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Estudio advierte falta de canales de denuncia ante violencia infantil

  • La investigación realizada por académicos de las Universidades de Chile y Católica, entre ellos el investigador del Centro ANID, Instituto Milenio MIPP, Damian Clarke, deja en evidencia la importancia de las escuelas como canal para detectar situaciones de violencia infantil que puedan estar sufriendo niños y niñas en sus hogares.

Durante la pandemia, una de las primeras medidas que se tomó en todo el mundo frente a la propagación del Covid-19 fue el cierre de las escuelas. En Chile, las escuelas cerraron a nivel nacional el 16 de marzo de 2020. Para marzo de 2021, solo el 25% de todas los colegios tenían algún tipo de educación presencial, aumentando al 98% para diciembre de 2021, al final del año escolar. La asistencia de los estudiantes, sin embargo, se mantuvo por debajo del 50% del número total de estudiantes.

Debido a esto, una de las problemáticas que se ha comenzado a evidenciar es el bienestar de los niños y en comprender cómo los sistemas educativos formales cumplen una función específica, que es la de identificar y denunciar la violencia infantil.

En este contexto, debido a que existe poca evidencia que documente cuán generalizada ha sido tal ruptura en la denuncia de violencia contra los niños, como también la posible recuperación en la denuncia a medida que las escuelas vuelven a abrir, los académicos Pilar Larroulet, Daniela Quintana, Daniel Pailañir y el investigador del Instituto Milenio MIPP, Damian Clarke, desarrollaron un estudio denominado “Schools as a Safety-net: The Impact of School Closures and Reopenings on Rates of Reporting of Violence Against Children”.

Violencia infantil silenciada

La investigación tenía dos objetivos principales. En primer lugar, analizar cómo el cierre de las escuelas contribuyó a una disminución en la denuncia durante un período de tiempo considerable y distinguir entre diferentes tipos de violencia, incluida la violencia física, sexual y psicológica.

Segundo, determinar si esa caída se revirtió una vez que las escuelas reabrieron y, de ser así, en qué período de tiempo y en qué condiciones. Al analizar la recuperación de la denuncia, se podría arrojar luz sobre la relevancia de las interacciones en persona para la identificación del maltrato.

Para realizar el estudio, que se basó en Chile, analizaron todos los informes penales formales de violencia contra la niñez ocurridos en el país hasta diciembre de 2021, que abarcaban la violencia física, psicológica y sexual. Esto se combinó con registros administrativos de reapertura escolar, asistencia y medidas epidemiológicas y de salud pública.

Al finalizar la investigación se confirmó que las escuelas actúan como una red de seguridad social para los niños, detectando y formalizando denuncias por violencia que de otro modo podrían pasar desapercibidas. Lo hacen en la medida en que las escuelas brindan oportunidades para interacciones en persona con los maestros y el personal de la escuela que pueden identificar señales de maltrato y denunciar tales casos a las autoridades pertinentes.

Las estimaciones del equipo investigador sugieren que el cierre de la escuela y la reapertura incompleta resultaron en alrededor de 2.800 informes “faltantes” de violencia intrafamiliar, 2.000 informes faltantes de agresión sexual y 230 informes faltantes de violación contra niños, equivalente a entre 10 y 25 semanas de informes en los períodos de referencia. Los impactos inmediatos y a más largo plazo del cierre de escuelas representan entre el 40% y el 70 % de los informes.

El investigador del MIPP, Damian Clarke, afirma que “se vio una caída gigantesca en denuncias al momento del cierre de colegios. Casi un 50% en los distintos tipos de violencia”. Además, explica que la falta de denuncias durante los meses de confinamiento “no tiene que ver con la ocurrencia del delito. Pensamos que sí aumentó la violencia, aunque hubo mucha menos denuncia. Eso nos parece preocupante porque creemos que siguieron habiendo escenarios de violencia hacia niños y niñas, pero esta vez sin el recurso legal”.

