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El drama de la vuelta a clases

Por: Roberto Patiño

No bastó con las amenazas de su madre, ni las explicaciones de que no tenían tiempo, que aquella era su parada y debían abandonar el vagón del Metro de Caracas lo antes posible; la niña seguía atornillada al piso, jalándola de la mano, exigiendo a su madre que la acompañara a saludar a su maestra, a la que había visto al final de la unidad. Así lo recuerda Yuleima, 43 años, profesora y líder comunitario de Casalta 2: “Dejamos una impresión muy fuerte en los jóvenes, es una gran responsabilidad la que tenemos los maestros, un compromiso de vida”.

Yuleima comenzó a ejercer su vocación de docente tarde, reconoce, hace apenas diez años, tras superar retos inesperados en su vida. Nunca dudó que podía alcanzar su meta, la constancia en el trabajo fue un valor que aprendió desde muy joven en la casa y en la escuela; sin embargo cada día es más difícil cumplir con esa vocación.

Ella, al igual que todo el gremio docente venezolano, ha visto disminuir sus ingresos desde que el Estado decidió aplicar el llamado Instructivo Onapre, unas tablas salariales, escritas por fuera de los márgenes del ordenamiento jurídico venezolano, que desconocen los logros sindicales del magisterio al suprimir bonos e incentivos, un instrumento que el TSJ calificó como inexistente, pero que es usado en todas las quincenas para quitarle parte de su salario. “Hay desánimo entre las maestras, se lamenta, hay quienes dicen que ganan más dinero vendiendo café en la calle que atendiendo un salón con treinta chamos”, nos dice, mientras saca cuentas y repite lo que hemos escuchado todos estos días en las calles de Venezuela: “Nos merecemos un salario digno, tener nuestro dinero para comprar nuestra comida, nuestras cosas, tener una vida”, con ese Instructivo “nos meten mano en nuestra cartera y nos piden un sacrificio que ellos no son capaces de hacer”.

Yuleima sabe que está ante un año complejo, la educación pública en Venezuela se ha convertido en un reto para los docentes, padres y jóvenes. Las instalaciones de su unidad educativa no están completamente reparadas, dejaron las obras por la mitad “y nos llaman todos los días para que hablemos con los padres y representantes, para que pidamos materiales para la escuela, un martilleo constante –se queja–. ¿Cómo voy a pedirles a unos padres que nos compren unos bombillos si a veces mandan a sus hijos con un vaso de agua como desayuno?”.

Con una inflación anual del 155% sobre los alimentos, según el Banco Mundial, Venezuela es el tercer país con mayor inflación alimentaria del mundo, una realidad que expone a los niños y jóvenes a una situación de inseguridad nutricional que afecta su crecimiento y su educación. “Tú no puedes prender un carro sin gasolina, un chamo no puede estudiar con hambre”, nos dice Yuleima quien afirma estar alarmada, las secuelas de la pandemia se sienten en el nivel educativo de sus alumnos, la educación a distancia no funcionó, se lamenta, “los muchachos lo que hacían era transcribir las tareas que los padres les hacían”, hay mucho que hacer en muy poco tiempo, “antes de terminar el curso, antes de que se vayan del país”, comenta mientras lleva la lista mental de los nueve alumnos que se fueron de Venezuela antes de culminar las clases.

Ahora Yuleima comparte su responsabilidad y divide su tiempo con otra vocación: el trabajo comunitario. Es egresada de la Segunda Corte de la Red Solidaria y en la actualidad, con el apoyo de sus vecinos y amigos, y con la fuerza que le dio una comunidad organizada, pudo abrir un comedor de Alimenta la Solidaridad en su casa y por allí pasan, de lunes a viernes, sesenta niños. “Ellos son el país, sin ellos Venezuela se va a pique y hay que darles todo el apoyo que necesitan, hacerles crecer el sentido de pertenencia, de madurez e inclusión”. “Vendrá un cambio en el país”, nos dice, “los venezolanos somos gente trabajadora y nos merecemos cosas buenas, la gente está cansada y quiere cambio, por eso es necesario que los chamos sigan estudiando, cuando uno se esfuerza los sueños se cumplen, yo pude ser maestra”, concluye mientras reconoce que, pese a las dificultades, volverá al aula de clase en el próximo curso, los niños de su colegio la siguen buscando en la calle o en un vagón del Metro y es un compromiso que no puede ni quiere eludir.

Volver a clases en Venezuela es un reto para la mayoría de los venezolanos, un compromiso por el futuro que exige el mayor esfuerzo de las familias, profesores y comunidades, una apuesta cierta por el futuro, una necesidad para avanzar el cambio que tanto necesita Venezuela. Somos un país que se merece cosas buenas y desde Mi Convive seguiremos trabajando en el apoyo a estos nuevos líderes y activistas que se comprometen por el futuro que tanto necesitamos y que nos merecemos todos.

Este es nuestro compromiso.

www.rpatino.com

Fuente e Imagen: https://www.elnacional.com/opinion/el-drama-de-la-vuelta-a-clases/

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Argentina: La “vuelta a clases” en pandemia: un experimento que atenta contra nuestra salud

Mediante la Resolución 370/2020 del Consejo Federal de Educación, el ministro Trotta y sus pares de las carteras provinciales y de CABA apuestan al regreso progresivo a las aulas. Un intento de reapertura en plena ola de contagios que responde a los intereses de los grupos empresariales y atenta contra nuestra salud y la del alumnado.

