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España: El 80% de la comunidad universitaria opina que la formación online facilitaría el acceso a la universidad

Europa/España/26 Abril 2018/Fuente: El economista

La comunidad universitaria, encuestada en el marco de los preparativos del IV Encuentro Internacional de Rectores Universia que se celebrará en Salamanca los días 21 y 22 de mayo, no considera que la digitalización de los métodos de enseñanza sea un objetivo prioritario, por detrás de otras áreas de actuación de la Universidad, como la inserción laboral, la actualización y formación del equipo docente o el fomento del emprendimiento. Sin embargo, un 83% considera la formación online como un complemento a la enseñanza presencial y cerca de un 40% optaría por una modalidad mixta de enseñanza si tuviera que empezar de nuevo.

Además, el 80% de los universitarios y profesores encuestados ven en la formación online una vía adecuada para democratizar la educación y facilitar el acceso a la Universidad de los grupos sociales menos favorecidos, medida que contribuiría a la inclusión social y la igualdad de oportunidades.

Son conclusiones de una encuesta realizada por IPSOS, agencia especializada en investigación de mercados, para conocer la opinión de la comunidad universitaria sobre digitalización, investigación y contribución a la sociedad de la Universidad. Ha contado con la participación de más de 9.000 universitarios de 19 países, correspondiendo 1.000 entrevistas a miembros de la comunidad universitaria española.

Formación online versus formación presencial

A día de hoy, la formación online se sigue considerando más un complemento que una alternativa a la formación presencial. Y es que más del 50% de los encuestados todavía ve mucho margen de mejora en sus campus online, los medios y equipos disponibles, la calidad de las conexiones, el uso de recursos digitales o la formación digital del profesorado. Aun así, en España, dos de cada tres encuestados valoran como positivo su campus virtual.

La mayoría de los estudiantes universitarios que formaron la muestra cursan sus estudios en modalidad exclusivamente presencial. Sin embargo, el 66% de los encuestados en los 19 países -cerca del 60% en

Coincidiendo el VIII Centenario de la Universidad de Salamanca y bajo el lema «Universidad, Sociedad y Futuro», el IV Encuentro Internacional de Rectores Universia ofrecerá, presidido por Ana Botín, presidenta de Universia y Banco Santander, un espacio para debatir en torno a tres ejes clave para la Universidad del futuro: «Formar y aprender en un mundo digital», «Investigar en la Universidad, ¿un paradigma en revisión?», y «La contribución de la universidad al desarrollo social y territorial’.

Más de 600 rectores y representantes académicos de 26 países se reunirán en Salamanca para profundizar en estos tres temas. El debate se enriquecerá con recursos como esta encuesta de IPSOS, que recoge la opinión de otros 9.343 miembros de la comunidad universitaria, de los que 1.000 se encontraban en España.

El IV Encuentro Internacional de Rectores Universia, que da continuidad a los encuentros de Río de Janeiro (Brasil, 2014), Guadalajara (México, 2010) y Sevilla (España, 2005). Su debate se podrá seguir vía streaming, a través de las redes sociales del Encuentro y de su web oficial, y culminará con la publicación de la Carta de Salamanca, que recogerá las principales conclusiones y propuestas para contribuir a la construcción de la Universidad del futuro y a su misión como motor de progreso y desarrollo social.

El Encuentro cuenta con el respaldo de Banco Santander, empresa que más invierte en apoyo a la educación en el mundo (Informe Varkey/UNESCO–Fortune 500), que mantiene más de 1.200 acuerdos de colaboración con universidades e instituciones académicas de 21 países a través de Santander Universidades, y agrupa a más de 1.300 instituciones académicas iberoamericanas a través de Universia.

Fuente: http://www.eleconomista.es/ecoaula/noticias/9096081/04/18/El-80-de-la-comunidad-universitaria-opina-que-la-formacion-online-facilitaria-el-acceso-a-la-universidad.html

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Estados Unidos: La crisis de los estudiantes universitarios que pasan hambre y no tienen dónde dormir

América del norte/Estados Unidos/26 Abril 2018/Fuente: Semana 

Un nuevo estudio arroja luz sobre una crisis desconocida por muchos: las condiciones en las que más de un tercio de los universitarios de Estados Unidos se encuentran, sin el dinero suficiente para comer adecuadamente o pagar las facturas.

Cuando Supraja Sridhar estaba estudiando en la universidad de Alabama-Birmingham, se topó con un problema que nunca imaginó: una de sus compañeras estaba pasando hambre.

«Tenía tres trabajos (…) y le costaba alimentarse, tener la comida que necesitaba», lamenta la joven en conversación con BBC Mundo.

Sridhar tenía un plan de comidas contratado en la universidad y le ofreció compartirlo, pero se quedó pensando: «¿Habrá más gente como ella?»

Era 2013 y por entonces no había mucha información al respecto, pero este mes un nuevo estudio arrojó luz sobre el fenómeno: más de un tercio de los alumnosen universidades estadounidenses no tiene suficiente dinero para comer adecuadamente.

