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Panamá: Más de 1.000 docentes panameños se formarán en idioma inglés en 4 países

Centro América/Panamá/13 enero 2018/Fuente: Wradio

Un total de 1.032 docentes y 250 estudiantes panameños se capacitarán durante las próximas semanas en el idioma inglés en universidades de Reino Unido, Canadá, EE.UU. y Barbados, como parte de un programa estatal que ya ha beneficiado a 11.000 maestros y más de 105.000 alumnos, informó hoy el Gobierno de Panamá.

Un total de 1.032 docentes y 250 estudiantes panameños se capacitarán durante las próximas semanas en el idioma inglés en universidades de Reino Unido, Canadá, EE.UU. y Barbados, como parte de un programa estatal que ya ha beneficiado a 11.000 maestros y más de 105.000 alumnos, informó hoy el Gobierno de Panamá.

Los docentes y estudiantes panameños permanecerán por varias semanas en las distintas universidades con miras a potenciar el habla, escritura y metodología en la enseñanza del inglés, indicó el Ejecutivo panameño en un comunicado.

Entre las casas de estudios incluidas en el programa están University of Southern Missisipi, Georgia Tech University, University of Arkansas, Southeastern Louisiana University, Anglia Ruskin University, Leeds Beckett University y American University.

También las universidades Midway College, Southeastern, University of Virginia (UVA), Southern Illinois University, Michigan State University, Georgetown University, Edinburg College, Bradford College, Lindenwood University y University of Arizona.

Así lo precisó este lunes el Gobierno del presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, que detalló que los docentes beneficiados con el programa firmaron un acuerdo para trabajar por cinco años para el Estado.

«Con este programa estamos haciendo historia. Las universidades en las que ustedes se entrenarán le dan seguimiento a este programa, lo estudian, porque es el más amplio y ambicioso que se haya realizado en América», aseguró Varela este lunes durante el acto de despedida de los beneficiarios.

De acuerdo con la información oficial, en los últimos tres años se ha capacitado a 11.000 educadores y más de 105.000 estudiantes en el país en los diferentes componentes del programa Panamá Bilingüe, algunos con cursos en el extranjero, incluyendo clases de ciencias en idioma inglés a más de 52.000 alumnos de escuelas primarias.

«Panamá Bilingüe se está ejecutando en todas las provincias y comarcas del país, logrando terminar con la inequidad en la educación (…) hay docentes capacitados en este programa y escuelas impartiendo clases de inglés desde kinder hasta cuarto grado, y en 2018 llegará a quinto grado», aseguró el mandatario.

Panamá Bilingüe es un programa para el perfeccionamiento profesional de la enseñanza del idioma inglés destinados a los docentes en servicio en el sistema de educación pública de Panamá y a los nuevos profesores en formación, afirman los datos oficiales.

«Debemos seguir fortaleciendo el Programa perfeccionando a los docentes, nuestros jóvenes se lo merecen porque Panamá seguirá creciendo y la demanda laboral va a necesitar personal con dominio del inglés. No tengamos miedo de romper paradigmas», indicó Varela.

Fuente: http://www.wradio.com.co/noticias/internacional/mas-de-1000-docentes-panamenos-se-formaran-en-idioma-ingles-en-4-paises/20180108/nota/3683992.aspx

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¿Dónde están las mujeres?

Por: Ester Oliveras

El reconocimiento a la ingeniera y emprendedora Dorcas Muthoni ayuda a incrementar el vergonzoso 8% de Honoris Causa femeninos en Catalunya.

Para la mayoría de mujeres, el espejismo de la igualdad vivido durante la etapa educativa va desvaneciéndose a medida que nos adentramos en el mundo laboral. A una cierta edad, todas tenemos anécdotas laborales y personales que ejemplifican las pequeñas, medianas y grandes desventajas que vamos encarando durante el día a día. Los datos agregados corroboran el impacto: menor participación de las mujeres en el mercado de trabajo, un 20% de mujeres en los consejos de administración de empresas del IBEX-35 o solamente un 19% de alcaldesas en Catalunya.

Aunque se está haciendo evidente que la existente desigualdad de género es un impedimento para aliviar la pobreza o para conseguir un desarrollo sostenible, la sociedad en la que vivimos está organizada de una manera patriarcal que tiende, tozudamente, a invisibilizar y desvalorizar las mujeres. Para contrarrestar esta tendencia se adoptan medidas económicas y políticas que estimulen, o fuercen en algunos casos, la presencia de mujeres en puestos de poder y reconocimiento. Pero el problema es muy complejo, inconsciente por la mayoría de nosotros y que comienza mucho antes de la entrada de las mujeres en el mercado laboral.

Una encuesta realizada a madres sobre la capacidad de su bebé de gatear por una rampa, demostró la existencia de expectativas por encima de las posibilidades reales de los hijos y expectativas por debajo de las capacidades reales de las hijas. De manera congruente, otro estudio realizado en bufetes norteamericanos, demuestra que las mujeres abogadas muestran menos ambiciones y expectativas de promoción en comparación a los hombres. Esta diferencia de expectativas aún se amplía más en caso de maternidad.

