La educación pública en Chile, hoy

Por: Juan Eduardo García. 

La educación pública posee, al menos, tres sentidos. La educación, por ser un derecho, es un bien público; se considera pública a la educación financiada por el Estado; y se entiende por “pública” la educación financiada y administrada por el Estado. La educación pública, en el segundo y tercer sentido, deber ser gratuita, de igual calidad para todos, inclusiva y debe promover la igualdad, respetar la diversidad y prohibir la selección de estudiantes. El Estado mantiene escuelas propias para garantizar que sea posible asistir a la escuela y para fijar el estándar exigible a toda la educación.

Desde el nacimiento de la República, se pueden marcar diversos hitos. Se valoró la educación desde la Independencia; Simón Bolívar señaló: “Las naciones marchan hacia su grandeza, al mismo paso que avanza su educación” . Pero dada la pobreza y debilidad del Estado, fueron enérgicas declaraciones sin consecuencias. El siglo XX se inicia con un debate sobre la Ley de Instrucción Primaria Obligatoria: ¿La preeminencia, en educación, debe estar en la familia o en el Estado? Al fin, la Ley se aprobó y estableció la educación primaria universal. Frei Montalva (1964), contempló una potente reforma: la educación obligatoria pasó de la primaria de seis años a la educación básica de ocho años. La reforma de los noventa comienza criticando el sistema mercantil, así, Ricardo Lagos inicia el año escolar señalando: “La responsabilidad social en educación ha sido reemplazada por el ilusionismo del mercado”. Sin embargo, aunque se impulsa un conjunto de cambios, también se profundiza el mercado con la modificación al financiamiento compartido (1993): los establecimientos con este financiamiento pasan de 232 en 1993 a 1.426 el 2000. Después, las movilizaciones de estudiantes secundarios (2006) y universitarios (2011), se oponen al mercado educativo y al lucro y establecen que “la recuperación de la educación pública es la piedra angular de las demandas estudiantiles” (Confech).

Hoy, la Nueva Educación Pública (NEP) reemplaza la administración municipal por un sistema público. Crea una Dirección de Educación Pública, vinculada al Ministerio de Educación y propone instalar la NEP en dos fases: entre 2018 y 2020 (se crean 11 Servicios Locales que cubren a 43 comunas) y en 2022-2025 (59 SL y 303 comunas), con una evaluación el 2021.

¿Qué valorar de la NEP? Cierra el ciclo de la “municipalización”, recuperando “un” sistema nacional, con unidad de propósitos y con financiamiento y administración homogéneas (vs. la heterogeneidad municipal). A nivel de establecimientos, propone comunidades educativas con participación interna y más atribuciones de los directivos y del Consejo de Profesores. Ahora bien, la NEP tendrá éxito si logra el aprecio de la ciudadanía; si, superando la competencia mercantil, logra instalar la cooperación entre escuelas; si, además de una nueva organización, asegura la relación pedagógica, el logro de aprendizajes y la formación de personas y ciudadanos.

Fuente del artículo: https://www.latercera.com/opinion/noticia/la-educacion-publica-chile-hoy/805829/

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EE.UU: Student Debt Helps, Not Harms, the U.S. Economy, White House Says

EE.UU/22 de julio de 2016/blogs.wsj.com/By Josh Mitchell

Resumen:

La Casa Blanca acaba de lanzar un gran informe sobre la deuda que adquieren los estudiantes de universidades, las cuales contienen todos los horrores familiares sobre las escuelas con fines de lucro, abandonos endeudados y estudiantes morosos en sus préstamos. Pero tiene una conclusión interesante: Esa pila creciente de US $ 1,3 billones en deuda del estudiante está ayudando a no lastimar, la economía de Estados Unidos.

Esta conclusión deviene de muchos defensores de los estudiantes y grupos de intereses especiales, de los agentes de bienes raíces y los empleadores que buscan nuevos recortes de impuestos para sus trabajadores jóvenes-que sostienen que la deuda del estudiante es un gran «arrastre» en la economía. ( Hillary Clinton y Donald Trump han criticado cada uno el aumento de la deuda del estudiante.) Sin embargo, el informe de 77 páginas de los Asesores Económicos del Consejo de la Casa Blanca demuestra con numerosos gráficos y estudios de economistas y académicos, que la deuda de los estudiantes representa un problema para las familias.