«Es la cosa más triste en la que he trabajado en mi carrera», dice Sara Goldrick-Rab, la académica de la universidad del Temple de Filadelfia que lideró la investigación.

El informe, publicado por la universidad del Temple y el centro Wisconsin HOPE Lab, se presenta como el estudio nacional «más amplio» sobre esta crisis.

Inseguridad alimentaria y vivienda precaria

Los investigadores analizaron respuestas de 43.000 estudiantes de 66 centros de estudio superiores en 20 estados y el distrito de Columbia, y concluyeron que el 36% de ellos ni comían lo suficiente ni tenían acceso a una vivienda segura.

El documento incluye información de alumnos de universidades y de colegios comunitarios, centros que sirven de puente a la universidad, con cursos de dos años más asequibles que pueden ser convalidados en una carrera posterior.

Para describir la situación, los investigadores hablan de «inseguridad alimentaria», en referencia a personas que se saltan comidas o reducen las cantidades de lo que comen por falta de dinero; y de «precariedad de la vivienda», o la dificultad para pagar las facturas o la necesidad de mudarse de manera frecuente.

Conclusiones del informe

  • 36% de los universitarios encuestados sufría de «inseguridad alimentaria», el 42% en centros comunitarios
  • 36% de los universitarios tenía una «vivienda precaria», mientras que la cifra sube al 46% en el caso de estudiantes de centros «puente»
  • 9% no tenía un lugar en el que vivir en 2017; dormía en un albergue, un vehículo o un edificio abandonado. El número sube en centros comunitarios: 12%

Entre las conclusiones más destacadas, se encuentra el porcentaje de alumnos que pasaron al menos un día sin comer el mes anterior a la encuesta, por falta de dinero: el 6% en universidades y el 9% en centros comunitarios.

Las razones que llevan a esta situación son varias, según los investigadores: la subida del coste de los estudios, la dificultad para encontrar un trabajo a tiempo parcial, la falta de ayudas apropiadas, el mayor número de estudiantes de menos recursos e incluso el desconocimiento del problema por parte de algunas instituciones.

La situación permanece en las sombras porque los centros de estudio «necesariamente no ven que su trabajo sea cuidar de adultos», destaca la encargada de la investigación.

«En cierto modo, (los centros) asumen que si están en la universidad, tienen que ser capaces de cuidar de sí mismos».

«Pero no se dan cuenta de que no se trata de que uno sea capaz de cuidarse a sí mismo; se trata de tener o no tener dinero suficiente», considera la profesora Sara Goldrick-Rab.

Las cifras del estudio, apunta, son solo la «punta del iceberg»: «La verdad es que esto no representa la situación nacional porque no hay datos disponibles».

Las dificultades para pagar las facturas o el precio de una comida perjudican el rendimiento de estos estudiantes, sobre todo de aquellos con menos recursos, e incluso fuerza a algunos a abandonar las clases.

Tasas, libros, alquiler… y comida

Sridhar, conocida como «Sippy», lo sabe bien. La situación en la que vio a su amiga le sorprendió y comenzó entonces un proyecto que ahora se ha convertido en una iniciativa nacional: Donor to Diner (D2D).

«No queremos que un estudiante que es bueno no pueda completar sus estudios porque no tiene comida», explica la fundadora de la iniciativa a BBC Mundo.

La joven, que estudia ahora un doctorado en Medicina en la universidad del Sur de Alabama, considera urgente concienciar sobre la situación.

«Cuando se piensa en hambre e inseguridad alimentaria, no se suele pensar en estudiantes universitarios. Eso acrecienta el problema: los estudiantes piensan que están solos y no lo están».

Organizaciones como D2D, lideradas y gestionadas por estudiantes, están llevando la delantera con todo tipo de campañas, desde ofrecer comida gratis hasta crear redes a nivel nacional.

La universitaria considera que, en la situación actual, cualquier compañero puede tener problemas de este tipo, debido a los altos costos de las carreras en EE.UU.: las elevadísimas tasas, los libros y el alquiler.

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/la-crisis-oculta-de-los-estudiantes-universitarios-en-estados-unidos-que-pasan-hambre-y-no-tienen-donde-dormir/564501

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Campaña en El Líbano para sensibilizar jóvenes con temas sociales

Asia/Líbano/26 Abril 2018/Fuente: Prensa Latina

Una campaña para sensibilizar con temas sociales a jóvenes, arrancó hoy en dos universidades capitalinas mediante una feria que involucra a unas 200 organizaciones no gubernamentales.
En declaraciones a Prensa Latina, el secretario general del rectorado de la Universidad de Saint Joseph, Fouad Maroun, expresó que los dos centros docentes acompañan una iniciativa para atraer estudiantes a la dinámica ciudadana.

Así, continuó, se han desplegado unos 200 pabellones en los campus para que los educandos perciban temas presentes en la sociedad que casi no reciben visibilidad por los medios.

En la facultad de medicina de la Saint Joseph, las ong dispusieron de espacio para mostrar cuánto se hace por personas con necesidades especiales, pacientes de cáncer, víctimas de violencia de género y mujeres inmigrantes, entre otras.

