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La mutilación genital femenina: La esperanza florece en Somaliland

Somaliland/29 de Mayo de 2016

Por: Emanuela Zuccala

Las mujeres de Somaliland están trabajando con una ONG para eliminar una de las prácticas más antiguas y extremas de la mutilación genital femenina.

«En mi noche de bodas, sentía como si me prendieran fuego en una herida abierta», nos cuenta una mujer enfurecida con los ojos del color de la miel. «El lo disfrutaba pero yo experimenté el mismo dolor que sentí cuando siendo una niña, a cielo abierto, cortaron mis genitales con una cuchilla de afeitar y luego los cerraron cosiéndolos con espinas. No me pude mover durante 10 días porque mis piernas estaban atadas entre sí. Ni siquiera podía ir al baño. Mis recuerdos de todo ello son muy amargos y se mantienen intactos en mi memoria».

Nuura Mahamud Muse (35 años) se sienta en una cabaña en las afueras de Daami. Madre de seis niñas habla del ritual que se practica en su país para sancionar la virginidad femenina.

«No voy a dejar que toquen a mis hijas, pese a todo,» afirma mientras suena la llamada al rezo del mediodía de los muezines. «No quiero que ellas sufran como yo en cada ciclo menstrual, en las relaciones sexuales y al dar a luz. No me importan las habladurías de los vecinos».

Nuevas tierras, mismas viejas tradiciones

Daami está situada mas allá de las orillas del río Waaheen, en Hargeisa, la ventosa capital de la region de Somaliland. Situada en el Golfo de Adén, Somaliland declaró su independencia en 1991, después de la caída del dictador somalí Siad Barre.

Pero pagó por su libertad: la comunidad internacional no reconoce este estado con sus cuatro millones de habitantes divididos en tres clanes familiares que, aparte de la guerra, tienen todo lo demás en común con Somalia: la lengua, la pobreza y una cultura patriarcal que mezcla el Islam con tradiciones ancestrales.

Estas incluyen la «gudniinka fircooniga«, la forma «faraónica» de mutilación genital femenina o infibulación, un sello de castidad infligido a las niñas desde la edad de cinco años. Todos los genitales externos se eliminan, a continuación, la vagina se cose utilizando aguja e hilo o espinas de la planta qodax (espina en somalí), de crecimiento silvestre en toda la región, hasta que los tejidos terminan cerrando la herida, dejando un pequeño orificio para que pase la orina y la sangre menstrual. El corte es abierto de nuevo en la noche de bodas.

De acuerdo con un informe de 2016 de UNICEF, alrededor de 200 millones de mujeres en todo el mundo desarrollan infecciones, quistes crónicos, dolor menstrual insoportable, relaciones sexuales angustiantes y dolorosas y complicaciones durante el parto. Todo en nombre de ideales de moral y respetabilidad.

De los 27 países africanos donde se realizan diversos tipos de amputación vaginal, es en Somalia y Somaliland donde la práctica esta mas extendida y en estos países también se realiza el tipo más extremo: «El noventa y ocho por ciento de nuestras mujeres están infibuladas y son recosidas de nuevo después del nacimiento de cada hijo, lo que significa entre seis a 13 remiendos genitales a lo largo de sus vidas», dice Sadia Abdi, Directora de ActionAid en Somaliland, que estudió en el Reino Unido y regresó a su Hargeisa nativa para reanudar la batalla que comenzó cuando tenía sólo 14 años. «Yo salve a mi hermana pequeña de la infibulación», nos dice. «Mi madre no paraba de decirme: ‘No puedes luchar contra ello. Es parte de tu identidad y condición de mujer y un precepto islámico'».

«Cuando un imán me aseguró que no hay rastro de esta práctica en el Corán, se lo dije a mi madre y ella cedió, pero cargue con el honor de la familia sobre mis hombros. Me sentí muy aliviada cuando mi hermana encontró un marido que quería casarse con ella por amor, a pesar de que era diferente a las demás».

Sadia no habla de sí misma. Ella dice que la infibulación es «un acto extremo de violencia contra las mujeres, un concepto de dominación masculina que satura nuestra sociedad y perpetúa la desigualdad de género». Pero escuchándola se puede sentir una tenacidad que le sale de las entrañas.

«Mi hija tiene cinco años y ella permanecerá intacto», afirma. «No va a perder ni un día de escuela porque su sangre menstrual la queme del dolor; podrá jugar y correr sin miedo a que los puntos de su corte puedan romperse y abrir la herida; nunca va a maldecir el hecho de haber nacido mujer».

Presión social

Para poner de relieve cuan abrumadora es la presión social a favor de esta terrible práctica, Sadia nos recuerda la historia de su prima, que se suicidó porque no sufrió la infibulación y en la escuela se burlaban de ella llamándola «kintirleeyi«: un insulto para las mujeres con clítoris.

Gracias a la paciente terquedad de Sadia Abdi y el compromiso de ActionAid, hay hoy 53 coaliciones de mujeres en Somaliland que desafían el gran tabú.

Hawa Muhumed Madar (65 años), dirigente de las mujeres en el pueblo Agamsaha, admite que se siente culpable por haber dejado infibular a su hija. «En aquel entonces, la tradición no se discutía, pero ahora somos fuertes, estamos unidas y no vamos a soportarlo más».

