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Centroamérica: Estrategia de prevención contra violencia y pandillas, causa perdida

Redacción: Bajo Palabra/12-12-2018

“El problema del reclutamiento de las pandillas, inicia con los niños de 12 a 14 años”, familias violentas y deshechas las causantes, dicen expertos.
Dadas la migración masiva de personas que huyen de la violencia y los asesinatos, y el evidente fracaso de las políticas represivas en el Triángulo Norte, los programas de prevención y rehabilitación frente al problema de las pandillas parecen ser la mejor solución. Pero su impacto seguirá siendo limitado a menos que los gobiernos inviertan tiempo y recursos en estrategias más eficaces y a largo plazo.

Había un muchacho al que llamaban ‘Chucky’. Empezamos a invitarlo a varios programas. Pero parecía que venía más para ver lo que estábamos haciendo, tomar fotos y grabar audios y videos”, dice Juan Alberto Sánchez, coordinador de seguridad de la policía municipal de Villa Nueva, recordando la historia del niño de 13 años y el centro juvenil comunitario El Éxodo mientras recorremos el violento barrio Zona 12 en las afueras de Ciudad de Guatemala.

“Nosotros se lo permitíamos y le preguntábamos ‘¿por qué nos filmas?’, a la vez que lo reteníamos y tratábamos de involucrarlo en las actividades [del centro juvenil]. Logramos que participara en las actividades recreativas […] pero para él era complicado participar activamente porque ya había empezado a involucrarse [con la pandilla]”.

Como agente de la policía comunitaria, Sánchez hace parte de una estrategia de prevención del problema de las pandillas implementada por las autoridades locales con el fin de alejar de las pandillas a los niños de la comunidad ofreciéndoles alternativas, como actividades culturales.

Pero no fue suficiente para Chucky. El muchacho ascendió rápidamente en la jerarquía de la pandilla Barrio 18, lo cual no le dejaba tiempo para nada más.

“A medida que ascendía en la jerarquía, Chucky se volvía cada vez más agresivo […] Era interesante ver que a veces como que se desconectaba, y de repente tenía que hacer algo, tenía que cumplir algún deber y nos decía ‘tengo que irme’.

“Cuando cumplió los 17 años, nos enteramos de que había sido “brincado” (la ceremonia para convertirse en miembro de la pandilla como tal). Lo mandaban a recolectar dinero de la extorsión cuando salía de El Éxodo… y finalmente fue asesinado por su propia pandilla”.

La premisa de la prevención

En el barrio Rivera Hernández de San Pedro Sula, Honduras, cada vez más extenso y asediado por la violencia, hay máquinas de gimnasio nuevas para los visitantes del “Centro de Alcance”, un centro de extensión comunitaria para los jóvenes del sector. El pastor Arnold, quien administra el centro, se refiere a este lugar como un oasis de seguridad, entrenamiento y recreación para los chicos.

En 2013, Rivera Hernández era el barrio más violento de la ciudad más peligrosa del país con mayores niveles de homicidio en el mundo. La violencia, junto con la pobreza y la falta de oportunidades, lo convirtieron en una excelente fuente de reclutamiento para las pandillas.

“Los jóvenes de por aquí no tienen nada que hacer, consumen drogas, roban […] tuvimos que proporcionarles un lugar donde pudieran relajarse y llevar a cabo actividades saludables”, explica Arnold.

Gimnasio del “Centro de Alcance” en Rivera Hernández

Durante años ha existido el consenso general de que estos programas, financiados por Estados Unidos, encargados de la prevención primaria —aquella dirigida a jóvenes en riesgo que aún no se han involucrado en las actividades de las pandillas— han tenido un impacto positivo. Rivera Hernández fue el primer barrio hondureño en tener este tipo de centro en 2009; actualmente hay 65 en todo el país, destinados a ofrecerles “un segundo hogar” a los jóvenes en situación de vulnerabilidad.

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En el barrio Zona 12 de Villa Nueva, el agente de policía Sánchez insiste en que el trabajo de prevención local ha ayudado en parte a controlar la violencia de las pandillas.

Las estrategias de prevención de la violencia también han sido exitosas en otros países. En Colombia, por ejemplo, las estrategias no represivas han sido reconocidas por su impacto en las pandillas callejeras. En Ecuador, las autoridades han llegado incluso a legalizar a las pandillas para reinsertar a sus miembros a la sociedad.

Estrategias con limitaciones

La escasez de datos científicos sobre el impacto de los programas de prevención en Guatemala, El Salvador y Honduras hacen que las evaluaciones objetivas sean difíciles, cuando no imposibles.

La fuerte politización que Estados Unidos ha impuesto al tema migratorio entorpece aún más el necesario debate científico.

Además, este tipo de proyectospor lo general carecen de los recursos necesarios para abordar uno de los principales factores de riesgo para el reclutamiento de las pandillas: los hogares disfuncionales.

“Son proyectos que funcionan hasta cierto punto”, dice Quique Godoy, ex vicealcalde de la Ciudad de Guatemala, quien también trabajó en USAID en el tema de la prevención.

