Los Community College a debate

Por Luis Bonilla Molina

La educación norteamericana

A cien años de publicada la obra de Lenin “El Imperialismo fase superior del capitalismo” (1916) tendríamos que realizar una actualización de su contenido, en el marco de la globalización neoliberal. Ya casi nadie duda que el imperialismo en el siglo XXI es algo superior a la propia concentración de capitales en un país que tan bien definió el líder de la revolución bolchevique. Hoy quizá sería más acertado señalar que EEUU es la capital del imperio conformado por la alianza económica expresada en países más poderosos del planeta que orientan las políticas del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial.

Desde esa perspectiva podemos entender el por qué el sistema educativo norteamericano es hoy un gran laboratorio de ensayo y experimentación de las propias recetas neoliberales de los organismos económicos internacionales como la OCDE, el Banco Mundial (BM) o el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Uno de los pedagogos críticos más destacados de los Estados Unidos, William Ayers (1944- ) señalaba en entrevista que le hiciera el periódico La Jornada de México en diciembre de 2012 que las reformas educativas en ese país “buscan minar la voz colectiva de los maestros, privatizar la administración de un recurso público y reducir la enseñanza a un examen estandarizado”.

En el presente el sistema educativo norteamericano ha girado su prioridad hacia el desarrollo de aprendizajes muy específicos -aspectos cognitivos básicos- asumiendo claramente un distanciamiento con los aprendizajes humanistas o la propia construcción de ciudadanía. Se avanza y concreta un abandono de la educación en las artes o la educación física, considerando que estas deben ser un premio para aquellos estudiantes y escuelas que obtengan buenos rendimientos. Como lo señalaba en mi artículo “Las manzanas podridas de la revista Time (9-01-2015)”1, estos esfuerzos son acompañados de una ofensiva de la derecha educativa norteamericana para (a) objetar los estándares educativos nacionales; (b) atacar a prominentes educadores de la pedagogía crítica como el propio Ayers o Peter Mclaren (1948- ) acusándolos de radicales para tratar de empañar y silenciar voces contestatarias a la contrarreforma en marcha; (c) acuñar definitivamente la estratificación odiosa de escuelas mediante pruebas estandarizadas para hacer ver a las escuelas de pobres, afro descendientes e inmigrantes como de bajo rendimiento; (d) despedagogizar la educación al mantenerse la hegemonía curricular por parte de las grandes corporaciones editoriales; (e) virtualizar la educación como de hecho, ya en 2001 el Sunday Times planteaba el tema en términos económicos, al señalar que mientras una clase de CISCO tiene un coste de 1.800 dólares por trabajador, esa misma clase en red puede llegar a costar sólo 120 dólares para el mismo trabajador. El problema fue que continuaron haciendo cálculos hasta llegárselo a plantear para todos los niveles de la educación; (f) golpear la profesión docente, mediante las políticas aplicadas por Arne Duncan (1964- ), secretario de educación de Obama desde el 2009, consistente en ofrecer carreras cortas para aquellos que aspiran a dar clase –es decir, ser docentes- de sólo tres años, diseñada como una profesión de transición (o de garaje) para ejercer un trabajo temporal mientras se estudia y emigra a otro puesto de trabajo. Esta formación es fundamentalmente capacitación en técnicas que muy poco tienen que ver con la pedagogía como totalidad interpretativa del hecho educativo. Esto hace de la experiencia educativa un lastre para el sistema rompiéndose con ello la estabilidad docente y el reconocimiento social de su importancia. Un resultado concreto es que se ha producido más de un 50% de abandono del trabajo antes de los cinco años de ejercicio como maestro o profesor. Ya Bill Gates lo había expresado abiertamente al señalar que el mayor obstáculo para la transformación del sistema educativo norteamericano –al modelo capitalista tecnológico e industrial del presente- lo constituyen los sindicatos de educadores (léase estabilidad y condiciones de trabajo de los docentes).