La misma postura revolucionaria ha sido asumida por Maryan y Nymco que eran infibuladoras profesionales hasta hace bien poco, ganando de $ 10 a $ 15 por cada chica. «Se nos ha mostrado como es contrario a la ley islámica», afirman, «por lo que ahora enseñamos eso en nuestras comunidades.»

La alta mortalidad materno-infantil

La portavoz de la batalla por la liberación de la mujer y la abolición de la mutilación genital tiene 78 años de edad: es Edna Adan Ismail, partera, ex ministra de asuntos exteriores y delegada de las Naciones Unidas. En la década de 1970, fue la primera mujer en el Cuerno de África, que se atrevió a manifestarse públicamente en contra de la ferocidad del ritual faraónico.

«Significa la muerte para madre e hijo,» asevera en el hospital que construyó en Hargeisa con sus propios fondos y agrega que la tasa de mortalidad materno-infantil, en Somaliland es más de cuatro veces superior a la media de los países en desarrollo.

«Sólo siete hospitales en Somaliland llevan a cabo cesáreas; en los otros centros de salud, si la barrera artificial no ha sofocado al niño, la costura es desgarrada con unas tijeras, lo que puede provocar una fístula, (un agujero en la vagina que permite que las heces o la orina pasen a través), la peor sentencia de muerte posible».

«¿Por qué crees que he estado luchando contra la infibulación durante más de 40 años? Porque la infibulación mata.»

La lucha contra la ignorancia

«Hemos creado un movimiento nacional, que incluye la participación de maridos y líderes religiosos, pero no hemos conseguido aun una masa crítica» dice Aamina Milgo, presidente de la Red contra la mutilación genital femenina en Somaliland. En un país donde las estadísticas del gobierno muestran que el 85% de las mujeres son analfabetas (en comparación con el 64% de los hombres), su objetivo principal es combatir la ignorancia.

«Hay personas que creen que el clítoris crecerá de manera desproporcionada si no se corta y otros que acusan a los occidentales de incitarnos en contra de nuestra propia cultura. En el pasado, nos infundieron la creencia de que el sufrimiento de esta tortura era algo que debía enorgullecernos. Al día de hoy, para muchas mujeres, no estar cosidas supone un estigma».

A pesar de que los códigos de los clanes predominan sobre las leyes del Estado e incluso sobre la sharia islámica, las coaliciones de mujeres luchan por la abolición y la ilegalización de la mutilación femenina, tal como ha ocurrido ya en 21 países de África afectados por este problema.

«Hay un borrador de propuesta de Ley en el Parlamento desde 2011,» afirma Sadia Abdi «, pero el Ministerio de Asuntos Religiosos, que examina y evalúa todas las decisiones, aun no ha tomado posición en este tema».

Tolerancia cero

Un importante Imán, Yusuf Abdi Hoore, explica el punto crítico: si bien la infibulación «es cruel, y ajena al Islam», una modalidad mas leve de circuncisión femenina aparece en una tradición profética (hadiz) y por lo tanto, de acuerdo con la escuela islámica seguida en Somaliland, se la reconoce como una obligación. «Se llama ‘sunnah‘: una muy pequeña incisión en el clítoris, que confiriere belleza y pureza».

Pero las mujeres rechazan cualquier concesión: «Exigimos tolerancia cero para todos los tipos de mutilación genital», dice Abdi Sadia que, con ley o sin ley, quiere cambiar la forma de pensar de la gente.

«Con la creación de conciencia, fomentando el conocimiento en los pueblos y consiguiendo involucrar a madres, padres y líderes religiosos, tengo la esperanza de que la próxima generación se librará de los horrores de la infibulación».

Mientras sopla el cotidiano viento de la tarde, Sadia nos lleva a ver Hargeisa desde una posición elevada: una geometría plana perturbada por las colinas gemelas Naaso Hablood (pechos de chica) – como si la feminidad, en este no-lugar, floreciera ya desde el horizonte.

Somaliland tiene la mayor incidencia de mutilación genital femenina, que todavía está en torno al 98%.

La alta tasa de abandono en la escuela secundaria esta directamente relacionada con la infibulación: una vez completado el ritual, las jóvenes se convierten en casaderas.

Este articulo Ha sido realizado por el proyecto «UNCUT» contra la mutilacion genital femenina con el apoyo de «Innovation in Development Reporting Grant Programme (journalismgrants.org) del «European Journalism Centre (EJC), financiado por la Fundación de Bill & Melinda Gates, y llevado a cabo por ActionAid (action-aid.it) y la asociación cultural Zona (zona.org/en/).

Fuente: http://www.sinpermiso.info/textos/la-mutilacion-genital-femenina-la-esperanza-florece-en-somaliland

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Amnistía Internacional publica su política y su investigación sobre la protección de los derechos de las trabajadoras y los trabajadores sexuales

Noruega/26 mayo 2016/Autor: Amnistía Internacional

“Si un cliente se porta mal contigo, al final tienes que solucionarlo tú misma. Sólo llamas a la policía en caso de peligro de muerte. Si llamas a la policía, lo pierdes todo.»

