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Perú: ¿Se deben incluir los ‘smartphones’ en las clases del colegio? Estos países de Sudamérica ya lo pensaron

Perú / 30 de septiembre de 2018 / Autor: Ana Bazo Reisman / Fuente: RPP Noticias

Limitan su uso solo a actividades académicas y dejan que los profesores vean en ellos una oportunidad para renovar el método de enseñanza. Perú, por su parte, aún no lo discute.

El uso de los teléfonos inteligentes escala año a año a nivel global. El promedio de incremento, al menos desde 2015, ha sido de 30 millones de nuevos usuarios conectados. Estos, al mismo tiempo, son cada vez más jóvenes. Solo en Perú, el 73% de menores entre 13 y 16 años de edad ya cuenta con un celular propio. De ellos, más del 50% se conecta con el mundo desde su pantalla móvil, según estimó Ipsos el 2017 en su informe “Perfil del adolescente, joven y adulto peruano”. Además, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), la edad más temprana en la que se accede a internet en Perú a través de un smartphone es de seis años.

Esta tendencia de conexión desde el inicio de la vida escolar se repite en la mayoría de países de Europa y América, principalmente. El 3 de agosto pasado, Francia oficializó reglas frente al uso masivo de dispositivos móviles en las aulas. Se trató de la Ley Nº 2018-698, aprobada días antes por el Parlamento, que modificó el Código de Educación en ese país para prohibir el uso del smartphone a todos los infantes de Inicial y estudiantes de Primaria y Secundaria hasta los 15 años. No obstante, la medida es flexible a la utilización para fines pedagógicos y sugiere que los centros educativos y jardines consideren aquella excepción en sus reglamentos internos.

La enseñanza desde la pantalla

Algunos países de América del Sur ya han entrado al mismo debate que Francia. En Bolivia, por ejemplo, rige desde enero de 2017 la Resolución Ministerial de Educación Nº 001, que restringe el “uso arbitrario” de los teléfonos celulares tanto a alumnos como a profesores. Sin embargo, establece la posibilidad de usarlos para “procesos formativos”, siempre que estos se planifiquen y consensúen previamente entre alumnos, profesores, directores y hasta padres de familia.

“El artículo 118 de las normas de planificación y organización de la gestión educativa nos invita a utilizar el celular, pero de manera previamente planificada, organizada, para el trabajo en el aula. No nos olvidemos que el celular, más allá de tener WhatsApp, tiene Google, diccionarios, información de mano”, explicó el viceministro de Educación Regular de Bolivia, Valentín Roca, a RPP Noticias.

Al ser consultado sobre algún plan de capacitación a los maestros para que conozcan cómo implementar el uso del móvil con internet en las aulas, Roca señaló que esa disposición depende de cada centro educativo y no del Estado. La situación es distinta en la provincia de Buenos Aires, Argentina, donde la estimulación -todavía en plan piloto- viene con smartphones de regalo. Esto, después de que en 2016 el Gobierno derogara la Resolución Nº 1728, que por una década prohibió el uso de los teléfonos móviles a todos los profesores y estudiantes de la provincia.

Agustina Blanco, directora provincial de Evaluación y Planeamiento del Ministerio de Educación de Buenos Aires, señala que para fines de 2018 se planea haber repartido un kit de 20 celulares con planes de datos a más de 400 escuelas. El objetivo es medir el aprovechamiento de estos equipos -que cuentan con aplicaciones educativas incorporadas- para luego generar un sistema integrado de colegios capacitados en la conexión con el móvil. “En este programa hemos empezado las capacitaciones en abril de este año y recién dentro de un tiempo van a llegar estos celulares para medir bien durante todo el año. Estamos incorporando Geogebra, GoogleMaps, lecturas autorizadas y YouTube con sugerencias de uso pedagógico”, cuenta Blanco.

El móvil como oportunidad

En Chile no existe aún una regulación, pero ya se ha planteado en el Parlamento. El Proyecto de Ley Nº 1728-04, presentado ante la Cámara de Diputados del Congreso Nacional el 10 de mayo de 2018, propone que las aulas de Primaria y Secundaria adapten un contenedor especial para la recolección de celulares de todos los estudiantes durante el horario de clases. Sin embargo, y en la misma línea que Bolivia, abre la posibilidad de que se utilicen para actividades lectivas bajo criterio del profesor.

El Ejecutivo no ha emitido una opinión al respecto, pero Jaime Veas, exjefe de la División de Educación General del Ministerio de Educación de Chile, nos cuenta su postura. “[El uso del celular] es una tremenda oportunidad, pero es una oportunidad que no es mecánica: hay que trabajarla pedagógicamente, generar capacidades en nuestros estudiantes y en nuestros propios profesores, incluso enseñar a discernir entre la información falsa y verdadera que existe en internet”. Veas concluye que una ley sobre esto debe incorporar capacitación ardua a los maestros.