“Cuando regresan a casa, los chicos se encuentran con una madre soltera, que trabaja entre 18 y 20 horas al día para poder llegar a fin de mes… o bien tiene una pareja violenta… Eso los aleja de casa y los lleva buscar a alguien que les ofrezca protección… y allí están las pandillas”.

El control que ejercen las pandillas en sus territorios hace que sea particularmente difícil llegar a un gran número de muchachos vulnerables, ya que no pueden cruzar fronteras invisibles sin poner sus vidas en peligro. Un exlíder de pandilla, entrevistado por InSight Crime a pocas cuadras del centro juvenil de Rivera Hernández, dijo que a los muchachos de su zona no se les permitía ir al centro.

Deficiencias institucionales y estructurales

El hecho de que las estrategias de prevención no logren resolver la crisis de seguridad en el Triángulo Norte no significa que deban dejarse de lado.

Los niveles de homicidios en los tres países permanecen entre los más altos del mundo; el desplazamiento interno y la migración continúan creciendo debido a la violencia de las pandillas; hay creciente evidencia de violaciones de los derechos humanos por agentes del Estado, así como una preocupante sofisticación criminal de la Mara Salvatrucha (MS13).

Los gobiernos centrales del Triángulo Norte parecen ser completamente indiferentes al potencial de las estrategias de prevención, lo que incluye la educación y la rehabilitación. Por el contrario, concentran todos sus esfuerzos y recursos en estrategias represivas.

“El problema [del reclutamiento de las pandillas] inicia con los niños de 12 a 14 años”, le dijo a InSight Crime el exministro de Gobernación de Guatemala, Francisco Rivas. “Hay escuelas primarias por todas partes [del país], pero no hay escuelas secundarias”.

Solo dos de cada 10 niños guatemaltecos asisten a la escuela secundaria, dijo el exministro, lo que les ofrece a las pandillas una formidable fuente de reclutamiento en áreas como Rivera Hernández o Villa Nueva.

Además, falta atención a las mujeres, hay ausencia de programas de rehabilitación en las cárceles, la lista de problemas adicionales que generan la violencia de las pandillas parece interminable.

Pero el potencial de estas estrategias de prevención no parece ser del interés de quienes están en el poder. Mientras continúen las estrategias represivas e inmediatistas, en lugar de los programas en múltiples frentes y a largo plazo, también continuará la violencia.

Fuente: https://bajopalabra.com.mx/detienen-a-tia-y-abuela-que-encadenaba-a-adolescente-en-florida

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«Falta una brigada conjunta de hombres y mujeres contra el machismo»

Por: El diario.es. 

Un alegato contra el feminicidio, una denuncia social que apunta a males sociales que se silencian como el machismo o a otros como el racismo o el clasismo que se practican sin rubor. Todo eso y quizá muchas otras interpretaciones son las que deja el libro ‘Los Divinos’ (Alfaguara, 2018) de la escritora colombiana Laura Restrepo (Bogotá, 1950).

Acaba de pasar por  Literaktum, el “festival de literatura y pensamiento de San Sebastián” que se celebra hasta el 24 de noviembre en la ciudad, centrado en  la temática del dolor como rasgo de la condición humana.

La periodista de eldiarioclm.es, Carmen Bachiller, fue la encargada de conducir ‘La vida duele II: La impunidad del monstruo’, uno de los cerca de 30 actos del festival, en este caso en  el Museo San Telmo de la ciudad, a través de una entrevista y un posterior coloquio.

‘Los Divinos’ es una historia de ficción basada en un hecho real: el secuestro, violación y asesinato de Yuliana Samboní, una niña indígena bogotana de siete años, torturada salvajemente por el arquitecto Rafael Uribe, hoy en prisión, y que sacudió a toda la sociedad colombiana en 2016.

Laura Restrepo es periodista, maestra y activista política vinculada al movimiento trotskista en España y Argentina y llegó a ejercer de mediadora en el proceso de paz de Colombia en los años 80 del pasado siglo. Su llegada a la literatura tuvo mucho que ver con la falta de libertad para publicar en su país y que le llegó a costar el exilio.

‘Los Divinos’ es una auténtica bofetada a las conveniencias sociales, al machismo, a los silencios cobardes de la sociedad con la violencia, del tipo que sea. Ella dice que  no tuvo más remedio que escribir la novela. Lo hizo en apenas tres meses con el convencimiento de que “la literatura es un puente” que, en este caso, permitiría “escarbar en la raíces y destapar lo que durante tanto tiempo ha sido un secreto: la idea de que para las mujeres es una deshora haber sido agredidas. Ha sido uno de los factores de silencio. Que hoy en día se pueda hablar de ello es realmente un cambio fundamental”.

«Cuento mentiras para decir verdades», comentaba durante la entrevista en Literaktum. ‘Los Divinos’ no es la crónica periodística de un hecho real sino un relato de ficción con personajes y situaciones tejidas por la autora para provocar una determinada reacción en el lector.