El aumento de la deuda de los estudiantes se produjo en gran medida con el presidente Barack Obama, a pesar de que comenzó varios años antes. Desde principios de 2009, cuando el Sr. Obama asumió el cargo, la deuda del estudiante casi se ha duplicado, cerca de $ 1.3 billones en la actualidad, de acuerdo con la Reserva Federal de Nueva York. El repunte es debido en gran medida al lamentable estado de la economía: Durante el alto desempleo, la inscripción en la universidad y la escuela de posgrado suele aumentar. Esto se debe a los trabajadores, el llamado coste de oportunidad de ir a la escuela a los salarios que perder que no se trabaje, es menor.

Su conclusión: «El principal impacto macroeconómico de los préstamos estudiantiles, sobre todo en el largo plazo, es a través del impulso a la producción y la productividad para formar una fuerza de trabajo más educada».

Noticia original:

The debt surge has hurt many, but adds to overall economic output and productivity, report says
A new report from the White House suggests education, not student debt, drives the differences in homeownership among borrowers. Here, graduates of Rutgers University at their commencement ceremony in May. ENLARGE
A new report from the White House suggests education, not student debt, drives the differences in homeownership among borrowers. Here, graduates of Rutgers University at their commencement ceremony in May.

The White House just released a big report on student debt that contains all the familiar horrors about for-profit schools, indebted dropouts and students defaulting on their loans. But it has an interesting conclusion: That growing stack of $1.3 trillion in student debt is helping, not hurting, the U.S. economy.

That conclusion is sure to rankle the many student advocates and special-interest groups—from real-estate agents to employers seeking new tax breaks for their young workers—that argue student debt is a big “drag” on the economy. (Hillary Clinton and Donald Trump have each decried the rise in student debt.) But the 77-page report from the White House Council of Economic Advisers backs up its claim with numerous charts and studies from economists and academics.

The surge in student debt occurred largely on President Barack Obama’s watch, though it began several years earlier. Since early 2009, when Mr. Obama took office, student debt has nearly doubled, to about $1.3 trillion today, according to the New York Federal Reserve. The uptick owed much to the sorry state of the economy: During high unemployment, enrollment in college and graduate school typically rises, the White House notes. That’s because for workers, the so-called opportunity cost of going to school–the wages they lose from not working—is lower.

MORE IN STUDENT DEBT

Government on Track to Forgive Up to $131,000 Each in Student Debt for Thousands of Doctors
The Average Student at a For-Profit College Was Worse Off After Attending
How Much are Young Americans Paying a Month on Student Debt? Less than You Think
Student Debt Is About to Set Another Record, But the Picture Isn’t All Bad
Can Bernie Sanders’s Tax Plan Fund Free College?
Between 2005 and 2010, college enrollment grew 20%, the biggest increase since the 1970s, the report notes. Individual, not just aggregate, student-debt burdens also grew, but they remain manageable. Borrowers owed an average $17,900 in debt from college, but not grad school, in 2015. (The report doesn’t cite a source for that figure. Other studies show that, upon graduation at least, undergraduate borrowers owe, on average, between $29,000 and $37,000).

The White House report, as with other studies, largely divides student borrowers into two groups: Graduates and dropouts. The first group, the majority, are doing just fine, even though tend to carry the heaviest student-debt balances. They are among society’s highest earners, thanks in large part to the degrees that the debt financed. They’re well-positioned to buy homes, and they’re helping improve the nation’s productivity because they learned skills that employers need.

The dropouts—a sizeable minority—are hardly doing fine. They’re making very little, they’re not buying homes and they’re damaging their credit. But because they are a contained group—there are about 7 million people in default on their federal student loans, out of a nation of more than 321 million—they don’t represent a systemic threat to the economy. And the White House concludes that many of these borrowers would still be suffering financially even without student debt, suggesting other factors are holding them down.

To highlight this divide, the White House points out that borrowers owing the smallest balances are the ones most likely to default. Take the cohort of borrowers who were first required to start making payments on their debt in 2011. Two-thirds of those who defaulted in the following three years owed less than $10,000, the White House says. More than a third of defaulters, 35%, owed less than $5,000. These borrowers owe little because they typically attended college for one or two years and then dropped out.

The report later cites data showing that Americans with high-debt balances are more likely to own a home than those with smaller balances. Borrowers with high-debt balances typically attended graduate school and earn more than those with just a bachelor’s degree. Borrowers who are delinquent on their student debt—a large share of which owe small balances– are the least likely to buy a home, even compared to those with no student debt at all.

“It is education, not student debt, that drives the persistent differences in homeownership,” the report states.