El sistema educativo norteamericano camina aceleradamente hacia la destrucción de la pedagogía y la virtualización de su sistema2. Pedagogos como Ayers ó Henry Giroux (1943- ) han denunciado en reiteradas oportunidades el peso creciente que tienen las opiniones de la Fundación Walmart3, de los amos del Silicón Valley4, la industria cultural (Hollywood, Disney, grandes cadenas periodísticas, entre otras) y las corporaciones editoriales, en la definición de la orientación y cambios educativos en los EEUU. Esta alianza contra la educación como derecho humano fundamental impulsa el acelerado proceso de privatización de lo que aún era público en la educación norteamericana, la conceptualización del aprendizaje escolar como aspectos a ser medidos por pruebas estandarizadas, así como en la despedagogización y destrucción de la noción de magisterio organizado mediante el ataque sistemático a los sindicatos de maestros (as) y profesoras (es).

Ya desde 1998 –cuando se aceleró vertiginosamente esta tendencia- Merril Lynch5 calculaba que el mercado de la educación universitaria ubicado fuera de la frontera de los Estados Unidos era superior a los 111 billones de dólares al año y abarcaba potencialmente a 32 millones de estudiantes. En ese mismo periodo (2002) el famoso grupo Gartner6 ya consideraba que la educación universitaria era un negocio en plena expansión y que éste se debería vincular a los requerimientos laborales pues un 95% de todos los trabajadores necesitarían en el corto plazo usar algún tipo de tecnología de la información. La importancia del sector tecnológico en la economía mundial es más que evidente y por ello la adaptación del sistema educativo norteamericano a las exigencias del modo de producción capitalista actual a costa de su propia población.

De manera ilustrativa el propio William Ayer señala que cuando vivían en Chicago la familia Obama enviaban a sus hijas a Chicago Laboratory School7, donde también estudiaban los hijos del pedagogo crítico y de su esposa la líder de los derechos civiles Bernardine Dohrn (1942- ). Y lo hacían porque en ese entonces esa institución era líder en la atención pedagógica creativa con un máximo de 15 estudiantes por aula, permanente dotación de materiales didácticos y docentes no sólo sindicalizados sino con buenos salarios. En ese sentido Ayers (2012, La Jornada) se pregunta “si es suficientemente bueno para las hijas de Obama y para los míos, ¿Por qué no es esa la norma para los niños en el lado oeste (el más pobre) de Chicago? Ahí tenemos clases con hasta 40 estudiantes en segundo grado de primaria, con pocos recursos y los maestros en condiciones atroces de trabajo y salario”.

Hoy en día la educación norteamericana corre desesperadamente al modelo de pruebas estandarizadas internacionalmente, diseñadas entre otras por la OCDE y analizadas por corporaciones financieras como el BID. Los aprendizajes en competencias para el mercado son su paradigma evaluativo.

Además, un sector importante de la élite educativa norteamericana considera como una instancia peligrosa a la UNESCO por ser un foro plural y de todos los gobiernos en la definición de metas educativas. Por ello, venían sólo cancelando una parte de los aportes que le correspondían entregar a UNESCO y desde la incorporación de Palestina a esta organización educativa mundial decidieron dejar de cancelar cualquier aporte.

Los Community College

En esa ruta recorrida en las últimas décadas surgen los Community College que son universidades cuyo periodo escolar tiene una duración de tan sólo dos años y son conducentes a los títulos de Asociado y certificados de Mérito, que habilitan a sus egresados a incorporarse al mundo laboral como técnicos y que puede ser una base para continuar estudios universitarios de 4 años. Este tipo de formación está orientada básicamente a estudiantes de familias pobres y admite estudiantes extranjeros. Sólo en el periodo 1989-1990 los Community College admitieron alrededor de 500.000 estudiantes. A pesar que su matrícula ha venido creciendo los costes de estudio se han ido incrementando sensiblemente al punto que hoy cada uno de los aproximadamente 9.000.000 de estudiantes que forman parte de estos programas académicos deben cancelar una suma estimada de 3.800 dólares anuales. Muchos de ellos ya no pueden seguir sufragando estos gastos. Se estima que las deudas estudiantiles resultantes de esta dinámica hoy son millonarias y pueden dispararse en el corto plazo. En ese contexto la administración Obama acaba de lanzar la propuesta de gratuidad en dos años en los community college.