¿Qué tipo de sociedad crea monstruos capaces de violar y asesinar a una niña de siete años? Laura Restrepo obliga a hacer examen de conciencia con su novela, incluso en un país como Colombia con décadas de violencia a sus espaldas. «Habíamos sido un país de crímenes de guerra, de narcotráfico, por desalojo de tierras… Este lo fue por placer y lo realizó un tipo encantador, guapo, vestido de Armani y profesional impecable».

«No me interesaba tanto un seguimiento de los hechos porque ya lo había hecho la prensa profusamente, sino que fuera una novela intimista para entender en qué clase de sociedad vivimos para que algo así pueda suceder». La novela no carece de sentido del humor: «Ese humor bogotano, muy cínico, de buscar el doble sentido. Pero no quería hacer caricaturas ni pintar monstruos, que lo son, sino dejar ver esa apariencia de seducción».

El libro es una denuncia social en toda regla. Quizás también una especie de terapia porque hablar cura. Laura Restrepo aborda sin eufemismos la lacra de la violencia sexual. Consigue indignar pero también atemoriza la naturalidad con la que los personajes hacen uso de ella.

«Una vez que ha caído la ética religiosa, no alcanzamos a construir una ética laica, cívica. Hay una falta de códigos para tratarnos los unos a los otros y creo que es grave»

Hablar del mal en el más amplio sentido de la palabra no es algo nuevo en su trayectoria literaria, podemos verlo en ‘Pecado’ (Alfaguara 2016), como ella misma recordaba.

“Como militante política siempre he pensado que faltaba una visión ética de las cosas. Hemos llegado a un punto en la humanidad en que solo la política no nos da respuestas, a menos que la pongamos dentro de un marco ético determinado. Una vez que ha caído la ética religiosa, no alcanzamos a construir una ética laica, cívica. Hay una falta de códigos para tratarnos los unos a los otros y creo que es grave. Es una especie de analfabetismo en términos éticos. De  ahí mi obsesión por escribir del mal pero también del bien”, comentaba en Literaktum.

Los «preconceptos» sobre racismo o machismo en el mundo editorial

Con ‘Los Divinos’ vuelve a mostrar su sublime dominio del lenguaje que va mucho más allá de las meras palabras porque si algo caracteriza sus novelas es la idea de luchar contra lo políticamente correcto a través de la literatura.  No es una tarea nada fácil dentro del mundo editorial: le ocurrió con los prejuicios raciales cuando escribió ‘La novia oscura’ y su agente literario negociaba su publicación en distintos países del mundo y ha vuelto a suceder con ‘Los Divinos’. “Tienes que estar rompiendo siempre la falsa interpretación sobre el racismo o el machismo, sobre una serie de preconceptos por parte de los editores».

La dureza de la novela radica en que la víctima es una niña. «Los editores norteamericanos me pidieron que cambiase su edad, que fuese una teenager», confiesa Restrepo, quien explicaba que también quiso mostrar  distintas situaciones de «desprecio hacia  la mujer», curiosamente, desde la perspectiva de un narrador masculino.

«Si lo hubiera escrito desde el punto de vista de una mujer, era tal el odio por quien había cometido el crimen…Hubiera sido una novela en blanco y negro. No tenía interés. La violencia sexual es una abominación, eso ya se sabe».

La autora plantea en su novela «hasta qué punto el desprecio por la mujer se sitúa en una secuencia de situaciones que sí son tolerables para la sociedad. La cosificación, el desprecio, la utilización…” y, sin embargo, el libro no está exento de una crítica implícita a aquellas mujeres tan machistas o más que los hombres al prestarse voluntariamente al papel de mujeres objeto.

 “Creo en la fortaleza femenina, en la revolución de las mujeres porque tenemos un papel fundamental en la transformación de la sociedad”, dice, pero no es una mujer de blancos y negros sino más bien de intentar distinguir entre todos los colores, en cualquier aspecto de la vida. Por eso apunta a la necesidad de la autocrítica: “Está muy bien señalarnos como víctimas cuando lo somos pero también somos responsables en buena medida de un machismo que sigue rampante”, para confesar que “no me llama la atención el ‘abc’ del feminismo”.

Habla de la mujer colombiana con orgullo. “Es muy libre porque le ha tocado enfrentarse a toda clase de plagas. Los hombres se han ido a la guerra, al narcotráfico, con los paramilitares…y los pueblos salen adelante porque las mujeres se imponen a criminales, bandidos o políticos ladrones y logran mantener a la comunidad en pie”.

En Colombia apenas el 10% de las agresiones sexuales llegan a juicio, lo reconocía en  una entrevista en El Espectador Liliana Bernal, encargada de juzgar al asesino de la pequeña en un país que, dijo, “invisibiliza a sus víctimas”. ¿Por qué entonces este caso llegó a conocerse tanto, a llenar páginas de periódicos y tuvo a una abultada sentencia de 60 años? Laura Restrepo cree que “tuvo que ver con el hecho de que la niña fuese indígena, de una familia desplazada por la violencia y obligada a acercarse a la ciudad, habitando uno de los cinturones de miseria de Bogotá. Los indígenas en Colombia tienen una organización poderosa, una identidad muy fuerte”.