Similarly, the White House also strongly refutes any comparison between the housing market bubble and student debt. “Student debt is less likely to make a recession more severe or slow an expansion in the way that mortgage debt may have,” the paper says.

For that, it cites several factors.

For one, student debt is still low as a share of Americans’ disposable income. In 2015, student debt made up 9% of aggregate income, up from 3% in 2003. By comparison, mortgage debt at its peak in 2007 comprised 84% of aggregate income, up 25 percentage points in five years, the report states. Mortgage debt dropped back down to 61% in 2015.

Secondly, the White House says, “student loan debt is an investment in human capital that typically pays off through higher lifetime earnings and increase productivity.”

Its conclusion: “The main macroeconomic impact of student loans, particularly over the longer run, is via the boost to output and productivity form a more educated workforce.”

Tomado de: http://blogs.wsj.com/economics/2016/07/19/student-debt-helps-not-harms-the-u-s-economy-white-house-says/

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Financiación de las universidades / Funding universities

Ha habido un enorme aumento en el número de estudiantes universitarios y graduados. Esto debería haber dado lugar a la disminución de la tasa de retorno de la inversión a la educación superior. Los retornos a la educación superior son más altos en la mayoría de los países de ingresos más bajos de lo que son en los países de altos ingresos. La demanda mundial de habilidades altos niveles ha mantenido los retornos a la educación alta, incluso en los países más pobres del mundo.

Pero hay aumentos salariales significativos asociados con la inversión en la educación, especialmente la educación superior, en todas las regiones del mundo. De hecho, la tasa media mundial privado de regreso a la escuela es de 10 por ciento por año de escolaridad. Los rendimientos son más altos en el África subsahariana. Los rendimientos de la educación son mayores para las mujeres que para los hombres, en todos los niveles de la enseñanza. En un giro asombroso de los patrones anteriores, los rendimientos privados de la educación universitaria son ahora más altos que los rendimientos de la educación primaria. Una vez más, estos son los rendimientos privados; lo que el graduado se dará cuenta neto de cualquier costo personal asociado con la asistencia a la escuela. Para el bienestar de la sociedad, hay que calcular las tasas de «sociales» de rendimiento, que incluyen ventajas resultantes para el país más allá de los salarios del individuo y corregidos por el costo público importante de proporcionar la educación. Por lo general, las tasas de rendimiento social de la educación superior – calculado utilizando los costes sociales ya que los beneficios sociales son mucho más difíciles de conseguir – son mucho más bajos (como resultado de los altos costos públicos) y los rendimientos de la primaria son más altos (dado relativamente más bajos costos públicos ).

Ha habido un enorme aumento rendimientos privados de señal alta que la educación terciaria es una buena inversión privada. La prioridad pública, sin embargo, no es una subvención general para todos. Altos rendimientos a terciaria pueden ser el resultado de una mayor financiación regresiva tanto como un aumento en la demanda de habilidades de orden superior. Para la sociedad, que es mucho mejor para mejorar la recuperación de costos y el uso de los ingresos futuros para financiar la educación superior actual. Las implicaciones de cualquier cambio de financiación deben ser evaluados sobre la base de la eficiencia y la equidad. Se desprende de numerosos estudios que la educación aumenta la productividad. Pero la mayor parte de las ganancias se realizan por particulares. Es una suposición de que los altos rendimientos de la educación deberían dar lugar a una mayor financiación pública de las universidades y que esto daría lugar a un aumento de bienestar. Para maximizar el bienestar social, es necesario adoptar un enfoque más holístico. Es decir, es necesario considerar los cambios de financiación al margen y para distinguir entre fuentes públicas y privadas de financiación.

Teniendo en cuenta un entorno de altos rendimientos de la educación universitaria , cualquier disminución del costo privado de la universidad en realidad implica que el contribuyente en general ( personas con ingresos promedio ) paga por la educación de los ricos (personas con ingresos por encima de la media ) . La desigualdad es el resultado de la financiación pública regresiva , para que los pobres financiar la educación de los ricos. De hecho , el mismo (cero ) precio para todos es desigual . La mayor parte de los beneficios de un título de educación superior son apropiados por el graduado . En otras palabras , la educación superior no es un bien público . Pero la sociedad tiene necesidad graduados de educación superior . Pero antes de aumentar la financiación universitaria , tenemos que plantar incentivos para el uso eficiente y equitativa de los fondos . Por eficiencia, comenzar con tasas a los usuarios selectivos de cerca el coste social de la educación superior . Para la eficiencia y la equidad , instituir préstamos estudiantiles sostenibles ; pero diferente de lo que normalmente se ha utilizado.