–Trabajadora sexual de Noruega

Amnistía Internacional publica hoy su política sobre la protección de las trabajadoras y los trabajadores sexuales frente a los abusos y las violaciones de derechos humanos, junto con cuatro informes de investigación sobre este asunto en Papúa Nueva Guinea, Hong Kong, Noruega y Argentina.

“Las personas dedicadas al trabajo sexual están especialmente expuestas a sufrir toda una serie de abusos contra los derechos humanos, como violación, violencia, extorsión y discriminación. Con demasiada frecuencia la protección de la ley y los medios de resarcimiento con que cuentan son escasos o inexistentes», ha explicado Tawanda Mutasah, director general del Programa de Derecho Internacional y Política de Amnistía Internacional.

“Nuestra política indica que los gobiernos deben tomar aún más medidas para proteger de los abusos y violaciones de derechos humanos a quienes se dedican al trabajo sexual. Nuestra investigación pone de relieve los testimonios de estas personas y los problemas a que se enfrentan a diario.»

La política

La política de Amnistía Internacional es la culminación de extensas consultas de ámbito mundial, un minucioso examen de datos sustanciales y normas internacionales de derechos humanos e investigación directa, llevados a cabo a lo largo de más de dos años.

Su aprobación formal y su publicación son el resultado de una decisión democrática, tomada por el movimiento global de Amnistía Internacional en agosto de 2015 (disponible aquí) y de la que se informó ampliamente entonces.

En la política se formulan varios llamamientos a los gobiernos para que, entre otras cosas, garanticen la protección contra el daño, la explotación y la coerción; la participación de las trabajadoras y los trabajadores sexuales en la elaboración de las leyes que afectan a su vida y a su seguridad, el fin de la discriminación, así como el acceso a la educación y a oportunidades de empleo para todas las personas.

Se recomienda la despenalización del trabajo sexual consentido, incluida la anulación de las disposiciones legales que prohíben las actividades conexas, como la prohibición de la compra y el ofrecimiento de servicios sexuales y de la organización general de trabajo sexual Esta recomendación está basada en la evidencia de que tales disposiciones hacen a menudo que las personas dedicadas al trabajo sexual estén menos seguras y que se abuse de ellas con impunidad, pues es frecuente que tengan demasiado miedo a que las sancionen para presentar una denuncia ante la policía. Las leyes sobre el trabajo sexual deben estar centradas en la protección contra la explotación y los abusos, no en intentar prohibirlo por completo y sancionar a quienes se dedican a él.

La política de Amnistía Internacional refuerza su postura de que el trabajo forzoso, la explotación sexual infantil y la trata de seres humanos son abusos atroces contra los derechos humanos, que hacen necesaria una acción concertada y que, con arreglo al derecho internacional, han de estar penalizados en todos los países.

“Queremos que se modifiquen las leyes para centrarlas en conseguir que la vida de las personas que se dedican al trabajo sexual sea más segura y que mejore su relación con la policía, a la vez que se aborda el problema absolutamente real de la explotación. Queremos que los gobiernos se aseguren de que ninguna persona es coaccionada para vender servicios sexuales o no puede dejar el trabajo sexual si decide hacerlo», ha añadido Tawanda Mutasah.

Queremos que se modifiquen las leyes para centrarlas en conseguir que la vida de las personas que se dedican al trabajo sexual sea más segura y que mejore su relación con la policía, a la vez que se aborda el problema absolutamente real de la explotación. Queremos que los gobiernos se aseguren de que ninguna persona es coaccionada para vender servicios sexuales o no puede dejar el trabajo sexual si decide hacerlo.
Tawanda Mutasah, director general del Programa de Derecho Internacional y Política de Amnistía Internacional

La investigación

Un extenso trabajo de investigación, incluidos cuatro informes específicos desde el punto de vista geográfico que se han publicado hoy junto con la política de Amnistía Internacional, muestra que las trabajadoras y los trabajadores sexuales sufren a menudo terribles abusos contra los derechos humanos. Es así debido en parte a la criminalización, que agrava su situación de peligro y marginación y les impide buscar protección contra la violencia y solicitar servicios jurídicos y sociales.

“Algunas trabajadoras sexuales nos contaron que la criminalización permite a la policía acosarlas y no dar prioridad a sus denuncias y a su seguridad», ha explicado Tawanda Mutasah.

En vez de centrarse en proteger a las trabajadoras y los trabajadores sexuales de la violencia y el crimen, las autoridades encargadas de hacer cumplir la ley de muchos países se centran en prohibir el trabajo sexual por medio de la vigilancia, el acoso y las redadas.

La investigación de Amnistía Internacional revela que las personas que realizan trabajo sexual suelen tener muy poca o ninguna protección frente a los abusos y carecer de resarcimiento por medios judiciales incluso en los países donde la venta de servicios sexuales es legal.

Papúa Nueva Guinea

En Papúa Nueva Guinea es ilegal vivir del trabajo sexual y organizar actividades de comercio sexual. La homosexualidad también está penalizada y es la principal causa de procesamiento de trabajadores sexuales.