Sistema educativo

El sistema educativo también ha sido poco activo en la inclusión de la perspectiva de género tanto en sus contenidos como en las metodologías docentes. Los currículos y los libros de texto que se utilizan rebosan de estereotipos. Las chicas que llegan a la universidad se ven expuestas a un gran número de figuras y referentes masculinos y, así, se sigue reproduciendo en el imaginario de las mujeres que el conocimiento, la iniciativa y el poder están, principalmente, en manos de los hombres.

Una vez en el lugar de trabajo, en algunas organizaciones se crean redes informales, los llamados ‘old boys’ club’, en las que los hombres se favorecen entre ellos laboralmente, dejando al margen, de manera consciente o inconsciente, a las mujeres. Este clima laboral también se ha definido como ‘chilly climate’. Un entorno laboral poco amable que, sutilmente, va minando las oportunidades de promoción para las mujeres, así como su seguridad.

Por todo ello, hay que felicitar a Dorcas Muthoni, la reciente receptora de un doctorado Honoris Causa por parte de una universidad pública catalana, que ayuda a incrementar el vergonzoso 8% de mujeres Honoris Causa en Catalunya. Dorcas Muthoni,  ingeniera y emprendedora, ha desarrollado un papel importante en la implantación de las tecnologías de la información en África, así como en incentivar al colectivo femenino de este continente a estudiar ingeniería. Esperamos que su empresa sea un caso utilizado en las escuelas de negocio y universidades, construyendo y ampliando el colectivo de mujeres brillantes en el que nos podamos reflejar.

Fuente: http://www.elperiodico.com/es/opinion/20180102/donde-estan-las-mujeres-6527913

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Ganaba dos mil euros por hacer el trabajo final de carrera de otros

Maria Zuil

Prometen máxima confidencialidad, cero plagios y aprobado seguro, pero su mayor atractivo es acabar la carrera sin tener que hacer absolutamente nada. El mercado negro de los Trabajos Fin de Grado (TFG) –el proyecto que cada alumno debe presentar obligatoriamente al final de la carrera– crece al amparo de los anuncios en internet y de las webs especializadas. Cada vez hay más oferta para los estudiantes que no pueden, o quieren, dar el último paso para conseguir su título universitario y prefieren pagar a terceros.

“Hacemos trabajos a medida”. “Necesitas un TFG”. “Encarga tu TFG”… Una simple búsqueda en internet arroja multitud de opciones y no hay carrera que se escape al fraude académico. Desde proyectos de periodismo a ingenierías, estos portales cuentan con ‘freelances’ especializados en todos los sectores, pero también pueden encontrarse multitud de particulares que se ofrecen a prestar sus servicios a cambio de un sobresueldo.

De 300 a 2.000 euros

Conversación con un particular que se ofrece a hacer TFG de todo tipo
Conversación con un particular que se ofrece a hacer TFG de todo tipo

Este periódico ha hecho la prueba y ha solicitado varios presupuestos. En menos de 24 horas, un particular se ofreció a hacer un TFG de 40 páginas sobre ‘La importancia de la presencia de las PYMES en la red’ por 320 euros. Otro estaba dispuesto a disertar sobre participación ciudadanaen la misma extensión por 1.840 euros. El precio de este incluye además el Powerpoint para la presentación ante el tribunal académico y asesoramiento para prepararla. “Trabajo desde cero, como si fuera mi propio trabajo. Quiero decir que hay gente que ‘vende’ trabajos que en realidad ya están hechos o hace refritos de otros. Yo no”, aclara en un email.

La forma de trabajar es sencilla: solo hay que dar el tema a tratar y un plazo de entrega. A cambio, se comprometen a ir enviando partes para ver el progreso y poder presentar material al tutor de la universidad. En cuanto a los pagos son flexibles: por plazos o tras la entrega del trabajo y algunos aportan muestras de su trabajo como garantía de profesionalidad. Los precios varían mucho en función de los requisitos, la calidad y a quién se pregunte: pueden ir desde los 300 a los 2.000 euros.

A Esther González, una estudiante de Información y documentación le cobraron 120 euros por un trabajo sobre el derecho a la protección de datos. Su “excusa” es que está trabajando en Holanda y su tutor de la Universidad de Granada no era precisamente accesible. “Es muy difícil hacerlo sin que nadie te guíe ni poder consultar material presencial. No sabía ni cómo ni enfocarlo”, reconoce esta granadina.

Si lo presenta en una universidad, se lo queda o lo guarda en un cajón, es problema de la persona que lo solicita

En lugar de acudir a los múltiples anuncios que hay en internet, decidió poner un anuncio sobre lo que necesitaba. Le llegaron varias ofertas y se decantó por la más económica. Pero lo barato sale caro: “Le pedí 40 páginas y me hizo 35, se lo mandé al tutor y me dijo que estaba todo fatal. Y para colmo, cuando le dije si lo podía corregir me dijo que se iba de vacaciones y ya no daba tiempo a presentarlo en septiembre”, explica esta granadina.