¿Y qué hay de la educación en igualdad en Colombia? “Allí el problema es más bien de clase”, respondía, para alejar la idea de que la mujer colombiana esté “relegada”. En su opinión “no es así porque si hay alguien que está jugando un papel en Colombia son las mujeres. Son tremendas”.

Falta una “brigada conjunta” de hombres y mujeres contra el machismo

Restrepo dedica el libro “al día en que todos los hombres, a la par que las mujeres, se manifiesten en las calles contra el feminicio”. ¿Cómo estamos de cerca para lograrlo?, le preguntaban. “Nos vamos acercando, sin la complicidad de los hombres no vamos a avanzar mucho. Sé de tanto hombre bueno que se horroriza a la par con las mujeres de tanto machismo y tanta violencia contra las mujeres… Han de ser una brigada conjunta”.

Este 2018 se ha caracterizado por la fuerza de movimientos feministas como el ‘Me too’, el 8M en España o ‘Ni una menos’ en Argentina, entre otros. “Todo este tema de la violencia sexual estaba tan tapado, tan reprimido…que ha tenido un momento de estallido muy interesante. En Lima, cuando llegas al aeropuerto, lo primero que ves son fotos de niñas a las que se busca. ¿Por qué tantas?, pregunté. Me dijeron que se las roban para los burdeles de la selva. Al menos ahora hay voluntad de denuncia, de protesta”.

Cree que hay interés en “ponerle fin a todo esto, desde cosas mínimas que nos hemos acostumbrado a tolerar” y se muestra esperanzada en que “ojalá se logre una transformación en la Justicia, tan de carácter patriarcal”.

Fuente de la reseña: https://www.eldiario.es/clm/Laura-Restrepo_0_836417427.html

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La infancia en Centroamérica está en peligro, según Save The Children

Redacción: Notimérica

Save the Children ha lanzado este martes 6 de noviembre la campaña ‘Infancia en Peligro’ para alertar sobre la «potencial crisis humanitaria que podría llegar a materializarse en México y Centroamérica si no se toman medidas».

A través de historias grabados el pasado mes de agosto en Guatemala y México, la organización quiere dar voz a adolescentes, niños y niñas migrantes, que «no tienen otra opción que escapar de la violencia o el hambre».

Para ello, la ONG lanza la web www.infanciaenpeligro.org y se moviliza en redes sociales en favor de la infancia y sus familias durante su periplo hacia Estados Unidos. Además, está recogiendo firmas para instar a Estados Unidos a que garantice su protección y respete sus derechos.

«La violencia en El Salvador, Honduras y Guatemala, el Triángulo Norte de Centroamérica, es asimilable a la de un conflicto armado. Estos países conforman una de las regiones más violentas e inseguras del mundo. Si a ello se le suma la persistente pobreza o la crisis en Nicaragua, tengamos claro que no cesarán los desplazamientos de miles de personas que en busca de protección internacional y de una vida mejor», afirma el director de Cooperación Internacional y Acción Humanitaria la ONG, David del Campo.

La organización insiste en que se garantice la protección de los miles de menores que componen la ‘Caravana Migrante’ y se implementen medidas que aseguren en todo momento el interés superior de los niños y las niñas, incluyendo el derecho a no ser separados de sus familias.

Según recuerda esta ONG, las maras y las pandillas representan actualmente «verdaderos ejércitos» que reclutan niños, niñas y adolescentes para ejercer la delincuencia y estima que el número de los miembros de las maras equivale al 83% del total de efectivos armados en los ejércitos o el 89% de la policía de la región.

CONDENADOS AL ESTIGMA Y SEPARADOS DE SUS FAMILIAS

Alerta, además, de que, como ocurre habitualmente durante las entradas irregulares de México a Estados Unidos, quienes aspiren a cruzar se tendrán que poner en manos de los ‘coyotes’ para pasar la frontera, con el consecuente riesgo que conlleva para su seguridad. Si finalmente llegan a sus destinos, «tendrán que vivir bajo el estigma derivado del aumento de la retórica política que criminaliza a las personas migrantes en Estados Unidos».

La organización también mantiene su preocupación ante las medidas policiales que han llevado a que menores sean separados de sus familias de manera indefinida y retenidos en jaulas. Alerta también de que de que las niñas y los niños detenidos corren mayor riesgo de sufrir depresión y ansiedad, experimentan un mayor índice de intentos de suicidio o autolesiones y padecen trastornos de salud mental y problemas en su desarrollo.

Fuente: https://www.notimerica.com/sociedad/noticia-infancia-centroamerica-peligro-save-the-children-20181106155326.html

 

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Colombia: Docentes bajo amenaza de muerte

Siete maestros han muerto de forma violenta durante lo que va corrido de 2018, sumándose a los 1.200 que han sido asesinados desde 1998.

América del Sur/Colombia/RCN

Los docentes del país también están en el grupo de personas que junto a líderes sociales y defensores de Derechos Humanos han sido asesinados en Colombia.