Las prioridades, el calendario y una semana de sinceramiento

El pasado miércoles 7 de octubre, mientras se conocía un nuevo récord de contagios de covid-19 (16.447 reportados en un solo día), el Ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, anticipaba a diversos medios de comunicación la intención de avanzar en una resolución favorable al regreso presencial a las aulas. El jueves 8 de octubre, en el marco de otra contundente cifra, en este caso de muertes (485 reportadas en un solo día), Trotta ratificaba los anuncios previos: el Consejo Federal de Educación (CFE) con representación de las 24 jurisdicciones planteaba por unanimidad un nuevo esquema para avanzar con el regreso a la presencialidad. En el peor momento de los contagios y fallecimientos, cuando el sistema sanitario cruje en muchas provincias, como Santa Fe, Córdoba y Neuquén, entre otras, el acuerdo de las autoridades educativas se encamina a volver a las escuelas. ¿Cuál es el criterio pedagógico para retornar la presencialidad a mediados de octubre y en una escalada de contagios? Ninguno. El argumento formal de la “revinculación” de estudiantes desconectadxs (nunca se los atendió desde Nación ni CABA, más allá de la controversia discursiva) fue cediendo lugar ante otros, como la necesidad de dar cierre al ciclo escolar de quienes concluyen la primaria o la secundaria. En ninguno de los casos se tomaron medidas concretas, como proveer equipos tecnológicos, o disponer medidas de continuidad realistas proyectadas para el ciclo lectivo 2021. ¿Cuál es el apremio por volver a las clases presenciales a dos meses para la finalización del año escolar, entonces? ¿Qué se está priorizando? Culminar el ciclo de aperturas de ámbitos laborales: el sistema educativo se concibe así desde los gobiernos, y fundamentalmente desde los grandes grupos empresarios, como mero auxiliar del aparato productivo. La escuela es, según esta concepción, el lugar donde albergar niñxs y jóvenes para que lxs adultxs responsables puedan concurrir a sus lugares de trabajo, y no más que eso.

En la misma semana en que nuestro país asume una nueva visita del FMI para auditar sus cuentas y recomendar más ajuste, la misma semana en que se aplica la baja de retenciones a las patronales del campo y mineras, cuando se aprueba el uso de trigo transgénico y se rubrica de manera vergonzosa y a pedido de EE.UU. la condena a Venezuela en la ONU, también el gobierno autoriza la apertura de escuelas en medio de un elevadísimo número de contagios. Lo que se dice una semana pareja.

¿Qué dice la Resolución 370/2020 del Consejo Federal?

La Resolución 370 del CFE que se formalizó este 8 de octubre muestra una endeblez argumental notoria. Cita entre los considerandos al DNU 754, que autoriza practicar “actividades deportivas y artísticas de menos de diez personas (…) lo que constituye una situación actualmente habilitada que puede resultar aplicable a ciertas actividades educativas no escolares por realizar”. La resolución complementa y en algunos casos modifica a la N° 364 dictada por el mismo órgano en julio de este año. Uno de los aspectos que la Res. N° 370 rectifica es el Artículo 8.5, inc. “b” de la citada norma previa. La enmienda no es nada inocente: el texto que se reemplaza sostenía como criterio para el regreso contar con “establecimientos urbanos y periurbanos donde haya una tasa regular mínima o nula de contagios, favorables al desarrollo de las actividades presenciales”. Esta resolución se emitía cuando la cifra de muertes en nuestro país era, prácticamente, 17 veces menor a la actual (2 de julio, 1.385 muertes por covid-19 registradas). Ahora, con un acumulado de unos 24.000 fallecimientos, el CFE elimina como requisito esa “tasa mínima o nula de contagios” para hablar, en cambio, de una “evaluación del nivel de riesgo epidemiológico que realicen las autoridades sanitarias y educativas jurisdiccionales competentes” en base a una serie de “orientaciones” que se anexan en la nueva normativa. Si se analizan las pautas que emanan de ese “semáforo epidemiológico” que forma parte del anexo a la resolución, puede observarse que se otorga la potestad de nuevas aperturas en jurisdicciones en base a mediciones altamente manipulables, como son la tasa de contagios o la ocupación de camas de cuidados intensivos locales (UTI) que cada territorio declare. Por otro lado, los parámetros establecidos son flexibles, y totalmente alejados de aquella definición de una tasa baja de circulación viral. El ejemplo más significativo es tal vez el uso del parámetro de las camas de UTI disponibles: la normativa mide la capacidad del sistema de salud para soportar un incremento brusco de contagios (ubica como requisito una tasa de ocupación del 80% al 60% de camas), a sabiendas de que ante la apertura escolar, la tasa de nuevas internaciones será una realidad inevitable. Basta recordar lo ocurrido no sólo en EE.UU., Israel o buena parte de Europa, sino también en las provincias de San Juan, Santiago del Estero y Catamarca, en términos de rebrotes ante la vuelta a clases presenciales. En las provincias mencionadas, luego de avanzar en el retorno, debieron dar marcha atrás en extensas zonas por el aumento de casos de coronavirus regresando incluso a la fase 1 de aislamiento en algunas de ellas.

En síntesis, las pautas de cuidado fueron flexibilizadas más aún que en lo dispuesto en la normativa previa. En la Resolución N° 364 del CFE del 2 de julio, que contó con el visto bueno de la central docente CTERA, se había establecido que ante la detección de casos positivos entre el alumnado, se consideraría como casos estrechos al resto de niños/as de cada subgrupo pero no al trabajador de la educación a cargo. “El/la docente que haya mantenido el distanciamiento adecuado con el grupo podrá seguir dando clases al otro grupo”, se señalaba. Lógicamente, esta omisión que descuida la salud de lxs trabajadorxs y lxs transforma en vectores de contagio, no fue enmendada.