En el portal No hagas nada te compensan económicamente si el TFG no cumple su objetivo: aprobar y conseguir los créditos. Sus fundadores, tres amigos de Madrid, lo pusieron en marcha a raíz de su propia experiencia personal. “Para nuestros trabajos nos tocaron unos temas de los que no sabíamos nada, porque en nuestra universidad no los podíamos elegir, así que nos vimos obligados a contactar con especialistas que nos ayudaran”, cuenta Eduardo, que se encarga de la internacionalización del proyecto.

Prueba de un presupuesto en 'No hagas nada'.
Prueba de un presupuesto en ‘No hagas nada’.

Este portal, que lleva como lema “Deja que otros trabajen por ti”, pone en contacto a estudiantes y profesionales, a los que piden el currículum para acreditar sus conocimientos. El precio varía en función del número de páginas, las fuentes consultadas, el idioma o el estilo de requerido para las referencias bibliográficas. A cambio se llevan una comisión y se aseguran de que no haya plagios, el problema más habitual en este tipo de mercado. “Vimos que había esa necesidad y la aprovechamos, de hecho está yendo tan bien que ya lo estamos expandiendo a Italia”, comenta Eduardo, aunque aclara: “No era nada nuevo, en las universidades se ha hecho siempre, nosotros solo lo hemos digitalizado ejerciendo de intermediarios”.

Un sueldo para recién graduados

Carlos es uno de los de la vieja usanza. Empezó a dar clases particulares en su facultad y por el boca a boca acabó haciendo proyectos completos para estudiantes de diseño industrial y de interiores. “Al principio me pedían cosas más concretas, pero de ‘trabajillos’ pasó a llamarme gente para hacerles el proyecto entero: desde la idea a redactar la memoria… Todo”, explica. Cobraba el precio de una tutoría, 15 euros la hora, y podía llegar a sacarse unos 2.000 euros por cada proyecto, que compaginaba con sus estudios de máster. “Me lo tomaba como un trabajo para ganar dinero mientras estudiaba”.

Hice el proyecto de una chica que tuvo una crisis nerviosa y el psicólogo le dijo que no tocase el proyecto

Arquitectura es la carrera donde más se ha expandido la picaresca por la dificultad y el estrés que acarrean los proyectos finales a los estudiantes. También es donde sale más caro: cada lámina ronda los 1.000 euros y la media de un proyecto son 12 láminas. Hagan cálculos. Pedro Arnanz estuvo un tiempo trabajando en un estudio de arquitectura donde ofrecían este servicio: “Venía mucha gente de la privada, que está acostumbrada a pagar mucho dinero por la carrera y les compensa. Por ejemplo, yo hice el de una chica que tuvo una crisis nerviosa y el psicólogo le dijo que no tocase el proyecto, así que se encargaba su padre de todo y yo me las ingeniaba como podía. También hay gente que está trabajando ya y no quiere tener que ocuparse de esto, pero no todos externalizan el proyecto entero, algunos contratan solo unas láminas”.

“Las carreras más demandadas son las ingenierías y enfermería por la dificultad y el tiempo que suponen”, cuenta Tomás Ángel, coordinador de Atención al Cliente de TuTFG, una empresa alicantina en la que trabajan cerca de 15 personas en plantilla y otros 70 ‘freelance’ de todas las áreas. Sus precios rondan los 700 euros y presumen de que sus trabajos se han presentado en universidades de toda España, tanto públicas como privadas: la Complutense, la Europea, la de Barcelona, la Carlos III o la de Vic. También hacen proyectos final de máster y tesis doctorales. Sin embargo, advierten que ellos no se meten en dónde van a parar los materiales que preparan, redactan y hasta maquetan: “Nosotros sólo hacemos el proyecto y le cobramos al alumno por la propiedad intelectual y el honorario del que redacta. Si lo presenta en una universidad, se lo queda o lo guarda en un cajón, ya es problema de la persona que lo solicita”, reconoce. Desde ‘No hagas nada’ defienden la misma postura: “No somos responsables de lo que haga la gente”. De hecho, dicen recomendar que los trabajos no se presenten a una institución, a pesar de las continuas referencias a los TFG de su página web.

El proceso de solicitar un TFG en 'TuTFG', similar al de otras empresas. (tutfg.es)
El proceso de solicitar un TFG en ‘TuTFG’, similar al de otras empresas. (tutfg.es)

Difícil de probar

Detectar un trabajo comprado es complicado para los profesores al tratarse de trabajos originales. “Con los plagios es más fácil porque utilizamos programas para compararlos con otras publicaciones. Uno comprado puedes intuirlo por la calidad o por defectos, pero tampoco hasta el punto de dudar de un alumno”, reconoce Guillermo de Haro, profesor de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. Carlos, que ahora es profesor, apela a los conocimientos del tribunal de evaluación sobre el alumno: «Me cuesta creer que, si el profesor al que se lo presentas te ha visto en clase, se crea que de repente haces un trabajo excepcional». Sin embargo, no siempre estos tribunales están compuestos por docentes que conocen el expediente del estudiante.