Las amenazas que recibió el profesor Juan de Jesús Moreno cuando era docente en el municipio de Cartagena del Chaira, fueron el preámbulo de la situación que terminó hace tres días en el municipio de Curillo, Caquetá.

José Omar Orozco, del sindicato de maestros del departamento del Caquetá, narró que “hacia las 5 y 50 de la tarde del pasado 16 de julio lo asesinaron dentro de su habitación que queda en la misma institución educativa donde él laboraba”.

A la profesora María Eugenia Londoño, las autoridades le han contado cinco amenazas de muerte. La semana pasada en pleno sector de Teusaquillo, en Bogotá, a la docente, coordinadora de la Escuela Nacional de la Federación Colombiana de Educadores, Fecode, intentaron asesinarla.

Y recuerda como si estuviera viviendo el momento en tiempo presente: “Llego con mi escolta hacia las 8 de la noche aproximadamente, el taxi me deja en la puerta del hotel, yo logro entrar a la recepción, el escolta me deja allí y calculo que mi escolta habría dado unos 15 pasos cuando escucho tres disparos”, asegura la docente, tras señalar que dos hombres armados dispararon en su contra y huyeron en una motocicleta sin dejar rastro.

El asesinato del docente Juan de Jesús Moreno en el Caquetá; el atentado contra la profesora María Eugenia Londoño en Bogotá; las amenazas de muerte hechas por teléfono a la maestra  Deyanira Ballestas en el Sur de Bolívar, son todos hechos ocurridos en menos de dos semanas, y retratan, según Carlos Rivas, presidente de Fecode, el panorama por el que atraviesan los educadores del país.

“Llevamos 1.217 maestros asesinados en 20 años; en este año han sido abatidos 7 maestros y creemos que es una cifra exagerada y significa que el Estado no controla el monopolio de las armas, que aquí hay gente que está imponiendo su propia autoridad y eso nos parece sumamente delicado”, agrega el dirigente sindical.

Regiones como el Caquetá, en donde se ha denunciado el desplazamiento durante lo que va corrido del año de 30 docentes por amenazas en su contra, Cauca en donde han circulado panfletos amenazantes, Nariño, Antioquia, Bolívar y Córdoba, se convierten, según Fecode, en los escenarios más peligrosos para el ejercicio de la docencia.

“Hoy tenemos una verdad de a puño en nuestro país y es que nos están cobrando nuestra lucha por una escuela de paz, nuestra lucha por la consolidación de los acuerdos de paz; lo que sí tengo claro es que en este país que se llama democrático, estamos reclamando de las autoridades nacionales y de la comunidad internacional que se fije en este país en el que se va a repetir la historia del genocidio de la UP”, puntualiza la profesora Londoño.

Fecode anunció que acudirá a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos donde elevará una denuncia por la grave situación de inseguridad que vienen atravesando los maestros en Colombia como consecuencia de las amenazas y los 60 asesinatos a docentes que en promedio se han presentado cada año desde 1998 en el país.

Fuente: https://www.rcnradio.com/recomendado-del-editor/docentes-bajo-amenaza-de-muerte

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Nuevas violencias sociales, ¿qué dice la escuela?

Por: Julio Rogero

En nuestra sociedad, la sociedad neoliberal de rendimiento, el sujeto de rendimiento parece libre, ejerce violencia sobre sí mismo y se autoexprime hasta límites insospechados.

La violencia escolar, plasmada en el acoso, el ciber-acoso, las agresiones físicas, la disrupción en el aula y en otras formas visibles, hoy se hace intolerable para el conjunto de la comunidad educativa y para la sociedad. Cada vez que se hace público algún hecho de este tipo en los medios de comunicación la repulsa colectiva es generalizada. Todos reconocemos que muchas de estas violencias en la escuela son reflejo de las que se dan en la sociedad de forma habitual. Pero no son esas las que quiero considerar en este breve artículo. Hay otras violencias un tanto invisibles, poco analizadas y sobre las que la sociedad actual y la escuela dicen muy poco o nada, pero son protagonistas en ellas. Esas provienen del exterior de nosotros mismos o que nosotros mismos provocamos sobre otros.

Aunque la violencia parece que permanece constante, cambia en sus manifestaciones. Hemos pasado por diferentes estados a lo largo de la historia: el de la violencia de las sociedades arcaicas basada en la muerte; la sociedad donde los soberanos ejercen la violencia sangrienta como castigo a los súbditos por transgredir la ley; en la modernidad la violencia brutal se va retirando y haciendo cada vez menos visible, “se esconde pudorosa”, a la vez que se completa con el asentamiento de las sociedades disciplinarias y sus medios de represión y control. En nuestra sociedad, la sociedad neoliberal de rendimiento, el sujeto de rendimiento parece libre, ejerce violencia sobre sí mismo y se autoexprime hasta límites insospechados.