Colombia mantiene una propuesta un tanto más radical. El congresista Rodrigo Rojas presentó el 16 de agosto de 2018 el Proyecto de Ley Nº 99, que prohíbe completamente el ingreso de dispositivos de telefonía móvil a los centros educativos desde la etapa preescolar hasta la Secundaria. En entrevista con RPP Noticias, Rojas refirió que “los celulares se han convertido en un agente distractor que afecta la concentración de los niños y, por ende, su rendimiento académico”. Además, sostuvo que afectan la salud mental y física de los menores, perjudican su comportamiento social, estimulan la depresión y generan dependencia. Sin embargo, no descartó debatir sobre la utilización para fines educativos.

“La tecnología es importante. Vivimos en una sociedad digital, pero hay que saber utilizar el celular. Todos los actores involucrados pueden participar [en el debate], siempre y cuando se proteja la seguridad y salud de los niños, desarrollo integral, en entornos educativos seguros”, estimó el parlamentario colombiano.

El congresista colombiano Rodrigo Rojas presentó un proyecto de ley que busca prohibir los celulares en las aulas por sus efectos negativos en la capacidad de atención y la salud.
El congresista colombiano Rodrigo Rojas presentó un proyecto de ley que busca prohibir los celulares en las aulas por sus efectos negativos en la capacidad de atención y la salud. | Fuente:Rodrigo Rojas

Perú desestimó la discusión

Hace cinco años, el Congreso de la República del Perú tuvo en sus manos el debate. El 18 de noviembre de 2013, el congresista Johnny Cárdenas Cerrón presentó el Proyecto de Ley Nº 2945, una versión modificada de una propuesta que ya había impulsado y retirado meses atrás. Su proyecto proponía “prohibir el uso de dispositivos móviles, teléfonos celulares y similares que causen distracción durante las horas de clase” e incluso ordenaba que el Ministerio de Educación exija a todos los colegios la colocación de anuncios que remarquen la prohibición.

Cárdenas sugería sanciones para quienes infringieran la norma: desde el decomiso del celular hasta una suspensión de tres días para los estudiantes y desde la amonestación hasta la destitución para los profesores reincidentes. También destacaba una excepción “para el proceso de enseñanza-aprendizaje que se da a través de las tecnologías de la información y comunicación (TICS)”, lo cual dejaba abierto a la interpretación que el celular o el dispositivo móvil sean incluidos. Pero el planteamiento quedó olvidado y no se retomó en las siguientes legislaturas. Al menos, hasta ahora.

Johnny Cárdenas fue congresista durante el gobierno de Ollanta Humala. El 2013, firmó un proyecto de ley sobre la prohibición de los smartphones durante las horas de clase. Su iniciativa nunca llegó a debate en el Pleno del Congreso.
Johnny Cárdenas fue congresista durante el gobierno de Ollanta Humala. El 2013, firmó un proyecto de ley sobre la prohibición de los smartphones durante las horas de clase. Su iniciativa nunca llegó a debate en el Pleno del Congreso. | Fuente: Andina
Fuente de la Noticia:
https://rpp.pe/mundo/actualidad/se-deben-incluir-los-smartphones-en-las-clases-del-colegio-estos-paises-de-sudamerica-ya-lo-pensaron-noticia-1150282

ove/mahv

 

 

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Panamá: WhatsApp, como herramienta educativa

Redacción:

Los docentes han visto que la aplicación es útil en el proceso transformador de la educación. Los expertos recomiendan utilizar grupos de chats para compartir clases virtuales para estudiantes

Quizás para algunos es difícil de creer, pero resulta que WhatsApp, la aplicación que supera los 1,000 millones de usuarios, no solo es un canal de mensajería instantánea, sino que actualmente profesores y estudiantes le han buscado el lado positivo con fines educativos.

Es que la plataforma ayuda a promover el trabajo colaborativo e intercambia contenidos en favor de su desarrollo, lo que ha despertado en los docentes la necesidad de formar parte del impulso transformador en beneficio de la educación.

La coordinadora de comunicaciones de la Universidad del Istmo, Andrea Giménez, explica que los beneficios de esta aplicación están enfocados, principalmente, en el estímulo del trabajo colaborativo, el que permite compartir lecciones de audio, transferencia de material PPT (formato archivo de presentación) o Word y la comunicación a través de video, que a su vez propicia el contacto en tiempo real con docentes y otros compañeros’, detalla.

Sin embargo, los catedráticos advierten que para que el proceso de aprendizaje realmente se lleve a cabo se deben construir materiales didácticos que puedan ser digeribles a través de estos medios.

‘Las herramientas tecnológicas son altamente criticadas porque se espera que por sí solas, nos eduquen, aporten y nos cambien, y la realidad es que están para que nos ayuden a llegar a los fines que buscamos, como educar’, remarca Giménez.

