ex alumna, doctora Ávila, investigadora: https://m.facebook.com/ story.php? story_fbid=23595820764501 2&id=100036925031554 . Sí, mucho más cómodo seguir mirando al Monte Tabor.

*UAM-Xochimilco

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2020/04/25/opinion/019a1pol
Imagen: mohamed Hassan en Pixabay
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Realidad alterada: educación y UAM

Por: Hugo Aboites

No se trata de las resistencias y desajustes que inevitablemente genera un proceso profundo de transformación, lo que ahora comenzamos a vivir como protestas y conflictos en la educación básica y superior es la reaparición de problemáticas del pasado, irresueltas y agravadas. En educación, el cambio apenas rasguñó la recia corteza neoliberal y corporativa de la SEP y de las escuelas y universidades. En contraste, baste ver lo que hoy ocurre en el terreno de la salud pública. Ahí hay una propuesta radical, se ha establecido el derecho para todos, pleno y gratuito; innovadora, además, puesto que se aleja de la concepción decimonónica que confunde salud con curación, y se pronuncia por la promoción de la salud; el paso de los grandes sistemas hospitalarios a los esfuerzos locales de salud-promoción a cargo de equipos (promotor de salud, enfermero, médico) a escala de comunidad o barrio, que consolidan el paso de la salud individual a la colectiva. Una propuesta completa que incluye una nueva definición del trabajo –promoción local– y un planteamiento laboral que incluye una basificación generalizada y, con eso, –comunidad-empleo–, hace posible la creación de un enorme soporte social que, si incluye rasgos fuertes de democracia, puede enraizarse profundamente y garantizar su permanencia. Y, finalmente, todo esto no como salida a un conflicto puntual, sino por la pura fuerza de la convicción de cambio labrada por años de acumulación de taras institucionales, el reconocimiento del abuso laboral al personal de salud y el fracaso e inoperancia del viejo esquema de atención.

En educación, en cambio, el actual gobierno se mantiene y nos mantiene a todos, en otra dimensión, una realidad alterada. Para empezar, hoy no se reconoce el derecho pleno a la educación y la gratuidad. Y en la propuesta de Ley General de Educación Superior (LGES,Oct. 2019) se dice que quiere volver legal esa situación, al sostener que el “Estado garantizará el derecho de toda persona… a tener la posibilidad de recibir educación”. De esta manera la educación 4T queda por debajo del planteamiento del neoliberal gobierno de Salinas que en 1993 incluyó en la Constitución que todo individuo tiene derecho a recibir educación, y esa frase todavía constitucional no se retoma como base en la propuesta de ley. Peor aún, se establece que serán las instituciones (es decir las autoridades colegiadas o individuales) las que determinen “los requisitos de admisión…” Lo que significa poner el derecho a la educación en manos de instancias que una y otra vez han aplicado restricciones a la matrícula, exámenes del Ceneval, cuotas y condiciones restrictivas para la permanencia. Y significa hacer a un lado la normatividad que ya existe y se aplica para el acceso a las instituciones de los niveles superiores.

Por todo lo anterior, una educación llena de contradicciones y conflictos, sin utopías, con escasos procesos organizativos propios y democráticos, y, peor aún, conducida por actores que claramente no están pensando en cambiar radicalmente de visión y de esquema, sino en mantener lo más posible –así sea generando conflictos entre maestros– las realidades de proyectos del pasado. Es lo que explica la pobreza de miras de los cambios constitucionales y legales, y lo concreto y básico de sus luchas. En todos los niveles. Como la lucha de los estudiantes en 1999-2000 por la gratuidad, un congreso universitario, la permanencia, el rechazo al Ceneval, y de unos años para acá la lucha de las mujeres. Y la lucha de maestros y maestras (CNTE) a partir de 2012 contra una reforma profundamente autoritaria y agresiva, y también, la demanda airada de las y los trabajadores de la UAM que el año pasado mantuvieron una larga huelga y que ayer decidían si iniciar otra por la misma causa: la redistribución del presupuesto universitario para acabar con una enorme diferenciación salarial (una distancia de 20 veces entre el ingreso más bajo y el más alto, cuando antes de la era neoliberal era de seis).