Antonio Fernández, profesor de Derecho y Ciencia Política en la Universitat Oberta de Catalunya cree que la compra de TFG no es tan habitual como por ejemplo, las tesis doctorales, donde asegura que está más extendido. “Es algo residual, porque no tiene sentido pagar esas cantidades, y si pagas poco no va a ser bueno, por lo tanto tampoco lo vas a querer”, explica. Este profesor considera que presentar un trabajo como propio cuando no lo es constituye un plagio aunque sea un texto original. “Este tipo de prácticas son un fraude por más que los anuncios lo intenten vestir como un intercambio económico fruto de la necesidad y de la oferta y la demanda”, razonaba en su blog.

Aunque a Esther la conciencia no sea lo que le reconcome, tiene claro que no va a repetir la experiencia de dejar su último trámite universitario en manos de terceros. “Sé de gente que le salió bien, incluso con buena nota, pero no quiero volver a arriesgarme y en esta convocatoria lo haré yo misma”, se sincera.

*Los apellidos omitidos en este artículo responden a una petición expresa de los entrevistados.

Fuente del articulo:https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2017-10-01/mercado-trabajo-final-carrera-grado-plagio_1452296/

Fuente de la imagen:https://www.ecestaticos.com/imagestatic/clipping/716/d5c/716d5cc03d8f6bd44a9f01308a0ff413/gana

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Perú: UPN: Solo 16% de la población peruana accede a educación superior

América del sur/Perú/06 Enero 2018/Fuente: Gestión

«La clave para contar con profesionales exitosos es reforzar las competencias y habilidades blandas en los estudiantes», dijo Andrés Velarde, rector de la UPN.

En Perú no todos pueden acceder a educación superior y solo tres de cada 10 jóvenes, es decir un 16% de la población del Perú, acceden a este nivel educativo pero quienes tienen menos probabilidad de instrucción profesional son los estudiantes de áreas rurales y escuelas públicas, señaló Andrés Velarde, rector de la Universidad Privada del Norte (UPN).

Indicó que la clave para contar con profesionales exitosos es reforzar las competencias y habilidades blandas en los estudiantes, además de brindar soporte y orientación constante desde el ingreso y durante toda su vida universitaria.

Agregó que la formación de competencias permite al estudiante conocerse mejor y ser consciente de su nivel de desarrollo profesional.

“Los egresados sabrán cómo establecer metas individuales, mantener relaciones laborales efectivas, apoyar las decisiones del equipo, etc.”, indicó.

La UPN obtuvo el licenciamiento institucional por la Superintendencia Nacional de Educación Superior (Sunedu) en el presente año y tiene una vigencia de seis años.

Fuente: https://gestion.pe/economia/upn-16-poblacion-peruana-accede-educacion-superior-223779

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«La universidad tiene que decir verdades que son duras de oír»: Pablo Navas

América del sur/Colombia/06 enero 2018/Autor y fuente: Semana

SEMANA habló con el rector de la Universidad de los Andes sobre las universidades del futuro, el problema de la financiación en Colombia y los retos que tiene la academia.

Semana: ¿Qué tiene que preservarse de la universidad actual para la universidad del futuro?

Pablo Navas: Creo que la universidad siempre ha tenido un reto que en el futuro seguirá igual de vivo, cómo balancea la pertinencia con la impertinencia. La pertinencia nos la están reclamando todos los días: la industria dice que toca capacitar a los egresados para que tengan las habilidades para los trabajos que tenemos hoy, pero la impertinencia tiene que venir de adentro. Y la impertinencia en sus dos acepciones: la acepción de que no es impertinente estudiar a García Márquez ni un cementerio chibcha, y la impertinencia de una universidad que es impertinente con el Estado y con la sociedad. Y dice verdades que son duras de oír y las dice no por razones ideológicas o políticas sino por los resultados de un análisis sistemático y académico.

Semana: ¿Cuál es la mayor preocupación que tiene la universidad del futuro?

P.N.: En el caso de Colombia, siendo prácticos, es el tema de quién va a pagar por la educación superior. La educación de calidad independientemente de todos los esfuerzos que hagamos en hacerlos más eficientes y utilizar tecnologías que nos permitan hacer más accesible. La universidad de calidad es costosa, y como queremos que todo colombiano tenga las mismas oportunidades, tenemos que financiar a aquellos que tienen que estar en las mejores universidades públicas o privadas pero que no tienen los recursos. Eso es un tema que no hemos solucionado.

Semana: ¿Hay que bajar los precios de las matrículas?

P.N.: Podría decir eso. Creo que el reto más que bajar los precios, es ver cómo les financiamos los recursos a aquellos que no tienen cómo pagar unas matrículas altas. Creo que no hay que subsidiar a una persona que tiene con qué pagar, lo que tenemos es que generar el sistema financiero que facilite que a la universidad todos entren con la misma oportunidad.

Semana: ¿Es peligrosa la cercanía de la universidad con la empresa?

