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México: Lucha contra la violencia familiar y género

América del Norte/México, 09 de septiembre de 2017. Fuente: www.debate.com.mx

Acapulco.- La Secretaría de Seguridad Pública pone a disposición de la ciudadanía la “Unidad Especializada para la Atención a la Violencia Familiar y Género” donde se brinda un servicio integral con personal especializado, como lo ha instruido el alcalde Evodio Velázquez.

El titular de la dependencia, Max Lorenzo Sedano Romano, dijo que durante el mes de agosto, el Departamento de Trabajo Social atendió de primera vez a 56 mujeres y 13 hombres,  y se dio seguimiento a 147 casos, además de canalizar uno al Centro de Atención Primaria en Adicciones, uno más al Juzgado Familiar y dos casos al Ministerio Público.

Apoyo de Policía Municipal. Foto: @AcapulcoGob

Añadió que se brindaron 144 asesorías jurídicas, 125 a mujeres y 19 a hombres que acudieron a las instalaciones, así también se atendieron cinco auxilios de manera inmediata con intervención policial y dos menores extraviadas se entregaron a sus padres.

Los psicólogos de la Unidad, dijo Sedano Romano, atendieron a 17 mujeres y nueve hombres por intervención en crisis y a dos mujeres y un hombre, a quienes se les brinda proceso terapéutico.

Temática. Foto: search.creativecommons.org

En los talleres de Resiliencia, participaron ocho mujeres y en el de Masculinidad, tres hombres, así también se extendieron dos certificaciones médicas y en la Ludoteca, se atendieron 20 niños, además se localizaron 15 tutores de adolescentes infractores al Bando de Policía, a quienes se les brindan pláticas conjuntas y asesorías para evitar que vuelvan a reincidir.

Sedano Romano reiteró que los servicios que se brindan en la Unidad Especializada para la Atención a la Violencia Familiar y Género son totalmente gratuitos los 365 días del año.

Fuente de la noticia: https://www.debate.com.mx/mexico/Acapulco-lucha-contra-la-violencia-familiar-y-genero-20170908-0368.html

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Altos índices de violencia contra mujer sudafricana, confirma estudio

Sudáfrica/07 septiembre 2017/Fuente: Prensa Latina

Pese al avance democrático en Sudáfrica en las últimas dos décadas y los numerosos programas en favor de la mujer, la violencia de género se mantiene con altas tasas y especialistas recomiendan hoy tomar urgente medidas adicionales para frenarla.
Un reporte del Centro para el Estudio de la Violencia y la Reconciliación (CSVT, por sus siglas en inglés) con respaldo de Oxfam Sudáfrica ofrece detalles de este fenómeno que padecen una cada cinco sudafricanas mayores de 18 años y una cada tres féminas de edades similares que viven en entornos de mayor pobreza.

Esas estadísticas realizadas por el Muestreo Demográfico y de Salud de Sudáfrica en 2016 son respaldadas por el Consejo de Investigación Médica, que en 2009 reportó que tres mujeres mueren cada día en este país en las manos de sus esposos, amantes o novios.

Bajo el título Violencia contra la mujer en Sudáfrica, un país en crisis, el documento de 80 páginas aborda los distintos ángulos de este serio problema que provoca una tasa de femicidio cinco veces más alta que la del mundo.

También Sudáfrica se destaca por índices superiores de violencia sexual.

Este panorama ocurre en un país que cuenta con fuertes legislaciones y políticas alineadas con las convenciones internacionales de protección a la mujer y de promoción de sus derechos, y con numerosas organizaciones de la sociedad civil que ofrecen servicios esenciales al sector femenino de la población.

‘No obstante, pese a las miles de protecciones legales e intervenciones del Estado y de asociados no estatales, Sudáfrica continúa experimentando extremadamente altas tasas de violencia. Esto eleva las preocupaciones sobre la seguridad humana vinculada a las mujeres en particular y al país en su conjunto’.

Sobre el tema, el informe agrega que esta situación hace preguntarse por qué la violencia contra las mujeres persiste en Sudáfrica y qué es necesario hacer para frenarla.

Al investigar el asunto, los especialistas confirmaron que las sobrevivientes de la violencia la experimentaron varias veces a lo largo de su vida.

Señalaron que estos actos están vinculados con relaciones de poder y se alimentan de vulnerabilidades, incluyendo discapacidades, dependencia económica, inequidades sobre bases de identidad y circunstancias personales de mujeres y niños.

Es por esta razón, que los estudiosos consideran que las estrategias para enfrentar esa violencia deben estar vinculadas intrínsecamente con alcanzar la igualdad de género de manera más generalizada y con la educación sobre el tema desde edades tempranas.

Dijeron que esa educación de niños y niñas para promover relaciones respetuosas y la igualdad de género es muy importante porque es mucho más fácil cambiar actitudes y comportamientos en la niñez y la juventud que en la adultez.

Otro aspecto que abordan para enfrentar esta violencia es incrementar el empoderamiento de la mujer a través del fortalecimiento de sus actitudes empresariales y los derechos laborales, promover el acceso universal a la educación y ofrecerles financiamiento y control de esos recursos.

En esta batalla contra la violencia infligida a las mujeres por sus compañeros íntimos sugieren incorporar una amplia participación de la comunidad, que deberá usar recursos ya existentes como se hizo en Liberia, en particular en áreas rurales donde las féminas carecen de recursos adecuados.