Estos son los efectos de cambios constitucionales y legales que desde 1980 han creado procedimientos que garantizan la menor participación posible de estudiantes y trabajadores organizados y que fortalecen a las autoridades. Se propician distorsiones, corrupción y fuertes conflictos al interior de las instituciones. Habría que apostarle a un proyecto educativo de gran calado para la educación en conjunto –básica y superior–, que incluya, además del derecho pleno a la educación y la gratuidad inmediata, estabilidad laboral, salarios dignos para todos y la creación de espacios de participación democrática amplia de estudiantes y trabajadores universitarios organizados. De otra manera, la educación, una vez más, quedará rezagada y convertida en inoperante por el clima de autoritarismo y la reiterada necesidad de resistir.

*UAM-Xochimilco

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2020/02/01/opinion/016a1pol

Imagen: StockSnap en Pixabay

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México: Continúan UAM y Situam negociaciones para revisión contractual y salarial

América del Norte/México/12-01-2020/Autor(a) y Fuente: www.jornada.com.mx

Por: la Redacción

La Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y el Sindicato Independiente de Trabajadores de esta casa de estudios (Situam) continuaron este jueves las negociaciones a la revisión contractual y salarial correspondiente a 2020.

En la reunión, celebrada en la Rectoría General de la UAM, el Sindicato entregó los documentos denominados Demanda Interna, en forma impresa y digital, y solicitó el monto de prestaciones en términos generales; el presupuesto de ingresos y egresos 2020 aprobado en la sesión 468 del Colegio Académico y cinco juegos impresos de la Legislación Universitaria.

En un comunicado de la UAM, se informó que ambas representaciones acordaron culminar este sábado 11 de enero con las mesas de trabajo creadas para el análisis del clausulado del Contrato Colectivo de Trabajo y comenzar las labores de las mesas para atender la Demanda Interna.

La Universidad y el SITUAM confirmarán la fecha de la próxima plenaria, programada en principio para el martes 14 de enero, a las 17 horas, en la Rectoría General.

El emplazamiento a huelga vence el 1 de febrero de 2020 a las once de la noche.

Imagen: Luis Astudillo C. / Cancilleria/ https://www.flickr.com/photos/dgcomsoc/17742589074/in/photostream/
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Tres tiempos de la educación mexicana (III)

México / 16 de junio de 2019 / Autor: Betty Zanolli / Fuente: El Sol de México

III. De Echeverría a López Obrador

El panorama educativo nacional durante los últimos 50 años ha sido objeto de una serie de reformas que, lejos de fortalecer la formación de los escolares, han contribuido a detonar una problemática nacional cada vez más compleja debido a sus repercusiones sociales, económicas, políticas e ideológicas en todos los niveles y escalas. Cierto es que en los años 70 tuvo lugar el pico de mayor explosión demográfica y concentración urbana en la historia de nuestro país, pero también lo es el hecho de que a lo largo de estas cinco décadas cada administración ha pretendido aplicar un sello propio a la educación, sin que esto haya significado un real y verdadero mejoramiento en la calidad de la enseñanza. El ejemplo más evidente, la reforma “educativa” del peñato.