Dada la creciente demanda de educación superior, los beneficios en términos privados, la escasez y la injusticia de aumentar la financiación pública, entonces tenemos que utilizar las ganancias futuras para financiar la educación actual. préstamos estudiantiles típicos son insostenibles y penalizan a los graduados demasiado. estudiante de la deuda actual en los Estados Unidos de América, por ejemplo, es de $ 1.4 billones de dólares, con el graduado medio debido $ 33.000). Es mucho más eficiente de utilizar los pagos condicionados a los ingresos. programas condicionados a los ingresos (utilizados en la actualidad en Australia, Inglaterra, Etiopía, Hungría, Corea, Nueva Zelanda, Sudáfrica y los Estados Unidos) requieren pagos basados en resultados hasta que el préstamo sea pagado. Los pagos son sensibles a la capacidad del estudiante para pagar a través de un período de pago ajustable. El retorno para el inversor es fija, pero puede caer por debajo del valor inicial del préstamo si el ingreso no es suficiente para pagar el préstamo durante un largo período de tiempo. Un enfoque del sector privado podría implicar contratos de capital humano, donde los pagos dependen de los ingresos hasta que termine el período de amortización. Los pagos son sensibles a la capacidad del estudiante para pagar mediante el ajuste de la cantidad total pagada por el estudiante. Los inversores participan en la suerte de los estudiantes de gran éxito que compensen los pagos bajos de personas de bajos ingresos. Contratos de capital humano son un medio de financiación de la educación a través del cual los inversores financiar «gastos a cambio de un porcentaje de estudiantes Los ingresos futuros. El porcentaje de los ingresos y la duración de los pagos se basa en las ganancias esperadas de los estudiantes. Después de su graduación, cada estudiante pagará un porcentaje de sus ingresos para un número determinado de años por la cantidad de apoyo recibido.

Dada la educación iHigher debe ampliarse . Altos rendimientos a la señal terciaria que la universidad es una buena inversión privada . Por lo tanto , necesitamos un modelo de recuperación justa y sostenible en el ámbito universitario basado en el principio de utilizar los ingresos futuros para financiar la educación actual.

There has been a tremendous increase in the number of university students and graduates. This should have led to decrease in the rate of return to investment to higher education. The returns to higher education are higher in most lower-income countries than they are in high income countries. Global demand for high levels skills has kept the returns to schooling high in even the poorest countries of the world.

But there are significant salary increases associated with investments in education, especially higher education, in all regions of the world. In fact, the global average private rate of return to schooling is 10 percent per year of schooling. The returns are highest in Sub-Saharan Africa. The returns to schooling are higher for women than for men, at all levels of schooling. In a stunning reversal from previous patterns, the private returns to university education are now higher than the returns to primary schooling. Again, these are private returns; what the graduate will realize net of any personal cost associated with attending school. For society’s well-being, one should calculate «social» rates of return, which include benefits accruing to the country beyond the individual’s wages and corrected for the substantial public cost of providing education. Typically, social rates of return to higher education ― calculated using social costs since social benefits are much more difficult to come by ― are much lower (as a result of high public costs) and the returns to primary are higher (given relatively lower public costs).

High private returns signal that tertiary education is a good private investment. The public priority, however, is not a blanket subsidy for all. High returns to tertiary may be the result of increased regressive funding as much as an increase in the demand for high order skills. For society, it is much better to improve cost-recovery and use future earnings to finance current higher education.

The implications of any funding change should be assessed based on efficiency and equity. It is clear from many studies that education raises productivity. But most of the gains are realized by individuals. It is an assumption that high returns to schooling should result in increased public funding of universities and that this would lead to increased well-being. To maximize social welfare, one needs to take a more holistic approach. That is, one needs to consider funding changes at the margin and to distinguish between public and private sources of finance.

Given an environment of high returns to university education, any lowering of the private cost of university actually implies that the general taxpayer (people with average incomes) pays for the education of the rich (people with above average incomes). Inequity is the result of regressive public financing, whereby the poor finance the education of the rich. In fact, the same (zero) price for all is inequitable. Most of the benefits of a higher education degree are appropriated by the graduate. In other words, higher education is not a public good.

But society does need higher education graduates. But before increasing university funding, we need to plant incentives for the efficient and equitable use of funds. For efficiency, start with user selective fees near the social cost of higher education. For efficiency and equity, institute sustainable student loans; but different from that what has typically been used.