El lobby empresarial y su presión para una apertura total de las actividades ha logrado su objetivo. Pese al crecimiento exponencial de los contagios, que ubica a Argentina entre los 6 países con mayor cantidad de casos en el mundo, se completa el ciclo aperturista avanzando sobre las instituciones y actividades escolares. Los requerimientos cada vez más explícitos del empresariado para que la escuela sea un mero accesorio del sistema productivo (y de las ganancias empresariales) en tanto lugar de contención de niñxs se ven materializados en la normativa. Así, se descuida la salud y se da la señal de largada para que gobiernos como el de Larreta avancen atropelladamente hacia un retorno irresponsable en las escuelas, en una ciudad de altísima circulación viral, donde ya 135.00 personas (1 de cada 21 habitantes) contrajeron covid.

Nuestra salud no debe negociarse

Mientras el gobierno nacional descentraliza la definición última de regresar a clases, la central docente CTERA también deja a cada jurisdicción dando pelea por su cuenta y se limita a ensayar tibias respuestas en sus redes sociales. En una comunicación posterior a la resolución del CFE sostienen que “CTERA expresa una genuina preocupación por la saturación de los sistemas de salud en el interior del país”, y convocan a un plenario de Secretarios Generales para la semana entrante. Ninguna medida de lucha nacional, ningún pronunciamiento claro sobre el enorme riesgo de esta apertura en un sistema educativo cuya infraestructura ya era deficitaria antes de la pandemia, ninguna crítica al gobierno nacional y, fundamentalmente, ninguna propuesta para deliberar y organizar el rechazo desde las escuelas.

Pese a la flagrante ausencia de iniciativa de la conducción de Alesso, Baradel y Eduardo López, muchas jurisdicciones plantean escenarios de lucha. En Mendoza, lxs docentes del SUTE lograron frenar el intento de reforma educativa del radical Rodolfo Suárez con una contundente movilización; en CABA la docencia de Ademys llamó a parar y movilizarse el martes 13 y miércoles 14 contra el regreso a clases en plena ola de contagios; en Neuquén, la oposición al TEP impulsa una caravana de manera unificada en el marco de la segunda semana de paro de 48 hs. definido por los Secretarios Generales; en Provincia de Buenos Aires, la oposición Multicolor rechaza el aumento escuálido otorgado por Kicillof y exige un plan de lucha, mientras que este 14 desde las seccionales opositoras se llama a Jornada de Lucha con paro.

El intento de regreso a las clases presenciales en condiciones como las actuales constituye un experimento cuyo resultado puede derivar en el contagio de miles de trabajadorxs, alumnxs y sus familias, además de la saturación de los castigados y desfinanciados sistemas de salud. Es indispensable rechazarlo, y promover la más amplia deliberación para organizar medidas que enfrenten una política aperturista irresponsable y criminal. La organización en cada lugar de trabajo y la coordinación nacional son una urgencia para enfrentar esta avanzada y oponerle todas las medidas de lucha que estén a nuestro alcance.

Fuente: venceremos-arg.org

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Italia, un paso por delante: llegan los test de saliva a los colegios

Europa/Italia/https://www.niusdiario.es/

  • Roma ha comenzado un proyecto piloto que se podría extender a otras regiones

Vestidos con monos amarillos, mascarillas de colores y coronas de plástico en la cabeza, un equipo de enfermeros se presentaba este martes en un colegio de Fiumicino, a las afueras de Roma. Los pacientes eran niños de tres a seis años, los primeros en someterse en Italia a los test de saliva para detectar la covid-19. El proyecto piloto ha comenzado ya en algunas escuelas de la capital y pronto podría extenderse a otras ciudades.

El mecanismo es sencillo. Los niños deben chupar, como si fuese un caramelo, un bastoncillo y después escupir en una pequeña probeta. La única condición es no haber comido ni haberse lavado los dientes en la última media hora. Por el momento se está utilizando sólo con los más pequeños, ya que es menos invasivo que las tradicionales pruebas nasofaríngeas.

Se trata de un test de antígenos, pero a diferencia de las pruebas rápidas, las muestras hay que enviarlas a laboratorio. La respuesta llega en unas pocas horas, durante el día, lo que reduciría los tiempos de las PCR, pero todavía no servirían para sustituir a los test nasales de antígenos que permiten hacer cribados masivos con resultados en media hora.

El Instituto Spallanzani de Roma, el hospital de referencia en la capital para enfermedades infecciosas, analizó hace unos días dos modelos de test de saliva realizados por empresas italianas: uno con resultado inmediato y otro que requería análisis de laboratorio. Concluyó que este último tenía una sensibilidad idéntica a las pruebas rápidas de antígenos, por lo que lo validó. El más veloz, que ofrecía una respuesta en cinco minutos, no era del todo fiable y quedó descartado.

“Tenemos capacidad para hacer unas 200 pruebas de saliva al día, con lo que consideramos que es un mecanismo excelente para añadir un nuevo sistema de rastreo. Ya conocemos los buenos resultados de las PCR, de las pruebas rápidas y ahora también de los test de saliva”, afirma Giuseppe Quintavalle, responsable sanitario del área de salud de Roma en el que ha comenzado este proyecto. Por tanto, el objetivo de momento no es sustituir unos test por otros, sino añadir un instrumento más.

Con los test de antígenos de saliva ocurre lo mismo que con los nasofaríngeos, es decir, que en caso de positivo es necesario realizar una PCR para confirmarlo. Durante los cinco primeros días las pruebas de antígenos tienen una sensibilidad casi igual a las de las PCR -las más fiables, pero también más lentas-, mientras que pasado ese tiempo su eficacia baja al 70% u 80%.