Son muchos los autores que analizan hoy las características de este tipo de sociedad con su violencia invisibilizada, que en la “sociedad de rendimiento” produce el “sujeto de rendimiento” (Byung-Chul Han), responsable único de su propio éxito o fracaso, empresario de sí mismo, autoexplotado en la máxima precariedad, que se asiente en el sistema capitalista en su fase de neoliberalismo extremo. Es importante tenerlo en cuenta, porque sus manifestaciones se dan de forma similar en la institución escolar, como veremos más adelante.

Hasta hoy, la violencia física, que ha sido dominante, establece una relación dialéctica entre yo y el otro, el amigo y el enemigo, el igual a mí y el diferente-distinto, que lleva con frecuencia a la anulación-eliminación del otro. Hoy la violencia se centra en la modificación de nuestra subjetividad; ya no es material, es anónima; no es física es psíquica; no es negativa es positiva, es anónima, sistémica y coincide con la propia sociedad, por eso se hace oculta. Es una violencia autoproducida en el interior de la subjetividad humana, mucho peor que cualquier otra porque no se tiene conciencia de ella y, lo peor, la víctima se cree libre.

Estas formas de violencia predominan en la denominada “sociedad de rendimiento” neoliberal donde lo importante son los resultados. En ella se da la exigencia de permanecer en el éxito constante a través de mecanismos que llevan a sentirse requeridos a ser triunfadores, de competir con los demás a base de sacar lo máximo de sí mismo y autoexigirte para, siendo empresario de ti mismo, cubrir las expectativas del rendimiento social que se te exige. Los efectos son las enfermedades psíquicas del siglo XXI, entre otras están el agotamiento, el estrés o la depresión con sus efectos, con la autoagresión que pueden producir hasta llegar al suicidio. Un titular de hace unos días d’El Diari de l’Educació nos decía que el 42% de los ingresos en las urgencias psiquiátricas de en el Hospital San Joan de Déu (Barcelona) en 2015 son por conductas autolesivas.

Esta violencia aparece invisibilizada porque es estructural y sistémica. El sistema de vida producido en el seno del capitalismo salvaje actual lleva consigo la pulsión de muerte, que incorpora a sí mismo todas las formas de violencia, hoy también las internas ejercidas sobre nosotros mismos. Es un orden simbólico impuesto que la invisibiliza para que se perpetúe la dominación y la sumisión. Así se hace muy difícil que las víctimas tomen conciencia de esa violenta relación de dominio y lleva a la producción de la servidumbre voluntaria en las que se acepta acríticamente la sumisión al poder, al amo, a la autoridad, al sistema, al mercado o como quiera que lo denominemos, en sus viejas y nuevas formas de sometimiento.

Es la violencia que genera la actual cultura de la competitividad, y tanto la vida colectiva como la individual se basan en ella. Es la nueva forma de guerra de baja intensidad, sin sangre, de todos contra todos y, hoy especialmente, de cada uno contra sí mismo y a favor de sí mismo, ya que de lo que se trata es de triunfar y de ser programado y planificarse para ello.

También se manifiesta en la violencia que produce el miedo. Somos las víctimas de un miedo bien producido y administrado por el poder para clavarlo en nuestra subjetividad y en la vida cotidiana para que le pidamos que garantice nuestra seguridad a costa de nuestra libertad. El miedo hoy es un entorno que todo lo envuelve. Forma parte del medio en que vivimos. Es el miedo al fracaso, el miedo a no encontrar un trabajo digno, el miedo a no poder tener una vivienda en condiciones, el miedo a envejecer porque no se sabe qué será de las pensiones, miedo al otro (al vecino desconocido, al diferente, al inmigrante…), a una vida precaria, a no dar la talla, miedo a un futuro incierto, a no saber competir, a no tener un currículo competitivo, a caer en la pobreza, a no poder dar a los hijos lo que necesitan, el miedo al cambio climático, al colapso de una sociedad en quiebra, el miedo a nosotros mismos… Se aprovechan de todas las posibles amenazas para inculcar e inocular el miedo en nuestro interior. El desmantelamiento premeditado del Estado del bienestar está produciendo un malestar permanente ante las incertidumbres de un estado permanente de precariedad vital. Así hemos entrado, dice Paul Virilio, en el “nuevo gobierno de la inseguridad social”, y que “la gran violencia producida por el miedo es que impide vivir y ese es el peor de los asesinos”.

No pretendo hacer un desarrollo exhaustivo, pero nos quedan muchas violencias que presentar y analizar. Entre otras están: la violencia que niega los derechos humanos más básicos, cuyas víctimas son los más débiles de la sociedad; la violencia de género, que hay que combatir cada día con más decisión; y la violencia ecológica con sus correspondientes efectos de la violencia que el ser humano ejerce sobre la naturaleza: catástrofes naturales, extractivismo, agotamiento de los recursos. Ante un futuro tan incierto, la infancia es la máxima víctima de la violencia ecosocial.