El representante de Include Club, Balil Sanak, dijo a Prensa Latina que resulta delicado en la sociedad libanesa una persona con necesidades especiales, aunque hay carencias en todos los seres humanos en algún momento.

Con el lema ser discapacitado no es contagioso, Include trata de cambiar hábitos y costumbres que marginan a personas con defectos físicos o perdieron algún órgano por diversas razones, explicó.

La Asociación Bárbara Nassar ofrece atención a enfermos de cáncer que van desde apoyo sicológico hasta ayuda económica, refiere a Prensa Latina Maha Haddad.

Muchas de las personas con diagnóstico de cáncer, indicó, caen en depresiones y nosotros organizamos actividades sociales y consultas de especialistas para que mejoren en su estado moral y emotivo y recuperen fe por la vida.

Esa ONG surgió a partir del episodio de Bárbara Nassar, quien murió en sus cuarentas, pero antes y junto a su esposo e hijos, Hany, recorrió todo el país para encorajar a las que sufrían de igual enfermedad.

La organización no gubernamental Dar el Amal se ocupa de rehabilitar a presas, a las que ofrece cursos de capacitación y educación para que puedan recuperar sus vidas, relata su representante en la feria de la Saint Joseph, Salla Mougrabi.

Tenemos dos escuelas, una en Naba y otra en Sabra, precisó, que reciben a niños con muy bajos recursos, analfabetos muchos de los cuales, a quienes ayudamos a incorporarse a la enseñanza normal.

Según los organizadores, hubo una encuesta entre los estudiantes para conocer cuáles temas cubrirían sus intereses y la feria de dos días recibe una asistencia numerosa que al parecer cumple sus objetivos de apoyar a los menos favorecidos.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=172747&SEO=campana-en-el-libano-para-sensibilizar-jovenes-con-temas-sociales
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UA evalúa estrategias para fortalecer educación superior en África

África/26 Abril 2018/Fuente: Prensa Latina

La Universidad Panafricana, bajo los auspicios de la Unión Africana (UA), celebró un encuentro de especialistas, con el objetivo de fortalecer la educación superior y la investigación en el continente, informó hoy el bloque regional.
De acuerdo con el comunicado de la UA, la cita sirvió además para elaborar el plan de acción correspondiente a este año y el próximo, sobre la base de catalizar la innovación, la competitividad y el desarrollo económico, uno de los propósitos centrales de la institución de enseñanza.

La reunión fue coordinada por el Departamento de Recursos Humanos, Ciencia y Tecnología de la Unión y contó con la participación de representantes de Comunidades Económicas Regionales, expertos en temas educativos, profesores e investigadores, así como miembros de diversos sectores de la sociedad civil.

Durante los talleres de debate, se abordaron asuntos relacionados con los proyectos en curso de la Universidad, que incluyen la conformación de varias subsedes con base en Argelia, Nigeria, Kenya, Camerún y Sudáfrica.

En ese sentido, los asistentes resaltaron el apoyo brindado por los gobiernos de esos países en materia de implementación física y financiera, indicadores de desempeño, reclutamiento de personal académico y administrativo, así como estudios iniciados para mejorar el funcionamiento de las instituciones educativas.

La UA destacó que las recomendaciones hechas por los paneles ayudarán en el mejor desempeño de la Universidad Panafricana, en su propósito de dirigir adecuadamente las premisas educativas de la región y alcanzar un alto nivel en la formación de profesionales.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=172698&SEO=ua-evalua-estrategias-para-fortalecer-educacion-superior-en-africa
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A los 10 años, los niños alemanes ya saben si irán o no a la universidad

Europa/Alemania/26 Abril 2018/Fuente: El espectador

El 50% de la fuerza laboral de Alemania ha sido criada en el modelo educativo de la «Formación Profesional Dual», que está en el país germano desde hace dos siglos.

Cuando los niños cumplen once años, los profesores de los colegios alemanes, dividen a los niños en tres grupos según su velocidad de aprendizaje y sus notas.

Los más aventajados van al gymnasium, que los conduce al bachillerato y luego a la Universidad. A los otros dos grupos se les educa para oficios más técnicos.

Aunque parece una distopía similar a la película de culto Gattaca (1997) en donde los niños son separados en castas por inteligencia superior, salud, etc., no es ciencia ficción. Es el modelo educativo que ha regido en Alemania desde el siglo XIX, y aparentemente funciona muy bien.

De acuerdo con El País de España, estas divisiones no son tajantes. Los padres tienen la opción de elegir el recorrido académico del niño (que recordemos, tiene 10 años), independientemente de lo que digan sus profesores.

Los otros dos grupos, el realschule y el hauptschule, son escuelas de nivel medio que los adolescentes finalizan cuando tienen 16 y que los forman para profesiones técnicas. Los módulos se llaman “Formación profesional” y “Formación Profesional Dual”, y a vuelo de pájaro, consiste en compaginar dos años de estudios con prácticas en una empresa.