El director de microbiología de la Universidad de Padua, Andrea Crisantiaseguraba hace unos días en una entrevista en NIUS que “no existe un test perfecto para todas las situaciones”. “Las pruebas de saliva son útiles para hacer un cribado. Si, por ejemplo, quiero saber si en los colegios hay mucha transmisión viral, en lugar de hacer un PCR, que es invasivo y requiere una logística mayor, hago el test de saliva. Si no hay ningún positivo en la escuela, termina ahí. Por el contrario, si hay varios positivos, paso a la PCR, porque el salivar me va a dejar fuera varios casos”, opinaba.

Cribados en los colegios

La región de Lazio, cuya capital es Roma, ha sido pionera con las pruebas de saliva para los alumnos de preescolar. Se prevé que harán un millón de controles de este tipo. Mientras que con los más mayores están haciendo cribados mediante test nasofaríngeos de antígenos en ésta y otras zonas de Italia.

Empezó el Véneto y, poco a poco, se fueron sumando otros territorios. En total, las regiones han ordenado la compra de unos siete millones de test, casi tantos como estudiantes hay en Italia. La ministra de Educación, Lucia Azzolina, informó esta semana de que sólo el 0,02% de los alumnos y el 0,04 de los profesores se han contagiado, por lo que consideran un éxito la vuelta a las clases.

Italia por delante de España

Mientras en España han comenzado recientemente las pruebas masivas de antígenos, en Italia ya se llevaban realizando desde mediados de agosto en los aeropuertos. De hecho, quien llegue desde España debe someterse a uno de estos controles, con resultados en media hora. Italia ya los ha incorporado también a los colegios y ahora añade los de saliva.

Aunque España hace actualmente 2,38 test por cada 1.000 habitantes por los 1,02 que está realizando Italia, el sistema italiano parece más eficaz. Detecta los casos antes y mantiene una incidencia mucho menor: 48 positivos por cada 100.000 habitantes por los 305 que registra España.

Fuente e imagen tomadas de: https://www.niusdiario.es/internacional/europa/italia-test-saliva-colegios_18_3023220184.html

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¿Cuántos colegios han reabierto en Bogotá?

América del sur/Colombia/semana.com

Desde la primera semana de septiembre, la Alcaldía anunció el proceso para que los más de 1.700 colegios privados y 400 públicos de la ciudad retornaran a la presencialidad. A la fecha, el regreso de los estudiantes ha sido a cuentagotas.

“La discusión no es si los colegios quieren o no volver a clase, sino si realmente pueden porque tienen las condiciones. Algunos querrán volver y no podrán cumplir los protocolos, y otros sí podrán hacerlo”, dijo en su momento Fernando Vita, coordinador Nacional de la Mesa de Educación Privada, cuando el Ministerio de Educación publicó los protocolos para la reapertura de las instituciones educativas.

Lo dicho por Vita hoy toma más vigencia que nunca, dado que a pesar de que en todo el país los colegios ya pueden iniciar con sus planes de reapertura, la realidad es que solo una inmensa minoría ha podido hacerlo.

Por ejemplo, en Bogotá, la Alcaldía dispuso desde la primera semana de septiembre un sitio web para recibir las propuestas de colegios y jardines que estuvieran planeando retomar la presencialidad. Hoy, un mes después, es claro que son muy pocas las instituciones educativas que han dado ese salto.

En el caso de los colegios y jardines privados, en la capital hay registrados 1.740 en los que estudian cerca de 530 mil jóvenes. De ese total, 121 instituciones manifestaron su intención a la Alcaldía de reabrir. De ellas, 92 culminaron el proceso y tienen el aval para hacerlo, pero solo 71 ya lo hicieron.

En el caso de las 399 instituciones públicas, que acogen a más de 790 alumnos, ninguna ha iniciado formalmente el proceso para reabrir. Cabe recordar que el retorno del sector público enfrenta un desafío adicional: la Federación Colombiana de Educadores (Fecode) se mantiene en su posición de “no a la presencialidad” por considerar que no existen las garantías para un retorno seguro.

El hecho de que pocas instituciones se la jueguen por la presencialidad tiene dos factores principales: primero, el miedo de los padres (solo un 12 por ciento está dispuesto a enviar a sus hijos a estudiar presencialmente), y, segundo, aplicar los protocolos de bioseguridad no es una tarea barata.

Carlos Ballesteros, presidente de la Confederación de Asociaciones de Padres de Familia, coincide en que son pocos los colegios en capacidad de cumplir con los protocolos que den completa tranquilidad a las familias. “Colegios campestres o de estratos altos no tendrán problemas, pero ¿cómo hará la inmensa mayoría de colegios?”, se cuestiona.

Martha Castillo, presidenta de la Confederación Nacional de Asociaciones de Rectores y Colegios Privados (Andercop), dice que actualmente la mora en el pago de matrículas de esa asociación, que aglomera a cerca de 1.000 instituciones, se acerca al 75 por ciento y la deserción de estudiantes llega al 20 por ciento, lo que hace imposible hacer las inversiones para reabrir. “La inmensa mayoría de colegios privados del país son de estratos medios, que son los más afectados por la pandemia”, dice.

Los que ya reabrieron

Camilo Camargo, rector del Colegio Los Nogales (mejor del país por el ranking Col-Sapiens), explicó que los primeros días de presencialidad se están centrando en que los niños se familiaricen con los protocolos de bioseguridad. Reconoció que para cumplirlos el colegio tuvo que hacer inversiones adicionales, todo con el fin de que los padres tengan tranquilidad.

En Bogotá, las instituciones pueden funcionar máximo en un 35 por ciento de capacidad, razón por la que la institución se acomodó al modelo de alternancia. Explicó que en el retorno a la presencialidad se tuvo en cuenta que el 80 por ciento de los padres de los cerca de 1.000 alumnos estuvo de acuerdo con el regreso a las aulas.