Queda pendiente la pregunta sobre la respuesta que da la escuela a este tipo de violencias invisibles que, sin duda, también se dan en el ámbito educativo escolar. Algunos creemos que es donde se aprenden y así se modula el “sujeto neoliberal de rendimiento”. Es posible que no se sea consciente de ellas o que queden en un segundo plano ya que las que nos importan son las violencias visibles (acosos de todo tipo y otras) que nos escandalizan a todos y en las que todos hemos puesto nuestro máximo empeño en erradicar. Pero de esto hablaremos más adelante.

Fuente noticia: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/12/14/nuevas-violencias-sociales-que-dice-la-escuela/

Fuente imagen: http://clarajusidman.com.mx/wp-content/uploads/2015/08/1er-Concurso-de-Grafitti-51-1021×575.jpg

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Sudan: Mediation Between Darfur Students, University Unsuccessful

Sudán/31 de Julio de 2017/Allafrica

Resumen: Los comités de mediación del estado del Nilo Blanco y Jartum no han podido resolver los problemas que afectan a cientos de estudiantes Darfuri de la Universidad Bakht El Rida. Sus compañeros en Sennar y Kassala salieron a las calles para expresar su solidaridad.

El Duweim / Sennar / Kassala / Khartoum — Mediation committees from White Nile state and Khartoum have failed to solve the problems concerning hundreds of Darfuri students of the Bakht El Rida University. Their fellow students in Sennar and Kassala took to the streets to express their solidarity.

On Sunday, Darfuri students of the Bakht El Rida University who were still staying in El Duweim in White Nile state, began to return to Darfur after negotiations with the government failed. The authorities refused to meet the demands of the students, and readmit 14 expelled students and halt the prosecution of ten others accused of killing two policemen two months ago.

The problems began on 9 May, when the police of El Duweim violently broke up clashes between student members of Sudan’s ruling party and opposition students over a disputed guild election at the Bakht el Rida University. Two policemen were killed. Seventy Darfuri students were detained that day.

Investigations into the policemen’s deaths are still underway, Amnesty International said in a statement on Wednesday.

The Darfuris at the university protested the expulsion of 14 of their fellow students and the detention of the alleged killers in vain. This caused more than 1,000 students to collectively submit their resignation from the university last week because of «the security services and the university administration’s racial targeting of Darfuri students».

The students then decided to deliver their demands to the federal Ministry of Higher Education in Khartoum. After the authorities in El Duweim told bus owners not to admit them, more than 1,500 Darfuri students then began to walk to the Sudanese capital.

At Sheikh El Yagout village, south of Khartoum, agents of the National Intelligence and Security Service (NISS), stopped the marching students. They told the villagers not to provide food and beverages to the stranded protesters and the students «to return to where they came from».

Mediation attempts

Kamal El Zein, member of the students’ Crisis Management Committee, told Radio Dabanga that «five rounds of mediations did not lead to any solution».

The Darfuri Students Committee along with other parties met with the Bakht El Rida University administration and the El Duweim Security Committee again on Sunday morning in a renewed attempt to bring the views of two parties together.

«The University administration however refused to comply with any proposal submitted by the students,» El Zein said.

«As a result, the remaining Darfuri students, feeling they have been subjected to fierce racism by the university’s administration, began to leave for their homes today.»

The student leader warned that «These intensely discriminatory actions will have consequences not only for the Bakht El Rida University and the government of White Nile state, but also for Sudan in general».

He again appealed to the University administration to reconsider its stances and readmit the dismissed students. «More then 1,200 Darfuri students are losing their future in this way.»

Eastern Sudan solidarity

On Sunday, hundreds of students of the University of Sennar took to the streets in the capital of Singa in a short protest march against the incidents in White Nile state.

«After a discussion organised by student associations about the violence committed against students in the Sudanese universities, we held a mass rally in Singa that lasted more than a quarter of an hour,» a student leader told Radio Dabanga.

«We marched through the streets expressing our rejection of all practices by Sudanese universities’ administrations against students, especially the arbitrary dismissal and arrest of Darfuri students of the Bakht El Rida University.»

He said that the police and security agents did not intervene. «We safely returned to the campus.»

Students of the University of Kassala as well held discussions and vigils inside and outside the university, in protest against the abuses of students in the Sudanese universities.

«Our discussion meeting on Sunday began around 10 am and continued until 3 pm,» a student reported to this station.

«The meeting dealt with the case of the Darfuri students at Bakht El Rida University, Asim Omar, student at the University of Khartoum who is accused of killing a policeman and will be brought to trial on July 26, and the students dismissed from the Red Sea University.»

Darfuri students at the Blue Nile University in Ed Damazin, as well condemned «the excessive violence carried out by pro-National Congress Party institutions against students in Sudan».

One of the students told Radio Dabanga on Sunday that «the excessive and systematic violence by university administrations and students loyal to the regime against Darfuri students is just downright racism.

«This is intentional,» he added. «If the Darfuri students revolt, Khartoum will accuse them of resorting to violence.»

Khartoum

In Khartoum, the opposition forces allied in the Sudan Call, a two-page document calling for regime-change and democracy, called for the re-admission of all expelled and resigned Darfuri students to the University of Bakht El Rida.