Los docentes, por su parte, también han adoptado el uso de este recurso de una manera muy formal, sobre todo para compartir documentos y avisos importantes para su comunidad estudiantil o para el grupo bajo su coordinación. ‘Hacerlos de esta forma ha sido muy eficiente, los profesores ahora pueden compartir lecturas interesantes y artículos de interés con los estudiantes a través del envío de URL’ explica la experta en comunicaciones.

USO RESPONSABLE

En una publicación de la agencia Efe , el sociólogo Francisco Núñez y director del programa de Humanidades de la Universitat Oberta de Cataluña (España), advierte que el WhatsApp puede perjudicar la autonomía y la responsabilidad de los niños con las tareas escolares.

VENTAJAS

Whatsapp está presente siempre, aquí algunas de sus ventajas en el área educativa.

Recibir o realizar llamadas o videollamadas de forma gratuita. En este sentido, comunicarse con estudiantes, centros o docentes de otros países.

Comunicarse con/entre alumnos, docentes o centros en zonas rurales o poco accesibles.

Adjuntar grabaciones sonoras, vídeos, enlaces, fotos, imágenes y otros archivos. Formar grupos y trabajar con ellos.

Motivar a los alumnos, al usar un recurso que les atrae. Hacer exámenes orales o similares.

Puso como ejemplos mensajes de padres que piden ayuda para sus hijos porque se han olvidado el libro en clase, o porque extraviaron la toalla después de gimnasia o porque no recuerdan qué llevar a la excursión del día siguiente.

‘Son conversaciones por whatsapp que pueden solucionar, o no, la vida. Estamos domesticando la tecnología, ajustándola a nuestras demandas y necesidades; pero debemos tener en cuenta que pueden tener efectos no previstos y nada deseables’, dijo Núñez a Efe .

Según el sociólogo, la mayoría de los padres quieren estar tan involucrados e informados como sea posible y por eso se unen a un grupo de whatsapp de la escuela.

‘La responsabilidad de los hijos queda entonces relegada a pedir a los padres que envíen un whatsapp. Así los niños resuelven la duda y convierten a los padres en una especie de agenda escolar’, acotó el sociólogo español.

Actualmente, en Panamá, la penetración móvil alcanza más de 150%, siendo que para el 2017 se registraron 6,977,701 abonados a la telefonía móvil (números de teléfono registrados en un operador) frente a los 4,037,043 habitantes, de acuerdo con la Autoridad de Servicios Públicos (ASEP), lo que superpuesto a una población cuyo acceso al internet se realiza en un 63% desde un celular inteligente, se traduce en una potente razón para que plataformas como Whatsapp se vuelvan una gran solución de comunicación.

La fortaleza de esta aplicación también radica en que permite la reducción de los encuentros presenciales que a veces son un poco tortuosos o tropezados por diferencias de horarios disponibles entre los estudiantes de cierto nivel, que ahora pueden comunicarse multidireccionalmente, inclusive por video, eliminando así las excusas para hacer trabajos en equipo.

Según el diario argentino La Nación , para julio del 2017 ‘las cifras de WhatsApp impresionan por el volumen que genera la plataforma a nivel global, con más de 1.3 mil millones de usuarios mensuales y disponible en 60 idiomas. Además, sus usuarios envían 55 mil millones de mensajes y se comparten unos 4.5 mil millones de fotos y unos mil millones de videos de forma diaria’.

ESTRATEGIAS EDUCATIVAS PARA WHATSAPP

Los expertos recomiendan utilizar grupos de chats para compartir clases virtuales para estudiantes. Por ejemplo, los estudiantes que están en casa enfermos o que no pueden llegar a clase pueden utilizar esta función para conectar con el aula. Los que necesitan ayuda con la tarea también la pueden utilizar para encontrar respuestas a las preguntas. Un maestro astuto también puede utilizar el chat en grupo como un foro para facilitar la discusión fuera del aula.

Igualmente, el profesor puede crear lecciones de audio que pueden ser enviadas directamente a los estudiantes. Esto puede ser una lección original o simplemente una grabación de la conferencia que se pueden enviar a todos los estudiantes en la clase más de WhatsApp.

Por último, insisten que es primordial mantenerse en contacto con los estudiantes fuera del aula y recordarles las próximas asignaciones o llegar a aquellos que se pierdan la clase.

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Consejos para estudiar en tiempos de apps

Redacción: El País

Concentrarse es cada vez más difícil, en especial cuando tenemos Instagram y otras redes al alcance de la mano. ¿Cómo lograrlo?