La investigación de Amnistía Internacional ha determinado que esta legislación penal permite a la policía amenazar, extorsionar y detener arbitrariamente a las personas dedicadas al trabajo sexual.

Las trabajadoras y los trabajadores sexuales de Papúa Nueva Guinea sufren en grado extremo estigmatización, discriminación y violencia, incluidos la violación y el asesinato. Según una encuesta de investigación académica de 2010, en un periodo de seis meses el 50% de las personas dedicadas al trabajo sexual en la capital del país, Port Moresby, habían sido violadas por clientes o por la policía.

Amnistía Internacional escuchó testimonios terribles de personas que habían sido sometidas a violación y abusos sexuales por agentes de policía, clientes y otros agresores, pero tenían demasiado miedo para denunciarlo porque incluso ellas mismas se consideraban «ilegales».

Mona, trabajadora sexual sin hogar, contó a Amnistía Internacional: “La policía comenzó a golpear a mi amigo [un cliente] y a mí […] Seis agentes tuvieron sexo conmigo uno tras otro. Estaban armados, así que tuve que hacerlo. No tengo ningún apoyo para denunciarlos ante los tribunales. Fue muy doloroso, pero lo he dejado estar. Si recurro a la ley, no podrán ayudarme, porque el trabajo sexual es ilegal en Papúa Nueva Guinea.»

La policía de Papúa Nueva Guinea ha utilizado preservativos como prueba contra personas dedicadas al trabajo sexual, a quienes a menudo se estigmatiza y se acusa de ser «propagadoras» de enfermedades. Esta práctica hace que muchas se abstengan de buscar información y servicios de salud sexual y reproductiva, incluso para el VIH/sida.

Mary, trabajadora sexual, explicó: “Cuando nos agarra o nos retiene la policía, si nos encuentran condones nos golpean y dicen que promovemos el sexo o que somos las que propagamos enfermedades de esas como el VIH. La policía pide dinero; nos amenaza o nos dice que le demos tanto. Nosotras se lo damos, porque tenemos miedo de que nos golpeen si no.”

Hong Kong

En Hong Kong, vender servicios sexuales no es ilegal si se trata de una persona que lo hace en un domicilio particular. Sin embargo, trabajar en lugares aislados deja a las trabajadoras y los trabajadores sexuales en situación vulnerable, expuestos a sufrir robos, agresiones físicas y violaciones.

En su calidad de trabajadora sexual, Queen contó a Amnistía Internacional: “No he denunciado nunca ningún delito, como violación, porque temo que me acusen de ofrecer servicios sexuales.”

No he denunciado nunca ningún delito, como violación, porque temo que me acusen de ofrecer servicios sexuales.
Queen, trabajadora sexual en Hong Kong

Las personas dedicadas al trabajo sexual en Hong Kong no sólo reciben poca protección de la policía, sino que a veces son sometidas deliberadamente a acoso por ella.

La investigación de Amnistía Internacional revela que los agentes de policía ejercen a menudo sus atribuciones de manera indebida para atrapar y sancionar a estas personas tendiéndoles trampas, extorsionándolas y coaccionándolas. Se permite que agentes de policía de incógnito reciban en el curso de su trabajo determinados servicios sexuales de personas dedicadas al trabajo sexual para conseguir pruebas. Amnistía Internacional ha registrado también casos de policías o individuos que afirmaban serlo que dijeron a trabajadoras o trabajadores sexuales que podían librarse de sanciones legales si les daban dinero o sexo «gratis».

Las personas trans dedicadas al trabajo sexual suelen ser objeto de prácticas policiales especialmente abusivas, como humillantes e invasivos cacheos integrales, practicados por agentes varones a mujeres trans.

“Hay mucho manoseo y mucha mofa”, explicó un abogado que defiende a personas trans dedicadas al trabajo sexual en Hong Kong.

Tras su detención, las trabajadoras sexuales trans pueden ser enviadas a centros de detención para hombres y a unidades especiales para personas con enfermedades mentales.

Noruega 

En Noruega, comprar servicios sexuales es ilegal, pero el acto directo de venderlos, no. Otras actividades relacionadas con el sexo están penalizadas, entre ellas la «promoción de la prostitución» y alquilar establecimientos para vender servicios sexuales.

A pesar del alto índice de violaciones y violencia de clientes y bandas organizadas, el grado de resistencia de las personas dedicadas al trabajo sexual a denunciar la violencia ante la policía es muy alto.

“Fui a casa de un hombre. Me dio dos puñetazos en la cara. No lo denuncié a la policía. No quiero que figure en mi historial”, dijo a Amnistía Internacional una persona dedicada al trabajo sexual.

Fui a casa de un hombre. Me dio dos puñetazos en la cara. No lo denuncié a la policía. No quiero que figure en mi historial.
Persona dedicada al trabajo sexual en Noruega

Amnistía Internacional escuchó el testimonio de varias personas dedicadas al trabajo sexual en Noruega que habían denunciado violencia a la policía y habían sido desalojadas de sus hogares o expulsadas por haber hablado con la policía.

En virtud de la legislación noruega, las trabajadoras y los trabajadores sexuales corren riesgo de desalojo forzoso, pues sus caseros pueden ser procesados por alquilarles la casa si venden servicios sexuales en ella.