En segundo lugar, el estudio buscó comprender cómo la reapertura de las escuelas y los desafíos asociados han permitido la recuperación de las tasas de denuncia de violencia contra los niños. Si bien los informes aumentan con la reapertura, la recuperación de las tasas de informes es lenta. Las proyecciones sugieren que las brechas en los informes se mantuvieron hasta el último trimestre de 2021, casi dos años después del cierre inicial de los colegios.

“Seguimos la población por casi dos años, y vimos que los niveles aún no alcanzan el nivel previo al cierre de colegios. Es posible que hayan muchos casos no detectados, y que las personas sigan en una situación vulnerable”, afirma Clarke.

Políticas Públicas

Actualmente, los investigadores buscan información para contrastar con el escenario educacional del 2022, donde ya fueron retomadas prácticamente en su totalidad las clases presenciales. “La clave acá está en la interacción entre personas. En la capacidad de un docente, un profesional de la escuela de observar a un niño o niña. Al calcular cuántas denuncias perdemos, es calcular de alguna manera el límite más bajo de lo que pudo haber ocurrido”, afirman los investigadores. En ese sentido, los académicos expresan que estos resultados sirven para poder tomar nuevas medidas al respecto.

Se podría capacitar de mejor manera a los profesores y profesionales de la educación para identificar la violencia contra los niños, incluso después de que haya pasado el tiempo, ya que las escuelas con más personal y mejor capacitado tienen mayores posibilidades de identificar el maltrato. En la era post-Covid, esta decisión podría promover la recuperación de las capacidades de las escuelas para observar y canalizar a las víctimas de violencia hacia los sistemas legales y de protección infantil.

Fuente: MIPP

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¿Puedo acompañar a mi hijo hasta su clase en esta vuelta al cole?

Por: Laura Peraita

Muchos padres aún sienten incertidumbre sobre qué tienen que hacer el primer día que lleven a sus hijos al colegio.

Claves para una vuelta al cole de «10»

Los lloros de los niños agarrados a la pierna de su padres junto a una profesora que les tiende los brazos para darles una calurosa bienvenida al nuevo curso, parece que este año tampoco se repetirá, al menos, dentro del aula. El Covid-19 ha dado portazo a la posibilidad de que las familias arropen hasta el último minuto a sus pequeños en su primer día de clase y ahora las despedidas, aunque con lloros igualmente, son de otra manera.

Según el documento «Medidas de prevención, higiene y promoción de la salud frente al Covid-19 para centros educativos 2021-2022» establecido por el Ministerio de Sanidad y Educación, la «entrada y salida se realizará de manera escalonada al centro educativo o, en su caso, se arbitrarán medidas organizativas como la entrada al recinto por puertas o espacios diferenciados u otras que permitan aglomeraciones en dichas entradas y salidas». En esta línea, cada comunidad autónoma ha perfilado la normativa y, en el caso de la Comunidad de Madrid, su protocolo indica, además, que «con carácter general, las familias no deben entrar en los centros a dejar a los alumnos, salvo que por motivos de seguridad, en función de la situación del centro, sea aconsejable, si así lo considera el equipo directivo, cumpliendo siempre las medidas de prevención e higiene y, en ningún caso, si presentan cualquier síntoma compatible con el Covid-19».

Según Marta Pérez, directora del Colegio Europeo de Madrid, una de las preguntas que más hacen los padres ante la vuelta al cole es precisamente «¿qué hago cuando llegue allí con mi hijo?», «¿puedo acompañarle hasta su clase?». La respuesta es clara, apunta Pérez: los padres no pueden entrar al colegio. «Sí que es verdad que para los bebés de cero a un año, sí les permiten acceder hasta una recepción para entregar a su pequeños. Pero para el resto de niños de Infantil, los padres deben dejarles en una puerta corredera que da acceso aun patio».

La directora de este centro reconoce que la medida es «más dura para las familias primerizas y que tienen hijos que nunca han estado escolarizados porque les gustaría poder acompañarles hasta su clase. Sin embargo, «aceptan que es una medida forzada por el covid y que es lo mejor para la seguridad de todos».