Al analizar el fenómeno, los expertos constataron que la violencia y negligencia de los padres tienen gran influencia en la formación de masculinidades violentas, por lo que es necesario aplicar estrategias de prevención para impulsar una crianza saludable, con lo cual se requiere apoyo comunitario, de las escuelas y de la prensa.

El estudio recuerda notorios casos de violaciones y asesinatos de jóvenes en este país, donde se reportan asaltos sexuales de ancianas -entre ellas una de 86 años- y de niños, el más terrible el de un bebé de nueve meses por el amante de la madre.

Fuente noticia: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=113237&SEO=altos-indices-de-violencia-contra-mujer-sudafricana-confirma-estudio

Fuente imagen: http://www.guiaongs.org/wp-content/uploads/2017/05/mujer-maltratada-destacada-354×451.jpg

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Entrevista a Rita Segato: Una falla del pensamiento feminista es creer que la violencia de género es un problema de hombres y mujeres

04 septiembre 2017/Fuente: Insurgencia Magisterial

Rita Segato es doctora en Antropología e investigadora. Es, probablemente, una de las pensadoras feministas más lúcidas de esta época. Y tal vez de todas las épocas. Ha escrito innumerables trabajos a partir de su investigación con violadores en la penitenciaría de Brasilia, como perito antropológico y de género en el histórico juicio de Guatemala en el que se juzgó y condenó por primera vez a miembros del Ejército por los delitos de esclavitud sexual y doméstica contra mujeres mayas de la etnia q’eqchi, y fue convocada a Ciudad Juárez a exponer su interpretación en torno a los cientos de femicidios perpetrados en esa ciudad. Su currículum es largo e impresionante.

Más allá de todo prejuicio escandalizador, Segato ha propuesto una mirada profunda sobre la violencia letal sobre las mujeres, entendiendo a los femicidios como una problemática que trasciende a  los géneros para convertirse en un síntoma, o mejor dicho, en una expresión de una sociedad que necesita de una “pedagogía de la crueldad” para destruir y anular la compasión, la empatía, los vínculos y el arraigo local y comunitario. Es decir todos esos elementos que se convierten en obstáculo en un capitalismo “de rapiña”, que depende de esa pedagogía de la crueldad para aleccionar. Es, en ese sentido, que el ejercicio de la crueldad sobre el cuerpo de las mujeres, pero que también se extiende a crímenes homofóbicos o trans, todas esas violencias “no son otra cosa que el disciplinamiento que las fuerzas patriarcales imponen a todos los que habitamos ese margen de la política, de crímenes del patriarcado colonial moderno de alta intensidad, contra todo lo que lo desestabiliza” (*). En esos cuerpos se escribe el mensaje aleccionador que ese capitalismo patriarcal de alta intensidad necesita imponer a toda la sociedad.

No es tarea sencilla entrevistar a Rita, que es una especie de torbellino, capaz de enlazar con extrema claridad y sutileza los argumentos más complejos. Se toma su tiempo para responder, analiza cada pregunta, la desgrana, profundiza y vuelve a empezar con una vuelta de tuerca sobre cada concepto. Tiene su propio ritmo y seguirlo puede ser un desafío.

“Una de las dificultades, de las fallas del pensamiento feminista es creer que el problema de la violencia de género es un problema de los hombres y las mujeres”

—En el marco del alarmante crecimiento de los casos de violencia de género, ¿podría profundizar en el concepto que desarrolló de que la violencia letal sobre la mujer es un síntoma de la sociedad?

—Desigualdad de género, control sobre el cuerpo de la mujer, desde mi perspectiva, hay otras feministas que no coinciden, acompañan la historia de la humanidad. Sólo que, contrariamente a lo que pensamos y a eso que yo llamo prejuicio positivo con relación a la modernidad, imaginamos que la humanidad camina en la dirección contraria. Pero los datos no confirman eso, al contrario, van en aumento. Entonces tenemos que entender cuáles son las circunstancias contextuales e históricas. Una de las dificultades, de las fallas del pensamiento feminista es creer que el problema de la violencia de género es un problema de los hombres y las mujeres. Y en algunos casos, hasta de un hombre y una mujer. Y yo creo que es un síntoma de la historia, de las vicisitudes por la que pasa la sociedad. Y ahí pongo el tema de la precariedad de la vida. La vida se ha vuelto inmensamente precaria, y el hombre, que por su mandato de masculinidad, tiene la obligación de ser fuerte, de ser el potente, no puede más y tiene muchas dificultades para poder serlo. Y esas dificultades no tienen que ver como dicen por ahí, porque está afectado por el empoderamiento de las mujeres, que es un argumento que se viene utilizando mucho, que las mujeres se han empoderado y que los hombres se han debilitado por ello y por lo tanto reaccionan así… No. Lo que debilita a los hombres, lo que los precariza y los transforma en sujetos impotentes es la falta de empleo, la inseguridad en el empleo cuando lo tienen, la precariedad de todos los vínculos, el desarraigo de varias formas, el desarraigo de un medio comunitario, familiar, local… en fin, el mundo se mueve de una manera que no pueden controlar y los deja en una situación de precariedad, pero no como consecuencia del empoderamiento de las mujeres, sino como una consecuencia de la precarización de la vida, de la economía, de no poder educarse más, leer más, tener acceso a diversas formas de bienestar. Y eso también va en dirección de otra cosa que vengo afirmando: que hay formas de agresión entre varones que son también violencia de género.Yo afirmo que los varones son las primeras víctimas del mandato de masculinidad. Con esto no estoy queriendo decir que son víctimas de las mujeres, y quiero dejarlo bien en claro porque se me ha entendido de una manera equivocada muchas veces. Estoy diciendo que son víctimas de un mandato de masculinidad y una estructura jerárquica como es la estructura de la masculinidad. Son víctimas de otros hombres, no de las mujeres. Y esto también quiero dejarlo en claro, no es que el hombre se volvió impotente porque las mujeres se potencian, sino que se volvió impotente porque la vida se volvió precaria y los deja impotentes.