No es que los niños que van al realschule o al hauptschule (que traducirían algo como escuela secundaria) pueden presentar la prueba para entrar a cualquier universidad alemana, pero no a los 18, sino a los 21 (después de matricularse en una extensión del bachillerato que dura 3 años).

Parece un modelo organizado, sin embargo, no restrictivo, pues les permite a todos entrar en la universidad. ¿Qué es exactamente lo que funciona en este modelo educativo, que tiene una tasa de deserción escolar del 10%, comparada con una del 11% en la Unión Europea, y un 30.7% en Colombia?

Según El País, «no se puede afirmar que el sistema educativo alemán es eficiente por su tasa de abandono escolar, porque otros países como Polonia que emplean un modelo comprensivo, en el que los estudiantes permanecen juntos hasta los 16 años, tienen indicadores más bajos (un 5,3%)», señala Enric Prats, profesor del departamento de Teoría e Historia de la Educación de la Universidad de Barcelona. Desde el punto de vista pedagógico, explica Prats, se desconoce cuál es la mejor edad para dividir a los niños en función de sus capacidades y del recorrido académico que encaja con cada uno.

En países como España, el modelo “FP Dual”

De acuerdo con algunos expertos consultados por el diario español, el sistema educativo alemán funciona porque se empalma con el sector empresarial, de modo que los niños que están “destinados” al estudio tienen asegurada una plaza para ese oficio, y los que están llamados a aprender oficios tienen un espacio en el mundo laboral. Otros consideran que condiciona las expectativas que los niños tienen sobre sí mismos. La desigualdad académica significa menos en un sistema organizado así. Las condiciones socioeconómicas y de origen de las familias en las que crecen los niños también juegan un papel.

De cualquier manera, el modelo educativo alemán parece estar funcionando. La tasa de desempleo para jóvenes menores de 25 años fue de 6.2% para 2017, y según el gobierno federal alemán, el 50% de la fuerza laboral alemana se educó bajo ese modelo. Según El País, el 68% de los alumnos de FP Dual consiguen un contrato una vez que finalizan el programa.

Fuente: https://www.elespectador.com/noticias/educacion/los-10-anos-los-ninos-alemanes-ya-saben-si-iran-o-no-la-universidad-articulo-751756

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Presiones para subir notas, cuotas ‘voluntarias’ impuestas y otros amaños que enturbian la vida escolar

Por: Saray Marqués

El caso del máster fraudulento de Cristina Cifuentes ha hecho que emerjan prácticas cuestionables, afortunadamente no generalizadas, en la universidad que conviene limpiar ¿Y si miramos a nuestros colegios e institutos? ¿Damos por naturales comportamientos deshonestos o poco íntegros?

No, la culpa no es de la universidad española, pero el caso del máster fraudulento de Cristina Cifuentes, al que la presidenta madrileña ha tenido que renuciar, destapado por eldiario.es ha hecho que se empiecen a nombrar en voz alta males que, sin ser endémicos, sí que existen en ella, como las dificultades para que el control sea exquisitamente riguroso, para que los desmanes sean inviables, para que los tratos de favor no tengan lugar y no se permita hacer la vista gorda. También, para que la autonomía universitaria sea real y para que tener un contrato como profesor no signifique ningún tipo de pleitesía hacia ningún catedrático benefactor.

Jaume Sureda Negre es catedrático de la Universitat de les Illes Balears, donde dirige el Departamento de Pedagogía Aplicada y Psicología de la Educación. Con su grupo de investigación Educación y Ciudadanía ha analizado distintos casos de “deshonestidad académica” ya desde la ESO y ha alumbrado trabajos como El plagio académico en Educación Secundaria, junto con Rubén Comas. Para Sureda, “es evidente que las prácticas deshonestas afectan también a los niveles educativos no universitarios”, y cita como ejemplo “inflar las notas”.

En la amplia bibliografía que, asegura, existe sobre la corrupción en educación, se suele diferenciar entre “pequeña corrupción” (copiar, por ejemplo) y “gran corrupción” (vender o comprar artículos académicos, por ejemplo): “Hay partidarios de restringir el uso del término corrupción académica a aquellos casos en que se han producido cambios o beneficios económicos, y de referirse a los otros casos de malas prácticas como faltas de integridad académica, entendiendo por integridad aquellas conductas y acciones coherentes con una serie de normas y principios morales y éticos. Pero, personalmente, soy partidario de utilizar el concepto de corrupción para hacer referencia tanto al abuso de poder en beneficio propio –la gran corrupción– como a la ausencia de integridad académica –la pequeña corrupción-”.

Chiringuitos en Valdemoro, pero no solo

Si uno piensa en corrupción en las aulas a gran escala le vienen a la cabeza casos sonados como esa suerte de chiringuito en Valdemoro que supuso la trama Púnica, por la que el que fuera número tres del Gobierno de Esperanza Aguirre, Francisco Granados, y su socio, David Marjaliza, se llevaban una mordida de en torno a 900.000 euros por cada colegio concertado que se ponía en marcha, a través de una empresa que lo vendía después a cooperativas de profesores para su gestión.