Una persona que representaba a una organización noruega de defensa de los derechos de las trabajadoras y los trabajadores sexuales explicó: «Si los caseros no proceden al desalojo, la policía interpone una querella criminal contra ellos […] La policía anima a los caseros a tomarse la justicia por su mano y aplicarla ellos mismos.”

Las personas dedicadas al trabajo sexual no pueden tampoco agruparse para trabajar por motivos de seguridad ni contratar servicios de terceros en funciones de seguridad, pues probablemente se calificaría de «promoción de la prostitución» según la ley.

Buenos Aires, Argentina 

En teoría, la venta o compra de servicios sexuales no es ilegal en Buenos Aires, pero en la práctica a las personas dedicadas al trabajo sexual se las criminaliza por medio de diversas leyes que sancionan actividades conexas y que no distinguen entre trabajo sexual con consentimiento y trata de seres humanos.

En la investigación de Amnistía Internacional se determinó que entre las personas dedicadas al trabajo sexual en Buenos Aires el grado de resistencia a denunciar violencia a la policía era muy alto.

“[El cliente] me pagó y estaba a punto de bajarme del auto cuando me agarró del cuello y me cortó con un cuchillo. Le di todo el dinero que tenía y mi teléfono celular, y me dejó ir,” dijo a Amnistía Internacional Laura, trabajadora sexual que se desempeña en la calle.

Explicó que no había denunciado la violencia ni el robo a la policía porque le parecía que iba a ser una pérdida de tiempo: “No me van a escuchar, porque soy trabajadora de la calle.”

La policía suele abordar arbitrariamente en la calle a las personas que se dedican al trabajo sexual, que en ocasiones tienen que pagar reiteradas multas y son sometidas a libertad vigilada. Es ilegal que la policía o los fiscales de Buenos Aires tengan en cuenta la apariencia, la vestimenta o los modales de una persona al hacer cumplir una ley que penaliza la comunicación relacionada con el trabajo sexual en público. Sin embargo, la aplicación de estos criterios es un hecho, y en sus operaciones la policía se dirige específicamente contra las personas trans que se dedican al trabajo sexual.

En Buenos Aires, aunque desarrollen su actividad en domicilios particulares, las trabajadoras y los trabajadores sexuales suelen sufrir largas y violentas inspecciones y allanamientos de la policía, así como extorsiones y chantajes.

Las personas que se dedican al trabajo sexual en Buenos Aires informaron también de problemas para acceder a los servicios de salud, entre ellos una enorme estigmatización y discriminación.

Realmente no teníamos acceso a los servicios de atención a la salud, porque siempre que íbamos a un hospital los médicos se burlaban o nos atendían en último lugar.
Persona trans que se había dedicado al trabajo sexual en Buenos Aires, Argentina

«Realmente no teníamos acceso a los servicios de atención a la salud, porque siempre que íbamos a un hospital los médicos se burlaban o nos atendían en último lugar», dijo a Amnistía Internacional una persona trans que se había dedicado al trabajo sexual.

Amnistía Internacional comprobó que estos obstáculos habían hecho que algunas personas que realizaban trabajo sexual prescindieran por completo de estos servicios.

Nada justifica los abusos

“En demasiadas partes del mundo, las trabajadoras y los trabajadores sexuales carecen de protección de la ley y sufren espantosos abusos contra los derechos humanos. Esta situación no puede justificarse jamás. Los gobiernos deben tomar medidas para proteger los derechos humanos de todas las personas, incluidas las que se dedican al trabajo sexual. La despenalización es sólo una de las medidas necesarias que los gobiernos pueden tomar para garantizar la protección frente al daño, la explotación y la coerción», ha manifestado Tawanda Mutasah.

Fuente:

https://www.amnesty.org/es/latest/news/2016/05/amnesty-international-publishes-policy-and-research-on-protection-of-sex-workers-rights/
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Puerto Rico albergará convención anual de educadores y terapeutas sexuales

Puerto Rico, San Juan/25 mayo 2016/ Autor:EFEUSA/Fuente:Hola Ciudad

Puerto Rico organizará del 8 al 12 de junio próximos la edición 48 de la convención anual de la Asociación de Educadores, Consejeros y Terapeutas Sexuales de América (AASECT, por su sigla en inglés), en la que se discutirán diversos temas relacionados con la pedagogía de la sexualidad.

Según se detalla hoy en la web de la Asociación Puertorriqueña de Educación, Consejería y Terapia Sexual, al evento acudirán cientos de profesionales de todo el mundo especializados en campos como educación sexual, trabajo social, consejería, terapia, psicología, sociología, enfermería y medicina.

Entre los temas que se discutirán están por ejemplo los beneficios de los juguetes sexuales, las posibilidades de la terapia sexual sin sexo, la adicción al sexo, el sexo entre adolescentes, la relación entre autismo, pubertad y sexualidad, o la toma de decisiones sexuales asistidas para jóvenes adultos con discapacidades intelectuales, entre otros.