P.N.: No. En lo más mínimo. Tiene que haber una enorme cercanía, siento que en Colombia nos falta cercanía. En doble vía. Una en poder aportarle al sector externo las personas que van a ayudar a que se desarrolle, y otra, en que la universidad necesita el apoyo del sector externo en infinidad de maneras y formas incluyendo el económico.

Semana: ¿Qué es lo esencial para formar el pensamiento crítico?

P.N.: Diría que eso está en el ADN de la Universidad de los Andes. Allá pedimos que sean críticos. Y en ese sentido es una competencia que es evaluada y que hay acciones explícitas y consientes para desarrollar en el estudiante el pensamiento crítico.

Semana: Si la inteligencia artificial supera a la humana, ¿cuál será el papel de los seres humanos?

P.N.: Trasciende lejos la inteligencia artificial. Lo hemos visto en las relaciones humanas. Los más inteligentes no necesariamente son los más felices ni son los que necesariamente contribuyen más a la sociedad, ni necesariamente son los que aportan de su manera a la cohesión social. Creo que vivir en comunidad y pasar por esta vida sintiendo que hay verdadera satisfacción y felicidad trasciende de lejos a la inteligencia.

Semana: Con el crecimiento acelerado de la tecnología ¿se salvarán las humanidades?

P.N.: Somos muchos los que inclusive pensamos que deben tener una incidencia mayor que la que tienen hoy, de hecho, en 2018 en Los Andes habrá toda una reforma académica en donde las humanidades están en primera fila.

Semana: Usted resaltaba la importancia de trabajar cooperativamente entre universidades ¿Qué se han perdido las universidades por no hacer ese trabajo en conjunto antes?

P.N.: Yo creo que oportunidades para que los estudiantes se beneficien de experiencias, profesores, compañías, relaciones en otras universidades. En la medida en que se establezcan relaciones con otras universidades simplemente lo que se está haciendo es abrir una nueva gama de oportunidades, no solo desde el punto de vista académico sino vivencial.

Semana: La desigualdad en la educación nace en la primaria y secundaria, ahí se evidencia quién tiene más y quién tiene menos ¿cómo se soluciona eso en un mundo donde los ricos cada vez son más ricos y los pobres cada vez más pobres?

P.N.: Lamentablemente eso lo dicen las estadísticas. Creo que como política de Estado yo sería partidario e insistiría mucho en la educación en primera infancia y primaria. Porque si descuidamos eso cuando lleguen a secundaria ya hay una diferencia que es insalvable. Sin embargo, hay muchachos de sitios deprimidos y complejos que aun así llegan y sacan resultados positivos en la prueba de Estado, a veces mejores que los de muchachos de colegios favorecidos. La sociedad les ha invertido 16 o 17 años pagados por el papá o el colegio público y demostraron que merecen ir a una buena universidad. Es un crimen social dejarlos por fuera. Por eso defiendo el programa Ser pilo paga, porque coge esos estudiantes y les da una oportunidad que no habían tenido anteriormente.

Semana: ¿Y no sería mejor que el Estado le diera una mejor financiación a las universidades públicas?

P.N.: Ser pilo paga en tres años fundó otra Universidad Nacional. Va a haber 40.000 estudiantes de primera categoría en Colombia. Dígale a un niño que se gradúe el año entrante que espere unos siete años a que eso ocurra. Mirar las estadísticas es fácil, sobre un escritorio fortalecer la universidad pública es lo que todos queremos. Yo soy el primer defensor de eso. Pero la realidad hay una capacidad instalada de universidades de altísima calidad en el sector privado que estaban siendo desaprovechadas. Lo que hizo el Estado, a mi juicio con una gran inteligencia, fue aprovechar esos recursos y dárselos a unas personas que no los estaban recibiendo en la Universidad Nacional.

Yo critíco a la universidad pública en esto: la Universidad Nacional recibe solicitudes de 86.000 estudiantes y rechaza 80.000 ¿alguien se ha preocupado por los 80.000 que rechaza la Universidad Nacional cada semestre? de esos hubo cabida para algunos… Es bienvenida la financiación a la universidad pública, pero es un error decir o lo uno, o lo otro.

Imagen: http://www.eltiempo.com/contenido///entretenimiento/musica-y-libros/IMAGEN/IMAGEN-13944280-2.jpg

Fuente: http://www.semana.com/educacion/articulo/entrevista-a-pablo-navas-sobre-la-universidad-del-futuro/550474

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El Plan Bolonia

España / 2 de enero de 2018 / Autor: Marcos Santos Gómez / Fuente: Paideia. Educación y Filosofía

Acabo de leer El Plan Bolonia, de Carlos Fernández Liria y Clara Serrano García, lectura que me ha satisfecho sobremanera por su claridad y por la elocuencia con que se apuntan las cuestiones que llevo años incubando en mi pensamiento en torno a la vorágine que vivimos en la universidad española. Como los autores, pienso que estamos en un momento más que delicado y peligroso en la evolución de esta longeva institución que llamamos “universidad”, que se encuentra no ya en medio de una reformita parcial de aspectos secundarios, sino en una contundente transformación de su esencia que podría tildarse de desaparición de la universidad que veníamos conociendo desde su fundación en el medievo.