Las cosas han cambiado

En el Colegio Julián Marias, su director Antonio Adánez, reconoce que antes de la aparición del Covid-19 en nuestras vidas los padres podían acompañar a sus hijos hasta la puerta de su clase, «pero ahora las cosas han cambiado» porque intentan que la presencia de personas ajenas al centro sea la mínima posible. «Anteriormente todas las familias y alumnos entraban y salían por la misma puerta del colegio, pero desde el año pasado disponemos de dos puertas: una para la entrada y otra para la salida, de manera que el tránsito de personas se realiza de forma más ordenada».

Aún así, explica que en el caso de los niños de Infantil de 3 años, los padres sí pueden entrar en el colegio y acompañarles hasta la misma puerta de su clase. Para el resto de Infantil, sólo podrán llevarles hasta una valla de colores que han situado fuera de cada clase. «No obstante, en ambos casos, la llegada de alumnos se hace de manera escalonada: unos llegan a las nueve en punto de la mañana y otros a las 9.07, al igual que a la salida al final de la jornada, que disponen de media hora y, de este modo, coinciden menos personas en la puerta».

Desde el Colegio Logos aseguran a ABC que en ningún caso los progenitores pueden entrar dentro de las aulas. «Disponemos de una puerta por edades para cada curso de Infantil y Primaria. En el caso de los más pequeños, es una persona auxiliar del centro quien recoge a los alumnos en la misma puerta del colegio y lo traslada al aula, donde le está esperando la tutora. Disponemos de entrada y salida del colegio flexible entre las 9 y 9.30 h de la mañana y las 16.30 y 17.0 h por la tarde».

Aseguran que en el caso de los escolares de Primaria llegan también a diferentes horas para no juntarse todos en la puerta. Los padres se quedan fuera del Colegio porque antes del Covid-19 tampoco se les permitía el paso. «No hemos recibido ninguna queja por parte de las familias respecto a esta forma de proceder. Creemos que son conscientes de la nueva situación y comprenden que es la mejor fórmula para el bien de sus hijos y para evitar posibles contagios. Lo más seguro —reconocen a ABC— es que esta forma de actuar se quede implantada después de que pase el coronavirus porque tanto padres como niños parecen estar más tranquilos y las entradas y salidas son más rápidas y organizadas».

Desde el Colegio Retamar señalan que «nos ajustamos a los que dicta la Comunidad de Madrid a este respecto» y permiten que los padres puedan solicitar con una cita previa acompañar a sus hijos de manera extraordinaria durante los tres primeros días de clase. A este centro escolar llegan también muchos alumnos nuevos en algunas de las 16 rutas de autocar que tienen disponibles. «En estos casos, los alumnos son acompañados por el encargado de ruta hasta su clase o, en algunas ocasiones, es el profesor quien sale a recogerles al pie del autobús».

Fuente de la información e imagen: https://www.abc.es

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Entrevista a Nora Rodríguez: Bullying en el entorno on line: cómo reconocerlo en casa

Por: abc.es

Entrevista a Nora Rodríguez, fundadora de Happy Schools Institute (Neurociencias y educación para la Paz), apunta las cuatro señales que hay que dectar para saber si tu hijo lo esta sufriendo.

¿Los niños y jóvenes naturalizan el bullying aun en el aprendizaje online? Es por eso de que «ocurrió toda la vida»…

No, los alumnos no quieren el bullying, ellos no saben cómo empieza ni saben cómo pararlo. Hay que enseñarles la importancia de prevenirlo y estrategias fáciles para resolverlo. El problema es que los adultos no tienen herramientas eficientes para prevenir. Por otra parte, los estudios demuestran que hoy en los colegios sólo se paran alrededor del 4% de los casos. Así que es fundamental partir de la base de que en todos los colegios hay bullying. Hoy es necesario partir de ahí, más que esperar a resolver lo que va apareciendo.

Entonces, ¿por dónde empezamos?