Asimismo, algunas de las conferencias versarán sobre la «intervención con células madres autólogas para la atención de las disfunciones sexuales en hombres y mujeres» y «la violencia doméstica en parejas del mismo sexo: prevalencia, implicaciones y recomendaciones de política pública».

Otros temas serán la «reacción de hombres heterosexuales de 25 años o más ante el ‘empoderamiento’ sexual de la mujer», «el diseño exploratorio y experimental del código deontológico para la práctica de la sexología en Puerto Rico» y la «investigación participativa en la comunidad para la promoción de la salud sexual y el activismo: experiencias de campo en Puerto Rico».

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Los niños: vivir en violencia

Por: Abelardo Carro Nava

Con el paso de los años nos hemos acostumbrado al clima de violencia que se vive en México. Se ha vuelto tan rutinario escuchar en las noticias, con los vecinos, con los amigos, con los compañeros de trabajo, con nuestra pareja; en fin, con quienes regularmente convivimos, que a tal o cual persona la asaltaron, la secuestraron, la golpearon, la violaron, la sobajaron o la insultaron.

Como decía, se ha vuelto tan rutinario que tal hecho se observa –sobre todo en las grandes ciudades– con indiferencia. –¡Ni es de mi familia, por qué lo voy a defender!, ¡ay, Dios mío, pobre hombre (o mujer) lo están golpeando!, ¡bien merecido lo tiene, con seguridad andaba en malos pasos –. Son algunas de las expresiones que regularmente oímos decir a propios y extraños.

México, hay que reconocerlo, está sumergido en un clima de violencia nunca antes visto. Causas que han originado tal clima, son variadas y muchas de ellas, han estado ligadas a la fragilidad del estado de derecho, los altos niveles de corrupción y, por supuesto, el narcotráfico.

Desde mi perspectiva este último, es el que ha calado más hondo en la cultura del pueblo.

Recuerdo muy bien que hace un año, en una visita que realicé a la hermosa ciudad de Mazatlán, Sinaloa y, en una más reciente al bello estado de Chihuahua, me topé de frente con un fenómeno que, desde hace mucho tiempo, ha venido creciendo de manera imperceptible; me refiero pues, a los grupos norteños y/o bandas cuyas canciones, han llevado a uno que otro interprete, como Gerardo Ortiz, a ser citado ante las instancias judiciales. Nada malo tendría este aspecto que se relaciona con una de las más bellas expresiones del ser humano, la música; sin embargo, el manejo que se le da a través de los medios de comunicación –redes sociales y canales de televisión–, son de llamar la atención, pues en éstos se exhibe: dinero, camionetas lujosas, armas, joyas, mujeres –con poca ropa– y demás superficialidades que, de alguna manera, genera cierta reflexión y análisis sobre lo que uno quiere para sus hijos. Y esto… esto es precisamente lo que se está transmitiendo al pueblo cual esponja, absorbe y reproduce.

No, no crea que me espanto ante este tipo de cuestiones, solo le pediría cinco minutos de su tiempo para que viera en el canal de YouTube, un video que se titula “Narco Cultura, el documental”, publicado por el periodista Shaul Schwarz, en el que se evidencian todas y cada una de las cosas que líneas atrás describo y afirmo.

¿Qué es lo que pasa entonces?, ¿cuál es la aspiración de nuestros niños y jóvenes dado el contexto en el que se encuentran?, ¿cuál es el papel del maestro y la escuela mexicana?

Por principio de cuentas, y con la idea de sustentar mi dicho, quiero compartirle algunos datos sobre la violencia existente en el mundo, misma que incluye a niños y jóvenes menores de 18 años. Tanto el Fondo de las Naciones Unidas para la infancia (Unicef) como el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), han reconocido alguna forma de violencia en más de 40 millones de éstos, motivo por el cual, se integró hace unos años la Ley General de los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes, misma que en nuestro país, es y ha sido, letra muerta.

Ahora bien para el caso de México, esta misma organización (Unicef), dio a conocer algunas cifras que, desde mi perspectiva, son alarmantes: “62% de los niños han sufrido maltrato, 10.1% de los estudiantes han sido agredidos físicamente, el 5.5% ha sufrido violencia sexual y, el 16.6%, violencia emocional”.

Si esto no fuera suficiente, permítame brindarle un dato más: 21 millones de niños viven en pobreza y, de éstos, 4 millones 700 mil padecen pobreza extrema (Unicef).

Pobreza, violencia y cultura, son aspectos que indiscutiblemente han influido para que consideremos este tema, tan real como cierto, pero que es negado por varios funcionarios del gobierno federal en turno. Y es que mire usted, el mensaje que el pasado 29 de abril dirigió el Presidente a los niños y niñas de México, por el Día del Niño, sonó de lo más hueco y absurdo. El trabajo, explotación, pornografía y violencia infantil es una realidad ¿Por qué negar tales hechos si a la luz de las investigaciones se revelan con claridad tales fenómenos cuya magnitud es alarmante?, ¿por qué no atender la educación preescolar en lugar de proponer meros paliativos a través de las guarderías infantiles?, ¿por qué no dar paso a la aplicación irrestricta de la ley sin menoscabo alguno? La respuesta es simple: vale más la política que las realidades que enfrentan millones y millones de niños mexicanos.

profe-durango¿Vivimos en un país donde la violencia se ha vuelto una costumbre? Si. ¿La escuela y los maestros pueden hacer mucho al respecto? Desde luego. Sin embargo el trabajo es de todos, sin miramientos ni falsas promesas.