“Hay formas de agresión entre varones que son también violencia de género. Yo afirmo que los varones son las primeras víctimas del mandato de masculinidad”  (Rita Segato).

—Muchas mujeres reciben esta violencia como algo normal. ¿Por qué?

—Por eso, sobre todo en España, al principio, cuando en las primeras campañas por los derechos de la mujer empezaron a aparecer estas mujeres golpeadas en la televisión, fue muy fuerte y causó mucho impacto. Plantear que la violencia doméstica es un crimen creo que fue el mayor avance de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (Cedaw), es decir, que algo que es una costumbre puede ser un crimen. Es dificilísimo sobre todo en el campo del derecho dar ese paso, porque el derecho es como la santificación de todo lo que es la costumbre como ley. Pero la Cedaw dice: esta costumbre es un crimen, no puede ser transformada en ley. En ese caso de la violencia doméstica, de las violaciones domésticas se ha marchado en el camino de comprender que es un crimen. Ahora, lo que nos da a nosotros una pauta, una luz para entender mejor todo ese tema, es que cuando hay un óbito, cuando aparece un cuerpo, un asesinato de mujer nunca fue natural, ni antes ni ahora ni nunca. Y ahí vemos que hay una dificultad del derecho y del Estado en ganar terreno en este campo. Porque, sin ninguna duda, están en aumentando cada vez los feminicidios, ese verdadero genocidio de mujeres que estamos viviendo, de varias formas. Y eso lo sabemos porque ya hay más de 10 años de estadísticas en la mayor parte de los países.  Y además el avance en lo legal y lo forense respalda esta afirmación.

“La mayor cantidad de violaciones y de agresiones sexuales a mujeres no son hechas por psicópatas, sino por personas que están en una sociedad que practica la agresión de género de mil formas pero que no podrán nunca ser tipificadas como crímenes”  (Rita Segato).

—Usted plantea que la violación es un acto disciplinador, un crimen de poder. ¿Qué se juega el agresor sexual en esos casos?

—Bueno, ese concepto es de altísima complejidad. Le cuesta mucho a la sociedad comprender a qué apunto. Mucha gente de bien, muy moral, saltó contra esto e intenta rápidamente diferenciarse de ese sujeto que considera anómalo, criminal, inmoral, en fin todo lo malo que se deposita en ese sujeto, en ese chivo expiatorio que es el agresor… y los otros hombres se salvan y dicen yo no soy eso. Yo eso lo pongo bajo un signo de interrogación. Yo creo que aquel último gesto que es un crimen, es producto de una cantidad de gestos menores que están en la vida cotidiana y que no son crímenes, pero son agresiones también. Y que hacen un caldo de cultivo para causar este último grado de agresión que sí está tipificado como crimen… pero que jamás se sucedería si la sociedad no fuera como es. Se sucedería en un psicópata, pero la mayor cantidad de violaciones y de agresiones sexuales a mujeres no son hechas por psicópatas, sino por personas que están en una sociedad que practica la agresión de género de mil formas pero que no podrán nunca ser tipificadas como crímenes.Por eso mi argumento no es un argumento antipunitivista de la forma clásica, en el sentido de que no se debe punir o sentenciar. Sí tiene que haber leyes y sentencias que sólo algunas veces llegan a materializarse. Pero en nuestros países sobre todo, en el mundo entero, pero especialmente en América Latina, de todos los ataques contra la vida, no solamente los de género sino de todos en general, los que llegan a una sentencia son una proporción mínima.  La eficacia material del derecho es ficcional, es un sistema de creencias, creemos que el derecho lleva a una condena. Pero claro que tiene que existir, el derecho, todo el sistema legal, el justo proceso y la punición. Lo que yo digo es que la punición, la sentencia no va a resolver el problema, porque el problema se resuelve allá abajo, donde está la gran cantidad de agresiones que no son crímenes, pero que van formando la normalidad de la agresión. Ninguno tomaría ese camino si no existiera ese caldo de cultivo.

—¿Y por qué algunos hombres toman ese camino y otros no? Porque si es un problema social ¿no afectaría a todos por igual?

—Y bueno, porque somos todos diferentes… yo no te puedo responder eso. Lo que sí te puedo asegurar es que los índices serían muchos menores si atacáramos la base, o sea, el hábito, las prácticas habituales.Tampoco hablo de una cultura de la violación, porque se habla mucho de eso, sobre todo en Brasil. Se habla mucho de una cultura violadora. Está bien, pero cuidado con la culturalización, porque el culturalismo, en el abordaje de estos temas, le da un marco de “normalidad”, de costumbre. Como se hace con el racismo por ejemplo… es una costumbre. Yo tengo mucho miedo a esas palabras que terminan normalizando estas cuestiones.

“La punición, la sentencia, no va a resolver el problema, porque el problema se resuelve allá abajo, donde está la gran cantidad de agresiones que no son crímenes” (Rita Segato).