Es necesario entender que se trata de un desequilibrio de poder real o imaginario, en el que un niño o un grupo más poderoso intimida a uno que es poderoso donde todos los alumnos acaban psicológica y emocionalmente dañados, a corto y largo plazo. Ahora bien, es posible darle la vuelta con un programa intensivo, que ponga el foco en la inteligencia social de todo el grupo, con estrategias que estén en sintonía con el cerebro. Con el programa LAZOS cambiamos la cultura escolar potenciando el desarrollo humano. Como un Erasmus infantil para activar la resiliencia en las aulas desde las aptitudes que nos hacen más humanos. De hecho LAZOS es el acrónimo de Liderazgo educativo y estrategias antiullying para docentes, Amabilidad y competencias basadas en el cerebro social, Zonas amigables con 22 desafíos para potenciar fortalezas e inteligencia social de los alumnos, Oportunidades de aprendizaje para ser mejores, Solidaridad y aprendizaje de servicio. Los alumnos en este programa integral son los encargados de mantener la cultura escolar amigable con profesores mentores.

Usted se refiere también al bullying online, ¿cómo podemos reconocerlo?

Cuando los alumnos se acostumbran a ver que se trata de algo que es un problema de todos, los profesores llegan a tener que resolver hasta dos o tres casos por semana, y a veces ni dan abasto. Padres y docentes pueden empezar a observar de cerca la posibilidad de que se trate de las primeras fases del bullying cuando se dan al menos cuatro de las siguientes señales:

-Se niegan a participar de las clases on line con cámara encendida,

-Se muestran ansiosos antes de entrar a la sala, están pendientes del teléfono,

-Manifiestan que se ríen de él o ella cada vez que habla ante todos,

-Están pendientes de lo que puedan opinar de ellos,

-Hay un aumento de comportamientos nerviosos

-Hay quejas físicas frecuentes, como dolores de cabeza o de estómago, particularmente antes del inicio de las clases,

-Se muestra retraído o pensativo, más que de costumbre,

-Se autocritica, está pendiente de su imagen.

Si bien algunos adultos consideran los comportamientos de acoso como una parte inevitable del crecimiento. En algunas de mis investigaciones de terreno, ya en el 2004, cuestionaba esa suposición. Se han detectado síntomas de estrés postraumático en alumnos que sólo miraban situaciones continuadas de violencia en las aulas hasta pasados diez años del evento.

Fuente e imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-bullying-entorno-line-como-reconocerlo-casa-202105080138_noticia.html

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Las víctimas de acoso escolar tienen más riesgo de desarrollar conductas violentas

Por: ABC

«Es importante la prevención de la violencia, tanto de la victimización como de la agresión, ya que los datos indican que la violencia es un círculo vicioso; ser agresor o víctima conlleva un alto riesgo de desarrollar el rol inverso, consolidando y aumentando la violencia dentro y fuera de la escuela», señala Raquel Espejo, alumna de doctorado de la Universidad de Córdoba que ha realizado esta investigación.

La Universidad de Córdoba y la Universidad de Cambridge colaboran desde hace mucho tiempo para investigar aspectos relacionados con la violencia y así ayudar a disminuir los riesgos y prevenirla. Y una de sus recientes investigaciones detectaron que ser víctima de acoso escolar es un factor de riesgo para desarrollar conductas violentas en casa hacia la familia y en el colegio.

Ambas entidades llevan tiempo analizando la violencia, que se manifiesta de múltiples formas en distintos ámbitos de la vida y sigue genera graves consecuencias en diferentes áreas (sociedad, la economía, la salud de las personas y las relaciones). El inicio de comportamientos violentos puede ser visible desde la infancia y la adolescencia por lo que estudiar qué aspectos motivan el desarrollo de estas conductas y cuáles los frenan son, para los investigadores, elementos claves para su prevención.

Así, en esta investigación investigación, los autores han estudiado posibles factores de riesgo y protección para la violencia y han comprobado de este modo si se pronostican comportamientos violentos meses o incluso años antes de que se desarrollen.

Concretamente, el estudio se ha centrado en conocer si la moralidad, la victimización, la empatía y las competencias sociales y emocionales predicen la expresión de diversas conductas violentas en niños y adolescentes en diferentes contextos, incluyendo la escuela y el entorno familiar. «Estas conductas se refieren, por ejemplo, a conductas problemáticas en casa, incluyendo violencia física contra los padres, hermanos y hermanas; en la escuela, incluyendo violencia física contra el profesorado y compañeros; y otros entornos, incluyendo mala conducta en público», explica Raquel Espejo Siles, alumna de doctorado de la Universidad de Córdoba que ha realizado esta investigación durante su estancia en el Instituto de Criminología de la Universidad de Cambridge gracias a una de las becas ELMER de la Diputación de Córdoba.