O, más reciente, en ese puesto creado ad hoc para la hija del inspector jefe de la Delegación de Educación en Sevilla, que desveló el diario El Mundo y obligó al Gobierno de Susana Díaz a abrir una investigación interna sobre el reparto de una serie de destinos de forma discrecional, al margen de los procedimientos ordinarios y sin cumplir los requisitos pertinentes.

Pero, sin llegar a esos extremos, sin copar grandes titulares, muchos consideran que colegios e institutos no están exentos de prácticas que se podrían englobar bajo el paraguas de corrupción.

Una persona con una gran trayectoria en la educación no universitaria, donde ha ocupado cargos de responsabilidad, y que prefiere no dar su nombre, reflexiona: “La educación y sus instituciones están controladas en un porcentaje demasiado alto por la Iglesia, por algunas empresas y por los políticos, en el caso de la pública. No sé cómo podemos sobrevivir a tantos intereses que nada tienen que ver con un niño y su maestra intentando comprender y aprender la división por dos cifras de la mejor manera posible y respetando el ritmo natural de ese niño o esa niña concretos, o con el alumnado que necesita refuerzo sin personal suficiente que se lo proporcione mientras se gastan millones de euros en libros de texto no siempre adecuados. Está todo desequilibrado, la honestidad también”.

En su opinión, “en los colegios e institutos públicos es más difícil comerciar, porque no hay nada que vender. Es un servicio público con funcionarios que no tienen necesidad de engordar las notas. No así en la concertada o privada. Leyendo la lista de los mejores colegios que publica El Mundo hay poco más que hablar”.

El hecho de que los datos sean públicos complica también los tejemanejes en la pública: “Una vez vi una beca concedida a la hija de un profesor de instituto sin que le correspondiese. El alumno perjudicado presentó una reclamación y al final fue a parar a las manos correspondientes”. Sin embargo, sí que ha calado una cierta sensación de impunidad que, a su juicio, empieza a remitir: “Todos llevamos un pequeño Bárcenas dentro, pero también sobreviven esos tipejos porque los demás les damos permiso. Nunca pasa nada… Hasta ahora. Parece que ahora está pasando. Hay cosas moviéndose. No sé si todas a favor de la honradez y la equidad”.

“Me debes el puesto”

Felipe de Vicente Algueró es el presidente de la Asociación Nacional de Catedráticos de Instituto (ANCABA), y hace una clara distinción entre universitaria y preuniversitaria: “Empezando por el modelo de acceso. Las oposiciones son más objetivas. En la universidad muchas veces se logra medrar a base de favores, o prosperan los candidatos con más amigos dentro del tribunal”.

En su caso, asegura que fue uno de los factores que jugó a favor del instituto: “Prefería enfrentarme a una oposición y conseguir el puesto que tirarme años limpiando los zapatos a un catedrático de universidad para que este me apadrinara”. De su presencia en tribunales de oposiciones zanja: “No se puede hacer trampas”.

Y, sin embargo, sí que cuestiona algunas prácticas también en su terreno. Se muestra crítico, por ejemplo, con el decreto de plantillas en vigor en Cataluña: “Una parte de las plazas se reservan, no salen a concurso… Los directores le otorgan a esas plazas un determinado perfil, como en la universidad, pero la verdad es que les falta poner nombre y apellidos, están hechas muy a medida. Hay una comisión, sí, pero se tienen en cuentas puntuaciones subjetivas, como la de la entrevista con el director”. De Vicente cuestiona la independencia de las personas que obtengan la plaza dentro de este cupo: “Yo entiendo que pueden sentir o se les puede hacer sentir que, de alguna manera, se la deben al director”.

Las increíbles notas crecientes

Por lo demás, De Vicente asume que muchas veces el alumno se inicia en el plagio en el instituto: “También a veces se carga al alumnado con demasiadas cosas. Quizá en vez de tantas asignaturas, y un trabajo por cada una de ellas, se podría seguir la estela de Cataluña, que cuenta con un trabajo de investigación al finalizar bachillerato, dirigido por un tutor, con tiempo para ir revisándolo, para ir tutorizando al alumno… Así se hace también en el Reino Unido, pero allí el alumno que más asignaturas tiene en 2º de bachillerato tiene cuatro; aquí, se enfrenta a 11”.

Partidario de una reválida al finalizar la etapa, en la línea de Francia, Alemania e Italia, la reválida Lomce que de momento está paralizada, De Vicente trata de convencer a los críticos de que introduciría criterios de verdad objetivos: “Ahora todo el mundo infla las notas. No solo los privados, también los públicos. Tu entrada en la universidad depende de esa nota, el profesorado se reúne: ‘Solo tiene una asignatura suspensa, pobrecito’, ‘Quiere entrar en Medicina, pobrecito, le falta una décima’, y por querer hacer un favor se infla la media de bachillerato en todas partes”. A su juicio, esto se acabaría con una prueba externa, corregida por profesores externos, con la homologación de una agencia que cada año revisara si se corresponde con el nivel de exigencia requerido en cada una de las comunidades autónomas.