Ciertamente en los últimos días, el caso de maestros o maestras que han abusado de sustatus con el propósito de agredir o discriminar a sus estudiantes ha llamado la atención y han sido, si no me equivoco, sancionados pero… ¿serán los únicos que deben ser separados de sus cargos por sus actos cuando a diario se observa corrupción y tráfico de influencias en otros funcionarios públicos?

Como diría mi abuela: “o todos coludos o todos rabones”. Frase que encaja muy bien en este contexto, sobre todo, cuando nos enteramos de líderes sindicales o exfuncionarios públicos que han robado dinero del erario que, con dificultades, aportamos los mexicanos a través de nuestros impuestos.

El cansancio de la gente ante estos hechos es evidente. ¿Eso explica la violencia? Probablemente, pero también, los factores que con antelación señalaba. Trabajar a favor de los niños y niñas de México, es una prioridad. La creación de más leyes que sancionen o endurezcan sus penas colabora, si, pero en lo más mínimo.

Pensemos pues, en una educación que fortalezca los valores universales que son tan necesarios en un contexto violento como el nuestro si es que realmente pretendemos que nuestros niños y niñas sean mejores ciudadanos y mejores seres humanos.

Publicado primeramente en: http://www.educacionfutura.org/los-ninos-vivir-en-violencia/

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Mi hijo es el golpeador de su clase, ¡yo no le he enseñado eso!

/Familias.com
Los medios de comunicación, las redes sociales y los padres con frecuencia son el origen de las conductas violentas en los niños. Entérate cómo evitar este gran mal.
  • Cuando alguien nos dice que nuestro hijo anda en malos pasos, creando problemas o peor aún, agrediendo a otros niños, nos cuesta mucho trabajo aceptar que sea cierto. Inmediatamente aseguramos que nosotros no fomentamos la violencia y mucho menos la permitimos en nuestro hogar.En mi trabajo como docente me he encontrado —desafortunadamente, cada día con más frecuencia— que cuando a un padre de familia se le comunica que su hijo agrede a sus compañeros o maestros, de manera inmediata niega enseñar o fomentar esa violencia; y curiosamente, se enojan. Cuando juntos y con calma revisamos algunas situaciones de crianza, de hábitos o de estructura familiar, fácilmente encontramos que sí, que efectivamente el niño está aprendiendo a ser violento en casa. ¿Cuáles son estas situaciones?
  • 1. Violencia intrafamiliar

    Definitivamente, la principal razón por la que los niños suelen ser agresivos es porque tienen un familiar o alguna persona violenta viviendo en casa. La violencia familiar solamente genera más violencia. Cuando un niño es violentado, agredido o humillado por quien se supone debe cuidarlo y amarlo, busca a otros más pequeños o iguales que él para ejercer la violencia de la cual él mismo es objeto.

  • 2. Programas de televisión

    Cuando un niño enciende el televisor o la computadora, abre una puerta en la intimidad de tu hogar por donde pueden entran un sinfín de cosas y no todas correctas. Actualmente, pocos niños ven televisión o ingresan al Internet en compañía de un adulto que les ayude a filtrar, entender y dosificar todo lo que ven y escuchan en estos medios. Se dice que hoy en día, un niño de 6 años de edad ya ha visto en su corta vida violencia doméstica, asaltos, violaciones, accidentes y más homicidios que los que un adulto de la generación pasada vería en toda su vida. Es por ello que debes ser muy prudente al escuchar y ver las noticias amarillistas o la llamada nota roja, telenovelas, talk shows, etcétera. Procura no hacerlo frente a tus hijos, o mejor aún, tampoco los veas tú. Este tipo de programas solo contaminan la mente de quienes los ven.

  • 3. Juegos de video

    Todos aquellos juegos que implican matar, destruir o lastimar seres humanos, animales o cualquier otro ser vivo, no es adecuado para un adulto y mucho menos para un niño. Hay muchos juegos divertidos que puedes acercar a tus hijos, pero nunca un juego violento o que implique el uso de armas.

  • 4. Nuestra forma de comportarnos

    Algunos adultos somos groseros o agredimos a quienes nos rodean con nuestra forma de reaccionar ante determinadas situaciones. En ocasiones, solemos justificarnos diciendo que se trata de nuestro temperamento, nuestro carácter o inclusive, la forma en que fuimos criados y educados, que así somos y que no podemos cambiar. Sin embrago, cualquier argumento se derrumba si ese comportamiento está dañando a los que te rodean y principalmente si se trata de tu propio hijo. Si es tu caso, esfuérzate por ser un poco más amable y paciente, vigílate de pedir las cosas por favor y dar las gracias. Inclusive, muévete de una manera más apacible y discreta. Bajar el volumen y tono de voz también puede ser de gran ayuda.