En la investigación participaron 871 estudiantes de diferentes centros educativos de Andalucía de entre 10 y 17 años, a los que se le han realizado dos cuestionarios, uno en junio de 2017 y otro en junio de 2018.

Entre las conclusiones que vieron los expertos está que ser víctima del «bullying» es un factor de riesgo para desarrollar conductas violentas en casa hacia la familia y en el colegio. Se evidenció asimismo que aquellas personas que eran violentas en público o en clase tenían puntuaciones más alta en desconexión moral, lo que significa que solían buscar excusas para que estos actos parecieran menos graves de lo que en realidad eran.

«Encontramos que la violencia empleada directamente hacia las personas se relacionaba con la tendencia a tomar decisiones impulsivas y con una motivación ciega para lograr los propios objetivos, sin pensar en las desventajas o consecuencias negativas del uso de la violencia», revela Raquel Espejo.

En la escuela se verifica que puntuaciones altas en competencias socioemocionales como la conciencia social, la autogestión, la motivación y la toma de decisiones son, sin embargo, factores de protección contra la violencia.

Los datos muestran que la reducción de la victimización en el ámbito escolar podría ser eficaz para disminuir la violencia en diferentes contextos en el futuro. «Es importante la prevención de la violencia, tanto de la victimización como de la agresión, ya que los datos encontrados en esta y otras investigaciones indican que la violencia es un círculo vicioso; ser agresor o víctima conlleva un alto riesgo de desarrollar el rol inverso, consolidando y aumentando la violencia dentro y fuera de la escuela», señala Raquel Espejo, que ha trabajado junto a Izabela Zych, profesora del Departamento de Psicología de la Universidad de Córdoba y parte del grupo de investigación LAECOVI – Laboratorio de Estudios sobre Convivencia y Prevención de la Violencia en cuya línea de investigación se enmarca este estudio. El estudio también ha contado con la participación de David P. Farrington, catedrático de criminología de la Universidad de Cambridge, y Vicente J. Llorent, profesor del Departamento de Educación de la Universidad de Córdoba.

Según refleja esta investigación, capacitar a los adolescentes para que revalúen sus metas y las consecuencias de su comportamiento violento podría tener un impacto en la disminución de la violencia más adelante. Además, enseñar diferentes estrategias para resolver los problemas de forma diferente podrían ayudarlos a comparar y hacerles ver el alto coste individual y social que tienen los comportamientos violentos.

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-victimas-acoso-escolar-tienen-mas-riesgo-desarrollar-conductas-violentas-202010280111_noticia.html

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Investigación BBC | El horror de las escuelas religiosas donde se encadena a los niños (ADVERTENCIA: Este video contiene imágenes de escenas violentas que pueden herir la sensibilidad)

ADVERTENCIA: Este video contiene imágenes de escenas violentas que pueden herir la sensibilidad.

Una investigación especial del servicio árabe de la BBC reveló la magnitud del abuso infantil que se da en muchas escuelas religiosas de Sudán, conocidas como Khalwas.

También recogió denuncias de abusos sexuales dentro de estas escuelas islámicas.

Fuente: https://www.bbc.com/mundo/noticias-54616758

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Diariamente desaparecen en México siete niños, revela Red por los Derechos de la Infancia en México

La Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim) exigió que las autoridades locales así como federales localicen con vida a Dylan Esau

A tres semanas de la desaparición del niño Dylan Esau, de dos años de edad, ocurrida en San Cristobal de las Casas, Chiapas, la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim) exigió que las autoridades locales así como federales localicen con vida al menor.

La Redim aseguró que la respuesta de las autoridades repitió el patrón de “no atender con celeridad la desaparición y priorizar la carpeta de investigación por encima de la búsqueda de Dylan”.