Por su parte, Juan Pablo Aljure, presidente del colegio Rochester, primero del país en reabrir, explicó que obtuvieron el aval para funcionar presencialmente en plena pandemia gracias a una inversión de 400 millones de pesos en 24 baterías de puntos de lavado, desinfección y secado de manos con sensores inalámbricos, cámaras de reconocimiento facial, verificación de temperatura y señalización en todo el colegio. Además, adecuaron los salones para albergar 16 estudiantes por clase con una distancia de dos metros entre cada uno.

Finalmente, el rector Camargo entregó las cinco acciones fundamentales que cualquier colegio que quiera reabrir debería aplicar.

  • Hacer el diagnóstico de signos y síntomas en toda la comunidad educativa.
  • Lavado de manos cada 2 o 3 horas; cuando no hay posibilidad de agua potable, usar gel antibacterial con las especificaciones adecuadas.
  • Uso de tapabocas.
  • El distanciamiento físico, la distancia social. Entre uno y dos metros de distancia con otras personas.
  • Limpieza y desinfección.

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/cuantos-colegios-han-reabierto-en-bogota/202059/

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Vuelta a clase: estos son los desafíos emocionales y psicológicos de alumnos y profesores

Por: Pablo Meneses

Además de las medidas sanitarias, la enseñanza presencial durante la pandemia presenta nuevos retos que requieren de una capacidad de adaptación constante

Distanciamiento social. Mascarillas. Educación híbrida, presencial, online. Burbujas de convivencia. Gel hidroalcohólico, desinfección, confinamiento y protocolos de actuación. El debate sobre la vuelta a los centros educativos de los 8,2 millones de alumnos no universitarios matriculados en España está marcado por la preocupante evolución de una pandemia que continúa expandiéndose sin freno aparente. Un retorno que presenta, además, numerosos desafíos emocionales y psicológicos que alumnos y profesores tendrán que afrontar en los próximos meses, y que les exigirán una permanente capacidad de adaptación.

Es en este contexto de cambio que la Universidad de Cambridge celebra estos días el Cambridge Live Experience 2020, un congreso online y gratuito en el que, a lo largo de tres días (8, 9 y 10 de septiembre), más de 20.000 docentes de todo el mundo asisten a 55 webinars que pretenden orientar, inspirar y apoyar a los profesores en su retorno a las aulas. Para abordar esos desafíos emocionales y psicológicos, EL PAÍS ha conversado con cuatro de sus ponentes: Andy Cope, especialista en bienestar y crecimiento personal; Kate Brierton, psicóloga clínica; Nahla Al Malki, consultora ELT; y Ricardo Morales, coordinador de servicios académicos de Cambridge University Press en México.

Aulas de apoyo emocional

Más allá de las medidas de contención sanitarias, los docentes han empezado a recibir en sus clases a unos alumnos cuyas vivencias estos meses han sido muy diferentes. Algunos habrán disfrutado del contacto con la familia y de una menor presión académica, mientras que otros habrán pasado por experiencias difíciles y potencialmente traumatizantes. Para la mayoría, el mayor reto será ahora mantenerse motivados por aprender a pesar de la incertidumbre acerca de cómo la pandemia afectará a sus estudios y a su vida, con la posibilidad de nuevos confinamientos y una vuelta a las clases en remoto.

Por eso, “una de las tareas más importantes de los profesores será la de ayudar a todos estos estudiantes a regularse emocionalmente y a que se sientan capacitados para seguir adelante. Hay que escuchar y validar cada experiencia individual; un sentimiento o emoción nunca está equivocado, porque no podemos controlar cómo nos sentimos”, sostiene Kate Brierton, psicóloga clínica en Compassionate Cambridge. Usar el lenguaje para generar un sentimiento de pertenencia, añade, es también útil, con frases como “estamos juntos en esto y nos podemos ayudar unos a otros”, que pueden evitar que los menores se sientan solos y sin ayuda.

Una de las posibles estrategias es la de crear aulas sensibles al trauma, con entornos que proporcionen apoyos a todos los estudiantes, incluyendo los más vulnerables, “con una rutina constante y predecible, y una atmósfera tranquila y silenciosa, sin demasiado ruido ni ajetreo. Los profesores pueden ser conscientes de su comunicación no verbal, moviéndose más lentamente por la clase, evitando los movimientos bruscos y hablando con un tono regular y reconfortante”, afirma Brierton. “Y en lugar de inclinarse sobre los estudiantes, lo que podría provocar la reacción de un estudiante traumatizado, bajar a su altura para hablar con ellos”. Si un estudiante se siente angustiado, es recomendable disponer de un espacio, fuera del aula, donde el alumno o alumna pueda tomarse el tiempo que necesite para tranquilizarse.

¿Cómo reconocer señales de estrés emocional en los alumnos?

Cualquier cambio en su conducta con respecto a antes de la pandemia puede indicar la existencia de estrés emocional, ya sea a través de un aislamiento social, de comportamientos desafiantes o de otros síntomas como dificultades con grupos de compañeros, cambios en el peso o incluso señales de fatiga. “Los profesores deben también vigilar la posible aparición de autolesiones o señales de trauma, como hipervigilancia, reactividad emocional, flashbacks o disociación, que puede manifestarse con el menor soñando despierto”. Los niños más pequeños pueden desarrollar una dependencia excesiva de los familiares adultos, estar nerviosos en situaciones nuevas o mostrar síntomas somáticos, como dolores de cabeza o de estómago.