Hay que recordar que la universidad consagra un elemento que me parece fundamental en el desarrollo de la ciencia y el pensamiento desde antes de la Edad Media, diría que desde los inicios de la razón helénica, de la filosofía y la reflexión acerca de lo que le constituye a uno y por tanto acerca de la propia civilización. Esta reflexión ha requerido dos cosas sencillas: ocio y desinterés, o mejor dicho, un único interés que se ha perseguido con afán religioso: el de la verdad porque sí, su búsqueda e indagación por amor al arte. La universidad ofreció en el Medievo el marco institucional para que se pudiera dar la investigación, o sea, el contexto posible para una vida dedicada al conocimiento, que proporcionara el “aburrimiento” necesario para que se pensaran las cosas no una, sino mil veces, o millones. Sin esto, y lo prueba la historia, no habríamos descubierto nada, aunque los descubrimiento tecnológicos que han transformado nuestra vida han venido como efecto secundario de esa investigación básica y primaria que un joven físico teórico debía defender, en cierto documental excelente sobre los avances en la Física actual, como requisito necesario para ofrecer en un segundo momento que no debe condicionar al primero, los descubrimientos útiles y lucrativos que busca la sociedad o las empresas desde un punto de vista más práctico.

En el siglo XVIII creo que se da la segunda gran revolución académica que introduce las ciencias en el conocimiento más elevado y que, de la mano de Humboldt y la Bildung alemana, aúna docencia e investigación como un todo en el profesor, y además desarrolla un variado plan de estudios, el de los Gymnasios alemanes, que no renuncia a la formación clásica que hoy llamamos humanística o de letras,  ni tampoco al ejercicio físico ni por supuesto a la ciencia más avanzada, al concienzudo estudio de la Física o las matemáticas, por ejemplo.

Yo, de un modo quizás no bien expresado, relacioné toda esta ingente labor que llamamos conocimiento con los requisitos de una religión (aquí), de una religión del saber, que imita, en la figura del profesor e investigador, en su habitus, al viejo anacoreta o ermitaño. Se trata de la entrega desinteresada y apasionante a lo que uno quiere saber por encima de todo, con ascetismo, en la pobreza y riqueza que Platón asociara por boca de Socrates con el amor (a la sabiduría). Es lo que la universidad medieval institucionalizó, ofreciendo el marco social posible para ello, al modo de los monasterios y como institución eclesiástica que fue, salvo pocas excepciones, en sus primeros momentos y prácticamente hasta el siglo XVIII. Así, la pedagogía universitaria consistía sobre todo en la transmisión del amor por un conocimiento que, en primer lugar y sobre todo, era cultivado y amado, hasta el punto de esculpir su propia alma con el mismo, por el profesor. Es este fuego el que después en el aula ardía, propiciado también, por supuesto, por unos alumnos que habían hecho, pues podían y estaban en el lugar para ello, también sus “votos”. Bien es cierto que en este modelo universitario, en el que sobre todo se conoce más allá de fines prácticos pero que ha propiciado la técnica y los grandes descubrimientos que hoy hacen más cómoda nuestra vida, podía haber, hasta hace apenas diez años, y sigue habiendo, profesores sin amor por la docencia que o por ello, o por puro desconocimiento hondo de la materia que enseñan, fracasaban en sus clases. Pero nunca podía darse un buen pedagogo o didacta que no fuera profundo conocedor y amante de lo que enseñaba. Es decir, era una universidad en la que se requería una cierta dignidad del profesor y su libertad, por encima de todo, para enfocar la enseñanza y que incluso nuestra Constitución Española reconoce bajo la figura de la libertad de cátedra. El espacio universitario era el marco adecuado que, impermeable a lo más práctico, podía propiciar el avance científico, solamente dado cuando existe esta entrega, en el silencio y el ocio productivo.

Esto, en nuestros tiempos, ha sido posible por haberse enmarcado la universidad en el Estado de Bienestar y por la creación, desde tiempos ilustrados, del profesor vitalicio y funcionario (lo que garantiza su libertad por no depender de contrataciones). Pero, en el contexto de ataque a este modelo económico desde posturas neoliberales, en lo que se ha denominado de auténtica revolución de los ricos contra los pobres, ya no tiene cabida algo financiado por dinero público que subsista como si flotara inmune al mercado. En el mundo en el que todo lo decide el mercado, había que reconvertir la vieja universidad pública, lo cual además ofrece un suculento negocio que consiste no tanto en privatizar por completo la misma, como se ha creído, sino en convertirla en mina de dinero público que puede fluir a la empresa privada, que con su participación en la universidad obtiene mano de obra semiesclava e ingentes beneficios, haciéndose con los resultados de las investigaciones, decidiendo su curso y objeto, y además teniendo para sí una sumisa mano de obra de profesores reconvertidos en flexibles empleados (ya no caducos y “vagos” funcionarios) dispuestos a ser despedidos o a no promocionar si sus investigaciones no obtienen fondos privados o pasan las evaluaciones del organismo que en España se ha elevado como cómplice de toda esta revolución mercantilista: la ANECA. Ésta, en función de variables asociadas al mercado, como la evolución laboral de los egresados o la utilización de los resultados de investigaciones por empresas privadas, valora, en definitiva, si una titulación y, a la larga, incluso una Facultad puede tener sentido (o por supuesto la carrera individual de un investigador).