La organización también aseguró que en este tipo de casos, las autoridades solo responden a presión mediática por lo que, al hacerse conocida la desaparición de Dylan, la familia obtuvo el respaldo para la búsqueda.

 

“Lamentablemente sólo responden a la presión pública o mediática como en el caso de Dylan Esau que ha tenido el respaldo de su familia y comunidad con un plantón permanente en la presidencia municipal, diversos acciones realizadas por integrantes de la sociedad civil, organismos internacionales y la ciudadanía en general”, indicó.

Hizo un llamado también a responder, de manera urgente, a lo que llamó “la epidemia de Niñez Desaparecida” y que ha dejado como saldo 12 mil 762 niñas, niños y adolescentes desaparecidos desde el inicio de la guerra contra el crimen, impulsada por el expresidente Felipe Calderón y continuada por Enrique Peña Nieto y ahora en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

Siete niños desaparecen diariamente en México

La Redim dio a conocer que en lo que va de 2020, el total de niños, niñas y adolescentes reportados como desaparecidos ha sido de mil 970.

De acuerdo co la Redim, se trata de, en promedio, siete niños desaparecidos diariamente en el país.

El 27 por ciento de ellos, es decir, 532 casos siguen desaparecidos y/o no localizados.

Las  cinco entidades federativas que presentaron un mayor número de niños, niñas y adolescentes desaparecidos en lo que va de 2020 son el Estado de México con 571, Jalisco con 311, Ciudad de México con 308, Morelos  con 110 y Durango con 65.

En conjunto suman el 69.3 por ciento del total.

De estas entidades, en el Estado de México el 6.6 por ciento siguen desaparecidos y/o no localizados, el 11.1 por ciento en Jalisco, el 24.1 por ciento en la Ciudad de México, el 5.3 por ciento en Morelos y el 0.4 por ciento en Durango.

Fuente: https://lopezdoriga.com/nacional/diariamente-desaparecen-en-mexico-siete-ninos-revela-red-por-los-derechos-de-la-infancia-en-mexico/

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Entrevista a Pressia Arifin-Cabo: “Los indicadores en educación y pobreza en México van a ser peores tras la pandemia”

Entrevista/06 Agosto 2020/Autora: Belén Hernández/elpais.com

Pressia Arifin-Cabo, representante adjunta de Unicef México, habla de los desafíos que afronta la infancia en el país latinoamericano, uno de los más castigados por la covid-19

Uno de los sismos más importantes que ha vivido México hasta ahora no ha sido provocado por un temblor de tierra. El coronavirus ha azotado al país latinoamericano y con 439.046 positivos y 47.746 muertos, hasta la fecha, lo ha convertido en el tercer país con más número de fallecidos por la covid-19 en todo el mundo. México, que vio cómo los primeros casos entraron por la capital por los barrios más acomodados, ahora se enfrenta a la cruda realidad de cómo el virus se está ensañando con las clases trabajadoras y las familias con menos recursos.

Sobre las consecuencias que sufrirá la infancia en México por la pandemia hablamos con Pressia Arifin-Cabo, representante adjunta de Unicef México, quien cuenta con más de 15 años de experiencia en gestión de programas de desarrollo y respuesta humanitaria en situaciones de conflicto y desastres. Fue la Especialista Regional de Emergencias para Unicef en Asia del Sur, donde trabajó en la respuesta tras el terremoto de Nepal en 2015 y en la crisis migratoria en Afganistán, en 2016. Esto nos respondía, al teléfono, el pasado 30 de julio.

Pregunta. México ha confirmado hoy —30 de julio— que ha sobrepasado los 45.000 muertos por la covid-19 y más de 400.000 positivos. ¿Cómo está viviendo la población esta situación?