—En relación a este tema, sobre que la violación es un crimen de poder, disciplinador, eso ¿se juega de la misma manera en el caso de los abusos de menores? Ya que generalmente los niños son abusados en su mayoría en las relaciones intrafamiliares o por integrantes de sus círculos cercanos, ¿se puede hacer una misma lectura o es distinto el análisis?

—Yo creo que es un análisis distinto, porque ahí si entra la libido de una forma en que yo no creo que entra en las violaciones de mujeres. Yo no he investigado mucho ese tema, lo que sí puedo decir al respecto es que el agresor, el violador, el asediador en la casa lo hace porque puede. Porque también existe una idea de la paternidad que proviene de una genealogía muy antigua, que es el pater familias, como es en el Derecho Romano, que no era como lo concebimos hoy, como un padre, una relación parental. Sino que el padre era el propietario de la mujer, de los hijos y de los esclavos, todos en el mismo nivel. Entonces eso que ya no es más así, pero que en la genealogía de la familia, como la entendemos, persiste… la familia occidental, no la familia indígena. Pero sí la familia occidental, que tiene por debajo en sus orígenes la idea de la dueñidad del padre.Entonces, eso aun está muy patente. Tengo estudiantes que han trabajado este tema. Por ejemplo, el caso de un pastor evangélico que violaba a todas sus hijas, y lo que sale de ese estudio es que el hombre, en su interpretación, era dueño de esos cuerpos. Eso es algo que no está más en la ley, pero sí en la costumbre. Y el violador también es alguien que tiene que mostrarse dueño, en control de los cuerpos. Entonces el violador doméstico es alguien que accede a esos cuerpos porque considera que le pertenecen. Y el violador de calle es alguien que tiene que demostrar a sus pares, a los otros, a sus compinches, que es capaz. Son variantes de lo mismo, que es la posesión masculina como dueña, como necesariamente potente, como dueño de la vida.

—En su experiencia, ¿el violador se puede recuperar de alguna forma, con la cárcel o con algún tratamiento?

—Nunca vi un trabajo de reflexión, no lo podemos saber porque el trabajo que debemos hacer en la sociedad que es primero entender y luego reflexionar nunca fue hecho. Sólo después de hacer el trabajo que está pendiente todavía de hacer en el sistema penitenciario, podemos llegar a ese punto. No hay elementos suficientes. No estoy hablando de psicópatas. Porque, a diferencia de lo que dicen los diarios, la mayor parte de las agresiones sexuales no son perpetradas por psicópatas. Los mayores perpetradores son sujetos ansiosos por demostrar que son hombres. Si no se comprende qué papel tiene la violación y la masacre de mujeres en el mundo actual, no vamos a encontrar soluciones.

Quedan pendientes tantos temas… hablar, por ejemplo, sobre el papel de los medios que, según sus propias palabras, colaboran con exhibir públicamente la agresión a las mujeres hasta el hartazgo, haciendo de la victimización de las mujeres un espectáculo de fin de tarde o después de misa, reproduciendo hasta el hartazgo los detalles más morbosos y funcionando así como el “brazo ideológico de la estrategia de la crueldad”….  Esos y tantos otros. Será en otra oportunidad. La estaremos esperando.

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/una-falla-del-pensamiento-feminista-es-creer-que-la-violencia-de-genero-es-un-problema-de-hombres-y-mujeres/

 

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Argentina: En memoria de Emma, piden que se amplíe la formación en violencia de género

América/Argentina/20 Agosto 2017/Fuente:infoplatense /Autor:infoplatense

Desde el Centro de Estudiantes de Medicina solicitaron un Consejo Directivo Extraordinario en memoria de María Emma Córdoba, la joven asesinada en Punta Lara. Reclaman que el laboratorio de la Cátedra de Biología lleve su nombre.

Esta semana, estudiantes de la Facultad de Medicina de la UNLP realizaron una presentación al Consejo Directivo para pedir que el plan de formación académica aborde de forma integral la violencia de género. Dicha iniciativa surgió tras el femicidio ocurrido en Punta Lara el mes pasado, en el que fue asesinada María Emma Córdoba, quien cursaba el 4º año de la carrera. La brutalidad en el crimen de la joven de 26 años sacudió a toda la comunidad educativa de esta casa de estudios y motivó este pedido del estudiantado. Por eso, los futuros médicos, esperan poder contar con una formación académica integral que les permita conocer más sobre la violencia contra las mujeres.

Según explicaron los jóvenes que transitan por los pasillos y aulas de la Facultad de Ciencias Médicas, la propuesta intentará poder llevar la problemática de la violencia de género al plano universitario, “porque la Facultad tiene un rol muy importante para trabajar esta problemática”, explicó Pierina Marzocca, consejera superior por la agrupación Vientos de Abajo al diario Hoy.

“El problema de la violencia de género no se ve en ningún momento, no se entiende como un problema de salud”, dijo, y agregó que, cuando hacen las prácticas obligatorias en hospitales, se “enfrentan” a estas situaciones “y no tenemos herramientas para abordarlas”.

En este sentido, la propuesta de que la violencia de género se integre en el plan de estudios de los profesionales de la salud se llevó al Consejo, donde hubo varias iniciativas, por ejemplo, que haya una comisión institucional que sea asesora del órgano facultativo.

“Se llegó a esto por la inquietud del estudiantado, y va a depender de que la comunidad educativa mantenga este compromiso con las actividades, porque si los estudiantes no asisten a las comisiones, van a quedar inactivas”, agregó la consejera.