Given the increasing demand for higher education, the high private returns, the scarcity and injustice of increasing public funding, then we need to use future earnings to finance current education. Typical student loans are unsustainable and penalize graduates too much. Current student debt in the United States of America, for example, is $1.4 trillion, with the average graduate owing $33,000). It is much more efficient to use income contingent repayments. Income contingent programs (used today in Australia, England, Ethiopia, Hungary, Korea, New Zealand, South Africa and the United States) require payments based on income until the loan is repaid. Payments are sensitive to the student’s ability to pay through an adjustable repayment period. The return for the investor is fixed, but it can fall below the initial value of the loan if income is not enough to repay the loan during a long period of time.

A more private sector approach might involve Human Capital Contracts, where payments depend on income until the repayment period ends. Payments are sensitive to student’s ability to pay by adjusting the total amount paid by the student. Investors participate in the good fortune of highly successful students that offset the low payments from low-income earners. Human Capital Contracts are a means of financing education through which investors finance students’ expenses in exchange for a percentage of students’ future earnings. The percentage of income and duration of payments is based on students’ expected earnings. Upon graduation, each student will pay a percentage of their income for a specified number of years for the amount of support received.

Higher education should be expanded. High returns to tertiary signal that university is a good private investment. Therefore, we need a fair and sustainable cost-recovery model at the university level based on the principle of using future earnings to finance current education.

Fuente: http://www.koreatimes.co.kr/www/news/opinon/2015/10/197_189411.html

Imagén: http://www.portaloaca.com/images/stories/articulos/005/universidadinero.jpg

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Programa YUZZ: educación financiera para los jóvenes emprendedores españoles

20Minutos/17 de junio de 2017

Los participantes en el YUZZ 2016 posan en las escaleras del Palacio de Festivales de Santander. (YUZZ) En YUZZ, más de 400 jóvenes recibirán educación financiera. Se muestran las diferentes alternativas de financiación que los jóvenes tienen en el mercado para impulsar su proyecto. En sus seis ediciones anteriores, se han podido crear más de 500 empresas.

Más de 400 jóvenes recibirán educación financiera dentro del programa Finanzas para Emprendedores, una iniciativa que se impartirá en 30 de los 48 centros YUZZ de toda España y a través de la que podrán conocer las alternativas de financiación para sus proyectos. Según sus responsables, el programa ha permitido crear más de 500 empresas en sus seis ediciones anteriores. En el último año han participaron 900 emprendedores con 710 proyectos.

El programa YUZZ “Jóvenes con ideas” arrancó en el año 2009 para ofrecer formación, apoyo y asesoramiento a jóvenes emprendedores de todo el país. Esta iniciativa, que ahora se encuentra en su séptima edición, tiene una duración de cinco meses en los que los participantes reciben formación en gestión empresarial, creatividad e innovación, al tiempo que pueden acceder a clases maestras y workshops con expertos que les ofrecen asesoramiento personalizado. En el último año han participaron 900 emprendedores con 710 proyectos.

Para reforzar el conocimiento de los jóvenes participantes del programa YUZZ en el ámbito financiero y resolver las dudas que surgen en los meses finales del programa, el Centro Internacional Santander Emprendimiento (CISE) ha puesto en marcha el programa “Finanzas para emprendedores”, una iniciativa de educación financiera que nace en colaboración con el programa “Finanzas para Mortales” y con la que se quiere mostrar las diferentes alternativas de financiación que los jóvenes pueden encontrar en el mercado para impulsar su proyecto. Los talleres constarán de dos sesiones presenciales y dos horas de duración cada una, en las que expertos voluntarios de Finanzas para Mortales abordarán mediante un caso práctico real varios bloques de contenidos para ayudarles a evaluar las necesidades de inversión, así como identificar las diferentes alternativas de financiación a las que actualmente pueden acceder. “Finanzas para Mortales”, cuyo objetivo reside en acercar la educación financiera a diferentes colectivos de la sociedad, cuenta en la actualidad con más de 100 sesiones programadas en diferentes instituciones nacionales. Este proyecto ha sido promovido por la Fundación de la Universidad de Cantabria para el Estudio y la Investigación del Sector Financiero (UCEIF), a través del Santander Financial Institute (SanFi), y cuenta con el mecenazgo de Banco Santander, a través de Santander Universidades.

Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/2756376/0/programa-yuzz-educacion-financiera-jovenes-emprendedores/#xtor=AD-15&xts=467263

Tomado de: http://www.20minutos.es/noticia/2756376/0/programa-yuzz-educacion-financiera-jovenes-emprendedores/

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