Julio, para los universitarios, es uno de esos meses en los que todo se vuelve gris y sentimos (me incluyo, porque me pasó) que nada tiene sentido, que no vamos a poder, que esto de estudiar no es para nosotros, que la cabeza se nos va a partir al medio si leemos un libro más, que aunque todos pudieron nosotros no vamos a poder. Nos cuestionamos existencialmente la elección de la carrera, queremos volver al liceo, nos insultamos a nosotros mismos por habernos inscripto en tantos exámenes, por no haber exonerado tal o cual materia, por esa convicción maldita que nos dice que si hubiéramos estudiado más durante todo el semestre, hoy no estaríamos tan tan tan estresados. Esto del estrés en julio es una cuestión de empatía entre los estudiantes. Solo ellos saben y entienden lo que se siente estar con el agua al cuello, cansados, sin dormir, y tener que seguir remándola un poco más, un examen más. Solo ellos saben de qué se trata eso de que la concentración dura poco, eso de tener que luchar contra WhatsApp, Facebook, Twitter, Instagram, Snapchat y todas las redes y aplicaciones que siempre resultan más interesantes que sentarse a estudiar.

Sin embargo, queridos estudiantes, no están solos. Todos hemos pasado por lo mismo y no es verdad eso de que no sirven para esto. Todos pudimos, ustedes también van a poder. Y en esta nota van unos consejos para poder organizar mejor el caos de los exámenes (de julio, de diciembre o de febrero, da lo mismo) y para que el celular no le gane a nuestra voluntad.

Planificá (sé realista).

«Si bien pasamos muchos años de nuestra vida estudiando, nadie nos enseña cómo hacerlo de forma efectiva», dice la psicóloga Verónica Orrico. «La mayoría de la gente cree que para salvar un examen solo hay que estudiar mucho. Sin embargo, hay otros factores que si son manejados adecuadamente, también contribuyen a mejorar el rendimiento académico», agrega. Lo primero que hay que hacer, entonces, para evitar que la ola de las materias y sus diez temas nos pase por encima, es organizarse.

Para eso, hay que ser realista y tener en cuenta el tiempo que tenemos para preparar cada materia y cada tema. «Lo primero que el alumno tiene que hacer es organizarse el material, asegurarse de que tenga todo para comenzar. Luego puede hacerse una especie de calendario, pensando cuantos días y horas necesita cada tema para prepararse. En base a eso puede decidir cuántas materias realmente pueda dar en ese período», explica Mariana Álvez, psicóloga. «Lo mejor es siempre asegurarse salvar, aunque sean solo dos materias, porque a veces nos enloquecemos estudiando y nos mareamos con tanto material en la cabeza. Vayamos a las que tengamos más posibilidades de realmente conquistar, las que nos cuestan más van a requerir de mayor tiempo de estudio y esfuerzo mental, por lo tanto tendremos que ser conscientes de comenzarlas a preparar con mucha antelación».

Más de una a la vez.

A veces no hay otra opción, tenemos dos, tres, cuatro, cinco exámenes para dar en un mismo período y todo puede parecer un caos de fotocopias, libros y materiales que nada tienen que ver unos con otros. Sin embargo, aunque pueda parecer que no, preparar más de una materia a la vez, tiene beneficios. «Incluso algunos estudios afirman que variar en los temas de estudio mejora la memoria a largo plazo», dice Orrico. Pero, para poder lograrlo, hay que intentar seguir el calendario a rajatabla y ponerse metas (concretas y realistas) para lograr cada día sin terminarlo con un lío de materias y temas en la cabeza. «Un error frecuente en los estudiantes es que dedican mucho tiempo a aprender los primeros temas y luego deben estudiar los últimos de manera rápida y superficial, e incluso dejar alguno de lado», sostiene la especialista. «Por eso, antes de empezar a preparar un examen, es conveniente hacer un cronograma o agenda, estableciendo de antemano cuánto tiempo dedicarán a cada tema y dejando por lo menos un día para el repaso».

No celular.

No alcanza solo con poner el celular en silencio, desconectar Internet o colocarlo en modo avión. Basta con tenerlo al alcance de la mano para querer revisarlo, por más que sepamos que nada nuevo sucedió allí. «Una clave para mejorar la concentración y aprovechar el tiempo de estudio es evitar las interrupciones digitales, es decir los sonidos, alertas y notificaciones del celular o la computadora. Cuando estas aparecen, atraen la atención de manera refleja y automática. Aunque no las respondamos, hay un pequeño «secuestro atencional» que resta eficiencia. «Estas distracciones pueden disminuir hasta un 50% nuestro rendimiento», explica la psicóloga Orrico. Por eso, lo mejor es dejarlo lejos del alcance de la mano o, directamente, ponerlo en otra habitación. «Los dispositivos electrónicos son seductores porque activan los centros de placer de nuestro cerebro, cuando vemos el celular, siempre hay una expectativa inconsciente de que vamos a recibir algo importante o nos va a llegar una novedad, es estar esperando siempre lo nuevo y esa especie de adrenalina es adictiva», agrega Álvez.

Exámenes viejos.