  • 5. Nuestro vocabulario

    Dice una frase que «las palabras lastiman más que los golpes» y es muy cierto, un hueso roto termina por soldar con el tiempo, pero un espíritu quebrado pocas veces se recupera. Tal vez no haya violencia física explícita, pero si las palabras son duras y crueles, es lo mismo o peor que un acto que implique violencia física. Su efecto en la tierna mente de un infante es marcarlo de por vida.

  • 6. Cómo resolvemos nuestros problemas

    ¿Cómo reaccionas cuando te enojas o te frustras? ¿Tiras cosas?, ¿las rompes? ¿Gritas y blasfemas? Bueno, pues hagas lo que hagas, le estás dando una lección de vida a tu hijo, ya que le muestras cómo se reacciona ante la adversidad. Lo mismo sucede cuando gritas y peleas con un vendedor, pateas un perro en la calle o le gritas a otro conductor. Lecciones y más lecciones de vida para que tu hijo reaccione igual o peor cuando él pase por las mismas situaciones. Mejor muéstrale cómo resolver los problemas, cómo dialogar y cómo encontrar soluciones por los medios correctos.

  • 7. Carencia de buenos modales, consideración y amabilidad en casa

    Los buenos modales nunca pasan de moda. La consideración y amabilidad hacia los que nos rodean son el bálsamo que evita la fricción entre los seres humanos, hacen la vida más llevadera y acrecientan los lazos afectivos. No los olvides, ni los consideres nimiedades.

    Si tras revisar todos estos puntos las conductas violentas de tu hijo continúan, es necesario que te acerques a un profesional para revisar a fondo la situación y ayudar a que pronto desaparezcan. Nunca nadie debe aceptar o acostumbrarse a la violencia, en ninguna de sus formas. No permitas que se propague o afecte a los que amas.

    Publicado originalmente en: http://familias.com/5074/ser%20padres/mi-hijo-es-el-golpeador-de-su-clase-yo-no-le-he-ensenado-eso

  • Imagen: https://media.deseretdigital.com/file/2ff1034127.jpg?crop=top_0~left_0~width_1920~height_1078&resize=width_630~height_354&c=9&a=44c9e695
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BID: Sex, Violence, and Drugs Among Latin American and Caribbean Adolescents: Do Engaged Parents Make a Difference?

Fuente. BID/ 22 de Abril de 2016

Autores: Ruprah, Inder J.; Sierra, Ricardo; Sutton, Heather

This paper uses data from the Global School-based Student Health Survey to investigate the prevalence of health risk behaviors, in particular substance use, risky sexual behavior, and violence among adolescents in 15 Latin American and Caribbean countries. Using logit regressions and meta-analysis, we find that having parents engaged in raising their children is associated with significantly reduced problem behaviors in adolescents. That said, in the Caribbean the prevalence of health risk behaviors in adolescents is higher and engaged parents is lower than in Latin America, and the correlation between engaged parenting and reduced risk behaviors is generally weaker. Nonetheless, for both subgroups of countries, engaged parents do appear to make a difference.

 

sexo, violencia y drogas ….

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Aumentan las dificultades del acceso a la educación y la salud para los niños en Afganistán

Afganistán/ 18/04/2016/ Fuente y Autor de la noticia: El Heraldo de Saltillo.

El acceso a la educación y la atención sanitaria para los niños en Afganistán presenta cada vez más dificultades, advierte un informe conjunto de la Misión de las Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA) y UNICEF presentado este lunes en Kabul.

El informe “Educación y salud en riesgo” analiza cómo la violencia, las amenazas y la intimidación por todas las partes involucradas en el conflicto en el país deterioraron la tarea de los profesionales de la docencia y de la salud.

El conflicto entre el Gobierno afgano con los talibán ha causado el cierre parcial o total de más de 369 escuelas en 2015, afectando a más de 139.000 estudiantes y 600 profesores.

El año pasado se documentaron 125 incidentes relacionados con el acceso a la asistencia sanitaria donde fallecieron 20 profesionales de la salud, 43 fueron heridos y 66 secuestrados.

En el mismo periodo, hubo 132 incidentes relacionados con el acceso a la educación, causando 11 muertos, 15 heridos y 49 secuestrados.

La mayoría de los incidentes documentados en 2015 incluían amenazas de muerte, cierres forzosos de escuelas, asaltos a los trabajadores y el envío de cartas, especialmente dirigidas a niñas, prohibiéndolas asistir a la escuela.

El representante especial del Secretario General para Afganistán, Nicholas Haysom, señaló que los resultados del informe son profundamente preocupantes y que es inaceptable la violencia y las amenazas a las que se enfrentan maestros, doctores y enfermeras.

Fuente de la noticia: http://elheraldodesaltillo.mx/2016/04/18/aumentan-las-dificultades-del-acceso-a-la-educacion-y-la-salud-para-los-ninos-en-afganistan/

Imagen: http://elheraldodesaltillo.mx/wp-content/uploads/2016/04/AUMENTAN.jpg

Socializado por:

Dulmar Pérez. Candidata al Doctorado Pedagogía, Magister en Docencia Universitaria, Especialista en Docencia para la Educación Inicial. Ha publicado artículos internacionales y nacionales PEII-A Investigadora adscrita al CIM. Coordinadora CNIE en Barinas

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