Una oportunidad para redefinir la nueva normalidad

El papel de los profesores en la recuperación educativa e incluso emocional de los alumnos es, por tanto, clave. Pero para ello, apunta Brierton, “es necesario que antepongan su propia salud. Cuidarse a sí mismos es vital en estos momentos: comer bien, dormir lo suficiente, practicar ejercicio…”. La enseñanza es una profesión que demanda mucha energía, y que es física y mentalmente extenuante. “Si no te sientes bien físicamente, si no tienes la energía suficiente, es muy difícil que puedas dar lo que no tienes. Hay que cuidar la salud física y mental… Si el sueño y el ejercicio vinieran en pastillas, curarían la mayoría de los problemas del mundo”, argumenta Andy Cope, especialista en bienestar, conferenciante y autor de The Art of Being Brilliant.

Y después, aunque parezca complicado en esta nueva normalidad de la covid-19, es necesario mantener una actitud positiva, porque las emociones son contagiosas: “Como profesor en un aula, si estás estresado, preocupado o con ansiedad, adivina qué es lo primero que tus alumnos van a percibir inmediatamente de ti. Es imposible no tener un impacto, y por tanto hay que encontrar la manera de que este sea positivo”, explica Cope. “Solo el 10 % de tu felicidad se debe a circunstancias externas; el resto viene de cómo piensas, y sobre esa parte podemos aprender a tener el control” e impactar no solo nuestras vidas sino las de quienes nos rodean. Hay estadísticas que lo corroboran: tener un buen amigo feliz nos hará un 14 % más felices; si se trata de un hermano o hermana, seremos un 17 % más felices; y si tienes un vecino feliz, tú serás un 37 % más feliz, según explican Nicholas Christakis y James Fowler en Connected: The Amazing Power of Social Networks & how they Shapeour Lives.

Hemos entrado, y estamos cansados de oírlo, en una nueva normalidad. Pero lo bueno (y también lo malo) es que nadie sabe exactamente cómo es, y eso precisamente brinda una oportunidad para que todos (y no solo los docentes) decidan por su cuenta cómo será esta. “No sé tú, pero yo no quiero volver a mi vieja normalidad, porque en ella estaba cuatro horas diarias en la carretera, sufría de estrés y ansiedad…”, reflexiona Cope. Y respecto a las escuelas, se pregunta: “¿No sería fantástico si pudiéramos salir de la covid-19 en una posición mejor de la que teníamos cuando entramos? ¿Si incorporáramos el bienestar a los centros educativos, incrustándolo en el aula de manera que cuando venga la próxima pandemia, o lo que sea, estemos en una mucha mejor posición para lidiar con ello mental y emocionalmente?”

El secreto, para Cope, está en la psicología positiva, en ese puñado de personas que podemos encontrar en nuestra vida que mantienen la energía, la pasión, la sonrisa y la positividad en todas las circunstancias, incluso en medio de una pandemia global como la que nos afecta; en qué hacen para sentirse así de bien y en qué podemos aprender de ellos. “Eso es lo importante de la psicología positiva: que tiende a ser una conducta aprendida, y te recuerda las cosas que tú puedes hacer para tomar el control”. Por ejemplo, la ratio de tres a uno: en el aula, el profesor debería proponerse ser tres veces más positivo que negativo; y si estoy en la sala de profesores, y escucho a la gente compartiendo tres cosas positivas (risas, alabanzas, ánimos) por cada cosa negativa, estaré bastante seguro de que el ambiente es adecuado.

“Pero no queremos hacerlo simplemente bien, queremos hacerlo excepcionalmente”, argumenta. Por eso, recomienda que la proporción sea aún mayor. “Una de las cosas que puedes hacer es escucharte a ti mismo, de manera que por cada aspecto negativo que compartas, lo equilibres con otros seis positivos, seis cosas buenas, seis alabanzas a un colega que ha hecho algo bien, seis momentos de risa… Y, de hecho, las investigaciones actuales en el aula apuntan incluso a una ratio de ocho a uno. Si estoy en el aula y escucho ocho cosas positivas por cada negativa, podré estar seguro de que esa clase tiene la energía necesaria”.

La regla de los cuatro minutos

Otro consejo es lo que Cope denomina la regla de los cuatro minutos, porque es más o menos el tiempo que tarda una persona en percibir cómo te sientes. Para un profesor, eso significa que tienes que dar lo mejor de ti mismo los primeros cuatro minutos: cuando entras en la sala de profesores, con energía, entusiasmo y positividad; los primeros cuatro minutos de clase, para que luego todos respondan positivamente; los primeros cuatro minutos de una reunión de claustro, o al irse a casa desde el trabajo… “Si todos podemos completar bien esos cuatro minutos, y ser genuinamente alegres y positivos, nos daremos cuenta de que creamos una energía en la gente que nos rodea”.

Separados físicamente, pero participativos

El distanciamiento social impuesto por el coronavirus ha modificado también la forma de impartir clase o de participar en las actividades lectivas, al forzar un espacio físico entre los alumnos que hace más difícil el trabajo en grupos. Sin embargo, esto no significa que no haya estrategias a las que los docentes puedan recurrir: “Los profesores deben reflexionar sobre sus propias creencias respecto al aprendizaje, y como conseguían implicar a sus alumnos antes de la pandemia”, esgrime Nahla Al Malki, consultora de ELT y formadora de CELTA. “Si parten de esas prácticas originales y de esos principios de aprendizaje, rápidamente encontrarán sus propias estrategias para superar las medidas de distanciamiento”.

Así, la participación de los alumnos puede potenciarse facilitando un aprendizaje basado en la investigación, con clases invertidas (flipped classrooms) o la colaboración entre compañeros y en grupo, y desarrollando un sentido de la responsabilidad y de propiedad sobre su propio proceso de aprendizaje. No serán, en un sentido estricto, nuevas estrategias, sino que usarán herramientas nuevas: por ejemplo, a través de soluciones TIC o celebrando debates en espacios abiertos.