Por otro lado los alumnos nombraron otras incitativas con las que esperan poder abordar la violencia de género de un modo integral. En ese sentido, pidieron una autorización para realizar una jornada cultural y de discusión sobre violencia de género el viernes 8 de septiembre –cuando se cumplan dos meses del femicidio de Emma– y que se nombre “María Emma Córdoba” el laboratorio de la Cátedra de Biología, en la cual ella se desempeñaba como Ayudante Alumna.

Fuente de la noticia: http://www.infoplatense.com.ar/nota/2017-8-18-7-59-0-en-memoria-de-emma-piden-que-la-facultad-amplie-formacion-en-violencia-de-genero

Fuente de la imagen: http://pxb.cdn.infoplatense.com.ar/platense/082017/1503059300593.jpg

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Cirugía contra la ablación: reconstruyendo la dignidad de las mujeres egipcias

Egipto/07 agosto 2017/Fuente: El Confidencial

Los egipcios, musulmanes o cristianos, creen que esta práctica es una obligación religiosa y que en el himen se esconde el honor de una mujer. Para muchas, la única solución es el quirófano.

Por una razón o por otra, mantener relaciones sexuales en Egipto se torna en una obsesión de la sociedad. Las normas sociales y las tradiciones parecen obcecarse con esta cuestión, impidiendo a las más jóvenes tener acceso a una vida sexual libre. Ahora, en pleno siglo XXI, la tradición choca con la lógica, y muchas intentan dar un paso hacia la rebeldía. La reconstrucción del clítoris y del himen, por razones diferentes, son dos prácticas que han aumentado en Egipto en los últimos años.

Ninguna conoce de religiones, pero ambas se han justificado en ellas. Tanto musulmanes como cristianos, especialmente en las regiones más periféricas de El Cairo, creen que la ablación femenina es una obligación religiosa, y que en el himen se esconde el honor de una mujer buenamente creyente. Un honor que debe hacerse respetar y salvaguardar para tener acceso a una vida matrimonial honrada y, con todas las de la ley, social.

“Quiero volver a ser una mujer normal”, dice Rafia, una joven sudanesa que pide información en un centro de cirugía estética de El Cairo. Ella sufrió la Mutilación Genital Femenina (MGF) cuando apenas rozaba la adolescencia. Tiene ahora veintiún años y quiere recuperar la función de su clítoris porque necesita “sentir lo mismo que otras mujeres”. Ha decidido someterse a una operación de reconstrucción de esa parte de su cuerpo que su madre decidió extirparle para insensibilizarla, siguiendo una antigua tradición faraónica. Muchos aún siguen creyendo que se trata de una práctica religiosa necesaria a la que deben ser sometidas todas las niñas para prepararlas para el matrimonio.

Rafia no sabe ni por dónde empezar. Recurre al Centro de Ginecología Estética y Reconstructiva de la capital egipcia para resolver sus dudas. “No tengo más piel dentro pero aún sigo teniendo un poco de clítoris. No se puede ver con facilidad pero se siente con el dedo”, detalla sobre los restos de esa mutilación que le fue practicada en cualquier circunstancia y en cualquier lugar. La circuncisión femenina se ha practica durante siglos en África y otras partes del mundo, habiendo nacido en los países del Nilo y extendiéndose más tarde por otras regiones. Este ritual, que consiste en eliminar los órganos genitales femeninos, se le practica cada año a unas 3 millones de niñas, según la ONU. Egipto es uno de los países que lidera las listas de la ablación, con más del 90% de las mujeres mutiladas.

IMANE RACHIDI. EL CAIRO

«Me da vergüenza desnudarme»

El pasado 29 de mayo, una joven de 17 años falleció tras habérsele practicado la ablación en un hospital privado de la ciudad de Suez, en Egipto. Se llamaba Mayar Mohamad, y la tortura a la que estaba siendo sometida desembocó en una grave hemorragia que provocó su muerte. Su caso ha salido a la luz tras la denuncia de la familia por su fallecimiento, pero, según la ONU, son cientos de miles los casos que aún se dan en este país, a pesar de que en 2008 esta práctica ya fue prohibida por la justicia egipcia. Eso sí, todos se producen en la ilegalidad, en clínicas privadas y a manos de curanderas sin conocimientos médicos.

“Nunca he podido disfrutar del sexo y me da vergüenza desnudarme completamente delante de un hombre, nunca lo he hecho. Quizás a alguien le pueda sonar absurdo, pero necesito saber si es posible someterme a una cirugía plástica para recuperar la parte mutilada”, expone Rafia a los especialistas de la clínica. Su caso tiene solución porque, a pesar de los graves daños sufridos, sigue teniendo parte del clítoris. Pero no todas han sufrido el mismo corte, algunas no tienen forma de recuperarse. Según los médicos, no obstante, es muy difícil que durante una mutilación se elimine todo el clítoris. Normalmente, se corta la parte visible, se cosen los labios para formar una cubierta sobre la vagina, y se dejan un pequeño agujero para la orina, el coito, la menstruación y el parto. Todas estas cuestiones se convierten en una pesadilla para las mujeres que han sufrido la ablación.

El cirujano plástico Amer Saif al Din confirma que hay mucha probabilidad de que Rafia vuelva a recuperar la sensibilidad. Según explica a El Confidencial, esa parte restante del clítoris puede ser “remodelada y reconstruida después de la mutilación, el resultado siempre dependerá de la cantidad que ha sido sustraída”. Es decir, todo depende del nivel de los daños. Saif Al Din ha tratado a mujeres de Egipto, pero también a muchas de SudánEritrea y Somalia. “De media, tratamos a unas cuatro o cinco mujeres por semana, que suelen tener entre 20 y 30 años, cuando deciden que ya no pueden más y recurren a la cirugía para sentirse más completas. Lo que hacemos es devolver el clítoris cortado a su estado natural”, explica.