Respuesta. Claramente se vive un problema de acceso a la salud pública y muchas personas que ni siquiera pueden acceder a la atención médica. Desde Unicef estamos muy preocupados por el impacto socioeconómico de la covid-19 en los niños, que parecen ser invisibles. Nadie habla del impacto mental, emocional que tendrán después de un año sin ir a la escuela. México tenía ya malos indicadores en educación y pobreza infantil y ahora con la covid-19 van a ser peores. En la encuesta a nivel nacional que realizamos el año pasado supimos que los hogares con ingresos reducidos en México son el 73,5%, mientras que los que no tienen hijos son el 57,9%. Además, el 48% de las familias del país están empleados en el sector informal, así que es fácil imaginar en qué situación se encuentran durante la cuarentena que no pueden salir ni trabajar. Solo tres de 10 hogares con niños reciben algún tipo de ayuda gubernamental,

P. Una amplía mayoría de la población mexicana vive de la economía formal y más de la mitad de los niños del país viven en situación de pobreza. A su vez, la ONU propone una renta básica temporal para 520 millones de latinoamericanos para frenar la pandemia, ¿qué supondría esto para las familias y sus hijos?

R. Es una buena medida y recomendación, pero va a depender de cada país y de su situación económica para poder implementarla. Lo que implicaría esta renta básica es que cada familia, independientemente de lo que ganen, van a poder comprar comida, medicinas y van a poder pagar su alquiler. Nos hemos dado cuenta a través de los sondeos que hacemos regularmente de que las familias se están adaptando a la pandemia a costa de dejar de pagar algunas obligaciones como la luz, el agua. También hacen frente a la situación suprimiendo las comidas diarias esenciales, o reduciendo las porciones. Al final están comprando comida más barata, y si se adaptan a las circunstancias de la covid-19 con estos métodos, podemos asegurar que van a empeorar las cifras de desnutrición infantil, particularmente las de sobrepeso y de obesidad, que ya sufren uno de cada tres niños en edad escolar en México. Esto es muy grave, porque según las estadísticas del número de niños que están afectados por el virus, los más vulnerables son aquellos afectados por esta dolencia.

P. De hecho, en junio se supo que en México la tasa de mortalidad infantil triplica a la de EE UU por la covid-19, y una de las causas era la obesidad…

R. Sí, esto es un problema muy grave en México y en Unicef estamos trabajando con el Gobierno para asegurar que hay medidas de prevención. Hemos conseguido que haya un etiquetado de los alimentos mucho más claro, y se está empezando a implementar, pero somos conscientes de que aún queda mucho trabajo por hacer.

P. En el informe anual de Unicef 2019 señalan que más del 63% de los niños han sufrido violencia en el hogar, ¿sospechan que esta cifra ha aumentado en la cuarentena?

R. Sí, claramente ha aumentado, aunque no tenemos aún cifras exactas, sabemos que las llamadas por violencia doméstica han crecido. El sondeo que hemos realizado durante la pandemia nos dice que los niños están sufriendo mucho estrés y el éste es uno de los indicadores que señalan que están viviendo violencia en sus hogares.

P. El 80% de los niños en sexto de primaria no han alcanzado los objetivos que se esperaban de ellos. Con el cierre de las escuelas esta situación se ha visto agravada ¿Hay ya medidas para parar esta brecha educativa?

R. Además de esta cifra anterior al covid-19, hemos averiguado que el 78,6% de los hogares con niños de edad escolar tuvieron dificultades para seguir la educación a distancia por falta de computadora o de Internet. Desde Unicef estamos trabajando junto a la Secretaría de Educación México para ver cómo se puede recuperar el aprendizaje que han perdido algunos niños. Estamos viendo cuáles son las alternativas para seguir estudiando, aunque resulta complicado. Sabemos que en el Estado de Chiapas ocho de cada 10 niños no tienen acceso a Internet. Estamos viendo como podemos ofrecer las llamadas low tech solution (soluciones de baja tecnología, en inglés) y así no solo dar cobertura educativa a quién tiene acceso a ella, sino especialmente a los que no.

P. En otros países se han puesto en marcha programas educativos a través de la radio o la televisión para hacer llegar este aprendizaje donde Internet no alcanza…

R. Sí, aunque estamos estudiando cómo de efectivo sería para la población en México. En un sondeo que realizamos a adolescentes nos arrojó datos de que la mayoría no escucha la radio, y la mayoría prefiere tener sus lecciones o su forma de comunicación con sus profesores sea por Whatsapp o Youtube o redes sociales, por lo que la radio es un medio muy marginal. Por otro lado, también tenemos que pensar si los docentes tienen acceso a estas herramientas. Hay personas en México que no pueden pagar el saldo de sus teléfonos para poder seguir comunicándose con sus alumnos y es un gran desafío.