En cualquier caso, es importante no caer en el error de que el distanciamiento necesariamente hará que los profesores impartan exclusivamente clases magistrales: “Estas lecciones pueden ser útiles en contextos concretos o para ciertas asignaturas, pero desde luego no debe ser nunca la forma en que los estudiantes experimenten todo su aprendizaje. Los alumnos deben implicarse a un nivel más profundo para desarrollar sus habilidades, y aprovechar plenamente lo que sea que estén aprendiendo”, cuenta Malki.

Encontrar la resiliencia necesaria

En este contexto tan atribulado, es importante que tanto profesores como alumnos puedan considerar que el de la pandemia no deja de ser un proceso en el cual se viven diferentes etapas, como señala Ricardo Morales, coordinador de servicios académicos de Cambridge University Press en México: el impacto o trauma inicial ante una situación inesperada; la reacción, que consiste en adaptarse al nuevo entorno y buscar soluciones que permitan reconvenir la estabilidad; y el crecimiento: aprender de lo acontecido y tomar todo lo positivo que esta nueva situación ha traído. Es ahí en dónde la resiliencia toma un rol importante: “Considerar que no todo lo que se ha vivido ha sido catastrófico; por el contrario, se han adquirido nuevos conocimientos, habilidades y destrezas que nos ayudarán a mejorar en las siguientes etapas de la vida”.

Fuente: https://elpais.com/economia/2020/09/09/actualidad/1599648299_945483.html

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España: ‘La boda de Rosa’, cine y reflexión para la vuelta a clase

Europa/España/06-09-2020/Autor(a) y Fuente: www.educaciontrespuntocero.com

La necesidad de educar la mirada de los jóvenes con obras que despierten la reflexión y el pensamiento crítico son algunos de los temas que se debatieron en la tertulia sobre la película ‘La boda de Rosa’, dirigida por Icíar Bollaín, que se celebró en el marco del proyecto ‘Cine y Educación’ durante el Festival de Málaga. La cinta se estrenó el pasado 21 de agosto y ya se puede ver en las salas de cine.

Durante el 23 Festival de Málaga, el equipo de ‘La boda de Rosa’, su directora y guionista Icíar Bollaín, la guionista Alicia Luna y Rozalén, autora de la canción con la que termina la película, celebraron una tertulia sobre “Cine y Educación”, en el marco de este proyecto nacional que trabaja hace años en favor de la alfabetización audiovisual de los jóvenes, con el fin de desarrollar su pensamiento crítico y llevar el cine a la escuela.

Auspiciada por Mercedes Ruiz, impulsora de Cine y Educación, en la tertulia también participaron José María Ruiz, director del IES Cartima de Estación de Cártama (Málaga) y Patricia Carrasco, profesora y coordinadora del proyecto audiovisual del centro.

En la tertulia se plantearon diversas cuestiones de interés pedagógico: cómo conseguir que los jóvenes vuelvan al cine, cómo la industria cinematográfica tiene que abordar el reto de llegar a los jóvenes o cómo los centros educativos pueden ayudar en ese proceso contribuyendo a crear una experiencia con una faceta social que favorece la concentración, la reflexión. Se habló de la necesidad de educar la mirada con obras que no respondan a los mecanismos autoselectivos de las grandes plataformas, de la importancia de fomentar un uso de la tecnología que despierte la creatividad, y de prevenir las adicciones que fomentan herramientas como las redes sociales.

Valor pedagógico de ‘La boda de Rosa’

Los momentos de la tertulia relacionados con la película fueron particularmente interesantes: se abordaron cuestiones cómo la falta de autoestima, la urgencia de querernos a nosotros mismos, la búsqueda de la aprobación de los demás, los problemas de comunicación del ser humano… desde el sentido del humor. Se trata de una obra que, además de entretener y divertir, aporta un interesante valor pedagógico.

Tanto Icíar Bollían como Alicia Luna y Rozalén mostraron una gran sensibilidad respecto al ámbito de la Educación y valoraron muy positivamente la colaboración con la industria del cine. La conversación evidenció que hay un largo camino que pueden recorrer juntos Cine y Educación y que empieza a ser urgente encontrarle un hueco a la propuesta audiovisual que ofrecen los cineastas actuales dentro del amplísimo panorama que tienen a su alcance los jóvenes.

El objetivo ahora es volver al cine, volver a clase, y volver al cine después de ir a clase.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/noticias/la-boda-de-rosa-cine-y-reflexion-para-la-vuelta-a-clase/

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España: Tensión por la vuelta a clase: los centros afrontan el inicio de curso sin los medios ni el personal necesarios ante los rebrotes

Europa/España/27 Agosto 2020/elpais.com

Las comunidades, que confiaban en una mejor evolución de la epidemia, se inclinan ahora por sacrificar las clases presenciales ante el incremento de los contagios

Las comunidades empezaron a planificar el nuevo curso cuando España salía del confinamiento. Y el optimismo de aquellas semanas las llevó a ir rebajando los estrictos planteamientos iniciales de los expertos. Ahora, ante el avance de los contagios, las autonomías preparan cambios en sus planes para aumentar la seguridad. A una semana del inicio del curso, parece descartado que vayan a reaccionar con medidas estructurales, como una reducción drástica alumnos por aula. Las soluciones de urgencia apuntan a un uso más estricto de la mascarilla y a una reducción de la presencialidad desde secundaria. Madrid y Cataluña han anunciado nuevos planes para esta semana. Y los ministerios de Educación y Sanidad han convocado el jueves a las comunidades para abordar el inicio del curso.