Una profesora de instituto incluso va más allá: “A veces, la dirección o inspección desautoriza al profesorado otorgando al alumno una nota que no merece. Es el caso de aquellos alumnos que cursan 2º de bachillerato y suspenden una materia porque ni siquiera se han presentado a la convocatoria de recuperación esperando que se le apruebe por junta. La junta puede dar por aprobado a un alumno aunque el examen no esté superado. Los padres protestan o bien a dirección o a inspección y vuelven con el aprobado bajo el brazo. Conozco algún caso. Es flagrante que se apruebe al alumno sin haberse ni presentado al examen de recuperación y que se desautorice al docente y a la junta de evaluación, porque ni siquiera esta ha decidido dar el aprobado por junta”.

Cuotas que siguen sin cumplirse

Son muchos los que fijan su mirada en la enseñanza concertada. Para el catedrático de la Universidade da Coruña, Jurjo Torres, en ella existen prácticas que podrían calificarse de corruptas como “recomendar a las familias que hagan donativos a las fundaciones que están detrás de esos colegios religiosos o incluso obligar a pagar una cantidad notable como cuota de entrada que se comprometen a devolver al final de la escolaridad, o sea, obligan a las familias a hacer préstamos sin interés durante seis, 10 o más años; obligar a comprar uniformes, un gasto a mayores que ya es excluyente para familias con escasos recursos; obligar a comprar uniformes en un único centro comercial, con lo cual es previsible pensar que ese centro comercial le dona a dicho colegio una cantidad por uniforme vendido; vender en sus librerías privadas los libros de texto y toda clase de recursos curriculares de carácter individual; ofrecer actividades extraescolares a mayores que cada familia debe financiar y que discriminan a aquellos estudiantes que no pueden cursarlas porque sus familias carecen de dinero para ello; tener un servicio de comedor privado que hay que pagar a mayores pues los alumnos no tienen tiempo para acudir a comer a sus domicilios… y todo esto mientras a los colegios concertados como a una gran parte de los públicos las editoriales les ‘regalan’ pantallas digitales u otros para presionarles a elegir sus libros de texto, con lo que se garantizan ventas de al menos cuatro años en ese centro”.

Muchas de estas prácticas traen de la mano un filtrado del alumnado: “Concertada y privada deben funcionar como una empresa de captación de clientela, así que se las tienen que apañar para que el alumnado con necesidades educativas especiales, pobre o no homogéneo vaya a la pública, ya que las familias, aunque no lo digan, buscan más que sus hijos e hijas tengan roce con alumnado de buena familia que con personas reales con problemas reales”, asevera una directora de colegio.

“Sin duda a mí lo que me parece más grave es la falta de una escolarización equilibrada”, recalca Miguel Soler, secretario de Educación e Investigación en la Comunidad Valenciana. “En el informe del Defensor del Pueblo de 2002 se decía que cuando un centro escolariza a más de un 20% de alumnado de especial dificultad por la razón que sea se hace difícil una buena respuesta, tanto al conjunto del alumnado, como a esos chicos y chicas que necesitan más apoyo que el resto. 16 años después esto sigue siendo verdad, y siguen existiendo prácticas que buscan, por distintas vías, seleccionar al alumnado, que a determinados centros solo acuda un sector del alumnado”.

Soler rescata la anécdota de un amigo con un restaurante de precio medio-alto: “Se le ocurrió bajar el precio del menú y un sector del público le pidió que lo volviera a subir, porque estaba entrando gente que no les gustaba. Esa anécdota, que es grave, en educación es muy grave”.

Con Vicent Marzà como conseller han intentado paliar esta situación, eliminando el distrito único, “que hacía que los centros, tanto los concertados como los públicos con mayor demanda, eligieran a las familias, por la vía del punto del consejo escolar”, o dotando a todos los centros de los apoyos pertinentes, para que se acabe con excusas como: “Tu hijo necesita un PT que no tenemos pero en el público de enfrente sí lo hay”, o reservando en todos los centros un porcentaje de plazas para alumnado de especial dificultad.

“Hay muchas maneras de seleccionar”, apunta Soler, que menciona cómo antes de la llegada de Marzà se veía  natural que un alumno que había estado escolarizado a los dos años en un centro de infantil –pagando su familia unos 400 euros al mes– gozara de un punto más para luego matricularse en tres años en determinado colegio, o cómo incluso se encontraron que, si se concedía un punto en el baremo para deportistas de élite, había 13 alumnos de tres años que contaban con un punto por ese motivo”. Soler señala que las cuotas voluntarias no son la única estrategia en esta dirección, “y en función del importe de esa cuota, no siempre tiene ese efecto de tirar alumnos fuera”.

Al final, los criterios que rigen en su comunidad autónoma son los que marca la ley (hermanos, proximidad, renta…). “Establecimos un baremo único para evitar las corruptelas”, rememora Soler, “Hubo contestación, pero ahora está todo más calmado. Las familias han comprobado que en realidad solo hay un 20% de centros con más demanda que oferta, y que en el resto entran todos los alumnos que lo piden”.