La primera reforma del periodo abordado correspondió a la administración de Luis Echeverría (1970-1976). Su objetivo fue descentralizar y modernizar la educación, para lo cual pretendió substituir la educación “memorística” por una cuyo eje fuera el “aprender a aprender”, tomando como base la enseñanza por competencias, impulsando la observación, experimentación y desarrollo de una conciencia crítica y teniendo en el maestro a un guía-tutor. Víctor Bravo Ahuja fue su artífice y operador principal a nivel federal y Carlos Hank González en el Estado de México. Sin embargo, a pesar de haber impulsado la creación de nuevas instituciones como el Colegio de Bachilleres y la propia Universidad Autónoma Metropolitana, su resultado tuvo mayores costos que beneficios. Con José López Portillo (1976-1982) la tendencia fue fomentar la desconcentración de la Secretaría de Educación Pública, promover el programa “Primaria para todos los niños” a fin de erradicar los resabios del analfabetismo, e impulsar la mejora de la calidad educativa a partir de la teoría cognitiva que promovería hacer del alumno un procesador activo de la información de acuerdo con su entorno social y desarrollo psicológico.

Miguel de la Madrid (1982-1988) impulsaría un nuevo esquema educativo basado en el desarrollo integral y autónomo del escolar y en su acceso universal a todas las oportunidades educativas, culturales y de recreación. Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) establecerá el “programa para la modernización educativa” por el que se declararon obligatorias la educación preescolar y secundaria, se promovió la educación especial y se instrumentó la incorporación de métodos por los cuales el alumno debería ser un constructor de su propio conocimiento con el apoyo de su mentor. Con Ernesto Zedillo (1994-2000) al frente del poder ejecutivo federal, se promoverá incorporar como eje de la educación la innovación basada en el aprendizaje significativo de los alumnos, aspirando a promover su sensibilización. Durante el sexenio de Vicente Fox (2000-2006) se promoverá revalorar la enseñanza preescolar así como la concientización psicogenética de la relación sujeto-objeto de conocimiento en los procesos cognoscitivos. En el sexenio de Felipe Calderón (2006-2012) cobrará auge el aprendizaje por competencias y la sociabilización del conocimiento, impulsando el desarrollo y exploración personal de cada alumno de sus propias habilidades de aprendizaje. Con Enrique Peña Nieto (2012-2018) en cambio, tendrá lugar una reforma político-laboral punitiva, encubierta de educativa, que lejos de propiciar un avance, contribuyó a enrarecer el clima de polarización y lucha intestina que desde el salinato se venía incoando.

Al final, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador arrancó buscando revertir la contrarreforma peñanetista pero no lo logró. Se desvirtuó el objetivo central y, de no quedar plasmado en las leyes reglamentarias un auténtico proyecto educativo, habrá perdido la oportunidad de una verdadera reforma académica de la que tan necesitada se encuentra la sociedad mexicana para depurar todos los abrojos sembrados a lo largo de décadas.

120 años hemos recorrido de la historia de la educación en México y la pregunta obligada es ¿cuál puede ser el balance de esta revisión? Cualquier saldo positivo que pudiéramos haber obtenido de poco vale, particularmente en el último periodo, si el panorama de la educación en México continúa enfrentando severos y quasi irremediables problemas. El sindicalismo es un mecanismo de lucha laboral fenomenal cuando se encuentra en manos de verdaderos representantes de los intereses de los trabajadores, pero cuando es cooptado, politizado y corrompido, todo lo que toque terminará desnaturalizado. El ejemplo máximo: la educación mexicana secuestrada por la lucha intestina de intereses sindicales, partidos políticos y grupos en el poder.

Sí, sin duda la crisis social y económica de nuestro país ha golpeado con toda crudeza a la educación mexicana, pero jamás debió mezclarse el tema educativo con la problemática laboral del magisterio y, mucho menos, permitir que las rivalidades y ambiciones sindicales tuvieran por escenario la educación. Al hacerlo, hemos y seguimos sacrificando a decenas de generaciones y, con ellas, a la Nación.

Fuente del Artículo:

https://www.elsoldemexico.com.mx/analisis/tres-tiempos-de-la-educacion-mexicana-3673100.html

Fuente de la Imagen:

https://rosalvamartinez.webnode.es/historia-de-la-educacion-en-mexico/

ove/mahv

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