Conseguir (en varias facultades están disponibles) exámenes o parciales de años anteriores de la materia, puede ser una guía para probarnos. «Esto nos permite saber cuán preparados estamos y qué temas debemos releer y nos coloca en una situación similar a la de esta prueba. Incluso lo podemos hacer controlando el tiempo y evaluar si lo estamos administrando correctamente», dice Orrico. Sin embargo (y esto es un error común, especialmente por la falta de tiempo o por haberlo administrado mal) no podemos basar nuestro plan de estudios solamente en base a los temas que frecuentemente se preguntaron en años anteriores. Y, si no da el tiempo para estudiar a fondo todos los temas, al menos hay que intentar leerlos.

En intervalos cortos.

Si bien es cierto que en la mañana estamos más activos y más descansados, también es verdad que el horario que elijamos para sentarnos a estudiar depende de cada uno, y no hay un momento del día mejor que otro para hacerlo, como explica Álvez. Lo que sí es importante son los períodos de tiempo que le dedicamos, los que, en general, no tienen que ser muy largos. «Para aquellas personas que son dispersas y les cuesta concentrarse recomiendo que tengan varios períodos cortos de estudio. Por ejemplo, estudiar entre 20 y 25 minutos y descansar cinco. Lo importante es que no sean períodos de más de 90 minutos porque la concentración tiende a descender, los pequeños cortes para descansar son buenos para nuestra mente. Por otro lado, cuando estamos en ese período, el estudio tiene que ser intenso, basta distraerse un momento para que luego nos cueste alrededor de 15 minutos volver al nivel de concentración inicial, de acuerdo a las neurociencias». Con respecto a esto, uno de los consejos que da la especialista es que cuando nos sentemos a estudiar, tengamos todo lo que necesitamos a mano, así no perdemos tiempo ni nos distraemos en levantarnos una y otra vez a buscar lo falta.

Descanso.

Otro aspecto relevante con respecto a cómo manejamos nuestro tiempo es el que le dedicamos a descansar. Porque, por más que nos esforcemos por mantenernos despiertos todo lo que podamos y poder estudiar más tiempo, el descanso es clave en nuestro rendimiento. Para poder rendir bien es necesario dormir al menos seis horas y «nunca ir a un examen sin haber dormido», dice Orrico. Así que, por más que pienses que ese último repaso de las cuatro de la mañana nos va a salvar la vida (o la materia), no lo hagas. Dormí, descansá y que tengas éxitos.

Apps para no mirar el celular

Hemos llegado al punto tal de adicción que necesitamos que el celular se bloquee o desaparezca para no utilizarlo. De lo contrario, si sabemos que está ahí, al alcance de la mano, es inevitable chequearlo cada diez minutos, que casi siempre terminan en quince o veinte mirando el inicio de Facebook o las historias de Instagram o los nuevos tuits.
Para quienes no pueden evitar este comportamiento, hay una serie de aplicaciones que bloquean momentáneamente algunas redes.Entre las más conocidas y frecuentadas está AppBlock – No te distraigas, que ayuda a bloquear temporalmente las apps que más usás o las que más te distraen, como las de las redes sociales o los juegos. La aplicación puede conseguir bloquear a otra durante una hora y fecha concreta, que las determina el usuario.
Otra, que tiene la función de una forma un poco más interactiva (aunque justamente la idea es no interactuar con el celular) es Forest: Stay focused. «Planta una semilla en Forest. En los siguientes 30 minutos esa semilla se convertirá en un árbol. Si por el contrario, sales de la app para mirar Facebook o para ponerte a jugar, tu árbol se marchitará. Con este mecanismo tan interesante, desarrollarás tu sentido de la responsabilidad y lograrás tus objetivos», dice la descripción de la app en Google Play. Como estas, cada vez más aplicaciones tienen la función de que utilicemos menos el celular. Sin dudas, son un buen método a tener en cuenta a la hora de sentarnos a estudiar.

Fuente: https://www.elpais.com.uy/domingo/consejos-estudiar-tiempos-apps.html

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Chile: Atención escolares: el uso de celular en el aula podría tener los días contados

Chile / 15 de julio de 2018 / Autor: Jonathan Flores / Fuente: BioBioChile

Cajas donde se depositan celulares antes de entrar a clase, la prohibición verbal de la manipulación de dispositivos tecnológicos, son sólo algunas de las medidas que han tomado diferentes establecimientos educacionales, para evitar que los alumnos pierdan atención –ya sea por llamadas, navegación de redes sociales, WhatsApp, entre otras- durante el proceso de aprendizaje.

No obstante estas medidas no están, necesariamente, reglamentadas y es decisión de los propios colegios o educadores el cómo manejar el tema. Ante esto, los senadores Juan Pablo LetelierAlfonso De UrrestiRicardo Lagos Weber y Jaime Quintana, presentaron un proyecto de ley con el que buscan restringir el uso de dispositivos de telefonía móvil en establecimientos de educación básica y media.