El concepto de estudiante también cambia profundamente. Ya no es el antiguo modelo que disfrutando de un cierto ocio podía conocer durante un tiempo de su vida las virtudes de una vida entregada al conocimiento, a leer, a cultivar libremente idiomas o música, a pintar, a solazarse, a desarrollar una intensa y alegre vida social, amparado por un nicho social institucional que inmune e impermeable al mercado se regía sola y exclusivamente por el conocimiento en sí, sino quien cultiva competencias cuya adquisición habrá de probar no tanto con sus títulos, sino con una atareada y complicada trayectoria a lo largo de estudios cada vez más “prácticos”. No va a tener tiempo ni posibilidades de profundizar en una disciplina para acabar sabiendo más incluso de lo que le hará falta para trabajar, lo que era reflejado por las viejas licenciaturas y títulos, sino que habrá de pasar por una serie de cursos técnicos y superficiales, acostumbrándose al cambio constante y a aprender sólo para satisfacer los requerimientos de las empresas que lo van a contratar.

Con todo esto, estamos ante algo más que una reforma. Se trata, es obvio, de un cambio sustantivo que atañe a los más hondos cimientos de la noble y vieja institución que se dio en llamar “Templo del saber”. Me duele, como pedagogo, que en todo esto se haya utilizado a la pedagogía que siempre ávida de hacerse un hueco entre las más antiguas disciplinas, confundiendo el enseñar con un aprender a aprender vacío de contenidos y que no se relaciona con esa profundización en la propia materia que a mi juicio es la que de verdad enseña a enseñar al profesor. Se ha ido desdibujando el papel del enseñante, del docente, en un cómplice acto de privación de su dignidad, su potencial y libertad para decidir y tirar del alumno hacia el interior del complejo mundo de una materia o disciplina, pretendiéndose con una falsa idea de progresismo, lo que ha convertido el saber en mera adquisición de “competencias”. Así, cierta pedagogía y ciertos pedagogos están actuando de ideólogos y cómplices, con la excusa de una calidad determinada por el mercado (el mismo mercado que mata de hambre y falta de medicinas a dos tercios de la humanidad), de esta destrucción de la universidad. Esto me duele y siento tener que escribir de ello, pero lo grave y perentorio del momento nos obliga.

Escrito después de la lectura de:

Fernández Liria, C. y Serrano, Cl. (2009). El Plan Bolonia. Madrid: Catarata.

Fuente del Artículo:

https://educayfilosofa.blogspot.mx/2017/04/el-plan-bolonia.html

Fuente de la Imagen:

https://es.slideshare.net/Albaag7/plan-bolonia-12045565

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12 claves del éxito en el sistema educativo de Estonia

Estonia / 30 de diciembre de 2017 / Autor: Ingrid Mosquera Gende / Fuente: Teaching Blog

Con menos de un millón y medio de habitantes, Estonia destaca, entre una mayoría de países asiáticos, como referente europeo en evaluaciones internacionales, junto a  Finlandia. Así, en los últimos años han llegado a ser primeros en pruebas de ciencias, segundos en matemáticas y terceros en comprensión lectora, además de encontrarse siempre en el top ten en el nivel de inglés como lengua extranjera. Del mismo modo, se encuentra por encima de la media europea en adultos, entre 25 y 64 años, que han terminado la educación media, con un 91%, frente al 76% de sus vecinos continentales.

Independientes desde marzo de 1990, Estonia es heredera de su bagaje soviético, con muchos profesores de la antigua escuela. En esta nación, a comienzos de los noventa, sólo la mitad de su población contaba con acceso al teléfono, pasando, en menos de quince años, a ser el primer país que permite la votación online, con un acceso a internet garantizado en su constitución y habiéndose convertido en uno de los países más modernos de Europa, precursores de Skype, antes de ser adquirido por Microsoft, y con un gobierno formado por ministros que no superan los treinta años de media. A pesar de sus tres horas escasas de luz en invierno, también fueron pioneros en la promoción de una administración digital, en el DNI electrónico y en promover la e-residency, una tarjeta de residencia virtual que te permite abrir una cuenta en un banco estonio, hacer transferencias internacionales o abrir una empresa en Estonia sin papeleo, además de implicar seguridad jurídica. Ya lleva más de 10.000 e-ciudadanos, es lo que se podría denominar como ciudadanía líquida. Con todo ello, el salario medio de un estonio ronda los mil euros.