Lo que resulta extraño es que esa oferta se lance precisamente cuando los demócratas pierden la mayoría del Senado, el cual deberá aprobar una medida como ésta, planteada por la Casa Blanca. El lanzamiento en Tennessee -cuna del gobernador Republicano Bill Haslam (1958- )- de esta iniciativa, pareciera buscar un acuerdo nacional para iniciar una profunda reforma –o tal vez deberíamos decir contrarreforma- educativa en los Estados Unidos que tenga como punto de partida el consenso para exonerar los costes a los estudiantes de buen rendimiento de los dos primeros años de este tipo de formación universitaria.

Evidentemente este debate desnuda las consecuencias sociales de los procesos de mercantilización que el neoliberalismo impulsa a escala planetaria y que siempre afectan en mayor medida a los más pobres y vulnerables de nuestras sociedades. En contraposición en Venezuela todos los días se abren aulas universitarias y la educación pública, incluida la universitaria, es totalmente gratuita para todas y todos los ciudadanos(as).


2 ver artículo mío mencionado más arriba

3 Creada por Bill Gates

4 Valle de santa Clara al sur de la Península de San Francisco donde se invierte un tercio de todo el capital de riesgo en EEUU, dedicado fundamentalmente a las nuevas tecnologías.

5 Merrill Lynch Wealth Management es la división de gestión de patrimonio de Bank of América. Inicialmente independiente fue adquirida en el 2008 por el Banco de América y se le conoce por sus análisis de riesgo de capital, entre otros aspectos.

6 Empresa norteamericana especializada en la consultoría e investigación de mercados en el área de las tecnologías de la información. Está ubicada en Stamford, Connecticut, Estados Unidos. Hasta 2001 era conocida como Gartner Group y ahora se denomina Gartner Inc. Está presente en 85 países del mundo

7 El Colegio Laboratorio es una institución educativa afiliada a la Universidad de Chicago, en la ciudad de Chicago, Estados Unidos de América; mundialmente reconocida por sus innovaciones educativas

Autor: Luis Bonilla Molina. Profesor universitario. Doctor en Ciencias Pedagógicas, Magister en Gerencia Educativa, Especialista en Formulación de Políticas Educativas. Coordinador General de la Red Global/Glocal por la calidad educativa y del portal de periodismo educativo Otras Voces en Educación.

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Luis Bonilla-Molina

Actualmente es el Coordinador Internacional de la RED GLOBAL/GLOCAL POR LA CALIDAD EDUCATIVA. Miembro fundador e integrante de la Directiva de la Sociedad Iberoamericana de Educación Comparada (SIBEC). Investigador miembro del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), como Presidente de Centro Miembro. Profesor universitario. Investigador perteneciente al Programa de Estimulo al Investigador y al Innovador (PEII). Investigador miembro de Latin American Studies Association (LASA). Es el primer venezolano en integrar el International Task Force on Teachers for Education for All de UNESCO. Además es Presidente del Consejo del IESALC (UNESCO). Así mismo, Director y Coordinador del Programa de entrevistas para redes sociales e investigadores sobre calidad de la educación y otros temas de ciencias sociales: La otra mirada. Es el Presidente fundador de la Sociedad Venezolana de Educación Comparada (SVEC), Organización miembro del World Council of Comparative Education Societies. Usuario y colaborador permanente de la lista internacional especializada EDU-COMP. Coordinador General de la Maestría en educación Comparada del ALBA. Director - editor de la Revista COMUNA. Integrante del Autor de diecisiete publicaciones sobre educación y política; su más reciente trabajo publicado se titula: Calidad de la Educación: ideas para seguir transformando la educación.

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