Lo anterior, porque -a juicio de los legisladores- el uso de dispositivos móviles durante el proceso de aprendizaje de los menores puede incidir de manera directa en su desarrollo tanto neurológico como social. Mientras más temprano se inicia el uso de dispositivos móviles o de pantallas en niños, mayor es la dependencia que tienen frente a este tipo de dispositivos, lo que podría propiciar que los menores busquen reemplazar la labor que cumple el profesor en el aula de clase.

Si bien en la actualidad las salas de clases han ido incluyendo la tecnología en su uso diario, “debemos propender siempre a que se haga un buen uso de los recursos tecnológicos, donde estos beneficien el proceso de aprendizaje y no perjudiquen el mismo o no interrumpan el proceso cognitivo de los estudiantes”, enfatizan los autores.

Con todo, se “prohíbe el uso de dispositivos de telefonía móvil en las aulas de educación durante los procesos pedagógicos, a nivel escolar sea este básico o medio. Los establecimientos escolares deberán incluir en su reglamento interno la existencia de lugares de depósito de los celulares de quienes infrinjan esta norma. Sin perjuicio de lo anterior se entiende que el uso de estos dispositivos siempre será permitido en caso de emergencia.”

Y la medida no es antojadiza, ya que de acuerdo a cifras publicadas al mes de marzo de este año por la Subsecretaria de Telecomunicaciones, existen en nuestro país alrededor de 23 millones de teléfonos celulares, cifra que mes a mes va en aumento. “Estamos inmersos en una sociedad donde los teléfonos celulares se han convertido en algo natural en la vida de muchas personas, siendo muchas veces fundamentales para su trabajo e incluso para sus relaciones interpersonales”.

Sin embargo, alertan los parlamentarios, “la cifra es alarmante cuando ponemos especial atención al uso de teléfonos móviles en menores de 18 años, lo que puede incidir de manera negativa en el desarrollo de sus vidas. En nuestro país un 11% de los niños y niñas de 5 años tiene celular funcionando y en uso. Dicha proporción sube a un 30% de quienes tienen 8 años. 50% entre los niños de 10 años. 71% a los 12 años y a un 90% a los 15 años”.

Fuente de la Noticia:

https://www.biobiochile.cl/noticias/nacional/chile/2018/07/09/atencion-escolares-el-uso-de-celular-en-el-aula-podria-tener-los-dias-contados.shtml

ove/mahv

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Ciberbullying: recintos de educación deben crear protocolos

Chile / 1 de julio de 2018 / Autor: Vicente Pereira Parra / Fuente: Soy Chile

Seremi del ramo en Los Lagos, Claudia Trillo, señala que es un problema que existe y que muchas veces traspasa los establecimientos.

El ciberbullying es una realidad en los establecimientos educacionales de la región de Los Lagos. Por eso, ahora deberán contar con un protocolo que aborde este tema que afecta a jóvenes y niños, según reconoce la seremi de Educación, Claudia Trillo, quien explica que se trata de una circular enviada desde la Superintendencia.Una medida que a Trillo le parece adecuada y correcta, dado que genera que los recintos deban tener un protocolo de actuación frente a este tipo de acciones.La autoridad describe que hoy existen situaciones que no sólo se presentan al interior de los colegios, sino que a través de redes sociales, WhatsApp o distintos medios por los cuales los niños y jóvenes se insultan y se tratan mal.“Están siendo afectados de una manera anónima, muchas veces; por lo tanto, el llamado es a las familias, que a veces detectan esta situación, es a denunciar en los establecimientos educacionales”, detalla.Más aún, si se considera que estos son los lugares donde los afectados primero buscan un resguardo, un apoyo, como con los encargados de convivencia escolar.Pero también que la institución sepa cómo debe actuar, que tenga un protocolo respecto a los pasos a seguir frente a este tipo de denuncia”.

– ¿Es una exigencia para los colegios?

– Será una exigencia. Esta circular así lo estipula, el que debemos hacernos parte, que no estaba considerado, pero que no puede quedar a la deriva o a la interpretación de cada uno de los establecimientos. Debemos normarlo, es necesario, porque nuestros niños y nuestros jóvenes están siendo afectados por esto.La titular de Educación en Los Lagos reconoce que no es un tema fácil, que tiene muchas complejidades, dado que muchas veces estos hechos ocurren entre pares de distintos establecimientos, por lo que aborda a una mayor comunidad.Para Trillo, sin embargo, es importante que se norme un protocolo de actuación frente a dicha problemática en cada colegio.

– ¿Cuál es la realidad en esta zona?

– Es bastante masivo. Cada vez el uso de las redes sociales y de este medio anónimo de declaraciones que hacen los jóvenes, donde insultan y se tratan muy, muy mal, porque como es a través de una red social, en la que no se ven las caras, es más fácil ser más agresivo, de mucha violencia entre ellos, es algo que hoy está pasando en nuestra sociedad. Cada vez más niños y jóvenes lo están haciendo, por eso es importante hacernos cargo de esta problemática.