De todas formas, reconoce el secretario que no han logrado esa meta que se proponían, que no se rebase el 20% de alumnos de “especial dificultad” en ningún centro: “Llevamos tres años aplicándolo, y solo a la entrada, cuando en algunos casos no se ha identificado aún esa dificultad. Para que se note en su conjunto, y con la excepción de algunos barrios en que la propia planificación urbanística lo complica, harán falta cinco o seis años más con estos mismos criterios”.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/04/18/presiones-para-subir-notas-cuotas-voluntarias-impuestas-y-otros-amanos-que-enturbian-la-vida-escolar/

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¿Por qué los jóvenes están de acuerdo con los dictadores y la corrupción?

Por: Julián de Zubiría

Julián De Zubiria analiza los preocupantes resultados de los estudiantes colombianos alcanzados en la Encuesta Internacional de Cívica de 2016. Allí los jóvenes se muestran partidarios de las dictaduras y benévolos con los actos de corrupción.

Se han divulgado los resultados del Estudio internacional de Cívica en el que participaron 24 países, entre ellos Colombia. Es un estudio realizado con jóvenes de 14 años que cursan el grado octavo. Algo tenemos que estar haciendo muy mal en el continente porque nuevamente los últimos cinco lugares son ocupados por los países latinoamericanos.

Los resultados han generado gran discusión en el país, ya que el 73% de los jóvenes colombianos estuvo de acuerdo con los gobiernos autoritarios, pues suponen que generan un impacto positivo en el orden y la seguridad. La mitad de ellos también se declararon partidarios de “cerrar los medios de comunicación que critiquen al presidente”. Así mismo, un porcentaje similar está de acuerdo con pagar un soborno para agilizar un trámite y vieron como conveniente que “un funcionario público apoye a sus amigos consiguiéndoles empleos en su oficina” (53 %).

Estas respuestas hablan muy mal del proceso educativo que como sociedad hemos llevado a cabo para formar a los futuros ciudadanos tanto en términos de la defensa de la libertad de pensamiento, prensa y opinión, como de la independencia de poderes y del sagrado cuidado que deberíamos tener sobre los bienes públicos.

Lo que ven los jóvenes en Colombia es que existe una total impunidad en torno a los líderes políticos que delinquen y roban el erario público. Los jóvenes ven que los líderes políticos actúan como si estuvieran por encima de la ley. Por esta razón, pueden estar acusados de asesinatos, violaciones o calumnias. En general los procesos no avanzan y finalmente, no les pasa nada a los inculpados. Incluso, es algo trágico y frecuente que los testigos sean asesinados, como acaba de suceder esta misma semana con uno de los testigos estrella en el proceso que le lleva la Corte Suprema de Justicia al expresidente Álvaro Uribe. En este contexto, los jóvenes no se forman en valores democráticos de respeto a la ley, a la diferencia de criterios, la libertad de opinión y la independencia de poderes.

Cuando les permiten alcanzar mayor número de votos, los partidos políticos han avalado a mafiosos, ladrones, parapolíticos y narcotraficantes. Por ello, es comprensible que los jóvenes consideren a los partidos políticos como la institución en la que menos confían (28%). Tenía toda la razón el ex magistrado de la Corte Constitucional Carlos Gaviria cuando decía que “El que paga para llegar, llega para robar”. En Colombia, los partidos pagan para llegar y eso lo saben los jóvenes.

Fueron los partidos políticos los que llevaron a Carlos Leder, Kiko Gómez y Pablo Escobar al Congreso. Hace muy pocos años, el 35% del Congreso fue investigado por nexos con la parapolítica y en el mismo periodo 5.300 militares han sido investigados por asesinatos conocidos por la prensa como “falsos positivos”. Es triste que los medios de comunicación denominen a las ejecuciones extrajudiciales con este eufemismo. En realidad, son asesinatos realizados con el único fin de que algunos militares asciendan en el escalafón. Los jóvenes también saben que la mayoría de magnicidios en Colombia han quedado en la impunidad. Así ha pasado desde Gaitán, pasando por Galán y Garzón, para mencionar tan solo unos pocos.

Hemos constituido una sociedad que aprendió a resolver los problemas a machete y a bala. De allí que no es de extrañar que la mitad de los jóvenes afirmen que “El que me la haga, la paga”. Cuando se les pregunta ¿por qué dicen eso? La respuesta es la misma: Eso es lo que hemos visto hacer a los mayores en Colombia. Estamos formando a las nuevas generaciones en valores antidemocráticos.

También en América Latina el apoyo de los adultos al autoritarismo es alto y creciente, lo cual refuerza la tesis de que estamos ante un proceso de aprendizaje de los jóvenes de los valores antidemocráticos. El propio informe de cívica que estamos analizando, informa que en 2014 el 56% de los adultos de América Latina consideraban la democracia como la mejor forma de gobierno; para el 2016, este porcentaje había bajado al 49%.

