España: A los alumnos gallegos les gustan las ciencias pero huyen del bachillerato tecnológico

Redacción: La Voz de Galicia

Es la comunidad con más estudiantes en la rama científica, pero en la tecnológica cae a los últimos puestos.

Es la comunidad con más estudiantes en la rama científica, pero en la tecnológica cae a los últimos puestos.

Quizás tener una de las facultades de Medicina más prestigiosas de España hace que los alumnos tengan en mente las ciencias. Hasta el punto de que en Galicia este bachillerato es el más elegido por los menores. El 49 % de los jóvenes se decanta por esta opción, la más alta de España. Y sin embargo, las vocaciones que se ganan en esta rama se pierden en el bachillerato tecnológico, a donde solo va el 11 % de los jóvenes que estudian esta etapa. En Cantabria y País Vasco, por ejemplo, los porcentajes se invierten.

Esta es una de las conclusiones del estudio sobre la situación de la educación en España, con encuestas a 19.000 familias de alumnos, 900 de ellas en Galicia. El trabajo fue realizado por el foro Educa 20.20 en colaboración con la Fundación AXA y Sigmados. La encuesta pone de manifiesto dos conclusiones claras, los alumnos gallegos son los más orientados a ciencias, y Galicia es la comunidad en la que mejor imagen y mayor conocimiento hay de la formación profesional. Los padres le dan a este tipo de formación un 7, frente al 6,58 de la media estatal. Y si aquí el conocimiento de la FP supera el 98 % entre las familias, en el resto de España baja varios puntos.

Los alumnos de bachillerato y selectividad aprovechan hasta el último minuto para garantizarse una nota mejor

Lourdes Carmona, directora de Educa 20.20, presentó los resultados del estudio junto a la conselleira de Educación, Carmen Pomar, y explicó que los progenitores gallegos están de acuerdo en que sus hijos se vayan a estudiar fuera, aunque no tanto que lo hagan por razones laborales. Están de acuerdo con la oferta formativa de la comunidad en términos generales, y solo el 43 % cree que la formación profesional tiene mala imagen, una cifra bastante inferior a la media estatal.

Otro de los datos importantes de este informe, que anteriormente se hizo entre alumnos de bachillerato, universidad y empresarios, es que la principal referencia para elegir estudios son los padres, por encima de los orientadores o tutores. En este sentido Pomar destacó un plan que comenzará el próximo curso para reforzar esta figura en los centros educativos y que puedan centrarse también en la orientación vocacional, «xa que as súas funcións son tan diversas que a orientación profesional pasa ás veces a segundo plano», incidió la conselleira. El próximo curso la Xunta comenzará a dotar a los centros educativos con más alumnado de un segundo orientador.

Fuente: https://www.lavozdegalicia.es/noticia/educacion/2019/07/01/alumnos-gallegos-gustan-ciencias-huyen-bachillerato-tecnologico/00031561977105553145842.htm

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La educación que se necesita en España

Por: Helena Herrero

Dijo Leonardo da Vinci que hay tres clases de personas: “aquellas que ven, aquellas que ven lo que se les muestra y aquellas que no ven”. El ansiado pacto educativo sigue pendiente de consenso entre nuestras fuerzas políticas. Pero se habla de posibles acuerdos de mínimos, centrados en aspectos ideológicos, que no abordan la cuestión fundamental: la educación que deberían recibir las generaciones venideras, el conocimiento que les ayudará a prosperar como personas, y a España como país.

Mostrémoslo para verlo. El mundo va a cambiar: ni los mercados ni las empresas ni los trabajos van a ser como hoy los conocemos. El 65% de los estudiantes actuales trabajarán en profesiones que aún no existen. Que estarán relacionadas con materias STEAM (Ciencias, Tecnología, Ingeniería, Artes y Matemáticas). Durante los próximos cinco años, la digitalización va a generar en España más de un millón de empleos relacionados con estas materias. Asimismo, la robótica o la inteligencia artificial sustituirán gran número de tareas en las empresas, sobre todo aquellas automatizables. Sin embargo, harán falta técnicos, programadores de esos robots, analistas de datos, impresores 3D… También que el resto de profesionales, desde médicos hasta inspectores, tengan altos conocimientos de tecnología, pues será su herramienta del día a día. Y una tercera evidencia que debemos ver: ya no bastará una formación para toda la vida, una profesión de la que vivir, sino que las personas vivirán formándose.

 No parece que el actual modelo educativo esté en condiciones de generar estos profesionales. No fomenta habilidades clave como la creatividad, la inteligencia emocional, el pensamiento crítico o la resiliencia. Nuestros estudiantes de matemáticas y ciencias sacan notas más bajas que la media de la OCDE, con una acusada diferencia entre el rendimiento de alumnas y alumnos. Mientras, casi la mitad de nuestros adolescentes cursarán carreras de ciencias sociales y jurídicas, y sólo el 17% se decantarán por estudios de ingeniería o arquitectura. Por lo tanto, crece la brecha laboral entre los jóvenes que ni estudian ni trabajan y los cientos de miles de puestos que pueden quedar vacantes.

Por mucho consenso político que alcance, de poco servirá un sistema educativo que no contemple esta nueva realidad. Debemos fomentar las vocaciones tecnológicas entre los más jóvenes, la pasión por crear, experimentar e innovar. Hagamos que ellos también lo vean. Frente a la precariedad laboral, esta formación procura empleos de mayor calidad. Según el INE, el salario medio de los profesionales de perfil tecnológico, incluidos los no universitarios, es un 65% superior a la media general del país. Además, estos profesionales tendrán mejores oportunidades de trabajar en organizaciones más modernas y ágiles, en las que desarrollar proyectos apasionantes. Que les brindarán más libertad para conciliar y teletrabajar. Y que competirán por ellos, para captarlos y retenerlos.

Debemos fomentar las vocaciones tecnológicas entre los más jóvenes, la pasión por experimnetar e innovar

Es el momento también de verlo como país. Un informe del IESE publicado este año, en colaboración con la Fundación I+E, señala la mejora de la calidad de la enseñanza en ciencias y matemáticas como un aspecto crítico que España necesita mejorar si quiere incorporarse al grupo de las economías más innovadoras. Pone como ejemplo a Finlandia, Japón o Corea del Sur, países que han apostado por la formación en estas materias, así como por modelos de educación activa, que fomentan la participación del alumno.

Las empresas con ADN innovador, y en concreto las multinacionales con largo recorrido en España, lo vemos y lo queremos mostrar. De ahí que promovamos iniciativas para estimular el interés por las ingenierías, involucrar a las niñas, desarrollar la FP dual… Pero tenemos que hacerlo entre todos. Este país tiene una gran oportunidad, que pasa por aprovechar todo el talento, y las disciplinas STEAM deberían ser una prioridad del sistema educativo si queremos estar y ser alguien en el mundo nuevo que viene. Debemos verlo porque nos jugamos el futuro. Como dijo Galileo, “si comenzase de nuevo mis estudios, seguiría el consejo de Platón y comenzaría con matemáticas”.

Fuente: https://elpais.com/economia/2017/11/30/actualidad/1512043482_237156.html

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