– ¿Este protocolo regulará el uso de los celulares?

– No creo que lleguemos a prohibir o a aceptar el uso del celular, a través de una circular, porque se ha dicho que es algo que se debe respetar dentro de los reglamentos de cada una de las comunidades educativas. Por lo tanto hay libertad y cada establecimiento lo establece de alguna manera y lo estipula acorde a su proyecto educativo; pero, sí tiene que ver con el mal uso de este tipo de herramientas a través de las redes sociales. El celular es un buen medio de comunicación e información, el tema es el mal uso.

– ¿Establecerán sanciones con estos protocolos?

– Más que sanciones, lo importante es actuar y en educación el llamado no es a la sanción sino que a la prevención.

Fuente de la Entrevista:

http://www.soychile.cl/Puerto-Montt/Sociedad/2018/06/25/541355/Ciberbullying-recintos-de-educacion-deben-crear-protocolos.aspx

ove/mahv

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Dinamización en el aula: una forma de conseguir que el alumnado esté más activo

España / 22 de abril de 2018 / Autor: Ángel Fidalgo / Fuente: Innovación Educativa

Al comienzo de cada curso, y tras explicar algún concepto, suelo preguntar a mi alumnado si alguien tiene alguna duda. Ante su pasividad les pregunto si han entendido algo y con esto consigo que alguno sonría, pero tampoco hablan. Tras unos segundos de silencio pongo cara de preocupado y les digo que vamos a hacer una prueba que consiste en levantar un brazo. Tras ello les digo “me quedo más tranquilo, no hay problema físico, sino que realmente no hay dudas”

El alumnado suele ser pasivo durante una lección magistral, no suele preguntar, no suele responder cuando el profesorado hace una pregunta en clase. Sin embargo suele ocurrir algo curioso cuando se lanza un pregunta para que la contesten a través de un foro, o mediante una consulta a través del móvil, en ese caso mayoritariamente suelen participar. Lo mismo sucede si se les pide que incluyan todas sus dudas.

Se puede utilizar esta circunstancia para dinamizar la clase; es decir, para que el alumnado participe con su opinión o reflexión. Para ello basta utilizar un cuestionario, un foro, un grupo de Whatsapp, una red social o mediante Kahoot (encuestas a través del móvil)

Podemos crear un pequeño debate sobre un tema y utilizar los resultados del mismo para explicar ese tema. Siempre es posible encontrar alguna opinión que sirva como punto de partida para lo que deseamos explicar. También podemos utilizar los resultados de una encuesta para conocer los conocimientos previos del alumnado antes de explicar un tema, o para comprobar el grado de adquisición del mismo.

Es importante realizar estas micro-dinamizaciones en el aula y especialmente durante una lección magistral. Con ello conseguiremos varias cosas en el alumnado:

  • Que reflexionen sobre un determinado tema.
  • Que tengan una foto general sobre el conocimiento relacionado con un tema.
  • Que puedan crear conocimiento.
  • Que adquieran el hábito de participar en el proceso de aprendizaje.
  • Que tengan un descanso cognitivo activo (algo parecido a contar un chiste, pero sin desconectar del tema).

Es fácil, rápido, barato y muy eficaz. Así que ya sabe, en su próxima clase pruebe una micro dinamización, le gustará a usted y a su alumnado.

Fuente del Artículo:

Dinamización en el aula: una forma de conseguir que el alumnado esté más activo

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México: Violencia sexual ataca en escuelas

México / 12 de noviembre de 2017 / Autor: Teresa Moreno / Fuente: El Universal

Cada día del último año fueron violadas 27 jóvenes de 15 años o más en el ámbito escolar, es decir, 9 mil 876 en los últimos 12 meses, una cada hora, según resultados de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh) 2016. El Inegi informó que 330 mil 629 mexicanas de 15 años o más han sufrido una violación o intento de este acto durante su trayectoria académica.

En lo que corresponde a hostigamiento y acoso por parte de autoridades en los colegios, 58 mil 997 adolescentes y jóvenes reportaron que en el último año tuvieron cuando menos un episodio en el que sus maestros les ofrecieron tener relaciones sexuales a cambio de mejorar sus calificaciones u obtener beneficios en la escuela.

Cuando dijeron que no, en 21 mil 575 sucesos sufrieron castigo o venganza por haberse rehusado, ante lo que las reprobaron, les bajaron su calificación o las expulsaron de la institución.

El Inegi recoge el reporte de que 65 mil 807 mujeres atravesaron por una situación de acoso u hostigamiento en el citado período; es decir, ocurre en promedio una vez cada ocho minutos.

Juan Martín Pérez García, director de la Red por los Derechos de la Infancia en México(Redim), explicó que el entorno escolar no se salva del machismo.