Los hijos ven a sus padres comprando productos robados, de contrabando, sobornando a la policía y evadiendo impuestos. Es el mundo de los “vivos” y la “cultura del atajo” que se expresa en el mensaje que se les da a las niñas en los barrios populares de que “Sin tetas no hay paraíso”. Por ello, la prioridad son las cirugías estéticas de levantamiento de cola y de engrandecimiento de los senos.  Tenemos muy seguramente uno de los mejores ciclistas del mundo y los periodistas deportivos se refieren a él como al “capo del equipo”. Es una cultura heredada de las mafias y cuya estructura valorativa también proviene de allí. Por eso “todo vale” y “hay que ponerle zancadilla a quien se atraviese”.

Al mismo tiempo, lo que se enseña en la escuela por lo general no sirve en la vida y lo que necesitan los jóvenes no se enseña en la escuela. Se siguen abordando contenidos totalmente impertinentes. A nivel universitario el problema es todavía más grave ya que hay un profundo descuido de la formación ética, la educación ciudadana y el conocimiento de sí mismo.  No se tienen en cuenta criterios éticos en las evaluaciones ni en la promoción de un estudiante. El proyecto de vida queda a merced del joven, sin que prácticamente intervenga ningún mediador cultural: la escuela, la familia o la universidad.

Para complejizar, se expulsa a niñas embarazadas de los colegios porque supuestamente dan “mal ejemplo” y no se autorizan las formas personales para vestir, violando en ambos casos la Constitución de 1991. Las instituciones educativas no son ejemplo de participación. Debido a ello, en general, los profesores y los jóvenes no participan en el diseño y ajustes del Proyecto Educativo Institucional, ni en el currículo, ni en el diseño y enfoque de las actividades extracurriculares.

Este es el contexto en el que los jóvenes colombianos concluyen que un mesías les va a resolver los problemas. No saben que estos remedios siempre resultan peores que la enfermedad. Las dictaduras necesariamente se convierten en los gobiernos más corruptos posibles, porque desaparece el control que ejerce la oposición, la ciudadanía y la prensa. En la historia lo hemos visto una y otra vez. Todos los dictadores, sin excepción, terminan restringiendo las libertades y prohibiendo el pensamiento crítico. Para poder hacerlo tienen que espiar y asesinar la oposición, disolver las cortes judiciales y el Congreso, para concentrar el poder. Eso mismo lo han hecho una y otra vez los dictadores de izquierda y de derecha. En corrupción y en violación de derechos humanos, son mayores sus semejanzas que sus diferencias.

Para resolver un problema, la primera condición es reconocerlo. La extensa convivencia que hemos tenido como sociedad con la guerra y las mafias, han afectado de manera significativa nuestra estructura ética y valorativa y han generado buena parte de los problemas de los que estamos hablando y que se pueden englobar en el término de la “cultura del atajo”, para la cual, “todo vale”. En Colombia la guerra destruyó el tejido social. Es por ello que casi no confiamos en nadie, tal como sucede en los países que continúan en guerra. Mientras que en Suecia y en China confían en más del 70% de las personas que conocen, en Colombia, tan solo confiamos en el 4% de las personas que están a nuestro alrededor. De esta manera es inviable el trabajo en equipo y mucho menos un proyecto nacional. Los jóvenes tampoco confían en el congreso (46%), y casi nada en los partidos políticos (28%). Por eso, no votan: El 81% de los jóvenes no salió a votar en el plebiscito del 2 de octubre del 2016. Un plebiscito decisivo para la historia del país, el cual, tristemente, casi no contó con el voto juvenil.

La mejor noticia de la encuesta es cuando nos informa que los estudiantes que alcanzan mayores conocimientos cívicos, presentan actitudes más democráticas y están más propensos a obedecer la ley y a no caer en actos de corrupción. También la Encuesta de Cívica nos indica que, si los padres cuentan con títulos universitarios, sus hijos presentan actitudes más democráticas. Ambos resultados, ratifican una derivada esencial: la única posibilidad que tenemos para fortalecer las actitudes favorables ante la democracia y la convivencia proviene de que fortalezcamos los procesos de formación a cargo de las familias, las instituciones educativas, los medios masivos de comunicación y la sociedad en su conjunto. La educación está llamada a ser el proyecto nacional que hoy debe convocar al país. En el largo plazo, no hay ninguna otra opción para garantizar el desarrollo integral y sostenido de los individuos y de la sociedad.

Estamos a puertas de una nueva elección presidencial, ojalá sea una oportunidad para promover un voto más libre, más reflexivo y más independiente. Al fin y al cabo, sin ello no es posible hablar de democracia. Es un buen momento para recordar a Ortega y Gasset cuando decía: “Jóvenes, haced política. Porque si no la hacéis, alguien la hará por vosotros. Y probablemente, contra vosotros”.

Fuente: http://www.semana.com/educacion/articulo/segun-la-encuesta-internacional-de-civica-los-jovenes-estan-de-acuerdo-con-los-dictadores/564020

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