“Con elementos distintos, los protocolos sanitarios escolares autonómicos se parecen. Pero eso después hay que aplicarlo, y en la gestión sí hay diferencias importantes. Lo que nos trasladan los directores es que se ha avanzado más en lugares como Cantabria, Asturias o la Comunidad Valenciana. En Andalucía y Galicia hay preocupación. Y en Madrid se ha convocado una huelga”, resume Vicent Mañes, presidente de la federación de directores de colegios públicos de infantil y primaria Fedeip. “Debería haberse garantizado la presencialidad en toda la secundaria, la etapa de enseñanza obligatoria, habilitando espacios fuera de los centros y aumentando los profesores. Pero eso implicaba más recursos”, lamenta Juan Manuel Escudero, catedrático de Organización Escolar de la Universidad de Murcia. Según un recuento del PSOE, el aumento de docentes en el conjunto de España no alcanza el 4%.

Concepto desvirtuado

Las comunidades, que tienen la competencia de la organización escolar, recibieron la propuesta de los llamados “grupos burbujas” (donde los alumnos pueden relacionarse e incluso tocarse sin llevar mascarillas con la condición de no mezclarse con otras clases) ―planteada por el Gobierno como alternativa a la norma general sanitaria de guardar un metro y medio de distancia―, como una solución a los problemas de espacio en los colegios. Y presionaron al Ejecutivo para ampliar los niveles educativos en que podía aplicarse y su tamaño. De los 15 alumnos recomendados por los expertos se pasó a 20, y después a 25. Y de estar pensado solo para los más pequeños se extendió a todo infantil y primaria. Cataluña fue más allá y lo extendió hasta bachillerato y a 30 alumnos. “Grupos de ese tamaño desvirtúan completamente el concepto y la utilidad de las burbujas. Habría sido más sencillo decir: ‘Recomendamos que las clases no se mezclen”, afirma Quique Bassat, epidemiólogo y pediatra del Instituto de Salud Global de Barcelona.

Ese modelo de burbujas permitió a las autonomías garantizar la presencialidad en las escuelas sin recurrir a espacios externos (por ejemplo municipales) ni contratar a muchos docentes para hacer desdobles. El problema persistía, sin embargo, en los institutos, donde (salvo en Cataluña) las burbujas estaban descartadas y regía, en principio, la norma del metro y medio. Las comunidades encontraron, sin embargo, que el decreto de nueva normalidad establece que cuando dicha distancia no pueda respetarse, cabe utilizar otras medidas de protección, como las mascarillas. Así lo escribieron todas en sus protocolos escolares. Buena parte de ellas dieron por solucionado el problema de espacio en los institutos sin tener que hacer grandes cambios. Y la mayoría prometió que habría plena presencialidad.

Alumnos del IES Eusebio da Guarda en A Coruña, que retoman las clases presenciales. En vídeo, los planes de las autonomías para el regreso a las aulas.(VÍDEO: ATLAS)

Difícil de imaginar

A mediados de junio, un consejero de Educación socialista justificaba las soluciones encontradas argumentando que no tenía sentido partir de un escenario extraordinario para las escuelas cuando en el resto de ámbitos se imponía la normalidad. En estos momentos, la evolución de la epidemia hace difícil imaginar, sin embargo, a 30 alumnos o más en un aula de tamaño estándar, por mucha mascarilla que lleven. Y el consejero se inclina ahora por la semipresencialidad en secundaria, la salida que parece que acabarán aplicando la mayor parte de las autonomías, desde segundo o tercero de la ESO. Murcia prevé implantarla desde infantil.

Algunos territorios, como La Rioja o la Comunidad Valenciana, ya establecieron la semipresencialidad como opción de partida en los institutos, y eso al menos ha evitado que los centros tengan que organizarla ahora a toda prisa. Los institutos valencianos solo darán docencia 100% presencial a los alumnos de primero de la ESO. En los demás cursos, la presencialidad solo está asegurada en, aproximadamente, el 60% de los institutos. En el otro 40% “los profesores trabajarán cada día en clase con 15 alumnos y les marcarán la tarea para hacer en casa al día siguiente”, explica el secretario autonómico de Educación, Miguel Soler. La directora de un instituto de Madrid cree que su centro acabará aplicando una fórmula semipresencial parecida, y lamenta que en su caso van a tener muy poco tiempo para prepararla.

“Las clases deberían darse en el exterior”

Los planes de todas las comunidades para el nuevo curso se basan en el documento higiénico sanitario elaborado por los ministerios de Educación y Sanidad, pero su grado de detalle es desigual. Los de Navarra, la Comunidad Valenciana y Cantabria son, por ejemplo, más exhaustivos que los de Andalucía y Madrid. Muy pocos prevén cuarentenas automáticas para toda la clase si se detecta un caso (la norma es dejar la decisión a salud pública). Ninguno reduce el aforo del transporte escolar (las mascarillas son obligatorias desde los seis años en todos). Y la mayoría solo contempla el deber de ventilar las clases 10 minutos unas cuatro veces al día, aunque es común que recomienden dejar abiertas las puertas y ventanas durante las clases (Canarias lo hace de forma imperativa) y algunos instan a realizar el mayor número de actividades posible al aire libre.

“Lo ideal sería hacer las clases en el exterior, en muchos lugares podría hacerse al menos hasta octubre, porque el virus se transmite entre 15 y 20 veces más en el interior. Y si se hacen en las aulas, las ventanas y las puertas deberían estar abiertas”, dice Bassat.

Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/educacion/2020-08-23/las-clases-vuelven-sin-los-refuerzos-necesarios-ante-los-rebrotes.html

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