Argumentó que la violencia sexual en contra de ellas se sostiene en tres criterios: los hombres no tienen la capacidad de contener su deseo, las mujeres los provocan y todo acercamiento entre hombre y mujer puede tener una connotación sexual.

“Esto genera un escenario en el que se justifica la violencia y se responsabiliza a las víctimas. Hay que tener presente la relación de poder de los maestros con las alumnas, que puede depender de una calificación negativa el poder pasar o salir de ese periodo educativo. Hay hostigamiento por parte de los docente, [pero] no hay mecanismos de denuncia ni de protección y las víctimas, la mayoría mujeres, tienen pocas oportunidades para negarse”, dijo.

Nisaly Brito Ramírez, directora ejecutiva de la organización Commenta Diálogo de Saberes, que promueve el enfoque de derechos humanos y perspectiva de género, lamento que, por lo general, a las víctimas de acoso u hostigamiento no se les cree, puesto que existe una especie de complicidad con la violencia normalizada dentro del sistema de enseñanza en el país.

“La cultura machista no tiene lugar de excepción. Con los adolescentes de 15 a 18 años se juegan muchas condiciones de poder y la lógica que se teje entre alumna y maestro. El temor a futuro que genera un montón de ansiedad y permite que el sexo se vea como una oportunidad de ser recompensado con calificaciones o reconocimiento social. Existe complicidad dentro del sistema, porque cuando una víctima quiere denunciar a un maestro que es acosador, lo que pasa, por lo regular, es que nadie le cree”.

El Inegi divide la violencia sexual en el ámbito escolar en intimidación, acoso u hostigamiento, abuso y violación e intento de. Estos van desde piropos hasta agresiones graves.

De acuerdo con lo que las propias alumnas dijeron al Inegi, en este contexto fueron agredidas sexualmente una de cada 10 jóvenes y adolescentes en edad de cursar sus estudios en bachillerato o en la universidad.

Esto representa que 810 mil 793 mujeres de 15 años y más pasaron por este tipo de violencia sexual en el ámbito escolar en los últimos 12 meses y que 4.6 millones de mexicanas de ese mismo rango de edad han sido violentadas de diversas formas a lo largo de toda su vida académica.

Dentro de esa categoría general se encuentra el hostigamiento y acoso, así como la violación e intento de; sin embargo, no es lo único.

La encuesta contabiliza a 1.86 millones de jóvenes y adolescentes que fueron víctimas de abuso en este contexto cuando menos una vez a lo largo de su vida, de las cuales 207 mil 351 pasaron por un episodio en 2016.

Esto quiere decir que un hombre les mostró su pene o se masturbó frente a ellas, las obligó a observar escenas o actos sexuales o pornográficos como fotos, videos o películas. Además, las han manoseado, tocado, besado o se le han arrimado, recargado o encimado sin su consentimiento.

Esta categoría engloba agresiones como que las hayan hecho sentir miedo de ser atacadas o abusadas; las hayan acosado con comentarios considerados como “piropos” groseros u ofensivos, de tipo sexual o sobre su cuerpo; les hayan enviado mensajes o publicado comentarios a través de Facebook, Twitter y WhatsApp para insultarlas, ofenderlas o molestarlas con insinuaciones sexuales.

La encuesta no distingue si estos casos se dieron en escuelas e instituciones privadas o públicas. En el caso de las segundas, se considera que los profesores y autoridades escolares son funcionarios, mientras que los federalizados dependen de la Secretaría de Educación Pública (SEP).

En agosto de 2016 se publicó el Protocolo para la prevención, atención y sanción del hostigamiento y acoso sexual para las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal.

Se define el acoso sexual como “una forma de violencia en la que hay un ejercicio abusivo de poder que conlleva a un estado de indefensión y de riesgo para la víctima. El hostigamiento es, según el Inegi, el “ejercicio de poder, en una relación de subordinación real de la víctima frente al agresor en los ámbitos laboral o escolar. Se expresa en conductas verbales, físicas o ambas, relacionadas con la sexualidad de connotación lasciva”.

Considera que ambas son conductas que no serán toleradas dentro del servicio público y que “los órganos internos de control [de cada dependencia del gobierno federal] fincarán las responsabilidades a las que haya lugar e impondrán, en su caso, las sanciones administrativas respectivas”.

El Código Penal federal considera penas que van desde multas para los hostigadores sexuales y destitución para los servidores públicos hasta 20 años de cárcel en caso de violación.

La UNAM tiene un Protocolo de Atención contra la Violencia de Género con sanciones para los integrantes de su comunidad que incurran en este tipo de agresiones. Los castigos que impone la máxima casa de estudios van desde rescisión de contrato, amonestación y pueden llegar hasta la expulsión.

Fuente de la Noticia:

http://www.eluniversal.com.mx/nacion/seguridad/violencia-sexual-ataca-en-escuelas

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