Mujeres en una movilización de El Cairo a favor de Al Sisi.
Mujeres en una movilización de El Cairo a favor de Al Sisi.

Aún sigue recordando el caso de una joven que intentó operar, pero que no tuvo éxito. Tenía 19 años y fue circuncidada cuando tenía 6 por su propia madre. Es egipcia y le contó todos los detalles de la barbarie que le hicieron cuando aún era una niña. “No se siente normal, ni siquiera hablaba del tema con sus amigas porque estudiaba entre chicas de clase media, que no habían sido mutiladas, y a ella le daba vergüenza contarlo”, rememora. Tiene problemas de menstruación, incluso dolor para orinar, y sobre todo, muchísimos problemas de autoestima. “Le arruinaron la vida”, sentencia.

“Hay una demanda muy grande. La mayoría de estas mujeres ya han tenido relaciones sexuales e incluso tienen hijos, pero no ha sido un proceso agradable. El sexo es una cuestión muy, muy dolorosa, que no pueden soportar. Muchas acuden aquí en un estado muy grave de depresión y lo que intentan es arreglar sus genitales para sentirse mejor, y volver a sentir” aclara Saif Al Din, después de haberle devuelto la ilusión a miles de mujeres que han pasado por sus manos. Eso sí, no se trata de una operación barata. Dependiendo de la complicación, puede costar entre 1.500 y 2.000 euros. Una cantidad que no pueden pagar muchas de las más de 133 millones de mujeres que han sido sometidas a la MGF en todo el mundo.

La operación consiste en la liberación del clítoris. Primero se elimina el tejido de la cicatriz, y después se tira de las partes restantes, donde aún sigue habiendo sensibilidad. En ocasiones se reconstruye un nuevo clítoris y labios menores para dar una apariencia más natural. Con ello, mejora “la imagen del cuerpo de la mujer, disminuye el dolor, mejora la función sexual en lo que se refiere al deseo, excitación, lubricación y orgasmo”, según Saif al Din. Los objetivos de esta operación –dice- es que ellas recuperen “la feminidad, la autoestima y la dignidad porque es un gran placer ver que se sienten y funcionan como mujeres completas” tras la cirugía. Se trata, pues, de olvidar esa fecha en la que fueron mutiladas que todas llevan clavada en la memoria, y tras la cual hay una historia muy dura.

NURIA TESÓN. EL CAIRO

Como una virgen

Más polémica y discreta que la reconstrucción del clítoris es la himenoplastia, una práctica a la que recurren muchas mujeres para disimular una de las evidencias de que han podido mantener relaciones sexuales antes del matrimonio. Según una investigación del diario Al Watan (La Nación), en Egipto, el 90% de las mujeres que han mantenido relaciones sexuales prematrimoniales se someten a esta cirugía. Se trata de una operación de entre 30 minutos y dos horas, y que tiene un coste que puede alcanzar las 25.000 libras egipcias, unos 2.500 euros aproximadamente.

El himen, la membrana de piel en forma de anillo que cubre la vagina, es, en familias tanto musulmanas como cristinas, un símbolo de pureza y virginidad. La sangre que ocasiona la ruptura del himen suele producirse durante la primera experiencia de una mujer durante el coito, pero esta experiencia debe –moral y socialmente- tener lugar una vez contraído el matrimonio. No es una cirugía ilegal, pero en Egipto no todos los cirujanos acceden a practicarla. Según varios ginecólogos consultados por El Confidencial, cada vez más mujeres recurren a la himenoplastia para no arriesgarse a perder a su futuro marido y su familia. “Es verdad que es una cuestión sensible a nivel moral, pero es la salvación de muchas mujeres que han sufrido una violación sexual o han sido engañadas por sus parejas, que les han prometido que se casarían con ellas y luego las dejan tiradas después de tener relaciones”, lamenta una ginecóloga egipcia con clínica en el centro de El Cairo.

Mujeres egipcias en la mezquita de Amr Ibn El-Aas durante el ramadán, El Cairo. (Reuters)
Mujeres egipcias en la mezquita de Amr Ibn El-Aas durante el ramadán, El Cairo. (Reuters)

Prefiere mantener el anonimato. Es un tema bastante tabú, pero explica que no todas las operaciones de himenoplastia tienen lugar a espaldas del futuro esposo. “Hay parejas que han estado años juntas, pero que antes de contraer matrimonio, construyen el himen de la chica como símbolo de un nuevo comienzo. También para no arriesgar ante sus padres, pues algunas familias aún insisten en ver la cama o el pañuelo manchados de sangre”, asegura. Hasta 2009, la solución era aún más fácil. Un kit `Made in China´, por 25 euros, que incluye un himen falso pero resistente y que es capaz de expulsar una sustancia parecida a la sangre cuando se destruye.