Pilares de la educación en Estonia

Hay ciertos principios claves que parecen suponer la base del sistema educativo en Estonia:

  • El primero de ellos es la igualdad de oportunidades: sin que la procedencia socioeconómica influya en el acceso a los estudios. Todos los alumnos deben tener acceso a la educación obligatoria. En ese sentido, ha conseguido ser uno de los países con menos estudiantes con malos resultados, aunque, en contrapartida, también es uno de los países con menos estudiantes de alto nivel. Siguiendo esta misma política inclusiva, existen comidas escolares gratuitas, ayudas para las escuelas rurales o para niños con necesidades especiales.
  • En segundo lugar, destaca la importancia de las lenguas: el estonio es una lengua compleja que los niños dominan desde antes de primaria y a la que siguen dando importancia a lo largo de las diferentes etapas educativas. Así, por ejemplo, en la universidad, la carrera se puede hacer de forma totalmente gratuita si se hace íntegramente en lengua estonia. Del mismo modo, en secundaria, muchos de los alumnos estudian más de tres lenguas extranjeras. En la etapa universitaria existen más de 150 títulos en inglés, lo que les abre caminos internacionales y atrae a estudiantes extranjeros.
  • En tercer lugarel profesorado cuenta con mucha libertad en cuanto a contenidos y metodología. Los docentes son bien valorados, aunque no especialmente bien pagados, y tienen acceso a formación continua, enfocada, en gran medida, a prácticas innovadoras.
  • En cuarto lugar, y relacionado con el anterior, existe una gran estabilidad legislativa, el currículum nacional solo establece objetivos generales y los plazos para alcanzarlos, pero son los profesores lo que deciden cómo llegar a ellos.
  • En quinto lugar, especial mención merece, como se ha comentado antes, que, a pesar de contar con pocos recursos, es una educación altamente tecnológica, habiendo invertido en educación. Estonia es considerada por algunos como el Silicon Valley europeo. Algunas de sus innovaciones hacen referencia a la inclusión de la programación desde los primeros años de escolarización, el aprendizaje referido a la creación de videojuegos, la posibilidad de utilizar entornos virtuales para crear material didáctico electrónico, la conexión a banda ancha o que una de cada cinco escuelas cuenten con equipamientos robóticos Lego Mindstorms, con la idea de despertar la curiosidad científica de los alumnos. Desde 1997, existe la Tiger Leap Foundation, responsable de la estrategia nacional de las TIC para la docencia, para velar por la conectividad, la innovación y la formación continua del profesorado en metodología y uso de las TIC.

Otras características de la educación en Estonia

Además de los cinco pilares señalados, hay otras características propias del sistema estonio que merecen ser destacadas:

  • En sexto lugar, las aulas cuentan con un ratio de alumnos reducido, de menos de 18 alumnos.
  • En séptimo lugar, cuentan con nueve cursos de primaria, desde los siete a los dieciséis años, sin cambios de centro ni de docentes, y solo tres de secundaria, compuesta por secundaria general, vocacional y post-secundaria vocacional y con una mayor presencia de las ciencias naturales, el arte y las lenguas extranjeras. Carecen de bachillerato. En la etapa preescolar, no obligatoria, encontramos Lastehoid, a partir de dieciocho meses de edad, en los que se cuida de los niños sin constituir centros educativos y los Lasteaed, a partir de los tres años. Las guarderías pueden ser municipales, con listas de espera, o privadas. La lengua de esta etapa es el estonio, o en algunos casos el ruso. En la Universidad, se puede estudiar licenciaturas, másters o doctorados.
  • En octavo lugar, desde pequeños se da gran importancia a la creatividad y al pensamiento crítico. Así mismo, los alumnos cuentan con muchas asignaturas para escoger.
  • En noveno lugar, la eficiencia del sistema es elevada, ya que los estonios cuentan con uno de los años escolares más cortos. Comienza el curso en septiembre y acaban a comienzos de junio. También cuentan con vacaciones en Navidades, quince días, y dos semanas, una en primavera y otra en otoño, además del verano.
  • En décimo lugar, entre las metodologías innovadoras, destacan los proyectos fuera del aula, en entornos no académicos, buscando soluciones prácticas: trabajar con problemas reales.
  • En undécimo lugar, destaca la investigación sobre medio ambiente, ecología y ciencias de la naturaleza, con gran repercusión internacional de sus estudios, todos realizados en lengua inglesa.
  • Por último, en duodécimo lugar, la formación continua también es muy importante en Estonia, con una participación adulta por encima de la media europea.

Preguntas para la reflexión educativa

Habiendo visto los aspectos anteriores, surgen diferentes preguntas, de las muchas posibles, que estaré encantada de debatir en @imgende:

  • ¿Está nuestra educación suficientemente modernizada?
  • Metodológicamente, ¿está en manos del profesor en el aula el cambio o son necesarios cambios legislativos?
  • ¿Tenemos los docentes suficiente libertad o estamos muy limitados por la legislación?
  • ¿Deberían tener las lenguas mayor presencia en nuestra educación?
  • ¿Son correctas las etapas educativas tal y como las tenemos establecidas en la actualidad?
  • ¿Cuál es el papel de la investigación y de la formación continua en nuestra educación? ¿Se les otorga suficiente protagonismo?
  • ¿Debería haber una actualización de las asignaturas?

Fuente del Artículo:

12 claves del éxito en el sistema educativo de Estonia

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