P. ¿A qué otros retos se enfrenta la población mexicana ante la pandemia?

R. Antes de la pandemia, la inestabilidad económica también tenía consecuencias colaterales en la educación y en la violencia hacia la infancia. Ahora también nos preocupa mucho la inseguridad alimentaria, que ya existía y está muy presente en algunos hogares, pero con la covid-19, y según nuestro sondeo, uno de cada cuatro hogares con niños está afectado por falta de alimento. Unicef está trabajando en los cuatro Estados de México más vulnerables, entre ellos Tabasco, con el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (SNDIF) para distribuir cestas de comida, y que así las familias tengan acceso a una buena dieta. Desgraciadamente, y al mismo tiempo, ha habido un terremoto en Guajaca que ha afectado a 15.000 familias, y allí también estamos apoyando la crisis con esta medida.

Otro de los desafíos es el educativo. Para antes de la vuelta al colegio estamos capacitando y construyendo infraestructuras suficientes para que los niños puedan lavarse las manos en la escuela, algo clave en esta pandemia. En México, desafortunadamente, hay muchas que no las tienen. También estamos repartiendo insumos escolares para las familias que no tienen recursos.

P. Otro de los departamentos en los que Unicef da respuesta en el país es en el de niños migrantes que llegan a México, ¿cuál es la situación actual?

R. De momento el flujo es menor, al menos, de manera oficial. La preocupación es que se hace con los que llegan y tienen covid-19. Con o sin enfermedad, hay que determinar el interés superior del niño porque uno que tiene el virus y llega a México, no debería ser devuelto solo por eso y en esas circunstancias. Lo que estamos haciendo es sensibilizando, junto al Instituto Nacional de Inmigración, además de preparar los albergues con insumos de higiene, y monitorear constantemente su situación. Sus circunstancias son muy excepcionales y deberían tener acceso a una protección especial.

P. Una de las consecuencias de que se prolongue el cierre de las escuelas es que aumente el trabajo infantil, ¿este asunto es vital en México?

R. El trabajo infantil es una de las vías con las que las familias intentan sobrevivir en este tipo de situaciones. No podemos hablar aún de si ha aumentado o no la cifra oficial del trabajo infantil, pero sabemos que prolongar el tiempo en que un niño pasa fuera de la escuela lo hace más vulnerable para que trabaje de manera prematura para apoyar a la familia.

P. Unicef ha renovado el programa de 2020-2025 para dar cobertura humanitaria en México. Suponemos que la covid-19 ha cambiado las prioridades en este programa…

R. Fue una larga discusión de nuestro equipo porque no sabemos cuándo acabará la pandemia. Pero no es cuestión de cambiar prioridades, por qué los indicadores de antes en México no eran diferentes, solo van a empeorar. Vamos a tener los mismos problemas en nutrición, en educación, en inmigración, en violencia… En definitiva, nuestro planteamiento ahora es más cómo duplicar los esfuerzos y cómo jalar el retraso que van a sufrir muchos indicadores por esta pandemia.

P. ¿Ha crecido la solidaridad en México tras la pandemia?

R. No tenemos esa sensación. Es una de las peores situaciones que he visto, porque la pandemia ha afectado a todo el mundo y es difícil que la ayuda humanitaria se focalice en otros países. Si lo comparamos con el sismo que sufrimos en 2017, casi no hay ayuda ni apoyo del exterior, entre otras cosas, porque todo el mundo está sufriendo la misma crisis, así que tenemos que trabajar con lo poco que hay. Nuestra oficina está apoyada financieramente por el sector privado y las empresas están viviendo un momento muy delicado también. El impacto socioeconómico que viene tras la pandemia va a ser gigantesco.

Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/elpais/2020/07/30/planeta_futuro/1596129163_367135.html

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