Saif al Din reconoce a este diario que son muchas las mujeres que suelen recurrir a él para hacerse una himenoplastia, pero él se niega a llevar a cabo este tipo de operaciones. “No me gusta meterme en esas cuestiones, hay mucha gente que lo hace, pero a mi no me gusta. Creo que no hay necesidad alguna para ello. Cuando una mujer está en una relación, y se somete a una reconstrucción del himen sin conocimiento de su pareja, está engañando a su futuro marido, y yo, como médico, estaría encubriendo una mentira. No lo voy a hacer”, aqueja con rencor este médico. “Es una cuestión moral, porque podría ser perfectamente una de mis especialidades, es una operación que entraría en el tipo de cirugías estéticas que yo realizo, pero no quiero”, recalca. Además, reitera que está especializado en traumas físicos (como accidentes, la ablación, etc.), violencia contra la mujer, o en casos de ausencia congénita de la vagina. “Quiero devolverles la ilusión, pero no cooperar a más inmoralidades”, concluye.

Fuente: https://www.elconfidencial.com/mundo/2017-08-04/reconstruccion-genitales-himen-egipto-cirugia-plastica_1424691/

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Entrevista a Luciana Peker: “Se condena a las mujeres que desean”

16 Julio 2017/Fuente: kaosenlared/Autor:  Laura Hurtado

La periodista argentina especializada en género participó en un taller sobre cómo los medios narran las violencias contra las mujeres, organizado por Oxfam Intermón en el XVIII Congreso de Periodismo Digital de Huesca.

La periodista Luciana Peker hace años que habla sobre lo que les pasa a las mujeres en Página/12, en la revista Anfibia y en muchos otros foros. Impulsora en Argentina del movimiento #NiUnaMenos, ha publicado La revolución de las mujeres, sobre los avances del movimiento de mujeres en su país durante los últimos 30 años. Estuvo en España para participar en un taller sobre cómo los medios narran las violencias contra las mujeres, dirigido por Magda Bandera, directora de La Marea, y organizado por Oxfam Intermón en el XVIII Congreso de Periodismo Digital de Huesca.

Como periodista especializada en género, ¿cómo cree que los medios deberían hablar sobre los feminicidios y los asesinatos de mujeres?

El periodismo que toca estos temas debe ser comprometido, respetuoso, y no poner jamás a las víctimas en riesgo, pero eso no quita que siga siendo periodismo: debe emocionar, sensibilizar, contar historias. Yo no creo en un periodismo aséptico y frío que sea totalmente inocuo (que lamentablemente es el que recomiendan muchos protocolos contra la violencia de género) y que pierda audiencia frente a los realitys y los programas basura que hacen puro morbo.

En su opinión, ¿las mujeres que han sufrido violencia machista deben salir en las noticias?

Creo que las protagonistas de esas noticias tienen que estar. Si ellas quieren contar su historia, hay que darles voz. Si pudieron salir adelante, si encontraron obstáculos, si la violencia deja huellas que no se borran. Contar todo eso con sensibilidad es imprescindible para que se produzca el terremoto necesario para erradicar (y evitar) la violencia de género. A mí, conocer a mujeres que han sido víctimas de violencia me ha cambiado la vida, es algo de lo que no te olvidas.

¿Qué le parece el tratamiento informativo de las agresiones sexuales a mujeres?

Creo que es el asunto que se cubre peor. La mujer asesinada no existe más, pero la que sobrevive siempre es condenada. Además, se usa a la mujer violada para disciplinar a las otras mujeres, muy especialmente a las más jóvenes, para darles miedo: que no viajen, que no salgan de noche, que no estudien, que no trabajen, que no se revelen frente a su novio, que no tengan citas con desconocidos, que no beban… Parece que cualquier cosa que hagan justifica una violación.

¿Por qué cree que se culpabiliza a las mujeres que han sido violadas?

Creo que se condena a las mujeres y a las jóvenes que desean. La condena es al deseo femenino. Los medios de comunicación siguen repitiendo las estigmatizaciones más básicas: cómo iba vestida la chica, por qué razón fue a la casa de él, si eran novios (como si eso justificara la agresión…). Para mí, otra forma de condenar a las mujeres “deseantes” son esas violaciones masivas que se están produciendo en muchas partes del mundo. A mí no me gusta que los medios muestren todo el tiempo a mujeres objeto, ultra sexualizadas, pero no soy moralista, me gustan las mujeres “deseantes” y quiero que los medios muestren un deseo legítimo de las mujeres. También quiero que se pueda desear a las mujeres, pero debe ser un deseo no vengativo.

¿Cómo se puede hacer un mejor tratamiento de las agresiones sexuales?

No sé si la solución pasa por instaurar protocolos muy rígidos, porque en la mayoría de los casos no se cumplen, pero sí por intentar generar conciencia y mayor empatía. Los medios tienen que proteger a las víctimas, hacer de escudo. Y no al revés.

¿Piensa que los medios deberían hablar más sobre las otras violencias que sufren las mujeres, y no solo de la violencia física?

Es obvio que los feminicidios y los asesinatos de mujeres son gravísimos y no se pueden minimizar, pero hay que mostrar todas las violencias. Por ejemplo, hablar de la diferencia salarial entre hombres y mujeres, que en Argentina ronda el 25%. O de la violencia contra la salud sexual y reproductiva, que se da, por ejemplo, cuando a una mujer no le quieren dar anticonceptivos. Para ello, el mejor motor son las historias de las mujeres. Contar lo que te explica aquella que puso una denuncia por acoso laboral, la que fue despedida por pedir reducción de jornada, la que es maltratada por estar embarazada, seguir lo que hacen las organizaciones de mujeres, recoger datos, ver qué pasa en otras partes del mundo para ver qué pasa en tu país o en tu región. Si escuchamos a las mujeres se abre un abanico infinito de temas.

