América del Norte/Estados Unidos/09 de Septiembre de 2016/Fuente: UNICEF
En todo el mundo, casi 50 millones de niños han quedado desarraigados, de los cuales 28 millones han sido expulsados de sus hogares debido a conflictos de los que no son responsables, y millones más han tenido que emigrar con la esperanza de encontrar una vida mejor y más segura. Traumatizados a menudo por los conflictos y la violencia de los que huyen, estos niños tienen que enfrentarse a otros peligros en el camino, entre ellos el riesgo de ahogarse en las travesías por mar, de sufrir desnutrición y deshidratación, o de ser víctimas de la trata, del secuestro, de la violación e incluso del asesinato. En los países que atraviesan y en sus lugares de destino tienen que confrontar con frecuencia la xenofobia y la discriminación.
Un nuevo informe publicado hoy por UNICEF, Desarraigados: Una crisis cada vez más grave para los niños refugiados y migrantes, presenta nuevos datos que describen un panorama desolador de la vida y la situación en la que se encuentran millones de niños y familias afectados por conflictos violentos y otras crisis de tal magnitud que les resulta más seguro arriesgar sus vidas en un peligroso viaje que permanecer en su país.
“Una serie de imágenes indelebles de varios niños –del pequeño cuerpo de Aylan Kurdi que apareció en una playa después de ahogarse en el mar o de la cara atónita y sangrante de Omran Daqneesh cuando estaba sentado en una ambulancia después de que su casa resultara destruida– han conmocionado al mundo”, dijo el Director Ejecutivo de UNICEF, Anthony Lake. “Pero cada imagen, cada niña o niño, representa a muchos millones de niños en peligro, y esto exige que nuestra compasión hacia esos niños concretos que vemos se equipare con acciones en favor de todos los niños”.
Desarraigados muestra que:
• Los niños representan un porcentaje desproporcionado y creciente de todas las personas que han buscado refugio fuera de sus países de nacimiento: constituyen aproximadamente un tercio de la población mundial, pero cerca de la mitad de todos los refugiados. En 2015, alrededor del 45% de todos los niños refugiados bajo protección del ACNUR procedían de Siria y Afganistán.
• 28 millones de niños han sido expulsados de sus hogares por la violencia y los conflictos dentro de sus países y a través de las fronteras, incluyendo 10 millones de niños de refugiados; 1 millón de solicitantes de asilo cuyo estatuto aún no ha sido determinado; y unos 17 millones niños y niñas desplazados dentro de sus propios países, y que tienen una necesidad extrema de recibir ayuda humanitaria y acceso a servicios esenciales.
• Cada vez hay más niños que están cruzando fronteras por cuenta propia. En 2015, más de 100.000 menores de edad no acompañados solicitaron asilo en 78 países, el triple de la cantidad de 2014. Los niños no acompañados están entre aquellos que corren un mayor riesgo de explotación y abuso, y esto incluye a los contrabandistas y los tratantes de personas.
• Unos 20 millones de otros niños y niñas migrantes a escala internacional han dejado sus hogares por distintas razones, incluyendo la pobreza extrema o la violencia debida a las pandillas. Muchos corren un peligro concreto de sufrir casos de abuso y detención porque no tienen ninguna documentación, su estatus legal es incierto y no hay un seguimiento ni monitoreo sistemáticos de su bienestar; son los niños a quienes nadie detecta.
Según Desarraigados, Turquía alberga el mayor número total de refugiados recientes y muy probablemente el mayor número de niños refugiados en el mundo. En relación a su población, el Líbano acoge al mayor número de refugiados por un margen abrumador: aproximadamente 1 de cada 5 personas en el Líbano es un refugiado. En comparación, aproximadamente hay 1 refugiado por cada 530 personas en el Reino Unido y 1 por cada 1.200 en los Estados Unidos. Si se consideran los países de acogida de refugiados por su nivel de ingreso, sin embargo, la República Democrática del Congo, Etiopía y Pakistán albergan la mayor concentración de refugiados.
El informe sostiene que, en aquellos lugares donde hay rutas seguras y legales, la migración puede ofrecer oportunidades para los niños que migran y las comunidades a las que se unen. Un análisis del impacto de la migración en los países de altos ingresos encontró que las contribuciones de los migrantes en impuestos y pagos sociales fueron mayores que la ayuda que recibieron; que ocuparon vacantes de alta y baja cualificación en el mercado de trabajo; y que contribuyeron al crecimiento económico y la innovación en los países de acogida.
Sin embargo, una cuestión fundamental es que los niños que han tenido que huir a la fuerza de sus casas salen perdiendo a menudo en lo que atañe a los beneficios potenciales de la migración, como por ejemplo la educación, uno de los principales factores por los cuales muchos niños y familias escogen emigrar. Un niño refugiado tiene cinco veces más probabilidades de no asistir a la escuela que un niño no refugiado. Cuando pueden acudir a la escuela, los niños migrantes y refugiados suelen ser víctimas de la discriminación, entre otras cosas a causa de un trato injusto y del acoso.
Fuera del aula, los obstáculos legales impiden que los niños refugiados y migrantes reciban servicios en igualdad de condiciones que los niños que son nativos de un país. En el peor de los casos, la xenofobia puede llegar a convertirse en ataques directos. Sólo en Alemania, las autoridades registraron 850 ataques contra los albergues de refugiados en 2015.
“¿Qué precio tendremos todos que pagar si no conseguimos proporcionar a estos jóvenes oportunidades para recibir una educación y disfrutar de una infancia más normal? ¿Cómo podrán contribuir de manera positiva a sus sociedades? Si no pueden, no sólo se malogrará su futuro, sino que también sus sociedades saldrán perdiendo”, dijo Lake.
El informe señala seis acciones específicas para proteger y ayudar a los niños desplazados, refugiados y migrantes:
• Proteger a los niños refugiados y migrantes, especialmente a los no acompañados, de la explotación y la violencia.
• Acabar con la detención de niños migrantes, o los que esperan obtener la condición de refugiados, mediante la incorporación de varias alternativas.
• Mantener unidas a las familias como la forma más adecuada para proteger a los niños y concederles un estatus legal.
• Mantener estudiando a todos los niños refugiados y migrantes y darles acceso a la salud y a otros servicios de calidad.
• Insistir en la necesidad de abordar las causas subyacentes a los movimientos a gran escala de refugiados y migrantes.
• Promover medidas para combatir la xenofobia, la discriminación y la marginación.
Fuente: http://www.unicef.org/spanish/media/media_92725.html