In a statement on Sunday, the Sudan Call called for the «immediate ending of all forms of targeting and discrimination of students based on their origin or political affiliation by university administrations, police and security forces».

The group urged «a transparent and fair investigation into the complaints about racial abuses directed against the Darfuri students by employees of the Bakht El Rida University administration».

The allied opposition further called for the immediate release of Sudanese Congress Party leaders Ibrahim El Sheikh and Bakri Yousif who were detained when they wanted to visit the students at Sheikh El Yagout.

On Thursday, members of the Sudanese parliament completed a signature campaign to summon the Minister of Higher Education concerning the violence carried out against the Darfuri students of Bakht El Rida University.

Discrimination

In January, Amnesty International issued a report in which it documented attacks on Darfuri university students going back three years.

Fuente: http://allafrica.com/stories/201707240649.html

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Redes intoxicadas

Por: Carlos Miguélez Monroy

Un grupo de adolescentes golpea a otros jóvenes en lugares públicos de forma aleatoria, por pura diversión. Ocurre en México pero se conoce en el mundo entero por las redes sociales y algunos medios de comunicación, que multiplican los videos que difundieron las autoridades de seguridad para identificar a Los Centinelas, que graban sus propios golpes, empujones, insultos y otras formas de humillar a jóvenes en inferioridad numérica o que van con sus novias.

Los videos han cumplido su función: muchos de los jóvenes han sido identificados debido a denuncias anónimas de víctimas y de sus familiares. Pero parece que las autoridades se pasaron de frenada al delegar en una ciudadanía hastiada de la violencia, de la corrupción y de tantos problemas que les aquejan la responsabilidad de identificar a estos miembros de grupos violentos. Olvidaron un principio fundamental de la comunicación en la época de las redes sociales: no se pueden controlar las consecuencias de fotos y de videos una vez que se publican en las redes sociales.

Ahora hay quienes piden represalias violentas contra unos jóvenes desadaptados. En semejante ambiente de violencia, estos jóvenes corren el riesgo de convertirse en víctimas de otros con el mismo desequilibrio. La justicia por la propia mano.

“Qué mal está la juventud”, dicen algunos adultos, como si en su época no hubieran existido “pandillas” que buscaban a homosexuales para golpearlos o grupos que iban a macro-fiestas para pegarse. Por los comentarios en redes sociales y la cobertura que han hecho la mayor parte de los medios de comunicación, parece como si se hubiera producido una descomposición social repentina entre “niños bien” de escuelas privadas. Con una anécdota preocupante, muchos medios de comunicación han convertido a la juventud en un nido de bullies que dedican su tiempo libre a amedrentar y a golpear a otros por diversión.

La publicación de estos videos en las versiones digitales atraen visitas y esto atrae publicidad. Dinero. Lo mercantil queda por encima de la responsabilidad de informar con un contexto adecuado, de preguntarse por las causas, de generar un debate informado y sosegado, de identificar la antigüedad de problemas que vienen de muy atrás. Los problemas se magnifican y deforman por el efecto multiplicador de unas redes sociales inundadas por escenas de maltrato animal, de golpes, de humillaciones y de violencia sin filtro ni contexto. Nuestra visión del mundo se nubla.

Este ambiente de negatividad puede desembocar en cierto irremedismo: como todo está tan mal, no hay nada que hacer. Al final, esto beneficia a quienes ejercen la violencia o a quienes pretenden aprovechar las circunstancias para justificar atropellos y abusos. El autoritarismo se alimenta de cierta percepción del caos y de la negatividad.

La responsabilidad del debate generado recae también en las personas, que cuentan con libertad y responsabilidad para decidir lo que publican y lo que comentan en sus perfiles de redes sociales. Antes de compartir con sus contactos un video con secuencias de violencia o de maltrato animal pueden preguntarse para qué. “Para darle visibilidad a un problema”, decimos muchas veces a modo de autoengaño, pues ya sabemos, como los demás, que existen el maltrato animal y la violencia. Pero también sabemos que cada mañana nos levantamos para ir a trabajar, para ir a estudiar, que gente que nos rodea hace cosas buenas, ayuda, hace deporte, cuida de su pareja, de su familia.

Con una mayor reflexión sobre el uso de las redes sociales se puede evitar el rechazo y el efecto boomerang que producen ciertas publicaciones, o el desgaste de la sensibilidad ante la violencia y el sufrimiento de los seres vivos. A veces provocamos falta de sensibilidad cuando buscamos justo lo contrario.

Tanta negatividad genera una necesidad de contrapeso que llega en forma de una inundación de recetas de cocina, como si fuéramos a tener tiempo en nuestra vida de seguir todas las recetas de Bien Tasty. Abundan los recetarios para la salud y para la felicidad: el brócoli y la coliflor, el yoga, el mindfulness y el coaching, citas bonitas pero mal atribuidas. Tendremos que preguntarnos si no estamos convirtiendo las redes sociales en un batiburrillo contra nuestro aburrimiento y nuestra soledad.

Ecoportal.net

CCS

http://ccs.org.es/

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