En los últimos tiempos se observa mucha violencia hacia las mujeres que denuncian la violencia de género.

Este es un fenómeno que las mujeres que trabajamos contra la violencia de género no nos lo esperábamos. Hay un resurgimiento de la violencia machista muy exacerbado, especialmente hacia las mujeres lideresas o influyentes, como humoristas, opinadoras o periodistas. Hablo de los trolls en Internet, pero también de grupos que pueden amenazar por teléfono o llevar a cabo amenazas jurídicas. Gente que intenta controlar que la voz de las mujeres se expanda. No son iguales que hace 20 años atrás, estamos ante un neomachismo, que es mucho más peligroso.

¿Cómo se puede luchar contra estas agresiones?

Hay mujeres fuertes a las que no les importa o lo saben manejar, pero creo que no tenemos que pedir que las mujeres sean heroínas o que se blinden. Si pedimos eso, las que van a quedar van a ser muy pocas. Yo he sufrido muchas amenazas y lo he pasado mal. Además, me he sentido muy sola. Las condiciones laborales de los periodistas en Argentina no te protegen, ni los sindicatos o las leyes. Por eso, las mujeres periodistas o aquellas que tienen voz en medios y redes sociales necesitamos cuotas, ocupar más espacios, porque todavía luchamos contra el machismo clásico que nos quiere invisibilizar. Pero, además, necesitamos protección para poder avanzar frente a este neomachismo que nos quiere calladas.

¿Qué consecuencias tienen estas agresiones?

La verdad es que no son inocuas, pues no trabajamos igual, no publicamos igual, no llegamos igual. Implica altísimos costos profesionales y, por supuesto, personales, porque siempre tienes la sensación de estar poniendo en riesgo tu vida.

¿Cree que la gente es más consciente de las múltiples violencias que sufren las mujeres?

En Argentina tenemos una ley muy progresista para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres, que nombra diferentes tipos de violencia, desde la física o psicológica hasta la mediática o institucional. Y eso es porque en mi país hay muchas mujeres en la política (un 30%). Es cierto que las leyes van por delante de la realidad, pero hay cada vez más conciencia de que las mujeres sufren muchas violencias y que eso está mal.

¿Cómo se ha logrado que haya más conciencia social?

Es a través de la escuela que el Estado puede frenar la violencia: evitar que las chicas sean víctima de violencia y que los chicos sean victimarios. A los 15 o 16 años puedes frenar paradigmas de machismo o que no se repitan secuencias de violencia que los chicos sufren en casa. Una vez cumplidos los 18, el Estado pierde esa oportunidad. En ese sentido, creo que la ley de educación sexual integral que tenemos es lo más parecido a una vacuna contra la violencia de género. Implica enseñar a respetar el cuerpo desde el jardín de infancia, siendo la manera más efectiva de prevenir los abusos sexuales. O hablar de la pubertad, la menstruación o los anticonceptivos desde primaria para prevenir las enfermedades de transmisión sexual, los embarazos no buscados y los noviazgos violentos. Hoy, en Argentina, las más jóvenes son las que más pelean para que sus derechos se cumplan.

 

Fuente de la noticia: http://www.lamarea.com/2017/07/13/luciana-peker-violencia-contra-mujeres/

Fuente de la imagen: http://kaosenlared.net/wp-content/uploads/2017/07/00-96.jpg

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Prohíben en Honduras el matrimonio con niñas y adolescentes

Honduras/13 julio 2017/Fuente: Telesurtv

De acuerdo con un informe del Fondo de la Población de la Naciones Unidas (UNFPA), una de cada cuatro adolescentes entre los 14 y 19 años ha estado embarazada al menos una vez, mientras que siete de cada diez son víctimas de violencia de género.
 El matrimonio con niñas y adolescentes quedó prohibido en Honduras, gracias a un decreto que publicó este miércoles por el parlamento de ese país centroamericano, durante una sesión especial celebrada en la ciudad occidental de Gracias.

El decreto, que fue aprobado en tercer y último debate, deroga el tercer párrafo del artículo 16 del Código de Familia, que actualmente permite el matrimonio de niñas mayores de 16 años con la autorización de sus padres.

La diputada Fátima Mena, del opositor Partido Anticorrupción (PAC), y por la Comisión de la Niñez, la Adolescencia, Familia y Tercera Edad, quien fue la encargada de plantear la iniciativa, agradeció a los parlamentarios, quienes a su juicio, hacen historia.

«Hoy ustedes legislaron por los que no votan, por los que no tienen partido político, por las que no tienen voz, por las niñas hondureñas y eso se les agradece», enfatizó.

En Honduras, una de cada cuatro adolescentes entre los 14 y 19 años ha estado embarazada al menos una vez; mientras que siete de cada diez son víctimas de violencia de género, de acuerdo con un informe del Fondo de la Población de la Naciones Unidas (UNFPA).

En la jornada de este miércoles del Congreso Nacional, conformado por 128 diputados de siete partidos, estuvo presente la directora de la ONG Plan Internacional Honduras, Belinda Portillo, quien agradeció al poder Legislativo aprobar el decreto que contribuirá a proteger a las adolescentes.

Fuente noticia: http://www.telesurtv.net/news/Prohiben-en-Honduras-el-matrimonio-con-ninas-y-adolescentes-20170712-0080.html

Fuente imagen: http://fotografias.antena3.com/clipping/cmsimages01/2017/05/31/EDEB95DF-B946-468F-85AB-48F467E4E157/63.jpg

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